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  • / /.

    ETAPAS PRECRISTIANAS DE LA FE

    EVOLUCION DE LA IDEA DE DIOS

    EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

    por:

    JUAN LUIS SEGUNDO S.J.

    CURSOS DE COMPLEMENTACION CRISTIANA

  • APUNTES

    t c ra a r. es a n los

    R S 0 S DE

    OMPLEMENTACION

    %^ RISTIANA

    1OTCEVIDSC

  • INTRODUCCION- 1..-;

    1 problema de la fe en el siglo XX, no eshqyjagui para nosotros el "tan socorrido problemaromntico de saber si .se puede an creer razona-blemente cuando todos los limites ceden ante elprogreso humano. El problema de la fe en el sigloXX para nosotros, sobre todo para toda nuestra -generacin, parte de un hecho: somos catlicos.Y en la medida en que somos relativamente jve-nes vemos frente a nosotros, como tar^a, respon-sabilidad o por lo menos inquietud, un mundo quese esta transformando con sus ideologas encon

    tradas. Pues bien, el hecho intrigante, y que eveces nos resulta angustioso, a veces alehtador,pero siempre apasionante, es que formamos parte-de un grupo de 400 millones de ^hombres . El pro-blema de la significacin histrica de e,sos 400millones de hombres es justamente "el problema -de la fe en el siglo XX".

    En los cursos de este ao habrn visto crneadesde hace mas de siglo y medio, dos grandes sistemas han ido estructurando este mundo en que vivimos, o mejor dicho estos dos mundos en que vi-vimos: el mundo liberal y el mundo marxis ta. Esos400 millones de hombres, a los cuales se podranquizs agregar los millones de otras confesionescristianas afines, constituyen un tercer mundo?o el resto de un primer mundo en vas de desapa^recer bajo el empuje de los dos que le sucedie

    ron? o se identifica con uno de ellos?.Por de pronto observamos un primer hecho -

    que parece desmentir cualquiera de esas tres ^hi-ptesis: ^esos 400 millones de catlicos (y an -mas quizas los millones restantes *de cristianosno catlicos) estn actuando en una u otra dlasdos orientaciones que dividen al mundo de hoy ycrean el de maana. En efecto, parece ocioso de-cir que la mayor parte de ellos acta en el mun-do liberal. Y no en forma pasiva sino asumiendo,en gran parte, su contenido de estructuras culturales. En efecto, bajo el ttulo tan manido de -

  • - 2 -

    "occidental y cristiano", el mundo estructuradoen forma liberal aparece precisamente como el -representante de los valores cristianos frentea los que militan sin Dios y contra Dios .No hayen ello nada de extrao. Pocos sern los cris

    tianos que no repudien las estructuras libera

    les, los que no se den ni siquiera cuenta de loque este mundo occidental tiene de cruel, de inhumano y de anticristiano en ciertos aspectos -de su realidad. Pero desde el punto de vista -del mensaje cristiano aparece dotado de una grancualidad: su apertura. Fo es un mundo cerrado.Tod^o puede transformarse, nadie detiene la ac-cin de los cristianos sino su propia debilidadinterna. Mientras que frente a ese mundo est -otro, tambin cruel e inhumano en muchos aspec-tos, pero, por encima de todo, ^cerrado. Cerradoal Cristianismo, a no ser que este consintiera-en ser lo que no es, una asociacin de culto sinpretensiones sobre la vida entera del hombre. Yaun as... Cuando todo el peso de las institu

    ciones se vuelca para desterrar la idea de Diosy la idea cristiana del hombre, no parece cla-ro que todas las posibilidades del Cristianismose encuentran en un mundo imperfecto s, pero radicalmente abierto?

    Pero, por otro lado, no podemos ignorar quedentro mismo del Occidente, una cantidad consi-derable de esos millones de hombres que siguenfigurando como cris tianos ^en todas las estads-ticas, que siguen proclamndose cristianos, vo-ta por esos mismos partidos que pretenden crearun mundo socialista que encarne la ideologa merxista. Otra parte ^considerable de esos millonesest, de hecho* me's o menos integrada a los pajses ya estructurados' en esa forma. Siguen tam-bin ellos llamndose cristianos, y es difcil-estimar hasta que punto ^su crtica de los aspeetos no cristianos del rgimen en que viven, losllevara, si se les diera la oportunidad, a to-mar las armas para derribarlo.

    Y finalmente, en todos los pases occiden-tales, estn esas ovejas negras, los catlicos-

  • - 3 -

    f ilomarxistas . Son los que rechazan la iclentifif * ~~~~

    cacicn del mundo occidental, no solo con el Cristianismo, sino "tambin con los intereses mas profundos del Crsitianismo. Su posicin podra re-sumirse en aquella parbola evanglica del hom-bre que tena dos hijos y que los mand a trabajar al campo. Uno de ellos dijo "voy" y no fue^;el otro dijo "no voy" y^fue. Y Cristo pregunto:quien de ellos obedeci al ladre? ks, lo quese llama obedecer, en el sentido mas pleno de -la palabra, ninguno. Pero para los que piensan/poder aplicar la parbola a esta situacin de -que hablamos, no parece evidente que el Occi

    dente "cristiano" he dicho"voy" y no ha ido?^yque el comunismo ha dicho "no voy", pero esta -yendo a hacer una cantidad de cosas que el cristianismo occidental dej de hacer? Claro esta,-si se sostiene que el materialismo y el ates-mo no son mes que las reacciones naturales frente a deformaciones de la concepcin cristiana -de Dios y del hombre, y que, por otra parte, laorientacin social del hombre es une prespecti-va mucho mas profundamente cristiana que la competencia libre, se llega a formular la preguntaque un estudiante me haca hace pocos das y que,a primera vista, podra parecer inverosmil: "qu diferencia hay, en el fondo, entre el co-munismo y el cristianismo?".

    Todo esto no es mas que una comprobacin -introductoria que tiende a hacernos palpar has-ta que punto se definen poco esos 400 millones-de hombres que parecen pertenecer al catolicismo, pon respecto a los dos mundos que se divi

    den^la realidad humana universal. Si su misin-este en formar un tercer mundo presentando unavisin distinta de la sociedad humana y de susrelaciones con Dios, la realidad nos los presenta igualmente polarizados que los dems en lasideologas existentes fuera de su posicin ca-racterstica. Si se considera que su misin losliga a uno, en particular, de los dos mundos enlucha, los vemos igualmente en ambos....

  • - 4 -

    Que significa, entonces, el lazo de uninque liga a esos 400 millones? Es solamente algoultraterreno? Y si no, en dnde est su gravitacin especifica en la historia humana? que ha-cer con ellos?

    0O0

    Tratemos, pues, de penetrar algo ms en elelemento aglutinador que hace un -grupo, rene ydistingue a la vez, a estos 400 millones de homtres.

    Notemos, en primer lugar, que la ^es tad stica que llega a tal resultad o y se efecta merced-a la respuesta que se da agesta simple pregunta:"religin? 11 . Se concibe fcilmente que el hom-bre que contesta esta pregunta, ms que gradosde conviccin profunda y original, pretend'3 cla-sificarse ^con respecto a otras religiones, a otrosgrupos. Mas que demostrar, por ejemplo, el gradode adhesin al catolicismo, la pregunta le sirvepara declarar que no es protestante, budista u -otra cosa semejante. En una encuesta rural realizada hace pocos aos en el departamento de San -Jos, era muy frecuente que el jefe de familia alllegar a este punto de la religin llamara en suayuda a la persona entendida en esta cuestin: -"Che vieja 5 de que religin somos? 11 . Y noten ese"somos", ese plural familiar * Aunque el hombre -que pregunta nc sepa responder por si mismo a laencuesta ? no le cabe la menor duda de que tieneuna religin corno tiene una nacionalidad, sepa ono sepa cul es. Esto quedaba adems ce manifie^sto en la misma encuesta puesto que se not con -frecuencia esta o parecidas respuestas: "que religion? Y..- mire, la de aqu..-". La de aqu era o por supuesto, la catlica, que entraba as-a formar parte del inconsciente haber del "iombre,de la misma manera que el lugar de su res .den

    cia.Fero no se imaginen que digo esto para sea

    lar el posible aspecto ridculo de estas respue^s

  • - 5 -

    tes que integran, y ciertamente en une propor

    cien considerable,'1 esa cifra ele los 400 millo

    nes. Se trata 3e tomar nota.de los igrecl ientes-humanos que entran en el complejo ht.cho social,que responde a esa cifra. Y el ingrediente queaparece en esas respuestas anteriores se vera -todava ms claramente si se compara con la respuesta que da a esa misma pregunta, un alemn,

    -

    por ejemplo. Si cuando le preguntan por su religin, un alemn responde "soy catlico", el co-brador de impuestos oficiales pasara todos losmeses a exigirle, en nombre del Estado, que contribuya con un impuesto fijo a sostener ese culte que es el suyo. Los servicios que recibe desu religin, ^s como los que recibe del Estado,debe proporcionalmente

    ,crstearlos, puesto que

    se declara catlico.Y yo estara tentado de preguntarles a us-

    tedes que se rean del paisano de San Jos, sien esa respuesta "soy catlico", ponen ustedes-la aceptacin de toda la responsabilidad activa.que ello debera significar o Han pensado uste-des alguna vez en cooperar con una suma igual ala que gastan en cigarrillo, a mejorar la formacin Je los sacerdotes, ya que critican tan amenudo su incapacidad para responder a los pro-blemas que ustedes les proponen?

    Pero no se inquieten. lio vamos a pasear elsombrero* Quera solamente hacerles ver como lamisma pregunta y la misma respuesta, suponen to-da una gama de actitudes que van desde la casi-total pasividad a una aceptacin con cien te de -responsabilidades activas bastante grandes. Enotras palabras, no podemos poner esta ultima ac:titud como base para distinguir y agrupar a esos400 millones de catlicos. La gran mayora de -ellos "no practican r . en otros trminos, predo-mina en ellos la pasividad, sin que ello signi-fique la falta de fe o la carencia de significado de las encuestas que los ubican como catli-cos.

    Simplemente, esta'n en camino hacia el cri_stianismo y ciertamente reproduciendo en muchas

  • - 6 -

    cosas les etapas de la revejacin con que el Antiguo Testamento prepara al ITuevo, al propiamente "cristiano".

    -0O0

    -II-

    Cuando se toma en las manos la Biblia, setiene una primera imagen de lo que en ella se -encierra, y esa primera imagen, en cierto sentdo primitivo, es la que domina muchas veces nestra interpretacin de la Sagrada Escritura.

    A juzgar por esta primera visin, relativamente superficial, como ya veremos, la Escritu-ra nos muestra una historia sagrada revelada porDios a diversos escritore s.

    Vamos a insistir en cada una de las pala

    bras de esta pequea definicin descriptiva.Es una historia. En efecto, nos relata los

    acontecimientos totales, por decirlo as, los -que van desde el primar da hasta el ultimo, dadel mundo, desde la Creacin del Universo hastala segunda venida de Jess que clausurara la Histcria.

    Es ademas histeria , es decir, ^que a prime-ra vista narra una sucesin cronolgica de he-chos desde el Gnesis basta el Apocalipsis, y losva narrando segn su orden histrico. Los^ diversos libros que componen la Escritura estn dis-puestos en esa forma histrica de modo de dar ellector la.; impresin de que va leyendo lo que o-curri en el mundo desde el principio hasta loque va a ocurrir en el, al final de los tiempos.

    Fero ademas, historia sagrada . De la historia total .se abstrae, por decirlo as, una par-te y esa parte es aquella en que Dios intervie-ne d irecta-mente

    ,digamos, en los acontecimien

    tos. La historia que aqu se nos narra es la parte de la historia que es gobernada directamentepor Dios con un plan preciso. Lo restante de la

  • historia, lo que llamamos historia profana, esuna historia gobernada ciertamente por Dios, pere segn las leyes generales del Universo, sintener (de alguna manera hemos de expresarnos ) undesignio particular que realizar en ella.

    Adems, revelada, y este es el elemento fun

    damental para comprender el valor y la verdad -de las cosas que se nos muestran en la Escritu-ra. Revelada quiere decir, tal como lo Vernos leyendo en la misma Escritura, comunicada. Infor-macin hecha a gente que no poda ser testigo -de los acontecimientos, o si era testigo deellos, no poda comprender su significado ocul-to, que Dios, el actor principal de esa histo

    ria 7 llevaba en su voluntad sa comunicacin -de acontecimientos secretos en su mismo aconte-cer o en su intencin, es lo que caracteriza esaespecie de segunda vista que tienen aquellos quenos hablan en la Escritura, ya sean los prcfe

    tas, ya sean los mismos escritores que tienen -privilegio de ver a travs de los sucesos lo queDios queria realizar con esos mismos aconteci-mientos..

    Revelada, decimos, por_Dos9

    es decir, conuna .parant

    x

    a, fie , inerrancia Es Dios el que comunica esos acontecimientos o ese sentido de losacontecimientos, y por lo ten "tii El no puede en-gaarse o engaarnos. Toda la Escritura, puestoque es comunicada por- Dios, es, por lo tanto,necesar: ament verdadera. Dios aparece as como -el principal autor de toda la Escritura,;, como . elautor que verdaderamente importa.

    /^j0S

  • - 8 -

    de hechos que podramos ubicar en el tiempo.Los primeros acontecimientos, es cierto,per

    tenecen a un tiempo remotsimo y los clculos -que se pueden hacer all, pareceran indicar (siempre estamos en lo que nos muestra a prime-ra vista la Escritura) ^que el primer aconteci

    miento de todos se sita alrededor ^de 4000 aosantes de nuestra era. Es la creacin del un iverso, seguida luego por esa especie de "descrea-cin" que es el diluvio en que Dios, sacando unpequeo resto, destruye al parecer su Creacin.

    Luego viene le historia de los patriarcas,es decir, la historia de los ^fundad ores del pueblo de Israel, antes de que este fuera. Y eso -debe ocurrir, segn los clculos que hacemos si.guiendo el mismo me'todo, alrededor de 2000 anosantes de Cristo- Finalmente, cuando se estable-cen en Egipto los patriarcas, se forma all unpueblo que es Israel, que toma conciencia de smismo en el xodo hacia la tierra prometida. Todos estos acontecimientos estn narrados en loque llamamos el Pentateuco, es decir, los cincoprimeros libros de la Biblia atribuidos a Moi

    ses

    .

    Hacia el 1500, entonces, ocurre el xodoy comienza la ocupacin de Palestina, estrado -los judos al mando de Josu. Es lo que nos na-rran los libros de Josu y de los Jueces. Alre-dedor del 1000 ocurre el gran acontecimiento dela reunin de las doce tribus en una monarqua,bajo Sal primero y luego, sobre todo, bajo Da-vid y Salomn, los grandes reyes de Israel. Esbajo esos reyes cuando se escriben las Crnicas,es decir, los llamados Libros de los Reyes y losParalipmenos

    ^y se atribuyen a David tambin -

    los Salmos as como a Salomn los Proverbios ylos Libros Sapienciales. En esa poca aparece -tambin el ^primer grupo de profetas escritores,ya que haban aparecido antes otros profetas, como Elias y Eliseo, que no dejaron nada escrito.Ese primer grupo cuenta a profetas tan impartantes como Amos, Oseas, Isaas.

    Hacia el 600 antes de Cristo, ocurre otro

  • - 9 -

    acontecimiento decisivo de la historia de Is

    rael, el destierro a Babilonia. Durante el des-tierro, aparece un segundo grupo de profetas quetienen relacin con ese acontecimiento: Jere

    mas, Exequiel, Daniel.Luego, despus de unos 40 aos, alreded or-

    del 550, ocurre la vuelta de los judos a Palestina dirigidos por Esdras y bohemias, lo que daorigen a los libros del mismo nombre.

    Y finalmente, el ultimo gran acontecimien-to de la historia de Israel antes de Cristo: alrededor del 175 llegan a Israel los resultados-de la conquista por Alejandro Magno del CercanoOriente. Palestina entra, por decirle as, en laesfera del helenismo a travs de los Sele'ucidasde Siria. Y la resistencia el helenismo religioso en nombre de la religin propia de Israel eslo que encontramos en los libros de los Maca

    beos, que narran la lucha de los hermanos as -llamados contra los Sele'ueid as

    .

    Pues bien, en realidad, la Escritura es algo me-s complejo de 1c que muestra esta primera-visin global y relativamente superficial. So-bre todo es algo mas complejo en ^la concepcin-que de ella tiene la Iglesia Catlica. Precisa-mente, si la Iglesia se ha negado en la prcti-ca a dejar durante mucho tiempo en las manes detodos la Sagrada Escritura, es porque presentaque el problema no era tan fcil, como lo pre

    tende esta primera visin superficial de la Bi-blia que hemos indicado.

    Para ir ya directamente a lo que importa.

    -

    digamos que cuando se ve mas profundamente el -contenido de la Escritura, esta nos aparece co-mo la educacin hecha por Dios de la fe de su /pueblo escogido, en las diferentes etapas de esa misma educacin .

    Volvamos otra vez a meditar brevemente ca-da una de las palabras de esta definicin.

    La educacin se distingue de una simple informacin, y se distingue en algo esencial, esdecir, en la actividad del que la recibe. La in

  • - 10 -formacin se limita a comunicar un enunciado quees recibido y reproducido en cierta menera pas,vamente, por lo menos en cuanto a lo esencial.

    -

    En cambio la educacin supone la actividad deleducando. El educador acta en el en una formaeficiente si, pero indirecta. Es menester que -el educando raya encontrando la verdad a travsde su propia experiencia. Educar es lo que haceDios con su pueblo, es decir, una enseanza a -partir de un ncleo ^inicial y a travs de los acontecimientos histricos que le van dando a loque ya se sabe una profundidad cada vez mayor.

    -

    El pueblo de Dios va supliendo las lagunas, varectificando lo errores que an quedan y la verdad se va perfilando cada vez mas, profundizan-do mas, ampliando ms.

    Pero esa educacin esta- hecha por. Dios y -aqu tenemos otra vez la garanta. Tero no la -garanta de que no va a haber el mas mnimo e-rror, porque una educacin supone necesariamen-te que se pase ^del error, por lo menos parcial,e una verdad mas completa. Durante mucho tiempo,por ejemplo, ya lo vamos a ver, ignoraron los -judos la existencia de otra vida y de esa ignorancia dejaron constancia. Proclamaron que la -vida se deba llevar de tal modo, precisamente-porque no exista nada mas alia de ella. Encontramos, pues, algo que, comparado con lo o^ue hoysabemos y con lo mismo que los judos deban descubrir un poco mas adelante, era un error maferial, y sin embargo, no hubo error en la educacin, es decir, ^en la direccin infalible queel educando sigui en orden a la verdad, porqueestaba precisamente siendo educado por Dios.Tambi"en aqu hay pues una garanta y una garanta-infinita de verdad, pero es una verdad ^que se -adquiere poco a poco y la garanta esta en que-en esa adquisicin no va a haber una desviacinfundamental, sino el paso a una verdad siempremayor.

    Educacin de la fe . Lo que se educa es e-sencialmente la fe. Aqu cada parte de la escritura es la, reproduccin fiel de un momento de -la educacin, y de la educacin de la fe. Todos

  • - 11 -

    los acontecimientos histricos, "todo lo que sirve para expresar y para hacer madurar esa fe enese momento es, pues, un ingrediente necesario-para que se sepa cual era, cual es esa fe, o sea,para que esa fe se piense y se profundice y seexprese. Pero lo que se educa es la fe; lo de-mas sirve, y es necesario, en orden a la expli-citaoin y a la ^profundiza ci on de la fe, y porlo tanto no esta puesto en la escritura y no tiene valor sino en orden a eso

    Es la fe d el pueblo escogido ? puesto que -esa promesa que hace Dios a travs de toda la -Escritura, de llevar a su pueblo a la verdad, eta hecha justamente a sju pueblo. Es entonces elpueblo mismo el depos itario ^de ese garanta; esel pueblo el que no se desva, es el pueblo a -quien se le revela la ^verdad en la forma de esaeducacin de que hablbamos, y es el pueblo elque da, por ser objeto de esa promesa, inerrancia a la Escritura y al escritor en particular.No es que el escritor haya tenido siempre una -especial comunicacin con Dios para saber cosasque el pueblo no sabia, sino que el escritor essiempre inspirado porque pertenece a esa comunidad inspirada por Dios, y en cuanto reproduce -esa fe que Dios fue educando, le corresponde ael la misma inerrancia de la fe del pueblo escogido*

    Y finalmente, e n sus diferentes etapas Yesas diferentes etapas se vuelven aqui esencia-les, puesto que, como vamos a ver, la Biblia quehoy tenemos no esta dispuesta en el mismo ordenque se redact, y, por lo tanto, el^orden actualno reproduce el orden de la educacin que Dios-hizo de la fe de su pueblo. Tenemos, evidente

    mente, entonces, como tarea fundamental, que re_construir ese orden en que Dios fue educando asu pueblo, porque es muy importante saber si una parte de la Escritura con respecto a otra -parte revele un grado de educacin ms adelantada o mas atrasada. Pongamos el mismo ejemplo quehace un momento. Si el pueblo escogido descubrien un momento dado de esa educacin la existen-

  • - 12 -

    ci. de otra vida, me interese; saber, cue'ndo en-cuentro esos momentos no organizados en le estructura de la Biblia actual, cual es el poste-rior, y cul es el anterior. Si encuentro, porejemplo, que el mas antiguo afirme, la existen

    cia de otra vida y el ms avanzado la niega, deducire de ello que la educacin de Dios llevo -al pueblo escogido a renunciar a la creencia enotra vida. Y viceversa, si encuentro que lacreencia en otra vida es posterior a la ^afirma-cin de que no existe ^otra existencia mas aliade la muerte, deducir' que Dios ha ravelejo, conla educacin de la fe de' su pueblo, la existen-cia de esa otra vida y le dar' entonces un va

    lor de verdad garantizada por Dios mismo. Es e-sen.cial, por lo tanto, que yo pueda reconstruirlas etapas de esa educacin a travs de la Bi-blia que hoy tengo en mis manos y eso es lo quevamos a tratar de hacer brevemente, ahora, para,poder despue's trazar tses etapas con que Dios -fue educando a su pueblo escogido, en ord^en, adescubrir la verdad de lo que El era y^cono de-ban los hombres ponerse en comunicacin con El.

    Vamos a ver brevemente, entonces, un geno-rama general de esa historia de la redaccin dela Escritura.

    Podemos decir que los primeros escritos dela Escritura? datan de 800 aos antes de Cristo.Israel estaba entonces dividido en dos reinos?

    -

    el reino de Juda y el reino propiamente llamadode Israel, cuya capital se hallaba en Sameria.-Probablemente en el reino de Israel, el ms im-portante y el mas prspero de los dos, es dondelos cronistas de los reyes comienzan a escribir,como es lgico, las historias de los reyes en -cuya corte estaban empleados

    Estos cronistas se suelen dividir en dos -escuelas que a vcCcS llevan nombres de personassingulares (el ^yahvis ta)

    ,pero sin duda ninguna,

    corresponden mas bien a grupos diferentes de escribas de los reyes.

    La diferencia mas visible entre estos dosgrupos o escuelas est en la manera como llaman

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  • - 13 -

    a Dios. Unos utilizan el nombre propio de Dios,es decir, Yahve. a. s como he y nombres propios -de diferentes dioses, as ^omo este el dios Rao el dios Atn, as tambin este' el dios Yehve.Es el nico ios de Isreel, y Yehve es su nom-bre propio.

    Le p\vi escuele:', nombre e Dios con el nom

    bre comn 9 como estemos acostumbredos a hecerlonosotros, con un nombre que le eplicemos tembiene los otros dioses de une manera inverieble, eldics Re, el dios Atn. As se reconoce, de unemenere re le tive mente superficial, le diferencieentre estes dos escueles (le escuele yehviste yle escuela Lohiste) de escribes que, alrededordel 8C0 e.c, redecten principalmente los Librosde les Reyes o le perte mes anticue de los Re-yes.

    Fero no solamente eso: la monerque ere reletivemente reciente en Israel. Probeblemente -les tribus, les 12 tribus, nunca estuvieron en-tes reunidas en une sol necin. Ello ocurre con le monerque, y a la monerque le interesa-sobre manera, tener a eses tribus verdaderamenteunirles. Ahora bien, el lazo fundamental deba -ser indudablemente, una tradicin religiosa co-mn. Tenan, ciertamente, une religin comn, monotesmo que adoraba a Yehve, pero tenan tradiciones religioses diferentes. I>e ehi que uno delos oficios de estes escueles de escribes, seaunificar les tradiciones religiosas, les tradi-ciones referentes el comienzo del mundo, a losprimeros acontecimientos de la historia y tam-bin e ^la preperacin del pueblo de Isreel en -sus orgenes- Con esta intencin, el yahvista yel elohiste escriben une perte considerable delos tres primeros libros que eperecen hoy en nuestra Escrituras el Gnesis, el Exodo y los -Nmeros, es decir, de los tres primeros libros-del Pentateuco.

    Decimos una gran parte, porque ^como ye va-mos a ver, esos libros tienen tambin fuentes -posteriores el Yahvista y al Elohista. En ellos,como decamos, se unifican las tradiciones reli

  • - 14 -

    giosas. No olvidemos que aqu lo esencial es laeducacin de la fe, de "tal modo que al unificarlas tradiciones religiosas, evidentemente , no serefieren a hechos histricos con la precisin -aue hoy le pediramos a un historiador.

    Del conjunto de hechos y leyendas que el -pueblo tiene, estos escritores hacen un cuerpo-compacto con una significacin religiosa funda-mental, y por all es por donde la fe de Israelse precisa y evoluciona, es decir, interpretan-do ese conjunto inexplicable de hechos y leyen-das en un sentido religioso que es la fe, en es_ta etapa.

    as existe la hiptesis, muy verosmil porcierto, de qu^ Abraham e Isaac hayan sido dos -hroes patriarcales, sin relacin entre si; uno,hroe de ciertas tribus del norte; otro, hroede ciertas tribus del sur. Es muy probable queel yahvista y el elohista, para unificar las tradiciones religiosas, ciertamente monotestas yconvergentes de las tribus, hayan preferido unira estos d os ^persona jes con un lazo de parentes-co que histricamente no tenian.

    Se hizo a Is^ac hijo Abraham, para dar-le una mayor cohesin al pueblo que apareca, -as, como descendiente de un tronco comn- Perono es ese hecho del parentesco de Isaac con A-braham el que funda lo religioso, sino que a travs de ese hecho se expresa la creencia reli.giosa,en una direccin, de los acontecimientos-de la historia, para formar al pueblo escogido.

    Ese es el verdadero ^contenido de la fe, enesta etapa de la educacin que Dios hace de ella.

    Ademas de los/libros de los Reyes, y de --

    buena parte del Gnesis, del Exodo y de los N-meros, se lt; atribuye a la escuela yahvista y lohista? una gran parte ^de los libros de los Jueees y del libro de Josu.

    Alrededor de un r s 50 aos despue's, hacia elao 750, aparece un primer grupo de profeas escritores, que comprende, por ejemplo, a les ^profetas Amos, Oseas, Isaas. Se trata del Isaas-que se nos ravela en el libro de Isaas, desde

  • - 15 -

    el Captulo I ^hasta el Captulo 39 porque, comovamos a ver mas adelante, a partir del Captulo40,^ el Libro de Isaas se sita en otra sita

    cin histrica, en la situacin del exilio de -Babilonia, varios siglos despus.

    En el ano 580, sucede algo esencial en latransformacin religiosa del pueblo escogido, yes lo que

    /se llama la reforma del rey Josas, -

    contempornea de un segundo grupo de profetas,

    -

    que comprende especialmente a jeremas. La re

    forma del rey Josas consisti en la unificacindel santuario. Es unc segundea unificacin reli-giosa muy importante, despus de la que hicie

    ron con las tradiciones religiosas el yahvista-y el elohista. Si las diferentes tribus tenandiferentes tradiciones, tambin tenan diferen-tes santuarios y en torno a cada santuario se &grupaban esas tradiciones, leyendas e historiesrelativas a ese lugar santo. Y as, a la unifi-cacin general de las tradiciones religiosas , vaa suceder una unificacin mayor, la unificacindel santuario. La unidad religiosa

    >va a estar -

    mucho mas acentuada cuando haya slo un lugar -de culto, el de Jerusalen.

    Ahora bien, para lograr esa unificacin, aparece en esa poca, durante el reinado del reyJosas, el segundo libro de la ley, es decir, etimolgicamente el Deuteronomio . Probablemente,el Deuteronomio haya sido el medio, en cierto -sentido, fraudulento de que se valieron los sa-cerdotes de Jerusalen, para^hacer que el rey jsas impusiera la unificacin cultural.

    Tenemos en las crnicas de los reyes rela-tado un episodio que, casi con seguridad se refiere a la aparicin de este segundo libro de' -la ley.

    Los sacerdotes le presentan al rey un li-bro supuestamente encontrado en los stanos deltemplo, en donde Moiss da una segunde, ley al -pueblo, ignorada hasta ese momento. Y en esa leyapareca, precisamente, la unificacin cultural.Tanto es as que el rey Josas siente todo el -pesar y la angustia de haber estado, durante

  • - 16 -

    tanto tiempo desobedeciendo las ordenes de Dios,dadas por medio de Moiss sobre la unificacin/del santuario. El Deuteronomio o segunda ley deVoiss es una obra que data precisamente de es-ta poca, es el 4 libro del Pentateuco y refleja la mentalidad sacerdotal.

    .s an, durante esta poca, sin duda nin-guna, se hacen ciertos retoques, tanto en los -otros tres libros del Pentateuco, escritos anteriormente: Gnesis, Exodo y Nmeros, como en losLibros de los Reyes. Algo que ustedes pueden notar, por^ejemplo, muy fcilmente, es la diferente versin que se tiene 'de la fundacin de la -monarqua y de muchos actos de la monarqua, Sgn se acuda a la fuente yahvista y elohicta,esdecir, a los cronistas de los reyes? o a .os sacerdotes del Deuteronomio, que modifican esas -versiones pero sin suprimir las otras en esta poca que estamos estudiando.

    Para los cronistas de los reyes, la monar-qua es algo querido por Dios. Dios mismo designa al rey, Dios mismo quiere que exista un reyen Israel. Para el Deuteronomio, pedir un rey -es como desechar a Yahv como rey, puesto que -Yahv gobernaba directamente al pueblo a travsde sus sacerdotes.

    Para los sacerdotes, el gobierno debe serclerical. y esa concepcin aparece en el Deuteronomio y en las reformas hechas por la fuente T'euteronomis ta en los dems libros existentes -hasta entonces.

    Poco tiempo 'despus de la reforma de Joses,en Jerusaln aparece un segundo grupo de profe-tas, el mayor de los cuales es Jeremas. Fo perfenecen a l, las lamentaciones que suponen ladestruccin de la ^ciudad y la cautividad . Se trata aqu del Jeremas de la profeca y que de-saparece de la historie antes del Exilio.

    Pues bien, en el ao ^550, pocos aos des

    pus de la reforma de Josas, se produce el grenacontecimiento del Exilio, que dura unos 40 aosy luego el pueblo de Israel vuelve a su propia-t ierra pero ya como un pueblo subdito a las

  • -17 -grandes potencias de Siria. Tambin c^.qu, aperece un grupo de profetas, los profetas que con

    suelan a Israel desterrado 5 entre ellos este. E-xequiel y, sobre todo, el que escribe el gren -libro de le. Consolacin, atribuido a Isees.Poreso se le Heme el segundo Isaas, autor de to-de le segunde perte (o

    .

    por lo menos de une per-te imprtente de elle) del libro devseles, esdecir, le. perte que ve desde l Ceptulo 40 elfin.

    Durante este poca, une fuente sacerdotal,como le del Deuteronomio, redacte otro libro quese le atribuye a Moiss* Quede completo as elPentateuco. Es le fuente llamada sacerdotal y ellibro que escribe es el libro sacerdotal, o sea,el Levitico. Pero no .solamente eso, sino que tambien introduce une versin nueve de muchos, he

    chos relatados en el Gnesis, en el Exodo y enlos Nmeros Te acuerdo qon le mentalidad de es-te poca/Precisamente, Israel esta desterrado,y perece que ello fuera la prueba del mayor po-der de los dioses ^de Babilonia sobre el Dios deIsrael. Le reaccin religiosa se manifiesta re-conociendo el absoluto poder de Dios sobre todoel Universo.

    Por primera vez, le mentalidad religiosa -del pueblo judo encuentra como idea bsica, laidea del Dios Creador y le primere pagina del -Gnesis, le que comienza nuestre Eiblia, ^data -precisamente de esta poca, siglos despus dlaexistencia de los primaros escritos de le Sagrada Escritura.

    El sacerdotal redacta, por lo tanto, dentrode su mentalidad, una buena parte del Gnesis,

    -

    del .Exodo y de los Nmeros, a le v^z que escri-be enteramente el libro del Levtico. Recien entonces, por lo tanto, se termina de escribir elPentateuco, los cinco primeros libros de la Es-critura .

    Hacia el ano 500 A..C, estamos pues en piena restauracin del culto en Palestina, esa restauracin que se hace bajo el sacerdote Esdre's,y que da origen histrico a los libros histri-

  • - 18 -

    eos de Esdras y Nehemas.La religin de Israel ye. no ve. e concebir-

    se, entonces, como une. empresa guerrera y de conquiste, no va e asociarse tna claramente a -la libertad y al triunfo del Reino de Israel.Israel es una provincia, Israel esta gobernada pergobernadores impuestos por potencias extren je

    ras.La religin toma as, un aspecto que hoy -

    nos es familiar, pero que slo entonces apareceen la Escritura, el aspecto de une. sabidura, esdecir, el aspecto de una manera de ordenar la -existencia personal y de vivirla.

    De esa e'poca datan, en efecto, todos loslibros Sapienciales, es decir, referentes a lesabidura, a la santidad religiosa de la exis

    tencia, escritos en hebreo. Son, por ejemplo, losSalmos, los Proverbios, el Libro de Job, el Eclesiestes, el Eclesistico, etc.

    Es una etapa importante de interiorizacinde la religin de Israel.

    Finalmente, hacia el 1.75, ocurre la inva

    sin del helenismo, que trae una visin ^nue va,

    -

    una gran cultura que trata, en primer termino -de suplantar a la cultura y a la religin de Israel, y que origina as una reaccin violente,

    -

    encabezada por los Macabeos, y cuyo testimonio-esta en los mismos libros de los Macabeos.

    Pero ademas de esa reaccin violenta, el helenismo trado por Alejandro Magno y sus sucesores, se infiltra con sus elementos aprovechablesen la parte positiva de la religin de Israel,

    y

    es recogido ^or un libro ^escrito en griego, quedata de esa poca, (quizas menos de cien aos -antes de la venida de Cristo), el libro de la -Sabidura. Pequeo libro si se tiene en cuentatodo el resto de la Escritura, pero de una granimportancia: en primer lugar, por una cierta siyitesis de la religin juda con lo aprovechable-del pensamiento griego, y en segundo lugar, porque transforma la mentalidad religiosa de tal -forma, que en el Evangelio vam. s a encontrar como fondo de la religin mas aute'ntica de Israel,

  • -19que Cristo encuentra y que Cristo adopta para sumensaje, el pensamiento del libro de la Sabidu

    ra escrito en esta poca.Esta es 9 ^en sus grandes rasgos, la historia

    de la redaccin de la Escritura, y es, a travsde esta historia, como vamos a enfocar nuestra -investigacin de las distintas etapas de la edu-cacin que Dios hizo de la fe' de su pueblo esco-gido.

    0O0

    Vamos a sealar, fundamentalmente, cuatro etapas? la primera, la mas primitiva, representa-da por el Yahvista y el Elohls+a. La segunda etapa comprender todo lo que precede al destierro,es decir, el primer grupo de profetas, la refor-me de Josias, y el segundo grupo de profetas .Unatercera etapa comprender el exilio, la vuelta -del exilio y. la restauracin, es decir, un ter-cer grupo de profetas,, le redaccin sacerdotal ylos .sapienciales: hebreos Y, por fin, la cuartaetapa comprender sobre todo, el libro de la Sa-bidura, es decir, el contacto de la religin deIsrael con el pensamiento griego.

    0O0 -

    PRIMERA^ ETAPA

    Se refleja en le obra yahvista y elohistaoLo que primero nos sorprende al examinar es?

    tos escritos, es que Dios no aparece, como hoy -da, inmediatamente como un poder universal .Cualquiera de nuestros diccionarios define a Dios como el Ser Supremo, Creador y Legislador *el Uni-verso.

    TTo es asi para esta primera etapa, la mas -primitiva de la religiosidad de Israel,

    Dios es un poder, ciertamente, y el poder -

  • - 20 -

    supremo reconocido y adorado por Israel, pero supoder parece limitarse, es decir, aparece comolimitado.

    Dios es el Dios de la tierra ^en que habi

    tan aquellos que lo adoran, y all es donde Elconcentra su poder y su autoridad. Fuera de esatierra, el hombre esta tambin fuera de la mirada de Dios

    ;^si el poder de Dios

    /continua obran-

    do ma's alia de esa mirada, ser algo indirecto,pero no responder' a la accin directa, al po-der inmediato de Dios sobre las cosas.

    ^Puede verse esto en el Gnesis: 4,13? en -un prrafo en donde el yahvista nos narra el crimen de Can. Dios condena a Can a andar por latierra fugitivo ^y errante:

    "dijo Can a Yehve's insoportable es elcastigo que me das, ahora me arrojas -detesta tierra; oculto a tu rostro ha-br de andar fugitivo y errante por latierra, y cualquiera que me encuntre-me matare 1 . Pero Yahve le di jos 'no sera as. Si alguien matara a Can, seraeste ^siete veces vengado 1

    .Puso, pues?

    Yahve a Can una seal, para que nadieque le encontrase le matara"

    botemos en este texto claramente la alusin a -que el destierro implica estar ^oculto al rostrode Dios y fuera de su proteccin; por lo tanto ?Yahve tiene que ponerle un signo a Can para quean sin poderlo proteger directamente, este protegido por la seal de que Dios no quiere su muerte

    .

    ^Esto nos da una idea, no tanto de la limi-tacin de Dios para el pueblo judo, sino de unemanera de acceder a su conocimiento distinta dela nuestra. En otras palabras, nosotros llega

    mos a Dios a travs del Universo, deducindolo-por un razonamiento que tiene como base la expriencia de la realidad total, de la realidad u-niversal que necesita un Creador y un Legisla

    dor; en cambio el judo llega a Dios por un en-cuentro, por un encuentro concreto en le tierraconcreta en que vive, en la experiencia que ha-

  • - 21 -

    ce en su existencia, y esto es lo que encontra-mos cuando, despue's de haber visto en estas breves palabras, que es Dios para ellos, si as sepuede decir, comenzamos a pensar y a estudiar -cmo se pone el hombre en contacto con Dios,

    Pues bien, si vemos lo que nos dice la Bi-blia en esta etapa del yahvista y del elohista,vemos que los encuentros con Dios tienen cier

    tas caractersticas comunes que se repiten siempre

    .

    Se encuentra Dios en lo terrible y en ^lo -inexplicable. As, por ejemplo, lo encontr Moiss en la teofana de la zarza ardiente. Exodo:3,1 y siguientes?

    "Apacentaba Moise el ganado de Je tro, susuegro, sacerdote de Median. Llevle -un da mas alia del desierto; y llegando al monte de Dios, Horeb, se le apa-reci el ngel de Yahve el ngel de -Yahve es una expresin que indica la aparicin de Yahve' mismo, expresin respetuosa que procura no tocar, por asTdecirlo, con el lenguaje directamente-a Dios, cuando se trata de una accin,y atribursela a alguien que es como -una especie de mensajero, pero que enrealidad, como vamos a ver por todo elcontexto y en muchas otras ocasiones -se puede ver, designa a Dios mismo^/cnllama de fuego de en medio de una zar-za. Vea Moiss que la zarza arda y -no se consuma y se dijo: Voy a ver quegran visin es esta y por que no se consume la zarza. Vio Yahve que seacercaba a mirara y le llam de ^en medio -de la^zarza: 1 \ Moiss l Moiss 1 1 El re_spondis Heme aqu. Yahve' le dijosFo teacerques, quita las sandalias ^de tus -pies, que el lugcir en que estas es tierra santa".

    Por aqu vemos que Dios aparece en lo inexplica

  • - 22 -

    "ble Moiss dice que va a ver como es eso que lazarza arde y no se consume, que va a ver esa granvisin, el misterio de esa zarza ardiente y sinconsumirse. Inmediatamente cuando se acerca, ig-norando que ese misterio tiene un segundo ca^acter, que es lo terrible, Dios se lo advierte?"Yahv le dijo; no te ^acerques, qutate las san-dalias". Esta expresin indica el reconocimientode la indigencia del hombre, de la pequenez delhombre frente a lo terrible, puesto que Dios se-ra terrible con l, si l pretendiera, olvidn-dose de su pequenez, acercarse familiarmente a -lo -d ivino

    .

    Lo misterioso, lo terrible,^ estos dos caracteres que aparecen en la teofona de la zarza ardiendo, aparecen tambin en las grandes teofcrdasdel Exodo, en que Dios se manifiesta en el Sinaa todo el pueblo. As, en el Exodo* 19? 20 y siguientes, nos dice el Yahviste:

    "Descendi Yohv sobre la montaa del Sina, sobre la cumbre de la montaa y 31amoa Moiss a la cumbre y ^Moiss subio^a ella. Yahv dijo a Moiss? Baja y prohibe terminantemente al pueblo que traspase el trmino marcado, para acercarsea Yahv y ver, no vayan a perecer mu

    chos de ellos".

    Aqu vemos otra vez lo inexplicable en los fen-menos que suceden en la cumbre del Sina y lo terrible que sera si los hombres, olvidados de que son hombres, se acercaran por curiosidad a -contemplar ese misterio. Dios mismo tieno cuida-do de apartarlos, para no tener que hacerlos pe-recer.

    En el Captulo siguiente, al terminar Dios-la proclamacin del Declogo, Exodo 20,18, se dj,ce lo siguientes

    "Todo el pueblo oa los truenos y el so-nido de las trompetas y vea las llamasy la montaa, humeante; y atemorizados,-

  • - 23 -

    llenos de gavor>#se estaban lejos. Dije-

    ron a Moiss: Habanos tu, y "be escuche,remos, pero que no nos hable Dios, no muramos

    "

    Aqu el pueblo he. comprendido exactamente la ac-titud religiosa fundamental de esta poca. Anteel misterio? no debe acercarse a lo sagrado y,como dice el texto anterior (en la teofana deDi'sa Moiss- en la zarza ardiente), a lo santo.

    De ah que, para acercarse a Dios, se nece-sita un intermediario. Aqui aparece esa gran i-dea que va a perdura:" durante mucho tiempo en lisrael; se necesite un intermediario, es decir, alguien de alguna mane: a santo y de alguna manera-familiar y ^humano pars que, por un lado pueda a-cercarse mas a Dios y recibir- sus mandatos y pe-dirle mercedes, y por otro, hablar con los hora

    ores. "Habanos tu", le dicen los judos a Moi-ss* y te escucharemos, pero que no nos hable Dios, para que no mujamos.

    De ah la creencia corriente en todo Israely que repite mucha: rimas veces la Biblia, que acercarse a Dios y entrar de cualquier manera que

    sea en contacto con 1 1> equivale a^morir. Pero, -volviendo al texto anterior, Yahve, Exodo 20* 22,despus de haber dicho que los^judios no deben acercarse a la montaa del Sinai porque es santa,para que no perezcan, continas

    "Que an los sacerdotes que son los quese acercan a Yahve se santifiquen paraque no lo hiera Yahve' M .

    Con esto se indica una gradacin en ese acercamiento a lo divino que, en cierto sentido, ya a-parece en esa mediacin de Moiss.

    Hay cosas que pueden acercarse mas, hay co-sas que entran hasta cierto punto en lo sagrado,pero ese entrar en lo sagrado, ese acercarse aDios, exige condiciones especiales, y esas condi-ciones estn aqu expresadas en el precepto de -Yahve, de que se santifiquen, es decir, que se -preparen para acercarse a lo santo, que se vuel-

  • - 24 -

    van, en cierto sentido, sagrados.Esta santificacin no va a indicar nada di.

    rectamente moral, sino una purificacin ritual,un obedecer las leyes rituales que Dios ha pro-clamado para indicar precisamente, en que medi-da los seres y las cosas pueden acercarse a El,a esa esfera sagrada que El se reserva*

    N" o hay que pensar que son simplemente loshombres los. que se acercan a Yahv, tambin sonlas cosas y los animales.

    Por eso^en el Gnesis 7,2, cuando Yahve' daordenes a No sobre el arca, le habla de diferentes clases de animales. Estn los animales -puros y los animales impuros; distincin que vaa sobrevivir en la Escritura, hasta el mismo ITuevo Testamento,^ pues a San Pedro se le propondra la terminacin definitiva de esa distincinsubsistente hasta entonces (Hechos 10

    ,9-15 ).Exis

    ten animales puros y animales impuros, es decir,existen animales cuyo contacto impide acercarsea lo sagrado porque son aborrecidos por Dr.os.

    Dios tiene su gusto y cosas que le disgustan yle repugnan y esas mismas cosas, asi como los -que tocan esas cosas, do-ben apartarse de Dios opurificarse, si quieren acercarse a El.

    Las mismas cosas, decamos, y no slo loshombres y los anime. les entran tambin dentro deestas prescripciones sobre el acercamiento de -lo que es no sagrado a lo sagrado. As tenemos,en el Exodo 30-25 y siguientes las prescripcio-nes qut Yahv da por intermedio de Moiss sobrela confeccin de une; uncin.

    "Con estos ingredientes, le dice Dios ^aMoiss, hars un aceite para la uncinsagrada y un perfume compuesto con ^rreglo e

    ;l arte de la perfumera que sera^

    el leo para la uncin sagrada. Con lungira's el tabernculo de la reunin,

    -

    el arca del testimonio, la mesa cen todos sus utensilios, el candelero con -sus utensilios, el altar del incienso,el altar de los holocaustos con sus

  • -25 -utensilios y el piln con su base. Asilos consegraren, y sern santsimos 5 -cuento los tocare, sera santo. Con elungirs a Aarn y sus hijos y los con-segrares para mi servicio como sacerdotes. Hablar/s as a los hijos de Isreel: f Ese sera' el oleo de la uncin -sagre

    ;da par m de genere cion en gene-

    racin- lo se derramara sobre cuerpo -de hombre alguno, ni haris parecido ael de la misma composicin y sera' cosasagrada, como cosa sagrada lo mirareis.Cualquiera que haga otro semejante o -de el diera a un profano, sera' borradodel medio de mi pueblo",

    8 otamos aqu todos los elementos de esta actitud . El oleo de la uncin se he. ce segn las le-yes de la perfumera, es un perfume que place -extraordinariamente a Dios y que El se reserva,por lo tanto, como dueo y seor de todo. El sele reserva has te. tal punto que tod o lo que esotoca, queda tambin reservado p' ra El. La santidad, la pureza de que aau se trata, se trasmi-te por' contacto, por contacto fsico.

    Asi es lo sagrado en esta concepcin prim,tiva de lo religioso* Con esa uncin quedan

    vcon

    sagrados como sacerdotes a Yahve, todos aquellosque sean -ungid os con ella y, como es lgico, elpecado fundamental en esta concepcin es llevarlo profano a lo sagrado, o sea, "tocar con esa -uncin a un profano

    #o hacer una uncin profana-

    semejante a le uncin sagrada.Lo sagrado es por excelencia lo reservado;

    lo santo es lo que )ios se reserva para s, loque es propio de lo divino y de lo religioso. Usar, por lo tanto, profanamente de algo sagrado,es sacrilegio, es como acercarse indebidamente-a lo sagrado y por eso slo la muerte puude re-sultar de ah, como lo vemos en el mismo , textoque acabamos de leer^

    Y para que se note lo que ya ind icamos,que

    la intencin del hombre es ajena a todo esto, y

  • - 26 -

    que no se -tiene en cuenta, convendra leer un pasa.je de los libros de los Reyes en donde se mustra esto claramente. Leamos en el libro primero-de Samuel 6, lo que ocurre con el arca de Dios -que haba cado en poder de los f ilis teos . Los filisteos, abrumados por los males que les traa -el guardar el arca dLDios de los judos, deci

    den ponerla sobre un carro, uncir a ellas unas -vacas y dejar que Dios mismo dirija el carro y -que vaya a donde realmente el quiera. Pues bien:

    "pusieron sobre el carro el arca de Yah-ve y el cofre con las ratas de oro y lasfiguras de sus tumores. Las vacas toma-ron el camino de Eetsemes y siguieron -derechamente por el. Iban andando y mu-giendo sin declinar ni a la derecha nia la izquierda. Los prncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta llegar-ai territorio de Eetsemes. Las gentes -de Eetsemes estaban segando el trigo -en el valle y alzando lo ojos vieron ^elarca con gran alegra. El carro llego alcampo de Josu betsemita y se paro en -el. Haba all una gran piedra y partieron las maderas del carro y ofreciron-las vacas a Yahve en holocausto. Los levitas, bajando del carro el arca de Yahve y el cofre que estaba, junto a ella ycontena los objetos de oro, los pusie-ron sobre la gran piedra. Las gentes deEetsemes ofrecieron aquel da holocaus-tos y sacrificios pacficos a Yahve,ff .

    Comparemos ahora con esto, lo que aparece en elsegundo libro de Samuel,, tambin en el Capa/tulo-6, donde se trata del traslado del arca a Jerus^alen, ordenado por David:

    "Pusieron sobre un carro nuevo el arca -de Dios y la sacaron de la casa de Abi-nadab que esta' sobre la colina. Oza y Ajo, hijos de Abinadab, guiaban el ca-rro. Iba Oza al lado del arca de Dios yA jo iba. delante; David y toda la casa

  • - 21- -

    de Israel ib&xi derizando delante de Yahve con todes sus fuerzas con arpes, selterios, adufes, flautas y cimbeles.

    Cuando llagaron e le ere de Nacn, "tendio Oza la mano hacia el arca de Diosy le asi porque los bueyes daban sacudidas. Encendise ^de pronto contra Ozala colera de Yahve'

    .y cayo all muerto,junto al arca de Dios".

    Podra preguntarse de donde viene la diferenciaentre esta accin de Cza y la que ejecutronleslevitas al descender el arca de Dios desde su -carro o lo que ejecuto, segn deja entender eltexto, el mismo Oza al levantar el arca de Diosy ponerla en el carro, para comenzar el viaje.

    -

    IT o es acaso lo mismo esto, que sostenerla cuando ^amenaza caer? Sin duda ninguna, que la intencion en estos tres casos es la misma, siempre -buena, y, sin embargo, con esa misma intencin-de sostener el arca de Dios^ e impedir que caiga,Oze se atrae sobre si la clera de Yahve. Comopuede ser esto? La explicacin hay que buscarlaen esa mentalidad religiosa que hemos visto. Setrata simplemente de que la accin que hacen lossacerdotes al subir y al bajar del carro el ar-ca de Dios, es una accin ritual, es la accinque debe ^hacerse se^n el orden de los ritos, -una accin que supone lo sagrado de aquello quese esta manejando. En cembio, la accin- de Ozaes tpicamente una accin familiar. Es el acto/corriente, vulgar, cotidiano, de sostener una -cosa que se cae y, aunque la intencin sea bue-na, el arca de Dios no se puede tratar como unacosa cualquiera. El arca de Dios es algo sagra-do, y con lo sagrado no cabe lo familiar del hombre, an con la meior intencin del mundo.

    Esto termina de completar el cuadro de laactitud que significa esta primera etapa con respecto a la relacin con Dios.

    oOo

  • - 28 -

    Aqu, como despus de examinar cade, una delas etapas siguientes, vamos a detenernos y, frente ^a lo visto, interrogarnos sobre la significacin de esta etapa de la revelacin, su co-nexin con nuestra fe contempornea y finalmen-te sus limitaciones, limitaciones que van a obligar a esa misma fe, a busca ms all y a reco

    rrer etapas nuevas*.Esta primera etapa de la revelacin est -

    constituida, como acabamos de ver,. por un cier-to alejamiento de lo divino con respecto a laexistencia humana familiar y cotidiana. A Diosse lo descubre exis tenc ialmente sacndolo, poras decirlo, del mbito de las cosas de -,odos -los das sobre las que pesa el dominio del hom-bre. A esto responde la concepcin de Bies comode un ser con quien el hombre entra en contactoa travs de misterios terribles.

    Veamos, en efecto, la importancia ce esalnea divisoria que separa, en esta e taplo sagrado de lo profano, ^lo santo de lo familiar^Suimportancia est aqui, tanto ms subrayaca cuanto que ^ni las mejores : intenciones del hombre bastarn para salvar a aquel que no respete esadivisin.

    Pero esa terribilidad alo inspirara repul-sin, y no fascinacin, si no se tratara en lodivino de un misterio que domina la existencia-humana y le dicta su ley. El hombre depende deDios y sobre todo en esas grandes cosas que loaplastan con su magnitud A diferencia del domjLiiio cotidiano de lo humano, sometido generalmente al querer humano, el dominio de lo divino escapa totalmente a la libertad del hombre. El carcter de arbitrariedad con que Dios seala loque es "santo", entre las cosas mismas que com-ponen la existencia del ser humano, subraya eldominio absoluto de lo sagrado sobre lo profano-

    Y^como, por otra parte, esa lnea diviso

    ria as arbitrariamente sealada, no puede ser-descubierta a simple vista ni examinando la na-turaleza misma de las cosas, el hombre queda ala merced de las personas y de los signos sagra

  • ^ 29 -dos que le hacen llegar la noticia del arbitra-rio querer divino.

    De ah la importancia central que adquiereen esta etapa religiosa el rito y su validez. Elrito es, en le existencia del hombre, una accinsin relacin aparente con su eficacia. El que -pone un rito no hace, en realidad, otra cosa quecondicionar la accin de un poder ms grande queel que atraviesa esa accin y es causa de su extraa y decisiva eficacia. De ah que la preocupacin del que pone ese rito sea el de obedecer,an sin comprender, exactamente lo que se le hadicho que constituye esa condicin de validez.

    En lugar de apresurarnos a criticar esta -forma primitiva de lo religioso, tenemos que comprender que, en la evolucin de la existencia -humana conciente es muy difcil desarrollar deotra manera la vivencia de algo importantsimo,que sobrepasa totalmente al hombre. Y sin ello,lo religioso no puede existir, ni siquiera la -religin del amor cristiano. Es cierto que la -primera etapa es an casi totalmente esterior,-pero esta es la ley inevitable de toda educacindel hombre? penetrar poco a poco en su interiora travs de lo sensible.

    Antes de criticarla, pensemos tambin, y este es el segundo punto que nos propusimos tocar,hasta que punto nuestra misma fe esta impregna-da de elementos qutr responden a esa etapa reli-giosa "precristiana.

    Dejemos, por de pronto, de lado lo supers-ticioso. En toda supersticin funciona justamente la mentalidad religiosa que describimos? lasubordinacin de la persona interior a una efi-cacia misteriosa que la sobrepasa y que no tie-ne en cuenta la bondad o la maldad de las intenciones. Evidentemente, aadimos a esto, cuando-se trata, de una supersticin, que esa eficacia-no existe en las cosas en las que el' supersticioso la pone. En otras palabras, no nos choca laactitud religiosa del supersticioso, sino que -rechazamos su equivocacin en tomar por eficazsacralmente lo que no lo es.

  • - 36 -

    Fos cueste mucho hacer- que nuestra religinsobrepase esta especie de fsica sagrada en laque la eficacia y la validez externas parecen -decisivas. Sin hablar de las devociones a lasque se asocian promesas e indulgencias y que sepractican con la vista puesta en las condicio

    nes de esa eficacia y no en el contenido inte

    rior, pasemos al plano de lo que podramos lla-mar ritos esenciales en el cristianismo: los sacrementos*

    o es. el lugar aqu de hacer una teologa-sacramental y mostrar como quizas por una reac-cin contra la concepcin protestante , se ha desarrollado una nocin estrecha de la eficacia -sacramental ex opere oprate Tero la misma ob-servacin nos dice que una espiritualidad sacramental muy corriente pertenece a esa primera e-tapa de lo religioso Se nos dice que lo ^_nterior se requiere, s c9 pero exis tencialmente continua siendo lo menos importante. Se requiere -una intecion bsica, habitual, de hacer lo quehace la Iglesia. En cambio, lo que exige mayoratencin, como decisivo para la eficacia sacra-mental, son las condiciones de su validez.

    Esta misma concepcin subyacente domina -esa tendencia tan general a identificar el nmero de sacramentos con un aumento proporcional -de la gracia (si las condiciones objetivas de -validez se cumplen). De ah que los mismos sa-cerdotes celebren simultneamente en el mismo -local varias misas simultaneas en lugar de par-ticipar todos en una. Por otra parte, la opaci-dad misma de la liturgia (lengua, vestidos, ge_stos y cosas que se han olvidado de su primitivasignificacin) pueden acentuar peligrosamente -una concepcin mgica de lo sacramental. De ahasimismo la angustia por dar, por las dudas, losltimos sacre, men tos aun sin la mas mnima parto,cipacin del enfermo o del difunto. Se piensa -que el no practicar el rito podra determinar -negativamente la suerte eterna de ese hombre.

    Vna concepcin parecida domina tambin lavisin corriente sobre la importancia de la ver

  • - 31 -

    dad dogmtica. Se aprecia casi siempre mas, en-tre los catlicos, la exactitud dogmtica que lacomprensin ntima de el. Y cuando, como es frecuente y lgico, hay que sacrificar una u otrapor falta de tiempo o de capacidad, se insiste-en la primera. Ello viene de atribuirle una es-pecie de valor ritual o fsico a la frmula execta, a la ortodoxia.

    A.un la misma vida moral testimonia una pa-recida concepcin subyacente. Se ^comienza por -preguntar que es lo mandado y que es lo Ipicito.Como se pregunta portel peligro de la electricidad en una instalacin. Y eso se practica muchasveces sin comprender su por que moral ni su re-lacin personal con Dios y con los dems hombres. En casos co nfusos, cuando no se sabe biensi existe un precepto o cuando varios valores -concretamente se oponen, surge comnmente la angustie de que, aun eligiendo sinceramente con -los datos que se poseen, se "mete el dedo en elventilador" como vulgarmente se dice. Algo ascomo Oza con el arca... 0 sea, una actitud reigiosa que ha adquirido perfectamente ciertos valores religiosos, pero aue tiene que profundi

    zerlos en un desarrollo ulterior.Y esto nos lleva, naturalmente, al tercer-

    punto, al de la limitacin de esta primera eta-pa. El primer factor negativo, evidente, es elde la exterioridad. Cuando se despiertan, con lalibertad, con el amor, los grandes problemas dela existencia, todo ello queda paradjicamente,sin apoyo ni influencia de lo religioso. 0 9 loque es peor, es deformado por una religin meramente exterior. Un cristianismo infantil puede,si no se profundiza, ahogar lo mejor y lo mas -profundo del hombre. De ah la necesidad de quela formacin religiosa siga la maduracin hume-na

    .

    Une segunda limitacin, y ,muy importante -desde el punto de vista sociolgico, es la queconstituye la debilidad de la religiosidad de -esta primera etapa frente al sistema de explicaciones cientficas de los fenmenos humanos. En

  • - ?2 -la medida en que sta se centra en torno a una-eficacia misteriosa ^atribuida a gestos, palabrasy actitudes, un espritu cientfico' propio de *la civilizacin la amenaza seriamente. La pro-paganda cientfica con que el mundo comunista -pretende desaterrar lo religioso no afecta, en -realidad, mas que a esta forma de lo religioso,por otra parte sumamente d ifundida . ' El resulta-do muestra el error de los que piensan que hayque transar con las supersticiones populares para adaptar la religin a las necesidades del pueblo. Se ignora que dentro del pueblo mismo,^-acia el espiritu cientfico de la civilizacinoccidental y que rpidamente, se pasa de esta -religin primitiva a la irreligin o, lo que espeor, a un hombre dividido entre lo cientfico-y lo supersticioso.

    Urge, pues, dar una 'dimensin mas honda, -mas real, a lo

    .religioso

    .

    0C0-.

    SEGUNDA ETAPA

    la segunda etapa se halla reflejada, sobretodo, en la obra de los dos primeros grupos deprofetas y en el Deuteronomio

    .

    Como hicimos con respecto a la primera etapa, trataremos tambin aqu de ver primero comose presenta Dios a s mismo y luego como pre

    senta las relaciones ce los hombres con El-

    oOo

    Con respecto al primer punto, vemos que Dios contina en esta etapa aparecindose no -como un poder universal, sino como el Dio i de -Israel. Estas expresiones? "Dios de Israel", "nuestro Dios", aparecen como un leit-motiv detoda le parte de la Escritura redactada en esta

  • - 33 -

    poca

    .

    Veamos, por ejemplo, en el Deuteronomio, -una especie de credo que deben recitar los is

    raelitas cuando presentan ante Dios sus primi

    cias (Deuteronomio 26,5 y siguientes):"Israel tomando de nuevo la palabra, tdirs: 'Un arameo errante fue mi padr^y baio al Egipto en corto nmero pare,peregrinar all, y creci hasta hacer-se gran muchedumbre, de mucha y robus-ta gente. Afligironse lo egipcios y -nos persiguieron, imponindonos rudisimas cargas, y clamamos a Jahve,Dios denuestros padres, q^ue nos oy y mir nuestra humillacin, nucstrc trabajo ynuestra angustia y nos sac de Egipto^con mano poderosa y brazo tendido, enmedio de gran pavor, prodigios y portentos, y nos introdujo en este lugar dendonos una tierra que mana leche y miel"

    Aqu aparece ste elemento esencial: Yahve es -"el dios de nuestros padres", l dios que han adorado nuestros padres, entre otros dioses pos,bles que hubieran podido adorar. Israel, cuandonace como pueblo, hubiera podido volverse j& undios o a otro, pero Israel clama por Yahve y Yahve' tome a Israel y desale entonces, por decirlo as, la suerte de Yahve' esta unida a la suerte de Isra.el y la de Israel a la de Yahve.

    Yahve es el dios de Israel, no aparece porlo tanto, todava, como ese poder universal re-lacionado, inmediatamente, con todo el universa

    No es extrao que encontremos, entonces, es_te episodio extraordinario que leemos en el Se-gundo Libro de. los Reyes 3,26, redactado en lapoca misma que estamos estudiando. Cuando losreyes de Israel y de Jude invaden el reino de -iOab, se dice que:

    "viendo el rey de Moab que llevaba lo -peer de la batalla, hizo una salida con700 hombres de guerra para ver de des-baratar al rey de Edom. Fo pudo conse-

  • - 34 -guirlo; y entonces,^ tomando a su primognito, el que haba de reinar despusde l, lo ofreci en holocausto sobre-la muralla. Se desat entonces gran colera contra Israel, que, retirndose -de all, se volvi a su tierra".

    Para comprender bien este pasaje, tenemos precismente que ponernos en la perspectiva de esa -segunda etapa de la vida religiosa de Israel, -que en este aspecto, contina la de la primera-6 tapa

    El rey Moab ofrece en sacrificio a su hijoa su dios Kems, y el texto contina de tal mo-do, que quien lo lee tiene, necesariamente, quepensar que la retirada de los israelitas, es unefecto de ese sacrificio? "Se desato entonces -gran colera contra Israel". No ser, sin duda,-de la parte de Jahve, porque sera inverosmil.Nadie que lea esto espontneamente puede enten-derlo as. Quien desata la colera es el dios Kemos . Esto significara, entonces, que eran po-litestas los judos? De ninguna manera, por lomenos en un cierto sentido de la palabra polite_sta.

    Hay, no se puede negar, una maduracin delmonotesmo en Israel, a pesar que desde el principio aparezca ya claramente, lo que podramos-llamar, en te'rminos mas precisos , la monolatra.Se adora a un solo dios; los judos se tienen-a un solo Dios, a su proteccin, a la moral queEl les impone, pero no estn ni de lejos segu

    ros de que los otros dioses- carezcan de todo p_oder. Y en este texto, precisamente, se le atri-buye a uno de esos dioses, un cierto poder; lacreencia de Israel es que ese poder esta subor-dinado en principio, al de Yahv, que Yahv vence a todos los otros dioses en goder * Si en es-te caso, la colera del dios Kemos puede desatarse contra Israel, y obligarlos a emprender la -retirada, es, sin duda, porque Yahv no sostie-ne en ello a Israel.

    Otro episodio bblico de esta poca, y re-ferente al mismo dios Remos, nos muestra la mis

  • 35- rma concepcin. F tese el argumento de los mensajeros de Israel ante el rey de Moab:

    "Envi (Jefte) mensajeros al rey de Edomdiciendo: Permteme pasar por tu tierra.Pero el rey de ^Edom no quiso escuchar.

    Y

    envilos tambin al rey de Moab, quientampoco accedi... : Y ahora que Jahve,

    -

    Dios de IsraeL ha expulsado a los amo-rreos delante de su pueblo Israel, tpretendes desposeernos? Acaso tu no posees todo lo que tu ."'ios Fems arrebatoa sus antiguos poseedores? les tambinnosotros poseemos lo que Yahv nes tro-Dios arrebat a sus poseedores" (Jueces11, 17-24).

    Este es 5 en esta e tapa 9 el monotesmo de -Israel; un monotesmo que se va a perfeccionar,cuando aparezca realmente Yahv como el nico -dios del universo y aparezcan todos los dems -dioses como dolos es decir, simples imagenes-sin realidad, como ya veremos en la "prxima etapao

    As pues, Yahv es el dios de Israel, por-que Israel lo ha elegido como ajos y Dios adqujere entonces el compromiso de tener a Israel co-no su pueblo.

    En la profeca de Miqueas 4,5 5 se nos diceprecisamente?

    "Los pueblos marchan cada uno en el nom-bre de sus dioses respectivos, pero no-sotros marchamos siempre en el nombre -de Yahv, nuestro Dios".

    Cada uno de los pueblos tiene un dios y el diosnico de Israel es Yahv.

    0O0

    Pues bien, si esto es Dios para Israel en-esta etapa de la formacin de su fe, veamos c-mo el hombre se pone en contacto con ese Dios Y

  • - 36 -

    vemos a ver que as como en la primera etapa signif icaba un alejamiento del Dios para que se comprendiera su carcter de dueo absoluto,

    .

    (preci-samente por su alejamiento de todo lo humano), -aqu se produce un acercamiento de Dios a la existencia del hombre, acercamiento que va atraducir en la nocin de alianza, relecin evi

    dentemente mas personal y mas moral que la que -exista entre Dios y el hombre que se acercabaa el por medios rituales, tal como vimos en la e_tapa anterior.

    Esta nocin de alianza entre Dios y su pue-blo, tiene una importancia grande en toda la Es-critura, pero sera un error atribuirla a todas-las distintas etapas; pertenece esencialmente aesta. Aunque todas las etapas perduran en las e-tapas siguientes y no se cortan sino que trasmi-ten muchos de sus elementos a las etapas poste

    riores a pesar del gran cambio que significa pa-sar de una etapa a otra, la ^nocin de alianza ysu importancia son caractersticas de esta pocareligiosa.

    Dios entra, pues, en una relacin oas huma-na con el hombre, por medio de una alianza que -tiene un contenido moral.

    Se trata de una relacin humana que expresa,por lo menos metafricamente, en trminos perso-nales s Israel ee la esposa de Yahve y Yahve el -esposo de Israel, y las relacionas entre Israel-y su Dios se expresan con la imagen de una rela-cin esencialmente hecha de fidelidad.

    As vemos, por ejemplo? toda la profeca -de Oseas versar sobre este tema de la fidelidad-de la esposa al esposo. Por ejemplo, en 2,14 ysiguientes, encontramos estas expresiones?

    "As, dice Yahve'^ la atraer (a mi espo-sa) y la llevare al desierto y le habla,.re al corazn y fuera ya de all, yo ledar sus villas y el valle de Acor co-mo puerta 3e esperanzas; y all cantar

  • - 37 -

    como cantata en los das de su juven

    tu el, como en los das en que subi d-la tierra de Egipto. Entonces, dice

    ""Yahve, me llamara "mi marido" no mellamar flbeal". Quitare de su boca los -nombres de los baales, para que no vuelva nunca a mencionarles por sus nomimesEn aquel da har en favor de ellos (delos israelitas) concierto' con las bes-tias del campo, con las aves del cieloy con los reptiles de la tierra y que-brare en la tierra arco, espada y gue-rra y har' que reposen seguros. Sertu esposo, Israel, para siempre, y tedesposare conmigo en justicia, en jui-cio,^ en misericordia, en piedades, y yoser tu esposo ^en fidelidad y t reco-nocers a Yahv".

    Vemos tambin aqu el celo de Dios (tambin enun sentido matrimonial) con respecto a la infi-delidad de Israel al adorar y buscar proteccinen otros dioses que no son Tahve.

    Hay que guardar, pues, en lo religioso uneactitud que es esencialmente humana, la fideli-dad, fidelidad que no apareca ante esa cierta-arbitrariedad con que el Dios de la primera etapa dispona ritos incomprensibles

    .

    para que loshombres se acercaran a el. -

    Dios se ha acercado al campo de lo humano,y el hombre con respecto a El basa su actitud,

    -

    en una actitud ya tpicamente humana como es esa fidelidad.

    la moral que va a expresar concretamente -esa fidelidad, es una moral que interesa ya elcorazn del hombre.

    Vemos, por ejemplo, en el profeta A.mos, 5*

    21, la condene. cin de una religin meramente ritua.l, como era la de la primera etapa, cuando -no llega a formar en el hombre esa actitud ple-namente humana que brota del corazn y que es -la fidelidad'. Leamos lo que dice el profetas

  • wYo odio y aborrezco vuestras solemni-dades y no me complazco en vuestras congregac iones . Si me ofrecis holocaus

    tos, me. presentis vuestros dones, nolos recibir ni pondr mis ojos ^en lospacficos de vuestras cebadas victimes.Aleje de m ^el ruido de tus cantos, queno escuchare el sonar de tus ctaras.

    -

    En cambio como age impetuosa precip-tese el juicio^ como torrente que no -se. seca, le justicia. Acaso me ofre

    csteis sacrificios y presentes en eldesierto en 40 aos, case, en Israel?".

    otemos en este prrafo el desprecio por todo -lo rituel que no llegue al corazn del hombre yprecisamente para probar esto, se elude a este-perodo no rituel de le historie de Israel, eldesierto el que ye hemos visto que aluda entesel profeta Oseas como el tiempo de le fidelidad.All, sin rito ninguno, Israel fue plenamente-fiel a Dios porque solo poda confiar en El yno en ningn otro Dios. Esa es le etapa de la -plena fidelidad juvenil e inicial, por as de

    cirio, de Israel hacia Dios, etapas sin ritos, pero en donde el corazn hablaba.

    Lo mismo aparece tambin en el comienzo dela profeca de Isass y es, por decirlo as, lamentalidad misma de los profetas que no son sa-cerdotes y que tienen une gren repugnencia porle exageracin de une espiritualidad ritual.Precisemente, el ttulo que lleve en muchas Biblia^aunoue no see original, el primer captulo de -Isaas, muestre ye esta mentalidad % "vanidad delculto exterior sin la santidad interior". En -Isaas 1,9-17, se dice as:

    "Si Yahve Sevaot no nos hubiera dejadoun resto, seramos ya como Sed orna, y -nos asemejaramos a Gomorra. Oid la palabre de Yahve, prncipes de Sodome;ej3cuchad la doctrina de nuestro Dios,pueble de Gomorra (es decir, Israel). Am qu, dice Yehv, toda le muchedura

  • ~ 39 -

    bre de vuestros st orificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, r"el se-bo d@ vuestros bueyes cebados; no quie-ro sangre e toros ni de ovejas, ni demachos cabros. Quien os pide esto a -vosotros cuendo vens a presentaros an-te m, hollando mis atrios? Fe me trai-gis ms esas vanas ofrendas. El incienso me es abominable, las enomenias, lossbados, las fiestas solemnes; las fies_tas con crimen me son insoportables. De_testo vuestras neomenias y vuestras fes_tividades me son pesadas; estoy cansadode soportarlas. Cuando alzis vues tras-manos, yo aparto mis ojos de vosotros ;-cuando hacis vuestras muchas plegaria^no escuche* Vuestras manes estn llenasde sangre (de violencia). Lavaos, lim

    piaos, quitad ^e ante mis ojos la ini

    quidad de- vuestras acciones. Dejad de -hacer el mal, aprended a hacer el bien,buscad lo justo, restituid al agraviado,haced justicia al hurfano, amparad a -la viuda. Y entonces venid y entendmo-nos, dice Yahve".

    En este texto observamos tambin lo mismo, el desprecio por un ritualismo, sin alma y sin justicia,Precisamente Israel que rinde esos sacrificios,-esas adoraciones rituales a Yahve, tiene las ma-nos llenas de violencia, de crimenes, no se pro-teje a los desvalides, al pobre, a los huperfa

    n~s, a la viuda y eso es 1/ que quiere Yahve enprimer termino. ..Sin so, todo lo dems lo detes-ta.

    Pues bien, esa moralidad que es propia de -esta etapa, es concebida, con ted, como una a-lianza y n^ htoy que olvidar esto*

    Tan es as, que vamos precisamente a ver com& el Deuteroncmio, a diferencia de las ^ctras fuentes del pentateuco, presenta al Declogo enforma de alianza ; Deuteronomio 5,1 y siguientes:

    "Convocado todo Israel, Moiss les dijo:

  • - 40 -

    Oye, Israel, las leyes y los mandamien"tos ^que hoy hago resonar en tus odos;aprndetelos y pon mucho cuidado en guardarlos. Yhave, nuestro Dios hi zocon nosotros una alianza en Horet. liohizo Yahve- esta alianza con nuestros -padres solamente, la hizo con nosotros,que hoy vivimos todava todos. Yhave -nos hablo cara a cara sobre la montaa,en medio del fuego. Yo estaba entoncesentre Yahv^ y vosotros, para traeros -sus palabras, pues vosotros tenais medo del fuego y no subisteis a la cum

    bre de la montaa. El dijo; Yo soy Yahve, tu Dios

    ,que te he sacado de la

    tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. No tendrs mas Dios que a m 11

    y sigue todo el Declogo.Como vemos, el Declogo se presenta como -

    una alianza- y Dios hace notar antes de promul-garlo que El es el Dios que los ha sacado de Egipto. Recordemos aquella especie de credo quehemos citado antes, en que se deca; TfY nosotrosclamamos a Yahve (lo elegimos por Dios) y El nos saco de Egipto con mano poderosa, braza ex-tendido". Pues bien, en el momento de fijar lascondiciones de esta alianza. Dios recuerda queEl ya ha comenzado a cumplirla fielmente, "Yo -soy Yahve, tu Dios, que te ha sacado de la tie-rra de Egipto, de la casa de servidumbre ".Y esta es la alianza que hace Yahve con su pueblo,

    -

    'lo tendrs, por lo tanto, mas Dios que a m",-etc., y sigue todo el Declogo. Al terminarlo,

    -

    el Deteronomio 6,1, resume 'lo dicho as:"Estos son los mandamientos, ^los precejDtos y los juicios que Yahve, vuestro-Dios me mando que os enseara, para quelas cumplis en la tierra en que vais-a entrar y vais a poseer, para que te-mas a Yahve, t y tus hijos y los hi

    jos de tus hijos, y guardes todos losdas de tu vida todas sus leyes y todos

  • - 41 -

    sus mandamientos que yo "te inculco, yas vivas lardos anos (es decir, que -si se cumple a parte que Israel debe-a Dios en esa alianza, Dios cumplir -le suya haciendo que Israel viva lar

    gos aros)"Escchalos, Israel-, y ten sumo cuida-do en ponerlos por obra^ para que seasdichoso y os multipliquis ^grandemente,segn lo que ha dicho Yahve, el Dios -de tus padres, de darte la tierra quemana leche y miel".

    Todo lo dems ha de subordinarse a esto. Todo lodems es un instrumento que Yahve, Dios de la historia, pone a disposicin de Israel. Este ha deusarlo tent cuanto le sirva para cumplir su parte en la alianza. Aunque ese "instrumento" -sean hombres o pueblos y enaue su " instrumen-tal id ed" se traduzca en separacin y exterminios

    "Cuando Yahve, tu Dios , te haya introducid o en el pais al cual vas a entrar para tomarlo en posesin, y haya arro-jado de. delante de ti a muchas naci

    nes... (siete naciones me's numerosas ypoderosas que tu); y cuando Yahve, tuDios, te las haya entregado y las ha

    -

    yas derrotado, las consagraras al ex

    ter minio. Compactars alianza con ellas,ni les tendrs compasin. Fo emparentras con ellas... porque apartaria a tuhijo de seguirme y servira a otros dioses , de suerte que la ira de Yahve

    -

    se encendera contra vosotros y prontoos aniquilara.... Dorque eres un pue-blo consegrado a Yahve, tu Dios

    ,quien

    te ha escogido para que constituyas elpueblo de su propiedad entre todos lospueblos que existen sobre la haz de latierra... Reconoce pues que Yahve, tuDios, es el Dios, el Dios fiel que gusrda la alianza y misericordia por mil -generaciones con quienes le aman y ob-

  • servan sus preceptos; pero . . no se re-trasa mucho con quien le odia: en ^perso_na le da su merecida... Y suceder que,en recompensa de haber escuchado estos-decretos y haberlos guardado y cumplido,tambin Yahve, tu Dios, guardara el pacto y la benevolencia que juro a tus pa-dres. Y te amara , bendecir y multipli-cara, y bendecir el fruto de tu vien

    tre y el fruto de tu tierra, tu trigo,

    -

    tu vino y tu aceite" (Deut- 7-13).Esta alianza va a tener, entonces, como re-

    sultado, una actitud histrica que es propia degran parte de la Escritura y que juega en ella -un papel importantsimo.

    Israel debe ocuparse exclusivamente de 50ner s u parte en esta alianza, es ^decir, la prac-tica de los mandamientos de Yahve, y Yha- re se preocupara de poner su parte en la alianza, es decir, de proteger a Israel, de darle todo lo quenecesita, abundancia, fertilidad, triunfo contrasus enemigos,- y . todo lo que necesita un j ueblo -en su vida histrica.

    Israel se preocupa de la moral, Yahve se preocupa de la historia.

    Cada vez que haya un problema ^histrico enIsrael, los profetas vendrn y dirn* no hay queemprender una accin histrica para solucionar -este problema histrico, huy que preocuparse dela parte que nos toca, es decir, de la parte mo-ral.

    Cucndo Israel se enfrente con el peligro delas invasiones de los grandes pueblos vecinos,

    -

    los profetas clamaran siempre que no hay que en-frentarse con esos hechos histricos, con medioshistricos, es decir, con ejrcitos, con planes-es trc te'gicos, con alianzas con otros pueblos, sjino enfrentarse con ellos apoyados en aquello quees fundamentalmente eficaz porque es la prte dela ^alianza que corresponde a. Israelt une. renova-cin moral. Lo dems es cosa de Dios y Yahve esfiel.

    Cada problema histrico plantara por lo tan

  • - 45 -to a Israel una renovacin moral; es la parte -que debe cumplir en la alianza con Dios.

    Ello supone la canflanza absoluta de queDios puede cuidarse de cumplir la parte que le-toca, la conduccin de la historia. Dios apare-ce entonces aqu como providencia moral, y pue_sto que Dios es providencia moral se equivoca todo hombre que busca ser el mismo providencia histrica.

    M.s.

    encontramos en Oseas la crtica de a-quellos que toman esa actitud (Oseas 7*9-11):

    "Los extranjeros devoran las sustanciasde Efran (es decir, de. Israel) sin que el se de cuenta^ ya tiene canas (experiencia) sin que el lo haya adverti-do; a Israel le sale a la cara su arrogancia; no se vuelven a Yahv , su Dios,a pesar de todo esto. Efraim es como -paloma tonta, sin juicio; acuden al E-gipto, llaman a Asiria

    ,pero cuando

    van yo les tiendo mi red y caen en ellacomo aves del cielo. Yo los castigar-conforme a lo decretado contra sus ma^Ldades. Ay de ellos, ioor haberse apar-tado de Mil"

    Moten en este texto la crtica que hace el pro-feta de la actitud de Israel por acudir a me

    dios ^histricos . Deban de haberse acordado deYahv en lugar de buscar una solucin en el mismo plan en que se plan J ea el problema. Cuando Egipto invade Israel. Israel lusca la ayuda de Asiria; cuando Asirla invade a Israel, acude s-te a la ayuda de Egipto Y as estos pueblos devoran la sustancia de Israel, exigindole evi

    dentemente el pago de sus servicios respectivos,e Israel es como una paloma tonta y sin juicio,puesto que no ha aprendido a travs de esto quees ^en Yahv en quin d^ebe estribar su proteccin y su triunfo y slo en Yahv, por medio del cumplimiento de su parte en la alianza, quees la parte moral.

    Tambin Isaas critica esta misma actitud-( Isaas 31, 1 y siguientes ):

  • - 44 -

    "]Ay de los que bajan a. Egipto en buscade socorro y confan en los caballos, yen la muchedumbre de carros ponen su es_peranza, y en el nmero de los jinetes.Pero no miran al Santo de Israel y nobuscan a Yahve. Porque El es diestro entraer los males y no retira su palabra.Y se levantara contra la casa de los malvados, contra el socorro de los que o-bran la iniquidad. El egipcio es un horabre.' no es un dios, y sus caballos son-carne, no son espritu. Y en tendiendo-Yahve su mano, caer el protector y cae_ra el protegido, ambos juntamente pere-cern

    As vemos que el verdadero trato con Dios,en esta c tapa de la religin de Israel, consis-te en observar los mandamientos morales dejndo-le a Dios, a su providencia, la disposicin de -los acontecimientos histricos.,

    0O0

    Tambin aqu y como al final de la primera e_tapa, vanos a interrogarnos sobre el sentido, laaplicacin y los lmites del camino recorrido por Israel en la etapa que acabamos d -estudiar.

    Si en la primera etapa Dios apare cia con iosrasgos de un misterio terrible, aqu, en cambio

    ,

    aparece como una pr o v? den ci a moral Es decir, como una providencia histrica que dispone de losacontecimientos segn la -conducta moral de los -hombres o, para ser mas exactos, de los hombres-de su pueblo escogido. A. diferencia de la prime-ra etapa, esto constituye un claro acerca rniento-de lo divino al centro de la existencia humana.

    El sentido evidente de esta etapa es , en e-fecto, ese gran paso ce acercamiento de ] ) reli-gioso al centro ntimo y creador del born ^e. Lareligin as concebida, interpreta la his ,oria yla historia, a su vez, realiza el reino religio-so* Esta identidad entre religin, tarea listori

  • - 45 -

    ca e interpretacin de la historia, ha sido decisiva en el pensamiento de Occidente.

    Para lograr relacionar esos elementos, el -instrumento mental es la nocin de alianza. Exis_tencialmente ello significa dos cosas sumamente-importantess la primera, es la conciencia de te-ner una vocacin histrica aprobada y sostenida-contra todos los obstculos por un poder divino;la segunda, es la conviccin de que lo decisivo-en ese destino histrico es la conducta moral.

    Aunque ms adelante hablemos largamente de la li_mitacion de esta etapa religiosa, no habr que -olvidar el enorme progreso que significa sobre -la anterior.

    En nuestra vida religiosa cristiana, exis

    ten muchsimos elementos de esta etapa de la re-velacin, a pesar de que, naturalmente, se tratade una etapa precristiana. Se reconoce sobre to-do esta forma de religin, en los cristianos masactivos y conquistadores. No en vano presenta esa relacin innegable con el poder creador delhombre. De hecho, toda la realidad religiosa quese puede sintetizar en torno a la idea de "cruzed:-% responde a una espiritualidad similar.

    El cruzcdo es el depositario de un designiode Los que realizar en la historia. Espontanea-mente identifica entonces como oposicin a Dios,toda oposicin histrica voluntaria a la realizacin de use designio. Divide ai mundo en amigos-y enemigos de Dios. Dios' se preocupa de los pri-meros y tolera a los segundos has te- cierto punto.El cruzado se siente fundamentalmente autorizadoa utilizar medios de coaccin o de violencia queseran inmorales si fuesen utilizados por otros.Usar, ademas j las mismas armas que el adversarioSo vuelve una necesidad de le lucha por Dios r yaque "no nos podemos dejar ganar" estando Dios vitalmente interesado en esa victoria.

    Es fcil darse cutnta de que esta concep-cin ha dominado innumerables empresas de los cristianos en los veinte siglos de la Iglesia.

    Fundndose en esta concepcin las luchas en nom-bre de Dios han dado salida a una gran parte de

  • - 46 -la agresividad instintiva del hombre occidental.Ah esta, por ejemplo, Santiago Matamoros; o laestrofa de las coplas de Manrique:

    nY pues vos , claro varn,tanto: sangre derramasteisde paganos,esperad el galardnque en este mundo ganasteispor las manos; 11

    o el himno de la fiesta de Sen Rafael en el Ereviario: "Auferte gentem perfidam credentium definibus ut unus omnes unicum ovile nos pastor -regat". El ecumenismo que hoy comienza a abrir-se paso no debe encubrir otras formas de cruza-da mas a tono con nuestra poca o con la reali-dad latinoamericana. El problema de una revolu-cin cristiana, y de sus mtodos de llegar al -poder, es un testimonio de lo profundamente queesta enraizada en nosotros esta concepcin de -lo religioso.

    Pero existe otra forma, auizas mas sutil,

    -

    de esta misma espiritualidad, la que atare a lainterpretacin religiosa de la historia, y quese da asimismo en nosotros.

    Hemos visto como la concepcin de la alianza llevaba en s implcita una explicacin d-lo que ocurra en la historia del pueblo escogdo. Los acontecimientos favorables mostraban que se haba cumplido con la moralidad requerda. los nefastos existan porque seguramente sehaba pecado y se haca necesaria una investigacion para determinar al culpable.

    Pues bien 5 no es raro encontrar una justi-ficacin de este tipo aplicada a la riqueza delas clases elevadas en los pases cr is tianos .Lamoralidad, por lo menos externa, que las carac-teriza, opuesta a la pasin abierta que dejen 'ver las clases bajas, se junta en esta explica-cin histrica para formular este juicio: "Diosnos ha bendecido", oue equivale a este otro: "Dios nos ha premiado".

    Lo mismo se diga del atribuir a "los ma-los" las desgracias con las que Dios parece que

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    rer castigar, aunque muchas veces caigan sobre-inocentes .

    Los lmites de esta segunda etapa son tanevidentes como el adelanto que ella fignifica -con respectla la religin ritualista. El prime?ro de esos lmites se echa de rer por compara

    cin con una religin verdaderamente universal,como el cristianismo, y como va a ser ya, hastacierto punto, la etapa precristiana siguiente.

    -

    Hacer a unos hombres instrumentos de otros pormotivos religiosos, choca tan directamente conuna visin profunda de Dios, nue no puede sub

    sistir sin cambiar, la incompatibilidad entre -la nocin misma de Dios y, por otra Darte, un -inters divino localizado en un grupo particu

    lar de hombres, se hace cada vez mas evidente,-,sobre todo cuando la psicologa ensera al hom-bre con cuanta facilidad se disfraza con moti

    vos nobles la agresividad que nos inspiran losque no pertenecen a nuestro clan.

    Otra limitacin es, la experiencia histri-ca, como lo era el espiritu cientfico en la e-tapa anterior. La historia muestra, en efecto,

    -

    que las cosas no son tan simples co^mo lo imagi-na esa concepcin de la alianza (vase el librode los Macabeos I , 2, 29-38 ) . Es , aun hoy en da,un hecho de ^magnitud sociolgica considerable,

    -

    la desilusin y la amargura que surgen en los -cristianos al ver que Dios no sale en la histo-ria en auxilio de los que llevan su bandera. Como canta el verso clasico, "vinieron los sarra-cenos y nos molieron a palos, oue Dios protege-a los malos cuando son mas que los buenos".

    Fara soportar esa experiencia es menester-dar un paso mas siguiendo la educacin que Dioshace de nuestra fe.

    oOo

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    TERCERA ETAPA

    La tercera garte esta centrada, como lo -di.ce la primera pagina de. nuestra Biblia escri-ta precisamente en esta poca, en torno a la idea de Dios creador del cielo y de la tierra.

    Veamos el captulo 40 de Isaas que, ^comoya sabemos, pertenece a un profeta de la pocadel destierro. Precisamente se llama el Libro -de la Consolacin y est destinado a los cauti-vos judos de Babilonia.

    Yehve pareca haberse dejado vencer por losdioses de Babilonia y los judos en Babiloniamisma, que podan esperar? No estaban acaso -bajo el .poder de los dioses locales que se ha-ban manifestado no solamente superiores a Yah-ve en la batalla? sino que haban conducido de-bajo su poder, por decirlo as, a los judos para tenerlos cautivos? Que' consolacin podan -tener los judos en esta situacin?

    Precisamente la que se nos dice en Isaas,40,12. .Dios es el que va rescatar a Israel,

    -

    es decir, propiamente, el nic o Dios, el que estan Dios en Babilonia como en Jerusalen, y anteel cual los otros dioses no son absolutamente -nada porque:

    "Quie'n midi las aguas con el hueco desu mano, y a ^palmos los cielos y al tercio de efe' el polvo de la tierra ,peso en la romana las montaas o en la -balanza los ^collados? Quien ha son

    deado el espritu de Yahve, quien fue-su consejero y le instruy? Con quiendeliber El para recibir instruccionesy que le ensease el camino de la jus-ticia? Quin le ense la sabidura yle dio a conocer el camino del entend,miento? Son las naciones como gota deagua en el caldero, como grano de pol-vo en la balanza. Las isl