epistemologÍadelasciencias · 2012. 11. 16. · la pregunta acerca de si lo que percibimos es una...

F. García Bazán; M. Dankert; F. Gratton; E. Crivelli; G. Prosperi; O.Beltrán; R. Ferro; A. Clausse; G. Brenci; L.B. Archideo

EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS

La visión del mundo del investigadory la incidencia en su trabajo científico

Lila Blanca Archideo(Coordinadora)

CIAFICediciones

Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Culturalde la Asociación Argentina de Cultura

Visiones conflictivas del mundoen la arqueología palestinense:

el tema de la Monarquía Unida de IsraelEduardo Crivelli Montero

Epistemología de las ciencias / Lila Blanca Archideo ... [et al.] ;compilado por Lila Blanca Archideo ; con prólogo de Lila BlancaArchideo. - 1a ed. - Buenos Aires : CIAFIC Ediciones, 2007.

285 p. ; 23x16 cm.

ISBN 978-950-9010-53-6

1. Filosofía. I. Archideo, Lila Blanca, comp. II. Archideo, LilaBlanca, prolog.

CDD 190

© 2007 CIAFIC EdicionesCentro de Investigaciones en Antropología Filosófica y CulturalFederico Lacroze 2100 - (1426) Buenos Airese-mail: [email protected]ón: Lila Blanca Archideo

Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso en ArgentinaPrinted in Argentina

La realización de este simposio fue subsidiada en parte por el ConsejoNacional de Investigaciones Científicas Técnicas (2005)

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VISIONES CONFLICTIVAS DEL MUNDOEN LA ARQUEOLOGÍA PALESTINENSE:

EL TEMA DE LAMONARQUÍA UNIDA DE ISRAELEduardo Crivelli Montero*

INTRODUCCIÓN1

La pregunta acerca de si lo que percibimos es una realidadindependiente de nuestros sentidos es de orden metafísico. No siendofilósofo, soy incapaz de responderla. La pregunta sobre las condicionesdel conocimiento en un saber particular, que en este caso es laArqueología, es gnoseológica y puede enfrentarse.

En el ámbito de la Arqueología raramente hay temas deactualidad y de mucho efecto. Sin embargo, está vigente una fuertepolémica respecto de una época mal documentada textualmente de laarqueología palestinense: la de la llamada Monarquía Unida delantiguo Israel. Estamos hablando de los siglos XI a X a.C., o sea, dealgo remoto; pero Palestina es un mundo conflictivo en el que las cosasno terminan de transcurrir. La discusión en torno de la historicidad deesta monarquía puede ser ilustrativa respecto del efecto que distintasconcepciones del mundo pueden tener sobre la ciencia, que en estecaso es la Arqueología.

Conviene introducir ahora una división muy gruesa entre la Ar-queología Prehistórica y laArqueología Histórica. La primera se ocupade los tiempos más remotos, en los que no había textos o si los hay, nolos comprendemos. Los datos de los que se vale son los de la cultura

* Departamento de Antropología Cultural, Ciafic-Conicet y Universidad deBuenos Aires.1 En el texto se ha mantenido el tono coloquial y oral de la comunicación dadaen la reunión.

Visiones conflictivas del mundo en la arqueología palestinenseEduardo Crivelli Montero, pp. 139-172

material: vasijas, huesos, armas, tumbas, fogones, restos de campa-mentos, etc. No habiendo textos, es difícil que exista propaganda ex-plícita. Puede estar implícita: un edifico público con leones guardandola puerta y la escena de un héroe batiendo a sus enemigos es una formade propaganda, aunque no tenga un texto. Pero estas formas de expre-sión son más comunes en las sociedades estatales, precisamente lasque han utilizado la escritura. Éste es el mundo de laArqueología His-tórica, de la que laArqueología Bíblica es un ejemplo. En este ámbito,las posibilidades de que haya propaganda explícita son bastante mayo-res que en el de la Arqueología Prehistórica.

Respecto de las fuentes de lo que sabemos, en la sociología delconocimiento (que sería una forma anglosajona de decirWeltanschauung) se suelen reducir las cosas tipificando dos actitudesextremas: la de sospecha y la de escucha. Entre ambas se extiende todala gama de grises; pero nos hemos situado en Palestina, donde estagama no existe. Así es que respecto de los testimonios escritos (elAntiguo Testamento [AT], principalmente) encontramos dostendencias: por un lado, la de la sospecha vehemente y aún malévola,y por el otro, la de escucha, comprensiva y a veces acrítica.

LOS COMIENZOS DE LA EDAD DEL HIERRO

La cronología del sudoeste deAsia, o del Cercano Oriente, comosolemos decir de manera eurocéntrica, se vale de una terminología quetiene ecos arcaicos, como Edad del Bronce y Edad del Hierro. Esta última,que es la que nos interesa, se da por iniciada hacia 1190 a.C., cuandodiversos pueblos en movimiento se desplazaban unos a otros,provocando un efecto dominó. Los egipcios llamaron a estas gentes enmarcha “pueblos del norte y del mar”. Las consiguientes turbulenciasmodificaron profundamente el mapa político y cultural: cayó elimperio heteo o hitita, los reinos micénicos (la guerra de Troya puedehaber sido un episodio en esta conflagración mayor), muchas poderosasciudades-estado, como Ugarit, en Siria, etc. Por entonces, las costas seabandonaron, ya que no había estados que combatiesen la piratería (unaactividad que los héroes homéricos honraban). En general, el mundolevantino se ruralizó, dejando a muchos escribas sin trabajo. El faraón

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Ramsés III pudo rechazar a los invasores; pero Egipto quedó debilitado,con muchos problemas internos, y se replegó sobre sí mismo. El vacíode poder que dejaron los imperios de la última Edad del Bronce permitióla consolidación de unidades políticas mucho menores, entre las cualesla mayoría de los historiadores incluye al reino de Israel.

Este retroceso de las sociedades imperiales o estatales tieneconsecuencias arqueológicas: no sólo la escasez de fuentes escritassino también la de objetos de intercambio que permiten hacercronologías cruzadas. La secuencia temporal más sólida con quecontamos para el Cercano Oriente es la egipcia. Para fechar los hechosocurridos en la antigua Palestina dependemos fuertemente de losobjetos egipcios encontrados allí; pero hemos visto que Egipto se aisló.

LA NARRATIVA ACERCA DE LAMONARQUÍA UNIDA

De las etapas tradicionales de la historia de Israel, la opresión delFaraón, el Éxodo, el cruce del Mar Rojo, son generalmenteconsiderados legendarios o al menos imposibles de corroborar, acasotradiciones de algún grupo particular, no hechos concretos del pueblode Israel como un todo. La primera etapa histórica generalmentereconocida es la de la Monarquía Unida, la de los tres primeros reyesde Israel: Saúl, David y Salomón.

Al margen de su historicidad, Saúl es un personaje trágico,patético: rechazado por el mismo profeta que lo ungió, eclipsado porlas hazañas de un guerrero afortunado que estaba a su servicio, Saúlmurió en combate contra los filisteos, sin haber conseguido consolidaruna dinastía. El AT no lo trata bien, porque apunta a engrandecer aDavid, que sí fundó una dinastía. Como la tragedia griega no supo deSaúl, hubo que esperar a los oratorios de Haendel para que recibieraalgún tributo póstumo.

El guerrero afortunado al que nos referimos es David, que llegóa unificar el país y a establecer una dinastía. Cuando a la muerte de suhijo Salomón la monarquía se dividió (y fue por los impuestos), lossucesores de David reinaron sobre Judá, el distrito del sur. Muchos delos textos del AT sobre David pueden proceder de la propagandadinástica de sus sucesores o haber sido filtrados por ella. Uno se

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legitima alabando a sus ancestros, particularmente cuando hay unaideología de la sangre, como sucedía en el mundo antiguo y no hadejado de pasar en el mundo moderno.

Salomón, hijo de David, también es un personaje posible. Ya losfilisteos estaban controlados y asimilados, él no tenía que combatir yel botín y el saqueo dejaron de ser fuentes regulares de recursos.Entonces, organizó un sistema impositivo. Aunque la versión que noshan legado los textos es idealizada, con la nación dividida en 12 tribus,es cierto que sin impuesto no hay estado, y viceversa. BenjamínFranklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, decíaque en este mundo no hay nada tan cierto como la muerte y losimpuestos. Es una percepción estatal correcta.

Seguramente, hay material legendario en los relatos sobre lamonarquía unida, pero puede haber asimismo un núcleo históricosólido. Nunca sabremos si cuando David danzó ante el Arca de Yahvéestaba desnudo o portaba una túnica fina, como nos lo relatan textosalternativos del AT. Tampoco, si Salomón amagó con cortar en dos aun niño para darle una mitad a cada madre (que es, por otra parte, untema folclórico). Pero es posible imaginar una disputa entre dos jefesde la guerra, Saúl y David, y a Salomón como una suerte de príncipefenicio ubicado en Jerusalén, lugar de cierto interés estratégico.

Veamos qué tratamiento le han dado los investigadoresmodernos a los textos sobre la Monarquía Unida.

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

Por razones de tiempo y de circunstancia, tendremos quecometer una profunda injusticia con las líneas de investigación quesobre este tema están vigentes, reuniéndolas en cuatro principales, bienque cada una con sus disputas internas.

La Escuela TradicionalistaLa que podríamos llamar Escuela Tradicionalista tuvo como

principal preocupación encontrar correlatos entre la Biblia y laArqueología y utilizar a la segunda como ilustración de la primera.


Sería la Arqueología Bíblica en el sentido clásico, que tuvo su mayorpapel entre, digamos, 1870 y 1960 (Moorey 1991). Dominó el campodesde que se comprendió el potencial de la Arqueología y culminó enlos primeros años de la fundación del estado de Israel, cuando eraespecialmente necesario legitimar la ocupación de ese territorio yexhibir títulos de pertenencia. Y uno de los que portó esta antorcha yse especializó en la arqueología de Jerusalén fue el profesor BenjamínMazar (1906-1995), cuyo nombre volverá a aparecer en esteencuentro.

En la actualidad, este enfoque es minoritario: laArqueología nose concibe como una ilustración de la Biblia o un recurso paraconfirmarla (o refutarla) y la mayoría de los arqueólogos que trabajanen Palestina niegan estar haciendo “arqueología bíblica”.Atentos a losnuevos vientos, los editores de la revista Biblical Archaeologist -dedivulgación seria-, la llamaron, a partir de 1998, Near EasternArchaeology.

La Escuela EstratigráficaMi propia percepción distorsionada del mundo me hace simpa-

tizar con la que voy a llamar tendenciosamente la Escuela Estratigrá-fica. En ella incluyo autores de distintas épocas, mayormentearqueólogos pero también algunos historiadores y arqueólogos-histo-riadores. Todos ellos examinan el pasado lejano de Palestina como unasucesión compleja de datos acumulados. Pueden estar acumulados enun texto (por ejemplo, en el Pentateuco) o sucederse en las capas es-tratificadas de un sitio arqueológico. Se acepta la complejidad comouna condición real de los problemas y utilizando todos los recursosposibles, se procura derivar de esa complejidad una historia. Se estu-dian detalladamente, p. ej., las vasijas cerámicas, la forma de los bor-des y de las asas, los volúmenes, etc.; pero el objetivo es el de lograruna narrativa histórica.A diferencia de la Escuela Tradicionalista, conla que tiene rasgos en común, no hace del pueblo hebreo una cápsulao le reserva una trayectoria especial, sino que lo inserta en su marcohistórico, en un pie de igualdad con sus vecinos. Un personaje impor-tante dentro de esta línea, que en sí es muy heterogénea, ha sido Ro-land de Vaux, dominico, por muchos años a cargo de la Escuela Bíblica


de Jerusalén. Dirigió la Revista Bíblica y la versión de la Biblia cono-cida como “de Jerusalén”. También,WilliamAlbright, una figura com-pletamente distinta, que venía del protestantismo inglés, ya que erahijo de un pastor. Entre los arqueólogos de esta línea que están activoso que lo han estado hasta hace poco, cabe mencionar aWilliam Dever,Seymour Gitin y Ben-Tor. El último ha merecido el dudoso honor deaparecer en televisión, porque la National Geographic Society se ocupade estos temas ruidosos.

Aunque hay ejemplos de la Escuela Estratigráfica en todo elmundo, es cierto que puede reconocerse cierta localización geográfica:Estados Unidos -donde Albright formó discípulos- y la UniversidadHebrea de Jerusalén.

Después de haber confesado mi simpatía por esta corriente,quiero destacar qué es lo que me parece más importante entre ellos, yes la confianza en la razón. Estos individuos, que seguramente seequivocan como todo el mundo, que entre sí están en desacuerdo enmuchas cosas, etc., coinciden sin embargo en su disposición al examencuidadoso de los datos y proponen enfrentar la totalidad de losproblemas atinentes a lo que se está investigando, sin mutilaciones.Saben que las conclusiones serán provisionales y que en poco tiempoquedarán superadas. La consigna tácita es: enfrentémoslo todo; haydatos que no coinciden; parte del material es legendario; peroencarémoslo. Parece que el negro Falucho no existió, pero su inventorel general Mitre existió, entonces, no tiremos a Mitre con Falucho. Unnietzscheano diría que la Escuela Estratigráfica acepta el mundo contodo lo que tiene de trágico y de contradictorio. En Palestina deberíadecirlo en voz baja, porque se lo interpretaría literalmente.

En el mejor de los casos, ésta es también la perspectiva que seha adoptado en otro tema clásico de textos versus arqueología: el de laguerra de Troya. Es un ámbito menos belicoso, pero no mucho menosbelicoso, dado el encono que hay entre griegos y turcos.

La Escuela de CopenhagueUna tercera escuela tiene nombre reconocido: es la Escuela de

Copenhague; a veces llamada “minimalista”. Su representante


principal o más mediático es, como uno podía prever, unnorteamericano, Thomas Thompson. Sus puntos de vista le trajerondificultades para enseñar en su país; entonces emigró a Copenhaghe,donde había un ambiente más propicio.

La Escuela de Copenhague es de historiadores, más que dearqueólogos, y no peca de originalidad. Simplemente, se hizo eco dela antigua crítica textual y la amplificó. P. ej., constata que en elAT haycontradicciones, conflictos, lagunas, varias versiones sobre un mismohecho. De la conquista de Palestina tenemos un relato en Josué y otrasreferencias episódicas distribuidas en distintos libros, sobre todo enJueces y Reyes. Hay versiones distintas sobre la toma de Jerusalén. YaGoethe se había interesado en estas incoherencias, bien que no demanera metódica. Le hizo notar a Schiller “el extremo desorden quereina en el Pentateuco...”; pero buscó en esos textos “lo que hay dehumanamente verosímil... aportando cada vez las pruebas...” (cartas296 y 298, de 1797, en Goethe y Schiller 1946:414 y 417). Y dejaanotada bibliografía al respecto. No es casual que por entonces Goethese ocupara del tema paralelo de los poemas homéricos: antes de laarqueología sistemática, la Biblia, la Ilíada y la Odisea eran las únicasventanas hacia el pasado lejano.

Si ya en el siglo XVIII había una clara conciencia de que sepodía hacer una lectura histórica crítica de estos libros, en el XIX, eseexamen se hizo muy metódico. La Escuela de Copenhague capitalizaesta erudición para negar el carácter histórico de muchos textos delAT. Ahora bien, que se nos advierta que, contra lo que leemos quesucedió durante la batalla de Gabaón (Josué 10:12s.), el Sol no puededetenerse, tal vez desvele a los fundamentalistas, pero no a quienespueden distinguir entre compilaciones de textos antiguos y tratados deastronomía moderna.

Con respecto al tema que nos ocupa, la escuela de Copenhaguehace hincapié en que los textos sobre la Monarquía Unida no soncontemporáneos de los hechos que relatan. Éste es un problemageneral del AT: los más antiguos manuscritos disponibles son los delMar Muerto y no remontan más allá de los tiempos del ImperioRomano. Si lo sabría el padre De Vaux, que excavó el monasterio deQumrán buscando, entre otros datos, manuscritos. Lo que tenemos de


los textos bíblicos son copias de copias de copias. En Súmer o en Siria(Ugarit, Ebla, etc.) se hallaron textos en tablillas de arcilla que datandel 3º o del 2º milenio a.C.; pero en Israel se escribía poco y ensoportes perecederos.

Y yendo más allá, la Escuela de Copenhague considera que losllamados “libros históricos” del Antiguo Testamento son textosliterarios, que esa literatura no ha sido desinteresada sino que habuscado incrementar la cuota de poder de los Asmoneos, dinastía quesucedió a los Macabeos y que reinó sobre un Israel relativamenteindependiente entre los siglos II y I a.C., esto es, durante el períodohelenístico.

Esta última hipótesis es la más original pero a la vez la más débildel modelo de la Escuela de Copenhague, porque el clima delPentateuco, de Jueces o de Reyes no evoca en absoluto la épocahelenística, cuando por ejemplo el sumo sacerdote se llamabaMenelao. En los libros de los Macabeos, el vehemente nacionalismono logra ocultar la intensa helenización del mundo oriental, queperduraría aún durante el imperio romano. Tan diferente es laexpresión en unos y otros libros que los de los Macabeos no fueronconsiderados canónicos por los rabinos y, consiguientemente, tampocopor la iglesia reformada. Sí fueron incluidos en el canon católico.

En resumen, no parece muy verosímil que los textos referidos ala Monarquía Unida hayan sido un proyecto de las dinastías macabeao asmonea, que por otra parte no dejaron muchas pruebas de vigorintelectual. Si queremos ponerlas en un marco de grandeza, tendremosque evocar la entrada del héroe triunfador en el oratorio JudasMacabeo; pero -de nuevo- es la grandeza de Haendel.

La Escuela de Tel AvivSi mencionamos a la Escuela de Copenhague, que no es

arqueológica, es entre otras razones por sus vinculaciones intelectualescon otra línea de trabajo muy vigente y productiva, de la que estánapareciendo trabajos constantemente y cuyos autores están llevando acabo, además, algunas de las excavaciones más importantes que seestán haciendo en Israel. Es la que llamaré Escuela de Tel Aviv. Toma



en cuenta la crítica de los autores de la Escuela de Copenhague, perola reformula en términos arqueológicos expertos. Entre susrepresentante notorios se cuentan Israel Finkelstein y Ze’ev Herzog.Finkelstein está excavando Meguiddó, probablemente el más grandey complejo de los sitios israelíes. Este enorme tell2 ha derrotado avarias generaciones de arqueólogos e incluso pudo más que los fondosRockefeller recibidos por el Instituto Oriental de Chicago, la mayorinstitución arqueológica de la historia. La estratificación es sumamentecomplicada, debido a la sucesión de construcciones, destrucciones,zanjeos, etc. Se hicieron muchas excavaciones, incluso una inmensaque se extendió a buena parte del sitio. Se nos ha legado una discusiónestratigráfica que está vigente y que acaso sea eterna. No en vanoMeguiddó es Armagedón, el lugar de la batalla final, que cuando selibre seguramente encontrará allí a varios arqueólogos discutiendo laestratigrafía.

La Escuela de Tel Aviv sostiene, como la de Copenhague, quela Monarquía Unida no existió nunca; pero atribuye la elaboraciónlegendaria a la época del monarca Josías de Judá (640-609 a.C.). Porentonces, el reino del Norte (o de Israel propiamente dicho) había sidoconquistado por los asirios, en tanto el del sur, o de Judá, disfrutaba decierto margen de autonomía. Josías parece haber tenido un proyectoteocrático: apoyándose en el clero de Jerusalén, buscó por diferentesmedios el control de la religión. El sumo sacerdote declaró haberencontrado en el Templo un manuscrito de la Ley, que databa de lostiempos de Moisés y que acaso era de su propia mano, y por lo tanto,de incontestable autenticidad. Ningún arqueólogo ha tenido hastaahora una suerte semejante y no es probable que la tenga, ya quedifícilmente en esos tiempos se utilizase la escritura.

Con este respaldo, Josías dispuso que cualquier acto de cultodebía hacerse en Jerusalén. Esta centralización (más precisamente,monopolización) de la práctica religiosa era una jugada fuerte, ya quemuchas ciudades tenían santuarios antiguos y prestigiosos, como Siló,Siquem, etc.

2 Un tell es un montículo artificial formado por la acumulación de restos desucesivas ocupaciones; es una complicada sucesión de aldeas y de ciudades.

Ya que en su estrategia de reelaborar las tradiciones antiguas,Josías llegó hasta Moisés, no puede descartarse su influencia en lanarrativa sobre David y de Salomón. Para Finkelstein, estos nombrespueden denotar, a lo sumo, a caudillos locales y la Monarquía Unidaes un mito creado en el siglo VII a.C. con un fin preciso, que élimagina así: cuando los asirios avasallaron el reino del Norte, muchagente debe haberse refugiado en el del Sur. La ficción de que algunavez ambos reinos habían formado una unidad habría facilitado laabsorción de esa masa de refugiados.

Esta hipótesis es más bien una conjetura poco verosímil: cuandoel reinado de Josías promediaba, hacía un siglo que los asirios habíanconquistado Samaria. En cualquier caso, no fue una política eficaz:recuerden que en la época de Jesús se esperaba que un judío no ledirigiese la palabra a un samaritano, y en nuestros días no se haconseguido gran cosa recordándoles a israelíes y árabes que si unos yotros hablan lenguas semíticas es porque tienen algún pasado encomún. La hipótesis de Finkelstein parece más inspirada en un idealpolítico moderno que en la vieja Palestina.

En esta conexión, es pertinente hacer notar que muchos dequienes integran la escuela de Tel Aviv simpatizan con el PartidoLaborista. Quisieran una sociedad más permeable, en la que sea másfácil integrar a otros elementos, como los palestinos. Preferirían que enla arqueología palestinense no se insista en la idea del “puebloelegido”; saben que no es exclusiva de Israel, que la tuvieron losaztecas antes de que los norteamericanos les demostraran lo contrarioy que la han tenido casi todos los pueblos hasta que entraron encontacto con otro que tenía la misma ideología pero más suerte.

La Escuela de TelAviv critica, entre otras cosas, que se acuda alAntiguo Testamento para fechar datos arqueológicos. En las excava-ciones del siglo XIX, cuando se encontraba un estrato de destrucción,se decía “por acá pasó Josué”, porque según algunos textos bíblicos,este caudillo barrió a sangre y fuego a los cananeos. Y por algúntiempo, una construcción de Meguiddó cuya finalidad no estaba clarafue interpretada como los establos del rey Salomón, quien según la Bi-blia había traído caballos para los carros de guerra. Pero más tarde sedemostró que este edificio era en realidad de época posterior.


Aunque estas simplificaciones se fueron corrigiendo, es verdadque muchos de los directores de las excavaciones que se hicieron enPalestina estaban formados, no en arqueología, sino en historia yespecialmente en historia bíblica, por lo que en lugar de interrogarmejor los datos materiales, recurrían al hagiógrafo.

La mayor innovación de la Escuela de TelAviv -y es importantesubrayarla porque es científica, en cuanto empírica, verificable yrefutable- es que proponen un ajuste de entre cincuenta y cien años enla cronología, rejuveneciendo los hechos que en general se han situadoentre los siglos XI y X a.C. De esta manera, esa zona cronológicaprácticamente queda vacía de grandes poderes. Comento que vaciardeliberadamente de contenidos a cierta época para demostrar unahipótesis apriorística no es precisamente fair play.

Como el ajuste propuesto es sutil, queda casi a salvo del riesgodel Carbono-14, un método cronológico potente, pero que tiene unerror estadístico inherente. Además, esta técnica mide años de vidamedia del Carbono-14, no años astronómicos o calendáricos. Paracorrelacionarlos, se han elaborado curvas de corrección, que tienen untrazado tortuoso, porque el contenido radioactivo de la atmósfera varióen el tiempo. De esta manera, una misma fecha de Carbono-14 puedecorresponderse con varias fechas calendáricas. Entonces, un décalagede cincuenta o cien años puede pasar inadvertido para el Carbono-14,o caer en una zona gris de indeterminación. Estamos todavía atados alas secuencias cerámicas, es decir, a cómo cambió la cerámica. Éste esun material que por su plasticidad permite mucha libertad tanto encuanto a la composición como a la forma que se le imprime, y queofrece amplias superficies susceptibles de recibir decoración. Por lotanto, es muy idiosincrásica y nos orienta en la identificación de lassociedades del pasado y los vínculos entre ellas. Pero las secuenciascerámicas dan cronología relativa: qué hubo antes y qué vino después,no una cronología absoluta, que precise cuándo sucedieron los hechos.

Una de las pruebas más importantes alegadas por losminimalistas contra la realidad de la Monarquía Unida es que en laJerusalén de esa época, que era la capital, no se han encontrado losindicios arqueológicos clásicos de un Estado, tales comoconstrucciones monumentales u organización administrativa. Esta


última suele manifestarse en la existencia de edificios públicos, dearchivos y en el uso amplio y sistemático de sellos.Archivos no se hanencontrado en el actual territorio de Israel y los sellos (que tenían elpapel de nuestra firma, o sea, expresaban propiedad y responsabilidad)han aparecido en muy corto número.

Pero también es cierto que la Jerusalén anterior al siglo IX esmuy mal conocida, por las dificultades del trabajo. La ciudad antiguafue muy alterada por las excavaciones del siglo XIX y principios delXX, que eran muy descuidadas; en la actualidad, está casicompletamente cubierta de edificios. Los rigoristas judíos apedrean alos arqueólogos porque trabajan en sábado o porque los creenprofanadores de tumbas. En el sector árabe se limitan las excavacionesarqueológicas, probablemente para evitar pruebas de ocupaciones deépoca hebrea. En un ámbito tan difícil y compactamente poblado haypocas posibilidades de hacer excavaciones. Cuando Kathleen Kenyondirigió excavaciones en Jerusalén (1961-67), lo que estaba disponiblepara excavar eran sectores marginales. En la ladera del tell, lo hicieronen planos muy inclinados, por lo que tenían que estar asegurados consogas. Los resultados no fueron de mucho interés.

Se afirma asimismo que en torno de Jerusalén no se haencontrado la constelación de aldeas que hubieran sido necesarias paraaprovisionar a una gran ciudad. Aunque éste es un argumento fuerte,hay que reconocer que la arqueología de Palestina se ha interesadomás bien por los asentamientos grandes y cargados de historia endesmedro de las aldeas, que en muchos casos habrán sido arrasadaspor los trabajos agrícolas o cubiertas por poblaciones posteriores.

Repasemos: las escuelas de Copenhague y de TellAviv subrayanla inexistencia de pruebas de que había un Estado entre los siglos X yIX a.C. Es un argumento ex silentio, fundado en datos negativos, yuna de las debilidades de los argumentos de este tipo es que un solodato bueno puede refutarlos. Veremos si ese dato existe.



¿DOS INDICIOS DEL REY DAVID?La estela de Dan

La ciudad de Dan estaba al pie del monte Hermón, en losconfines de lo que fue el Estado de Israel y cerca del límite con el reinosirio de Damasco (Fig. 1). Según el AT, fue conquistada por un reydamasceno (2 Reyes 8:7-15, 28; 2 Crónicas 22:5), lo que habríasucedido hacia la segunda mitad del siglo IX.

En 1993-94, en el curso de una excavación que llevaba a caboun equipo israelí se encontraron fragmentos de una estela3 de basaltocon un texto en arameo. Un rey sirio declara que con el auxilio deHadad (el dios de las tormentas) venció a los israelitas, y mencionaexpresamente a “la casa de David” (ver, p. ej., Schniedewind 1996). Eneste contexto, “casa” tiene sentido dinástico, como “casa deHabsburgo” o “casa de Borbón”.

Estos fragmentos estaban cerca de la puerta monumental de laciudad y no en posición primaria sino redepositados. Para explicarlosse ha pensado que cuando los israelitas reconquistaron Dandestruyeron la estela, quizás ceremonialmente; pero hay explicacionesalternativas, menos espectaculares. Las estelas se suelen hacer enpiedras seleccionadas, de grano fino, tienen contornos regulares y sonllamativas; por estas razones, casi ninguna aparece en su lugar. Pasadosu momento de gloria, muchas fueron reutilizadas como sillares enalgún muro. Cuando los elamitas atacaron Babilonia, llevaron comotrofeo a su capital, Susa, la estela del Código de Hammurabi. Demanera que si uno pretende encontrar las cosas grandes, llamativas,lindas y famosas en su posición original, entonces no tiene que hacerarqueología. Creo que en este momento no hay una sola placa debronce en Buenos Aires que esté in situ: todas han sido, digamos,redepositadas.

En resumen, la estela de Dan prueba convincentemente queDavid fue un rey que fundó una dinastía que era reconocidaregionalmente hacia el siglos IX a.C.

3 Estela: bloque o plancha monolítica de piedra con la superficie inscripta oesculpida, erigida como monumento o como parte de él.


¿Un edificio público de tiempos de la Monarquía Unida?Aquí reaparecerá el apellido Mazar, pero la referencia es a su

nieta, que continuó la especialidad de Benjamín: la arqueología deJerusalén. Eílat Mazar, que así se llama, afirmó en 2005 haberencontrado en el sector conocido como “ciudad de David”, en elsudeste de Jerusalén, el palacio de David. Esta declaración halevantado un ventarrón en la arqueología palestinense y en elturbulento mundo en la que se inserta.

En la elección del lugar para excavar, que está al sur del Montedel Templo, ella se basó en 2 Samuel 5:17, donde se lee que cuando losfilisteos supieron que David había sido ungido rey, decidieron atacarlo.Entonces, David “descendió al refugio” o “al fuerte”. El texto esescueto y no está en un contexto ordenado. Algunos expertosconsideran que este episodio es anterior a la conquista de Jerusalénpor David y entonces lo sitúan en otro lugar (p. ej., para Arnaldich1961:303-4, habría sucedido en Hebrón, en tanto que La Bible deJérusalem4 proponeAdullam). Mazar ubicó los hechos en Jerusalén einterpretando literalmente el párrafo citado, infirió que el palacio seencontraba por encima de la fortaleza, a la que atribuye unos restos demuros que no todos interpretan así. Propuso a las entidades oficialeshacer una excavación donde creía se encontraría el palacio, pero nofue atendida, tal vez porque consideraron que era como buscar elArcade Noé o el pote de oro al pie del arco iris. Pero consiguió fondosprivados norteamericanos y la habilitación de un pequeño espacio parahacer una excavación. Encontró vestigios de lo que es seguramente unedificio estatal.

Lo que se ha publicado científicamente de la excavación de laseñora Mazar, lógicamente, es bastante poco, ya que el trabajo degabinete toma mucho tiempo; pero ella tiene su interpretación, de laque se hicieron eco Internet y el periodismo (incluso científico, conreseñas en Nature y Science): se trata del palacio del rey David.

El edificio cubre unos 2000 m2; sus muros son de piedra y muygruesos. Los sillares están muy toscamente labrados, como

4 Utilizo la publicada por Les Éditions du Cerf, París, 1979.

corresponde a la época a la que Mazar atribuye la construcción; porqueen Judea, antes de la época helenística difícilmente alguien supierahacer un ángulo recto (el AT afirma que tanto David como Salomónacudieron a los fenicios para sus construcciones públicas). Laestructura está en mal estado, y al parecer, los pisos no han subsistido,lo que implica que no hay asociación precisa con la cerámica.Consecuentemente, la cronología es algo vaga; digamos que laantigüedad de esta construcción queda encerrada entre corchetes, conuna cerámica más antigua (siglos XII - XI a.C. según Mazar) y otraalgo más reciente (siglo X - IX a. C., según ella).

Mazar confía asimismo en el Carbono-14, pese a laslimitaciones que, según vimos, tiene este método cuando se trata defechar con precisión. Finkelstein, que visitó el sitio, lo sitúa hacia elsiglo IX, cuando los reyes del reino del Norte eran fuertes y erigíanedificios estatales aún en el sur. Los arqueólogos de los paísesmusulmanes, en general, rechazan de plano la interpretación de ladescubridora. La futura discusión propiamente científica recaerá sobrela secuencia cerámica y sus jalones cronológicos; aquí confrontaránla “cronología corta” de los arqueólogos de TelAviv con la “cronologíalarga” de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Pero la edad no es el único problema: este edificio se encuentrafuera de las murallas de la ciudad antigua (Ver Fig. 1), cosa pocoesperable en un palacio. Se ha supuesto que David planeaba extenderlos límites del superpoblado Jerusalén; pero se trata a la vez de unargumento ad hoc y de una promesa municipal, dos cosas de las quehemos aprendido a desconfiar.

Se admite entonces que hay un edificio público que podría datarde una época para la que muchos autores negaban la existencia de unestado en el sur de Palestina. Pero en ausencia de textos o de otrosindicios inequívocos, la afirmación de que se trata del palacio de Davides por lo menos prematura y temeraria. La impronta del sello de unfuncionario, hallada en la excavación, tampoco tiene gran valorprobatorio, porque podría no estar in situ ni ser de época davídica: lasestructuras no migran pero los objetos pequeños sí.


En Mesopotamia, p. ej., un hallazgo semejante hubiera sidotratado con mayor circunspección, se hubiera consultado a algunoscolegas, para minimizar el riesgo de una refutación fácil. Aquí no: éstees un mundo más emotivo y con más apriorismos.

Pero Mazar puede haber tenido otras razones para hacer estasdeclaraciones algo audaces: seguramente, le lloverán fondos. Unaspecto indeseable pero inherente de la arqueología es la fascinación


Fig. 1. Mapa esquemático del sur de Palestina y de Jerusalén. Fuente:http://www.bible.ca/maps/. Hemos agregado el círculo que señala el área de laexcavación de Mazar.

del gran público (o sea, de los votantes/contribuyentes) por lo grande,lo espectacular, lo llamativo. Para cualquier misión, el hallazgo de unedificio público es una esperanza de fondos, aunque no sea lo que sebusca ni lo que más importa. Es, además, un tanto paradójico, ya queencontrar cosas grandes es más fácil que encontrar cosas chicas y, porlo tanto, debería resultar menos admirable.

Como la confesión es buena para el alma, admito que nosotrosacabamos de mandar una solicitud de autorización a la Dirección deCultura de una provincia patagónica, afirmando haber encontrado unarte rupestre que puede ser el más antiguo de la región. ¿Por qué? Nosólo porque mentirle a un funcionario es tomarse justa venganza, sinoporque para hacer la investigación es necesario un permiso, y si noproponemos algo llamativo, no nos contestarán jamás. Tal vez sea elmás antiguo, tal vez después tengamos que reconocer que no lo es;pero por entonces ya habremos hecho la investigación.

Lo cierto es que la existencia de un edificio estatal obliga areconsiderar el grado de complejidad social del sur de Palestina haciael año 1000 a.C., y que atribuirle esa construcción a David es por lomenos prematuro y temerario.

En marzo de 2007 se publicó periodísticamente que Mazar habíahallado un muro del Primer Templo, esto es, del erigido por Salomón,del que supuestamente nada resta (el Muro de los Lamentos es partedel templo herodiano). Pero la lectura correcta es bastante diferente: seatribuye a esa época un grueso muro que está en curso de excavación.Todavía no sabemos si alguna vez saldrá a la luz algún vestigio delPrimer Templo, acaso el pórtico del norte, donde las mujeres llorabanpor Tammuz (Ezequiel 8:14). En cualquier caso, la saga de los Mazarcontinúa desenvolviéndose.

CONSIDERACIONES FINALES

Los resultados de estos trabajos mueven a algunas reflexiones.

1. Las escuelas de Copenhague y de Tel Aviv considerarían queacudir a los textos tradicionales para buscar una estructura del siglo Xsería una piadosa ingenuidad; pero el edificio existe, lo que sugiere


que a) las fuentes de inspiración de un proyecto científico pueden sermuy variadas y b) prescindir de los textos heredados, tratarlos comosospechosos, acusarlos o simplemente rechazarlos “in limine”,empobrece la investigación. Es “tirar al niño con el agua de la tina”,como dicen los anglosajones: como hay datos dudosos, descartamos eltodo. Es más positivo contextualizarlos, sin hacer una lectura ingenua.Invariablemente, las tradiciones nacionales tienen elementos depropaganda y son por lo menos confusas. Los textos heredadossiempre van a ser más o menos mitológicos. La Epopeya de Gilgameshprobablemente no es historia, pero algo nos informa sobre el remotomundo súmero. Y si de La Ilíada no podemos prescindirhumanamente, en la vida, mucho menos podríamos hacerlo siestuviésemos excavando Troya. Tal vez todo grupo o corporación quepone algo por escrito tenga el propósito de concentrar poder; pero sipor eso no se le puede creer, entonces tampoco se le puede creer a laescuela de Copenhague ni a ninguna otra, ya que todos habrán escritomás o menos tendenciosamente. Es un argumento que se digiere a símismo.

2. Me parece indeseable valerse de la Arqueología para legitimaro para impugnar el mapa político actual. Todo el mundo invadió o fueinvadido alguna vez; si no lo hizo uno, lo habrá hecho algún ancestroy algún descendiente lo sufrirá. Ser el primer invasor ¿es un mérito oes un demérito? Aquí estamos en el ámbito de las axiologías y laArqueología no tiene nada que decir. Lo que se propone es hacerhistoria sobre la base de los restos materiales que han quedado de lassociedades del pasado, y la historia debería simplemente contar qué eslo que pasó. La valoración es otro ámbito, igualmente legítimo perodistinto.

3. Contra lo que sugieren los documentales de la NationalGeographic, la Arqueología no enfoca principalmente individuos(Moisés, Ramsés II, Nefertiti), o ciertos objetos (el Arca de Noé, elpalacio deArturo), sino que busca conocer el sistema social, porque elrey fue sólo uno y la comunidad fue nutrida. Es mucho más probableestadísticamente ser del común que ser rey. Si además de conocer elsistema social podemos saber algo de un individuo, tener su biografía,tanto mejor; pero ése no sería el eje de una investigación. Hay


biografías de personajes antiguos; pero son apologéticas, o sonautobiografías, que son más apologéticas aún (p. ej., las que losfuncionarios egipcios hacían inscribir en sus tumbas). Quien seinterese principalmente por biografías no debería dedicarse a laArqueología.

Y finalmente, desde mi punto de vista, no habría que hacer de laHistoria o de la Arqueología una máquina de guerra. Lamento que,aún en Iberoamérica, donde hay menos resentimientos étnicos que enotras partes, se esgrima el pasado como una manera de exacerbarlocalismos o de fundar reivindicaciones.

En algunas de las zonas en que me ha tocado trabajar hay turcos,hay armenios y hay algunos griegos; o hay musulmanes y cristianos.Cada uno de estos grupos tiene acumulados agravios contra todos losdemás; en cierta forma, todos tienen razón. Conocemos los testimoniosde las matanzas que hicieron los turcos, que fueron reales; pero hevisto fotografías que parecían bien reales de familias turcas muertaspor los griegos. Entonces, no es bueno usar la Arqueología comoargumento de reivindicación, porque si bien no vamos a suprimir lasguerras, por lo menos no las vamos a alimentar.

CONCLUSIONES

1. La idea del mundo del investigador influye significativa,enormemente. No es posible librarse totalmente de esta carga.

2. Pero si nos damos cuenta es porque la razón es más sólidaque el prejuicio. Tal vez no quisiéramos curarnos del todo de él,porque necesitamos un marco de referencia para la vida; pero si lopodemos objetivar, ponerlo fuera y tercerizarnos, es porque la razónpuede más. De aquí mi inclinación por la Escuela Estratigráfica,que mantiene cierta esperanza en la razón y no pretende objetividad,pero sí intersubjetividad, o sea, que el examen sereno de los hechospermita avanzar en el conocimiento.

3. Entre Arqueología y textos puede haber tensión, pero no sonmundos extraños; de hecho, a la primera se le debe el hallazgo deinscripciones monumentales, de papiros, de pergaminos, de tabli-



llas, etc. Pero en tanto la cantidad de textos crecerá muy lentamente,los restantes datos materiales (cerámica, viviendas, fogones, etc.) loharán de manera exponencial. Podemos imaginar esta tendencia enel largo plazo para la Arqueología Histórica (Fig. 2):

Por eso, el mayor esfuerzo metodológico de la Arqueología esavanzar en la interpretación de los restos materiales, que son mudos,modestos y tan democráticos que cada una de nosotros los va dejandocotidianamente.

4. Para que hayaintersubjetividad, el conocimientodebe difundirse, dispersarse, comoen el logotipo de la casa Larousse(Fig. 3), en el que una campesinasopla la espiguita (en realidad, elvilano) del diente de león5,“sembrando a todo viento”. Almultiplicar las opiniones, ladifusión es el mejor antídoto contralos sectarismos.

5. Alguna vez se ha sostenido esta tesis truculenta: para que lainformación, el saber y la ciencia se dispersaran, había que terminarcon la mitad de la humanidad (en la década del ’60) o con tres cuartas

PORCENTAJE

Fig. 2. Proyección de la participación de datos textuales y no textuales en elfuturo de la arqueología histórica de Palestina. Se estima que los segundoscrecerán mucho más que los primeros.

Fig. 3. Logotipo de la casa Larousse

5 Taraxacum officinale

partes de ella (en la década del ’70). Me parece que un logro comercial,caótico y acaso impresentable como Internet ha hecho y va a hacermucho más, en favor de la difusión del conocimiento, que todos losrazonamientos oscuros de la izquierda hegeliana y más generalmente,del idealismo filosófico. Recuerdo la desesperación que teníamos porhacernos de tal o cual publicación que no estaba en nuestras libreríasni podíamos pagar, y que ahora podemos bajar de Internet. Es un logrorelativamente barato, que está al alcance de muchísima gente y esconcreto. Admito que caigo en el optimismo intelectualista. Pero serácada vez más difícil monopolizar el conocimiento. De hecho, la Fig.1 procede de un sitio de Internet que permite utilizar libremente susmapas.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

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Goethe y Schiller. La amistad entre dos genios (su correspondencia).1946. Prólogo de Rafael A. Arrieta. Elevación, Buenos Aires.

Moorey, Roger. 1991. A century of biblical archaeology. Cambridge:Lutterworth.

Schniedewind, William M. 1996. “Tel Dan Stela: New Light onAramaic and Jehu’s Revolt.” Bulletin of the American Schoolsof Oriental Research (BASOR), 302:75-90.

DIÁLOGO

- Dr. Dankert: Si no entiendo mal Finkelstein borra una barbaridad dehistoria, porque saca el Éxodo, lo saca a Moisés y saca todo eso ¿Es ciertoeso?

- Dr. Crivelli: Sí, sí absolutamente. No he querido hablar de la épocamosaica -tampoco es mi especialidad- porque los episodios que rodean ala historia de Moisés difícilmente puedan tener un correlato arqueológico,salvo que aparezca una inscripción de algún egipcio muy democrático,


que haya querido recordar el nombre. Si los egipcios eran como losromanos, no se ocupaban de los esclavos. De cualquier manera, Moiséses un nombre egipcio -por eso rima con Ramsés-, lo que nos falta saberes hijo de quién era. Recordemos que la narrativa sobre el nacimiento deMoisés, cuando va aguas abajo en su canastita, etc., se contaba tambiéndel Rey Ciro, hay una historia relativamente parecida de Paris y de otros.Hay una cantidad de personajes que tienen esa historia y figuranprofusamente en el índice de motivos de Eric Thompson, un investigadornorteamericano que se ocupó de aislar mitemas, es decir, temas míticosque están en los cuentos, por ejemplo, el del talón vulnerable. El tema delniño que va con la canasta río abajo, etc., y que es adoptado es tambiénun tema folclórico; por lo tanto, puede haber sido histórico, puede nohaberlo sido.

- Dr. Dankert: ¿Eso estaría por la época de Merneptah?

- Dr. Crivelli: Probablemente sí, porque en la época de Merneptah, oMineptah, coinciden dos o tres cosas. Ante todo, Mineptah, hijo deRamsés II, tuvo un gobierno difícil, vivió en una época de crisis. Además,hacia 1220, él erige una estela, que está en el Museo de El Cairo, lallamada Estela de Israel. Se la llama así porque justamente dice “Israel notiene semilla”, y sería la primera mención histórica de Israel, en el sigloXIII a.C. Es un dato de interés porque es anterior a la invasión, o al paso,de los Pueblos del Norte y del Mar. Se supone que ya entonces había allíun pueblo que se llamaba Israel, sin precisiones. La estela es una estelade triunfo, simplemente.

No hay grandes esperanzas de constatar la historicidad de Moiséso la permanencia de los hebreos en Egipto. No es un tema que se prestea mucha discusión científica.

El tema del Éxodo, en cambio, ha tenido progresos y al respectocreo que ciertas escuelas modernas tienen un poco de razón. El paisaje quese describe para el Éxodo -y en esto están de acuerdo investigadores queno son de la Escuela de Tel Aviv para nada, por ejemplo el canadienseDonald Redford-, parece ser el de la dinastía XXVI, el de la dinastía saíta.En la época saíta hubo contactos bastante fluidos entre Israel y Egipto,contactos que fueron en buena parte pacíficos. Los saítas contrataronmercenarios griegos (decisión que les costó cara porque poco después losgriegos estaban a cargo del país) y tomaron también mercenarios hebreos.

Varias de las ciudades que se mencionan en el Éxodo tuvieronexistencia real, concreta, demostrada, en época saíta -que recordemos fue


la última dinastía nacional egipcia-, en tanto que para la época patriarcal,para llamarla de alguna manera, no habrían existido. Quiero poner ungrano de duda en esto. La arqueología egipcia se ha desarrollado sobretodo en el valle del Nilo, y en cuanto a tumbas, sobre todo en la zonatebana (Luxor) y por supuesto también en Sakkara-, en tanto que otrasregiones que tenían restos mucho menos espectaculares, construccionesno de piedra sino de adobe, han sido menos estudiadas. En una zonaaluvial, como el Delta, la piedra era muy costosa, entonces, toda laconstrucción, incluso los palacios, se hacían de adobe. Además, se vivemejor en una construcción de adobe que en una de la piedra, porque eladobe es más térmico que la piedra. El hecho es que la región del Deltaoriental de Egipto (por donde habría pasado la ruta del Éxodo) se conocepoco arqueológicamente, ha sido muy descuidada. Y ¿quiénes fueron losque le dieron impulso? Los israelíes cuando ocuparon Sinaí. LaUniversidad de Beersheba hizo investigaciones muy, muy intensas, quelamentablemente mayormente no han sido publicadas

- Dr. Dankert: Pero ¿encontraron algo?

- Dr. Crivelli: Mucho, y devolvieron gran parte a Egipto cuando se hizoel acuerdo de paz; aunque parte se vendió, porque en Israel es legítimovender las antigüedades cuando están repetidas. Pero mucho se devolvió.Hay algunas publicaciones, y publicaciones de buena calidad, peroprácticamente nada monográfico. Se trabajó sobre todo a escala deprospección y se hizo con el apoyo del ejército israelí. Por lo tanto, lo quese conoce de la ruta tradicional del Éxodo todavía sigue siendo muyproblemático, incluso no se sabe si los lagos amargos son los que estabanhacia el sur, hacia lo que sería actualmente Ismailía, o hacia el este, porqueclaro, en una zona de desiertos todos los lagos son amargos, todos estánllenos de sulfatos y de sales; por lo que la identificación es problemática.

Con todo -estoy basándome sobre todo en la reconstrucción deRedford-, creería que el paisaje del Éxodo se ha elaborado sobre todo porla experiencia, digamos, de los siglos VII o VI a.C.

- Dr. Dankert: Los pueblos del mar ¿eran los Aqueos empujados por losDorios?

- Dr. Crivelli: Parece haber habido un efecto dominó, donde cadadesplazado desplazaba al otro. Efectivamente, por ejemplo, la llamadacerámica filistea es cerámica micénica y sub-micénica, cerámica que seelaboraba en aquel momento en Grecia continental, pero se elaboraba


también en Chipre. Chipre era el portaaviones del momento.

- Dr. Dankert: ¿Queda bien claro que los filisteos, o filistinos, erangriegos? ¿Está demostrado eso?

- Dr. Crivelli: Me temo que nadie sabe muy bien de dónde venían losfilisteos. Está más o menos claro que los filisteos no eran pueblos del mar,porque en los bajorrelieves de Medinet Habu, que son los que dejóRamsés III sobre el paso de esta especie de oleada por Egipto, nuncaaparecen asociados a embarcaciones, sino que aparecen, incluso, en carrosde transporte y como una familia, porque hay mujeres y hay chicos. Losfilisteos serían los que aparecen con una especie de penacho de plumas,y recuerdo haber visto una película en el cine Gran Bijou en Villa delParque, donde los filisteos aparecían así, de manera que esto que lescuento corresponde en parte a Hollywood.

La cerámica filistea, la cerámica de la Pentápolis de Gaza, clara-mente es micénica y levemente post-micénica, lo que se llama el post-micénico uno. Es una cerámica muy buena y se fabricaba en elMediterráneo Oriental, no solamente en Grecia continental, en el mundomicénico, sino que se fabricó (limitadamente) en Creta y en gran escalaen Chipre. Además, la palabra Chipre significa cobre (cobre y Chipre esla misma palabra). Chipre era un gran proveedor de cobre, se hacían co-ladas de lingotes en forma de cuero de buey que aparecen en todo el Me-diterráneo oriental, incluso en Egipto, a pesar de que Egipto tenía cobre.

También se fabricaba cerámica micénica en gran escala, porejemplo, enAl Mina (en lo que era Siria y hoy pertenece a Turquía), cercade una de las Antioquías. Al Mina significa en árabe “el puerto”, así quees uno de los tantos puertos micénicos. Entonces da la impresión de queen el mundo micénico había factorías, puntos, generalmente en puertos,donde se hacía intercambio, y entonces esa cerámica tenía una utilizaciónmuy amplia, y es uno de los casos en los que uno puede decir, como dicenlos norteamericanos, “pots are not people”, es decir, la cerámica no es lagente, la cerámica es la indicación más convincente, pero nonecesariamente decide una entidad étnica.

Entonces, no basta la cerámica para saber de dónde vinieron losfilisteos.Aparentemente, podrían ser de esa zona, actualmente compartidaentre el norte de Siria y el sur de Turquía, que llamamos ahora la llanurade Amuc, hacia la costa mediterránea, una zona bastante fértil, aunquepalúdica, que tuvo cierta influencia micénica y que puede haber sufridouna etapa II del conflicto de los Pueblos del Norte del Mar. La primera


habría sido la que arrasó el imperio heteo y casi simultáneamente, aUgarit, que era un puerto importante y bastante internacional. Ugarit estáen esa zona, en la actual costa siria. En Ugarit hay mucha cerámicamicénica y es probable que gente de Ugarit, haya sido la que hizo elreflujo hacia la zona egipcia.

- Dr. Dankert: Pero no eran colonias filisteas

- Dr. Crivelli: El problema es el siguiente. En la zona de Gaza, donde seinstalaron los filisteos, no hay buenos puertos,Ascalón es un puerto, perono es un buen puerto, los buenos puertos están más al norte, de Dor parael norte y en la zona de Monte Carmelo también. Tampoco tiene buenastierras cultivables. De manera que la impresión es que la zona de Gaza eramarginal para los intereses micénicos. No había colonias micénicaspropiamente dichas, sino una la ocupación circunstancial de una zona unazona yo diría intrínsecamente pobre (lo sigue siendo). Incluso, lalocalización de los filisteos en la zona de Gaza puede haber sido un pocode mano egipcia, porque algunos de los grupos que aparecenrepresentados en los combates fluviales y de tierra firme de la época deRamsés III eran mercenarios al servicio de Egipto (la documentación y laiconografía que tenemos es, casi únicamente, la que dejó Ramsés III enMedinet Habu).

- Dr. Dankert: ¿Siglo XI es eso?

- Dr. Crivelli: Sería algo antes, en 1190, tradicionalmente se lo fecha en1200. El ajuste cronológico de la cerámica micénica que hizo elespecialista en ese tema, que era curiosamente un sueco, Furumark, sefijó hacia 1190 con, por supuesto, mucho margen de duda. Y en algunasrepresentaciones egipcias aparecen personajes con ciertos formatos decasco que se asignan a los filisteos, pero en otras representacionesaparecen como formando parte de las tropas mercenarias egipcias.Entonces parece que estos grupos alguna vez tuvieron con Egipto unarelación de colaboración como mercenarios y por eso se piensa queprobablemente los pusieron en la zona de Gaza, porque era una zona deentrada de la gente de Cercano Oriente y entonces se constituyó allí untapón. De hecho, no hay indicios de conflicto de los egipcios con losfilisteos en épocas posteriores, de manera que es probable que fuerangrupos que tuvieran algún tipo de relación mercenaria.

- Dr. Dankert: Eso fue en la época de los Jueces


- Dr. Crivelli: Sí, es mucho más precisa la cronología egipcia que lacronología hebrea. Pero si estamos en el 1100 estaríamos en el final de laépoca de los Jueces. Uno podría imaginárselo a Samuel subiendo al lugaralto, pero esto es una reconstrucción, sería lo del cine de Hollywood queyo le contaba.

- Dr. Dankert: Fueron a pelear contra las fuerzas egipcias, digamos.

- Dr. Crivelli: Evidentemente, hubo varios conflictos entre egipcios yestos Pueblos del Norte y del Mar. Un combate aparentemente tuvo lugaren alguna boca del Nilo, es un combate fluvial con barcos. Otros combatesfueron en tierra, de acuerdo siempre a las representaciones de Ramsés III.Por supuesto, el faraón se declara vencedor y como no hubo interrupcióninmediata en la dinastía, se supone que es cierto que le fue relativamentebien a Egipto, pero Egipto se retiró de Siria y Palestina, lo que nos dejasin buena cronología para Siria y Palestina. Ramsés III tampoco afirma sudinastía, ya que termina con un conflicto y quien lo sucede,aparentemente, no es un pariente de él; no se sabe bien qué es lo que pasó.También las fuentes egipcias son pobres en esa época, que es de conflictosgeneralizados. En Grecia cae el imperio micénico; en Siria se destruyeUgarit, que era una ciudad importante, con archivos, etc., etc.; hay nivelesde destrucción en Creta, Enkomi en Chipre es arrasado, y en términosgenerales también se nota que toda la costa oriental mediterránea seempobrece en población y la gente se repliega al interior -eso se hainterpretado como el temor a la piratería- y desde el punto de vista de lavida señorial hay una gran decadencia, porque el refinamiento y elcosmopolitismo de finales de la Edad de Bronce desaparecen y se hacenformaciones culturales locales con tecnologías casi domésticas -lacerámica la harían las mujeres de la casa-, en contraste con el panoramade fines de la Edad de Bronce, que era de prosperidad señorial.

Frente a Bodrum, en Turquía, una zona de buenos puertos, seencontró un naufragio de fines de la Edad de Bronce, y no se sabe dedónde vino ese barco, porque la carga es tan internacional que sólo le faltael sellito de “made in China”. Hay cerámica micénica, hay elementos queson claramente egipcios, hay lingotes de cobre que seguramente vienende Chipre, pero las técnicas de fabricación están tan internacionalizadasen el Mediterráneo oriental que todo eso pudo venir de cualquier parte ohaber ido a cualquier parte. Ese mundo se acaba y a comienzos de la Edaddel Hierro se convierte en un mundo provincial, local, una especie deEdad Media.


- Dr. Dankert: ¿Esa catástrofe se puede iniciar con la caída de Troya?

- Dr. Crivelli: Con el tema de Troya tendríamos una historia parecida a lade la monarquía unida. Tendríamos que empezar de nuevo, porquetampoco está claro si hubo realmente una guerra de Troya, pero sí hubouna ciudad importante con un estilo fuertemente micénico, incluso con laconstrucción principal de tipo megarón, lo cual vincula a Troya conGrecia continental. La impresión es que el mundo de griegos y detroyanos era bastante parecido, y no de enemigos pertenecientes atradiciones culturales diferentes. Pero el conflicto de Troya parece unpunto más en un mapa que se está incendiando.

Hay quien piensa que el inicio de ese efecto dominó pudo haberestado en la cuenca danubiana, que lógicamente está más allá de la zonade textos. En la cuenca danubiana aparecen espadas de bronce grandes ylargas, parecidas a las encontradas en algunas de las tumbas micénicasque excavó Schliemann, por ejemplo. De aquí la sugerencia de que lascosas pueden haber empezado en el norte.

Hay dos datos relativamente antiguos, uno el arrasamiento deHattusa, la capital hetea, y el otro, la destrucción de Ugarit. De ladestrucción de Hattusa los documentos no dicen nada a pesar de que erauna sociedad que tenía textos. Para la destrucción de Ugarit sí hay textos,hay tablillas que refieren que los enemigos están frente a la costa, etc.¿Cuál fue el impulso y cómo es el timing de esto? ¿Qué fue primero ydespués? Parece haber sido tan rápido que está más allá de los métodoscronológicos disponibles. Sin embargo, el movimiento parece haber sidode norte a sur y, en todo caso, parece haber llegado a Egipto cuando ya losegipcios tenían noticias de que habían conmociones, en un mundo queellos tenían pretensiones de controlar ilimitadamente, porque Egipto tenía,por ejemplo, instalaciones importantes en Biblos para la importación demadera de cedro, etc. Así que la Guerra de Troya no parece haber sido lacausa.

Para los que piensan que se puede hacer una filosofía de la historia,sería hermoso pensar que todo ese desastre lo ocasionó una rubia. Inclusoestaría en fase con mi percepción cinematográfica de los filisteos. Pero noes probable. La guerra de Troya parece haber tenido, incluso, unareelaboración romántica cuatro siglos después de los hechos.Seguramente, hubo una colisión de intereses, algún tipo de conflictocomercial entre aqueos y troyanos. Sí se sabe que los micénicos hacíantanto comercio como piratería, lo cuentan los mismos personajes de La


Ilíada, que se burlan de Ulises porque él pasa por comerciante, y sihubiera dicho que era un pirata lo hubieran honrado más. Y el viejo Néstortambién se enorgullece de haber saqueado, de haber hecho esclavos, etc.Era la filosofía del momento.

Lo que es evidente también es que cuando hay muchainterdependencia entre diferentes centros y redes de intercambio de grancomplementariedad, el sistema económico es muy frágil. Los sistemasautosuficientes son más pobres pero más sólidos, más robustos, en tantoque en los sistemas interdependientes, uno saca una de las piezas y elsistema se derrumba. Ésa es la impresión que tenemos de la última épocade la Edad del Bronce, previa al paso de los Pueblos del Mar y a la guerrade Troya.

- Dr. Dankert: ¿Se puede decir que todo ese proceso, haya empezado enTroya o más al Norte, culmina con la escritura de la Biblia?

- Dr. Crivelli: No, yo pensaría que son hechos independientes.

- Dr. Dankert: Pero los filisteos lo asustan a Samuel, que se ve en laobligación de poner un rey, ese rey funciona mal, ponen otro rey queestablece un reino preciso, que su hijo lo organiza económicamente bieny escribe la Biblia.

- Dr. Crivelli: No sé si usted se refiere al comienzo de la escritura de lostextos bíblicos o entendí mal.

- Dr. Dankert: A la escritura

- Dr. Crivelli: Las culturas complejas del Mediterráneo oriental, desdeEgipto hasta el mundo micénico, pasando por Siria, etc., erancivilizaciones con escritura que tenían sistemas administrativos, etc.Ejemplificando con Siria: el archivo de Ugarit era en buena medida unarchivo religioso, por eso es tan importante para nuestros fines. Ebla,cerca deAleppo, tenía un archivo administrativo y político enorme. Mari,en el Éufrates medio, en la zona de Siria que pasa a Mesopotamia,también tenía su archivo.

Con el paso de estas conmociones del 1200, a comienzos de laEdad de Hierro, hay una decadencia en estas tradiciones literarias, inclusoalgunas se pierden, como la escritura micénica, que no se recupera más.Israel se incorpora tardíamente a esta tradición literaria, utilizandotécnicas de escritura que no fueron de su propia invención. No sabemosbien cómo lo hace porque no tenemos manuscritos antiguos. Israel, en


ese sentido, da la impresión de ser una zona relativamente tradicional,simple, sin escuelas de escribas, que se incorpora a una tradición literariapreexistente lo mejor que puede. Pero no se ha encontrado, que yo sepa,una sola tablilla en Israel, lo que sugiere que las técnicas mesopotámicasno tenían vigencia allí, en tanto que en Siria se han encontrado en Ugarit,en Ebla, en Mari y también enAl Mina. Yo situaría a Israel un poco en laperiferia de Siria, como una zona marginal, tardía, provincial, pastoril,que se incorpora a una forma de vida que preexiste y que durarelativamente poco, ya que la existencia de un Israel independiente esescasa.

- Dr. Dankert: Si yo estoy mal informado, dígame. Yo entendía que laBiblia, que ya existía de transmisión oral se escribe en fenicio duranteSalomón.

- Dr. Crivelli: Desde el punto de vista tradicional, la época de Salomónpuede haber sido la de la primera composición porque ya hay, siadmitimos el relato tradicional, un Estado, local pero Estado al fin, quetiene un palacio, que tiene escribas, que administra, que tiene un sistemaimpositivo. Eso ya requiere la escritura, etc.

Ya hemos visto, lo comentaba ayer, que hay quien piensa que losprimeros textos no deben haber datado de antes de la época de Omrí, sigloIX, otros que piensan que datan de la época de Josías, siglo VII, y losestudiosos extremos de la Escuela de Copenhague los fechan hacia laépoca de los asmoneos, en el siglo II a.C., lo que me parece excesivoporque, además, tampoco esa literatura sugiere, o se parece, al libro de losMacabeos, que seguramente data de esa época.

No se han encontrado textos, no tenemos soportes antiguos, lo quetenemos son copias de copias de copias. El texto masorético y lo quequeda de los 70 son muy posteriores. No tenemos un manuscrito antiguo,un papiro o una tablilla. ¿Entonces, cómo fechar? La arbitrariedad en laasignación cronológica de los textos refleja la ausencia del documentomismo. Así que no hay otra respuesta que la polémica que un poquitoevocábamos ayer: época de Salomón, época de Omrí, época de Josías,época de Judas Macabeo.

- Dr. Dankert: Una última pregunta. ¿Se aclaró el Lineal A?

- Dr. Crivelli: el Lineal A está como estaba, no se ha podido traducir. ElLineal B se supone, con dudas, que es una forma arcaica de griego, peroLineal A, absolutamente no. Los autores de Lineal A habrían sido los


minoicos, pero su lengua se desconoce. Está más o menos claro por latoponimia que la lengua minoica no era indoeuropea. Los indoeuropeosparecen haber cubierto con un superestrato cultural propio lo que anteshabía; pero quedaron, como vestigios, términos como thalassa, quesignifica mar, y palabras terminadas en ssos (como Knossos) o thos (comoKorinthos).

- Dr. Dankert: Vi que actualizaron la versión de Thera

- Dr. Crivelli: Sí, en dirección a la cronología alta, lo cual es una desgraciapara el profesor Manfred Bietak, en tanto otros están muy contentos

- Dr. Dankert: ¿1600?

- Dr. Crivelli: Aparentemente sí, se fechaba hacia el 1500. Esta erupciónes una clave para coordinar las cronologías del Mediterráneo oriental.

Hay que reconocer que el Dr. Manfred Bietak, que es el Director dela misión austríaca enAvaris (Tell el Daba), en el Delta del Nilo, siempresostuvo una cronología corta contra los de la cronología larga, quesiempre los hay, y la cronología intermedia, que siempre hay tibios. Élorganizó unas reuniones y una revista, Egipto y Levante, en la que sepublica tanto lo de ellos como lo de los enemigos, y cada vez más losdatos fueron favoreciendo una cronología larga. Ahora parece que hubomás de un paroxismo de Thera, no sé si es para salvar la cronología cortao porque es cierto; pero la cronología larga gana en solidez, lo querequiere algún pequeño reacomodamiento del panorama histórico.

- Dr. Dankert: ¿Lo han reajustado un poco en base al C14?

- Dr. Crivelli: El C14 sigue siendo la mayor esperanza y se están haciendoajustes constantemente, pero en parte se debe no al ajuste en el sistemacronológico, sino a los datos estratigráficos, o sea al hallazgo de capas detefra intercaladas en estratigrafías arqueológicas que se han vinculadomediante el C14, pero también con la cerámica, siempre, siempre lacerámica.

- Dr. García Bazán: Quisiera Eduardo que me diera, un poco, unarespuesta y algunas precisiones en el uso que hacen los arqueólogos, enrelación con las huellas, las fuentes escritas y también las tradiciones queestán debajo de las fuentes escritas y sobre todo en relación con algo queestuviste diciendo sobre la historicidad de Moisés.

Eusebio de Cesarea en La preparación evangélica, que es una minade información que él ha tomado justamente para ir viendo los


antecedentes que han desembocado en la misma figura de Cristo y delmensaje que se da en el Evangelio, nos trae unas noticias, en relación conMoisés, que son una fuente alternativa de la Biblia porque se refieren a lanovelística hebrea, una novelística de autores como Artapano, Cleóbuloe incluso un filósofo hebreo como esAristóbulo, entre los cuales la figurade Moisés aparece fundamentalmente como la figura del legislador. Y eneste sentido con una antigüedad que incluso ha marcado a la legislaciónegipcia en determinado momento y que se ha extendido hacia la mismaGrecia; todo aquello que van a tomar los apologistas cristianos sobre eltema del robo de los filósofos tiene que ver con este antiguo género quees del siglo II a.C. Estamos en plena época helenística, en la cual la críticade textos y también de noticias, porque es polémica, está bastanteavanzada, al punto de que, si recuerdas a Varrón, ya se distinguía muyclaramente entre lo que es la “historía” y lo que es, con otro sentido, laciencia que tú practicas, la arqueología.

La historia conoce cosas, dice Orígenes, que son de ayer o anteayer,la arqueología, retomando a Varrón, nos habla de los principios, de lo queva mucho más allá de lo que ha sucedido ayer o anteayer. Y en ese sentidola figura de Moisés aparece fortalecida con una serie de datos históricos-ya te digo que son noticias alternativas a lo que dice la Biblia-, porejemplo, los orígenes de Moisés no en esa forma legendaria que tiene quever con el relato de la canasta depositada en el río, etc., sino comoprocedente de Siria, un hombre con formación técnica y cultura que havenido justamente a asesorar, solicitado, por los faraones, etc., etc.

El hecho es que estas fuentes que maneja Eusebio ya han pasadopor el filtro de Alejandro Polihistor, un griego que maneja muy bien losaspectos de la historiografía. Claro, estamos en el Siglo II antes a. C.,pero ¿no hay elementos de una deducción correcta que nos permitan decirque cuando aparece el texto escrito hay versiones bien aseguradas quenos permiten, en fin, iluminar las huellas que de por sí no dicen nada,salvo la comparación? Te digo más, por la referencia que hiciste, el textomasorético obedece siempre a una tradición de escuelas en lugaresdiferentes, pero el texto de la “Septuaginta” desde el siglo II a.C.,presenta, también una riqueza de interpretación, ya con el mismo griegode la versión, que incluso hoy día, dentro de los estudios bíblicos, tienetanto valor el texto griego como el hebreo, porque realmente respondena dos exégesis diferentes de comunidades judías.

En fin, todo esto te diría que le da una seriedad a estos trabajos parapoder iluminar los estudios desde el punto de vista científico que creo


que, por ejemplo, “L’École Biblique” de Jerusalén y con toda la herenciaque ha dejado el Padre De Vaux y otros, me consta que sigue por esa línea.

- Dr. Crivelli: Yo, por supuesto, no soy especialista en el tema, peroincluso el texto de los 70 parece más didáctico que el texto masorético,como si se hubieran introducido pequeñas explicaciones, como si hubierasido una especie de explicación de la Ley. La gran dificultad es, en miopinión, que de todos estos textos no tenemos versiones antiguas, cuándose compuso el texto griego podemos saberlo, cuándo se compuso el textolatino también, pero de cuándo data el texto masorético y sus distintaspartes estamos mucho más a oscuras.

Ahora, en lo que sí coincido con lo que vos decís, es que habríaque utilizar el conjunto de la información. No es posible que ciertainformación, porque es problemática, porque es tradicional, porque reflejauna entre varias fuentes posibles de tradición oral, etc., etc., sea lisa yllanamente ignorada, porque entonces nos quedaríamos sin la Biblia, nosquedaríamos sin La Ilíada, sin La Odisea, no digo sin el Martín Fierro,pero más o menos, porque todas ésas son percepciones acerca de lahistoria y ninguna es seguramente la historia en sí, es el viejo problemagnoseológico.

Lo que quería subrayar es que la arqueología en general es pocoeficaz a la hora de detectar individuos o trayectorias individuales (comoMoisés, por ejemplo) y que es bastante más eficaz para registrar alconjunto anónimo de individuos, la masa de soldados o de campesinos, ycuando se la utiliza para otra cosa, en general, es una herramienta muypoco eficaz.

Ésa sería un poco mi conclusión respecto de los que, por ejemplo,están buscando el palacio de David. Es una búsqueda legítima, peroprobablemente sería más importante plantearse ¿existen edificios públicosdel sistema administrativo de tal siglo? No si ése fue un palacio, porquetal vez no fue un palacio, sino que fue un templo. Si alguna vez unarqueólogo marciano excavara las ruinas de este lugar donde nosreunimos (espero que esto no suceda nunca), va a decir que es un templosolar, porque el sol se pone por allí rectamente, tiene columnas, no tienecocina y un lugar que no tiene cocina, seguramente, es un lugar sagrado.Entonces, es un templo solar.

Entonces, es preferible que la arqueología se dirija a unainterpretación más o menos gruesa de cosas colectivas, más que a labúsqueda de biografías individuales que, desgraciadamente, en generalhay que inventarlas


- Dr. García Bazán: Eso explica muy bien lo que dijiste de la importancia,en relación con lo social, de la arqueología, una orientación, yo diríatambién, en apoyo de estos enfoques más complejos tiene también laantropología social, y en el caso, justamente, del estudio de los orígenescristianos en que se han escrito libros muy buenos. Muchas Gracias.

- Prof. Prosperi: Lei ha molto insistito sul fatto che non abbiamosostanzialmente testi della Bibbia anteriori ai manoscritti del Mar Morto.Mi pare però, che al di là dei ritrovamenti materiali, vi siano modi distabilire l’antichità dei testi, e la loro origine che si basano sul confrontocon le culture parallele.

Se consideriamo ad esempio il libro della Genesi, mi pare siageneralmente accettato che il primo capitolo riflette aspetti significatividella cultura babilonese, e quindi che esso con ogni probabilità sia statocomposto attorno al periodo dell’esilio. Il secondo capitolo appare inveceappartenere ad un substrato molto più antico. Quindi, anche in mancanzadi supporti materiali diretti, abbiamo la possibilità di renderci conto dellasuccessione delle tradizioni e di stabilire collegamenti con culture piùantiche. Nei discorsi fatti ieri anche a cena, sono stato francamente moltostupito che si potesse seriamente pensare di restringere fin verso il 700a.C., data della distruzione di Samaria, l’arco di tempo abbracciato dallaBibbia e situare l’esodo solo nel periodo immediatamente precedente.Tale arco di tempo sembrerebbe molto più lungo.

E’ vero che solo col libro dei Re troviamo riscontri espliciti nellastoriografía collaterale, ma anche ciò che precede ha un forte riscontroindiretto. Il contesto storico generale dell’ultima parte della Genesi equello dell’Esodo è chiaramente quello egiziano degli Hycsos e delperiodo immediatamente successivo e mi pare sia sensato far risalire aquell’epoca almeno un nucleo della tradizione originaria.

- Dr. Crivelli: Completamente de acuerdo, por eso, utilizando unaterminología abusiva, yo me refería a la línea de trabajo con la que yosimpatizo, que la he llamado la Escuela Estratigráfica, porque acepta laestratificación de los datos, no solamente en un sitio arqueológico sinotambién en los textos, y sobre eso ha habido mucha erudición y hay unadivisión clásica de los estratos de composición del Pentateuco enyahvista, eloísta, deuterenomista y sacerdotal. Y esa subdivisión, contodas las ambigüedades que tiene, con todas las zonas grises que tiene, esbásicamente real. Se nota muy bien en los dos relatos de la Creación, nosolamente por el nombre divino, sino además también por el estilo, por la


presentación de la personalidad de la divinidad, que es distinta, muchomás antropomórfica en la segunda que en la primera.

De manera que creo que efectivamente, aunque no tengamos el so-porte, es completamente legítimo, sobre la base del examen filológico,estratificar los materiales y asignarles una pertenencia temporal y ademásespacial: una tradición que parece venir de la zona de la Sinaí, quizás vin-culada a los quenitas, otra que viene de más al norte, vinculada a unamontaña sagrada que es el monte Gerizim (es decir, que ya no sería lamontaña del Sinaí del sur). Creo que proceder así es legítimo y por eso meparece un empobrecimiento rechazar toda esa masa, no de información,esa masa de tradiciones considerándolas un vacío histórico, que históri-camente suman cero. Creo que es un error y ése es uno de los puntos in-aceptables -en mi opinión- de la Escuela de Copenhague, que me pareceuna escuela histórica bastante a-histórica, porque si solamente fuéramosa hacer historia con lo que hemos constatado y está abundantemente pro-bado, entonces simplemente haríamos periodismo o haríamos historia dela Segunda o de la Primera Guerra Mundial, para las cuales hay cantidadde información. Siempre los grandes problemas son las zonas grises o lasgrandes causas que no están explícitas en ningún lado.

Así que completamente de acuerdo en que es posible separar elcorpus bíblico en estratos de composición, percibir lo que hay de másreciente y de más antiguo y que es un trabajo históricamente valioso quedebe ser emprendido, y que ha sido emprendido, que no debería serignorado.

- Dra. Archideo: Muchas gracias Dr. Crivelli.


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