el reportaje

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Reportaje, relato periodístico de tema libre, redactado por lo común en estilo directo, en el cual se explica con detalle y criterio personal un hecho noticioso. Por lo amplio de su definición, el reportaje plantea dificultades teóricas en su análisis. A juicio de Martín Vivaldi: "en sentido amplio, reportaje equivale a información. Todo trabajo informativo que no sea la estricta noticia, el artículo literario o de opinión o la crónica, es reportaje". A ese criterio se oponen otras definiciones, más concretas, como la establecida por Martínez de Sousa, quien lo describe como un "artículo o serie de artículos de información cuyos elementos son recogidos en el lugar mismo del acontecimiento, sea durante el desarrollo de éste, sean en boca de testigos presenciales". En términos generales, el reportaje combina información e investigación, y en su contenido se solapan géneros como la entrevista, la encuesta y el artículo de opinión. De acuerdo con los historiadores de los medios de comunicación, el reportaje comienza a destacar en los periódicos hacia 1880, cuando la Pall Mall Gazette de Londres comenzó a publicar textos de este género. Con el paso del tiempo, los conflictos bélicos atrajeron el interés de los reporteros, cuyo trabajo, por costoso, acabó distribuyéndose a través de asociaciones y agencias de prensa. Siguiendo el modelo de grandes autores de reportajes de la primera mitad del siglo XX, como Albert Londres, Michael Herr (véase Literatura estadounidense) y Martha Gellhorn, los modernos reporteros han consolidado el género en todas sus vertientes. Desde un punto de vista formal, el reportaje se divide en dos partes: entrada (o entradilla) y cuerpo de texto. La primera es un comienzo atractivo, esclarecedor, que describe lo esencial del escrito y marca el tono que seguirá el autor al desglosar el asunto. Obviamente, el cuerpo será un desarrollo de la materia en la cual indaga el periodista con su criterio personal. Ahí es donde reside la tarea interpretativa del reportero, cuya transparencia

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RESEÑA Y RESUMEN SOBRE CONCEPTO DE REPORTAJE

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Reportaje, relato periodístico de tema libre, redactado por lo común en estilo directo, en el cual se explica con detalle y criterio personal un hecho noticioso.

Por lo amplio de su definición, el reportaje plantea dificultades teóricas en su análisis. A juicio de Martín Vivaldi: "en sentido amplio, reportaje equivale a información. Todo trabajo informativo que no sea la estricta noticia, el artículo literario o de opinión o la crónica, es reportaje". A ese criterio se oponen otras definiciones, más concretas, como la establecida por Martínez de Sousa, quien lo describe como un "artículo o serie de artículos de información cuyos elementos son recogidos en el lugar mismo del acontecimiento, sea durante el desarrollo de éste, sean en boca de testigos presenciales".

En términos generales, el reportaje combina información e investigación, y en su contenido se solapan géneros como la entrevista, la encuesta y el artículo de opinión.

De acuerdo con los historiadores de los medios de comunicación, el reportaje comienza a destacar en los periódicos hacia 1880, cuando la Pall Mall Gazette de Londres comenzó a publicar textos de este género. Con el paso del tiempo, los conflictos bélicos atrajeron el interés de los reporteros, cuyo trabajo, por costoso, acabó distribuyéndose a través de asociaciones y agencias de prensa. Siguiendo el modelo de grandes autores de reportajes de la primera mitad del siglo XX, como Albert Londres, Michael Herr (véase Literatura estadounidense) y Martha Gellhorn, los modernos reporteros han consolidado el género en todas sus vertientes.

Desde un punto de vista formal, el reportaje se divide en dos partes: entrada (o entradilla) y cuerpo de texto. La primera es un comienzo atractivo, esclarecedor, que describe lo esencial del escrito y marca el tono que seguirá el autor al desglosar el asunto. Obviamente, el cuerpo será un desarrollo de la materia en la cual indaga el periodista con su criterio personal. Ahí es donde reside la tarea interpretativa del reportero, cuya transparencia expositiva no elude la variedad de fuentes ni la consiguiente capacidad para extraer conclusiones.

En resumen, la estructura de un reportaje seguirá tres líneas fundamentales: un comienzo atrayente, un desarrollo de interés sostenido y un final que condense las averiguaciones del reportero. Según el grado de investigación explícito en el trabajo, cabe hablar de reportaje estándar, más sencillo, y gran reportaje o reportaje de investigación, cuyo amplio despliegue de datos se integra cohesivamente.

También son pertinentes las cualidades del reportaje en el terreno literario, pues diversos novelistas han recurrido a ellas para componer sus ficciones. Tal es el caso, entre otros, de Ernest Hemingway,

Euclides da Cunha, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Tom Wolfe.

Puede haber reportajes dotados solamente de texto, pero es más común que un escrito esté acompañado de fotografías. Cuando las imágenes son muy abundantes, superando al contenido literario en importancia, cabe hablar de foto-reportaje. A los fotógrafos especializados en el género se les da el nombre de reporteros gráficos o foto-reporteros, una categoría profesional en la que han destacado profesionales como Henri Cartier-Bresson. Entre los precursores de esta expresión periodística, cabe distinguir a fotógrafos del siglo XIX como Timothy O'Sullivan, Louis-Alphonse Davanne, Charles Winter y Pierre Petit. Ya en el siglo XX, han cultivado el foto-reportaje Robert Capa, Lee Miller y W. Eugene Smith.

Partiendo de la base fotográfica, ha evolucionado paralelamente un reporterismo cinematográfico, cuya fórmula más obvia es el newsreel o noticiero fílmico. Ese modelo periodístico inicia su andadura con el filme Salida de los obreros de una fábrica (La sortie des Usines Lumière, 1894), de los hermanos Lumière. Como pioneros del cinematógrafo, los Lumière advirtieron las posibilidades del nuevo medio para atrapar la realidad en imágenes, y pronto enviaron a sus camarógrafos a distintas partes del mundo para filmar los más variados acontecimientos. Al poco tiempo, fueron imitados en esa labor por Charles Pathé y Léon Gaumont. En 1910 se estrenó el primer Pathé Journal, un reportaje cinematográfico semanal que luego tuvo competidores como el Fox Movietone y el International Newsreel. El noticiero documental difundido en España durante varias décadas fue el No-Do.

Con la aparición del reportaje televisivo, la importancia del newsreel decayó considerablemente. Se advierte de inmediato que los criterios esenciales del reportaje escrito se trasladan al medio audiovisual sin grandes variaciones. De ahí que se distinga entre reportaje estándar y reportaje de investigación de acuerdo con el mismo criterio abreviado que se emplea en el periodismo impreso.

A semejanza de sus colegas de la prensa escrita, el reportero televisivo tiende a especializarse, de suerte que puede ser un corresponsal en el extranjero, un reportero deportivo, político, de información general, etc. En los últimos tiempos, se ha generalizado en las cadenas televisivas el equipo móvil formado por periodista y operador de videocámara, dado que su estrategia de trabajo es la más ágil en la confección de reportajes.

Una de las principales vertientes del reporterismo televisivo es el realizado en zonas conflictivas. Por lo común, el reportaje de guerra exige una considerable infraestructura técnica para el desplazamiento del equipo y la posterior emisión de su trabajo.

Siguiendo el modelo del reportaje informativo, las empresas publicitarias han diseñado una variante del anuncio televisivo, el publirreportaje, cuya apariencia periodística permite integrar más datos en la promoción.

Reportaje, relato periodístico de tema libre, redactado por lo común en estilo directo, en el cual se explica con detalle y criterio personal un hecho noticioso.

Por lo amplio de su definición, el reportaje plantea dificultades teóricas en su análisis. A juicio de Martín Vivaldi: "en sentido amplio, reportaje equivale a información. Todo trabajo informativo que no sea la estricta noticia, el artículo literario o de opinión o la crónica, es reportaje". A ese criterio se oponen otras definiciones, más concretas, como la establecida por Martínez de Sousa, quien lo describe como un "artículo o serie de artículos de información cuyos elementos son recogidos en el lugar mismo del acontecimiento, sea durante el desarrollo de éste, sean en boca de testigos presenciales".

En términos generales, el reportaje combina información e investigación, y en su contenido se solapan géneros como la entrevista, la encuesta y el artículo de opinión.

De acuerdo con los historiadores de los medios de comunicación, el reportaje comienza a destacar en los periódicos hacia 1880, cuando la Pall Mall Gazette de Londres comenzó a publicar textos de este género. Con el paso del tiempo, los conflictos bélicos atrajeron el interés de los reporteros, cuyo trabajo, por costoso, acabó distribuyéndose a través de asociaciones y agencias de prensa. Siguiendo el modelo de grandes autores de reportajes de la primera mitad del siglo XX, como Albert Londres, Michael Herr (véase Literatura estadounidense) y Martha Gellhorn, los modernos reporteros han consolidado el género en todas sus vertientes.

Desde un punto de vista formal, el reportaje se divide en dos partes: entrada (o entradilla) y cuerpo de texto. La primera es un comienzo atractivo, esclarecedor, que describe lo esencial del escrito y marca el tono que seguirá el autor al desglosar el asunto. Obviamente, el cuerpo será un desarrollo de la materia en la cual indaga el periodista con su criterio personal. Ahí es donde reside la tarea interpretativa del reportero, cuya transparencia expositiva no elude la variedad de fuentes ni la consiguiente capacidad para extraer conclusiones.

En resumen, la estructura de un reportaje seguirá tres líneas fundamentales: un comienzo atrayente, un desarrollo de interés sostenido y un final que condense las averiguaciones del reportero. Según el grado de investigación explícito en el trabajo, cabe hablar de reportaje estándar, más sencillo, y gran reportaje o reportaje de investigación, cuyo amplio despliegue de datos se integra cohesivamente.

También son pertinentes las cualidades del reportaje en el terreno literario, pues diversos novelistas han recurrido a ellas para componer sus ficciones. Tal es el caso, entre otros, de Ernest Hemingway, Euclides da Cunha, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Tom Wolfe.

Puede haber reportajes dotados solamente de texto, pero es más común que un escrito esté acompañado de fotografías. Cuando las imágenes son muy abundantes, superando al contenido literario en importancia, cabe hablar de foto-reportaje. A los fotógrafos especializados en el género se les da el nombre de reporteros gráficos o foto-reporteros, una categoría profesional en la que han destacado profesionales como Henri Cartier-Bresson. Entre los precursores de esta expresión periodística, cabe distinguir a fotógrafos del siglo XIX como Timothy O'Sullivan, Louis-Alphonse Davanne, Charles Winter y Pierre Petit. Ya en el siglo XX, han cultivado el foto-reportaje Robert Capa, Lee Miller y W. Eugene Smith.

Partiendo de la base fotográfica, ha evolucionado paralelamente un reporterismo cinematográfico, cuya fórmula más obvia es el newsreel o noticiero fílmico. Ese modelo periodístico inicia su andadura con el filme Salida de los obreros de una fábrica (La sortie des Usines Lumière, 1894), de los hermanos Lumière. Como pioneros del cinematógrafo, los Lumière advirtieron las posibilidades del nuevo medio para atrapar la realidad en imágenes, y pronto enviaron a sus camarógrafos a distintas partes del mundo para filmar los más variados acontecimientos. Al poco tiempo, fueron imitados en esa labor por Charles Pathé y Léon Gaumont. En 1910 se estrenó el primer Pathé Journal, un reportaje cinematográfico semanal que luego tuvo competidores como el Fox Movietone y el International Newsreel. El noticiero documental difundido en España durante varias décadas fue el No-Do.

Con la aparición del reportaje televisivo, la importancia del newsreel decayó considerablemente. Se advierte de inmediato que los criterios esenciales del reportaje escrito se trasladan al medio audiovisual sin grandes variaciones. De ahí que se distinga entre reportaje estándar y reportaje de investigación de acuerdo con el mismo criterio abreviado que se emplea en el periodismo impreso.

A semejanza de sus colegas de la prensa escrita, el reportero televisivo tiende a especializarse, de suerte que puede ser un corresponsal en el extranjero, un reportero deportivo, político, de información general, etc. En los últimos tiempos, se ha generalizado en las cadenas televisivas el equipo móvil formado por periodista y operador de videocámara, dado que su estrategia de trabajo es la más ágil en la confección de reportajes.

Una de las principales vertientes del reporterismo televisivo es el realizado en zonas conflictivas. Por lo común, el reportaje de guerra exige una considerable infraestructura técnica para el desplazamiento del equipo y la posterior emisión de su trabajo.

Siguiendo el modelo del reportaje informativo, las empresas publicitarias han diseñado una variante del anuncio televisivo, el publirreportaje, cuya apariencia periodística permite integrar más datos en la promoción.