el quemado de las ollas apuntes

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ETNOARQUEOLOGIA. El contexto dinámico de la cultura material a través del tiempo. 2005. Eduardo Williams, editor. Apuntes Phil Weingand 1995 “Introducción” en Arqueología del occidente y norte de México, Eduardo Williams y P. C. Weigand (eds.), Zamora, El Colegio de Michoacán. ceramocentrismo (énfasis que se le da a la cerámica en muchos estudios arqueológicos, hasta la casi exclusión del resto de los datos arqueológicos, y carente de una posición analítica mas balanceada) 2001. “La cerámica moderna de los huicholes: estudio etnoarquelógico” en Eduardo Williams y P. C. Weigand (eds.), Estudios cerámicos en el occidente y norte de México, Zamora, El Colegio de Michoacán (publicado originalmente en 1969). EL QUEMADO DE LAS OLLAS EN LA SIERRA DE LOS TUXTLAS, VERACRUZ. Philip Arnold Ecología cerámica; Frederik Matson (1965). Ubicar a los estudios cerámicos firmemente en el contexto del entorno natural y cultural de los alfareros; se denominó ecología cerámica, teniendo en cuenta que proponía una orientación similar a las perspectivas ecológicas anteriormente propuestas por J. Steward (1955). Crítica: reduccionista y funcional, enfatizando el medioambiente natural a expensas del contexto social del alfarero (Goselian 1998; Neff 1993). Pirotecnología involucrada en la manufactura de cerámica. A menudo se citan tres razones para explicarlas variaciones en la pirotecnología cerámica: 1. Factores climáticos, principalmente precipitaciones pluviales. 2. Disponibilidad de combustibles asociada con decisiones sobre opciones de cocción. 3. Relaciones entre la producción de manufacturas y la pirotecnología; se supone que al intensificarse la

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El quemado de las ollas, arqueología experimental

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Page 1: El Quemado de Las Ollas Apuntes

ETNOARQUEOLOGIA. El contexto dinámico de la cultura material a través del tiempo. 2005. Eduardo Williams, editor.

Apuntes

Phil Weingand 1995 “Introducción” en Arqueología del occidente y norte de México, Eduardo Williams y P. C. Weigand (eds.), Zamora, El Colegio de Michoacán. ceramocentrismo (énfasis que se le da a la cerámica en muchos estudios arqueológicos, hasta la casi exclusión del resto de los datos arqueológicos, y carente de una posición analítica mas balanceada) 2001. “La cerámica moderna de los huicholes: estudio etnoarquelógico” en Eduardo Williams y P. C. Weigand (eds.), Estudios cerámicos en el occidente y norte de México, Zamora, El Colegio de Michoacán (publicado originalmente en 1969).

EL QUEMADO DE LAS OLLAS EN LA SIERRA DE LOS TUXTLAS, VERACRUZ. Philip Arnold

Ecología cerámica; Frederik Matson (1965). Ubicar a los estudios cerámicos firmemente en el contexto del entorno natural y cultural de los alfareros; se denominó ecología cerámica, teniendo en cuenta que proponía una orientación similar a las perspectivas ecológicas anteriormente propuestas por J. Steward (1955). Crítica: reduccionista y funcional, enfatizando el medioambiente natural a expensas del contexto social del alfarero (Goselian 1998; Neff 1993).

Pirotecnología involucrada en la manufactura de cerámica. A menudo se citan tres razones para explicarlas variaciones en la pirotecnología cerámica:

1. Factores climáticos, principalmente precipitaciones pluviales.2. Disponibilidad de combustibles asociada con decisiones sobre opciones de

cocción.3. Relaciones entre la producción de manufacturas y la pirotecnología; se supone

que al intensificarse la producción, los alfareros adoptan métodos más controlados de cocción, particularmente los hornos.

Ninguno de estos tres factores parece ser una fuerza primaria que afecte la quema de alfarería en la Sierra de los Tuxtlas; los datos sugieren mas bien que los artesanos en esta región modifican sus estrategias de cocción en función del espacio doméstico disponible para llevar a cabo las actividades de producción de cerámica.

-Estudios de producción: ver Costin (1991). “Craft Specialization: Issues in Defining, Documenting, and Explaining the Organization of Production” en M. Schiffer (ed.), archaeological Method and Theory, vol III, Tucson, University of Arizona Press, pp. 1-56.Dos tipos de evidencia utilizada para interpretar la organización de la producción: indirecta y directa. La 1 no especifica la localidad de manufactura, sino que la información se deriva de las características de la cerámica. Tales características pueden incluir estandarización de las vasijas, evaluación de la inversión de trabajo y determinación de las fuentes de materia prima. La evidencia directa se refiere ala localización específica de las actividades relacionadas con la producción. Esta evidencia puede incluir densidades de artefactos inusualmente altas, productos colaterales a la manufactura y restos de herramientas y construcciones para la producción. La evidencia

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directa mas deseable de manufactura cerámica tal vez incluya áreas y elementos construidos para la quema (fogones en el caso de Angostura y Negro Muerto?)

Técnicas para la cocción de cerámica arqueológica (cabe aclarar que estas pirotecnologías representan un continuum de la capacidad del alfarero de regular la atmósfera y temperatura de la quema; la quema a cielo abierto está sujeta a menor a regulación y la de horno representa el máximo grado de control):

- Quemado a cielo abierto: la menos exigente desde le punto de vista de la tecnología. El alfarero usualmente comienza colocando una capa de combustible directamente sobre el suelo, para luego poner objetos secos de cerámica encima y luego cubrirlos con más combustible. El montón es quemado en su totalidad y usualmente arde entre treinta minutos y una hora, aunque el tiempo individual de quemado puede variar ampliamente. Las temperaturas logradas en este tipo de cocción raramente exceden los 850 ºC (Rice 1987:156).

- Quema en pozo: algunas veces se ha considerado como “intermedia” entre la cocción a cielo abierto y en horno (Rice 1987:158). Consiste en colocar los objetos de cerámica en un área excavada y mezclarlos o cubrirlos con combustible. Aunque este tipo de cocción permite un mejor aislamiento, mejorando así las condiciones de la quema , la pérdida de vasijas durante el quemado puede ser mayor al de cocción a cielo abierto (Rye y Evans 1976: 41.62)

- Quema en horno: permite al alfarero el máximo control sobre las condiciones del quemado. Las paredes del horno sirven para regular el flujo de oxígeno y ayudan a mantener temperaturas constantes durante la cocción. Los hornos de alfarero aparecen en varios tipos: el horno cerrado y las variantes con tiro hacia arriba o hacia abajo. En el horno cerrado no se separan el combustible y la cerámica; los hornos cerrados en forma de “panal de abeja” reportados para los mayas de Yucatán por Thompson (1958). Los hornos de tiro hacia arriba frecuentemente son preferidos por los alfareros preindustriales, pues son relativamente fáciles de construir y de usar. En este tipo de horno el combustible se coloca dentro de una cámara de combustión inferior y la cerámica se acomoda arriba en una cámara independiente. Los hornos de tiro hacia abajo, por otra parte, son considerablemente más sofisticados en su diseño y operación. Estos hornos alcanzan las temperaturas más altas de la alfarería no industrial, y se asocian principalmente con las porcelanas cocidas a alta temperatura en el Lejano Oriente (Rice 1987: 161).

Razones para la variación en la pirotecnología: tradicionalmente se piensa que son en términos generales tres las preocupaciones que afectan la decisión del alfarero para adoptar un particular tipo de cocción de la cerámica:

- los artesanos podrían desear controlar las características del proceso de quemado, ya sea minimizando la variación de la atmósfera de cocción o regulando la temperatura.

- los alfareros escogen técnicas de cocción para economizar en el uso del combustible.

- los artesanos que están en el proceso de intensificar su producción pueden adoptar nuevas pirotecnologías que les permitan que les permitan incrementar la cantidad de piezas quemadas a la vez.

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Ver Dean Arnold (1985: 215-219). Ceramic Theory and Cultural Process, Cambridge University Press. Arnold indica que el uso de hornos esta relacionado con altas precipitaciones y largas estaciones de lluvias en partes de India y Japón, mientras que los alfareros en otras partes de esos mismos países que tienen menos meses lluviosos al año realizan la cocción a cielo abierto. Un factor que frecuentemente se relaciona con el uso del horno es la intensidad de producción. De hecho, esta asociación es tan común que los arqueólogos tradicionalmente citan la presencia de hornos para apoyar la existencia de una industria cerámica y a gran escala. El caso contrario, o sea la ausencia de hornos en el registro arqueológico, se ha usado para inferir la existencia de un nivel de producción doméstico (Feinman 1986). La adopción del horno, por tanto, se considera como un factor que potencialmente otorga varios beneficios al alfarero:. mayor control sobre la temperatura y la atmósfera de cocción. Esto es importante cuando se incluye el uso de pinturas o vidriados en la decoración de las vasijas.. el horno ayuda al uso eficiente del combustible, por lo que se le encuentra frecuentemente en áreas donde hay presiones sobre las fuentes locales de este recurso.. los hornos podrían ayudar al alfarero a aumentar la cantidad de piezas producidas en una sola quema; en este caso el horno indicaría un aumento en la escala o intensidad de la industria alfarera.

La quema de alfafrería en Los Tuxtlas

Los alfareros de Los Tuxtlas trabajan de tiempo parcial en su artesanía produciendo un conjunto de cerámica relativamente estable para el consumo local y regional: las mujeres son las responsables de la producción cerámica del hogar; esta es una actividad doméstica básica de muchas (no todas) las residencias. Especialmente relevante para la discusión es el hecho de que dos comunidades de alfareros utilizan distintas estrategias de cocción. Se argumentará que esta variación no es resultado del nivel de producción, del medio ambiente o de la disponibilidad de combustible. Mas bien parece ser que los alfareros adoptan distintas pirotecnologías con base en el espacio disponible dentro del conjunto residencial.

Los alfareros y su entorno

La sierra de Los Tuxtlas es una baja elevación volcánica localizada a lo largo de la costa del Golfo de México, en el sur del estado de Veracruz. Los procesos geológicos responsables de esta formación tb han producido gruesos depósitos de arcillas sedimentarias de grano fino. Por otra parte, los volcanes de la región han proporcionado a los alfareros la ceniza volcánica, un excelente material desgrasante. En los lugares donde la ceniza no esta disponible, los artesanos explotan sedimentos marinos antiguos que contienen feldespato y cuarzo. Los alfareros tienen acceso relativamente libre a las materias primas. La distancia promedio de viaje redondo entre las comunidades y sus fuentes de arcilla preferidas es de 3.62 km, mientras que la distancia promedio de viaje redondo a las fuentes de desgrasante es de 1.86 km. El combustible representa la categoría mas variable; la distancia promedio de ida y vuelta para conseguir este recurso es de 8.36 km, pero esta cifra incluye un gran rango de valores.

Variación entre las dos comunidades

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A continuación se discutirán las variaciones en las técnicas de cocción entre los alfareros de dos comunidades: Sehualaca y San Isidro. Los primeros queman sus vasijas a cielo abierto, mientras los últimos utilizan hornos sencillos de tiro vertical. A pesar de esta diferencia ambas comunidades tienen similares grados de acceso a la arcilla y al desgrasante. Tb son similares la lluvia, la temperatura y otros fenómenos climáticos. Tampoco existen diferencias importantes en la cantidad de vasijas producidas dentro de cada hogar. El acceso al combustible si es un factor de distinción, pero yo sugiero que la presión para usar el combustible de manera mas eficiente no es una explicación adecuada para el uso del horno en la región. Más bien puede sugerirse que el espacio disponible dentro de la unidad doméstica es un factor importante que afecta la selección de la pirotecnología.

Los alfareros de Los Tuxtlas calculan la leña por “cargas”, cada una de 100 piezas con peso total de aproximadamente 35 kg. En esta región una carga tradicionalmente consiste en la cantidad de leña que un hombre adulto puede cargar usando el mecapal.

A primera vista parecería que el quemado a cielo abierto es más eficiente, con una proporción entre vasijas y combustible de 75 ollas por carga de leña, mientras que la cocción en horno presenta cerca de la mitad del valor, como ya se indicó, con 40 vasijas por carga. Sin embargo, hay otras consideraciones que deben tomarse en cuenta. Por ejemplo, los diferentes tipos de cocción tienen distintos niveles de piezas quebradas. Entre los alfareros del área de estudio, la quema a cielo abierto representa una pérdida por ruptura de aproximadamente 31.5%, mientras que la quema en horno genera una pérdida de tan solo 21%. Incluso al considerar los distintos niveles de ruptura de ollas, los datos indican que la quema en horno no es mas eficiente que al aire libre.. en vista de lo anterior, ninguna de las explicaciones convencionales parece aplicarse a los patrones de variación de quema en Los Tuxtlas. No pueden explicarse las diferencias en las actividades de cocción con base al clima, en el acceso a las materias primas (arcilla y desgrasante), o bien en la intensidad de producción. El acceso al combustible es la excepción, pero como ya se demostró, los hornos son una alternativa menos eficiente que el quemado a cielo abierto entre las comunidades alfareras. Que otros factores pueden estar afectando la elección de alguna pirotecnología???

El presente autor ha sugerido en otro lugar que el espacio disponible constituye otra dimensión del entorno del alfarero que debe tomarse en cuenta. Ya que la elaboración de objetos de barro en los Tuxtlas es una actividad doméstica, el productor se ve limitado por el rango de actividades adicionales que se llevan a cabo en la residencia. Las distintas exigencias de la vida diaria compiten entre si por el espacio, por lo que las actividades dentro de la residencia deben organizarse y programarse para llevarse a cabo con éxito. La habilidad de escoger el momento oportuno para ejecutar estas tareas se ve directamente afectada por el tamaño de las casas y el espacio disponible para realizar las responsabilidades domésticas. Algo que distingue a San Isidro de Sehualaca es la gran diferencia en el espacio disponible para las tareas domésticas. Estas diferencias son principalmente resultado de la fisiografía de cada comunidad: san isidro está en tierras altas y tienen terrenos domésticos más pequeños debido a lo accidentado del territorio. En muchos casos estos terrenos se han excavado en la ladera del cerro, mientras que los asentamientos en tierras bajas se localizan en áreas más amplias de sedimentos aluviales. En el caso de la alfarería el cambio de cocción a cielo abierto a cocción en horno es una forma de contrarrestar los efectos de la presión por el espacio, la cocción a cielo abierto es una actividad flexible, que puede ubicarse según la dirección del viento, o de acuerdo a las otras actividades que se llevan a cabo en el hogar. En contraste, los hornos son construcciones permanentes cuya

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ubicación crea áreas de actividad específicas para la realización de una sola tarea. La dedicación de ciertos puntos a tareas específicas dentro del hogar, como la quema de cerámica, aumenta la oportunidad de programar otras actividades y minimiza la competencia por el espacio disponible en la residencia.

Las distintas actividades de quemado se relacionan con las características espaciales del área residencial. El espacio disponible debería percibirse como un recurso adicional que es importante para la elaboración de alfarería, particularmente cuando esta se lleva a cabo dentro del contexto residencial. Estas actividades domésticas de producción deben organizarse tomando en cuenta las demás exigencias sobre el espacio doméstico. En el área de estudio, la quema en hornos parece ser una respuesta tecnológica a las presiones sobre el espacio disponible dentro del hogar. Finalmente, estas diferencias dejan huellas materiales discernibles, las cuales pueden identificarse en el registro arqueológico de la producción cerámica.

Conclusiones

A pesar de algunas aseveraciones recientes que dicen lo contrario, la ecología cerámica sigue siendo un valioso paradigma para evaluar la relación entre el comportamiento de los alfareros y su entorno natural y cultural. En este artículo se ha considerado al espacio de trabajo como un “recurso” importante dentro del contexto de producción. Se propone específicamente que el espacio disponible para la elaboración de la alfarería puede afectar el tipo de pirotecnología adoptado por el artesano. Las discusiones convencionales de la elaboración de enseres de barro han sugerido que la tecnología de cocción varía principalmente de acuerdo a tres factores: el clima, la disponibilidad de combustible y el nivel de producción. Utilizando datos obtenidos entre alfareros contemporáneos en la sierra de Los Tuxtlas, he demostrado que ninguno de estos factores explica de manera satisfactoria las distintas pirotecnologías observadas entre los artesanos de las dos comunidades estudiadas, San Isidro y Sehualaca. Mas bien, es la gran variación en el tamaño de los terrenos domésticos lo que afecta la localización y el carácter de la manufactura de alfarería. El quemado a cielo abierto aparece en los terrenos mas grandes, en los que hay mayor flexibilidad en la ubicación de las actividades de quema. En contraste, la cocción en hornos se encuentra en hogares mas pequeños en los que una localización fija para la quema resulta la mejor respuesta a las exigencias sobre el espacio residencial.