ensayo determinantes sociales de la salud: género

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Determinantes sociales de la salud pública: género. Por: Psic. Itzel L. Arizmendi Lima Maestría en salud pública, Universidad veracruzana. Nunca separes tu dolor del común dolor humano, busca el íntimo aquel en que radica la hermandad que te liga con tu hermano, el que agranda la mente y no la achica; solitario y carnal es siempre vano; sólo el dolor común nos santifica. Fragmento "Dolor común" de Miguel Unamuno. Introducción La relación entre las condiciones de vida de las personas y su estado de salud se estableció desde las primeras décadas del siglo XIX, cuando se evidenció que las enfermedades estaban asociadas con las inadecuadas condiciones económicas, ambientales y de alimentación de los pobres que trabajaban en las grandes fábricas urbanas europeas. 1 El debate sobre los determinantes sociales de la salud, recientemente propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el análisis de las condiciones de salud en el mundo, enfatiza en el análisis del proceso salud/enfermedad y de otros procesos vitales desde una dimensión material, manifestada en su expresión orgánica, biológica y social y una dimensión subjetiva que se refiere a la interpretación y a la forma como se viven y enfrentan estos procesos desde la intersubjetividad colectiva. La plataforma de esta perspectiva es de base materialista histórica y gramsciana, y reconoce que las formas de producción, consumo y su lógica distributiva -en donde el Estado tiene una tarea esencial- son determinantes en la configuración de los perfiles de salud, enfermedad y muerte de los grupos sociales.

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Ensayo sobre la relación de la condiciones sociales de la población y las enfermedades que padecen de acuerdo al debate propuesto por la OMS sobre los DSS y las invetigaciones realizadas con perspectiva de género. En este caso los roles sociales asignados hegemonicamente a hombres y mujeres que exponen la salud de las personas. email: [email protected]

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  • Determinantes sociales de la salud pblica: gnero.

    Por: Psic. Itzel L. Arizmendi Lima

    Maestra en salud pblica, Universidad veracruzana.

    Nunca separes

    tu dolor del comn dolor humano,

    busca el ntimo aquel en que radica

    la hermandad que te liga con tu hermano,

    el que agranda la mente y no la achica;

    solitario y carnal es siempre vano;

    slo el dolor comn nos santifica.

    Fragmento "Dolor comn" de Miguel Unamuno.

    Introduccin

    La relacin entre las condiciones de vida de las personas y su estado de salud se

    estableci desde las primeras dcadas del siglo XIX, cuando se evidenci que las

    enfermedades estaban asociadas con las inadecuadas condiciones econmicas,

    ambientales y de alimentacin de los pobres que trabajaban en las grandes fbricas

    urbanas europeas.1

    El debate sobre los determinantes sociales de la salud, recientemente propuesto

    por la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) para el anlisis de las condiciones

    de salud en el mundo, enfatiza en el anlisis del proceso salud/enfermedad y de

    otros procesos vitales desde una dimensin material, manifestada en su expresin

    orgnica, biolgica y social y una dimensin subjetiva que se refiere a la

    interpretacin y a la forma como se viven y enfrentan estos procesos desde la

    intersubjetividad colectiva.

    La plataforma de esta perspectiva es de base materialista histrica y gramsciana, y

    reconoce que las formas de produccin, consumo y su lgica distributiva -en donde

    el Estado tiene una tarea esencial- son determinantes en la configuracin de los

    perfiles de salud, enfermedad y muerte de los grupos sociales.

  • En las formaciones capitalistas como es el caso de Mxico, las desigualdades

    sociales sintetizan estas relaciones, antagonismos y contradicciones econmico-

    polticas e ideolgicas, que se expresan en ejes de explotacin, dominacin,

    subordinacin y exclusin mltiple: de clase, gnero, etnia/origen y generacin,

    entre otros.2

    La comisin de expertos sobre Determinantes Sociales de la OMS dijo en el 2008

    que:La justicia social es una cuestin de vida o muerte. Afecta al modo en que

    vive la gente, a la probabilidad de enfermar a al riesgo de morir de forma

    prematuraEsas desigualdades y esa inequidad sanitaria, que podra evitarse, son

    el resultado de la situacin en que la poblacin crece, vive, trabaja y envejece; y al

    tipo de sistemas que se utilizan para combatirla enfermedad. A su vez, las

    condiciones en que la gente vive y muere estn determinadas por fuerzas polticas,

    sociales y econmicas Esta comisin recomienda Tres principios de accin

    (para mejorar esta situacin): 1. Mejorar las condiciones de vida, es decir, las

    circunstancias en que la poblacin nace, crece, vive, trabaja y envejece. 2. Luchar

    contra la distribucin desigual del poder (desigualdades e inequidades entre

    hombres y mujeres), el dinero y los recursos, factores de los que dependen las

    condiciones de vida. Combatir las desigualdades entre hombres y mujeres requiere

    de un slido sector pblicoy apoyo a todos los miembros de la sociedad; y 3.

    Medir la magnitud del problema, evaluar intervenciones, ampliar la base de

    conocimientos, dotarse de personal capacitado en materia de determinantes

    sociales de la salud 2

    Genero

    En cada cultura, en cada sociedad, se crean diferentes responsabilidades,

    libertades, derechos, obligaciones, valores, percepciones, entre otros, para mujeres

    y hombres que la integran, las cuales les han sido asignadas en base a su sexo.

    Sus integrantes se desarrollan y relacionan con la idea de que lo establecido en ser

    hombre o en ser mujer es algo natural, por lo tanto, no se cuestiona modifica,

    quienes intentan cuestionarle se encuentran con el argumento determinista

    biolgico generalizado de que no se puede cambiar, por ser natural, y debe

  • aceptarse sin cuestionamientos. El resultado de estas acciones es una relacin

    desigual de poder y de toma de decisiones entre hombres y mujeres en diversos

    mbitos.

    El concepto de Gnero est referido a las caractersticas socialmente construidas

    que definen y relacionan los mbitos del ser y que hacer femeninos y masculinos

    dentro de contextos especficos. Existen aspectos culturales y normativos, patrones

    institucionales y elementos subjetivos en las familias, comunidades y sociedades

    que diferencian a los sexos a la vez que los articulan dentro de relaciones de poder

    sobre los recursos. En esas relaciones que se construyen socialmente, las mujeres

    suelen ser las ms afectadas (desigualdades e inequidades entre hombres y

    mujeres). Suelen tener menos acceso a la educacin, menos acceso a cargos

    jerrquicos, menos acceso a tomar decisiones, incluso en la familia y en relacin a

    su propia salud3.

    El gnero y la salud masculina

    El gnero es un constructo social, por lo tanto, es algo histrico, limitado y relativo, sin

    embargo como es introyectado en la psique de las personas desde la ms tierna

    infancia, tiene un carcter prescriptivo casi tan fuerte como si obedeciera a causas

    biolgicas o inherentes a la naturaleza masculina o femenina. En este sentido el

    gnero afecta a todas las personas, hombres y mujeres, actuando como una especie

    de cors de fuerza del que resulta difcil ser modificada porque es un elemento

    fundamental en la configuracin de la identidad masculina o femenina y es por ello por

    lo que es importante conocer las definiciones de masculinidad y feminidad segn los

    estereotipos de gnero para saber cmo se puede ver afectada la salud de hombres

    y mujeres3.

    El concepto de masculinidad hegemnica tiene repercusiones muy negativas para la

    salud fsica y mental de los varones, debido a la ntima asociacin entre varn =

    cultura, varn = mbito pblico y varn = produccin , debido a que el varn estructura

    su identidad masculina de acuerdo con los ideales que el sistema patriarcal le adjudica

    de autonoma, capacidad de iniciativa, control de los sentimientos...etc, As la salud

    mental del varn y su autoestima se puede ver seriamente daada en el caso de que

  • ste no pueda desempear un trabajo remunerado en el mbito pblico, o

    simplemente si su sueldo o su prestigio social es inferior al de su compaera o esposa.

    En este sentido el nmero de depresiones o de alcoholismo provocado por la prdida

    de un trabajo remunerado en el mbito pblico es muy superior en el caso de los

    varones3.

    Tambin repercute negativamente en su salud el hecho de que tradicionalmente sean

    ellos los que desempean profesiones y trabajos de mayor riesgo, as como que

    asuman comportamientos peligrosos o un estilo de vida imprudente.

    En sus anlisis de gnero llegan a la conclusin de que muchas caractersticas

    asociadas a la masculinidad son rasgos humanos valiosos que les otorgan ciertos

    privilegios en una sociedad patriarcal, pero que la distorsin y el carcter prescriptivo

    que toman esos rasgos, junto con la exclusin de otros asociados a la feminidad, los

    convierten en opresores, limitadores e incluso dainos y perjudiciales para su salud

    en ocasiones. Por este motivo, junto con el movimiento feminista, luchan por una

    flexibilizacin de los roles y estereotipos sexuales con el fin de conseguir personas

    ms saludables3.

    Gnero y la salud femenina

    La ausencia de la categora de gnero a la hora de formular el concepto de salud

    evidencia como hemos puesto de manifiesto un sesgo en la definicin que oculta en

    muchos casos muy diversos aspectos de notable relevancia. Pero a la vez la inclusin

    de esta categora en nuestros anlisis exige la introduccin de nuevos elementos de

    peculiar importancia, dado que los efectos del feminismo terico-prctico y de la

    incorporacin de la mujer a la vida pblica han roto el distorsionado modelo clsico de

    las mujeres como las idnticas. La diferencia y /o la diversidad se vuelven categoras

    claves a la hora de hablar desde, por y para la mujer. No hay un modelo estndar de

    lo que la mujer es o debe ser3.

    Sin embargo se puede hablar mujeres genricamente correctas y de mujeres de-

    generadas. Las primeras desarrollan su proyecto vital en adecuacin perfecta con su

    identidad femenina, con la identidad que introyectaron durante su proceso de

  • socializacin-moralizacin; identidad basada en un esquema de priorizacin de los

    aspectos afectivo-relacionales, que las sita en un entorno de tus concretos y que las

    subyuga a una tica del cuidado. Las otras, las de-generadas, han roto el molde en

    algn momento de su vida se han rebelado contra su destino de privacidad e intimidad

    y han entrado en el mundo pblico, el mundo del trabajo remunerado, del poder, de la

    competencia, de la independencia...etc. Estos dos ideales disgustan enormemente a

    las mujeres de hoy, ya que no es saludable por lo menos desde el punto de vista

    mental asumir conductas que tienen una escasa consideracin social, pero por otra

    parte tampoco resulta favorable para su equilibrio psicoemocional asumir sin ms los

    hbitos masculinos y renunciar a todos aquellos ideales conforme a los que ha sido

    socializada. El problema estriba en que las mujeres - a diferencia de los varones que

    ven consolidada su socializacin y educacin infantil con los ideales prescriptos para

    su edad adulta- se ven desgarradas entre el modelo de feminidad que asumi en los

    primeros aos de la infancia y los imperativos laborales y sociales que asume en la

    edad adulta, ya que esos imperativos, regidos por las reglas del juego patriarcal y del

    mbito pblico, estaban reservados hasta muy recientemente a los varones3.

    No obstante, este hecho, la existencia de mujeres genricamente incorrectas o de-

    generadas no ha impedido que stas sigan siendo percibidas como sexo (mujer) en

    todos y cada uno de los lugares donde estn presentes, ejerciendo el poder o

    desempeando una profesin o trabajo determinado. Este hecho de sencilla

    formulacin provoca problemas de identidad en la mujer en algunos casos difciles de

    superar. De nuevo se percibe una situacin contradictoria que disminuye o bloquea el

    desarrollo exitoso de una vida saludable para la mujer. Aquellas que han desarrollado

    habilidades para realizar sus aspiraciones, satisfacer sus necesidades y para hacer

    frente al ambiente se las sita en la cuerda floja, demandndoseles continuamente

    muestras de su feminidad, acusndolas del pecado de traicin contra valores sociales

    profundamente arraigados en nuestra sociedad ( el valor de dar vida , de mantener la

    unidad familiar, de cuidar nios/as y ancianos/as, dbiles y desvalidos, etc),

    patologizando su estilo de vida independiente, amenazndolas con el fantasma de la

    soledad, etc.) 3.

  • Por todo ello muchas mujeres se afanan en conquistar y compatibilizar lo pblico y lo

    privado, haciendo frente a una doble jornada en muchos casos desgarradora con el

    fin de sentirse bien como personas adultas independientes y de no defraudar ni a la

    sociedad ni al super-yo interiorizado en la infancia que les recuerda continuamente su

    necesidad de hacerse mujer hacindose madre.

    Y esto se refleja en que las tasas de morbilidad femenina son comparativamente

    ms altas que las masculinas, comprometen seriamente la calidad de vida de la

    mujer, no solamente en edad avanzada sino durante todo su ciclo vital. Ms an las

    construcciones de gnero, han relegado a la mujer a una situacin de desventaja y

    subordinacin en trminos de acceso y control respecto a los recursos que

    promueven y protegen la salud.

    Hombres y mujeres, las unas y los otros arriesgan su equilibrio mental y su salud en

    su intento por conformarse y/o distanciarse de los ideales valorativos prescriptos

    socio-culturalmente para los gneros femenino y masculino. Si las definiciones de

    salud son pensadas para intervenir y transformar la realidad es urgente incorporar a

    sus anlisis la categora de gnero con el fin de lograr que a partir de definiciones

    globales que atiendan a las diferencias reales (entre otras a las diferencias de sexo-

    gnero) se puedan formular programas de accin para la intervencin efectiva en

    nuestra compleja realidad 3.

    Salud, gnero y derechos humanos.

    El movimiento feminista se inici a favor de los derechos civiles y polticos de las

    mujeres para que pudieran acceder al voto. Y fue a partir de 1953 que logro llamar

    la atencin de diversas instituciones del Estado sobre las diferencias que han puesto

    a las mujeres en situaciones de desventaja respecto a los hombres.

    Desde entonces a la fecha, lentamente, estas desigualdades han sido

    documentadas en todos los mbitos del desarrollo y del quehacer humano, a travs

    de la incorporacin de la perspectiva de gnero4.

  • La situacin de la mujer ha pasado a ocupar un primer plano en los debates

    internacionales con mayor nfasis en los ltimos 20 aos. Si bien en la ltima mitad

    del siglo pasado se registraron grandes avances en los mbitos de salud, educacin

    y derechos; el progreso en otras tantas reas ha sido lento y desigual. La disparidad

    de gnero es an muy marcada en las regiones, en los pases y en el interior de los

    pases, en especial, aquellos ms pobres del mundo. El haber nacido de sexo

    femenino afecta las oportunidades de vida en todas las sociedades, con diferentes

    caractersticas de una a otra y es hasta los aos noventa que los enfoques de la

    diversidad cultural y de igualdad de gnero se han convertido en dimensiones

    obligadas a tener en cuenta en las polticas del desarrollo. La importancia de ambas

    perspectivas se recoge en el actual paradigma del desarrollo humano, para el cual

    el ser humano, para el cual el ser humano y sus capacidades socio-culturales se

    sitan como centro de inters de la cooperacin. Este paradigma trata de ampliar

    las opciones y las capacidades de la gente, es decir, permitir que las personas elijan

    el tipo de vida que quieren llevar, pero tambin pretende brindar las herramientas

    como las oportunidades para que puedan llevar a cabo tal decisin. En esta

    definicin se entiende que el desarrollo humano no se da sin la consideracin

    cultural, sin el reconocimiento de la diversidad cultural y de sus referentes a la

    identidad.

    Las opciones y las capacidades de las personas, no podrn conseguirse si se

    niegan a las personas por sus races, su identidad, se cuestionan o denigran sus

    creencias, sus convicciones, si se crea marginacin y exclusin por la lengua,

    religin, tradiciones, procedencia tnica, clase social, opcin sexual, edad o sexo.

    Tampoco podrn ser resueltas desde la visin economicista de la salud donde "lo

    que no se mide, no se ve" y que entiende en trminos de progreso material y de

    modernizacin5. Este tipo de paradigma debe ser sustituido por el enfoque de

    desarrollo humano, el cual establece objetivos enfocados hacia los seres humanos,

    en lo social y en lo cultural y propone el anlisis de las intervenciones as como el

    estudio sobre el bienestar de la poblacin as como la de cada individuo. Para ello

    es necesario se reconozca la situacin de desigualdad entre los sexos a la hora de

  • hablar de salud y que por tanto no se considere la diferencia sexual como parmetro

    a tener en cuenta a la hora de determinar qu cabe entender por salud.

    Porque muchos parmetros por los que hoy se define la salud nos remiten a

    experiencias vividas tanto de modo personal e intersubjetivo, a experiencias que en

    muchos casos no son comunes para hombres y mujeres y en aquellos casos en los

    que lo son no se les otorga el mismo significado ni valoracin social segn lo

    realicen estos o aquellas, muy particularmente por lo que se refiere a los aspectos

    relacionados con la salud o el bienestar psquico o mental3.

    El sector de salud ha sido muy resistente a ponerse los lentes con el color del cristal

    del gnero, y fue apenas al inicio de la primera dcada del siglo XXI, en estos ltimos

    aos, que se logr que las estadsticas en ese campo se hayan empezado a

    desagregar por sexo, lo que permiti realizar anlisis que han arrojador resultados

    para reconocer el impacto que las diferencias biolgicas imprimen sobre la

    poblacin, en padecimientos que afectan a ambos sexos y aquellos que perjudican

    de manera distinta por la influencia que tienen los roles desiguales asignados a

    mujeres y hombre; es decir por las diferencias de gnero4.

    En el sector salud, es frecuente escuchar que la importancia que se otorga a la salud

    de las mujeres, est fuera de lugar dado que ellas viven ms tiempo que los

    hombres. Al respecto la Maestra Blanca Rico, directora ejecutiva de la Sociedad

    Mexicana Pro Derechos de la Mujer, A.C. dijo " desafortunadamente todava hay

    cosas que no estn midiendo en el sector salud y que, a mi juicio son bsicas para

    que existan". Desde que en 1946, la Organizacin Mundial de la Salud (OMS),

    defini a la salud como "el completo estado de bienestar fsico, mental y social y

    no solamente la ausencia de enfermedades", el sector salud se ha enfocado

    principalmente en la enfermedad, sea de manera preventiva o curativa, y lo que

    estudia, mide y registra son indicadores de morbilidad y mortalidad en los servicios,

    casi de manera exclusiva excluyendo indicadores de bienestar4.

    A manera de conclusin.

  • Al parecer a pesar de lo contundente de la evidencia cientfica que relaciona los

    determinantes sociales como definitivos para mejorar la salud de las poblaciones,

    el sector salud hace caso omiso aunque estn a pesar de estar estrechamente

    relacionados con el bienestar.

    Por lo tanto, es evidente la necesidad de tener un cambio de paradigma para que

    estos factores entren en el radar del sector salud, y est de ms mencionar la

    importancia de ver a la salud desde la equidad considerando que cada vez es ms

    marcada la diferencia entre la clases privilegiadas y las pobres y que las brechas

    entre hombres y mujeres existen. Para lo cual ser necesario promover e

    implementar acciones que busquen igualdad (hombres y mujeres en las mismas

    condiciones para ejercer sus derechos de estar sanos) y equidad de gnero

    (distribucin justa de beneficios, el poder, los recursos y las responsabilidades entre

    hombres y mujeres).

    Esta perspectiva de igualdad de gnero en salud en el marco de los derechos

    humanos propone adems incorporar el gnero, la etnia, en si los determinantes

    sociales de la salud para lograr un cambio en el paradigma y as poder mejorar y

    proteger la salud de la poblacin mediante la buena salud y la capacidad de

    respuesta a las legtimas expectativas de la poblacin y la equidad.

    Bibliografa

    1. lvarez- Castao L. Los determinantes sociales de la salud: ms all de los

    factores de riesgo Rev. Gerenc. Polit. Salud, Colombia 2009, 8 (17): 69-79.

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    Pblica: gnero. Temas Y Debate Los determinantes sociales de la salud. Una

    perspectiva desde el Taller Latinoamericano de Determinantes Sociales de la Salud,

    ALAMES.

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    5. Strzelecka E. Gnero, desarrollo y diversidad cultural. Universidad Jaguelnica de Cracovia. (Consultado el 04 de diciembre de 2013) Disponible en: https://www.academia.edu/2076934/GENERO_DESARROLLO_Y_DIVERSIDAD_CULTURAL