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Episode 165 Story 1: Trump, absuelto ¡Hola a todos, y bienvenidos a nuestro programa informativo semanal! Yo soy Renzo. Hoy es miércoles 12 de febrero de 2020. A continuación, hablaremos de la decisión del Senado de Estados Unidos de absolver a Donald Trump en el proceso de impeachment abierto en el Congreso contra el presidente. Comentaremos, también, el éxito de los cineastas y actores latinos en la última edición de los premios Oscar. Recordaremos, además, la brillante actuación de Shakira y Jennifer López en el espectáculo musical del Super Bowl. Luego viajaremos a Colombia para hablar de la inminente publicación de una novela inédita de la escritora Marvel Moreno, 25 años después de su muerte. Y terminaremos en Ecuador, comentando la lamentable banalización de la violencia machista por parte del presidente Lenín Moreno. Pero vamos a empezar, si les parece, por la absolución de Trump… El filósofo y estratega militar chino Sun Tzu escribió en El arte de la guerra que “los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar”. Creo que los demócratas habrían hecho bien en leer al genial estratega militar chino antes de abrir el proceso de impeachment a Donald Trump. El juicio político al presidente era una maniobra condenada al fracaso, una batalla que los demócratas tenían perdida de antemano, ya que no disponían en el Senado de los dos tercios necesarios para destituir al actual inquilino de la Casa Blanca. Tal y como se esperaba, los senadores republicanos cerraron filas en torno a Trump e impidieron la comparecencia de testigos clave para demostrar si el presidente abusó o no de su poder en el escándalo de la trama ucraniana. El GOP finalizó el juicio político tan pronto como le fue posible, votando con una unidad casi granítica a favor de Trump. Sólo Mitt Romney, senador republicano por Utah, se rebeló contra el comandante en jefe, apoyando su destitución. Desde mi punto de vista, el impeachment a Trump ha sido totalmente contraproducente para los demócratas. Lejos de debilitar al presidente, lo ha reforzado. El pasado 4 de febrero, sabedor de que iba a ser absuelto por el Senado, Trump pronunció su esperado discurso sobre el Estado de la Unión. Un discurso en el que dibujó una visión idílica de sus primeros tres años en la Casa Blanca: “el empleo ha aumentado, la pobreza y el crimen se han reducido, la confianza crece y el país es respetado de nuevo”. El presidente le negó el saludo a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y ésta, visiblemente indignada, rompió, ante las cámaras de televisión, los folios con la copia del discurso del líder republicano. Los demócratas dan la sensación de estar desorientados, y es evidente que no dan con la estrategia adecuada para desgastar a Trump. El presidente está a la espera de saber quién será el rival que le disputará la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. Entretanto, se frota las manos al ver cómo ha arrancado la carrera por la nominación demócrata en los caucus de Iowa. Un fallo informático en el recuento de votos ha dejado herida la imagen pública del partido y ha enconado, aún más si cabe, los ánimos entre Buttigieg, 1/5

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Episode 165

Story 1: Trump, absuelto

¡Hola a todos, y bienvenidos a nuestro programa informativo semanal! Yo soy Renzo. Hoy es miércoles 12 de febrero de 2020. A continuación, hablaremos de la decisión del Senado de Estados Unidos de absolver a Donald Trump en el proceso de impeachment abierto en el Congreso contra el presidente. Comentaremos, también, el éxito de los cineastas y actores latinos en la última edición de los premios Oscar. Recordaremos, además, la brillante actuación de Shakira y Jennifer López en el espectáculo musical del Super Bowl. Luego viajaremos a Colombia para hablar de la inminente publicación de una novela inédita de la escritora Marvel Moreno, 25 años después de su muerte. Y terminaremos en Ecuador, comentando la lamentable banalización de la violencia machista por parte del presidente Lenín Moreno.

Pero vamos a empezar, si les parece, por la absolución de Trump…

El filósofo y estratega militar chino Sun Tzu escribió en El arte de la guerra que “los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar”. Creo que los demócratas habrían hecho bien en leer al genial estratega militar chino antes de abrir el proceso de impeachment a Donald Trump. El juicio político al presidente era una maniobra condenada al fracaso, una batalla que los demócratas tenían perdida de antemano, ya que no disponían en el Senado de los dos tercios necesarios para destituir al actual inquilino de la Casa Blanca.

Tal y como se esperaba, los senadores republicanos cerraron filas en torno a Trump e impidieron la comparecencia de testigos clave para demostrar si el presidente abusó o no de su poder en el escándalo de la trama ucraniana. El GOP finalizó el juicio político tan pronto como le fue posible, votando con una unidad casi granítica a favor de Trump. Sólo Mitt Romney, senador republicano por Utah, se rebeló contra el comandante en jefe, apoyando su destitución.

Desde mi punto de vista, el impeachment a Trump ha sido totalmente contraproducente para los demócratas. Lejos de debilitar al presidente, lo ha reforzado. El pasado 4 de febrero, sabedor de que iba a ser absuelto por el Senado, Trump pronunció su esperado discurso sobre el Estado de la Unión. Un discurso en el que dibujó una visión idílica de sus primeros tres años en la Casa Blanca: “el empleo ha aumentado, la pobreza y el crimen se han reducido, la confianza crece y el país es respetado de nuevo”. El presidente le negó el saludo a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y ésta, visiblemente indignada, rompió, ante las cámaras de televisión, los folios con la copia del discurso del líder republicano. Los demócratas dan la sensación de estar desorientados, y es evidente que no dan con la estrategia adecuada para desgastar a Trump.

El presidente está a la espera de saber quién será el rival que le disputará la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. Entretanto, se frota las manos al ver cómo ha arrancado la carrera por la nominación demócrata en los caucus de Iowa. Un fallo informático en el recuento de votos ha dejado herida la imagen pública del partido y ha enconado, aún más si cabe, los ánimos entre Buttigieg,

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Sanders, Warren y Biden, los principales candidatos a destronar a Trump.

De hecho, los candidatos demócratas se han enfrascado ya en una guerra interna que, en mi opinión, sólo va a beneficiar a los republicanos. Creo también que habrá que estar atentos a Michael Bloomberg, el multimillonario exalcalde de Nueva York, que se va a incorporar más adelante a la carrera por la nominación demócrata y que, de momento, permanece al margen de las luchas intestinas del partido, viendo como sus rivales se despellejan los unos a los otros. ¿Estará leyendo a Sun Tzu? ¿Acabará siendo él la verdadera némesis de Trump?

Story 2: Premios Oscar: sin latinoamericanos entre los premiados

Mientras Washington DC era, la semana pasada, escenario de una compleja lucha política, en California de lo que se ha hablado es de los Oscar. Lamentablemente, este año, no hubo latinoamericanos entre los premiados.

En el año 2016, el hashtag #OscarsSoWhite se hizo viral en las redes sociales en los días previos a la ceremonia de entrega de los Premios Oscar. Era una denuncia pública por la falta de diversidad que aqueja a los galardones más prestigiosos del mundo del cine. En 2020, las cosas no han mejorado mucho. Entre los nominados a mejor director no ha habido ni una sola mujer y entre los 20 actores aspirantes al Oscar a la mejor interpretación, ya fuera protagonista o de reparto, solo había una actriz negra: la británica Cynthia Erivo. Y entre esa veintena de candidatos no había ni un solo latino.

Por la alfombra roja del Teatro Kodak de Los Ángeles no pudimos ver, por ejemplo, a Jennifer López, la actriz y cantante neoyorquina, de ascendencia puertorriqueña, que, en mi opinión, hizo una interpretación sensacional en la película Hustlers. Su trabajo estuvo reconocido con sendas nominaciones a mejor actriz de reparto tanto por los Globos de Oro como por el Sindicato de Actores. Pero se ve que la Academia del Cine de Hollywood no ha opinado lo mismo. Algo que me apena profundamente. Por eso decidí sumarme a la campaña #JusticeForJLo que concitó el apoyo de miles de personas en las redes sociales.

En la última década, la irrupción en los Oscar de magníficos directores mexicanos como Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro contribuyó a proyectar la falsa imagen de que la cultura latina empezaba a ser reconocida por la Academia del Cine de Hollywood. Pero nada más lejos de la realidad. Eric Garcetti, el alcalde de Los Angeles, consciente de la poca visibilidad de los latinos en la gran pantalla, apremió a los productores de cine a revertir la situación y denunció que “el hashtag #JusticeForJlo nos demuestra que hay aún mucho trabajo que tiene que ser reconocido”. Eva Longoria, actriz estadounidense de origen mexicano, recuerda que “siendo los latinos la mayor minoría del país, no podemos seguir siendo invisibles en el cine”. Entre las cien películas más taquilleras de la última década, sólo la mitad tenían personajes latinos.

En mi opinión, una de las razones que explican la poca presencia de las minorías latina y afroamericana en las nominaciones de los Oscar es la propia composición de la Academia del Cine de Hollywood. Entre sus miembros hay un 84% de blancos y un 68% de hombres, y su edad media está entre los 55 y los 65 años. April Reign, creadora del hashtag #OscarsSoWhite, explica que los Oscar se reducen “a un

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concurso de popularidad entre los hombres mayores de la industria”. Creo que es importante que la diversidad de Estados Unidos se refleje también, a nivel interno, en la Academia. Solo de esa manera los Premios Oscar serán, algún día, el espejo de la sociedad.

Story 3: El Super Bowl más latino de la historia

Sin embargo, el sabor latino sí ha estado muy presente en el Super Bowl. Shakira y Jennifer López, dos artistas con fuertes lazos con la cultura latina, han congregado a más de cien millones de personas frente a los televisores de todo el mundo.

El Super Tazón o Super Bowl es uno de los eventos más esperados del año en los Estados Unidos. No solo por el partido que determinará qué equipo es el campeón del torneo nacional de fútbol americano, sino también por el espectáculo musical que congrega, en el descanso, a más de 100 millones de personas frente al televisor.

La tradición del llamado halftime show empezó hace 53 años. Al principio, el elenco de espectáculos era muy variado y las actuaciones, de catorce minutos de duración, podían estar protagonizadas por una banda universitaria o por un grupo de acróbatas. Pero desde 1991, el descanso del Super Bowl es terreno exclusivo de las estrellas de la música contemporánea. Michael Jackson, los Rolling Stones y Madonna son algunos de los artistas que han tenido ocasión de tocar en la final. Y a veces con polémica, como en 2004, cuando Justin Timberlake dejó al descubierto uno de los pechos de Janet Jackson.

En esta edición, el halftime show ha sido protagonizado por dos mujeres con fuertes lazos con la cultura latina: Jennifer López, estadounidense de origen puertorriqueño, y la colombiana Shakira. Sus potentes voces y sus danzas electrizantes dejaron boquiabierto al público de medio mundo. A ambas las acompañaron, como invitados sorpresa, los artistas latinos Bad Bunny y J Balvin, consagrando el carácter hispano del espectáculo. “¡Hola, Miami!”, exclamó Shakira nada más aparecer, enfundada en un vestido rojo, ante los 62.000 espectadores que abarrotaban el Hard Rock Stadium. A continuación, Shakira interpretó algunas de sus canciones más conocidas, muchas de las cuales incluyen estrofas en español.

La actuación de la cantante colombiana fue seguida por la de Jennifer López. La artista compareció en el escenario vistiendo un traje de cuero negro y encaramada a la antena de una maqueta del Empire State Building, evocando, de esta forma, sus orígenes neoyorquinos. López interpretó temas como On the Floory Let’s Get Loud y no desperdició la ocasión para mostrar la bandera de Puerto Rico, la isla caribeña de la que emigraron sus padres y que aún no se ha recuperado de los devastadores efectos del huracán María de 2017.

Creo que, al encomendar a Shakira y JLo el halftime show, los organizadores de la Super Bowl buscaban expandir la base de fans del fútbol americano a dos colectivos donde este deporte no es muy popular: las mujeres y los latinos. Pero para mí, lo más importante son los mensajes que la Super Bowl ha enviado a la sociedad. Shakira recordó, la semana pasada, que los latinos están atravesando un momento difícil en los Estados Unidos por la política anti-migratoria de Donald Trump. Jennifer López, por su parte, resaltó el hecho de que el Super Bowl hubiera elegido a dos mujeres para protagonizar el

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evento musical más visto en el mundo.

El eco mundial de la actuación de las dos artistas fue incluso superior al de la propia final. Ganaron los Kansas City Chiefs, que se impusieron holgadamente a los San Francisco 49ers. Pero eso, quizá, fue lo de menos.

Story 4: La novela póstuma de Marvel Moreno se publicará en marzo

Hablamos ahora de la escritora colombiana Marvel Moreno. El próximo mes de marzo, saldrá a la venta su última novela: El tiempo de las amazonas. Una obra que había permanecido, hasta ahora, oculta en un cajón.

Aunque pueda parecer increíble, algunos de los mejores escritores de todos los tiempos murieron sin que su obra fuera conocida, y reconocida, por sus coetáneos. Es el caso, por ejemplo, de Miguel de Cervantes, autor de El Quijote. O de Franz Kafka, creador de La Metamorfosis, que estuvo a punto de quemar toda su obra antes de fallecer.

La escritora colombiana Marvel Luz Moreno forma parte también de esta lista. Según algunos expertos en literatura, sus obras están a la altura de las de Gabriel García Márquez. Sin embargo, durante décadas, fueron desconocidas para el gran público.

Moreno nació en Barranquilla, en 1939, en el seno de una familia burguesa. El machismo de la sociedad patriarcal de la época y el entorno elitista en el que se crio modelaron su ideología feminista e igualitaria. Vivió su adolescencia como una rara avis en la Colombia de los años 50. Fue expulsada de un colegio de monjas por defender la teoría darwinista de la evolución. Y a los 20 años, cuando fue nombrada Reina del Carnaval de Barranquilla, repelió a un chico que quería bailar con ella preguntándole: “¿Qué opinas de El Muro de Sartre?”. Ningún chaval más volvió a intentar flirtear con ella aquella noche.

Marvel Moreno heredó la pasión por la literatura de su padre. En los años 60 empezó a relacionarse con el llamado “Grupo de Barranquilla”, del que formaban parte intelectuales, artistas y periodistas, y comenzó, también, a escribir sus primeros cuentos. Relatos breves que apenas tuvieron difusión, y que fueron recogidos en dos compilaciones publicadas en 1980 y 1992. Escribió también una novela titulada En diciembre llegaban las brisas, publicada en 1987 con escaso éxito entre el público.

Marvel falleció en 1995, cuando tenía 55 años de edad. Desde hacía décadas padecía lupus, una enfermedad que había reducido notablemente su calidad de vida. No fue hasta después de su muerte cuando sus obras empezaron a difundirse y a adquirir reconocimiento internacional. En 2013, la editorial Alfaguara decidió reeditar En diciembre llegaban las brisas. La novela se convirtió en un éxito de crítica y público y en una obra de referencia para el movimiento feminista. Además, desde hacía años, se sabía que, al morir, Moreno había dejado sin terminar su segunda novela: El tiempo de las amazonas. Una obra de ficción con tintes autobiográficos. Ahora, al fin, su familia se ha decidido a publicarla. El libro, que llevaba 25 años en un cajón, saldrá a la venta el próximo mes de marzo de la mano de la editorial Penguin House Mondadori. Estoy convencido de que será un bestseller y de que se convertirá en uno de

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los grandes éxitos literarios de 2020. Yo, desde luego, estoy deseando que llegue pronto a las librerías.

Story 5: El presidente de Ecuador, acusado de machismo

Y vamos a terminar en Ecuador, para hablar del último escándalo que ha salpicado al presidente del país. Lenín Moreno ha sido acusado de banalizar la violencia machista al decir que las mujeres sólo denuncian acoso sexual cuando son hostigadas por hombres feos.

El machismo es una lacra enraizada en mayor o menor medida, en todas las sociedades del mundo. En los últimos años, muchos gobiernos, impulsados por movimientos como el #MeToo, han empezado a tomar medidas para combatir la violencia sexual y la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos: la política, la educación, el mundo laboral... Pero creo que a la mayoría de los países les queda todavía mucho por hacer para garantizar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

En mi opinión, lo primero que deberían hacer muchos líderes políticos es comportarse de forma responsable, cambiar su retórica y demostrar que realmente creen en la igualdad de género. Es el caso, por ejemplo, de los presidentes de Rusia y Estados Unidos. Quién no recuerda Vladímir Putin decir que él no tenía días malos porque no era una mujer; o a Donald Trump preguntarse cómo podría Hillary Clinton satisfacer a Estados Unidos si ni siquiera era“capaz de satisfacer a su marido”. Es evidente que dirigentes políticos que son capaces de decir cosas así… no son los más aptos para liderar la lucha contra el machismo.

Pero Putin y Trump no son los únicos políticos que han realizado declaraciones machistas de este tipo. El pasado 31 de enero, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró, en un acto público, que las mujeres sólo denuncian el acoso sexual si son hostigadas por hombres “feos”. “Si la persona es bien presentada de acuerdo a los cánones – continuó el presidente – las mujeres no suelen pensar necesariamente que eso es acoso sexual”. En mi opinión, las palabras de Lenín Moreno son de una extrema gravedad. Me parece intolerable que el presidente ecuatoriano frivolice, de esa manera, un problema social de primer orden. Según datos oficiales, en Ecuador se produce un feminicidio cada tres días y, en 2019, seis de cada diez mujeres sufrieron episodios de violencia de género.

Las declaraciones de Lenín Moreno provocaron una ola de indignación en las redes sociales. Muchos acusaron al presidente de ser un misógino. La activista de derechos humanos Lolo Miño aseguró sentir “vergüenza” y puso en duda, incluso, la legitimidad de Moreno para seguir gobernando el país. A la vista de las críticas recibidas, el mandatario ecuatoriano pidió disculpas en Twitter: “En mi comentario sobre el acoso, no pretendí minimizar un asunto tan grave como la violencia, o los abusos. Me disculpo si se entendió así. ¡Rechazo la violencia contra la mujer en todas sus formas!”.

No soy quién para dictaminar si las disculpas del presidente ecuatoriano son sinceras o no. Pero lo que sí tengo claro es que una persona que ocupa un cargo de tanta responsabilidad no puede permitirse el lujo de tomarse a la ligera un tema tan importante como la violencia machista.

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