entrevista a claudio pizarro (münchen, alemania). de todo, menos de fútbol. el comercio....

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SáBADO 2 DE MAYO DEL 2015 EL COMERCIO .A31 POSDATA NUESTROS COLUMNISTAS Marco Aurelio Denegri LUNES Milagros Leiva MARTES Abelardo Sánchez León MIéRCOLES Pedro Canelo JUEVES Josefina Barrón VIERNES Salvador del Solar SáBADO Colecciones El Comercio @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286 L a principal lección que nos deja el progreso de estos últimos años es que en realidad no hemos pro- gresado en absoluto. El paso de la escasez a una cierta abundan- cia ha sacado a relucir esa pobreza nuestra que nada tiene que ver con lo material. Re- vestidos de ropas, teléfonos, automóviles y departamentos, vamos hoy orgullosos de haber trocado el hambre por la gula, sali- vando, insaciables, bajo el hechizo de ese engañoso monosílabo que es la palabra “más”. Hasta que nos descubrimos sitiados por autoridades que matan por desviar millo- nes, empresarios que defraudan por acu- mularlos, narcos que desfilan armados co- mo estrellas de cine, policías y ciudadanos que se agarran a golpes y calles colmadas de carros relucientes pero quietos, atasca- dos en un tráfico que sobrepasa lo vehicu- lar y que nos invita a mirarnos, embotados, hastiados, ojalá al borde de por fin pregun- tarnos: “¿más?” O de preguntarnos, a lo mejor sedientos de cualquier esperanza, si lo ocurrido en es- tos días a orillas de la Costa Verde no podrá convertirse acaso en un inesperado pero muy necesitado punto de inflexión. Porque no es un carril más lo que nos hace falta, si- no una pausa, una tregua, un espacio men- tal para pensar sobre esta forma de pensar. Claro que se puede decir que no hay na- da de nuevo, que todas las semanas vemos gente enfrentando a la policía, oponiéndo- se a proyectos que las autoridades conside- ran que han de llevarse a cabo, así sea a la fuerza. Y es verdad. Pero también es cierto que, a diferencia de los casos de siempre, en este no resulta igual de fácil —como co- mentaba en un post mi amiga, la abogada Julissa Mantilla— descalificar la oposición de los tablistas acusándolos de ser “terro- ristas anticarriles”. Comprender y dar validez a la resisten- cia de los tablistas ayuda, a quien no lo hu- biera hecho antes, a hacer lo propio con la de cualquier otro grupo de ciudadanos, en cualquier otra parte de nuestro territorio, en oposición a proyectos que las autorida- des consideran incuestionables, en tanto promueven la predominante lógica de bus- car siempre más. Porque no es solo la ecolo- gía la que debe imponerle límites a nuestra incontinencia, sino fundamentalmente el respeto a las mínimas normas de una civili- zada convivencia. Es así como los sucesos de la Costa Ver- de podrían orientarnos hacia un cambio de mentalidad. No sería, por cierto, la primera vez que problemas del país consiguen por fin convertirse en “problemas del Perú” por el hecho de suceder en Miraflores —evi- dencia adicional de cuánto no hemos pro- gresado en medio de tanto progreso—. El progreso que de verdad necesitamos es cívico y no solo económico; es uno que ponga a la ley por encima de gobernantes y gobernados, que relegue el uso de la fuerza a categoría de excepción y de último recur- so; y que haga ver a todos los peruanos co- mo vemos hoy a los vecinos de Miraflores: como ciudadanos, no como pobladores. SALVADOR DEL SOLAR UN NUEVO CARRIL (MENTAL) “El progreso que de verdad necesitamos es cívico y no solo económico; es uno que ponga a la ley por encima de gobernantes”. A dmirado en Alemania, resistido en el Perú. La falta de gol con la selec- ción es su talón de Aqui- les. Cosa curiosa: en la última Eliminatoria, Pizarro hizo partidos correctos, pero Guerrero, que no tuvo un buen desempeño, si- gue siendo el preferido de la afición. —Me llamó la atención que aquí to- dos hablan maravillas de ti. Sean hinchas del Bayern o no. ¿En serio? ¿Por qué te llamó la aten- ción? [risas]. —En serio. ¿Por qué crees? ¿Por lo que publican allá [en el Perú]? Lo que pasa es que a ve- ces no se aprecia lo que se tiene. Y cuando logremos cosas todo esto va a cambiar. —¿Y no te desconcentras? No, no dejo que me afecte, por- que a mí me gusta esto. Me apasiona el fútbol, me encanta. —Cuando vas al Perú, a entrenar o de vacaciones, ¿sientes la presión de los hinchas? ¡No! Te digo la verdad: cuando estoy en la calle, en el Perú, nunca me han gritado nada malo, todo lo contra- rio: “Una foto”, “una firma, por fa- vor”, “que te vaya bien”, “suerte”. —Pero en el estadio... Ahí es diferente, pero es parte de es- to. Es normal que te puteen en el es- Soy el máximo goleador extranjero en la historia de la Bundesliga. Al cierre de esta entrevista llevaba 176 goles. Trato de ir mucho al cine y prefiero las comedias. No me gustan las de terror. En mis ratos libres también estudio mucho sobre los caballos de carrera, uno de mis pasatiempos. Llevo 15 años en Alemania, país en el que he decidido vivir cuando me retire, pero sé que siempre iré al Perú, mi país. Creo en que todo pasa por algo y en que la buena energía se contagia. Claudio Pizarro Futbolista ROBERTO URZÚA “No tengo la menor idea de qué voy a hacer cuando me retire” HERBERT HOLGUíN Cuando estoy en la calle en el Perú nunca me han gritado nada malo. Pero en el estadio es diferente”. Mi hijo mayor es el más tranquilo. Siempre le digo que es el alemán de la casa. Quiere estudiar física no sé qué. Es muy inteligente, observador”. Estamos en la sede del Bayern Múnich. Pasan Guardiola, Schweinsteiger, Lewandowski y toda la constelación a la que per- tenece Claudio Pizarro (Callao, 1978), un sujeto consciente de sus éxitos y, aunque le cueste notarlo, de su mayor miedo. tadio, ¡lo raro sería que te puteen en tu casa! —¿Desde cuándo se te pasó por la cabeza lo de ser futbolista? Siempre, pero a los 11 o 12 años quise ser marino. Mi padre lo era y lo destacaron a Paita. Yo iba por los muelles, subía a los buques. Pero re- gresé a Lima y volví al fútbol. Para siempre. —Dejemos el fútbol. Saliste del Pe- rú muy joven y te casaste a los 20 años, todo muy rápido. Y me costó madurar mucho más que a mi mujer. Tomar el rol de pa- dre, por ejemplo. Me casé en abril de 1999 y vine en agosto, y mi cabeza era “fútbol, fútbol” y nada más. —Eso debió generar problemas... Me casé porque sabía que ella era la mujer de mi vida. Tal vez en un prin- cipio era egoísta en ese tema, porque todo para mí era fútbol. —¿Y venir a vivir a Alemania? Aquí las cosas me llegaron rápido: los logros, las celebraciones. Para mi mujer fue más complicado. Pero aho- ra, es más, decidimos quedarnos a vivir acá. —¿Fue una elección simple? Para nada, porque siempre quise vivir en el Perú, pero al ser una persona conocida, me preocupa la seguridad. No quiero correr el riego de que mi fa- milia pase por una situación compli- cada. Aparte, mis hijos... —Que son alemanes... ¡Son peruanos! Han nacido acá, pero ellos mismos dicen que son peruanos. He tratado de que estén relacionados con el Perú, y lo están, pero están acostumbrados a la for- ma de vida de acá. —¿Y el idioma? Hablan perfectamente tres idio- mas. Van a la escuela internacional, risa le abre puertas, va a caer parado donde él quiera. ¡Es terrible! —¿Y el mayor? Es más tranquilo, relajado. Siem- pre le digo que es el alemán de la ca- sa. Quiere estudiar física no sé qué. Es muy inteligente, observador, lee mucho, le gusta eso. Hablamos de algo y me sale con los nombres de las estrellas, los dioses griegos. —Y la segunda es tu hija, que le gus- ta mucho la música. Le encanta, toca la guitarra muy bien, el violín, el piano y canta. Pero es muy tímida, no creo que se dedi- que a eso. —¿Y crees que estás haciendo tu trabajo de padre? Sí, creo que sí. Me gusta la discipli- na, el orden, la puntualidad. —¿Te criaron así? Sí, por mi viejo marino. —Muy cercano a la fama de rigidez de los alemanes. ¡Sí! [risas]. Pero soy un poco más relajado en ese tema, mi mujer sí es más asustadiza. Y no soy celoso, creo. —Ahora, este año cumples 37 años, el retiro está cerca. ¿Qué vas a ha- cer? No tengo la menor idea. —¡Será un cambio fuerte! Tengo negocios que me pueden mantener tranquilo un tiempo. Pero algún plan, algo que me ponga a tra- bajar todos los días, no. Nada espe- cial, ya veré. —Lo digo porque el retiro es el te- mor de muchos futbolistas. Para mí no, te lo aseguro. —¿Pero no le tienes miedo a nada o qué? Eso te lo digo ahora, aún no he llega- do el momento en que diga qué voy a hacer. Siempre ha habido algo. —¿Pero a qué le tienes miedo? To- dos tenemos temores, nos hacen humanos. ¿Miedos? [piensa y ve al vacío]. Miedos... mira, quizás tiene que ver con mis hijos, sí, eso es. Algo que tie- nes en la cabeza siempre. —¿Y qué cosa es? Que cuando estés mayor y tus hijos se vayan a vivir solos se descarrilen. Eso sí me haría pensar si hice o no el trabajo que debía hacer con ellos. sus clases son en inglés, pero en ca- sa hablan español y alemán con los amigos. —Aprender alemán es algo difícil y tú lo hablas bien. ¿Cuál fue el se- creto? Llevé clases solo un mes, al inicio, en Bremen. Eran entre los entre- namientos de la mañana y la tarde, acababa cansadísimo. Por eso lo de- jé y me lancé a hablar. Como un loro, así me equivocase, así me corrigie- ran, mejor. —Tienes tres hijos, dos chicos y una chica. ¿Alguno juega fútbol? El menor es el que toma la pelota, le encantan los deportes, es mu- cho más activo en ese tema. Tiene 9 años. —Parece que es tu engreído. ¡Puede ser el de cualquiera! Su son- -- DESEMPEÑO -- Pizarro es titular en la selección desde 1999. En la última eliminatoria hizo 3 goles. PIZARRO DECLARA SOBRE LA SELECCIÓN LEA MAÑANA DT

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Page 1: Entrevista a Claudio Pizarro (München, Alemania). De todo, menos de fútbol. El Comercio. 02/05/2015

sábado 2 de mayo del 2015 el comercio .A31

posdata

nuestros columnistas

Marco Aurelio DenegriLunes

Milagros LeivaMArtes

Abelardo sánchez LeónMiércoLes

Pedro caneloJueves

Josefina Barrónviernes

salvador del solarsáBADo

Colecciones El Comercio

@elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286

l a principal lección que nos deja el progreso de estos últimos años es que en realidad no hemos pro-gresado en absoluto. El paso de la escasez a una cierta abundan-

cia ha sacado a relucir esa pobreza nuestra que nada tiene que ver con lo material. Re-vestidos de ropas, teléfonos, automóviles y departamentos, vamos hoy orgullosos de haber trocado el hambre por la gula, sali-vando, insaciables, bajo el hechizo de ese engañoso monosílabo que es la palabra “más”.

Hasta que nos descubrimos sitiados por autoridades que matan por desviar millo-nes, empresarios que defraudan por acu-mularlos, narcos que desfilan armados co-mo estrellas de cine, policías y ciudadanos que se agarran a golpes y calles colmadas de carros relucientes pero quietos, atasca-dos en un tráfico que sobrepasa lo vehicu-lar y que nos invita a mirarnos, embotados, hastiados, ojalá al borde de por fin pregun-tarnos: “¿más?”

O de preguntarnos, a lo mejor sedientos de cualquier esperanza, si lo ocurrido en es-tos días a orillas de la Costa Verde no podrá convertirse acaso en un inesperado pero muy necesitado punto de inflexión. Porque no es un carril más lo que nos hace falta, si-no una pausa, una tregua, un espacio men-tal para pensar sobre esta forma de pensar.

Claro que se puede decir que no hay na-da de nuevo, que todas las semanas vemos gente enfrentando a la policía, oponiéndo-se a proyectos que las autoridades conside-ran que han de llevarse a cabo, así sea a la fuerza. Y es verdad. Pero también es cierto que, a diferencia de los casos de siempre, en este no resulta igual de fácil —como co-mentaba en un post mi amiga, la abogada Julissa Mantilla— descalificar la oposición de los tablistas acusándolos de ser “terro-ristas anticarriles”.

Comprender y dar validez a la resisten-cia de los tablistas ayuda, a quien no lo hu-biera hecho antes, a hacer lo propio con la de cualquier otro grupo de ciudadanos, en cualquier otra parte de nuestro territorio, en oposición a proyectos que las autorida-des consideran incuestionables, en tanto promueven la predominante lógica de bus-car siempre más. Porque no es solo la ecolo-gía la que debe imponerle límites a nuestra incontinencia, sino fundamentalmente el respeto a las mínimas normas de una civili-zada convivencia.

Es así como los sucesos de la Costa Ver-de podrían orientarnos hacia un cambio de mentalidad. No sería, por cierto, la primera vez que problemas del país consiguen por fin convertirse en “problemas del Perú” por el hecho de suceder en Miraflores —evi-dencia adicional de cuánto no hemos pro-gresado en medio de tanto progreso—.

El progreso que de verdad necesitamos es cívico y no solo económico; es uno que ponga a la ley por encima de gobernantes y gobernados, que relegue el uso de la fuerza a categoría de excepción y de último recur-so; y que haga ver a todos los peruanos co-mo vemos hoy a los vecinos de Miraflores: como ciudadanos, no como pobladores.

salvadordel solar

un nuevo carril

(mental)“El progreso que de verdad necesitamos es

cívico y no solo económico; es uno que ponga a la ley por encima de gobernantes”.

a dmirado en Alemania, resistido en el Perú. La falta de gol con la selec-ción es su talón de Aqui-les. Cosa curiosa: en la

última Eliminatoria, Pizarro hizo partidos correctos, pero Guerrero, que no tuvo un buen desempeño, si-gue siendo el preferido de la afición. —Me llamó la atención que aquí to-dos hablan maravillas de ti. sean hinchas del Bayern o no.¿En serio? ¿Por qué te llamó la aten-ción? [risas].—en serio. ¿Por qué crees?¿Por lo que publican allá [en el Perú]? Lo que pasa es que a ve-ces no se aprecia lo que se tiene. Y cuando logremos cosas todo esto va a cambiar.—¿Y no te desconcentras?No, no dejo que me afecte, por-que a mí me gusta esto. Me apasiona el fútbol, me encanta. —cuando vas al Perú, a entrenar o de vacaciones, ¿sientes la presión de los hinchas?¡No! Te digo la verdad: cuando estoy en la calle, en el Perú, nunca me han gritado nada malo, todo lo contra-rio: “Una foto”, “una firma, por fa-vor”, “que te vaya bien”, “suerte”.—Pero en el estadio...Ahí es diferente, pero es parte de es-to. Es normal que te puteen en el es-

Soy el máximo goleador extranjero en la historia de la Bundesliga. Al cierre de esta entrevista llevaba 176 goles. Trato de ir mucho al cine y prefiero las comedias. No me gustan las de terror. En mis ratos libres también estudio mucho sobre los caballos de carrera, uno de mis pasatiempos. Llevo 15 años en Alemania, país en el que he decidido vivir cuando me retire, pero sé que siempre iré al Perú, mi país. Creo en que todo pasa por algo y en que la buena energía se contagia.

Claudio PizarroFutbolista

roberto urzúa

“no tengo la menor idea de qué voy a hacer

cuando me retire”HERbERT HOLGUíN

“ Cuando estoy en la calle en el Perú nunca me han gritado nada malo. Pero en el estadio es diferente”.

“ Mi hijo mayor es el más tranquilo. Siempre le digo que es el alemán de la casa. Quiere estudiar física no sé qué. Es muy inteligente, observador”.

estamos en la sede del Bayern Múnich. Pasan Guardiola, schweinsteiger, Lewandowski y toda la constelación a la que per-tenece claudio Pizarro (callao, 1978), un sujeto consciente de sus éxitos y, aunque le cueste notarlo, de su mayor miedo.

tadio, ¡lo raro sería que te puteen en tu casa!—¿Desde cuándo se te pasó por la cabeza lo de ser futbolista?Siempre, pero a los 11 o 12 años quise ser marino. Mi padre lo era y lo destacaron a Paita. Yo iba por los muelles, subía a los buques. Pero re-gresé a Lima y volví al fútbol. Para siempre.—Dejemos el fútbol. saliste del Pe-rú muy joven y te casaste a los 20 años, todo muy rápido.Y me costó madurar mucho más que a mi mujer. Tomar el rol de pa-dre, por ejemplo. Me casé en abril de 1999 y vine en agosto, y mi cabeza era “fútbol, fútbol” y nada más.—eso debió generar problemas...Me casé porque sabía que ella era la mujer de mi vida. Tal vez en un prin-cipio era egoísta en ese tema, porque todo para mí era fútbol.—¿Y venir a vivir a Alemania?Aquí las cosas me llegaron rápido:

los logros, las celebraciones. Para mi mujer fue más

complicado. Pero aho-ra, es más, decidimos quedarnos a vivir acá.—¿Fue una elección simple?Para nada, porque

siempre quise vivir en el Perú, pero al ser

una persona conocida, me preocupa la seguridad. No

quiero correr el riego de que mi fa-milia pase por una situación compli-cada. Aparte, mis hijos...—Que son alemanes...¡Son peruanos! Han nacido acá, pero ellos mismos dicen que son peruanos. He tratado de que estén relacionados con el Perú, y lo están, pero están acostumbrados a la for-ma de vida de acá.—¿Y el idioma?Hablan perfectamente tres idio-mas. Van a la escuela internacional,

risa le abre puertas, va a caer parado donde él quiera. ¡Es terrible!—¿Y el mayor?Es más tranquilo, relajado. Siem-pre le digo que es el alemán de la ca-sa. Quiere estudiar física no sé qué. Es muy inteligente, observador, lee mucho, le gusta eso. Hablamos de algo y me sale con los nombres de las estrellas, los dioses griegos.—Y la segunda es tu hija, que le gus-ta mucho la música.Le encanta, toca la guitarra muy bien, el violín, el piano y canta. Pero es muy tímida, no creo que se dedi-que a eso.—¿Y crees que estás haciendo tu trabajo de padre?Sí, creo que sí. Me gusta la discipli-na, el orden, la puntualidad.—¿te criaron así?Sí, por mi viejo marino.—Muy cercano a la fama de rigidez de los alemanes.¡Sí! [risas]. Pero soy un poco más relajado en ese tema, mi mujer sí es más asustadiza. Y no soy celoso, creo.—Ahora, este año cumples 37 años, el retiro está cerca. ¿Qué vas a ha-cer?No tengo la menor idea.—¡será un cambio fuerte! Tengo negocios que me pueden mantener tranquilo un tiempo. Pero algún plan, algo que me ponga a tra-bajar todos los días, no. Nada espe-cial, ya veré.—Lo digo porque el retiro es el te-mor de muchos futbolistas.Para mí no, te lo aseguro.—¿Pero no le tienes miedo a nada o qué?Eso te lo digo ahora, aún no he llega-do el momento en que diga qué voy a hacer. Siempre ha habido algo.—¿Pero a qué le tienes miedo? to-dos tenemos temores, nos hacen humanos.¿Miedos? [piensa y ve al vacío]. Miedos... mira, quizás tiene que ver con mis hijos, sí, eso es. Algo que tie-nes en la cabeza siempre.—¿Y qué cosa es?Que cuando estés mayor y tus hijos se vayan a vivir solos se descarrilen. Eso sí me haría pensar si hice o no el trabajo que debía hacer con ellos.

sus clases son en inglés, pero en ca-sa hablan español y alemán con los amigos.—Aprender alemán es algo difícil y tú lo hablas bien. ¿cuál fue el se-creto?Llevé clases solo un mes, al inicio, en bremen. Eran entre los entre-namientos de la mañana y la tarde, acababa cansadísimo. Por eso lo de-jé y me lancé a hablar. Como un loro, así me equivocase, así me corrigie-ran, mejor.—tienes tres hijos, dos chicos y una chica. ¿Alguno juega fútbol?El menor es el que toma la pelota, le encantan los deportes, es mu-cho más activo en ese tema. Tiene 9 años.—Parece que es tu engreído.¡Puede ser el de cualquiera! Su son-

--desempeño

--Pizarro es titular

en la selección desde 1999. En la última eliminatoria hizo

3 goles.

Pizarro declara sobre la selecciónleA mAñAnA dt