ensayo clima organizacional y escuela

Paulina González Muñoz

Clima organizacional como factor de

efectividad escolar Una primera aproximación a la Escuela

Estudiante de Magister en Liderazgo y Gestión Educacional,

Universidad del Bío-Bío, Chillán.

Profesora de Biología y Ciencias Naturales,

Universidad del Bío-Bío, Chillán.

Máster en Investigación en Didáctica y Formación Educativa,

Universidad de Barcelona, España.

Rectora Colegio Enrique Salinas Buscovich de Chillán

2015

Magister en Liderazgo y Gestión Educacional

Clima organizacional como factor de efectividad escolar

Asignatura Habilidades Directivas y Clima organizacional

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CLIMA ORGANIZACIONAL COMO FACTOR DE EFECTIVIDAD ESCOLAR

Por Paulina González Muñoz

A modo de introducción

La institución educativa es responsable de generar espacios saludables de

desarrollo académico y social para los estudiantes, por medio de un trabajo

profesional cohesionado, comprometido y afectivo de sus profesores, con un

liderazgo pedagógico claro y técnico y con familias involucradas en los procesos de

aprendizaje de sus hijos o hijas, todo ello con el propósito de lograr la efectividad

escolar que redunde en niños y niñas que se proyecten con éxito en el futuro y

sean un aporte a la sociedad.

A partir de la investigación educativa1, se han establecido una serie de criterios que

permiten a las escuelas alcanzar índices de efectividad, sin embargo en esos

estudios no se ha considerado en forma explícita el clima organizacional para el

éxito de la implementación de estos factores de efectividad. Fernández (2004),

afirma que existen modelos de eficacia escolar que ubican al clima organizacional

entre los factores gravitantes de eficacia y equidad, que inciden en los resultados

de aprendizaje de los estudiantes, en la distribución de social del conocimiento, en

el abandono o en los episodios de violencia escolar.

Desde estos sentidos es sin duda muy importante para la sociedad que las

instituciones escolares se vuelquen a la “transformación endógena de la

organización escolar” (Fernández, 2004:1) para lograr la efectividad, en donde no

sólo se considere la gestión que permita cumplir con los criterios de efectividad

descritos en los estudios, sino también es necesario considerar el clima

organizacional, pues su conocimiento y modificación es un “potente factor

endógeno de transformación” que desde los lideres pedagógicos puede contribuir a

la mejora real de la institución escolar (Fernández, 2004:1).

1 Informe Coleman, 1966; Sammons, Hilman & Mortimore, 2001; UNICEF, 2004; Muñoz, 2005; Pascual, 2010.



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Objetivos de la escuela y efectividad escolar

La escuela es una organización de personas que replica la estructura de una

sociedad y por tanto depende de múltiples factores y de las personas que la

componen para alcanzar los fines que ella persigue.

El objetivo de la escuela no es sólo entregar formación académica, sino también

permitir que los estudiantes, es decir, las personas beneficiarias del trabajo que en

ella se realiza, puedan también desarrollarse socialmente para que su desempeño

futuro en términos profesionales y personales les permita alcanzar el éxito y la

felicidad, todo lo cual redundará en la construcción de una mejor sociedad

(Paredes, 2013:42).

Alcanzar estos fines podría permitir definir a una escuela como efectiva, sin

embargo es importante antes de aseverar lo anterior, reconocer que hay una serie

de criterios que debe cumplir una escuela para alcanzar la efectividad (Bellei,

Racszynski, Muñoz, & Perez, 2004)

Estudios como el Informe Coleman (Coleman, 1996) o el de escuelas efectivas en

Chile de la UNICEF (Bellei, Racszynski, Muñoz, & Perez, 2004), establecen que

existen factores claves y que tienen en común las escuelas efectivas.

Liderazgo profesional, firme y dirigido, con un enfoque participativo

implicado no sólo en la gestión escolar sino también en los procesos de

aprendizaje constituyendo un apoyo en la labor docente de aula y un

monitoreo permanente de los procesos de enseñanza.

Profesores efectivos, que manejan los contenidos del currículum, aplican

metodología diversas, efectivas y desafiantes, tienen la capacidad de

adaptarse a los distintos contextos y capacidades de sus estudiantes,

mantiene una buena disciplina de curso, siente y declara elevadas

expectativas de sus estudiantes y les alienta desde el refuerzo positivo y la

retroalimentación.



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Ambiente de aprendizaje propicio, que favorece el proceso educativo y la

disposición de trabajar bien, en una atmósfera agradable, ordenada y de

trabajo atractivo, con optimización del tiempo de aprendizaje como centro de

la actividad escolar.

Relación escuela-familia, que promueva una relación de colaboración

centrada en los objetivos de aprendizaje de los niños y niñas, mediante la

participación de los padres y apoderados en el aprendizaje de sus hijos o

hijas.

Evaluación permanente, revisión regular de auto-observación de todos los

estamentos que conforman la institución escolar, que permita saber si los

objetivos planteados por la escuela se han cumplido en un periodo específico,

con el fin de establecer cambios en la planificación y gestión escolar que

promuevan la mejora permanente.

Todos los aspectos anteriores, se han estudiado y se ha establecido desde la

praxis, que son los que están determinando la efectividad de la escuela. Sin

embargo no basta con reconocerlos, deben además ser cuestiones percibidas

desde todos los actores de la comunidad escolar como parte de su cultura y

definidas desde ellos, como lo muestran los estudios del tema antes mencionados.

En la investigación realizada por la Unicef y Ministerio de Educación de Chile de

escuelas efectivas, una de las estudiadas correspondió a la Escuela de Niñas

Arturo Prat Chacón E-831 de Cañete2, desde la cual se rescatan los siguientes

relatos, respecto del rol de los profesores y su compromiso con la educación de sus

estudiantes.

“Yo leo y estudio harto con respecto a cómo las niñas van a recibir la educación

que les estoy dando. Me preocupo de su etapa de desarrollo, cómo aprenden.

Me interesa llevarles cosas novedosas a las niñas, cosas diferentes a la clase.

(…) con harta paciencia, y lo más importante es cariño (…) yo soy bastante

2 Extraído de “¿Quién dijo que no se puede? Escuela efectivas en sectores de pobreza”, UNICEF y MINEDUC,

2004.



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afectiva y quiero mucho lo que hago, lo hago con amor y con mucha

responsabilidad (...) Eso hace que al final no se quieran ir de las clases”, relata

una profesora de educación básica.

“Mis profesores son la razón principal del éxito académico que hemos

mantenido por tantos años. Son profesores muy bien preparados, pero más

importante que eso es que aman su profesión y educan con cariño a nuestras

niñas. Les gusta hacer lo que hacen”, asegura la directora.

“Yo encuentro que gran parte de los avances que ha tenido la escuela han sido

gracias al esfuerzo de los profesores. Una de las cosas importantes de los

profesores es el carisma, tienen la camiseta muy puesta, tienen la vocación de

enseñar (...) los profesores siempre están ahí, se dan el tiempo”, relatan los

apoderados (Bellei, Racszynski, Muñoz, & Perez, 2004).

Estos relatos dejan ver que uno de los factores que ha llevado a esta escuela al

éxito es el compromiso de sus profesores con el aprendizaje. Este informe nos está

mostrando los factores que influyen en la efectividad de la escuela, pero además

está mostrando desde las entrevistas y los relatos declarados en ella, la percepción

compartida en los distintos grupos entrevistados. Desde esta perspectiva es

entonces importante para quienes dirigen o lideran las instituciones educativas

como lo ha sido para cualquier otro tipo de institución, conocer las percepciones de

sus integrantes respecto de los criterios necesarios para el logro de la efectividad

escolar. Este análisis, muestra que sin ser declarado en forma explícita se está

considerando el clima organizacional. En este sentido reconocer e investigar el

impacto del clima organizacional y la satisfacción laboral al interior de la escuela,

es sin duda una cuestión de gran relevancia, entendiendo a la institución educativa

como una proyección de la sociedad estructurada por personas y procesos que

buscan la efectividad personal y social.



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Clima organizacional y escuela

Las instituciones requieren de una administración que se preocupe de las personas

desde un acabado conocimiento del comportamiento del ambiente laboral, sin el

cual dicha administración se puede volver inhumana, fría, mecánica y finalmente

perder eficiencia y eficacia (Chiavenato, 2004).

En este sentido se reconoce que la efectividad o inefectividad de una organización

está determinada por la calidad de sus líderes (Chiang, Gómez, & Salazar, 2014).

Los líderes de las instituciones deben considerar a las personas y a los ambientes

apropiados que permitan lograr los objetivos institucionales, sin descuidar las

necesidades psicológicas y sociales de todos sus colaboradores (Paredes, 2013).

Bajo este contexto es necesario el estudio y análisis de los ambientes de trabajos y

las percepciones de las personas al interior de las organizaciones no sólo para

alcanzar los objetivos de la organización, sino también para mantener la salud en

el trabajo. No cabe duda que hoy es una necesidad para la efectividad de la

institución conocer el clima organizacional y considerarlo como uno de los factores

que inciden en ello. El clima organizacional definido como las percepciones

compartidas por los miembros de una organización respecto al trabajo, al ambiente

físico en que este se da, las relaciones interpersonales que tienen lugar en torno a

él y las diversas regulaciones formales que afectan a dicho trabajo3.

Las escuelas como instituciones u organizaciones educativas reconocidas en su

rol social, no se encuentran exentas de las necesidades antes mencionadas. Es

entonces un requerimiento reconocer al clima organizacional como un factor que

incide en la efectividad de la escuela.

Las escuelas son sistemas sociales simbólicamente integrados, cuyo

funcionamiento requiere de tradiciones, solidaridades y motivaciones,

estructuradas como pre-comprensiones, sobre las cuales se pueda respaldar

diversos tipos de consensos racionalmente fundamentados, consensos que

3 Definición entregada en la asignatura Habilidades directivas y Clima organizacional, del Magister en

Liderazgo y gestión de establecimientos educacionales, Universidad del Bío-Bío. Profesora Margarita Chiang. 2015



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impulsen a su vez acciones orientadas al éxito de los aprendizajes”

(Fernández, 2004: 44).

Es así como si se quiere lograr mejoras al interior de la escuela y que redunden en

mejoras en los aprendizajes de los estudiantes, con profesores comprometidos y

felices, sin duda es importante conocer los consensos y no consensos, y las

percepciones al interior de la organización educacional.

El estudio del clima organizacional en las instituciones educativas ha sido abordado

en distintas investigaciones (Rodríguez, 1991; Fernández, 2004; Paredes, 2013;

Chiang, Gómez & Salazar, 2014), sin embargo aún no queda claro en ellos su

importancia en la efectividad general de la escuela, lo cual puede tal vez

entenderse al reconocer la complejidad del estudio del clima organizacional.

“Koys & Decottis (1991) lo declaran como un fenómeno complejo y con múltiples

niveles” (Citado por Chiang, Salazar, Huerta & Núñez, 2008). En esta complejidad

se reconocen dos tipos de climas en las organizaciones uno psicológico y otro

organizacional, el primero se debe estudiar a nivel individual y el segundo a nivel

organizacional. A esto se suma que en ambos tipos son “considerados fenómenos

multidimensionales que describen la naturaleza de las percepciones que los

empleados tienen de sus propias experiencias dentro de una organización”

(Chiang, Salazar, Huerta & Núñez, 2008), lo cual redunda en que se puedan

diferenciar varios climas organizacionales al interior de una misma institución.

Es probable que desde estas características el estudio del clima organizacional en

las escuelas, obligue a considerar los múltiples climas al interior de cada

agrupación y con las complejidades que cada uno implica. En escuelas grandes en

donde el número de profesores y asistentes de la educación es alto, seguro se

generan por estrategia de gestión varias agrupaciones de trabajo, como equipos

por nivel, equipos por departamento disciplinar o equipos por cursos, lo cual en un

estudio exigiría considerar los climas organizacionales en todas esas agrupaciones

por separado. En escuelas más pequeñas en donde el número de trabajadores

educacionales es menor, las agrupaciones a veces no son necesarias, lo cual



7

probablemente provocará percepciones compartidas de todas las personas como

una sola organización.

Una realidad, el colegio que dirijo.

En este breve análisis del clima organizacional y las escuelas, no puedo dejar de

mencionar mi realidad. En la actualidad dirijo un colegio pequeño, que tiene una

población escolar de 510 estudiantes, 40 profesores y 12 asistentes de la

educación. En el año que llevo dirigiendo el colegio he tratado de generar un nuevo

tipo de liderazgo que promueve la autorregulación, preocupada de las personas y

su satisfacción personal, con el fin de lograr nuestros objetivos estratégicos desde

los valores que promovemos como institución. No ha sido fácil, pues en general,

tanto profesores como asistentes, acostumbraban a ser dirigidos en cada acción y

muchas veces cohersionados para lograr los objetivos. Es probable que ahora, se

sientan desorientados por tener que administrar sus tiempos en pos de los

objetivos y no en pos de lo que un jefe dice, entendiendo que lo más importante es

que se sientan felices haciendo su trabajo y no agobiados por peticiones

paradójicas.

En ese nuevo escenario las percepciones deben ser variadas, es probable que lo

que percibo sea distinto a lo que ellos perciben, es probable que si no logramos el

consenso tampoco logremos mejoras, o al contrario que sientan que desde la

autonomía se pueden lograr mejores resultados en sus trabajos y por tanto, en sus

estudiantes. Es claro para mí lo que quiero como la persona que lidera esa

institución, pero no es claro aún para mí, si existe una real asimilación de ello por

las personas que trabajan conmigo.

Somos una institución naciente, sin una cultura organizacional aún y una fuerte

necesidad para mi gestión de conocer el clima organizacional, por lo tanto, es

desde esta mi realidad que sostengo la importancia del clima organizacional en la

efectividad escolar.



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Y una reflexión final…

Educación de calidad, es lo que la sociedad actual nos demanda. Sin embargo,

pese a lo mucho que se ha discutido al respecto, no todos lo comprendemos de la

misma manera.

Muchas aproximaciones hay al respecto, como los estudios que se han realizado

en escuelas vulnerables de nuestro país y en otras realidades internacionales, que

han mostrado altos índices de efectividad y desde lo cual se ha pretendido

estandarizar algunos criterios, que nos pueden entregar ciertas orientaciones para

lograr la anhelada calidad educacional.

La realidad de las instituciones educacionales son diversas y como diversas las

personas que trabajan en ellas, por lo que a los criterios estandarizados

mencionados en los estudios, debemos agregar el clima organizacional, que sin

duda alguna hoy comprendemos que desde su comprensión y estudio nos puede

entregar cuestiones concretas que puedan guiar a los líderes de cada institución o

escuela en particular, para que desde su propia cultura, desde su propia

orientación, desde sus propias creencias, utilice las herramientas de información

que entrega el conocimiento del clima organizacional, con el fin de alcanzar con

éxito los objetivos que la escuela persigue para lograr la efectividad y el

aprendizaje de sus estudiantes, cumpliendo de ese modo con el rol que la escuela

tiene para la sociedad.



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BIBLIOGRAFÍA

Bellei, C., Racszynski, D., Muñoz, G., & Perez, L. (2004). ¿Quién dijo que no se

puede? Escuelas efectivas en Sectores de pobreza. Santiago de Chile:

UNICEF.

Chiang, M., Gómez, N., & Salazar, C. (2014). Satisfacción laboral y estilos de

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Cuadernos de Administración, 31 (52), 65-74.

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satisfacción laboral con los resultados, en grupos de docentes de

instituciones de educación superior. ICADE. Revista cuatrimestral de las

Facultades de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales (72), 49-74.

Chiang, M., Salazar, C., Huerta, P., & Núñez, A. (2008). Clima organizacional y

satisfacción laboral en organizaciones del sector estatal (instituciones

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2(23), 67-85.

Chiavenato, I. (2004). Comportamiento organizacional. La dinámica del éxito en las

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Distancia.

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