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Estudios sobre las Culturas Contemporaneas Universidad de Colima [email protected] ISSN (Versión impresa): 1405-2210 MÉXICO 1999 Jorge A. González TECNOLOGÍA Y PERCEPCIÓN SOCIAL EVALUAR LA COMPETENCIA TECNOLÓGICA Estudios sobre las Culturas Contemporaneas, junio, año/vol. V, número 009 Universidad de Colima Colima, México pp. 155-165 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México

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Estudios sobre las Culturas ContemporaneasUniversidad de [email protected] ISSN (Versión impresa): 1405-2210MÉXICO

1999 Jorge A. González

TECNOLOGÍA Y PERCEPCIÓN SOCIAL EVALUAR LA COMPETENCIA TECNOLÓGICA

Estudios sobre las Culturas Contemporaneas, junio, año/vol. V, número 009 Universidad de Colima

Colima, México pp. 155-165

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

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TECNOLOGIA YPERCEPCION SOCIAL

evaluar la competencia tecnologica

Jorge A. Gonzalez

Este breve texto debe considerarse como preliminar por varias razo-nes. En el presento y someto a discusion un instrumento que est^

siendo utilizado acttialmente como parte de la estrategia metodologicade tm grupo de investigacion sobre las relaciones entre tecnologia y cul-tura que coordino desde 1997 dentro de la Red de Comunicacion Com-pleja en Mexico.'

Por otra parte, este instrumento sirve para volver observable una se-de de caracteristicas que llamamos competencia tecnologica percibidamediante el uso de una escala construida ex profeso para tal objeto. Porello en la medida en que se discuta, se pruebe y se corrija en lo que re-quiera, se complemente o bien se refute, esta expedencia sera mas cien-tificamente mas productiva. Para tal efecto, dividire la exposicion encuatro breves apartados. El primero es introductodo y esboza las coor-denadas conceptuales y metodologicas de la propuesta. En el segundo,presento la estructtira y composicion del instrumento. En la tercera parteofrezco im ejemplo sacado de los resultados parciales de su pdmeraaplicacioa Finalmente el texto cierra con tma seccion de conclusiones yperspectivas.

Introducci6n: antecedentes, perspectivas, estrategias1) Antecedentes

En enero de 1998, a solicitud de la Secretaria de Educaci6n Publica delGobiemo mexicano y del Instituto Latinoamedcano de ComunicacionEducativa (ILCE) comenzamos tm trabajo de investigacion empidca so-bre tecnologia y cultura en Mexico cuyo principal objetivo era descdbir

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y explorar una sede de caracteristicas de los modos en que los profeso-res ligados al Programa Nacional de Educacion a Distancia (PNED)operaban y percibian su interaccion con las tecnologias de informa-cion. Nuestro trabajo se enfoco en dos grandes areas. En una explora-mos etnograficainente los entornos y las situaciones sociales especificasen las que cotidianamente los maestros accionan con tecnologias de in-formacion (monitores, videocaseteras, videocintas, decodificadores desatelite, telecomandos, computadoras y perifdricos) en situaciones peda-gogicas. En la otra, mediante sesiones de gnipo obtuvimos y explora-mos las representaciones sociales que los mentores construyen sobre surelacion con la tecnologia y otros objetos discursivos. Como parte delprimer acercamiento, contemplamos, ademas de la observacion partici-pante, la reconstmccion de "biografias tecnologicas" mediante entrevis-tas en las que los maestros nos contaban como habia sido su contacto ysu actividad con diferentes aitefactos tecnologicos durante el curso desu vida.

Uno de los vinculos mas importantes entre las dos grandes areas detrabajo empirico fue precisamente la estimacion de la forma en que losmaestros perciben sus habilidades y destrezas respecto a la tecnologiaque tienen a su alcance y con la que deben trabajar todos los dias.Para ello fue disefiado el instnmiento que se presenta.

2) Perspectivas

La relacion cotidiana de la gente con la tecnologia, es siempre social einicia con la vida misma.^ En el curso del tiempo, esta relacion se vamodificando en funcion de dos trayectorias que convergen y estan a sumodo presentes en toda accion mediada con artefactos culturales.

a) Una primera trayectoha es la que liga a todo agente social con el ac-ceso a un entorno tecnologico mas o menos rico y diverso. Estoquiere decir que de acuerdo al lugar social de origen y la trayectohadel curso de nuestras vidas establecemos una relacion de acceso dif-erencial con la estructura de la oferta y distribucion social de los re-ciusos tecnologicos y sus soportes materiales."* En mas de un sen-tido, la distancia yr.s;ca de las personas con la tecnologia se traducecomo distancia social simbolicamente constmida y percibida.

b) La otra trayectoha es la que vincula a los agentes con la incorpo-racion y generacion de esquemas cognitivos de percepcion, valora-cion y accion que le permiten o impiden el uso y disfrute de la tec-

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nologia que esta o ha estado alguna vez de manera duradera a su al-cance. De igual modo, estos esquemas estan social e histohcamentedisthbuidos segiin la posici6n que se ocupe en el espacio social.^

Es a partir de la indisociable interaccion compleja de las dos trayec-tohas esbozadas que podemos establecer las condiciones de generacionde toda accidn mediada por la tecnologia.^ Las acciones tecnologica-mente mediadas se producen cuando una situacion social en la que serequiere operar con diferentes objetos y dispositivos tecnicos, se con-fronta con una determinada competencia tecnologica.

La competencia tecnologica, puede definirse como un sistema finitode disposiciones cognitivas que nos permiten efectuar infinitas accionespara desempefiamos con exito en un ambiente mediado por artefactos yherramientas culturales.

Esas disposiciones se generan por nuestras acciones constantes conun entorno tecnologico. Una vez formadas, estas operan durablemente ypenmiten al agente transponerlas en situaciones diversas no expehmen-tadas o no definidas con antehohdad.

Asimismo, en la medida en que las disposiciones de ohgen sean ela-boradas y estimuladas de manera eficiente mediante el contacto conotros agentes mas capaces, se realiza un proceso de expansion de lazona de desarrollo prdximo y entonces se es capaz de actuar para resol-ver problemas no solo diferentes, sino nuevos y mas complejos.

En resumen, toda competencia tecnologica:

• Tiene una genesis historica ligada a la posicion en un espacio social• Esta socialmente distribuida (no es "iidividual")• Nos permite actuar con destreza con artefactos complejos• Las disposiciones que la conforman son durables• Son facilmente transponibles frente a situaciones diversas• Sus estructuras son expansibles (operan como sistemas abiertos).

Todas las acciones sociales en que se pone en operaci6n la competenciatecnologica de los agentes generan y recrean simultaneamente repre-sentaciones sociales de lo que cada quien es capaz de hacer con instni-mentos tecnol6gicos. La escala que proponemos vuelve observable lapercepcion de la competencia tecnologica que cada agente tiene (oconstruye en el momento) a partir del recuerdo de sus acciones con he-rramientas tecnologicas. Nuestra propuesta busca dimensionar en unaescala constmida esta propiedad. Estas perspectivas, desde luego, deben

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ser inas profusamente discutidas y elaboradas, pero esa tarea excede poraliora los objetivos de este trabajo.

3) Estrategias

La representacion de la competencia tecnologica puede ser evocada apartir de la cantidad y calidad de la informacion especifica que se tieney de la reconstruccion mnemica de la actividad de cada agente con latecnologia a su alcance. Sabemos que la informacion disponible depen-de de la distancia social respecto a los dispositivos tecnologicos que suubicacion social le ha permitido acceder. La memoria, tambien lo sabe-mos, es siempre selectiva y situacional. No nos acordamos de "todo",sino de partes seleccionadas en ftincion de la situacion social en las quenos vemos requehdos a recordar. Con las biografias tecnoiogicas obtu-vimos un relato cronologicamente organizado en funcion del tipo deequipamiento tecnologico con el que nuestros maestros recordaban ha-ber tenido actividad. Ese relato esta formado por representaciones yevaluaciones orientadas que componen la trama peiceptiva en funcionde la cual se actiia con la tecnologia. Las palabras actiian, en efecto,como programas percepdvos para la accion.'

El instrumento que presentamos surgio inicialmente como una guiadentro de la entrevista para ayudar a recordar el contacto con varios ti-pos de herramientas con grados de dificultad y complejidad diferentes.Sin embargo, las primeras observaciones de campo nos reportaban unasituacion real muy alejada de los objetivos y metas formales estableci-dos en el PNED: la mayoria de los maestros subutilizaban la tecnologia0 de piano, no la usaban. En vez de tener una relacion positiva con ella,nuestras observaciones indicaban que les generaba sentimientos de te-mor y desconfianza. Por ello abrimos la posibilidad de establecer unadescripcion mas precisa de la competencia tecnologica y esa guia de en-trevista la convertimos en una instrumento de autoevaluacion de dos va-riables de pereepcion basicas: la intensidad de uso y la habilidad opera-tiva que se cree tener al actuar (o haber actuado) con diferentes artefac-tos a lo largo de la vida de los maestros.

El programa metodologico del estudio comenzaba por la descripcionetnografica de las sittiaciones pedagogicas cotidianas durante las tresprimeras semanas de trabajo en las que estudiamos de manera simulta-nea 16 planteles repartidos en siete ciudades. Hacia la cuarta semana detrabajo de campo realizamos dos biografias tecnoiogicas de maestrospor cada centro laboral.'' Todos los mentores entrevistados realizaron

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la prueba. Posteriormente, dentro de la estrategia de las sesiones de gru-jx), el instrumento fiie aplicado a cada uno de los cinco participantes delos grupos de discusion previstos, junto con otro niimero menor de pro-fesores reclutados con las mismas caracteristicas que los elegidos paralas disctjsiones, pero que finalmente no participaron en ellas.'

La propuesta: un instrumento para estimar lacompetencia tecnologica percibida

El instrumento (ver cuadro anexo) consta de una matriz con dos secciornes. Una columna en la que aparece una lista de 42 dispositivos tecnolo-gicos organizados por orden de complejidad creciente y otra seccioncon seis columnas para colocar la calificacion que corresponde a cadadispositivo. Asi se pasa de la maquina de escribir a la piogramacionmultimedia, del radio al telecomando y al decodificador de satelite orga-nizados en renglones.

Para efectos de codificacion, a cada dispositivo se le otorgo arbitra-riamente un factor de complejidad entre el 1 y el 5 con el cual se ponde-ra las calificaciones que se otorga cada persona.^ Los entrevistados ca-lifican cada dispositivo segun seis dimensiones.

Las tres primeras nos dan informacion nominal sobre el grado de fa-miliaridad y el tiempo de su contacto con la tecnologia. Ahi, el entrevis-tado nos dice si sabe hacer uso, si usa efectivamente y si posee el dispo-sitivo en cuestioa Estas tres dimensiones no son ociosas ni redundantespor necesidad. Las combinaciones logicas posibles de ellas nos dan unespectro interesante de esta relacion. La cuarta columna integra de ma-nera ordinal la representacion del tiempo de su relacion con la herra-mienta cultural propuesta.

En las dos ultimas columnas empleamos dos escalas de intensidad (1a 5) para que el entrevistado evaliie la frecuencia de uso en el tiempo ysu habilidad de uso.

Al llegar a estas dos columnas el instrumento preve el uso de dos tar-jetas que se muestran al entrevistado para colocar su calificacion desdeel uso muy frecuente [5] hasta el muy poco frecuente [1] en el caso de laprimera, y en la segunda sobre lapericia [5] hasta su nula habilidad [1]que el agente tiene en el uso de la herramienta cultural en cuestion. Laaplicacion de la prueba se Ueva entre 15 y 30 minutos como maximo yen ninguno de los casos presento mayores inconvenientes.''*

Cada respuesta ftie ponderada por el factor de complejidad y con ellose obtuvo una calificacion particular para cada uno de los dispositivos

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propuestos en la matriz. Despues los factores individuales se integraronpara obtener dos calificaciones que objetivan la intensidad de uso y lahabilidad promedio de cada maestro. Con el promedio de ambas notasse construye la expresion numerica de la competencia tecnologica, queen este caso varia en un rango entre cero (nula competencia) y quincepuntos (maxima competencia).

Confiabilidad y validez

Existen varios problemas comunes en la constiuccion de estos instni-mentos sobre los que varios autores nos advierten. Especialmente la de-limitacion de im continuo, la confiabilidad, y la validez. El uso de estaescala supone hipoteticamente la existencia de una propiedad continuaaunque desigualmente distribuida, que llamamos competencia tecnolo-gica. Cuando tma escala produce el mismo tipo de resultados al aplicar-se a la misma muestra, se dice que es confiable. En nuestro caso, nues-tra escala parece funcionar bien, a reserva de nuevas experiencias que seestan apenas acumulando. La validez de nuestra escala se establececuando efectivamente logra medir lo que se proponia y no otra cosa. To-davia es temprano para establecer tm jtiicio completo sobre su validez,pero para los objetivos exploratorios del trabajo, funciono sin mis con-tratiempo. Una labor de profundizacion tecnica en el instrumento pro-puesto podra establecer estos criterios con mayor precision.

Por ahora dejo aqtii el hilo de esta exposicion para pasar a la vista dealgunos de los restiltados obtenidos.

Algunos resultados

En la grafica 1, podemos ver la distribucion de los resultados generatesen su diferencia con la media [5.4]. A partir de esta estimacion se pue-den cruzar informaciones sobre el genero, la edad, el lugar de origen, lasrepresentaciones y los relatos biograficos.

En nuestro trabajo, parece haber una relacion significativa entre eldesconocimiento institucional (SEP/ILCE) de las competencias tecnoio-gicas con las que los maestros llegan al PNED y el fracaso en las estra-tegias de capacitacioa Por otro lado, ese mismo desconocimiento de supropia competencia tecnologica refuerza su representacion devaluadafrente a un ambiente que desde pequenos les ha sido extrailo. Todos losprofesores incluidos en la muestra estan relacionados directamente con

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PNED: CompeteDcia Tecnologica por Edad

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& Maestros

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Dlferoida con U ModU

el PNED y por ello han sido previamente capacitados para usar la tecno-logia, sin embargo, el promedio general de la CT de los mentores estu-diados ni siquieia llega a la mitad de la escala y su composicion en ter-minos de genero y edad muestra tambien caracteristicas significativas.De aqui podemos extraer mejores preguntas y disenar posibles solucio-nes-a este problema crucial de la tecnologia y la educacion. La figuraglobal nos da una representacion de la distribucion de la competenciatecnologica de los mentores.

La segunda aplicacion del instrumento que se hizo con estudiantes depreparatoda, licenciatura y posgrado de la Universidad de Colima,muestra un indice de CT bastante mas alto (9.4 sobre 15).̂ Muchasnuevas hipotesis pueden ser constmidas a partir de estos resultados.

IV) Conclusiones

Dentro de turn estrategia en la cual se utilizaron diferentes tecnicas ymetodos para conseguir objetivos teohcamente plausibles, el papel denuestro instrumento para evaluar la competencia tecnologica ha resulta-

La complejidad del objeto ameritaba, aun en su propia fase de explo-racion, el reto de intentar una polifonia metodologica en la que este ins-trumento es apenas una de las voces.

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La creacion de una escala para estimar la competencia tecnol6gica haresultado interesante en la biisqueda de un sentido reflexivo y organiza-do de la realidad que queremos entender mejor.^"

Quedan pendientes diversas aplicaciones y precisiones criticas delinstrumento aqui esbozado y al mismo tiempo queda pendiente el cons-tante reto de volver obsen^ables realidades que no eran percibidas clara-mente (como la competencia tecnologica) con anterioridad, pero si losefectos de su accion que plantean una sede de problemas practicos muyconcretos.

En este caso se trata de los esfuerzos desiguales, pero siempre muycostosos para "capacitar", es decir, para aumentar la competencia tec-nologica de los maestros, pero sin conocer las representaciones socialesque se tienen y que orientan la percepcion y el desempeno de las accio-nes, la empresa se condena al fracaso y a la fnistracioa

Al conocer la plataforma real y simbolica desde la que es necesariopartir para organizar el cambio, los maestros podrian servirse de las tec-nologias de informacion m ^ sofisticadas, y asi convertirse de verdad enel otro agente mas capaz y mas diestro en la resolucion de problemasconcretos que los estudiantes necesitan para crecer. Esta es la forma -tecnicamente hablando- de poder expandir las Zonas de Desarrollo Pro-ximo limitadas, que tanto los estudiantes como sus profesores tienen de-bido a su colocacion dentro de una estructura objetiva, pero tambiensubjetiva (simb61ica, representacional, cognocitiva) de distribucion de-sigual de la inteligencia Qos objetos, las relaciones sociales, las herra-mientas culturales y las acciones que realizamos con ella).

Sin conocer las condicionantes inmediatas, es decir, los vectores so-ciales, tecnologicos y cognitivos de este problema, la poMca educativaha venido, sin quererlo, peipetuando ima situacion ciclica y recurrente,un veidadero bucle de retroalimentacion negativa parecida a los iimu-merables tejidos de Penelope. Tejer de dia y destejer de noche.

Los maestros han sido empujados socialmente a "elegir" que nadacambie, para no tener que cambiar. ^Como podemos exigirles que seanagentes de cambio en sus alumnos?

Dificil condicion para el tamafio de los retos educativos de Mexicoen una era de la globalizacion, si, de la informacion facilitada por lastecnologias modemas, pero tambien de de la miseria. La otra cara de laglobalizacion para los paises semiperifericos.en el sistema mundial.

La investigacion social de las dimensiones sunbdlicas de la vida tie-ne tambidn su propia palabra.

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Tecnologia y percepcion social

Cedula CT: autopercepcion de la competencia

, , ';T)po<teDls{H>sUivo

Maquiiia de escrihirCalculodora electronica

TelefonoTel^fono bialainbhcoContcstador tekfonico

Beeper/Localizador (tipo Skytel)Telifono Celular

ComputadoraJuegos (Tetris, Heretic)

Procesador de texiosEdici6n Profesional (Ventura)

Diseflo/dibujo (Autocad)Hoia de Calculo (Excel)

Bases de datos (Dbase, Fox)Presentaciones (PowerPoint)

Multimedia ( C D - R O M ^ ^ ^ ^

CoiTeo etectronico (Pine, Eudora)Navegaci6n en internet (Netscape)

Diseflo de software (Basic, C+, Hypertext))Disefio de Paginas Web (Visual Basic, Java)

PerifericosMouse/Rat6n •

ImpresoraCD-ROMScaimer

Fax/Modem

RadioRadio.<lespertador

TelevisionTelecable

Video-Juegos (Atari, Nintendo)Control remoto o Telecomando

Est^reo de discos de 33 v 45 r.p.m.Grabadora

Equipo Modular con Disco compactoVideofjrabadora

Cfaiara de VideoDecodificador de Satilite

Antena Parabolica

Autom6vilAutoestereo

Radio de Banda CivilCajero Automatico

Otro dispositivo importante en su vida

Sain Uw{»yiio)

Time(«fi«3sa)

tecnologica

MM(aitos)

(TtBJiOA)fnleaMti

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FechaPlantel

Nombre_Plaza

EdadPNED (antiguedad, subprograma)

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Notas y referencias bibliogr^i^cas

1. La experiencia inicia con el proyecto local "Coliina, ciudad cableada"(http//:www.ucol.mx) y con el estudio exploratorio sobre el "ProgramaNacional de Educacion a Distancia" en siete ciudades de Mexico. Sobrela red vease Gonzalez, Jorge, "La voluntad de tejer: analisis cultural,fraites culturales y redes de futuro" en Estudios sobre las Culturas Con-tempordneas, Epoca 2, Vol. in. Num. 5, 1997 y la pagina de la Red eninternet http://www.cem.itesm.mx/ric/index.html.

2. Gonzalez, Jorge, "Educacion, tecnologia y cultural una propuesta de investi-gacion exploratoria", en Estudios sobre las Culturas Contempordneas,Epoca 2, Vol. IV, Num. 7, Junio 1998,153-164.

3. Tecnologia es un termino general para designar los procesos por los que loshumanos modelan herramientas y maquinas para aumentar su control yentendimiento del entomo material.

4. Gonzalez, Jorge, "Las coordenadas del imaginario. Protocolo para el uso delas cartografias culturales", en Estudios sobre las Culturas Contempord-neas, Epoca 2, Vol. I, Num. 2, Diciembre de 1995,135-161.

5. Ver el concepto de "Habitus" en Bourdieu, Pierre, The field of cultural pro-duction, Cambridge, Polity Press, 1993.

6. Ver Wertsch, James, Mind as action, Oxford, Oxford University Press, 19987. El concepto de Zona de Desarrollo Proximo lo construye Liev Vigotsky en

Pensamientoy lenguaje, Buenos Aires, Paid6s, 1995 y ha tenido fnictife-ros desarroUos posteriores sobre todo en el area de la antropologia de laeducacion. Ver por ejemplo, Tmeba, Henry y Delgado-Gaytan Concha,Crossing cultural borders: education for inmigrant famiies in america,London, The Falmer Press, 1991

8. Toda representacion siempre es otra forma mas de actuar sobre el mundo, esdecir, tiene consecuencias practicas sobre "la realidad". Vease la discu-sion en Ibafiez Gracia, Tomas (Coord.), Ideologias de la vida cotidiana,Barcelona, Sendai Ediciones, 1988, pp. 15-90.

9. Me refiero en particular al dialogo entre la perspectiva sociologica (PierreBourdieu) y los nuevos desarroUos de la psicologia social y la cienciacognitiva (Serge Moscovici, James Wertsch y los neo vigotskianos).

10. Ver De Bono, Edward, Logica fluida. Una altemativa a la logica tradicio-nal, Mexico, Paidos, 1996.

11. Las ciudades: Monterrey, Veracruz, Merida, Mexico, Leon, Durango y Coli-ma. En los 16 planteles elegidos (5 Centres de Maestros, 2 SecundariasGenerates, 4 Secundarias Tecnicas, 5 Telesecundarias) opera al menosuno de los subprogramas del PNED (Red Escolar de Computo, Videote-cas y Edusat).

12. Estd en preparacion un texto completo sobre los resultados completos delestudio. En total realizamos 89 aplicaciones. Dentro de un esfuerzo de

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Tecnologia y percepcion social

nuestra Red por fomentar una racionalidad tecnologica para el manejo deinfonnacion compleja, capturamos y procesamos la informacion en hojasde calculo. Esto facilita el analisis y la socializacion de resultados. Agra-dezco a Jose Amozurrutia, su asesoria, paciencia y tiempo para el disenode las hojas de captura y analisis de la infonnacion.

n . Asi por ejemplo, a la maquina de escribir y a la computadora se les otorgoun factor de complejidad de 1 y 5 respectivamente. El factor de pondera-cion puede hacerse mas fino al auinentar la gradacion de la escala, sinembargo, para los fines de esta primera exploracion nos basto de 1 a 5.

14. En algunos casos, los maestros comentaban situaciones de falta de contactoactual con una herramienta que conocieron o dominaban en el pasado,que en la forma de este instrumento no se puede captar con detalle, sinembargo, estas situaciones podian ser contempladas dentro del relato dela biografia tecnologica.

15. Ver Wainerman, Catalina (Comp.) Escalas de medidon en ciendas socia-les, Buenos Aires, Nueva Vision, 1976; Goode, W. y Hatt, P. Metodos deinvestigacion social, Mexico, Trillas, 1975, pp. 286-298; Selltiz, C. et al.Metodos de investigacion en las relaciones sociales, Madrid, Rialp.1973, pp. 315-354.

16. En los Estados Unidos tambien se presenta este problema dentro de las es-cuelas respecto al exito escolar y las comunidades social y etnicamentediferenciadas. Al respecto, vease De Villar, Robert y Faltis, Christian,Computers and cultural diversity. Restructuring for school success. NewYork, SUNY, 1991.

17. Datos preliminares del trabajo de investigacibn en curso "Colima, relacio-nes entre tecnologia y cultura", realizado por Georgina Alcantar, YadelArechiga, Noelia Franco, Liliana Pena y Walter Ramos como base de sustesis de licenciatura en comunicacion en la Universidad de Colima.

18. Brewer, John y Hunter, Albert, Multimethod research. A synthesis of styles,London, Sage, 1989

19. Gonzalez, Jorge A. "Navegar, naufragar, rescatar entre dos continentes per-didos. Ensayo metodol6gico sobre las culturas de hoy", en Gonzdlez,Jorge A y Galindo Jesus, Metodologia y cultura, Mexico, CNCA, 1994,pp. 281

20. Galindo, Jesiis, Tecnicas de investigacion en sociedad, cultura y comunica-cion, Mexico, CNCA, Addison Wesley Longman, 1998, pp. 9-31.

Epoca II. Vol. V. Num. 9, Colima, junio 1999, pp. 155-165 165