ensayo01 linamariasanchez
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Mi aprendizaje sobre las diez leyes de la simplicidad evaluadas en un
objeto del común.
Si bien, antes la calidad de un producto era directamente proporcional al tamaño
que este tenía, es decir, gran tamaño igual a calidad elevada, menor tamaño igual a
calidad inferior, debido a la percepción de que los objetos pequeños eran frágiles y
tal vez inútiles al momento de cumplir su función, actualmente esta visión ha
cambiado, pues la tecnología en conjunto con el diseño está atravesando por un
proceso de estilización, logrando la creación de productos del tamaño de una
cuchara pero de un nivel de complejidad mayor, de esta manera se anula esas
concepciones de años atrás.
“No es posible regresar a la época en que los objetos de gran tamaño eran
complejos y los objetos pequeños eran simples”.
El gurú de la simplicidad John Maeda en su libro Las diez leyes de la simplicidad
expresa que la simplicidad es igual al equilibrio, y que el nuevo diseño no debe
basarse en el “cuanto más, mejor”, por el contrario debe seguir el camino de la
ligereza, apuntando hacia la creación de productos que simplifiquen la vida del
usuario ya que este no solo se limita a comprar, sino que también aspira a adquirir
productos que hagan su cotidianidad más fácil.
“La simplicidad de los productos se ha convertido en la clave del éxito del
mercado”
Además plantea diez leyes y tres claves que son explicadas de manera individual y
que no están ceñidas a ser aplicadas en conjunto, son producto de la recopilación
de sus estudios a través de los años y materializadas en este libro, escrito de
manera especial buscando dar al lector una experiencia creativa basada en el
conocimiento de los fundamentos de la simplicidad y específicamente haciendo
referencia a los campos del diseño, la tecnología, los negocios y la vida.
A estas leyes las ha nombrado, enumerado y agrupado según el grado de
complejidad:
Básica: 1. Reducir, 2. Organizar, 3. Tiempo
Intermedia: 4. Aprendizaje, 5. Diferencias, 6. Contexto
Profunda: 7. Emoción, 8. Confianza, 9. Fracaso
Resumen la totalidad: 10. La única
Definiendo básica, como la simplicidad que puede ser aplicada inmediatamente a la
reflexión acerca del diseño de un producto, intermedia la cual tiene un significado
más sutil y simplicidad profunda que se aventura en reflexiones que todavía
necesitan madurar.
De igual forma enumera las claves de la simplicidad: 1. Lejos, 2. Abrir, 3. Energía
Como ejercicio para practicar mi reciente aprendizaje sobre la simplicidad escogeré
un objeto de uso común, en el contexto cocina de mi casa y procederé a aplicar las
leyes planteadas por John Maeda, para comprobar si es cierto que los diseñadores
hacen uso de dichas leyes en el proceso de diseño de sus productos.
Para esto realice un análisis de cuáles son los objetos más utilizados en mi cocina,
ya que yo no realizo casi ninguna labor allí, observe a mi empleada mientras
preparaba el almuerzo y tomé nota de cuál era el objeto que ella más usaba.
Si bien la estufa es el electrodoméstico que mas utiliza debido a que necesita el
fuego para la cocción de los alimentos, decidí no escoger este, seguí observando y
en el ranking de uso, en segundo lugar seguía el picatodo y por último la licuadora.
Para realizar el ejercicio me decidí por escoger el picatodo, como primer paso debo
hacer una descripción para tener claro cuál es su función y sus componentes.
Este es un mini procesador de alimentos que posee un cilindro compuesto por dos
cuchillas de acero inoxidable que permiten picar finamente carne, cebolla, ajo,
quesos, nueces, y granos, cuenta con un botón para seleccionar el estado en el que
se quiere mantener Off (apagado) y según la velocidad deseada Lo (bajo), y Hi
(alto), también un botón de pulso.
También tiene un contenedor transparente en donde se introduce el alimento que se
quiere picar, el cual se ajusta en la base del procesador incrustando el cilindro de
dos cuchillas en el motor con forma de pabilo, seguidamente se debe girar para
encasarlo en el sistema de seguridad que tiene que no permite accionarlo si el
recipiente y la tapa de este no están en su lugar.
Ahora despejado el primer punto, seguidamente haré la evaluación acerca de si el
producto fue diseñado pensando en las leyes de la simplicidad, empleando la
primera ley reducir, el hecho de tener tres botones para realizar la misma función, o
sea accionar el procesador me parece innecesario ya que al final el resultado es el
mismo, ¿para qué dar a elegir tres opciones? si el usuario finalmente lo que desea
es picar la cebolla para hacer un guiso y preparar sus huevos pericos. Además que
no hay mayor cambio en la velocidad al elegir entre alta, baja y el botón de pulsar.
En la segunda ley organizar, al hacer la reducción de botones para accionarlo, una
mejor solución para pasar de reducir los botones y no dar opciones a mas
velocidades, seria integrar las opciones de velocidad más la propuesta de un solo
botón, compilando eso se podría pensar en un único botón que al girarlo en tres
movimientos hacia la derecha representen el estado OFF, Lo, Hi o tal vez
deslizándolo hacia arriba donde la parte inferior correspondería al OFF, la mitad al
Lo y la parte superior al HI gradualmente.
Para la tercera ley el tiempo, ya el objeto como tal permite un ahorro de tiempo,
pasando de picar la cebolla manualmente en una tabla y con un cuchillo, a introducir
la cebolla entera en el procesador y en unos cuantos segundos obtener el mismo
resultado pero de manera más limpia simplificando la que puede ser una tarea
tediosa para quienes odian la cebolla porque los hace llorar.
En la cuarta ley, la del aprendizaje el autor nombra el método del diseñador, que
consiste en aunar forma y función para crear experiencias intuitivas que
comprendamos de manera inmediata, sin necesidad de lecciones o cursillos.
De manera que el procesador tiene un 50% de aplicación de esta, ya que es fácil de
comprender después de usarlo un par de veces, en el primer intento resulta algo
complejo pues si el recipiente y su tapa no están debidamente colocados este no se
acciona, no mueve absolutamente nada de su mecanismo. Si bien en mi primer
intento me costó algo de trabajo entender por qué no se movía, luego de descubrir
la razón me pareció una cualidad excelente, en la medida en que no voy a poder
cortarme nunca con la cuchillas al momento de picar la carne, cebolla, ajo, etc, o
sea que pude desarrollar confianza con el producto.
“Solo resultan atractivas si provocan una sorpresa de manera inesperada y
positiva”
Ahora evaluaré la presencia de la quinta ley, la diferencia. Si bien el producto puede
manipularse de manera sencilla, toma algo de trabajo cuando no se entiende el
mecanismo de seguridad, pero allí está la perfecta unión de lo simple y complejo
pues sin el canon de la complejidad no detectaríamos la simplicidad al verla.
Además la percepción varía mucho entre una persona y otra, lo que puede ser en
un momento sencillo para mi, puede que para otro individuo no lo sea, y viceversa.
“Las transiciones entre simple y complejo son un factor clave para en el ritmo
de las percepciones”
Al momento de llegar a la sexta ley, el contexto. Me doy cuenta de lo inútil que
puede llegar a convertirnos este aparato, además de la capacidad de anular
sensaciones, pues la experiencia de tocar, sentir, oler la cebolla la dejamos en un
segundo plano, pues ni siquiera nos ensuciamos debido a que el procesador lo hace
todo.
En el intento de aligerar todo lo que nos rodea, para simplificar procesos a veces
dejamos en el camino las impresiones que únicamente se pueden tener
experimentando por sí mismos, empobreciendo nuestra sensibilidad.
Si bien la séptima ley la emoción, en mi concepto es relativa hacia el objeto de
cocina que escogí, pues hay un sinnúmero de personas negadas en el tema
culinario a quienes el procesador les parece perfecto y es una herramienta de gran
utilidad al momento de su intento por cocinar, pues ellos no necesitan la experiencia
de tocar la cebolla, (es claro que no les hace falta ese contacto) simplemente
desean ver en primer lugar la cebolla y seguidamente esta ya picada, sin intervenir
en el proceso. Como hay quienes disfrutan de todo el acto gastronómico de preparar
y servir los alimentos, así que no le dejaran esa tarea a una maquina que cortara su
verdura con cuchillas de acero inoxidable, supongo que preferiría hacerlo con el
cuchillo plástico ideal para que no se oxiden ni pierdan frescura.
Octava ley, la confianza.
“La confianza es un poder mayor que el propio es una costumbre que se nos
inculca desde que nacemos, cuando los adultos que cuidan de nosotros
proporcionan la máxima experiencia en simplicidad”
En la casa un accidente puede pasar en cualquier momento, así que la cocina no
está exenta, al momento de cocinar un adulto no está bajo el cuidado de nadie, tal
como lo mencione antes, el procesador al proporcionar un mecanismo de seguridad
que no permite que se accione hasta que no esté sincronizado, permite confiar en
él, pues nos aísla de posibles cortaduras de las propias cuchillas o del cuchillo si lo
hiciéramos de forma manual.
Desde otro punto de vista, en algún momento de nuestro paso por la cocina donde
en una receta debamos usar cebolla, existen esas personas quienes definitivamente
no les gusta llorar por el picante que expele la cebolla, que produce una
momentánea irritación en los ojos, así que por este lado el procesador ofrece evitar
esa incomoda sensación generando confianza a quienes nos molesta.
En la novena ley el fracaso, entiendo es una recopilación de las leyes anteriores por
lo tanto no hay nada que aplicar en el procesador de alimentos. Pero igual cito un
aparte del libro que es importante:
“Para considerar algo complejo o simple, es necesario tener un elemento de
referencia”
Y en la última ley, la decima que es llamada la única, donde hablan acerca de que
la tecnología es un activador estimulante y a su vez y un desactivador
desesperante, recalco lo dicho en la evaluación de la sexta ley, pues si bien la
tecnología se ha estilizado para alcanzar la simplicidad y ayudarnos a simplificar
procesos cotidianos, también se ha volcado de forma negativa pues inhibe a las
personas de experimentar aspectos tan sencillos, como lo es ensuciarse o sentir la
textura de la cebolla al hacer uso del objeto escogido como ejemplo, el procesador
de alimentos.