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Page 1: Español

SAFO Grecia: 650 a.C - 580 a.C.

Y la noche entera con sus canciones

...

y la noche entera con sus canciones

celebrando pasan tu amor las virgenes

y el de tu mujer de florido seno,

junto a la puerta;

mas, despierta, novio, que los amigos

de tu edad te esperan; puese deseamos

ver hoy menos sueño que los pardales

gorgoriteantes.

WILLIAM SHAKESPEARE

Inglaterra: 1564-1616

De los hermosos el retoño ansiamos para que su rosal no muera nunca,

Page 2: Español

pues cuando el tiempo su esplendor marchite guardará su memoria su heredero.

Pero tú, que tus propios ojos amas, para nutrir la luz, tu esencia quemas

y hambre produces en donde hay hartura, demasiado cruel y hostil contigo.

Tú que eres hoy del mundo fresco adorno, pregón de la radiante primavera, sepultas tu poder en el capullo,

dulce egoísta que malgasta ahorrando.

Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,

ávidos, lo que es suyo no devoren.

FRANCISCO DE QUEVEDO

Cerrar podrá mis ojos la postrera

Sombra que me llevare el blanco día,

Y podrá desatar esta alma mía

Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera

Dejará la memoria, en donde ardía:

Nadar sabe mi llama el agua fría,

Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,

Venas, que humor a tanto fuego han dado,

Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;

Serán ceniza, mas tendrá sentido;

Polvo serán, mas polvo enamorado.

Page 3: Español

EDGAR ALLAN POE

A ...

Las enramadas donde veo

en sueños, las más variadas

aves cantoras, son labios y son

tus musicales palabras susurradas.

Tus ojos, entronizados en el cielo,

caen al fin desesperadamente

¡oh Dios!, en mi funérea mente

como luz de estrellas sobre un velo.

Oh, tu corazón... suspiro al despertar

y duermo para soñar hasta que raya el día

en la verdad que el oro jamás podrá comprar

y en las bagatelas que sí podría.

Page 4: Español

GARCILAZO DE LA VEGA

Un rato se levanta mi esperanza: mas, cansada de haberse levantado, torna a caer, que deja, mal mi grado,

libre el lugar a la desconfianza.

¿Quién sufrirá tan áspera mudanza del bien al mal? ¡Oh corazón cansado!

Esfuerza en la miseria de tu estado; que tras fortuna suele haber bonanza.

Yo mesmo emprenderé a fuerza de brazos

romper un monte, que otro no rompiera, de mil inconvenientes muy espeso.

Muerte, prisión no pueden, ni embarazos,

quitarme de ir a veros, como quiera, desnudo espirtu o hombre en carne y hueso.

FEDERICO GARCIA LORCA

Page 5: Español

Árbol de Sangre riega la mañana

por donde gime la recién parida.

Su voz deja cristales en la herida

y un gráfico de hueso en la ventana.

Mientras la luz que viene fija y gana

blancas metas de fábula que olvida

el tumulto de venas en la huida

hacia el turbio frescor de la manzana,

Adam sueña en la fiebre de la arcilla

un niño que se acerca galopando

por el doble latir de su mejilla.

Pero otro Adán oscuro está soñando

neutra luna de piedra sin semilla

donde el niño de luz se irá quemando.

EL PARAÍSO PERDIDO (FRAGMENTO)

Canta celeste Musa la primera desobediencia del hombre.

Y el fruto de aquel árbol prohibido cuyo funesto manjar

Trajo la muerte al mundo y todos nuestros males

Con la pérdida del Edén, hasta que un Hombre, más grande,

Reconquistó para nosotros la mansión bienaventurada.

En la secreta cima del Oreb o del Sinaí tú inspiraste

A aquel pastor que fue el primero en enseñar a la escogida grey

Page 6: Español

Cómo en su principio salieron del caos los cielos y la tierra;

Y si te place más la colina de Sión o el arroyo de Siloé

Que se deslizaba rápido junto al oráculo de Dios,

Allí invocaré tu auxilio en favor de mi osado canto;

Que no con débil vuelo pretendo remontarme

Sobre el monte Aonio al empeñarme en un asunto

Que ni en prosa ni en verso nadie intentó jamás.

Y tú singularmente ¡Oh Espíritu! que prefieres

A todos los templos un corazón recto y puro,

Inspírame tu sabiduría. Tú estabas presente desde el principio

Y desplegando como una paloma tus poderosas alas

Cubriste el vasto abismo haciéndolo fecundo,

Ilumina mi oscuridad; realza y alienta mi bajeza

Para que desde la altura de este gran propósito

Pueda glorificar a la Providencia eterna

Justificando las miras de Dios para con los hombres.

Di ante todo, ya que ni la celestial esfera

Ni la profunda extensión del infierno ocultan nada a tu vista,

Di qué causa movió a nuestros primeros padres,

Tan favorecidos del cielo en su feliz estado,

A separarse de su Creador e incurrir en la única prohibición

Que les impuso siendo señores del mundo todo.

¿Quién fue el primero que los incitó a su infame rebelión?

La infernal Serpiente. Ella con su malicia animada

Por la envidia y el deseo de venganza

Engañó a la Madre del género humano.

Por su orgullo había sido arrojada del cielo

Con toda su hueste de ángeles rebeldes

Y con el auxilio de éstos, no bastándole eclipsar

La gloria de sus próceres, confiaba en igualarse

Al Altísimo si el Altísimo se le oponía.

CHARLES BAUDELAIRE

Page 7: Español

A la que es demasiado alegre

Tu cabeza, tu gesto, tu aire

Como un bello paisaje, son bellos;

Juguetea en tu cara la risa

Cual fresco viento en claro cielo.

El triste paseante al que rozas

Se deslumbra por la lozanía

Que brota como un resplandor

De tus espaldas y tus brazos.

El restallante colorido

De que salpicas tus tocados

Hace pensar a los poetas

En un vivo ballet de flores.

Tus locos trajes son emblema

De tu espíritu abigarrado;

Loca que me has enloquecido,

Tanto como te odio te amo.

Frecuentemente en el jardín

Por donde arrastro mi atonía,

Como una ironía he sentido

Que el sol desgarraba mi pecho;

Y el verdor y la primavera

Tanto hirieron mi corazón,

Que castigué sobre una flor

La osadía de la Naturaleza.

Así, yo quisiera una noche,

Page 8: Español

Cuando la hora del placer llega,

Trepar sin ruido, como un cobarde,

A los tesoros que te adornan,

A fin de castigar tu carne,

De magullar tu seno absuelto

Y abrir a tu atónito flanco

Una larga y profunda herida.

Y, ¡vertiginosa dulzura!

A través de esos nuevos labios,

Más deslumbrantes y más bellos,

Mi veneno inocularte, hermana.

ARTHUR RIMBAUD

Cabeza de un fausno En el follaje, estuche verde que el oro dora,

en el follaje, incierto y cuajado de flores

que florecen magníficas, donde un beso mora,

nervioso, mientras rasga los bordados primores,

un asustado fauno arquea su entrecejo,

mordiendo con sus dientes blancos las flores rojas.

Moreno, tinto en sangre, igual que un vino añejo,

su labio estalla en risas perdido por las hojas.

Y cuando, cual ardilla, por la fronda se espanta,

prendida de las ramas su risa se estremece;

y vemos, asustado por el pinzón que canta,

cómo El Beso de oro del Bosque se adormece.

Page 9: Español

PAUL VERLAINE

A una mujer

A usted, estos versos, por la consoladora gracia

De sus ojos grandes donde se ríe y llora un dulce sueño;

A su alma pura y buena, a usted

Estos versos desde el fondo de mi violenta miseria.

Y es que, ¡ay!, la horrible pesadilla que me visita

No me da tregua y, va, furiosa, loca, celosa,

Multiplicándose como un cortejo de lobos

Y se cuelga tras mi sino, que ensangrienta.

Oh, sufro, sufro espantosamente, de tal modo

Que el primer gemido del hombre

Arrojado del Edén es una égloga al lado del mío.

Y las penas que usted pueda tener son como

Las golondrinas que un cielo al mediodía,

Querida, en un bello día de septiembre tibio.

WILLIAM BLAKE

Page 10: Español

Canto para acunar

Dulces sueños, formad una pantalla Sobre la linda cabeza de mi niño;

dulces sueños de agradables corrientes bajo rayos de luna felices y silenciosos.

Dulce sueño, que tus cejas tejan

con suave felpa una corona infantil; dulce sueño, Ángel terso,

fluctúa sobre mi niño dichoso. Dulces sonrisas, durante la noche

meceos sobre mi encanto; dulces sonrisas, sonrisas de Madre,

cautivad la noche interminable. Dulces lamentos, suspiros de paloma,

no alejéis el letargo de tus ojos, dulces lamentos, sonrisas aún más dulces,

cautivad todos los lamentos de paloma. Duerme, duerme, niño afortunado,

que toda la creación duerme y sonríe; duerme, duerme felices sueños, mientras tu madre llora sobre ti.

Dulce bebé, en tu rostro

puedo discernir la santa imagen; dulce bebé, otrora como tú

yacía tu hacedor y lloraba por mí.

Lloró por mí, por ti, por todos cuando era apenas un pequeñito.

Page 11: Español

Su imagen siempre verás, rostro celestial que sobre ti sonríe,

A ti, a mí, a todos les sonríe; quien se volvió un pequeñito.

Las sonrisas infantiles son sus mismas sonrisas;

y cautivan con paz el cielo y la tierra.

Constantino Cavafis

Griego: 1863-1933

La mesa del lado Constantino Cavafis

Apenas tendría veintidós años. Y sin embargo estoy seguro, que, hace casi esos

años, este mismo cuerpo lo gocé. No es en absoluto una exaltación del erotismo.

Y sólo poco rato antes entré al casino: no he tenido tiempo para beber mucho.

El mismo cuerpo yo lo gocé. Y si no recuerdo dónde -un olvido mío no importa. Ah mira, ahora que se sentó en la mesa del lado,

conozco cada movimiento que hace -y por debajo de la ropa desnudos los miembros amados vuelvo a ver.

WALT WHITMON

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Dije que el alma no es superior al cuerpo, y dije que el cuerpo no es superior al alma,

y nada, ni Dios siquiera, es más grande para uno que lo uno mismo es,

y quien camina una cuadra sin amar al prójimo camina amortajado hacia su propio funeral, y yo o tú podemos comprar la flor y nata

de la Tierra sin un céntimo, sin un céntimo en el bolsillo,

y mirar con un sólo ojo o mostrar un grano en su vaina, desconcierta las enseñanzas

de todos los tiempos, y no hay oficio ni empleo en el que un joven

no pueda convertirse en héroe, y el objeto más delicado puede servir

de eje al universo, y digo a cualquier hombre o mujer:

que tu alma se alce tranquila y serena ante un millón de universos.

FERNANDO PESSOA

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El guardador de rebaños Desde la ventana más alta de mi casa, con un pañuelo blanco digo adiós a mis versos, que viajan hacia la humanidad. Y no estoy alegre ni triste. Ése es el destino de los versos. Los escribí y debo enseñárselos a todos porque no puedo hacer lo contrario, como la flor no puede esconder el color, ni el río ocultar que corre, ni el árbol ocultar que da frutos. He aquí que ya van lejos, como si fuesen en la diligencia, y yo siento pena sin querer, igual que un dolor en el cuerpo. ¿Quién sabe quién los leerá? ¿Quién sabe a qué manos irán? Flor, me cogió el destino para los ojos. Árbol, me arrancaron los frutos para las bocas. Río, el destino de mi agua era no quedarse en mí. Me resigno y me siento casi alegre, casi tan alegre como quien se cansa de estar triste.

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¡Idos, idos de mí! Pasa el árbol y se queda disperso por la Naturaleza. Se marchita la flor y su polvo dura siempre. Corre el río y entra en el mar y su agua es siempre la que fue suya. Paso y me quedo, como el Universo.

ELIZABETH BARRET

Aléjate de mí...

Aléjate de mí. Mas sé que, para siempre, he de estar en tu sombra. Ya nunca, solitaria,

irguiéndome en los mismos umbrales de mi vida recóndita, podré gobernar los impulsos

de mi alma, ni alzar la mano como antaño, al sol, serenamente, sin que perciba en ella

lo que intenté hasta ahora apartar: el contacto de tu mano en la mía. Esta anchurosa tierra

con que quiso alejarnos el destino, en el mío

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deja tu corazón, con latir doble. En todo lo que hiciere o soñare estás presente, como

en el vino el sabor de las uvas. Y cuando

por mí rezo al Señor, en mis ruegos tu nombre escucha y ve en mis ojos mezclarse nuestras lágrimas.

THOMAS STEAM ELIOT

Luna de miel

Han visto los Países Bajos, vuelven a Tierras Altas; pero una noche de verano, helos aquí Ravena,

muy cómodos entre dos sábanas, donde doscientas pulgas; el sudor estival y un fuerte olor a perra.

Están de espaldas, con las rodillas separadas,

cuatro piernas hinchadas de mordiscos. Echan atrás las sábanas y usan mejor las uñas.

A menos de una legua está San Apolinario- en -Clase, una basílica para conocedores,

capiteles de acanto que agita el viento. Tomarán el tren horario a las ocho y de Padua

llevarán sus miserias a Milán, donde se hallan la Cena y un restaurant barato.

Él piensa en las propinas, saca cuentas. Habrán visto Suiza y atravesado Francia.

Y San Apolinario, derecho y ascético, vieja fábrica de Dios desvinculada, guarda

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todavía en sus piedras derrumbándose la forma precisa de Bizancio.

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