el siniestro devastó más de 200 casas el incendio pudo ser

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64 METROPOLITANA EL FINANCIERO LUNES 4 DE M A Y O DE 1992 El Siniestro Devastó más de 200 Casas "El Incendio Pudo ser Provocado", Afirman Damnificados de Tepito Eduardo Monteverde Un incendio devastó alrededor de 200 casuchas en pleno Centro Histórico de la ciudad de México. No hubo lesionados ni pérdidas humanas, pero hay cerca de mil damnificados, que hasta el momento no han recibido apoyo. A las 12:20 del pasado 30 de abril, en la esquina de Toltecas y Constancia, decenas de familias quedaron sin techo y sin perte- nencias. Guillermo Orozco Loreto, titular de la delegación Cuauhtémoc, estuvo en el lugar de los hechos y ante las preguntas de los reporteros sobre el futuro de los damnifica- dos, respondió que éstos acudirían a sus fa- miliares, ya que prácticamente todos cuentan con ese apoyo en el barrio de Tepito. Las víctimas son damnificados por par- tida doble. Algunos perdieron su morada durante el terremoto del 85, otros son los desdoblados, las nuevas generaciones de los que obtuvieron una vivienda del Plan Tepito y ya no caben en los departamentos, palomares, con una superficie de 40 metros cuadrados. Por esta expulsión demográfi- ca, se han visto obligados a ocupar los terrenos baldíos de la zona. Las condiciones de seguridad eran prácti- camente inexistentes. Los jacales estaban construidos con cartón y lámina de plástico, la circulación era a través de vericuetos entre tanques de gas y materiales inflamables, en una superficie aproximada de 3 mil metros. El doctor Andrés Covarrubias, subdelega- do de la delegación en el Centro Histórico Tepito, informó a EL FINANCIERO que el predio üicendiado contaba con 70 extingui- dores y asintió cuando Leobardo Beltrán y Plata, presidente del barrio de Tepito y dipu- tado priista, afirmó que se habían dado más de 400 pláticas a los afectados sobre medidas de seguridad en caso de siniestro. En un recorrido sobre los escombros humeantes, se observaron sólo dos cilin- dros de extinguidores calcinados. Hugo Benítez, un joven que hurgaba en un charco de cenizas y sobre un pal iacate amontonaba las monedas que sacaba de lo que fue su alcancía, tiene otro punto de vista: "¿Exin... que? -Sí, esos aparatos para apagar el fuego. "No qué iba a haber. ¿Y pláticas? No, nunca nos dieron. Las autoridades nunca se preocuparon por nosotros." A-tres cuadras y media del predio incen- diado, en la calle de Hortelanos, se encuentra un terreno ocupado por casuchas donde abundan el plástico, el cartón, los tanques de gas y carece de agua. Lo ocupan 12 familias, sin que se pueda encontrar un solo extingui- dor. Los vecinos no han recibido instruccio- nes sobre qué hacer en un caso de siniestro. ¿Incendio Provocado? Una de las Interrogantes "Pues a lo mejor sí empezó en mi cam- pamento. Tengo una veladora, ya nomás la pura basecita, así, lo que queda. A lo mejor pasó una de las ratas grandes o chicas y la tiró". Don Márgaro, con las manos en los bolsillos, responde mirando al cielo con sus ojos bajo la visera de su cachucha. "Lásti- ma Margarito", le grita alguno de los dam- nificados que dormitan en el piso y a la intemperie de un albergue particular en la Guerrero. Y es que muchos de los vecinos creen que las llamas empezaron en la casu- cha o campamento de este anciano que es ayudante de instalador de mosaicos. En lo que todos coinciden es que a los pocos minutos de iniciado el desastre, un helicóp- tero blanco, del que nadie pudo ver la ma- trícula, sobrevoló el terreno a baja altura, extendiendo en instantes las llamas por to- do el lugar. Los vecinos aterrorizados tra- taron de ahuyentarlo a gritos y a cachucha- zos, pero fue en balde. Se alejó cuando todo estaba prácticamente consumido. Los mo- radores ya tenían cierta experiencia en con- trolar conatos de incendio a cubetazos, pe- ro ese día las tomas de agua estaban secas. A lo mejor fue provocado por ellos mis- mos de la mesa directiva. Con tanto dinero que hemos dado de cooperaciones. Ese pre- dio está muy peleado, hay muchos intere- bro de la mesa directiva, denuncia que los actuales dirigentes no han rendido infor- mes ni entregado los recibos correspon- dientes. Considera que se han recaudado 144 mil pesos al año por persona, y que son 500 los participantes. Además se han pedi- do cooperaciones que fluctúan entre los 15 y 20 mil pesos, para hacer comidas en honor de la actriz Gabriela Goldsmith, rei- na de Tepito, o para mariachis que no han llegado a tocar. En otra carta, ésta dirigida a Jorge Car- pizo, presidente de la Comisión de Dere- chos Humanos, recibida el 92 JAN24 (sic), ses de por medio, por eso nos quieren sacar -afuman en corrillo Teresa Ortega y Gua- dalupe Medina, habitantes del predio y par- te de un movimiento disidente. Una Historia de Invasiones, Dinero y Hostigamiento La mesa directiva del movimiento de colonos "Tú y Nosotros por Tepito" está integrada por Mario Blanco, Mario Váz- quez García, Concepción Luna Bobadilla y Juan Guzmán. Originalmente fue fundado por Mario Peláez, el Señor Pato, como es conocido, con la ocupación del baldío en Toltecas y Constancia, propiedad del DDF. Su objeti- vo era construir viviendas, debido al des- doblamiento, cuyo ejemplo es el mismo Ma- rio Peláez. Hace 16 años recibió una vivienda minúscula, con dos recámaras en una super- ficie de 40 metros cuadrados. Actualmente, con 49 años de edad, tiene una familia com- puesta por su esposa, ocho hijos y 17 nietos, la mayor de 17 años y la menor de uno. 1 lace dos años empezó la colonización del terreno y un largo peregrinaje ante las autoridades del DDF, para obtener créditos de vivienda. Has- ta el momento del accidente no habían obte- nido respuesta. El señor Peláez, primer presidente de la asociación, renunció a ésta, mediante una carta dirigida al licenciado Camacho Solís, donde renuncia a su cargo, denuncia que ha sido desplazado por la actual mesa directi- va y se deslinda de la responsabilidad del manejo de las cuotas y cooperaciones. En carta recibida el 11 de enero de 1992 por la Asamblea de Representantes del DF, Er- nesto Hernández Ramírez, que fue miem- Hernández Ramírez pone énfasis en el mal manejo de fondos, acoso sexual a una mu- jer por Mario Vázquez y Ezequiel Ortega, de la mesa directiva. Entrevistados en el albergue de Zarco 97, de la asociación civil Campamentos Unidos AC, Mario Vázquez y Mario Blan- co, los dirigentes priistas y del movimiento "Tú y Nosotros por Tepito", niegan los cargos, en voz del primero: "Hemos estado recibiendo ataques de gentes que no están de acuerdo con nosotros. Tienen la duda de que no se les va a cumplir ron lo prometido. Le voy a contestar lo de los recibos. Al dar recibo por la cantidad que sea, estamos comprometidos nosotros a pagar un tanto por ciento, porque está ron el fisco público. Nunca lo hicimos porque la gente en realidad nos apoyó y jamás nos lo exigió. Las personas que están obstruyendo nuestra labor son las que lo están pregonando. Fueron des- tituidos por la mesa directiva. Son familiares de dudosa reputación". -Dicen los vecinos que les han pedido auditorías. "Sin que nos lo exigiera la comunidad, pedimos una auditoría. La mandamos ha- cer de nuestro propio dinero. Con toda la satisfacción, salió lo que es. ¿Tiene usted los documentos? "Por desgracia se quemaron, señor, esa es una de nuestras mayores desgracias, la tenía- mos en una de las oficinas que estaban donde se incendió. Se quemaron todos los archivos". En el patio de uno de los palomares, frente al lugar del incendio, cerca de 30 familias pernoctan bajo unos toldos, sepa- radas por cajas de cartón desdobladas que los protegen del viento frfo y de la lluvia. En un montón de escombros que recogieron hay un triciclo achicharrado, poro se puede reconocer en esa basura. Son los damnifica- dos que por ningún motivo aceptaron irse al campamento que les ofreció la directiva de su movimiento, o que no contaban ron los familiares que mencionó el licenciado Oroz- co Loreto. En la tarde, bajo un cielo encapo- tado, una niña casi adolescente, con parálisis cerebral infantil, veía fijamente el juguete. De cuando en cuando, desde su silla de rue- das, echaba un vistazo lánguido al terreno donde estuvieron los campamentos, cubierto ahora con una costra de hollín enlodado por las tolvaneras de la tarde, la lluvia y el agua de los bomberos del día anterior. Al filo de la madrugada, en el departa- mento del Señor Pato, los triques, muebles y comestibles desafían la forma del departa- mentito que los contiene. El olor es el del hacinamiento con esa característica picante de cobijas y gente dormida, que se sedimenta durante los años donde no hay ventilación. Los vecinos disidentes se reúnen sin poder planear nada. No tienen nada más que la ropa puesta. La ira desplaza a las propuestas para organizarse. Para ellos no hay futuro. Por el momento lo han perdido todo. Sólo hablan en forma reiterativa, casi maniaca, de la ineptitud de sus dirigentes para conseguirles vivienda, de la indiferen- cia de las autoridades y de las vejaciones. Teresa Ortega es una mujer joven que ya había sido echada de su campamento, pero ahí tenía sus pertenencias. El motivo fue que no aceptó ir a tomar una copa con Mario Vázquez. Pero a pesar de la tragedia y de los hostiga- mientos, nadie está dispuesto a dejar Tepito. "Queremos que nos den vivienda pero aquí en el barrio, porque somos hijos del barrio -los vecinos se tropiezan para tomar la palabra, pero todos expresan lo mismo. No queremos que nos reubiquen en la pe- riferia. Aquí están nuestras raíces, todos somos tlaltelolcas, de aquí comemos, so- mos comerciantes, lepoztecas (en alusión a los poxtecas que eran los comerciantes me- xicas), somos de esas personas que sólo podemos generar supervivencia donde he- mos echado nuestras raíces". Con respecto a la vivienda, el licenciado Orozco Toledo, emitió el oficio SDT/007/92, donde solicita que se enajene a título oneroso el predio en disputa, a la asociación "Tú y nosotros por Tepito". Otro documento, fechado por el subde- legado Andrés Covarrubias, señala que "No se construirá vivienda provisional en las inmediaciones de esta delegación" y que "No sería aceptada ninguna persona ajena a la organización y además que no estuviera habitando el campamento que su- frió el siniestro". Los disidentes no están dispuesto a aceptarlo. "Qué va a pasar con las personas que no habitaban su campamento, pero que daban cuota, son alrededor de quinientas. A esa gente para qué la estuvieron engañando sí no les iban a dar vivienda". Al poco tiempo de apagado el incendio el doctor Covarrubias, ante las preguntas sobre los riesgos en las que vive la pobla- ción de Tepito y las soluciones para la vivienda, había comentado: "Usted que es gente de prensa y que sabe muchas cosas, ¿nosabe dónde hay un aves- truz negro con un huevo y plumas? -Sf, en el zoológico o que puede com- prar uno en Tepoztlin. "Es que hay que hacernos una limpia".

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Page 1: El Siniestro Devastó más de 200 Casas El Incendio Pudo ser

64 M E T R O P O L I T A N A EL FINANCIERO LUNES 4 DE M A Y O DE 1992

El Siniestro Devastó más de 200 Casas

" E l I n c e n d i o P u d o s e r P r o v o c a d o " , A f i r m a n D a m n i f i c a d o s d e T e p i t o Eduardo Monteverde

Un incendio devastó alrededor de 200 casuchas en pleno Centro Histórico de la ciudad de México. No hubo lesionados ni pérdidas humanas, pero hay cerca de mil damnificados, que hasta el momento no han recibido apoyo.

A las 12:20 del pasado 30 de abril, en la esquina de Toltecas y Constancia, decenas de familias quedaron sin techo y sin perte­nencias. Guillermo Orozco Loreto, titular de la delegación Cuauhtémoc, estuvo en el lugar de los hechos y ante las preguntas de los reporteros sobre el futuro de los damnifica­dos, respondió que éstos acudirían a sus fa­miliares, ya que prácticamente todos cuentan con ese apoyo en el barrio de Tepito.

Las víctimas son damnificados por par­tida doble. Algunos perdieron su morada durante el terremoto del 85, otros son los desdoblados, las nuevas generaciones de los que obtuvieron una vivienda del Plan Tepito y ya no caben en los departamentos, palomares, con una superficie de 40 metros cuadrados. Por esta expulsión demográfi­ca, se han visto obligados a ocupar los terrenos baldíos de la zona.

Las condiciones de seguridad eran prácti­camente inexistentes. Los jacales estaban construidos con cartón y lámina de plástico, la circulación era a través de vericuetos entre tanques de gas y materiales inflamables, en una superficie aproximada de 3 mil metros.

El doctor Andrés Covarrubias, subdelega­do de la delegación en el Centro Histórico Tepito, informó a EL FINANCIERO que el predio üicendiado contaba con 70 extingui-dores y asintió cuando Leobardo Beltrán y Plata, presidente del barrio de Tepito y dipu­tado priista, afirmó que se habían dado más de 400 pláticas a los afectados sobre medidas de seguridad en caso de siniestro.

En un recorrido sobre los escombros humeantes, se observaron sólo dos cilin­dros de extinguidores calcinados. Hugo Benítez, un joven que hurgaba en un charco de cenizas y sobre un pal iacate amontonaba las monedas que sacaba de lo que fue su alcancía, tiene otro punto de vista:

"¿Exin... que? -Sí, esos aparatos para apagar el fuego. "No qué iba a haber. ¿Y pláticas? No,

nunca nos dieron. Las autoridades nunca se preocuparon por nosotros."

A-tres cuadras y media del predio incen­diado, en la calle de Hortelanos, se encuentra un terreno ocupado por casuchas donde abundan el plástico, el cartón, los tanques de gas y carece de agua. Lo ocupan 12 familias, sin que se pueda encontrar un solo extingui-dor. Los vecinos no han recibido instruccio­nes sobre qué hacer en un caso de siniestro.

¿Incendio Provocado? Una de las Interrogantes

"Pues a lo mejor sí empezó en mi cam­pamento. Tengo una veladora, ya nomás la pura basecita, así, lo que queda. A lo mejor pasó una de las ratas grandes o chicas y la tiró". Don Márgaro, con las manos en los bolsillos, responde mirando al cielo con sus ojos bajo la visera de su cachucha. "Lásti­ma Margarito", le grita alguno de los dam­nificados que dormitan en el piso y a la intemperie de un albergue particular en la Guerrero. Y es que muchos de los vecinos creen que las llamas empezaron en la casu-cha o campamento de este anciano que es ayudante de instalador de mosaicos. En lo que todos coinciden es que a los pocos minutos de iniciado el desastre, un helicóp­

tero blanco, del que nadie pudo ver la ma­trícula, sobrevoló el terreno a baja altura, extendiendo en instantes las llamas por to­do el lugar. Los vecinos aterrorizados tra­taron de ahuyentarlo a gritos y a cachucha-zos, pero fue en balde. Se alejó cuando todo estaba prácticamente consumido. Los mo­radores ya tenían cierta experiencia en con­trolar conatos de incendio a cubetazos, pe­ro ese día las tomas de agua estaban secas.

A lo mejor fue provocado por ellos mis­mos de la mesa directiva. Con tanto dinero que hemos dado de cooperaciones. Ese pre­dio está muy peleado, hay muchos intere-

bro de la mesa directiva, denuncia que los actuales dirigentes no han rendido infor­mes ni entregado los recibos correspon­dientes. Considera que se han recaudado 144 mil pesos al año por persona, y que son 500 los participantes. Además se han pedi­do cooperaciones que fluctúan entre los 15 y 20 mil pesos, para hacer comidas en honor de la actriz Gabriela Goldsmith, rei­na de Tepito, o para mariachis que no han llegado a tocar.

En otra carta, ésta dirigida a Jorge Car-pizo, presidente de la Comisión de Dere­chos Humanos, recibida el 92 JAN24 (sic),

ses de por medio, por eso nos quieren sacar -afuman en corrillo Teresa Ortega y Gua­dalupe Medina, habitantes del predio y par­te de un movimiento disidente.

Una Historia de Invasiones, Dinero y

Hostigamiento

La mesa directiva del movimiento de colonos "Tú y Nosotros por Tepito" está integrada por Mario Blanco, Mario Váz­quez García, Concepción Luna Bobadilla y Juan Guzmán.

Originalmente fue fundado por Mario Peláez, el Señor Pato, como es conocido, con la ocupación del baldío en Toltecas y Constancia, propiedad del DDF. Su objeti­vo era construir viviendas, debido al des­doblamiento, cuyo ejemplo es el mismo Ma­rio Peláez. Hace 16 años recibió una vivienda minúscula, con dos recámaras en una super­ficie de 40 metros cuadrados. Actualmente, con 49 años de edad, tiene una familia com­puesta por su esposa, ocho hijos y 17 nietos, la mayor de 17 años y la menor de uno. 1 lace dos años empezó la colonización del terreno y un largo peregrinaje ante las autoridades del DDF, para obtener créditos de vivienda. Has­ta el momento del accidente no habían obte­nido respuesta.

El señor Peláez, primer presidente de la asociación, renunció a ésta, mediante una carta dirigida al licenciado Camacho Solís, donde renuncia a su cargo, denuncia que ha sido desplazado por la actual mesa directi­va y se deslinda de la responsabilidad del manejo de las cuotas y cooperaciones. En carta recibida el 11 de enero de 1992 por la Asamblea de Representantes del DF, Er­nesto Hernández Ramírez, que fue miem-

Hernández Ramírez pone énfasis en el mal manejo de fondos, acoso sexual a una mu­jer por Mario Vázquez y Ezequiel Ortega, de la mesa directiva.

Entrevistados en el albergue de Zarco 97, de la asociación civil Campamentos Unidos A C , Mario Vázquez y Mario Blan­co, los dirigentes priistas y del movimiento "Tú y Nosotros por Tepito", niegan los cargos, en voz del primero:

"Hemos estado recibiendo ataques de gentes que no están de acuerdo con nosotros. Tienen la duda de que no se les va a cumplir ron lo prometido. Le voy a contestar lo de los recibos. Al dar recibo por la cantidad que sea, estamos comprometidos nosotros a pagar un tanto por ciento, porque está ron el fisco público. Nunca lo hicimos porque la gente en realidad nos apoyó y jamás nos lo exigió. Las personas que están obstruyendo nuestra labor son las que lo están pregonando. Fueron des­tituidos por la mesa directiva. Son familiares de dudosa reputación".

-Dicen los vecinos que les han pedido auditorías.

"Sin que nos lo exigiera la comunidad, pedimos una auditoría. La mandamos ha­cer de nuestro propio dinero. Con toda la satisfacción, salió lo que es.

¿Tiene usted los documentos? "Por desgracia se quemaron, señor, esa es

una de nuestras mayores desgracias, la tenía­mos en una de las oficinas que estaban donde se incendió. Se quemaron todos los archivos".

En el patio de uno de los palomares, frente al lugar del incendio, cerca de 30 familias pernoctan bajo unos toldos, sepa­radas por cajas de cartón desdobladas que los protegen del viento frfo y de la lluvia.

En un montón de escombros que recogieron hay un triciclo achicharrado, poro se puede reconocer en esa basura. Son los damnifica­dos que por ningún motivo aceptaron irse al campamento que les ofreció la directiva de su movimiento, o que no contaban ron los familiares que mencionó el licenciado Oroz­co Loreto. En la tarde, bajo un cielo encapo­tado, una niña casi adolescente, con parálisis cerebral infantil, veía fijamente el juguete. De cuando en cuando, desde su silla de rue­das, echaba un vistazo lánguido al terreno donde estuvieron los campamentos, cubierto ahora con una costra de hollín enlodado por las tolvaneras de la tarde, la lluvia y el agua de los bomberos del día anterior.

Al filo de la madrugada, en el departa­mento del Señor Pato, los triques, muebles y comestibles desafían la forma del departa-mentito que los contiene. El olor es el del hacinamiento con esa característica picante de cobijas y gente dormida, que se sedimenta durante los años donde no hay ventilación.

Los vecinos disidentes se reúnen sin poder planear nada. No tienen nada más que la ropa puesta. La ira desplaza a las propuestas para organizarse. Para ellos no hay futuro. Por el momento lo han perdido todo. Sólo hablan en forma reiterativa, casi maniaca, de la ineptitud de sus dirigentes para conseguirles vivienda, de la indiferen­cia de las autoridades y de las vejaciones.

Teresa Ortega es una mujer joven que ya había sido echada de su campamento, pero ahí tenía sus pertenencias. El motivo fue que no aceptó ir a tomar una copa con Mario Vázquez. Pero a pesar de la tragedia y de los hostiga­mientos, nadie está dispuesto a dejar Tepito.

"Queremos que nos den vivienda pero aquí en el barrio, porque somos hijos del barrio -los vecinos se tropiezan para tomar la palabra, pero todos expresan lo mismo. No queremos que nos reubiquen en la pe­riferia. Aquí están nuestras raíces, todos somos tlaltelolcas, de aquí comemos, so­mos comerciantes, lepoztecas (en alusión a los poxtecas que eran los comerciantes me-xicas), somos de esas personas que sólo podemos generar supervivencia donde he­mos echado nuestras raíces".

Con respecto a la vivienda, el licenciado Orozco Toledo, emitió el oficio SDT/007/92, donde solicita que se enajene a título oneroso el predio en disputa, a la asociación "Tú y nosotros por Tepito".

Otro documento, fechado por el subde­legado Andrés Covarrubias, señala que "No se construirá vivienda provisional en las inmediaciones de esta delegación" y que "No sería aceptada ninguna persona ajena a la organización y además que no estuviera habitando el campamento que su­frió el siniestro". Los disidentes no están dispuesto a aceptarlo.

"Qué va a pasar con las personas que no habitaban su campamento, pero que daban cuota, son alrededor de quinientas. A esa gente para qué la estuvieron engañando sí no les iban a dar vivienda".

Al poco tiempo de apagado el incendio el doctor Covarrubias, ante las preguntas sobre los riesgos en las que vive la pobla­ción de Tepito y las soluciones para la vivienda, había comentado:

"Usted que es gente de prensa y que sabe muchas cosas, ¿nosabe dónde hay un aves­truz negro con un huevo y plumas?

-Sf, en el zoológico o sé que puede com­prar uno en Tepoztlin.

"Es que hay que hacernos una limpia".