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Parece ser que las inversiones más caras no sonanalizadas con mucha más atención que otras menos importantes. El

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Estrategia miope. Por Alberto Montiel

Leyendo los diarios se constata que la autntica creatividad contina siendo una estrategia de conocimiento olvidada, pues por mucho de que se reconozca tericamente que se le ha de dar mucha ms importancia, algunos colectivos se empean en ver el mundo a travs del pequeo agujero de lo pseudo-racional (inmediato y aparente). Tal parece ser a menudo la visin de algunos polticos profesionales y muchos administradores de lo pblico, atrapada su mente entre los mecanismos del silogismo fcil y cortoplacista (suponemos muchos que determinada por los calendarios electorales, las cuentas pblicas del prximo trimestre, o el compromiso oculto).Ayer pensaba en ello al leer acerca de los recortes aplicados en algunas depuradoras y desalinizadoras de mi pas, dados los elevados costes de explotacin de estas infraestructuras, especialmente por su factura energtica. Hace un par de aos que ya reflexionaba sobre esta hipotetica situacin (ahora real), pues tambin se puede producir una situacin similar (en realidad muy previsible) con otras muchas infraestructuras.

Somos tachados de pesimistas cuando abrimos la boca para alertar sobre un riesgo de este tipo, pero vemos que en realidad muchas de las inversiones realizadas en los ltimos aos hubieran sido difciles de justificar si se realizara un anlisis prospectivo en condiciones.Pero por otra parte, tal anlisis supona aceptar algo que a priori muy pocos estaban dispuestos a reconocer hace tan slo 6 7 aos, cuando se estaban aprobando y empezando a ejecutar an buena parte de estas infraestructuras: a saber; la inminente crisis financiera global, y el tambin inminente pico de extraccin de crudo (Peak Oil) anunciado hace ya aos por algunos de los ms eminentes especialistas en exploracin petrolfera. Ambos fenmenos parecen estar intimamente relacionados; incluso la crisis financiera podra perfectamente ser una consecuencia directa de un pico ms amplio, no slo energtico (petrleo, gas y uranio), sino practicamente global (Peak everything), de todo tipo de recursos (la mayor parte de los minerales metlicos estratgicos, agua dulce, bancos de pesca, tierras frtiles, espacio urbano, etc.).

Se han producido simultneamente unos hechos que han puesto al lmite la capacidad de regeneracin de algunos recursos renovables, y que por supuesto han acelerado el agotamiento de los no renovables: una aceleracin del crecimiento demogrfico, una globalizacin econmica explosiva, y un desarrollo tecnolgico que ha impulsado la productividad por encima de todo. Y esto ha ocurrido porque el efecto del crecimiento exponencial, desastroso para la sostenibilidad, ha sido sumamente beneficioso (a corto plazo) para el crecimiento financiero (y los incentivos de los gestores del desastre).Pero poco a poco, a base de puro trompazo, estamos empezando a vislumbrar que vivimos en un mundo de lmites fsicos que imponen sus normas al mundo ms etreo de las finanzas y el crecimiento perptuo (tan imposible como el perpetuum mobile), al producirse un desacoplamiento creciente entre el crecimiento fsico y el financiero-econmico.

Sin embargo, a pesar de estas predicciones generales, constato consternado que los recortes energticos se empiezan a aplicar del modo ms ilgico (no desde el punto de vista de la lgica poltica, claro), pues otros consumos enegticos deberan ser considerados ms prescindibles o restrictibles que el de las depuradoras y desalinizadoras: la construccin de infraestructuras absolutamente prescindibles, como los aeropuertos en pequeas ciudades (que estn ahora casi desiertos) o los grandes polgonos industriales en casi cualquier localidad, que son frecuentemente polgonos fantasma.Otros an no se han revelado prescindibles (o inacecuados al menos), pero lo harn en un plazo no muy lejano: los trenes de alta velocidad en pases con geografas muy accidentadas, densidad de poblacin relativamente baja y distribuida en numerosas ciudades medias muy dispersas (y mejor que sea as, al margen de la eficiencia ferroviaria), poblacin con baja y decreciente capacidad adquisitiva, adems (salvo la clase poltica, de momento).Estos trenes requieren de costossimos trazados para velocidades punta que no podrn disfrutar (ms que a corto plazo) pues en pocos aos se revelarn inasumibles en trminos de necesidades de potencia elctrica (potencia y energa-consumo son magnitudes fsicas distintas, pero a menudo confundidas interesadamente? ), y que no dispondrn de una demanda que justifcara la inversin. Posiblemente acaben por aprovecharse parcialmente algunos de estos aeropuertos ahora infrautilizados para vuelos de recorridos nacionales mediante aviones de turbohlice, ms eficientes en las cortas distancias. Ahora no le veo otras posibilidades.

Una de las ventajas del tren es el consumo de energa en forma de electricidad, cosa que la aeronautica est lejos de lograr, pero en cambio el empeo en las muy altas velocidades es lo que hace quiz menos apropiado el planteamiento del transporte ferroviario de pasajeros. Slo atendiendo a la resistencia aerodinmica (considerable a partir de los 160 Km/h) aumentar la velocidad un porcentaje determinado significa aumentar la necesidad de potencia casi al cubo del de ese porcentaje (incrementar la velocidad un tercio implica incrementar la potencia al doble), dado que la resistencia aerodinmica es la principal fuerza a vencer por un tren de alta velocidad, y esto sea cual sea el valor del coeficiente aerodinmico de la locomotora. Por otra parte, supongo que se han diseado los costosossimos trazados considerando ls mximas velocidades de diseo de las mquinas actuales ms un margen por las posibles mejoras que se puedan dar en la potencia de las nuevas mquinas a lo largo de la vida til de las vas (superior a la de las mquinas). Sin embargo no es muy aventurado pronosticar que las propias vias quedarn obsoletas en un plazo no tan largo, posiblemente ante la aplicacin de tecnologas como la levitacin magntica, cuya principal ventaja es la ausencia de motores en el propio tren y el consiguiente aligeramiento y los ahorros energticos en vencer inercias y pendientes. Ello implica mayor facilidad en el trazado, y tambin posibilidad de paradas ms frecuentes. En el medio plazo hubiera sido una opcin a tener en cuenta; pero la estrategia fue mayoritariamente poltica: se apost todo a una carta, y probablemente ni econmica ni tcnicamente fuera la mejor eleccin.

Por otro lado, hay otras tecnologas maduras para desalar agua marina o depurar aguas residuales, y probablemente un enfoque ms abierto (menos especializado y/o experto) hubiera aconsejado otras diferentes o una combinacin de ellas. Y por supuesto, tecnologas de ahorro.

No aportamos nada nuevo reconociendo que cada problema requiere una solucin particular y no una estrategia standard, pero es necesario que lo recordemos constantemente.A menudo las mejores estrategias son las ms flexibles, que permiten combinar diferentes soluciones de formas variables segn las cambiantes circunstancias, con costos fijos relativamente bajos. Pero ni en el caso del transporte, ni en el abastecimiento y depuracin de aguas, ni en el de otras infraestructuras esenciales, parecen haberse aplicado estrategias altamente flexibles.

El anlisis intedisciplinar de los problemas y la aplicacin de soluciones altamente creativas pueden producir inversiones-rentabilidades mucho ms eficientes y seguras, y estrategias adaptadas a la variabilidad que impone el inevitable margen de incertidumbre, mayor cada da en este aceleradamente cambiante entorno. Y esto es aplicable tanto para las grandes inversiones como para las mucho ms modestas y cotidianas.