el rendimiento social de la empresa - dadun: página de...

21
EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA JOSE MARIA BASAGOITI C U A D E R N O S EMPRESA Y HUMANISMO I N S T I T U T O 18

Upload: dangkhanh

Post on 21-Sep-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EL RENDIMIENTO SOCIALDE LA EMPRESA

JOSE MARIABASAGOITI

C U A D E R N O S

EMPRESA Y HUMANISMOI N S T I T U T O

18

He de comenzar diciendo que estoy en unaespecie de estado de incredulidad. Me pareceno conocer Pamplona -hace muchos años queestuve aquí la última vez-, y me parece casiincreíble el estar, no solamente asistiendo, sinoteniendo el honor de estarme dirigiendo austedes, en algo que hubiera podido ser elsueño de mi vida, y que, durante muchos años,hubiera querido ver realizado en Méjico y queveo que se realiza hoy en España: el encuentrode una facultad de filosofía con empresarios;de la inteligencia académica con la inteligenciaempresarial.

Otro Dr. Llano, que ustedes también debende conocer, mi muy querido amigo Carlos yaha estado aquí, siempre me decía a mí que yo,como empresario, no podía ocultar mi frus-tración de no haber sido filósofo. Y es cierto,porque me tocó dar el salto de un doctoradoen Filosofía a la dirección de una empresa y,después a la dirección de un grupo deempresas, casi sin darme cuenta o sin podercomprobar si tenía la vocación empresarial:cuando que lo que sí sabía era que yo tenía lavocación académica.

El IPADE, en el que tomé parte desde su fun-dación, me dio la oportunidad de estar en lasdos arenas y esto que están ustedes haciendoahora hubiera sido mi sueño, y ahora resulta

que es la realidad de ustedes, por eso estoyentre el sueño y la realidad.

Con esta pequeña confidencia personal, voya empezar por repetir un poco lo que son, eneste momento, mis vivencias para que ustedespuedan entender el por qué de lo que yo voy atratar de transmitirles esta mañana. Penséhaber hecho un escrito académico, de éstosque se suelen hacer para la posteridad ydespués comprendí que ésto hubiera tenidouna importancia personal, quizá la satisfacciónde que ese escrito hubiera podido serpublicado; y este tipo de cosas que nos pasan alos que nos dedicamos a hablar y a escribir;pero, dado el estado de ánimo en que meencontré desde que éste Dr. Llano me invitó avenir con ustedes, la realidad es que preferíllegar aquí y hablar un poco «ex abundantiacordis, ex abundantia mentis»; y, puesto quedespués hay un coloquio, podríamos decir quetomara yo la primera parte del coloquio,pasándoles mis inquietudes, que algunas lesvan a poder parecer a ustedes, incluso, extraló-gicas; extralógicas en el sentido de retar a larealidad, de anhelar romper las utopías o,incluso, extralógico en el sentido de hacer unanálisis crítico, desde el punto de vista delempresario pensador para con la empresa enla que cree; pero que al mismo tiempo está

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

221

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

convencido que tiene que reformarse, que nopuede seguir como está, si es que quiere res-ponder al reto que le plantea la sociedad.

Si, al terminar mi período de presidente dela Confederación de Empresarios de laRepública Mejicana, acepté venirme alOrganismo mundial de los empresarios, fueprecisamente porque, después de habertenido la experiencia de lo que son lasEmpresas, los organismos empresariales, esdecir, las federaciones, las confederaciones ylas cúpulas de confederación, me interesabaconocer -y acepté la invitación que se mehacía- cuál era el pensamiento de la super-cúpuia empresarial; esa supercúpula queempieza por tener un nombre, no sólo ana-crónico, sino equívoco: puesto que se llamaCámara de Comercio y ni es cámara ni es decomercio, sólo es internacional. Claro, estotiene una historia a principios de siglo y, encoincidencia con la Primera Guerra Mundial,pues, en aquel entonces Cámara era unnombre genérico y Comercio era un nombregenérico. Cámara podía ser una cúpula, ahoraya es algo que se refiere más a sus raíces eti-mológicas es decir, a algo muy localista. Enaquel entonces era un organismo de empre-sarios, y comercio era el genérico de activi-dades económicas. Ahora esto ya no responde.

Ahí he podido tener la comprobación deque, en realidad, el alma del empresario, lasactitudes del empresario son iguales en todaspartes del mundo y lo único que varía son lasintensidades. Pero, en sus grandezas y en susflaquezas, el empresario es el mismo cuando escoreano que cuando es hindú, cuando esmejicano o cuando es español; y si los nortea-mericanos, a veces, como empresarios, se creensuperiores a todos los demás, quiere decir queen sus flaquezas son iguales exactamente anosotros y que, en cuanto a sus grandezas,están por debajo de nosotros. Esto no les suelegustar, sobre todo, cuando me invitan algunavez, en alguna ocasión, Harvard o Stanford; y amí me suele gustar decirlo, porque una de lascosas que pienso que es la vocación de todoempresario que piensa o de todo filósofo quese dedica a la empresa es la de hacer revulsión;la de no hacer complacencia, autocompla-cencia gremial, si es que nosotros apreciamosel papel de nuestro gremio, de nuestra pro-fesión, esta profesión de la eficacia; pues, laapreciamos en el momento en que el mundoestá.

El título de la conferencia parece muyampuloso y, sobre todo, parece que me voy ameter a hablar de temas quizá ontológicos ometafísicos. Me decía el Dr. Llano ayer que

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

321

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

estuviera a la altura de los empresarios, que, aveces, no gustan mucho de las abstracciones; yayer le tranquilizaba y le decía que he tenidoque vivir en esa lucha durante muchos años -cuarenta ya- de que el pensamiento, el con-cepto, la idea universal, al empresario enalgunas ocasiones le asusta, porque pareceque lo oprime. El, muchas veces atrapado en lanecesidad de lo concreto, de lo de hoy y aquí,con estos perfiles, y como que la idea abstractale parece no sólo lejana, a veces anacrónica; aveces anacrónica por pasada, por histórica, y aveces anacrónica por futurista; pero, en defi-nitiva -y aquí entramos en un tema del quedespués hablaremos mucho más-, no prag-mática. El credo de todos los empresarios: hayque ser pragmáticos.

Yo he tenido que ser pragmático y he tenidoque entender la realidad desde el punto devista de las decisiones. Y muchas veces hetenido que sufrir lo que, en definitiva, ustedesestán decididos a sufrir, desde el momento enque han aceptado estar en este tipo de colo-quios y de estudios, esa terrible dicotomía deque la idea muchas veces odia al pragmatismoy de que el pragmatismo tiene miedo a la idea.Y, por eso, es por lo que tenemos que hablaren unos términos en que podamos estar

juntos: en que sepamos buscarle a la idea supracticidad o su practicabilidad.

En alguna ocasión en que, dando unas con-ferencias en Méjico a una Empresa muygrande, yo les recomendaba que en aquellaEmpresa lo que necesitaban era forzosamenteun filósofo o, cuando menos, uno de losmiembros directivos que tuviera un sentido delHumanismo para que se pudieran, de algunamanera, contemplar otros resultados que nofueran los económicos, produje una especie deestupefacción, de decir ¡un filósofo en unaEmpresa! Y, desde entonces, se corrió la vozhasta el punto de que, cuando se soltó mi can-didatura para ser presidente de laConfederación de Empresarios de Méjico,alguien dijo, pensando «con ésto ya hemosevitado que este hombre llegue a la presi-dencia»: «cuidado, que este hombre es unfilósofo».

Llegué a la presidencia y todos mis enemigosme atacaban por ahí (no crean ustedes que nolos tuve) y, sin embargo, he de decir queencontré a tantos empresarios anhelantes deuna reunión como ésta que, en muchas oca-siones, creí haberle podido dar forma; meequivoqué, pero estuve casi tocando esta rea-lidad que están ustedes en este momentotocando. Creo, al revés de lo que decía el Dr.

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

421

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

Llano que se ha avanzado poco, que lo queustedes han avanzado es casi todo lo que hayque avanzar, porque, bueno, ahora vendránlos frutos; pero romper ese muro, ese temor,ese casi pánico, que tienen los empresarios alos filósofos, a los pensadores, a los huma-nistas, yo creo que es un resultado increíble.

La Revolución industrial tiene la contrarevo-lución sindical: todas las ideas, que ahora novamos a enumerar ni a clasificar, todasaquellas ideas que se producen como reacciónante algo que era innovador, que fue -no cabela menor duda- la clave del progreso de laHumanidad, la creación de entes sociales -después explicaremos por qué llamados«empresas»- pero que, en muchos aspectosfueron ciegos, imprevisores, insensibles y que,desgraciadamente, obtuvieron una serie deconsecuencias no pretendidas, no queridas,definitivamente no queridas, pero quehicieron una serie de modificaciones en lasociedad, que, en definitiva, provocaron lacuestión social, provocaron la cuestión política,provocaron la cuestión económica, que nos hallevado a la crisis que en este momentoestamos viviendo y que -como decía bien el Dr.Llano- nos pone en el umbral de la segundarevolución industrial.

Todas estas cuestiones que se han venidodebatiendo durante todas estas décadas,todos los títulos que le podamos dar a esascuestiones, ya sea en cuestiones sociales, ya seaen cuestiones políticas, ya les llamemos capita-lismos, marxismos, socialismos, economíasmixtas, economías dirigidas, economíassociales de mercado -algo que nadie llama,pero que, en definitiva, se ha producido comohecho casi sintético de todas estas economíasestorbadas- todo esto, que no es nada más quelas chispas que salen de la lucha de dosbloques, de dos filosofías de la propiedad, dela colectivista y de la individualista, todo estonos llevó a que, en general, los gobiernos conel nombre del Estado, pretendan resolver yzanjar toda esta serie de discusiones a base dedecir: «el individuo -lo que nosotros llama-ríamos la iniciativa privada-, la Empresa, no hasabido responder a las demandas sociales y,entonces, somos nosotros, los gobiernos, peronos llamamos para esto el Estado, los que lavamos a resolver». Y vienen todas lascorrientes estatistas, que hoy entran en crisis yque nos traen a esta época tan interesante -toda crisis es siempre interesante, es peligro,no cabe la menor duda- pero el elemento fun-damental de la crisis es la oportunidad-, nostraen a esta época que estamos viviendo, enque ya los propios Estados reconocen su

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

521

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

fracaso en la gestión social, en la gestión eco-nómica Y no se atreven a decir que en lacuestión política, y luego yo me atreveré adecir que también en la cuestión política,porque, al fin y al cabo, como lo político no sepuede desligar de lo económico y lo social, seproduce en realidad también en la cuestiónPolítica.

Esta crisis, que devuelve las soluciones de lasociedad a la propia sociedad, que hace de losciudadanos la solución de la sociedad, vuelve atraernos la idea aquella de que la soluciónsomos todos y no lo son los gobiernos, de quesi nosotros no somos la solución seguiremossiendo el problema, y que, cuando unasociedad es problema, no va a haber gobiernoalguno que lo vaya a resolver. Y estamos eneste punto crucial en el que los gobiernos, porun imperativo de orden inevitable -comotodos los imperativos, pero en este caso, hagoese énfasis, esa reduplicación- no tienen másremedio que aceptar para sobrevivir. Y,entonces, en cada país -yo no sé aquí enEspaña qué eufemismo se le ha buscado, peroen Méjico a la reprivatización la llamamos redi-mensionamiento del Estado o reconversiónindustrial, palabras todas muy bonitas, pero

que vienen a decir una sola cosa- dicen, diri-giéndose a la sociedad «mira, yo ya no puedoresolver tus problemas, a ver si los resuelvestú». Y, en la sociedad, nosotros empresariossomos los primeros aludidos, puesto que laEmpresa, como núcleo básico de la sociedad,como núcleo -como ustedes lo defienden bienen este foro-, como núcleo que no solamentees de tipo económico, sino también de tiposocial, y -hay que insistir también de tipopolítico, los va a tener que recoger.

La Empresa hoy es la esperanza de laHumanidad, es la esperanza del hombre,porque los gobiernos, al reconocer que ellosno pueden ser la solución de todo, tienen queaceptar que la soberanía está a nivel del indi-viduo, a nivel del ciudadano, y que la solucióntiene que venir de la sociedad.

Hay una desproporción colosal entre el pen-samiento de hace unos años de que los ciuda-danos nos poníamos ante el gobierno enactitud de limosneros para pedirle que solu-cionara las cosas, y este planteamiento de hoyen día en el que los gobiernos son los primerosque quieren que la sociedad resuelva una seriede problemas que al gobierno no le corres-ponde resolver y que había intentado resolver

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

621

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

de forma simplemente arrogante, por no lla-marla de otra mane-ra.

Es la oportunidad de la iniciativa privada, laoportunidad de la libertad y la responsabilidaddel individuo y la oportunidad, por tanto, dela Empresa y del empresario, puesto que nohay profesión que pueda aportar más a lasociedad, que la profesión que nosotrostenemos.

Algunas veces, cuando con júbilo veo estaoportunidad, también tengo el temor de si lasEmpresas y los empresarios entenderán estaoportunidad. ¿Estarán preparados paratomarla? ¡Llevamos tantos años de empre-sarios que han sobrestimado el poder y se hanpuesto a la sombra de él para hacer negocios -no estoy diciendo hacer Empresa-! ¿Cuál serála proporción de aquellos empresarios quepiensan que solamente junto a la sombra delpoder pueden hacer prosperar sus empresas yque sin esa sombra son incapaces de enfren-tarse a los retos que su empresa, en su ramoparticular de actividades, le presenta? ¿Estánlos empresarios preparados para la responsabi-lidad social?

Obviamente que lo están muchísimo másque hace veinticinco o treinta años. Hace vein-ticinco o treinta años -por lo menos en Méjico-

hablarle a un empresario de responsabilidadsocial era como decirle algo que a él no lecorrespondía- el diálogo social es del Estado.«A mí, muy a la americana. Negocios sonnegocios. Yo los resultados económicos, paraeso pago impuestos». Y, entonces, todos losproblemas sociales, desde la educación hastala ecología, se le mandaban al Estado: «paraeso pago impuestos». Había una desresponsa-bilización total.

Años de desresponsabilización ¿cómo noshabrán dejado a la clase empresarial?,¿cuántos tendrán conciencia de que tienenque hacer ahora por la sociedad lo que antescreían que tenía que hacer el Estado?,¿cuántos habrá que ni tan siquiera saben cómodigerir esto?; estamos hablando de los miles deempresarios que no quieren estar en las orga-nizaciones empresariales, que el estar en laCámara les parece una atadura y, por lo tanto,son más libres cuando no están metidos en laspropias organizaciones empresariales. De estetipo de empresarios, que podríamos decir queestán fuera de órbita, ¿cuántos habrá?

El otro día estaba yo hablando con un pro-fesor de la Universidad de Stanford, que fuepresidente y director de una de las empresasque han tenido más conciencia social -luegohablaremos de esto- y que, cuando él la dirigía,

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

721

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

fue de las que más avanzó en la publicación debalances sociales, y me decía. «el problema noes que los empresarios no puedan pensar enestas cosas -les cuesta, tienen resistencias, peropueden hacerlo-, el problema es que hayalgunos que no tienen ni la menor idea quedeben de hacerlo». Y, empezamos a hablar deesto que está, en este momento, tomandodiferentes nombres: nuevo capitalismo, capita-lismo de la era de la información, capitalismode la segunda revolución industrial o delperíodo postindustrial. Y, nuestra conversaciónllegó a la siguiente reflexión: «lo que losempresarios, hasta ahora, no han queridohacer o no han podido hacer o no han, ni tansiquiera, soñado que deberían hacer, ahora seles va a pedir por imperativos tecnológicos».

Todos ustedes, sin duda, están aquí porquehan estado interesados en estas cuestiones y,por lo tanto, sabrán ustedes de la épocaaquella de los «angelismos»: es decir de losidealismos suprahumanos en materia dereforma de la Empresa de hace unos años, quese gestaban en las organizaciones empresa-riales con inspiración religiosa, como es laAsociación Católica de Empresarios, que aquíen España tiene la Uniapac Internacional, etc.;y se hablaba, en aquel entonces, de las solu-ciones con la cogestión, la copropiedad, la par-

ticipación en las decisiones y todo este tipo decosas; y que, cuando estos empresarios salían adar su mensaje a los grandes, a los que se con-sideraban el paradigma del profesionalismo,los «professional manager» de las grandestransnacionales, pues eran considerados asícomo diciendo: «pero ¡pobres ángeles!, ¿éstosdónde creerán que están?». De ahí que se lesllamó a estas actitudes «angelismos».

Bien, aquello que, en aquel entonces,podían parecer «angelismos» -la participaciónen las decisiones, el uso generalizado deltalento, la convicción de que, cuantos mástalentos se usen en la Empresa, mejor va a serpara la Empresa, la convicción de que unaEmpresa que no usa todos sus talentos estádesperdiciando una gran parte del talento quela integra-, todo este tipo de cosas que nosllevan, obviamente, a la ruptura de muchasestructuras empresariales, puesto que nosobligan a la descentralización de las deci-siones, puesto que nos obligan a la atomi-zación de los núcleos de trabajo y de losnúcleos de decisiones, que nos llevan, por lotanto, quizá, a buscar la desburocratización delas empresas privadas -porque nosotroscreemos que esto de la desburocratización,con lo que tiene de nombre parecido al cáncer,es exclusivo del gobierno, y resulta que en las

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

821

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

grandes empresas privadas la burocratizaciónmuchas veces las hace elefantiásicas, las con-vierte en paquidérmicas, no se pueden mover,todo esto se va a producir por imperativos tec-nológicos.

La era del conocimiento, la era de la infor-mática nos lleva forzosamente a tener quecontar más con el proveedor, más con elcliente, mucho más con el mercado.

Antes éramos fieles creedores, es decir, fielescreyentes del mercado y ahora el mercado senos impone. Sucede una cosa muy curiosa-defendíamos la libertad de mercado, peromuchos de los que defendían la libertad demercado, y esto lo habrán visto ustedes enEspaña, y yo lo he contemplado en Méjico, aveces con asombro y en otras ocasiones contristeza, se dedicaban a comprar todasaquellas empresas que les podían hacer algúndaño con la tentación obvia, visible, del mono-polio, lo cual era una contradicción de su doc-trina de la libertad de Empresa. Y todavía yoles puedo decir que oigo a algunos empre-sarios, que son prácticamente monopólicos uoligopólicos, que todavía predican la libertadde Empresa. Ahora resulta que, en estasociedad de la informática, empezamos atener participación, empezamos a creer en elmercado, se nos empiezan a imponer una serie

de realidades que antes defendíamos con laboca pequeña, con la boca chica, y que ahorano tenemos más remedio que abordar enforma integral.

Se le ha dado en llamar también a estasociedad a la que nos estamos enfrentando lasociedad de crecimiento inteligente; y enverdad que, alguna, a veces, piensa uno, queel crecimiento que hemos tenido en materiaeconómica, con las correspondientes conse-cuencias sociales, no ha sido inteligente. Creoque, con los medios que tenemos de tener ele-mentos para poder predecir el futuro, bienpodíamos haber pensado lo que estábamoshaciendo, en lo ecológico; y, sin embargo, eltema de la ecología, que hoy en día está hastaa nivel de partidos verdes, es decir, de partidospolíticos, era una cosa que los empresarios,como gremio, habíamos abandonado total-mente, y yo creo que a nadie de nosotros senos escapaba que estábamos dañando la eco-logía. Y, así como digo de la ecología, tantasotras cosas que se podían haber previsto y que,solamente cuando han llegado a atrope-llarnos, hemos tenido que decir: «aquí está elproblema, aquí está la crisis, tenemos queenfrentarnos a ello».

Los que, como yo, llevan muchos años en laEmpresa, habrán vivido aquellas épocas en las

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

921

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

que los secretos industriales, el espionaje entreempresas, la confidencialidad de los datos eranvalores normales. Cooperar entre competi-dores era suicidarse: el intercambiar datos eraprácticamente entregarnos al enemigo. Y, hoyen día, pues, ustedes estarán probablementeviviendo en España la formación de consorciosde investigación entre competidores, investi-gando lo mismo para dar, en definitiva, elmismo servicio; y la competencia hay queponerla en otros ámbitos, que no en el de lainvestigación. La cooperación para competir.Parecen dos conceptos completamente anta-gónicos. Cooperar dentro de un mismo ramoindustrial para competir, y esto es una de lascosas que vamos a tener que hacer; es decir,que ya tenemos que hacer: porque si noobramos, no competimos: paradoja.

Me decía un profesor del IPADE, en Méjico,cuando yo exponía esta paradoja en algunasde mis pláticas allí: “bueno, tú estas haciendode la palabra cooperación y competencia casiun pleonasmo, como si fuera para competir”.Y digo: “bueno pues a menos que se llegue aentender esto, no vamos a entender lasociedad del futuro”. Y es que, en realidad, loque el empresario no había entendido, y ahoraentiende por imperativo tecnológico, es quelos empresarios no tienen derecho a competir

para deshacerse; puesto que, si están sirviendoa la sociedad, nadie que sirve a la sociedadtiene derecho a eliminar a otro que también,sirve a la sociedad. Competir es para servir, y,sólo así, se puede entender la competencia. Sila competencia se entiende como destrucción,entonces es cuando ya nos estamos saliendo decualquier pensamiento ortodoxo, de ordenempresarial.

Competir en las dimensiones de lo mayor yde lo mejor. Ha cambiado, por completo, elconcepto. Ahora, ser grande no significa sermejor empresario esto es otro de los ele-mentos que todavía algunos de los empre-sarios no entienden, y, tan no lo entienden,que, en muchas ocasiones, el proceso defusiones y adquisiciones va en búsqueda exclu-sivamente de la grandeza, porque se cree quela grandeza es fortaleza; es decir, el tamaño -no estamos hablando de la grandeza, de otrotipo de grandeza-; el tamaño es precisamentelo que le da a uno la capacidad de servir.

Bien, con esto, podríamos decir que ahoradebemos de entrar en la cuestión que esobjeto del título de esta charla. ¿Qué es lo quenos ha llevado a no entender, en el pasado, loque éramos y a tener que entender, en elfuturo, lo que somos, aparte del fracaso de lagestión estatal; en materia económica?

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1021

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

Porque, si no entendemos esto, se nos va apasar la oportunidad. ¿Qué es lo que tenemosque entender?

Lo primero es el concepto de Empresa. Y,ahora sí, vamos a tener que hacer un esfuerzofilosófico porque no me voy a poner a dar defi-niciones de Empresa ustedes las conocerántodas, las que están en uso, las que no están enuso; sino que me voy a ir en la búsqueda dealgo que, probablemente al empresario, leinteresa más que una definición de texto.¿Cuál es la naturaleza de la Empresa? Es unente económico, es un ente social o es un entepolítico? Antes, a un empresario, había quedecirle forzosamente que era un ente eco-nómico,- no podía entender que pudiera tenerparticipación de ente político o de ente social.Era como él se entendía; si se le decía que eraun ente de naturaleza social, automática-mente se sentía como fuera de vocación,además se sentía frustrado. Sin embargo, lasempresas fracasaron y el Estado fracasó por noentender lo que es la Empresa.

La Empresa parece algo que la gente posee,Fulano es dueño de tal empresa, Mengano esdueño de tal otra. El capital es lo capital, y lanaturaleza de la Empresa es precisamentetodo lo contrario. No es un ente poseíble, noes un ente apropiable porque es, simple y lla-

namente, una comunidad de personas. Losfines y todo lo demás, no creo que haya quediscutirlo, porque eso los empresarios se losaben muy bien. Pero, la naturaleza de laEmpresa es la de ser fundamentalmente unente social, que quiere decir un ente de per-sonas para servicio de las personas: una micro-sociedad al servicio de una macrosociedad. Ytodo lo demás viene después. Si esto no seentiende, es imposible entender la funciónsocial de la Empresa, que es de carácter eco-nómico.

Aquí, quizá, es donde muchos empresariostienen dificultad para entenderlo. Dicen:«bueno, un momento, ¿qué es eso de funciónsocial de carácter económico?». Ah, ¿no esposible una función social de carácter eco-nómico?, es que lo económico, al fin y al cabo,no es social?, ¿es que puede estar dividido? Loque sucede es que no hemos entendido quehay una función económica que la sociedadnecesita y que ésa es la que a nosotros nos estáencomendada; pero nos está encomendada,no como función económica, que lo es, sinocomo misión social. La sociedad necesita elbuen funcionamiento de la economía y anosotros, los profesionales de la eficacia, nosla entrega como función social. Hacer eco-

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1121

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

nomía como función social. Expresado ¿enqué?, expresado en utilidades.

Les voy a contar una anécdota mejicana,concretamente es una vivencia personal. Elpresidente López Portillo, de infaustamemoria, se dedicó a decir que las empresasdel Estado, a él le gustaba llamarse el Estado,eran de tipo social porque no pretendían ellucro. Y a mí, como presidente de laConfederación de Empresarios, me tocó, enpúblico, en televisión y en toda la prensa,decirle que creía que estaba equivocado:porque, si la Empresa era social cuando notenía la intención de lucro, entonces todas lasempresas tendrían que tener esa carencia dellucro, y, así, la sociedad se arruinaría; y que,por lo tanto, yo me permitiría llamar a lasempresas que no tienen lucro, las antisociales:porque si se dedican a vivir de subvenciones,de lo que producen aquellas que sí producenlucro, quiere decir que se está destruyendo lariqueza.

Fue una polémica pública muy interesante,que, por fin, el presidente abandonó; porque,obviamente, se había ido demasiado allá aldecir que eran empresas sociales las del Estado,precisamente porque no tenían lucro. Nuncaentendió el presidente que la misión social delas empresas es, precisamente, la generación

de utilidades, de utilidades en todas susfacetas, de utilidades en cuanto que es lariqueza del país en términos económicos y encuanto a que es la riqueza del país en términoshumanos: utilidades sociales y utilidades eco-nómicas.

Entender, por lo tanto, la Empresa así, nosllevaría a zanjar una discusión que veo queaquí, en España, todavía tienen, y tienenporque están en la trampa terminológica; y esque a las empresas del gobierno se les llamanempresas públicas, y a las otras se les llamanempresas privadas. Y no hay más que unaEmpresa: la privada, porque la pública no esEmpresa. Analicémoslo a la luz de todo lo que,en cualquier instituto empresarial, dedirección, de alta dirección empresarial seestudia, y ustedes se darán cuenta de que unente que no tiene, y la mayor parte de losentes del gobierno, los entes productivos delgobierno, no lo tienen, como finalidad com-petir, y como característica la de arriesgar supropia vida, no es Empresa. Es un ente que, aveces deriva en un ente de gasto público y, porlo tanto, de generación de inflación; es unente que, a veces, necesita el subsidio y, por lotanto es antisocial porque el subsidio perma-nente es siempre antisocial. La primera reglaque tiene la teoría del subsidio y de la subsi-

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1221

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

diariedad es la transitoriedad: se ayuda aalguien para que, después aprenda a ayudarsea sí mismo; pero no se le ayuda en forma per-manente porque lo único que se crean sonparásitos, a veces, gigantescos.

Empresa no hay más que una, que es laprivada, y, ojalá lo entendiéramos así losempresarios porque una de las cosas que losempresarios hemos perdido es la batalla termi-nológica. El socialismo nos arrebató las ban-deras sociales, como si nosotros no pudiéramostener banderas sociales; nos arrebató desde eltérmino hasta los conceptos. Fatalmente,creen los socialistas que nosotros tenemos queser antisociales. De manera que, el ganar laterminología de que Empresa sólo es laprivada, porque las otras no son Empresa, estambién algo muy importante, y eso sólo sehará a base de hacer filosofía de la utilidad.Filosofía de la utilidad que conlleva, obvia-mente, la moralidad por delante; es decir, nose puede concebir una utilidad que no tengala característica profesional, no religiosa, pro-fesional, de la moralidad. A la sociedad, anadie, por muy ignorante que sea cualquierintegrante de la sociedad, se le puede hacertragar lo de que se pueden hacer utilidades enforma inmoral; y, sin embargo, la laxitud conque, en muchas ocasiones, se califican las utili-

dades de muchas empresas es verdaderamenteprodigiosa.

En esta materia, es donde los empresariosmismos tenemos que empezar, a partir delcúmulo de informaciones que hoy en díatenemos unos a otros a exigirnos, comogremio y como profesión, un altísimo grado demoralidad.

La Cámara Internacional de Comercio, esteorganismo que digo que, ni es cámara ni es decomercio, una de las preocupaciones más fun-damentales que tiene es lo que se ha dado enllamar mala imagen de la Empresa- y lo que yodiría menos eufemísticamente: la mala famade la Empresa- es decir, el hecho de que, a nivelsocial o por cómo nos presentamos en nuestratarjeta de visita, que es la publicidad, o cómonos presentamos a base de todo lo que laprensa dice de nosotros, es decir, de cómo nospercibe la sociedad, no somos una profesiónque tenga como primer condicionamiento pro-fesional la moral estrecha, la moral estricta. Yopienso que, por eso es por lo que la Empresano es entendida. Y, resumiendo, ¿no esentendida porque cree la mayor parte de lasociedad que es propiedad de unos cuantos?,cuando ni debe ser de unos cuantos ni debe serpropiedad; sino que la sociedad tiene queentender que es comunidad de personas,

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1321

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

microsociedad al servicio de la sociedad -y esono lo sabemos ni entender nosotros ni comu-nicar a la sociedad-. Ni las utilidades son unrobo, ni las utilidades son un acaparamiento,ni las utilidades son un mal menor social; sinoque son precisamente la función social de laEmpresa.

Hemos hablado de comunidad de personasy no nos hemos metido en la concepción de]hombre. Cualquiera, sobre todo de ideologíasno empresariales, que vea el título de una con-ferencia: «Empresa y Hombre», puede decir:«bueno, si los empresarios también piensan enel hombre; si yo creí que esto era nuestro, queera de los antiempresariales; con esta banderaes con la que nosotros fustigamos a los empre-sarios». Y es porque la bandera del hombre,como la bandera de la paz, como la banderade la solidaridad, la enarbolan todos; nadamás que, cuando se miran de cerca las ban-deras, se dan cuenta de que tienen diferentescolores: no es lo mismo la paz que pretendenlos rusos, que la paz que pretenden los ameri-canos, ni cómo la pretenden; y lo mismo nospasa con la solidaridad. Son términos que, des-graciadamente, al entenderlos cada quiencomo le da la gana, no nos sirven, a menosque, como los escolásticos, hagamos unesfuerzo de definición de la terminología. Si a

este vaso tú le quieres llamar jarra estoy deacuerdo, pero sabemos que es esto, y entoncesvamos a discutir la cuestión, lo que está en dis-cusión, a base de que entendamos lo mismopor las mismas palabras.

Bien, en este orden de ideas, el hombre, esmuy diferente el que muchas veces defen-demos de aquel a quien deberíamos primeroentender para saber defender. Hay muchasconcepciones del hombre y, a nivel empre-sarial, es muy fácil tener concepciones delhombre desde actitudes benévolas o desdeactitudes malévolas; dependiendo, de si alhombre se le ve como radicalmente malo ocomo inevitablemente inocente o como posi-blemente bueno. Solemos tener unas concep-ciones del hombre, a partir de la desinfor-mación. Primero porque no entendemos elhombre «ut sic», es decir, no entendemos alhombre, al concepto del hombre, y segundoporque, luego, no entendemos a cada uno delos hombres que están en la Empresa.Entender al hombre yo creo que será más fácil,porque esto es cuestión de una formaciónhumanística que, cada vez, los empresarios vana tener más -hoy en día, se dice que a ladirección de las empresas no se llega más quea través del humanismo, ya no se llega a travésde las especializaciones, de las finanzas o de la

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1421

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

mercadotecnia o de lo que sea-. Pero, el cono-cimiento de los hombres, eso ya es otra cosa. Elpoder conocer, dentro de una empresa, a cadauno de los hombres, con los adelantos que hoyen día tenemos, ya no es una utopía- el queuna empresa pueda darle a cada uno de sushombres, desde el que barre el zaguán hastael subdirector que está en posibilidad de serpromovido a la cabeza de la empresa, el cono-cerlos a fondo, sus capacidades, sus conoci-mientos, sus debilidades, sus atractivos, esdecir, la vocación como un todo, ya no es unacosa que esté tan lejana de nosotros mismos.Por lo tanto, el poder tratar a los hombres,dentro de la Empresa, a partir de una relaciónde veracidad, es mucho más posible que antes.Hoy en día, en cualquier empresa va a ser muydifícil que un jefe de personal pueda hablarcon buenas intenciones y decirle a unapersona, que no conoce mayormente, pero aquien hay que alentar, «no, no, si tu camino enla empresa es muy bueno, si tú, ya verás como,si te esfuerzas, harás esto o harás lo otro», y leestá hablando, simplemente con esa bondadcon que se le habla a alguien a quien no sedebe de frustrar. Esto ya no es posible porque,entonces, entraría, no en la superficialidad,sino, definitivamente, en la mentira. Nosotros,ya, debemos de conocer a nuestros hombres,hasta el punto de poder decirle a una persona:

«tú ya has llegado a donde podías llegar,porque ni tienes capacidad para adquirirmayores conocimientos, ni tienes vocaciónpara hacer esto o para hacer lo otro, ni tienese¡ sentido de la responsabilidad». Esta relaciónde veracidad que ustedes, quizá, podrán decirque es cruel, va a ser básica en las relacionescon las personas, en los futuros de lasempresas. Y esto, entendiendo que, además,va a estar en el contexto de un cambio decultura, porque ya no vamos a tener esacultura del ser por comparación, sino quevamos a tener que buscar que la persona seapor propia plenitud. Me voy a explicar un pocomás.

Hasta ahora, hemos tenido los trepas ocomo ustedes les quieran llamar -yo estapalabra trepa me la aprendí ayer en unperiódico que venía leyendo en el avión, yo nola conocía y no sé si la estoy interpretandobien- pero, en fín, lo que los americanosllaman el trepador de la pirámide, los que vanyendo hacia arriba, ya sea por méritos o ya seapor intrigas, pero siempre en la cultura de lacomparación con los demás: «yo soy mejor quetú y, por eso, yo tengo derecho a ir paraarriba». Esta actitud va a tener que ser susti-tuida a partir de la información. A cada unohay que colocarle donde debe de estar y, de

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1521

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

ninguna de las maneras le debemos de dar laesperanza de que va a llegar a ser más de loque él debe de ser o puede ser. Decirle a cadauno que, independientemente de que llegue ono llegue, tiene la obligación de plenificarse,tiene la obligación de realizarse, es decir, dellegar a ser él mismo y no pretender ser másque otro, porque en el ser más que otro nopuede encontrar más que o la frustración deno llegar o, quizá, el desperdicio de no lle-narse, porque, para ser más que otro, a lomejor necesita sólo ejercer el 70% de sus capa-cidades. Esto es algo que tenemos nosotrosque entender a partir de tener una especie deorganigrama individual de un individuo, esdecir, el organigrama por dónde el individuova a poder ir, dentro de la empresa, y pordónde no podrá llegar. A partir de que serompa la cultura del ser por comparación paraentrar en la cultura del ser por plenitud, en laEmpresa va a haber que buscar la fórmula enque las retribuciones, dentro de la Empresa notengan las diferencias abismales que, hoy endía, se dan.

Esto es algo que, quizá, si me lo estuvieraoyendo alguno de estos cazadores de cerebros,de cabezas, estaría diciendo: «esto acaba conmi negocio», pero esto es lo que tenemos en elfuturo. A partir de que nosotros entendamos

al hombre como la persona que se tiene queautorrealizar para dar de sí todo lo que puedaa la Empresa, y que esa retribución sí tendráque tener unas diferencias de capacidades y deconocimientos, pero que no podrán ser abis-males- a partir de ahí, probablemente, resolve-ríamos muchos de los problemas que tenemosdentro de las empresas. Yo sé que decir esto,en un consejo de administración puede traerurticaria a muchos; yo sé que, si se lo decimosal cuerpo de dirección de algunas empresas,piensan que ha aparecido una herejíaempresariaL sin embargo, en esta nueva eraque se nos acerca, tendremos que llegar a esto.

Bien, estamos en la era de la información-pero también tenemos que entender que lainformación, una de las cosas que nos va aayudar a hacer, es quitar las malformacionesque tenemos en la Empresa o las desinforma-ciones, acabar con las desinformaciones quetenemos en la Empresa. Y, por eso es por loque nosotros tenemos que ir hacia la búsquedade lo que, en la Empresa, es inmutable y de loque, en la Empresa es mudable. No estoyhablando del sentido de la «mutabilitas»latina, que es la frivolidad del pensamiento, esdecir, el pasarse a pensar de una cosa a la otra,-estoy hablando, precisamente, de aquel con-vencimiento de que hay cosas en la Empresa,

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1621

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

como es la verdadera concepción del hombre,que no se pueden mudar y que, por muchoque las técnicas avancen, tendrá que quedarahí, y de aquella concepción de las cosas que laEmpresa no ha logrado obtener, y que tendránque ser mudadas, tendrán que ser reformadasy cambiadas porque nunca las hemos logrado,y que ahora, en esta nueva era, en estasegunda revolución industrial, las tendremosque intentar. Una de ellas es ésta: la cultura delser por plenitud, en lugar de la cultura del serpor comparación.

Pero vamos a ir, en este momento, en bús-queda de otra. Hablamos antes de utilidades.Bueno, valor económico añadido. Ya entrenosotros, en los institutos de alta dirección deEmpresa, no hablamos sólo de valor eco-nómico, hablamos de valores socioeconómicos,de valores sociales y económicos añadidos.Pero, lo que no acabamos de entender es que,si creemos en esto, una de las cosas quetenemos que hacer es llamar a nuestros conta-dores y decirles que el salario tiene que pasarde costos a utilidades. Esto, obviamente,rompe todos los esquemas de los contadores,esto que los contadores llaman las reglas gene-ralmente aceptables; pero, con profundidadde pensamiento empresarial, enfrentémonos aesta realidad. Las leyes sociales, todas las nor-

mativas sociales del mundo, le dan al salariouna primacía sobre todos los demás valores dela Empresa, que, además, se merece y, sinembargo, lo tenemos relegado al concepto decosto, cuando es la primera utilidad que laEmpresa le produce a la sociedad. Haganustedes un ejercicio, que a mí no me da tiempoa hacer, obviamente, de qué pasaría si, en elrenglón de utilidades, aparecieran los salarioscomo el primer reparto. Se cambiarían muchas,pero muchas, de las equivocaciones que hoy endía tenemos y, probablemente, empezaríamospor no tener que hacer demasiadas relacionespúblicas, en cuanto a lo que es el valor de lacreación de fuentes de trabajo. Es el primerrenglón de la utilidad y, ahí debería de estar.Por ser el trabajo aquello que el hombre poneen la Empresa, tiene, obviamente, un valorsocial mayor que la retribución del capital,que, al fin y al cabo, es poner el hombre lo queposee,- y, siempre, vale más el ser que elposeer. Pero debe de estar ahí,- es la primeraparte de la utilidad. Fíjense ustedes que,incluso, a todas aquellas empresas, y estoyseguro de que muchos de ustedes lo hanintentado, que han intentado hacer balancessociales, no tendrían que esforzarse, tanto ytan complicadamente, en presentar unbalance social, si ya, en el balance económico,estuviera tomado en cuenta el valor social de

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1721

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

lo económico, que es el salario. Es estaruniendo, precisamente, la función social con laeconómica o es estar haciendo la tarea eco-nómica con vocación de función social.

Yo estoy convencido de que esto tendrá quellegar como también estoy absolutamenteconvencido de que el balance social, que se haintentado en España -yo tengo una colecciónde balances sociales intentados por diversasempresas en España-, se facilitarían, a partir dereformas como ésta: hay otras muchas.Estamos tan equivocados, en materia debalances, que no es nada más que rendición decuentas,; digo, eso es lo que es un balance, espresentar una razón -«estoy dando razón demi gestión»-. Estamos tan equivocados, quecreemos que, de las empresas, solamente sepuede dar razón a los accionistas: y es porquecreemos, vuelvo al concepto anterior, que lasempresas son propiedad de los accionistas. Eldía que entendamos que el balance social hayque darlo, simplemente, porque la Empresa esuna parte de la sociedad, y que, por lo tanto,hay que dar cuenta de resultados sociales, con¡a misma finura, por llamarle de algunamanera, con que se da cuenta de los balanceseconómicos, ese día tendremos que llegar aeste tipo de reformas.

Pienso que, en este maravilloso foro queustedes han creado, una de las tareas intere-santísimas, en las que se puede profundizar, esprecisamente en sacar del empantanamiento,del estancamiento, la teoría del balance social.La teoría del balance social como dación decuentas a la sociedad, de lo que la Empresahace por la sociedad en lo social. Llegará el díaen que tengamos presupuestos de resultadossociales, lo mismo que hacemos presupuestosde resultados económicos, y que tendremosauditores de resultados sociales, comotenemos auditores de resultados económicos.Esa puede ser, probablemente, una de las fun-ciones de una Universidad: el entender que laEmpresa, al tener que dar cuentas a lasociedad, tiene que crear profesionales de losresultados sociales. Los contadores, en algunaocasión, me han escuchado decir esto, y, sobretodo en los Estados Unidos en la Universidadde Minessota, me decían que esa les va acorresponder a ellos. Y yo, en este afán quetengo de ser simplemente futurólogo, o de serenredador, de traer ideas que creo que algúndía llegarán, pienso que no va a ser posibleque los contadores sean los mismos profesio-nales que evalúen los resultados sociales, almismo tiempo que evalúan los resultados eco-nómicos. Probablemente después la Empresatenga que hacer la síntesis- y, probablemente

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1821

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

después llegaremos a una época en queevaluar resultados sociales sea lo más normal,pero, en la era de la informática, lo quetenemos es que buscar la manera de, salién-donos de lo cuantitativo para entrar en clarasdefiniciones cualitativas, evaluar a lasempresas desde el punto de vista de sus resul-tados sociales.

Evaluar comunicación, publicidad, partici-pación, complementación, sentido de la efi-cacia, responsabilidad; evaluar, no solamentelo que hacemos ahora a través de nuestrosdepartamentos de personal, o como algunosmás ampliamente, menos «estrictu sensu»,dicen de asuntos humanos, evaluar, incluso, laconducta moral de las empresas.

Voy a tratar de terminar esto con dos ideasque he anticipado antes- el pragmatismoempresarial, como enfermedad gravísima de laEmpresa, y esa especie de ser absolutamenteapolíticos. El pragmatismo empresarial, que yono lo voy a combatir, en tanto en cuanto quees el sentido común aplicado a las decisiones,la razón práctica, lo tengo desgraciadamenteque apuntar como uno de los refugios o de lossofismas en los que los empresarios seamparan para abandonar todo intento de ide-alismo empresarial, todo intento de reflexiónde conciencia, todo intento de hacer que la

Empresa esté dispuesta a responder, ante lasociedad, de lo que hace. Ustedes, mejor queyo, entienden lo que estoy queriendo decir.Cuando, en los organismos empresariales, detodos los órdenes y a todos los niveles, regio-nales, nacionales e incluso internacionales, sequiere eludir alguna responsabilidad, algúnprincipio o algún dogma, porque nosotros, ennuestra profesión, tenemos que tener dogmas,inmediatamente acudimos al famoso pragma-tismo: que no es otra cosa que decir que lamoralidad de la Empresa es relativa; que no esotra cosa que decir que la responsabilidad dela Empresa es restringida- que no es otra cosaque decir que, en realidad, nosotros tenemosque estar a los resultados económicos. Yo, porlo tanto, me atrevería a decir que a un estudiodel pragmatismo empresarial, como enfer-medad de los empresarios, como enfermedadmental, como síndrome peligrosísimo paraeludir todas las enfermedades morales ysociales del empresario, le tenemos que darcierta profundidad.

Yo sé que esto no está en las mentes deustedes, pero analicen ustedes a sus compa-ñeros empresarios y vean a aquellos que vanpor su cuenta, a aquellos que no quieren hacergremio, a aquellos que, en definitiva, faltan asus obligaciones, hasta de honor, con e¡ resto

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

1921

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

del gremio empresarial, si no se amparan, pre-cisamente en este sentido pragmático, que lospone al margen de cualquier consideraciónsuperior, que pueda dignificar nuestra pro-fesión.

En el futuro va a ser cada vez más difícil, vaa haber que ser cínico, para no caer en esatrampa de «yo soy apolítico; soy apolítico,porque soy empresario», como una conse-cuencia directa de antecedente y consecuente,de que los empresarios tienen que ser apolí-ticos. La verdad es que, si el empresario aceptaser apolítico, está casi aceptando ser apátrida,porque no se puede uno olvidar de la comu-nidad, de la «polis». Claro, en el muy «estrictosensu» de la política de partido, difícilmentecomo empresario se puede uno meter. Locurioso es que aquellos que dicen que son apo-líticos son los que generalmente están metidosen la política, pero en la política del poder.Están junto al poder, pero, para quitar todasospecha. Yo me atrevo a hacer estas acusa-ciones un poco con la irresponsabilidad de queno sé lo que pasa en España, pero con eltalante de que sé lo que pasa en Méjico; y yosé que la mayor parte de los empresarios quedicen que son apolíticos tienen muchosamarres en la política: contratos, concesiones,influencias. Y dicen que son apolíticos precisa-

mente para ponerse el manto de pureza. Sonmás políticos que los demás, pero para servirsede la política y no para servir en la política.

El empresario no puede dejar de ser políticoen tanto en cuanto es ciudadano y no puedemeterse en la política partidaria, en tanto encuanto es empresario. Pero no por eso está enel terrible dilema de decir, «como soy empre-sario, no puedo tener un pensamiento político,no puedo tener un modelo de sociedad, queentre dentro de lo social, lo económico y de loestrictamente político». Por lo tanto el empre-sario tendrá al principio -quizá con la crítica ocon la ironía o con lo que ustedes quieran- larepulsa de sus propios colegas en cuantoempiece a manifestar que tiene ideas clarassobre el modelo de sociedad que busca. Pero sisomos dirigentes sociales, difícilmentepodremos decir que somos apolíticos.

Encontrar ese punto es muy importantepara que el empresario tenga el lugar quetiene que tener en la sociedad nueva, que nostrae una serie de cambios, no solamente de lainformática, de las nuevas técnicas, sino, sobretodo, de esta comunicación, que se tiene quevolver formación y no sólo información. Diríayo que esto es uno de los problemas quehemos tenido los empresarios. No hemoslogrado hacer formación de la información,

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

2021

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18

Información nos está sobrando y formación, o,más claramente dicho, crecimiento de nosotrosmismos, que, al fin y al cabo, es lo que es edu-cación, el «educere», el sacar de nosotros loque somos, eso nos está faltando. Y cuando lainformación se limita a ser información enmuchas ocasiones termina forzosamente en ladeformación, si es que no ha sabido desem-bocar en la formación,

Descubrir lo inmutable y descubrir lomutable es lo importante y, para eso, el empre-sario tiene que ser pensador. Lo inmutable delhombre yo no lo voy a venir a decir aquí,porque creo que en una Universidad como éstaustedes ¡o saben perfectamente. Pero eso es alo que hay que aferrarse. No puede haberabsolutamente ninguna revolución que nospueda llevar a destruir lo que es inmutable, enla Empresa como comunidad de personas y enel hombre y en los hombres. Y, en lo que serefiere a lo mutable, entendamos que lomutable, para la tecnología, siempre está con-dicionado por lo inmutable, y que lo mutablepara el desarrollo, es decir, para enmendar loque no se supo hacer antes, también tiene queestar influido por lo inmutable.

Formación humana es lo que están haciendoustedes. Humanismo de los directores deEmpresa es lo que están haciendo ustedes;

pero yo me atrevería a decir un poco más. Yome atrevería a decir que, en las Empresas, debede haber filósofos y que qué bueno que losdirectores de Empresa se precien de ser filó-sofos.

NOTA BIOGRAFICA

D. José María Basagoiti realizó estudios deDerecho y Filosofía. Ha sido Presidente de laCompañía Tabacalera de Méjico y de laConfederación de Empresarios de este mismopaís. Es empresario y actualmente miembro delBoard of Direction de la Cámara de ComercioInternacional (París) y asesor de laOrganización de Naciones Unidas para asuntoseconómicos.

Recogemos aquí la conferencia pronunciadaen la II Reunión Internacional del SeminarioPermanente «Empresa y Humanismo» bajo eltítulo «Empresa y Hombre: lo cambiante, loinmutable».

JOSE MARIA BASAGOITI EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA

2121

CU

AD

ER

NO

S E

MP

RE

SA

Y H

UM

AN

IS

MO

18