24 23 de junio de 2011

De la mano de Cynthia Hotton

La hora del tea party vernáculoSon ultraconservadores y se definen, antes que ninguna otra cosa, por su pertenencia religiosa. Con el liderazgo de la diputada que más tenazmente se opuso al matrimonio igualitario, quieren llegar a la Legislatura porteña.

[ El país ]

>> Religiosos. Sus creencias los definen antes que todas las líneas de sus currículum.

U na de las originalidades de este año electoral es la irrupción de un partido abiertamente religioso:

Valores para mi País. Fundado y liderado por la diputada nacional Cynthia Hotton, presentará una lista de candidatos a le-gisladores de la Ciudad de Buenos Aires, único distrito donde logró ser habilitado. También presentará listas de candidatos a comuneros. Su rasgo distintivo es basar su identidad política –y la de sus propuestas– en preceptos bíblicos interpretados desde un enfoque ultraconservador. La resisten-cia contra la despenalización del aborto es, por lejos, su principal bandera. Valores para mi País es, en esencia y dis-curso, un espacio evangelista. Lo creó Cynthia Hotton en 2009, al romper con el bloque del Pro, partido con el que había accedido a su banca. Lo hizo para poder asumir libremente su identidad política religiosa y exponer sus ideas de modo ra-dical en algunos casos, sin ataduras. Inme-diatamente buscó una base de apoyo a su representación unipersonal en el Congreso en grupos de fieles evangelistas pertene-cientes a distintas iglesias: para llevar la religión a la política tuvo que llevar la polí-tica a la religión. Para las próximas elecciones porteñas, VPM se fusionó con una agrupación ul-tramontana católica llamada Corriente Naranja y fundada por “por jóvenes inspi-rados en el clima que se vivió frente al Con-greso Nacional en la Marcha por la Familia del 13 de julio de 2010”. Fue una manifes-tación masiva contra el proyecto de Ley, finalmente promulgado, del matrimonio igualitario. Manifestación organizada, entre otros, por Hotton. Ella misma adqui-rió notoriedad pública gracias al raid que hizo por programas de radio, televisión y medios gráficos, en el que se erigió como la más ferviente opositora a la iniciativa. Al matrimonio igualitario lo denominó siempre “matrimonio homosexual” y sos-tuvo –como sigue sosteniendo– que viola los derechos de los chicos a tener “un papá y una mamá”, haciendo hincapié en el pun-

to de la adopción. También tuvo sus cinco minutos de fama cuando denunció que la habían querido sobornar para que votara a favor de la ley de Presupuesto 2011. En los perfiles públicos con los que Valo-res para mi País presenta a sus candidatos lo primero que aparece es la pertenen-

cia religiosa. Así se lee: Cynthia Hotton, evangélica. Fernando Oltra Santa Cruz, católico. Gisela Romero Sawin, evangélica. Jorge Schiavi, evangélico. Recién después de ese dato definitorio aparece el estado civil (ningún divorciado, claro está) y la experiencia profesional. Hotton va como cabeza de lista y le sigue Gisela Romero Sawin. Detrás de ellas siguen Fernando

Oltra Santa Cruz, un abogado experto en derecho internacional que asegura tener “una activa militancia social en ámbitos católicos”, Jorge Schiavi y Bernardo Barce-na. Barcena, como Sawin, es un entendido en estudios sobre liderazgo y desarrolla ac-ciones comunitarias en San Miguel. Según Sawin, decidieron meterse en política “para que vuelvan los valores que nos enseñaron nuestros padres y abuelos. Los valores de la honestidad y la familia”. Una consigna generalista. Las propuestas son difusas y voluntaristas: “lucha contra las causas que producen la pobreza. Lucha contra la co-rrupción. Transparencia administrativa”, entre otras, sin mayor detalle. Otra de las propuestas es “el respeto al derecho de la propiedad privada” sin explicar cuál es la preocupación en la coyuntura actual sobre el asunto y revelando un posicionamiento ideológico alejado, por ejemplo, de enfo-ques cristianos no tan complacientes con la propiedad privada como el de Santo To-más de Aquino. Esta pulsión liberal no sor-

Para llevar la religión a la política, tuvo que llevar la política a la religión. Para las elecciones se fusionó con una agrupación católica ultramontana.

Escribe Santiago Casanello

2523 de junio de 2011

>> Pastora. Tuvo dos minutos de fama: al rechazar el matrimonio igualitario y al denunciar intentos de soborno, que luego desmintió, para la aprobación del Presupuesto.

prende: Cynthia Hotton dio sus primeros pasos en la política en el Recrear de López Murphy. Igualmente, la energía de Valores para mi País está puesta prioritariamente en com-batir, con argumentos religiosos, puntos centrales de la agenda progresista como la despenalización del consumo de marihua-na y, principalmente, del aborto. Cynthia Hotton se refirió a los que impulsan lo primero como “porreros” y afirmó que “es increíble que se quiera legalizar algo que hace mal”. Pero la lucha contra la legaliza-ción del aborto ocupa prácticamente tres cuartos del discurso de Valores para mi País. “Defender la vida”, como llaman a su postura, es el apostolado que obsesiona a los dirigentes y militantes del partido que se denomina “de los cristianos”. Y Hotton defiende la validez de lo que pien-sa en esta espinosa cuestión recurriendo a pasajes del antiguo testamento. Lo dijo en un acto en el que fue la principal oradora: “Está avanzando el tema del aborto en el

congreso. Pero David le dijo a Dios: “vos me conocías desde que estaba en el vientre de mi madre y me pusiste en nombre”, lo que significa que desde que estaban en la panza de mamá ya eran personas”. En ese mismo acto arengó a sus seguidores a que, de ser necesario, la acompañen “en las ca-

lles” a pelear contra el aborto. Además los instó, cual pastora, a que ni se les ocurra cometer “tal atrocidad”.Paradójicamente, pese a que en Valores de mi País pretenden que la sociedad sea organizada de acuerdo a normas religio-sas –algo que atenta contra los principios laicos y republicanos del país– no es una oscurantista sin formación académica ni

mundo. Por el contrario, Hotton es un cua-dro destacado: economista y diplomática de carrera, habla cinco idiomas –francés, inglés, italiano, portugués, alemán– vivió en varios países (como hija de un diplomá-tico) y ganó desde olimpíadas de matemá-tica hasta premios de literatura. Está casa-da con el empresario Julio Ducdoc, dueño de la cadena de Hoteles Rochester, que –en un elogio de la incoherencia– promociona-ba paquetes turísticos para gays. La variable religiosa y fundamentalista de la política que en Argentina busca encar-nar VPM parece mirarse en el espejo de lo que sucede en Estados Unidos en el Tea Party: un poderoso movimiento pertene-ciente al partido republicano que pregona ideas agudamente conservadoras en lo social, liberales en lo económico y con un fuerte contenido bíblico en su prédica. En las urnas porteñas se expresará el experi-mento local.

Hotton está casada con el empresario hotelero Julio Ducdoc que, en un elogio de la incoherencia, vendía paquetes turísticos para gays.

scasanello@elguardian.com.ar