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    AVISO DEL AUTOR AL LECTOR

    Esta es una versin para ser distribuida electrnicamente, con idnticos resguardosy prevenciones que marca la Ley vigente en la Repblica Argentina y pases del

    mundo signatarios de los Convenios sobre Derecho de Autor (*)La he realizado y la doy a publicidad en 2012, a quince aos exactos de la primeraversin impresa, editada en Biglia Impresores, el 23 de abril de 1997. En amboscasos, en coincidencia con elDa de San Jorge, Patrono Mundial de los Scouts yde muchos pases e instituciones del mundo. Baden Powell (B.P.) recomendaba eneste da releer el Escultismo para muchachos y tener un recuerdo afectuoso paratodos losHermanos Scout del mundo.Por ser una edicin electrnica, se incluyen la solapa de la versin original y la

    contratapa al principio de la obra, as como las fotografas que se incluan en losfinales de cada captulo, tienen ahora una referencia escrita y se han aadido nue-vas ilustraciones. Asimismo, el ndice ha sido colocado al principio, con hiper-vnculos hacia cada texto mencionado. No se ha revisado ni aadido nada al texto.En algunos casos, se encontrarn pie de pginas (a diferencia de la versin impre-sa) quedado el tiempo transcurrido y el desconocimiento que se puede llegar atener de algunas siglas y datos que en su momento eran de conocimiento corriente

    se ha credo oportuno incluir.Para ampliar mucho de lo aqu expuesto y para aadir las vivencias posteriores alas de la edicin de este libro, escrib El Tigre en la Jungla cuya publicacinest pendiente. Espero que pronto vea la luz. Gracias por interesarte en esta obra.Agradecer cualquier comentario de la ndole que sea que se me enve a micorreo electrnico:

    [email protected]

    As como invito a visitar mi pgina web El Aprendiz de Alquimista:

    www.alchemium.com.ar

    Algunos acontecimientos referidos en este libro, estn prximos a cumplir cin-cuenta aos espero que nos encontremosen sus respectivos festejos

    M.S. Anbal Seleme (Tigre Colorado)

    Buenos Aires, 23 de abril (Da de San Jorge) de 2012.

    (*)Aquellos webmastersy bibliotecarios que quieran difundirla, por favor contactarse previamente conmigo.

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    SOLAPA DEL LIBRO(VERSION IMPRESA 1997)

    Nota (2012): A la fecha de esta edicinelectrnica, mi situacin acadmica y laboral hacambiado. He realizado otro tipo de capacita-

    ciones y he ocupado otros cargos. Yo tambinhe cambiado (vase el resultado ms abajo)Hace nueve aos resido en la Ciudad de BuenosAires y actualmente estoy jubilado en la activi-dad docente que se describe en la solapa queest al costado.Pero sigo actuando en varias instituciones. Encuanto al Scoutismo, slo reconozco mi perte-nencia a la Gran Fraternidad Mundial de losScouts y (a partir de 2008) he tomado la deci-sin de no afiliarme a ninguna asociacin na-cional, mientras no se hayan hecho todos losesfuerzos posibles para lograr la unidad delScoutismo en Argentina, motivo de nuestralucha por tanto tiempo.No obstante, participo de actividades y colabo-ro con todos aquellos que me invitan a hacerlo,sin distincin de Asociaciones.

    El autor en la actualidad

    INSIGNIA DE LA GFM SCOUT

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    INSIGNIA DE LA GRAN FRATERNIDAD MUNDIAL SCOUT

    INSIGNIAS ROVER TRADICIONALES

    Pie de imprenta de la edicin impresa en 1997

    EL ROVERISMO QUE VIVI.Por Anbal SELEME

    Contacto con el autor: [email protected] de la 1 edicin:I.S.B.N. 950-43-8056-5 by Anbal Seleme 1997Hecho el depsito que marca la Ley 11.723Libro de edicin argentina.Ilustraciones y Tapa: Enrique Biglia.Foto de Tapa: Daro Castillo

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    INDICE

    A MANERA DE PRLOGO 11CAPTULO I: EL ROVERISMO QUE VIVI 15 Algunos recuerdos importantes ElMontero Rovery B.P. El Captulo VII Una carta, un reencuentro y un nuevo Comisionado Nacional Rover LosENRUS El nuevo Captulo VIICAPTULO II: COMO COMENZAR UN CLAN 31 El porqu de este ttulo

    ElAsado General Constituyente Intermezzo La redaccin de la Carta de Clan La mstica del Clan Los campamentos y las salidas Las ceremonias.CAPTULO III: ORGANIZACION DE LA RUTA 41 La Organizacin Rover enRoverismo hacia el xito Rovers de Gilcraft Las Metodologas de la Ruta Los Cursos para Dirigentes Los Rovers de Partida Chicos y chicas Los Congresos RoverCAPTULO IV: LOS ROVER MOOTS 53 Encuentro de Rutas. El Rover Moot Nacional 0 (1962) Primer Rover Moot Nacional (1978) Segundo Rover Moot Nacional (1979) Tercer Rover Moot Nacional (1980) Cuarto Rover Moot Nacional (1981) Quinto Rover Moot Nacional (1982) Sexto Rover Moot Nacional (1983) Sptimo Rover Moot Nacional (1984) Octavo Rover Moot Nacional (1985) Noveno Rover Moot Nacional (1986)

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    Dcimo Rover Moot Nacional (1987) Undcimo Rover Moot Nacional (1988) Duodcimo Rover Moot Nacional (1989) Decimotercer Rover Moot Nacional (1990)

    Decimocuarto Rover Moot Nacional (1992) Un intermedio prolongado Decimoquinto Rover Moot Nacional y Primero de la Unidad (1996) Los otros Moots y los otros de los Moots Sntesis final de este CaptuloCAPTULO V: LA HERMANDAD ROVER 71 Como hacerse de amigos El espritu del Clan(y de los Clanes amigos) Como nos conocimos los Dirigentes y que pas despus Cmo se conocieron los Rovers Servicios Distritales, Regionales y NacionalesCAPTULO VI: ALGO MS SOBRE MISTICA 79 Porqu vuelvo aqu a la mstica Algunos apuntes sobre los elementos msticos del Roverismo Nota final al captulo sobre msticaCAPTULO VII: EL ROVERISMO HACIA EL XITO Y EL CONCEPTO DE

    LA VIDA SEGN BADEN POWELL (B.P.) 87 Breve comentario sobre la obra y el autor El esquema de la obra El concepto de la vida en B.P.CAPTULO VIII: EPLOGO 95 Siempre Listo! ElRoverismo que vivAGRADECIMIENTOS 99

    BIBLIOGRAFA 100APNDICES

    I- Un Montero Rover 101II- Copia de la Carta de Clan San Jorge 105III-Notas de pie de pgina al libro Rovers de Gilcraft 111IV-TresPiezas de museo:

    a. Creacin de la Orden de San Pablo 119b. Entrega en custodia de la Banderas de los Moots

    120c. Medalla Testimonio de gratitud Rover 122

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    BONUS(slo edicin electrnica) 123Iltimos mensajesde B.P.

    A losRovers 123 A losDirigentes

    124IIIlustraciones y fotografas publicadas en la edicin en papel de 1997 e indi-tas, todas con sus referencias, se han aadido en las pginas en blanco de la pre-sente edicin electrnica y en la pgina 124

    Fotografa original de Daro Castillo, editada luego por Enrique Biglia para componer la tapa del libroedicin 1997. En la misma, estn la Bandera Scout Internacional de la WOSM y los elementos delUniforme Scout del autor: sombrero de cuatro pozos, bastn Rover y laInsignia de Madera de

    Cuatro Tacos.

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    A MANERA DE PROLOGO

    Parece imprescindible en toda obra, referirse brevemente (?) a la misma enun prlogo en el que uno dice cosas que muchas veces no tienen que ver ni remo-tamente con lo que se escribir a continuacin. Esto es lo que estoy haciendo.

    Comenc a participar de campamentos, en un movimiento que formal-mente no era Scout pero que en la organizacin de sus actividades tena mucho descoutismo. Esto ocurri cuando tena unos siete aos y la agrupacin se denomi-naba Ateneo Juventus cuya alma mater era el Padre Carmelo de Perito, de laOrden de los Capuchinos.

    A los doce aos, entr como Cadete del Liceo Militar General Paz de laCiudad de Crdoba y durante esos cinco aos (que mereceran sin dudas otro in-tento de libro cuyo borrador he comenzado) continu participando de esos cam-

    pamentos. Simultneamente, al comienzo mismo de la tan controvertida dcadade los 60 me inscrib en la Sociedad Escultista Argentina en calidad de ScoutSolitario. Esta Asociacin Scout la lideraba el M .S. Guillaum y tena su SedeCentral en Santa Fe. Aceptaba miembros de otros lugares en esa condicin, siem-

    pre y cuando, uno estuviera dispuesto a participar de sus campamentos. Lo hice enuno de ellos a la edad de catorce aos y formul la Promesa Scout en el mismo.

    A mi egreso del Liceo, el P. Malatios Hallak, Prroco de San Jorge laIglesia Catlica Melkita de Crdoba, me llam por intermedio de un gran amigo

    habida cuenta dos cosas (o tres): el hecho de mi experiencia en campamentos,mi condicin de hijo de rabes y la tercera (que puse en condicional) el hechode que haba cumplido mi servicio militar (hoy por hoy requisito ignorado pornuestros jvenes). Es que el querido P. Malatios, tena intenciones de fundar unGrupo Scout en la Parroquia y el entonces Distrito Crdoba, le haba solicitadocandidatos que reunieran la primera y la ltima condicin (la del medio era decosecha propia del Padre), para realizar un Curso de Dirigentes que tendra lugaren la propia Parroquia durante el verano del 63/64. Ah conoc a un puado de

    Dirigentes Scout que con el tiempo se transformaron, junto con otros que conocms tarde, en mis hermanos ms queridos: Ricardo Altamira, Mario Sezin, JuanCaselia y Rafael Bressan. Al final del Curso, nos examin otroquerido hermanohoy lamentablemente desaparecido fsicamente: Adalberto Lpez. Digo nos

    porque este Curso lo realic junto a Miguel Yunes con quien compart la primeraparte de ese ao fundacional y que ms tarde se fue a trabajar en otro Grupo.1

    Mientras se realizaba el Curso, tenamos largas reuniones con el P. Mala-tios: la decisin acerca del nombre del futuro Grupo, nos tom unos diez segun-

    1A la fecha de esta edicin electrnica, tambin partieron al Campamento Eterno los MM.SS. Altamira yCaselia.

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    dos: se denominara San Jorge; en parte por el amor que tenemos los orientalescristianos y sus descendientes por el Santo Mrtir del Siglo IV y en parte tambin

    porque por feliz coincidencia, el Santo de a caballo es el Patrono Mundial de losScouts. Mucho ms tiempo nos tom decidirnos por el color del pauelo que dis-tinguira al Grupo (eligiendo el rojo de la capa del Santo y un vivo gris por el co-

    lor de su armadura). Otra cosa fueron las reuniones en la que compusimos algunascanciones Scout (para la Tropa Scout y para la Manada de Lobatos): decididamen-te all nos esmeramos y nos tomamos nuestro tiempo.

    En la Semana Santa del ao 64, formul la Promesa de Dirigente deU.S.C.A.2 Anteriormente y por casualidad el da de mi cumpleaos, haban co-menzado las reuniones de la Tropa (a cargo mo) y de la Manada (a cargo deHayde Gname). Aunque un tiempo antes, nos habamos reunido con algunosmuchachos interesados en formar parte del Grupo y que potencialmente seran

    Guas de Patrulla.Sera imposiblemxime en un prlogorelatar los detalles de la histo-

    ria del Grupo San Jorge (creo que eso merecera tambin otro libro que no heempezado) pero quera contar el origen de este Grupo y de mi propia historiaScout, ya que el Clan Rover que prcticamente sign mi actuacin posterior enesta Rama, tuvo su origen en algunos integrantes de esa Tropa Scout que vea laluz en los primeros meses de 1964. Con esos Scouts (Osvaldo, Quique, Julio, Pali,Cabda y otros) primero fui Dirigente Raider por el 68 y luego Dirigente Rover en

    el 70. Crec con ellos en todo sentido. Con ellos y con quienes vinieron despus(Ricardo, Cachi, Rafa y tantos otros). Con ellos, emprendimos la aventura dedifundir el Roverismo, como estaba expresado en nuestra Carta de Clan3.Y fueronalgunos de ellos mi principal sostn material y espiritual, cuando tuve que asumirresponsabilidades mayores en la Rama ya que constituyeron mi equipo de trabajo.Sobre esto tendr la oportunidad de volver ms adelante.

    En definitiva, me propuse historiar los veinticinco aos ms prximos dela Rama Rover (actualmente Seccin Rover) del Scoutismo ms prximo a m:

    esto es, el de U.S.C.A. hasta el momento de la unidad del Movimiento Scout deArgentina4. Por varias razones: la primera es que creo que esta historia, puedeservir al nuevo Roverismo que va a surgir luego de la definitiva unidad del Scou-tismo en nuestro pas. La segunda, es que pienso que es un deber de concienciaexponer los puntos de vista que nos llevaron primero a unos pocos y luego (gra-2Unin Scouts Catlicos Argentinos.3Esta Carta de Clan, est transcripta comoApndice IIde este libro, con permiso especial del Clan San Jorge.4Hecho que se produjo el 1 de diciembre de 1996, cuatro meses antes de la edicin de este libro. En ese momen-

    to, se fusionaron la Unin Scouts Catlicos Argentinos y la Asociacin de Scouts Argentinos, formando la nuevainstitucin denominada: Scouts de Argentina. Desde esa fecha, muchos acontecimientos han tenido lugar, por loque espero que pronto vea la luz, el libro mencionado en mi nota inicial: El Tigre en la Jungla, donde analizo losmismos, actualizo la informacin contenida en el presente y aporto reflexiones para el debate.

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    cias a Dios) a muchos, a fortalecer y engrandecer la Ruta. La tercera est basadaen el convencimiento de que las nuevas generaciones de Rovers, tienen el derechode saber cules fueron los orgenes de sus actuales actividades. Y esto es quizs loms importante: este derecho que les asiste, nos impone el deber de dar nuestraversin de esa historia.

    Varios Dirigenteshermanos entraablesme sugirieron emprender estatarea, en el transcurso del Rover Moot Nacional de la Unidad, realizado en elCan del Atuel (en las proximidades de San Rafael, Mendoza) en octubre del

    presente ao. Otros, lo hicieron cuando en noviembre pasado, se cumplieron vein-ticinco aos de la fundacin oficial del Clan San Jorge.

    Para unos y otros, aqu est la respuesta a esas fraternales sugerencias.Espero no defraudarlos. Van en las pginas que siguen, muchos recuerdos queri-dos. Van tambin el cmulo de experiencias que acumulamos no slo en la prcti-

    ca cotidiana del Clan, sino tambin aquellas que atesoramos como propias a partirde las ajenas. Muchas noches de charlas, muchos dilogos fecundos en los Cursos

    para Dirigentes, muchas consultas, opiniones y an pasajeros enfrentamientos, sonla mdula de los captulos de este libro que pretende ser slo un aporte para lasnuevas generaciones de Rovers y Dirigentes.

    Como una carta a varios amigos, como un afectuoso homenaje a quienestanto trabajaron por la Ruta argentina, como el deber ineludible de dar testimoniode aquello por lo que se luch y se trabaj incansablemente, van estas pginas

    escritas con corazn Rover.Siempre Listo para Servir!

    Anbal SelemeTigre Colorado

    Crdoba, 23 de abril (*) de 1997.

    (*) Da de San Jorge, Patrono Mundial de los Scouts y Patrono del Clan que ms se menciona en estelibro.

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    Una celebracin tradicional del Grupo San Jorge (al que ms tarde se sum la Compaa de GuasSanta Brbara). Un Scout de Uniforme y encima del mismo una coraza, casco y capa, montado en

    un caballo, ataca con una lanza a un dragn fabricado especialmente para la ocasin y lleno defuegos artificiales. Las caractersticas variaban de ao a ao. La presente foto, corresponde alDa de

    San Jorgede 1986.

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    CAPITULO I

    EL ROVERISMO QUE VIV

    Algunos recuerdos importantes

    Recuerdo que cuando realizamos el Curso en San Jorge, me quedaronmuy grabadas algunas palabras que escuch en el mismo. Por ese entonces, sehablaba de tres Ramas: Lobatos, Scouts y Rovers. De las primeras dos, haba sufi-ciente experiencia y conocimientos; se contaba con literatura (aunque escasa poresos aos) ysobre todose trabajaba activamente en los Grupos con ellas.

    Al llegar a la Rama Rover, la informacin pareca ms escasa. No se con-taba con mucha bibliografa y no haba mucha experiencia de trabajo. Particular-

    mente interesado en comenzar a trabajar en la fundacin del Grupo, vea comomuy lejana la posibilidad de dedicarme a esta Rama de la cual muchos Dirigentesdecan: es muy difcil para trabajar. Otros ms pesimistasaadan dos argu-mentos: el ms suave: los muchachos de esa edad, son necesarios como Ayudan-tes de Rama; el ms grave: el Roverismoes imposible y an: el Roverismo noexiste Yo mismo por esa poca, tena edad Rover y mi curiosidad era personal.Llegaban las Revistas Huella y su informacin slo me acicateaba a leer ms.Una feliz coincidencia puso en mis manos Roverismo hacia el xito y ah co-

    menz a bullir en mi espritu la idea de que algn da pondramos en marcha estaaventura. Gracias a Dios as fue.Al aparecer para la edad intermedia de 14 a 17 aos la opcin del Raide-

    rismo, supe que era un camino ms a emprender con meta final en el Roverismo.Y as comenzamos con la Tropa Raider en el Grupo. Tambin esta Rama tenareputacin de difcil y sus Dirigentes de demasiado innovadores. La propia in-experiencia de los mismos, acerca de algo que se estaba gestando, unida al hechode tener que generar permanentemente actividades y an lenguaje propio, tenan

    como consecuencia cierta que en muchas Tropas Raiders se perdiera el tiempo(debe tenerse en cuenta asimismo la edad Raider cargada de diletantismo). Porlo que en los propios Consejos de Grupo, (si no eran presididos por el Jefe deTropa Raider) los Dirigentes Raiders reciban permanentes reproches acerca de lasactividades de la Rama.

    Creo que eran sntomas de crecimiento. Estbamos presenciando sinsaberlo a ciencia ciertauna de las mayores transformaciones que haya sufrido lahumanidad en toda su historia: la que se produjo en las dcadas de los 60 y los

    70. Si salimos con bien y fortalecidos de esas duras pocas de cambios en todosentido, fue indudablemente: por la asistencia del Gran Jefe y porque tenamosentre manos una herramienta educativa formidable con la cual entusiasmar a los

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    nios, adolescentes y jvenes para que se formaran como buenos hijos de Dios ybuenos ciudadanos. Para que aprendieran a vivir en la Naturaleza y fundamental-mente, para que aprendieran a servir al prjimo con alegra.

    El Montero Rover y B.P.

    Cada Movimiento, Institucin, Agrupacin, Sociedad humana, es un pocoo un mucho el reflejo de quien o quienes le dieron vida y aliento. De susfundadores. Nadie como el fundador de alguna comunidad, sabr cul era el desti-no que imaginaba para ella. Cules eran los procedimientos a seguir en cada caso.Culen definitivael espritu que la anima.

    Por eso es imprescindible referirse a Robert Stephenson Smith BadenPowell of Gilwell, al cual los Scouts le llamamos simplemente B.P.

    Y esta referencia est muy lejana de un culto a la personalidad fuera delugar y ms lejana an a una trasnochada anglofilia que no tengo. Creo tener bas-tante en claro el riesgo que significa hablar de un hombre alabando su obra, sincaer en la ingenuidad (o en la perversin) de ocultar sus errores o ignorar sus in-evitables falencias humanas. Tambin creo tener el equilibrio, para referirme alcontexto de la nacionalidad de B.P., su carrera militar en lejanas tierras del Impe-rio sirviendo a causas polticas que de ninguna manera comparto y formando partedel mismo Ejrcito Real que varias veces asol nuestras playas: alguna con xito,

    otras derrotado. Espero no confundirme ni confundir a nadie: B.P. es adems detodo esoy an a riesgo de parecer muy du ro: a pesar de todo eso, un hombreen su tiempo y en sus circunstancias. Un hombre que supo dar a su vida un sentidomayor, brindando a la niez y a la juventud del mundo un mtodo educativo for-midable.

    Los hombresms all de los localismos y de las nacionalidadesperte-necemos a la humanidad. Si bien nuestro deber primario comienza en el hogar y seextiende al terruo y a la Patria, nuestro deber mximo es ser humanos (aunque

    suene a juego de palabras). Y en este deber de humanidad, la accin de algunoshombres ha marcado hitos en la historia. Tal es el caso de B.P.: su dedicacin alScoutismo en las ltimas etapas de su vida, su intuicin como pedagogo sin haberrealizado estudios de esta ciencia, su respeto por los que antao fueran sus even-tuales enemigos sobre todo por aquellos que jugaban limpio, su adm iracin porlos Scouts naturales de todo el mundo (entre los que inclua a los baqueanosargentinos) y sobre todo, su concepcin de la vida plasmada en todos sus libros

    pero principalmente en el Roverismo hacia el xito. Todo ello, implica un per-

    manente reconocimiento a su labor. Un permanente referenciamiento hacia suidea- rio en cualquier tarea Scout. Y si bien es cierto su especial inters en que elMovimiento se adaptara a las diferentes particularidades y costumbres de los dife-

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    rentes lugares del mundo y no menos cierto su permanente adaptacin a los cam-bios hasta el momento de su muerte, lo que nos hace suponer que aceptara fcil-mente las innovaciones que permanentemente se han realizado a sus ideas origina-les, no podemos confundirnos al punto tal de hacer un Scoutismo sin B.P..Oslo quedarnos en el homenaje y reconocimiento social que poco o nada le hubie-

    ran interesado.Por estas razones, no puedo menos que definir al Roverismo a partir de

    B.P. Y tampoco dejar de expresar que desde el da que la le, su descripcin delMontero Roverfue para m, la descripcin de cualquier Rover. Por las dudas queno tenga a mano un ejemplar de Roverismo hacia el xito, la he aadido comoApndice Ial presente y recomiendo repasarla antes de continuar.

    Es que en el concepto baden-powelliano de la vida, priman los elementosprcticos y las actitudes concretas. En la descripcin de ese muchacho, no sobran

    muchas palabras y sin embargo hay todo un programa de vida.O por lo menostodo un programa de formacin para un joven en edad Rover. En estos momentosen que las confusiones son ms abundantes que las certezas, donde las teoras vanen desmedro de los resultados, donde casi nadie atina a acertar en la bsqueda decaminos a recorrer por las nuevas generaciones, la simpleza de las preguntas deB.P. y sus respuestas, son conmovedoramente geniales.

    El ocio es la madre de todos los viciosse dijo desde siempre. Y el pro-grama de formacin de B.P. aleja bruscamente a toda posibilidad de ocio. Es vli-

    do lo que aadimos como nota al pie del documento de B.P., en el sentido de queposiblemente algunas de las preguntas y respuestas del Jefe, hayan servido slopara un contexto espacio-temporal distinto al nuestro. Probablemente algunaspocas habra que modificarlas. Pero con seguridad digo que casino modificaraninguna de sus propuestas; ms bien, les aadira otras adecuadas a nuestros tiem-

    pos y a nuestra realidad.5Pero esto no es todo: la concepcin misma de la vida que sostiene B.P. en

    Roverismo hacia el xito, es un mensaje perenne para todo tipo de sociedad y

    para todo tipo de realidad. An con algunos de sus ejemplos un tanto desactuali-zados, hay tanta verdad en sus apreciaciones, que difcilmente uno se puede sus-traer a hacerlos vlidos con un simple esfuerzo intelectual. Me ha parecido tilaadir un Apndice (el III) con un breve comentario sobre Roverismo hacia elxito y sobre el concepto que sobre la vida tena Baden Powell6,para no sobre-cargar esta parte con un excesivo nmero de citas.

    Volviendo alMontero Rover: deca que esa descripcin sintetizabaparam y probablemente para todo el Clanel ideal de Rover. Y porque nuestro ideal

    5Eso justamente es lo que se ha intentado hacer en el final de la transcripcin del texto El Montero Rover.6En esta edicin electrnica el Apndice III del libro impreso se ha transformado en Captulo VII

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    estaba muy lejano de cualquier solucin de compromiso con otro tipo de de-mandas, sostuvimos contra viento y marea, que los Clanes y el Roverismo estabanconcebidos para muchachos y no para chicas de la misma edad. En el momento enque fundamos el Clan San Jorge, esto (y otras cosas ms) estaban en plena dis-cusin. Ver Chicos y chicas en el Captulo III de este libro y tambin el punto ElCaptulo VII que es el prximo de este mismo Captulo.

    Sigo pensando que el Scoutismo tiene una oferta singular: esto es, nica ypropia. Probablemente no est destinado a las masas. Y no de ninguna manerautilizo el trmino masas en el sentido peyorativo que usualmente se le otorga.Lo que quiero decir, es que la Metodologa Scout, por sercomo debe serlounaforma de la denominada educacin personalizada no permite al educador traba-

    jar con un nmero indefinido ni siquiera grande de educandos. Tampoco lepermite improvisar libremente acerca del mtodo, ya que de esa manera lo desna-

    turalizara. S permite, la creatividad y la adaptacin a distintas idiosincrasias y adistintos contextos socio-culturales, perosiempre dentro del mtodo mismo.Mu-chas veces, esta posibilidad de adaptacin y de creatividad, se ha confundido conun cierto libertinaje. Y esto slo ha contribuido a que observemos, en la realidad,un Scoutismo empobrecido en su oferta. Un Scoutismo poco atrayente, por sumagra imagen. Y esto que observamos en la forma, lamentablemente e invaria-

    blemente tambin se da en el fondo. En la esencia.Debemos convencernos que slo un Scoutismo fiel a sus esencias, con un

    ideal de hombre y de sociedad que est ms all de las modas pero que a la vezno se aparte de la realidad circundante ser un Scoutismo exitoso. Entendiendo

    por exitoso, al hecho de lograr albergar en su seno, el fermento y la sal de la so-ciedad.

    El Captulo VII

    En el antiguo P.O.R (Principios, Organizacin y Reglamentos) de la

    U.S.C.A., estaban contenidos, justamente como su nombre lo indicaba, todo tipode normas que rigen la vida de una Asociacin Scout en forma compendiada. En-tre estas normas, figuraban los Reglamentos de cada Rama (al principio las tresRamas baden-powellianas: Lobatos, Scouts y Rovers y ms tarde, se incorporla Rama Raider). Luego de la incorporacin de esta ltima Rama, el Captulo quecontena las normativas de la Rama Rover, figuraba en el orden numrico en elsptimo lugar.

    La Asamblea Nacional, tena estatutariamente la facultad de cambiar,reformar, aadir o quitar en todo o en partes, cualquier artculo y an Captulosenteros al P.O.R. Es lgico pensar que en esa poca de grandes transformaciones(me refiero a la dcada de los sesenta y los setenta) cundi en todos los mbitos de

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    la sociedad el espritu reformista que llevaba a innovar permanentemente lasinstituciones. Este espritu rpidamente cundi en nuestra Asociacin y se reflej-a veces en forma dramtica, otras de manera hasta casi cmicaen las discusio-nes que se llevaban a cabo en las Asambleas.

    El espritu de la reforma como le he dado en llamar llevaba a que

    los miembros de derecho de la Asamblea Nacional, presentramos en cada unade ellas innovaciones, cambios, reformas de todo tipo. Ya que los miembros dederecho estbamos inmersos en nuestros propios procesos de cambio y que porotra partede una Asamblea a la otra permanecamos constantes unos pocos y elresto cambiaba, era posible (y as sucedi en varias oportunidades) que se perdala memoria. Quines eran los miembros de derecho de la Asamblea? Losmiembros del Consejo Nacional (tanto los Consejeros electos por la Asambleacomo los designados por el Jefe Scout Nacional tales como los Comisionados

    Nacionales de Rama) los Comisionados de Regin, los Comisionados de Distritoy un Delegado por cada Distrito. Tambin eran miembros de derecho los Capella-nes de cada instancia, desde el Capelln Nacional, Capellanes Regionales y Distri-tales.

    No puedo sustraerme de hacer algunas digresiones antes de centrarme enel tema del Captulo VII, para que se comprenda mejor porqu sucedieron algunasde las cosas que ocurrieron. Quizs una de las ancdotas ms graciosas que re-cuerde, fue el famoso tema de las estrellas de antigedad que se usaban en el

    Uniforme Scout, indicando mediante un cdigo (las plateadas equivalan a un aoy las doradas a cinco; estas ltimas obviamente reemplazaban en su oportunidad acinco de las primeras) la antigedad del que las llevaba sobre el bolsillo de la ca-misa. No quiero historiar exhaustivamente el asunto, porque no viene al caso; perosepa el lector, que durante varios aos y aunque parezca mentira, alternativamentese eliminaba su uso y al ao siguiente se lo reimplantaba. Pero esto no es nada: lavehemencia de quienes exponan argumentos a favor o en contra, lo prolongadode estas deliberaciones, la cantidad de cuartos intermediosy mociones de orden

    invertidas en este asunto, son dignas de figurar en la crnica pormenorizada de loque no se debe hacer en un cuerpo colegiado. 7Paralelamente, el cansancio de laslargas horas de Asamblea (a veces las deliberaciones se prolongaban hasta bienentrada la madrugada) el inevitable sueo que embargaba a los Comisionados,Capellanes y Delegados que provenan de los lugares ms distantes al sitio dondese realizaba ese ao la Asamblea y finalmente la imposibilidad de tratar todoslos asuntos contenidos en el Orden del Da, nos llev ms de una vez a tratar alibro cerradoalgn tema mucho ms importante.

    7Estos defectos que estoy describiendo han continuado as hasta nuestros das en las nuevas Asociaciones quesurgieron despus de la fusin de USCA y ASA : Scouts de Argentina y en otras que no adhirieron a la fusin oque se apartaron luego de haber estado transitoriamente dentro de la misma.

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    En este contexto y habida cuenta de las profundas transformaciones socio-econmicas, polticas y educativas que se estaban gestando en ese momento, elantiguo Captulo que contena la normativa de la Rama Rover, fue reformadoavanzando en algunas direcciones que a nuestro juiciovulneraban seriamenteel espritu de la Rama. Quiero dejar perfectamente sentado aqu, que de ninguna

    manera estoy juzgando estos hechos. Simplemente los estoy relatando. Y no juzgoestos hechos en primer lugar, por haber sido protagonista de ellos. En segundolugar, porque la perspectiva que nos han dado los aos, inevitablemente nos hacenreflexionar que en ese momento se estaban escribiendo an dentro de nuestroMovimientopginas de la historia que nos tenan por actores y espectadores a lavez. Muchos de estos hechos tuvieron finales de consecuencias verdaderamentelamentables mxime teniendo en cuenta que en casi todos los casos se trataba de la

    puesta en prctica de un idealismo y una voluntad de transformacin que estaban

    inspirados al menos en el caso del Scoutismo en nobles ideales de serviciohasta las ltimas consecuencias.

    Fuimos entonces un contrapeso de estos cambios acelerados? Realmen-te volvamos a las fuentes para fortalecer la Rama? No puedo juzgarlo. Pero s

    puedo decir, que estbamos inspirados por una no menos sansima intencin dever crecer al Roverismo conforme a los ideales que describa en la Seccin ante-rior.

    Que cosas advertamos comograves errores? En primer lugar, el crecien-

    te apartamiento de la Metodologa Rover y su reemplazo por tcnicas de debates(muy en boga por esa poca) acerca de temas sumamente importantes: religiosos,polticos, sociales, etc. pero que acercaban a los Clanes (algunos insistan en re-emplazar este trmino por el de Comunidades) a una metodologa ms cercana a lade los numerossimos grupos juvenilesque haba en todas las Parroquias. Estosgrupos, incluso haban adoptado (tal como lo hizo tambin la Accin Catlica yotros Movimientos) las tcnicas de acampe. Entonces qu nos diferenciaba? Eluso de un Uniforme quedicho sea de pasotambin permanentemente era cues-

    tionado?En segundo lugar, la inclusin de las chicas en edad Rover dentro de losClanes. Se formaron varios Clanes mixtos. Si bien este tema lo tratar ms in ex-tenso en la Seccin Chicos y Chicas quiero decir por primera vez aqu que noveamos totalmente respetados los intereses de las chicas en este sistema. Y queen este sentido, pensbamos que esto estaba garantizado absolutamente, por elmtodo que el Movimiento de Guas Argentinas y el Guidismo Internacional tena

    previsto para esta edad femenina. S que muchas chicas Rovers de esa poca dis-

    frutaron mucho de su estada en los Clanes. Pero tambin quiero ser claro: no creoque hayan hecho verdaderamente Roverismo en ellos. Volver sobre este tema -como ya dijems adelante.

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    En tercer lugar, en una actitud a nuestro juicio de exagerado espritu departicipacin en la toma de decisiones, la reglamentacin lleg a sostener quecualquier miembro del Clan poda ser elegido como Jefe del mismo. Esto vulne-raba la esencia misma de un Movimiento que se reputa a s mismo como educati-vo y que sostiene tener una metodologa y una pedagoga propias. Para que haya

    educacin tiene que haber educadores y educandos (an cuando en algunas oca-siones el educando pueda ser su propio educador; situacin no trasladable a ungrupo de educandos tal como un Clan Rover). Los adultos comprometidos con elMovimiento como educadores, como Maestros Scout, como Scouters, quedabanen una situacin sumamente confusa precisamente en la Rama que ms necesita dela tutela serena, comprensiva pero firme de alguien que conduzca el proceso hastaalcanzar los objetivos ms altos del Scoutismo: los ideales de la Partida Rover.

    En cuarto lugar, se haba llegado a una total indefinicin de las edades

    Rover. En efecto: si bien se pona como edad de ingreso a la Rama los diecisieteaos, no se fijaba taxativamente la edad de egreso (o Partida) de la misma. Con-vivan en algunos Clanes, muchachos (en otros tambin chicas) de diecisiete odieciocho aos, con adultos de veinticinco, treinta y an mas aos. Por esa poca,se denominabaRover en Servicio a aquellos que haban superado las etapas meto-dolgicas y que permanecan en el Clan. Si bien todo esto estaba inspirado en unespritu comunitario muy loable, en el cual todos participaban de proyectos comu-nes, no menos cierto es que se planteaban innumerables problemas sobre todo de

    convivencia y no menos numerosos conflictos de intereses, absolutamente lgicospor otra parte.Estas sucesivas reformas sumadas a los inevitables localismos (a veces

    hasta de Grupos) que hemos aceptado como modus operandi en el Scoutismoargentino, pusieron verdaderamente en peligro de disolucin a la Rama mayor. Elargumento de la inexistencia estaba siendo reemplazado ahora por el de una exis-tencia precaria. Baste sealar que debido a la posibilidad de que cualquiermiembro del Clan pudiera ser elegido como Jefe Adiestramiento Nacional (la

    organizacin que dicta los Cursos para Dirigentes)8

    haba decidido no dictar masCursos para Dirigentes Rover.En este marcoque pinto a brochazos gruesos por el temor que tengo de

    herir la susceptibilidad de algn querido Hermano Scout, cosa que aborreceratotalmente comenz a surgir la posibilidad de volver a reformar el CaptuloVII, devolvindole las tradiciones y procedimientos perdidos en las anterioresreformas. Y aqu volvimos a enfrentarnos involuntaria y lealmente, porteos ycordobeses. Es que en Buenos Aires y su conurbano haban calado ms hondo el

    espritu de estas modificaciones y novedades. Y era en Crdoba, donde a travs de

    8Esto era en USCA. Tal organizacin ha sido reemplazada en la actualidad en las diversas Asociaciones.

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    la decisin del Clan San Jorge, rpidamente secundado por otros Grupos y Diri-gentes entre los cuales es imposible dejar de mencionar al Grupo 53, Pedro Igna-cio de Castro Barros, al Grupo 193, Tambor de Tacuary al 166, Tte Ben-

    jamn Matienzo no slo haba cundido la idea de difundir el Roverismo tal comorezaba la Carta del Clan San Jorge, sino que adems se haba tomado la clara op-

    cin de que ese Roverismo a difundir, era el ms cercano a las tradiciones baden-powellianas y a las de la U.S.C.A. antes de todas las reformas.

    De modo que en distintas Asambleas ya sea en carcter de Comisionadoso Delegados, los cordobeses presentbamos proyectos de reformas (o de contra-reformas?) al P.O.R. sin resultado prctico. Haban varias razones: en la primera,tengo que ser franco, se vea claramente el desinters (lo digo con dolor) de mu-chos Comisionados que no tenan el problema Rover simplemente porque notenan Rovers en sus jurisdicciones. Las otras razones tienen mucho que ver con

    las diferencias de metodologas para defender nuestras propias posturas, que em-plebamosporteos y cordobeses.En primer lugar y como es obvio la dife-rencia numrica entre nuestras representaciones. En segundo lugar la importanciaque lleg a tener una innovacin en materia de discusiones: las Pre-asambleas.Uno o dos das antes de la verdadera Asamblea (que por otra parte, no durabamucho ms de dos o tres das) se realizaba una Pre-asamblea, en la cual se discut-an los temas tcnicos (pedaggicos, metodolgicos, etc.) con la participacin deexpertos en los mismos. Mucho dependa de cmo se llevaran a cabo estas discu-

    siones, el resultado final en el momento en que se llegaba a la Asamblea y statomaba decisiones. Una verdadera ingenuidad por parte de ambos bandos nosllevaba a desangrar argumentos en las Pre-asambleas. Digo esto, independiente-mente de los resultados finales, que invariablemente mantuvieron por unos cinco oseis aos las reformas mencionadas. Por qu le llamo ingenuidad? Porque perd-amos de vista que nuestra hermandad, nuestra vocacin de servicio, nuestra entre-ga a los ideales del Scoutismo, eran similares y estaban inspiradas en nobles inten-ciones. Hubo y nunca dejar de lamentarlo hasta enfrentamientos personales

    que hasta pudieron tener giros trgicos. Pero todo fue hecho con la ms absolutalealtad. Desebamos lo mejor para el Movimiento y para nuestros Rovers, y torpemente quizs buscbamos slo el camino que nos era ms familiar. Algoas como el cuento del borracho que buscaba un objeto perdido por l en la calle

    bajo la luz de un farol y al ser interrogado acerca de dnde haba extraviado talcosa, contest que cincuenta metros ms adelante pero que lo buscaba ah porquehaba ms luz. Buscbamos el bien para todos,en el terreno mas conocido pornosotros es decir,por pocos.

    Pero insisto: se enfrentaban dos metodologas distintas. Particip en dis-tintas condiciones (Comisionado de Distrito, Delegado, Consejero Nacional,miembro de la Corte Nacional de Honor y hasta de invitado especial) en casi to-

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    das las Asambleas Nacionales entre 1969 y la fecha y creo que eso es lo que res-cato: dos metodologas distintas. Espero sinceramente que en la nueva AsociacinScouts de Argentina se logre superar este verdadero escollo .9

    Volviendo al tema del Captulo VII: la Asamblea de Mar del Plata fueuna de las ms abundantes en discusiones. Por supuesto, culmin en un nuevo

    fracaso del intento de volver al Roverismo tradicional, si bien el querido Humber-to Chiodi (en ese entonces Comisionado Nacional) haba instrumentado en la Pre-asamblea, un mecanismo de discusin para el tema Roverismo, que enriquecimucho las posturas de todos. Paralelamente, se elega Jefe Scout Nacional y Con-sejo Nacional para un nuevo trienio. Recuerdo quequizs tambin ingenuamente

    me haba postulado para tal cargo 10y que las deliberaciones de esa Asamblea,alcanzaron muchos momentos lgidos, cortados como era de rigor por mocionesde orden y cuartos intermedios a granel. Presida la Asamblea el Jefe Scout Na-

    cional M.S. Manuel Daz y actuaba como Secretario su Comisionado de Adminis-tracin el M.S. Emilio Navarro, quien finalmente result electo mayoritariamente

    para integrar la terna que se elevaba por entonces al Episcopado Nacional (quienfinalmente lo ratific). Rememoro todos estos detalles, porque debe constar en elActa de esa Asamblea, la cantidad de veces que tuve que silenciar mis opinionestanto cuando se trataba el tema Rover (con el resultado ya apuntado) como cuandose realiz la eleccin del Jefe Scout Nacional, en la cual mis votos los transferi-mos al M.S. Juan Manuel Garca Iglesias pero que an as no alcanzaron para

    superar los que apoyaron a Emilio, quien presentaba la novedad de un Sub-JefeScout Nacional que se encargara de los temas tcnicos.Volvimos de la Asamblea en un largusimo viaje en colectivo, con un

    sabor muy amargo: una vez ms se postergaba la ilusin de volver al Roverismoen el cual creamos (y que a pesar de los reglamentos, practicbamos) y una vezms se iba insinuando el inminente divorcio que luego se consolidara en los nue-vos Estatutos y en el nuevo P.O.R., entre lo tcnico y lo administrativo (queluego lisa y llanamente pas a ser el gobierno de la Institucin).

    Una carta, un reencuentro y un nuevo Comisionado Nacional Rover.

    Una noche vuelvo a casa y Betty me entrega la correspondencia del da,entre la que estaba una carta que abr sin mirar el remitente. Mientras la lea, unsinnmero de recuerdos, imgenes, pensamientos, me acudan a la cabeza. Noquiero citarla textualmente, pero en ella el Jefe Scout Nacional M.S. Emilio Nava-rro, me peda que considerara la posibilidad de asumir el cargo de Comisionado

    9Lamentablemente y despus de quince aos de escrito lo que antecede, no slo que persisten estos errores, sinoque an ms: se han agravado, como se podr ver en el libro que he mencionado como an no publicado.10En esa publicacin, se podrn analizar otros errores cometidos por el autor.

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    Nacional Rover. Si aceptaba, me peda que viajara con Betty a Buenos Aires, paramantener una reunin con el Consejo.

    Lo convers con Betty, con el Clan, con mis hermanos de siempre de laRegin Crdoba, y era opinin de todos que tena que ser consecuente con aquello

    por lo que tanto tiempo haba defendido: la expansin del Roverismo con una

    vuelta a sus esencias. Pero lo ms difcil fue conversar conmigo. Haba tanta histo-ria chica, tanta desilusin, tantos enfrentamientos estriles, que tema que me pesa-ran mucho ms de lo aconsejable en el momento de asumir tamaa responsabili-dad. Creo que pes mucho en el balance, el absoluto convencimiento acerca delSiempre Listo para Servir que alguna vez promet solemnemente y que adoptnaturalmente como estilo de vida no slo en el Scoutismo sino en toda circunstan-cia.

    As fue como llegamos con Betty a un hotel de la calle Sarmiento (por

    frente al cual paso casi siempre cuando estoy en Buenos Aires) y atend un llama-do de conserjera a la hora convenida. Bajamos y en la puerta del hotel estaba elM.S. Jorge Carpintero (Sub-Jefe Scout Nacional) cuyo cargo no su persona haba cuestionado yo tan vehementemente en la Asamblea. Su mirada lo decatodo y entend el mensaje. Lo estrech en un abrazo y advert que se bajaban delauto Emilio Navarro y el lamentablemente fallecido M.S. Jorge Cunto. Conver-samos muy brevemente all y Emilio nos dijo que nos estaban esperando en sucasa para la reunin.

    Fue all donde acordamos que haramos todo lo posible para lograr que seaprobara en la prxima Asamblea un nuevo Captulo VII fijndose como pautasmnimas de trabajo, retomar el trabajo con Clanes solamente masculinos, con Di-rigentes adiestrados, con edad de Partida acotada en los veintin aos y que im-

    pulsaramos el crecimiento cuanti-cualitativo de la Rama incluyendo la oficializa-cin definitiva de los Rover Moots11. Tambin intentamos -infructuosamente- in-teresar al P. Aztigueta -a quien visitamos en su Parroquia- que fuera el Capelln dela Rama, quedando tal necesidad postergada.

    La cordialidad de Anglica, Emilio y sus chicos, la mesa compartidacon los que se sumaron ms tarde y la esperanza de poder hacer todo lo posiblean con las dificultades que implicaba el hecho de ser el primer Comisionado

    Nacional no residente en Buenos Aires, lograron que esa reunin fuera un reen-cuentro.

    Y entonces empez la historia de ser Comisionado Nacional Rover duran-te tres trienios consecutivos: el del M.S. Emilio Navarro, el del M.S. Luis Conde yel del M.S. Juan Manuel Garca Iglesias, elegidos Jefes Scout Nacionales con pos-

    11Para ese momento, ya se haba realizado el Rover Moot de San Esteban, slo con autorizacin y apoyo de laRegin Crdoba. Ver el Captulo de losRover Moots.

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    terioridad, quienes tuvieron la confianza de solicitarme en cada caso que continua-ra en el cargo con que por primera vez me honrara Emilio.

    Quizs sean intrascendentes muchas de las ancdotas que estoy relatando.No obstante, lo hago, en el convencimiento que pueden ayudar a entender muchasde las cosas que pasan en nuestro amado Scoutismo y de las actitudes que tenemos

    los hombres que engrosamos sus filas. A lo mejor los ms jvenes, nuestros suce-sores en esta pasin, puedan evitar y evitarse muchos de los sinsabores que a vecesnos depara esta actividad hecha con tanto amor y dedicacin, si entiendencomolo pensaba B.P.- que nuestra vida es un Gran Juego y un Servicio a los dems. Sinuestra vida es eso. Qu menos puede ser el Movimiento? Cmo podemos ser-vir sin alegra? Cmo no enrollarse las mangas de la camisay ponerse a latarea por ms difcil que parezca?

    En estas pinceladas de algunos acontecimientos, lejos est de mi pensa-

    miento hablar de m sino para que tenga el sentido que mencionaba anterior-mentequiero hablar de lo que me sucedi. Pero no slo personalmente, sino enel contexto de un grupo humano convencido de sus ideales y que no claudic a

    pesar de las innumerables dificultades. Ese mismo grupo humano, hoy contemplaretrospectivamente todo lo que estoy relatando, asumiendo los nuevos desafos dela realidad actual ysin renunciar a ninguna de sus conviccionessigue afirman-do la inquebrantable voluntad de estar Siempre Listo para Servir.

    Los ENRUs

    Al mencionar los grupos humanos, en primer lugarsin dudasestn losENRUs. Ms adelante mencionar a otros grupos humanos en el Captulo V,acerca de la Hermandad Rover. Pero esta es una mencin muy especial a los tresgrupos humanos que me honr en presidir, mientras fui Comisionado NacionalRover.

    En nuestra jerga Scout, plagada de abreviaturas, se designa (o se designa-

    ba por ese entonces) como ENRU al Equipo Nacional de la Ruta de USCA. Unconjunto de Dirigentes de la Rama convocados por el Comisionado Nacional de lamisma y designados por el Jefe Scout Nacional como Auxiliares en la misma.Muchas veces se ha minimizado la importancia que han tenido, tienen y tendrnestos equipos. Constituyen una verdaderaplana mayor de una Rama (ahora de unaSeccin). Son el sostn espiritual y material de la actividad del Comisionado Na-cional yen muchos casoslos que conducen programas o actividades a realizar

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    a nivel nacional, que por la ndole de los mismos les son ms afines a sus capaci-dades y posibilidades.12

    Anteriormente hice referencia acerca de que durante un trienio, haba par-ticipado de un E quipo Nacional Raider (ENRaU) cuando se desempe comoComisionado Nacional Raider Jos Accaputo. Jos tuvo la feliz idea de naciona-

    lizar el Equipo integrando a miembros de distintas Regiones y as se hizo. Cuando deb a mi vez integrar el primer ENRU, tena la misma idea

    pero no tena las mismas posibilidades. En tanto y en cuanto no estuvieran dadaslas condiciones reglamentarias y de difusin que eran necesarias para cumplir conlos objetivos que habamos acordado en el Consejo Nacional, tuve que recurrir ala buena voluntad, disposicin al servicio y entusiasmo fruto de las propias com-

    petencias, de los ms cercanos y que a la vez no estuvieran comprometidos conotros cargos de responsabilidad. Por eso mi primer ENRU, lo constituyeron los

    MMSS Ricardo Blengini (Hippie), Jorge Gait (Cachi) y Arnaldo Fochi (Negro).Con ellos comenz la tarea que se prolongara por varios aos.

    En el segundo trienio, como se ver ms adelante, se haban dado muchasde las condiciones que mencionaba en el prrafo anterior y lo que es mucho msimportantecomenzaba a consolidarse una hermandad entre los Dirigentes Roverque an hoy perdura (y que creo firmemente hay que evitar a toda costa perder

    por ningn motivo). Y comenz la nacionalizacin del Equipo: en este ENRUcontinuaron Ricardo Blengini y Arnaldo Fochi y se incorporaron tres miembros de

    distintas Regiones: de la Regin Buenos Aires, Daniel Chanes13;de la Regin Lo-mas de Zamora Jos Luis Gimnez y de la Regin Rosario Rolando Spanevello.Adems se daba un fenmeno curioso: a medida que se sucedan los Rover Moots,los responsables locales del mismo, pasaban a formar parte en alguna medida

    del ENRU. Paralelamente a los Rover Moots, se estaban realizando los Congre-sos Rover y en ellos, discusiones incluidas, cada Dirigente Rover era consideradoco-partcipe de las decisiones.

    Una digresin: quiero dejar expresamente dicho que los ENRUs se gana-

    ban la confianza y el cario de todos. Adems ramos respetados por nuestrascondiciones intelectuales y tcnicas en un grado altamente emocionante. Si Ud. nocree esto que le estoy diciendo, quiero recordarle que en una de las tantas cancio-nes que aportaron a la alegra Rover los miembros de la motora (esto es losRovers de la Regin Lomas de Zamora) y que llevaba por ttulo Que se venganlos Rovers (con msica de la conocida cancin Que se vengan los chicos) seexpresaba con toda admiracin: El ENRU es un Equipo muy importante...pero

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    En muchas Asociaciones actuales, estas figuras se han anulado y han sido reemplazadas por estructuras msgenerales. Tengo la impresin de que se ha perdido efectividad con estos cambios y deberan ser revisadas lasestructuras educativas y de secciones a la luz de las experiencias habidas hasta el momento.13Parti al Gran Campamento en 2008.

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    de la cabeza son ignorantes.... Baste esta impresionante muestra de reconoci-miento a nuestra labor para certificar lo que queda dicho.

    El tercer ENRU, volvi a contar con la inestimable colaboracin de Ri-cardo Blengini, Jos Luis Gimnez y Arnaldo Fochi y se aadi un Dirigente Ro-ver de la Regin Baha Blanca: Ricardo Bianciotto. Pero lo que se palpaba en la

    realidad, era que todos los viejos Dirigentes de la Ramade una u otra manera:en apoyo o en disidencia eran miembros del ENRU. As lo vivamos y conti-nuamente esta situacin daba sus frutos.

    El nuevo Captulo VII

    Apenas estuvo conformado el primer ENRU, nos abocamos a la tarea deredactar el Captulo VII que nos permitiera cumplir con los objetivos acordados.

    Para ello, bsicamente nos basamos en la antigua redaccin del Captulo sobreRovers del viejo P.O.R. (antes de sus sucesivas e innumerables reformas).

    Las sesiones del Consejo Nacional que se llevaban a cabo en la CasaScout de la calle Rivera Indarte 472, en el viejo barrio de Flores de Buenos Aires,estaban precedidas por una reunin de lo que se haba denominado CONAFOR(Comisin Nacional de Formacin) presidida por el Sub-Jefe Scout Nacional queen ese momento era Jorge Carpintero. A esa Comisin pertenecamos adems delSub-Jefe, los Comisionados Nacionales de Rama y el de Adiestramiento (Forma-

    cin de Adultos).Fue en el seno de la CONAFOR donde se acord presentar a la AsambleaNacional el nuevo Captulo VII. En esencia, era el viejo Captulo VII. Sindudas que esta vuelta a las discusiones sobre la Rama en el seno de la Asamblea

    Nacional, tena aparejados varios riesgos: en primer lugar, lo extendidos que esta-ban (en algunos sectores y Grupos) algunos conceptos y procedimientos basadosen las sucesivas reformas. En segundo lugar (y esto corra por cuenta ma) estima-

    ba que no se deba interpretar que venamos a destruir lo construido (an cuando

    disintiramos en la forma)sobre todo a nivel humano. Concretamente, haba queconcluir las etapas de progresin, proyectos y toda otra actividad que se hubieraemprendido en los Clanes bajo la manera que estaban trabajando. No menos im-

    portante, era que haba que comenzar a ordenar el tema de las edades, el Adies-tramiento de Dirigentes, la modalidad mixta, etc. Pero todo esto requera de laAsamblea la aprobacin de nuestro proyecto. La decisin de CONAFOR, fueratificada luego por el Consejo Nacional.

    La Asamblea de marras, se llev a cabo en la Parroquia Sagrado Corazn

    de Barracas, en 1980. All, entre otros temas del Orden del da, figuraba el trata-miento del Captulo VII. Las discusiones, otra vez, fueron encendidas. Los argu-mentos eran los mismos que venamos escuchando una y otra vez. Pero haba una

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    nota distinta: el Consejo Nacional respaldaba esta vez el proyecto. Las principalesRegiones con ms y con menos, tuvieron muy en cuenta esta circunstancia. Final-mente lleg la hora de las mociones y de las votaciones. Y surgi una de las tan-tas salidas curiosas que se dieron a lo largo de todas las Asambleas que tenga me-moria: se mocion que nuestro proyecto se aprobara ad experimentum. La Asam-

    blea nos peda que experimentramos lo que estaba recontra-experimentado!Pero esta solucin pareca ser la nica que estaba dispuesta a tomar la

    Asamblea. Y aceptamos el desafo. Bajo esta figura, lo que se estaba experimen-tando era el Roverismo tradicional. Y muy difusamente, las formas anterioresquedaban vigentes hasta su extincin. Eraevidentementeun gran desafo. Peroas se plante y ese fue el marco normativo con que comenzamos a trabajar comoEquipo Nacional.

    An as, la alegra de quienes tanto haban trabajado por este momento, la

    sinceridad de quienes nos abrazaban una vez conocido el resultado de la votacin,tanto de quienes estaban de acuerdo como de quienes lo hacan con reservas y ande quienes no estaban de acuerdo con la reforma pero lealmente la aceptaban,debo confesar que nublaron una y otra vez nuestros ojos.

    Esta historia continuara. Ms tarde y ya reformados los Estatutos deUSCA, se decidi unificar el estilo de los Reglamentos de Rama y editarlos porseparado del P.O.R. Este trabajo, requera previamente del trabajo con los Diri-gentes Rover, reunidos en Congreso Rover.

    El Congreso que realiz por primera vez esta tarea, fue el del memorableRover Moot de 1982 (nos referiremos a l y a los otros en elCaptulo IV). Era porese entonces Jefe Scout Nacional el M.S. Luis Conde. Con su presencia y hasta

    bien entrada la madrugada, discutimos sincera y lealmente todos nuestros puntosde vista. Los miembros de derecho del Congreso ramos un puadito. Ni el Maes-tro Conde lo era. Y todos esos miembros oyentes tuvieron la lealtad, el amor y elespritu Scout de sobra para asistir a todo el debate. Para animarnos y an aconse-

    jarnos en los cuartos intermedios (muy pocos) y en fin, para celebrar alborozados

    todos juntos el resultado final de nuestro trabajo. Tenamos al fin una normativaconsensuada y cierta! Bajo las nuevas reglas de juego, prescriptas en el nuevoEstatuto sancionado en 1980, los Reglamentos de Rama eran reglamentacionesinternas necesarias para el cumplimiento del objeto social y disposiciones delorden tcnico-scout. Y era atribucin del Consejo Nacional dictar, modificar oderogar las mismas.

    Por lo queen su primera versinfue aprobado en ese mismo 1982 porel Consejo Nacional. Le introdujimos algunas mejoras en el Congreso Rover de

    1983 y luego, realizamos un hermoso trabajo de equipo entre todos los Comisio-nados Nacionales de Rama y el valioso aporte del recordado Padre Vicente DeLuca, en su Colegio de Barrancas de Belgrano, tendiente a verdaderamente unifi-

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    car el estilo de estos Reglamentos de Rama. La versin definitiva de los mismos,fue aprobada por el Consejo Nacional en 1984.

    El Jefe Scout Nacional M.S. Emilio Navarro con el autor Comisionado Nacional Rover. Tambinestn el M.S. Arnaldo Fochi del Equipo Nacional Rover y el M.S Roberto Nessi, Comisionado Nacio-

    nal Scout, realizado en Juregui (Bs. As.) en mayo de 1981.

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    El autor inaugurando el Rover Moot de San Lorenzo (Sta. Fe) en julio de 1982, frente al Monumentolevantado en el denominado Campo de la Gloria, donde fue librada la batalla homnima en 1813. A

    la noche de esa jornada inaugural, se llevara a cabo el Congreso Rover que aprobara la primeraversin del Captulo VII que contendra los nuevos lineamientos de trabajo para la Rama Rover. Estareunin se realiz en el histrico Convento de San Carlos Borromeo, contiguo al Campo de la Gloria,

    que da a las barrancas del Paran.

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    CAPITULO II

    COMO COMENZAR UN CLAN

    El porqu de este Ttulo

    Cuando hojeamos los libros Scout, normalmente nos fijamos si nos danalguna receta; si nos plantean la manera en que podemos poner en prctica lo quenos preocupa. Tengo eso en mente al plantear como ttulo de este Captulo Comocomenzar un Clan. Podra haberlo denominado Como comenz nuestro Clan

    pero no seguira la lgica de los libros Scout que normalmente encontramos en lasProveeduras Scout. Tambin podra haberle denominado Como comenzar unClan y no perecer en el intento pero este ttulo se acercara ms a los de los Cap

    tulos de los libros de autoayuda o de self-made-man que pueblan las mesas deofertas de las libreras de las grandes ciudades. El ttulo que mejor le vendra al

    presente, sera: Como comenzar un Clan, desde la ptica del hermano que leshabla y en circunstancias socio-econmicas particulares pero ste se parecerams al de una obra de Mastropiero interpretada por Les Luthiers14. Por todo loexpuesto, he preferido dejar simplemente el que ms se asemeja al de un libroScout. Y aqu van las razones.

    Ya he manifestado en el prlogo, que fui en primera instancia Jefe de

    Tropa Scout. Ese puado de chicos que me confiaron Dios, el destino y sus pa-dres, fueron mi primera experiencia de liderazgo en el Scoutismo. Tuve muchafortuna: en el primer campamento del Grupo, me acompa el querido Murcila-go Viejo (Ricardo Altamira). Ese ao inaugural, mucho haba sido el trabajo quehubo que realizar. Las reuniones con el Consejo de Guas eran todo lo frecuentesque las posibilidades de un Dirigente bisoo (y soltero) lo permitieron. Visitabalas casas de los Scout y an hoy, recuerdo emocionado lo bienvenido que era enellas. El trabajo mancomunado con el P. Malatios, el apoyo de otros Movimientos

    Parroquiales y fundamentalmente del resto de los Grupos que conformbamos elen ese entoncesDistrito Crdoba de U.S.C.A., hicieron pasar volando y muy porlo alto las inevitables dificultades que se presentaron. Pero fundamentalmente (ysin que yo lo supiera por entonces) iba cimentando la posibilidad cierta de un di-logo muy fecundo con los ms grandes de la Tropa.

    Esos Scouts mas grandes me obligaron unos aos mas tarde a comenzarcon el incipiente Raiderismo que por esa poca comenzaba a aplicarse enU.S.C.A., una Rama de la cual particip bastante activamente no slo como Jefe

    14Mastropiero es un supuesto autor de la obra del famoso conjunto de excelentes msicos y humoristas denomina-dosLes Lutihiers.

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    de Tropa sino tambin en cargos de Auxiliar Distrital, Regional y an formandoparte del Equipo Nacional de la misma cuando fue Comisionado Nacional JosAccaputo. Esta actitud apoyada sin retaceos por los Raiders con respecto alRaiderismo, prefiguraba lo que ms tarde sucedera con la que tomara el ClanSan Jorge y yo mismo hacia el Roverismo.

    Lo real y tal como tena que suceder, es que esos mismos que en su mo-mento pasaron a Raiders, llegaron a la edad de pasar a la Rama Rover. Y una vezms, deb asumir (o quise asumir) la Jefatura del nuevo Clan. Como qued expre-sado en el Captulo anterior, muchas eran las dudas que nos asaltaban a todos losque intentbamos emprender el camino de la Rama Mayor del Scoutismo. En

    primer lugar, los aspectos metodolgicos a tener en cuenta para darle a las activi-dades algunas garantas de xito. En segundo lugar, la creciente politizacin (de lacual ninguno y menos yo ramos ajenos) que vena producindose en nuestro pas

    con motivo de la paulatina prdida de credibilidad y la creciente ola de violenciaque azotaba a la sociedad toda. Por esa poca, muchos vean con simpata cua l-quier movimiento juvenil. En muchos casos, los nobles ideales de la juventud,eran reorientados hacia uno u otro sentido. Los discursos oficiales, se estrellabanfrente a los discursos institucionales con sus cargas ideolgicas, pedaggicas y anteolgicas. Verdaderamente para cualquier institucin era extremadamente difcilformar polticamente sin tomar partido. No hablo a nivel individual, ya que erasumamente lgicoy as sucedaque cada uno tomara sendas partidarias y rea-

    lizara su opcin personal. Hablo a nivel institucional, en un Movimiento que como el Scoutismo y mxime el Scoutismo catlicoadmita en su seno una plu-ralidad de individuos cada uno con sus opciones individuales. Estas circunstan-cias, lo digo con el dolor de argentino y Scout y con la perspectiva balsmica queimpone el transcurrir del tiempo, nos cost perder valiossimas vidas y luego nosaber aprovechar la leccin. Como le pas al pas todo: no slo como resultado delos avatares de esta poca sino tambin de la que luego del breve lapso constitu-cional 73/76, vivimos los argentinos.

    La opcin que tomamos como Clan, fue volver a las fuentes. Con todoesmero y seriedad repasamos prolijamente las Metodologas Rover que habansido adoptadas en U.S.C.A. y que por esa poca formaban parte del P.O.R. (Prin-cipios, Organizacin y Reglamentos) de la Asociacin. Casi con uncin, hicimos

    propias las palabras de Roverismo hacia el xito de B. P.tratando con absolutalealtad, de ver qu nos decan a ese grupo de muchachos argentinos de la dcadadel 70. Y esta opcin fue la que nos llev a emprender un camino spero y difcil.Intentar equilibrar una balanza que en ese momento nos era absolutamente

    desfavorable.El Asado General Constituyente

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    Habiendo comenzado ya con las actividades del Clan, pero con el espritude tener que darle alguna formalidad a esa iniciacin, se decidi realizar un asa-do (bien a la argentina) que tendra lugar en el patio de la casona que por esapoca lindaba con la Parroquia y en la cual a veces realizbamos actividades delGrupo pero que fundamentalmente estaba a cargo del Centro Juvenil Parroquial.

    Este asado se llev a cabo el 12 de noviembre de 1971. Medio en broma,medio en serio, le denominamosAsado General Constituyente. Los que estuvimosall: Osvaldo, Julio, Quique, Pali, Luis15y el que escribe, nos prometimos reconsti-tuir definitivamente el Clan San Jorge, participar de l activamente cada uno enel rol que le cupiera desempear, redactar una Carta de Clan a la mayor brevedad

    posible y -a pesar de las dificultades que sabamos nos impondra la decisin- adifundir el Roverismo que habamos aceptado como mejor opcin en todos losmbitos que nos fuera posible.

    Dije en el prrafo anterior reconstituir definitivamente el Clan, ya queanteriormente habamos formado un Clan de corta duracin que fue integrado poralgunos de los presentes y otros que no continuaron: Jorge Antn y Gustavo Na-zar.16

    Por lo que sucedi en los siguientes veinticinco aos, no vacilo en afirmarque no tenamos ni la ms remota idea acerca de la profundidad y dificultades quenos impondran nuestras mutuas promesas de esa noche. Creo que tampoco nosdbamos cuenta que vendran tiempos difciles, en los cuales habra que imponer-

    se renuncias y sacrificios. Que sobrevendran contratiempos que excederan nor-malmente las fuerzas de un puado de muchachos entusiastas, comenzando por elqueexcesivamenteera el Jefe de Clan.

    Pero entre los brindis, difcilmente advertamos todo esto. Quique dibujcon su habilidad artstica en varios platos de cartn sobrantes, las letras que erannecesarias para reflejar la naturaleza del acontecimiento y todos los presentes fir-mamos esos platos casi casi como un acta fundacional. An hoy se conservanalgunos de ellos.

    Ms all de lo anecdtico, subyace en este gesto colectivo (que anualmen-te se repiti a lo largo de los aos festejando la fecha) un valor que rescato msall de la forma: la voluntad de fundar el Clan y de hacerlo de una manera particu-lar. Nada puede tener trascendencia como intencin de grupo, sin esa voluntadexpresa. Lo subrayo, porque advierto las diferencias con respecto a la creacin delas otras Ramas y an del Grupo mismo. Aqu era una sumatoria de decisiones laque garantizaba la continuidad del esfuerzo. Y por largo tiempo, as fue.

    15Osvaldo Blengini, Julio Badra, Enrique Biglia, Pablo Medina y Luis Claudeville adems del autor.16Fruto de un lamentable accidente, Gustavo parti al Gran Campamento a los veinte aos.

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    Por estas razones record como hito fundamental, esta reunin en unanoche calurosa de aquel ao 1971.

    Intermezzo

    Nos casamos con Betty, Akela del Grupo 146 San Po X de Baha Blan-ca, en julio de 1969. Nos habamos conocido en el Encuentro Nacional de Diri-gentes que tuvo lugar en Embalse de Ro III (Cba.) en 1965. Nuestra casa deObispo Salguero 475 (la misma en que nac, perd a mi padre y dej mi madre

    para ir a vivir a Barrio General Artigas) fue mientras vivimos en ellael pasoobligado de los amigos, los compaeros de Facultad y obviamente de losScout.

    All se realizaban las primeras reuniones de lo que luego sera el Equipo

    Regional de Adiestramiento de U.S.C.A, de las que participbamos los entoncesAdiestradores de Crdoba, los MMSS, Sezin, Caselia, Bressan, Lpez, Cervn,Luna, Betty y yo.

    All concurran las integrantes de la Patrulla de Akelas Las Ardillas, unaversin cordobesa de la Patrulla Las Gacelas de Baha Blanca cuya Gua dePatrulla (en ambos casos) fue Betty. All obviamentecuando an viva con mimadre, luego cuando viva solo y ms tarde recin casado, desfilaron sucesiva-mente los Guas de Patrulla, los Raiders y ms tarde los Rovers de San Jorge.

    Decidimos construir una casa al lado de donde viva mi madre (la BubaAdela para mis hijos y para muchos de los integrantes del Grupo, donde colabora-ba como catequista). Mientras se construyera, vivamos en un amplio saln dividi-do como para esperar, primero con Ximena y con Fede y ms tarde con la re-ciente presencia de Angeles. En realidad nunca se termin dicha construccin.Salimos sorteados en un plan de viviendas en el Barrio Brigadier San Martn,construida por el Banco Hipotecario Nacional y slo esperamos en la casa de laBuba, que nos entregaran nuestra nueva casa.

    Esto se produjo meses antes que naciera Guillermina. Y hasta hoy vivimosaqu: donde a pesar de que sonaba como que estbamos mscerca de la mayorade los Dirigentes Scout con los cuales compartamos actividades, no se produjeroncon la misma frecuencia las reuniones que s se producan en Obispo Salguero yen Artigas.17

    La redaccin de la Carta de ClanFue justamente en Artigas y en la casa de la Buba, donde redactamos la

    Carta de Clan. Decidimos realizar una jornada completa de convivencia para tal

    17Como he dicho anteriormente, desde hace nueve aos resido en Buenos Aires, en el Barrio de Boedo.

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    fin. Contbamos con borradores de muchas decisiones que ya habamos tomado(incluyendo las del Asado General Constituyente) y tambin con las que habamosatesorado en las reuniones del Clan.

    El hecho es que finalmente nos reunimos para redactar la Carta, en se-tiembre del 73. Como se afirma en su Introduccin: Esta Carta es el conjunto de

    normas que rige la vida de los Rovers y ha sido el fruto de los anlisis y proyectosrealizados por el Clan desde 1969 y definitivamente redactada y sancionada porlos Compaeros del Clan San Jorge el da dos de setiembre de 1973. En realidady como est escrito, habamos esperado que terminaran su Noviciado, su Investi-dura y realizaran su Enrolamiento como Rovers Compaeros, los primeros Ro-vers. Por eso, estbamos reunidos con Osvaldo, Julio, Quique y Pali.

    Comenzamos haciendo una resea histrica de la vida del Grupo y delClan. All se recuerdan los hechos que ya mencion en el prlogo y que ms tarde

    transcribir comoApndice II.Luego, se fij el Reglamento de la Carta en el cualse establecen los procedimientos para la aceptacin de la misma por los Roversdel futuro y para la eventual reforma tanto de la Carta como del propio Reglamen-to.

    Luego le siguen los Ttulos: De la formacin espiritual, De la forma-cin de la personalidad y De las otras metas del Clan (Realizacin de la voc a-cin, Sentido cvico, Compromiso de servicio).

    Si bien las Cartas de Clan, segn la tradicin de la Rama, estn reservadas

    a los integrantes del mismo, varias veces he recurrido a ella en los Cursos paraDirigentes Rovers mostrando parcial o totalmente su contenido; no para que sirvade modelo de nada, sino solamente para que aquellos que no han vivido esta expe-riencia de redaccin de una Carta puedan inspirarse seguramente para hacerlomucho mejor que nosotros. Slo por esto la incluyo al final, con especial permisodel Consejo de Clan actual.

    Destaco sobre todo, que en el punto Compromiso de Servicio, estnestablecidas mu- chas de las pautas que rigieron nuestro accionar como Clan y

    como individuos en los aos siguientes a su redaccin: servir al Grupo y al Movi-miento como Dirigentes, fundar nuevos Grupos Scout, formar un Crculo de Ex-Scout, proveer a las necesidades materiales del Grupo mediante una Cooperativade Transporte y una Editorial (que pueda ampliar su campo de accin a nivelempresarial), expandir la Rama Rover, adquirir las condiciones necesarias parafuncionar como Grupo Escuela (una aspiracin que por ese entonces tenamos enAdiestramiento), formar Grupos de Extensin (para discapacitados), formar unCentro Profesional. Algunas de estas metas, las cumplimos como Clan, otras co-

    mo individuos, unas pocas estn an aguardando su concrecin. Sinceramenteespero que se logren pero tambin sinceramente digo que las que se lograron die-ron sus frutos al ciento por uno.

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    La mstica del Clan

    El Scoutismo tiene una mstica propia sobre la que hablaremos ms exten-samente en el Captulo VI de este libro. Esa mstica le da un profundo sentido a

    cada una de las actividades de sus Ramas. La mstica de un Clan, enriquece y davida a su accionar. Muy brevemente aqu, mencionar algunos elementos msticosque hicieron que el Clan se uniera y se consolidara. Es ms: ellos posibilitaronsobrellevar con alegra las dificultades que luego vinieron.

    Desde un principio, las actividades del Clan estuvieron razonablementecargadas de mstica. Rpidamente asumimos algunas de las tradiciones ms carasdel Roverismo, como el uso del sombrero de cuatro pedradas, el bastn con lahorquilla en su extremo superior, la Insignia del Rombo con las letras R.S., las

    ceremonias tradicionales (a las que tuvimos que reelaborar por haberse perdidoalgunos de sus elementos) tales como la Investidura, el Enrolamiento y la Partida.

    El Kraal que en el lenguaje zul significa: lugar de reunin de los msviejos, fue rpidamente acondicionado y posteriormente varias veces reformado,sirviendo verdaderamente de laboratorio de ideas y de base de lanzamiento detodo tipo de acciones.

    En algn momento, algunos pusieron nfasis en el excesivo baden-powellismo que asumamos en nuestra concepcin Rover. Ya qued dicho en el

    Captulo I, cules eran los conceptos sobre los que basbamos y an hoy pensa-mos al Roverismo. Tambin se expres cul es el valor que tuvo y que tiene Ba-den Powel en nuestra percepcin del Scoutismo. La verdad es que un inmensoretrato de B.P. presida el Kraal confeccionado por el Equipo San Francisco deAss (Ca chiy el Hippie).18

    No puedo dejar de mencionar algunas tradiciones quesin ninguna inten-cin de confundir con la autntica mstica del Scoutismo marcaban y an hoymarcan la vida del Clan San Jorge.

    La primera, es el permanente recuerdo por los que se fueron. Por diver-sas circunstancias, en el Clan hubo Partidas verdaderas y partidas apresuradas.Llamo de esta manera a los tempranos abandonos de dos Javier y de Ricardo 19.Aellos les sucedieron otros, incluyendo a mi hijo Fede. Pero estas ausencias siempreson recordadas con un particular sentimiento.

    La segunda, es la recordacin ya mencionada del aniversario del AsadoGeneral Constituyente. Con dos aadidos infaltables: el brindis seguido de Salo-se (en vez desalud) y el canto de la Cancin a la Bandera que sola cantar Mur-

    18Jorge Gait y Ricardo Blengini.19Javier Doblack, Javier Caro y Ricardo Martino. Ms adelante, Federico Seleme.

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    cilago Viejo y que comienza con esa estrofa: Cual retazo esplendoroso de loscielos, donde brilla sin ponerse nunca el sol, es la ensea de mi Patria, la Bande-ra bicolor... y que finaliza luego de otras estrofas con un casi juramento: Noambiciono de la suerte otra fortuna, no podra reclamar ms honor, que morir

    por mi Bandera, la Bandera bicolor...20

    La tercera, es la actuacin infaltable del Coro ms desafinado pero msorgulloso de su incapacidad que haya conocido. Est constituido por los viejosdel Clan (pocos jvenes se animan a integrarse aunque estos ltimos deben ente-rarse que cuando este Coro se form, sus actuales integrantes tenan la mismaedad que hoy tienen ellos). Entre su repertorio figuran clsicos tales como: Dos

    palomitas, Pala-pala pulpero, El sol espaoly su pieza ms exquisita: Elmalambo Scout.

    As como expres cuando me refera a la Carta del Clan, quise reflejar en

    esta parte estas tradiciones y msticas del Clan, para que muchos de los que leenesto, no crean que si tienen alguna o varias de ellas u otras similares en la forma oen el fondo, deben tenerlas en menos. Muy por el contrario: creo que son estoselementos los que sostienen a travs del tiempo a un grupo humano que no convi-ve todos los das, que cuenta con miembros de muy diferentes actividades y ocu-

    pacionessi bien unidos por un mismo idealy que en definitiva, sobrevive en eltiempo a fuerza de hermandad forjada en innumerables acciones conjuntas.21

    Los campamentos y las salidas

    Obviamente, en cualquier seccin o agrupamiento Scout, un captulo apar-te lo merecen los campamentos y las salidas al campo de cualquier ndole. Enverdad, la mayor parte de ellas, las hacamos en funcin de las otras Ramas, conlas cuales cada uno tena mayores o menores responsabilidades pero que en defini-tiva, marcaban las reales posibilidades de utilizacin de los tiempos libres. Laculminacin de todo, era el Campamento del Grupo: una tradicin que seguimos

    durante bastantes aos y que recomiendo como muy prctica, si bien es cierto quetiene numerosas dificultades (sobre todo de convivencia).En estos Campamentos, nos ingenibamos para tener el espacio y el tiem-

    po necesarios para desarrollar actividades propias de un Clan. Eran como la conti-nuacin de los tiempos pasados, en los que habamos pertenecido a la Manada, ala Tropa Scout o a la Raider. Y disfrutbamos de esos momentos como para ca r-

    20

    Aunque parezca mentira, hace poco tiempo que tom conocimiento cabal que es una marcha dedicada a una delas Banderas de Uruguay. Sin embargo, la similitud de los simbolismos de ambos pabellones, se prestaba y sepresta a que pueda ser cantada sin advertir cabalmente a cul de los dos lbaros se refiere.21Especialmente las de servicio.

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    gar laspilas para cuando pasara la magia de la Ciudad Feliz (tal como solamosdenominar al Campamento en otras pocas).

    Pero tambin en algunos momentos, nos dbamos el espacio y el tiempopara realizar salidas propias del Clan. Sobre todo, cuando se trataba de realizar lasPartidas. Generalmente se escoga un sitio apartado, que nos permitiera realizar la

    Ceremonia slo acompaados de escasos invitados.El resto de las actividadespara nosotros y durante mucho tiempofue

    muy externa: la dedicacin que pusimos a la Rama tanto en el orden Distrital,Regional, Nacional cuando tuvimos que hacerlo; el acompaamiento que todo elClan haca de estas responsabilidades, incluyendo la de los Rover Moots, fueronsuficientes para tener cubierto de sobra el calendario anual.

    Como en todo el Scoutismo, creo que la clave del xito de la vida al airelibre era y es: vivir autnticamente en comunin con la Naturaleza, disfrutar cada

    instante, bastarse a s mismo y subvenir a las necesidades personales y de conjuntocon ingenio y buen gusto y fundamentalmente hacersecomo nios en cadaocasin que se puede. Jugar, poniendo todo de s en el juego, sea en un descampa-do o en el agua.

    Vivimos campamentos en las sierras a las orillas de arroyos o de ros, enel mar, en la montaa, antes y despus de habernos constituido como Clan. Perotodo formaba un paquete de vivencias imborrables que an hoy perduran.

    Las ceremonias

    Otro aspecto muy importante en la vida de un Clan, son las Ceremoniasque marcan hitos importantes de la vida personal y comunitaria. Tanto cuandocomenzamos y ms tarde, cuando redactamos en el nuevo Captulo VII, mstarde llevado a los Reglamentos de Rama y an mas tarde a una publicacin sobreCeremonial, adoptamos el estilo sencillo que debe caracterizar las ceremoniasScout, pero a la vez incluyendo todos los elementos que le dan a stas el valor

    pedaggico y mstico que imprescindiblemente deben tener.As, adoptamos las formas ms simples y ms tarde las que tuvieran msconsenso a nivel nacional, para la Investidura Rover, el Enrolamiento y la Partida.

    Pero no puedo menos que dejar expresada mi opinin que salvo mejoropinin de los responsables de Clanes y Comunidadesslo la Investidura Roveres una ceremonia con pblico. Por su naturaleza, es fcilmente comprendida porquienes no participan activamente de la vida del Clan, del Scoutismo o directa-mente no pertenecen a ste.

    El Enrolamiento, estimo que debe realizarse en forma absolutamente pri-vada, entre el Novicio que se enrola y el Consejo de Clan. A lo sumo, pueden

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    invitarse algunos Rovers de Partida, que estn vinculados estrechamente por algu-na causa con el enrolado.

    Y la Ceremonia de Partida, tan rica en contenidos y vivencias y a pesarque pareciera una picardaque otras personas (Scout o no) se la pierdan, estimoque debe realizarse: en el campo, slo con el Clan, de noche y necesariamenteincluir por lo menos algunas horas de reflexin en soledad (lo ideal es un da)por parte del que realiza la Partida. Si se desea invitar a alguien debera estar(como diran los juristas) calificados por el vnculo: algn o algunos miembros dealgn Clan muy afn al propio, alguna autoridad Scout, quizs los padres del querealiza la Partida, su novia (ahora tambin incluiramos a novios para el caso delas chicas) y no mucho ms. Lo digo sinceramente: es una ceremonia demasiadoimportante y debe constituirse en un recuerdo imborrable para el que la realiza.Atenta contra esto ltimo, la inevitable desconcentracin que provoca el bullicio,

    el exceso de pblico, aplausos y gritos extemporneos y la necesidad de un regre-so al lugar de la ceremonia en forma apresurada, para continuar con el resto de lasactividades previstas, que necesariamente debern tener en cuenta al pblico (por-que si no: para qu invitarlo?).

    Estos fueron algunos lineamientos que establecimos tempranamente conrespecto a las ceremonias y que nos dieron muy buenos resultados.

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    Ceremonia del Clan en 1974. Adelante: Jorge Gait y Ricardo Blengini. Atrs, Luis Claudeville, PabloMedina, A. Castellanos (+), Enrique Biglia y Julio Badra.

    Otra foto del Clan en la dcada del 70: Ricardo Blengini, Julio Badra, Anbal Seleme, Enrique Biglia,Osvaldo Blengini, Jorge Gait y A. Castellanos(+).

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    CAPITULO III

    ORGANIZACIN DE LA RUTA

    La organizacin Rover en Rover ismo hacia el xito

    En el libroRoverismo hacia el xito hay un Captulo especial, denomina-do Roverismo en el que B.P. plantea una organizacin posible para la Rama. En

    primer lugar, habla de los Objetivos del Movimiento Rover. A continuacin en unpunto denominadoMtodos realiza la descripcin delMontero Rover (ya comen-tada). Luego, en La Meta de la Hermandad Rover, plantea por primera vez, eltema de la edad Rover definiendo que son jvenes de ms de diecisiete aos. Allmismo, plantea las cuatro metas principales del adiestramiento Scout: Carcter e

    Inteligencia, Habilidad manual y Destreza, Salud y Fuerza y Servicio al prjimoy Ciudadana.

    EnLa Organizacin Rover, describe lo quea su juicioson los valoresde las reglas y los reglamentos. A propsito, la seccin siguiente, se denomina

    Reglas para los Rover Scouts. All plantea que Los Rovers estn organizados enClanes dirigidos por un Jefe de Clan. Asimismo, fija que la investidura Rover,incluye el hacer la Promesa Scout. Luego se extiende en un anlisis de la LeyScout, apropiado para los Rovers. Al respecto dice: La palabra Rover significa

    hombre verdadero y buen ciudadano. La ley para los Rovers es la misma que lade los Scouts en sus palabras como en sus principios, pero tiene que ser conside-rada desde un nuevo punto de vista, es decir, desde el punto de vista de un hom-bre.

    Tambin menciona la posible divisin de los Clanes en Equipos, que elClan forma parte del Grupo Scout junto con las otras Secciones (en ese momento,Manada de Lobatos y Tropa Scout). Luego, describe el Uniforme.

    En el CaptuloEspecialidades, se mencionan las de: Tcnica Scout, Expe-

    diciones, Proyectos, Servicio, Instructor y la Condecoracin de Baden Powell.Tambin se describe elLocal Rover y se habla de Actividades, Equipos de recreo,Escalada y Servicio al prjimo.

    En conjunto, nos brinda una descripcin y una normativa de la organiza-cin del Roverismo. Al releer ese Captulo, nos damos cuenta hasta qu punto noshemos ido alejando del espritu fundacional de la Rama. Algunas veces, con lalegtima aspiracin de adoptar a nuestra realidad y an a nuestra idiosincrasia as-

    pectos que as lo requeran. Otras, para mejorar o precisar aspectos importantes,

    tal como el de la edad de finalizacin de la etapa, la ceremonia de Partida, u otrosaspectos. Pero otras tambin, preciso es decirlo, slo por el afn de innovar. Sea

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    por nuestra incapacidad de llevar a cabo la tarea tal como es, sea por el prejuicioque esto no es lo que le gusta a los muchachos, sin ni siquiera consultarles.

    Pero tambin es imprescindible decir, que en un Movimiento como elScout, con sus propios procedimientos, metodologa, mstica, tampoco puede

    ponerse continuamente en consulta y menos an en tela de juicio tales elementos.

    Slo una reflexin madura y seria, puede llevar a re-formular o a modificar sus-tancialmente el mtodo. De lo contrario, corremos el riesgo de desnaturalizarlo

    para contentar a quienes (jvenes o adultos) en realidad no desean participar de laactividad Scout, sino de otra cosa parecida o no que necesariamente deberser fundada estableciendo suspropias reglas.

    ROVERS de Gilcraft

    Hasta ahora, no hemos mencionado al libro Rovers firmado por Gilcraft.Como se sabe, Gilcraft, es el seudnimo utilizado por un conjunto de Insignias de

    Madera, miembros del Grupo N 1 de Gilwell, quienes han escrito obras referidasa las Ramas en equipo, a pesar de que utilizan la primera persona del singular en eltexto.

    Este libro, consta de veintin Captulos, denominados: El desarrollo delRoverismo, Las metas del Roverismo, Ideales del Roverismo, Direccin, El Rover,Las metas del Rover, El Clan y el Grupo, Organizacin en el Clan, La organiza-

    cin en el Distrito, Admisin al Clan, El adiestramiento del escudero Rover,Examen de s mismo e investidura, El adiestramiento del Rover, Programas en ellocal, Programas al aire libre, Programas especiales, Rover Scouts y Guas, Ro-vers y Scouters, Hermandad y servicio, Ciudadana y Caballerosidad.

    Cualquier persona interesada en el Roverismo, debera leer este libro porsu interesante contenido de la misma manera que debera leer Roverismo hacia elxito, antes de leer Rovers, de Gilcraft. Son obras fundamentales e imprescindi-

    bles. Si estamos de acuerdo con lo que ellas dicen en s