Mi único propósito en este momentoEs descubrir cual es mi verdadera realidad

Siempre me había gustado pasear por la ciudad sin tener que preocuparme de nada mas que mis pasos y mis pensamientos, caminar sin necesidad de donde ir, generalmente el mejor momento para hacerlo era de noche, lo cual era una ironía, ya que yo era una criatura de la noche.

Pero en estos momentos caminaba sin ningún lugar a donde ir y no sentía calma alguna. Aun tenia presente las ultimas veinticuatro horas.

Había llegado a casa un poco mas tarde de lo normal, por que me había quedado haciendo doble turno en el trabajo, cuando me acerque a la puerta tuve un mal presentimiento, estaba abierta y las luces estaban apagadas, no es que las necesitáramos ya que podíamos ver perfectamente en la oscuridad, pero debíamos aparentar con los vecinos, visualice por el reojo y efectivamente todos los autos estaban estacionados, por lo que no habían salido.

Termine de abrir la puerta para inspeccionar dentro, cuando escuche un quejido proveniente de la cocina, corrí rápidamente hasta llegar allí, y lo que vi me hiso detenerme inmediatamente, las paredes estaban manchadas de sangre.

−no podía ser de mi familia nosotros no sangramos− intente tranquilizarme, sin éxito.

Me fije en más detalles, todo estaba descolocado y lo que parecía ser la cena estaba tirado en el suelo, arriba de la encimera

estaba lleno de algo negro y viscoso, y la ventana que daba desde la cocina estaba rota.

Volví a escuchar el quejido, era la señora Shont, nuestra vecina, supuse que de hay venia la sangre, intente acercarme para ayudarla sea lo que sea que allá echo este desastre, podía volver y no creo que esta vez la dejara con vida.

Pero no pude moverme, algo me había aprisionado por la espalda, intente forcejear pero era demasiado fuerte y no me moví ni un milímetro, rápidamente pensé en algún hechizo que me ayudara, de nada servía tener sangre de brujo, si no podía ayudarte de salir de situaciones como estas, pero antes de que pudiera siquiera pensarlo, aquella cosa se había evaporado.

Gire rápidamente como una reacción instintiva y me di cuenta de que era lo que lo había evaporado, mi mamá estaba a unos cuantos metros de mi, su rostro era apenas distinguible y estaba marcado del cansancio, pero no era eso lo que me asombro, su rostro parecía estar difuminándose, como si lo borraran poco a poco. Además estaba tan blanca que podría haber pasado por un muerto si no me hubiera hablado con voz ronca

−Vete Katsy, si ellos te encuentran no podrás hacer nadaY luego ya no estaba, en cambio había un montón de finos

grumos color ocre donde antes estaba su cuerpo. No me había fijado pero toda la casa estaba llena de ese material, y si estaba en lo correcto, era el resto de mi familia.

No tenia tiempo para hacerme preguntas o mucho menos analizar la situación, salí corriendo lo más rápido que pude de lo que una vez fue mi hogar, y saque las llaves de mi pantalón, arrancando en uno de los autos hacia ningún lugar. No sabía hacia donde debía ir, por lo que estuve manejando un rato completamente inquieta sin rumbo fijo, hasta que al fin decidí

quedarme en una vieja casa que había comprado la familia hace algunos años, con un solo pensamiento en mente, necesitaba respuestas.

CAPITULO UNO

Para muchas personas los sueños son una ventana al subconsciente, en los Sixhu es una ventana a las verdades, o al menos en parte, cuando nosotros soñamos, podemos descifrar diferentes cosas que despiertos no podemos descifrar por si solos, se dice que algunos de nosotros incluso hablan con ángeles y que ellos le guían, a mi particularmente jamás me había pasado, hasta hoy

Me levante muy temprano antes de que el sol saliera y antes de que me pudiera arrepentir busque el teléfono que aun llevaba en el bolsillo delantero de mi pantalón y marque el número de teléfono que ahora me sabía con exactitud.

− ¿Si? −Me respondió una voz femenina y delicada al otro lado de la línea.

− ¿Heries? −Pregunte dudosa.−lo siento esta equivocada −respondió aquella voz− debo colgar.− ¡Espera! te interesa −dije apresuradamente, probablemente si

colgaba no tendría otra oportunidad.−No creo que tengas algo que me interese −dijo la chica ya algo

enojada.−El Asain −dije aquella palabra con duda, ni siquiera yo sabia que

significaba, aunque se me hacia muy conocida, pero esa chica

parecía conocerla muy bien ya que se produjo un silencio en la otra línea.

− ¿Sabes donde queda el parque del amanecer del sur?−si.−nos vemos en dos horas.−Debes traer contigo a Issani −hubo de nuevo silencio.−bien...Eso había sido ya hace dos horas, ahora me encontraba en el

parque mientras esperaba que aparecieran, aunque no tenia ni idea de como eran, pero dudaba que fuera muy difícil distinguirlas, en el parque habían solo unas cuantas personas, la mayoría niños y una que otra pareja ya mayores y por la voz que había oído en el teléfono, Heries debía tener máximo diecinueve.

− ¡Hey! ¿Tu eres quien me ha llamando? −dijo una chica, de por lo menos uno setenta y siete, tenia el cabello castaño muy claro casi rubio y con reflejos rojizos y ojos verdes oscuros, que estaba acompañada por otra un poco mas baja, pálida y de cabello pelirrojo y tenia ojos grises, ambas parecían salidas de un comercial de televisión.

−Si −dije algo nerviosa, no había pensado que haría cuando las encontrara− tú debes ser Heries.

−Nadie nos llama así −dijo la rubia mientras me taladraba con la mirada− mi nombre es Vanessa y el de ella −señalo a la pelirroja− es Ildemar ¿que es lo que quieres?

−Creo que seria mejor hablar en privado −dije señalando a las personas que nos habían estado mirando desde el banco continuo. Se me quedo mirando y asintió.

Vanessa me llevo hasta a una casa cerca de las afuera de la ciudad, era color azul claro de dos plantas y con dos balcones, supuse que vivía con Ildemar.

Al entrar quede impresionada, era inmensa, suficientemente grande como para que vivieran dos familias completas, estaba decorada con muy buen gusto y parecía una de esas casas que encuentras en revistas de diseñadores y sumándole a eso que Vanessa e Ildemar parecían súper modelos, yo parecía completamente desigual en esa imagen.

No era fea, en absoluto tenia buen cuerpo gracias a las horas en el gimnasio y mi cabello era largo y sedoso de un color castaño tan oscuro que parecía negro, mis ojos eran bonitos, claro si te gustaban los ojos color marrón, no era fea, en absoluto, tan solo era simple.

Mire de reojo a aquellas chicas solo para fijarme una vez más que Ildemar, quien no había pronunciado una sola palabra en todo el camino me taladraba con la mirada y Vanessa me veía como si sopesara la idea de estrangularme.

− ¿Cual es tu nombre?−Katsy.− ¿Que es lo que quieres? −Hablo por primera vez la pelirroja.−no lo se −respondí sinceramente, no sabia que debía hacer, tan

solo había soñado con ellas, y que debía buscarla, no tenia idea de lo que debía hacer cuando las encontrara.

− ¿Esperas que nos creamos eso? −La pelirroja me aterraba, y ahora se acercaba peligrosamente hacia mí− ¿como sabes nuestros nombres? ¿Y sobre Asain?

−lo he soñado.− ¡Por supuesto!.. Dinos ¿Qué rayos eres? o mejor ¿Qué es lo

que quieres? –Estaba a punto de contestar cuando una bruma fría me envolvió completamente, no podía sentir nada debajo, casi como si volara, entonces apareció él.

Sus cabellos color castaño muy claro casi como dorado, y sus ojos de un verdes tan profundos que podían pasar por negros, al menos que se les viera embobada tal y como lo estaba haciendo yo en ese momento, me tenían completamente cautivada, eso hasta que hablo.

−Debemos irnos −dijo apresuradamente. El tono de su voz hiso que todas estuviéramos en alerta, dejando cualquier pregunta para después.

Y nos empezaron a atacar.Todo sucedió muy rápido. Las paredes color blanco de aquella

casa se habían vuelto negras de un momento para otro y como si de algún tipo de portal se tratara aparecieron ellos.

Jesse se había puesto delante de mí, en posición de ataque, dándome la espalda y enfrentando a esas criaturas que habían aparecido de la nada.

Vanessa e Ildemar, estaban a unos pocos metros de mi, sus ojos se habían vuelto a un color purpura resplandeciente que resaltaba notablemente con sus ahora pieles pálidas. Para después de un momento participar en aquella lucha. Vi de reojo que Jesse estaba luchando con dos de aquellas criaturas.

Una de aquellas cosas se acerco a mi, era efectivamente un Heisf, recordaba su aspectos por las historias que me contaba mi abuela, además, era imposible confundirlas con cualquier otra cosa, Median alrededor de dos metros, robustos y con piernas humanas terminadas en grandes garras encorvadas, la parte superior cubierta de plumas negras con brazos inhumanamente largos, con una cubierta de alas que eran notablemente mas gruesas y resistentes que las demás produciendo un armazón en ellos, terminados en largos dedos negros con grandes garras de igual color, Sus rostros estaban llenos de plumas con algo entre un

pico y un labio inferior, sus ojos eran completamente negros y abarcaban casi todo sus rostros, pareciendo ser dos grandes hoyos.

Le apunte con mi palma y produje un rayo de luz que lo atravesara. Por lo que sabia esa era la principal forma de deshacerse de ellos. Pero antes de que el rayo lo atravesara se desintegro en el aire, quedando como un polvo fino, para luego aparecer cuando el rayo dejo de proyectarse, y seguir acercándose hacia a mi.

−Debes tocarlos para que les sea imposible desintegrarse –Grito Ildemar a unos metros de mi al ver mi intento fallido.

Pero no contaban con que yo no era una luchadora, y no era lo suficientemente grande o fuerte como para siquiera acercarme a esas criaturas sin salir gravemente lastimada en el mejor de los casos.

En mi desesperación decidí una forma de ataque diferente y apunte a aquellos en los que Ildemar, Vanessa o Jesse tocaban. Pero cada vez que eliminábamos a un grupo aparecían mas, y nosotros ya estábamos cansados.

−Son demasiados. No resistiré mas –anuncio Vanessa haciendo eco de mis pensamientos.

−Acérquense –llamo Jesse.Poco a poco nos fuimos acercando, ya que era un poco difícil

avanzar mientras vigilábamos que no nos hirieran.− ¿Qué aremos? –pregunte nerviosa. los Heisf se agrupaban

creando una barrera alrededor de nosotros y de esa forma se veían incluso mas aterradores

−Cierren los ojos –demando Jesse− ¿Nos crees suicidas? –Le grito Vanessa. Yo no podía formular

palabras los Heisf se estaban acercando demasiado.

−Háganlo –Ordeno Jesse, tan serio que a regañadientes lo hicimos.

Inmediatamente sentí un retortijón, y mí ya acelerada respiración, se acelero aun más, y finalmente después de un tiempo que no podría definir. Tranquilidad.

Abrí los ojos y me di cuenta de que estaba en una habitación muy espaciosa, Ildemar y Vanessa estaba a mi lado, pero no lo encontraba a él.

Él, era Jesse, se había aparecido en mis sueños la noche anterior, me había explicado que el debía protegerme y fue el quien me dijo que debía buscarlas a ella, y aunque no me allá dado ninguna razón presentía que debía confiar en el. Si yo fuera otro tipo de chica, una norma, de esas que no cree en hadas, dragones y hechiceros, Probablemente hubiera pensado que era un sueño común y corriente, pero siendo yo misma una “Bruja” como nos llamaban los humanos, sabia muy bien que debíamos confiar en nuestros instintos.

− ¿Qué sucede? –le pregunte a Ildemar que no dejaba de verme como si fuera la octava maravilla del mundo

−Vanessa ven un momento –dijo completamente emocionada de un momento a otro.

Esa chica podía ser bipolar. −Ella lo tiene –le susurro− ¿Qué tengo? –Pregunte cuando Ildemar no dejaba de

acercarse a mi y verme fijamente.Vanessa salió corriendo a una velocidad indescriptible, y de

regreso trajo un espejo, que no se de donde abra sacado.−Eso tienes.−No veo el eso.−En tus ojos, fíjate en tus ojos –replico frustrada.

Me fije en mis ojos, no lograba distinguir nada, eran marrones oscuros, en realidad muy oscuros, prácticamente no se podía distinguir el iris de la pupila. Como siempre habían sido.

−No veo nada –acepte−concéntrate.Volví a fijar mi mirada en el espejo sin tener idea de que debía

buscar en el. Mis ojos eran iguales a los de cualquier otra persona. Pero entonces lo vi. Era indudablemente pequeño en la parte superior de mi ojo derecho era como si un pedacito de cuarzo morado adornara mi ojo, un pequeño punto morado de amatista. Pero aun así no veía el por que Ildemar estaba tan emocionada.

−la Asain –dijo emocionada−¿Qué es la Asain?−La salvadora, tu te encargaras de destruir al imperio que nos

quiere llevar a la oscuridad antes de que solo haya sufrimiento –eso era una locura, yo no podía ser la salvadora de nadie y mucho menos impedir la oscuridad, yo pertenecía a la noche.

−Aunque fuera tu Asain, soy una criatura de la noche, como vencería a tu oscuridad, además, ¿no se supone que debería haber algo de destrucción primero? –ellas se miraron.

−la oscuridad esta controlada por un sirviente de la luz, y ya hay mucha destrucción.

−Yo no he visto ninguna destrucción.−¿Dónde has estado todos estos meses? –No entendía la

pregunta, no recordaba que hubiera sucedido nada –cada día hay luchas entre esos pájaros gigantes y nuestras especies, han muerto ya decenas de nosotros, si contar de otras criaturas. La mayoría hemos tenido que huir.

Era imposible. No podían haber sucedido tantas cosas sin que yo no me hubiera enterado, aunque yo y el resto de mi familia

hubiéramos intentado vivir como personas normales, sabia que todos estaban al tanto de las situaciones que se presentaran en nuestro mundo.

Ninguno había siquiera dado muestra de que algo malo pasara. Aunque recordaba que si nos habíamos mudado últimamente, pero si ellos sabían, ¿por que no me dijeron?

−Aun no era el momento –esa voz. Era imposible−Mamá… –susurre

CAPITULO DOS

Ya habían pasado dos semanas desde aquellos sucesos, y muchas cosas habían cambiado drásticamente.

La versión corta era que el mundo mágico estaba bajo el dominio de lo que denominábamos el imperio oscuro, un imperio que había muerto hace muchos siglos, pero un guerrero de la luz que deseando poder traiciono a nuestra Diosa Ells, y los trajo a la vida, lastima que no contara con que el imperio ya tenia a su líder.

Hay entraba yo la “Asain” la salvadora, o al menos eso había pronosticado un profeta del Original −el mundo de donde nace cada ser mágico− hace diecinueve años.

“Una hija de nereux nacida en el Original en este amanecer, será la salvadora de nuestro mundo, cuando otro reino intente conquistar. Será poderosa, y su poder se podrá apreciar por que en su cumpleaños diecinueve en sus ojos se reflectara.”

Pero lo único que yo quería hacer era olvidarme de todo esto o desaparecer, y hacer como si esto no estuviera pasando. Hasta había intentado hacerles comprender que era imposible que yo fuera la Asain y que tal ves se habían equivocado, pero mis intentos fueron en vano cuando, no pude negarlo mas, mis ojos se

habían vuelto de un intenso color morado, y había recién descubierto algunos poderes nuevos. Y para completar mi madre, no era mi madre, si no mi guardiana

− ¡¿Por que ahora?!−Hicimos una promesa cuando nos encargaron protegerte.−¿Por qué tendrías que prometer algo? Eres mi madre, ¡Me

protegerías! −Soy tú guardiana−Eres mi madre...−Tu guardiana.

Lo único que realmente era verdad en mi vida era que era una Sixhu, eso no había cambiado, solo que no era como los demás si no una mas poderosa, por haber nacido en el Original, cuando todos los demás nacen en el mundo humano. Mi familia si había muerto en un ataque de Heisf, solo que hace diecinueve años y estaba realmente confundida.

La versión aun más corta. Literalmente, tuve que agarrar cada verdad que conocía de mi vida y echarlas a un pozo de mentiras.

Me desperté con el primer rayo de sol de la mañana, aunque no había podido dormido nada la noche anterior. Mire a mí alrededor todo en mi vida estaba cambiando drásticamente, incluso yo, y no era que quisiera aceptar alegremente…

Tocaron a la puerta, era Ildemar, debía apresurarme.Si queríamos cumplir la profecía, no lo podíamos hacer desde el

mundo humano, debíamos ir al Original. Pero todas las entradas estaban selladas no había forma de entrar o salir por alguna de ellas, por eso era necesario abrir un portal, pero para hacerlo era

necesaria mucha energía, y si estábamos en lo correcto, nuestro portal alertaría a el otro lado, y una vez allá no habría nada que hacer, serian mucho de ellos. Demasiado peligroso.

Por suerte mi madre mi guardiana había encontrado la forma de hacer un portal sin advertirlos, pero necesitaríamos mucha ayuda, mas de la que teníamos.

La buena noticia era que Vanessa, había podido localizar a un grupo de mágicos que nos podrían ayudar. La mala es que primero necesitaríamos ir y encontrarlos.

– ¿Dónde los localizaste? –Pregunto Jesse en un extremo de la mesa, cuando por fin me uní al grupo.

–Ese es el problema se que están cerca de nosotros pero no logro localizar donde –respondió Vanessa abatida.

Vanessa tenía poderes. Podía localizar a cualquier ser mágico que exista, siempre que ella se concentrara, además podía ver signos de su futuro.

– ¿En el bosque? –interrogo Jesse. Vanessa asintió– bien entonces los buscaremos, estén preparadas, después de que anochezca iremos en su búsqueda.

– ¿estas bien? –me pregunto Vanessa en algún momento. No me había dado cuenta de que todos ya se habían ido y yo aun seguía hay.

–Claro –respondí.–sabes no necesito sentirte, para saber que te sientes como la

mierda –respondió vorazmente– ahora dime que te pasa –ordeno.Vanessa e Ildemar eran mi guardianas de sangre, de hay la razón

de que cuando las conocí, hubieran podido identificarme inmediatamente como la Asain. Ellas habían venido del Original por órdenes de Ells para buscarme, el mismo día en que yo las había llamado.

Las guardianas de sangre al contrario de las guardianas normales, solo existen muy pocas por cada siglo, los guardianes de sangre y su protegido nacen al mismo tiempo y desde ese momento se crea un vinculo, nadie sabe cual es la verdadera razón de que esto sea así.

El vínculo conlleva muchas cosas, entre algunas de ellas el hecho de que puedan sentir las emociones del otro, pero también un gran sacrificio si una de nosotras muere el resto también lo hará.

–Estoy bien –dije tratando de que mi voz sonara sincera, aunque estaba todo menos que bien, gracias a Dios Vanessa no insistió.

–Mañana saldremos –me anuncio– ¿saldremos?–Claro, llevamos aquí demasiado tiempo, deberíamos salir –es

cierto, desde que Jesse nos trajo aquí hace dos semanas después del ataque con los Heisf, no nos habíamos movido demasiado. La mayoría del tiempo solo salíamos por si necesitábamos algo y aun así debíamos ir acompañadas, para prevenir de algún ataque.

Aunque no era que no nos mantendríamos ocupadas la casa tenia de todo, y no había cosa que faltara.

– ¿Jesse esta de acuerdo? –eso era poco probable–Tal vez sea mejor que no le digas nada… entonces ¿Aceptas? –

¿de verdad creía que me iría con ella? entonces estaba en lo correcto, nada seria mejor que salir de aquí aunque sea por una noche.

–Por supuesto–Bien, mañana después de que anochezca, iremos a un antro o

algo – se dio la vuelta para salir– ¡Espera!– ¿que?–mis ojos, no creo que pasen por desapercibido

–yo creo que si lo harán –enarque una ceja, pero ella solo sonrió y siguió su camino.

CAPITULO TRES

Salimos en cuanto anocheció, como lo habíamos previsto. El bosque estaba helado, más de lo normal, y yo tiritaba de frio o tal ves eran los nervios de la expectativa, sobre lo que vendría después, además en todo el ambiente se olía la humedad de los arboles. Una suave llovizna había caído recientemente

Jesse iba delante guiándonos junto con Vanessa, quien le iba señalando donde sentía la presencia de seres mágicos, Ildemar iba a mi lado, llevaba puesto los audífonos de su Ipod. Agudice el oído estaba escuchando Hells bells de AB/CD. Le di una mirada interrogante en el tiempo que la había conocido −que no era mucho− nunca la había oído escuchar algo parecido. Pero ella solo me dio una sonrisa burlona y cerro los ojos dejándose llevar por los sonidos.

Volví la mirada al frente esta noche no había luna y el bosque estaba muy oscuro, muchos podrían pensar que tenebroso, pero no yo, siempre me había gustado como se veía, era fascinante, y aunque podía ver perfectamente en la oscuridad si quería, me gustaba ver las sombras que se formaban por los objetos y difuminarse en la oscuridad.

En los mitos, a nosotros los Sixhu nos denominaban brujos o hechiceros, e incluso de muchas otras formas según las creencias

de la gente, pero había algo en común, en todas esas versiones podíamos hacer magia, no importa si era una versión agradable de nosotros o alguna de esas versiones en que nos pintan como personas demoniacas, siempre estaba ese punto en común. La magia.

Pero al contrario de lo que ellos creían nosotros no andábamos haciendo pociones o llevando varitas, la magia, nuestro poder venia de nosotros mismos, desde nuestro nacimiento, y con el pasar del tiempo podíamos modificarlos a nuestro gusto, de esa forma destacándonos en lo que mas nos atrajera.

Otra cosa que nos diferenciaba con el resto era la forma en que crecíamos, desde nuestro nacimiento hasta los quince nuestro crecimiento era igual a los humanos pero luego entre los diecinueve y los treinta años humanos se detenía lentamente hasta que simplemente se paraba y no crecíamos más.

Pero lo peor en cuanto a sus supersticiones era el simple echo de que podrían matarnos en algo tan banal como lo era quemarnos en una hoguera, la razón era muy simple, nosotros no moríamos por métodos humanos no importa cuales fueran, solo podríamos hacerlos por decisión propia o por una criatura mágica, lo suficientemente fuerte como para hacerlo.

−¿Cuándo regresaremos?, sin ofender pero llevamos mas de tres horas dando vuelta y lo único con lo que nos hemos topado ha sido con por lo menos seis cientos clases de insectos…. –Dijo Ildemar mientras se sacudía unas cuantas ramitas de su blusa y se sacaba una que otras del cabello− Oh.. Espera ¿era eso no?, llegaremos hasta el Original sin ser detectados por que entraremos con un ejercito de insectos

-¡Basta! Por si no te has dado cuenta es de suma importancia que nosotros busqu….

Una de las muchas cosas de las que me había dado cuenta al convivir con los chicos era que a Ildemar le encantaba sacar de quicio a Jesse, y eso no se le hacia muy difícil ya que con su carácter sarcástico y socarrón se lo permitía. A Jesse le gustaba el orden, la disciplina y que todo funcionara bajo reglas, pero no por eso era alguien manejable, al contrario, su carácter podía rivalizar con el de Ildemar, en cuanto a Vanessa si bien era un poco mas calmada que ellos dos era un poco explosiva con su temperamento.

Seguimos con la búsqueda después de que Jesse le explicara a Ildemar de una manera nada convencional que debía venir o si no que se enfrentara a las consecuencias.

Me tropecé por tercera vez. Las raíces de los arboles parecían interponerse en mi camino. Entonces oí un grito desgarrador romper el silencio de la noche, salí corriendo sin siquiera pensarlo mucho, no debía dejar que me atraparan, era la primera regla que había aprendido, y sin embargo tenia un mal presentimiento. Pensé en volver con ellos, era mejor que me atraparan en un grupo con el que podría defenderme, que sola y sin ninguna idea de hacia donde ir, ellos podrían estar en cualquier lado.

Pero antes siquiera poder decidirme, escuche un sonido muy bajo, tuve que agudizar mi oído al máximo para poder oírlo, era una respiración ligera y rápida como el batir de alas de un colibrí, el pánico me entro e intente correr pero no podía moverme, trate de gritar pero una presión me ahogaba y no me permitía emitir palabras, mi vista empezó a nublarse y caí en la oscuridad.

CAPITULO CUATRO

Desperté confundida, no recordaba como había llegado aquí, mucho menos sabía en donde estaba, no podía moverme. Yo no existía, tan solo mi mente era libre de viajar, a mi alrededor se agolpaban emociones, sentimientos y recuerdos, a veces una que otra imágenes en las cuales no veía sentido.

Seguía sintiendo una presión, como si estuviera encadenada a algún lugar, aunque en este momento yo no era más que una simple observadora.

No se cuanto tiempo ha pasado desde que desperté o siquiera si ha pasado algún momento, el tiempo había tomado un sentido diferente a lo acostumbrado. Y las voces, muchas voces susurrantes no me dejaban pensar.

− ¿Dónde esta Vanessa? –llamo Ildemar−No la encuentro –advirtió Jesse quien había buscado visualizado

rápidamente el perímetro− Ildemar ¿Y katsy?−No se por que te preocupas tanto por ella… seguro ha de estar

muriéndose de miedo en algún rincón−No la he visto en ningún lado, esto no anda bien, separémonos y

busquemos...si ves algo avísame inmediatamente

−Yo no pienso buscar nada –respondió Ildemar al tiempo que se sentaba en un tronco caído y sacaba su Ipod

−Ildemar debemos buscarlas− ¡No! Estoy harta de ella, toda mi vida ha sido en torno a ella,

¡aun cuando ni siquiera la conocía! Y tu siempre estas pendiente de ella

−Ella nos salvara –intento negociar Jesse

Mi mente intento procesar la imagen pero se me era imposible analizar sus palabras… Parecía tan real y a la vez tan falso que no sabia que creer.

−Amor –susurro la pelirroja, mientras avanzaba lentamente hacia el chico de rostro angelical− ¿Cuánto falta?

−poco –dijo el chico antes de besarla apasionadamente

No reconocía los rostros eran borrosos y se mesclaban en mi cabeza. ¡Ildemar y Jesse!, eran ellos…

Una mujer de aspecto alegre con el cabello oscuro y largo caminaba lentamente y con la mirada perdida, junto a un hombre alto de ojos negros como un pozo sin fondo, Iban de la mano. Ahora la mujer parecía asustada el hombre ya no estaba, ella corría.

¿Qué era eso? ¿Quien era esa mujer? ¿Qué me ocurría?

Esta vez me encontré en una sala pequeña, Jesse estaba sentado en un sillón, Vanessa entraba por la puerta muy sonriente

−¿Listo? –Pregunto

−por supuesto, ella morirá− ¿Cómo lo has echo?−se ha alejado como predije, fue fácil de confundir

¿De que hablaban? Parecía que fuera de mi, ¿Acaso era de mi?, debería creer en esas imágenes...

− ¡Vaya! Parece que nuestra invitada esta confusa¿Quién era? Intente girarme para encarar a la persona a la que

perteneciera tal voz, pero recordé que no podía−Igual no importaría ¿no crees? Dime que te ha parecido.. El

espectáculo, ¿Te agrada?Eso no era cierto, nada de eso era cierto− ¿Estas segura? Nosotros no mentimos¿Qué eres? Eso que me has enseñado no ha sido cierto, nada de

eso ha ocurrido−soy la nada… el todo, soy lo que soy –la voz tomo forma, era

una mujer mucho mas alta que yo, tenia el cabello de color dorado y los ojos verdes como el bosque, sin duda era infinitamente hermosa, quería tanto acercarme, era como si ella me atrajera de igual forma en que lo hace una víbora a su presa.

−Nosotros no mentimos, eso puede ser tan cierto como falso, incluso ambos, queda de tu parte diferenciarlo. –se acerco a mi o lo que sea que en este momento fuera, y como si me hubieran quitado un gran peso de encima, pude sentir, podía moverme y podía hablar…en mi estado de euforia no me di cuenta de que ella se había acercado, hasta que poso una mano en mi hombro. Yo salte inmediatamente hacia atrás

−No te preocupes no te hare daño, si te he mostrado estas imágenes es precisamente por que era necesario –hablo con voz baja y delicada.

−¿Que son…?−lo son todo, la mentira, la verdad, el futuro, el pasado, el

presente, lo que nunca existió− ¡Basta! ¡Deja de jugar conmigo!−Imposible… −Sonrió− Ten cuidado Katsyrina Oreus, el destino no

esta escrito, pero hay cosas que nunca cambian− ¿Qué cosas?−ya te lo eh dicho, queda de tu parte… recuerda, estaré cerca,

pero antes piensa en una cosa. ¿En quien debes confiar?