estrategias de reproducción campesina-indígena en...
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Estrategias de reproducción campesina-indígena en contextos de crisis ambiental con
afectación a la agricultura excedentaria1
GT1. Producción familiar campesina y los mercados
Por Miguel Carrillo Salgado2
Resumen
El café en México ha sido protagonizado por un gran número de campesinos-indígenas
provenientes de diversas etnias que se asientan en territorios serranos. La forma
predominante de producción ha sido a través de sistemas agroforestales con prácticas
agroecológicas a pequeña escala, mismos que han permitido su inserción en mercados que
se dicen alternativos, además de los convencionales. Sin embargo, en fechas recientes se ha
suscitado una fuerte dificultad para la producción del aromático y la obtención de excedentes
económicos para quienes lo producen, pues comenzó un fuerte brote de roya anaranjada en
el ciclo 2012/2013, hongo que invade y debilita los cafetos. Dado a ello, el presente trabajo
tiene como objetivo analizar las reconfiguraciones, que se han suscitado a partir de la
aparición de dicha crisis socioecológica, en la economía campesina de comunidades
indígenas de la Sierra Otomí-Tepehua, en el estado de Hidalgo, México. La realidad se
analiza desde la teoría de la economía campesina y el enfoque de las estrategias de
reproducción social. De manera metodológica, se aborda a través del protagonismo de la
experiencia en la propia voz de los productores de café, el acompañamiento de procesos
organizativos y educativos en la región de estudio. Como consideraciones finales, se
establece que la economía campesina de los productores de café sigue generando la base
material a través de estrategias de diversificación en los canales de suministro agropecuarios
-dinámica propia de una racionalidad campesina-; sin embargo, toman mayor protagonismo
la migración y los mercados locales; por otro lado, se vislumbra una desestructuración de la
reproducción campesina tradicional, dado al horizonte en el relevo generacional de las
unidades de producción.
1 Ponencia para el X Congreso Ruralidades en América Latina: convergencias, disputas y
alternativas en el siglo XXI de ALASRU, del 25 al 30 de noviembre de 2018 en la ciudad de
Montevideo, Uruguay. 2 Profesor de Tiempo Completo de la Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo.
Correo: [email protected] y [email protected]
Palabras clave: Economía campesina, roya anaranjada, estrategias de reproducción
campesinas-indígenas, café.
Abstract
Coffee in Mexico has been carried out by a large number of indigenous peasants from
different ethnic groups who settle in highland territories. The predominant form of production
has been through agroforestry systems with small-scale agroecological practices, which have
allowed their insertion in markets that are said to be alternative, in addition to conventional
ones. However, in recent dates a strong difficulty has arisen for the production of the aromatic
and the obtaining of economic surpluses for those who produce it, since a strong outbreak of
orange rust began in the 2012/2013 cycle, a fungus that invades and weakens the coffee trees
. Given this, this paper aims to analyze the reconfigurations, which have arisen since the
appearance of this socio-ecological crisis, in the peasant economy of indigenous communities
of the Sierra Otomí-Tepehua, in the state of Hidalgo, Mexico. The reality is analyzed from
the theory of the peasant economy and the approach of the strategies of social reproduction.
In a methodological way, it is approached through the protagonism of the experience in the
own voice of the coffee producers, the accompaniment of organizational and educational
processes in the study region. As final considerations, it is established that the peasant
economy of the coffee producers continues to generate the material base through strategies
of diversification in the agricultural supply channels -dynamic characteristic of a peasant
rationality-; however, migration and local markets take center stage; On the other hand, we
see a destructuring of traditional peasant reproduction, given the horizon in the generational
change of the production units.
Keywords: Peasant economy, orange rust, peasant-indigenous reproduction strategies,
coffee.
Introducción
La producción de café en México se desarrolla en 14 estados del país, por medio millón de
productores, en 700 mil hectáreas ubicadas en más de 400 municipios. La mayor producción
se ha concentrado en los estados de Chiapas con una participación del 40%, Veracruz con
24%, Puebla con 15%, Oaxaca con 8%, Guerrero con 4%, Hidalgo con 3% y San Luis Potosí
con 1%. Es decir, siete entidades concentran el 95% de la producción nacional (Sistema de
Información Agroalimentaria y Pesquero, 2018).
Sin embargo, la producción de café se encuentra ante los efectos de un reciente fenómeno
fitosanitario, suscitado en el ciclo productivo del 2012/2013, ya que comienza un fuerte brote
de roya anaranjada3 -u hongo Hemileia Vastatrix- en los cafetales del sur del país, que
posteriormente se fue extendiendo a las zonas cafetaleras del norte y centro.4
Este hecho agravó la productividad de café, lo cual ha conformado una crisis socioecológica,
pues miles de familias campesinas-indígenas han tenido escasez de ingresos económicos para
su reproducción social y los sistemas de producción forestales de café, que son diversificados,
se están transformando.
Aparentemente los problemas son técnico-productivos; sin embargo, es la manifestación de
una política de abandono, en una economía neoliberal excluyente y de una dinámica
ambiental donde se acelera el calentamiento global afectando las actividades
socioproductivas de los campesinos indígenas. Esta crisis se suma a otras que han venido
arrastrando los productores en años anteriores, como las desatadas por los precios bajos, las
constantes heladas y, sobre todo, por los vacíos generados dado a la añeja desestructuración
del INMECAFÉ -Instituto Mexicano del Café- a finales del siglo XX5, donde comienza a
desdibujarse una política de amplio fomento productivo y se queda una de predominio
asistencial. Esto quiere decir que, en las regiones cafetaleras del presente siglo, la política
gubernamental se hace de combate a la pobreza y no de fomento productivo, pues de los
recursos destinados a los municipios cafetaleros, la mitad corresponden a la vertiente social
-50%-, mientras que para el fomento a la producción agropecuaria y forestal sólo 11%
(Carrillo y Robles, 2017).
3 La roya del cafeto está presente en México desde 1981; sin embargo, los productores tenían
otras condiciones de producción dado al respaldo del Instituto Mexicano del Café como
aparato del Estado. 4 Plaga que se propaga con mayor agudización dado a las alteraciones atípicas climático-
ambientales de las últimas fechas, lo cual se traducen en el aumento de la precipitación y
altas temperaturas, haciendo sinergia entre aumento de la humedad y calor en los cafetales -
como condición favorable al hongo-. 5 Con la desestructuración del Instituto Mexicano del Café se perfilan políticas para entrar en
una dinámica de libremercado, formalizada con el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte -TLCAN- a inicios de los años de 1990.
Si bien es cierto que los cafetaleros se encuentran ante una crisis multidimensional que ha
puesto en cuestión constantemente su modo de vida, se han articulado a diversas estrategias
para seguir produciendo, sean de manera organizada o a nivel familiar, grupal, comunitario,
regional, entre otras formas, pero que en muchos casos han sido insuficientes dado a las
fuertes inercias.
Una de las zonas afectadas por la crisis socioecológica de la roya fue la Sierra Otomí-
Tepehua, al oriente del estado de Hidalgo, conformada por los municipios de Tenango de
Doria, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla; donde el café ha representado una fuente
importante de divisas y un pilar económico para el sostenimiento de la forma de vida
campesina-indígena desde mediados del siglo XX para más de 6 mil productores tepehuas,
otomíes y mestizos.
En esta zona, los cafetos llevan produciendo más de treinta años con poca labor en éstos -en
comparación con otras zonas cafetaleras-, que se justifican dado a los altos costos de
producción, pocos subsidios, precios bajos y, sobre todo, poca presencia de organizaciones
articuladas a esquemas de comercio justo y mercado orgánico; sin embargo, han persistido
las estrategias a nivel familiar para la producción de café. Por ello, se hace pertinente analizar
las reconfiguraciones que han tenido las estrategias de reproducción campesinas que se
despliegan en sus comunidades indígenas cafetaleras al ser afectados en sus canales de
suministro excedentario para el sostenimiento de la reproducción familiar que obtenían en su
articulación al capital agroindustrial.
El asomo de las transformaciones a raíz de las constricciones estructurales y ambientales a
inicios de milenio, evidencia que se presentan como problemáticas situadas en territorios
campesinos-indígenas; donde se torna escasez de mano de obra generando una crisis de
jornales dado a la migración, se territorializan las mineras y el narcotráfico como resultado
del desplazamiento del cultivo del café, una mayor presencia de recursos por remesas o a
cambio de la extracción de recursos bioculturales, mayor participación en la delincuencia
organizada, tendencias de la feminización del cafetal. Esto, como resultado de políticas
apagafuegos sin sensibilidad ecológica, social y cultural (Carrillo y Libert, 2017).
Cabe mencionar que este trabajo es parte de una investigación que está en desarrollo y es
más extensa, que tiene como titulo “Estrategias de organización y participación en procesos
de desarrollo rural de los otomíes cafetaleros en la Sierra Otomí-Tepehua del estado de
Hidalgo” en el marco del doctorado en Desarrollo Rural de la Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Desarrollo
1. Marco teórico conceptual: Estrategias de reproducción campesina-indígena para la
producción de café, neoliberalismo y crisis socioecológica
La producción de café representa la base material para el sostenimiento del modo de vida
campesino-indígena, pues el recurso económico obtenido, al comercializarse, ha sido
utilizado para la reproducción familiar; en el sentido de reinversión en insumos productivos
que requieren los diversos sistemas de producción que componen las unidades, el
complemento en los gastos domésticos y los comunitarios -materiales y simbólicos-, en el
pago de jornales, entre otros gastos.
Quienes producen el café, la mayor parte tienen adscripciones lingüístico-identitarias étnicas
de diverso origen, como: otomíes, tepehuas y nahuas en el estado de Hidalgo; nahuas,
otomíes y totonacas en Puebla; nahuas y téeneks en San Luis Potosí; chinantecos, cuicatecos,
mixes, zapotecas y mazatecas en Oaxaca; popolucas, nahuas, tepehuas y otomíes en
Veracruz; nahuas y amuzgos en Guerrero; tzeltales, tsotsiles y tojolobales en Chiapas, entre
otros.
Municipios cafetaleros con base al número de productores6
6 Una constante, desde la adscripción al modelo de desarrollo neoliberal, es que a pesar de
que el café tenga valor en los mercados internacionales, la producción está íntimamente
ligada a los municipios con mayor presencia indígena, pero también a las zonas mayormente
marginadas en términos socioeconómicos (Robles, 2011).
Fuente: Tomado de Robles, 2017, en base a Fomento Café e INEGI
Esta producción está inserta en una lógica que tiene como epicentro a la familia, y ésta se
despliega como unidad de producción y de consumo, que no contrata fuerza de trabajo
exterior, que tiene una cierta extensión de tierra disponible, sus propios medios de
producción y que a veces se ve obligada a emplear parte de su fuerza de trabajo en oficios
rurales no agrícolas (Chayanov, 1974:44), premisa que, a pesar de que el aromático funja
como un commodity, al arribar mercados externos, permite pensar en la economía y
organización de origen como una conformación social no capitalista y que su fin no es la de
acumulación de capital, sino de reproducción de la vida campesina-indígena.
Las estrategias para el despliegue se basan en la multiactividad relacionada al campo como
agricultura de autoconsumo y comercial, pequeña ganadería, forestería, pesca, caza y
recolección; así también cuenta con un carácter pluriactivo, en el sentido de que las unidades
de producción también desarrollan trabajos fuera del campo no agrícolas, asalariados o
informales para el complemento.
Dado a lo anterior, la racionalidad con la que se estructura la producción de café no puede
ser entendida como acciones espontáneas y voluntarias, sino como respuestas activas de
expectativas colectivas, de una clase, de la campesina-indígena -o la campesindia, según A.
Bartra, (2009)-; en otros términos, como estrategias económicas y socioculturales que han
desplegado las unidades de producción de manera histórica para la reproducción familiar y
étnica.
Los cafetaleros han respondido a necesidades alimentarías, para el abasto y el autoabasto,
pero también, para el resguardo del patrimonio biocultural a través de un esquema de
productividad económica; luego entonces, a las estrategias de reproducción campesinas-
indígenas debemos entenderlas como conjuntos de acciones ordenadas en procura de
objetivos a más o menos largo plazo que los miembros de un colectivo tal como la familia
producen (Bourdieu, 2013:34)7; y éstas se concretan en prácticas orientadas por una
racionalidad internalizada.
Así como no podemos desconocer que las estrategias de reproducción campesinas-indígenas
han sido históricas y de una clase social específica, tampoco podemos omitir los
constreñimientos causados por factores externos, de tipo ambientales, políticos y
económicos; pues la economía campesina se articula, además de su comunidad y región, a
complejas relaciones globales donde aparecen manifestadas dinámicas migratorias,
circulación de mercancías -productos y trabajo-, subsidios del Estado y, sobre todo,
ambientales. Luego entonces, está inmersa en diversas relaciones a través de estrategias
familiares, comunitarias u organizacionales.
Diría Bourdieu al respecto, la noción de estrategias debe notar las coacciones estructurales
y a la vez la posibilidad de esas coacciones. Como indica la metáfora del juego, en gran
medida esas constricciones están inscriptas en el capital disponible (2013:34); pues la
producción de café se halla en una coyuntura, de crisis, desatada por la roya anaranjada en la
fase neoliberal de desarrollo.
Las constricciones estructurales se concretan en la fase de desarrollo neoliberal, en una
coyuntura de crisis socioecológica presentada en el ciclo productivo del 2012/2013, en los
cafetales del sur del país que, de forma gradual, se fue extendiendo a las zonas cafetaleras
del norte y centro. Desde entonces se fue agravando la productividad y con ello se da
7 Cabe mencionar que las estrategias de reproducción familiares campesinas indígenas no
sólo están dirigidas por intereses y determinaciones económicas y materiales, sino también
se encuentran fuertemente influenciadas por la cultura interiorizada y objetivada.
continuidad a la catastrófica situación para miles de familias cafetaleras, pues se ve mermada
en sus ingresos, que ha puesto en cuestión el modo de vida que depende del café.
La roya anaranjada es considerada una plaga que ataca las hojas de la planta de café
provocando lesiones de color amarillento y anaranjado, comportamiento que eventualmente
las lleva a la muerte, la defoliación del cafeto, merma en la producción de frutos y,
finalmente, la muerte del arbusto. “La roya del cafeto ha generado fuertes pérdidas en la
producción cafetalera en años recientes. Por primera vez en la historia reciente del café en
México, en el ciclo 2015/2016 se importó al país más café del que se produjo a nivel nacional,
debido a las pérdidas en producción asociadas a la roya” (Libert A. 2016:1).
Sin embargo, con esta crisis socioecológica, el Estado ha desplegado una serie de acciones
que han sido cuestionadas por las organizaciones cafetaleras inmersas en dinámicas de los
mercados sustentables y orgánicos, así como la academia preocupada por la ecología, pues
se han dejando de lado los intereses y prácticas de los esquemas sustentables dado a las
políticas que han promovido paradigma de sostenimiento de la productividad primaria para
el estándar de producción a los intereses de las grandes agroindustrias como NESTLÉ y
DESCAMEX con variedades de café resistentes a la roya, denominados Sarchimores y
Catimores obtenidos de la cruza genética entre híbridos (Escamilla, E., 2016:4), ya que
demandan sol y agroquímicos; lo cual se traduce en la reconversión productiva de sistemas
agroforestales a agrícolas como monocultivo.
Cabe mencionar que, en términos agroecológicos, los sistemas predominantes de café, hasta
antes de la plaga, han sido diversificados y de sombra, los cuales se consideran como sistemas
agroforestales característicos por su alta presencia de biodiversidad; sin embargo, algunos
productores están generando respuestas organizadas para afrontar la roya y conservar dicho
esquema a través de la renovación de cafetos de sombra y fungicidas orgánicos; no obstante,
hasta el año de 2018, seis años después del brote de roya, se registra focos rojos en los estados
de Chiapas, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Colima, Estado de México, Hidalgo,
Jalisco, Nayarit, Querétaro y San Luis Potosí.
Municipios con antecedentes de la roya del cafeto
Fuente: Mapa Dinámico Fitosanitario SAGARPA Y SENASICA, 2018.
2. Metodología
El análisis se aborda desde una postura estructural-constructivista, a lo cual se ha recurrido a
datos estadísticos del Sistema de Información Agroalimentario y Pesquero, a la par de mapas
elaborados por estudios anteriores; sin embargo, habría que mencionar que el sentido ha sido
para considerar los constreñimientos estructurales y ambientales que se ejercen sobre el
proceso productivo del café. Luego entonces, este trabajo parte de la premisa de que los
actores son centrales, pero también tiene cabida la historia estructural.
No obstante, no se niegan las estrategias como respuestas y capacidades en territorios
concretos, para ello, consideramos a las unidades de producción como los actores centrales,
y este enfoque nos obliga a “delinear las prácticas organizadoras y de simbolización
cotidianas […] y el entrelazamiento de sus proyectos. Esto refleja un interés en las formas
emergentes de interacción, estrategias prácticas y tipos de discursos y construcción cultural
[…]” (Long, 2007:119).
Para ello, se parte de la premisa de que los actores tienen experiencias y voces, a lo cual se
desarrollaron más de diez entrevistas a profundidad con productores otomíes de café, con
una edad de entre 55 y 65 años, de las cuales se transcribieron textualmente cinco y las demás
se utilizaron a modo de complemento. Así también, se ha desarrollado el acompañamiento al
proceso organizativo de una cooperativa de cafetaleros por diez años, pero también el
involucramiento con hijos de productores de café en el ámbito de educación superior en la
Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo8 por seis años, lo cual implica recorridos por
las localidades y huertas de café.
Lo anterior permite catalogar a la metodología como mixta, bajo un enfoque de
investigación-acción, la cual hace uso de herramientas cualitativos y cuantitativos como la
entrevista, el trabajo etnográfico de observación participante, con el objetivo de responder
los “porqués”; así como estadísticas oficiales y su análisis, con el objetivo de responder los
“cómos”.
3. Discusión y análisis de resultados
Uno de los estados productores de café que ha sido afectada por la crisis socioecológica de
la roya anaranjada es Hidalgo. Donde las mayores repercusiones fueron en población
indígena, ya que la producción estatal se distribuye entre los nahuas con un 45%, los otomíes
con un 20%, los tepehuas con un 5%, y otros con un 2%; es decir, alrededor del 72% de los
cafeticultores hidalguenses son indígenas y el resto lo produce población mestiza (Consejo
Hidalguense del Café, 2017). Cabe mencionar que las zonas productoras coinciden con las
regiones que presentan mayor rezago socioeconómico y las condiciones de las necesidades
básicas son más precarias.
Un dato importante, es que el Consejo Hidalguense del Café -CHC-, hasta inicios del año del
2017 registra a 34 mil 996 productores; sin embargo, en el último registro hecho por la
Secretaria de Desarrollo Agropecuario de Hidalgo en noviembre del 2017 registra 33 mil
600; es decir, casi 2 mil productores menos.
En términos de regionalización nacional cafetalera, el estado de Hidalgo se ubica en la
vertiente del Golfo, junto con San Luis Potosí, Puebla, Edo de México y Veracruz. Hidalgo
cuenta con cuatro zonas productoras que se asientan en las sierras de oriente y centro del
estado. Su distribución interna se considera por regionalizaciones y, para ello, el Sistema de
Información Agroalimentario y Pecuaria organiza las zonas cafetaleras en Distritos, de los
8 Universidad bajo un enfoque intercultural, que tiene como eje transversal y central las
premisas de la vinculación comunitaria para el desarrollo de conocimiento aplicado a un
contexto concreto.
cuales hay cuatro, y los denomina como Distrito de Huejutla; Distrito Huichapan; Distrito de
Tulancingo y Distrito de Zacualtipán. Por otro lado, El CHC organiza las zonas de otra
manera, como Región Huasteca, Región Chapulhuacan, Región Otomí-Tepehua y Región
Tlanchinol-Calnali.
Regiones cafetaleras de Hidalgo y grado de marginación
Fuente: Elaboración propia con información del Consejo Hidalguense del Café y CONAPO
2010.
El grado de afectación en Hidalgo ha sido devastador, pues con el brote de roya anaranjada,
que comienza en el ciclo productivo del 2013/2014, se han perdido más de 7 mil toneladas
de producción en cuatro años, pues desde en dicho ciclo referido se produjeron más de 35
mil toneladas, y para el del 2017/2018 se registraron 27 mil toneladas; es decir, en años se
han perdido más del 21% de producción a nivel estatal (SIAP, 2018).
Hidalgo con incidencia de roya del café
Fuente: Mapa Dinámico Fitosanitario SAGARPA Y SENASICA
El rezago en las condiciones socioeconómicas de los productores ya permanente y esta
coyuntura de crisis socioecológica, han hecho sinergia para que los cafeticultores se enfrenten
a una mayor adversidad. Cabe mencionar que venían recuperándose de otra coyuntura de
quiebre, la suscitada con la fuerte helada que quemó la cosecha del 2009/2010, así como los
precios bajos que se han mantenido.
Fuente: Elaboración propia a partir del SIAP, 2018.
Una de las zonas afectadas es la denominada Sierra Otomí-Tepehua, conformada por los
municipios de Tenango de Doria, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla, al oriente del estado,
entre Puebla y Veracruz, habitados por otomíes, principalmente, pero también por tepehuas
y mestizos, de los cuales constituyen un sector cafetalero con más de 6 mil pequeños
productores.
35,25631,811 29,955
33,89727,741
25,500 24,622 24,625 23,996 23,539
0
10,000
20,000
30,000
40,000
2013/2014 2014/2015 2015/2016 2016/2017 2017/2018
Producción en toneladas y hectáreas de café en el estado de Hidalgo
Toneladas Hectáreas
Distribución de producción y número de productores por municipio
Municipio No. de Productores Hectáreas
Agua Blanca 48 64.9
Huehuetla 4327 4251.44
San Bartolo
Tutotepec
1854 2038.79
Tenango de Doria 754 735
Total 6983 7090.13
Fuente: Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Hidalgo, 2017
El café, en esta región, ha tenido un papel central en la economía campesina, así también,
hasta hace unos años, fue el único producto que había generado divisas del exterior, tanto
para la reinversión en la unidad de producción, como para la generación de empleos. No
obstante, en los dos últimos ciclos, aparece una relativa “recuperación”, a lo cual habría que
preguntarnos, ¿cuáles han sido las repercusiones en la estructura de la economía campesina
que se generó a partir de la coyuntura ya descrita por la roya?
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del SIAP, 2018
A pesar de que las estadísticas indiquen cierta recuperación productiva, después de la
coyuntura de la crisis socioecológica, es innegable asumir que hubo implicaciones que
trascendieron e impactaron la economía campesina y los territorios de las familias cafetaleras.
Sin embargo, primero habría que entender cómo se estructura la economía campesina de las
familias cafetaleras de la Sierra Otomí-Tepehua. Para ello, recurrimos a un estudio realizado
en el 2012, donde se concluyó que se hallan roles y actividades no especializadas en las
unidades de producción campesinas-indígenas; esto quiere decir que están integradas a una
gama diversificada de cultivos y actividades, pues además del café, la componen otro tipo de
0.00
2,000.00
4,000.00
6,000.00
8,000.00
10,000.00
Producción anual municipal del 2007 al 2018
Huehuetla San Bartolo Tutotepec Tenango de Doria
producción agropecuaria, como cultivos de cacahuate, caña de azúcar, maíz, frijol, hortalizas
y aves de traspatio, ganado menor y mayor (Carrillo, 2014)9.
Se estructuran estrategias diversificadas de producción, donde el mercado regional funge
como una especie de bisagra de articulación, ya sea para la comercialización, pero también
para el intercambio de alimentos. En otro término, existe una lógica de producciones de
autoconsumo local-tradicional que se comercializan en los mercados de las cabeceras
municipales, pero también hay producciones de demanda global, como es el caso del café.
Ante la pregunta: ¿para qué ha servido el recurso obtenido de la producción de café?, se
resaltaron tres aspectos centrales: 1) para la compra de tierra, en años anteriores, para así
integrarla al sistema de la producción campesina, como tierra para milpa, potreros o vivienda,
pero también para la dotación a los hijos e hijas; 2) se resalta la importancia en los gastos de
educación de los hijos e hijas; 3) en el pago de peones para el corte de café y mantenimiento
de cafetal; 4) la compra de insumos para el hogar. Cabe mencionar que esto es parte de un
imaginario social, el cual se rememora con cierta nostalgia.
En las entrevistas realizadas se ubicaron subsidios de combate a la pobreza, de los cuales
resaltó el denominado Prospera, el cual implica recibir un aproximado de 50 dólares
bimestrales; en materia productiva, la mayoría recibe 50 dólares por hectárea de maíz
anualmente; sin embargo, en materia de café no se registró ningún productor con apoyo.
Sin embargo, como vemos en la tabla abajo, el impacto productivo fue catastrófico al año
2018, pues el primer productor tuvo una pérdida del 100%, el segundo una de 75%, el tercero
casi un 90%, el cuarto un 65% y el quinto una pérdida del 32%.
Producción en kilogramos de café cereza del ciclo productivo 2013/2014 al 2017/2018
Ciclos/Informantes
por municipio
San Bartolo Tutotepec Huehuetla Tenango de Doria
Informante 1 Informante 2 Informante 3 Informante 4 Informante 5
2013-2014 12000 8000 30000 2500 1900
2014-2015 5000 7000 32000 2000 1800
2015-2016 2000 3000 18000 2000 1300
2016-2017 800 2000 12000 1500 600
2017-2018 40 2000 4000 900 1300
Fuente: Elaboración propia a partir de entrevistas en los meses de julio y agosto del 2018
9 Cabe mencionar que estas producciones están fuertemente influidas por una biodiversidad
densa, una fisiografía serrana, una religiosidad indígena y una predominante estructura
agraria de pequeña propiedad.
Una de las principales tendencias que pueden considerarse como reestructuraciones por las
afectaciones de la roya anaranjada, es la reconversión productiva, donde algunos productores
de café han recurrido a la sustitución de café por potreros para la producción de ganado
mayor. Es decir, donde se le destinaba a la producción de café, ahora es recurrente comenzar
a ver potreros.
Diversificación agropecuaria en UPCIC10 con afectación de roya anaranjada
Fuente: Elaboración propia a partir de entrevistas en los meses de julio y agosto del 2018
Otra tendencia, sobre todo para los productores que no tienen la posibilidad de invertir en la
producción pecuaria extensiva, recurrieron a una estrategia de intensificación en la
producción comercial de consumo local; es decir, en los testimonio, hay quienes mencionan
que, dado a la afectación de la roya anaranjada, tuvieron que retornar a actividades agrícolas
de demanda local como: maíz, frijol, chile y tomate para poder comercializarlo en los
mercados locales y regionales para así sustentar los gastos y reinversión.
Esto deja ver que los territorios cafetaleros están en un dinamismo más intenso, pues en los
recorridos se visibiliza una tendencia a la reconversión productiva, perdiendo terreno los
sistemas de producción agroforestales, como es el café, pero también la práctica del sistema
milpa. Por otro lado, las zonas forestales cada vez tienen una menor densidad.
10 Unidades de Producción Campesinas-Indígenas Cafetaleras
Representación productiva de la localidad de localidad cafetalera
Cabe mencionar que la influencia de la roya anaranjada no fue homogénea en las unidades
productoras de café de la región, pues de las entrevistas, algunos coincidieron que esta plaga
comenzó a afectarles en el ciclo productivo del 2014/2015; por otro lado, el del 2015/2016 y
en la del 2016/2017. Esto quiere decir que las reestructuraciones en la región cafetalera, ha
sido gradual, pues las huertas de café están ubicadas en alturas desde 790 a 1400 msnm, en
una diversidad de alturas, climas y tipo de vegetación.
Fuente: Elaboración propia a partir de entrevistas desarrolladas en julio y agosto del 2018
Ante el cuestionamiento de cómo es que se ha repuesto el dinero que se obtenía del cafetal,
hubo expresiones donde se vislumbra a mayor intensidad el trabajo extraagrícola, como la
albañilería en la región y otros han migrado a las ciudades. Así también hubo expresiones de
trabajo como jornaleros agrícolas contratados para ofrecer su fuerza de trabajo. En charlas
informales se tuvieron respuestas textuales como las siguientes:
1) Trabajando en la albañilería en la comunidad.
2) Trabajar en el campo para pasar el tiempo.
3) Saco para comer del producto que produzco, pero también soy peón para las personas
que tienen dinero. Son aquellos que les alcanza para pagar a peones (los que trabajan
en México y EU).
4) La gente hizo potreros y ahora se dedican al ganado (La cueva, Piedra Ancha, San
Miguel).
5) Lo repuse yéndome a trabajar a Puebla por un año y 2 meses, por la crisis de que no
teníamos café, nos vino a afectar la roya. Con el café que tenía aquí no iba a poder
sostener la casa y la limpia de la huerta. No tiene chiste dejar enmontar las plantas
que estoy sembrando.
6) El poco café que saco lo tuesto y lo vendo en el tianguis de los domingos.
7) Venta de miel, venta de maíz, venta de pilón.
8) Sobadas, venta de productos
Por otro lado, fueron constantes las manifestaciones de no abandonar la cafeticultura; sin
embargo, se plantea por algunos productores la necesidad de renovar cafetales en extensión
mucho menos; por ejemplo, Agustín Castro, productor que cuenta con dos hectáreas
menciona que se vio en la necesidad de hacer una especie de recorte, pues sólo renovó una
hectárea dado a que ya no tiene las mismas fuerzas para atender las dos. Las variedades que
han estado introduciendo son: Bourbón, Caturra, Garnica, Mundo Novo, Arábiga, Geisha,
Oro Azteca.
Conclusiones
En esta coyuntura han comenzado a verse síntomas de debilitamiento y desestructuración en
los sistemas agropecuarios a pequeña escala, que han sustentado de manera histórica a los
campesinos-indígenas. Esto se traduce en la pérdida de elementos que requieren para su
reproducción, como la tierra, la tecnología requerida y la fuerza de trabajo, que
interrelacionados generan productos tradicionales de autoconsumo para la alimentación y el
abasto local; así como los de tipo comercial de demanda global, que tienen una función de
generación de excedentes para ser destinados a la reinversión.
Sin embargo, la crisis socioecológica desatada por la roya anaranjada, empujó, en la Sierra
Otomí-Tepehua una especie de retorno al territorio productivo, en el sentido de que los
cafetaleros tuvieron que apostarle nuevamente al sistema milpa, el cual desprende una
diversidad de cultivos para el autoconsumo regional.
El tema de envejecimiento de los productores se hace complejo, ya que se cruza con una
coyuntura en la que el campo no es una opción viable para los jóvenes, y esto ha generado
una reducción en la reproducción de diversos sistemas de producción, sobre todo el de café.
A esto le podríamos llamar como un proceso de defoliación socioproductiva, donde ha tenido
como implicación una reducción de jornaleros agrícolas, en otros términos, se torna un
panorama de muchos viejos y pocos jóvenes que atiendan el campo.
Finalmente, la Sierra Otomí-Tepehua se va reconfigurando una transformación de los
territorios cafetaleros productivos, pues vemos una tendencia a la reconversión productiva
de sistemas agroforestales a agrícolas como monocultivo o a pecuarios extensivos; esto
quiere decir que se va perdiendo complejidad de la producción.
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Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera https://www.gob.mx/siap/acciones-y-
programas/produccion-agricola-33119