el zen en las artes marciales - libro completo

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Descarga El zen en las Artes Marciales, un libro que da razón de lo que debe ser la mentalidad del guerrero hoy dia. Aunque hay muchas personas con habilidad en el combate, desgraciadamente su comportamiento deja muchísmio qué desear. Un texto recomendado a los que inician su vida como Artistas Marciales.

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EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES Joc IIyams

JOE HYAMS

L a s artes

marciales,

en

su

expresin

ms refinada, son m u c h o

m s que una c o m p e t e n c i a f s i c a entre dos o p o n e n t e s . P a r a e l v e r d a d e r o m a e s t r o z e n , las artes m a r c i a l e s s o n c a m i n o s p o r los que p u e d e a r r i b a r a la s e r e n i d a d e s p i r i t u a l , a la t r a n q u i l i d a d m e n t a l y a la m s p r o f u n d a confianza en s m i s m o . E L Z E N E N L A S A R T E S M A R C I A L E S e s u n l i b r o donde usted p u e d e a p r e n d e r a a p l i c a r a su p r o p i a v i d a l o s p r i n c i p i o s d e l Z e n , a fin de abrir una fuente potencial de fortaleza i n t e r i o r que j a m s h a b a s o s p e c h a d o d e s a r r o l l a r . A l c a n z a r la m e t a e s p i r i t u a l de las artes m a r c i a l e s , c a m b i a r su v i d a en f o r m a r a d i c a l y dems. Comprender que el e n r i q u e c e r sus r e l a c i o n e s c o n los significa sencillamente esclarecimiento

reconocer la a r m o n a inherente a la vida c o t i d i a n a . J O l H Y A M S n o s l l e v a a travs d e l c a m i n o d e l a f i l o s o f a Z e n , que n o s l o a b a r c a las artes m a r c i a l e s , s i n o t a m b i n e l a m o r p o r l a v i d a . E L Z E N E N L A S A R T E S M A R C I A L E S e s u n l i b r o escrito con s e n c i l l e z que lleva u n mensaje d e paz e s p i r i t u a l p a r a t o d o s l o s l e c t o r e s .

EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES

JOE HYAMSA P a t S t r o n g , q u i e n , en l o r m a p a c i e n t e y sabia, me gui d u r a n t e m u c h o s aos en todas y c a d a u n a de las etapas de mi aprendizaje de las artes m a r ciales y siempre fue p a r a m un ejemplo de lo que debe ser el artista c o m p l e t o de las artes marciales. Y p a r a m i esposa, E l k e , q u i e n j a m s h a c o m p r e n d i d o p l e n a m e n t e e l porq u de mi absorcin en las artes marciales, a u n q u e , no obstante, s i e m p r e ha sido p a r a m i u n a fuente d e aliento.

EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES

CONTENIDO

l a . Edicin, N o v i e m b r e de 1987 4a. Impresin, D i c i e m b r e de 1990

Reconocimientos El Zen en las Artes Marciales V a c e su Taza D E R E C H O S R E S E R V A D O S Es el Proceso, No el Resultado V i v a el Momento Supere la Precipitacin Conozca sus Limitaciones Hasta los Maestros Tienen sus Propios Maestros Alargue su L n e a

7 10 18 24 28 32 34 40 44

ISBN

968-35-0287-3

Ttulo original: Z E N I N T H E M A R T I A L A R T S Traduccin: Jaime Vzquez V . Copyright 1979 by Joe Hyams A r t D i r e c t o r : J o h n Brogna Copyright 1987, por Editorial Universo, S. A, de C. V. Cerezas N o . 89 C o l . del V a l l e Mxico, D . F . C . P . 03100

Prohibida la reproduccin total de esta obra o de alguna de sus partes por cualquier medio, fotogrfico o mecnico, sin autorizacin por escrito de esta Editorial. IMPRESO EN MEXICO - PRINTED IN M E X I C O

No Molestar La Inactividad Activa La Actividad Inactiva Extienda su Ki La Respiracin Zen Djese Llevar por la Corriente Enojo Sin Accin Cmo Reconocer una Amenaza Real Kime: Apriete su Mente Mushin: Deje Que su Mente Fluya La Accin Instintiva El Dolor Que no Piensa Un Esfuerzo sin Esfuerzo Convierta al Miedo en un Amigo Cmo Mirar con Confianza El Poder de la Concentracin Opciones Mltiples Artes Marciales sin Zen El Karate sin Armas Ganar Perdiendo '

48 52 56 62 68 74 78 82 86

RECONOCIMIENTOS

90 98 102 107 113 118 124 128 133 137 144

En el texto de este libro presento a la mayora de los maestros con los que estudi durante las ltimas dos dcadas y media, pero sera muy ingrato si no expresara mi reconocimiento muy especial a las siguientes personas: A George Waite por sus consejos, el entrenamiento especial que me dio y su sincera amistad; a Bob Phillips, quien, aunque no es un artista de las artes marciales, tiene el espritu, la habilidad combativa y la buena tica deportiva tpica de todos los atletas verdaderamente profesionales; a Bernie Bernheim, el cual, habiendo empezado a estudiar karate a la edad de cincuenta y siete aos, lleg al grado de cinta negra a los sesenta y uno, y es toda una inspiracin para aquellos que piensan que las artes marciales son nicamente para los sicamente jvenes; a Emile Farkas, por sus consejos y comentarios acerca del texto del presente libro; a Stan Schmidt, de Johannesburg, quien, en el corazn de Sudfrica, maneja un dojo tradicional que ya ha producido muchos campeones mundiales; y a Larry Tatum, quien, con

toda galantera, me ha permitido entrenarme de vez en cuando junto con sus alumnos en el dojo de Ed Parker en Santa Mnica. California.

EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES

Por supuesto, cuando en 1952, empec a estudiar Karate, no tena la menor intencin de involucrarme con el Zen o con cualquiera otra disciplina espiritual. De hecho, nada poda haber estado ms lejos de mi mente. Si alguien me hubiera dicho adonde me llevara mi senda a final de cuentas, lo ms probable es que hubiera rechazado esa idea como una tontera, pues yo asociaba el Zen con el misticismo y me enorgulleca de ser una persona completamente pragmtica. Slo despus de largos aos de prctica llegu al convencimiento de que el propsito ms profundo de las artes marciales es servir de vehculo para el desarrollo espiritual personal. Las artes marciales empezaron a desarrollar ese nfasis en el crecimiento espiritual del practicante en el siglo diecisis, cuando en el lejano Oriente disminuy la necesidad de hombres diestros para el combate. En ese entonces, las artes marciales se transformaron de un medio prctico de combatir a muerte, a un entrenamiento educativo espiritual que haca hincapi en el desarrollo personal del participante. De esta manera, el arte de combatir con la espada, kenjutsu, se transform en "el camino de la, espada", kendo. Muy pronto, a otras artes marciales se les aplic la terminacin do, que significa "el camino", o, ms completamente, "el camino al esclarecimiento, a la autorrealizacin y a la comprensin", y ese elemento Zen se refleja en grados diferentes en el aikido, el judo, el karate-do, el tae-kwon-do,. el hapkido y el jeet-kune-do entre otros. El papel que desempea el Zen en las artes marciales desafa a cualquier definicin fcil porque no tiene ninguna teora, sino que es un conocimiento ntimo para el que no hay n i n g n dogma claramente establecido. El Zen de las artes marciales le quita el nfasis a la potencia del intelecto y exalta el de la accin intuitiva, siendo su objetivo ltimo el de libertar al individuo del enojo, la ilusin y la falsa pasin.11

Se han escrito cientos de libros sobre la prctica de las artes marciales orintales, pero slo en unos cuantos se hace mencin al significado del Zen en las mismas. sa es una lamentable omisin, ya que las artes marciales, en su expresin m s refinada, son mucho ms que una competencia fsica entre dos oponentes. . . un medio de imponer la propia voluntad de infligirle d a o al contrario. En vez de eso, para el verdadero maestro, el karate, el kung-fu, el aikido, el wing-chum y todas las dems artes marciales son esencialmente caminos por los que puede arribar a la serenidad espiritual, a la tranquilidad mental y a la ms profunda confianza en s mismo. No obstante, yo tuve que estudiar las artes marciales durante varios aos antes de percatarme de tal cosa. En las primeras etapas de mi aprendizaje, como la mayora de los estudiantes, me pas mucho tiempo aprendiendo y refinando tcnicas y movimientos tcnicos y fsicos muy complejos. Slo de vez en cuando el sifu ("instructor" en chino) mencionaba que haba otras lecciones que deba yo aprender.10

Al estudiante le es posible ponerse en contacto con el Zen en las artes marciales slo paulatinamente y dando un rodeo. Una vez que llegue a comprenderlo as, algo con lo que estn familiarizados todos los que son verdaderos maestros de las artes marciales, empec a tomar nota de mis descubrimientos. Durante la ltima dcada, El Zen en las Artes Marciales ha sido la gran historia de mi horizonte, el libro que con mayor anhelo deseaba escribir. Sin embargo, siempre haba algn otro maestro con quin estudiar u otra disciplina qu aprender antes de que me sintiera listo para emprender la tarea. No obstante, ste no es un libro para el lector que desea do minar el Zen, ya que los conceptos centrales a esa tradicin ciertamente no pueden adquirirse a travs de la palabra escrita. Este libro tampoco es para aquellos que esperan aprender a realizar las sorprendentes proezas de los artistas marciales, que rompen tablas y ladrillos con las manos desnudas y que con toda facilidad derrotan a varios contrincantes al mismo tiempo. El lector al que le interese aprender n i c a m e n t e los conceptos fsicos de las artes marciales puede aventurarse, solo, en ese tipo de literatura sin necesidad de que yo lo gue. En vez de eso, ste es un libro en el que los lectores pueden aprender a aplicar a su propia vida los principios del Zen, cmo stos se reflejan en las artes marciales, a fin de abrir una fuente potencial de fortaleza interior que j a m s habran sospechado que poseyeran. Mi inters formal en las artes marciales empez en 1952, cuando era columnista de Hollywood para el New York Herald Tribune. En esa poca era un hombre sedentario, excedido de peso, inquieto, que se aburra fcilmente y andaba constantemente en busca de nuevas aventuras. No tena conciencia plena de quin era ni adonde se dirigan mi carrera o mi vida. Para empeorar las cosas me senta ansioso, intimidado por la autoridad, inseguro y hostil para compensar mi inseguridad. Diariamente entrevistaba a luminarias de la pantalla, muchas 12

de las cuales eran ms jvenes que yo. Como con frecuencia envidiaba su xito, mi tcnica de entrevistar consista en aguijonearlas hasta que respondan con algo digno de ponerse en letras de molde. En cierta ocasin Bronislaw Kaper, el compositor de msica para pelculas, laureado por la Academia, reconoci mi tcnica precisamente por cmo era y me sugiri que estudiara karate. " E l ejercicio podra ayudarte a bajar de peso y te permitira despojarte de alguna de tus hostilidades", sugiri. En ese tiempo el karate era algo nuevo en la escena de Hollywood y se le consideraba simplemente una forma de combate oriental extica. Conceptos tales como el de la elevacin de la conciencia, el de adquirir el control de la propia vida y el de intensificar la percepcin propia, eran cosas de las que j a m s se haba odo hablar. Slo hasta hace poco hemos llegado a darnos cuenta de la relacin que existe entre los deportes y el crecimiento personal o espiritual. Cuando Kaper hizo los arreglos para que recibiera mi primera leccin con el maestro de karate Ed Parker, acept pensando que, aunque no aprendiera yo nada, no obstante reunira material suficiente para llenar varias columnas del peridico, pues un p u a d o de estrellas, entre ellas Elvis Presley, estudiaban con Parker en ese tiempo. En esos das Parker enseaba kempo-karate, una forma estadounidense de boxeo chino, en la sala de pesaje del Club Atltico de Beverly Hills. En nuestro primer encuentro, me dijo: No voy a demostrarte mi arte, sino compartirlo contigo. Si te lo demuestro, eso sera una exhibicin y, con el tiempo, iras retrocediendo tanto en tus recuerdos que acabaras por perderte. Por otra parte, si lo comparto, no slo lo recordars siempre, sino que, al mismo tiempo, yo tambin mejorar. Pronto aprend que el concepto de que el maestro aprenda de la leccin misma, es algo bsico en toda buena enseanza de 13

las artes marciales. Por dicha razn, quiz a la sala de prcticas el dojo (en japons), el dojang (en coreano), el kwoon (en chino) donde se estudian las artes marciales, se le llama tradicionalmente " E l lugar del Esclarecimiento". Un dojo es un cosmos en miniatura, donde nos ponemos en contacto con nosotros mismos. . . con nuestros temores, ansiedades, reacciones y hbitos. Es tambin una arena de conflictos confinados donde nos enfrentamos a un oponente que no es un oponente, sino ms bien un camarada decidido a ayudarnos a que nos comprendamos ms plenamente nosotros mismos. Es un sitio en el que podemos aprender mucho en un tiempo muy corto acerca de quines somos y cmo reaccionamos en el mundo. Los conflictos que tienen lugar dentro del dojo nos ayudan a manejar los conflictos que se nos presentan fuera de l. La concentracin y disciplina totales que se requieren para estudiar las artes marciales, se traspasan a la vida diaria. La actividad que tiene lugar en el dojo nos obliga a intentar constantemente nuevas cosas, por lo que t a m b i n es una fuente de aprendizaje. . . En la terminologa Zen, una fuente de esclarecimiento propio. Dice un refrn budista que cualquier lugar puede ser un dojo. Yo he estudiado karate shodokan en un hermoso edificio moderno, en Johannesburg, Sudfrica; judo en la bodega de un restaurante japons, en Londres, Inglaterra; jujiysu en un sport halle en Munich, Alemania. Sin embargo, la mayor parte de mi estudio del hapkido, aikido, tae-kwon-do y wing-chun la he hecho en Los ngeles, donde las tiendas con frecuencia se convierten en estudios de artes marciales. Todo dojo est dirigido por un sifu, o sensei(en japons), lo cual significa maestro. Sen significa "antes" y sei "nacido"; por lo tanto, aquel que ha nacido antes que uno es su maestro, y eso se refiere menos a la edad cronolgica (algunos de los maestros que he tenido eran lo bastante jvenes como para ser mis 14

hijos) que a la sabidura del maestro. En trminos espirituales, l o ella (si es una mujer) es mi superior y, por lo tanto, mi maestro. Bruce Lee-nos ense jeet-kwon-do al argumentista Stirling Silliphant y a m en la calzada de la puerta cochera de mi casa. El sensei de las artes marciales es en gran medida como el maestro de Zen: l no ha salido a buscar al estudiante ni le impide que se vaya. Si l desea a alguien que lo gue para subir la empinada cuesta de la pericia, el instructor est dispuesto a servirle de gua. . . con la condicin de que el estudiante est preparado para cuidarse l mismo a lo largo del camino. La funcin del instructor es la de delegar en el estudiante exactamente aquellas tareas que es capaz de dominar, y luego dejarlo atenido tanto como sea posible a sus recursos y habilidades internas. El estudiante puede seguir los pasos de su gua o escoger alguna otra senda. . . la eleccin es suya. El instructor ensea primeramente la tcnica (waza) sin discutir su significado; l desea que el estudiante lo descubra por s mismo. Si el estudiante posee la dedicacin necesaria y el maestro suministra la inspiracin espiritual apropiada, el significado y esencia de las artes marciales se le revelarn finalmente al primero. Aunque uno puede leer algo acerca del Zen en las artes marciales, el verdadero conocimiento de ste es experimental. Cmo podemos explicar el sabor del azcar? Las explicaciones verbales no nos dan la sensacin. Para conocer el sabor uno tiene que experimentarlo. La filosofa de las artes no es para meditarse ni razonarse, sino para experimentarse. Por eso mismo, de manera inevitable, las palabras slo pueden darnos parte de su significado. En ms de veinte aos de estudiar las artes marciales, todava no me he retirado a un monasterio Zen ni he retrocedido ante las presiones de trabajar y vivir en una sociedad de compe15

tencia. No obstante, s he descubierto que, cuando alcanzo las metas espirituales de las artes marciales, la calidad de mi vida cambia en forma dramtica. . . al enriquecer mis relaciones con los dems as como al conservarme en un contacto mucho ms estrecho conmigo mismo. Y he llegado a comprender que el esclarecimiento significa sencillamente reconocer la armona inherente a la vida diaria. Por lo tanto, le ofrezco al lector este libro con la intencin de compartir con l lo que he aprendido y con la esperanza de que algunos de ellos deseen recorrer un camino semejante. T a l vez, al compartir mis experiencias, yo aprenda ms, ya que eso tambin, est en el camino del Zen.

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nante ver a un h o m b r e de c o n s t i t u c i n l i v i a n a ejecutar t c n i c a s c o n u n a rapidez cegadora, y con unos movimientos tan veloces y elegantes como los de un p j a r o en vuelo. C u a n d o Bruce termin h u b o un momento de silencio y luego un aplauso atronador.

VACE SU TAZA

A l g u n a s semanas d e s p u s , u n amigo m o m e a r r e g l u n a entrevista c o n B r u c e , de q u i e n deseaba yo r e c i b i r clases particulares. B r u c e e s c o g a c o n todo c u i d a d o a los estudiantes a los que a c c e d a a e n s e a r , y esa entrevista s e r a p a r a m una especie de a u d i c i n . C o m o l d a b a solamente lecciones particulares y no t e n a un estudio formal, la r e u n i n se c e l e b r a r a en mi casa. L l e g con toda p u n t u a l i d a d y sal al patio del frente p a r a r e c i b i r l o . A prim e r a vista p a r e c a t o d a v a m s p e q u e o que como se vea en el escenario. L l e v a b a puestos unos pants de entrenamiento ajustados que le c u b r a n las piernas hasta los tobillos y u n a sudade-

Ese d a de verano de 1964, el aire era bochornoso y f t i d o en Xa A r e n a de los Deportes de L o n g B e a c h . El sistema del aire a c o n d i c i o n a d o no f u n c i o n a b a b i e n y la m u l t i t u d asistente al T o r n e o I n t e r n a c i o n a l de K a r a t e empezaba a inquietarse desp u s de largas horas de ver los encuentros. L u e g o , Ed Parker, organizador del evento a n u a l , t o m el m i c r f o n o e hizo la pres e n t a c i n d e B r u c e L e e , q u i e n h a r a u n a d e m o s t r a c i n d e jeetkune-do. H u b o un m u r m u l l o i n s t a n t n e o y todas las cabezas se estiraron h a c i a adelante. A n t e s de i n i c i a r su carrera en el cine, B r u c e L e e era ya t o d a u n a leyenda entre los artistas marciales. B r u c e hizo su entrada a la p l a t a f o r m a elevada del c u a d r i l tero de boxeo l u c i e n d o un sencillo u n i f o r m e de kung-fu negro, hecho a la m e d i d a . D u r a n t e unos cuantos momentos h a b l t r a n q u i l a m e n t e acerca de su arte y luego i n i c i su demostrac i n . S i e m p r e es algo impresionante observar a un h o m b r e grande y robusto hacer u n a d e m o s t r a c i n de karate, apabul l a n d o al espectador con el despliegue de u n a potencia vibrante y c a b a l . S i n embargo, p a r a m es algo t o d a v a m s impresio18

ra verde, debajo de la c u a l se le s e a l a b a n los m s c u l o s . S o n r i c u a n d o nos saludamos, pero casi inmediatamente fue al grano. P o r q u deseas estudiar conmigo? p r e g u n t . Porque me i m p r e s i o n m u c h o tu d e m o s t r a c i n y porque me h a n d i c h o que eres el mejor. Ya has estudiado artes marciales? D u r a n t e a o s c o n t e s t , pero d e j de hacerlo hace alg n tiempo y ahora quiero volver a empezar. B r u c e a s i n t i en silencio y luego me p i d i que le demostrara algunas de las t c n i c a s que yo supiera. Salimos a la calzadita que d a b a a la cochera y me estuvo observando atentamente mientras yo realizaba las diferentes katas o ejercicios de otras disciplinas. L u e g o me p i d i que ejecutara algunas patadas bsicas y bloqueos y que golpeara el costal que t e n a en la cochera, pendiente de u n a viga. T e das cuenta de que t e n d r a s que olvidarte de todo lo que has a p r e n d i d o y empezar de nuevo? i n t e r r o g . No repuse.1!)

B r u c e s o n r i y, suavemente, me puso u n a m a n o en el h o m bro. P e r m t e m e relatarte u n a historia que me c o n t mi sifu* dijo. Es acerca de un maestro j a p o n s de Z e n , el c u a l r e c i b i a un profesor universitario que fue a hacerle preguntas acerca del Z e n . "Desde el i n i c i o de la c o n v e r s a c i n , r e s u l t obvio p a r a el maestro que el profesor no estaba tan interesado en aprender algo sobre el Z e n c o m o de i m p r e s i o n a r al maestro c o n sus propias opiniones y conocimientos. El maestro lo e s c u c h pacientemente y al f i n a l s u g i r i que t o m a r a n un poco de t . El maestro, entonces, le sirvi t a su visitante hasta que la taza de ste se l l e n , pero sigui virtiendo t en ella. El profesor c o n t e m p l c m o su taza se l l e n a b a hasta que ya no p u d o contenerse. La taza se e s t desbordando dijo. Ya no le cabe m s . Al i g u a l que esta taza repuso el maestro, ests lleno de tus propias opiniones y especulaciones C m o puedo ense a r t e Zen a menos que previamente v a c e s tu taza?" B r u c e se me q u e d m i r a n d o . C o m p r e n d e s ahora lo que quiero decirte? f i n a l i z . S repuse. Lo que quieres es que yo v a c e mi mente de los conocimientos pasados y de m i s viejos h b i t o s a f i n de que est abierto al nuevo c o n o c i m i e n t o . Exactamente c o n c e d i B r u c e . Y, ahora, ya estamos listos p a r a la p r i m e r a l e c c i n . L o anterior n o significa que B r u c e m e h u b i e r a i m p e d i d o enj u i c i a r c o n u n a mente c r t i c a sus e n s e a n z a s . De hecho, l aceptaba con gusto c u a l q u i e r d i s c u s i n y hasta la argumentac i n . S i n embargo, c u a n d o se le d i s c u t a demasiado tiempo alg n punto, r e p l i c a b a siempre: P o r lo menos, v a c a tu taza y has un esfuerzo.* Sifu: maestro (N. del T.).

Posteriormente supe que B r u c e siempre p o n a en p r c t i c a lo que e n s e a b a . D e joven, e n H o n g K o n g , h a b a estudiado wingchun, u n a de las ramas de k u n g - f u , con el c l e b r e maestro Y i p M a n . C u a n d o , siendo u n adolescente, l l e g a los Estados U n i dos, o b s e r v el kenpo-karate de Ed P a r k e r y t o m de l muchas t c n i c a s manuales que le gustaron. D e l tae-kwon-do a d o p t las devastadoras patadas que h a c e n que el estilo coreano sea algo tan f o r m i d a b l e . E s t u d i t a m b i n otros estilos de las artes marciales, t o m a n d o de todos ellos lo que j u z g a b a t i l . A u n q u e lo consideraron u n o de los mejores artistas marciales de su tiempo, estaba siempre aprendiendo, siempre en un proceso constante de c a m b i o y m e j o r a m i e n t o . C o n toda certeza, l siempre m a n t u v o v a c a su taza. B r u c e no slo h a b a desarrollado sus habilidades fsicas hast a u n grado d e p e r f e c c i n , sino que t a m b i n a g u d i z l a mente c o n el estudio del Z e n . En L o s n g e l e s , el estudio de su casa est a b a atestado hasta el techo c o n gastados v o l m e n e s de los maestros del Z e n escritos en c h i n o y en i n g l s . H a n pasado muchos a o s desde m i p r i m e r a l e c c i n c o n B r u ce y a la fecha me encuentro a la m i t a d de la cincuentena. C o n m e d i o siglo de experiencia a mis espaldas, en ocasiones a n me i m p a c i e n t o c o n alguna nueva idea o t c n i c a . S i n embargo, c u a n d o a c t o c o n i m p a c i e n c i a o d o g m t i c a m e n t e seguro de m m i s m o , recuerdo la l e c c i n que B r u c e me dio y trato de vaciar mi taza p a r a hacerle lugar a los nuevos m t o d o s e ideas. s a fue mi p r i m e r a l e c c i n verdadera del Z e n en las artes marciales y de su a p l i c a c i n a la v i d a . . . aunque en ese entonces no la r e c o n o c como Z e n . P a r a m , era simplemente b u e n sentido. . . que es precisamente lo que el Z e n es.

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ES EL PROCESO, NO EL RESULTADO

El maestro Bong Woo Han es un coreano de mediana estatura cuya cabeza est completamente llena de cabello gris. Hay una calmada autoridad en todo lo que dice y hace. Ninguna de sus palabras o movimientos es superfluo. Es el tradicional artista marcial que aprendi el hapkido con su maestro de Corea, el cual, a su vez, lo aprendi con su maestro, al que haban ense a d o toda una larga y continua fila de otros maestros. Una sesin con el maestro H a n no es solamente un entrenamiento, sino tambin una leccin de la vida. Siempre que salgo de su dojang me siento enriquecido. T e n a yo cincuenta aos de edad cuando inici el estudio del hapkido con el maestro Han. Desde el principio, el proceso del aprendizaje fue lento y con frecuencia difcil para m, ya que el hapkido exige un cuerpo extremadamente flexible. El mo se haba endurecido con la edad y tena problemas con la espalda, los cuales afectaban mi equilibrio y hacan que cualquier patada que tirara ms arriba del nivel de la cintura me produjera un dolor intenso. Mi aprendizaje se complicaba todava 24

ms por la presencia de hombres mucho ms jvenes que podan hacer con toda facilidad lo que a m me costaba un esfuerzo tremendo y una gran concentracin. Hubo muchas ocasiones en las que estuve a punto de abandonarlo todo, hecho que el maestro Han reconoca. Una tarde, despus de una sesin de prctica, el maestro Han me invit a tomar el t con l. Una vez que hubo llenado las tazas, empez a decirme: Nunca aprenders a hacer apropiadamente ningn esfuerzo a menos que ests dispuesto a darte tiempo a ti mismo. Me imagino que ests acostumbrado a que todo se te haga fcil, pero sa no es la forma de vida en las artes marciales. Soy paciente repuse. No estamos hablando ahora de paciencia contest l. Ser paciente es tener la capacidad de una resistencia calmada. El darte tiempo a ti mismo es trabajar activamente hacia un objetivo sin fijarte un lmite a c u n t o tiempo debers emplear. Haba puesto el dedo en la llaga. Yo me haba fijado una determinada cantidad de tiempo para llegar a ser razonablemente eficiente en su estilo y me estaba frustrando yo mismo porque, al parecer, no iba a alcanzar la meta con la prontitud necesaria. Una vez eliminado el fin del plazo que me haba fijado, sera como quitarme un gran peso de encima. Sin embargo, ahora poda ver que mi enfoque estaba equivocado. Estaba haciendo lo mismo que haba hecho con el hapkido. Deba concentrarme en el proceso de trabajar en el libro en vez de en su terminacin. Una vez que liberara mi mente del apremio del tiempo y atacara la tarea del libro sin un lmite arbitrario, podra dedicarme a escribirlo y a trabajar sin ansiedad alguna.

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no hay remordimientos, como en el pasado; por otra parte, al pensar en el futuro diluyes el presente. El tiempo para vivir es ahora. "Mientras lo que hagas en el presente sea exactamente lo que ests haciendo en ese momento y nada ms, eres uno contigo mismo y con lo que ests haciendo. . . y eso es el Zen, el hacer lo que ests haciendo en toda su plenitud." Reflexion luego en lo que el maestro H a n h a b a dicho. U n a de las razones principales por las que me gustan las artes marciales, es porque exigen una concentracin total. Durante unas horas cada semana puedo aislarme de todos los problemas y presiones de mi vida diaria. La rapidez con que tiene lugar un encuentro o sesin de prctica de las artes marciales, no deja lugar o tiempo entre dos "puntos" para la reflexin. Pero ese da yo me h a b a permitido distraerme y mis pensamientos estaban divididos entre la junta que acababa de terminar y la que iba a tener lugar dentro de pocos minutos. Mi mente no h a b a estado en la actividad del momento. Entonces record con c u n t a frecuencia, al estar trabajando, dejaba que mi mente divagara de esa manera, disipando al mismo tiempo energa y concentracin, y tom la decisin de que me entrenara yo mismo para que tal cosa no volviera a ocurrir. A cada una de mis actividades le dara mi concentracin ms absoluta. Cuando regres a mi oficina, escrib en una p e q u e a tarjeta de archivo "Vive el Momento" y, con una chinche, la clav en mi escritorio. Hasta la fecha esa tarjeta sigue donde la clav, y vuelvo a leerla cada vez que me percato de que me estoy distrayendo. Desde ese da, continuamente recuerdo concentrarme en el momento en lugar de dejar que mi mente divague en el pasado o hacia el futuro.

VIVA EL MOMENTO

Un da, mientras practicaba en el dojang del maestro Han, ejecutaba los movimientos del hapkido en forma mecnica, haciendo de forma muy deficiente aquello que saba hacer bien y volteando a ver el reloj a cada momento. Tu mente est en otra parte observ el maestro Han, al cabo de unos minutos. Tuve que admitir que, en realidad, mi mente estaba lejos de ah. Apenas si me las haba arreglado para hacerle lugar a mi leccin entre dos citas de negocios. El maestro H a n me hizo una reverencia, significando con eso que la leccin haba terminado. Una vez vestido con ropa de calle, iba a salir del dojang cuando me lo encontr en la puerta, esperndome. Debes aprender a vivir en el presente me aconsej, no en el futuro ni en el pasado. El Zen ensea que la vida debe vivirse en el momento. Al vivir en el presente ests en contacto completo contigo mismo y con tu medio ambiente, tu energa no se disipa y siempre la tienes a tu disposicin. En el presente 28

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SUPERE LA PRECIPITACIN

Estaba tomando t con el maestro H a n en su oficina, cuando lleg el cartero trayendo una carta que enviaba la familia del maestro desde Corea. Sabiendo que l h a b a aguardado ansiosamente esa carta, hice una pausa en nuestra conversacin, esperando que l abriera el sobre y se precipitara a leer su contenido. En vez de eso, el maestro hizo la carta a un lado, se volvi hacia m y continu con nuestra conversacin. Al da siguiente le coment el gran control de s mismo que posea, y le coment que yo me hubiera puesto a leer la carta ai instante. Hice lo que hubiera hecho si hubiera estado solo - repuso. Hice la carta a un lado hasta haber superado la precipitacin. Luego, cuando le puse la mano encima, la abr como si I uera algo precioso. Durante unos momentos, qued intrigado con su comentario labiendo que su intencin era la de que eso fuera una leccin para m. Finalmente declar que no c o m p r e n d a a qu condu< i .1 i anta paciencia. Conduce a esto me contest. Los que son pacientes en las cosas triviales de la vida y saben controlarse, un da t e n d r n el mismo dominio en las cosas grandes e importantes. 52

eres ms viejo y tu cuerpo ha cambiado. Todos tenemos limitaciones fsicas q u superar. Para ti es fcil decir eso repliqu. Si alguien ha nacido con habilidad natural para las artes marciales, ese alguien eres t. Bruce se ri. Voy a decirte algo que muy pocos saben me confi. Yo llegu a ser artista marcial a pesar de mis limitaciones. Me qued asombrado. En mi opinin, Bruce era un espcimen fsico perfecto y as se lo dije. Probablemente no te has dado cuenta prosigui , pero mi pierna derecha es un poco ms de dos centmetros ms corta

CONOZCA SUS LIMITACIONES

Despus de una leccin, Bruce Lee y yo estbamos tomando dim sum, un desayuno tradicional chino consistente en pastelillos rellenos de carne, en un restaurante del centro de Los ngeles. Yo aprovech la oportunidad para confesarle que me senta desanimado. A los cuarenta y cinco aos de edad, me consideraba un viejo y senta el cuerpo demasiado rgido para lograr una verdadera habilidad en el jeet-kune-do. Nunca aprenders nada nuevo a menos que ests dispuesto a aceptarte con tus propias limitaciones repuso Bruce. Tienes que aceptar el hecho de que ests capacitado en algunas direcciones y limitado en otras, y debes desarrollar tus habilidades. Sin embargo, hace diez aos poda tirar una patada por encima de mi cabeza con toda facilidad repuse. Ahora, necesito media hora de calentamiento para poder hacerlo. Bruce coloc sus platillos para comer junto al plato, se puso las manos en los muslos y me sonri: Eso fue hace diez aos me dijo tranquilamente. Ahora 34 35

que la izquierda. Ese defecto fue el que me impuso la mejor postura para m. . . con la pierna izquierda adelantada. Despus descubr que, por tener la pierna derecha m s corta, tena una ventaja con cierto tipo de patadas, ya que un paso desigual me daba un m p e t u mayor. "Adems uso lentes de contacto. Desde mi niez he sido corto de vista, lo cual significa que, cuando todava no usaba lentes, me costaba trabajo ver al oponente si ste no estaba cerca. Originalmente e m p e c a estudiar wing-chun porque sa es una tcnica ideal para el combate cuerpo a cuerpo. "Acept mis limitaciones por lo que eran y les saqu provecho. Y eso es lo que t tienes que aprender a hacer. Dices

que no puedes patear a una altura mayor que la de tu cabeza sin un calentamiento largo, pero la pregunta fundamental es sta: Es realmente necesario patear a esa altura? En realidad, slo hasta hace muy poco tiempo los artistas marciales empezaron a patear a una altura superior a la de la rodilla. Las patadas a la cabeza son principalmente para exhibicin. As es que perfecciona tus patadas a la altura de la cintura y sern tan formidables que nunca necesitars patear ms arriba. " E n lugar de tratar de hacer todo bien, has perfectamente las cosas que seas capaz de hacer. Aunque la mayora de los artistas marciales expertos se han pasado largos aos practicando cientos de tcnicas y movimientos, en un encuentro, o kumite, un c a m p e n puede en realidad usar n i c a m e n t e cuatro o cinco tcnicas una y otra vez. Esas son las tcnicas que l ha perfeccionado y de las que sabe que puede depender." Yo protest: Pero el hecho sigue siendo que mi adversario real es el paso de los aos. Deja ya de compararte a ti mismo a los cuarenta y cinco aos, con el que eras a los veinte o a los treinta contest Bruce. El pasado es una ilusin. Debes aprender a vivir en el presente y aceptarte a ti mismo como eres actualmente. Y lo que te falta en agilidad y flexibilidad, debes compensarlo con conocimientos y una prctica continua. En los meses siguientes, en vez de gastar el tiempo tratando de hacerme tan flexible como para poder patear a la altura de la cabeza, me puse a trabajar en las patadas a la altura de la cintura hasta que incluso Bruce se mostr satisfecho con mi desempeo. Luego, un da, a fines de 1965, me fue a visitar para despedirse antes de salir para H o n g K o n g donde, segn me dijo, se iba a convertir en la estrella ms grande del cine. 37

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Recuerdas nuestra conversacin acerca de las limitaciones? p r e g u n t . Yo estoy limitado por mi estatura y mi dificultad con el ingls, adems del hecho de que soy chino, pues nunca ha habido una gran estrella china en las pantallas norteamericanas. No obstante, he dedicado los tres ltimos aos a estudiar pelculas y pienso que el tiempo es propicio para una buena pelcula sobre las artes marciales. . . y yo soy el mejor equipado para ser la estrella. Mis aptitudes sobrepasan a mis limitaciones.

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HASTA LOS MAESTROS TIENEN SUS PROPIOS MAESTROS

Ed Parker, por ejemplo, se considera un novicio si se compara con W i l l i a m Chow, su maestro de Hawaii; el maestro Bong Soo H a n habla con reverencia de la habilidad de su maestro de Corea, Yong Sul Choi; Bruce Lee siempre hablaba con asombro de su maestro de Hong Kong, Y i p M a n , quien fue tambin el sifu de J i m L a u ; Stan Schmidt, de Sudfrica, atraviesa la mitad del mundo hasta Los ngeles una vez al ao para estudiar con su maestro, Nishyama; mientras que C a m i l l a Fluxman, de Los Angeles, vuelve a su hogar, en Sudfrica, cada vez que puede, para estudiar nuevamente con su maestro, Stan Schmidt. Ese interminable crculo de estudiante y maestro les da a ambos, maestro y estudiante, la sensacin de que forman parte de un continuo de aprendizaje. Mi propia experiencia del aprendizaje de las artes marciales ha sido siempre como una escalera con incontables descansos. C o n cada paso hacia arriba, la meta la unificacin espiritual y fsica de cuerpo y mente parece estar ms cercana, pero siempre hay descansos, o altiplanos, en los que el aprendizaje parece detenerse, con la escalera subiendo interminablemente hacia lo alto. En esas ocasiones, muchas veces me he sentido frustrado y desalentado. Les he mencionado esa experiencia a diferentes amigos de las artes marciales y cada uno de ellos ha admitido que l, tambin, ha arribado a ese altiplano de vez en cuando. Dicha experiencia es c o m n a todos nosotros. George Waite, mi buen amigo y mentor, recordaba los das cuando su cinta era caf y cmo se desanimaba cuando vea a alguien mucho mejor que l, a pesar de que l se consideraba bueno. Cuando ocurra eso deca, acostumbraba ir al dojo a observar a los de cinta blanca. Vea entonces que, comparado con ellos, yo era bueno. Regresaba despus a observar a los de cinta negra y volva a inspirarme viendo cuan mejor me era posible llegar a ser. Cuando al fin llegu a ser cinta negra, com41

En la mayora de las disciplinas de las artes marciales, el estudiante novato usa una cinta blanca que, de acuerdo con la tradicin, simboliza la inocencia. Con el paso del tiempo la cinta se ensucia con el manejo y el uso, por lo que la segunda etapa del aprendizaje se simboliza por medio de una cinta caf. Pasa el tiempo y la cinta se va oscureciendo ms hasta que se pone negra. . . y sa es la etapa de la cinta negra. Con todava ms uso, la cinta negra empieza a raerse y se va poniendo casi blanca, significando con eso que su dueo est regresando a la 'inocencia. .*. una caracterstica Zen de la perfeccin humana. Muchos sistemas de artes marciales tienen cintas de varios colores entre el blanco y el caf, as como diferentes grados de caf y de negro, lo cual es un constante recordatorio para el estudiante de que todava hay mucho ms qu aprender ms all de cualquier grado de eficiencia que l o ella pueda haber adquirido hasta esos momentos. Y ese recordatorio se extiende (hasta con los maestros, cada uno de los cuales tiene un maestro antes que l. 40

p r e n d que realmente no saba yo nada comparado con mi sifu, y me desanim hasta que ste me dijo cuan grande haba sido su maestro. A pesar de mis muchos aos de estudio de las artes marciales, reconozco lo poco que s realmente comparado con los maestros de los mismos. Slo c o m p a r n d o m e constantemente con alguien mejor que yo he podido ir mejorando. Realmente, es algo inspirador saber que hasta los maestros tienen maestros y que todos somos aprendices.

El rey Hsuan, de Chou, oy hablar de Po Kimg-i, quien era considerado el hombre ms fuerte de su reino. El rey se decepcion al conocerlo, pues Po se vea dbil. Cuando el rey le p r e g u n t qu tan fuerte era, Po dijo humildemente: "Puedo romperle una pata a un saltamontes de primavera y resisto el viento que produce una cigarra en el o t o o " . Estupefacto, el rey exclam: "Yo puedo desgarrar cueros de rinoceronte y arrastrar a nueve bfalos por la cola y, no obstante, me avergenzo de mi debilidad. Cmo puedes entonces ser tan famoso?" Po sonri y respondi tranquilamente: " M i maestro fue T z u Shang-Chi'ui, cuya fuerza no tena igual en el mundo, pero ni sus parientes lo saban porque l nunca la us".

ANNIMO

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perior a m y Parker observaba la vapuleada que me estaba dando. Al terminar el encuentro yo estaba sencillamente abatido. Parker me invit a su oficina, un cuarto pequeo escasamen-

ALARGUE SU LINEA

te amueblado, con slo un escritorio maltratado y unas sillas viejas. Por qu ests tan turbado? me pregunt. Porque no pude hacer nada. Parker se puso en pie detrs del escritorio y con un gis traz una lnea blanca en el suelo como de metro y medio de largo. Cmo puedes acortar esa lnea? me pregunt. Me qued observando la lnea y le ofrec varias respuestas, entre ellas la de cortar la lnea en varios pedazos. l movi la cabeza y traz una segunda lnea, esta vez ms larga que la primera. Y ahora, cmo se ve la primera lnea? pregunt. Ms corta contest. Parker asinti en silencio. Siempre es preferible mejorar y robustecer la propia lnea y conocimientos que tratar de cortar la del oponente. Me acompa hasta la puerta y agreg: Piensa en lo que acabo de decirte. Lo pens y estudi con ahnco los meses siguientes, desarrollando ms mis capacidades y ampliando mis conocimientos y mi habilidad. La siguiente vez que me encontr en la lona con el mismo oponente, l tambin haba mejorado, pero lo hice mucho mejor que la vez anterior, porque ya haba ampliado mis conocimientos y desarrollado ms mis habilidades. No mucho despus comprob que poda aplicar el principio que Ed me haba enseado, a mi manera de jugar tenis. Como vido jugador de tenis de fines de semana, con frecuencia me vea enfrentado a jugadores mejores que yo y, cuando las cosas me empezaban a pintar mal, muchas veces echaba mano de trucos. . . como rebanar la bola, tratar de golpearla con efecto45

Me encontr por primera vez con el maestro de kenpokarate, Ed Parker, en 1952, en un gimnasio de Beverly Hills donde le rentaban espacio. Ed es un hawaiano bien parecido de 1.83 m de estatura y una cabeza coronada por una tupida mata de cabello negro. A primera vista me hizo pensar en un frondoso rbol, con sus brazos como gruesas ramas y sus pies descalzos firmemente anclados en un tapete de lona. (A pesar de su gran estatura, es un torbellino en movimiento). Llevaba puesto un delgado uniforme de algodn de dos piezas al que son muy afectos los artistas marciales. El uniforme, al igual que su cinta negra, blanqueaba ya en varios sitios a fuerza de uso y de repetidas lavadas. El rostro de Ed era sereno y pacfico, como si acabara de meditar. An recuerdo una de mis sesiones iniciales en su dojo de Los ngeles, donde estaba yo practicando kumite (entrenamiento) con un oponente ms hbil. Para compensar mi falta de conocimientos y experiencia, probaba movimientos sbitos y engaosos que eran fcilmente anulados. El otro era sencillamente su44

o recurrir a toda clase de artimaas. Sin embargo, invariablemente me derrotaban y me senta frustrado. Y era que, en lugar de tratar de mejorar mi juego, trataba de "acortarles su lnea" a los contrarios. Hasta que reconoc que tena que jugar a mi mxima capacidad en lugar de tratar de ech?r a perder el juego de mis contrincantes. Teniendo siempre presente el consejo de Parker, mi juego pronto mejor. Han pasado casi treinta aos desde aquello y, mientras tanto, Parker les ha enseado su arte a miles de estudiantes. Aun despus de que han dejado de verse, ellos siguen considerndolo un buen amigo. . . y como a un sabio y amable sifu que encarna el espritu y la filosofa de las artes marciales.

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NO MOLESTAR

Muchas de mis lecciones de jeet-kune-do con Bruce Lee las compart con Stirling Silliphant, uno de los argumentistas de mayor xito en Estados Unidos. Muchas veces, despus de las lecciones, los tres bamos al patio trasero de mi casa y, armados con sendos jugos de frutas, nos sentbamos a conversar. Esos momentos eran preciosos para m porque, invariablemente, obtena un panorama interno de uno de ellos o de mis dos amigos. En una de esas ocasiones hablamos de la diferencia que hay entre desperdiciar el tiempo y gastar el tiempo. Bruce fue el primero en hablar. Gastar el tiempo es pasarlo de una manera especfica dijo. Estamos gastndolo durante las lecciones del mismo modo como lo estamos gastando ahora en la conversacin. Desperdiciar el tiempo es gastarlo en forma irreflexiva o sin el menor cuidado. Todos tenemos tiempo para gastar o desperdiciar y nos corresponde a nosotros decidir qu hacer con l. Sin embargo, una vez pasado, el tiempo se ha ido para siempre. 48

Es el bien ms precioso que poseemos coment Stirling. Yo siempre considero mi tiempo como si estuviera dividido en infinitos momentos o transacciones o contactos. Cualquiera que robe mi tiempo me est robando la vida porque me est quitando mi existencia. Conforme voy envejeciendo comprendo que el tiempo es lo nico que me queda. As pues, cuando alguien me aborda con algn proyecto, calculo el tiempo que me costar realizarlo y luego me pregunto a m mismo, "Deseo gastar semanas o meses del poco tiempo que me queda en este proyecto? Vale la pena o simplemente estoy desperdiciando mi tiempo?" Si considero que el proyecto tiene su valor, lo llevo a cabo. "Aplico la misma medida a las relaciones sociales. No voy a permitir que nadie me robe mi tiempo. He limitado mis amistades a aquellas personas con quienes el tiempo se pasa felizmente. Hay momentos en mi vida momentos necesarios en los que no hago nada, pero sa es decisin ma. La decisin de cmo gasto mi tiempo es slo ma y no la dictan las convenciones sociales." Una vez que Stirling termin de hablai, Bruce se qued mirando el espacio durante unos momentos. Cuando al fin habl, fue para preguntar si poda usar el telfono. Cuando regres, Bruce vena sonriendo. Acabo de cancelar una cita dijo. Era con alguien que quera desperdiciar mi tiempo, no ayudarme a gastarlo. Al marcharse, Bruce se volvi hacia Stirling y le dijo: Hoy fuiste el maestro. Por vez primera me di cuenta de cunto tiempo he desperdiciado con ciertas personas. Nunca antes se me haba ocurrido que estuvieran robndome la existencia, pero as era. En esa poca de mi vida, tena muchos amigos que acostumbraban llegar de visita o llamarme por telfono a cualquier hora. Porque soy escritor y trabajo en mi casa, ellos suponan 49

LA INACTIVIDAD ACTIVA

Bronislaw Kaper, quien me inici en las artes marciales hace ms de veinte aos, me introdujo tambin a otra nocin interesante. . . la de no hacer nada de una manera consciente. Bronny es cortesano, elegante y todo un caballero a la manera euopea. Nacido en Polonia y educado en Varsovia y Berln, fue campen juvenil de sable cuando tena dieciocho aos y si-, fue siendo considerado uno de los mejores espadachines con sable de la costa occidental, aunque ya anda cerca de los setenta aos Un da lo llam por telfono para invitarlo a almorzar. - Lo siento dijo Bronny , pero hoy es mi da de no hacer nada. Yo protest. Es que almorzar es no hacer nada sino comer le arg. Bronny solt la risa. Si hago una cita para almorzar contigo, mi querido amigo repuso , debo hacer algo, y hoy es mi da de no hacer nada. Explcate, por favor le rogu.

En nuestra vida moderna me explic no dejamos campo para espacios vacos, para no hacer nada. Ese concepto de no hacer nada, que no tiene relacin con simplemente no hacer algo, es tambin una actividad y un ejercicio. "Comparemos el no hacer nada con una pausa en la msica prosigui. Esa pausa no es una ausencia de msica, sino parte integrante de la composicin. Si un director no mantiene una pausa en su valor completo, es como si estuviera haciendo un corte en la carne. Ya lo dijo Claudio Debussy, 'La msica es el espacio entre las notas'. Los maestros del buen fraseo, como los artistas marciales, son hombres que les prestan tanta atencin a las pausas y a los silencios (inactividad) como a la accin misma." Lo que Bronny pareca querer decir era que' ana pausa significativa le permita a uno evaluar dnde se encontraba. La siguiente vez que vi a Bruce Lee, le refer mi conversacin con Bronny. Bruce ech a rer y dijo: Est en lo cierto, sabes? La pausa, a la mitad de la accin, es tambin uno de mis secretos. Muchos artistas marciales atacan con la fuerza de un huracn, sin detenerse a observar cul es el efecto de su ataque sobre el oponente. Cuando yo ataco, trato siempre de hacer una pausa una accin detenida para estudiar a mi oponente y sus reacciones antes de volver a entrar en accin. Yo incluyo pausa y silencio junto con la actividad, dndome as tiempo para sentir mis propios procesos internos as como los de mi oponente. Aos ms tarde, mucho despus de que Bruce se fue a Hong Kong a hacer pelculas, comprend finalmente cuan importante era esa "accin detenida" para su arte. La mayora de los artistas marciales emplean un patrn fijo de tcnicas una y otra vez, pero Bruce Lee nunca se encerr en una rutina. El, en cierto sentido, llevaba constantemente un registro del impacto53

medioambiental de su propia actividad. . . haciendo una pausa para evaluar, ajustar y corregir de acuerdo con las exigencias de la situacin. El nunca permiti que fuera el oponente el que dictara sus acciones. En vez de eso, l forzaba al oponente a reaccionar de acuerdo con l, haciendo pausas frecuentes para reagrupar y reformar su enfoque. Recientemente encontr una manera de hacer encajar esa idea abstracta de la "accin detenida" en mi propia vida. Durante algn tiempo permit que fuera mi programa de trabajo el que gobernara mi vida. Luego, un da, me sent abrumado por la presin y me di cuenta de que haba cierto paralelo con mis experiencias en la estera de combate cuando me las tena que ver con un oponente irresistible. En esas ocasiones, recordaba las palabras de Bruce y haca una pausa para reagrupar mis propios medios y luego intentaba tomar la iniciativa Por qu no habra de dar resultado ese mtodo con mi problema actual? A pesar de todas las presiones, decid tomar un da libre, hacer una pausa durante la cual aceptara no hacer nada y estudiar la situacin. Dicha pausa obr maravillas en mi caso. Pude evaluar el predicamento en que me encontraba, decid qu curso de accin emprender y me dije a m mismo que tomara la iniciativa para determinar el programa de mi propia vida. Haba descubierto que el no hacer nada a veces puede ser algo ms importante que hacer algo.

La mente no debe estar en ninguna parte en particular

TAKUAN

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LA ACTIVIDAD INACTIVA

Ese aire de informalidad es tpico del wing-chun, al que t a m b i n llaman "pugilismo chino", el cual es actualmente uno de los estilos de artes marciales ms populares en Hong Kong y en Europa, y que est ganando una rpida popularidad en Estados Unidos por su simplicidad y enfoque realista en el combate. En el wing-chun no hay sistemas de rangos ni cintas de colores para distinguir al novato del instructor. Cuando un estudiante ha alcanzado cierto nivel de eficiencia, el sifu puede darle un p e q u e o medalln o algn regalo personal como muestra de aprecio. A diferencia de Bruce, quien haba decidido llegar a ser estrella de cine, la ambicin principal de J i m L a u es la de trasmitirle su arte a un n m e r o cada vez mayor de devotos seguidores, la mayora de los cuales le han llegado con cierta experiencia en otras artes marciales. A pesar del estilo informal de ense a r que posee Jim, ste siente una gran responsabilidad por el progreso y bienestar de cada uno de sus alumnos. Un da estbamos practicando "manos pegadas", un ejercicio en el que ias manos de uno parecen estar pegadas a las del oponente. . . de ah su nombre. A lo largo de su entrenamiento, los estudiantes de wing-chun aprenden a interpretar los mensajes silenciosos que telegrafan las manos de su compaero. La manera como una mano se retira puede indicar un cambio en el peso del cuerpo, un cambio de postura y/o la probable direccin del golpe siguiente. Eso puede ofrecer una pista de si el siguiente golpe ser un uppercut*, un golpe volado de casa redonda o un golpe recto. El perder contacto con la mano del compaero le permite a ste golpearlo a uno. El empujar contra la mano del adversario lo extiende demasiado a uno y puede perder el equilibrio fcilmente.

J i m L a u , mi sifu en wing-chun, tiene veintiocho aos de edad y fue fundido en el mismo molde que Bruce Lee. De joven, L a u estudi wing-chun en H o n g K o n g con el maestro de Mruce Lee, el legendario Y i p M a n . L a u es esbelto y de estatura mediana, con unos brazos y piernas como de acero templado, pero es tan flexible como una vara de sauce. Puede tener la frente pegada a la de su oponente y, aun as, patearle a ste la quijada. Cuando fui a visitar la academia de wing-chun que J i m L a u tiene en Los Angeles, en lo que antiguamente era una tienda, me sorprendi observar que todos los estudiantes estaban en topas de calle. L a u mismo luca una camiseta roja de manga corta, con un dibujo del ratn Miguelito, y pants azules de entrenamiento. Cuando nos presentaron le hice una reverencia, como se acostumbra cuando uno conoce a un artista marcial de alto rango, pero l lo ignor, me estrech la mano e insisti en que lo llamara Jim.

* Golpe corto hacia arriba.

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E n ese e j e r c i c i o ,

a m b o s compaeros t r a t a n d e i n t e r p r e t a r l a s a u n as, mantenerse

seales d e l o t r o y d e d i s i m u l a r las p r o p i a s . L a tcnica l e ensea a u n o a p a r a r un ataque i n m i n e n t e y, c e n t r a d o y e n c o n t r o l d e l a situacin, s i n r e a c c i o n a r e n e x c e s o ni quedarse corto. El resultado, con frecuencia, es un estancamiento. E s e e j e r c i c i o m e f r u s t r a b a p o r q u e J i m poda l e e r m i s i n t e n c i o n e s e n m i s m a n o s a travs d e l a s e n s i b i l i d a d d e s u t o q u e , c a s i c o m o u n s u p e r d o t a d o m e n t a l lee las m e n t e s d e o t r a s p e r s o n a s . Con frecuencia me impacientaba e intentaba descargar un golpe, pero Jim senta mi intencin cada vez y contrarrestaba el

m o v i m i e n t o a u n antes de que yo lo h i c i e r a , levantaba una mano, terminado.

sorprendindome

s i e m p r e f u e r a d e e q u i l i b r i o . F i n a l m e n t e , d a b a u n p a s o atrs y i n d i c a n d o c o n eso q u e l a leccin haba

U n a vez t e r m i n a d a l a leccin, l o acompa h a s t a s u automvil y me dijo: " D e b e s a p r e n d e r a dejar que la p a c i e n c i a y la i n m o v i l i d a d se s o b r e p o n g a n a la a n s i e d a d y a la a c t i v i d a d f u r i o s a p o r el a n s i a d e h a c e r a l g o . E n t r e los a r t i s t a s m a r c i a l e s d e l g r a d o ms a l t o , n o h a y c a b i d a ms q u e p a r a u n a s o l a equivocacin. A n t e s d e u n i n t e r c a m b i o de golpes p u e d e n t r a n s c u r r i r varios m i n u t o s de paciencia controlada y de planeamiento mientras cada continuante, respectivamente, observa a su oponente, estudiando paciente. Se m a n t i e n e observando, c o n t r o l a n d o su paciencia y o r g a n i z a n d o s u c o m p o s t u r a . C u a n d o v e u n a o p o r t u n i d a d , explota". T i e m p o despus t u v e o p o r t u n i d a d d e p r e s e n c i a r u n " c r u z a m i e n t o d e m a n o s " o c o m b a t e e n t r e d o s m a e s t r o s d e las artes ya que m a r c i a l e s . Y o asist e s p e r a n d o v e r e l d e s p l i e g u e m a g n f i c o d e u n o s acrbatas r e l a m p a g u e a n t e s y d e u n o s m i e m b r o s c o m o d o s t o r b e l l i n o s . E n vez d e eso, v i a d o s h o m b r e s e n p o s t u r a d e c o m b a t e estudindose m u t u a m e n t e c o n t o d a atencin d u r a n t e v a r i o s m i n u t o s . A d i f e r e n c i a d e l b o x e o , n o haba f i n t a s n i a m a g o s 59 El b u e n j u g a d o r es aprovechar en

su posicin o p o s t u r a , v i g i l a n d o , c o n c i b i e n d o ideas y c a r g a n d o su energa. Cuando uno de ellos piensa que va a atacar, su oponente puede cambiar de postura rpidamente. Si ha reaccionado de ms, su oponente toma nota de eso mentalmente, e s a e s u n a d e b i l i d a d q u e ms Ventaja s u y a . "Un un b u e n j u g a d o r r e c o n o c e esos m o v i m i e n t o s p o r l o q u e s o n : t a r d e intentar

proceso de sondeo y experimentacin.

t e n t a t i v o s . D u r a n t e casi t o d o e l t i e m p o , los m a e s t r o s s e m a n t u v i e r o n inmviles, c o m o e s t a t u a s . D e r e p e n t e , u n o d e e l l o s explot e n m o v i m i e n t o t a n rpidamente, que ni siquiera pude p e r c i b i r l o q u e haba s u c e d i d o , a u n q u e s v i q u e s u o p o n e n t e salt h a c i a atrs. E l c o m b a t e haba t e r m i n a d o y l o s m a e s t r o s s e hicieron m u t u a m e n t e u n a reverencia. E n m i s i g u i e n t e leccin l e cont a J i m l o q u e haba visto. A h o r a y a h a s v i s t o e l p o d e r d e l a p a c i e n c i a c o n t r o l a d a sob r e l a e s t e r a d i j o l. L o m i s m o s e a p l i c a a los p r o b l e m a s d e l a v i d a . C u a n d o surja u n p r o b l e m a , n o c o m b a t a s c o n l n i trates d e n e g a r l o . A c p t a l o y r e c o n c e l o . S p a c i e n t e e n l a bsqueda d e u n a solucin o a p e r t u r a y l u e g o e n t r g a t e p l e n a m e n t e a l a solucin q u e j u z g u e s ms a d e c u a d a .

Usted y su oponente son uno. coexistente. para complemento' absorbiendo dominarlo. sus

Entre ustedes hay una relacin usando la fuerza de l

Usted coexiste con su oponente y se convierte en su ataques y

BRUCE

LEE

EXTIENDA SU Kl

bres. Remolineando entre ellos, su falda negra pareca rodearlos. Cada vez que alguno de ellos descargaba un golpe en su cuerpo, l ya no estaba ah. Del mismo modo como cuando un giroscopio gira cada vez ms aprisa, su movimiento parece ms calmado, suceda lo mismo con el maestro mientras desviaba la energa de sus atacantes y los iba proyectando, uno tras otro, fuera de la mele. Todo termin en unos momentos. El maestro, a n calmado, con una leve sonrisa en los labios, se volvi hacia el auditorio e hizo una reverencia bajo una catarata de aplausos. Luego, se inclin humildemente ante los estudiantes atacantes, quienes, a su vez, se inclinaron respetuosamente ante l.

Llegu tarde al aikido, "el arte suave", en mis estudios de las artes marciales. Ya conoca el aikido, por supuesto, y me interesaba aprenderlo algn da, pero estaba enfrascado en el karate y pens que podra esperar. Luego, durante una visita que hice a Londres hace algunos aos, me fij en un cartel donde anunciaban una conferencia sobre aikido y decid asistir a ella. La conferencia tuvo lugar en una tienda que h a b a n convertido en un p e q u e o dojo a la sombra de la torre de la oficina de correos de Londres. El saln de prcticas estaba abarrotado de espectadores sentados con las piernas cruzadas en una estera, observando al maestro, un japons joven que luca una blusa blanca y una hekama, o falda negra, que es la vestimenta de los maestros de aikido. El joven se vea frgil y vulnerable cuando se enfrent a media docena de jvenes fornidos que lo rodearon en forma amenazante. Cuando empezaron a acercrsele, el maestro se mantuvo inmvil, calmado y sereno, de pie en el ojo del h u r a c n . Repentinamente, con fuertes gritos, lo atacaron al unsono. Lo que sucedi entonces fue algo magnfico. Pareci como que el maestro flua como una corriente de agua sobre los hom62

Las acciones del maestro se h a b a n visto tan sin esfuerzo que yo saba que haba algo bajo la superficie que no poda verse, que no poda explicarse. As era, confirm l. Era el ki, la energa o fuerza invisible de la vida que no puede verse, pero que la mayora de los artistas marciales, especialmente los aikidostas, tratan de desarrollar. Como una demostracin adicional del ki, el maestro invit a cualquiera de los espectadores que as lo deseara, a que intentara levantarlo de la estera. Eso me pareci algo relativamente fc i l , as es que me ofrec. Sujet firmemente al joven alrededor de la cintura y trat de levantarlo, pero ni siquiera pude moverlo. Aunque yo pesaba por lo menos veinte kilos ms que l, pareca haber echado races en el suelo. l me pidi entonces que lo golpeara pero, aun antes de que mi p u o viajara la mitad de la distancia que nos separaba, me sent respetuosa, pero firmemente llevado a la estera. Nunca me h a b a n derribado tan rpidamente ni haba sentido jams una fuerza tan suave. ste es un ejemplo del ki me dijo, mientras me ayudaba a incorporarme. Y cmo puedo desarrollarlo? pregunt. 63

Slo con la prctica y una actitud mental apropiada me contest enigmticamente. Mentalmente tom nota de que, en cuanto regresara a Los ngeles, investigara ms acerca del aikido. A mi regreso, busqu y encontr una escuela de aikido y empec a estudiar ese arte, que para m era nuevo. Constantemente oa mencionar el ki y, despus de una de mis primeras lecciones, le ped a una ayudante del instructor, una esbelta morena, que me lo explicara. Realmente nadie puede explicarlo, Joe dijo , pero s puedes sentirlo. Me voy a colocar al borde de la estera con mi brazo extendido y t caminars hacia m , en direccin de mi brazo. Hice lo que me peda y camin hacia su brazo, el cual detuvo mi avance. Bien dijo ella. Ahora, quiero que pienses en un objeto que est frente a ti, ms atrs de mi brazo, y camines hacia l. Nuevamente segu sus instrucciones y camin "a travs de" y ms all de su brazo extendido. Esta vez estabas proyectando tu energa hacia adelante en la forma apropiada coment ella. Ahora, extiende tu brazo en lnea recta a partir del hombro y ponme una mano en el hombro. Pon rgido el brazo. Presionando con las manos en la parte interna del codo, me flexion el brazo con toda facilidad. Ahora flexiona el brazo ligeramente por el codo y reljalo sin quitarlo de mi hombro. I m a g n a t e que tu brazo es una manguera por la que fluye el agua, la cual te sale por los dedos en un chorro, que mentalmente has apuntado al infinito. Esta vez se colg con ambas manos de mi brazo, pero, a pesar de sus esfuerzos y de que trat de hacer palanca, no pudo flexionarlo ms. se es un ejemplo del ki dijo. Todo el mundo lo tiene hasta cierto grado. . . hasta un beb. Has tratado alguna vez 64

de levantar a un nio o a un perro que no quera que lo levantaran? El nio parece ms pesado cuando no est cooperando, pero cuando quiere que lo levanten se hace m s liviano. Y eso se debe a que la mente es en realidad una fuente de potencia, y cuando se coordinan la mente y el cuerpo, el ki se manifiesta. Con la prctica podrs conectar el ki a voluntad. Y de dnde proviene ese ki? pregunt. El centro del ki es el "punto" o tai-ten repuso ella, sealando un sitio como a unos tres centmetros abajo del ombligo. Aqu es, ms o menos, donde se encuentra el centro de gravedad del cuerpo humano. El ki se define como una energa o fuerza interior que puede dirigirse desde el "punto" tai-ten, por medio de la visualizacin, a lugares fuera del cuerpo. Puede combinarse con la gravedad para producir un peso muerto y una pesadez extrema dentro del cuerpo, como en el caso del nio que no quiere que lo levanten. "Los aikidostas, as como la mayora de los artistas marciales y los practicantes del Zen, creen que todo el ki o energa del universo fluye a travs de ellos por ese 'punto', viajando eternamente en todas direcciones. No importa d n d e ests, siempre eres el centro del universo. Sosteniendo tu 'punto' y m a n t e n i n d o t e controlado, te sientes uno con el universo y, al mismo tiempo, totalmente consciente de tu relacin corporal con el universo." Sacud la cabeza. Eso es demasiado esotrico para m observ. Hay otra manera de comprenderlo continu ella. Piensa en el vientre como en una vlvula que enva agua (o ki) por todas las extremidades. Cuando la vlvula se abre, se genera ms agua (o energa) a travs de los brazos y las piernas. "Si te imaginas que toda tu energa le est llegando a tu cuerpo por un punto de tu parte media, que fluye hacia abajo por tus piernas y hacia arriba por tu tronco, por tus brazos y 65

m s arriba hasta tu cabeza y luego, con la mente, proyectas esa energa por tu cuerpo en la direccin que quieras , puede decirse que ests extendiendo tu k i . El ki puede enviarse en cualquier direccin, dependiendo de lo que intentes hacer." Ese es un concepto especialmente difcil de comprender. Sin embargo, en raras ocasiones he podido percatarme de un flujo espontneo de fuerza constante (o energa) que fluye por todo mi cuerpo sin que yo lo pretenda en forma consciente. Todo el mundo, incluso los que no son artistas marciales, son capaces de jalar de ese superpoder o fuerza interior. Por ejemplo, la frgil mujer que derriba una pesada puerta porque su nio se qued encerrado en un cuarto que se est incendiando, el marido que es capaz de levantar un automvil porque una de las piernas de su esposa q u e d atrapada debajo de l. . . en circunstancias normales, esas personas no hubieran podido realizar esas proezas de fuerza. Sin embargo, en una emergencia, la mente trabaja velozmente y coordina su fuerza con la del cuerpo, tcnica que los artistas marciales desarrollan a base de prctica y que se les convierte en algo mecnico y, posteriormente, espontneo. Para m, la leccin de eso puede resumirse en una aseveracin simple: es suficiente saber que existe una cosa tal como el k i , una fuerza interior disponible que ampla el concepto de los propios recursos con que uno cuenta. El simple hecho de saber que el ki existe en todos iiosotros es, en s mismo, algo que nos confiere poder.

Fluye con cualquier cosa que pueda suceder y deja que tu mente quede libre. Mantente centrado aceptando cualquier cosa que ests haciendo. Eso es lo ltimo.

CHUANG-TZU

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LA RESPIRACION ZEN

"Imagnense que el aire que estn respirando es niebla y visualcenla entrndoles por la nariz y la garganta hasta la parte inferior del abdomen. Dejen que circulen ah y por todo su cuerpo y sus miembros, visualizndola mientras viaja por los diversos canales y meridianos de su cuerpo. Al exhalar, vean cmo la niebla les sale por la boca. " A l principio pueden volverse excesivamente conscientes de su respiracin y empezar a jadear como si estuvieran haciendo un ejercicio violento. Cuando suceda eso, vuelvan a empezar." Las manos del sensei se arquearon con gracia al unirse frente a su rostro cuando hizo resonar los bloques, al juntarlos de un golpe. Al sonido del choque, inhal lenta y sostenidamente por la nariz, con la boca cerrada suavemente, de tal modo que se expandieran las paredes del abdomen, dejando que la respiracin circulara dentro de mi cuerpo durante ms o menos diez segundos, hasta que volvi dejarse or el chasquido de la madera contra la madera. Hubo un suave sonido de exhalacin cuando todos dejamos escapar el resuello, al exhalar como las tres cuartas partes del aire por la boca. Luego, el seco chasquido reson en la sala y todos volvimos a inhalar. Pronto qued establecido cierto ritmo: el chasquido, un sonido sibilante cuando todos inhalbamos, y luego otro chasquido y un ruido como el de un gran suspiro cuando exhalbamos al unsono. Durante los primeros minutos segu helado, con el cuerpo rgido, que se rebelaba contra la postura y el duro piso. Sin embargo, segn fue avanzando el ejercicio de respiracin, fui entrando en calor y mi cuerpo se relaj por completo. Cuando las primeras luces del da iluminaron la sala, sudaba copiosamente y estaba listo para empezar la leccin. El ejercicio de inspirar y expirar no es tan sencillo como parece. Al principio me pareca que era el nico de la clase que no 69

Haca un fro tremendo. Mi respiracin se converta en vapor frente a mis ojos y mi delgado gi estaba hmedo al tacto. Afuera estaba oscuro todava, ya que el sol tardara por lo menos media hora en salir. Dentro del dojo ramos cerca de veinte ocupantes. De rodillas en nuestras esteras, con las espaldas erectas, mirando al instructor. El tambin se encontraba de rodillas, frente a nosotros, con un bloque de madera en cada mano que descansaban en las rodillas. Habl con suavidad y, aunque pareca estar mirando al espacio, yo estaba seguro de que nos vea a cada uno de nosotros con toda claridad. Cuando respiren deben llenar completamente de aire sus pulmones dijo: La mayora de las personas usan nicamente la parte superior de sus pulmones, pero nunca llenan la parte inferior. Si respiran correctamente, ustedes emplearn la parte inferior de los pulmones lo mismo que la superior, de la misma manera como respiran automticamente cuando duermen. 68

poda mantenerse al ritmo de los dems. O inspiraba demasiado aire o dejaba escapar demasiado poco, o terminaba sin aliento en unos cuantos momentos y tena que empezar de nuevo. Con el tiempo comprend la sabidura de la imagen del sensei. Al tratar de visualizar la respiracin como una niebla, los dems pensamientos se m a n t e n a n fuera de mi mente y obtena una concentracin total en la respiracin. Mi mente estaba calmada, pero alerta, y mi ser fsico sereno. Estaba listo para ir a la estera porque poda fluir fcilmente en cualquier direccin, como el agua, y, si era yo derribado, aterrizara suavemente, como un infante al que arrojan a un colchn. Recuerdo cuan fascinado estaba por el hecho de que hasta una cosa tan sencilla como el respirar, fuera una materia que tuviera que volver a aprenderse y a dominarse como parte del entrenamiento en las artes marciales. En ese tiempo, no tena la menor idea de que llegara un da en que la tcnica de la respiracin controlada que haba aprendido, me salvara la vida. Tiempo despus, en octubre de 1972, andaba yo de vacaciones con mi esposa, Elke, en Europa. U n a hermosa m a a n a de verano bamos en automvil a travs de la campia vitivincola de Francia cuando de pronto sent un dolor agudsimo en el abdomen, combinado con un espantoso dolor de cabeza. Muy pronto, mi cuerpo entero era un solo e insufrible dolor. Al cabo de una hora., me retorca en el asiento mientras me desmayaba y recuperaba el sentido intermitentemente. Los dientes me c a s t a e a b a n y el cuerpo se me sacuda en convulsiones causadas por la tos. Tuve que pedirle a Elke (quien, afortunadamente, iba al volante) un p a u e l o desechable para limpiarme la boca, pues me senta tan dbil que yo no poda tomarlo de la caja. Elke me lo arrebat inmediatamente, le ech una mirada y luego lo arroj por la ventanilla. Despus supe que estaba lleno de sangre. Elke aceler el automvil furiosamente, metindose por ca70

minos de tierra y subindose a las banquetas para ganar tiempo. Saba que haba una clnica en una universidad, precisamente al cruzar la frontera con Alemania, y que podramos llegar all en cuestin de minutos. Yo entraba y sala de la inconsciencia como en una pesadilla. Para cuando llegamos a Freiburg, el dolor llenaba hasta el ltimo rincn de mi cuerpo. Cuando Elke localiz a un mdico, ste vino al automvil e inmediatamente orden que trajeran una camilla. Actualmente tengo slo un vago recuerdo de que me metieron en una sala y me hicieron algunas pruebas. Sin embargo, lo que s recuerdo con claridad es que los mdicos le dijeron a Elke en alemn que no slo estaba yo vomitando sangre, sino que t a m b i n la estaba evacuando. O luego que le preguntaban si conoca a algn familiar mo al cual notificarle, y entonces supe que deba estarme muriendo. El pnico me invadi, el corazn empez a palpitarme con fuerza y cada latido me sacuda el cuerpo. El mdico que me atenda pens que me estaba dando un ataque cardaco e hizo preparar un fibrilador para regular mis palpitaciones. En ese momento pens, "Esto es algo absurdo. Estoy ya bastante malo como para adems agregar un ataque al corazn a mis problemas". Con la respiracin entrecortada, el corazn palpitante y el cuerpo tenso, e m p e c a obligarme a m mismo a regular mi respiracin haciendo profundas inspiraciones ventrales (el estmago se infla durante la inspiracin), retenindolas durante uno, dos o tres segundos, y luego expeliendo todo el aire con fuerza. Repet el proceso hasta que afirm una relajada respiracin ventral que exigi toda mi concentracin inhalando por la nariz y contando hasta cuatro y exhalando por la boca durante el mismo conteo. Esa tcnica, la cual me h a b a n enseado como preludio para el aikido, es un aspecto de la prctica Zen que lo hace a uno olvidarse de las impresiones externas. Mientras ms me concentraba en la respiracin, ms inmune 71

me volva al miedo de morir. Al cabo de unos cuantos minutos estaba nuevamente en control de m mismo y de mi cuerpo. Antes de que el fibrilador llegara junto a mi cama, los latidos de mi corazn h a b a n vuelto a la normalidad. "Unglaublich" dijo el mdico en alemn. "Increble!" Volv a caer en la inconsciencia y me llevaron a la unidad de terapia intensiva de la clnica, donde me tuvieron cinco das. Dos veces, durante ese tiempo, la fiebre me subi a tal grado que los mdicos le dijeron a Elke que ya no podan hacer nada. De esos momentos lo nico que recuerdo es que flotaba en un capullo clido que se deslizaba por un tnel, a cuyo final estara yo libre del dolor. A u n as, poda or a la distancia la voz de Elke r o g n d o m e que no me muriera. Cada vez que suceda eso, empezaba a regular mi respiracin. Tres semanas m s tarde me dieron de alta en el hospital. H a b a sobrevivido a la enfermedad de W e i l l , un raro virus que generalmente es fatal. (Yo fui, en ms de cuarenta aos, el primer caso que hubo en Alemania). De acuerdo con el Instituto de Enfermedades Tropicales, lo contraje por beber agua contaminada en Espaa. Si ese incidente me hubiera ocurrido unos aos antes, ciertamente me hubiera muerto, porque todava no hubiera conocido la tcnica de respiracin Zen. Desde entonces, he descubierto que dicha tcnica es especialmente til en situaciones de tensin o que provocan ansiedad, cuando mi respiracin se torna irregular y el miedo distorsiona los procesos de pensamiento ordenados, lo cual tiende a inmovilizar tanto mi cuerpo como mi mente. Antes de ciertas citas de negocios o enfrentamientos personales; trato de ponerme en un estado de relajamiento controlando mi respiracin; eso me relaja y me refresca, al mismo tiempo que calma mi mente. La respiracin controlada restaura la calma, la confianza y el vigor. 72

DJESE LLEVAR POR LA CORRIENTE

mente. Usted no necesita entendrselas con su cuerpo en lo absoluto, si puede redirigir su mente y el flujo de su k i . se es el secreto: desvele la mente lejos de usted y el cuerpo la seguir." Y cmo puedo desviarle la mente de m? pregunt. No trastornando el flujo de su ki ni hacindole saber su intencin. Usted no tiene que jalar, empujar ni golpear. Simplemente tquele el cuerpo con suavidad y gentileza y guelo adonde usted quiera. De esa manera la mente del otro no se trastorna y su cuerpo la seguir. " E l principio bsico del aikido prosigui la muchacha es ceder a la fuerza atacante de tal manera que sea incapaz de lastimarlo a uno y, al mismo tiempo, hacer que cambie de direccin empujndola por detrs, en lugar de tratar de resistirla de frente. El aikidosta j a m s va contra la fuerza de su oponente. En vez de eso, redirige esa fuerza lejos de l. " E l principio de evitar el conflicto y j a m s oponerse a la fuerza de un agresor frente a frente, es la esencia del aikido. Nosotros aplicamos ese mismo principio a los problemas que surgen en la vida. El aikidosta diestro es tan elusivo como la verdad del Zen. l mismo se convierte en un koan, en un enigma que ms nos elude mientras ms tratamos de resolverlo. Se parece al agua en el sentido de que se le escapa entre los dedos al que trata de sujetarla. El agua no titubea antes de ceder, porque en el momento en que los dedos empiezan a cerrarse sobre ella, se retira, no por su propia fuerza, sino aprovechando la presin que se le aplica. Es por esa razn, tal vez, por la que uno de los smbolos del aikido es el agua." Poco despus de esa leccin tuve oportunidad de poner a prueba algunos de los principios del aikido que la instructora me h a b a ofrecido. Durante una reunin de negocios, me di cuenta de que era inminente un enfrentamiento con uno de mis socios. Decidido a sacarle la vuelta si era posible, evit contestar a su ataque inicial a fin de no dar lugar a un choque de 75

Mi c o m p a e r o y yo estbamos practicando shomen-ate, el primer movimiento del randori no kata, en la clase de aikido. El ejercicio exiga que yo, como el defensor, evitara un golpe recto a la cara movindome por dentro del brazo atacante y proyectando al contrincante hacia atrs, ponindole la mano en el m e n t n y empujando con el cuerpo. Me acerqu a mi c o m p a e r o varias veces, pero no pude moverlo. Finalmente, ya un poco desesperado, apliqu la fuerza fsica y mi c o m p a e r o fue a dar a la estera. Sent entonces un ligero golpecito en el hombro y, al volverme, me encontr a la asistente del instructor, que me miraba con el ceo fruncido. Se opuso usted de frente a la fuerza de su ataque me dijo en tono de r e p r o b a c i n . Como es fuerte, se sali con la suya, pero todo lo que hizo fue detener su fuerza, no su intencin de atacar. "Cuando alguien lo golpea, extiende su ki hacia usted y ste empieza a fluir cuando l piensa que lo golpear. . . aun antes de que su cuerpo se mueva. La accin de l est dirigida por su 74

frente. Cuando la disputa prosigui, yo reconoc que sus argumentos tenan cierto mrito y, al mismo tiempo, trat de desviar su enojo en otra direccin. Dndole a mi "oponente" una oportunidad de descargar su energa y enojo y no respondindole ni ofrecindole ningn punto de apoyo, pude evitar la confrontacin. Al poco rato, se encogi de hombros y se retir.

La blandura triunfa sobre la dureza, la debilidad sobre la fuerza. Lo que es ms maleable es siempre superior a lo que es inconmovible. se es el principio de controlar las cosas dejndose llevar por ellas, de la maestra por medio de la adaptacin. LA O TZU

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ENOJO SIN ACCION

Cuando desatas tu agresin u hostilidad sobre otra persona, tal cosa inspira agresin y hostilidad en respuesta. El resultado, en esos casos, es un conflicto, que todos los que son verdaderos artistas marciales tratan de evitar. El enojo no exige accin. Cuando uno acta bajo el enojo, pierde el control de s mismo. J i m se me qued mirando pensativamente; luego, volvi a hablar: Cmo puedes esperar controlar a alguien si no puedes controlarte a ti mismo? Piensa en eso como en una cualidad de las artes marciales. El siguiente fin de semana tuve que ir a Nueva York a una reunin de negocios. Despus de un vuelo nocturno, llegu a mi hotel a las siete de la m a a n a para encontrarme con que tena que esperar cuatro horas para que me entregaran mi habitacin. Me senta cansado y h a b a esperado ansiosamente poder descansar un poco antes de mis compromisos. Ped hablar con el gerente, enfurecindome cada momento ms y repasando mentalmente todo lo que iba a decirle si l (o ella) no me daba un cuarto a la mayor brevedad. Cuando la encargada lleg, estaba furioso y le habl en trminos violentos. Mi antagonismo hizo que ella tambin se enojara y pronto nos vimos enfrascados en una acalorada discusin. Yo haba olvidado las palabras de J i m L a u y haba inspirado un conflicto frente a frente. Posteriormente, ya ms calmado, le ofrec excusas a la encargada por mis bruscos modales. Realmente me sorprendi usted repuso ella. T e n a la intencin de hacer por usted lo que pudiera, pero, por la manera como me habl, olvid mis buenas intenciones y decid no hacer ningn esfuerzo por ayudarlo. Nuevamente vi la aplicacin de las artes marciales a la vida diaria. La experiencia me haba dado una leccin que recordara por mucho tiempo. El enojo rara vez da buenos resultados. 79

Las prcticas del wing-chun se realizan con frecuencia cuerpo a cuerpo, por lo que pronto me acostumbr a sentir las rfagas de aire cuando manos y puos me pasaban peligrosamente cerca de los ojos y del rostro. De vez en cuando, algn compa e r o haca contacto accidentalmente y, en esas ocasiones, senta a veces una oleada de enojo. Un da, despus de una prctica, J i m L a u me llam aparte. Cuando te golpean, te pones tenso dijo y siento en ti el enojo y el deseo de golpear en represalia. Me sent avergonzado, pues haba captado mis reacciones demasiado bien. S que no debo enojarme repuse , pero no puedo evitarlo. J i m sonri. No es malo abrigar pensamientos y sentimientos agresivos u hostiles hacia los d e m s dijo. Cuando t reconoces esos sentimientos, ya no tienes que fingir que es aquello que no es y puedes aprender a aceptar esos estados de nimo. Lo que s es malo, sin embargo, es dejar que ellos dicten tu naturaleza. 78

Cuando uno pierde la compostura, se pierde a s mismo. . . lo mismo en la estera que en la vida diaria.

Controla tu emocin o ella te controlar a ti. ADAGIO CHINO

El hombre que se enoja se derrotar a s mismo en el combale lo mismo que en la vida. MXIMA SAMURAI

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Bruce, entonces, se p a r a cierta distancia de m, al borde del crculo, y empez a hacer fintas y movimientos agresivos. Yo me puse tenso, en espera de su ataque.

COMO RECONOCER UNA AMENAZA REAL

Ests tenso me dijo, pero, por qu? Desde esta distancia no puedo causarte d a o alguno. Redujo entonces la distancia ligeramente hasta que toc la circunferencia de mi crculo con los pies. Nuevamente, me puse rgido y otra vez Bruce me llam la atencin: Todava no me acerco tanto como para poder tocarte. Por q u no te relajas? Sbitamente, Bruce penetr en mi crculo de un salto. Instintivamente me ech atrs. Bien! dijo. Has echado atrs tu crculo, de manera que no soy una amenaza. Ahora bien, supongamos que me quedo en la orilla del crculo, sigo siendo una amenaza para ti? N e g u con la cabeza. No, realmente no contest. Pero supongamos que soy sicamente amenazado dentro del crculo? Cuando tu oponente entre a tu crculo y t no quieras o no puedas retroceder ms, debers combatir. Pero, hasta entonces, debers mantener tu control y tu distancia. Segn fue aumentando mi habilidad en las artes marciales, sucedi lo mismo con mi propia confianza. Ya poda retroceder calmadamente y dejar que un oponente se desgastara con fintas o intentos por intimidarme, porque posea la confianza de que, si era necesario, yo podra dominarlo. Pronto tuve la oportunidad de trasladar esa actitud a mi vida diaria. Un da, durante una junta, me vi enfrentado a una persona agresiva, acostumbrada a ganar en sus argumentaciones al poner a sus subordinados a la defensiva. Yo comprend inmediatamente que, puesto que sus intentos por intimidarme no significaban para m ninguna amenaza real despus de todo, no trabajaba para l, no tena ninguna necesidad 83

Antes de que empezara a estudiar artes marciales, me intimidaban fcilmente con imgenes falsas de fuerza. . . fanfarrones agresivos, personas tercas, fortachones, intelectuales arrogantes, camareros altaneros, vendedores insistentes, desdeosos vendedores de automviles, etctera. En algn enfrentamiento con alguna de esas personas, o me retiraba del campo r p i d a m e n t e , sintindome inadecuado, avergonzado y enojado conmigo mismo, o reaccionaba con enojo, colocndome en un conflicto directo. Mi reaccin en la estera en contra de un oponente amenazante y agresivo generalmente era la misma, lo mismo que los sntomas. Me pona tenso, acalorado, y tenda a reaccionar en exceso. Un da, Bruce Lee me sac a la calzadita que conduca a la cochera de mi casa. Ya ah, me dijo que me mantuviera en pie y estirara hacia adelante una pierna lo ms que pudiera. Luego hizo que girara lentamente con la pierna extendida mientras l, con tiza, trazaba un crculo a mi alrededor, cuyo radio era la longitud de mi pierna extendida.H2

de reaccionar en forma agresiva, adems, tena la confianza de que mi trabajo estaba bien hecho. l trataba de provocarme n i c a m e n t e con palabras, as es que, si poda mantenerlo al borde de mi crculo mental, pronto agotara toda la energa hostil que pudiera reunir sin que hubiera recibido ningn estmulo de mi parte. El que trata de intimidar se crece si recibe alguna respuesta de su supuesta vctima, pero, si no recibe ninguna, pronto se apaga, lo cual sucedi en ese caso. Finalmente, el hombre se encogi de hombros y a b a n d o n el escenario. Aunque no hubo n i n g n conflicto verdadero entre nosotros, l haba perdido la partida. He aqu el consejo del maestro H a n para librarse de personas y de situaciones que tratan de intimidarlo a uno. "Jams tomes una decisin instantnea, aunque sea entre amigos", me dijo una vez. " E l mejor sistema es el de pensarlo dos veces, y la paciencia forma parte de l. Para evitar que lo intimiden a uno, hay que pensarlo ms y reaccionar menos".

Puedo derrotar fsicamente con o sin razn, pero slo puedo derrotar tu mente con alguna razn JIM LAU

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KIME: APRIETE SU MENTE

Joe dijo, ests pensando en bloquear los golpes de Stirling en lugar de interceptar sus puos y acertar algunos t mismo. No s dnde est tu mente, pero no est donde debiera. Lo que te debera importar es aplicarle tal presin a Stirling, que le desbarataras su juego de piernas, su equilibrio y su habilidad para moverse. Y fjate cuan agotado ests y no has conseguido nada. se fue slo el principio de una crtica devastadora que termin con: Cuntas veces les he dicho que concentren toda la energa del cuerpo y de la mente en un blanco o meta especfica cada vez? El secreto del kime (apretar la mente) es el de excluir todos los pensamientos extraos, los pensamientos que no tienen nada qu ver con el logro de la meta inmediata.

Probablemente era un espectculo ridculo: dos bombres maduros, con cascos protectores y guantes de boxeo, aporrendose mutuamente frente a la cocbera de una casa en los suburbios. Sin embargo, Stirling Silliphant y yo estbamos tratando de poner en prctica algunas de las tcnicas de jeet-kune-do que Bruce Lee nos haba enseado. Estaba tan decidido a demostrarle a Bruce cunto haba aprendido, que mi atencin estaba dispersa. H a b a estado tratando de anticipar los movimientos de Stirling en vez de responder a ellos, me preocupaba mi movimiento de pies en lugar de dejar que mi mente me condujera en forma natural a la postura correcta, me preocupaba todo, menos el objetivo inmediato. . . penetrar en su guardia y anotarme algn tanto. Bien, bien! Eso es todo exclam Bruce, quien haba estado actuando como arbitro y entrenador. Se mueven ustedes como elefantes. Patean como caballos de tiro y telegrafan sus golpes como Samuel Morse. Bruce se volvi entonces hacia m.

Ms tarde, B ruce convers a solas conmigo durante unos minutos. Un buen artista marcial pone la mente en una sola cosa cada vez me dijo. Acepta cada cosa segn viene, termina con ella y pasa a la siguiente. Como un maestro del Zen, a l no le preocupa el pasado ni el futuro, sino n i c a m e n t e lo que hace en ese momento. Como su mente est en lo correcto, l est calmado y puede mantener fuerzas en reserva. Despus habr campo para slo un pensamiento, el cual llenar todo su ser como el agua llena una jarra. T desperdiciaste una enorme cantidad de energa porque no ubicabas ni enfocabas tu mente. Recuerda siempre: en la vida, al igual que en la estera, una mente desenfocada o "suelta" desperdicia energa. Y si no puedo vaciar mi mente de otros pensamientos, entonces q u hago? Bruce se echo a rer. Entonces, tu mente no anda bien contest un tanto tortuosamente. 87

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Me ha costado largo tiempo llegar a dominar el kime y todava me falta mucho, pero he descubierto que, cuando mi mente est apretada, mis energas fsicas y mentales se unen y se enfocan. Los das que he podido trabajar con una concentracin total, he realizado ms cosas y he terminado el da menos cansado que aquellos en que fcilmente me distraigo.

Puedes practicar durante un tiempo muy largo, pero si simplemente mueves las manos y los pies y saltas y brincas como un ttere, aprender karate no ser para ti muy diferente de aprender a bailar y jams llegars al corazn del asunto, pues habrs fracasado en captar la quintaesencia del karate-do. GICHIN FUNAKOSHI

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MUSHIN: DEJE QUE SU MENTE FLUYA

Despus de un vigoroso entrenamiento bajo el sol, Bruce Lee y yo estbamos tomando jugo de frutas en el j a r d n . l se vea calmado y a m me pareci un buen momento para hacerle una pregunta que desde haca tiempo tena en mente. Qu sucedera en un combate real le pregunt en el que te vieras obligado a pelear por tu vida? Cmo responderas y qu haras? Bruce se puso serio, dej su vaso en la mesa y ahuec las manos bajo el mentn, seal de que estaba considerando cuidadosamente mi pregunta. Con frecuencia he pensado en eso dijo al fin. Si fuera un combate de verdad, estoy seguro de que lastimara a mi asaltante lo ms posible. . . quiz lo matara. Si sucediera eso y me viera obligado a que un tribunal me enjuiciara, me declarara irresponsable de mis actos. Dira que yo h a b a respondido a un ataque sin estar plenamente consciente. Que "ello" lo h a b a matado, no yo. Q u quieres dr< i i con "rilo"? interroguft.

" E l l o " es cuando actas sin estar plenamente consciente, cuando simplemente actas. Como cuando me arrojas*na pelota y yo, sin pensarlo, levanto las manos y la atrapo. O como cuando un nio o un animal sale corriendo frente a tu automvil y, a u t o m t i c a m e n t e , t aplicas los frenos. Cuando me lanzas un golpe, yo lo intercepto y contesto con otro, pero sin pensarlo. " E l l o " simplemente sucede. N o t que estaba yo intrigado y se ech a rer. Esto es algo ms para ese libro que siempre ests diciendo que vas a escribir agreg. " E l l o " es un estado mental al que los japoneses llaman mushin, lo cual, literalmente, quiere decir "no-mente". Segn los maestros del Zen, el mushin entra en accin cuando el actor se separa de la actuacin y ningn pen91

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que se vea muy gastado. Era un libro cuyo autor haba sido el gran maestro de Zen y famoso espadachn, Takuan, quien fue uno de los primeros en aplicar la psicologa al arte de combatir con la espada. Bruce abri el libro y empez a leer en voz alta: " L a mente siempre debe estar en el estado de 'estar fluyendo' porque, cuando se detiene en cualquier parte, eso significa que el flujo se ha interrumpido, y esta interrupcin es nociva para el bienestar de la mente. En el caso del espadachn, significa la muerte. "Cuando el espadachn se enfrenta a su oponente, no debe pensar en l, ni en s mismo ni en los movimientos de la espada de su enemigo. El simplemente est ah con su espada que, exenta de toda tcnica, est lista solamente para seguir los dictados del inconsciente. El hombre se ha superado a s mismo como esgrimidor de la espada. Cuando golpea, no es el hombre, sino la espada en la mano del inconsciente, la que golpea". Bruce hizo una pausa. Comprendes ahora lo