EL RESUMENResumir es una de las tareas más complejas que pueden realizarse desde el punto de vista comunicativo ya que nos obliga a realizar al mismo tiempo dos actividades que van a poner a prueba nuestra madurez intelectual:

1. La comprensión: discriminar ideas, identificar contenidos implícitos y explícitos, intención del emisor…

2. La expresión: poseer un vocabulario amplio y una capacidad comunicativa que te permita transmitir la información en el registro adecuado.

Comprenderás, pues, que no existe, que se sepa, un profesor que pueda enseñar a resumir en un tiempo limitado: este proceso de desarrollo intelectual empezó hace ya bastantes años y es consecuencia de las respuestas a preguntas como éstas: ¿cuántos libros he leído?, ¿me gusta leer?, ¿siento curiosidad por conocer y ampliar mi vocabulario? Lo que sí podemos hacer los profesores es explicarte qué es resumir, ofrecerte un procedimiento, unas técnicas y prevenirte para que no cometas determinados errores. Vamos a ello.

Resumir consiste en transformar un texto (TEXTO BASE) en otro texto (TEXTO RESUMEN) realizando dos tipos de operaciones:

A) Condensando las ideas del texto. ¿Cómo?A.1 Realizando operaciones de SUPRESIÓN: eliminando información secundaria, suprimiendo detalles o ideas poco relevantes.A.2 Realizando operaciones de INTEGRACIÓN: convirtiendo bloques de ideas en una sola.

B) Reformulando las ideas del texto. ¿Cómo?Haciendo una redacción personal en la que se conserven sólo los términos específicos. (¡Cuidado! “redacción personal” no significa que adoptes tu punto de vista. El RESUMEN es un texto que has elaborado tú manteniendo el contenido fundamental del texto base. Me reitero: no debes incluir tu opinión personal ya que el punto de vista que debes adoptar es el de un observador imparcial que se limita a reseñar lo que dice el texto).

Te recomiendo que procedas del siguiente modo:1. Haz una lectura atenta y detenida del texto que te permita establecer de qué nos están

hablando: el tema general (el fútbol, los neologismos, el futuro de la ciencia, etc.). 2. Haz una segunda lectura que te permitirá determinar EL TEMA (“El fútbol actual: un

negocio”; “Rechazo del uso de neologismos innecesarios”; etc.), el propósito del autor (texto informativo, persuasivo, directivo o literario) y la idea o ideas principales.

3. Subraya las ideas más importantes en cada párrafo, si aparecen explícitamente, o integra el párrafo en una sola idea.

4. Deja de lado las ideas secundarias y los ejemplos, que no debes incluir en el resumen.5. Ahora vamos a redactar el resumen:

- Sé breve. Dependiendo de la caligrafía y del tipo de texto, un resumen puede abarcar de cuatro a ocho líneas aproximadamente.

- Redacta en presente de indicativo y no te dejes influir por el tiempo verbal predominante en el texto base.

- Determina qué tipo de texto es y qué esquema de contenidos presenta.- Por supuesto, presta mucha atención a la redacción (un resumen, como todos

los textos, ha de tener coherencia) y a la ortografía.6. Para redactar el resumen puedes optar por dos estructuras:

- Seguir el mismo orden de las ideas del texto base.- Partir de la tesis o de la idea principal y organizar las ideas según su

importancia. (Esta segunda opción supone un mayor esfuerzo y muestra que has comprendido mejor el texto).

Ahora que hemos explicado qué hay que hacer, pasemos a determinar lo que no debes hacer:

1. No debes confundir la idea principal, ni omitirla, ni sustituirla por una secundaria. Por supuesto, tampoco debes tergiversar la información del texto.

2. No des información que no contiene el texto.3. No hagas valoraciones, ni comentarios personales.4. No incluyas lo anecdótico, lo circunstancial, o detalles que no aportan información

alguna.5. No hagas un resumen “tan resumido” que sólo contenga la idea principal.6. No reescribas el texto con otras palabras, lo que llamamos parafrasear (“el autor en el

primer párrafo…”, “Más tarde expone que…”), ni reescribas literalmente fragmentos del texto.

7. No sumes ideas de manera fragmentaria y sin coherencia.

Juguemos

Jugar en la calle. Jugar en grupo. Esa es la actividad extraescolar que un grupo de educadores y psicólogos americanos han señalado como la asignatura pendiente en la educación actual de un niño. Parecería simple remediarlo. No lo es. La calle ya no es un sitio seguro en casi ninguna gran ciudad. La media que un niño americano pasa ante las numerosas pantallas que la vida le ofrece es hoy de siete horas y media. La de los niños españoles estaba en tres. Cualquiera de las dos cifras es una barbaridad. Cuando los expertos hablan de juego no se refieren a un juego de ordenador o una playstation ni tampoco al juego organizado por los padres, que en ocasiones se ven forzados a remediar la ausencia de otros niños. El juego más educativo sigue siendo aquel en que los niños han de luchar por el liderazgo o la colaboración, rivalizar o apoyarse, pelearse y hacer las paces para sobrevivir. Esto no significa que el ordenador sea una presencia nociva en sus vidas. Al contrario, es una insustituible herramienta de trabajo, pero en cuanto a ocio se refiere, el juego a la antigua sigue siendo el gran educador social. Leía ayer a Rodríguez Ibarra hablar de esa gente que teme a los ordenadores y relacionaba ese miedo con los derechos de propiedad intelectual. No comprendí muy bien la relación, porque es precisamente entre los trabajadores de la cultura (el técnico de sonido, el músico, el montador, el diseñador o el escritor) donde el ordenador se ha convertido en un instrumento fundamental. Pero conviene no convertir a las máquinas en objetos sagrados y, de momento, no hay nada comparable en la vida de un niño a un partidillo de fútbol en la calle, a las casitas o al churro-media-manga. Y esto nada tiene que ver con un terror a las pantallas sino con la defensa de un tipo de juego necesario para hacer de los niños seres sociales.

Elvira Lindo, EL PAÍS, 12/01/2011

RESUMEN:

Elvira Lindo comenta un informe de expertos americanos que recomienda los juegos

grupales y al aire libre. Tras lamentarse de la inseguridad actual en las calles de las

ciudades y del excesivo número de horas que los niños americanos y españoles pasan

delante de las pantallas del ordenador o la playstation, la autora sostiene que los juegos

al aire libre son imprescindibles para su socialización y compatibles con el uso de las

máquinas en el proceso de la educación de los niños.