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EL SUJETO DE IMO la memoria de José Dova Luis Alvarez e onocía a José Antonio Doval dende hai ventisiete años. Pasamos xuntos de ne- ños a mozos y de mozos a persones, que-y dicen, mayores. Asistimos a les mesmes aules, deprendimos les mesmes doctri- nes, vimos, sentimos y lleímos al empar lo que i mundu y alma d'una xeneración. La que da- veres espardió aquí !'espíritu de 1968. D'ente los mios amigos tenía Doval el más claru y argutu xuiciu sobre'l pensamientu y la teoría en cuantu estilu. Yera quien comu nen- gún a pescanciar les dimensiones vitales del tra- llu editorial y cultural: yá era la poesía últi- ma, l'ensayu de moda, el momento políticu, les ocurrencies de la cellebridá de turnu o les más solliviegues movides de la Universidá. L'enclín filosóficu de Doval y esa aposentada distancia crítica que lu caracterizaben proporcio- nábamos amín y a la mio muyer, Amelía Val- cárcel, granibles y prestases conversaciones. De- prendíase lando con él y él cíamos dacuandu l'honor d'ocupase de los nuestros trabayos. Pero sobre too, José tenía -y tien n'alcordan- za- una virtú cimera, de tantes como se-y desta- quen nesti homenax: un ndu y clásicu sentíu del humor. Considérome privilexáu por tener- me reía con José de munches coses. Reconozco que deprendí a reíme con José Doval de mise- ries qu'a los dos mos rtucaben, cuandu yéra- mos más xóvenes y el cinismu delmundu una ñube malpenes escontra la promesse de bonheur. Después de los textos que dieron lugar al pen- siero «debo/e» comienzan a traducirse los estu- dios de ndo que G. Vattimo dedicó, alrededor del año setenta, a las filosoas de Nietzsche y de Heidegger. Huelga decir que sin ellos no se comprende el alcance que poseen en el filóso italiano las no- ciones de fin de la modernidad» (poco que ver con el articulito de Fukuyama), piedad ética, ul- tra-hombre en cuanto seto escindido, o, en ge- neral, la propuesta de una filosoa «declinante». «El Seto y la Máscara» (1974) es una obra de gran aliento y erudición acerca de Nietzsche que representa el relevo de las interpretaciones a la ancesa, menos ceñidas a la precisión textual. El libro es imprescindible para reconocer có- mo y por qué se ha producido la sustitución del marxismo y demás ideologías de la liberación 150 por otros puntos de vista, más cercanos a la her- menéutica, en el liderazgo de la teoría contem- poránea. Tomando como hilo conductor la po- pular crítica nietzscheana a la unidad del yo, el cual vendría a ser producto ilegítimo de una cierta hipóstasis del saber y los valores moder- nos, el libro avanza hacia los últimos textos de Nietzsche sobre la voluntad de poder. Vattimo adelanta una lectura que uctificará más tarde

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Page 1: EL SUJETO DE VATTIMO · 2019-07-16 · EL SUJETO DE VATTIMO (A la memoria de José Doval) Luis e Alvarez onocía a José Antonio Doval dende hai ventisiete años. Pasamos xuntos de

EL SUJETO DE

VATTIMO

(A la memoria de José Doval)

Luis Alvarez

e onocía a José Antonio Doval dende hai ventisiete años. Pasamos xuntos de ne­ños a mozos y de mozos a persones, que-y dicen, mayores. Asistimos a les

mesmes aules, deprendimos les mesmes doctri­nes, vimos, sentimos y lleímos al empar lo que fai mundu y alma d'una xeneración. La que da­veres espardió aquí !'espíritu de 1968.

D'ente los mios amigos tenía Doval el más claru y argutu xuiciu sobre'l pensamientu y la teoría en cuantu estilu. Yera quien comu nen­gún a pescanciar les dimensiones vitales del tra­fullu editorial y cultural: yá fuera la poesía últi­ma, l'ensayu de moda, el momento políticu, les ocurrencies de la cellebridá de turnu o les más solliviegues movides de la Universidá.

L'enclín filosóficu de Doval y esa aposentada distancia crítica que lu caracterizaben proporcio­nábamos amín y a la mio muyer, Amelía Val­cárcel, granibles y prestases conversaciones. De­prendíase falando con él y él facíamos dacuandu l'honor d'ocupase de los nuestros trabayos.

Pero sobre too, José tenía -y tien n'alcordan­za- una virtú cimera, de tantes como se-y desta­quen nesti homenax: un fondu y clásicu sentíu del humor. Considérome privilexáu por tener­me reía con José de munches coses. Reconozco que deprendí a reíme con José Doval de mise­ries qu'a los dos mos fartucaben, cuandu yéra­mos más xóvenes y el cinismu del mundu una ñube malpenes escontra la promesse de bonheur.

Después de los textos que dieron lugar al pen­siero «debo/e» comienzan a traducirse los estu­dios de fondo que G. Vattimo dedicó, alrededor del año setenta, a las filosofías de Nietzsche y de Heidegger.

Huelga decir que sin ellos no se comprende el alcance que poseen en el filósofo italiano las no­ciones de fin de la modernidad» (poco que ver con el articulito de Fukuyama), piedad ética, ul­tra-hombre en cuanto sujeto escindido, o, en ge­neral, la propuesta de una filosofía «declinante».

«El Sujeto y la Máscara» (1974) es una obra de gran aliento y erudición acerca de Nietzsche que representa el relevo de las interpretaciones a la francesa, menos ceñidas a la precisión textual.

El libro es imprescindible para reconocer có­mo y por qué se ha producido la sustitución del marxismo y demás ideologías de la liberación

150

por otros puntos de vista, más cercanos a la her­menéutica, en el liderazgo de la teoría contem­poránea. Tomando como hilo conductor la po­pular crítica nietzscheana a la unidad del yo, el cual vendría a ser producto ilegítimo de una cierta hipóstasis del saber y los valores moder­nos, el libro avanza hacia los últimos textos de Nietzsche sobre la voluntad de poder. Vattimo adelanta una lectura que fructificará más tarde

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en otros trabajos suyos. Según esa lectura la vo­luntad de potencia supone la renuncia al poder mismo como resumen de los valores estableci­dos y la dirección de la potencia en el sentido -artístico y simbólico en el fondo- de una vo­luntad «buena». Es decir, la voluntad de un su­jeto que, aunque múltiple y precisamente poreso, reconstruye la buena voluntad a través deuna moral afirmativa y creativa.

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Hay que tener en cuenta, no obstante, lo que el propio Vattimo no ha dejado de comentar en su momento. Que «El Sujeto y la Máscara» de­pende todavía demasiado de una hipótesis luego abandonada según la cual la filosofía de Nietzs­che habría llevado a su límite las virtualidades de la dialéctica y de la liberación.

Esos temas tan importantes en las luchas so­ciales de los años sesenta y setenta son vistos con otro sesgo y desde otro ángulo en los en­sayos incluidos en «Más allá del sujeto» (1981), libro breve e intenso que supone tal vez la me­jor guía para el Vattimo filósofo más allá de sus notorias intervenciones en el campo de la crítica cultural.

El abandono de las ideas de superación histó­rica de tipo hegeliano y de liberación como un horizonte (utópico) de futuro se combina en es­tos ensayos con importantes sugerencias sobre el estado actual de la filosofía que, a buen segu­ro, no interesarán sólo a los especialistas.

En este aspecto resulta ilustrativo para el de­bate cultural del ámbito hispánico el cotejo de las posiciones de Gadamer, de un lado, y de Ha­bermas y Apel, de otro, en torno a la mejor mo­tivación de la filosofía práctica. Un cotejo que incluye de la discusión sobre cómo administrar la herencia teórica de Heidegger, por ejemplo, pero también otras cuestiones espinosas como son la viabilidad de una ética que suponga un sujeto trascendental y «transparente» ( dudosa, según Vattimo) o la necesidad de admitir con Gadamer el carácter decisivo del modelo estéti­co para toda la epistemología posible.

Hay que subrayar por su fuerza polémica la emocionante entrevista que abre «Más allá del sujeto». En esa entrevista, que apareció parcial­mente en la publicación de izquierda «Lotta Continua» el 20 de septiembre de 1980, Gianni Vattimo hace una serie de consideraciones acer­ca de la violencia revolucionaria -y toda violen­cia en general, empezando por la constricción de la verdad filosófica- como síntomas inerciales de la agonía, ya demasiado larga, de la metafís­cia «fuerte».

Sería de agradecer ahora que la atención tra­ductora se dirigiera hacia los otros estudios bási­cos de G. Vattimo, sobre Sheleiermacher o so­bre las relaciones poesía-ontología, pues son muestras de un camino filosófico que aúna la tradición académica con la vocación radical. Esa vocación que ha llevado al filósofo de Turín a propugnar una idea de verdad «más móvil, más quebrada, más tolerante» en de- � fe�sa de la razón y a favor de las cosas � �mismas. �

El sujeto y la máscara. Península, Barcelona, 1989. Más allá del sujeto, Nietzsche, Heidegger y la hermenéu­

tica. Paidos, Barcelona, 1989.