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Procesos de Educación innovadora aplicados a la Formación Superior en la denominada “Era de la Información” La Educación Superior, es entendida como “la educación basada no sólo en las necesidades individuales también en las necesidades colectivas de las personas relacionada con las condiciones sociales, políticas y culturales de cada país, teniendo un fin no sólo personal, sino fundamentalmente social orientado a ser instrumento para el desarrollo, proceso en el cual las personas juegan papeles importantes y determinantes en todos los aspectos (económico, social, cultural, etc.). En este marco el rol del educador innovador de la Educación Superior es fundamental y por ende la Formación de educadores/as debe estar en la línea de contribuir a la formación de agentes de cambio y comunidades transformadoras, esto supone que para llevar adelante procesos transformadores se deben considerar elementos innovadores de acuerdo a las exigencias y necesidades de la realidad y más aún ahora cuando nos encontramos en procesos de desarrollo, época de profundas transformaciones, donde las TICs se presentan como elemento que contribuyen de gran manera a la innovación educativa lo que implica y nos exige a los educadores/as tener una amplia capacidad de innovar y para ello es fundamental la actitud de cambio y confianza de las personas, y esto puede lograrse sólo a través de que la educación posibilite conocimientos, habilidades y capacidades de comprensión del proceso de desarrollo que se quiere alcanzar impulsando la actitud y capacidad de cambios permanentes. Por lo que es importante destacar lo que Max Neef plantea al señalar que “el desarrollo es de las personas y no de los objetos” dando a entender que el desarrollo de las personas, significa el desarrollo de sus potencialidades humanas y la satisfacción de sus necesidades humanas fundamentales.

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Procesos de Educación innovadora aplicados a la Formación Superior en la

denominada “Era de la Información”

La Educación Superior, es entendida como “la educación basada no sólo en las necesidades individuales también en las necesidades colectivas de las personas relacionada con las condiciones sociales, políticas y culturales de cada país, teniendo un fin no sólo personal, sino fundamentalmente social orientado a ser instrumento para el desarrollo, proceso en el cual las personas juegan papeles importantes y determinantes en todos los aspectos (económico, social, cultural, etc.).

En este marco el rol del educador innovador de la Educación Superior es fundamental y por ende la Formación de educadores/as debe estar en la línea de contribuir a la formación de agentes de cambio y comunidades transformadoras, esto supone que para llevar adelante procesos transformadores se deben considerar elementos innovadores de acuerdo a las exigencias y necesidades de la realidad y más aún ahora cuando nos encontramos en procesos de desarrollo, época de profundas transformaciones, donde las TICs se presentan como elemento que contribuyen de gran manera a la innovación educativa lo que implica y nos exige a los educadores/as tener una amplia capacidad de innovar y para ello es fundamental la actitud de cambio y confianza de las personas, y esto puede lograrse sólo a través de que la educación posibilite conocimientos, habilidades y capacidades de comprensión del proceso de desarrollo que se quiere alcanzar impulsando la actitud y capacidad de cambios permanentes.

Por lo que es importante destacar lo que Max Neef plantea al señalar que “el desarrollo es de las personas y no de los objetos” dando a entender que el desarrollo de las personas, significa el desarrollo de sus potencialidades humanas y la satisfacción de sus necesidades humanas fundamentales.

En esta perspectiva, la educación se constituye en un instrumento fundamental en la construcción de este nuevo modelo de desarrollo, en la medida en que sea una educación capaz de preparar para en y para la vida y enseñar a aprender a aprender. Esto significa, preparar para que la persona misma sea capaz de satisfacer sus necesidades fundamentales sobre la base de sus potencialidades.

En este sentido, es importante que en los procesos educativos que buscan contribuir a nuevos modelos de desarrollo, las necesidades humanas sean entendidas en un concepto más amplio e integral de una constante tensión entre “carencia y potencia”, para superar la concepción de necesidad sólo como la “falta de algo” y más bien entender las necesidades como potencialidad y recurso, en la medida que movilizan y motivan a las personas para satisfacer dichas necesidades, tal como plantea M. Neef.

“Entendidas las necesidades como carencia y potencia, se define el desarrollo como el paso de la potencia a la acción”

Esto implica entender que los procesos de aprendizajes de las personas en Educación Superior que además de generarse fundamentalmente en los múltiples espacios (trabajo, familia, organizaciones sociales, etc.), también debe aprovecharse de los medios tecnológicos de la educación y la comunicación. Esta implicancia tiene que ver enfáticamente con los contenidos y los métodos que se aplican en los procesos edcuativos y al respecto vale la pena rescatar la siguiente consideración; “los métodos frontales y bancarios de enseñanza no

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apropiados para niños y niñas, son menos adecuados aún para personas jóvenes y adultas con experiencias de vida y necesitadas de dialogar y discernir entre lo que es o no pertinente para sus intereses.

En un mundo en el cual la tecnología y la industrialización se imponen, las personas jóvenes y adultas necesitan conocimientos, habilidades, criterios y actitudes para interpretar y dar significado a la vasta información a la cual pueden acceder para comprender la relación entre lo particular y lo global, entre lo personal y lo colectivo.

Como sostiene Medina (1990): “la innovación educativa es un proceso de legitimación y optimización de la cultura educativa, los resultados de la educación y las estrategias necesarias para transformar cualitativamente la formación de los sujetos insertos en el sistema escolar”.

Es evidente que para alcanzar procesos educativos innovadores es importante recoger lo que nos dice Kemmis (1987) en el texto de Blazquez “…innovaciones escolares, considerando al centro como eje y unidad del cambio y como contexto natural para el desarrollo profesional…a partir de la consulta de sus necesidades de formación. Por otro lado en la perspectiva, y en el marco de lo que señala el mismo texto, como educadores/as urge la tarea de responder a demandas y exigencias de procesos educativos transformadores, alfabetizándonos entorno a lo que significa la era de la información y la implicancia que tiene ésta como elemento que contribuye a generar procesos innovadores como uno de los roles del educador innovador el mismo que a su vez se constituye en un instrumento fundamental en la construcción de este nuevo modelo de desarrollo, en la medida en que sea capaz de:

Estar en permanente búsqueda de estrategias metodológicas que posibiliten la creación de un ambiente de trabajo y estudio, para compartir saberes significativos y útiles para su vida cotidiana.

Como un intelectual que utiliza el conocimiento científico para comprender las características de su aula, de las personas que la componen y de la sociedad del conocimiento que las envuelve, así como para diseñar y construir en cada momento las estrategias didácticas más adecuadas, cuya eficacia sea capaz de experimentar y evaluar.

Preparar para en y para la vida y enseñar a aprender a aprender. Esto significa, preparar para que la persona misma sea capaz de satisfacer sus necesidades fundamentales sobre la base de sus potencialidades.

Posibilitando a su vez la transformación de esquemas, de actitudes y de habilidades no sólo de la persona, sino también de su entorno social.

Profesional competente que actúa reflexionando en la acción, creando nueva realidad, experimentando, etc. Y en la reflexión construye nuevas estrategias de acción, nuevas fórmulas de búsqueda, nuevas teorías y categorías de comprensión para afrontar y definir los problemas.

En consecuencia, debemos comprender aún más respecto a que la innovación es un proceso de construcción y participación social, que todo cambio educativo es un proceso de transición, construyendo desde un análisis de la realidad y las necesidades. Por lo que las innovaciones educativas deben partir de un estudio realista y compartido. Por lo mismo a los educadores/as se nos asignan nuevos roles de profunda reflexión profesional y nuevas estrategias (enseñar por descubrimiento, educar en valores, utilizar y promover la tecnologías…) que no son tan fáciles de asumir para el profesorado de hoy, a partir de su formación en servicio.