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Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Ciencias Sociales Escuela de Antropología Antropología Lingüística El poder del Lenguaje racista: el caso de un indígena ecuatoriano en Chile Profesor: Ángel Aedo 1

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El poder del Lenguaje racista

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Pontificia Universidad Catlica de ChileFacultad de Ciencias SocialesEscuela de AntropologaAntropologa Lingstica

El poder del Lenguaje racista: el caso de un indgena ecuatoriano en Chile

Profesor: ngel AedoAyudantes: Daniela TapiaSantiago IrribarraEstudiante: Ignacio Becker Bozo16 de junio de 2015Palabras: 1359

Nada ni nadie est exento del lenguaje. Al ser algo que nos precede en nuestra existencia, al desarrollarnos con y mediante l, estamos sumidos en un universo de signos y smbolos que nos ayudan a poder establecer una comunicacin activa y constante con distintos sujetos que habitan la diversidad del mundo.El lenguaje como espacio y forma de (re)creacin simblica constante, ocupa un lugar fundamental en la interaccin cotidiana y la creacin de identidades y significados sociales. Aunque es preciso sealar, para objeto de este ensayo, que no plantear mi marco analtico en base a la nocin de la capacidad del lenguaje, o del sujeto en especfico, de actuar sin mediacin ni determinacin alguna. Lo que busco establecer, siguiendo los presupuestos tericos del socilogo francs Pierre Bourdieu, es que finalmente los enunciados que se emiten, en base a la crtica que realiza el autor a J. L. Austin, ms que responder directamente al actuar del individuo, emergen y son creados en directa relacin con cmo ha sido forjado ste en sus procesos de socializacin; o sea, que stos son fiel reflejo de cmo el mismo individuo ha sido forjado desde sus inicios en trminos intersubjetivos, en conjunto con sus condiciones objetivas: en suma, el aprender formas sociales de ser, orientan la accin de los sujetos prescribiendo prcticas como el lenguaje y las reglas de comportamiento (Tovillas, 2010; pg. 63).Este esquema analtico creo que es el adecuado para enmarcar la temtica de este ensayo, donde trato de problematizar en cmo el lenguaje, y las creaciones simblicas que se realizan (como los prejuicios, por ejemplo), poseen un poder tal de poder excluir a los sujetos, relegndolos a condiciones de inferioridad; y donde esta misma exclusin se puede leer tanto en trminos simblicos como materiales. Esto lo ver gracias al testimonio de un indgena ecuatoriano, residente de la comuna de Santiago Centro, el cual colabor con una entrevista en el marco de un Taller de Titulacin.I.Una de las cuestiones que planteaba John L. Austin, fue el ampliar las funciones de los enunciados lingsticos, dotndolos de una capacidad performativa mayor, diciendo que la expresin realizativa es realizar una accin y que sta no se concibe normalmente como el mero decir algo (Austin, 1990: pg. 47). Lo que se critica de esto, en palabras del mismo Bourdieu, es que cae en un error garrafal al pensar que el acto de enunciacin puede slo obtener su autoridad en tanto est bien dicho por quien deba decirlo, sino [que este adquiere fundamento] en las condiciones sociales de produccin y reproduccin de la distribucin entre las clases del conocimiento y reconocimiento de la lengua legtima (Bourdieu, 2001; pg. 73), o sea, que adquiere eficacia simblica en la medida en que quienes la experimentan reconocen que quien la ejerce est autorizado para ejercerla (Ibd. ; pg. 77).II.Dentro de este marco, la cita del entrevistado es clarificadora dentro del esquema analtico que planteaba con anterioridad:A veces algunas personas que van pasando nos insultan porque piensan que somos peruanos o bolivianos, nos dicen que nos vayamos a nuestro pas. Una vez nosotros dijimos que ramos ecuatorianos y ellos piensan que lo decamos para que no nos insultaran; ofrec mostrar mi pasaporte y decan que uno poda poner que era ecuatoriano y cuando algunos han visto que somos ecuatorianos nos dan la bienvenida a Chile, porque con los ecuatorianos nos llevamos bien. (Hombre, Indgena Ecuatoriano, 35 aos)Y es que lo que busco revelar dentro de esta cita es cmo el lenguaje adquiere un poder eficaz y caracterstico ms all de que logra interpelar a, en este caso, el indgena ecuatoriano, sino que tambin lo excluye tanto en trminos simblicos, como el migrante no querido en y por la sociedad chilena, y en trminos materiales, con la frase ndate para tu pas.Estos enunciados que son pan de cada da en una sociedad como la chilena, no deben entenderse como cuestiones neutrales o carentes de un peso ideolgico, sino que todo lo contrario. En palabras de Bucholtz & Hall (2007), la ideologa organiza y permite a todas las creencias y prcticas culturales, as como las relaciones de poder que se derivan de estos (traduccin propia) (pg. 379), cuestin que queda plasmada dentro de los estigmas que pesan sobre los migrantes en el pas, sobre todo si stos comparten un fenotipo de piel morena. En este sentido, lo que surge ac es que en la denominacin prejuiciosa del boliviano/peruano/ecuatoriano se expresa una condensacin del prejuicio, otorgndoles caractersticas y significaciones a sujetos de manera gratuita y arbitraria.La constitucin de estos significados simblicos, en palabras de Judith Butler, no son tampoco cuestiones aisladas, sino que son parte de un entramado simblico que se construye y reproduce constantemente:El lenguaje racista opera a travs de la invocacin de la convencin; el lenguaje racista circula, y aunque requiere de sujetos para ser dicho, ni comienza ni termina con los sujetos que hablan o con el nombre especfico que se usa. (Butler, 2004; pg. 63) Por esto, existe una solidificacin del nombre que se utiliza contra los inmigrantes, una especie de condensacin que da cuenta de cmo se ejerce un peso simblico sobre el sujeto, el cual pasa a ser desprovisto de todo tipo de apoyo social hasta que demuestre lo contrario, como es el caso de la situacin donde el individuo plantea que no tena problemas con mostrar su pasaporte para demostrar que no era peruano, como mtodo para sacarse todo el estigma y peso histrico que se tiene contra ellos.Estos presagios histricos son los que plantea la misma Butler para dar cuenta de la fuerza que poseen, como la eficacia simblica que tienen para condensar la identidad del sujeto de manera prejuiciosa: Evidentemente, los nombres injuriosos tienen una historia, una historia que se invoca y se consolida en el momento de la enunciacin, pero que no se dice de una forma explcita () Para constituir el significado contemporneo de un nombre: la sedimentacin de sus usos se ha convertido en parte de ese nombre, una sedimentacin que se solidifica, que concede al nombre su fuerza. (pg. 65)O sea, que a este proceso de enunciacin le subyace una carga histrica de manera implcita que se explicita en el nombramiento, y que se dirige sobre el migrante en este caso, generando un proceso de exclusin que va ms all de lo material y se cristaliza en trminos simblicos. Con esto, quiero referirme a cmo el nombramiento parece relevar al sujeto ms all de los trminos que planteaba, por ejemplo, Duranti (2000) cuando se refera a que la labor de los antroplogos lingsticos, por otro lado, tratan de imaginarse caminos para mantener una ligazn entre las formas lingsticas y sus productores. (pg. 105) Lo ltimo refiere a que, al igual como mencionaba anteriormente en palabras de Bourdieu, esto va ms all de las formas lingsticas y sus productores, y parece tener mayor relacin con estas condiciones de produccin y reproduccin que se ejercen y explicitan en la enunciacin racista.Reflexiones finalesTal como pudimos apreciar anteriormente, y gracias al caso del entrevistado ecuatoriano, el enunciado posee y est dotado de una fuerza simblica y material ms all de los lmites de la produccin lingstica y del productor de sta.Apreciamos que la enunciacin prejuiciosa posee una fuerza histrica que se condensa en un sujeto y que es capaz de excluirlo en trminos tanto materiales como simblicos. Esto se ve dentro del discurso del indgena migrante, como tambin en la respuesta que entrega: se asume la interpelacin pero no se siente interpelado; lo que ejemplifica la capacidad y poder que posee el lenguaje para relegar al individuo a condiciones de inferioridad, en conjunto como en trminos socio-espaciales. Cabe destacar, y queda como pregunta abierta para nuevos estudios, cul seran estas condiciones de produccin que determinaran al enunciado y que le otorgaran su poder simblico, ms all de los lmites estructurales que se imponen de manera objetiva en la realidad tales como la clase, en trminos econmicos, o cierto parecido fenotpico-, para identificarlos y poder encontrar soluciones para que situaciones como estas no ocurran ni se reproduzcan como un germen social.BibliografaAustin, J. L.(1990) Conferencia 1 y 2 en Cmo hacer cosas con palabras, Barcelona: Paids.Bourdieu, P. (2001). Qu es hablar? Madrid: Akal.Bucholtz, M. and Hall, K. (2005) Language and Identity, en A Companion to Linguistic Anthropology (ed A. Duranti), Oxford: Blackwell Publishing Ltd.Butler, J. (2004) De la vulnerabilidad lingstica. Lenguaje, poder e identidad, Madrid: Sntesis, 16-78.Duranti, A.(2000) Diversidad lingstica, en Antropologa lingstica, Madrid: Cambridge University Press, pgs. 83-124.Tovillas, P. (2010). Pierre Bourdieu, una fuga por lo cultural. Buenos Aires: Quadrata.1