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UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS MATERIA: RELACIONES ÉTNICAS Y RACIALES PROFESORA: DIANA BOCAREJO ESTUDIANTES: DIANA CEPEDA - FERNANDA PRECIADO Objeto de Estudio Elisabeth Cunin en su libro Identidades a flor de piel. Lo "negro" entre apariencias y pertenencias: categoría raciales y mestizaje en Cartagena se interesa por la manera como los individuos de una sociedad se clasifican y son clasificados por medio de características físicas a través de la interacción. Donde hace un análisis de como los individuos se conoce, movilizan, aplican las reglas y los valores para cada situación, definiendo roles y el de otros de manera interdependiente que llama competencia mestiza. Debido a esto, presenta las formas sociales de existencia de estas categorías de pertenencia, estableciendo raza como una categoría práctica de pertenencia a través de su estudio en la ciudad Cartagena. Así considera la raza como dimensión particular de la etnicidad y uno de los elementos que permite definir una identidad en forma más general, tomando la etnicización como una de las modalidades de la interacción entre individuos con rasgos raciales distintos y no dentro de una lógica de afectación en un grupo étnico (Cunin, 2003). Permitiendo analizar como la apariencia racial interviene en los mecanismos de la identificación teniendo en cuenta al individuo como un lugar de alteridad por las relaciones entre personas de apariencias físicas relacionados un marco social determinado. En consecuencia, trata de mostrar como la noción de mestizaje es un objeto de análisis que lleva a una reflexión sobre la construcción de categorías sociales y científicas. A partir de esto, pretende en el capítulo 2 Cartagena: pensar la alteridad en una situación de mestizaje determinar la relevancia de las categorías raciales, en términos de la distribución social específica en la ciudad (el lugar del otro), y como la racialización del relato histórico lleva a

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Page 1: Elisabeth Cunin

UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS

MATERIA: RELACIONES ÉTNICAS Y RACIALES

PROFESORA: DIANA BOCAREJO

ESTUDIANTES: DIANA CEPEDA - FERNANDA PRECIADO

Objeto de Estudio

Elisabeth Cunin en su libro Identidades a flor de piel. Lo "negro" entre apariencias y pertenencias: categoría raciales y mestizaje en Cartagena se interesa por la manera como los individuos de una sociedad se clasifican y son clasificados por medio de características físicas a través de la interacción. Donde hace un análisis de como los individuos se conoce, movilizan, aplican las reglas y los valores para cada situación, definiendo roles y el de otros de manera interdependiente que llama competencia mestiza. Debido a esto, presenta las formas sociales de existencia de estas categorías de pertenencia, estableciendo raza como una categoría práctica de pertenencia a través de su estudio en la ciudad Cartagena. Así considera la raza como dimensión particular de la etnicidad y uno de los elementos que permite definir una identidad en forma más general, tomando la etnicización como una de las modalidades de la interacción entre individuos con rasgos raciales distintos y no dentro de una lógica de afectación en un grupo étnico (Cunin, 2003).

Permitiendo analizar como la apariencia racial interviene en los mecanismos de la identificación teniendo en cuenta al individuo como un lugar de alteridad por las relaciones entre personas de apariencias físicas relacionados un marco social determinado. En consecuencia, trata de mostrar como la noción de mestizaje es un objeto de análisis que lleva a una reflexión sobre la construcción de categorías sociales y científicas. A partir de esto, pretende en el capítulo 2 Cartagena: pensar la alteridad en una situación de mestizaje determinar la relevancia de las categorías raciales, en términos de la distribución social específica en la ciudad (el lugar del otro), y como la racialización del relato histórico lleva a identificarse de diversas maneras alejándose del término negro.

Objeto de observación

La autora presenta sus argumentos teniendo en cuenta la historia colonial de América Latina y en especial la ciudad de Cartagena que ha consolidado una estratificación social en relación a la estratificación racial. Donde las apariencias raciales siguen interviniendo hoy en día como marcadores de identidad y construcciones culturales. Presentando el estudio de la raza como una categoría práctica. Teniendo en cuenta, “la dimensión metodológica del mestizaje, especie de práctica subversiva de todas las categorías, que tiene virtudes heurísticas que suscitan nuevas perspectivas de análisis e interrogan sobre la manera como la investigación se lleva a cabo” (Cunin, 2003, 21). Debido a esto, utiliza diferentes fuentes históricas que permiten desarrollar la relación entre Cartagena y el mestizaje, y como esta ciudad se fue construyendo en el marco de la multiplicidad racial. Integrando tablas que muestran la densidad poblacional en Cartagena y otros territorios, exponiendo los diferentes tipos de razas que empiezan a conformar el paisaje nacional en 1789. Así mismo, expone el crecimiento exponencial de la población en Cartagena de 1772 a 1997 y como esto determino el desarrollo espacial de la ciudad. Por esto último, toma como referente las

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dinámicas de desarrollo urbano y el plan de ordenamiento territorial, para describir las características que llevaron a Cartagena a dividirse en dos: 1. como una ciudad de patrimonio histórico y turístico y 2. Como una ciudad socioeconómicamente fraccionada. Así mostrado como la población mestiza cada vez fue tomando forma, planteando un problema que en la dualidad negro vs blanco no tenía en cuenta. La necesidad de analizar ese punto medio cada vez más creciente e inclasificable, adquiere sentido en cuanto que de manera dinámica desenvuelve relaciones de tipo racial y una distribución social específica.

Además la autora expone sus argumentos bajo una perspectiva etnográfica que lleva analizar las prácticas sociales que construyen categorías en un momento específico y comparando entre diferentes situaciones. Así entender cuáles son las interacciones de los individuos y cómo contribuye a la producción del entorno. Utilizando instrumentos como la citación de entrevista en el texto y el ejercicio con cartageneros de describir fotografías de sitios públicos de Cartagena para comprender las prácticas cotidianas en las que la dimensión racial y el papel de las apariencias, y la movilización de las convenciones sociales en cada situación. Teniendo en cuenta, también trabajos de otros autores como Olga Villadiego, que en su tesis de pregrado titulada Síndrome del blanqueamiento exigido presenta el blanqueamiento se expresa como la voluntad de transformar el cuerpo presentando el tipo ideal de marcadores raciales.

Problemáticas y discusiones.

Percepciones del color en Cartagena. La autora establece que el color hace una referencial racial como una característica objetiva de los individuos, pero también es el producto de interacción y clasificación del otro. Por esto, expone que el termino moreno se usa pare referir el color, sin tener una connotación negativa, mientras el termino negro implica inferioridad de otro, estableciendo que es una designación, situacional y relativa que se basa en la apariencia que contribuye la identificación del individuo. Así expresa que “La percepción del color moviliza esquemas cognitivos incorporados, normas sociales implícitas, valores culturales difundidos; revela mecanismos de atribución de status, de clasificación del otro y relaciones de dominación” (Cunin, 2003, 8).

La raza como una categoría práctica, social y política. Debido a esto, presenta que la raza refiere a un objeto que no existe, pero que se vuelve una realidad por su sola designación, dando lugar a prácticas sociales que existen. Entonces establece la raza como una categoría práctica, social y política; como una categoría popular a través de la cual se descifra e interpreta el entorno social, pasado y presente, que da sentido a las prácticas cotidianas y permite evaluar y clasificar al otro. Así a través de los procesos sociales son producidas, conocidas y adoptadas las categorías prácticas que comprenden los mecanismos de las prácticas identitarias. Donde la raza es vista no sólo como una construcción social, sino también una discriminadora de rol y marcador de identidad; una tensión al conjunto de compromisos individuales, y como símbolo de mecanismos que permiten evaluar y calificar el entorno social (Cunin, 2003).

Debido a esto, la autora muestra que la división de las razas es una construcción social que desarrolla normas y valores. Así presenta que las diferencias raciales se vinculan en una naturaleza biológica que ha sido una construcción social naturalizada. Por tanto, Cunin hace una deconstrucción de la objetivación racial y un cuestionamiento sobre las formas en que

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se produce el conocimiento. “Las relaciones raciales se basan en una causalidad circular que inscribe las diferencias culturales en la naturaleza de los individuos y hace de la diferencia física, socialmente construida, el fundamento natural‖ de unas divisiones percibidas a la vez como objetivas, por ser inmediatamente visibles, y subjetivas, por estar integradas a los esquemas cognitivos” (Cunin, 2003, 14).

La noción de mestizaje. La autora presenta el mestizaje no como el resultado del encuentro entre poblaciones europeas, indígenas y africanas, sino como un punto de partida que vuelve ilusoria toda búsqueda de los orígenes y toda concepción discontinua de la cultura. “El mestizaje no es un estado ni una cualidad, sino que está situado en el orden de la acción y abordaremos este mestizaje en actos” (Cunin, 2003, 17). Debido a esto, establece que para la investigación se debe abandonar la perspectiva de linealidad temporal y el orden de las cosas, el mestizaje pierde el carácter de accidentalidad para convertirse en una dinámica fundamental.

La ciudad es una realidad espacial que el ciudadano modifica; entretanto, la ciudad transforma al ciudadano. Cartagena se vio transformada, pasando de su estructura colonial al modernismo. De esta manera, la ciudad empezó a tomar forma en cuanto se dividía en dos secciones importantes: 1. La ciudad colonial, patrimonio que atraía con su imponencia de las murallas y el castillo de san Felipe a los turistas que planteaba este espacio como primordial en la reconstrucción de una Cartagena limpia, ordenada, hotelera y dinámica en cuanto a las actividades comerciales que empezaron a surgir; 2. La movilización de los barrios pobres que ocupaban lugares ahora identificados como patrimonio nacional, reubicando al otro lado de la ciudad, lejos del atractivo turístico de Cartagena, a aquellos que vivían en condición de pobreza. Planteando entonces el lugar que debía ocupar cada quien dependiendo de su posición social. Así se ve como la expansión y desarrollo originó una nueva territorialización y una separación espacial generando una distinción entre barrios populares y los de mayor estatus.

Debido a esto, los individuos entran en una relación con su espacio y generan prácticas particulares que los define dentro de grupos sociales y categoriza en lugar donde se encuentran. Sin embargo, en este punto la autora menciona que la recopilación histórica de algunos autores demuestra que las fronteras socio-espaciales pueden llegar a no ser tan estrictas ya que blancos, negros, mulatos, etc. podían ocupaban lugares tanto marginales como burgueses, alejándonos entonces de una idea socio racial de los espacios y modificando el termino como “segregación urbana”.

La agencia del individuo frente a su status: aceptación y competencia de los actores para satisfacer las normas sociales dominantes. La autora menciona que si bien Cartagena se desarrolló como una sociedad racialmente jerarquizada, el contacto entre las distintas castas permitió el surgimiento de identidades, planteando siempre al negro en una posición de desventaja y cargado de significados excluyentes sobre su personalidad y capacidades. Sin embargo, es aquí donde el sujeto tiene agencia y trata de romper o jugar, de manera un tanto consiente, con aquel imaginario social sobre su posición. Transformando su manera de actuar, vestir, e identificarse. O en otros casos, reafirmar esa idea sobre quién es y valerse de esto, para acceder y reafirmar su lugar dentro de la sociedad.

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Así, las grandes divisiones socio espaciales que posicionaban a Cartagena como rica vs pobre, demarcan una diferencia fundamental entre los que habitaban cada uno de los dos ámbitos ya que el enfoque de Cartagena como ciudad turística se preocupaba principalmente por la rehabilitación, mantenimiento y completo servicio de las zonas turísticas dejando desprotegida al otro sector de la ciudad donde el levantamiento de casas, el acceso a los servicio básicos (agua, electricidad, infraestructura, etc.) era un poco más que paupérrimo. Con esto es preciso mencionar que los barrios pobres y los levantamientos de caseríos eran estrictamente visibles cuando interrumpían con la idea moderna y turística de la ciudad colonial, eran eliminados y sus pobladores se movilizaban a zonas más alejadas del centro y empezaban nuevamente o se acoplaban a las construcción pobres que se venían desarrollando. Entonces, estos barrios marginales parecían ahogarse en la miseria mientras al otro lado de la ciudad crecía un mundo rico y excluyente. No es para desmeritar que la relación entre la población catalogada como blanca y española ocupara mayormente los espacios de mayor concentración y desarrollo de Cartagena, ubicándose en el centro de la ciudad; y los otros, los mestizos, negros, etc. se ubicaban en los espacios marginales y temporalmente en los espacios ricos donde trabajaban.

La raza supone un distanciamiento de lo negro. Las relaciones entre raza, clase y región . La autora presenta el 11 de noviembre de 1811 como un acontecimiento relevante en la historia ya que trae consigo complejas relaciones entre raza, clase y región. Por un lado, presenta la historiografía de Cartagena destacando el papel de las elites, y la dimensión heroica desde el caso de 3 historiadores: Eduardo Lemaitre que siendo miembro de la elite social y política expone su investigación histórica centrando su interés en las elites como los únicos actores de la historia. Donde el término negro figura raramente, y se asocia un status subordinado y pasivo, y el término mestizo no parece por ningún lado. Mientras Alfonso Múnera señala el elemento racial en el desarrollo histórico y la estructuración social de Cartagena, destaca el papel activo de los negros y mulatos. Y por último, presenta Jorge Conde Calderón, un historiador que destaca el papel del mestizo del siglo XIX, y su enfrentamiento con la elite de la ciudad obligado el mestizo a buscar la independencia política por su relación con un centro urbano lleno de privilegios, este llevo a pensar como una lucha por la igualdad socioeconómica y racial. Así expone frente a estos historiadores el papel de las clases populares tras la ausencia en la historia, estableciendo que la historia no produce una objetivación de un pasado común sino una racializacion de la historia de Cartagena. Por tanto, establece bajo estas dimensiones históricas que existe un desacuerdo sobre el lugar de la raza en la historia, estableciendo una memoria ambigua.

Por otra parte, se presenta una estructura socio-racial heredada de la Colonia. La interpretación del 11 de noviembre lo piensa a partir de una lógica de la minoración de los conflictos raciales y de producción de una armonía racial, destinada a consolidar una identidad nacional emergente. Así la referencia a la raza fue eliminada de los discursos y de las prácticas sociales. Creando una República moderna como una traducción de las clasificaciones raciales en la nueva nación.

Por último, la autora expone la relación entre regiones, donde la relación entre Cartagena y Bogotá fue distante. La raza se constituyó en un principio legitimador del orden social, reproduciendo a nivel nacional un proceso de neutralización de las identificaciones raciales en un momento en que la sociedad estaba organizada a partir de una jerarquía racial. En

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consecuencia, surge la imposición de una identidad caribeña‖ negativa, la raza fue movilizada como factor explicativo del retraso de los habitantes de la costa que llevo a un grupo heterogéneo conjunto, cuyo rasgo común era no ser blancos. Favoreciendo a la construcción de una identidad nacional fragmentada por un desequilibrio de fuerzas. Por tanto, Cunin establece que “la referencia a la raza no evoca una pertenencia colectiva, gestora potencial de intereses y objetivos comunes: al contrario, asumida dentro de una lógica individual, supone un acercamiento a lo blanco y un distanciamiento de lo negro” (Cunin, 2003, 145).

Convención del evitamiento. Evitamiento de las categorías raciales. La autora presenta, en primer lugar, que en la actual Cartagena no existe un conflicto entre negros y blancos mientras se conserve su lugar, pero si este equilibrio se rompe las relaciones sociales se desaparecen llevando a una situación de incomodidad que lleva a un evitamiento de la identificación racial. Así presenta que cada quien debe estar en su lugar, aunque existe un paternalismo este se sujeta a una consciencia del lugar que le corresponde a cada uno en función del color. Así se consolida un acuerdo en las relaciones sociales manteniendo la distancia entre las razas, por ejemplo la intimidad entre el propietario y el servicio doméstico es posible porque los rituales sociales que definen y mantienen las relaciones de etiqueta son respetados (Cunin 2003). Debido a esto, la autora afirma que no se puede hablar del estigma como un problema ni una adaptación porque es interiorizado y naturalizado por la sociedad.

En segundo lugar, presenta que las lógicas del blanqueamiento en Cartagena muestran como las personas pueden solucionar el estigma racial por medio del cambio de signos, dando importancia a los símbolos de prestigio. Donde “el mestizaje no puede ser percibido como una negación del racismo: en lugar de eliminar el estigma, permite convivir con él (…) es producto de una doble dominación, a la vez racial y sexual. Aunque se abre la posibilidad de escapar al estigma, el escape no constituye su negación” (Cunin, 2003, 151). Así demuestra la importancia que el blanqueamiento que trata de adoptar actitudes y modelos relacionados con el status del blanco. Debido a esto, presenta que este proceso muestra hasta qué punto la pertenencia racial puede actuar como un estigma que impide el acceso a determinados status.

En tercer lugar, Cunin establece la convención de evitamiento con respecto a lo racial, donde se presenta una eliminación del enfrentamiento para evitar las situaciones incomodas que puede llevar a eventos de racismo por medio de ser reconocido por atributos estigmatizados y ser objeto de una categoría racial. Debido a esto, entiende que el uso popular del término moreno no se presenta una evocación racial, así se borran los matices del color por medio de una categoría única eliminando la designación racial. Por tanto, la convención de evitamiento con lleva a que existe diferentes direcciones de designación identitaria. Sin embargo, esto no significa que no existe una diferenciación racial, sino que se supone que esta clasificación es conocida y aceptada.

Para finalizar, presenta que a pesar de los nuevo fenómenos económicos desarrollados en la historia de la ciudad de Cartagena por medio de la llegada de narcotraficantes y extranjeros que trajo una ruptura con las relaciones paternalista de la elite con la población popular; creando nuevos política donde se pone en duda el peso de la elite tradicional con respecto a su control social, se sigue presentando una influencia muy significativa de la élite frente las

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formas de identificarse que se empezó a consolidar desde la época colonial y se sigue reproduciendo hoy en día.

Tema de discusión

A partir del texto de Elisabeth Cunin, quien exponen en algunos de sus argumentos que existen espacios de diferencia con respecto a la ciudad de Cartagena que se consolido a través de la colonia ligado a la estratificación social, y está sujeta a una estraficación racial. Lleva a establecer que los cartageneros se identifican por diferencias raciales que no se deben considerar como racismo ya que de alguna manera se adaptaron a estos rasgos raciales siendo interiorizados construyendo lugares de pertenencia. Por medio de esta exposición presenta que el termino raza no se debe tomar solo como una construcción social, sino como una discriminadora de rol y marcador de identidad; como símbolo de mecanismos que evalúa y califica el entorno social.

Sin embargo, bajo los términos de Cunin se podríamos preguntarnos cómo definir un proceso de racializacion en la ciudad de Cartagena cuando los individuos ausentan lo racial en sus prácticas cotidianas. Esto lleva a pensar que este fenómeno de diferenciación espacial por medio de las diferencias raciales puede verse como una forma de jerarquización reduciendo a una persona a un espacio particular por medio de apariencia física. Es cierta que la concepción de raza no puede ser vista desde una definición cerrada de lo fenotípico, sin embargo, trayendo a la discusión el estudio de Cunin en Cartagena, es relevante presentar que las personas se relacionan y construye la identidad a partir de apariencias que ha llevado no sólo la diferenciación sino a la separación espacial. Esto puede llevar a exponer que la jerarquización no puede verse en una diferenciación espacial sino en términos de una diferenciación que ha sido marcada desde la colonia. Permitiendo presentar que la consolidación espacios para cierto grupo de personas sólo es una consecuencia de estas formas de distinción racial que ha llevado construir una identidad. A partir de lo anterior, se puede establecer que las diferencias sociales en Cartagena pueden ser vista como un proceso de jerarquización que se encuentra atado a unas diferencias raciales, pero materializado en el establecimiento de espacios propios para la interacción entre iguales, respetando los espacios de los otros para no generar incomodidad a lo que Cunin llama convención de evitamiento.