el sol es tu vestido

8/18/2019 El sol es tu vestido

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El sol es tu vestido. “La Cieguecita”de Martínez Montañés y la devociónconcepcionista de Sevilla

José GÁMEZ MARTÍNSevilla

I. “La Cieguecita”, inmortalidad de una obra artística.

II. La devoción concepcionista del excelentísimo cabildo catedralde Sevilla.

III. “La Cieguecita” en la historia concepcionista de Sevilla.


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En los anales de la historia religiosa de la ciudad de Sevilla reful-ge con especial esplendor la devoción, culto y defensa del pueblo

hispalense al misterio de la Inmaculada Concepción de Nuestra Se-ñora, culminada el año de 1854 con la proclamación dogmática acargo del beato Pío IX. La ciudad exteriorizó en múltiples facetas lariqueza de esta mariana devoción, cristalizada desde el punto de vis-ta artístico en verdaderas obras capitales dedicadas a la representa-ción iconográfica de tan querido tema, entre las que sin duda algunasobresale la Inmaculada de Martínez Montañés de la Santa IglesiaCatedral, conocida popularmente con el sobrenombre de la Ciegue-cita, a cuya veneración culto y presencia en la historia hispalense de-dicamos el presente trabajo.

I. “LA CIEGUECITA”, INMORTALIDAD DE UNA OBRA ARTÍSTICA

El 14 de febrero de 1628 la viuda del jurado Francisco Gutiérrezde Molina, de nombre Gerónima de Zamudio, encargaba al maestroJuan Martínez Montañés un retablo que estaría presidido por unaimagen de la Inmaculada con el fin de que el mismo presidiera la ca-pilla funeraria que había dotado el matrimonio al Cabildo Catedralde Sevilla y que debía estar terminado en el mes de mayo de 1629.

Una enfermedad contraida por el artista hizo que no pudiera cum-plir la palabra escrita, por lo que sufrió un pleito del que se defiendeconsiguiendo que se le devolviera la confianza comprometiéndose,el 15 de septiembre de 1629, a que el retablo “será de las primerascosas que haya en España y lo mejor que el susodicho haya hecho”.El maestro también reconocía que la imagen de la Purísima estabamuy avanzada ya que la estaba desbastando y que estaba ya abultadacon el fin de perfeccionarla.

El retablo era inaugurado el 8 de diciembre de 1631, siendo losencargados de su policromía los pintores Baltasar Quintero y Fran-


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JOSÉ GÁMEZ MARTÍN

1. Es sumamente copiosa la bibliografía que puede consultarse sobre la Ciegue-cita, ya que toda la bibliografía artística ha tratado sobre tan prodigiosa obra. Pue-den verse los siguientes trabajos: – BAGO Y QUINTANILLA, M., Documentos para la historia del arte en Andalucía, Se-

villa, 1929, t. I. – LÓPEZ MARTÍNEZ, C., Retablos y escultura de trazas sevillanas, Sevilla 1998. – PALOMERO PÁRAMO, J., El retablo sevillano del Renacimiento. Análisis y evolu-

ción, Sevilla 1983. – HERNÁNDEZ DÍAZ, J., Juan Martínez Montañés, Sevilla 1987.

cisco Pacheco. En el mismo contemplamos las imágenes de San Gre-gorio y San Juan Bautista y los relieves de San Jerónimo, San Fran-cisco, San José y San Joaquín. En el banco están situados los retratosde los patronos, obras del pincel de Francisco Pacheco.

La mundialmente conocida imagen de la Cieguecita está realiza-da en cedro policromado y mide 1’64 m de altura, toda la obra siguelos postulados estéticos de Pacheco en su Tratado del arte de la pin-tura al representar el modelo de Virgen niña caracterizada por la vi-sión apocalíptica. La Virgen de faz redondeada y mirada baja, tienelos ojos medio cerrados -origen de su apelativo popular- muy bellosy almendrados, nariz recta y afilada y labios pequeños y carnosos.La cabellera se parte en dos mitades, cayendo la melena en cascadasobre la espalda. La pierna derecha está levemente flexionada y lasmanos, unidas por las yemas con giro hacia la izquierda, lo que mar-ca un perceptible contraposto. Viste túnica hasta los pies y se ciñemediante un cíngulo, símbolo parlante de su doncellez. El manto esportado sobre los hombros y se recoge con el brazo izquierdo, for-mando pliegues de acusado movimiento. La Virgen se asienta sobrepeana, teniendo el escabel selénico las puntas hacia arriba y sus ocul-tos pies acarician los bellísimos rostros de tres ángeles que parecenensimismados al contemplar tanta belleza.

Desde su ubicación en la capilla catedralicia, y hasta nuestros días,la Virgen ha sido alabada por unanimidad por la crítica, así en 1631Antonio Moreno Vilches escribía: “es la imagen la primera cosa que seha hecho en el mundo, con que Juan Martínez Montañés está muy en-vanecido”; en 1635 Espinosa de los Monteros aseguraba: “que para labelleza de esta imagen parece que le ayudó la que es dueña de la gra-cia”; y algunos años después en 1672, el cronista Torres Farfán le can-taba líricamente: ”es tan bella, que con la modestia y gravedad, devo-

ción y hermosura, vivifica las almas de quienes la miran” 1

Durante el siglo XVIII y siguiendo las modas estéticas de la época,de tan acusado barroquismo, la imagen fue revestida con telas y así in-

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2. Archivo de la Catedral de Sevilla (ACS), Sección I, Secretaría, libro 142, año1779, ff. 240 v y 245.

3. SERRANO ORTEGA, M., Glorias Sevillanas. Noticia histórica de la devoción yculto que la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Sevilla ha profesado a la InmaculadaConcepción de la Virgen María, Sevilla 1893. – GÁMEZ MARTÍN, J., “En las hojas del tiempo. La Inmaculada en la Catedral de Se-

villa” en Boletín de las Cofradías de Sevilla, Sevilla 1999.

– Excelentísimo Cabildo Catedral de Sevilla, La Liturgia de la Santa, Metropolita-na y Patriarcal Catedral de Sevilla, Sevilla 2004.

cluso presidió históricas procesiones, pero el 5 de noviembre de 1779en cabildo capitular, presidido por el chantre don Lorenzo del Río, elmayordomo de fábrica expuso a los canónigos que el vestido de la Vir-gen no se encontraba en las más optimas condiciones, por lo que por acuerdo capitular, se prescribe “que el expresado vestido maltratado sele quite a dicha imagen, y se deje descubierto el de talla que la adorna,por que siendo esta obra del célebre artífice Montañés, debía quedar manifiesta y para ello dio la comisión necesaria a los señores de fábri-ca”. En el siguiente cabildo, celebrado el día 10 de noviembre, bajo lapresidencia del deán Miguel Antonio Carrillo, se exponía a los capitu-

lares que se encontraba muy maltratado el estofado del vestido de tallade la imagen “por lo que parecía preciso estofarla de nuevo”, se acor-dó dar comisión a los señores de fabrica para que así se hiciera. Esteacta capitular nos da también un curioso detalle que nos permite palpar la gran devoción que despertaba la Virgen, pues los señores canónigosdeciden “se quite el bastidor que en su altar haya para poner pendien-tes milagros por contemplarlo opuesto a la seriedad de esta Santa Igle-sia” 2. Como vemos, los capitulares deciden quitar de la capilla los po-pulares exvotos devocionales del pueblo llano de tanta difusión en laAndalucía del momento y cuya huella devocional, como se sabe, hallegado hasta nuestros días.

En la actualidad la imagen ha sido recientemente restaurada por elInstituto Andaluz de Patrimonio Artístico y mientras escribo estas lí-neas se encuentre expuesta en la muestra que en la Catedral sevillanaconmemora los ciento cincuenta años de la proclamación del Dogma.

II. LA DEVOCIÓN CONCEPCIONISTA DEL EXCELENTÍSIMO CABILDOCATEDRAL DE SEVILLA3

Los primeros documentos escritos sobre la pureza original deNuestra Señora los encontramos en obras de San Justino (100-167),

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San Irineo (130-202), Tertuliano (160-240) y, sobretodo, en SanEfrén de Siria que el año 373 exclama “no hay en ti mancha ni tam-poco en tu Madre”.

Según la tradición ya en el Concilio de Éfeso el emperador Cons-tantino y los caballeros pertenecientes a la orden por él creada –la ac-tual Orden Constantiniana de San Jorge–, realizaron un juramento dedefender la pureza de la Madre de Cristo.

Tras proclamarse en 431 la Maternidad Divina en Éfeso, se ex-tienden paulatinamente por el mundo católico fiestas marianas pro-

cedentes de Jerusalén tales como la de la Concepción de Santa Ana,que ya se celebraba en la Iglesia Bizantina en el siglo VII, llegando aInglaterra en el siglo XI, se convierte en los albores de la siguientecenturia en la fiesta de la Concepción de María, que con gran boatoy devoción florece desde la Normandía gala a todas las tierras de Eu-ropa.

En España el primer cantor de la Inmaculada es el poeta AurelioPrudencio (348- siglo V) en su famosa obra Peristephanon.

El concilio de Toledo (656) instituye la primera fiesta litúrgica

hispana dedicada a la Virgen, la cual era celebrada en época de ad-viento con la advocación de La Concepción de María pero referidaésta a la de su Divino Hijo, por lo que se le considera antecedente dela memoria o fiesta mariana de la Espectación del parto o Santa Ma-ría de la O.

En el siglo XII llega a España la fiesta de la Inmaculada, proce-dente de Francia. En un misal conservado en la Catedral de Sevillade rito isidoriano (visigótico) y datable en este siglo, está registradala conmemoración de La Conceptio Virginis Mariae, que se celebra-

ba el 8 de diciembre pero sin el rito de la octava.El mercedario y mártir de la Fe San Pedro Pascual fue el primer

teólogo occidental en defender públicamente en París la PurísimaConcepción de María con su escrito Vida de Lázaro en 1295.

Tras la reconquista de Sevilla el Papa Alejandro IV reconocíacuatro fiestas de Nuestra Señora para que el prelado hispalense pu-diera hacer uso del palio: Purificación, Asunción, Natividad y Con-cepción Pura de María.

Un acta capitular de 14 de septiembre de 1369 nos documenta laexistencia de una procesión de los canónigos en la octava de la In-


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maculada, pudiendo suponerse que la misma era realizada desde fi-nes del siglo anterior.

En 1384 hay una donación interesante del canónigo Alonso Ló-pez ante el escribano Alonso González para realizar una función so-lemne a la Pureza de Nuestra Señora.

Durante todo el siglo XVI encontramos documentación de la de-voción concepcionista de los canónigos sevillanos; así el 13 de di-ciembre de 1504 se reúne el cabildo “para hacer fiesta el día del oc-tavario de Nuestra Señora de la Concepción”, en 1519 se iguala en

dotación a la fiesta del Corpus, refrendándose dicho acuerdo en1578.

En la regla vieja de Choro (1552-1613), en su capítulo XII, el con-cepcionista aparece como culto de primera dignidad constando ladotación de la reina Isabel la Católica para las vísperas y misas so-lemnes con procesión a celebrar el día octavo de la fiesta concepcio-nista desde el año 1478.

El concilio de Sevilla de 1512, presidido por el Arzobispo domi-nico fray Diego de Deza, fija como fiesta obligatorias en la diócesis

las cuatro de la Virgen: Purificación, Asunción, Natividad y PuraConcepción.

Como es bien sabido es el siglo XVII la gran centuria inmaculista,cuyo exacerbado fervor y apoyo a la creencia estalla en Sevilla en1613 tras una predicación del dominico fray Diego de Molina encontra de la piadosa opinión, lo que originó un fuerte espaldarazo ala conciencia religiosa de la ciudad, que manifiesta públicamente enfunciones, procesiones, votos de sangre y demás su amor concepcio-nista.

El 8 de diciembre de 1617 bajo el pontificado de don Pedro deCastro y a propia petición suya, los cabildos de la ciudad –secular yeclesiástico– realizan el voto a favor de la creencia inmaculista.

En 1615 el canónigo don Gonzalo de Ocampo realiza una dota-ción de 8.350 maravedises para los maitines pluviales de la Concep-ción. En 1620, en el Compendio de las obligaciones de música decapilla la fiesta de la Concepción está fijada como de primera clase.

El Cabildo celebra con gran satisfacción la Bula Sanctissimus del

Papa Gregorio XV que el 24 de mayo de 1622 prohibe bajo pena deexcomunión afirmar nada contrario a la Concepción. La Misa solem-



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4. ACS, Secc I, Secretaría, Libro 86, año 1662, sin foliar.

ne del 21 de julio es culminada con una procesión de la Virgen de losReyes por las Gradas.

La aparición como sol refulgente de la Cieguecita en los come-dios de la centuria la une ya para siempre, como enseguida veremos,con la devoción concepcionista de la ciudad y del Cabildo Catedral,mantenida hoy en día con la celebración cada 8 de diciembre de lasolemne Misa estacional presidida por el señor Cardenal Arzobispo,a la que antecede la tradicionalmente llamada procesión de tercia enla que junto a los calonges participan la Archicofradía Sacramental

del Sagrario y el Excelentísimo Ayuntamiento.Gloria del cabildo catedralicio sevillano es el seguir manteniendo

la celebración de la octava con la exposición del Santísimo y baile deseises, siguiendo así la dotación realizada el 1 de diciembre de 1654por don Gonzalo Núñez de Sepúlveda, caballero de la orden de San-tiago y veinticuatro de la ciudad de Sevilla.

III. “LA CIEGUECITA” EN LA HISTORIA CONCEPCIONISTA DE SEVILLA

El 8 de diciembre de 1661 el Papa Alejandro VII (1655-1667) fir-ma la bula Sollicitudo omnium eclesiarum en la que defiende la pia-dosa creencia de la Inmaculada Concepción y abre teológicamente elcamino para la definición dogmática.

La noticia llega a Sevilla el lunes 16 de enero y reunidos los ca-nónigos en forma urgente deciden que al momento se dieran tres re-piques en la torre y se organizasen las preceptivas fiestas con asis-tencia de la Ciudad “por tener el cabildo tan singular gozo al ser el

documento papal tan favorable a este misterio”.En la reunión del día 27 se acordó el protocolo de las mismas: re-

pique solemne de la torre el domingo día 5 y solemne triduo los días6, 7 y 8, culminado el último día con procesión de capas pluvialesque había de comenzar con el canto del Te Deum.

En el cabildo del 3 de febrero se acordó que asistieran al rito pro-cesional los canónigos del Salvador, las cruces parroquiales de laciudad y la universidad de beneficiados 4.


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5. Serrano, M., Glorias sevillanas..., o.c., pp. 531-532.6. ACS, o.c.

El triduo se celebró con gran solemnidad, se montó para el mismoel altar de plata de la octava de la Concepción y se celebraron las mi-sa votivas con rito de primera clase, encendiéndose las tres nochesluminarias y cohetes.

La procesión se realizó con gran boato por el recorrido de la delCorpus Christi -que en las actas capitulares es conocida como “ca-rrera del Corpus”- y acompañando al Santísimo Sacramento que eraportado en la custodia de Arfe, figuraban los pasos de las patronasSanta Justa y Rufina, San Isidoro, San Leandro y la Cieguecita que,

bellamente exornada, antecedía el triunfal desfile de su sacramenta-do Hijo en la primera procesión en la que participaba la Inmaculadaconocida en los autos capitulares como “la de Molina” 5.

La Archicofradía Sacramental del Sagrario de la Catedral celebróel mismo año la inauguración de su nuevo templo por haberse acaba-do entonces las obras del mismo, por lo que la corporación tuvo abien darle a la fiesta de inauguración un marcado carácter concep-cionista. La hermandad celebró el día 26 de abril, con gran solemni-dad y aparato litúrgico un voto de sangre a favor de la piadosa creen-

cia, ocupando la celebración de la función el chantre de la Catedraldon Francisco Domonte y Verastegui, que estaba nombrado por elcabildo como visitador del Sagrario.

Los canónigos en el cabildo del 12 de junio acuerdan dejar a laSacramental para su colocación en los cultos que estaban organizan-do en su nuevo templo la custodia de Arfe, la imagen de la Ciegueci-ta y la reliquia conocida como el Lignum Crucis de Constantino, ar-gumentando los capitulares su alegría “pues no puede haber fiestamayor que la inauguración del Sagrario nuevo”6.

El 16 de junio comenzó una solemne novena en la iglesia del Sa-grario que a la sazón fue profusamente exornada, siendo el exterior del nuevo templo revestido de telas y colocándose en las puertas dela iglesia cuatro grandes cuadros pintados al óleo donde se represen-taban los retratos de Alejandro VII y Felipe IV, el escudo de la ciu-dad con San Fernando, San Leandro y San Isidoro y otro conjuntoheráldico en el que aparecían las Santas Patronas con su característi-ca iconografía de abrazar la Giralda.



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En el nuevo altar mayor figuraban la custodia de Arfe, la imagende la Cieguecita y la Santa Reliquia de la Cruz. El primer día de alnovena, con asistencia de ambos cabildos y el Prelado, predicó lasexcelencias del misterio concepcionista fray Gregorio de Santillán,oficiando la ceremonia el prebendado don Alonso Ramírez de Are-llano. Los siguientes días del novenario predicaron los más selectosoradores de la ciudad: el Arcediano de Niebla don Pedro FranciscoLevanto, el guardián de los capuchinos Francisco José de Campos, elrector de la Universidad y cura del Sagrario doctor don Luis Ayllón,el dominico fray Pedro Delgado, el agustino fray Juan de la Concep-

ción, el superior de la Casa grande del Carmen fray José de Velasco,el también carmelita fray Juan de San Agustín y el monje del con-vento de San Jerónimo fray Juan de Alzamora y Urcino.

La procesión se celebró el último día de la novena y las crónicashablan de su fastuoso lucimiento. Siguió el camino del Corpus y elconde de Villa Ambrosa, asistente de la ciudad, decoró la carrera dela misma con toda pompa y esplendor, estando las calles entoldadasy regadas con hiervas y flores aromáticas. A las cinco de la tarde co-menzó a salir desde la Puerta de San Miguel encabezada por una de-

forma tarasca de siete cabezas, representando ésta la culpa del Peca-do Original de nuestros padres, le seguían danzas de gigantes y ena-nos, veinticuatro niños vestidos de ángeles con cirios encarnados, elguión de la hermandad acompañado por un gran número de cofradesde la misma, los religiosos de las órdenes afincadas en la ciudad, lascruces parroquiales presididas por la catedralicia y el clero que rode-aba las andas en las que eran portadas algunas de las reliquias de san-tos de las veneradas en la Catedral.

Después desfilaba un verdadero carro triunfal en forma de nave,en cuya popa lucía un trono formado de columnas de plata y cúpuladel mismo metal bajo el cuál, sobre rico pedestal, se vislumbraba laimagen de la Cieguecita, a la que custodiaban -arrodillados a suspiés- dos hermosos mancebos vestidos de túnicas blancas y celestes,llevando en sus manos cartelas con inscripciones latinas en honor ala Virgen y un cáliz y patena de oro como símbolos del misterio eu-carístico. Por la cubierta de la nao se repartían las imágenes de Adán,Abrahán y David, y sobre pedestales las figuras de los Papas SixtoIV, Paulo V, Gregorio XV y Clemente IV. Completaban el acompa-ñamiento de la Señora, rodeando su sitial los seises catedralicios en-

tonando coplas y villancicos en honor a la misma. Detrás desfilabandoce colegiales que alumbraban con cirios la reliquia del Lignum


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7. DE LA TORRE FARFÁN, F., Templo panegírico al certamen poético que celebróla Hermandad Insigne del Santísimo Sacramento estrenando la gran fábrica del Sa-grario nuevo de la Metropolitana sevillana con las fiestas en obsequio del breveconcedido por la Santidad de Nuestro Padre Alejandro VII al Primer Instante de María Santísima nuestra Señora sin Pecado Original, Sevilla 1663.

8. GÁMEZ MARTÍN, J., “La Santísima Virgen de los Reyes y las fiestas inmacu-ladistas del siglo XVIII” en Boletín de las Cofradías de Sevilla (agosto 2000) 61- 62

Crucis seguida de los veinteneros y el capítulo de canónigos y la cus-todia, escoltada ésta por veinticuatro sacerdotes revestidos de estolasy casullas y ocho con dalmáticas que llevaban incensarios. La triun-fal comitiva era cerrada por el cabildo de la Ciudad.

Al siguiente día de la procesión y durante ocho jornadas tuvieronlugar en el Patio de los Naranjos unas justas y fiestas literarias, cre-ándose para las mismas seis premios: canción real al estreno del Sa-grario, soneto a la Virgen, seis octavas cantando las devociones alSantísimo y a la Concepción, romance a Felipe IV en veinticuatrocoplas, el mejor canto a la Eucaristía, la Pureza y la Esperanza y unvejamen al dragón infernal en quince coplas de dieciseis versos 7.

En 1664, el 14 de noviembre, el cabildo bajo la presidencia deldeán doctor don Francisco Domínguez, recibe las letras apostólicaspor las que Alejandro VII declara la fiesta litúrgica de la Inmaculadade obligado cumplimiento para España y sus reinos. Los capitularesacordaron solemne función con procesión de tercia para la mañanadel 4 de diciembre y que en las vísperas fuera exornada la Giraldacon banderas y gallardetes, colocándose en la ventana de en mediouna pintura de cuatro varas de la Concepción.

El jueves 4 se celebró la solemne procesión de los dos cabildos,partiendo desde la nave de la Virgen de la Antigua, saliendo por laPuerta del Bautismo y entrando por la del Lagarto para, tras hacer es-tación en la Capilla de la Virgen de los Reyes, dirigirse al altar ma-yor, que estaba decorado con el aparato litúrgico de la octava y pre-sidido por la imagen de la Cieguecita y donde se celebró una misacon rito pontifical en la que fueron leídas las letras pontificias, te-niendo el sermón don Francisco Levanto, arcediano de Niebla 8.

En 1711 se celebraron en la ciudad grandes fiestas en acción de

gracias por la victoria española en las batallas de Villaviciosa yBrihuega. En la Catedral se celebró una función en honor a la Con-cepción tras la que fue sacada la imagen montañesina por las callesPlacentines, Francos, Agujas, Cruz de los Polaineros Chicarreros,San Francisco, Génova y Gradas. La función tuvo lugar ante el San-



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9. Serrano, M., Glorias Sevillanas..., o.c., p. 680

10. ACS, Secc I, Secretaría, Lib 127, año 1761, ff. 114 v-116.11. Ibidem, f. 118.

tísimo Sacramento teniendo a cargo el panegírico el doctor Francis-co Lelio de Levanto, arcediano de Niebla, estando presente tambiénla ciudad y realizándose danzas 9.

1761 es un año escrito con letras de oro en la historia concepcio-nista pues, a petición de Carlos III, el Papa Clemente XIII expide laBula Quantum ornamenti el 8 de noviembre de 1760 en la que de-clara a la Inmaculada Concepción patrona de España, sus Indias ysus reinos, prescribiendo su liturgia del 8 de diciembre como fiestade primera clase. La noticia llega a Sevilla el 5 de Junio, pues en lareunión capitular catedralicia se hace constar la alegría por la misma,dándose al medio día tres repiques muy solemnes en la Giralda, de-cidiendo el cabildo “que de su grande devoción dispondrá la funciónmás solemne que pudiese executarse en la ciudad” 10.

En la reunión del 17 de junio se preparan detalladamente las fies-tas pues “esta iglesia ha de aventajar a todas pues fue la primera quemovió al Sumo Pontífice y a los Señores Reyes de España para queeste misterio hubiese llegado al estado que tiene hoy en la Iglesia”.Las fiestas se fijaron para el mes de agosto 11.

El día 5 de agosto se celebraron vísperas en las que hubo más de2.600 luces, que costaron 20.000 reales, repicaron las torre de la Ca-tedral y todas las de la ciudad. Se iluminaron la Lonja, el Palacio Ar-zobispal y los principales edificios sevillanos. Ambos cabildos pre-senciaron fuegos artificiales desde la fachada del Ayuntamiento.

El día 7 fue el primero del triduo, se manifestó el Santísimo a lasseis de la mañana, saliendo a las ocho y media el Ayuntamiento condirección a la Catedral. Ofició la Santa Misa el arcediano don PedroCuriel, predicando don Luis Ignacio Chacón Torres de la Navarra,deán y catedrático de Teología de la Universidad. El día 8 la Misafue celebrada por el tesorero don Pedro Manuel de Céspedes y predi-có el chantre don Francisco José de Olazabal y Olaizola, contándosenuevamente con la presencia de la Ciudad. El último día de las fies-tas fue el 9, a las dos y media de la madrugada comenzaron a salir desus iglesias quince rosarios de la aurora que se dirigieron a la Cate-dral y al llegar a la misma estacionaron en el altar mayor ante el San-tísimo Sacramento. Por la tarde se cantaron maitines y laudes ante el


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12. GARCÍA y GARCÍA, T de A., Fiestas por el patronato concepcionista, 1761-1763, Sevilla 1972, pp 23-27.

paso de la Cieguecita y comenzó a salir la procesión, que siguió lacarrera del Corpus, por la Puerta de San Miguel, estando todas la ca-lles adornadas con efímeros altares, sobresaliendo entre otros el deNuestra Señora del Pópulo en la calle Génova, el de la Visitación dela Virgen en las puertas de la Cárcel Real en la calle Sierpes, el deNuestra Señora de los Desamparados en la esquina de la Carpintería,el de la Virgen de las Aguas, venerada devoción de la Colegial delSalvador, en las puertas de la misma o el altar de la Virgen de los Re-yes en la calle Placentines.

El cortejo era abierto por la tarasca, con turba de gigantes y enanos,la Hermandad Sacramental del Sagrario con el paso de Santa Justa yRufina, los capuchinos con San Francisco de Asís, los mercedarioscon San Pedro Pascual, los mínimos con San Francisco de Paula y loscarmelitas con San Elías, así como los agustinos con San Agustín y losdominicos con Santo Domingo. Seguían las cruces parroquiales, presi-didas por la catedralicia, la curia eclesiástica, la Universidad de Bene-ficiados, el Cabildo del Salvador, el Cabildo Catedralicio, los cantoresy músicos de capilla, los seises y doce colegiales de San Miguel por-tando cirios justo ante las andas de la Inmaculada. El cronista ManuelAntonio Delgado se extasía con la descripción de la Purísima:

“traía la Señora la túnica de tela de plata de color blanco, y el manto detela celeste con una punta de plata al ayre, a sus plantas la luna, y ves-tida de un sol de plata que subía desde sus sagradas plantas hasta loshombros y da la vuelta circundando su sagrada cabeza; la corona esta-ba toda cubierta de joyas y de diamantes, y los sarcillos y collar erande la misma clase de piedra; en su pecho llevaba un esquisito braca-manto de brillantes; en sus manos artísticas pulseras y broches de dia-mantes, y un ramo de oro y diamantes de extraña y esquisita hechura;el manto iba todo guarnecido de igual clase de piedras; según el apre-

cio que hizo el platero que colocó las alhajas que llevaba la Señora, te-nían estas de valor dos millones y sesenta y cuatro mil pesos”.

En las esquinas del paso iban cuatro canónigos, figurando depreste el deán, Luis Ignacio Chacón. Cerraba la procesión el cabildode la Ciudad, presidido por el asistente Ramón de la Rumbe. Entró laprocesión a las nueve de la noche y la Virgen fue conducida al altar mayor, donde el deán dijo la oración final con acompañamiento mu-sical de clarines, tambores y órganos 12.



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13. ACS, Secc I, Secretaría, Lib 127, año 1761, ff. 188 v-200.14. GARCÍA, T. de A., Fiestas por el..., o.c., pp. 51-54.

La Hermandad Sacramental del Sagrario celebró función el 11 deoctubre en el altar mayor de la parroquia, profusamente adornado ypresidido por la imagen de la Cieguecita, cedida por los canónigos

junto a los demás enseres litúrgicos en cabildo del día 11 de septiem-bre 13. En la primera cornisa del templo se pusieron 54 candeleros deplata con cera roja de a dos libras, delante del retablo del altar mayor se erigió un altar efímero con frontal de oro fino, seis candelerosgrandes de plata y dos atriles, presidido por la “ Inmaculada de Moli-na” flanqueada por las imágenes de San José y San Antonio de Pa-dua. Todas las capillas de la iglesia estaban exornadas y ardían en el

templo 450 luces. La Hermandad Sacramental repartió entre los po-bres 4.100 hogazas de pan.

El día 11 a las siete de la mañana se manifestó al Santísimo Sa-cramento hasta las diez, en que dio comienzo la Santa Misa, en quela Archicofradía renovó una vez más el voto de sangre de defender laPureza de Nuestra Señora, presidiendo la ceremonia el chantre donFrancisco de Olazábal. Al medio día se quitó la Virgen del altar y sellevó al trascoro de la Catedral para colocarla en un carro triunfaldonde haría procesión esa misma tarde por la carrera del Corpus, no

pudiéndose finalmente realizar ésta debido a la inclemencia deltiempo, razón por la cual se estacionó por las últimas calles de la Ca-tedral, donde igualmente lució la bellísima Virgen en su alegóricopaso, en el que aparecían acompañándola numerosas representacio-nes alegóricas tales como las del Amor, la Eucaristía, y las de los re-yes Carlos II, Felipe IV y el Papa Clemente XIII. La Virgen iba ves-tida de blanco, con manto celeste, profusamente enjoyada y arrodi-llados delante de Ella en profunda oración se encontraban represen-tados cuatro arzobispos: San Pío, San Carpórofo, San Leandro y SanIsidoro, revestidos éstos con capas pluviales. Dice la crónica que los

diamantes de la imagen pesaban más de doscientos cincuenta mil pe-sos y el carro, sin contar la plata labrada, más de quinientos. La pro-cesión finalizó a las siete de la tarde con el canto del Te Deum y repi-que de campanas 14.

Como es bien sabido, el Beato Pío IX definió el Dogma de la In-maculada el 8 de diciembre de 1854 con la Bula Inefabilis Deus y,paradójicamente, la concepcionista ciudad de Sevilla no se encuen-tra presente en Roma a causa de la situación política. El Cabildo Ca-


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15. SERRANO, M., Glorias Sevillanas..., o.c., p. 752.16. GÁMEZ MARTÍN, J., «El mecenazgo artístico de los duques de Montpensier

en la Catedral de Sevilla» en El comportamiento de las catedrales españolas. Del Barroco a los Historicismos. Actas del congreso, Murcia 2003, pp. 542-543.

17. GÁMEZ MARTÍN, J., “El fervor concepcionista en la procesión del Corpus”

en Boletín de las Cofradías de Sevilla; Sevilla, (junio 2000) 61- 62.18. ACS, Secc I, Secretaría, Lib 215, año 1860, ff. 1 v y 8.

tedral celebró triduo de acción de gracias los días 4, 5 y 6 de febrero,presidido por la imagen de la Cieguecita y predicado por los capitu-lares Vigil, Vilaró y Astorga 15. Los duques de Montpensier realizaronen su palacio de San Telmo también una solemne función en acciónde gracias con la asistencia de las principales autoridades de la ciu-dad y la Real Maestranza de Caballería. Los canónigos les cedieronpara que presidiera la misa la Cieguecita de Montañés y con fecha 9de marzo de la casa ducal se dirige al cabildo en los siguientes térmi-nos:

“agradeciendo la amabilidad con que los canónigos acompañaron alCapellán Mayor en la función de ayer, sus altezas reales manifiestana su digna corporación que está igualmente agradecidos por su des-prendimiento en facilitar imágenes y objetos que han venido para di-cha función y han ordenado por último, que al devolverla la imagende Nuestra Señora de la Concepción, han tenido a bien adornarlacon dos brazaletes de pedrería que le donan a la dicha imagen” 16.

El 13 de junio de 1859, en cabildo extraordinario de los señorescanónigos, se recibe la petición del Ayuntamiento para que en la pro-cesión del Corpus “se lleve la imagen de la Pureza” y que la mismasea acompañada por los caballeros de las corporaciones militares ynobiliarias que juraron defender siempre su inmaculado origen. Lareunión del día 15 acuerda, tras la autorización del prelado, el Carde-nal Manuel Joaquín Trancón y Morón que la Cieguecita participedesde ese año en la procesión eucarística, lo que se realizaría hasta1868. Actualmente sale en la procesión la efigie concepcionista, obrade Alonso Martínez, realizada para la octava de los seises y conocidapopularmente como la Concepción Chica 17 .

El día 8 de febrero de 1760 se celebró solemne función de acción

de gracias en la Catedral por la victoria de las armas españolas en laguerra de Marruecos. Tras la Misa procesionó la Cieguecita hasta elAyuntamiento acompañada de las primeras autoridades de la ciudad,llevando el pendón y la espada de San Fernando el Gobernador de laCiudad y el Capitán General de la provincia18.



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19. Serrano, M., Glorias Sevillanas..., o.c., pp 771-777.

En 1879 se celebraron las bodas de plata de la definición dogmá-tica. A las doce de la mañana del día 7 hubo repique general de lascampanas de la Giralda, torre que estaba preciosamente exornada ypresidida por la bandera concepcionista. En el altar mayor se canta-ron vísperas y maitines. El ayuntamiento también fue decorado, en lafachada de la Plaza Nueva se colocó un cuadro de la Concepción dela escuela de Murillo y en la portada de la Plaza de San Francisco seerigió un altar de plata, que actualmente se encuentra en el Salvador,presidido por una imagen de la Concepción de bulto redondo.

Las primeras horas de la mañana del día 8 salieron diferentes ro-sarios de la aurora de sus respectivas iglesias con destino a la Cate-dral. A las nueve se celebró una solemne Misa con rito de pontificalcon asistencia de los dos cabildos y presidida por el señor cardenalarzobispo don Joaquín Lluch y Garriga. En el ofertorio se renovó el

juramento concepcionista de los canónigos en la voz del chantre donCayetano Fernández. Al concluir la ceremonia se organizó la proce-sión que, una vez más, realizó la carrera del Corpus, presidida por laimagen de la Cieguecita acompañada por las hermandades de gloria,penitencia y luz de la ciudad, la Santa Caridad, la venerable ordentercera con una imagen de San Francisco de Asís, cuatro niños contraje de época representando a Miguel del Cid, Montañés, Luis deVargas y Murillo, las cruces parroquiales, el clero y el cabildo y lasprimeras autoridades. La Virgen lucía en un paso con jarra y cande-leros de plata con aspecto sencillo y elegante. Iba de preste el deánde la catedral y cerraba el cortejo el excelentísimo Gobernador Civily el batallón de cazadores de Cataluña con bandera y música. A laterminación de la procesión se organizó una velada artístico-literariaorganizada por el prelado en los salones del Palacio Arzobispal 19.

En 1917 se conmemoró el tercer centenario del voto concepcio-

nista realizado por los dos cabildos sevillanos. En Sevilla se creó unacomisión para levantar un monumento artístico en honor a la Inma-culada y el 8 de enero los canónigos acuerdan en el cabildo celebra-do ese día que para el próximo se citase, con el fin de preparar los ac-tos a celebrar “por el amor de la corporación que siempre ha profe-sado a tan inefable misterio”. En la reunión del día 15 se crea la co-misión de festejos, compuesta por los señores tesoreros JiménezCastro, Vázquez Roldán y Doctoral. El 2 de abril se donan 750 pese-tas, y aunque se tenía intención de inaugurar el monumento ese año


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20. ACS, Secc I, Secretaría, Lib 230, años 1914-1917, ff. 184, 185, 209 v, 210,

234 v, 243 v y 244.21. El Correo de Andalucía, 16 de diciembre de 1929.

no sucedió así. Siendo el día grande del centenario la fiesta de la Pu-rísima el día 8 de diciembre, celebrando solemne pontifical por lamañana presidido por el arzobispo Almaraz y por la tarde la proce-sión con la imagen de la Cieguecita por la carrera del Corpus, salien-do por la Puerta de San Miguel y entrando por la del Perdón. La Se-ñora fue acompañada por las principales autoridades de sevillanas yresaltó el conjunto de niños ataviados de época representando a per-sonajes de la causa concepcionista en Sevilla. Tras la procesión secantó la letanía de la Santísima Virgen y, mientras el cortejo estuvoen la calle, cuatro canónigos –por acuerdo capitular– hicieron escol-

ta ante el Santísimo en el Sagrario20

.En 1929 se conmemoró el LXXV aniversario de la proclamación

del dogma con una procesión con la imagen montañesina por las pa-rroquias, hermandades sacramentales y autoridades de la ciudad.

La Virgen fue llevada a la fachada del Ayuntamiento, bailando losseises en su honor y recibiendo la consagración de la ciudad a su lu-minoso misterio en la voz del alcalde señor Díaz Molero.

El cortejo procesional regresó a la Catedral a la una de la tarde,dando el cardenal Ilundain solemne bendición, terminándose con elcanto del himno del Congreso Mariano que, con gran transcencen-cia, se había celebrado el mismo año en la ciudad 21, siendo ésta la úl-tima vez hasta el momento que la Cieguecita ha bendecido con supresencia las calles sevillanas.

El 8 de diciembre de 2003 era intención del Cabildo Catedral deSevilla que la Ciguecita saliera en la procesión de tercia que antece-de al pontifical para conmemorar así el año de la Inmaculada, cuyoitinerario iba a ser por las gradas bajas de la Catedral, como el deagosto de la Virgen de los Reyes. Por problemas técnicos argumenta-

dos por el equipo que restauró la imagen no podía participar en lamisma, siendo sustituida así por la de Alonso Martínez, que final-mente no saldría a la calle por la adversidad de la climatología, pro-cesionando entonces por el interior de la Catedral.

La celestial imagen de Montañés presidió, eso sí, el octavario delos seises en su honor, donde escucharía la hermosa canción de lacuál he tomado el primer verso para titular este trabajo de aproxima-



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ción a la estrecha vinculación entre la inmortal imagen de Montañésy la devota causa concepcionista de la ciudad de Sevilla.

El Sol es tu vestido,la luna es tu calzado,estrellas y lucerotu espléndido tocado.

Madre Inmaculadadel Hijo Inmaculado:acoge los cantares

de un pecho enamorado / (…)

el sol es tu vestido

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