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El retorno de la geopolítica y sus razones Extrait du El Correo http://www.elcorreo.eu.org/El-retorno-de-la-geopolitica-y-sus-razones El retorno de la geopolítica y sus razones - Empire et Résistance - Date de mise en ligne : dimanche 4 mai 2014 Page 1/5

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  • El retorno de la geopoltica y sus razones

    Extrait du El Correo

    http://www.elcorreo.eu.org/El-retorno-de-la-geopolitica-y-sus-razones

    El retorno de la geopoltica ysus razones

    - Empire et Rsistance -

    Date de mise en ligne : dimanche 4 mai 2014

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  • El retorno de la geopoltica y sus razones

    Una ojeada a las novedades editoriales producidas en el estudio de las relaciones internacionales -o, si se quiereutilizar un lenguaje polticamente incorrecto pero ms difano y accesible : el imperialismo- revela la crecientepresencia de obras y autores que apelan a la problemtica geopoltica. La sbita irrupcin de esta temtica nosmueve a compartir una breve reflexin, y esto por dos razones. Primero, porque el tema, y la palabra haca tiempoque haban sido expulsadas, aparentemente para siempre, del campo de los estudios internacionales y ahora estnde vuelta. Proponemos la hiptesis, en segundo lugar, de que su reincorporacin no tiene nada de casual oaccidental sino que es un sntoma de un fenmeno que trasciende el plano de la teora y la semiologa : ladecadencia del imperio norteamericano.

    En relacin a lo primero digamos que el abandono de la perspectiva geopoltica no slo se verific en laselaboraciones de los mandarines de la academia, lo cual no es motivo alguno de preocupacin, sino que tambin sehizo sentir en las obras de los pensadores de la izquierda, lo cual s era motivo de inquietud. Tanto era as, y tantoha cambiado en muy poco tiempo, que al terminar la redaccin de mi libro Amrica Latina en la Geopoltica delImperialismo , a mediados del 2012, y proceder a la ltima revisin del texto antes de enviarlo a la imprenta crenecesario introducir un largo prrafo, que reproducir parcialmente a continuacin, para responder a los muchosamigos y camaradas que, sabedores de la problemtica que estaba investigando me hicieron conocer su sorpresa, yen algunos casos desacuerdos, por dirigir mi atencin hacia un tema, la geopoltica, asociada a los planteamientosde la derecha ms reaccionaria y racista. De ah que sintiera la necesidad de decir lo siguiente en las mismaspginas iniciales del libro :

    "Unas palabras, precisamente, sobre la problemtica geopoltica. Se trata de una cuestin que en general laizquierda ha demorado ms de lo conveniente en estudiar por una serie de razones que no podemos sino apenasenunciar aqu : concentracin en el examen de temas nacionales ; visin economicista del sistema internacionaly del imperialismo ; menosprecio de la geopoltica por la gnesis reaccionaria de este pensamiento y por lautilizacin que de ella hicieron las dictaduras militares latinoamericanas de los aos setenta y ochenta del siglopasado. La generalizacin del concepto y las teoras de la geopoltica se encuentra en la obra de un gegrafo ygeneral alemn, Karl Ernst Haushofer, quien propuso una visin fuertemente determinista de las relaciones entreespacio y poltica, y la inevitabilidad de la lucha internacional entre los diferentes Estados para asegurarse lo que, enun concepto de su autora, calific como espacio vital (Lebensraum). El desprestigio de esa teorizacin serelaciona con el hecho de que fue este concepto de Lebensraum el empleado por Hitler para justificar elexpansionismo alemn que a la postre culmin con la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Haushofer tuvo comofuente de inspiracin la obra de un gegrafo y poltico britnico, Halfor John Mackinder, quien en 1904 haba escritoun muy influyente artculo sobre "El pivote geogrfico de la historia . [1]

    En todo caso el nacimiento de esta perspectiva tuvo lugar en un momento histrico signado por el predominio de lasconcepciones colonialistas, imperialistas y racistas de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Si hoy reaparece,completamente resignificada en el pensamiento contestatario, es porque aporta una perspectiva imprescindible paraelaborar una visin crtica del capitalismo en una fase como la actual, signada por el carcter ya global de ese modode produccin, su afiebrada depredacin del medio ambiente y las prcticas salvajes de desposesin territorialpadecidas por los pueblos en las ltimas dcadas. No debera sorprendernos entonces que dos de los principalespensadores de nuestro tiempo sean gegrafos marxistas : David Harvey y Milton Santos. Es que la poltica y la luchade clases, tanto en lo nacional como en lo internacional, no se desenvuelven en el plano de las ideas o la retrica,sino sobre bases territoriales, y el entrelazamiento entre territorio (con los bienes pblicos o comunes que loscaracterizan), proyectos imperialistas de explotacin y desposesin y resistencias populares al despojo requiereninevitablemente un tratamiento en donde el anlisis de la geografa y el espacio se articulen con la consideracin delos factores econmicos, sociales, polticos y militares. En tiempos como los actuales, en los que la devastacincapitalista del medio ambiente ha llegado a niveles desconocidos en la historia, una reflexin sistemtica sobre lageopoltica del imperialismo es ms urgente y necesaria que nunca. Tal como lo recordara el Comandante FidelCastro en su proftica intervencin en la Cumbre de la Tierra -en Ro de Janeiro, junio de 1992-, 'una importante

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    especie biolgica est en riesgo de desaparecer por la rpida y progresiva liquidacin de sus condiciones naturalesde vida : el hombre'.

    Creo que las razones por las cuales desde la izquierda tenemos que recuperar la problemtica geopoltica -que sestaba presente, si bien expresadas con otro lenguaje, en el marxismo clsico !- son por dems convincentes. Pero,a qu se debe que el pensamiento de la derecha haya hecho lo propio y que la obra de los intelectuales orgnicosdel imperio (Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger, para tan slo nombrar a los de mayor gravitacin) y de losacadmicos del mainstream norteamericano deban recurrir cada vez con ms frecuencia a consideracionesgeopolticas en sus estudios e investigaciones ? Se trata de una superficial y efmera moda intelectual, parareemplazar al ya difunto concepto de "globalizacin", cuya muerte fue anunciada simultneamente a suadvenimiento o hay algo ms ?

    Efectivamente hay algo ms. No es un tema de modas intelectuales o escolsticas, y esta es la segunda cuestinque queramos plantear. La reflexin geopoltica en el campo del pensamiento imperial es hija de una dolorosa (paraalgunos) comprobacin : el imperio norteamericano ha superado su cenit y ha comenzado a recorrer el camino de sulento pero irreversible ocaso. Para los gobernantes y las clases dominantes de Estados Unidos de lo que se trataentonces es de tomar los recaudos necesarios para evitar dos desenlaces inaceptables :

    (a) que el crepsculo imperial precipite una incontrolable reaccin anrquica en cadena en el sistemainternacional, en donde un buen nmero de estados y una cantidad desconocida pero significativa de actoresprivados disponen de un arsenal atmico capaz de eliminar de raz toda forma de vida en el planeta y,

    (b), que producto de la irreversible redistribucin del poder mundial la seguridad nacional y el modo de vida deEstados Unidos de Amrica puedan verse irremediablemente menoscabados.

    Esta es la razn de fondo por la cual los estrategas militares estadounidenses llevan ms de diez aos refirindoseoblicuamente al tema y alertando, en sus escenarios blicos prospectivos de largo plazo, que ese pas deber estarpreparado para librar guerras, en los ms diversos rincones de este planeta, durante los prximos veinte o treintaaos. Doctrina de la guerra infinita cuyo objetivo no ser acrecentar su primaca mundial mediante laincorporacin de nuevas reas de influencia o control sino apenas preservar las ya existentes, o evitar uncatastrfico derrumbe de los parmetros geopolticos globales.

    Estos pronsticos tardaron ms de diez aos en incorporarse a los anlisis del mandarinato acadmico y de lospublicistas del imperio, profundamente enquistados en los grandes medios de comunicacin. Pero ya no ms. Laterca realidad les ha obligado a hablar de lo que hasta hace poco era impensable, cuando una pandilla dereaccionarios nucleada en el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano fundado por Dick Cheney en 1997 se ilusional creer que el mundo que apareca ante sus ojos tras el derrumbe del Muro de Berln y la implosin de la UninSovitica haba llegado para quedarse, para siempre, en una tpica reiteracin de la incapacidad del pensamientoburgus para comprender la historicidad de los fenmenos sociales. [2] Se trat de una ilusin infantil, as la juzgese viejo lobo del imperio que es Zbigniew Brzezinski, que la realidad desbarat en pocos aos. Los atentados del11-S derrumbaron no slo las Torres Gemelas sino tambin los tranquilizadores espejismos con los cuales seentretenan los dizque expertos del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano. No es casual que en su ms recientelibro Brzezinski dedique unas sorpresivas pginas introductorias al tema de la declinante longevidad de los imperios,y si bien no lo dice explcitamente est claro que para l, como para tantos otros, Estados Unidos es un imperio. [3]Claro est que se tratara de un imperio de nuevo tipo, movido por el idealismo Wilsoniano, como lo asegura HenryKissinger en sus diversos escritos, idealismo que lo lleva a convertirse segn esta autocomplaciente visin, en unabanderado de las mejores causas de la humanidad : democracia, derechos humanos, libertad, pluralismo, etctera.En una palabra, el pas a quien Dios presuntamente le habra encomendado la realizacin de un DestinoManifiesto y en virtud del cual sembrara aquellos nobles valores e instituciones a lo largo y ancho del planeta. Unrazonamiento muy parecido haba sido formulado por Henry Kissinger en un libro publicado en 1994 y traducido alcastellano al ao siguiente : La Diplomacia . En l el ex Secretario de Estado de Richard Nixon adverta sobre la

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    precariedad de los ordenamientos internacionales al observar que con cada siglo ha ido encogindose la duracinde los sistemas internacionales. El orden que surgi de la Paz de Westfalia dur 150 aos... el del Congreso deViena se mantuvo durante 100 aos... el de la Guerra Fra termin despus de 40 aos." Y concluye : "Nunca anteslos componentes del orden mundial, su capacidad de interactuar y sus objetivos han cambiado con tanta rapidez,tanta profundidad o tan globalmente. [4]

    Dado todo lo anterior no sorprende la nota que das atrs publicara David Brooks en el New York Times y que fuerareproducida en Buenos Aires por La Nacin y, con seguridad, en otros diarios de Amrica Latina y el Caribe. Brooks,un hombre de clara persuasin conservadora, cita en su nota la opinin de Charles Hill, uno de los mayoresexpertos del Departamento de Estado, ya retirado de su cargo, quien dice textualmente que : La gran leccin queensea la historia de la alta estrategia es que cuando un sistema internacional establecido entra en fase dedeterioro, muchos lderes actan con indolencia y despreocupacin, y felicitndose a s mismos. Cuando los lobosdel mundo huelen esto, por supuesto que empiezan a moverse para sondear las ambigedades del sistema queenvejece y as arrebatar de un tarascn los bocados ms preciados. Brooks refleja, con desazn, la literatura quecada vez con mayor frecuencia examina el proceso de decadencia imperial, esa fase de deterioro a la que aludaHill, si bien no todos los autores se atreven a abandonar los eufemismos tranquilizadores. El ltimo nmero de larevista Foreign Affairs, el conservador rgano del establishment diplomtico estadounidense, presenta un par deartculos de dos de los mayores especialistas en el anlisis de las relaciones internacionales y en los cuales, msall de sus diferencias, concuerdan en el hecho de que la geopoltica est de vuelta . [5] Y si lo est esprecisamente porque la correlacin de fuerzas que en el plano internacional se cristalizara despus de la SegundaGuerra Mundial y, sobre todo, las fantasas que anunciaban el advenimiento de un nuevo siglo americano sederrumbaron estrepitosamente. Ejemplos : Estados Unidos es derrotado inapelablemente (29 a 3) en una votacinen la OEA que pretenda decretar la intervencin de ese organismo en la crisis que afecta a la RepblicaBolivariana de Venezuela ; asiste impotente a la reincorporacin de Crimea a Rusia, pese a que en una actitudinslita y provocativa su Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiticos, Victoria Nuland, estuvo en laPlaza Maidan de Kiev repartiendo panecillos y galletitas a las bandas de neonazis que luego tomaran por asalto losedificios gubernamentales y constituiran un nuevo gobierno, mismo que fue rpidamente reconocido por lascorruptas y decrpitas democracias capitalistas ; y sus bravuconadas y amenazas en contra de Siria se derrumbaroncomo un castillo de naipes en cuanto Rusia -y de modo ms cauteloso, China- le hicieron saber a Washington queno permaneceran de brazos cruzados si la Casa Blanca lanzaba una nueva aventura blica en la regin. Cambiosinesperados, muy profundos y sucedidos en muy corto tiempo y que nos obligan a reflexionar sobre -y a actuar en-una transicin geopoltica global que difcilmente podr llevarse a cabo de manera pacfica. Si atendemos a laslecciones de la historia, todas las transiciones geopolticas precedentes fueron violentas. Nada permite suponer quehoy la historia ser ms benigna para nuestros contemporneos, especialmente si se repara en la fenomenaldesproporcin de recursos militares que retiene el centro imperial, superior a la de la totalidad de los dems pasesdel planeta.

    Atilio A. Boron para su blog

    Atilio Boron. Buenos Aires, 2 de mayo de 2014.

    Post-scriptum :* Dr. Atilio A. Boron, Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educacin a Distancia en Ciencias Sociales, Argentina.

    [1] Mackinder (1861-1947) sostena que en el planeta hay una Isla Mundial que es el sitio donde se concentran las mayores riquezasnaturales y que est conformada por la gran masa euroasitica y africana. Al interior de este enorme espacio se recorta, segn este autor, unpivote que se extiende desde el Volga hacia el Este, hasta el ro YangTse en la China, y desde los Himalayas hasta el Ocano rtico y Siberia.Quien controle ese pivote, sostiene Mackinder, controlar la Isla Mundial y quien ejerza ese control podr extenderlo a todo el mundo. Tiempodespus, el geopoltico norteamericano Nicholas Spykman (1893-1943) re-elabor las concepciones de Mackinder y acentu la importancia del

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    anillo de tierras y mares que rodean al pivote central. Si ese cerco es exitoso, asegura Spykman, la potencia que lo consiga dominar Eurasia, yquien controle Eurasia regir los destinos del mundo. Zbigniew Brzezinski es el ms encumbrado continuador de esta tradicin que le asigna alpivote central de la masa euroasitica un papel crucial en el dominio del planeta. La obsesin por cercar ese pivote con toda suerte de alianzaspoltico-militares aliment la poltica exterior de los Estados Unidos desde el triunfo de la Revolucin Rusa en 1917 hasta nuestros das, como loprueban los mapas utilizados por Brzezinski en su ya referida obra.

    [2] Recordar que Cheney luego se convertira, bajo la presidencia de George W. Bush, en Vicepresidente de los Estados Unidos durante sus dosmandatos y uno de los personajes de mayor influencia en el proceso decisional de la Casa Blanca, algo poco comn si se recuerda el carctereminentemente protocolar, casi decorativo, de los vicepresidentes en la repblica imperial norteamericana.

    [3] Puede consultarse este tema de la declinante longevidad de los imperios en Zbigniew Brzezinski, Strategic Vision.America and the Crisis ofGlobal Power (New York : Basic Books, 2012), pp. 21-26.

    [4] Henry Kissinger, La Diplomacia (Mxico : Fondo de Cultura Econmica, 1995), p. 803.

    [5] Ver John Ikenberry, "The Illusion of Geopolitics. The Enduring Power of the Liberal Order" y Walter Russell Mead, "The Return of Geopolitics.The Revenge of the Revisionist Powers", ambos en Foreign Affairs, Mayo-Junio de 2014.

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