ESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO DEL SECTOR INDUSTRIAL DOMINICANO

Elaborada por las Asociaciones Industriales de la República Dominicana

1er. Congreso de la Industria Dominicana 7 de Marzo 2007

Santo Domingo, República Dominicana

Este documento fue redactado tomando como referencia numerosos estudios, auspiciados por el Consejo Nacional de la Competitividad, y realizados por técnicos nacionales y extranjeros entre los que se encuentran: Adecuación de Sector Industrial a la Apertura Económica Global, de Roberto Despradel; El Sector Industrial de la República Dominicana: Construyendo un Mapa Estratégico de Michael Fairbanks y el OTF Group; Estrategia y Política Industrial de Competitividad Sistémica, del Rene Villareal; , y el Instituto Dominicano de Excelencia y Competitividad Empresarial, de Jacqueline Malagón. Así como también el estudio de Bases del Crecimiento y la Competitividad, del Banco Mundial. Este documento ha sido el resultado de un amplio proceso de consulta y opiniones llevado a cabo en el seno de las asociaciones industriales de la República Dominicana, con la colaboración técnica de Despradel y Asociados, SA (DASA).

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TABLA DE CONTENIDO PROLOGO 3 I- INTRODUCCION.................................................................................................................... 6 Importancia de la Industria en el Desarrollo de las Naciones ...................................................6

Condicionantes del Crecimiento Futuro del Sector Industrial Dominicano ............................6

II- DIAGNÓSTICO DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA ..............................................................................................................................7 Contribución del Sector Industrial a la Economía Dominicana................................................7

Existencia de dos Esquemas de Industrialización Diferentes ....................................................7

Principales Desafíos que Enfrenta la Industria Nacional ..........................................................8

III- NECESIDAD DE UNA POLÍTICA DE COMPETITIVIDAD DEL SECTOR INDUSTRIAL ................................................................................................................................9 IV- ENFOQUE MICROECONÓMICO DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL DE COMPETITIVIDAD SISTÉMICA............................................................................................12 La Política de Modernización Industrial ..................................................................................12

El Desarrollo de Empresas de Clase Mundial...........................................................................13

El Desarrollo del Capital Humano .............................................................................................14

El Instituto Dominicano de Excelencia y Competitividad Empresarial:................................14

INFOTEP: ....................................................................................................................................14

V- LA POLÍTICA DE DESARROLLO INDUSTRIAL A NIVEL SECTORIAL (LOS CLUSTERS) .................................................................................................................................15 VI- FACTORES EXTERNOS A LAS EMPRESAS QUE AFECTAN LA COMPETITIVIDAD ...................................................................................................................17 La Energía Eléctrica ....................................................................................................................17

La Política de Competitividad Logística y de Agilidad Comercial .........................................18

VII- LAS POLÍTICAS MACROECONÓMICAS PARA IMPULSAR LA COMPETITIVIDAD ...................................................................................................................20 Política de Financiamiento Competitivo....................................................................................21

La Política de Innovación y Desarrollo Tecnológico ................................................................22

Sistema Nacional de Calidad ......................................................................................................22

VIII- LA POLÍTICA DE FOMENTO COMPETITIVO A LAS EXPORTACIONES ........23 IX- ASPECTOS INSTITUCIONALES QUE DEBEN INCLUIRSE EN UNA POLÍTICA DE COMPETITIVIDAD ............................................................................................................24 Proyecto de Ley de Competitividad Industrial .........................................................................24

EL Nuevo Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (PROINDUSTRIA) ..............25

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PROLOGO Por: Marcela X. Escobari*

El sector Industrial Dominicano se encuentra en una encrucijada, donde las empresas tienen que decidir si van a tomar la ofensiva hacia la competencia a nivel mundial. La decisión es inminente, y representa escoger entre el Viejo Modelo o el Nuevo Modelo de competir. En el Viejo Modelo se centra en una competencia basada en mercados protegidos y ventajas comparativas. El éxito depende de temas como los recursos naturales, las economías de escala, y un gobierno que actué de manera paternalista como el “gran estratega”. El nuevo modelo se enfoca en la competitividad a nivel microeconómico, donde la innovación y la diferenciación dentro de la estrategia empresarial generan la riqueza.

11 Copyright © 2006 by OTF Group

Mercados protegidos Globalización y competencia

Ventajas Comparativas Ventajas Competitivas

Enfoque macroeconómico Enfoque microeconómico

Acceso a líderes Productividad empresarial

Capital financiero y natural Capital humano y de conocimiento

Organismos rígidos y jerárquicos Organismos flexibles y meritocráticos

Reaccionismo Proaccionismo

Gobierno como estratega principal Visión compartida y colaborativa

Redistribución de riqueza Creación de riqueza

Paternalismo Innovación

El Enfoque Antiguo El Enfoque Nuevo

Creando una “Mentalidad Competitiva”

La decisión de cual modelo adoptar es muchas veces traumática para una economía, donde no todas las empresas sobreviven. Podemos contar con los dedos de una mano los países que han tomado esta transición, y surgido económicamente de manera importante en los últimos 50 años. Por ejemplo, Corea y Taiwán se han vuelto centros de manufactura cada vez más relevantes y sofisticados; Irlanda usó el ser angloparlante y su proximidad a Europa para transformarse de ser un call center de bajo costo, a un centro de alta tecnología de nivel mundial con el PIB por cápita más alto de Europa. Singapur atrajo inversión extranjera a sus puertos poco después de la guerra de Vietnam, cuando nadie en la región quería tocar dólares Americanos. Estos países, que triplicaron su productividad en las últimas décadas, tienen dos cosas en común: Primero, Coraje: no hicieron cambios graduales, tuvieron una visión sobre lo que podrían lograr y no existieron obstáculos suficientemente grandes para desalentarlos. Segundo, Imaginación: Sus visiones fueron creativas e iban en contra de los paradigmas existentes. No copiaron a nadie, no siguieron las “mejores prácticas”, se dieron el lujo de soñar y no miraron hacia atrás.

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La situación actual en la Republica Dominicana merece cambios de esa magnitud. Los indicadores económicos de la última década son claros: el crecimiento de la República Dominicana (RD) ha disminuido y su competitividad como nación está decayendo. De acuerdo al Banco Mundial, los salarios reales han caído en la última década; el PIB por trabajador, quizás el mejor indicador del dinamismo de una economía, se ha estancado en US$ 5,000 (PPP). Estos números, provocativos bajo cualquier lente, muestran a la República Dominicana atrás de otras economías emergentes que han implementado estrategias industriales decisivas. CAFTA-DR y la incorporación a la OMC van a sacudir el sistema económico; este puede ser el ímpetu necesario para implementar una visión audaz. La oportunidad de mejorar la calidad de vida de los dominicanos existe- y el sector industrial tiene un papel importante en la transformación. Tal vez el más importante, basados en un estudio del Prof. Jeffrey Sachs1 que muestra que un sector industrial fuerte ha probado ser motor importante para el crecimiento de países en desarrollo. En el análisis de 78 países en desarrollo, de los 14 países que mostraron un alto crecimiento económico, 12 empezaron con un alto grado de crecimiento en sus exportaciones de manufactura, incluyendo Irlanda, Singapur y Portugal. Las exportaciones de manufactura promueven el desarrollo económico debido a los efectos positivos indirectos que generan, como fomentar la especialización y la aplicación de mejores prácticas globales. Una de las estrategias más atractivas para el país, investigadas a fondo en un estudio por OTF Group comisionado por el AIRD, es volver la proximidad a EEUU una ventaja competitiva. Liderado por el sector industrial, esta estrategia implica competir en tiempos de entrega más rápidos y una mayor flexibilidad en la producción. La República Dominicana se encuentra bien posicionada para aprovechar este segmento dada su proximidad natural al mercado de exportación más lucrativo, sofisticado y con una demanda de velocidad que aumenta cada año. A nivel nacional, esta estrategia implica cambios importantes delineados en el Anteproyecto de ley: mejorar las aduanas, la infraestructura portuaria, los procesos de exportación y limitar las excesivas cargas impositivas. Y aún más importante, ayudar a las empresas a crear una generación de dominicanos con las habilidades necesarias para competir en este mercado: ingenieros, maquinistas, técnicos, científicos, gerentes de ventas, etc. Para que estas mejorías sistémicas tengan impacto, las empresas dominicanas tienen que darse cuenta que necesitan trabajar juntas para crear una marca de velocidad y flexibilidad como país. La competitividad usualmente no se encuentra en empresas aisladas, se encuentra en clusters de empresas interrelacionadas que se apoyan mutuamente. La competencia verdadera no va a venir tanto de empresas Dominicanas, sino de empresas al otro lado del mundo. La transformación más difícil, y aún más importante tiene que internalizarse dentro de las empresas. Decisiones como el enfocase en industrias atractivas con potencial de diferenciación, hasta cambios en la cultura empresarial, van a ser necesarias en esta transformación. Las empresas necesitan invertir en tecnologías que permitan rápida comunicación con los clientes, menor tiempo de espera tras la orden y sistemas sofisticados de distribución. A nivel de planta, las fábricas necesitan mejoras operacionales que permitan producción de alta calidad y con capacidad de

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recibir órdenes a medida. Esta transición reconoce también que las estrategias efectivas no son decisiones estáticas. Son sistemas dinámicos que requieren un compromiso profundo al aprendizaje y mejoramiento. Requieren equipos de líderes que puedan crear la capacidad organizacional para convertir información en inteligencia práctica, aprender de errores y ajustarse rápidamente a cambios del ambiente externo. Esta jornada complicada, requiere la amplia distribución de los derechos de decisión en una organización, y evaluación constante y honesta de las metas a cumplir, lo cual es mas difícil de lo que parece para la mayoría de administradores exitosos. Algunas empresas ya han empezado este proceso, y las asociaciones como el AIRD están trabajando para promover estos cambios a nivel de cada empresa; apoyando y estudiando oportunidades de crecimiento para la industria, y empujando un entorno propicio. Sin embargo el coraje y la visión necesaria tienen que venir de cada empresario en sus decisiones diarias. La decisión de adoptar el Nuevo Modelo de competencia, de embarcarse en una estrategia basada en el futuro en vez de la herencia del pasado, de tener fe en la capacidad de sus equipos a cambiar, es la decisión que determinará el futuro del país. * Marcela Escobari es Directora del Grupo OTF en Boston, Massachussets. Graduada de la Universidad de Harvard en políticas públicas y economía, es asesora de gobiernos y empresas en materia de competitividad exportadora. Actualmente está trabajando con sector industrial Dominicano en conjunto con el AIRD, CNC y CNZF.

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I -INTRODUCCIÓN

Importancia de la Industria en el Desarrollo de las Naciones

La historia ha demostrado que las naciones que han podido alcanzar a través del tiempo un crecimiento sostenido y mayor nivel de prosperidad para su población, son aquellas que han sustentado su desarrollo económico en el impulso del sector industrial. Este fue, hasta cierto punto, el caso de la República Dominicana durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, cuando el Estado estimuló el crecimiento tanto a la industria orientada al mercado doméstico, como aquella cuya producción se destina a los mercados de exportación. Sin embargo, la industria dominicana ha ido perdiendo el dinamismo del pasado y ha entrado en una etapa de su desarrollo que requiere urgentemente la transformación de su aparato productivo, así como del marco donde opera, para poder competir exitosamente en una economía cada vez más globalizada.

Por una parte, se tiene la entrada en vigencia del DR-CAFTA, así como los avances en las negociaciones de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y con otras potencias económicas mundiales; por otra parte, está incidiendo en los mercados internacionales, la eliminación de numerosas barreras al comercio internacional contempladas en los acuerdos de la OMC; y finalmente, se ha intensificado la competencia de productos asiáticos, especialmente aquellos procedentes de China, cuyo sector industrial goza de niveles de productividad y competitividad envidiables. Todos estos nuevos factores obligan tanto a las empresas nacionales, como al gobierno dominicano, a introducir cambios fundamentales para poder enfrentar estos nuevos desafíos, pues de lo contrario no podrá ser posible seguir creciendo con el dinamismo de las últimas décadas.

Condicionantes del Crecimiento Futuro del Sector Industrial Dominicano

En lo adelante, el crecimiento de la industria dominicana estará determinado por la capacidad que muestren tanto las empresas como el gobierno, de poder aumentar la competitividad, no sólo para preservar su participación en

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el mercado doméstico, sino principalmente para poder penetrar en los mercados de nuestros socios comerciales y de la economía global en general. Conscientes de esta incuestionable realidad, el sector industrial de la República Dominicana, presenta en este documento un conjunto de reflexiones y recomendaciones con el propósito de poder desarrollar una estrategia y una política de competitividad industrial, que haga posible la supervivencia y el desarrollo sostenido de este vital sector de la economía dominicana.

II- DIAGNÓSTICO DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

Contribución del Sector Industrial a la Economía Dominicana

A pesar de una serie de limitaciones que enfrenta el sector industrial dominicano, la manufactura sigue siendo la actividad económica de mayor participación en el PIB, habiendo aumentado su aporte de un 19.6% en 1990 a un 33% en el 2006, donde la manufactura nacional tiene la mayor contribución representando un 23% del PIB. Debido a esto, el sector industrial dominicano se ha ido apartando del promedio de la América Latina el cual para el año 2003 se encontraba en un 18.0%, de acuerdo a la CEPAL. Por otra parte, la manufactura es una de los principales generadores de empleos directos, con unos 489,000 para el año 2005, de los cuales 335 mil fueron aportados por la industria nacional. De igual forma, esta actividad es una de los principales contribuyentes fiscales, así como un eficiente agente de retención que facilita enormemente la labor de las oficinas recaudadoras del Estado

Existencia de dos Esquemas de Industrialización Diferentes

El sector industrial de la República Dominicana se ha desarrollado en las últimas décadas sobre la base de dos esquemas con distintas orientaciones, así como con diferentes marcos jurídicos. El primer grupo, al cual se le conoce como industria nacional o doméstica, se orientó en sus orígenes a suplir el mercado doméstico al resguardo de altas tasas arancelarias, las cuales se han ido eliminando progresivamente e incluso, están a punto de desaparecer bajo los acuerdos de libre comercio negociados con nuestros

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principales socios comerciales, por lo cual estas empresas están obligadas a redefinir su orientación.

El segundo grupo, conocido como las empresas de zonas francas industriales, se desarrollaron al amparo de un régimen fiscal especial que las exonera del pago de todo tipo de gravámenes, lo que les permitió orientar su producción básicamente al mercado de exportación, especialmente en manufacturas ligeras con alto contenido de mano de obra. Este segundo grupo, también disfrutó a partir de la década del 1980, de un tratamiento preferencial en el mercado norteamericano, así como de limitaciones internacionales impuestas a algunos productos competitivos procedentes de países asiáticos. Ambas ventajas internacionales han ido desapareciendo con el tiempo, lo que las obliga a ser más competitivas, para poder recuperar su dinamismo.

Principales Desafíos que Enfrenta la Industria Nacional

El problema principal de la manufactura dominicana, tanto la orientada al mercado doméstico como la de exportación, es que ha ido perdiendo su capacidad competitiva, debido a que no se ha implementado una estrategia industrial definida, contrario a países como Irlanda, Singapur y Corea, que tenían perfiles económicos similares al nuestro hace unas décadas y que sin embargo han triplicado su productividad, permitiendo así un aumento considerable del ingreso per cápita de su población. En este sentido, podemos ver que de acuerdo al índice de competitividad del Foro Económico Mundial, la República Dominicana ocupó en el 2005 uno de los últimos lugares, con un ranking de 101 de un total de 117 países analizados.

La situación dual de este importante sector de nuestra economía, tendrá necesariamente que revisarse en los próximos años, pues como país signatario de los acuerdos de la OMC, así como del DR-CAFTA, estamos obligados a cumplir con determinadas disposiciones incluidas en ambos acuerdos, especialmente en lo que concierne a las reglas de origen y a la eliminación de los subsidios. En este sentido, la República Dominicana ha sido emplazada, juntos con otros países que se encuentran en la misma situación, a cumplir con estas disposiciones a más tardar en diciembre del 2009. En consecuencia, a menos que la OMC declare una prórroga de la citada fecha y que la misma sea aceptada dentro del DR-CAFTA, el

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gobierno dominicano deberá revisar el régimen legal de las Zonas Francas de Exportación, a fin de compatibilizar con la industria nacional, la mayoría de las exenciones fiscales que hasta ahora se han otorgado a las empresas que operan bajo este régimen especial.

En consecuencia, la República Dominicana está enfrentando desafíos fundamentales en su régimen de comercio exterior que afectará profundamente las perspectivas de crecimiento del sector industrial y de la economía en general, en los próximos años. Sin embargo, este documento no persigue presentar sugerencias sobre políticas de convergencia industrial, sino que se concentra en exponer los problemas más acuciantes que enfrenta el sector industrial nacional, así como los cambios de política que con urgencia deben ser introducidos para proveer a este sector de la capacidad competitiva que requiere para poder enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades que le presenta la globalización.

Dentro de una óptica más amplia, también se puede señalar que la República Dominicana está transitando por una etapa de su historia, donde tiene que definir con claridad, sobre cuáles sectores productivos descansará su desarrollo futuro, los cuales necesariamente tendrán que tener capacidad suficiente para poder competir en los mercados internacionales, pues sólo aquellas empresas que están en condiciones de competir en un mundo globalizado, podrán constituirse en fuentes dinámicas de creación de empleos y en fuertes generadores de las divisas que tanto necesitamos para nuestro desarrollo. Debe también tenerse presente que la economía dominicana adolece de un déficit creciente en la cuenta corriente de su balanza de pagos internacionales y que por tanto tiene que buscar con urgencia, medios para incrementar sus ingresos de divisas. En esta nueva estrategia de desarrollo, con toda seguridad al sector industrial dominicano le corresponderá un rol determinante

III- NECESIDAD DE UNA POLÍTICA DE COMPETITIVIDAD DEL SECTOR INDUSTRIAL Como se ha podido apreciar, los nuevos acuerdos internacionales implican amenazas y grandes retos, pero también nuevas oportunidades. Está demostrado, que el funcionamiento del mercado es necesario, pero no suficiente, para lograr el cambio estructural que requiere la gran

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competencia de nuestros tiempos. Tampoco es suficiente la simple firma de nuevos acuerdos de libre comercio, pues no basta con eliminar aranceles para que un país pueda lograr la competitividad, ya que para ello se requiere una estrategia activa de inserción a la economía global tanto por el lado de las empresas, como del gobierno. Una estrategia de competitividad industrial dominicana debe ser enfocada en dos vertientes: primero, la defensa de la planta productiva ante practicas desleales de comercio tanto nacionales como extranjeras; y segundo, la ofensiva, mediante el establecimiento de una política industrial de competitividad sistémica, que es la que permitirá finalmente que la industria nacional pueda competir exitosamente tanto un su propio mercado, como en los mercados extranjeros, lo cual debe ser su principal objetivo. La Defensa En el primer caso, es fundamental que la industria nacional se defienda en su propio mercado de la competencia desleal extranjera, mediante la aplicación de una legislación antidumping y apoyándose en la Ley 1-02 sobre Prácticas Desleales de Comercio y Medidas de Salvaguarda, que permitan proteger a los productores nacionales frente a cambios bruscos en el patrón de importaciones del país, lo cual está permitido por el DR-CAFTA, siempre y cuando no se impongan restricciones al comercio que vayan más allá de lo previsto en los acuerdos de la OMC. Dentro de este primer elemento, es también fundamental que el gobierno aplique una efectiva política para evitar el contrabando, pues el mismo ha sido uno de los peores enemigos de una justa competencia. De igual manera, las empresas industriales tienen que velar porque sus competidores, tanto nacionales como extranjeros, cumplan con sus obligaciones fiscales y eviten así que algunas empresas busquen un mejor posicionamiento en el mercado, a través de la evasión fiscal, pues esto va en contra de una sana competencia. Para que la industria nacional pueda competir en nuestro propio mercado, también es esencial que el país cuente con un tipo de cambio real competitivo, que evite un subsidio implícito a las importaciones y un impuesto también implícito a las exportaciones, lo que finalmente representa una desprotección efectiva neta para la industria nacional. En resumen, es fundamental que la estrategia de competitividad ante la apertura del mercado doméstico, establezca como uno de sus componentes la defensa de la planta productiva ante la competencia desleal mediante una

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legislación antidumping y de practicas desleales de comercio; cuidando el contrabando y otras modalidades de evasión fiscal que atentan contra la libre competencia y finalmente, manteniendo un tipo de cambio real competitivo. La Ofensiva En cuanto a la estrategia ofensiva o una política activa de competitividad sistémica, que es donde nos debemos concentrar, esta debe estar diseñada para elevar las capacidades competitivas del país en general y de la industria nacional en particular, para poder competir y acceder a los mercados internacionales. En este sentido, la estrategia de competitividad sistémica requiere de un trabajo centrado en fortalecer el proceso de acumulación de cada uno de los elementos que la integran. Para estos fines es preciso enfocar la estrategia en cinco frentes diferentes:

• elementos internos de las empresas (la modernización industrial) • elementos sectoriales (el desarrollo de los clusters) • factores externos a las empresas que influyen en la competitividad

(electricidad, trámites aduanales, otros) • políticas macroeconómicas que impulsan la competitividad

(financiamiento, tasa de cambio, otros) • aspectos institucionales (marco legal, muevas instituciones)

Ante esta nueva realidad, la vieja disyuntiva de la política proteccionista vs. la política de apertura pasiva, en donde la mejor política industrial es la que no existe, estimulada sólo por acuerdos de libre comercio, se ha convertido en un falso dilema e incluso en una peligrosa estrategia. En la actualidad, la única alternativa que puede llevarnos al éxito es una política industrial basada un nuevo enfoque de competitividad sistémica, el cual se fundamenta en los siguientes pilares: a) reconocer que son las empresas las que finalmente están en el juego de la competencia global, b) que en la actualidad estas empresas fortalecen su competitividad bajo la formación de clusters que integrados funcionalmente generan las economías de aglomeración, c) que sin embargo, para poder generar un modelo de crecimiento competitivo sustentable, el ambiente de negocios en el que se desarrolla la empresa puede resultar muy favorable pero también un obstáculo a la competitividad, por lo cual es necesario que la competitividad sistémica esté acompañada de un entorno favorable a nivel macroeconómico, mesoeconómico, institucional e internacional, que es lo

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que finalmente integra los diferentes elementos de la competitividad sistémica. En consecuencia, lograr la competitividad no es sólo una tarea reservada a la empresa, sino también a las autoridades nacionales. IV- ENFOQUE MICROECONÓMICO DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL DE COMPETITIVIDAD SISTÉMICA La Política de Modernización Industrial En primer lugar resulta de suma importancia que se redoble la estrategia de modernización de la planta industrial, pero para ello existe la necesidad de que el gobierno envíe una señal clara a los entes productivos de que está dispuesto a caminar de la mano con el sector industrial para enfrentar el reto de la apertura. En este sentido, son importantes los incentivos que el gobierno pueda ofrecer a los industriales para la reconversión de sus empresas, pues actualmente muchos están deliberando sobre la factibilidad y conveniencia de invertir a fin de modernizar sus plantas productivas y así poder enfrentar la competencia. Por tanto se requiere repensar una política fiscal de incentivos que motive la reconversión. Para los fines de la modernización de sus plantas productivas, el sector industrial requiere cuatro medidas fiscales: primero, realizar deducciones sobre la base gravable para el pago del impuesto sobre la renta, las cuales se deberían hacer en función a un porcentaje determinado sobre el valor del bien que se adquirió. Este estímulo debería ser otorgado a aquellas empresas que reinviertan sus utilidades en la compra de maquinarias, equipos, así como tecnología. De esta forma, las empresas que reinviertan sus utilidades en estos conceptos, estarían exentas de un determinado porcentaje del pago del impuesto sobre la renta. Este incentivo debería tener una duración de cinco años, durante los cuales podrían reconvertir la planta productiva del país. En segundo lugar, el sector industrial requiere de un mecanismo de depreciación acelerada, para aquellas empresas que durante el citado plazo, decidan invertir para en la modernización de su planta productiva, incluyendo la inversión en equipos para prevención de la contaminación o mejora de la eficiencia energética. Este mecanismo de depreciación acelerada se aplica en varios países latinoamericanos, incluyendo Brasil que

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tiene cláusulas en su legislación que permiten a las industrias depreciar a un ritmo del doble a lo establecido en su ordenamiento jurídico. Respecto al pago del ITBIS, es de suma importancia que para evitar que el capital de trabajo de las empresas tenga que aumentar, debido al pago de los impuestos antes del inicio del proceso productivo, es importante que en el caso de las importaciones de materias primas, el pago de este impuesto se haga al momento de realizar la venta, es decir al final del ciclo productivo. Esto adquiere mayor relevancia, a la luz de las altas tasas de interés que tradicionalmente han prevalecido en la economía dominicana. Finalmente, en lo que concierne al nuevo impuesto que grava a los activos de las empresas, este representa una pesada carga para las empresas productivas que son intensivas en capital, lo que no sólo gravita sobre las empresas existentes, sino que también constituye un desestímulo para la creación de nuevas empresas de este tipo. Por estas razones el mismo debe ser modificado para evitar penalizar las maquinarias y equipos que se adquieran con la finalidad de modernizar las industrias. El Desarrollo de Empresas de Clase Mundial Es preciso entender, que son las empresas las que deberán enfrentar la competencia nacional e internacional y por tanto deben depender de sus propias capacidades para alcanzar el éxito. En este sentido, son especialmente las micro, pequeñas y medianas empresas de nuestro país, las que con más intensidad ven limitadas su capacidad competitiva debido, entre otros factores, a cuestiones relacionadas con: a) sus procesos de control de calidad, b) el bajo nivel de capacitación y especialización de los trabajadores, c) el escaso desarrollo de habilidades gerenciales con métodos de administración modernos, y d) por problemas en las líneas y procesos de producción, que finalmente derivan en una baja productividad. Por lo tanto, un primer reto de la competitividad es elevar las capacidades individuales de estas empresas. Sin embargo, como ha señalado el Profesor Michael Porter, casi de la mitad de la habilidad de una compañía para generar ganancias está basada en la estructura industrial en la que escoge operar, pues hay ramas industriales donde es difícil ser rentable. Por tanto, los industriales dominicanos deben empezar el proceso de mejorar sus estrategias a través de entender la

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estructura inherente a sus industrias, para determinar si deben fortalecer su posicionamiento o migrar hacia mejores y más lucrativas industrias. El Desarrollo del Capital Humano El Instituto Dominicano de Excelencia y Competitividad Empresarial: Para todos estos fines, se debe crear un centro privado, el cual debería constituirse en la institución empresarial encargada del fomento del desarrollo competitivo y sustentable de las empresas y de su autoevaluación en los diversos organismos y programas de fomento de la competitividad industrial. Esta institución ofrecería la oportunidad de formar un nivel tecnológico y empresarial más avanzado que obligue a crear un especio de formación y capacitación de recursos humanos al más alto nivel, con un alto contenido de innovación en las prácticas empresariales, que permitan al sector ser más competitivo. El instituto también se podría convertir en el medio institucional idóneo de coordinación del sector industrial dominicano con los diversos organismos y programas de fomento a la competitividad industrial y el enlace con las distintas instituciones públicas y privadas que afectan el ambiente de negocios de las empresas. En este contexto, es necesario establecer un programa que permita asistir a las empresas en los diferentes campos de la gerencia empresarial que incluya: la administración financiera, la mercadotecnia, así como la gestión laboral y tecnológica necesarias para hacerlas más competitivas, especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Como parte integral del este instituto, se debería incluir un servicio de consultoría dirigido principalmente a las pequeñas y medianas empresas, el cual funcionaría como un ente de servicios de consultoría para las empresas, mediante la prestación de servicios de calidad a precios bajos. Estos servicios serían prestados por consultores externos contratados por el instituto pero no formarían parte de su estructura administrativa. INFOTEP: Por otra parte, se considera necesario reforzar el INFOTEP para consolidar los logros alcanzados hasta ahora y para enfocarlo hacia la calidad y mejoramiento del sistema en general. En este sentido se sugieren varias acciones, entre ellas: a) fortalecer sus estructuras institucionales a fin de propiciar un desarrollo organizacional sostenido de cara a la administración adecuada del Sistema Nacional de Formación Técnico Profesional; b) articular estratégicamente los diferentes componentes que

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integran el SNFTP a fin de propiciar el ordenamiento y mayor dinamismo del mercado de servicios de educación tecnológica y formación profesional; y c) reposicionar al INFOTEP como regulador y rector del SNFTP y relanzar su imagen corporativa como institución modelo en cuestión de gestión de formación y como centro de apoyo a la competitividad empresarial y laboral. V- LA POLÍTICA DE DESARROLLO INDUSTRIAL A NIVEL SECTORIAL (LOS CLUSTERS) El concepto de la competencia empresarial ha evolucionado con el tiempo. Hoy en día y dentro de un entorno de globalización, se acepta cada vez más, que la competencia se está dando no en base a empresa vs. empresa, sino entre empresa-sector ó cluster integrado vs. empresa-sector integrado. La formación de clusters integrados funcionalmente en la cadena global de valor, tiene la finalidad de que las empresas similares mantengan permanentemente vínculos de cooperación e interdependencia con otras empresas de la misma industria, también hacia atrás con empresas proveedoras de insumos y finalmente hacia delante con empresas prestadoras de servicios de distribución, comercialización y mercadeo. Por lo tanto, resulta fundamental que en el Plan Nacional de Competitividad se enfatice la estrategia de clusters para elevar la capacidad competitiva de la República Dominicana. Desde el punto de vista de los intereses del sector industrial, los diversos clusters existentes y los que puedan crearse en el futuro, deben ser enfocados no sólo para cada uno pueda desarrollarse y así aportar individualmente mayores riquezas a la economía dominicana, sino también para que se pueda lograr un mayor nivel de encadenamiento o enlace con la industria nacional, tanto hacia atrás, como hacia delante. En este sentido, es preciso que nuestro sector agropecuario se convierta en uno de los principales abastecedores de insumos de la industria nacional y que a su vez, el sector turismo se constituya en un de los principales mercados de venta de la industria, ya que este sector se perfila como uno de los grandes pilares donde descansará el desarrollo económico del país, y por tanto es fundamental que el mismo esté mayormente integrado al resto de la economía nacional.

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En la República Dominicana existe un cúmulo de experiencias positivas relacionadas con el desarrollo de clusters tanto en el sector industrial, el agropecuario, la construcción y el turismo. Estos clusters deberán apoyar al sector industrial en la integración de la cadena productiva y en la generación de mayor valor agregado. Asimismo, estos programas deben buscar apoyar la integración de los eslabones de abastecimiento, logística e innovación. En este sentido, se deben fortalecer diversos programas que promuevan la integración eficiente del eslabón de abastecimiento en la cadena de valor, los cuales deberían tener objetivos tales como el desarrollo de vínculos entre las empresas de zonas francas y la industria nacional, con el propósito de favorecer un mayor componente de valor agregado a los productos y la integración de los clusters. Para este fin específico, se requerirá de un compromiso entre las empresas para integrar las cadenas productivas. Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores Industriales. Se cual requiere un compromiso entre las empresas para integrar las cadenas productivas, lo que implicaría un programa conjunto de la AIRD con ADOZONA apoyada con facilidades provistas por el nuevo Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (PROINDUSTRIA). Programa de Factoraje. Tendría como objetivo el desarrollo de una herramienta que ayude a conseguir liquidez para la realización de reinversiones en empresas industriales. Para estos fines se debe establecer un mecanismo que garantice condiciones justas en la operación de este tipo de instrumento financiero, para lo cual se requiere establecer un esquema regulatorio que funcione como contenedor de las condiciones tarifarias con que cuente. Este mecanismo, podría funcionar como un crédito que esté disponible para aquellos proveedores que ya operan en cadenas productivas de las grandes empresas y tendría como requisito, que la empresa que recibe el crédito ya esté integrada al grupo de proveedores de las empresas que participan en el programa. Creación de Parques Industriales. Dentro de una política de desarrollo de la competitividad en el ámbito sectorial, se sugiere además impulsar la creación de parques que concentren físicamente a empresas industriales nacionales con el propósito de desarrollar clusters, lo cual ofrecería numerosas facilidades a las empresas que deseen incorporarse a estos parques. Entre estos incentivos, estarían los siguientes: a) Exenciones fiscales el primer equipamiento de los parques y empresas ubicadas en parques; b) acceso a energía eléctrica más competitiva y confiable como

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usuario no regulado; c) aprovechamiento de la infraestructura logística moderna del parque; d) otros. VI- FACTORES EXTERNOS A LAS EMPRESAS QUE AFECTAN LA COMPETITIVIDAD La Energía Eléctrica Dentro de los factores externos a las empresas que afectan su competitividad, el más importante actualmente es el deficiente y caro servicio energético del país, pues este vital servicio ha llegado a convertirse en uno de los peores obstáculos que afectan la competitividad de las empresas industriales de la República Dominicana y por tanto si este problema no es resuelto satisfactoriamente, será prácticamente imposible que los productos industriales dominicanos puedan competir exitosamente en los mercados internacionales. En este sentido debe recordarse que nuestro país cuenta con una energía eléctrica que es cuatro veces y media más cara que en los Estados Unidos y Corea; tres veces más cara que en China, Turquía y la India, y el doble más cara que algunos competidores de la región. Los costos económicos derivados de la ineficiencia en el suministro eléctrico representan mayores costos de producción para las empresas, lo que a su vez reduce considerablemente la capacidad competitiva del país y además distrae una gran parte del escaso stock de capital existente, el cual tiene que dedicarse a la autogestión energética. Esta calamitosa situación, no sólo afecta enormemente a las empresas existentes, sino que también constituye un desestímulo para potenciales inversionistas nacionales y extranjeros, lo que ensombrece las perspectivas de crecimiento del sector industrial y la economía en general. Por estas razones, debe ser una prioridad del gobierno buscar soluciones a corto plazo que por lo menos aminoren sustancialmente la pesada carga que representan las ineficiencias del sector energético y que se comience a implementar un programa de mediano plazo que solucione definitivamente este acuciante problema. En este sentido, la renegociación de los contratos con las generadoras, la adecuada aplicación de la ley de electricidad, la reducción de las pérdidas de transmisión y distribución, el cobro efectivo a los diferentes usuarios, el aumento de la capacidad instalada de las plantas

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de generación, todos estos, son aspectos que se deben atender con la urgencia que los mismos ameritan. La Política de Competitividad Logística y de Agilidad Comercial En el mundo moderno, la velocidad y el tiempo son elementos importantes en los que se basa la competitividad, por lo tanto se requiere tener una estrategia de competitividad logística comercial que permita que la ventaja comparativa de localización geográfica, se transforme y consolide en una ventaja competitiva. La gran ventaja comparativa de localización de la República Dominicana por encontrarse próxima al mercado de consumo más grande del mundo, los Estados Unidos de América, no puede concretarse si no cuenta con una infraestructura de transporte, puertos, telecomunicaciones y además con una logística eficientemente articulada que le permita aprovechar esta ventaja comparativa y convertirla en ventaja competitiva sustentable. Si bien el país cuenta con un buen posicionamiento en lo que respecta a los aeropuertos y la infraestructura telefónica, sin embargo tiene grandes deficiencias en el abastecimiento de electricidad, en la calidad de las carreteras y en las operaciones portuarias. Una estrategia industrial basada en un modelo de rápida entrega, debe empezar por la identificación de los segmentos del mercado en cada industria, que están dispuestos a pagar un precio por velocidad y flexibilidad, pues para crear la capacidad de entrega rápida, es necesario realizar una inversión en tecnología que permita una rápida comunicación con los clientes, menor tiempo de espera tras la orden y sistema sofisticados de distribución. Investigaciones realizadas muestran que a pesar del hecho que el 80% de las compañías manufactureras más importantes del país creen que están compitiendo en velocidad, flexibilidad y servicio, solamente un tercio de ellas están utilizando las tecnologías necesarias como parte integral de sus estrategias. Además, aun cuando una empresa logre desarrollar el modelo “Express” de rápida entrega, no necesariamente esto le permitirá ser competitivo, porque además se requiere que el país como un todo cuente, entre otras cosas, de competitividad logística en el sistema de transporte, embarque aéreo y portuario, así como de un sistema aduanal eficiente y ágil. Lamentablemente la República Dominicana todavía cuenta con numerosos obstáculos en este sentido, entre los cuales los más importantes son: a) los sistemas de transporte de carga tienen fletes muy elevados debido a prácticas oligopólicas que no permiten la libre competencia; b) las instalaciones

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portuarias, si bien cuentan con infraestructura para barcos de gran calado, tienen una ineficiente administración de puertos; c) aunque el país está bien conectado telefónicamente con el exterior, aun las comunicaciones son deficientes en algunos lugares del país; y finalmente, d) las operaciones de las aduanas todavía generan problemas de competitividad. En este sentido, es necesario que se tomen varias acciones urgentes para mejorar los servicios de logística relacionados con el comercio internacional, entre las cuales se considera que las más importantes son las siguientes:

• Reducir el porcentaje de contenedores sujetos a revisión física. • Mejorar sustancialmente los servicios portuarios, separando la función

de autoridad reguladora, de la función de operador del puerto. • Fortalecer los procedimientos de aduana a través de sistemas

automatizados e integrados de información. • Elevar la seguridad en puertos y homologarla con los estándares

internacionales en la materia.

En cuanto al sistema aduanero, si bien se han hecho grandes progresos en este campo, todavía es mucho lo que falta por hacer para que el país pueda competir favorablemente en este aspecto. Se sugieren específicamente una serie de medidas para mejorarlo y simplificarlo, entre las cuales se señalan las siguientes:

• Disponer de un documento único que contenga todos los datos para realizar correctamente el despacho de las mercancías, que permita revisar y certificar todos y cada uno de los detalles de las mercancías.

• Incorporar los servicios aduaneros del gobierno en una página web que tenga la capacidad de convertir a cualquier computadora en una ventanilla de gobierno para efectuar trámites, recibir servicios, consultar datos y requisitos para cualquier tipo de gestión pública, calcular los impuestos al comercio exterior derivados de los productos que se desee importar, así como los permisos, restricciones, preferencias arancelarias o las cuotas que pudieran imponerse dependiendo de la mercancía en cuestión.

• Poder realizar un sistema de operación aduanera, en línea, vía internet, que contenga las operaciones de comercio exterior, donde todas las aduanas del país, así como todos los involucrados del sector público y el privado, se encuentren en línea.

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• Contar con un padrón de empresas certificadas por el Gobierno con cero riesgo, a fin de ofrecer facilidades tanto fiscales como de operación aduanera a estas empresas.

• Disponer de un sistema integral aduanero automatizado, con el fin de sistematizar la captura de información para la generación de estadísticas de comercio exterior.

• Modernizar el sistema logístico para brindar una serie de servicios integrales donde tanto el importador como el exportador cuente con un catálogo de empresas relacionadas con el comercio exterior.

VII- LAS POLÍTICAS MACROECONÓMICAS PARA IMPULSAR LA COMPETITIVIDAD En cuanto a las políticas macroeconómicas, ya se han señalado tres importantes temas que afectan la competitividad:

• Es necesario establecer un tipo de cambio real competitivo, es decir, que los ajustes en la paridad cambiaria no se desalineen de la evolución del diferencial existente entre la inflación doméstica y la internacional, de modo que los precios relativos entre nuestro país y sus socios comerciales, no se vean distorsionados no se afecte la competitividad de los productos nacionales.

• El segundo elemento macroeconómico que afecta las exportaciones

industriales, es la existencia de niveles arancelarios para las materias primas, maquinarias y equipos, que no guardan relación con las prevalecientes en los países competidores más cercanos, especialmente los centroamericanos. En este sentido se deben aplicar una tasa arancelaria de cero por ciento para la importación de bienes de capital, para fomentar la inversión y modernización tecnológica del aparato productivo. Esto mismo debe ocurrir con el Impuesto a la Transferencia de Bienes y Servicios (ITBIS) cuando es cobrado en aduanas.

• Asimismo, es absolutamente necesario que se apliquen mecanismos

expeditos de compensación tributaria para las empresas exportadoras, pues de lo contrario seguiremos exportando impuestos, que es la

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forma más segura de apostar al fracaso. En este sentido, lo que realmente hace falta es que se aplique con rigurosidad y agilidad, el mecanismo de “draw back” contemplado en la legislación vigente.

Política de Financiamiento Competitivo A nivel macro, también la política de financiamiento es un elemento importante. La encuesta sobre el clima de inversiones realizada por el Banco Mundial en el cuarto trimestre del 2005, concluyó que cerca del 50% de las empresas encuestadas experimentaban restricciones crediticias debido a las elevadas tasas de interés, mientras que el 30% de las empresas señalaron a los requisitos de garantía como un obstáculo muy importante para poder acceder al crédito. Por esta razón la mayoría de las empresas de nuestro país recurren a las ganancias acumuladas para financiar su capital de trabajo, de tal suerte que aquellas que enfrentan pérdidas operativas transitorias, tienen que posponer o eliminar inversiones futuras. En este sentido, los productores nacionales, especialmente las pequeñas y medianas industrias, están en desventaja frente a la competencia extranjera ya que normalmente los productos de importación, cuando se comercializan en nuestro mercado, contienen esquemas de financiamiento y de apoyo, de los cuales carece la industria nacional. Fondo de Garantía de Crédito Bancario Por las razones anteriores, es necesario crear un fondo de garantía de crédito bancario para las empresas, mediante el cual el gobierno apoye y asuma riesgos crediticios, para que así pueda liberar a la banca comercial de estos requisitos, y pueda en consecuencia prestar sobre la base de la rentabilidad y viabilidad de los proyectos. En este sentido, en la América Latina existen dos modalidades de garantías crediticias. El de las sociedades de garantía recíproca o solidaria (Argentina, El Salvador y Venezuela) y los fondos y programas de aval (Brasil, Chile, Colombia y Perú). Se propone establecer un sistema de garantías crediticias en la República Dominicana que sea operado por la institución pública que el gobierno tenga a bien designar, el cual sería destinado para otorgar garantías del tipo de cartera que serían proporcionadas a la entidad financiera que otorga en crédito y que cubriría el porcentaje de pérdida que las entidades estiman enfrentar en el conjunto de su cartera PYME, la cual podría ser de hasta un 50% ó 70% de cada uno de los créditos concedidos.

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La Política de Innovación y Desarrollo Tecnológico También es fundamental a nivel macro, el desarrollo de la innovación, ya que además de la acumulación de capital, es necesario incrementar la competitividad vía la innovación. Por lo tanto, es necesario que nuestro país impulse una estrategia de innovación y desarrollo tecnológico que integre a todas las instituciones del sistema y permita transitar de la industria manufacturera intensiva de mano de obra, a la intensiva en mente-de-obra, es decir a la mentefactura. Aunque es a las empresas a las que les corresponde finalmente realizar la innovación de nuevos productos, procesos, y sistemas de organización empresarial, se requiere de un entorno favorable para la innovación, como son los centros de investigación e innovación, los parques tecnológicos y otros. Para estos fines es preciso instrumentar un conjunto de políticas públicas que dinamicen el intercambio y la difusión del conocimiento entre los sectores privado, académico e institucional, pues sin ello no se podrá llevar a cabo un proceso de innovación que integre la cadena de valor de los diferentes sectores. Por lo tanto el Estado debe actuar como agente promotor para lograr la vinculación entre las empresas y los centros de investigación, lo que daría lugar a la innovación. De ahí que las políticas públicas de fomento a la innovación, deberían permitir que la creación y la difusión de nuevos conocimientos se logren de manera natural. En este sentido, el Estado podría incluir incentivos fiscales que estimulen a las empresas a invertir en actividades de investigación y desarrollo, e incluso otorgar financiamiento para estas actividades. Se sugiere otorgar un crédito fiscal para cubrir un porcentaje de los gastos e inversiones comprobables, utilizados en proyectos de desarrollo de productos, materiales y procesos de producción, investigación y desarrollo de tecnología, así como los gastos en formación de personal de investigación y desarrollo tecnológico. El Estado también debería crear un programa de capital semilla, para emprendedores que deseen iniciar empresas con alto contenido tecnológico. Asimismo, mediante este programa también se daría asesoría a empresarios para captar fondos de inversionistas que deseen participar como socios del proyecto. Sistema Nacional de Calidad

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Toda estrategia de desarrollo para el sector industrial debe incluir una política de calidad para que las empresas industriales dominicanas cumplan con los estándares de calidad internacional necesarios para competir libremente en los mercados, con el objetivo de que las empresas adopten una nueva cultura de calidad que sea normada por un Sistema Nacional de Calidad eficiente alineado con las normas internacionales y regionales. Es importante que las empresas industriales incorporen estas normas a sus procesos productivos para lograr ser más eficientes en la producción. Es fundamental la modernización y fortalecimiento de DIGENOR y poner en práctica en el país sistemas de metrología, normalización y acreditación de procesos. La formación de recursos humanos en esta área y la adopción de una cultura orientada a la calidad mediante la difusión y promoción de los conceptos de calidad es una parte cardinal de la política industrial. VIII- LA POLÍTICA DE FOMENTO COMPETITIVO A LAS EXPORTACIONES Otra de las principales preocupaciones del empresario industrial dominicano, está dada por la política de apertura comercial que se está llevando a cabo en los últimos años, donde las negociaciones de nuevos acuerdos de libre comercio no parece que responden a una lógica y a una estrategia comercial, sino a situaciones coyunturales más bien de índoles políticas. En este sentido, el sector industrial dominicano requiere que se defina claramente cual es la política comercial que seguirá la República Dominicana en los próximos años, la cual debe estar fundamentada básicamente en consideraciones puramente comerciales acordes con las conveniencias de nuestro país. Asimismo, debemos entender que aun cuando ha habido un aumento de las exportaciones globales del país, incluyendo las de zonas francas, el hecho que la República Dominicana haya disminuido la participación en su principal mercado de exportación, los Estados Unidos, es una clara expresión de la velocidad a la que se mueven los países competidores cuyas exportaciones a ese mercado crecieron a una tasa más alta que la nuestra, en los últimos siete años, lo que demuestra que nuestro país no ha podido sustentar la competitividad en su principal mercado de exportación. Acorde con lo señalado se tiene que revisar dos aspectos de nuestra política

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macroeconómica y al mismo tiempo desarrollar una política integral de fomento a las exportaciones. Un tercer factor igualmente determinante, es la aplicación de una política de fomento de las exportaciones dentro de la cual se debe incluir el desarrollo de un programa de seguro de crédito al exportador que garantice las perdidas procedentes del suministro de bienes o de la prestación de servicios como consecuencia de la insolvencia o del impago por parte del cliente. Este instrumento representa una herramienta de gran importancia para las empresas industriales sobre todo para las pequeñas y medianas Todas estas medidas deben formar parte de una política integral de fomento de las exportaciones, para lo cual se deberían tomar acciones en cinco áreas específicas: a) El CEI-RD debe ampliar y fortalecer sus servicios de promoción de las exportaciones; b) El CEI-RD debe ampliar su asistencia técnica, a través de programas de capacitación, que permitan desarrollar una cultura empresarial exportadora; c) una institución gubernamental debería incursionar en el financiamiento a las exportaciones mediante la creación de nuevas modalidades de préstamos; d) El CEI-RD debería contribuir a desmantelar los procedimientos burocráticos excesivos, costosos y lentos, que constituyen un obstáculo para el desarrollo de la actividad exportadora; y e) El CEI-RD debería crear centros de información comercial donde el exportador cuente con suficientes informaciones sobre como se está moviendo la dirección del comercio mundial y regional. IX- ASPECTOS INSTITUCIONALES QUE DEBEN INCLUIRSE EN UNA POLÍTICA DE COMPETITIVIDAD Proyecto de Ley de Competitividad Industrial El último aspecto que debe formar parte fundamental de la política de competitividad sistémica del sector industrial de nuestro país, es el referente a los aspectos institucionales. En este sentido, lo más importante para el sector industrial es contar con una ley que recoja todas las facilidades, incluyendo las fiscales, que el Estado debe otorgar a las empresas industriales para estimularlas a que se lancen a una reconversión de su aparato productivo y a una reorganización interna, no sólo para hacerlas más competitivas en la defensa del mercado interno, sino de manera principal

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para que puedan competir en los mercados internacionales. En tal sentido, se ha elaborado un Proyecto de Ley de Competitividad Industrial. EL Nuevo Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (PROINDUSTRIA) Uno de los principales instrumentos que el sector industrial dominicano considera necesario para relanzar al sector, es la reconversión de la actual Corporación de Fomento Industrial, en el Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial, que será denominado de manera más llana PROINDUSTRIA . El objetivo fundamental de PROINDUSTRIA , será fomentar el desarrollo competitivo de la industria nacional, mediante la definición de políticas públicas enfocadas a elevar la competitividad empresarial, fomentar la articulación productiva, crear un ambiente propicio de negocios con un marco jurídico acorde a las necesidades del sector, y sobre todo, impulsar la incorporación de la innovación y el desarrollo tecnológico en las empresas industriales, a fin de generar productos con mayor valor agregado que propicien el encadenamiento productivo. El nuevo centro, sería una institución de carácter público, bajo la dirección de una Junta Directiva, integrada por miembros del sector público y el sector privado, y precedida por la de la Secretaria de Industria y Comercio. Este sería el enlace del gobierno con el sector industrial y se encargaría de definir e instrumentar las políticas y programas para el desarrollo de la competitividad de la industria nacional.

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AGRADECIMIENTOS

Por su labor en la organización del Congreso

• Ana Ysabel Acosta, Directora Ejecutiva ADOFACE • Ramón Porfirio Báez, Vicepresidente de ADIGA • Issaachart Burgos, Presidente CODOPYME • Laura Castellanos, Directora Ejecutiva INFADOMI • Yuri Chez, Presidente ASONAIMCO • Carolina Cueto, Economista PASPD-AIRD-AECI • Juan del Orbe, Director Ejecutivo UMPIH • Oliverio Espaillat, Presidente AIREN • Vanessa Frencia, Consultora PASPD-AIRD-AECI • Dircia A. Paulino, Directora Ejecutiva AIEH • Milton Tejada, Asesor de Comunicación de la AIRD • Fidelina Thormann, Directora Ejecutiva ASIBEGAS • Luis Sánchez Noble, Coordinador del Congreso y Pasado Presidente de AEIH

Por su labor en la elaboración del documento de la Política Industrial y del Anteproyecto de Ley de Competitividad e Innovación Industrial

• Circe Almánzar, Vicepresidente Ejecutivo de AIRD • Julissa Almonte, Directora Ejecutiva AEIH • Lynette Batista, Consultora CNC • Roberto Despradel, de Despradel y Asociados, SA (DASA) • Manuel Diez Cabral, Presidente de AIRD • Marcela Escobari, Consultora OTF Group • Antonio Isa Conde, Secretario de Estado Asesor Industrial del Poder Ejecutivo • Celso Juan Marranzini, Multiquímica • Ignacio Méndez, Presidente FAI • Yandra Portela Vila, Pasada Presidente de la AIRD • Elka Scheker, Consultora CNC • Andrés van der Horst, Director Ejecutivo del CNC • Ernesto Vilalta, Pasado Presidente de la AEIH

Agradecimientos Especiales

• Dirección General de Aduanas (DGA) • Dirección General de Impuestos Internos (DGII) • Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD) • Corporación de Fomento Industrial (CFI) • Consejo Nacional de Competitividad (CNC) • Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI)

Asociaciones Industriales

• Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) • Federación de Asociaciones Industriales (FAI) • Asociación de Industriales de la Región Norte, Inc. (AIREN) • Asociación de Industrias y Empresas de Haina, Inc. (AIEH) • Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH)

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• Asociación Dominicana de Fabricantes de Cerveza (ADOFACE) • Asociación de Embotelladores de Bebidas Gaseosas, Inc. (ASIBEGAS) • Asoc. de Industrias Farmacéuticas Dominicanas, Inc. (INFADOMI) • Confederación Dominicana de la Pequeña y Mediana Empresa (CODOPYME) • Asoc.Nacional de Industriales de Muebles, Colchones y Afines, Inc.

(ASONAIMCO) • Asociación Dominicana de Industrias Gráficas y Afines (ADIGA) • Asociación Dominicana de Productores de Ron (ADOPRON) • Asociación Dominicana de Productores de Embutidos y Procesadores de

Carnes • Asociación Nacional de Industrias Metalmecánica y Metalúrgicas

(ASONAMECA) • Asociación Dominicana de Embotelladores de Aguas Purificadas (ADEAGUA) • Asociación Dominicana de Calzados (ADOCALZA) • Asoc. De Fabricantes de Productos p/ el Cuidado e Higiene Personal y del

Hogar (AFAPER) • Asociación Dominicana de Industrias Textiles (ADITEX) • Asociación Dominicana de Factorías de Arroz (ADOFA) • Unión de Medianos y Pequeños Industriales de la Harina (UMPIH) • Asociación de Fabricantes de Jeans (AFJ) • Asociación de Industrias de la Región Este (AIRE) • Asociación Dominicana de Fabricantes de Dulces (ASODULCES)

Patrocinadores

• Cervecería Nacional Dominicana • Consorcio Azucarero de Empresas Industriales (CAEI) • Molinos Modernos • Dirección General de Aduanas (DGA) • Industrias Nacionales, CxA (INCA) • Brugal & Co. • MERCASID • Central Romana • Multimedios del Caribe • Cementos Cibao • Delta Comercial • Antena Latina • Listín Diario • Grupo Corripio • Color Visión • Refrescos Nacionales • AMBEV Dominicana • Banco Popular • Banco BHD • La Fabril • ARS Humano • Orange Dominicana • Infadomi • Diesco • Multiquímica • BON Agroindustrial • Pasteurizadora Rica

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