el príncipe y el mendigo -...

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Un príncipe y unmendigo, dobles idénticos, se conocen y súbitamente sevensituadoscadaunoenelpapeldelotro;aningunodeellosse lescreecuando tratandeenmendar la confusión; ambos son llevadospor caminosinesperadoshastaquecadaunoaprendeunavaliosalección.Elpríncipeyelmendigofuepublicadoen1881cuandoMarkTwaintenía46añosdeedadyseencontrabaen la cumbrede su carrera.Difieremuchodel restode susobras. Ambientada en el siglo XVI, con gran atención a los detalleshistóricos,poseelagracia,elencantoy la irracionalviolenciacomúnenlosantiguos cuentos folclóricos. La decisión de Twain de ubicar su cuento enlugary fechareales,conunverdaderoreycomosupersonajecentral, tuvosusconsecuencias:debióhacerusodegraningenioparahacercoincidirsurelato sin dañar su argumento o nuestro sentido de la historia. En labúsquedaporlograrlo,descargasucríticacontralasleyes, la ignorancia, lasupersticiónylainjusticiadelaépoca.AlsituarlaobradurantelosreinadosdeEnriqueVIIIyEduardoVIconsiguesatirizaralaCorteyalavez,plantearunamoralejaacordeasutiempo.

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MarkTwain

Elpríncipeyelmendigo

ePUBv1.1Cygnus21.05.12

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MarkTwain,1881.Títulooriginal:ThePrinceandthePauper.TraduccióndeJavierdeZengotita.

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AEsasagradablesniñasdebuenosmodales,

SusieyClaraClemens,estelibro

esafectuosamenteinscritoporsupadre.

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Prefacio

Voyaponerporescritouncuento,talcomomelocontóunoquelosabíaporsupadre, el cual lo supo anteriormente por su padre; este último de igualmanera lohabíasabidoporsupadre…yasísucesivamente,atrásymásatrás,másdetrescientosaños,enquelospadresselotransmitíanaloshijosyasíloibanconservando.Puedeserhistoria,puedesersóloleyenda,tradición.Puedehabersucedido,puedenohabersucedido: peropodría haber sucedido. Es posible que los doctos y los eruditos deantañolocreyeran;esposiblequesóloalosindoctosyalossencilloslesgustaraylacreyeran.

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INacimientodelpríncipeydelmendigo

En laantiguaciudaddeLondres,unciertodíadeotoñodel segundocuartodelsigloXVI,lenacióunniñoaunafamiliapobre,deapellidoCanty,quenolodeseaba.Elmismodíaotroniñoingléslenacióaunafamiliarica,deapellidoTudor,quesílodeseaba. Toda Inglaterra también lo deseaba. Inglaterra lo había deseado tantotiempo,y lohabía esperado,yhabía rogado tantoaDiosparaque lo enviara,que,ahoraquehabíallegado,elpueblosevolviócasilocodealegría.Merosconocidosseabrazaban y besaban y lloraban. Todo el mundo se tomó un día de fiesta;encumbradosyhumildes,ricosypobres,festejaron,bailaron,cantaronysehicieronmás cordiales durante días y noches. De día Londres era un espectáculo digno deverse, con sus alegres banderas ondeando en cada balcón y en cada tejado y convistosos desfiles por las calles. De noche era de nuevo otro espectáculo, con susgrandes fogatas en todas las esquinas y sus grupos de parrandistas alegresalborotandoentornodeellas.EntodaInglaterranosehablabasinodelnuevoniño,EduardoTudor,PríncipedeGales,quedormíaarropadoensedasyrasos,ignorante,detodoestebullicio,sinsaberqueloservíanylocuidabangrandesloresyexcelsasdamas, y, sin importarle, además. Pero no se hablaba del otro niño, Tom Canty,envuelto en andrajos, excepto entre la familia de mendigos a quienes justo habíavenidoaimportunarconsupresencia.

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IILainfanciadeTom

Saltemosunoscuantosaños.Londresteníamilquinientosañosdeedad,yeraunagranciudad…paraentonces.Teníacienmilhabitantesalgunospiensanqueeldoble.

Las calles eranmuyangostasy sinuosasy sucias, especialmente en la parte enquevivíaTomCanty,nolejosdelPuentedeLondres.Lascasaserandemadera,conelsegundopisoproyectándosesobreelprimero,yeltercerohincandosuscodosmásallá del segundo. Cuanto más altas las casas, tanto más se ensanchaban. Eranesqueletos de gruesas vigas entrecruzadas, con sólidos materiales intermedios,revestidos de yeso. Las vigas estaban pintadas de rojo, o de azul o de negro, deacuerdoalgustodeldueño,yestoprestabaa las casasunaspectomuypintoresco.Lasventanaseranchicas,concristalespequeñosenformadediamante,yseabríanhaciaafuera,conbisagras,comopuertas.

LacasaenquevivíaelpadredeTomsealzabaenuninmundocallejónsinsalida,llamado Offal Court, más allá de Pudding Lane. Era pequeña, destartalada y casiruinosa,peroestabaatestadadefamiliasmiserables.LatribudeCantyocupabaunahabitaciónenel tercerpiso.Elpadrey lamadre teníanunaespeciedecamaenunrincón,peroTom,suabuelaysusdoshermanas,BetyNan,eranlibres:teníantodoelsueloparaellosypodíandormirdondequisieran.Habíarestosdeunaodosmantasyalgunoshacesdepajaviejaysucia,quenosepodían llamarconpropiedadcamas,puesnoestabanacomodados,yapuntapiésselesmandabaaformarungranmontón,enlamañana,ydeesemontónsehacíanapartijosparaelusonocturno.

Bet y Nan, gemelas, tenían quince años. Eran niñas de buen corazón, sucias,harapientas y de profunda ignorancia. Sumadre era como ellas.Mas el padre y laabuela eran un par de demonios. Se emborrachaban siempre que podían, luego sepeleaban entre sí o con cualquiera que se les pusiera delante;maldecían y jurabansiempre, ebrios o sobrios. JuanCanty era ladrón, y sumadre pordiosera.Hicieronpordioserosalosniños,masnolograronhacerlosladrones.Entreladesgraciadaraleaperosinformarpartedeella,quehabitabalacasa,habíaunbuensacerdoteviejo,aquien el rey había dejado sin casa ni hogar con sólo una pensión de unas cuantasmonedasdecobre,queacostumbraballamaralosniñosyenseñarlessecretamenteelbuen camino.El padreAndrés también enseñó aTomun poco de latín, y a leer yescribir;yhabríahechootrotantoconlasniñas,peroéstastemíanlasburlasdesusamigas,quenohabríansufridoenellasunaeducacióntanespecial.

TodoOffalCourteraunacolmenaigualquelacasadeCanty.Lasborracheras,lasriñasylosalborotoseranlonormalcadanoche,ycasitodalanoche.Losdescalabroserantancomunescomoelhambreenaquellugar.Sinembargo,elpequeñoTomno

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erainfeliz.Lapasababastantemal,peronolosabía.LapasabaenteramentelomismoquetodoslosmuchachosdeOffalCourt,yporconsiguientesuponíaqueaquellavidaera la verdadera y cómoda. Cuando por las noches volvía a casa con las manosvacías,sabíaquesupadrelomaldeciríaygolpearíaprimero,yquecuandoélhubieraterminado,ladetestableabuelaloharíadenuevo,mejorado;yqueentradalanoche,su famélica madre se deslizaría furtivamente hasta él con cualquier miserablemendrugo de corteza que hubiera podido guardarle, quedándose ella misma conhambre, a despecho de que frecuentemente era sorprendida en aquella especie detraiciónygolpeadaporsumarido.

No. La vida de Tom transcurría bastante bien, especialmente en verano.Mendigabasólolonecesarioparasalvarse,pueslasleyescontralamendicidaderanestrictas,ygraveslaspenas,yreservababuenapartedesutiempoparaescucharlosencantadoresviejoscuentosyleyendasdelbuenpadreAndrésacercadegigantesyhadas, enanos, y genios, y castillos encantados y magníficos reyes y príncipes.Llenósele lacabezade todasestascosasmaravillosas,ymásdeunanoche,cuandoyacía en la oscuridad, sobre sumezquina y hedionda paja, cansado, hambriento ydolorido de una paliza, daba rienda suelta a la imaginación y pronto olvidaba suspenas y dolores, representándose deliciosamente la espléndida vida de unmimadopríncipeenunpalacioreal.Coneltiempoundeseovinoacautivarledíaynoche:vera un príncipe de verdad, con sus propios ojos. Una vez les habló de ello a suscamaradasdeOffalCourt;peroseburlaronyescarnecierontandespiadadamente,quedespuésdeaquelloguardógustosamenteparasísusueño.

A menudo leía los viejos libros del sacerdote y le hacía explicárselos yexplayarse.Pocoapoco, sus sueñosy lecturasoperaronciertoscambiosenél.Suspersonasensoñadaseran tan refinadas,queélempezóa lamentar susandrajosysusuciedad,yadesearserlimpioymejorvestido.Detodosmodossiguiójugandoenellodo y divirtiéndose con ello, pero en vez de chapotear en el Támesis sólo pordiversión,empezóaencontrarunnuevovalorenélporellavadoylalimpiezaqueleprocuraba.

TomencontrabasiemprealgúnsucesoentornodelMayodeCheapsideyenlasferias, y de cuando en cuando, él y el resto de Londres tenían oportunidad depresenciarunaparadamilitarcuandoalgúnfamosoinfortunadoerallevadoprisioneroalaTorre,portierraoenbote.UndíadeveranovioquemarenlapiradeSmithfieldalapobreAnaAskewyatreshombres,yoyóaunexobispopredicarlesunsermón,quenoleinteresó.Sí,lavidadeTomeravariada,y,enconjunto,bastanteagradable.

Poco a poco, las lecturas y los sueños de Tom sobre la vida principesca leprodujeronunefecto tan fuertequeempezóahacerelpríncipe, inconscientemente.Su discurso y susmodales se volvieron singularmente ceremoniosos y cortesanos,para gran admiración y diversión de sus íntimos. Pero la influencia de Tom entre

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aquellosmuchachosempezóacrecer,ahora,dedíaendía,yconeltiempovinoasermiradoporellosconunaespeciedetemorreverente,comoaunsersuperior.¡Parecíasaber tanto, y sabía hacer y decir tantas cosas maravillosas, y además era tanprofundoytansabio!

LasobservacionesdeTomylosactosdeTomeranreportadosporlosniñosasusmayores,yéstos tambiénempezaronahablardeTomCantyyaconsiderarlocomounacriaturaextraordinariaydegrandesdotes.GentemaduralellevabasusdudasaTomparaqueselassolucionara,yamenudoquedabapasmadaanteelingenioylasabiduríadesusdecisiones.Dehechosetornóunverdaderohéroeparatodoscuantosleconocían,exceptoparasupropiafamilia;ésta,enrealidad,noveíanadaenél.

Pocodespués,privadamenteTomorganizóunacortereal.Éleraelpríncipe;susmás cercanos camaradas eran guardas, chambelanes, escuderos, lores, damas de lacorte y familia real. A diario el príncipe fingido era recibido con elaboradosceremoniales copiados por Tom de sus lecturas novelescas; a diario, los gravessucesosdel imaginario reino sediscutíanenel consejo real, y adiario«Su fingidaAlteza» promulgaba decretos para sus imaginarios ejércitos, armadas y virreyes.Después de lo cual seguiría adelante con sus andrajos y mendigaría unos cuantosardites, comería supobrecorteza, recibiría susacostumbradasgolpizase insultosyluegose tenderíaensupuñadodesuciapaja,yreanudaríaensussueñossusvanasgrandezas.

Yaunsudeseodeverunasolavezaunpríncipedecarneyhuesocrecíaenéldíacondía, semana con semana, hastaquepor fin absorbió todos susdemásdeseosyllegóaserlapasiónúnicadesuvida.

Ciertodíadeenero, en suhabitual recorridodepordiosero,vagabadesalentadoporelsitioquerodeaMincingLane,yLittleEastCheap,horatrashora,descalzoycon frío, mirando los escaparates de los figones y anhelando las formidablesempanadas de cerdo y otros inventos letales ahí exhibidos, porque, para él, todasaquellaserangolosinasdignasdeángeles,a juzgarporsuolor,yaquenuncahabíatenido labuena suertedecomeralguna.Caíauna fría llovizna, la atmósferaestabasombría, era un día melancólico. Por la noche llegó Tom a su casa tan mojado,rendidoyhambriento,quesupadreysuabuelanopudieronobservarsudesamparosinsentirseconmovidos—asuestilo—;deahíqueledieranunabofetadadeunavezylomandaranalacama.Largoratolemantuvierondespiertoeldoloryelhambre,ylasblasfemiasygolpesquecontinuabaneneledificio;masalfinsuspensamientosflotaronhacia lejanas tierras imaginarias,y sedurmióencompañíadeenjoyadosylustrosos príncipes que vivían en grandes palacios y tenían criados zalameros anteellosovolandopara ejecutar susórdenes.Luego, comode costumbre, soñóque élmismo era príncipe.Durante toda la noche las glorias de su regio estado brillaronsobreél.Semovíaentregrandesseñoresydamas,enunaatmósferadeluz,aspirando

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perfumes,escuchandodeliciosamúsicayrespondiendoalasreverentescortesíasdela resplandeciente muchedumbre que se separaba para abrirle paso, aquí con unasonrisayalláconunmovimientodesuprincipescacabeza.Ycuandodespertóporlamañana y contempló lamiseria que le rodeaba, su sueño surtió su efecto habitual:habíaintensificadomilveceslasordidezdesuambiente.Despuésvinolaamargura,eldolorylaslágrimas.

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IIIElencuentrodeTomyelPríncipe

Tomselevantóhambriento,yhambrientovagó,peroconelpensamientoocupadoen las sombras esplendorosas de sus sueños nocturnos. Anduvo aquí y allá por laciudad, casi sin saber a dónde iba o lo que sucedía a su alrededor. La gente loatropellabayalgunosloinjuriaban,perotodoelloeraindiferenteparaelmeditabundomuchacho.DeprontoseencontróenTempleBar,lomáslejosdesucasaquehabíallegadonuncaenaquelladirección.Detúvoseareflexionarunmomentoyenseguidavolvió a sus imaginaciones y atravesó las murallas de Londres. El Strand habíacesadodesercaminorealenaquelentoncesyseconsiderabacomocalle,aunquedeconstruccióndesigual,puessibienhabíaunahilerabastantecompactadecasasaunlado,alotrosóloseveíanunoscuantosedificiosgrandesdesperdigados:palaciosdericosnoblesconampliosyhermososparquesqueseextendíanhastaelrío;parquesqueahoraestánencajonadosporhorrendasfincasdeladrilloypiedra.

TomdescubrióCharingVillageydescansóante lahermosacruzconstruida allíporunafligidoreydeantaño; luegodescendióporuncaminohermosoy tranquilo,más allá del magnífico palacio del gran cardenal, hacia otro palacio mucho másgrande y majestuoso: el de Westminster. Tom miraba azorado la gran mole demampostería, las extensas alas, los amenazadores bastiones y torrecillas, la granentradadepiedraconsusverjasdoradasysumagníficoarreodecolosalesleonesdegranito,ylosotrossignosyemblemasdelarealezainglesa.¿Ibaasatisfacer,alfin,elanhelodesualma?Aquíestaba,enefecto,elpalaciodeunrey.¿Nopodríaserquevieraaunpríncipe—aunpríncipedecarneyhueso—siloqueríaelcielo?

A cada lado de la dorada verja se levantaba una estatua viviente, es decir, uncentinela erguido, imponente e inmóvil, cubierto de pies a cabeza con bruñidaarmaduradeacero.Arespetuosadistanciaestabanmuchoshombresdelcampoydelaciudad,esperandocualquierdestelloderealezaquepudieraofrecerse.Magníficoscarruajes,conprincipalísimaspersonasdentro,ynomenosespléndidoslacayosfuera,llegabanypartíanporotrassoberbiaspuertasquedabanpasoalrealrecinto.ElpobrepequeñoTom, cubiertode andrajos, se acercó con el corazónpalpitanteymayoresesperanzas,empezabaaescurrirse lentaycautamentepordelantede loscentinelas,cuandodeprontodivisó, a travésde lasdoradasverjas, unespectáculoquecasi lohizogritardealegría.Dentrosehallabaunapuestomuchacho,curtidoymorenoporlosejerciciosyjuegosalairelibre,cuyaropaeratodadesedayraso,resplandecientedejoyas.Alcintotraíaespadaydagaornadasdepiedraspreciosas,enlospiesfinoszapatosdetaconesrojosyenlacabezaunaairosagorracarmesíconplumassujetaspor un cintillo grande y reluciente. Cerca estaban varios caballeros de elegantes

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trajes,seguramentesuscriados.¡Oh!,eraunpríncipe—unpríncipe,¡unpríncipedeverdad,unpríncipeviviente—,sinsombradeduda!¡Alfinhabíarespondidoelcieloalasprecesdelcorazóndelniñomendigo!

El aliento se le aceleraba y entrecortaba de entusiasmo, y se le agrandaban losojosdepasmoydeleite.

Todoensumenteabriópasoalinstanteaundeseo,eldeacercarsealpríncipeyecharleunamiradalargaydevoradora.Antesdedarsecuentayaestabaconlacarapegada a las barras de la verja. Al momento, uno de los soldados lo arrancóviolentamente de allí y lo mandó dando vueltas contra la muchedumbre decampesinosboquiabiertosydelondinensesociosas.Elsoldadodijo:

—¡Cuidadoconlosmodales,tú,pordioserillo!Lamultitudseburlóyrompióencarcajadas;maseljovenpríncipesaltóhaciala

verja,conelrostroencendido,susojosfulgurandodeindignación,yexclamó:—¡Cómo osas tratar así a un pobre chico! ¡Cómo osas tratar así aun al más

humildevasallodelreymipadre!¡Abrelasverjasydéjaleentrar!Deberíaisdehabervistoentoncesaaquellaveleidosamuchedumbrearrancarseel

sombrero de la cabeza. La deberíais de haber oído aplaudir y gritar: «¡Viva elPríncipedeGales!».

Lossoldadospresentaronarmasconsusalabardas,abrieronlasverjasyvolvieronapresentararmascuandoelpequeñoPríncipede laPobrezaentróconsusandrajosondulando,aestrecharlamanodelPríncipedelaAbundanciaIlimitada.

EduardoTudordijo:—Parécesetecansadoyhambriento.Tehantratadoinjustamente.Venconmigo.Media docena de circunstantes se abalanzaron a —no sé qué—… sin duda a

interferir. Mas fueron apartados mediante regio ademán, y se quedaron clavadosinmóvilesdondeestaban,comootras tantasestatuas.Eduardose llevóaTomaunarica estancia en el palacio, que llamaba su gabinete. A su mandato trajeron unacolacióncomoTomnohabíaencontradojamás,salvoenloslibros.Elpríncipe,condelicadeza y maneras principescas, despidió a los criados para que su humildehuéspedno se sintieracohibidocon supresenciacriticona; luego se sentócercadeTomahacerpreguntasmientrasaquélcomía:

—¿Cuálestunombre,muchacho?—TomCanty,paraserviros,señor.—Raroes.¿Dóndevives?—Enlaciudad,señor,paraserviros.EnOffalCourt,másalládePuddingLane.—¡EnOffalCourt!Raroestambiénesteotro.¿Tienespadres?Padrestengo,señor,yunaabuela,además,alaquequieropoco,Diosmeperdone

siesofensadecirlo,tambiénhermanasgemelas,NanyBet.—Demaneraquetuabuelanoesmuybondadosacontigo.

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—Niconnadie,paraqueseaservidaVuestraMerced.Tieneuncorazónperversoymaquinasiemprelamaldad.

—¿Temaltrata?—Hayvecesquedetienelamano,estandodormidaovencidaporlabebida;pero

encuantotieneclaroeljuiciomelocompensa,conbuenaspalizas.Unafieramiradaasomóalosojosdelprincipito,yexclamó:—¡Cómo!¿Palizas?—Porciertoquesí,siosplace,señor.—¡Palizas!Ytútanfrágilypequeño.Escucha:alcaerlanochetuabuelaentrará

alaTorre.Elrey,mipadre…—Enverdad,señor,olvidáissubajacondición.LaTorreessóloparalosgrandes.—Cierto.Nohabíapensadoeneso.Considerarésucastigo.¿Esbueno tupadre

paracontigo?—NomásquelaabuelaCanty,señor.—Talvezlospadresseanparecidos.Elmíonotienedulcetemperamento.Golpea

conmanopesadaperoconmigoserefrena.Adecirverdad,nosiempremeperdonasulengua.¿Cómotetratatumadre?

—Ella es buena, señor, y no me causa amarguras ni sufrimientos de ningunaclase.EnesoNanyBetsoncomoella.

¿Quéedadtienen?—Quinceaños,queosplazca,señor.—LadyIsabel,mihermana,tienecatorce,yladyJuanaGrey,miprima,esdemi

misma edad, y gentil y graciosa, además, pero mi hermana lady María, con susemblantetristey…Oye:¿Prohíbentushermanasasuscriadasquesonríanparaquenodestruyasusalmaselpecado?

—¿Ellas?¡Oh!¿Creéisqueellastienencriadas?Elpequeñopríncipecontemplóalpequeñomendigocongravedadunmomento;

luegodijo:—¿Por qué no? ¿Quién las ayuda a desvestirse por la noche? ¿Quién las viste

cuandoselevantan?—Nadie,señor.¿Querríasquesequitaransuvestidoydurmieransinél,comolos

animales?—¿Suvestido?¿Sólotienenuno?—¡Oh!,buenseñor,¿quéharíanconmás?Enverdadnotienendoscuerposcada

una.—Esaesuna ideacuriosaymaravillosa.Perdóname,nohe tenido intenciónde

reírme. Pero tus buenas Nan y Bet tendrán sin tardar ropas y sirvientes, y ahoramismo.Mimayordomocuidarádeello.No,nomeloagradezcas;noesnada.Hablasbien;congracianatural.¿Eresinstruido?

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—Nosésilosoyono,señor.ElbuensacerdotequesellamapadreAndrés,meenseñó,bondadosamente,ensuslibros.

—¿Sabesellatín?—Escasamente,señor.—Apréndelo,muchacho:sóloesdifícilalprincipio.Elgriegoesmásdifícil,pero

ni éstas ni otras lenguas son difíciles, creo, para lady Isabel y para mi prima.¡Tendrías que oírlo a estas damiselas! Pero cuéntame de tu «Offal Court». ¿Esagradabletuvidaallí?

—Enverdad,sí, señor,salvocuandouno tienehambre.Hay títeresymonos—¡oh,quécriaturastantraviesasyquégallardasvanvestidas!—yhaycomediasenqueloscomediantesgritanypeleanhastacaermuertostodos;estanagradabledever,ycuestasólounablancaaunqueesmuydifícilconseguirlablanca.

—Cuéntamemás.—Nosotros, los muchachos de Offal Court, luchamos unos con otros con un

garrote,almododeaprendices,señor.Losojosdelpríncipecentellearon.Dijo:—Afemía,estonomedesagradaría.Cuéntamemás.—Jugamoscarreras,señor,paraverquiéndenosotrosseráelmásveloz.—Tambiénestomegustaría.Sigue.—Enverano,señor,vadeamosynadamosenloscanalesyenelrío,ycadauno

chapuzaasuvecino,ylosalpicadeagua,ysesumerge,ygrita,yserevuelca,y…—Valdría el reino demi padre disfrutarlo aunque fuera una vez. Te ruego que

prosigas.—Danzamosy cantamos en torno almayo enCheapside; jugamos en la arena,

cadaunocubriendoasuvecino;aveceshacemospastelesdebarro—ah,elhermosobarro,notieneparenelmundoparadivertirse—;nosrevolcamosprimorosamenteenélseñor,conperdóndeVuestraMerced.

—¡Oh!,teruegoquenodigasmás.¡Esmaravilloso!Sipudieravestirropacomola tuya, desnudarmis pies y gozar en el barro una vez tan solo, sin nadie quemecensureymeloprohíba,meparecequerenunciaríaalacorona.

—Ysiyopudieravestirmeunavez,dulceseñor,comovosvaisvestido;tansólounavez…

¡Ah! ¿Te gustaría? Pues así será. Quítate tus andrajos y ponte estas galas,muchacho.Esunadichabreve,peronopor ellomenosviva.Loharemosmientraspodamosynosvolveremosacambiarantesdequealguienvengaamolestarnos.

Pocosminutosmás tarde,elpequeñoPríncipedeGalesestabaataviadocon losconfusosandrajosdeTom,yelpequeñoPríncipedelaIndigenciaestabaataviadoconel vistoso plumaje de la realeza. Los dos fueron hacia un espejo y se pararon unojunto al otro, y, ¡hete aquí, un milagro: no parecía que se hubiera hecho cambio

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alguno!Semiraronmutuamenteconasombro,luegoalespejo,luegootravezunoalotro.Porfin,elperplejoprincipillodijo:

—¿Quédicesaesto?—¡Ah,VuestraMerced,nomepidáisqueosconteste!Noesconvenientequeuno

demicondiciónlodiga.—Entonces lodiréyo.Tieneselmismopelo, losmismosojos, lamismavozy

porte,lamismafigurayestatura,elmismorostroycontinentequeyo.Sisaliéramosdesnudospúblicamente, nohabría nadiequepudieradecir quién eras túyquién elPríncipedeGales.Yahoraqueestoyvestidocomotúestabasvestido,meparecequepodríasentircasiloquesentistecuandoesebrutalsoldado…Espera¿noesungolpeloquetienesenlamano?

—Sí, pero es cosa ligera, y Vuestra Merced sabe muy bien que el pobresoldado…

—¡Silencio! Ha sido algo vergonzoso y cruel —exclamó el pequeño príncipegolpeandoconsupiedesnudo—.Sielrey…¡Nodesunpasohastaqueyovuelva!¡Esunaorden!

En un instante agarró y guardó un objeto de importancia nacional que estabasobre la mesa, y atravesó la puerta, volando por los jardines del palacio, con susandrajostremolando,conelrostroencendidoylosojosfulgurantes:Tanprontollegóalaverja,asiólosbarroteseintentósacudirlosgritando:

—¡Abrid!¡Desatrancadlasverjas!ElsoldadoquehabíamaltratadoaTomobedecióprontamente;cuandoelpríncipe

seprecipitóa travésde lapuerta,mediosofocadode regia ira, el soldado leasestóunasonorabofetadaenlaoreja,quelomandórodandoalcamino.

—Tomaeso—ledijo—,tú,pordiosero,porloquemeganastedeSuAlteza.Laturbarugióderisa.Elpríncipeselevantodellodoyseabalanzóalcentinela,

gritando:—SoyelPríncipedeGales,mipersonaes sagrada.Serás colgadoporponer tu

manosobremí.Elsoldadopresentóarmasconlaalabardaydijoburlonamente:—SaludoaVuestragraciosaAlteza.Ycolérico:¡Lárgate,basurademente!Entonceslaregocijadaturbarodeóalpobreprincipitoyloempujócaminoabajo,

acosándoloygritando:«¡PasoaSuAltezaReal!¡pasoalPríncipedeGales!».

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IVComienzanlosproblemasdelPríncipe

Despuésdehorasdeconstanteacosoypersecución,elpequeñopríncipefuealfinabandonado por la chusma y quedó solo.Mientras había podido bramar contra elpopulacho, y amenazarlo regiamente, y proferirmandatos que eranmateria de risafuemuyentretenido,perocuandolafatigaloobligófinalmentealsilencio,yanolessirvióa susatormentadores,quebuscarondiversiónenotraparte.Ahoramiróa sualrededor,masnopudoreconocerel lugar.Estabaen laciudaddeLondres:esoeratodo lo que sabía. Se puso en marcha, a la ventura, y al poco rato las casas seestrecharonylostranseúntesfueronmenosfrecuentes.BañósuspiesensangrentadosenelarroyoquecorríaentoncesadondehoyestálacalleFarrington;descansóbrevesmomentos,continuósucaminoyprontollegóaungranespacioabiertoconsólounascuantas casas dispersas y una iglesia maravillosa. Reconoció esta iglesia. Habíaandamios por doquier, y enjambres de obreros, porque estaba siendo sometida aelaboradasreparaciones.Elpríncipeseanimódeinmediato,sintióquesusproblemastocabanasufin.Sedijo:«Eslaantiguaiglesiadelosfrailesfranciscanos,queelreymi padre quitó a los frailes y ha donado como asilo perpetuo de niños pobres ydesamparados, rebautizada con el nombre de Iglesia de Cristo. De buen gradoserviránalhijodeaquelquetangenerosohasidoparaellos,tantomáscuantoqueesehijo es tan pobre y tan abandonado como cualquiera que se ampare aquí hoy ysiempre».

Prontoestuvoenmediodeunamultituddeniñosquecorrían,saltaban,jugabanalapelotaya saltarcabrillasoquesedivertíandeotromodo,ymuy ruidosamente.Todosvestíanigualyalamodaqueenaquellostiemposprevalecíaentreloscriadosy los aprendices[1], es decir, que cada uno llevaba en la coronilla una gorra negraplana,comodel tamañodeunplato,quenoservíaparaprotegerse,porsusescasasdimensiones,nitampocodeadorno.Pordebajodeellacaíaelpelo,sinraya,hastaelmediodelafrenteybienrecortadoaloredondo;unalzacuellodeclérigo;unatogaazul ceñidaque caía hasta las rodillas omás abajo;mangas largas; ancho cinturónrojo;mediasdecoloramarillosubidoconlaligaarribadelasrodillas;zapatosbajoscongrandeshebillasdemetal.Erauntrajeasazfeo.

Losniñosdejaron sus juegosy se agruparon en torno al príncipe, quedijo coningénitadignidad:

—Buenosniños,decidavuestroseñorqueEduardo,elPríncipedeGales,deseahablarconél.

Anteesto,sealzóunaenormegritería,yunchicogroserodijo:—PorventuraerestúmensajerodeSuGracia,mendigo.

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Elrostrodelpríncipesesonrojódeiraysuágilmanosedirigióvelozalacadera,peronohabíanadaallí.Sedesatóunatempestadderisasyunmuchachodijo:

—¿Advertisteis?Sefiguróqueteníaunaespada.—Quizáseaelmismopríncipe.Estasalidatrajomásrisas.ElpobreEduardoseirguióaltivamenteydijo:—Soyelpríncipeymalossientaavosotros,quevivísdelabondaddemipadre,

tratarmeasí.Esto lo disfrutaron mucho, según lo testificaron las risas. El joven que había

habladoelprimerogritóasuscompañeros:—¡Basta, cerdos, esclavos, pensionistas del regio padre de SuGracia!, ¿dónde

estánvuestrosmodales? ¡De rodillas, todosvosotros,yhaced reverenciaa su regioporteyasusrealesandrajos!

Con ruidosa alegría cayeron de rodillas como uno solo e hicieron a su presaburlónhomenaje.Elpríncipepateóalmuchachomáspróximoydijofieramente:

—Tomaeso,mientrasllegalamañanaytelevantounahorca.¡Ah,peroestonoerayaunabroma, esto ibapasandodediversión!Cesaronal

instante las risas, y tomó su lugar la furia. Una docena gritó: «¡Cogedle! ¡Alabrevaderodeloscaballos!¡Alabrevaderodeloscaballos!¿Dóndeestánlosperros?¡Eh,León!¡Eh,Colmillos!».

Siguió luego algo que Inglaterra no había visto jamás: la sagrada persona delherederodeltronoabofeteadapormanosplebeyas,yatacadaymordidaporperros.

Ese día cuando cerró la noche, el príncipe se encontrómetido en la partemásedificada de la ciudad. Su cuerpo estaba golpeado, sus manos sangraban y susandrajos estaban sucios de lodo. Vagó más y más, cada vez más aturdido, y tancansadoydébilqueapenaspodíalevantarlospies.Habíacesadodehacercualquierpregunta,puestoque sólo leganaban insultos en lugarde información.Continuabadiciendoentredientes:«OffalCourt,éseeselnombre.Sitansólopudieraencontrarloantesdequemifuerzaseagoteporcompletoymederrumbe,estarésalvado,porquesugentemellevaráalpalacioyprobaraquenosoydelossuyos,sinoelverdaderopríncipe; y tendré de nuevo lo que es mío». Y de cuando en cuando su menterecordabaeltratoquelehabíandadolosgroserosmuchachosdelHospitaldeCristo,ydecía:«Cuandosearey,nosólotendránpanyalbergue,sinoenseñanzaconlibros,porque labarriga llenavalepococuandomuerendehambre lamenteyelcorazón.Guardaréestomuybienenmimemoria:quelaleccióndeestedíanosepierdayporello sufra mi pueblo; porque el aprender suaviza el corazón y presta gentileza ycaridad»[2].

Comenzaronaparpadear las luces,empezóa llover,sealzóelvientoycerró lanochecrudaytempestuosa.Elpríncipesinhogar,eldesamparadoherederodeltronode Inglaterra, siguió adelante, hundiéndose en lo profundo de un laberinto decallejones escuálidos en que se apiñaban las hacinadas colmenas de pobreza y

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miseria.Deprontounenormerufiánborracholoagarródelcuelloyledijo:—¡Otravezenlacalleaestashorasdelanocheynotraesniunablancaacasa,lo

aseguro!¡Siasíes,ynoterompotodos loshuesosde tuflacocuerpo,entoncesnosoyJuanCanty,sinoalgúnotro!

Elpríncipeseretorcióparalibrarse,sacudióelhombroinconscientementeydijodeinmediato:

—¡Ah!¿Eressupadre?¿Deveras?Quieraelcieloqueseaasí,puesentoncesirásporélymedevolverás.

—¿Supadre?Noséquéquieresdecir.Loquesíséesquesoytupadre,comonotardarásenverlo.

—¡Oh!¡Noteburles,notemofes,notedemores!Estoyherido,nopuedoresistirmás. Llévame al reymi padre y él te hará rico como no has podido soñar jamás.Créeme,créeme:nodigomentira,sinolaverdadpura.Retiratumanoysálvame.SoyrealmenteelPríncipedeGales.

Elhombrelomiró,estupefacto,luegomeneólacabezayrefunfuñó:—¡Está loco de remate como cualquier fulano delmanicomio!—Lo agarró de

nuevoporelcuello,ydijoconunagroseracarcajadayunjuramento—:Perolocoonoloco,yoytuabuelaCantyencontraremosmuyprontodóndeestálomásblandodetushuesos,onosoyhombreverdadero.

Conestoarrastróalenfurecidoyforcejeantepríncipe,quenodejabaderesistirse,ydesaparecióporunacallejuela,seguidoporunturbulentoyregocijadoenjambredesabandijashumanas.

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VTomcomounpatricio

TomCanty,soloenelgabinetedelpríncipe,hizobuenusodelaocasión.Volvíasedeesteydelotroladoanteelgranespejo,admirandosusgalas;luegodiounospasosimitando el porte altivo del príncipe y sin dejar de observar los resultados en elespejo.Sacódespués lahermosaespadayse inclinó,besando lahojaycruzándolasobre el pecho, como había visto hacer a un caballero noble, por vía de saludo allugarteniente de la Torre, cinco o seis semanas atrás, al poner en susmanos a losgrandes lores deNorfolk y de Surrey, en calidad de prisioneros. Jugó Tom con ladaga engastada en joyas que pendía de su cadera; examinó el valioso y bellodecoradodelaposento;probócadaunadelassuntuosassillas,ypensócuánorgullosose sentiría si el rebaño deOffal Court pudiera asomarse y verlo en esta grandeza.Preguntóse si creerían elmaravilloso suceso que les contaría al volver a casa, o simenearían la cabeza diciendo que su desmedida imaginación había por fintrastornadosurazón.

Al cabo demedia hora se le ocurrió de pronto que el príncipe llevabamuchotiempo ausente, y al instante comenzó a sentirse solo. Pronto se dio a escucharanheloso y cesó de entretenerse con las preciosas cosas que lo rodeaban. Seincomodó, luego se sintió desazonado e inquieto. Si apareciera alguien y losorprendiera con las ropas del príncipe, sin que éste se hallara presenté para darexplicaciones,¿noloahorcaríanprimero,paraaveriguardespuésloocurrido?Habíaoídodecirque losgrandeseranmuyestrictos con las cosaspequeñas.Sus temoresfueron creciendo más y más; al fin abrió temblando la puerta de la antecámara,resuelto a huir en busca del príncipe, y, con él, de protección y libertad. Seismagníficoscaballerosdeservicioydosjóvenespajesdeelevadacondición,vestidoscomomariposas, se pusieron en pie al punto y le hicieran grandes reverencias. Elniñoretrocedióvelozmenteycerrólapuertadiciéndose:

—¡Oh!Seburlandemí.Ahorairánacontarlo.¿Porquéhabrévenidoaquíaquemequitenlavida?

Empezóapaseardeunladoaotro,llenodetemoresinnumerables,escuchandoysobresaltándoseconelmásleveruido.Deprontoseabriólapuertayunpajevestidodesedaanunció:

—LadyJuanaGrey.Cerróse la puerta y una encantadora joven ricamente vestida se llegó a él

corriendo,perosedetuvodesúbitaydijoconaflicción:—¿Quéteaqueja,miseñor?ATomcasilefaltóelaliento,perolorecuperóparatartamudear:

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—¡Ah!Ten piedad demí.No soy tu señor, sino el pobreTomCanty, deOffalCourt.Ruégotequemedejesveralpríncipe,queéldebuenaganamedevolverámisandrajosymedejarásalirsindaño.¡Oh!Tenpiedaddemíysálvame.

Aldecirestoestabaelniñoderodillas,suplicandotantoconlosojosylasmanoslevantadascomoconsuspalabras.Ladoncellaparecíahorrorizada,yexclamó:

—¡Oh,miseñor!¿Derodillas?¿Yantemí?Dichoesto,huyótemerosa,yTom,rendidoporladesesperación,sedejócaeral

suelobalbuceando:—¡Nohayauxilio,nohayesperanza!¡Ahoravendránymeprenderán!Mientras permanecía allí, paralizado de terror, por el palacio circulaban

espantosas noticias. El susurro—porque era siempre susurro— voló de lacayo enlacayo,decaballeroendama,porlosextensoscorredores,depisoenpiso,desalónen salón: «¡El príncipe se ha vuelto loco! ¡El príncipe se ha vuelto loco!». Muyprontocadasala,cadavestíbulodemármolviogruposdeengalanadoscaballerosydamas, y otros grupos de gente de menor alcurnia, pero también deslumbrante,charlandoamediavoz,ytodosconmuestrasdepesar.Prontoaparecióporentreellosunpomposooficial,haciendoestasolemneproclamación:

—¡Ennombredelrey!«Nadiepresteoídosaesafalsayneciacalumnia,sopenademuerte,nihabledelamismaniladivulgue!¡Ennombredelrey!».

Los cuchicheos cesaron tan al punto como si los murmuradores hubieranenmudecido.

No tardóencorrerunmurmullogeneralpor lospasillos:«¡Elpríncipe! ¡Mirad,vieneelpríncipe!».

ElpobreTomavanzólentamenteentrelosgruposdepersonajesquelosaludaban,tratandodecontestarlesymirandohumildementeelextrañocuadroconasombradosypatéticos ojos. Lo flanqueaban dos nobles que lo hacían apoyarse en ellos y asíafirmaban sus pasos. En pos del niño venían los médicos de la corte y algunoscriados.

Prontoseencontróenunasuntuosaestanciadelpalacio,cuyapuertasecerrótrasél. Rodeábanle los que lo acompañaban. Ante él, a poca distancia, se hallabarecostadounhombremuyaltoy,muygrueso,decaraanchayabotagadaydeseveraexpresión. Tenía la gran cabezamuy canosa, y las barbas, que como unmarco lecercaban el rostro, eran grises también. Sus ropas eran de ricos géneros, pero yadeterioradasyuntantoraídasatrechos.Unadesushinchadaspiernasreposabasobreunalmohadónyestabaenvueltaenvendas.Reinóelsilencio,ynohubocabezaqueno se inclinara reverente, excepto la de aquel hombre. Este inválido de rostrotranquiloeraelterribleEnriqueVIII,quedijo,suavizandolaexpresiónalcomenzarahablar:

—¿Cómova,milordEduardo,príncipemío?¿Tehaspropuestoengañarmeamí,

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elbuenreytupadrequetantotequiereytanbientetrata,conunatristebroma?ElpobreTomescuchóelprincipiodeesaspalabras lomejorque lepermitiósu

mente turbada, pero cuando percibieron sus oídos las palabras «el buen rey», susemblante palideció y sus rodillas dieron en el suelo, como si le hubieran hechohincarseavivafuerza.Alzandolasmanosexclamó:

—¿Erestúelrey?¡Entoncesestoyperdido!Estas palabras parecieron aturdir al monarca, cuyos ojos vagaron de rostro en

rostrosinobjetoalguno,ysequedaronclavadosenelniñoqueteníadelante.Porfindijocontonodeprofundodesencanto:

—¡Ay!Creíayoelrumordesproporcionadoalaverdad,perometemoquenoesasí.—Yexhalandounprofundosuspiroprosiguiócondulcevoz—:Venatupadre,niño.Noteencuentrasbien.

Con ayuda ajena se puso Tom en pie y se acercó humilde y tembloroso a laMajestad de Inglaterra. El rey, cogió entre sus manos el rostro asustado y locontempló un rato, con ahínco y amorosamente, como buscando en él algúnagradablesignodequelevolvíalarazón;despuésestrechólarizadacabezacontrasupechoylaacariciótiernamente.Porfindijo:

—¿Conocesatupadre,niño?Norompasmiviejocorazón.Diquemeconoces.¿Meconocesono?

—Sí.Túeresmivenerableseñorelrey,queDiosguarde.—Cierto,cierto.Esoestábien.Tranquilízate,notiemblesasí.Nadieaquíteharía

daño.Aquínohaynadiequenoteame.Ahoraestásmejor.Hapasadolapesadilla,¿noesasí?Yahorasabestambiénquiénerestú.¿Noesasí?¿Novolverásallamartedeotromodo,comodicenquehashechopocoha?

—RuegoaTuGraciaquemecrea.Nohedicho sino laverdad,muyvenerableseñor,porquesoyelmáshumildedetussúbditos,puesnacímendigoyestoyaquíporunatristedesgraciayporaccidente,aunqueenellonollevoculpa.¡Soymuyjovenparamorirytúpuedessalvarmeconunapalabrita!¡Oh!,¡dila,señor!

—¿Morir?Nohablesasí,dulcepríncipe.¡Paz,pazatuapenadocorazón!Túnomorirás.

Tomvolvióacaerderodillasconungritodealegría.—PremieDiostubondad,¡oh,reymío!,yteguardemuchotiempoparabiende

tureino.Poniéndose en pie de un salto volvió el jubiloso rostro a los dos lores que lo

acompañabanyexclamó:—¿Lohabéisoído?Novoyamorir.Elreylohadicho.Nadie se movió, salvo que todos se inclinaron con grave respeto; pero nadie

habló.Élvaciló,untantoconfuso;sevolviótímidamentealreydiciéndole:—¿Puedoirmeya?

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—¿Irte? Seguramente, si lo deseas. Pero ¿por qué no te quedas aún un poco?¿Dóndevasair?

Tombajólospárpadosyrespondióhumildemente:—Porventurahecomprendidomal;peromehecreídolibreyasímedisponíaa

buscareltuguriodondenacíymeeduquéentremiserias,peroquecobijaamimadrey a mis hermanas, y por ello es hogar para mí, al paso que esta pompa y estosesplendores a que no estoy acostumbrado… ¡Oh, señor, ten lamerced de dejarmepartir!

El rey permaneció silencioso y meditabundo un momento, y su rostro denotódolorydesasosiegocrecientes.Porfindijoconalgodeesperanzaensuvoz:

—Tal vez esté loco sólo en cuanto a ese punto y tiene intactos los sesos en lotocanteaotrosasuntos.¡QuieraDiosqueasísea!Haremoslaprueba.

HizodespuésunapreguntaaTomenlatínyTomlerespondiódesmayadamenteenlamismalengua.Elreyestabaencantado,ylodemostró.Losloresylosmédicosmostrarontambiénsucontento.Elreydijo:

—Nofuesegúnsuinstrucciónysutalento,perodemuestraquesumenteestásóloenferma,noheridafatalmente.¿Quétepareceati,señor?

Elmédicoaludidohizounagranreverenciayreplicó:—Mipropiaconvicción,reyyseñormío,esquehasadivinadolaverdad.Estas palabras parecieron agradar al monarca, por proceder de tan notoria

autoridad,ylollevaronaproseguirmuyanimado:—Fijaosbienahora.Voyaexaminarlemás.LehizoaTomunapreguntaenfrancés.Tomestuvocalladounmomento,turbado

alvertantasmiradasfijasenél,yalfindijotímidamente:Notengoconocimientodeesalengua,SuMajestad.El reycayódeespaldaseneldiván.Loscriadoscorrieronaatenderle,pero los

apartóydijo:—Dejadme.Estonoesmásqueunadebilidadsinimportancia.¡Levantadme!Así;

essuficiente.Venaquí,niño.Apoyatupobrecabezaperturbadasobreelcorazóndetupadre,ysosiégate.Prontoestarásbien.Estanoesmásqueundesvaríopasajero.Notemas,queprontoestarásbien.

Volviose luego a los circunstantes, cambió su gentil actitud y en sus ojosempezaronabrillarrelámpagosdemalagüero.Dijo:

—¡Escuchad todos! Este hijomío está loco, pero no es incurable. El excesivoestudio lo ha cansado, y tal vez el excesivo encierro. ¡Adiós a los libros y a losmaestros!,cuidadtodosdeello.Divertidleconjuegos,recreadlesanamente,paraquerecuperelasalud.—Irguiosemásaún,yprosiguióenérgicamente—:Estáloco,peroesmihijoyelherederodeInglaterra,y,¡locoocuerdo,reinará!Yescuchadmásaúnyproclamadlo:elquehabledeestasudestemplanza,atentacontralapazyelorden

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de estos reinos y será condenado a galeras.Dadme de beber, queme abraso. Estepesarsocavamisfuerzas…Basta;llevaoslacopa.Sostenedme.Así;estábien.¿Loco,decís? Aunque fuera mil veces loco, es aún el Príncipe de Gales, y yo el rey loconfirmaré.Estamismamañanaserá instaladoensudignidaddepríncipeenformacumplida.Dadalinstantelasórdenesoportunas,milordHertford.

Unodelosnoblessearrodillóanteelregiodiványdijo:—El rey su Majestad sabe que el gran mariscal hereditario de Inglaterra se

encuentraprisioneroenlaTorre.Noseríabuenoqueunprisionero…—¡Basta!Noofendasmisoídosconesenombreodiado.¿Hadevivirsiempreese

hombre?¿Sehandeponertrabasamivoluntad?¿Hadeverseelpríncipeprivadodesudignidaddetalporque,¡viveDios!nohayenelreinouncondemariscallimpiodeinfametraiciónparainvestirlodesushonores?¡No,porlagloriadeDios!OrdenadamiParlamentoqueantesdequesalgadenuevoelsolmetraigalacabezadeNorfolk,puesdelocontrariomeresponderándeellolastimosamente.[3]

—La voluntad del rey es ley—dijo lordHeaford, y, levantándose volvió a supuesto.

Pocoapocoseborrólacóleradelrostrodelviejomonarca,quedijo:—Dameunbeso,mipríncipe.Vamos,¿quétemes?¿Nosoytuamorosopadre?—Eresbuenoparamí,quesoyindignodeello,¡ohgrandeypoderososeñor!En

verdadlosé.Pero…pero…meduelepensarenelquevaamoriry…—¡Ah! Eso es digno de ti, es digno de ti. Veo que tu corazón sigue siendo el

mismo, aunque tumente haya sufrido daño, porque fuiste siempre de bondadosossentimientos.Peroeseduquesealzaentretushonoresytú;pondréensulugaraotroque no cubra de infamia su elevado cargo. Consuélate, príncipemío; no turbes tupobrecabezaconesteasunto.

—¿Peronosoyyoelqueprecipitasumuerte,señor?¡Cuánto tiemponopodríavivirsinofuerapormí!

—Nopiensesenél,príncipe,quenolomerece.Dameotrobesoyveatusjuegosytusdiversiones,porquemidolenciameacongoja.Estoyfatigadoydeseoreposar.Ve con tu tío Hertford y tu séquito, y vuelve otra vez cuando mi cuerpo hayadescansado.

Tom,conelcorazónpesaroso,fueretirado;laúltimafrasefueungolpedemuerteparalaesperanzaquehabíaacariciadodeverselibre.Unavezmásoyóelzumbidodelasvocesqueexclamaban:«¡Elpríncipe!¡Elpríncipeviene!».

Másymásdecayósuvaloramedidaqueavanzabaentrelasrelucienteshilerasdereverentescortesanos;porquesediocuentadequeeraenrealidaduncautivo,ydeque podía permanecer para siempre encerrado en esta dorada jaula, príncipeabandonadoysinamigos, salvoqueDiosensumisericordiaseapiadaradeély lodejaralibre.

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Y dondequiera que se volviese le parecía ver flotando en el aire la cercenadacabezayélconocidorostrodelgranduquedeNorfolk,cuyosojosseclavabanenélllenosdereproches.

Susviejossueñoshabíansidotanagradables,¡yeratantemibleestarealidad!

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VITomrecibeinstrucciones

Tom fue conducido al principal aposento de un suntuoso apartamiento y lohicieron sentar, cosa que repugnaba hacer, pues se veía rodeado de caballerosancianosydehombresdeelevadacondición.Rogólesquesesentarantambién,perosóloseinclinaronagradeciéndoloomurmuraronlasgracias,ypermanecieronenpie.Tomhabríainsistido,perosu«tío»elcondedeHertfordsusurróasuoído:

—Teloruego,noinsistas,miseñor.Noescorrectoquesesientenentupresencia.AnunciaronalordSt.John,quien,despuésdehacerpleitesíaaTom,dijo:—Vengo por mandato del rey para un asunto que exige secreto. ¿Quiere Su

AltezaRealdignarsedespediralospresentes,exceptoamilordelcondedeHertford?Observando queTom no parecía saber cómo proceder,Hertford le susurró que

hicieraunaseñaconlamanoynosemolestaraenhablaramenosqueasílodeseara.Cuandoseretiraronloscaballerosdeservicio,dijolordSt.John:

—OrdenaSuMajestadque,porgravesypoderosasrazonesdeEstado,SuGraciaelpríncipeocultesuenfermedadportodoslosmediosqueesténasualcance,hastaquepaseySuGraciavuelvaaestarcomoestabaantes;esdecir,quenodeberánegara nadie que es el verdadero príncipe y heredero de la grandeza de Inglaterra, quedeberáconservarsudignidaddepríncipeyrecibir,sinpalabranisignodeprotesta,lareverenciayobservanciaqueseledebenporacertadayañejacostumbre;quedeberádejar de de hablarle a ninguno de ese nacimiento y vida de baja condición que suenfermedad ha creado en lasmalsanas imaginaciones de una fantasía obsesionada;que habrá de procurar con diligencia traer de nuevo a sumemoria los rostros quesolíaconocer,ycuandonoloconsigadeberáguardarsilencio,sinrevelarcongestosdesorpresa,uotras señales,que loshaolvidado;queen lasceremoniasdeEstado,cuandoquieraquesesientaperplejoencuantoaloquedebehacerylaspalabrasquedebedecir,nohabrádemostrarlamenorinquietudalosespectadorescuriosos,sinopedir consejo en talmateria a lordHertford, o a suhumilde servidor, que tenemosmandatodelreydeponernosasuservicioatentosasullamado,hastaqueéstaordenseanule.EstodiceSuMajestadelrey,queenvíasussaludosaSuAltezaRealyruegaqueDiosquieraensumisericordiasanaraVuestraAltezaprontamenteyconservarleahoraysiempreensubenditaprotección.

Lord St. John hizo una reverencia y se apartó a un lado. Tom replicó conresignación:

—Elreylohadicho.Nadiepuededesobedecerelmandatodelreyniacomodarloasugusto,cuandoleenoje,conarterasevasivas.Elreyseráobedecido.

LordHertforddijo:

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—TocantealaordendeSuMajestadelreyenloqueconciernealoslibrosyotrascosas serias, por ventura agradaría a Vuestra Alteza ocupar vuestro tiempo enplácidosentretenimientos,paranollegarfatigadoalbanqueteyresentirsedeello.

LacaradeTommostrósorpresa inquisitiva,ysesonrojóalverque losojosdélordSt.Johnseclavabanpesarososenél.SuSeñoríadijo:

—Te flaquea aún la memoria y has demostrado sorpresa; pero no te apures,porqueestonopersistirá,sinoquedesapareceráconformetudolenciamejore.MilorddeHertfordtehabladelafiestadelaciudad,alacualSuMajestadelreyprometióhaceunosdosmesesqueasistiríaTuAlteza.¿Lorecuerdasahora?

—Me duele confesar que se me fue de la memoria —contestó Tom con vozvacilante,ysonrojósedenuevo.

En este punto anunciaron a lady Isabel y a lady Juana Grey. Ambos lores secruzaron significativas miradas, y Hertford se dirigió velozmente hacia la puerta.Cuandolasdoncellaspasaronpordelantedeéldijoenvozbaja:

—Os ruego, señoras, que no deismuestras de observar sus rarezas nimostréissorpresa cuando le falte la memoria; os dolerá notar cómo se turba con cualquierfruslería.

EntretantolordSt.JohnestabadiciendoaloídodeTom:—Suplícote,señor,queconservesconstantementeenlamemoriaeldeseodeSu

Majestad. Recuerda cuanto puedas y finge recordar todo lo demás. Qué no sepercaten de cómo has cambiado tu modo normal anterior, pues sabes cuántiernamentetetienenensucorazóntusantiguascompañerasdejuegosycuántopesarhabríasdecausarles.¿Quieres,señor,quemequedeyo,ytutíotambién?

ExpresóTomsuasentimientoconunademánymurmurandounapalabra,porqueibaaprendiendoya,y su ingenuocorazónestaba resuelto a salir lomásairosoquepudiera,conformealmandatodelrey.

Apesardelasmuchasprecauciones,laconversaciónentrelosjóvenesfueavecesuntantoembarazosa.Másdeunavez,enverdad,Tomsevioapuntoderendirse,ydeconfesarseincapazderepresentarelterriblepapel;peroeltactodelaprincesaIsabello salvó,ounapalabradeunouotrode losvigilantes lores, soltadaalparecerporcasualidad,tuvoelmismofelizefecto.UnavezlapequeñaladyJuanasevolvióhaciaTomylodejósinalientoconestapregunta:

—¿HaspresentadohoytusrespetosaSuMajestadlareina,miseñor?Vaciló Tom, se veía desazonado, e iba a balbucir algo al azar, cuando lord St.

Johntomólapalabrayrespondióporél,conelsueltodesembarazódeuncortesanoacostumbradoaafrontarsituacionesdelicadasyaestaralpuntoparaellas:

—Sí, por cierto, señora, y Su Majestad la reina le ha animado mucho en lotocantealestadodeSuMajestad,¿noesasí,miseñor?

BalbucióTomunaspalabrasqueseinterpretaroncomoasentimiento,perosintió

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queestabaentrandoenterrenopeligroso.PocodespuéssemencionóqueTomnoibaaestudiarmásporentonces,alocualexclamólapequeñaLady:

—¡Es lástima, es lástima! Hacías magníficos progresos. Pero súfrelo conpaciencia,porqueestonodurarámucho.Prontogozarásdelamismainstrucciónquetupadre,ytulenguadominarátantaslenguascomolasuya,mibuenpríncipe.

—¡Mipadre!—ExclamóTom,fueradeguardiaenesemomento—.Afemíaquenoescapazdehablarlasuyaparaqueleentiendansinoloscerdosqueserevuelcanenlaspocilgas;yencuantoainstruccióndeotrogénero…

Alzólavistayviounasolemneadvertenciaenlosojosdemilord,St.John.Estolehizodetenerse,sonrojarseycontinuar,apagadoytriste:

—¡Ah!Mepersiguedenuevolaenfermedadymimentedesvaría.NohequeridomostrarirreverenciaparaconSuMajestadelrey.

—Losabemos,señor—dijolaprincesaIsabel,tomandoentreambasmanosladesu «hermano», respetuosa pero acariciadoramente—. No te preocupes por eso. Lafaltanoestuya,sinodetudestemplanza.

—Gentilconsoladoraeres,dulceseñora—dijoTomagradecido—,ymicorazónmemueveadartegraciasporello,simelopermites.

UnavezlaatolondradaladyJuanaledisparóaTomunasencillafraseengriego.LaperspicaciadeladyIsabelvio,enlaserenaimpasibilidaddelafrentedeTom,quelaflechanohabíadadoenelblanco,porlocualsoltótranquilamenteunaretahíladeexcelentegriegorelativaaTomyenseguidadesviólaconversaciónaotrosasuntos.

En conjunto transcurrió el tiempo agradablemente, y casi suavemente. Losescollosyarrecifesfueroncadavezmenosfrecuentes,yTomsesintiómásymásasusanchasalver,que todosestabanamorosamente inclinadosaayudarloyapasarporaltosusequivocaciones.Cuandosalióalaconversaciónquelasdamitashabríandeacompañarleporlanochealbanquetedelalcaldemayor,elcorazónlediounsaltodeconsueloydealegría,porquesintióqueyanosehallaríasinamigosentreaquellamuchedumbredeextraños,mientrasque,unahoraantes,laideadequeellasfueranconéllehabríacausadounterrorinsoportable.

LosángelesguardianesdeTom,losdoslores,habíanestadomenoscómodosenla entrevista que las otras partes. Parecíales enteramente que conducíanun enormenavío por un canal peligroso; estaban alerta constantemente y encontraron que sucargonoerajuegodeniños.Portanto,cuandoalfinlavisitadelasdamastocabaasutérminoy anunciarona lordGuilfordDudley,no sólopensaronque su cargahabíasido suficientemente gravosa, sino también que ellosmismos no se hallaban en elmejorestadoparahacerretrocederalnavíoyemprenderdenuevounviajellenodeansiedad.Así,pues,respetuosamenteaconsejaronaTomqueseexcusara,locualhizodebuenagana,aunquehabríapodidoobservarseunalevesombradedesencantoenelsemblante de milady Juana cuando oyó que se negaba la entrada al espléndido

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mozalbete.Hubo una pausa, una especie de silencio de espera, que Tom no pudo

comprender:MiróalordHertford,yéstelehizounsigno,peroelniñonoloentendiótampoco.Isabelacudióprontamenteensusocorro,consuhabitualsoltura.Hizounareverenciaydijo:

—¿TenemoslicenciadeSuGraciaelpríncipe,mihermano,pararetirarnos?—VuestrasSeñorías—contestóTom—,puedenobtenerdemíloquegustensin

másquepedirlo;peropreferiríadaroscualquierotracosaqueestuvieraenmipoderantesquelicenciaparaprivarmedelaluzylabendicióndevuestrapresencia.Diososguíeyseaconvosotras.

Al decir esto sonrió por dentro, pensando:—No en vano he vivido sólo entrepríncipes en mis lecturas y he adiestrado mi lengua en sus pulidas y graciosaspalabras.

Cuandosalieronlasilustresdoncellas,Tomsevolviófatigadoasusguardianesydijo:

—¿Tendréis vuestras señorías la bondad de darme licencia para retirarme a unrincónadescansar?

LordHertforddijo:—AVuestraAlteza le tocamandarnos y a nosotros obedecer. Necesario es en

verdadquetomesalgúnreposo,yaqueprontodebesemprenderelviajealaciudad.Tocóunacampanillay sepresentóunpaje, aquien sedioordende solicitar la

presenciadesirWilliamHerbert.Estecaballerosepresentóal instanteycondujoaTomaunaposentointerior,dondeelprimermovimientodelmismofuealcanzarunacopadeagua;pero la tomóun servidorvestidode seday terciopelo,quehincandounarodillaselaofrecióenunabandejadeoro.

Sentosedespuéselfatigadocautivoysedispusoaquitarselaszapatillas,despuésde pedir tímidamente permiso con la mirada; mas otro oficioso criado, tambiénataviadodesedayterciopelo,searrodillóyleahorróeltrabajo.Dosotresesfuerzosmás hizo el niño por servirse a sí mismo; mas, como siempre se le anticiparonvivamente,acabóporcederconunsuspiroderesignaciónydiciendoentredientes:«Maravíllamequenoseempeñentambiénenrespirarpormi»Enchinelasyenvueltoen suntuosa bata se tendió por fin a reposar, pero no a dormir, porque su cabezaestabademasiadollenadepensamientosylaestanciademasiadollenadegente.Nopodía desechar los primeros, así que permanecieron; no sabía tampoco lo bastantepara despedir a los segundos, así que también se quedaron, con gran pesar delpríncipeydeellos.

LapartidadeTomhabíadejadosolosasusdosnoblesguardianes.Permanecieronun rato meditabundos, y meneando mucho la cabeza y paseando por la estancia.EntoncesdijolordSt.John:

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—Francamente,¿quépiensas?—Francamente,pues,estolavidadelreytocaasufin;misobrinoestáloco,loco

ascenderáaltrono,ylocoseguirá.DiosprotejaaInglaterra,quelohabrámenester.—Asíloparece,ciertamente,pero…¿notienesbarruntosdesi…si…?Titubeóelpersonajeyacabópordetenerse.Sindudasintióqueestabaenterreno

delicado.LordHertfordseparóanteél,mirólealacaraconserenosyfrancosojosydijo:

—Prosigue.Nadiesinoyoteoye.¿Barruntosrespectoaqué?—Merepugnaponerenpalabrasloqueestáenmimente,siendotúcomoerestan

cercano a él en la sangre,milord.Mas, solicitando tu perdón si te ofendo, ¿no tepareceraroquelalocurapuedacambiartantosuporteysusmodales?Suporteysuspalabrassonaúnlosdeunpríncipe,perodifierenencosasinsignificantesdelasqueacostumbraba el príncipe anteriormente. ¿No te parece extraño que la locura hayaborrado de su memoria las mismas facciones de su padre, las costumbres y lasobservanciasqueseledebenporlosquelerodean,yque,dejándoleellatín,lehayaquitadoelgriegoyel francés?Milord,no teofendas,pero liberamimentedeestainquietudyrecibemiagradecimiento.Nosemequitadelacabezasuafirmacióndequenoeraelpríncipey…

—Calla,milord,profierestraición.¿Has,olvidadoelmandatodelrey?Recuerdaquetansóloescuchartemehagocómplicedetudelito.

PalidecióSt.Johnyseapresuróaañadir:—Hefaltado,loconfieso.Nomehagastraición.Quetucortesíameconcedaesa

merced y no volveré ni a pensarlo ni a hablar más de eso. No te muestres duroconmigo,señor,oestoyperdido.

—Basta,milord.Sinofaltasdenuevo,aquíoanteotros,serácomosinohubierashablado. Más no debes albergar recelos: es el hijo de mi hermana. ¿No me sonfamiliaresdesde sucunasuvoz, sucara, su figura?La locurapuedeprovocaresascosastanrarasquetúvesenélymásaún.¿NorecuerdascómoelviejobarónMarley,alvolverseloco,olvidósupropiapersonalidaddesesentaañosparacreerqueeralade otro? ¿No recuerdas que pretendía ser el hijo de María Magdalena y tener lacabezahechadevidrioespañol?Afemíaquenosufríaquenadielatocara,portemora que unamano atolondrada pudiera romperla. Tranquiliza tus barruntos,mi buenseñor.Eselmismopríncipe,loconozcobien,yprontoseráelrey.Teconvendrátenerestoenmenteypensarenellomásqueenlootro.

Después de un ratomás de conversación, en la cual lord St. John enmendó suyerro lomejorquepudoconrepetidasprotestasdequesu feerayaarraigadaynopodía ser otra vez asaltada por la duda, lord Hertford relevó a su compañero decustodiaysolosesentóavigilaryaguardar.Notardóensumirseenlameditación,y,evidentemente, cuanto más pensaba más perplejo se sentía. A poco empezó a dar

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paseosyahablarentredientes:—¡Oh!Debe ser el príncipe. ¿Habrá alguien en el reino capaz de sostener que

puede haber dos personas, no siendo de la misma sangre y nacimiento, tanextraordinariamenteiguales?Yaunqueasífuera,milagromásextrañoseríaaúnquelacasualidadpusieraaunadeellasenlugardelaotra.No.Eslocura,locura,locura.

Alcabodeunratosedijo:—Porquesifueraunimpostorquesedijerapríncipe,esoseríamuynatural;eso

seríarazonable;pero¿hahabidojamásimpostoralgunoque,alserllamadopríncipeporel rey,príncipepor la corte,príncipepor todos,negara sudignidady suplicaracontra su exaltación?No. ¡Por el almadeSan Jorge,no!Es elverdaderopríncipe,quesehavueltoloco.

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VIILaprimeracomidaregiadeTom

Pocodespuésdelaunadelatarde,Tomsesometióresignadoalapruebadequele vistieran para comer.Hallóse cubierto de ropas tan finas como antes, pero tododistinto,todocambiado,desdelagolillahastalasmedias.Fueconducidoconmuchapompaaunaposentoespaciosoyadornado,dondeestabayalamesapuestaparaunapersona.Elservicioera tododeoromacizo,embellecidocondibujosquelohacíancasidevalorincalculable,puestoqueeranobradeBenvenuto.Laestanciasehallabamediollenadenoblesservidores.Uncapellánbendijolamesa,yTomsedisponíaaempezar,porqueelhambreenéleraorgánica,cuandofueinterrumpidopormilordelcondedeBerkeley,elcualleprendióunaservilletaalcuello,porqueelelevadocargode mantelero del Príncipe de Gales era hereditario en la familia de aquel noble.PresenteestabaelcoperodeTom,yseanticipóatodassustentativasdeservirsevino.TambiénsehallabapresenteelcatadordeSuAltezaelPríncipedeGales,listoparaprobar,encuantose lepidiera,cualquierplatillosospechoso,corriendoelriesgodeenvenenarse.Enaquellaépocanoerayasinounapéndicedecorativo,yraravezseveía llamado a ejercitar su función; pero tiempos hubo, no muchas generacionesatrás,enqueeloficiodecatadorteníasuspeligrosynoeraunhonormuydeseable.Pareceraroquenoutilizasenunperroounvillano,perotodaslascosasdelarealezasonextrañas.AllíestabamilordD'Arcy,primerpajedecámara,parahacersabeDiosqué; pero allí estaba y eso basta. El lord primer despensero se hallaba tambiénpresenteysemanteníadetrásdelasilladeTom,vigilandolaceremonia,alasórdenesdellordgranmayordomoyellordcocinerojefe,queestabancerca.AdemásdeéstoscontabaTomcontrescientosochentaycuatrocriados;pero,porsupuesto,noestabantodosellosenelaposento,nilacuartaparte,niTomteníanoticiasdequeexistieran.

Todos lospresenteshabían sidobienadvertidos a su tiempode recordarque elpríncipe había perdido temporalmente la razón y de tener cuidado de no mostrarsorpresaantesusdesvaríos.Estos«desvaríos»prontoseexhibieronanteellos,perosólo excitaron su compasión y su pesar, no sus burlas. Era para ellos una granaflicciónveralamadopríncipeentanlastimosoestado.

El pobreTom comía casi siempre con los dedos, pero nadie sonrió por esto nipareció darse cuenta. Inspeccionó su servilleta con curiosidad y profundo interés,porqueeraunapiezadehermosoydelicadísimogénero,ydijoingenuamente:

—Llévatela,teloruego,paraquenolamanchepordistracción.Elmantelerohereditarioselallevóconreverenteactitudysinunasolapalabrao

protestadeningunasuerte.ExaminóTomcon interés losnabosy la lechugaypreguntóquéerany si eran

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para comer, porque apenas recientemente se habían empezado a cultivar enInglaterra,envezdeimportarlosdeHolandacomolujo[4].Secontestoasupreguntacon grave respeto, y sinmanifestar sorpresa.Cuando hubo terminado el postre, sellenó los bolsillos de nueces, peronadie pareció reparar en ello, ni perturbarse porello.Masalmomentofueélquienseperturbóysemostróconfuso,porqueeraaquélelúnicoservicioque lehabíanpermitidorealizarconsuspropiasmanosdurante lacomida,ynodudódequehabíahechoalgo impropioe indignodeunpríncipe.Enaquelinstanteempezaronatemblarlelosmúsculosdelanariz,yelextremodeesteórgano a levantarse y contraerse. Prosiguió esta situación, y Tom empezó a darmuestrasdecrecientedesazón.Mirósuplicante,primeroaunoydespuésalotrodelos lores que le rodeaban y las lágrimas vinieron a sus ojos. Avanzaron con laansiedadpintadaensusrostrosylerogaronlosenteraradesuapuro.Tomdijoconverdaderaangustia:

—Solicitovuestraindulgencia,perolanarizmepicamucho.¿Cuáleselusoylacostumbre en este caso? Contestad pronto, os lo ruego, porque, apenas puedosoportarlopocomás.

Nadie sonrió; todos se quedaron absolutamente perplejos y se miraron unos aotros con gran aflicción, pidiéndose consejo. ¡Mirad!, esto era un atolladero, y nohabíanadaenlahistoriainglesaquedijeracómosalirdeél.Nosehallabapresenteelmaestro de ceremonias; no había nadie que se sintiera seguro para aventurarse enaquelinexploradomarniparaarriesgarseaintentarresolverestesolemneproblema.¡Cielos!Nohabíarascadorhereditario.Entretanto,laslágrimashabíandesbordadosudiqueyempezarona rodarpor lasmejillasdeTom.Lacomezónen sunarizpedíaalivioconmásurgenciaquenunca.Finalmente,lanaturalezaderribólasbarrerasdelaetiqueta:Tomelevóensuinteriorunaplegariadeperdónporsiobrabamal,ytrajoconsuelo a los afligidos corazones de sus cortesanos rascándose la nariz por símismo.

Terminadasucomida,seacercóunlordylepresentóunrecipientedeoro,anchoyplano,llenodefraganteaguaderosas,paraqueselimpiaralabocaylosdedos;y,asu lado,milordelmantelerohereditariopermanecíadepie conuna servilleta.Tomcontemplóelrecipiente,perplejoporunmomento,luegolollevóasuslabiosybebióunsorbogravemente.Enseguidaseladevolvióallordydijo:

No,nomegusta,milord:susaboresagradable,perolefaltafuerza.Estanuevaexcentricidadde laperturbadamentedelpríncipedejódoloridos los

corazonesdecuantoslerodeaban,peroeltristeespectáculonomovióanadiearisa.La próxima inconsciente torpeza de Tom fue levantarse y dejar la mesa justo

cuandoelcapellántomósulugardetrásdesusilla,y,elevadaslasmanosycerradoslos ojos se disponía a comenzar la acción de gracias. Sin embargo, nadie parecióapercibirsedequeelpríncipehabíahechoalgoinsólito.

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Apeticiónsuya,nuestroamiguitofueahoraconducidoasugabineteparticular,ylodejaronsoloylibradoasuvoluntad.

Pendientesdeganchosenel frisodemaderaestaban lasdiversaspiezasdeunabrillante armadura de acero, cubierta toda de bellos dibujos exquisitamenteincrustados en oro. Esta marcial panoplia pertenecía al verdadero príncipe, regalorecientedelaseñoraParr,lareina.Tomsepusolasgrebas,losguanteletes,elyelmoempenachadoyotraspiezastalesquepudierarevestirsesinayuda,yporunmomentopensópedirlaparacompletarelasunto,peropensóenlasnuecesquehabíatraídodelamesa, y en el placer que sería comérselas sin nadie que lemirase y sin grandeshereditariosquelemolestasenconsusserviciosindeseables;asíquevolviólaslindascosas, a sus diversos lugares y pronto estuvo cascando nueces, sintiéndose casidichosoporprimeravez,desdequeDios,encastigodesuspecados,lohabíahechopríncipe. Cuando desaparecieron las nueces, dio con unos incitantes libros en unarmario,entreellosunosobrelaetiquetadelacorteinglesa.Aquelloerauntesoro.Setendióenunsuntuosodiványprocedióainstruirseconverdaderoafán.Dejémosloallíporahora.

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VIIILacuestióndelsello

CercadelascincoEnriqueVIIIdespertódeunasiestapocorefrescanteysedijoentredientes:

—¡Malossueños,malossueños!Mifinestácercana:asílodicenestospresagios,ymidébilpulsoloconfirma.—Unfulgorperversoardióensusojos,ymurmuró—:Sinembargo,nohedemorirsinohastaqueélvayapordelante.

Sus servidores percibieron que estaba despierto, y uno de ellos le preguntó sudeseorespectoallordcanciller,queesperabafuera.

—¡Queentre,queentre!—exclamóelreyconpresteza.Ellordcancillerentróysearrodillóanteellechodelrey,diciendo:—Hedadoorden,y,conformealmandatodelrey,losparesdelreino,ataviados,

se encuentran ahora en el tribunal de la Cámara, donde, habiendo confirmado lasentenciaalduquedeNorfolk,esperanhumildemente loqueplegueaSuMajestadquesehagaenesteasunto.

Elrostrodelreyseiluminódeferozjúbilo.Dijo:—Levantadme. En persona voy a presentarme ante mi Parlamento, y con mi

propiamanosellaréeldecretoquemelibrade…Le falló la voz; una palidez cenicienta borró el color de sus mejillas, y los

servidores le recostaron sobre sus almohadas, y apresuradamente lo asistieron contonificantes.Apoco,dijollenodepesar:

—¡Ah,cuántoheesperadoestadulcehora!,yheaquíquellegademasiadotarde,ymeveo privadode esta ocasión tan codiciada. ¡Pero apresuraos, apresuraos! queotroshaganestefelizoficio,yaqueamísemeniega.Doymigranselloencomisión:elige tú los lores que han de componerla, y andad a vuestro trabajo. ¡Apresúrate!Antesquesalgaelsolysepongadenuevo,tráemesucabezaparaqueyolavea.

—Conformealmandatodel rey,asísehará.¿QuerráVuestraMajestadordenar,queelsellomeseadevuelto,demaneraquepuedallevaradelanteelnegocio?

—¡Elsello!¿Quiénguardaelsellosinotú?—VuestraMajestad,hacedosdíasquemeloquitasteis,diciendoquenohabríade

utilizarsesinohastaquevuestrapropiarealmanolousarasobreeldecretodelduquedeNorfolk.

—Sí,enverdadasílohice:Lorecuerdo.¿Quéhicedeél?…Estoymuydébil…Enestosdíaslamemoriameestraidoratanfrecuentemente…Esextraño,extraño…

Elreycomenzóamascullarinarticuladamente,meneandodetiempoentiemposucanosacabezadébilmente,y tratandode recordar loquehabíahechodel sello.Porfin,milordHertfordseaventuróaarrodillarseyaofrecerinformación:

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—Señor, si me permitís la osadía, varios de los presentes recuerdan como yocómopusisteiselgranselloenmanosdeSuAltezaelPríncipedeGalesparaqueloguardasehastaeldíaque…

—¡Cierto,ciertísimo!—Interrumpióelrey—.Veporél.¡Ve,eltiempovuela!Lord Hertford voló hacia Tom, pero volvió ante el rey antes de mucho rato,

turbadoyconlasmanosvacías.Seexpresódeestasuerte:—Duéleme,miseñorelrey,serportadordetangravesyaflictivasnuevas,peroes

voluntad de Dios que el príncipe permanezca trastornado, y no recuerda haberrecibido el sello.Así he venido al punto a decíroslo, creyendoque sería perder untiempoprecioso,y ademásenvano,que alguno intentara registrar la larga seriedecámarasysalonesquepertenecenaSuAltezaReal…

Ungruñidodelreyinterrumpióallordenestepunto.AlcabodeunratodijoSuMajestad,conacentodeprofundatristeza:

—No lomolestéismás, pobre niño.LamanodeDios se ha posado con fuerzasobre él, ymi corazón se deshace en amorosa compasión, y en pesar de no poderllevarsucargasobremispropiosviejoshombroscargadosdedolor,ytraerlelapaz.

Cerrósusojos,comenzóamusitaryprontocalló.Apocovolvióaabrirlosymiróvagamente en torno, hasta que sumirada descansó en el arrodillado lord canciller.Instantáneamentesurostroseencendiódeira:

—¿Qué?¡Túaquítodavía!PorlagloriadeDios,sinovasenseguidaalodeesetraidor,tumitraholgarámañanaporfaltadecabezaqueadornar.

Eltemblorosocancillerrespondió:—¡ImploroelperdóndeVuestraMajestad!Sóloesperabaporelsello.—¿Hasperdidoel juicio,hombre?El sellopequeño,queantaño solíayo llevar

conmigodeviaje,estáenmitesoro.Y,puestoqueelgransellohadesaparecido,¿nobastará? ¿Has perdido el juicio? ¡Vete! Y escucha: no vuelvas aquí hasta que metraigassucabeza.

El pobre canciller no tardó en retirarse de esta peligrosa vecindad; ni perdiótiempo la comisión en dar el asenso real a la obra del esclavizado Parlamento, ydesignado el día siguiente para la decapitación del primer par de Inglaterra, eldesafortunadoduquedeNorfolk[5].

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IXElespectáculodelrío

Alasnuevedelanochetodalaextensariberafrentealpalaciofulgurabadeluces.El río mismo, hasta donde alcanzaba la vista en dirección a la ciudad, estaba tanespesamente cubierto de botes y barcas de recreo, todos orlados con linternas decolores y suavemente agitados por las ondas, que parecía un reluciente e ilimitadojardín de flores animadas a suave movimiento por vientos estivales. La granescalinatadepeldañosdepiedraqueconducíaalaorilla,lobastanteespaciosaparadarcabidaalejércitodeunpríncipealemán,erauncuadrodignodeverse,consusfilasdealabarderosrealesenpulidasarmadurasysustropasdeataviadosservidores,revoloteandodearribaabajo,ydeacáparaallá,conlaprisadelospreparativos.

Deprontosediounaordenydeinmediatotodacriaturavivienteseesfumódelosescalones.Ahoraelaireestabacargadoconelsilenciodelsuspensoylaexpectación.Hastadondealcanzabalavista,podíaverseamilesdepersonasenlosbotes,queselevantabanyseprotegíanlosojosdelbrillodelaslinternasylasantorchas,ymirabanhaciaelpalacio.

Una fila de cuarenta o cincuenta barcas reales se dirigió hacia los escollones.Estabanornadasdericosdorados,ysusaltivasproasypopasestabanlaboriosamentetalladas. Algunas de ellas iban decoradas con banderas y gallardetes, otras, conbrocadosy tapicesdeArrásconescudosdearmasbordados;otrasconbanderasdesedaqueteníaninnumerablescampanillasdeplatapendientesdeellasquelanzabanuna lluvia de alegremúsica cada vez que las agitaba la brisa; otras, demás altaspretensiones,puestoquepertenecíanalosnoblesdeserviciomáscercanoalpríncipe,tenían los costados pintorescamente guardados con escudos suntuosamenteblasonados de armas y emblemas. Cada barca real iba remolcada por un patache.Ademásdelosremeros,éstosllevabanunoscuantoshombresdearmasderelucientesyelmosypetos,yunacompañíademúsicos.Lavanguardiadelaesperadaprocesiónhizosuapariciónenlapuertaprincipal:unatropadealabarderos.«Ibanvestidosconcalzasdelistasnegrasyleonadas,garrasdeterciopeloadornadasalosladosconrasasdeplata,yjubonesdepañoazulymorado,bordadospordelanteypordetrásconlastresplumas,elblasóndelpríncipe,tejidasenoro.Lasastasdelasalabardasestabancubiertasdeterciopelocarmesí,sujetoconclavosdoradosyadornadasconborlasdeoro.Desfilandoaderechaeizquierda,formabandoslargashilerasqueseextendíandesdelapuertaprincipaldelpalaciohastalaorilladelagua.Despuéssedesplegóungrueso paño o tapiz rayado, y unos servidores, ataviados con las libreas de oro ycarmesídelpríncipe,lotendieronentrelosalabarderos.Hechoesto,resonódentrounfloreo de trompetas. Los músicos del río comenzaron un animado preludio y dos

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ujieres con varas blancas salieron por la puerta con lento ymajestuoso paso. Ibanseguidosporunoficialquellevabalamazamunicipal,traselcualveníaotroconlaespadadelaciudad;luegovariosalguacilesdelaguarnicióndelaciudad,contodossusaprestos,ycondivisasenlasmangas.VeníaluegoelreydearmasdelaJarretera,consutabardo;loseguíanvarioscaballerosdelBaño,cadaunoconunacintablancaenlamanga;luegosusescuderos;despuéslosjueces,consustogasescarlatasysuscofias; luego el lord gran canciller de Inglaterra, con su toga escarlata, abierta pordelantey,orladadepielblancaconmanchasnegras;luegounacomisiónderegidoresconsuscapasescarlata,yluegolosprincipalesdelasdiferentescompañíascívicasentraje de ceremonia. Después venían doce caballeros franceses, con espléndidosatavíos, consistentes en jubones de damasco blanco listadode oro, capas cortas deterciopelocarmesí, forradasde tafetánvioletaycalzascolorcarne,ycomenzaronadescenderpor la escalinata.Eranel séquitodel embajador francés, e iban seguidospordocecaballerosdelséquitodelembajadorespañol,vestidosdeterciopelonegrosinningúnalomo.Enposdeéstosveníanvariosimportantesnoblesinglesesconsusservidores».

Sintiósedentrofloreodetrompetas,yeltíodelpríncipe,elfuturogranduquedeSomerset,saliódelaverja,ataviadoconunjubóndebrocadonegroyunacapa«derasocarmesíconfloresdeoro,yribeteadaconredecillasdeplata».Volvióse,sequitólagorraadornadaconplumas,inclinósucuerpoenprofundareverenciayempezóaretrocederdeespaldas,saludandoacadaescalón.Siguióprolongadosondetrompetasylaproclamación:«¡PasoalaltoypoderososeñorEduardoPríncipedeGales!».Enloaltodelosmurosdepalacioprorrumpióenestrépitoatronadorunalargahileraderojas lenguas de fuego; la gente apiñada en el río estalló en potente rugido debienvenida,yTomCanty,causayhéroedetodoaquello,aparecióalavista,einclinólevementesuprincipescacabeza:

Iba«magníficamentevestidoconunjustilloderasoblanco,conpecheradetisúpúrpura,salpicadodediamantesyribeteadodearmiño.Sobreestollevabaunacapadebrocadoblancoconlacoronadetresplumas,forradaderasoazul,adornadaconperlasypiedraspreciosasysujetaconunbrochedebrillantes.Desucuellopendíalaordende laJarreterayvariascondecoracionesrealesdepaísesextranjeros»,ycadavezqueledabalaluz,lasjoyasresplandecíancondeslumbrantesdestellos.¡Oh,TomCanty,nacidoenuncobertizo,educadoenlosarroyosdeLondres,familiarizadoconlosandrajosylasuciedadylamiseria!¡Quéespectáculoeséste!

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XLaspenasdelpríncipe

Dejamosa JuanCantyarrastrandoalverdaderopríncipehaciaOffalCourt, conunaruidosayregocijadaturbapisándolelostalones.Enellasólohubounapersonaquebrindóunapalabrarogandoporelcautivo,ynolehicieroncaso:tangrandeeraeltumultoqueapenas inclusoseoyó.Continuóelpríncipe luchandoporsu libertadyprotestando contra el tratamiento que sufría, hasta que Juan Canty perdió la pocapacienciaque lequedabayconrepentinofuror levantósugarrotederoblesobre lacabeza del príncipe. El único defensor del chico saltó para detener el brazo delhombre,yelgolpedioensupropiamuñeca.Cantyrugió:

—¿Quieresentrometerte?¡Puestenturecompensa!Sugarrote seestrellóen lacabezadelmediador.Seoyóungemido,una forma

opacasehundióentierraentrelospiesdelamuchedumbre,yunmomentodespuésyacíasolaenlaoscuridad.Laturbacontinuó,sinquesudiversiónfueraperturbadaporesteepisodio.

ApocoelpríncipeseencontróenlamoradadeJuanCanty,conlapuertacerradaa los entremetidos. A la vaga luz de una vela de sebo, encajada en una botella,descubrió los rasgos principales del repugnante tugurio, y también los de susocupantes: Dos desgreñadas muchachas y una mujer de edad madura en cuclillascontralaparedenunrincón,conelaspectodeanimaleshabituadosalosmalostratosyenesemomentoesperándolosytemiéndolos.Deotrorincónsalióunabrujaseca,conelpelocanosorevueltoyperversosojos.JuanCantyledijoaésta:

—Espera, tenemos buena mojiganga. No la estropees hasta que la hayasdisfrutado;después,queseatumanotanpesadacomoquieras.Acércate,rapaz;ahorarepitetustonterías,sinosetehanolvidado.Ditunombre.¿Quiéneres?

Laofendidasangresubióunavezmásalasmejillasdelpequeñopríncipe,yéstelanzóunamiradafirmeeindignadaalrostrodelhombreydijo:

—Malacrianzaesenunocomotúmandarmehablar.Tedigoahora,comotehedichoantes,soyEduardo,PríncipedeGales,yningúnotro.

Lasorpresaapabullantedeestacontestaciónclavólospiesdelaviejaalsueloyladejócasisinaliento.Miróalpríncipeconestúpidoasombro,loquedivirtiótantoalbandido de su hijo que lo hizo reventar en un rugido de risa. Mas el efecto fuedistinto en la madre y en las hermanos de Tom Canty. Su temor a los dañoscorporales diopaso a unapreocupacióndedistinta especie.Se adelantaron con losrostrosafligidosydesalentados,exclamando:

—¡Oh,pobreTom,pobreniño!Lamadrecayóderodillasanteelpríncipe,pusosusmanossobreloshombrosdelniñoyentrelaslágrimasqueasomabanasusojos

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miróansiosamentesurostro.Luegodijo:—¡Oh,mipobreniño! ¡Finalmente tusnecias lecturashan tenidosuefectoy te

hantrastornadoeljuicio!¡Ay!¿Porquéteaferrabasaellascuandotantotepreveníayoencontra?¡Hasdesgarradoelcorazóndetumadre!

Elpríncipelamiróydijodulcemente:—Tuhijoestábienynohaperdidoeljuicio,buenamujer.Consuélate.Llévame

alpalaciodondesehalla,yelrey,mipadre,telodevolveráinmediatamente.—¿Elreytupadre?¡Oh,hijomío!Nodigasesaspalabras,quepuedentraertela

muerte, y la ruina para todos los que están cerca de ti. Sacude ese horrible sueño.Recobratupobrememoriaerrante.Mírame.¿Nosoyyotumadre,laquetehadadoelserytantotehaamado?

Elpríncipemoviólacabezaydijopesaroso:—Diossabequemedueleafligirtucorazón,peroverdaderamentenuncahevisto

tucaraantes.Lamujercayósentadaalsuelo,y,cubriéndoselosojosconlasmanos,abriópaso

adesgarradoressollozosylamentos:—¡Quesigaelespectáculo!—GritóCanty—.¡Eh,Nan!¡Eh,Bet!¡Mozuelassin

modales!¿Estáisenpieenpresenciadelpríncipe?¡Derodillas,hezdemendigas,yhacedlereverencia!

Continuó esto con una grosera carcajada.Lasmuchachas empezaron a suplicartímidamenteporsuhermano,yNandijo:

—Déjaloqueseacueste,padre;quedescanse,yelsueñocurarásulocura.Hazlo,teloruego.

—¡Hazlo, padre! —Dijo Bet—; está más cansado que de ordinario. Mañanavolverá a ser él mismo, y mendigará con diligencia, y no volverá a casa con lasmanosvacías.

Estaobservaciónapagólajovialidaddelpadre,ylerecordóelnegocio.Volvióseenojadoalpríncipe,ydijo:

—Mañana tenemos que pagar dos peniques al dueño de este agujero, dospeniques, adviértelo, todo este dinero por medio año de renta, de lo contrariosaldremosfueradeaquí.Muestraloquehasreunidomendigando.

Elpríncipecontestó:—Nomeofendascontussórdidosasuntos.Tevuelvoadecirquesoyelhijodel

rey.Un recio golpe, de la ancha palma de Canty en el hombro del niño lomandó

tambaleándosealosbrazosdelabuenamujerdeCanty,quienloestrechócontrasuseno,ylodefendiódeunaviolentalluviadepuñetazosybofetadas,interponiendosupropia persona. Las asustadas muchachas se retiraron a su rincón, pero la abuelaavanzómuysolícitaparaasistira suhijo.Elpríncipeseseparóde la señoraCanty

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exclamando:—Nohasdepadecertúpormicausa,señora.Dejaqueesoscerdoshaganloque

quieranconmigosolo.Estaspalabrasencolerizaronaloscerdosatalgradoquepusieronmanosalaobra

sinpérdidadetiempo.Entreambosapalearonvigorosamentealniño,yluegodieronunagolpizaalasniñasyasumadreporhabermostradocompasióndelavíctima.

¡Ahora—dijoCanty—,alacamatodos!Ladiversiónmehafatigado.Apagóselavelayseacostólafamilia.Encuantolosronquidosdeljefedelacasa

ydesumadremostraronqueestabandormidos,lasmuchachassedeslizaronadondeyacía el príncipe y lo resguardaron tiernamente del frío con paja y andrajos; y sumadre también se deslizó hacia él, y le alisó el pelo, y lloró sobre él, mientrassusurraba en sus oídos entrecortadas palabras de consuelo y compasión. Habíaguardadoademásunbocadoparaquelocomiera,maslosdoloresdelniñolehabíanquitado todo apetito, por lo menos de mendrugos negros e insípidos. Estabaconmovido por la brava y costosa defensa que habían hecho de él, y por suconmiseración,ylediolasgraciasconpalabrasmuynoblesyprincipescasylerogóquesefueraadormirytratasedeolvidarsuspenas.Yañadióqueelrey,supadre,nodejaríasin recompensasu lealbenevolenciaydevoción.Este retornoasu«locura»desgarródenuevoelcorazóndeella,quelovolvióaestrecharunayotravezcontrasupecho,yluegosevolvióasucama,ahogadaenlágrimas.

MientrasyacíapensandoylamentándoseempezóadeslizarseensumentelaideadequeenaquelniñohabíaalgoindefinibledequecarecíaTomCanty,locoocuerdo.Nopodíadescribirlo,nopodíadecirexactamentequéera,y,sinembargo,suagudoinstintomaternalparecíadetectarloypercibirlo. ¿Ysi elniñono fuera,despuésdetodo, realmente su hijo? ¡Oh, absurdo! Casi sonrió ante esta idea, a pesar de suspesares y de sus problemas. Sin embargo, era una idea que no cedía, sino quepersistíaendominarla.Laperseguía,lahostigaba,seaferrabaaella,ysenegabaaserdesechada o ignorada. Por fin, percibió que no habría sosiego para ella hasta queideaseunapruebaquedemostrara claramentey sinduda si aquelmuchachoera suhijoono,yasídesvanecerestasfatigosasyatormentadorasdudas.¡Ah,sí!ésteerasencillamente el mejor camino para salir del problema, así que puso su mente atrabajar de inmediato para urdir la prueba. Pero eramuchomás fácil proponérseloqueconseguirlo.

Dio vueltas en su cabeza una tras otra a prometedoras pruebas pero se vioobligada a desecharlas todas: ninguna de ellas era completamente segura,absolutamente perfecta; y una imperfecta no podía satisfacerla. Evidentemente, serompíalacabezaenvano;eracasiseguroquetendríaquedejarelasunto.Mientraspasaba por su mente este deprimente pensamiento, su oído captó la respiraciónregulardelniño,ysupoquesehabíadormido.Ymientrasescuchabalarespiración

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acompasada,fueinterrumpidaporunlevegritodesobresalto,comoelqueseemiteenunsueñoperturbado.

Estesucesocasuallaarmóinstantáneamentedeunplanquevalíamásquetodassus maquinaciones combinadas. Al punto se puso febril pero silenciosamente, atrabajar, a encender de nuevo su vela, diciéndose: «Si entonces lo hubiera visto lohabríasabido.Desdeaqueldía,cuandoerapequeño,enquelapólvoraestallóensucara,nohasidosobresaltadodepronto,nidesussueñosnidesuspensamientos,sinllevarselasmanosalosojos,comolohizoaqueldía,ynocomoloharíanotros,conlas palmashacia dentro, sino siempre con las palmashacia fuera.Lohevisto cienveces,ynohavariadonuncanifalladonunca.¡Sí,prontolosabré,ahora!».

Para esto se había escurrido hacía el niño dormido con la vela tapada con lamano. Cuidadosamente, con cautela, se inclinó sobre él, casi sin respirar, en sureprimidaexcitación,ydeprontoleacercólaluzalacaraygolpeóelsueloconlosnudillosjuntoaloídodelniño.Losojosdeésteseabrieronasombrados,ydirigióunamiradaperplejaentorno,peronohizoningúnmovimientoespecialconsusmanos.

La pobre, mujer fue herida sin compasión por la sorpresa y el dolor, peroconsiguióocultarsusemocionesycalmaralniñohastadormirlodenuevo.Luegosedeslizóaparteyhablóconsigomisma,lastimosamente,sobreeldesastrosoresultadodesuexperimento.

TratabadecreerquelalocuradesuTomhabíadesaparecidosuhabitualademán,peronopodíaconseguirlo.

—No—sedijo—; susmanosnoestán locas, nopodríanhaberolvidadoen tanpocotiempounhábitotanviejo.¡Oh,esuntristedíaparamí!

Noobstante,laesperanzaeraahoratanpertinazcomoanteslohabíasidoladuda;nopodíaaceptarelveredictodelaprueba.Teníaqueintentarlodenuevo—elfracasodebehabersidosólounaccidente—.Asídespertóalniñounasegundayunaterceravez, a intervalos, con el mismo resultado que arrojó la primera prueba; luego searrastróhastasucamaysedurmióangustiada,diciendo:

—¡Peronopuedorenunciaraél,oh,no,nopuedo,nopuedo;debesermihijo!Habiendo cesado las interrupciones de la pobre madre, y habiendo perdido

gradualmente los dolores del príncipe su poder de perturbarlo, por fin la extremafatigacerrósusojosenunsueñoprofundoyreparador.Transcurrióhoratrashora,ysiguiódurmiendo comounbendito.Así pasaron cuatroo cincohoras.Entonces susoporempezóaaligerarse.Depronto,entredespiertoydormido,balbuceó:

—¡SirWilliam!Yalcabodeunmomento:—¡Hola, sirWilliamHerbert!Ven acá y escucha el sueñomás raro que… ¡Sir

William! ¿Escuchas? ¡Vaya!He soñado queme convertía enmendigo, y… ¡Hola!¡Guardias!¡SirWilliam!¡Cómo!¿Nohayaquíningúnayudadecámara?¡Ah!…Afe

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míaque…—¿Quéteaqueja?—preguntóunsusurrojuntoaél—.¿Aquiénllamas?—AsirWilliamHerbert.¿Quiénerestú?—¿Yo? ¿Quién habría de ser sino tu hermana Nan? ¡Ah, Tom! Se me había

olvidado. Estás todavía loco. ¡Podré niño! Estás todavía loco. ¡Que no hubieradespertado de nuevo para verlo! Pero te ruego que controles tu lengua, si no, nosmataránatodosagolpes.

El asustado príncipe se incorporó parcialmente de un salto, pero un filosorecuerdodesusdoloridosmiembroslohizovolverensíysehundiódenuevoenlasuciapajaconungemidoylaexclamación:

—¡Aydemí!¡Entoncesnoeraunsueño!En unmomento toda la grave pena y lamiseria que el sueño había desterrado

cayerondenuevasobreél,ycomprendióqueyanoeraunpríncipemimadoenunpalacio, con los adoradores ojos de una nación en él, sino un mendigo, un paria,vestido de harapos, prisionero en un antro digno solo de animales y viviendo conmendigosyladrones.

Enmediode sudolor cobróconcienciade alegres ruidoyvoces, en aparienciasólo,aunaodosmanzanasdedistancia.Almomentosesintieronvariosgolpesalapuerta;JuanCantycesóderoncarydijo:

—¿Quiénllama?¿Quéquieres?Unavozcontestó:—¿Sabes,sobrequiénhasdejadocaertugarrote?—No.Nilosénimeimporta.—Puede que pronto cambies de opinión, y si quieres salvar tu cuello, sólo

huyendopuedessalvarte.Enestemomentoelhombreestáentregandoelespíritu.¡Eselcura,elpadreAndrés!

—¡Diossanto!—exclamóCanty.Despertóasufamiliayordenoásperamente—:¡Arribatodosyhuyamos,oquedaosaquíamorir!

Apenascincominutosmás tarde la familiaCantyestabaen lacalle,yhuyendoparasalvarlavida.JuanCantyasíaalpríncipeporlamuñecaylohacíacorrerporeloscurocaminohaciéndoleenvozbajaestaadvertencia:

—¡Cuidadocontulengua,locoinsensato,ynodigasnuestronombre!Yotomaréun nombre nuevo, de inmediato, para engañar el olfato de los perros de la ley.¡Cuidadocontulengua,teloordeno!

Gruñóestaspalabrasalrestodelafamilia:—Siporcasualidadnosseparamos,quecadacualvayaalPuentedeLondres;el

que llegue hasta la última tienda de ropa del Puente, que espere allí a los demás,luegotodosjuntoshuiremosaSouthwark.

Enesemomentolapartidasalióderepentedelaoscuridadalaluz,ynosóloalaluz, sino al centro de unamultitudde gentes que cantaban, bailabany vociferaban

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apiñadasenelfrentedelrío.Habíaunahileradefogatasqueseextendíaporamboslados del Támesis hasta donde alcanzaba la vista. El Puente de Londres estabailuminado, lo mismo que el Puente de Southwark. Todo el río brillaba con losfulgores y el lustre de las luces de colores; y constantes estallidos de fuegosartificiales llenaban los cielos con una intrincadamezcla de esplendores y de unaespesa lluvia de chispas deslumbrantes que casi convertían la noche en día; pordoquiera,habíagruposdejuerguistas;todoLondresparecíaestarallí.

JuanCantylanzóunfuriosojuramentoyordenólaretirada,peroerademasiadotarde. Él y su tribu fueron devorados por aquella abigarrada colmena humana eirremediablementeseparadosunosdeotrosenuninstante.Noestamosconsiderandoalpríncipepartede la tribu;Cantyseguía reteniéndoloconelpuño.Elcorazóndelpríncipelatióaceleradoporlaesperanzadeescaparse.Unfornidobarquero,bastanteexcitadoporel licor,fueempujadorudamenteporCantyensuesfuerzoporabrirsepasoatravésdelamultitud;pusosuenormemanoenelhombrodeCantyydijo:

—¿Dóndetandeprisa,amigo?¿Corrompestualmaconasuntossórdidoscuandotodosloshombreslealesyfielesestándefiesta?

—Mis asuntos son míos; no te conciernen—respondió Canty ásperamente—.Quitalamanoydéjamepasar.

—Puesésaestuíndole,nopasaráshastaquehayasbebidoalasaluddelPríncipedeGales;yotelomando—dijoelbarquerocerrándoleresueltamenteelpaso.

—¡Damelacopa,pues,yapresúrate,apresúrate!Paraentoncessehabíadespertadoelinterésdeotrosjuerguistas,queexclamaron:—¡Lacopa,lacopa!Hacedqueelbribónmalgeniudobebaenlacopa,sino,lo

echaremosdepastoalospeces.Trajeronunaenormecopa;elbarquero,asiéndolaporunade susasasyconsu

otramanososteniendoelextremodeunaservilletaimaginaria;selopresentóaCantydemaneracumplidaytradicional.Estetuvoqueasirelasacontrariaconunadesusmanosyquitarlatapaconlaotra,conformealaantiguacostumbre,[6]locualdejóunsegundolasmanoslibresalpríncipe,desdeluego.Noperdióeltiempo,sinoquesesumergió entre el bosque de piernas que lo rodeaba y desapareció. Un momentodespuésnohabría sidomásdifícildehallar,bajoaquelagitadomardevida, si susoleadashubieransidolasdelAtlánticoyelniñounamonedaperdida.

Pronto sediocuentadeesto,yal instante seocupóde suspropiosasuntos, sinacordarsemás de JuanGanty. Se dio cuenta también de otra cosa, a saber, que unfingido Príncipe de Gales estaba siendo festejado por la ciudad, en su lugar.Fácilmente coligió que el niño mendigo, Tom Canty, se había aprovechadodeliberadamente de aquella estupenda oportunidad y se había convertido enusurpador.

Porconsiguiente,nopodíaseguirmásqueunrumbo:encontrarelcaminohaciael

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Ayuntamiento,darseaconocerydenunciaralimpostor.TambiénresolvióqueaTomse le debería conceder un tiempo razonable para la preparación de su ánima, ydespués ser colgado, arrastrado y descuartizado, conforme a la ley y el uso de laépoca,encasosdealtatraición.

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XIEnelAyuntamiento

Lafalúareal,seguidadesuespléndidaflotilla,seencaminómajestuosamenteporel Támesis abajo entre la maraña de botes iluminados. El aire estaba cargado demúsica; y las orillas del río tremolando por la alegría de las llamaradas; la lejanaciudad se tendía en el suave resplandor luminoso de sus incontables hoguerasinvisibles; por encima de ella se elevaban al cielo muchas esbeltas espirales,incrustadas de luces centelleantes, que en su lejanía parecían enjoyadas lanzasarrojadas a lo alto. A medida que navegaba la flotilla, era saludada desde lasmárgenes con un continuo clamor de vivas e incesantes centellas y truenos de laartillería.

ParaTomCanty,medioenterradoen sus almohadonesde seda, estos sonidosyeste espectáculo eran una maravilla inefablemente sublime y asombrosa. Para susamiguitas,queibanasulado,laprincesaIsabelyladyJuanaGrey,noerannada.

LlegadaaDowgate, la flotilla subióporel límpidoWalbrook,cuyocauce llevaahora dos siglos oculto a la vista bajo terrenos edificados, hacia Bucklersbury,dejando atrás casas y pasando bajo puentes llenos de juerguistas y brillantementeiluminados;porfinvinoadetenerseenunadársena,dondeestáahoraBargeYard,enelcentrodelaantiguaciudaddeLondres.Tomdesembarcó,yélysuvistosocortejocruzaron Cheapside, e hicieron un corto paseo entre la Judería Vieja y la calleBasinghall,hastaelAyuntamiento.

Tomysusdamitasfueronrecibidosconeldebidoceremonialporelalcaldeylosprincipales de la ciudad, con sus cadenas de oro y sus trajes de gala escarlata, yfueron conducidos bajo un rico dosel ceremonial situado en lo alto del gran salón,precedidos por heraldos haciendo la proclama, y por la Maza y la Espada de laCiudad. Los lores y las damas que habían de asistir a Tom y a sus dos pequeñasamigastomaronsulugardetrásdesussillascorrespondientes.

En una mesa más baja tomaron asiento los grandes de la corte, con otroshuéspedesdenoblecondición,y losmagnatesdelaciudad.Loscomunesocuparonsuslugaresenmultituddemesasenelpisoprincipaldelsalón.Desdesuaventajadolugar,losgigantesGogyMagog,antiguosguardianesdelaciudad,contemplabanelespectáculo conojos familiarizados con él desde tiempos inmemoriales.Seoyóuntoque de clarín y una proclama, y un despensero gordo apareció por la paredizquierda,seguidodesusayudantes,quellevabanconimpresionantesolemnidadunregiosolomillodebuey,humeanteydispuestoasertrinchado.

Despuésdelasoraciones,Tom,yainstruido,selevantó—yconéltodoslosallípresentes—ybebiódeunaportentosacopacon laprincesa Isabel; lapasó luegoa

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ladyJuanaGreyydespuéscirculóportodalaasamblea.Asícomenzóelbanquete.Amedianocheelfestínestabaensuapogeo.Luegovinounodeesospintorescos

espectáculos,tanadmiradosenaquellosantiguostiempos.Aúnexisteunadescripcióndeélenelsingularestilodeuncronistaquelopresenció:

«Habiéndoseleshechoespacio,prontoentraronunbarónyunconde,ataviadosalaturca,conlargosmantossalpicadosdeoro;sombreróndeterciopelocarmesí,congrandes vueltas de oro; ceñían dos espadas, llamadas cimitarras, pendientes degrandestahalíesdeoro.Veníandespuéstodavíaotrobarónyotroconde,conlargosropajes de raso amarillo con rayas de vasoblanco al través, y en cada lista blancatraían otra de raso carmesí, a la usanza rusa, con sombreros de piel blanca conmanchasnegras;cadaunodeellosllevabaunhachapequeñaenlamanoybotasconpicas—puntas de casi un pie de largo—, vueltas hacia arriba.Y después de ellosveníauncaballero,luegoellordgranalmirante,yconélcinconoblesconjubonesdeterciopelocarmesí,escotadospordetrásypordelantehastaelesternón,sujetosporelpuñoconcadenasdeplata;ysobreesto,capascortasderasocarmesíyenlascabezassombrerosalamaneradelosdanzantes,conplumadefaisán.Éstosibanvestidosalausanzaprusiana.Loshacheros,queerancercadeuncentenar,ibanderasocarmesíyverde, como moros, sus caras negras. Venía después un mommarye. Luego losministriles, disfrazados, bailaron; y lores y damas bailaron también tandesafinadamente,queeraunplacercontemplarlos».

YmientrasTom,ensuelevadoasiento,observabaestadesatinadadanza,absortoensuadmiracióndeladeslumbradoramezcladecolorescaleidoscópicosqueofrecíaelarremolinado torbellinodevistosas figuras,el andrajosoperoverdaderoPríncipede Gales proclamaba sus derechos y sus agravios, denunciando al impostor yclamando entrada ¡a las puertas del Ayuntamiento! La muchedumbre gozabaextraordinariamente con el episodio y se abalanzaba desnucándose para ver alpequeñoalborotador.Prontoempezaronaburlarseyamofarsedeélconelpropósitodeincitarloamásymayordivertidafuria.Lágrimasdetristezalesaltaronalosojosperosecontuvoyretóalaturbaregiamente.Siguieronotrasburlas,nuevasmofaslopunzaron,yexclamó:

—Osvuelvoadecir,hatodeperruchosindecentes,quesoyelPríncipedeGales;ytanabandonadoysolocomoestoy,sinnadiequedigaunapalabraamifavoromeayudeenminecesidad,aunasínomedespojaréisdemiderecho,quehedemantener.

—Aunqueseaspríncipeono,lomismoda;eresunchicogallardoynotefaltanamigos.Aquíestoyyoatuladoparaprobarlo.YtedigoquepeoramigopodríastenerqueMilesHendon, sincansar tuspiernasen labúsqueda.Descansa tu lengua,hijomío.Yohabloellenguajedeestasratasdecoladeracomomilenguanativa.

ElquehablabaeraunaespeciededonCésardeBazánporsutraje,suaspectoysuporte.Eraalto,delgadoymusculoso.Sujubónysuscalzaserandericogénero,

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pero marchitos y raídos, y su adorno de encaje estaba tristemente deslucido; sulechuguilla,estabaajadayestropeada;laplumadesusombreroalicaídoestabarotaytenía aspecto sucio y poco respetable.Al costado llevaba un largo estoque en unaoxidada vaina de hierro; su actitud fanfarrona lo delataba de inmediato como unespadachínencampaña.Laspalabrasde esta fantástica figura fueron recibidas conuna explosión de júbilo y risas.Algunos gritaron: «¡Es otro príncipe disfrazado!».«¡Cuidadoconloquehablas,amigo,parecequeespeligroso!».«Enverdadloparece:mirasusojos».«Separadeélalchico».«Alabrevaderodeloscaballosconél».

Instantáneamente,aimpulsosdeestafelizidea,unamanocayósobreelpríncipe;tan instantáneamente, la larga espada del desconocido estaba fuera, y el mediadorcayóalsuelograciasaunsonorogolpedeplano.Almomentogritarondocenasdevoces: «¡Matad al perro,matadlo,matadlo!», y la turba se cerró sobre el guerrero,quearrimólaespaldacontraunaparedyempezóagolpearaciegasconsulargaarmacomo un loco. Sus víctimas caían acá y allá, pero la chusma pasaba sobre losderribadosyseabalanzabaconindeclinablefuriacontraelcampeón.Losmomentosdeésteparecíancontados,sudesgraciacierta,cuando,depronto,sonóunatrompeta,unavozgritó:«¡Pasoalmensajerodel rey!»,yuna tropade jinetes llegócargandosobrelamultitud,queseapartódelpeligrotanrápidamentecomoselopermitieronlaspiernas.Elvalientedesconocidocargóalpríncipeensusbrazosyprontoestuvoalejadodelpeligroydelamultitud.

Volvamos al interior del Ayuntamiento. De pronto, por encima de la alegrealgazaradelafiesta,sedejóoírelrepiquedeunclarín.Alinstantesehizoelsilencio;luegosealzóunasolavoz—ladelmensajerodelpalacio—,elcualempezóacorreruna proclama, toda lamultitud en pie, atenta. Las últimas palabras, solemnementepronunciadas,fueron:

—¡Elreyhamuerto!Todos en la gran reunión doblaron da cabeza sobre el pecho de consuno;

permanecieronasíunosmomentos,enprofundosilencio; luegocayerona lavezderodillas, tendieron sus manos hacia Tom, y resonó un poderoso grito que pareciócimbrareledificio:

—¡Vivaelrey!LosasombradosojosdelpobreTomvagaronsobreestepasmosoespectáculo,y

finalmenteseposaronunmomento,comoensueños,sobrelasarrodilladasprincesasque tenía a su lado, y luego sobre el conde deHertford.Una resolución súbita semostróensurostro.Dijo,envozbaja,aloídodelordHertford:

—Respóndemeenverdad,portufeyportuhonor.Siyoaquídieraunaorden,lacualnadiesinounreytuvieraelprivilegioylaprerrogativadedar,¿seríaobedecidotalmandato,yningunohabríaquepudieradecirmequeno?

—Ninguno,miseñor,entodosestosdominios.Entupersonaresidelamajestad

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deInglaterra.Túereselrey;tupalabraesley.Tomrespondióenvozaltaygravemente,congrananimación:—Entoncessealaleydelrey,leydemisericordiadesdeestedía,ynuncamássea

leyde sangre.Levantaosymarchad. ¡A laTorre,ydecidqueel reydecretaqueelduquedeNorfolknodebemorir![7]

Estaspalabrasfueronalcanzadasycorrierondiligentementedebocaenbocaalolargo y ancho del salón, y cuando Hertford se apresuraba a salir resonó otroprodigiosogrito:

—¡Elreinadodelasangrehaterminado!¡VivaEduardo,reydeInglaterra!

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XIIElpríncipeysusalvador

Tan pronto Miles Hendon y el príncipe niño se vieron lejos de la turba, seencaminaronhaciaelríoporcallejuelasyveredasangostas.NohallaronobstáculoensucaminohastaquellegaroncercadelPuentedeLondres;peroentoncessetoparondenuevoconlamuchedumbre,sinhabersoltadoaúnHendonlamuñecadelpríncipe,es decir, del rey. Ya había trascendido la terrible noticia, que Eduardo supo a untiempopormilesdevoces:«Elreyhamuerto».Estanuevaestremecióelcorazóndelpobre niño abandonado y le hizo temblar de pies a cabeza. Comprendiendo laenormidadde supérdida, se sintió invadidopor amargodolor, porque el inflexibletirano que tanto terror ocasionaba a los demás había sido siempre dulce con él.Asomaronlaslágrimasasusojosyleborraronlavisióndetodoslosobjetos.Poruninstantesesintiólamásinfeliz,abandonadaydesamparadadelascriaturasdeDios.Despuésotrogritoestremeciólanocheenmuchasmillasalaredonda:«¡VivaelreyEduardoVI!»,yestohizocentellearlosojosdelniñoyleestremeciódeorgullohastalasyemasdelosdedos.

«¡Ah!—pensó—. ¡Quégrandeyqué extrañoparece! ¡Soy rey!».Nuestrosdosamigos se abrieron lentamente camino por entre la muchedumbre que llenaba elpuente.Estaconstrucción,queteníamásdeseiscientosañosdevidasinhaberdejadode ser un lugar bullicioso y muy poblado, era curiosísima, por que una hileracompletadetiendasyalmacenes,conhabitacionesparafamiliasencima,seextendíaaambosladosydeunaaotraorilladelrío.Elpuenteeraensímismounaespeciedeciudad, que tenía sus posadas, cervecerías, panaderías, mercados, industriasmanufactureras y hasta su iglesia. Miraba a los dos vecinos que ponía encomunicación—Londres y Southwark—, considerándolos buenos como suburbios,peroporlodemássinparticularimportancia.Eraunacomunidadcerrada,pordecirloasí, una ciudad estrecha con una sola calle de un quinto de milla de largo, y supoblación no era sino la población de una aldea. Todo el mundo en ella conocíaíntimamenteasusvecinos,comohabíatenidoantesconocimientodesuspadresydesusmadres, y conocía además todos suspequeños asuntos familiares.Contaba conunaaristocracia,porsupuesto,consusdistinguidasyviejasfamiliasdecarniceros,depanaderosyotrosporelestilo,queveníanocupandolasmismastiendasdesdehacíaquinientososeiscientosaños,ysabíanlagranhistoriadelpuentedesdeelprincipioalfin, con todas sus misteriosas leyendas. Eran familias que hablaban siempre enlenguaje del puente, tenían ideas propias del puente, mentían a boca llena y sintitubear,deunamaneraemanadade suvidaenelpuente.Eraaquellaunaclasedepoblación que había de ser por fuerza mezquina, ignorante y engreída. Los niños

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nacíanenelpuente,eraneducadosenél,enélllegabanaviejosy,finalmente,enélmoríansinhaberpuestolospiesenotrapartedelmundoquenofueraelPuentedeLondres. Aquella gente tenía que pensar, por razón natural, que la copiosa einterminable procesión que circulaba por su calle noche y día, con su confusaalgarabíadevocesygritos,susrelinchos,susbalidosysuahogadopatear,eralacasamás extraordinaria delmundo, y ellosmismos, en ciertomodo, los propietarios detodoaquello.Ytaleseran,enefecto—oporlomenoscomotalespodíanconsiderarsedesdesusventanas,yasílohacíanmediantesualquiler—,cadavezqueunreyounhéroequevolvía,dabaocasiónaalgunosfestejos,porquenohabíasitiocomoaquélparapodercontemplarsininterrupciónlascolumnasenmarcha.

Los hombres nacidos y educados en el puente encontraban la vida de un tedioinsoportableencualquierotrositio.Lahistorianosdicedeunodeestoshombresqueabandonóelpuentealossesentayunañosyseretiróalcampo;peronofuemásqueparaponersenerviosoydarvueltasenlacama;nopodíaconciliarelsueño,pueslaprofundacalma rústica erapenosa,horribleyopresiva.Cuandopor fin sehartódeella,volviócorriendoasuantiguolar,hechounespectro,demacradoyhuraño,ysedio sosegadamente al descanso y a los sueños agradables bajo la adormecedoramúsicade lasagitadasaguasyelestrépitoyelbullicioy laalgazaradelPuentedeLondres.

Eneltiempoalcualnosreferimos,elpuentesuministrabaasushijos«leccionesdecosas»enlahistoriainglesa,asaber,unaslívidasymediocorrompidascabezasdehombresfamosos,clavadasenpicasdehierroenelcentrodelantepechodelpuente.Masdejémonosdedigresiones.

LaguaridadeHendon estaba en la pequeñaposadadel puente.Al acercarse elcaballeroalaentradaconsuamiguito,dijounavozbronca:

—¡Ah!¿Hasaparecidoya?¡Novolverásaescaparte,yoteloaseguro!Comoelmachacarte los huesos hasta hacértelos papilla pueda enseñarte algo, no nos harásesperarotravez.

Aldecir esto, JuanCanty alargó lamanopara agarrar almuchacho,masMilesHendonseinterpuso,diciendo:

—No tanaprisa, amigo.Eres, a femía,demasiadobrusco.¿Qué tienesqueverconestemuchacho?

—Porsitunegocioesentrometerteenlosajenos,hededecirtequeesmihijo.—¡Esoesmentira!—exclamófuriosoelreyecito.—Biendices,ytecreo,hijomío,tantositieneslacabezasanacomosiestásloco.

Peroseaono tupadreesterufiándespreciable,da lomismo,nohade tenerteparapegarteyabusar,comohaamenazado,siprefierespermanecerconmigo.

—¡Sí,sí!Noloconozco.Loaborrezco,ymoriréantesdeirmeconél.—Entoncesestádecidido,nohaymásquedecir.

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—¡Esoya loveremos!—exclamóJuanCanty, tratandodepasarpor el ladodeHendonparaagarraralniño—.Porfuerza…

—Si te atreves a tocarlo, piltrafa con vida, te ensarto como a un pato—dijoHendoncerrándoleelpasoyllevandolamanoalpuñodelaespada.

AestoretrocedióCanty,yHendonsiguió:—Teprevengoquehe tomadobajomiprotecciónaestemuchachocuandouna

chusmade tucalañaqueríamaltratarloyacaso lohabríamatado.¿Imaginasque lovoyaentregarahoraaundestinopeor?Porquetantosieressupadrecomosino—yafemíacreoquemientes—,unamuertecondecoroyrápidaseríamuchomejorparaél que la vida en unasmanos tan rudas como las tuyas. Sigue, pues, tu camino, yluego, porque no me gusta decir palabras de balde, ya que no me es natural serpacienteconexceso.

JuanCantyseapartómurmurandoamenazasymaldiciones,ydesaparecióde lavista,tragadoporlamultitud.Handonsubiótrestramosdeescalerahastasucuartoencompañía del niño, después de ordenar que les sirvieran de comer. Era una pobrepieza,conunadestartaladacamayalgunosmueblesviejos,yalumbradavagamentepordosmoribundasvelas.Elreyniñosearrastróhasta lacamaysetendióenella,casiexhaustodehambreydefatiga.Habíaestadoenpiegranpartedeldíayde lanoche (entonces eran las dos o tres de la mañana), y no había comido nada.Soñoliento,balbució:

—Ruégotequemellamescuandoestépuestalamesa.—Ycayóinmediatamenteenprofundosueño.

VagóunasonrisaporlosojosdeHendon,quedijoparasí:—PorDiosqueestearrapiezoselemeteaunoencasayleusurpalacamacon

gracia y soltura tan naturales como si fuera el dueño, sin pedir permiso ni ofrecerexcusasninadaqueseleparezca.EnsusarrebatosdelocurasehallamadoPríncipedeGales, y lo cierto es que sostiene bravamente su carácter. ¡Pobre ratoncillo sinamigos!Sindudasumentesehadesequilibradoporlosmalostratos.Bien;puesyoseré su amigo.Yo lohe salvado,y algoenélmeatrae conharta fuerza.Sientoyacariño por este rapaz que sabe hablar tan bien. ¡Con quémarcial actitud ha hechofrentealasórdidaraleaylehadirigidosureto!¡Yquécaratanlinda,tandulceytangentil tiene, ahora que el sueño ha conjurado sus desazones y sus pesares! Yo leenseñaré,curandosuenfermedad.Sí;seré,suhermanomayor,ycuidarédeélyporélvelaré.Y los que quieranmancillarle omaltratarle ya pueden encargar lamortaja,porquelahabránmenester,aunqueporellomequemenvivo.

Inclinose sobre el muchacho, y tras contemplarlo con bondadoso y compasivointerés, lediounostiernosgolpecitosenlamejillay lealisó losenmarañadosrizosconlaenormeyatezadamano.Unescalofríorecorrióelcuerpodelniño,yHendondijoentredientes:

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—Hasidounatonteríadejarlodescansarahísintaparlo,yquesucuerpovayaapadecerdolores reumáticos. ¿Quéharé ahora?Si lo levantoy lometodentrode lacama,sedespertará;ytienemuchanecesidaddereposo.

Miróentornoenbuscadealgoconquécubrirlo;pero,nohallandonada,sequitóeljubónyenvolvióenélalmuchacho,diciendo:

—Comoestoyacostumbradoa losarañazosdelvientoyalpocoabrigo,nomeimportaráelfrío.

Ysepusoadarpaseosporel aposentoparamantenerencirculación la sangre,monologandocomosiempre:

—SutrastornadamentelepersuadedequeeselPríncipedeGales.Serácosararatener con nosotros a un Príncipe deGales ahora que el que era príncipe ya no espríncipe,sinorey.Porquesupobreespíritutieneuntemasolo,ynocomprenderáqueahoradebedejardeserpríncipeyllamarserey…Simipadreviveaún,despuésdeestos siete años en que no he sabido nada de mi casa, en mi calabozo en tierraextraña,acogerábienalpobreniñoypormiamor leconcederágenerosoalbergué.Lomismoharámibuenhermanomayor,Arturo.Miotrohermano,Hugo…Peroleromperé la crisma si se interpone, el muy zorro y desalmado. Sí. Hacia allá nosiremosysintampocoperdermomento.

Entróuncriadoconhumeantecomida,quedejósobrelamesitadepino,arrimólassillasypartió,dejandoqueunoshuéspedestanmodestossesirvieranasímismos.Cerroselapuerta,trasél,yelruidodelportazodespertóalniño,quedeunsaltosesentóen lacamay lanzóunaalegremiradaen torno.Luegoasurostroasomóunaexpresiónofendidaysuslabiosmusitaronconunprofundosuspiro:

—¡Ay,míserodemí!¡Noeramásqueunsueño!Luego reparó en el jubón de Miles Hendon, miró al dueño de la prenda,

comprendióelsacrificioquehabíahechoporél,yledijogentilmente:—Eresbuenoconmigo.Sí,muybuenoconmigo.Tomaestoypóntelo;yonolo

necesitarémás.Levantóseluegoyseacercóalaguamanildelrincón,dondesequedóesperando.

Hendonledijoconalegreacento:—Ahoravamosatomarunareconfortantesopayunbuenbocado,porquetodoes

sabrosoyestáapunto.Entreesoyelsueñoquehasechado,volverásaserotravezunhombrecito,yaverás.

El niño no contestó, sino que lanzó unamirada llena de grave sorpresa y concierto aire de impaciencia al imponente caballero de la espada. Hendon se quedóperplejoydijo:

—¿Quépasa?—Buenseñor,quisieralavarme.—¡Ah!¿Nadamáseso?NopidaspermisoaMilesHendonparanadade loque

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desees.Puedesservirteatusanchasdecuantolepertenece,conenteralibertad.Elniñosiguióquieto.Esmás,unaodosvecesdioconelpieunosgolpecitosde

impaciencia.Hendonsesintiódeltodoperplejo.Porfindijo:—Pero¿aquéesperas?—Teruegoqueecheselaguaynogastestantaspalabras.Hendon,reprimiendounacarcajadaydiciéndose:«¡Portodoslosdiablos,estoes

admirable!»,avanzóconvivezaycumpliólaordendelpequeñoinsolente.Luegoseapartó con una especie de estupefacción, hasta que lo despertó de ella una orden:«¡Pronto! ¡La toalla!». Cogió la toalla bajo las mismas narices del niño y se laentregó sinmás.Después procedió a reconfortarse con un lavatorio, y,mientras lohacía,suhijoadoptivosesentóalamesaysepreparóparacomer.VivamenteacabóHendon con sus abluciones, cogió la otra silla y se disponía a sentarse también,cuandoelniñoledijoindignado.

—¡ViveDios!¿Vasasentarteenpresenciadelrey?EstegolpesacudióaHendondearribaabajo.Dijoensuinterior:«Lalocurade

estepobreniñoestáalaalturadelostiempos.Hacambiadoconelgrancambioqueha sobrevenidoen el reino,y ahora se imagina ser el rey.Bueno; le seguiremoselhumor,yaquenohayotrocamino;novayaaserquememandealaTorre».

Ysatisfechodeestabroma,apartólasilladelamesa,sesituódetrásdelreyysedispusoaservirledelamaneramáscortesanadequeeracapaz.

Mientraselreycomíaseablandóunpocoelrigordesurealdignidad,yconsucrecientesatisfacciónexperimentóeldeseodehablar,ydijo:

—CreoquetellamasMilesHendon,sinoheoídomal.—Sí,señor—replicóMiles,quesedijoenseguida:«Paraseguirlavenadeeste

pobreniñolocodebollamarleseñorymajestad.Nodebo,hacerlascosasamedias,nidetenerme ante nada respecto al papel que represento, pues de lo contrario lorepresentarémalynoservirébienaestacaritativaybuenacausa».

Elreyseentonóconunsegundovasodevinoydijo:—Quisiera conocerte. Cuéntame tu historia. Tu, conducta es generosa y noble.

¿Hasnacidonoble?—Pertenecemosa lacolade lanobleza, señor.Mipadreesbaronet,unode los

pequeñoslores,porservicioscaballerescos.SellamasirRicardoHendon,deHendonHall,juntoaMonk'sHolm,enKent.

—Semehabíaidoelnombrédelamemoria.Sigue.Cuéntametuhistoria.—No es muy larga, señor, pero acaso a falta de cosa mejor pueda divertir a

Vuestra Majestad. Mi padre, sir Ricardo, es muy rico y de natural en extremogeneroso.Muriómimadre siendo yo niño; tengo dos hermanos:Arturo, elmayor,cuya alma es como la de su padre, y Hugo, menor que yo, que es un espíritumezquino,codicioso, traidor,vicioso,artero…un reptil.Así fuedesdesucuna;así

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eradiezañosha,cuandoloviporúltimavez:unbribóndediecinueveaños.Entoncesyo tenía veinte yArturo veintidós.No queda nadiemás demi familia, salvo ladyEdita,miprima,queentonces teníadieciséisaños.Erahermosa,gentilybuena.Eshijadeunconde,laúltimadesufamilia,yherederadeunagranfortunaydeuntítulocaducado.Mipadreera su tutor.Yo laamabayellameamabaamí,perocontrajonupciasconArturodesdelacuna,ysirRicardonoquisoconsentirqueserompieraelcontrato. Arturo quería a otra doncella y nos dijo que tuviéramos ánimo y noperdiéramoslaesperanzadequeeltiempoylasuerte,deconsumo,traeríanalgúndíaun feliz suceso a nuestra causa.Hugo codiciaba la haciendade ladyEdita, aunquefingíaamarle;perosiemprefuesuhábitodecirunacosaypensarotra.Mastodassusartesseperdieronconladoncella.Hugopudoengañaramipadre,peroanadiemás.Mipadrelequeríamásquealosotrosyconfiabaenélyenélcreía,porqueeraelhijomenorylosdemásloodiaban,cualidadestaquesiemprehasidoparteagranjearel amordeunpadre.Hugo teníaunhablar suaveypersuasivoyunadmirabledonparalamentira,yestassonprendasqueayudanmuchoadespertarunafectociego.Yoestabafurioso…podríairmásallá,ydecirquefuriosísimo,aunqueeraunafuriademasiadainocente,puestoqueanadiedañabasinoamí,nitrajovergüenzaanadienipérdidaalguna,nillevabaensíningúngermendecrimennidebajeza,nidenadaquenocorrespondieraaminoblecondición.

»Sinembargo,mihermanoHugosuposacarpartidodeestafuriamía,alverquelasaluddenuestrohermanoArturodistabamuchodeserbuena;porqueesperabaquesumuertepodríabeneficiarlesiyomequitaradeenmedio,porlocual…PeroésteseríauncuentomuylargoynovalelapenadereferirloaVuestraMajestad.Enpocaspalabras diré que mi hermano logró arteramente acrecentar mis defectos hastaconvertirlos en crímenes, y terminó su rastrera obra hallando en mi aposento unaescaladeseda—llevadaporélmismo—yconvenciendoamipadreconella,yconladeclaracióndecriadossobornadosydeotrosbellacos,dequeyomeproponíarobaraEditaytomarlapormujerconevidenteretoasuvoluntad».

»DijomipadrequetresañosdedestierrodemicasaydeInglaterrapodríanhacerde mí un soldado y un hombre, y enseñarme un algo de prudencia. Hice largaspruebas en las guerras continentales, en que supe en demasía lo que eran golpes,durasprivacionesyaventuras,peroenlaúltimabatallametomaronprisionero,yenlos siete años que han transcurrido desde entonces me he visto encerrado en uncalabozoen tierraextraña.A fuerzade ingenioydevalorconseguíporo finvermelibre,yhuíhaciaaquíenseguida;yahoraacabodellegarymeencuentropobrededineros y ropa, y más pobre todavía en conocimientos de lo que en estos sietetristísimos años ha acontecido enHendonHall y a su gente.Y con estomi pobrehistoriaquedareferidaaVuestraMajestad».

—Te han agraviado vergonzosamente—exclamó el reyecito con centelleantes

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ojos—;perayotevengaré.Porlacruztelojuro.Elreylohadicho.«¡Diosmío.Bravaimaginacióntiene!Afemíaquenoesunespírituvulgar,pues

silofuera,locoocuerdo,nopodríatejeruncuadrotanverosímilydeslumbranteytanfaltoderealidad. ¡Pobrecabecitaenferma!Notefaltaráunamigoyunamparomientras yome cuente entre los vivos.No te separaré nuncademi lado.Serásmifavoritoymicamarada.Ysecurará,sí.Volveráaversecurado,yentoncesganaráunnombreyyopodrédecirconorgullo:'Sí;esmío'.Yolorecogícuandoeraunpobrerapazsinhogar,peroviloquellevabadentroydijequealgúndíaseoiríahablardesunombre.Miradlo,observadlo.¿Teníayorazón?».

Elreyhablóconaireytonopensativos:—Mehassalvadodelainjuriaydelavergüenza.Acasohassalvadotambiénmi

vida, y con ello mi corona. Semejante servicio pide rica recompensa. Dime tusdeseos,ysiestándentrodelalcancedemipoderreal,losverássatisfechos.

EstafantásticadeclaraciónsacóaHendondesusmeditaciones.Sedisponíaadarlas gracias al rey y dejar a un lado el asunto, diciendo que no había hecho sinocumplir con sudeber y quenodeseaba recompensa alguna, cuando acudiendounaideamássensataasumente,lepidiólaveniadecallarseunosinstantesymeditarenla graciosa oferta, lo cual el rey aprobó gravemente, diciendo que era mejor noprecipitarseenasuntodetantaimportancia.

Milesreflexionóunosmomentosysedijo:«Sí,esoes.Porcualquierotromedioseríaimposibleconseguirlo.Y,enverdad,miexperienciadeestashoraspasadasmehaenseñadoqueseríahartotrabajosoeinconvenienteproseguircomohastaahora.Sí,lo propondré.Ha sidouna feliz casualidadquenohayadejadoperder la ocasión».Despuésdeestodoblóunarodillaydijo:

—Mimodesto servicio no ha traspasado el límite delmás simple deber de unvasallo,yporconsiguientenotieneningúnmérito.PeroyaqueVuestraMajestadsedignaconsiderarquemerecealguna recompensa,meatrevoahacerunapeticiónalefecto.Cercadecuatrocientosañosatrás,comoVuestraMajestadnoignora,estandoenemistados Juan, rey de Inglaterra, y el rey de Francia, se decretó que doscampeonescombatieranenlapalestraparaponertérminoaladisputaconloquesellamajuiciodeDios.Reunidoslosdosreyes,yelreydeEspañaparasertestigodeladisputa y juzgarla, apareció el campeón francés;mas era tan temible, que nuestroscaballerosinglesessenegaronamedirsusarmasconél.Asíelasunto,queeramuygrave,estuvoapuntoderesolversecontraelmonarcainglésporfaltadecampeón.EnlaTorresehallabalordDeCourcy,elmáspoderosobrazodeInglaterra,despojadodesus honores y posesiones, y consumiéndose en largo cautiverio. Apelose a él, queaccedióycomparecióarmadoparaelcombate;masnobiendivisóelfrancéssureciocuerpoyoyósufamosonombre,huyóaescape,ylacausadelreydeFranciaquedóperdida. El rey Juan devolvió a De Courcy sus títulos y posesiones, y le dijo:

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«Manifiéstametudeseoyloconseguirás,aunquemecuestelamitaddemireino».AloqueDeCourcy,dehinojoscomoyoestoyahora,contestó:«Pido,pues,solounacosa, señor mío, y es que yo y mis descendientes tengamos y conservemos elprivilegio de permanecer cubiertos en presencia del rey de Inglaterra mientras sutronoperdure».ConcedioselagraciacomoVuestraMajestadsabe;ycomoenestoscuatrocientosañosnohahabidonuncaunmomentoenquelafamiliahayacarecidodeherederos,hastaeldíadehoyeljefedelaantiguacasatieneaúnelsombrerooelyelmopuestoante lamajestaddel rey,sin impedimentoalguno,ynadiemáspuedehacerlo. Invocando este precedente en ayuda de mi ruego, suplico al rey que meconceda esta gracia y privilegio —para más que suficiente recompensa mía— yningunaotracosa,asaber:queyoymisherederosparasiemprepodamossentarnosenpresencia,deSuMajestadelreydeInglaterra.

Levantaos, sir Miles Hendon, caballero —dijo gravemente el rey dándole elespaldarazo con la espada de Hendon—. Levantaos y sentaos. Tu petición quedaconcedida.MientrassubsistaInglaterrayperdurelacorona,nocaducarátuprivilegio.

ApartoseSuMajestadmeditandoyHendon sedejócaer enuna silla junto a lamesa,diciéndose:

«Hasidounafeliz idea,quemehatraídoungranconsuelo,porqueteníayalaspiernasfatigadísimas.Siestonosemehubieraocurrido,acasohabríatenidoqueestarenpiesemanasenteras,hastaquesecureelsesomipobremuchacho».

Despuésdelocualprosiguiódiciéndose:«HemeaquíconvertidoencaballerodelReinodelosSueñosydelasSombras.Es

unasituaciónperegrinayextrañaenverdadparaunhombretanpositivocomoyo.Noquieroreírme,deningunamanera, ¡Diosme libre!,porqueesta,queparamíes tanfalto de substancia, es real para él. Y para mí en cierto modo tampoco es unafalsedad,porquereflejaverdaderamenteelespíritudulceygenerosodeestechico».Yterminó,despuésdeunapausa:«¡Ah!¡Simellamaraconmihermosotítulodelantedegentes! ¡Quésingularcontrasteentremigloriaymiporte!Peronome importa:llámemecomoquieraycomoleagrade,queyoestarécontento».

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XIIILadesaparicióndelpríncipe

Pronto invadió a ambos camaradas una pesada somnolencia. Dijo el rey,refiriéndoseasusvestidos:Quítameestosandrajos.

Hendondesnudóalniñosindisentir,niproferirunapalabra,loarropóenellechoymiróentomodelaposento,diciéndose,condolido:

«Mehavueltoaquitarlacamacomoantes…¿Quéhagoyoahora?».El reyecito observó su perplejidad y la disipó con unas palabras, diciendo

soñoliento:Túdormirásatravesadoenlapuertaylaguardarás.Y un momento después se habían desvanecido todas sus desazones en un

profundísimosueño.«Corazón sencillo; debería haber nacido noble —se dijo Hendon lleno de

admiración—.Representasupapelamaravilla».Ydespuéssetendióenelsueloaltravésdelapuerta,diciendoconcontento:—Peor lecho he tenido en estos siete años. Ponerle reparos a esto sería una

ingratitudparaEldearriba.Cayódormidocuandoapuntabaelalba,yhaciaelmediodíase levantó,destapó

conelmayorcuidadoasudormidopupiloyconunbramanteletomómedidas.ElreydespertóenelmomentodeterminarMilessuobra;quejosedefríoylepreguntóquéeraloqueestabahaciendo.

—Hechoestáya,señormío—contestóHendon—.Tengoquehacerfuera,peronotardaré en volver. Duérmete otra vez, que lo has menester. Déjame que te cubratambiénlacabeza.Asíentrarásmásprontoencalor.

AntesdeterminarHendonestaspalabraselreyestabadenuevoenelpaísdelossueños.Milessaliósinhacerruidoyvolvióaentrar,tambiéndepuntillas,alostreintaminutos,conuntrajedesegundamano,completo,deniño,detelabarataymostrandoseñalesdeuso,pero limpioyapropiadoa la estacióndel año.Sentoseyempezóaexaminarsucompra,diciéndoseentredientes:

—Una escarcelamejor provista habría comprado cosamejor, pero cuando ellaestámediovacía,debeunocontentarseconloquehay…

Vivíaennuestraciudadunamujer…Ennuestraciudadellamoraba.

«Parecequesehamovido…Tendréquecantarenclaveno tanalta.Noestaríabienturbarsusueñoconlajornadaqueleespera,pobremuchacho…Estaprendaestábastante bien…Con una puntada aquí y otra allá, quedará adecuada. Esta otra es

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mejor,sibiennolevendránmaltampocounascuantaspuntadas.Estoszapatosestándemuybuenuso,yconellostendrálospiececitossecosycalientes.Soncosanuevaparaél,puessindudaestáacostumbradoairdescalzo,lomismoenlosveranosqueenlosinviernos…¡Ojaláqueelhilofuerapan!¡Concuánpocodinerosecompralonecesarioparaunaño!Yademás,ledanaunodebaldeunaagujatanbravaygrandecomoéstasoloporcaridad.Ahoramevaacostarundemonioenhebrarla».

Yasí fue.Comohanhechosiempre loshombres,ycomoharánprobablementehasta el final de los tiempos, Hendonmantuvo la aguja quieta y trató de pasar lahebraporsuojo,esdecir,alrevésdecomolohacenlasmujeres.Unayotravezelhilo erró el blanco, pasando ora a un lado de la aguja, ora al otro, y en ocasionesdoblándose; pero era paciente, puesmás de una vez en su vida de campaña habíaexperimentadodificultadessemejantes.Porfinenhebrólaaguja,tomólaprendaqueleestabaesperando,selapusosobrelasrodillasyempezósutrabajo.

—La posada está pagada, incluyendo el desayuno que ha de venir, y aún mequeda lo bastante para comprar un par de burros y sufragar nuestros dispendiosmenudos en los dos o tres días que han de mediar hasta que lleguemos a laabundanciaquenosesperaenHendonHall.

Queamabaasuma…

—¡Caramba! Me he clavado la aguja en la uña… No importa. Esto no esnovedad,peronomehacegraciatampoco…Allíestaremosmuyalegres,pequeño,nolodudes;tustrastornosdesapareceránytudestemplanzalomismo.

Queamabaasumaridoconpasión,Masotrohombre…

—¡Éstassíquesonunaspuntadasmagníficas!—Exclamólevantandoelvestidoycontemplándolo con admiración—. Tienen una grandeza y unamajestad, que a suladoesaspobrespuntaditasdelsastresonmiserablesyplebeyas.

Queamabaasumaridoconpasión,Masotrohombre…

—¡Ea!Yaestá.Esuntrabajodeprimera,yhechoconsobradarapidez.Ahoravoya despertarlo, lo vestiré, le echaré agua, le daré de comer, nos iremos almercadojunto a laposadadelTabardodeSouthwark, y…Dignaos levantaros, señor…¡Noresponde! ¿Qué es esto? No tendré más remedio que profanar su sagrado cuerpotocándolo,puestoquesusueñoessordoamispalabras.¡Qué!

Jalólasmantas.Elniñohabíadesaparecido.El soldado miró un momento a su alrededor sin que su asombro pudiera

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expresarseenpalabras.Porprimeravezobservóquetambiénfaltabanlasandrajosasropas de su pupilo, y entonces empezó a echar juramentos y a llamar furioso alposadero.

—¡Habla, aborto de Satanás, o es llegada tu última hora!—Rugió el soldado,dando tan salvaje salto hacia el mozo, que éste perdió unos instantes el habla, deespantoysorpresa—.¿Dóndeestáelmuchacho?

Conentrecortadasytemblorosaspalabrasdioelcriadola informaciónquesé lepedía.

—Apenas habías salido de aquí, señor, cuando llegó unmozalbete corriendo ydijoquevuestravoluntaderaqueelmuchachofueraareunirseconvosenelextremodelpuente,porelladodeSouthwark.Yolotrajeaquí,ycuandodespertóelniñoyledi el recado, gruñó un poco, porque lo despertaban «tan temprano», como él dijo,pero al punto se puso sus harapos y se fue con elmozalbete, diciendo quemejorhabría sido que vos hubierais venido en persona en vez de enviar a un extraño; yasí…

¡Y así que eres un imbécil, un necio incapaz! ¡Maldita sea toda tu casta! Peroacaso no haya en ello nadamajo. Quizá no se proponen hacerle daño. Voy en subusca. Prepara la mesa. ¡Espérate! Las ropas de la cama estaban puestas como sitaparanaalguien.¿Hasidocasualidad?

Nolosé,señor.Yohevistoqueelmozalbeteandabaremoviéndolas;quierodecir,elquehavenidoporelniño.

—¡Truenos y centellas! Lo han hecho para engañarme, está claro que seproponíanganartiempo.Escucha.¿Veníasoloelmozalbete?

—Completamentesolo,señor.—¿Estásseguro?—Segurísimo.—Piénsalobien.Hazmemoria.Tómaloconcalma.Despuésdeunmomentodemeditar,dijoelcriado:—Cuandollegónoveníanadieconél;peroahorarecuerdoquealsalirlosdosy

meterseentrelamuchedumbredelpuente,unhombremalencaradohasalidodeunsitiocercano,ycuandoseuníanaellos…

—¡Ydespuésqué!¡Sacafueraloquesabes!—estallólaimpacienciadeHendoninterrumpiéndole.

—En aquelmomento se confundieron entre la gente y desaparecieron, y no vimásporquemellamóelamo,queestabafuriosoporqueselehabíaolvidadolacarneencargadaporelescribano;aunqueyotomoatodoslossantosportestigosdequeelreñirmeporelolvidofueracomollevarajuiciounniñoantesdenacer,porpecadoscome…

—¡Quítatedemivista,idiota!¡Tussandecesmevuelvenloco!¡Espera!¿Adónde

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vas?¿Nopuedesaguardaruninstante?¿SefueronhaciaSouthwark?—Así es, señor.Porque, comohedicho antes respectode esamaldita carne, el

niñoquenohanacidonotienemásculpaque…—¿Aúnestásaquí?¿Ycharlandotodavía?¡Vete,sinoquieresqueteestrangule!Elservidordesapareció.Hendonsaliótrasél,pasóporsuladoybajólaescalera

dedosendospeldañosrefunfuñando:—Ha sido ese maldito villano que pretendía ser su padre. ¡Te he perdido,

pobrecillo!Esunpensamientomuyamargo.¡Tantocomohabíallegadoyaaquererte!¡No!¡Porvidadelinfierno,noteheperdido!Noteheperdido,porqueregistrarétodoelpaíshastaquevuelvaaencontrarte. ¡Pobreniño!Alláquedasudesayuno…yelmío,peroyanotengohambre:así,queselocomanlosratones.¡Aprisa,aprisa,esoes!

Mientras rápidamente se abría paso por entre la ruidosa muchedumbre quellenaba el puente, se dijo varias veces, aferrándose a esa idea como si fueraespecialmenteplacentera:

—Hagruñido,peroseha ido…Seha ido, sí,porquehacreídoquese lopedíaMilesHendon…¡Pobremuchacho!¡Nolohabríahechoporotro,losémuybien!

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XIV¡ElReyhaMuerto!¡VivaelRey!

Alromperelalbaaquellamismamañana,TomCantyseestremecióalsalirdeunprofundo sueño y abrió los ojos en la oscuridad. Permaneció en silencio unosinstantes, tratando de analizar sus confusos pensamientos e impresiones, y deponerlosenorden;deprontoestallóconvozarrebatada,perosofocada:

—Loveoclaro,loveoclaro.LoadoseaDios,queporfinestoydespierto.¡Ven,alegría!¡Huye,pesar!¡Hola,Nan!¡Bet!Sacudidlapajayvenidamiladoparaquehaga penetrar en vuestros incrédulos oídos el sueñomás insólito que han evocadojamáslosespíritusdelanocheparadejarpasmadaelalmadeunhombre.¡Hola,Nan!¡Digo!¡Bet!

Unavagaformaaparecióasuladoyunavozledijo:—¿Tedignasdarmetusórdenes?—¡Misórdenes!¡Ah,Diosmío!Conozcotuvoz.Habla.¿Quiénsoyyo?—¿Tú? A fe mía que anoche eras el Príncipe de Gales; hoy eres su graciosa

Majestad,elreyEduardodeInglaterra.Tomenterrólacabezaenlaalmohadaydijoconvozplañidera:—¡Ay demí!No era un sueño.Ve a descansar, buen señor, y déjame conmis

penas.DurmióseTomdenuevo,yalcabodeun rato tuvoesteagradablesueño.Soñó

que era verano y que estaba jugando en la hermosa pradera llamada Goodman'sFields,cuandounenanodesólounpiedeestatura,conlargasbarbasrojasyenormejoroba,seleapareciódeprontoyledijo:—Cavajuntoaestetronco—.Hízoloasíyseencontródocepeniquesnuevosyrelucientes,unariquezaasombrosa.Peronofueestolomejor,porqueelenanoledijo:

—Te conozco. Eres un muchacho bueno y todo lo mereces. Terminaron tusdesazones,porquehallegadolahoradeturecompensa.Cavaaquícadasietedíasysiempre encontrarás elmismo tesoro: doce peniques nuevos y brillantes. No se lodigasanadieyguardaelsecreto.

Cuandodesaparecióelenano,TomvolóaOffalCourtconsupremio,diciéndose:—Cadanochedaréunpeniqueamipadre.Élcreeráquemelohandadodelimosna,sealegrará sucorazónynomepegarámás.Cadasemanadaréunpeniquealbuensacerdote que me enseñó cuanto sé; y para mi madre, Bet y Nan, serán los otrascuatro.Seacabaronelhambreylosharapos,seacabaronlostemores,losapurosylosmalostratos.

Ensueñosllegóasusórdidohogar,respirandoapenas,peroconlosojosbrillantesdeagradecidoentusiasmo.Echócuatropeniquesenelregazodesumadreyexclamó:

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—Sonparatitodosellos.ParatiyparaNanyBet.Yloheganadohonradamente,nomendigandonirobando.

Ladichosayasombradamadreloestrechócontrasucorazónyexclamó:—Sehacetarde.¿LeplaceráaVuestraMajestadlevantarse?¡Ah!NoeraéstalarespuestaqueTomesperaba.Estabadespierto.Abriólosojosyvioarrodilladojuntoasulechoalprimerlord

de la cámara, ricamente vestido. La belleza del sueño desvaneciose y el pobremuchachoconocióqueeracautivoyrey.Laestanciaestaballenadecortesanosconcapasdepúrpura—elcolorde luto—ydenobles servidoresdelmonarca.Tomsesentóenlacama,yporentrelasgruesascortinasdesedamirótanselectacompañía.

Comenzó el grave asunto del vestirse, y un cortesano tras otro fueronarrodillándose para rendir homenaje y, ofrecer al niño rey su pésame por lairreparablepérdida,mientrasseguíanvistiéndole.Alprincipioélprimerescuderodelservicio tomó una camisa, que pasó al primer lord de las jaurías, quien la pasó alguardamayor del bosque deWindsor, quien la pasó al tercer lacayo de la Estola,quien la pasó al canciller real del ducado de Lancaster, quien la pasó al jefe delguardarropa,quienlapasóaunodelosheraldos,quienlapasóalcondestabledelaTorre,quienlapasóalmayordomojefedeservicio,quienlapasóalgranmantelerohereditario, quien la pasó al lord gran almirante de Inglaterra, quien la pasó alarzobispodeCanterbury,quienlapasóalprimerlorddelacámara,elcualtomóloquequedabadeellayselopusoaTom.¡Pobremuchachito!laescenalerecordólacuerdadecubosenunincendio.

Cada prenda a su turno tuvo que pasar por este lento y solemne camino, y,consecuentemente,Tomseaburriódelolindoconlaceremonia.Tantoseaburrió,queexperimentócasiunsentimientodegratitudcuandoalfinvioquesuslargasmediasdesedacomenzabanallegaralolargodeaquellafila,ysedijo,queseaproximabaelfindeesteceremonial.Perosealegródemasiado,pronto.ElprimerlorddelacámararecibiólasmediasysedisponíaacubrirconellaslaspiernasdeTom,cuandoasomóa su rostro un rubor repentino y apresuradamente las devolvió a las manos delarzobispodeCanterbury,conexpresióndeasombro,ysusurró:—Mirad,milord—señalandoalgorelacionadoconlasmedias.Elarzobispopalideció,sepusocoloradoypasólasmediasallordgranalmirante,cuchicheando—:Vea,milord—.Lasmediasvolvierona recorrer toda la fila,pasandopor elprimermayordomodel servicio, elcondestabledelaTorre,unodelostresheraldos,eljefedelguardarropa,elcancillerreal del ducado de Lancaster, el tercer lacayo de la Estola, el guarda mayor delbosquedeWindsor,elsegundocaballerodecámara,elprimerlorddelasjaurías—siempre con el acompañamiento de la frase de asombro y susto—:Ved,milord—,hastaquefinalmentellegaronamanosdelprimerescuderodelservicio,quienmiróun momento con desencajado semblante lo que había dado origen al incidente y

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susurróconbroncavoz:—¡Pormivida!¡Sehaescapadounpunto!¡AlaTorreconelcustodiomayordelasmediasdelrey!—Despuésdelocualseapoyóenelhombrodelprimerlorddelasjauríaspararecobrarlasperdidasfuerzas,mientrastraíanotrasmediasnuevassincarreraninguna.

Perotodasestascosashabíandetenerunfin,yasí,coneltiempo,TomCantysehallóenestadodesaltardelacama.Elfuncionariodestinadoalefectoechóelagua,el funcionario destinado al efecto dirigió la operación, el elevado funcionariodestinado al efecto apercibió una toalla, y al caboTompasó sin detrimento por laetapapurificadorayquedólistopararecibirlosserviciosdelpeluqueroreal.Cuando,por fin, salió de lasmanos de estemaestro, ofrecía una graciosa figura, tan lindacomoladeunadoncella,consucapaysutrusaderasopúrpuraysugorraconplumadelmismo color. Se dirigió con todapompa al aposento del desayuno, pasando enmediódesuséquitodecortesanos,yasutránsitoéstosretrocedíanabriendocalleydoblabanlarodilla.

Después del desayuno fue conducido con regia pompa y acompañado de losgrandes dignatarios y de su guardia de cincuenta caballeros pensionistas, quellevabanhachasdecombatedoradas,alsalóndeltrono,dondecomenzóadespacharlosnegociosdeEstado.Su«tío»lordHertford,sepusojuntoaltronoparaayudarconbuenosconsejosa lamente regia.Comparecieronelcuerpode los ilustrespróceresnombrados albaceaspor el fenecido rey,parapedir la aprobacióndeToma ciertosactos, más bien por ceremonia, si bien no lo era enteramente, puesto que aún noexistíaProtector.El arzobispodeCanterburydio cuentadel decretodel consejodealbaceasreferentealasexequiasdesudifuntamajestadyterminóporleerlasfirmasde losalbaceas, a saber: el arzobispodeCanterbury,el lordcancillerde Inglaterra,Guillermo lord St. John, Juan lord Russell, Eduardo conde de Hertford, JuanvizcondedeLisle,Cuthbert,obispodeDurham…

Tomnoprestabaatención,puesunade lasprimerascláusulasdeldocumento leteníaperplejo.Enestepunto,dijoenvozbajaalordHertford:

—¿Quédíahandichoquefijabanparaelentierro?—El16delmesqueviene,majestad.—¡Quélocura!¿Seconservará?¡Pobre muchacho! Aún era novato en las costumbres de la realeza y estaba

acostumbradoaverquealaspobresmuertosdeOffalCourtlosenterrabanconunaprisamuydistinta.Sinembargo,lordHertfordlotranquilizóconunaspalabras.

UnsecretariodeEstadopresentóunaordendelconsejoseñalandoeldíasiguientealasoncedelamañanaparalarecepcióndelosembajadoresextranjeros,ysolicitóelasentimientodelrey.

TomdirigióunamiradainterrogadoraaHertford,quienmurmuró:—VuestraMajestaddebedarsuconsentimiento.Vienenamanifestareldolorde

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susrealesamosporlagrandesgraciaquehacaídosobreVuestraMajestadysobreelreinodeInglaterra.

HizoTomloquelepedían.Otrosecretariodeatadoempezóaleerunpreámbuloconcernientealosgastosde

lacasadeldifuntorey,quehabíanascendidoaveintiochomillibrasdurantelosseismesesanteriores;cantidadtangrandequedejóaTomestupefacto;yaúnmáscuandose enteródequeveintemil libras estabanaúnpendientesdepago,y lomismo fuecuandoaparecióquelasarcasdelreyestabanapuntodequedarsevacíasysusmildoscientoscriadosenapurosporlafaltadepagodelossalariosquelesdebían.Tomdijoconvivotemor:

—Es evidente que iremos a lamiseria.Es necesario y pertinente que tomemosuna casamás pequeña y despidamos a los criados, ya que no sirvenmás que paraocasionarretrasosyparamolestarleaunoconmemorialesqueconturbanelespírituyavergüenzanelalma,puessólosonapropósitoparaunamuñecasincabezanimanos,oquenosepaservirsedeellas.AhorameacuerdodeunacasitaquehayfrentealapescaderíaenBillingsgate…

Una fuerte presión en el brazo de Tom interrumpió sus palabras y le hizosonrojarse,peroningunodelospresentesdiomuestrasdehabersefijadoenelextrañodiscursodelmonarca.

UnsecretariodiocuentadequeenatenciónaqueeldifuntoreyhabíadispuestoensutestamentoqueseotorgaraeltítulodeduquealcondedeHertfordyseelevaraasuhermano, sirThomasSeymour, a la dignidaddepar, y al hijo deHertford a uncondado, junto con parecidasmercedes a otros grandes servidores de la corona, elconsejohabíaresueltocelebrarsesiónel16defebreroparalaentregayconfirmacióndetaleshonores,yqueentretanto,nohabiendodesignadoeldifuntoreyporescritosumas convenientes para el sostenimiento de tales dignidades, el Consejo, queconocía sus deseos particulares a este respecto, había creído conveniente otorgar aSeymour «quinientas libras de tierra», al hijo de Hertford «ochocientos libras detierra», con más de «trescientas libras de tierras del primer obispado que quedaravacante»,siaelloaccedíaSuMajestadreinante.

IbaTomadeciralgoreferentea laconvenienciadeempezarporelpagode lasdeudas del difunto rey antes de despilfarrar todo aquel dinero, pero un oportunoapretóndelprevisorHertfordensubrazoleevitótallocura;yelniñodiosuasensorealsincomentarioalguno,masnosinciertodisgustoquemostrósurostro.Mientrasreflexionaba sobre la facilidad con que estaba haciendo milagros extraños ysorprendentes, cruzó por su cabeza una idea feliz. Porque no hacer a su madreduquesa deOffal Court y darle Estado. Pero almomento borró esta idea un tristepensamiento. Él no era más que, rey de nombre, pues aquellos graves veteranosgrandesnobleseransusamos.Comoparaellossumadrenoerasinocreacióndeuna

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mente enferma, no harían más que escuchar su proyecto con incredulidad y enseguidamandaríanporelmédico.

Tediosamente prosiguió el aburrido trabajo. Leyéronle memoriales, proclamas,patentesytodaclasedepapelesfatigosos,formulistasycancillerescos,relativosalosnegociospúblicos;yporfinTomsuspirópatéticamentediciéndose:

—¿QuéofensahabrécometidoparaqueDiosmehayaprivadodelacampiña,delairelibreydelaluzdelsolparaencerrarmeaquíyhacermereyyafligirmedeestasuerte?

Porfinsupobrementeembrolladahizoquecabeceara,einclinólacabezasobreunhombro.Y losnegociosdel reinoquedaronsuspendidospor faltadeunaugustofactor,elpoderderatificación.Sobrevinoelsilencioentornodeldormidoniñoylossabiosdelreinocesaronensusdeliberaciones.

Durante el mediodía, Tom pasó unas horas deliciosas, previa la venia de suscustodiosHertfordySt. John,encompañíade laprincesa Isabely lapequeña ladyJuanaGrey, aunque el ánimode ambas estaba harto abatido por el gran golpe quehabíacaídosobre lacasareal.Alfinalde lavisita,su«hermanamayor»—quefuedespués la «María la Sanguinaria» de la historia— le dejó frío con una solemneentrevistaqueno tuvosinounméritoa losojosdelniño:subrevedad.PermanecióTomunosmomentossoloyluegofueadmitidoasupresenciaunniñodeunosdoceaños,cuyovestido,salvolablancagorgueraylosencajesdelasmuñecas,eranegro;justillo,mediasytodolodemás.Nollevabaotraseñaldelutoqueunlazodecintamoradaenelhombro.Elniñoavanzótitubeando,conlacabezainclinadaydesnuda,ehincóunarodilladelantedeTom.Éstelocontemplóunmomentoydespuésledijo:

—Levántate,muchacho.¿Quiéneresyquédeseas?Levantóse el niño con graciosa soltura, pero con expresión atemorizada en el

semblante,ydijo:—Concertezadebesrecordarme,señor.Soytu«niñodeazotes».—¿Miniñodeazotes?—Elmismo, señor. SoyHumphrey…HumphreyMarlow.Apercibiose Tom de

que éste era alguno sobre el que sus guardianes deberían haberle informado. Lasituación era delicada. ¿Qué haría? Dar a entender que conocía a aquel chico, ydespuésdemostraralasprimeraspalabrasquenolohabíavistonuncaantes.No;estonopodía suceder.Ensuayudavinouna idea.Trancescomoaquélpodíanocurrirleconbastantefrecuencia,cuandolaurgenciadelosnegociosseparara,comoamenudosepararía, de su lado a Hertford y a St. John, que eran miembros del consejo dealbaceas.Porconsiguiente,acasoconvendríaidearporsímismounplanparahacerfrenteatalescontingencias.Sí;seríaunasabiaidea.Haríalapruebaconaquelniñoyveríahastaquépuntopodíasalirairoso.Así,sepasólamanoporlafrenteconactituddeperplejidad,ydijo:

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—Ahorameparecerecordarte,peromicabezaestátantrastornadaporeldolor…—¡Ah, mi pobre señor! —exclamó el «niño de azotes» con verdadero

sentimiento. Y añadió para sí—: ¡Pobrecito! Era verdad lo que decían, que se havuelto loco. Pero infeliz de mí, que ya se me olvidaba. Me han dicho que estáprohibidoaparentarquesehadadounocuentadeello.

—Es extraño cómo me falla la memoria estos días—dijo Tom—. Pero no tepreocupes… Ya me voy corrigiendo. A veces un indicio cualquiera basta pararecordarmelascosasylosnombresquesemehabíanolvidado.(Ynosóloésos,afemía, sino hasta los que no he oído nunca… como verá este chico). Despacha tuasunto.

—Es cosa de poca monta, señor, pero lo mencionaré si Vuestra Majestad mepermite.Dosdíasha,cuandoVuestraMajestadseequivocótresvecesengriego…enlaleccióndelamañana…¿Recuerda?

—Sí;meparecequesí.(Ynomientomucho…Siyomehubierametidoconelgriegonohabríacometidotresfaltas,sinocuarenta).Sí,sí,ahorarecuerdo.

—Elprofesor,airadoporloquellamabavuestraincuriaydejadez,prometióquemeazotaríadefirmeporellas,y…

—¿Azotarteati?—ExclamóTomasombradohastaperderlapresenciadeánimo—.¿Porquétehandeazotaratiporfaltasmías?

—¡Ah! Vuestra Majestad olvida otra vez. Siempre me azotan cuando VuestraMajestadnosabelalección.

—Cierto,cierto.Semeolvidaba.Túmeenseñasenprivado…ysisemeolvida,éldicequeejercestuoficiomal…

—¡Oh, mi señor! ¿Qué palabras son ésas? ¿Yo, el más humilde de vuestroscriados,podríapresumirdeenseñarosavos?

—¿Entoncesqué tepueden reprochar?¿Quéenigmaeséste?¿Mehevueltoyoloco,oellocoerestú?Cuéntame,expláyate.

—Pero, su buena Majestad, nada hay que necesite explicación. Nadie puedeponer sus manos en la sagrada persona del Príncipe de Gales; por consiguiente,cuandoélfalla,losgolpesmelosllevoyo,yesoeslojustoyloconveniente,porqueésteesmioficioymimaneradevivir.[8]

Tomsequedómirandoalmuchachoydiciéndose:«Ésta es cosa peregrina, una extraña y curiosa profesión.Memaravilla que no

hayan contratado a un muchacho para que se peine y se vista por mí—¡ojalá lohicieran!— Si lo hicieran sería capaz de llevarme los azotes en persona, y daríagraciasaDiosporelcambio».

Yprosiguióenvozalta:—¿Ytehanpegado,pobreamigo,conformealapromesa?—No, señor. Mi castigo fue señalado para el día de hoy, y por fortuna será

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levantado,pornoserpropiodelosdíasdelutoquehancaídosobrenosotros.Yolosé, y por esome he atrevido a venir para recordar aVuestraMajestad su graciosapromesadeintercederenmifavor.

—¿Conelmaestro,parasalvartedelosazotes?—¡Ah!¿LorecuerdaVuestraMajestad?—Yavesquemimemoriaseenmienda.Tranquilízate,queyocuidarédequetu

espaldaquedelibredelcastigo.¡Oh!¡Gracias,mibuenseñor!—exclamóelniñohincandodenuevolarodilla—.

Talvezheidodemasiadolejos,yno,obstante…AlverqueHumphreyvacilaba,Tomloanimódiciéndolequeestaba«envenade

gracias».—Entonceslodiré,porqueelloestámuycercademicorazón.Puestoquenosois

yaPríncipedeGales,sinorey,podréisordenarlostodocomoqueráis,sinquenadieosdigaqueno.Porlotanto,noesrazónqueosincomodéismástiempoconaburridosestudios, sino que queméis los libros y ocupéis vuestro espíritu en cosas menostediosas.Peroasíyoquedaréarruinado,ymispobreshermanashuérfanasconmigo.

¿Arruinado?Porfavor,dimecómo.—Misespaldassonmipan,mibuenseñor.Siquedanociosas,morirédehambre.

Si vos cesáis de estudiar, habré perdido mi empleo, pues no necesitaréis niño deazotes.¡Nomedespidáis!

Esta patética angustia conmovió a Tom profundamente. Con regio arranque degenerosidaddijo:

—No te desconsueles más, muchacho. Tu oficio será permanente en ti y tuespecialidadtuyasiempre.

Luego dio al niño un golpecito en el hombro con lo plano de la espada,exclamando:

—Levántate,HumphreyMarlow,GranNiñodeazotesHereditariodelacasarealdeInglaterra.Borratuspesares.Yovolveréamislibrosyestudiarétanmal,queenjusticia tendránque triplicarteelsalario: ¡de talmaneraaumentaráelnegociode tuoficio!

ElagradecidoHumphreyrespondiófervorosamente.—¡Gracias,tú,elmásnobledelosseñores!Tugenerosidaddepríncipesobrepuja

alossueñosdelafortuna.Ahoraseréfelizporelrestodemisdías,ytodalacasadeMarlowdespuésdemí.

ComoTomteníabastanteingenioparacomprenderqueeraunmuchachoquelepodríaserútil,animóaHumphreyaquesiguierahablando,yelchiconosehizodemucho rogar, pues estaba encantado creyendo que ayudaba a la «cura» de Tom,porquesiempre, tanprontocomohabía tratadode recordar laperturbadamente losdiferentespormenoresdesuexperienciayaventurasenlarealsaladeescuelayenlos

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demássitiosdelpalacio,observabaqueSuMajestad«recordaba»lascircunstanciascon toda claridad.Al cabo de una hora, Tom se halló en posesión demuy valiosainformaciónsobrepersonajesyasuntosdelacorteyasíresolvióabrevarseadiarioenaquella fuente. A este fin daría orden de que admitieran a Humphrey a su regiapresencia cada vez que llegara, siempre que laMajestad de Inglaterra no estuvieraocupadaconotrasgentes.

Apenas había despedido a Humphrey, cuando entró lord Hertford con mászozobrasparaTom.

Díjole que los lores del consejo, temiendo que algún informe exagerado de ladeterioradasaluddelreypudierahabersefiltradoydivulgado,considerabanprudenteymejorqueSuMajestadcomenzaraacomerenpúblicoalcabodeunoodosdías,pues su tez sana y su buen porte, y su andar firme, ayudado por un reposo de sutalanteybuenasmanerasyporlagraciadesusgestos,tranquilizaríaelsentirgeneral,encasodequesehubierandifundidogravesrumores,mejorquecualquierotracosaquepudieradiscurrirse.

Procedió luego el conde con mucha delicadeza a instruir a Tom en los usospropiosdelasceremoniasdeEstado,conelpretextode«recordarle»cosasqueélyasabía;perocongransatisfacciónsuyaobservoqueTomnecesitabamuypocaayudaeneseterreno,yaquesehabíavalidodeHumphrey,elcuallehabíadichoquealospocosdíastendríaqueempezaracomerenpúblico,cosaqueelmuchachosabíapormurmuracionesdelacorte.PeroTomguardóparasíestoshechos.

Viendotanmejoradalamemoriareal,elcondeseaventuróahacerunascuantaspruebas;comoquiennoquiere lacosa,paraaveriguarhastadóndehabía llegado lamejoría. Los resultados fueron felices en los puntos en que subsistía la huella deHumphrey, y en el todo, el conde se sintió muy complacido y animado. Tanto loestaba,quetomandolapalabradijoconvozllenadeesperanza:

—Ahora estoy convencido de que siVuestraMajestad se digna poner un pocomás a prueba sumemoria, resolverá el enigmadel gran sello; unapérdidaque fueayerdeimportancia,aunqueyanolatienehoy,puestoquesusserviciosterminaroncon la vida de nuestro difunto rey. ¿Quiere Vuestra Majestad dignarse hacer elexperimento?

Tomquedoseenbabia,porqueelgranselloeraunobjetodelqueélnoteníaelmenorconocimiento.Despuésdeunmomentodetitubear, levantóinocentementelavistaypreguntó:

—¿Cómoera,milord?Elcondesesobresaltócasiimperceptiblemente,diciéndose:—Sujuiciodivagaotravez:Hasidomalacosaponerloaprueba.Ycondisimulo

encauzólaconversaciónhaciaotrostemas,conelpropósitodeapartareldesdichadosellodelospensamientosdeTom,propósitoqueconsiguiófácilmente.

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XVTomcomoRey

Al día siguiente llegaron los embajadores extranjeros con sus magníficosséquitos,yTomlosrecibiósentadoensutronocondebidaceremonia.Elesplendordelaescenadeleitósuvistayencendiósuimaginación,mascomolaaudienciafuelargay tediosa, lomismoque lamayoríade losdiscursos, loqueempezócomounplacer,pocotardóenconvertirseenaburrimientoynostalgia.Tomdecíadecuandoen cuando las palabras queHertford ponía en sus labios, y procuraba salir airoso;peroerademasiadonovatoentalesasuntosyestabahartodesazonadoparaconseguiralgomásqueunmedianoéxito.Aparentabaunportebastanteregio,perosumentenoalcanzabaasentirserey.Yfuegrandesualegríacuandolaceremoniaterminó.

Lamayorpartedeaqueldíafueundíaapájaros,comoéldecíaensuinterior,entrabajos pertenecientes a su real oficio. Aun las dos horas dedicadas a ciertospasatiemposyrecreosregios,fueronparaélmásbienunacargaqueotracosa,pueshabíasobraderestriccionesydeceremoniosasobservancias.Noobstante,pasóunahora,enprivado,conel«niñodeazotes»,lacualconsiderócomounagananciacierta,puestoqueenellaobtuvodiversión,yalavez,informesútiles.

EltercerdíadelreinadodeTomCantyllegóytranscurriólomismoquelosotros;peroenciertomodosedespejóunalgolanubequeenvolvíaalniño,elcualsesintiómenos incómodo que al principio. Iba poco a poco acostumbrándose a lascircunstancias y al medio que le rodeaba. Dolíanle aún sus cadenas, pero noconstantemente,ysedabacuentadequelapresenciayelhomenajedelosgrandesleafligíanyturbabanmenoscadahoraquepasaba.

Anoserporunsolotemorhabríamiradosingravedisgustólaproximidaddeldíacuarto. Era aquel en que debía empezar a comer en público. Habría asuntos másgravesenelprograma,porquetendríaTomquepresidirunconsejoenquehabríadeexponersusmirasydictarsusórdenesrespectoalapolíticaquedeberíaseguirseconvariasnacionesextranjeras,desperdigadasportodoelmundo;tambiénseríaelegidooficialmente Hertford para el importante cargo de lord protector, y otras cosasnotablesestabanseñaladas;masparaTomtodoerainsignificante,comparadoconlaprueba de tener que comer solo, ante unamuchedumbre de ojos fijos en él y unamultituddebocasquecuchicheabancomentariossobresusactosysustorpezas,sieratandesdichadoquelascometiese.

Pero como nada podía detener la llegada del cuarto día, este vino y encontróalicaído y absorto al pobreTom, que no podía sacudir sumal humor.Los deberesordinariosdelamañanaleaburrieronmásdelacuenta,yunavezmásexperimentólapesadumbredesucautiverio.

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Muyavanzadoeldíaestuvoenunasalaconunagrandeaudiencia,conversandoconelcondedeHertford,yesperandodemuymalceñolahoraseñaladaparalavisitadegrannúmerodeencumbradosfuncionariosycortesanos.

Alcabodeunrato,mientrasTomsehabíaacercadoaunaventana,pudoverconinterés la vida y el movimiento de la gran vía que pasaba junto a las puertas delpalacio (y no con interés ocioso, sino con vehementísimo deseo de su corazón detomarparteensubullicioylibertad),dehombres,mujeresyniñosdelamásbajaypobrecondiciónqueseacercabandesordenadamenteporesaanchavía.

—Quisiera saber qué es todo eso—exclamócon toda la curiosidaddeunniñoantetalacontecimiento.

—Ereselrey—respondiósolemnementeelcondeconunareverencia—.¿Tengotuveniaparaobrar?

—¡Oh,sí,conmilamores!—exclamóTomconalegría.Yañadióparasíconvivasatisfacción—:Enverdadqueelserreynoestodoaburrimiento,puesconllevasuscompensacionesysusventajas.

Llamóelcondeaunpajeyloenvióalcapitándelaguardiaconestaorden:—¡Deténgasealamuchedumbreypregúnteselacausadeesebullicio!¡Deorden

delrey!Unos segundosmás tarde una larga procesión de guardias reales, cubiertos de

deslumbranteacero,salió,por laspuertasyse formóal travésde lavía, frentea lamultitud.Volvióunmensajeroparadecirquelaturbaibasiguiendoaunhombre,unamujer y una muchacha, que iban a ser ejecutados por delitos contra la paz y ladignidaddelreino.

¡Lamuerte—y unamuerte violenta— para aquellos pobres desdichados! Estaidearetorciólasfibrasdelcorazón,deTom.

El sentimiento de la compasión se apoderó de él, con exclusión de todas lasdemásconsideraciones.Nopensóunmomentoenlasleyesinfringidasnieneldoloro el daño que aquéllos tres criminales habían ocasionado a su víctima. No pudopensar,másqueenelpatíbuloyenelterribledestinoquependíasobrelascabezasdeloscondenados.Suinteréslehizoolvidarporunmomentoqueélnoerasinolafalsasombradeunrey,nosuesencia,yantesdedarsecuentaprofiriólaorden:

—¡Traedlosaquí!Púsosecomoescarlatay afloróa sus labios algoasí comounaexcusa,pero, al

observar que su orden no había provocado sorpresa en el conde ni en el paje deconfianza,reprimiólaspalabrasquesedisponíaapronunciar.Elpaje,delamaneramásnatural,hizounaprofundareverenciay,andandodeespaldas,saliódelacámaraparadarlaorden.Tomexperimentóunsobresaltodeorgullo,yalrecordarsuideadelascompensadorasventajasqueteníaeloficioreal,sedijo:

—En verdad es lo que yo solía imaginar cuando leía los cuentos del viejo

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sacerdote, yme figuraba ser príncipe, que dictaba leyes y daba órdenes a todo elmundo, diciendo: «Hágase esto, hágase lo otro», sin que nadie se opusiera a mivoluntad.

Abriéronseentonceslaspuertas,fueronanunciadosunostrasotrosvariostítulossonoros,seguidosdelospersonajesquelosposeían,ylaestanciasellenóalpuntodegentenobleydistinguida.PeroTomapenassediocuentadelapresenciadeaquellaspersonas, tan excitado estaba y tan absorto en aquel otro asunto más interesante.Sentose distraído en su sillón oficial y dirigió los ojos a la puerta, con señales deimpacienteexpectación;alverlocualloscircunstantesnosepermitieronperturbarlo,sinoqueempezaronacharlarunosconotrosunaentremezcladenegociospúblicosychismes.

Seoyóalcabodeunratoqueseacercabanlosmesuradospasosdehombresdearmas,y losculpadosentrarona lapresenciadel rey,custodiadosporunalguacilyconunaescoltaformadaporunpiquetedelaguardiareal.Elfuncionariocivildoblóla rodilladelantedel reyy se apartó aun lado.Los tres condenados arrodilláronsetambién,yasípermanecieron,entantoquelaguardiasesituabadetrásdelsillóndeTom. Éste miró con curiosidad a los prisioneros. Algo del vestido o del mismoaspectodelreohabíasuscitadoenélunvagorecuerdo.

—Creoquehevistoaesehombreenotraocasión,peronopuedorecordarcómonicuándo.

En aquelmomento el hombre levantó de pronto la vista, y volvió a inclinar lacabeza,puesno leeraposiblesoportarel imponenteportede la realeza;masaquelbrevevistazoasurostrofuebastanteparaTom,quesedijo:

Ahora recuerdo. Sí, es el desconocido que sacó aGilesWitt del Támesis, y lesalvó la vida aquel día tan crudo y tan ventoso de Año Nuevo; acción brava yvalerosa.¡Lástimaquehayacometidootrasquesonbajas,hastaverseeneste tristeestado!Nosemehanolvidadonieldíanilahora,porrazóndequepocodespués,aldarlasonce,laabuelaCantymediounapalizadetalcalibreyseveridad,quetodaslasanteriores,ylasquelesiguieron,comparadasconella,nofueronsinocariciasymimos.

OrdenóTomquesalieranuninstantedesupresencialamujerylaniña,yluegosedirigióalalguacildiciéndole:

—Buencaballero,¿cuáleseldelitodeestehombre?Hincóunarodillaentierraelinterpelado,yrespondió:—Señor,haquitadolavida,medianteveneno,aunsúbditodeVuestraMajestad.La compasión deTompor el preso y su admiración al valiente salvador de un

niñoqueseahogabaexperimentarontremendogolpe.—¿Estáprobadoeldelito?—preguntó.—Contodaevidencia,señor.

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SuspiróTomydijo:—Llévatelo,porquehamerecidolamuerte.Esunalástima,pueserauncorazón

valeroso…Quierodecirquetieneaspectodeeso.Elpresocruzólasmanosconfuerzaylasretorciódesesperadamente,clamandoal

mismotiempoal«rey»condesgarradasygrandesvoces:—¡Oh,miseñoryrey!Sipuedesapiadartedelosperdidos,tenpiedaddemí.Soy

inocente.Loqueme imputannosehaprobadonimuchomenos.Peronohablodeeso. Se ha dictado contra mí una sentencia, y no puede ser alterada; mas en midesesperación te suplico una gracia, porque mi destino es peor de lo que puedeimaginarse. ¡Una gracia, una gracia, oh,mi señor y rey! ¡Que tu regia compasiónaccedaamiruego!¡Daordendequemeahorquen!

Tomestabaasombrado.Noeraestoloqueélhabíaprevisto.—Pormividaqueesextraña lagraciaquepides.¿Noeraésa lamuerteque te

preparaban?—¡Oh,miseñor!Noeraésa.Sehamandadoquemehiervanvivo.Esahorrendasorpresaqueconllevabanestaspalabras,casihizosaltaraTomde

susilla.Encuantopudorecobrarseexclamó:—¡Se hará según tu voluntad, infeliz! ¡Aunque hubieras envenenado a cien

hombres,nodeberíassufrirtanmiserablemuerte!Elprisioneroseinclinóhastatocarelsueloconelrostro,yestallóenfrenéticas

exclamacionesdegratitud,queterminarondeestasuerte:—Sialgunavez,loqueDiosnoquiera,llegarasaconocerelinfortunio,¡ojaláse

recuerdeyserecompensetubondadparaconmigoeneldíadehoy!TomsevolvióalcondedeHertfordyledijo:—Milord,¿esconcebiblequehayapodidodictarseunasentenciatanferozcontra

esehombre?—Ésaeslaley,señor,paralosenvenenadores:EnAlemanialosmonederosfalsos

son hervidos en aceite hasta que mueren, pero no echándolos de súbito, sinodejándoloscaerpocoapocoatadosaunacuerda;primerolospies,luegolaspiernas,después…

—¡Oh! ¡No sigas,milord, te lo ruego!, ¡no puedo soportarlo!—ExclamóTomcubriéndoselosojosconlasmanosparaapartardesílahorribleescena—.Teruegoqueordenesquesecambieesaley…¡Quenohayamáspobrescriaturassometidasaesetormento!

El semblante del conde mostró profunda satisfacción, porque era hombre deimpulsosgenerosos,cosanomuyfrecuenteensuclaseenaquellaedadferoz.

—Esas nobles palabras tuyas —dijo— han sellado la condena de esa ley. Lahistorialorecordaráenhonordetucasareal.

El alguacil se disponía a llevarse al preso, mas Tom le hizo un signo de que

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esperarayledijo:—Quieroenterarmemejordeesteasunto.Diceesehombrequesucrimennosele

probó.Cuéntameloquesepasdeello.—Con la venia deVuestraMajestad.En el juicio se demostró que ese hombre

entróenunacasadelaaldeadeIslington,dondehabíaunenfermo;trestestigosdicenqueentróalasdiezdelamañanayotrosdosqueunosminutosmástarde.Elenfermoestaba a la sazón solo y durmiendo. Ese hombre no tardó en salir y proseguir sucamino. El enfermo murió al cabo de una hora, desgarrado por espasmos yestremecimientos.

—¿Vioalguiencómoledabaelveneno?¿Sehaencontradoelveneno?—Cabalmente,no,señor.—Entonces,¿cómosesabequemurióenvenenado?—Porque los doctores atestiguaron que nadiemuere de esos síntomas sino por

veneno.Éstaeraunapruebadegranpesoenaquelloscrédulostiempos.Tomcomprendió

suformidablecarácterydijo:—Losmédicossabensuoficio.Digamosquetuvieranrazón.Elasuntopresenta

malcarizparaestepobrehombre.—Peronofueesotodo,Majestad.Haymásypeor.Muchostestificaronqueuna

bruja,quedespuésdesapareciódelaaldea,nadiesabeadónde,vaticinó,ylodijoensecretoavariaspersonas,queelenfermomoriríaenvenenado,yque,además,ledaríaelvenenoundesconocidodepelocastañoyde ropascomunesyusadas;yasíestepresorespondíaaladescripción.DígneseVuestraMajestaddaraesacircunstanciaelsolemnepesoquemerece,envistadequefuevaticinada.

Ésteeraunargumentodetremendopesoenaquellosdíasdesuperstición.Tomsedijoquenohabíamásquehablar,yque, sidealgovalían laspruebas, la culpadeaquel hombre estaba demostrada. Sin embargo, ofreció una tabla de salvación alpresodiciéndole:

—Sipuedesalegaralgoentufavor,habla.—Nada que pueda ser de provecho señor. Soy inocente, mas no puedo

demostrarlo.Notengoamigos,puessilostuvierapodríaprobarquenoestuveaqueldíaenIslington.Tambiénpodríademostrarque,alahoraquedicen,estabaamásdeuna leguadedistancia,porquemehallabaen laEscaleraViejadeWapping.Yaunpodríademostrarquecuandodicenqueestabaquitandounavida,estabasalvándola.Unniñoqueseahogaba…

—¡Calla!Alguacil,dimequédíasecometióeldelito.—Alasdiezdelamañana,ounosminutosmástarde,delprimerodeaño…—Entonces que el preso quede en libertad. ¡Es la voluntad del rey! A estas

palabrastanpocopropiasdeunamajestad,siguióotrosonrojo,yelniñoencubriósu

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pocodecorolomejorquepudoañadiendo:—Me enfurece que se ahorque a un hombre con pruebas tan pobres y tan

descabelladas.Unsusurrodeadmiraciónrecorrió laasamblea.Noeraadmiraciónpor laorden

quedictabaTom,porquelaconvenienciaolanecesidaddeperdonaraunconvictodeenvenenamiento eran cosas que ninguno de los presentes se hubiera creído conderechoadiscutirniaadmirar;no.LaadmiracióneraporlainteligenciayladecisiónqueTomhabíademostrado.Algunosquecomentabanenvozbaja,decían:

—Éstenoesunreyloco;estáensusanojuicio.—¡Cuáncuerdamentehahecholaspreguntas!—¡Ycuándignadecomosolíasersuantepasadohasidosucontundentemanera

dezanjarelasunto!—¡Diossealoado!¡Sefuesumal!—Éstenoesunserdébil,sinounrey.Hanacidoconelgeniodesupadre.Comoelambiente,estabatandispuestoalaplauso,necesariamentellegóalgode

ello al oídodeTomCanty, con el efectodeponerlemuya sus anchas, y llenar sumaneradeobrardemuyplacenterassensaciones.

No obstante, su juvenil curiosidad pronto superó esas halagüeñas ideas ysentimientos. Tenía ganas de saber qué clase de delito podían haber cometido lamujery laniña;yasí,porsumandato, trajeronasupresenciaa lasdosaterradasysollozantescriaturas.

—¿Quéesloquehanhechoéstas?—preguntóalalguacil.—Se les imputa, señor,unnegrocrimenybienprobado,por lo cual los jueces

handecretado,conapegoalaley,queseanahorcadas.Sehanvendidoaldiablo.Talessucrimen.

Tom se estremeció. Habíanle enseñado a detestar a la gente que cometía tanviciosaacción.Sinembargo,comonoestabadispuestoaprivarsedelplacerdesaciarsucuriosidad,preguntó:

—¿Cómoycuándosucedióesto?—Unanochedediciembre,enunaiglesiaenruinas,Majestad.Tomseestremeció

denuevo.—¿Quiénestabapresente?—Esasdos,yelotro.—¿Hanconfesado?—No,señor.Ellasloniegan.—¿Entoncescómosesupo?—Porque ciertos testigos las vieron encaminarse allá, Majestad. Esto provocó

sospechas, y sus efectos las han confirmado y justificado. En particular estádemostradoque,por el perversopoderqueasíobtuvieron, invocaronyprovocaron

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unatormenta,quedevastótodalacomarca.Cuarentatestigoshandeclaradoquehubotormenta, y con facilidad se habrían podido encontrar mil, porque todos tuvieronrazónpararecordarla,yaquefueronsusvíctimas.

—Ciertamenteestoesungraveasunto.Luego, tras darle vueltas unmomento en su imaginación a aquel grave delito,

preguntó:—¿Ynofuetambiénesamujervíctimadelatormenta?Varias cabezas ancianas entre los allí presentes hicieronmovimientos como de

alabarlaprudenciadelapregunta,maselalguacilnovionadadeimportanciaenellayrespondiósinrodeos:

—Sí,porcierto, señor,ymásquenadie.Sucasa resultódestrozada,yellay laniñaquedaronsintecho.

—Amiverlecostócaroelpoderdehacertanmaltercio.Laengañaron,porpocoquepagaraporello;y sipagócon sualmay lade suhija, esodemuestraqueestáloca,yestandolocanosabeloquehace,yporconsiguiente,nodelinque.

LascabezasdelosancianosasintieronenreconocimientoalasabiduríadeTom,una vez más, y uno de ellos murmuró: «Si el rey está loco de acuerdo con eldiagnóstico,esentoncesuna locurade tal jaezquemejoraría lacorduradealgunosqueyomesé,siporlagentilprovidenciadeDiospudieranelloscontagiarse».

—¿Quéedadtienelaniña?—preguntóTom.—Nueveaños.—Por las leyes de Inglaterra, ¿puede una niña celebrar pactos y venderse a sí

misma,milord?—interrogóTom,dirigiéndoseaunentendidojuez.—Laleynopermitequeunniñocelebreningúnpactoimportanteniintervengaen

él, señor, pues considera que su razón no está capacitada para tratar con la razónmadura y los planes perversos de las personas mayores que él. El diablo puedecompraraunniño,siselopropone,yelniñoconvenirenello,peronoauninglés,porqueenesteúltimocasoeltratoseríanuloeinválido.

—Parececosahartopococristianaymaldiscurrida—exclamoTomconsinceroentusiasmo—quelaleydeInglaterranieguealosinglesesprivilegiosqueconcedealdiablo.

Estenuevomododeconsiderarelasuntoprovocómuchassonrisas,yquedóenlamemoriademuchos,paraserrepetidoenlacortecomopruebadelaoriginalidaddeTom,asícomodesusprogresoshaciasusaludmental.

La vieja culpable había cesado de sollozar y estaba pendiente de la palabra deTom,concrecienteinterésymayoresperanza.Diosecuentaelniño,ysintióquesussimpatías se inclinaban hacia ella en su peligrosa y desamparada situación. Luegopreguntó:

—¿Cómolograronprovocarlatormenta?

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—Quitándosesusmedias,señor.EstodejóasombradoaTomyaumentósufebrilcuriosidad.

—¡Esmaravilloso!—Exclamóconvehemencia—.¿Producesiempreesaaccióntanterriblesefectos?

—Siempre, señor. Por lomenos, si lamujer lo desea y pronuncia las palabrasnecesarias,bienconlalengua,biendepensamiento.

Tomsevolvióalamujerydijoconimpetuosocelo:—¡Ejercetupoder!¡Quisieraverunatempestad!Palidecieron súbitamente las mejillas de los supersticiosos circunstantes, a

quienesinvadióundeseogeneral,aunqueescondido,delargarsemásquedeprisa.SeleescapótodoestoaTom,quenopensabaenotracosasinoenelexigidocataclismo.Alverlaexpresióndeperplejidadenelrostrodelamujer,añadió:excitado:

No temas, nada te pasará. Es más… quedaras libre. No te tocará nadie. ¡Damuestrasdetupoder!

—¡Oh,reyyseñor!Nolotengo.Semehaacusadofalsamente.—Hablaspor temor.Tenbienpuestoel corazón;no sufrirásdaño.Provocauna

tormenta, por pequeña que sea. No quiero nada en grande ni dañoso, antes bienprefiero lo contrario.Hazlo y salvarás tu vida; quedaréis libres tú y tu hija, con elperdóndelrey,yasalvodedañoomaldaddenadiedelreino.

Prosternoselamujeryprotestóbañadaenllantoquenoteníapoderparahacerelmilagro, pues de tenerlo defendería de buen grado la vida de su hija solamente,contentadeperderlasuya,siporsuobedienciaalmandatodelreypudieraalcanzartanpreciadagracia.

InsistióTomylamujerpersistióensudeclaración.Finalmentedijoelniño:—Me parece que esamujer ha hablado verdad. Simimadre estuviera en este

lugarytuvierapoderesdeldiablo,parasemejantesfunciones,nohabríavaciladounmomentoenprovocarlatormentaydejarenruinastodoelpaís,acambiodeobtenerlasalvacióndemividaacualquierprecioquefuere.Todaslasmadresestánvaciadasenelmismomolde.Quedaslibre,buenamujer…ylomismotuhija…porqueyotecreo inocente. Ahora no tienes ya que temer, una vez perdonada… Quítate lasmedias,ysipuedesprovocarunatormenta,yoteharérica.

Laredimidacriaturalanzóavocessugratitudysedispusoaobedecer,mientrasTom la contemplaba con avidez y algo de temor.Al propio tiempo los cortesanosmanifestaronvisibledesasosiegoeinquietud.Lamujerdesnudósuspiernasylasdelaniña,yevidentementehizotodoloposibleporrecompensarlagenerosidaddelreyconunterremoto,perolapruebaresultóunfracasoyundesencanto.Tomsuspiróydijo:

—Vamos,buenamujer,notemolestesmás;tupodersehadesvanecido.Veteenpazysiguetucaminó,ysialgunavezrecuperastalpoder,nomeolvidesydameuna

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tormenta.[9]

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XVILacomidadegala

Acercábaselahoradelacomida,y,porextrañoqueparezca,laideanoocasionóaTomsinounlevedesasosiego,perosinterroralguno.Loqueleocurrióporlamañanahabíafortalecidoenextremosuconfianza;elpobrecilloestabayamásacostumbradoa su extraño ambiente, después de cuatro días, que lo habría estado una personamayoralcabodetodounmes.Nuncaseviomássorprendenteejemplodelafacilidaddeunniñoparaamoldarsealascircunstancias.

Aprovechemos nuestro privilegio, y corramos a la gran sala del banquete paraecharleunvistazo,mientrasTomseencuentralistoparaunaocasióntanimponente.Es un aposento espacioso, de columnasy pilastras doradas y paredes y techos conpinturas. En la puerta se yerguen dos fornidos guardias, rígidos como estatuas,vestidosdericosypintorescostrajesyarmadosdealabardas.Enunagaleríaalta,quecorreentornodetodalasala,hayunabandademúsicosycompactaconcurrenciadeunoyotrosexo,brillantementeataviada.Enelcentrodelsalón,sobrelatarima,estálamesadeTom.Dejemosahoraquehableelviejocronista:

«Un caballero entra en el aposento con una vara, y tras él otro, que trae unmantel; después de haberse arrodillado ambos tres veces con lamayor veneración,tienden el mantel sobre la mesa, y se retiran ambos tras una nueva genuflexión.Vienenluegootrosdos,unotambiénconvarayotroconunsalero,unplatoypan.Cuando han hecho sus genuflexiones como los dos anteriores, y colocado dichosobjetos sobre la mesa, se retiran con las mismas ceremonias realizadas por losprimeros. Por fin, vienen dos nobles ricamente vestidos, uno de ellos con untrinchante,ydespuésdehabersepostradotresvecesdelamaneramásreverente,seacercanyfrotanlamesaconpanysal,dandomuestrasde tantorespetocomosielreyestuvierapresente».

Así terminan los solemnes preliminares. Luego, a lo lejos se oyeron en loscorredoreselestruendodelastrompetas,yelconfusogritode«¡Pasoalrey,pasoalamajestaddelrey!».Estasvocesserepitenunayotravez,acercándosemásymás,ydepronto,casiennuestrasbarbas,suenalanotamarcialylavozde«¡Pasoalrey!»,yaparece el brillante cortejo, que cierra filas a la puerta, con acompasada marcha.Dejemoshablarotravezalcronista:

«Vienen primero barones, condes y caballeros de la Jarretera, todos ricamentevestidos y con la cabeza descubierta. Sigue después el canciller, entre otros dospersonajes,unode loscuales llevaelcetrorealyelotro laespadadeEstadoensuvainaroja,cubiertadefloresdelisyoroyconlapuntahaciaarriba.Luegovieneelmismorey,aquienalaparecersaludandocetrompetasymuchostambores,congran

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estruendodelassalvas,mientrasenlasgaleríasselevantantodosdesusasientos:—¡Diossalvealrey!—Vienenluegolosnoblesdesucorte,yasuderechaeizquierdamarcha su guardia de honor, sus cincuenta caballeros pensionarios, con doradashachasdecombate».

Todoerahermosoyagradable.Tomsentíaquelelatíaconmásfuerzaelcorazón,ya susojosasomabauna luzdealegría.Avanzabacon lamayorgracia, tantomáscuantoqueestabaausentede ella, pues suespíritu estabadeleitadoy absorto enelalegreespectáculoylossonesquelerodeaban;yademásnadiepuedeversefeoconropas ricas y bien portadas, una vez que se ha acostumbrado un poco a ellas,especialmenteenelmomentoenquenosedacuentadequelaslleva.Tomrecordósus instrucciones y respondió a los saludos con una leve inclinación de su cabezaemplumadayuncortés:«Gracias,mibuenpueblo».

Sentósealamesasinquitarsesugorro,ylohizosinelmenorembarazo,porqueelcomerconelgorropuestoeralaúnicacostumbreregiaenquelosreyesylosCantysehallabanenterrenoconocido,yaqueningunodeellosaventajabaalosotrosenesafamiliaridadconelgorro.Rompiófilaselcortejo,seagrupópintorescamenteytodospermanecieronconlascabezasdescubiertas.

Alsondealegremúsicaentraron luego losalabarderosdepalacio, loshombresmásaltosymásfuertesdeInglaterra,queerancuidadosamenteescogidosalefecto;masdejaremosqueelcronistanoslosigacontando:

«Entraronlosalabarderosdepalacio,desnudalacabeza,vestidosdeescarlataconrosasdeoroenlaespalda,yéstosfueronyvinierontrayendocadavezunaseriedemanjares,servidosenvajilladeplata.Estosmanjareseranrecibidosporuncaballero,en el mismo orden en que los traían, y colocados sobre la mesa, en tanto que elcatadordabaacomeracadaguardiaunbocadodelplatoquehabíatraído,portemoralveneno».

HizoTomunabuenacomida,aunquesedabacuentadequecentenaresdeojosseguíancadabocadohastasuslabiosylemirabanmientraslocomía,conuninterésque no habría sido más intenso si se hubiera tratado de un mortífero explosivo yhubieranesperadoquevolaraelreylanzandosusmiembrosporelrecinto.CuidabaTomdeno apresurarse y también cuidabade nohacer nadapor símismo, sinodeesperaraqueelfuncionariocompetentesearrodillaraanteélylohiciera.Saliódelpasosinunerror:¡impecableypreciadotriunfo!

CuandoalfinterminóelyantarysalióTomenmediodesubrillanteséquito,conlos oídos ensordecidos por el clamor de las trompetas, de los tambores ymiles deaclamaciones,sedijoque,siyahabíapasadolopeor,queeracomerenpúblico,seríauna experiencia que sin inconveniente soportaría varias veces cada día, si con ellopodíaliberarsedealgunosdelosmásterriblesrequerimientosdesuoficioregio.

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XVIIFu-fuprimero

CorrióMilesHendonhaciaelfinaldelpuenteporelladodeSouthwark,conlosojos muy vivos en busca de las personas que perseguía, con la esperanza dealcanzarlas de un momento a otro; pero en esto se llevó un chasco. A fuerza depreguntar,pudoseguirsushuellaspartedelcaminoaltravésdeSouthwark,peroallícesabatodatraza,yelsoldadoquedóperplejoencuantoaloquedebíadehacer.Noobstante,continuólomejorquepudosusesfuerzosduranteelrestodeldía.Alcaerlanocheseencontrórendidodepiernas,mediomuertodehambreyconsudeseomáslejosquenuncadeverserealizado.Asípues,cenóenlaposadadelTabardoysefuealacama,resueltoasalirmuydemañanayregistrardearribaabajolaciudad.Cuandoestabaacostadopensandoyplaneando,comenzódeprontoarazonardelasiguientemanera:

—¿Escapará el niño del lado del rufián, su supuesto padre, si le es posible?¿VolveráaLondresenbuscadesusantiguosparajes?No.Nolohará,porquequerráevitarqueloatrapendenuevo.¿Puesentonces,quehará?NohabiendotenidoamigosniprotectoresenelmundohastaqueseencontróaMilesHendon, tratará,claro,dehallarmeotravez,siemprequeestostrabajosnoleobliguenaacercarseaLondresyalpeligro.SeencaminaráaHendonHall.Esoesloquehará,porquesabequeyomepropongodirigirmeamicasa,yenellaesperaráhallarme.

Sí, para Hendon, el caso era clarísimo. No debía perder más tiempo enSouthwark,sinomoverseenseguidaa travésdeKentendirecciónaMonk'sHolm,registrandoelbosqueeinquiriendodurantesumarcha.

Volvamosahoraaldesaparecidoreyecito.El rufián a quien él mozo de la posada del puente había visto «a punto de

alcanzar»almozalbeteyal rey,noseunióprecisamenteaellos,sinoquesequedóatrásysiguiósuspasos.Nadadijo.Llevabaelbrazoizquierdoencabestrillo,yteníaelojodelmismoladocubiertoporungranparcheverde.Cojeabauntanto,yusabaparaapoyarse,unpaloderoble.Elmozalbetecondujoalreyenuntortuosorodeoatravés de Southwark y no tardó en dar en la carretera real, más allá del pueblo.Eduardo, que estaba ya incomodado, dijo que se detendría allí, pues a Hendon lecorrespondía iraélynoaél iraHendon.Nosoportaría semejante insolenciaysepararíaallímismo.Elmozalbetedijo:

—¿Quieres quedarte aquí, cuando tu amigo yace herido en aquel bosque? Sea,pues.

Elreycambiódeactitudalinstanteyexclamó:—¿Herido? ¿Y quién se ha atrevido a herirlo? Pero ésa es otra cuestión.

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¡Sigamos,sigamos!¡Másdeprisa!¿Tienesplomoenlospies?¿Estáherido?¡Aunquequienlohirióseaelhijodeunduque,searrepentirádéello!

Quedaba todavía un trecho hasta el bosque, pero lo cruzaron rápidamente. Elmozalbetemiróen torno,viouna ramahincadaenel sueloconunandrajoatadoysiguió el camino al interior del bosque, buscando ramas similares y hallándolas atrechos.Evidentementeeranguíasparaellugaraqueseencaminaba.Deprontollegóaunclaro,dondeseveíanlosruinososrestosdeunacasadelaborycercadeallíungraneroqueempezabaadesmoronarse.Porningún ladohabíaseñalesdevidayunprofundosilencioreinabaenellugar.Elmuchachoentróenelgranero,seguidomuydecercaporelansiosorey.Nadieallí.Eduardolanzóalmozounamiradadesorpresayrecelo,ypreguntó:

—¿Dóndeestá?Respondioleunaburlonacarcajada:Alinstanteelniñomontóencólera,agarróun

leño,ysedisponíaaatacaralmozocuandollegóasusoídasotracarcajadasardónica,proferidaporelmismorufiáncojoqueloshabíaseguidoadistancia.Volvióseelreyypreguntócolérico:

—¿Quiénerestú?¿Quéhacesporaquí?—Déjatedetonteríasytranquilízate.Noestanbuenomidisfrazquepretendasno

conoceratupadre.—Túnoeresmipadre.Noteconozco.Soyelrey.Sihasescondidoamicriado,

búscameloenseguidaotecostarácaroloquehashecho.ConfuerteymesuradavozreplicóJuanCanty:—Esevidentequeestás loco,yme repugnacastigarte; pero simeprovocas, lo

haré.Tuspalabrasnopuedenhacernosdañoaquí,dondenohayoídosqueescuchentuslocuras;sinembargo,buenoseráquetulenguaseejerciteenhablarconcautela,para que no pueda perjudicamos cuándo cambiemos de paraje. He cometido unasesinato y no puedo permanecer en casa, ni tú tampoco, porque necesito tusservicios. Mi nombre ha cambiado por prudentes razones. Ahora es Hobbs, JuanHobbs.TútellamasJack.Procuraconservarloenlamemoria.Dime,¿dóndeestátumadre?¿Dónde tushermanas?Nohanacudidoal lugardonde lashabíamoscitado.¿Sabesdóndehanido?

Elreyrespondiódemaltemple:—Nomeperturbesconesosacertijos.Mimadrehamuerto.Mishermanasestán

enpalacio.ElmozoestallóenunacarcajadademofayEduardolohabríaatacadosiCanty—

oHobbs,comoahorasellamaba—nolohubieraimpedido,diciendo:—Déjalo,Hugo,nolomolestes.Sumentedesvaríaytuscosasleirritan.Siéntate,

Jack,yestateenpaz,queprontotendrásunbocadoquecomer.PusiéronseHobbsyHugoahablarenvozbajayelreyseapartócuantopudode

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sudesagradablecompañía.Retirosealapenumbradelrincónmáslejanodelgranero,dondeencontróqueelsueloestabacubiertoconunmontóndepaja.Allíse tendió,cubriéndose con la paja a guisa de manta, y no tardó en quedar absorto en suspensamientos.Muchos pesares tenía,mas los pormenores quedaban casi olvidadospor el supremo de ellos, la pérdida de su padre. A todo el mundo el nombre deEnriqueVIII le producía escalofríos y le sugería la idea de un ogro, cuyas faucesrespirabandestruccionesy cuyasmanos repartían azotesymuerte; peropara aquelniñoelnombrenoevocabamásque sensacionesdeplacer.La figuraque invocabateníaunsemblantetodobondadyafecto.Trajoelniñoalamemoriaunalargaseriedeescenasdecariñoentresupadreyél,ymeditócomplacidoenellasmientrasfluíansinamargurasus lágrimas, testimoniodecuánhondayverdaderaera lapenadesucorazón. Conforme pasó la tarde, Eduardo, abrumado por sus pesadumbres, cayópocoapocoenunsueñotranquiloyreparador.

Alcabodemuchotiempo—nopodíadecircuánto—pugnaronsussentidosporvolvera larealidad;ymientrascon losojosaúncerradossepreguntabavagamentedóndeestabayquélehabíasucedido,notóunmurmullo,elrepentinocaerdelalluviaen el techo. Invadió su cuerpo una sensación de placidez, que al poco rato fuerudamente interrumpida por un coro de risas chillonas y de sarcásticas carcajadas.Sobresaltóalniñodesagradablementeylehizoasomarlacabezaparaverdedóndeprocedía la interrupción.Susojosvieronun cuadro repugnantey espantable.En elsuelo, al otro extremo del granero, ardía una alegre fogata y en torno de ella,fantásticamenteiluminadosporlosrojizosresplandores,sedesperezabanosetendíanenel suelo losmásabigarradosgruposdebellacosharapientosy rufianesdeunouotrosexoqueelniñohubierapodidosoñaroconocerensuslecturas.Eranhombresreciosyfornidos,atezadosporlaintemperie,depelolargoycubiertosdecaprichososandrajos.Habíamozosdemedianaestaturayrostroshorriblesvestidosdelamismamanera;habíamendigosciegosconlosojostapadosovendados,lisiadosconpiernasdepaloomuletas,enfermosconpurulentasllagasmalcubiertasporvendas;habíaunbuhonero de vil traza con sus baratijas, un afilador, un calderero y un barberocirujanoconlasherramientasdesuoficio.Algunasdelasmujereseranniñasapenasadolescentes, otras se hallaban en la edad primaveral, otras eran brujas viejas yarrugadas; pero todas ellas gritonas, morenas y deslenguadas, todas desaliñadas ysucias.Había tresniñosesmirriadosyunpardeperroshambrientosconcuerdasalcuello,cuyooficioeraguiaralosciegos.

Caíalanoche;lacuadrillaterminabadecomerycomenzabalaorgía.Eljarrodeaguardientepasabadebocaenboca.Sesintióungritogeneral.

—¡QuecantenelMurciélagoyDick!Selevantóunodelosciegos,ysepreparóquitándoseelparchequeletapabalos

sanos ojos y el conmovedor cartel que rezaba la causa de su calamidad. El

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Murciélago se desembarazó de su pata de palo y ocupó su puesto al lado de sucompañero,haciendogalaasuspiernassanas,yfuertes.Luegoprorrumpieronambosen un canto alegre, que al final de cada estancia recibía el refuerzo de toda lacuadrillaenanimadocoro.Cuandollegaronalfindelacanción,elentusiasmodelossemiborrachos había llegado a tal punto que todos lo compartieron y empezaron acantar otra vez desde el principio, armando tal estruendo de voces canallescas quehizotemblarlasvigas.

Siguieronhablando,yenelcursodelaconversaciónaparecióque«JuanHobbs»noeraniconmuchonuevorecluta,sinoqueentiempospasadossehabíaadiestradoenlacuadrilla.Refiriolessuúltimahazaña,ycuandodijoque«poraccidente»habíamatadoaunhombre,expresaron todos suaprobación,yal añadirelbellacoqueelhombre era cura, fue aplaudido por todos y con todos tuvo que beber. Conocidosantiguoslesaludabanconalegríaylosnovatossesentíanorgullososdeestrecharlelamano. Preguntáronle por qué había permanecido apartado tantos meses, y élrespondió.

—Londresesmejorqueelcampoymássegurodesdehaceunosaños,porquelasleyessonmuydurasyseponenenprácticacontodorigor.Sinomehubieraocurridoese accidente, me habría quedado. Había resuelto no volver a aventurarme por lacampiña,peroel«accidente»hadadoaltrastecontodo.

Preguntócuántaspersonasfigurabanenlacuadrilla,yeljefedeellarespondió:—Veinticincoennúmerosredondos.Losmásdeellosestánaquí,perolosotrosse

encaminanhaciaelesteduranteelinvierno.Nosotrosvamosairensuseguimientocuandoamanezca.

—NoveoaWenentreloshonradoshombresquemerodean.¿Dóndeestará?—¡Pobremuchacho!Ahorasealimentadeazufre,yhartoirritanteporciertopara

unpaladartandelicado.Lomataronenunareyertaamediadosdelverano.—¡Cuántolosiento!Wenerahombredetalentoyvaleroso.—Ciertoqueloera.Bess,lanegra,sucoima,esdelosnuestrostodavía,perose

ha ido hacia el este. Muchacha lista y de conducta ordenada. Nadie la ha vistoborrachamásdecuatrodíasporsemana.

—Larecuerdomuybienaún.Eramuyestricta,dignadetodoencomio.Sumadrefuealgomáslibreymenosescrupulosa.Unabrujaturbulenta,feaydemalcarácter,peroadornadaporuntalentomuysuperioralocomún.

—Por lo mismo la perdimos. Su don de quiromancia y otros géneros deadivinaciónlegranjearonalfinnombreyfamadebruja.Laleylaasóvivaafuegolento.Me conmovió, y sentí como una especie de ternura, ver de quémanera tangentil se enfrentó con su suerte, blasfemandoyvituperando a toda lamultitudqueabsorta la contemplaba, mientras las llamas subían lamiéndole la cara y lechamuscaban los pelos y chisporroteaban alrededor de su cabeza cana…

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¿Blasfemandohedicho?¡Yalocreoqueblasfemando!Similañosvivieras,nooiríasblasfemiasmásensupunto¡Ay!Suartemurióconella.Quedanahora imitacionesinocuasyserviles,peronoblasfemiasdeveras.

Eljefesuspiróyotrotantohicieronsusoyentes.Poruninstantecayóunalosadesilencio sobre todos los reunidos, porque aun los parias tan endurecidos comoaquéllos no son absolutamente negados al sentimiento, sino que experimentan unasensaciónfugazdeaflicciónagrandesintervalosyencircunstanciasparticularmentefavorables,verbigracia,encasoscomoaquél,enqueelgenioyelartesefueronsindejarheredero.Sinembargo,uninterminabletragoenrondanotardóenrestaurarlosánimosdelosplañideros.

—¿Leshaidomalaotrosdenuestrosamigos?—preguntóHobbs.—A algunos, sí. Sobre todo a los recién llegados, tales como mendigos

hambrientosy sinhogar, quevagabanpor elmundoporque les quitaron las tierraspara convertirlas en dehesas para ovejas. Se dedicaron a pedir limosna y fueronazotados,amarrándolosaunacarreta,desnudosdelacinturaarriba,hastamanarleslasangre.Luegovolvieronamendigar, losazotaronotravezy lescortaronunaoreja.Mendigaron por tercera vez —¿qué iban a hacer los pobres diablos? y fueronmarcados en lasmejillas con hierro candente y luego vendidos como esclavos. Seescaparon, los pescaron y los ahorcaron. La historia terminó pronto. Otros hanescapado,menosmal.Venidaquí,Yokel,BumsyHodge…enseñadvuestrosadornos.

Avanzaron los aludidos, se quitaron los harapos y dejaron al descubierto lasespaldas,cruzadasdeantiguascosturasdejadasporellátigo.Unoselevantóelpeloyenseñóendondeantañotuvolaorejaizquierda;otroenseñóunamarcaenelhombro,laletra«V»,yunaorejamutilada.Eltercerodijo:

YosoyYokel,yfuienotrotiempounlabradorpróspero,conunaesposaamanteychiquillos;yahorasoyalgomuydistintopormiestadoyprofesión.Mimujerymishijosmurieron.Talvezesténenelcielo,otalvez…enelotrositio…Pero,¡Diossealoado!yanotienennadaqueverconInglaterra.Mibuenamadre,queeradeconductaintachable, trató de ganarse el pan asistiendo a los enfermos, pero uno de ellos semurió sin que elmédico supiera de qué, y por lo tanto quemaron amimadre porbruja,mientrasmisniñoslocontemplaron,gimiendo.¡LeydeInglaterra!¡Levantadelvasoybebamostodosjuntosalasaluddelasmisericordiosasleyesinglesas,quelalibraron del infierno de Inglaterra! ¡Gracias, camaradas, gracias a todos! Yo pedílimosnadecasaencasaconmimujer,llevandoalosfamélicosniños;perocomoesundelitotenerhambreenInglaterra,nosdesnudaronynosllevaronportrespueblosdándonosazotes.¡Bebamostodosotravezporlaspiadosasleyesinglesas,porquesulátigo se bebió la sangre demiMaría, y así llegómuy pronto su bendita libertad!Ahora duerme en la bendita tierra, a salvode tododaño; y los niños…Losniños,mientraslaleymeibaazotandodepuebloenpueblo,semurierondehambre.¡Bebed,

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muchachos, bebed, aunque no seamás que una gota, por los pobres niños que nohicieronnuncadañoanadie!Yovolvíamendigarenbuscadeunmendrugo,ymepusieronenlapicotayperdíunaoreja…Mirad,aquíestáloquedeellaqueda.Volvíapedirlimosna,y,paraquenosemeolvide,aquítenéisloquerestodelaotra.Volvíotravez,ymevendieroncomoesclavo.Aquí,enlamejilla,debajodeestamancha,simelavara,podríaisverla«S»rojaquedejólamarcadelhierroalrojovivo.¡Esclavo!¿Comprendéis esta palabra? ¡Un esclavo inglés es el que tenéis delante! Me heescapadodemiamo,ycuandomeencuentren—¡caigalamaldicióndelcielosobrelatierraquelohaordenado!—cuandomeencuentren,meahorcarán.[10]

Unavozvibrantesedejóoírenelenrarecidoaire:—¡Eso no sucederá! ¡Y en este día le ha llegado el fin a esa ley! Todos se

volvieronyvieron la fantástica figuradel reyniño,que seacercabaveloz.Cuandoemergióalaluzyserevelóclaramente,hubounestallidogeneraldepreguntas.

—¿Quiénesese?¿Qué?¿Quiénerestú,muñeco?El niño permaneció imperturbable en medio de aquellos sorprendidos e

interrogadoresrostros,yrespondióconmajestuosadignidad:—SoyEduardo,reydeInglaterra.—Siguióaestounaexplosióndecarcajadas,en

partedemofayenpartedejúbilo,porlaexcelenciadelchiste.Eduardosesintióofendidoydijoconaspereza:—¿Asíagradecéislaregiamercedqueosheprometido,vagabundosdesorejados?Dijo más, con colérica voz y excitados ademanes, pero todo se perdió en el

torbellinodecarcajadasydeexpresionesdemofa.«JuanHobbs»hizovariosintentosdeseroídoporencimadeaquelbarullo,yalfinloconsiguiódiciendo:

—Camaradas,esmihijo,unsoñador,unloco,locoperdido.Nolehagáiscaso.Secreeelrey.

—Soyelrey—dijoEduardo,volviéndosehaciaél—,ylosabrásasutiempoyatucosta.Hasconfesadounasesinatoyporélteahorcaran.

—¿Túmeharástraición?¿Tú?Sitepongolamanoencima…—¡Alto,alto!—Dijoélvigorosojefedelacuadrilla,interponiéndoseatiempode

salvaralrey,yrecalcandoestaayudaconunospuñetazosquederribaronaHobbsportierra—. ¿No tienes respeto ni a los reyes ni a los que usan puños de encajes? Sivuelvesaofendermipresencia, teestrangularéconmispropiasmanos.—Yagregódirigiéndose a Su Majestad—: Haces mal en dirigir amenazas a tus camaradas,muchacho,ydebesguardarlalenguaparahablarmaldeellosenpartealguna.Séreyenhorabuena,siesosatisface tu locura,peroquenoseaellounmalparanadie.Novuelvasadecir loquehasdicho,estoes traición.Seremosmalosencosasdepocamonta,perono tantoquehagamos traiciónanuestro rey.Enesto somoscorazonesamantesy leales.Reparasidigo laverdad.Ahora, todos juntos:«¡Tenga largavidaEduardo,reydeInglaterra!».

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—«¡TengalargavidaEduardo,reydeInglaterra!».La respuesta de la heterogénea chusma fue proferida con tan estentóreas voces

quehizoqueeldestartaladoedificiovibraratodo.ElrostrodeEduardoresplandeciódeplaceruninstante,einclinósucabezaaltiempoquedecíacongravesimplicidad:

—Gracias, mi buen pueblo. —Esta inesperada ocurrencia ocasionó a todosconvulsionesderegocijo.Cuandovolviódenuevoalgoparecidoalacalma,dijoeljefeconfirmeza,peroconacentobonachón:

—Déjate de tonterías, niño, que eso no es prudente ni está bien. Como bromapuedepasar,peroescogecualquierotrotítulo.

Uncaldereroexpresóavocesunaidea.—Fu-fuI,reydelostontos.Eltítulohizofortunaalinstante,ytodosrespondieronconuntremendoaullido:—¡VivaFu-fuI,reydelostontos!Alocualsiguieronvociferaciones,maullidosycarcajadas.—¡Subidlesobreelpavésycoronadle!—¡Ponedleelmantoreal!—¡Dadleelcetro!—¡Entronizadle!Estos y otros mil gritos estallaron a un tiempo, y, casi antes de que la pobre

victimapudieratomaraliento,viosecoronadaconunajofainadepeltre,envueltaenunamanta en jirones, entronizada sobre un tonel y provista, a guisa de cetro, delsoldadordelcalderero.Luegotodossehincaronentornodeélyprorrumpieronenuncorode sarcásticosgemidosydeburlonas súplicas,mientras seenjugaban losojosconlasmangasoconlosdelantalesmugrientosyandrajosos.

—¡Sébenignoparanosotros,ohdulcerey!—¡Nopisoteesaestosgusanosqueteimploran,ohnoblemajestad!—¡Compadécetedetusesclavosyconsuélalosconunpuntapiéregio!—¡Alégranos y caliéntanos con tus benignos rayos, oh flamante sol de la

soberanía!—¡Santificalatierraconlapisadadetupie,paraquepodamoscomerelpolvoy

ennoblecernos!—¡Dígnate escucharnos, oh señor, para que los hijos de nuestros hijos puedan

hablardeturegiacondescendencia,ysentirsefelicesyorgullosospara,siempre!Peroelchuscocaldererohizo lamofamejorde lanocheyse llevó losdebidos

honores. Arrodillado, fingió besar los pies del rey; rechazado con indignación,empezóapediratodosunandrajoparapegárseloenlacara,endondefuetocadoporlospies,diciendoquedebíapreservarlodel contactodel airevulgaryqueharía sufortunasaliendoalcaminorealyexponiéndoloalavistamediantecienchelinespormostrarlo; se puso tan dicharachero, que fue la envidia y la admiración de toda

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aquellasarnosaralea.A los ojo del pequeño monarca asomaron lágrimas de vergüenza y de

indignación.Yenelfondodesucorazónpensaba:—Sileshubierainferidoelmástremendoagravio,nopodríansermáscrueles.Y,

sinembargo,nohehechomásqueofrecerlesmibondad…yasímetratanporello.

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XVIIIElpríncipeylosvagabundos

Despertósealromperelalbalatropadevagabundosyprosiguiósumarcha.Lasnubes estaban muy bajas, cenagoso el suelo y el cierzo invernal cortaba. Toda laalegríahabíadesaparecido.Algunosdeellos,hoscosysilenciosos,otrosirritablesypetulantes,yningunodebuenhumor.Todosestabansedientos.

Eljefepusoa«Jack»alcuidadodeHugo,conalgunasinstruccionesyórdenesaJuanCantyparaquesemantuvieraalejadodelniñoylodejaraenpaz.

YasíprevinoaHugoquenosetrataracondemasiadarudezaalmuchacho.A poco, el tiempomejoró y las nubes se fueron en parte. Ceso la cuadrilla de

tiritar y se suavizó el humor de todos. Fuéronse poniendo más y más alegres, y,finalmente,empezaronaembromarseunoaotros,ya insultara losviandantesqueencontraban por el camino. Esto denunciaba que despertaban una vez más a laapreciación de la vida y sus alegrías. El temor que todo el mundo les tenía semostrabaenquetodoslosviandanteslescedíanelpasoytomabanabiensusgroserasinsolencias.Unadesusmaldadesconsistíaenarrancarlaropatendidaenlossetos,ala vista de sus dueños, quienes no decían esta boca es mía, pues al parecer semostrabanagradecidosdequenosellevarantambiénlossetos.

No tardaron en invadir una pequeña casa de labor donde se instalaron a susanchas,mientraseltemblorosolabriegoysugentevaciabanladespensaparadarlesdesayuno. Acariciaban por debajo del mentón a la mujer y a las hijas, mientrasrecibían el condumio de sus manos, y hacían bromas vulgares acerca de ellas,acompañadasde epítetos insultantesyde zafias carcajadas.Arrojaban loshuesosylasverdurasalaldeanoyasushijos,aquienesteníansincesarhaciendodecriados,yaplaudíantumultuosamentecuandosedecíaunchistegracioso.Acabaronporgolpearenlacabezaaunadelashijas,ofendidaporalgunadesusfamiliaridades.Cuandosedespidieron,amenazaronconvolverparaquemarlacasasobrelasmismascabezasdelafamiliasillegabaaoídosdelajusticiaalgunanoticiadesusfechorías.

Aesodelmediodía,despuésdeunacaminatalargaytediosa,sedetuvoelgrupodetrásdeunsetoenlasafuerasdeunpueblogrande.Dioseunahoraparadescansar,ytodos se dispersaron para entrar al pueblo por diferentes puntos, y dedicarse a susdiversasprofesiones.«Jack»fueenviadoconHugo,yambosanduvierondeacáparaalláalgúntiempo.Hugo,enbuscadeunaocasiónparahacer«unnegocio»,perosinencontrarninguna,porloqueacabódiciendo:

—Noveonadaquerobar.Ésteesunlugardespreciable.Peromendigaremos.—¿Mendigaremos?Siguetútuoficio,quebientesienta,peroyonomendigaré.—¿Quenomendigarás?—ExclamóHugomirando al rey con sorpresa—.Pero

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dime,¿desdecuándotehasreformado?—¿Quéquieresdecir?—¿NohaspedidolimosnatodatuvidaporlascallesdeLondres?—¿Yo,idiota?—Ahorra cumplidos, queasí tedurarámás laprovisión.Dice tupadrequehas

mendigadotodatuvida.¿Esquehamentido?Acasotendráslaaudaciadedecirquehamentido—dijosarcásticamenteHugo.

—¿Eseaquientúllamasmipadre?Sí,hamentido.—Mira,compañero,noabusestantodeesachanzadelalocura.Empléalaparatu

diversiónynoparatudaño.Silecuentoloquehasdichotedespellejará.—Puedesevitarteelcuidado.Yoselodiré.—Megusta tuvalor,enverdad,peronocomparto tu juicio.Bastantespalizasy

vapuleossellevaunoenestavida,sinquesalgadesucaminoparaprovocarlos.Peroprocedamosenpaz.Yolecreoatupadre.Nodudoqueseacapazdementir,nodudoquemientacuandollegalaocasión,porquelosmejoresdenosotroslohacemos;peroaquí no hay nada que lo valga. Un hombre sensato no malgasta en tonto unamercancíatanvaliosacomoeslamentira.Perovámonosdeaquí;ypuestoquetehadadoporrenunciarapedirlimosna,¿enquénosocuparemos?¿Robaremoscocinas?

—Dejayaesanecedad.Meimpacientas.Hugoreplicócolérico:—Escucha, camarada;noquieresmendigar, noquieres robar…Sea.Peroyo te

diré lo que has de hacer;me servirás de vigilantemientras yomendigo.Niégate aello,siteatreves.

Ibaelreyareplicardespectivamente,cuandoledijoHugointerrumpiéndole:—¡Calla!Allívieneunhombredecarabondadosa.Ahoramevoyadesplomar

comosituvieraunataque.Cuandosellegueamíesehombre,túempezarásagemir,ycaerásderodillas,haciendoverquelloras.Luegogritaráscomosituvierasmetidosenlatripatodoslosdemoniosdeldolor,ydirás:«¡Oh,señor,esmipobrehermanoenfermo,ynotenemosanadie!¡EnnombredeDios,miradconpiadososojosaunpobre enfermo, abandonado y miserable! Dad aunque sea un penique a un serdesamparadodeDiosyapuntodemorir».Y tenencuentaquenohasdecesardegemirhastaquelesaquemoselpenique,puesdelocontrariotearrepentirás.

InmediatamenteempezóHugoagemir,agruñir,aponer losojosenblancoyatambalearse,ycuandoeldesconocidoestuvocercasetendióenelsuelodelantedeél,lanzandoungrito,yempezóaretorcerseenelpolvoalparecerenagonía.

—¡Oh,Diosmío!—Exclamóelbenévolodesconocido—.¡Pobrecillo,pobrecillo!¡Cómodebedesufrir!Déjamequeteayude.

—¡Oh, noble señor! Dios os bendiga por ser tan principal caballero, pero mecausamuchos dolores queme toquen cuandome da el ataque.Mi hermano dirá a

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vuestraexcelenciacuántomedoblaycuálesmiangustiaalponermeasí.Unpenique,señor,unpeniqueparacomprarunpocodealimento,ydejadmeconmismales.

—¿Un penique? Tres te daré, desamparada criatura —dijo el desconocidollevándose la mano a la bolsa con nervioso apresuramiento—. Toma, pobremuchacho, tómalos y que te hagan buen provecho. Ahora ven acá, hijo mío, yayúdameallevaratupobrehermanoaaquellacasa,donde…

—Yonosoysuhermano—dijoelrey,interrumpiendo.—¡Cómo!¿Quenoeressuhermano?—Óiganlo—gruñó Hugo, que no dejó de rechinar los dientes—. ¡Niega a su

propiohermano…cuandoestáconunpieenlatumba!—Muchacho, duro de corazón eres, por cierto, si éste es tu hermano. ¡Por

vergüenzatuya!¿Novesqueapenaspuedemoverpienimano?Sinoestuhermano,¿quiénespues?

—Unmendigo y un ladrón. Cuando le habéis dado el dinero os ha robado elbolsillo, y haríais unamilagrosa curación si dejarais caer vuestro bastón sobre susespaldasydejarlodemásalaProvidencia.

MasHugonoesperóelmilagro.Enunmomentoestabaenpieycorriendocualelviento,seguidoporelcaballeroysindejardedargrandesgritosensufuga.Elrey,dandograciasalcieloporsupropialibertad,huyóendirecciónopuesta,ynoaminoróel paso hasta que estuvo fuera del maléfico alcance del villano. Tomó el primercaminoqueseleofrecíaynotardóendejarmuyatráslaaldea.Siguiócorriendolomásdeprisaquépudodurantevariashoras,sindejardemirarnerviosamentehaciaatrásporsileperseguían,masalfinledejaronlostemores,ylellegóunaagradablesensacióndeseguridad.Entoncesdiosecuentadequeteníahambre,ydequeestabamuycansado.Hizoaltoenunagranja;mascuandosedisponíaahablar,leatajaronyledespidieronconrudeza.Susandrajoshablabanencontrasuya.

Siguió andando, ofendido, indignado y resuelto a no volver a exponerse asemejantetrato;peroelhambreeselamodelorgullo.Así,cuandoempezóacaerlanoche,hizootrointentoenunanuevacasadelabor,peroallíescapópeorqueantes,porqueledirigieronpalabrasgruesasyleamenazaronconprenderleporvagabundocomonoselargaramásquedeprisa.

Vinolanoche,glacialyencapotada,yaúnseguíavagandoelpobremonarca,conlos pies doloridos. Se veía obligado a moverse sin cesar, porque cada vez que sesentaba a descansar un momento el frío le penetraba hasta los huesos. Todas sussensaciones,mientrasandabaenlasolemneoscuridadylasolitudsinfindelanoche,erannuevasyextrañasparaél.Atrechosoíavocesqueseaproximaban,pasabanysedesvanecíanenelsilencio;comonoveíadeloscuerposaquienespertenecían,másqueunbultoinformeymóvil,todoaquelloteníaalgodeespectralypavorosoquelehacíaestremecerse.Divisaba,aveces,elparpadeodeunaluz,siempremuylejana,se

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diríaquecasienotromundo.Sioíaelcencerrillodeunaovejaeravago,distanteyconfuso. Los ahogados mugidos del rebaño llegaban hasta él con el viento de lanoche, cadencias que se desvanecían en desolados sones. De cuando en cuandoescuchabaeldesgarradoaullidodeunperroatravésdelinvisibleespaciodelcampoydelbosque.Todos los sonidos eran remotosyhacíanpensar al reyecitoque todavida y toda actividad estaban muy lejanas de su persona, y que se hallaba,abandonadoysinamigosenmediodeunasoledadinconmensurable.

Siguió avanzando entre la pavorosa fascinación de aquella nueva experiencia,sobresaltadoavecesporelsuavemurmullodelashojassecassobresucabeza,queparecíancuchicheoshumanos,ydiode sopetóncon la luzcercanadeuna linterna.Retrocedióhastalassombrasyesperó.Lalinternaalumbrabajuntoalapuertadeungranero que estaba abierto. El rey esperó algún tiempo… No se sentía el menorrumor,ynadiesemovía.Elestarquietolediotantofrío,yelhospitalariograneroeratantentador,queelniño,porfin,resolvióarriesgarlotodoyentrar.Echóaandardepuntillas,yenelmomentodecruzarelumbraloyóvocesasusespaldas.Seagazapodetrásdeuntoneldentrodelgranero,yvioentraradoslabradores,quellevabanlalinterna,yempezaronahacersusfaenassindejardehablar.Mientrassemovíanentornocon la luz,el reynodiodescansoasusojos,y fijándosemuybienen loqueparecía ser un pesebre de buen tamaño, al otro extremo del granero, se propusoacercarseaélatientascuandolodejaransolo.Observótambiénlasituacióndeunapila demantas para dos caballos a lamitad del camino, con intento de requisarlasparaunanocheparausodelacoronadeInglaterra.

Porfinloshombresterminaronysefueron,cerrandotrassílapuertayllevándoselalinterna.Eltemblorosoreyseencaminóhacialasmantas,tanrápidamentecomoselopermitíanlastinieblas.Lastomó,y,sintropezar,llegóatientasalpesebre.Condosmantassehizounacamayluegosetapóconlasdosrestantes.Alasazónsesentíaunmonarca feliz, aunque lasmantas eran viejas y delgadas, y no demucho abrigo, yademásexhalabanunpenetranteolorcaballunoquecasileahogaba.

Aunqueelreyestabahambrientoyhelado,estabaalpropiotiempotancansadoysoñolientoqueestoúltimoempezóaconseguirventajasobreloprimero;ynotardóelniñoencaerenunestadodesemiinconsciencia.Entonces,cuandoestabaapuntodeperderporcompletodevistaestemundo, sintióquealgo lo tocaba.Despertósedeltodo al instante, jadeando para tomar aliento. El gélido horror de aquelmisteriosocontacto a oscuras casi suspendió los latidos de su corazón. Quedose inmóvil,escuchósinrespirarapenas,peronadasemovióynosintióelmenorruido.Siguióelreyescuchandoyesperóunos instantes,que leparecieroneternos;pero todosiguióquietoyensilencio.Asívolvióalfinelniñoacaerenlasomnolencia,perodeprontosintióelmismomisteriosocontacto.Erasiniestro;aquellevetoquedeunapresenciasilenciosaeinvisible,yllenóalniñodefatídicostemores.

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¿Quéhacer?Pregunta a laqueno sabíaqué responder. ¿Dejaría aquel alberguetancómodoparaescapardelinescrutablehorror?Pero,¿adóndeir?Nopodíasalirdelgranero,ylaideadeandaraciegasacáyacullá,enlasombra,dentrodeesaprisióndecuatroparedesacosadosincesarporaquelfantasma,queacadamomentoledaríaenlasmejillasoenloshombros,eraintolerable;¿eramejorpermanecerdondeestabaysoportartodalanocheaquellamuerteenvida?No.Entonces,¿quélequedabaporhacer?¡Ah!Nohabíamásqueuncamino,bienloentendía.Debíaalargarelbrazoydarconaquellacosa.

Eramuy fácil pensarlo, pero difícil hacer acopio de valor para llevarlo a cabo.Tresvecesextendiótímidamentelamanoenlaoscuridad,perolaapartóderepenteconunestremecimiento,noporhaberencontradonada,sinoporqueestabasegurodequeibaaencontrarlo.Peroalacuartavezpalpóunpocomáslejosysumanoresbalósobre algo suave y caliente. Esto le dejó casi petrificado de espanto. Su ánimo sehallaba en tal estado que no podía imaginar que aquello fueramás que un cuerporeciénmuerto,ynofríoaún.Díjosequeseríamejormorirquetocarlootravez;perose le ocurrió este erróneo pensamiento porque no conocía la fuerza inmortal de lacuriosidad humana. Poco rato había transcurrido cuando sumano empezó a tocar,otravez,temblorosamente,contratodojuicioyconsentimiento,perosinembargoconpersistencia.Encontróunmechóndepelolargo.Seestremeció,perosiguiótocandoyencontró algo que parecía una cuerda caliente. ¡Siguió la cuerda hacia arriba y sehallóconuna inocente ternera!Porque lacuerdanoera talcuerda, sino lacoladelanimal.

Sintióseelreyhondamenteavergonzadodesímismoporhaberexperimentadotalespantoyhorroranteunacosataninsignificantecomoesunaterneradormida;masnodebióhaberpensadoasí,porqueloquelehabíaasustadonoeralaternera,sinounterrible no se qué sin vida representado por la misma, y cualquier otro niño enaquellostiempossupersticiososhabríahechoypadecidolomismoqueél.

Sintióseencantadoelreynosólodeverqueelencantadoanimaleraunaternera,sino también de tenerla en su compañía, porque se había sentido tan solo ydesamparado,queacogióconagradocomocamaradaaunaaquelhumildeanimal.Sehabíavistotanmaltratado,tanafrentadoporsuspropiossemejantes,quefueparaélunverdaderoconsuelohallarsealfinenlasociedaddeunserqueporlomenosteníacorazóntiernoyanimoapacible,pormásquenotuvieraatributosmáselevados,porlocualEduardodecidióprescindirdeetiquetasyhacerseamigodelaternera.

Mientras acariciaba el caliente lomo del animal—porque éste se hallaba muycerca y al alcance de sumano— se le ocurrió que podía utilizarlo enmás de unaforma,yasívolvióaarreglarsucamastrocolocándosecercadelaternera;luegoseacurrucójuntoallomodeésta,echólasmantassobresímismoysuamiga,yalcabodeunosminutosestaba tancalientitoycómodocomoen lasmejoresnochesde su

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lechodeplumasenelrealpalaciodeWestminster.Alpuntovinieronasumentepensamientosplacenteros;lavidaadquirióuncariz

másalegre.Estabaliberadodelasgarrasdelaservidumbreydelcrimen,libredelacompañía de villanos y brutales forajidos. Estaba caliente, cobijado; es decir, erafeliz. Soplaba el viento de la noche en pavorosas ráfagas que hacían estremecer ytemblar el viejo granero, y luego su fuerza expiraba a intervalos, y continuabamugiendo y gimiendo por los rincones…Pero todo ello era una agradablemúsicapara el rey, una vez arropado y cómodo. Soplara y enfureciérase cuanto quisiera,azotaraygolpeara,gimierayrugiere,alreynoleimportaba,antesbiengozabaconello.Seacurrucómáscercadesuamiga,consibaritismodecálidaalegría,ycomounbendito perdió la conciencia del mundo y se sumió en un sueño profundo y sinpesadillas,enpazysosiego.Alolejosaullabanlosperros,mugíanmelancólicamentelasvacasyelvientoseguíarugiendo,entantoquefuriososaguacerosseabatíansobreeltejado;maslaMajestaddeInglaterrasiguiódurmiendoimperturbable,yotrotantolaternera,animalsencillo,yquenoseturbabafácilmenteporlastempestades,nilecausabaembarazodormirconunrey.

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XIXElpríncipeconlosaldeanos

Aldespertarelreyalamañanasiguiente,seencontróconqueunaratamojada,peroprecavida,sehabíacoladoenelgranerodurantelanoche,yjuntoasumismolecho se había habilitado una cómoda cama. Al verse perturbada en su reposo seescapócorriendo.Eduardosonrióydijo:

—¡Pobretonta!¿Porquétienestantomiedo?Yoestoytandesamparadocomotú.Sería una infamia en mí dañar a los desvalidos, cuando tan desvalido estoy yo.Además,tedebogratitudporelbuenagüero,porquecuandounreyhacaídotanbajoquelasmismasratastomanporcamasucuerpo,esosignificaenverdadquesusuertevaacambiar,puestoqueestáclaroquenopuedebajarmás.

Levantose y salió del pesebre en el precisa momento en que se oían vocesinfantiles.Abrioselapuertadelgraneroyentrarondosniñitas,queencuantovieronaEduardoenmudecieronysequedaroninmóviles,mirándoleconvivacuriosidad.Notardaronencuchichearentre síy luegoseacercaronmásy sedetuvierondenuevoparamirarle y secretear de nuevo.Mas pronto, con acopio de valor, empezaron ahablarenvozalta.Unadijo:

—Tieneunacaramuybonita.—Yelpelomuyhermoso—añadió,laotra.—Parecequetienemuchahambre.Acercáronsemás,dandovueltas tímidamenteyreconociéndoledepiesacabeza

desdetodaspartes,comosifueraunaespecienuevayextrañadeanimal;comosicasitemieran que fuera una clase de animal que mordiera llegada la ocasión. Sedetuvieron,porfin,delantedeél,cogidasdelasmanosparaprotegersemutuamente,ylemiraronhartoratoconinocentesojos.Despuésunadeellas,conalardedevalor,preguntóconllaneza:

—¿Quiéneres,niño?—Soyelrey—respondióéstegravemente.Las niñas se sobresaltaron de nuevo; abrieron desmesuradamente los ojos y

quedáronsesinpoderhablarpalabra.Alfin,lacuriosidadrompióelsilencio:—¿Elrey?¿Quérey?—ElreydeInglaterra.Lasniñassemiraronunaaotra,luegolemiraronaélyvolvieronamirarseentre

sí,maravilladasyconfusas.Despuésunadeellasdijo:—¿Hasoído,Margarita?Dicequeeselrey.¿Seráverdad?—¿Cómopuede no ser verdad, Prissy? ¿Iba a decir unamentira? Porque si no

fueraverdad,Prissy,seríamentira.Claroquelosería.Piénsalobien.Porquetodolo

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quenoesverdad,esmentira,ynosepuedecreerotracosa.Como éste era un argumento que no tenía vuelta de hoja, ni dejaba el menor

resquicio para refutarlo, los reparos de Prissy no tuvieron ya en qué fundarse.Reflexionóunmomentolaniñaydijodespuésestasencillafrase:

—Sieresdeveraselrey,tecreo.—Soydeveraselrey.El asunto quedó resuelto; la realeza de Su Majestad fue admitida sin más

preguntas ni discusiones, y las dos niñas empezaron al instante a preguntar cómohabíaidoaparardondeestaba,ycómoestabatanmalvestido,yadóndesedirigía,yunainfinidaddepreguntasmás.Fueungranconsueloparaelreyecitodesahogarsuscongojasdondeno seríanobjetodeburlas ni dedudas; y así contó suhistoria congrancalor,olvidandomientrashastasuhambre,suhistoriafueescuchadaconlamásprofunday tierna compasiónpor las dos niñas.Pero cuando les refirió sus últimasaventuras y aquéllas se dieron cuenta del tiempo que llevaba el rey sin comer, noquisieronsabermás,ysalieroncorriendodelgraneroparabuscarleeldesayuno.

Sentíaseelreyalegreyfeliz,ysedijo:—Cuandovuelvaarecobrarmidignidadhedehonrarsiemprealasniñas,porque

meacordarédequeéstashanconfiadoenmíymehancreídoenmisdesventuras,mientrasquelosquetienenmásañosysecreenmuysabios,sehanburladodemíymehantomadoporembustero.

La madre de las niñas recibió bondadosamente al rey, y se mostró llena decompasión,porquesudesamparoysurazón,alparecerperturbada,conmovieronsucorazóndemujer.Eraviudaypobre,conocíalaspenasdemasiadodecercaparanocompadecerse de los infortunados. Pensó que el demente niño se había extraviadoalejándosedesusamigosydeudos,yasíquisoaveriguardedóndevenía,parapoderdarpasosencaminadosadevolverlo;mastodassusreferenciasalasaldeasylugaresvecinas,ytodassuspreguntasenelmismosentido,nodieronresultado,porqueenlacara del niño y en sus respuestas bien se notaba, que las cosas a que se refería labuena mujer, no le eran familiares. El rey hablaba con gravedad y sencillez deasuntosdelacorte,ymásdeunavezahogaronsuhablalossollozosalmencionaraldifunto rey, su padre; pero siempre que la conversación cambiaba y versaba sobremateriasmenoselevadas,elniñoperdíainterésypermanecíaensilencio.

Lamujerseencontrabamuyperpleja,peronoquisorenunciarasusintenciones.Mientras seguía cocinando, discurría medios de atrapar al muchacho para quedescubrierasuverdaderosecreto.Lehablódevacasyelniñonomostróinteresarse;delasovejas,yfuelomismo.Porlotanto,susuposicióndequefueseunniñopastorera equivocada.Lehabló demolinos, de tejedores, de caldereros, de herreros y detodaíndoledeindustriasyoficios; lehablódeBedlam,delascárcelesylosasilos,peroentodoseveíafrustrada,aunquenoqueríaadmitirlo,pensandoquenolehabía

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hablado aún del servicio doméstico. Sí; ahora estaba segura de hallarse sobre laverdaderapista.Elniñodebíadeseruncriado.Encaminólaconversaciónhaciaestepunto,peroelresultadofuedesalentador.Decómosebarría,pareciófatigaralniño;elencenderelfuegonoleconmovió,yelfregaryfrotarnodespertósuentusiasmo.Al fin lamujer,perdidayacasi todaesperanzaymásbienpor aquellodecumplir,hablódelacocina.Congransorpresasuyaynomenordeleite,elsemblantedelreyseiluminóalinstante.

—¡Ah!—Pensólamujer—:¡Porfinloheacorralado!—ysesentíaorgullosadelasolapadaastuciaydeltactoconquelohabíaconseguido.

Su cansada lengua tuvo ahora oportunidad de descansar, porque la del rey,inspiradaporelhambrequeleatormentabayporlostentadoresoloresquesalíandelasbarboteantesollasysartenes,sesoltóyselanzóenunatanelocuentedisertaciónsobre ciertos platos apetitosos, tanto, que al cabo de tresminutos se dijo la buenamujer:

—Sindudaheacertado.Hasidopinchedecocina.Hablódespuéselniñodesucomidacontantojuicioyentusiasmo,quelamujer

sedijo:—¡Diosmío!¿Cómopuedesaberacercadetantosplatosytanexquisitos?Porque

ésos no se comenmás que en lasmesas de los ricos y poderosos. ¡Ah! ya veo.Apesardesusandrajosdebedehaberservidoenpalacioantesdeperderlarazón.Sí;debedehabersidopincheenlacocinadelmismísimorey.Voyaponerloaprueba.

Ansiosadeconvencersedesupropiasagacidad,dijoalreyquesehicieracargoporunmomentodelacocina,diciéndolequepodríahaceryañadirunoodosplatossile parecía. Luego salió del aposento, haciendo una seña a las niñas para que lasiguieran.Elreydijoentredientes:

—OtroreydeInglaterratuvounafaenasemejanteaésta,antaño…NovacontramidignidadelencargarmedeunoficioqueelgranAlfredonodesdeñóejercer.Perovoyaprocurardesempeñarlomejorqueél,quedejóquemarlospasteles.

Buenaeralaintención,masnofueigualalllevarlaalapráctica,porqueesterey,como el otro, no tardó en absorberse en sus propios asuntos, y de ello resultó elmismopercance:quelosmanjaressequemaron.Labuenamujervolvióatiempodesalvarelalmuerzodesutotaldestrucción,ynotardóenalejardesussueñosalreycon una animada y viva regañeta. Mas al ver cuán turbado estaba por haberdesempeñadomalsuencargo,sesuavizóalpunto,yfuetodabondadygentilezaparaconél.

Hizo el niño unamagnífica y satisfactoria comida, que le restauró y alegró engranmanera.Fueunacomidaquesesignificóporundetallecurioso:eldequeambaspartes prescindieron de etiquetas, pero sin que ninguna de ellas se diera cuenta dehaberlohecho.Labuenamujersehabíapropuestodardecomeraaquelmuchacho

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vagabundoconvituallasrecalentadas,yenunrincón,comoacualquierotro,ocomoaunperro,perosentía tal remordimientopor la regañadaque lehabíaechado,quehizocuantopudoparaatenuarla,permitiéndolequesesentaraalamesadelafamiliaycomieraconsussuperioresenaparentes términosde igualdadconellos.Yel reypor su parte sentía tales remordimientos por haber desempeñadomal su cometido,después de haberse mostrado tan bondadosa con él la familia, que se propusorepararlohumillándosehastaelniveldeésta,envezdeexigiralamujeryalasniñasque se quedaran en pie y le sirviesen, mientras él ocupaba sumesa en el estradosolitario debido a su nacimiento y dignidad. Todos alguna vez prescindimos de lagravedad. La buena mujer estuvo feliz todo el día con los aplausos con que segratificóasímismaporsumagnánimacondescendenciaconunvagabundo,yelreysesintiónomenoscontentoporsubenignahumildadhaciaunapobrealdeana.

Cuando terminó el desayuno, ésta dijo al rey que lavara los platos. SemejanteordendejódeunapiezauninstanteaEduardoylopusoalbordedelarebelión;peroenseguidasedijo:

—AlfredoelGrandecuidódelospasteles,ysindudahabríalavadotambiénlosplatos.Porconsiguiente,hedeprobarlo.

Eso le salióbastantemal, congran sorpresa suya,porque lavar las cucharasdepaloyloscuchilloslehabíaparecidofácil.Eraunatareatediosaymolesta,peroalfinlaterminó.Empezabaasentirimpacienciaporproseguirsuviaje;noobstante,nohabía que perder tan fácilmente la compañía de aquella generosa mujer. Ésta leprocuró diferentes ocupaciones de poca monta, que el rey desempeñó con granlentitudyconregularlucimiento.Luegolopusoencompañíadelasniñasamondarmanzanas,peroelreysemostrótantorpequelamujerledio,encambio,aafilarunachairadecarnicero.DespuéslotuvocardandolanatantoratoqueelniñoempezóasentirquehabíadejadomuypordebajoalbuenreyAlfredoencuantoaheroísmos,queestaríanmuyensupuntoenloslibrosdecuentosydehistorias,ysesintiómedioinclinadoarenunciar.Y,enefecto,asílohizocuandodespuésdelacomidadelmediodía la buena mujer le dio una canasta con unos gatitos para que los ahogara.Finalmenteestabaapuntoderenunciar—porquesedijoquesihabíadeencontrarelmomento oportuno sería éste en que le ordenaban ahogar los gatos— cuandosobrevino una interrupción. ¡La tal interrupción eran Juan Canty, con una caja debuhoneroalaespalda,yHugo!

Elreydescubrióaaquellosrufianescuandoseacercabanpor laverjadelantera,antesdequeellospudieranverle;así,pues,nohablónadadesudimisión,sinoqueseapoderó de la canasta de los gatitos y salió por la puerta trasera sin decir oste nimoste;dejóalosanimalitosenunpabellónanexoalacasaysaliócorriendoporunaangostavereda.

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XXElpríncipeyelermitaño

El alto seto le ocultó muy pronto a la vista de la casa; y entonces, bajo laexcitación de un terrible espanto, apeló el niño a todas sus fuerzas y se encaminócorriendoaunbosquelejano.Novolvióatráslavistahastaquecasihuboganadoelrefugiodelbosque,yentonces,divisóalolejosdosfiguras.Nonecesitómás.Nosedetuvoelreyaexaminarlasacuciosamente,sinoquesiguiócorriendo,sinaminorarelpasohastaqueestuvomuyadentroenlaoscuridadcrepusculardelbosque.Entoncessedetuvo,persuadidodequeestabayabastanteseguro.Escuchoatentamente,perolacalmaeraprofundaysolemne…yhastapavorosaydeprimenteparaelánimo.Susoídosentensiónpercibíanconlargosintervalosalgunosruidos,perotanremotos,tanhuecosytanmisteriosos,quenoparecíanserverdaderossonidos,sinosóloespectrosgemebundosyplañideros.Asíresultabanmáspavorosostodavíaqueelsilencioquequebraban.

Alprincipioelpropósitodelreyerapermanecerallítodoelrestodeldía,peronotardó un escalofrío en invadir su cuerpo sudoroso, y para volver en calor verseobligadoaseguirandando.Avanzóenderechurapormediodelbosque,enesperadedar pronto con un camino, pero en esto se llevó un chasco. Siguió caminando, ycuanto más avanzaba más densa se tomaba la espesura. Empezó a apretarse lotenebroso,yelreycomprendióqueibaacerrarlanocheyseestremecióantelaideadepasarlaeneselúgubrelugar.

Trató,pues,deandarmásdeprisa,peroavanzabamenosaún,porquecomonoveíalobastanteparaverdóndeponíalospies,nocesabadetropezarconlasraíces,nideenredarseenzarzasyplantasrastreras.

¡Cuál fue su gozo cuándo al fin vio el destello de una luz! Acercose a ellacautelosamente,pasoapaso,paramirarentornoyescuchar.Laluzprocedíadeunhuecodeventanasinvidriosenunadesvencijadachoza.Elniñooyóunavozysintióganasdecorreryesconderse,perocambióalmomentodeopinión,yaque,sinlugaradudas, aquella voz estaba rezando. Deslizose el rey hasta la ventana, se puso depuntillasyechóunamiradaal interiorde lachoza.Lahabitaciónerapequeñaysusuelodetierraapisonadaporeluso.Enunrincónseveíaunlechodejuncosyunaodos mantas hechas jirones; cerca de él un cubo, una taza, una jofaina, y algunoscacharros y sartenes. Había un banco angosto y un escabel de tres patas; en lachimeneaquedaba el rescoldodeun fuegode leña.Anteunahornacina, iluminadaporunasolavela,sehallabaarrodilladounhombredeedad,acuyolado,enunacajavieja de madera, estaban un libro abierto y una calavera. El hombre, que era decuerpograndeyhuesudo,ydepeloybarbalargosyblancoscomolanieve,secubría

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conunaspielesdecorderoquelellegabandelagargantaalasrodillas.—Unsantoermitaño—sedijoelrey—.Ahoratengoenverdadsuerte.Levantoseelermitañoyelreyllamóalapuerta.Unavozgraverespondió:—Entrad,perodejadfueraelpecado,porqueessantalatierraquevaisapisar.El rey entró y se detuvo. El ermitaño le dirigió unamirada viva e inquieta, y

preguntó:—¿Quiéneres?—Soyelrey—respondióelniñoconplácidasencillez.—¡Bienvenido,ohrey!—exclamóelermitañoconentusiasmo.Yafanándosecon

febril actividad, y sin dejar de susurrar «bienvenido, bienvenido» arregló el banco,hizosentaralreyjuntoalfuego,echóaéstealgunosleños,y,finalmente,empezóadarpaseosconnerviosoandar.

—Bienvenido.Muchoshanbuscadoasiloaquí,masnoerandignosdeelloyhansidodespedidos;peroun reyquedesdeña sucoronay losvanosesplendoresde suoficio,ysevistedeandrajosparadedicarsuvidaalasantidadyalamortificacióndelacarne,ésesíqueesdigno,ésesíque,merecelabienvenida.Aquímorarástodostusdíashastaquetelleguelamuerte.

El reyseapresuróa interrumpirleyaexplicarleelcaso,peroelermitañono leprestóatenciónnileoyóenapariencia,sinoquesiguióconsucharla,alzandolavozyconcrecientefuerza:

—Yaquíestarástranquilo.NadiehallaráturefugioparaabrumarteconsúplicasdequevuelvasaesavidavanayvacíadequeDiostehamovidoaapartarte.Aquírezaras,aquíestudiaráselLibro,aquímeditarásacercadelaslocurasydesengañosdeeste mundo y sobre las sublimidades del mundo venidero. Te alimentaras demendrugos y de hierbas y te azotarás a diario para purificar tu alma.Llevarás unacamisa de estameña junto a la piel, beberás sólo agua, y estarás tranquilo. Sí,completamentetranquilo,porquelosquevenganentubusca,seirándecepcionados;noteencontrarán,notemolestarán.

Elanciano,sindejardedarpasosdeunladoaotro,terminódehablarenvozaltay empezó amusitar. El rey aprovechó esta ocasión para exponer su caso, con unaelocuencia inspirada por la inquietud y el temor,mas el ermitaño siguió hablandoentre dientes y sin prestarle atención. De pronto se acercó al rey y le dijo conimpresionanteacento:

—¡Chis!Tediréunsecreto.Inclinose para contárselo, pero se contuvo y adoptó actitud de prestar oído.Al

cabodeuninstanteseacercódepuntillasalhuecodelaventana,asomólacabezaymiróenlaoscuridad.Enseguidavolvióotravezdepuntillas,arrimósurostroaldelreyycuchicheó:

—Yosoyunarcángel.

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Hizoel reyunmovimientobrusco,ysedijo:«¡Ojaláestuvieraotravezcon losbandidos,porqueahorameveoprisionerodeunloco!».

Sustemoresaumentaronysedejaronverensusemblante.Envozbajacontinuóelermitaño:

—Veoquepercibesmiatmósfera.Eltemorsepintaentusfacciones.Nadiepuedepermaneceraquísinverseafectadodeesemodo,porqueeselmismocielo.Yovoyaélyvuelvoenunabrirycerrardeojos.Enestemismositiomehicieronarcángel,hacincoaños,unosángelesenviadosdelcieloparainvestirmeconesaexcelsadignidad.Consupresenciallenaronestesitiodeintolerableluzysearrodillaronantemí,¡oh,rey!Sí, searrodillaronantemí,porqueyoeramásgrandequeellos.Yoheandadoporlassalasdelcieloyhehabladoconpatriarcas.Tocamimano;notemas,tócala.Acabas de tocar una mano que ha sido estrechada por Abraham, Isaac y Jacob,porqueheandadoporlassalasdeoroyhevistofrenteafrentealaDivinidad.

Detúvose para dar mayor trascendencia a sus palabras, y de pronto mudó deexpresiónysevolvióaponerenpie,diciendoconairadaenergía:

—Sí;soyunarcángel,unverdaderoarcángel,yo,quepodríahabersidopapa.Esmuchaverdad;melodijeronenelcielo,enunsueño,haceveinteaños.¡Ah,sí!Yoteníaqueserpapa;yohabríasidopapa,porqueelcielo lohabíadicho;peroel reydisolviómicasareligiosa,yyo,pobreviejo,oscuroysinamigos,mevisinhogarenelmundoyapartadodemisaltosdestinos.

Aquíempezóotravezahablarentredientesysegolpeólafrenteconinútilrabia,profiriendo a intervalos unas tremendas maldiciones, y de cuando en cuando estapatéticafrase:

—¡Poresonosoymásqueunarcángel,yo,quedebíaserpapa!Y así prosiguió por espacio de una hora,mientras el pobre rey se desesperaba,

sentado en su banco. De pronto pasó el frenesí del viejo, que volvió a ser todosuavidad. Se le amansó la voz, cayó de las nubes y empezó a hablar con tantasencillezytanhumanamentequenotardóenganarporcompletoelcorazóndelrey.Elviejodevotohizoqueelniñoseacercaramásalfuegoparaqueestuviesemejor,lecurócondiestraytiernamanolascontusionesyrozaduras,ysepusoaprepararyaguisar una cena, todo esto sin dejar de charlar agradablemente, y acariciando decuandoencuandolamejillaolacabezadelniño,contantadulzura,quealpocoratotodo el temor y la repulsión inspirados por el arcángel se habían trocado enreverenciayafectoalhombre.

Estefelizestadodecosasprosiguiómientraslosdosdespachabanlacena.Luego,tras una plegaria ante la hornacina, el ermitaño acostó al, niño en una pequeñahabitacióncontigua,yloarropócontantocariñocomosifueraunamadre;yasí,conuna caricia postrera, le dejó, se sentó junto al fuego y empezó a atizar los leños,distraídoysininterés.Deprontosedetuvoysegolpeóvariasveceslafrenteconla

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mano,comositrataraderecordaralgúnpensamientoquehubierahuidodesumente.No lo consiguió al parecer, y se levantó bruscamente y entró en el cuarto de suhuésped,aquiendijo:

—¿Ereselrey?—Sí—respondióelniñosemidormido.—¿Quérey?—EldeInglaterra.—Entonces,¿hamuertoEnrique?—¡Ay!Asíes.Yosoysuhijo.El ermitaño frunció el ceño y crispó la huesuda mano con vengativa energía.

Estuvounosmomentosenpie, jadeando fuertey tragandosaliva repetidasveces,ydijoconvoztétrica:

—¿Sabesqueélnosdejósincasanihogarenestemundo?Norecibiórespuesta.Elviejoseinclinóparaescudriñarelserenosemblantedel

niñoyescucharsucalmadarespiración.—Duerme;duermeprofundamente—dijo—.Yelceñodesapareciódesufrente,cediendoaunaexpresióndesatisfacciónmalvada.Elrostrodeldormidoniñoseiluminabaconunasonrisa.Elermitañorefunfuñó:—Sucorazónesfeliz—.Ysealejó.Furtivamenteempezóadarvueltas,buscandoalgoportodaspartes,deteniéndoseavecesaescuchar,yavecesvolteandoasualrededorparaechar una mirada rápida a la cama, y hablando sin cesar entre dientes. Por finencontró, lo quenecesitaba: un enorme cuchillomohosoy unapiedra de afilar. Seacuclillójuntoalfuegoyempezóaafilarelcuchillosuavementesindejardemusitar,refunfuñaryrezongar…

Suspiraba el viento en torno del solitario paraje, y las misteriosas voces de lanoche flotaban adistancia.Losvivarachosojosdeosados ratones contemplaban alviejo desde sus nidos, pero el ermitaño proseguía su obra, abstraído, absorto y sindarsecuentadenada.Alargosintervalosdeslizabaelpulgarporelfilodelcuchillo,ymovíalacabezaconairedesatisfacción.

—Sevaafilando—dijo—;sevaafilando.Sincuidarsedelpasardeltiempo,seguíaafilandotranquilamente,enfrascadoen

suspensamientos,quesetraducíanavecesenordenadaoración.—Supadrenoshizodaño,nosdestruyóyhadescendidoal fuegoeterno.Sí,al

fuegoeterno.Selibródenosotros,perofuelavoluntaddeDios;sí,fuelavoluntaddeDios, no debemos lamentarnos. Pero no se ha librado del fuego eterno. No se halibradodeesefuegoabrasador,implacableyendondenocabenremordimientos;yelfuegoeseternoyperdurable.

Yasícontinuó,afilandoyafilandosincesar,yrefunfuñando,conteniendoavecesunarisasardónica,yavecesprofiriendopalabras.

—Supadrefueelquelohizotodo.Yonosoymásqueunarcángel;anoserpor

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él,hubierasidopapa.Elreyseagitóunmomento,yelermitañoacercosesinhacerruidoalladodesu

lechoysearrodilló,inclinándosesobreelcuerpodelniñoconelcuchillolevantado.Eduardovolvióamoverseysusojosseabrieronuninstante,perodormidos,sinvernada. Y almomento su respiración acompasadamostró que su sueño volvía a serprofundo.

Elermitañoobservóyescuchóuninstante,sincambiardeposturaysinrespirarapenas.Porfinbajólentamenteelbrazoysealejódiciendo:

—Hapasadoyalamedianoche.Novayaaserquegrite,siporacasopasaalguien.Volvió a su aposento, recogió aquí un andrajo, allá unas tenazas y allá otro

harapo,ydespuésregreso,yconelmayorcuidadoselasarreglóparaatarlostobillosdelreysindespertarlo.Intentoluegoligarlelasmuñecasehizovariastentativasparacruzarlas,peroelniñoapartabasiempreunauotraenelmomentoenquesedisponíaaatarlasconlacuerda;alfin,cuandoelarcángelestabapróximoaladesesperación,el rey cruzó las manos por sí mismo y un instante después estuvieron atadas. Elermitañolepasóluegounavendabajolabarbillayporencimadelacabeza,dondelaatófuerteycontantadelicadeza,tandespacioyhaciendolosnudostandiestramente,que el niño siguió durmiendo tranquilamente durante toda la maniobra, sin darseñalesdevida.

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XXIHendon,elsalvador

Elancianoseapartó,agachado,cautelosamente,comoungato,yacercóelbanco.Sesentóenél,conmediocuerpoexpuestoaladébilyvacilanteluz,yelotromedioenlassombras;yasí,conlamiradaclavadaeneldormidoniño,prosiguiósupacientevela,sincuidarsedelpasodeltiempoysincesardeafilarsuavementeelcuchillo,entanto que no paraba de refunfuñar y hacer gestos. Por su aspecto y su actitud noparecía sino una araña horrible ymisteriosa, que se ensañara sobre un desdichadoinsectopresoensutelaeindefenso.

Despuésdelargotiempo,elviejo,queseguíaaúnmirando,aunquesinver,puessumentehabíacaídoenunaabstracciónsoñolienta,observódeprontoquelosojosdelniñoestabanabiertos,ysefijabanconheladoterrorenelcuchillo.Unasonrisadediablosatisfechoasomóalrostrodelermitaño,quedijosincambiardeactitudnideocupación:

—HijodeEnriqueVIII,¿has,rezado?Elniñoluchóimpotentecontrasusligadurasyalpropiotiempoprofirióporentre

lascerradasmandíbulasunsonidoahogado,queelermitañoquisointerpretar,comocontestaciónafirmativaasupregunta.

—Entoncesrezaotravez;rezalaoracióndelosmoribundos.EstremecioseelcuerpodeEduardo,cuyafazpalideció.Intentóotravezlibertarse,

retorciéndose a un lado y a otro y tirando con frenesí, desesperadamente, pero envano, para romper sus ligaduras; y entre tanto el viejoogronodejabade sonreírlemoviendo la cabeza y afilando plácidamente el cuchillo. De cuando en cuandorefunfuñaba.

—Losmomentos son preciosos; son pocos y preciosos.Reza la oración de losmoribundos.

Lanzó el niño un gemido de desesperación, y jadeante cesó en sus forcejeos;luegoasomaronasusojoslaslágrimas,quecayeronunatrasotraporsurostro.Peroestalastimeraescenanologróaplacaralferozanciano.

Acercábaseyaelalba.Aldarsecuentaelermitañohablóbruscamente,conunairedetemornerviosoenlavoz:

—Nodebopermitirmás tiempoeste éxtasis.Lanochehapasadoya.No tengomásqueunmomento,sólounmomento…¡Ojaláhubieraduradounaño!SemilladeldespojadordelaIglesia,cierraesosojosquevanamorir.Sitemeslevantarlavista…

Lodemásseperdióenpalabrasinarticuladas.Elviejocayóderodillas,cuchilloenmano,yseinclinósobreelgemebundoniño.Silencio.Seoyóruidodevocescercadelachozayelcuchillocayódelasmanos

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del ermitaño, el cual arrojo una piel de cordero sobre Eduardo y se levantótembloroso.Aumentaronlosruidos,yprontolasvocessonaronbruscasycoléricas.Sobrevinieronluegogolpesygritosdesocorro,yporfinelrumordepasosrápidosqueseretiraban.Inmediatamentesesintióunasucesióndegolpesatronadoresenlapuertadelachoza,seguidadeestaspalabras:

—¡Hola!¡Abrid!¡Despertad,ennombredetodoslosdiablos!¡Oh!Estefueelsonidomásgratoquecuantasmúsicassonaronjamásenlosoídos

delrey,porqueeralavozdeMilesHendon.El ermitaño, rechinando los dientes con impotente rabia, salió vivamente del

cuarto,cerrandolapuertatrassí,yalinstanteoyóelreyunaconversaciónparecidaaésta:

—Mi homenaje ymi saludo, reverendo señor. ¿Dónde está elmuchacho…mimuchacho?

—¿Quémuchacho,amigo?—¿Qué muchacho? Dejaos de mentiras, señor ermitaño, y no tratéis de

engañarme, que no estoy de humor para sufrirlo. Cerca de aquí he apresado a losbellacos que me lo robaron, y les he hecho confesar.Me han dicho que se habíaescapado otra vez y que le habían seguido hasta la puerta de esta choza. Meenseñaronsusmismashuellas.Noosdetengáismás,porqueosaseguroquesinomeloentregáis…¿Dóndeestá?

—¡Oh,mibuenseñor!¿Acasoos,referísalandrajosovagabundoquellegóaquíanoche?Yaqueunhombrecomovosseinteresaporunarrapiezocomoél,sabedquehaidoahacerunmandado.Notardaráenvenir.

—¿Cuánto tardará, cuánto tardará? No perdáis el tiempo. ¿No puedo yaalcanzarle?¿Cuántotardaraenvolver?

—Nonecesitáismolestaros.Volverápronto.—Sea, pues. Trataré de esperar. Pero… un momento. ¿Decís que ha ido a un

mandado?¿Voslohabéisenviado?Mentís;porqueélnohabríaido.Oshabríatiradodeesasviejasbarbas si hubieraisosado semejante insolencia.Hasmentido, amigo,seguramentehasmentido.Noiríaniportiniporotrohombrealguno.

—Porotrohombre,no;porfortuna,no.Peroyonosoyunhombre.—¿Qué?Entonces,ennombredeDios,¿quéeres?—Esunsecreto…Cuidaddenorevelarlo.Yosoyunarcángel.SoltóMilesHendonunjuramentotremendo,seguidodeestaspalabras:—Esoexplicamuybiensucomplacencia.Hartosabíayoquenomoveríapieni

mano en servicio de ningún mortal; pero hasta un rey debe obedecer cuando unarcángelselomanda.¡Silencio!¿Quéruidoesése?

Entretanto,elreyecito,enelotroaposento,noparabadetemblartantodeterrorcomo de esperanza, y ponía en sus gemidos de angustia toda la fuerza que podía,

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esperandosiemprequellegaranaoídosdeHendon,ydándosecuentaconamargurade que no llegaban, o por lo menos de que no causaban efecto. Así esta últimaobservacióndeHendon llegóa susoídos como llegaría aunmoribundounalientovivificantedesdeunafrescacampiña.Hizounnuevoesfuerzoconlamayorenergía,enelmismomomentoqueelermitañodecía:

—¿Ruido?Noheoídomásqueelviento.—El viento sería tal vez. Es indudable: era el viento. Yo lo he estado oyendo

débilmentemientras…¿Otravez?Noeselviento.Quésonidotanraro.Vamosaverquées.

La alegría del rey era casi insoportable. Sus fatigados pulmones hicieron unterribleesfuerzoconlamayorfe,perolasatadasquijadasylapieldecorderoqueleahogaba,consiguieronfrustrarlo.Elcorazóndelpobreniñodiounvuelcoaloírdeciralermitaño:

¡Ah!Havenidodefuera…creoquedeesebosquecillo.Venid,queyoosguiaré.Elreyoyóqueambossalíanhablandoyquesuspisadasexpirabanmuypronto,y

sequedósoloenunterriblesilenciodemalagüero.Parecióleunsigloeltiempoquepasóhastaqueseacercarondenuevolospasosy lasvoces,yestavezoyóademásotroruido,alparecereldeloscascosdeuncaballo.LuegooyódeciraHendon:

—Noesperomás,noesperomás.Sehabráperdidoenesteespesobosque.¿Quédirecciónhatomado?¡Pronto!Indicádmelo.

—¡Oh!Esperad;iréyoconvos.—Bueno,bueno.Laverdadesqueeresmejorde loquepareces.Piensoqueno

hayotroarcángelcontanbuencorazóncomoeltuyo.¿Quieresmontar?Puedessubirenelasnoquetraigoparaelmuchacho,oceñircontussantaspiernasloslomosdeestamalditamulaquemeheconseguido.Yenverdadquemehabríanengañadoconella,aunquemehubieracostadomenosdeunpenique.

—No.Subíosenvuestramulayconducidelasno.Yovoymásseguroandando.—Entonceshazelfavordecuidarelanimalillomientrasyoarriesgolavidaenmi

intentodemontarenelanimalgrande.Siguióunaconfusióndecoces,pateosycorbetas,acompañadosdeunaatronadora

mezcla de maldiciones y juramentos, y, finalmente, de una amarga invectiva a lamula,quedebiódedejarlasinánimo;porqueenaquelmismomomentoparecieroncesarlashostilidades.

Con inenarrabledoloroyóel atado reyque lasvocesy lospasos se alejabanymorían. Por un momento abandonó toda esperanza, y una desesperación sombríainvadiósucorazón.

—Hanengañadoamiúnicoamigoparalibrarsedeél.Volveráelermitañoy…Terminódandounasacudida,yenseguidasepusoaforcejearfrenéticamentecon

susligaduras,hastalograrsacudirselapieldecorderoqueleasfixiaba.

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Deprontooyóabrirselapuertayestolehelóhastaloshuesos,puesyaleparecíasentir el cuchilloen sugarganta.Elhorror lehizocerrar losojos; elhorror lehizoabrirlosdenuevo…yviodelanteaJuanCantyyaHugo.

Habríaexclamado«¡GraciasaDios!»;sihubieratenidolibreslasquijadas.Unoodosminutosmás tardesusmiembrosestabanen libertad,ysuscaptores,

asiéndolocadacualdeunbrazo,selollevaronatodaprisaatravésdelbosque.

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XXIIVíctimadelatraición

Una vezmás, el rey Fu-fu I anduvo con los vagabundos y los forajidos comoblancodesusgroserasburlasydesustorpesultrajes,yavecesvíctimadeldespechodeCantyydeHugo,cuandoeljefevolvíalaespalda.NoledetestabanmásqueHugoyCanty.Algunosde losdemás lequerían,y todosadmirabansuvalorysuánimo.Durante dos o tres días, Hugo, a cuyo cargo y custodia se hallaba el rey, hizotortuosamente cuanto pudo para molestar al niño, y de noche, durante las orgíasacostumbradas,divirtióalosreunidoshaciéndolepequeñasperrerías,siemprecomopor casualidad. Dos veces pisó los pies del rey; como sin querer, y el rey, segúnconvenía a su realeza, despectivamente, fingió no darse cuenta de ello; pero a laterceravezqueHugosepermitiólamismabroma,Eduardoloderribóalsuelodeungarrotazo,coninmensojúbilodelatribu.Hugo,llenodeiraydevergüenza,diounsalto,tomóasuvezungarroteyselanzóconfuriacontrasupequeñoadversario.Almomentoseformóunruedoentornodelosgladiadoresycomenzaronlasapuestasylosvítores.PeroelpobreHugoestabademalasuerte.SutorpeeinadecuadaesgrimanopodíaservirledenadafrenteaunbrazoquehabíasidoeducadoporlosprimerosmaestrosdeEuropaconlasparadas,ataquesytodaclasedeestocadasycintarazos.El reyecito, alerta, pero congraciosa soltura, desviabayparaba la espesa lluviadegolpes con tal facilidad y precisión que tenía admirados a los espectadores; y decuando en cuando, no bien sus expertos ojos descubrían la ocasión, caía un golpecomounrelámpagoenlacabezadeHugo;conlocuallatormentadeaplausosyrisasquedespertaba era cosademaravilla.Al cabodequinceminutos,Hugo, apaleado,contusoy blancode un implacable bombardeodeburlas, abandonó el campo, y elilesohéroedelaluchafueacogidoysubidoenhombrosdelaalegrechusmahastaellugardehonor,alladodeljefe,dondecongranceremoniafuecoronado«Reydelosgallosdepelea»,declarándosealmismotiemposolemnementecanceladoyabolidosuanteriortítulodemenosmonta,ydictándoseundecretodedestierrodelacuadrillacontratodoelqueenadelanteloinsultase.

Habían fracasado todas las tentativas de que el rey prestara sus servicios a lostruhanes, pues Eduardo se había negado reiteradas veces a obrar, y además a lacontinuasandezconquetratabadeescaparse.Elprimerdíadesuregresoleobligaronaentrar enunacocinaen laquenohabíanadie;perono sólo saliódeella con lasmanosvacías,sinoquetratódedespertaralosmoradoresdelacasa.Enviáronleconuncaldereroparaque leayudaraensu trabajo,perosenegó,yademásamenazóalhombreconsupropiosoldador;y,finalmente,tantoHugocomoelcaldererotuvieronhartotrabajosóloconevitarqueselesescapará.Elniñolanzabatruenosrealessobre

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las cabezas de cuantos coartaban su libertad o trataban de obligarle a servir. AlcuidadodeHugofueenviadoamendigarconunaandrajosamujeryunniñoenfermo,peroelresultadofuepocosatisfactorio,pueselreysenegóahacerloyafavorecerdeningunamaneralacausadelospordioseros.

Así pasaron varios días, y todas lasmiserias de aquella vida errante y toda lafatiga y sordidez y toda lamezquindad y vulgaridad de ella, llegaron a ser poco apocotanintolerablesparaelcautivo,queésteempezóadecirsequeelhaberselibradodelcuchillodelermitañonoeraalfinyalcabosino,cuandomas,unrespirotemporalconcedidoporlamuerte.

Pero por la noche, en sueños, lo olvidaba todo y volvía a verse en su trono ygobernando.Esto,porsupuesto,intensificabalossufrimientosdeldespertar,yasílamortificacióndecadanuevamañana,delaspocasquetranscurrieronentresuvueltaalaesclavitudylapeleaconHugo,fuesiempremásymásamargaymásymásduradesobrellevar.

Enlamañanaquesiguióaaquelcombate,Hugoselevantóconelcorazónllenode deseos de venganza contra el rey. En especial tenía dos planes. Uno de ellosconsistía en infligir una humillación singular al altivo espíritu y a la «imaginaria»realeza de aquel muchacho; y, de no lograrlo, su otro plan era imputar al rey uncrimen de cualquier género, y entregarlo a las implacables garras de la justicia.Prosiguiendosuprimerplan,pensóponerunclimaenlapiernadelrey,juzgando,conrazón, que lemortificaría en altogrado, y en cuanto elclima surtiera su efecto, seproponía conseguir la ayuda de Canty y obligar al rey a exponer la pierna en uncaminoypedir limosna.Clima era la palabrausadapor los ladronesparadesignarunafingidallaga.Paraproducirla,sehacíaunapastaocataplasmadecalviva,jabónyoríndehierroviejoyseextendíasobreunpedazodecuero,quedespuéssesujetabafuertementealapierna.Estodesprendíamuyprontolapielydejabalacarnevivaymuyirritada.Luegofrotabansangresobreelsitio,lacual,alsecarse,tomabauncoloroscuroyrepulsivo,yporúltimoponíanunvendajedetraposmanchados,conmuchoingenio para que asomara la repugnante úlcera, y despertar la compasión de lostranseúntes.

ConsiguióHugoelauxiliodelcalderero,aquienelreyhabíaamenazadoconelsoldador.Llevaronalmuchachoaunaexcursiónenbuscadetrabajo,yencuantonopudieronverlosdesdeelcampamento,loderribaronalsueloyelcaldererolosostuvomientrasHugoleponíaelclimaenlapierna.

El rey se enfureció y los insultó, con promesa de ahorcar a los dos en cuantovolviera a tener el cetro en sus manos; pero ellos lo sujetaron con fuerza,divirtiéndosecon su impotente cólerayburlándosede sus amenazas.Así siguieronhasta que empezó a obrar la cataplasma, y al poco tiempo aquello se habríaperfeccionado de no haber sobrevenido interrupción; mas la hubo, porque el

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«esclavo» que había hablado denunciando las leyes inglesas, apareció en escena ypusofinalamaquinación,arrancandolosvendajesylacataplasma.

—Quisoelreyagarrarelgarrotedesulibertadorycalentarlascostillasenelactoalosdosbribones,peroelhombreledisuadió,alegandoqueesotraeríadisgustosyqueeramejordejarelasuntohastalanoche,puesentonces,reunidatodalatribu;lagenteextrañanosearriesgaríaainterponerseniainterrumpirlos.Volvióselapartidaal campamento, y el libertador del rey contó el asunto al jefe, quien escucho,reflexionó y decidió al fin que no dedicaran más al rey a mendigar, puesto queevidentemente era digno de algomejor ymás elevado, por lo cual almomento, lelicenciódelasfilasdelosmendigos,yleseñalóparahurtar.

Hugonocabíaensídegozo.YahabíatratadodehacerqueEduardorobara,sinconseguirlo, pero ahorayaquedaba todoarreglado,porque, comoesnatural, no seatreveríaelreyniporsueñosadesobedecerunaordenterminanteemanadadeljefe.Asíplaneóunaincursiónparaaquellamismanoche,conelpropósitodehacercaeralniño en las garras de la ley, y, de lograrlo, con tan ingeniosa estratagema, quepareciesecosaaccidentalynointencionada,porqueel«Reydelosgallosdepelea»erayapopular,y lapartidanohabríade tratarconexcesivadulzuraaun individuoantipáticoqueleshiciesetangravetraicióncomoladeentregarloalenemigocomún,queeralajusticia.

AsudebidotiemposalióHugoconsuvíctimaendirecciónaunpueblovecino,ylos dos fueron lentamente de calle en calle, uno de ellos esperando un momentosegurodeconseguirsumalhadadopropósito,yelotroesperandoconnomenosansialacoyunturadeescapar,ydelibrarseparasiempredesuinfamecautiverio.

Ambos desperdiciaron algunas ocasiones que prometían bastante, porque en suinteriorestabanresueltosaprocedersobreseguroaquellavez,yanopermitirasusfebrilesdeseosqueincurrieranenmásaventurasdeinciertoresultado.

FueaHugoaquienselepresentólaprimeraoportunidad,porquealfinseacercóuna mujer que llevaba en un cesto cierto envoltorio grueso. Los ojos de Hugorelucierondeperversoplaceraldecirse:

—¡Pormivida!Sipuedo imputarle esoal«Reyde losgallosdepelea», estaráperdido.

Esperó y acechó pacientemente, al parecer, pero por dentro consumido por losnervios,hastaquehubopasado lamujery laocasiónestuvoensupunto.Entoncesdijoenvozbaja:

Esperaquevuelva.Ycautelosamenteselanzótrassuvíctima.Llenose de alegría el corazón del rey, que podía ya escaparse si la empresa de

Hugolellevaraalgolejos;peronohabíadetenersemejantesuerte.Hugosedeslizódetrásdelamujer,learrebatóellíoyvolviócorriendoyenvolviéndoleenunpedazo

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demantaviejaquellevabaalbrazo.Lamujerprorrumpióengritosnobiensintiólapérdidaporladisminucióndepeso,aunquenosehabíadadocuentadelhurtoHugo,sindetenerse,pusoellíoenlasmanosdelrey,diciéndole:

—Ahoracorredetrásdemígritando:«¡Alladrón,alladrón!»,perotencuidadodedespistarlos.

UnmomentodespuésvolvióHugounaesquinayseprecipitóporuncallejón,yen seguida volvió a aparecer a la vista como un ser indiferente e inofensivo y secolocódetrásdeunposteparaverlosresultadosdesumaquinación.

Elofendidoreyarrojóelenvoltorioalsueloylamantaselecayóenelmomentode llegar lamujer, seguida de una tumultuosamuchedumbre. Lamujer agarro conunamanolamuñecadeEduardo,asióelenvoltorioconlaotrayempezóainsultaralniño, que luchaba sin éxito por desasirse de sus manos. Hugo había visto losuficiente.Suenemigohabíasidocapturadoylaleyselasentenderíaconél.Porestarazónseescabullójubilosoysonrienteysedirigióhaciaelcampamento,fraguandoporelcaminounaversiónaceptabledelcasoparacontárselaaljefe.

Continuó el rey forcejeando por soltarse de la mujer, y exclamandomortificadísimo:

—¡Suéltame, necia criatura! No he sido yo el que te ha despojado de tusmezquinosbienes.

Lamuchedumbre seagrupóen torno, amenazandoal reyy lanzándole insultos.Un herrero fornido, conmandil de cuero ymangas arremangadas hasta los codos,quiso lanzarse sobre él, diciendo que iba a darle una paliza como lección,más enaquel instante centellóuna espadaenel aire cayódeplanoconconvincente fuerzasobreelbrazodelhombre,entantoquesuestrambóticodueñodecía,comoquiennoquierelacosa:

—Vamosaver,buenasalmas;procedamosconsuavidadynoconmalasangrenipalabrasanticristianas.Ésteesunasuntoparaqueloexaminelajusticia,noparaquesetrateprivadamente.Sueltaalmuchacho,buenamujer.

Elherreromidiócon lamiradaalmembrudosoldadoysealejórefunfuñandoyfrotándose el brazo. La mujer soltó a regañadientes la muñeca del niño y lamuchedumbremiróaldesconocidoconpocasimpatía,peroprudentementecerró laboca.Elreyecitosaltóalladodesusalvador,conlasmejillasarreboladasylosojosrelucientes,yexclamó:

—Mucho te has tardado, pero ahora vienes muy a tiempo, sir Miles. Hazmepedazosatodaesacanallada.

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XXIIIElpríncipeprisionero

Hendonsonrióasupesar,mientrasseinclinabaycuchicheabaaloídodelrey:—Calma,calma;príncipe.Hablaconcautela…aunquemejorseráquenohables.

Confíaenmí,quetodosaldrábienalfinal.—Yañadióparasí—:«¡SirMiles!¡Anda!¡Siyamehabíaolvidadodequeerauncaballero!¡Cuánmaravillosoescomprobarcómoseaferrasumemoriaasusperegrinaslocuras!».Mitítuloesfantásticoynecioy,sinembargo,esunacosaquehemerecido,porqueamiveresmáshonorque letenganaunopordignodeserespectrodeuncaballeroenesteReinodelosSueñosydelasSombras,queserconsideradolobastanterastreroparasercondeenalgunosdelosreinosdeverasdeestemundo.

Lamuchedumbreseapartóparadarpasoaunalguacil,quienseaprestabaaponermanosenelhombrodelrey,cuandoledijoHendon:

—Despacio, buen amigo. Retira la mano, porque él irá pacíficamente. Yo terespondodeello.Vepordelante,queteseguimos.

Echó a andar el alguacil con lamujer y su envoltorio, yMiles y el rey fuerondetrásdeellos,seguidosporlaturbamulta.Elreysemostrabapropensoarebelarse,peroHendonledijoenvozbaja:

—Reflexiona, señor, que tus leyes son la saludable emanación de tu propiarealeza.Sielquelasdictaseresiste,¿cómopodríaobligaralosdemásarespetarlas?Enaparienciasehainfringidounadeesasleyes.

—Cuando el rey vuelva a estar en su trono, ¿podrá humillarle recordar que,cuandoeraunsimpleparticular,alparecer,desapareciólealmenteanteelciudadano,ysesometióalaautoridaddelasleyes?

—Tienes razón; no digasmás.Ya verás cómo cualquier sufrimiento que puedaimponerelreydeInglaterraaunsúbdito,conarregloalaley,lopadeceráélmismomientrasocupaelsitiodeunvasallo.

Cuandollamaronalamujeradeclararanteeljuezdepaz,juróqueelpresoquesehallabaenlabarraeralapersonaquehabíacometidoelhurto.Comonadiepodíademostrarlocontrario,elreyquedóconvicto.Sedeshizoelenvoltorio,ycuandosucontenido resultó ser un cerdito aderezado, el juez se mostró perplejo, mientrasHendonpalidecíaysentíapasarporsucuerpounacorrienteeléctricadepavor,maselrey permaneció impertérrito en la ignorancia. Meditó el juez durante una pausasiniestra,yluegosevolvióalamujer,preguntándole:

—¿Cuántocreesquevaleeso?—Treschelinesyseispeniques,señor—contestólamujerhaciendounacortesía

—.Nopodríarebajarsuvalorunpeniqueparadecirlohonradamente.[11]

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El juez miró con cierto desasosiego a la multitud, y luego hizo una seña alalguacil,ordenando:

—Despejadlasalaycerradlaspuertas.Asísehizo,sinquequedarandentromásqueeljuezyelalguacil,elacusado,la

acusadorayMilesHendon.Esteúltimoestabatiesoypálidoydesufrentebrotabangotasdesudorquecaíanporsirostro.El juezsevolviódenuevoalamujerydijoconvozcompasiva:

—Éste es un pobre muchacho ignorante, que quizá ha sido hostigado por elhambre… ¿Sabes, buenamujer, que si se roba una cosa de valor superior a trecepeniquesymedio,dicelaleyqueelladróndebeserahorcado?

Estremeciose el rey, que abrió desmesuradamente los ojos de terror, pero supodominarse y guardar silencio. No así la mujer, que se puso en pie de un salto,temblandodeespanto,ygritó:

—¡Oh,Diosmío!¿Quéhehecho?¡Santocielo!Pornadadelmundoquerríaqueahorcaran al infeliz. ¡Ah! ¡Salvadmede eso, señor! ¿Quédebohacer? ¿Quépuedohacer?

Mantuvoeljuezladignidaddesucargoycontestóconsencillez:—Sindudasepuederevisarelvalor,porqueaúnnoconstaenautos.—Entonces, ennombredeDios;decidqueel cerdovale sóloochopeniques,y

bendigaDioseldíaquehadescargadomiconcienciadetangranremordimiento.Ensujúbilo,MilesHendonolvidótodacomposturaysorprendióalrey,yofendió

sudignidad,echándolelosbrazosalcuelloyestrechándolecontrasupecho.Lamujersedespidióagradecidaysalióconsucerdo,ycuandoelalguacilleabriólapuertalasiguió a la angosta antecámara. El juez se puso a escribir en los autos. Hendon,siemprealerta,pensóquenoestaríamalaveriguarporquéhabíaseguidoelalguacilalamujer,y saliódepuntillasa la sombríaantecámara,yescuchóunaconversaciónmásomenoscomoésta:

—Esuncerdomuygordoyprometeestarriquísimo.Telovoyacomprar.Aquítieneslosochopeniques.

—¿Ochopeniques?¡Estásfresco!Mecuestaamítreschelinesyochopeniquesen buenamoneda del último reinado, que el viejo Enrique qué acaba demorir nohabíatocadoensuvida.¡Unahigaparavuestrosochopeniques!

—¿Ahorasalimosconésas?Hasprestadojuramentoyhasjuradoenfalsoaldecirque no valía más que ocho peniques. Ven en seguida conmigo ante su señoría aresponderdetudelito…yelmuchachoseráahorcado.

—¡Callad,callad!Nodigáismás,queatodomeallano.Dadmelosochopeniquesycallaoslaboca.

FueselamujercorriendoyHendonvolvióalasaladeltribunal,dondenotardóenseguirleelalguacil,despuésdeescondersucompraenlugarconveniente.Eljuez

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escribióunmomentomás,ydespuésleyóalreyunautomuymoderadoyclemente,enelcuallesentenciabaauncortoencierroenlacárcelcomún,queseríaseguidodeunaazotainapública.Elrey,asombrado,abriólabocayprobablementesedisponíaaordenarquedecapitaranenelactoalbuenjuez,cuandoobservóunaseñadeavisodeHendon y logró cerrar los labios antes de proferir palabra. Hendon le tomó de lamano,hizounareverenciaaljuezyambospartieronhacialacárcel,custodiadosporelalguacil.Enelmomentoenque llegarona lacalle,elairadomonarcasedetuvo,desprendiólamanodeladeHendonyexclamó:

—¡Idiota!¿Teimaginasquevoyaentrarvivoenunacárcelpública?Hendonseinclinóyledijoconciertadureza:—¿Quieresconfiarenmí?Cállateynovayasaempeorarnuestra situacióncon

palabraspeligrosas.SucederáloqueDiosquiera;peroaguardaytenpaciencia,quetiemposobradohabrápararabiaroregocijarnoscuandoloquehayadeocurrirhayaocurrido.

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XXIVLaescapatoria

Elcortodíade invierno tocabacasia su fin.Lascallesestabandesiertas, salvounoscuantosviandantesdesperdigados,queapresurados,con laexpresióngravedequienes sólo desean cumplir su cometido lo más pronto posible para guarecersecómodamente en sus casas, como defensa contra el creciente viento y contra laoscuridadquesehacíacadavezmayor.

No miraban ni a derecha ni a izquierda ni prestaban atención a nuestrospersonajes, a quienes parecían no ver siquiera. Eduardo VI se preguntó si elespectáculodeun reycaminode lacárcelhabría sidocontempladoalgunavezcontansorprendente indiferencia.No tardóelalguacilen llegaraunmercadodesierto,quesedispusoacruzar,mascuandollegóalcentrodeél,Hendonlepusolamanoenelhombroyledijoenvozbaja:

—Esperaunmomento,quenadienosoyeydeseodecirteunaspalabras.—Midebermeprohíbeescuchar.Nomeentretengas,queseacercalanoche.—Apesardetodo,aguarda,porqueelasuntoteatañemuydecerca:Vuélveteun

momentodeespaldasyfingequenoves.Dejaqueseescapeesepobremuchacho.—¿Amíconésas?Teprendoen…—No te precipites. Ándate con cuidado y no cometas una sandez —agregó

Hendon,bajandolavozhastaunsusurroyhablandoaloídodelhombre—.Elcerdoquehascompradoporochopeniquestepuedecostarlacabeza.

Elpobrealguacil, tomadode sorpresa, sequedóalpronto sinhabla,mas luegoempezóaproferiramenazas.Hendon,sinalterarse,esperóconpacienciahastaqueseleacabólacuerda,yluegodijo:

—Me has sido simpático, amigo, y no quisiera que te ocurriera daño. Ten encuentaqueloheoídotodo,comoteloprobaré.

Y a renglón seguido le repitió, palabra por palabra, la conversación que elalguacilsostuvoconlamujerenlaantecámaradeltribunal,yterminódiciendo:

—¿Telohecontadobien?¿Nocreesquepodríacontárselolomismoaljuez,silaocasiónsepresentara?

El alguacil permaneció un instante mudo de temor y de desaliento; luego serepusoydijoconforzadodesembarazo:

—Muchovalorquierestúdarleaunabroma.Nohehechomásqueengañaralamujerparadivertirme.

—¿Yparadivertirteguardaselcerdo?—Sóloparaello,señor—repusovivamenteelalguacil—.Yatehedichoqueno

fuemásqueunabroma.

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—Empiezoacreerte—contestóHendon,conacentoenquesemezclabanlaburlay la convicción, pero aguarda aquí un momento, mientras corro a preguntar a suseñoría,porquesinduda,comohombreexpertoenleyes,enbromasyen…

Quiso alejarse sin dejar de hablar, pero el alguacil vaciló, profirió uno o dosjuramentos,yporfinexclamó:

—Espera, espera, señor.Te ruegoque esperesunpoco. ¡El juez!Tiene con losbromistastanpocacompasióncomouncadáver.Venyseguiremoshablando.¡Cuerpodetal!Porlovistoestoyenunatolladeroytodoporunaburlainocenteysinmalicia.Señor,tengofamiliaymimujerymishijos…Atiendearazones,señor.¿Quéquieresdemí?

—Sólo que seas ciego,mudoy paralítico,mientras yo cuento hasta cienmil…Contarédespacio—dijoMilesHendonconlaexpresióndeunhombrequenopidesinounfavorrazonableymodesto.

—Eso es mi perdición —dijo el alguacil desesperado—. ¡Ah! Sed razonable,señor.Consideradelasuntopor todossus lados,yvedqueesunapurabroma,unabromamanifiestayevidente;ysialguiendijereque,noloes,seríaentoncesunafaltatanpequeña,tanpequeña,quelapenamayorquemereceríaseríaunareprensiónyunavisodeljuez.

Hendonreplicóconunasolemnidadquedejóheladohastaelairequerespirabaelalguacil:

—Esaburlatuyatieneunnombreenlaley.¿Sabescuáles?—Nolosé.Acasohayasidouna imprudencia.Niporsueñospenséque tuviera

nombre.¡Ah,santocielo!Creíqueeraunacosaoriginal.—Sí. Tiene un nombre. En la ley ese delito se llamaNon compos mentís ¡ex

talionissictransitgloriaMundi!—¡Oh,Diosmío!—Ysucastigoeslamuerte.—¡Diostengapiedaddemisculpas!—Aprovechándosedelasituacióndeunapersonaenpeligroyquesehallabaatu

merced, tehasapoderadodeobjetosdevalorsuperiora trecepeniquesymediosinpagar más que una miseria por ellos; y eso, a los ojos de la ley, es vejaciónconstructiva, prisión infundada de traición, fechoría en el cargo, ad hominemexpurgatis instatuquo,y lapenaes lamuertepormanosdelverdugo, sin rescate,conmutaciónnibeneficiodeclerecía.

—Sostenedme, señor, sostenedme, que me flaquean las piernas. ¡Tenedcompasióndemí!Evitadmeesasentencia,ymevolverédeespaldasynoverénadadecuantoocurra.

—Bien;ahoraeressensatoyrazonable.¿Ydevolveráselcerdo?—Si,lodevolveré,ynovolveréatocarotroaunquemeloenvíeelcielopormano

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de un arcángel. Idos, que para vosotros estoy ciego y no veo nada. Diré que mehabéisatacadoyqueporfuerzamehabéisarrancadodelasmanosalprisionero.Esunapuertamuyvieja…Yomismolaecharéabajo,despuésdemedianoche.

—Hazlo así, buena alma, que no te ocurrirá daño. El juez ha tenido amorosacompasióndeestepobremuchacho,ynoderramarálágrimasniromperálacabezaaningúncarceleroporsufuga.

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XXVHendonHall

No bien se vieron Hendon y el rey libres del alguacil; Su Majestad recibióinstrucciones de correr a un lugar determinado fuera del pueblo y esperar allí,mientrasHendon iba a la posada a pagar la cuenta.Media horamás tarde los dosamigos se encaminaban alegrementehacia el este, en las cansadas cabalgadurasdeHendon.Elreyibayaabrigadoycómodo,porquehabíadesechadosusandrajosparavestirseconeltrajedelancequeMileshabíacompradoenelpuentedeLondres.

Queríaelsoldadonofatigardemasiadoalniño,puesconsiderabaquelasjornadasduras, las comidas irregulares y el escaso sueño serían perjudiciales para superturbadamente, al paso que el descanso, la regularidad y el ejerciciomoderadoapresurarían, sin duda, su curación.Deseaba volver a ver en sus cabales a aquellaperturbada inteligencia, desterradas las desafortunadas visiones de la atormentadacabecita;porconsiguiente,sedirigióajornadascortashaciaellugardequellevabatantotiempoausente,envezdeobedeceralosimpulsosdesuimpacienciaycorrerdíaynoche.

Cuando hubieron recorrido como diezmillas, llegaron a un pueblo importante,donde pernoctaron en una buena posada. Reanudáronse entonces las relaciones deantes, manteniéndose Hendon detrás de la silla del rey mientras éste comía,asistiéndoleydesnudándolecuandosedisponíaaacostarse.Lohacíaélenelsuelo,altravésdelapuerta,envueltoenunamanta.

Eldíasiguienteyelotrosiguieronsucaminatadespacio,sindejardehablardelasaventurasquehabíantenidodesdesuseparación,ygozandograndementeconsusnarraciones.Hendonrefiriótodassusidasyvenidasenbuscadelrey,yledijocómoelarcángellehabíaconducidoportodoelbosque,hastallevarlootravezalachoza,cuando al fin vio que no sé podía desembarazar de él. Entonces—prosiguió—, elviejo entró al cubil y volvió dando traspiés y en extremo alicaído, pues dijo queesperabaencontrarseconqueelniñohabíavueltoysehabíatendidoadescansar,masno era así. Hendon aguardó todo el día en la choza, y cuando al fin perdió laesperanzadelregresodelrey,partió,otravezensubusca.

—YelviejoSanctasanctórumestabaverdaderamenteapenadoporladesaparicióndeVuestraMajestad.Seleconocíaenlacara.

—No lodudo,a femía—contestóel rey.Trasde locual refirió susaventuras,quehicieranarrepentirseaHendondenohaberacogotadoalarcángel.

Elbuenhumordelsoldadoadquiriógranvueloelúltimodíadelviaje.Sindarpazalalengua,hablódesuancianopadreydesuhermanoArturo,yrefirióhartascosasque revelaban el generoso carácter de ambos. Tuvo palabras de exaltación para su

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Edita, y, en suma, estaba tan animado que hasta llegó a decir cosas cordiales yfraternalesdeHugo.HablólargoytendidodelafuturallegadaaHendonHall.¡Quésorpresaparatodos,yquéestallidodeagradecimientoydeleitesemanifestaría!

Eraunacampiñahermosa,sembradadecasasdecampoyhuertos,yelcaminosetendía entre vastas praderas, cuyas lejanías, señaladas por suaves altozanos ydepresiones, sugerían las constantes ondulaciones del mar. Por la tarde, el hijopródigoqueregresabaasuhogarsedesviabacontinuamentedesucaminoparaversisubiendoaalgunalomaleseríaposibleatravesarladistanciaydivisarsumorada.Alfinloconsiguió,yexclamóexcitado:

Aquéleselpueblo,príncipe,yallásevemicasa.Desdeahísealcanzaadivisarlas torres. Y aquel bosque es el jardín de mi casa. ¡Ah! Ya verás qué lujo y quégrandeza. ¡Una casa con setenta habitaciones, piénsalo, y con veintisiete criados!Magníficoalbergueparanosotros, ¿verdad? ¡Ea!Corramos,quemi impaciencianosufremásdemora.

Apresuráronsetodoloposible,masapesardetodoeranlastresantesdellegaralpueblo.LosviajeroslocruzaronsinqueHendondejaradehablar.

—Estaeslaiglesia…cubiertaconlamismahiedra,nimásnimenos.Allíestálaposada, el viejo León Rojo, y más allá el mercado. Aquí está el mayo y aquí labomba.Nadahacambiado,porlomenosnadamásquelagente,porqueendiezañoslagentecambia.Aalgunosmeparececonocer,peroamínomeconocenadie.

Asícontinuóhablandoyno tardaronen llegaralextremodelpueblo,donde losviajeros semetieronpor un camino angosto y tortuosoque se abría entre elevadossetos, y anduvieron por él al trote cerca de media hora, para entrar después a unamplio jardín por una verja magnífica, en cuyos grandes pilares de piedra semostrabanemblemasnobiliariosesculpidos.Hallábanseenunanoblemorada.

—BienvenidoaHendonHall, reymío—exclamóMiles—.Ésteesungrandía.Mi padre, mi hermano y lady Edita sentirán tanta alegría que no tendrán ojos nipalabrasmásqueparamíenlosprimerostransportesdeesteencuentro,yasítalvezteparezcaqueteacogenconfrialdad;peronotepreocupes,queprontoteparecerálocontrario,puescuandoyodigaquetúeresmipupiloylescuenteloquemecuestaelcariñoqueteprofeso,yaveráscómoteestrechancontrasupechoytehaceneldondesucasaysuscorazonesparasiempre.

EnelmomentosiguienteseapeóHendondelantedelagranpuerta,ayudóabajaral rey, lo tomó de la mano y corrió al interior. A los pocos pasos dieron en unespacioso aposento; entró el soldado e hizo entrar al rey conmás prisa de la queconvenía,ycorrióhaciaunhombrequesehallabasentadoaunescritoriofrenteaunabundantefuego.

—¡Abrázame, Hugo, y di que te alegras de volver a verme! Llama a nuestropadre,porqueestacasanoesmicasahastaqueyoestrechesumanoyveasurostroy

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oigasuvozunavezmás.PeroHugo retrocedió, despuésde revelar una sorpresamomentánea, y clavó la

miradaenelintruso;unamiradaquerevelabaalprincipioalgodedignidadofendida,pero que se mudó al instante, como respondiendo a un pensamiento o intencióninternos,enunaexclamacióndemaravilladacuriosidadmezcladaconunacompasiónrealofingida.Deprontodijoconsuaveacento:

—Tu razón parece perturbada, ¡oh pobre desconocido! Sin duda has sufridoprivaciones y duros tratos en el mundo, como parecen denunciar tu cara y tusvestidos.¿Porquiénmetomas?

—¿Porquién te tomo?¿Porquién tevoya tomarsinoporquieneres?Te tomoporHugoHendon—dijoenojadoMiles.

Elotrocontinuóconelmismotonosuave:—¿Yquiénteimaginastúser?—No se trata aquí de imaginaciones. ¿Pretendes que no conoces a tu hermano

MilesHendon?EnelsemblantedeHugoaparecióunaexpresióndeagradablesorpresa.—¡Cómo!¿Notechanceas?—exclamó—.¿Puedenlosmuertosvolveralavida?

LoadoseaDios,siasíes.¿Nuestropobremuchachoperdidovuelveanuestrosbrazosdespués de estos crueles años? ¡Ah! Parece demasiado bueno para ser verdad. Esdemasiado bueno para ser verdad. Te ruego que tengas compasión y no bromeesconmigo.¡Pronto!Venalaluz.Déjamequetemirebien.

AsióaMilesdelbrazo,loarrastróalaventanayempezóadevorarloconlosojosdepiesacabeza,volviéndoloaunoyotrolado,dandovueltasvivamenteentornodeélparaexaminarlodesdetodoslosángulos,entantoqueelhijopródigo,radiantedealegría,sonreía,reíaynocesabademoverlacabeza,diciendo:

—Sigue, hermano, sigue y no temas. No hallarásmiembros ni facción que nopuedasoportarlaprueba.Escudríñameatuantojo,mibuenHugo.Soy,enefecto,tuviejoMiles,elmismoviejoMiles,elhermanoperdido.¿Noeseso?¡Ah!Ésteesungrandía;¡yadecíayoquéeraungrandía!Damelamano,acercalacara.¡Diosmío,sivoyamorirdealegría!

Ibaaarrojarsesobresuhermano,peroHugolevantóunamanoparadetenerleydejó caer la cabeza sobre el pecho con dolorida expresión, mientras decíaemocionado:

—¡Ah! Dios en su bondad me dará fuerzas para sobrellevar este terribledesencanto.

Miles,admirado,estuvounmomentosinpoderhablar,masalfinrecobróelusodelapalabrayexclamó:

—¿Quédesencanto?¿Nosoytuhermano?MovióHugotristementelacabezaydijo:

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—Quieraelcieloqueseaverdadyqueotrosojosencuentrenlasemejanzaqueseocultaalosmíos.

—¡Ah!Muchometemoquelacartadecíaunatristeverdad.—¿Quécarta?—Unaquevinodemásalláde losmares,haceseisosieteaños.Decíaquemi

hermanomurióenuncombate.—Eramentira.Llamaanuestropadre,queélmeconocerá.—Nosepuedellamaralosmuertos.—¿Muerto? —Exclamó Miles con voz apagada y temblorosos labios—. ¿Mi

padre muerto? ¡Oh! Ésta es una terrible noticia. La mitad de mi alegría se hadesvanecido ya. Déjame ver a mi hermano Arturo, que él me conocerá; él meconoceráysabráconsolarme.

TambiénArturohamuerto.—¡Diostengapiedaddemí!¡Muertos!¡Losdosmuertos!Muertoslosdignosy

vivo el indigno, que soy yo. ¡Ah! Te lo imploro. Nome digas que lady Edita hamuertotambién…

—¿LadyEdita?No;vive.—¡Entonces loadoseaDios!Mialegríavuelveasercompleta.Corre,hermano;

hazquevengaamí.Sielladicequeyonosoyyo…Peronolodirá.No,no;ellamereconocerá.Hesidounnecioaldudarlo.Tráelaaquí.Traea losviejoscriados,queellosmeconocerántambién.

—Hanmuertotodosmenoscinco:Pedro,Halsey,David,BernardoyMargarita.AldecirestosalióHugodelaposentoyMilessequedómeditandounratoyluego

empezóadarpaseos,diciendoentredientes:—Los cinco archibellacos han sobrevivido a los veintidós fieles y honrados…

¡Cosaextraña!Continuódandopasosaunladoyotrosincesardehablarparasí,puessehabía

olvidadoporcompletodelrey;masdeprontoSuMajestaddijocongravedadyconacento de verdadera compasión, aunque sus palabras podían tomarse en sentidoirónico.

—No te preocupe tu desventura, buen amigo. Otros hay en el mundo cuyaidentidadseniegaycuyosderechossetomanabroma.Noestássolo.

—¡Ah, señor mío! —exclamó Hendon, sonrojándose levemente—. No mecondenes.Espera,queyaverás.Nosoyunimpostor:ellalodirá.LooirásdelosmásdulceslabiosdeInglaterra.¿Yo,unimpostor?Yoconozcoestaviejacasa,esasefigiesdemisantepasadosytodoloquenosrodea,comoconoceunniñosupropiocuarto.Aquínacíymeeduqué,señormío.Hablolaverdad;atinoteengañaría.Yaunquenadiemásmecrea,teruegoquenodudestúdemí;nopodríasoportarlo.

—Nodudodeti—dijoelreyconinfantilsencillezyconvencimiento.

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—Te doy las gracias con todami alma—exclamóHendon con un fervor querevelabasuemoción.

Yelreyañadióconlamismasencillezadmirable:—¿Dudastúdemí?InvadióaHendonunaconfusiónculpable,quelehizosentirsealiviadoalabrirse

lapuertaparadarpasoaHugo,ahorrándoleasílanecesidaddereplicar.Una hermosa dama, fastuosamente vestida, seguía a Hugo, y detrás de ella

llegabanvarioscriadosdelibrea.Ladamaseacercólentamente,conlacabezabajaylosojosfijosenelsuelo.Susemblanterevelabaunainefabletristeza.MilesHendonseprecipitóhaciaadelante,exclamando:¡Oh,Editamía,almamía!…

PeroHugolehizoretrocedergravemente,diciendoaladama:—Miradle:¿Leconocéis?Al oír la voz deMiles, la dama se turbó levemente, susmejillas se tiñeron de

rubor,ytemblótodosucuerpo.Permanecióinmóvilduranteunaemocionantepausade segundos, y, al fin, levantó la cabeza y clavó sus ojos en los de Hendon, conmiradaapagadayasustada.Desurostrodesvanecioselasangregotaagota,sindejarmásqueunapalidezdemuerte;yal findijo ladama,convoz tanmuertacomoelrostro:

—Noleconozco.—Diomediavuelta,ahogandounsuspiroyunsollozó,ysaliótemblandodelaposento.MilesHendonsedejócaerenunasillaysecubrió lacaraconlasmanos.Despuésdeunapausa,preguntósuhermanoaloscriados:

—Yalohabéisvisto.¿Loconocéis?Todosmovieronlacabezanegativamente,yentonceseldueñodijo:—Loscriadosnoosconocen, señor.Sindudahayunaequivocación.Yahabéis

vistoquemimujernoosconoce.—¿Tumujer?InmediatamentesevioHugoacorraladocontralapared,conunamanodehierro

enlagarganta.—¡Ah,malditozorro!¡Todoloveoclaro!¡Túmismoescribistelafingidacarta,

cuyosfrutoshansidominoviaymisbienesrobados!¡Ea!Vetedeaquí,porquenoquieromancillarmihonradacondiciónconlamuertedeunperrotandespreciable.

Hugo,encendidoycasisofocado,setambaleóhastalasillapróximayordenóaloscriadosqueasieranyataranaldesconocidoagresor.Vacilaron,yunodeellosdijo:

—Estáarmado,sirHugo,ynosotrosnoloestamos.—¿Armado?¿Yquéimporta,siendotantos?¡Aélosdigo!PeroMileslesprevinoqueseanduvieroncontientoenloquehacían,añadió:—Todosmeconocéisdeantiguo;yonohecambiado.Venidaquí,siosplace.Esterecuerdonolesdioaloscriadosmásvalor,ysiguieronacobardados.—Entoncesidaarmaros,cobardes,yguardadlaspuertasmientrasyoenvíoporla

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guardia—exclamóHugo.YvolviéndoseenelumbraldijoaMiles—:Seráventajosoparavosquenointentéisinútilmenteescaparos.

—¿Escaparme?Noteapuresporeso,siesloqueteapura,porqueMilesHendoneselamodeHendonHallytodassuspertenencias.Yseguirásiéndolo,nolodudes.

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XXVIRepudiado

Elreyestuvomeditandounosinstantesyalfinlevantólavistaydijo:—¡Extraño,muyextraño!Nopuedoexplicármelo.—No,noesextraño,señor.Conozcoamihermanoysuconductaesmuynatural.

Hasidounbellacodesdequenació.—¡Oh!Nohablabadeél,sirMiles.—¿Nohablabaisdeél?¿Puesdequién?¿Quéesloqueextrañas?—Quenoechendemenosalrey.—¿Cómo?¿Qué?Nocomprendo.—¿De veras? ¿No te parece en extremo raro que el país no esté ya lleno de

correos y pregones que describan mi persona y me busquen? ¿No es asunto deconmoción ni de pesar que el jefe del Estado haya desaparecido, que yome hayaevaporadocomoelaire?

—Sí,muyciertoes,semehabíaolvidado—repusoHendon,quesuspiróydijoparasucapote—:¡Pobrementeperdida!…Aúnsigueconsudolorosoensueño.

—Perotengounplanquenosharájusticiaalosdos.Escribiréunacartaentreslenguas, latín, griego e inglés, y túmañana por lamañana irás corriendo con ellahaciaLondres.Noseladesanadiemásqueamitío,lordHertford,quecuandoéllaveasabráqueyolaheescrito,yentoncesenviarápormí.

—¿Noseríamejor,príncipe,queesperásemosaquíhastaqueyodemuestrequiénsoyyaseguremiderechoamisbienes?Asípodríasmuchomejor.

—¡Calla!—le interrumpióel rey imperiosamente—.¿Quésignifican tuspobresdominios, tusvulgares intereses, al ladodecosasqueconciernenalbienestarde lanación y a la integridad de un trono?—Y añadió con vozmás dulce, como si searrepintieradesurudeza—:Obedeceynotemas,queyoenderezarétuentuertoyterestableceréentodo.Sí,enmásqueentodo.Yolorecordaré.

Al decir esto tomó la pluma y se puso a escribir. Hendon le contemplóamorosamenteunratoysedijo:

—Siestuviéramosaoscuraspensaríaquehasidounreyelquehahablado.Nosepuedenegarquecuandoledalavena,lanzatruenosyrelámpagoscomounverdaderorey. ¿De dónde habrá sacado esa argucia? Miradle escribir tan contento unosgarabatossinsignificado,imaginándosequesonlatínygriego…Ycomomiingenionodéconunarbitriofelizparaapartarledesupropósito,meveréobligadomañanaafingirquesalgoacumplirelcometidoquehainventadoparamí.

Al momento siguiente los pensamientos de sir Miles volvieron al recienteepisodio. Tan absorto estaba en susmeditaciones, que, cuando el rey le entregó el

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papelquehabíaescrito,lorecibióyguardósindarsecuentadeello.—¡Quéconducta tan raraha sido la suya!—Dijo entredientes—.Yocreoque

ella me ha conocido… y creo que no me ha conocido. Estas opiniones soncontradictorias,loveoclaro.Nomeesposibleconciliarlasnidesecharningunadelasdos, ni siquiera que una gane a la otra.El caso sencillamente es éste: ha de haberconocidomicara,mi figuraymivoz,porque¿cómopodríaserdeotromodo?Sinembargo,hadichaquenomeconocía,y esoesunapruebaabsoluta,porquenoescapazdementir.¡Pero…unmomento!…Creoqueempiezoacomprender.Acasoélha influido en ella, le ha obligado a que mienta, le ha exigido mentir. Ésa es lasolución: el enigma está descifrado. Parecía muerta de terror… Sí estaba bajó supoder.Yolaveré,yolaencontraré.Ahoraqueélestáfuera,ellamedirá laverdad,recordará los antiguos tiempos en que éramos compañeros de juegos y esto leablandará el corazón y no me negará más, sino que confesará quién soy. Por susvenasnocorre sangre engañosa.No; siempreha sidohonestay fiel.Meamabaenaquellos días de antaño. Esa esmi seguridad, porque no se puede hacer traición aquiensehaamado.

Acercoseangustiosamentea lapuerta,que seabrióenaquelmomentoparadarpasoaladyEdita.Éstallegabamuypálida,peroconpasofirme,graciosocontinenteycongentildignidad.Susemblanteseveíatantristecomoantes.

Milesdiounsaltohaciaadelante,conserenaconfianza,parasalirlealencuentro,pero Edita le contuvo con un ademán casi imperceptible y el soldado se detuvo.Sentoseladamaylepidióquehicieraotrotanto.Así,sencillamentelehizoperderlasensación de antiguo compañerismo, y lo transformó en un desconocido y en unhuésped.La sorpresa, lo inesperadodelmomento, obligó aMiles a preguntarse uninstantesieraenefectolapersonaquepretendíaser.LadyEditadijo:

—Hevenidoapreveniros,caballero.Acasonoesposibledisuadirdesuengañoalos locos,pero sinduda se lespuedepersuadir aqueevitenpeligros.Creoqueesesueñovuestrotieneparavoslaaparienciadeunaverdadenartificio,ynoesportantocriminal…Peronoinsistáis,porqueespeligroso.—Yañadióconimpresionantevozy mirando de lleno al rostro de Miles—: Es tanto más peligroso cuanto que osparecéismuchoalquehabríasidonuestrodifuntojoven,sihubieravivido.

—¡Cielos,señora!¡Sisoyyomismo!—Creo, en verdad, que así lo pensáis, caballero. No pongo en duda vuestra

honradez; no hago sino preveniros. Mi esposo es señor de esta región; su poderapenasreconocelímites;lagenteprosperaomueredehambresegúnseasuvoluntad.Si no os parecierais al hombre que decís ser, mi marido podría consentiros gozarpacíficamente de vuestro sueño; pero lo conozco bien y bien sé lo que hará.Pregonará a todos que no sois sino un orate impostor, y todos le harán coro sinvacilar.—VolvióaclavarenMileslamiradayañadió—:SifueraisMilesHendony

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él lo supiera, y lo supiera toda la comarca, fijaos bien en lo que digo ymeditadlobien, estaríais en elmismo peligro, y vuestro castigo no seríamenos cierto. Él osnegaríayosdenunciaría,ynadieosaríasalirenvuestradefensa.

—Lo creo sin duda alguna—contestóMiles con amargura—. La persona quepuedeordenaraunaamigadetodalavidaquetraicioneyniegue,yqueesobedecida,puedemuybienesperarobedienciaenloslugaresenquesejueganelpanylavidayno se tienenencuentavínculosde lealtadyhonor,más frágilesque la teladeunaaraña.

Undébilruboraparecióuninstanteenlasmejillasdeladama;quebajólavistaalsuelo;perosuvoznodenuncióemociónalgunaalproseguir:

—Osheprevenidoydeboprevenirosunavezmásqueosvayáisdedeaquí.Delocontrario,esehombreosperderá.Esuntiranoquenoconocelacompasión.Yo,quesoysuesclavaencadenada, losémuybien.ElpobreMiles,yArturo,ymiqueridotutor sir Ricardo están libres de él y reposan. Más os valdría estar con ellos quequedarosaquí,enlasgarrasdeesemalvado.Vuestraspretensionessonunaamenazaparasutítuloysusbienes.Lehabéisagredidoensupropiacasayestáisperdidosiosquedáis.Novaciléis.Siosfaltadinero,tomadestabolsaqueosofrezco,ysobornadalos criados para que os dejen salir. ¡Oh! Escuchad mi aviso, infeliz, y escapaosmientrasestáisatiempo.

RechazóMileslabolsaconunademányselevantódiciendo:—Concededme una cosa. Fijad en los míos vuestros ojos, para que yo me

convenzadequeestánserenos.¡Así!Ahorarespondedme:¿SoyyoMilesHendon?—No;noosconozco.—¡Juradlo!Larespuestasonóenvozbaja,peroclara.—Lo,juro.—¡Oh!¡Estoesinconcebible!—¡Huid!¿Porquéperdéisuntiempotanprecioso?¡Huidysalvaos!En esemomento entraron los alguaciles en la estancia y comenzóuna violenta

lucha,peroHendonnotardóenserdominadoypreso.Lleváronsetambiénalrey,yambosfueronmaniatadosyconducidosalacárcel.

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XXVIIEnlacárcel

Comotodosloscalabozosestabanocupados,losdosamigosfueronencadenadosenungranaposento,dondesecustodiabaalaspersonasacusadasdedelitosdemenorcuantía. Tenían compañía, porque había allí unos veinte presos, con esposas ygrilletes, de uno y otro sexo y diversas edades, que formaban un grupo obsceno yruidoso.Elreyselamentabaamargamentedelaindignidadaqueseveíasometidasurealeza,peroHendonestabasombríoy taciturno,puessehallabadel todoaturdido.Habíallegadoasuhogarcomounhijopródigo,jubiloso,conlaesperanzadehallaratodoelmundoenloquecidodealegríaporsuretorno,yenvezdeellonoencontrabamásqueindiferenciayunacárcel.Laesperanzaylarealidaderantandistintasquesucontraste abrumaba a Hendon, el cual no podía decir si era trágico o grotesco.Sentíasecomounhombrequehubieradanzadoalegrementealairelibreenesperadeunarcoirisysevieraheridoporelrayo.

Pero gradualmente sus confusos y trastornados pensamientos se fueronordenando,yentoncessumenteseconcentróenEdita.Recapacitósobresuproceder,ylaexaminóatodasluces,masnopudosacarnadaenclarodeella.¿Leconocíaonole conocía? Éste era un enigma insoluble, que le preocupó largo rato;mas, al fin,llegó a la convicción de que la dama le conocía y le había negado por razonesinteresadas.AhoraqueríaHendonllenarsunombredemaldiciones;peroelnombrehabía sido tanto tiempo sagrado para él, que no podía inducir a su lengua aprofanarlo.

Envueltos en mantas de la cárcel, sucias y hechas jirones, Hendon y el reypasaron una noche espantosa. Un carcelero sobornado había llevado bebidas aalgunos presos, y el resultado natural de ello fue que éstos cantaron cancionesobscenas, riñeron,gritaronyarmaronunalboroto infernal.Al fin,pocodespuésdemedianoche,unhombreagredióaunamujerycasi lamató,golpeándole lacabezacon las esposas antes de que el alcaide pudiera acudir a salvarla. El alcaiderestableciólapazpropinandoalpresounabuenapaliza,yentoncescesóelescándaloypudierondormirtodosaquellosquenohacíancasodelosayesdelosdosheridos.

Enlasemanasiguiente,díasynochesfuerondemonótonaigualdadencuantoaacontecimientos. Hombres cuyos semblantes recordaba Hendon más o menosdistintamente,llegabandedíaamiraralimpostoryarepudiarleeinsultarle,yporlanochelosalborotosylaspeleasproseguíanconinsufribleregularidad.Noobstante,alfinseofrecióunnuevoepisodio.Elalcaidehizoentraraunancianoyledijo:

—Elbellacoestáenesasala.Miraentornoyaversipuedesconocerquiénes.Hendonlevantó,lavistayexperimentóunasensaciónagradableporprimeravez

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desdequeestabaenlacárcel.«DíjoseÉsteesBlakeAndrews,quefuetodalavidacriadodelafamiliademipadre.Esunalmahonrada,uncorazónfiel;esdecir,loera,porque ahora no hay ninguno que lo sea; todos son mentirosos. Ese hombre meconocerá…ymenegará,comotodoslosdemás».

Elviejomiróentornodelasala,escrutandounoaunotodoslossemblantes,y,finalmente,dijo:

—Noveoaquímásquebribonesdesorejados,lahezdelacalle.¿Quiénesél?Elalcaiderompióareír.—Ahí—dijo—.Miraaesasabandijaydameturazón.AcercoseelviejoymiródearribaabajoaHendon; luegomoviógravemente la

cabezaydijo.—ÉstenoesHendon,nilohasidonunca.—Cierto.Tusviejosojossonbuenostodavía.SiyofuerasirHugo,agarraríaaese

perillány…El alcaide acabó poniéndose de puntillas como si le levantase una cuerda

imaginaria,yhaciendoalmismotiempounruidogutural,queremedabaalahorcado.Elviejoexclamóconrencorosoacento:

—YapodrábendeciraDiossinoleesperaalgopeor.Siyotuvieraqueajustarlecuentas,severíatostado,afemía.

Estallóelalcaideenunacarcajadadehienaydijo:—Puedes entendértelas con él, viejo, como hacen todos. Ya verás cómo te

diviertes.Salióelalcaidedelasalaydesapareció.Entonceselancianocayóderodillasy

cuchicheo:—¡LoadoseaDios,queporfinhabéisvenido!¡Heestadosieteañoscreyendoque

habíaismuerto,yahoraosveovivo!Osheconocidoenelmomentodemiraros,ymuchotrabajomehacostadoconservarmeimpasibleyfingirnoveraquímásqueaunbribóndesietesuelasybasuradelacalle.Soyviejoypobre,sirMiles,perodecidunapalabraysaldréaproclamarlaverdad,aunquemeahorquenporello.

—No—contestóHendon—,noloharás.Teperderástúydepocoserviríasamicausa.Pero te doy las gracias, porquemehas devueltomi perdida fe en el génerohumano.

El viejo criado resultó ser de gran provecho para Hendon y el rey, porque sepresentaba varias veces al día para «insultar» al primero, y siempre metía decontrabando algunos manjares delicados, para compensar el rancho de la cárcel.Tambiéntrajolasnoticiasquecorríanporellugar.Hendonreservólosmanjaresparael rey, pues sin ellos SuMajestad no habría sobrevivido, porque no le era posiblecomer la grosera, asquerosa comida repartida por el alcaide. Andrews tenía quecircunscribirseavisitascortas,paradisiparlassospe-chas,peroencadaunadeellas

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se las arregló para dar hartos informes, en voz baja, entremezclados de adjetivosinsultantesquedecíaenvozaltaparaquelosdemáslosoyeran.

Así,pocoapoco,supoHendonlahistoriadesufamilia.HaciaunosseisañosqueArturohabíamuerto.Estapérdida,unidaalafaltadenoticiasdeHendon,empeorólasaluddelpadre,elcualcreyóqueibaaentregarelalmayquisoveraHugoyEditacasados antes de su tránsito; peroEdita suplicó con todas sus fuerzas unademora,paraesperarelregresodeMiles.Deprontollególacartaconlanoticiadelamuertedelsoldado.ElgolpepostróencamaasirRicardo,quiencreyóqueseacercabasufin, y él y Hugo insistieron en el matrimonio. Edita suplicó y obtuvo un mes derespiro,yluegootro,yfinalmenteuntercero;masporfinelmatrimoniosecelebrójuntoallechodemuertedesirRicardo.Nofuefeliz.Decíaseenlacomarcaquepocodespués de celebradas las nupcias la esposa halló entre los papeles de su maridovarios bosquejos burdos e incompletos de la carta fatal, y le acusó de haberprecipitadoelmatrimonioyalmismotiempolamuertedesirRicardoconunavillanafalsificación.TodoelmundodecíadelospormenoresdelacrueldaddelesposoparaconEditaylascriados,puesdesdelamuertedesupadre,sirHugoarrojódesítododisfrazdeblandura, y se convirtió enun amo implacablepara todos aquellos cuyavida,encualquiermodo,dependíadeélydesusdominios.

Una buena parte de las revelaciones de Andrews las escuchó el rey con vivointerés.

—Se dice que el rey está loco; pero porDios no digas que te lo he confiado,porqueaseguranqueelhablardeellosecastigaconlamuerte.

MiróSuMajestadalancianoydijo:—El reynoestá loco,buenhombre,y tehade serprovechosopensaryhablar

cosasqueteconciernanmásdecercaqueesacharlasediciosa.—¿Quéquieredeciresechico?—preguntóAndrews,sorprendidoanteaquelvivo

ataqueinesperado.Hendonlehizounaseñalyelviejonoprosiguiósupregunta,sinoquecontinuó

consusnoticias.—EldifuntoreyseráenterradoenWindsordentrodeunoodosdías,eldieciséis

deestemes,yelnuevoreyserácoronadoenWestminsterelveinte.—Me parece que primero necesitarán encontrarlo —dijo Su Majestad entre

dientes,yañadióconfiado—:Peroyacuidarándeello…ytambiéncuidaréyo.—En nombre de…—pero el viejo dejó de hablar, pues le contuvo un gesto

admonitorio de Hendon, reanudando de esta suerte el hilo de sus informes—: SirHugovaalacoronación,ycongrandesesperanzas,pues,piensavolverhechotodounpar,yaquegozadegranfavorconellordprotector.

—¿Quélordprotector?—preguntóSuMajestad.—SugraciaelduquedeSomerset.

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—¿QuéduquedeSomerset?—Nohaymásqueuno,afemía…Seymour,condedeHertford.Elreypreguntóconenojo:—¿Desdecuándoesduqueylordprotector?—Desdeelúltimodeenero.—¿Yquiénlohanombradotal?—ÉlmismoyelgranConsejo…conelbeneplácitodelrey.—¿Delrey?—ExclamóSuMajestadsobresaltándosevivamente—.¿Quérey?—¿Quérey,pregunta?(Diossanto,¿qué tendráestemuchacho?)Puestoqueno

tenemos más que uno, no es difícil responder: Su sacratísima Majestad el reyEduardo VI, que Dios guarde. Si, y que es un muchachillo muy hermoso y muygracioso.Tantosiestálococomosinoydicenquevamejorandodedíaendía,atodoelmundoseleoyenalabanzasdeél,ytodoslobendicen,yrezantodosporquereinemuchotiempoenInglaterra,porquehaempezadohumanamente,salvandolavidadelviejoduquedeNorfolk,yahoraseproponeabolirlasleyesmáscruelesqueofendenyoprimenalpueblo.

EstanoticiadejóaSuMajestadmudodeasombroylesumióenunameditacióntanprofundaytristequenooyónadamásdelacharladelviejo.Preguntábasesielhermosomuchachitoseríaelmendigoaquiendejóenpalaciovestidoconsuspropiasropas. No le parecía esto posible, porque muy pronto sus maneras y su modo dehablarleharíantraiciónsipretendíaserelPríncipedeGales,yenseguidaleecharíande palacio para buscar al verdadero príncipe. ¿Sería posible que la corte hubierapuesto en su lugar a un retoño de la nobleza? No, porque su tío no lo habríaconsentido.Sutíoeraomnipotente,ypodríayquerríaahogarsemejantemovimiento.Sus pensamientos no le sirvieron de nada, pues cuantomás trataba de adivinar elmisterio, más perplejo se sentía, más le dolía la cabeza y más intranquilo era susueño. Su impaciencia por llegar a Londres aumentaba de hora en hora, y sucautiverioselehizocasiinsoportable.

Las artes de Hendon fracasaron con el rey, que no dejábase consolar; mas loconsiguieron mejor dos mujeres que estaban encadenadas cerca de él, con cuyastiernas palabras y solicitud halló Eduardo sosiego, dándole un tanto de paciencia.Sentíase muy agradecido y llegó a quererlas mucho y a deleitarse con el suave ydulceinflujodesupresencia.Preguntolesporquéestabanenlacárcel,ycuandoledijeronqueporanabaptistas,elreysonrióypreguntó:

—¿Eséseundelitoparaqueleencierrenaunoenlacárcel?Ahoramedadolorsaber que voy a perderos, porque no os tendrán encerradasmucho tiempo por unacosatanleve.

Lasmujeresnocontestaron,peroalgoensusrostrosinquietóalrey,ypreguntolesconvehemencia:

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—¿Nohabláis?Sedbuenasconmigoydecidme:¿Nohabráotrocastigo,verdad?Decidmesinoexistealgúntemordeeso.

Trataron de cambiar de conversación las mujeres, pero los temores del rey sehabíandespertado,obligándoleaseguir:

—¿Os azotarán? No, no serán tan crueles. Decid que no. ¿No os azotarán,verdad?

Lasmujeres revelaron entre compasiónypena;pero comonohabíamaneradeesquivarlarespuesta,dijounadeellas,convozdesgarradaporlaemoción:

—¡Oh! Nos destrozas el corazón, alma cándida. Dios nos ayudará a soportarnuestro…

—¡Esunaconfesión!Entoncesosvanaazotarloscruelesverdugos.¡Oh!Peronolloren,quenopuedosufrirlo.Conservenelvalor.Yorecobrarémicalidadatiempodesalvarlasdetanamargopaso,ynodudenquehedehacerlo.

Cuandodespertóelreyalamañanasiguientelasmujereshabíandesaparecido.—Sehansalvado—exclamóalegremente;peroañadiócon tristeza—:Mas, ¡ay

demí!,ellaseranlasquemeconsolaban.Cadaunadelasmujerespresashabíadejadounpedazodecintaprendidadelas

ropasdeEduardo,señalderecuerdo.Elniñosedijoquelasconservaríasiempre,yquenotardaríaenbuscaraaquellasbuenasamigasparatomarlasbajosuprotección.

Enaquelmomentovolvióelalcaideconalgunosdesussubalternos,yordenóquelospresosfueranconducidosalpatiodelacárcel.Elreysepusomuyalegre,porqueeraunacosamagníficavolveraverelazuldelcieloyrespirarunavezmáselairefresco.Se impacientóy refunfuñópor la lentitudde los funcionarios,peroal fin lellególavezysevioliberadodesuscadenas,conlaordendeseguiraHendonyalosotrospresos.

Elpatio,descubierto,erauncuadradopavimentadodepiedra.Lospresosentraronenélporunamacizaarcadademampostería,yfueroncolocadosenfila,enpieydeespaldaalapared.Tendieronunacuerdadelantedeellos,yademásloscustodiabanlos carceleros. Era unamañana fría y desapacible, y un poco de nieve, que habíacaído durante la noche, blanqueaba el gran recinto vacío y aumentaba la tristezageneraldesuaspecto.Decuandoencuandounvientoinvernalsoplabayhacíagirarpequeñosremolinosdenieve.

Enelcentrodelpatiosehallabandosmujeresatadasasendospostes.Unamiradabastóalreyparaverqueeransusbuenasamigas.Eduardoseestremecióysedijo:

¡Ay!Nohansidolibertadas,comoyocreía.¡Pensarqueunasmujerescomoésasconozcanel látigoen Inglaterra!Ésaes lamayorvergüenza;quenoseaenpaísdepaganos,sinoenlacristianaInglaterra.Lasazotarán,yyo,aquienhanconsoladoytratado con bondad, tendré que presenciar cómo se les infiere tamaña ofensa. Esextraño que yo, que soy lamisma fuente del poder en este extenso reino,me vea

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impotente para protegerlas, pero bien pueden ahora recrearse esos sayones, porquedíavendráenqueyo lespidaestrechacuentadeesteproceder.Porcadagolpequedenahorarecibirándespuésciento.

Abrioseunagranverjayentróunamuchedumbre,queseagrupóentornodelasdosmujeres, ocultándolas a la vista del rey. Entró un clérigo y cruzó por entre lamuchedumbrehastaperdersedevista.Eduardooyódespuéspreguntasyrespuestas,mas no pudo comprender qué es lo que se decía. Luego hubomucho alboroto depreparativosydeidasyvenidasdelosfuncionariosporlapartedelamuchedumbreque se hallaba al otro lado de donde estaban las mujeres, y mientras tanto unprolongadosiseoimponiendosilencioalagente.Depronto,aunaorden,lamultitudseseparóaambosladosyelreyviounespectáculoquelehelólasangreenlasvenas.Habían apilado haces de leña en torno de las dos mujeres, y unos hombresarrodilladoslosestabanencendiendo.

Lasmujeresteníanlacabezainclinadayconlasmanossecubríanelrostro.Lasamarillas llamas comenzaron a trepar por entre la crepitante leña, y unos comonimbosdehumoazul subieronadisolverseenelviento.Enelmomentoenqueelclérigo alzaba las manos y empezaba sus preces, dos niñas llegaron corriendo, ylanzando agudos gritos se abalanzaron sobre las mujeres atadas a los postes. Alinstantelasarrancarondeallí,yaunadeellas, lasujetaronconfuerza;perolaotralogró desasirse gritando que quería morir con su madre, y antes de que pudierandetenerla volvió a echar los brazos al cuello de una de lasmujeres.Al instante laarrancaron otra vez de allí con los vestidos en llamas. Dos o tres hombres lasostuvieron, y la parte de sus ropas que ardía fue rasgada y arrojada a un lado,mientraslaniñapugnabaporlibertarse,sincesardeexclamarquequedaríasolaenelmundoyderogarqueledejaranmorirconsumadre.Ambasniñasgritabansincesaryluchabanporlibertarse,perodeprontoestetumultofueahogadoporunaseriededesgarradores gritos de mortal agonía. El rey miró a las frenéticas niñas y a lospostes,y luegoapartó lavistayocultóel rostro lívidocontra lapared,paranovermás.

—Lo que he visto en este brevemomento—se dijo— no desaparecerá demimemoria,enlaquevivirásiempre.Loverétodoslosdíasysoñaréconellotodaslasnocheshastaquemuera.¡Ojaláhubierasidociego!

Hendon,quenocesabadeobservaralrey,sedijosatisfecho:—Sulocuramejora.Hacambiado,ysucarácteresmásdulce.Sihubieraseguido

su manía, habría llenado de injurias a esos lacayos, diciendo que era el rey yordenándoles que dejaran libres a las mujeres. Pronto su ilusión se desvanecerá yquedará olvidada y su pobre caletre sano otra vez. ¡Quiera Dios apresurar esemomento!

Aquelmismodíaentraronvariospresosparapasarlanoche;eranconducidos,con

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su custodia, a diversos lugares del reino para cumplir el castigo de crímenescometidos. El rey habló con ellos, pues desde el principio se había propuestoenterarseyaprenderparasuregiooficio,interrogandoalospresoscadavezqueselepresentaba una oportunidad. La relación de sus desgracias desgarró el corazón delniño.Habíaallíunapobremujer,mediodemente,que,encastigoporhaberrobadouna o dos varas de paño a un tejedor, iba a ser ahorcada.Un hombre, acusado derobaruncaballo,dijoaEduardoquelapruebahabíasidonegativayyaseimaginabaestarlibredelverdugo;perono.Apenasestuvoenlacalle,cuandofuepresootravezpor haber matado un ciervo en el parque del rey. Se le probó el hecho, y estabacondenadoagaleras.HabíatambiénunaprendizdecomerciantecuyocasoafectóenlovivoaEduardo.Díjoleaquelmozoqueciertanochehabíaencontradounhalcón,escapado de las manos de su dueño, y se lo llevó a su casa, imaginándose conderechoaél;peroeltribunalledeclaróconvictodehaberlorobadoylosentencióamuerte.

El rey estaba furioso con esta falta de humanidad y compasión, y quería queHendonseescaparadelacárcelyhuyeraconélaWestminster,parapodersubirasutronoyblandirsucetro,movidoporlacompasiónhaciaaquellosdesdichados,parasalvarsuvida.

—¡Pobreniño!—SuspiróHendon—.Estos terriblesacontecimientoshanhechoque se recrudezca su locura: ¡Ay! A no ser por ese desdichado suceso, se habríapuestobuenoenpocotiempo.

Entre los presos había un hombre de leyes, viejo, de rostro severo e intrépido.Tres años atrás había escrito un libelo contra el lord canciller, acusándole deprevaricación, y por él le habían castigado con la pérdida de ambas orejas en lapicota,ydegradacióndelforo,yademásmultadetresmillibras.Mástardereincidióenelmismodelito,yporelloestabaahoracondenadoaperderloquelequedabadelasorejas,apagarunamultadecincomillibras,asermarcadoporelhierroenambasmejillas,yapermanecerparasiempreenlascárceles.

Estas son cicatrices honrosas le dijo, apartando el pelo cano ymostrándole losmutiladosrestosdeloquehabíansidosusorejas.

Losojosdelreyardierondecólera.—Nadiecreeenmí—dijo—,nitúcreerástampoco;peronomeimporta.Dentro

del término de un mes estarás libre. Las leyes que te han deshonrado y handeshonrado el nombre de Inglaterra desaparecerán del libro de los Estatutos. Elmundoestámalconstituido.Losreyestienenqueiralaescueladesuspropiasleyesparaadquirirelsentimientodelacaridad.[12]

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XXVIIIElsacrificio

Entretanto,Miles se iba cansando bastante del confinamiento y de la inacción.Mas llegó su juicio,paragran satisfacción suya,ypensóquedaría labienvenidaacualquier sentencia, siempre que una nueva prisión no fuera parte de ella. Pero seequivocabaenesto.Seenfureciócuandoseencontróconquelodescribíancomoun«vagabundotenaz»,yqueerasentenciadoadoshorasdecepoporestecargoyporhaber agredido al señor de Hendon Hall. Sus alegatos de que era hermano de superseguidor, y heredero legítimo de los honores y patrimonio de Hendon, sedesdeñaron sin prestarles atención ninguna, pues ni siquiera fueron dignos deexamen.

Bramaba y amenazaba en su camino al castigo, pero de nada le valió. Fueviolentamentearrastradopor losoficiales,yenocasiones recibíaunbofetónporsuconductairreverente.

Elreynopudoabrirsepasoentrelachusmaquebullíadetrás,yasífueobligadoaseguiralazaga,lejosdesubuenamigoyservidor.Porpocoseveíaelreycondenadoél mismo al cepo por estar en tanmala compañía, pero había salido libre con unsermónyunaadvertencia,debidoasucortaedad.Cuandoalfinlamultitudhizoalto,voló febrilmente de un lado a otro alrededor de sus orillas, cazando un lugar paraatravesarla,yalfin,despuésdemuchasdificultadesytardanza,lologró.Allíestabasu pobre criado, en el degradante cepo, hazmerreír y diversión de una suciamuchedumbre, él, ¡el servidor personal del rey de Inglaterra! Eduardo había oídodictarlasentencia,peronosehabíadadocuentaniporasomodeloquesignificaba.Su ira comenzó a crecer amedida que el sentido de esta nueva indignidad que leinfligíanlohirióenlovivo;llegóasuparoxismounmomentodespués,cuandoviounhuevocruzarelaireyestrellarseenlamejilladeHendon,yquelamultitudrugíadejúbiloporelepisodio.Cruzódeunsaltoelcírculoabierto,ehizofrentealalguacildeguardiagritando:

—¡Quévergüenza!¡Ésteesmicriado;déjalolibre!¡Yosoyel…!—¡Oh, calla! —exclamó Hendon, aterrorizado—. ¡Te perderás! No le hagáis

caso,oficial,estáloco.—Notemasquelehagacaso,buenhombre,notengointencióndehacérselo;pero

aenseñarlealgosíquemesientoinclinado.—Volvioseaunsubordinadoyledijo—:Dalealtontitounaodosprobadasdelátigo,paraenmendarsusmodales.

—Mediadocena lebastarán—sugiriósirHugo,quehabía llegadounmomentoantesacaballoparadepasadaecharunvistazoaloqueocurría.

Prendieronalrey.Noseresistiósiquiera,tanparalizadoestabaantelameraidea

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delmonstruosoultrajequeseproponíaninfligirasusagradapersona.Lahistoriayahabíasidomanchadaconlamarcadeunreyinglésazotadoconlátigo,yerareflexiónintolerableelqueélhubieradeproporcionarlacopiadeaquellavergonzosapágina.Estaba en la red, no había remedio, o aceptaba el castigo o rogaba que se leperdonara.¡Durodilema!Escogeríalosazotes,unreyloharía,perounreynopodíasuplicar.

Mas,entretanto,MilesHendonestabaresolviendoladificultad.¡Dejadiralniño—dijo—, perros desalmados! ¿No veis cuán joven y frágil es? Dejadle ir, yo mellevarésusazotes.

—¡Justo! ¡Buena idea!, y gracias por ella —dijo sir Hugo, su rostrorelampagueandodesardónicasatisfacción—.Dejadiralmendiguillo,ydadleaestetipounadocenadeazotes;ensulugar,unadocenajusta,ybienpuestos.

El rey iba a iniciar una furiosa protesta, pero sir Hugo lo hizo callar con estaeficazadvertencia:

—Sí; habla, hazlo y desahógate; pero advierte que por cada palabra quepronunciesélsellevaráseisgolpesmás.

QuitaronaHendondelcepoyledesnudaronlaespalda,ymientrasledabanconellátigo,elpobrereyecitovolteólacara,ydejóqueporsusmejillascorrieranlibreslágrimaspocoregias.

—¡Ah,buencorazónvaleroso!—Sedijo—:Esteactodelealtadnopereceráenmimemoria,nolohedeolvidar,¡peroellostampoco!—agregóconardor.

Mientras meditaba, su aprecio de la magnánima conducta de Hendon fueadquiriendo dimensiones más y más grandes en su mente, lo mismo que suagradecimiento.Deprontosedijo:

—El que salva a su príncipe de heridas y de unamuerte probable—y esto hahecho él pormí—, realizaun alto servicio; pero es poco, ¡es nada, oh,menosquenada;comparadoconlaaccióndeaquélquesalvaasupríncipedelavergüenza!

Hendon no gritó al ser azotado, sino que soportó los fuertes golpes con ánimomarcial. Esto,más haber librado al niño sufriendo los azotes en su lugar, forzó alrespeto aun a aquella chusma infeliz ydegradada allí reunida; susmofasygriteríaterminaron,ynoquedóotrosonidoqueelsonidodelcaerdelosgolpes.Laquietudque invadió el lugar cuandoHendon se encontró de nuevo en el cepo, contrastabafuertemente con el clamor insultante que había reinadomuy poco antes. El rey seacercólentamenteaHendonylesusurróaloído:

—Losreyesnopuedenennoblecerte,¡tú,almabuenaygenerosa!,porqueAquelque está por encima de los reyes lo ha hecho ya; pero un rey puede confirmar tunoblezaante loshombres.—Recogióel látigodel suelo, tocó levementeconél lossangranteshombrosdeHendon,ysusurró—:EduardodeInglaterratehaceconde.

Hendonseconmovió.Laslágrimasfluyeronasusojos,pero,almismotiempo,la

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comicidad terrible de la situación, y de las circunstancias minó a tal grado suseriedad,quehizoloquepudoparanomostrarningúnsignodesuregocijointerno.Versedepronto,desnudoymanandosangre,elevadodesdeelcepovillanohasta lagranalturayesplendordeuncondado,leparecíalaúltimaprobabilidadenelterrenodelogrotesco.

—Primoroso oropel el mío, por cierto —se dijo—. El caballero espectral delReinode losSueñosyde lasSombrasmehaconvertidoenuncondeespectral.—¡Vertiginosovueloparaalasinexpertas!—Deseguirasíprontomecolgaránadornadolomismoque unmayo, con objetos fantásticos y lauros dementirillas. Pero sabrévalorarlos, tan sin valor como son, por el amor que los otorga.Mejores son estaspobres ficticiasdignidadesmías,quevienen sinpedirlasdemano limpiay espíriturecto, que las verdaderas, compradas por el servilismo al poder envidioso einteresado.

El temible sirHugohizo dar vuelta a su caballo, y, al apretar el paso, elmurovivientesedividiósilenciosamenteparaabrirlepaso,ytansilenciosamentesejuntóde nuevo. Y así permaneció; ninguno llegó tan lejos como para aventurar unaobservación en favor del prisionero ni en alabanza suya; mas no importaba: laausencia de insultos era de por sí suficiente homenaje. Un recién llegado que noestabaaltantodelascircunstanciasyquelanzóunaburlaal«impostor»,yestabaapunto de continuarla arrojándole un gato muerto, fue inmediatamente derribado yechadoapuntapiés,sinpalabraalguna,yluegoelprofundosilencioreinódenuevo.

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XXIXALondres

AlterminarelcastigodeHendonenelcepo,fuepuestoenlibertadyseleordenósalirdelacomarcaynovolvermás.Lefuedevueltasuespada,ytambiénsumulaysu asno. Montó y cabalgó, seguido por el rey, la muchedumbre hendiéndose consilenciosorespetoparaabrirlespaso,yluegodispersándosecuandosehubieronido.

Pronto estuvo Hendon absorto en sus pensamientos. Había preguntas de granimportanciaqueesperabanrespuesta.¿Quéharía?¿Adóndeiría?Tendríaquehallarayuda poderosa en alguna parte, o de otra manera renunciar a su herencia ypermanecer, además, bajo el cargo de ser un impostor. ¿Dónde podría hallar estapoderosaayuda?¿Dóndeenverdad?Eradifícillapregunta.Prontoseleocurrióunaidea que apuntaba a una posibilidad, la más débil de las débiles posibilidades,ciertamente, pero sin embargo digna de considerarse, a falta, en absoluto, decualquier otra que prometiera algo. Recordó lo que el viejo Andrews había dichoacerca de la bondad del joven rey y de su generosa defensa de los agraviados ydesdichados.¿Porquéno ire intentarhablarlee implorarle justicia? ¡Ah,sí!¿Peropodríaunpobretangrotescolograrqueleadmitieranantelaaugustapresenciadeunmonarca? Pero, eso no importaba: Ya se vería; era un puente que necesitaría sercruzado hasta que llegara a él.Él era veterano de guerra, acostumbrado a inventarsubterfugiosyexpedientes;sindudapodríaencontraruncamino.Marcharíahacialacapital. Tal vez el viejo amigo de su padre, sirHumphreyMarlow, le ayudaría; elbuensirHumphrey,tenientejefedelacocinadeldifuntorey,odelascuadras,odealgo:Milesnopodíarecordarquéodequé.

Ahora que tenía ya algo a qué dedicar sus energías, un objeto definido quecumplir, la niebla de humillación y depresión que envolvía su espíritu se elevó, ydisipó,yélalzólacabezaymiróasualrededor.Sesorprendióalvercuánlejoshabíallegado;laaldeahabíaquedadomuyatrás.Elreyibatrotandotrasél,conlacabezainclinada,porquetambiénibasumidoensuspensamientosyplanes.UntristerecelonublólareciénnacidaalegríadeHendon:¿querríaelniñovolveraunaciudadenlaque, durante su breve vida, no había conocido más que malos tratos y punzantesnecesidades?Perolapreguntateníaqueserrespondida,noeraposibledeevitar;porlocualHendonfrenólacabalgaduraygritó:

—Habíaolvidadopreguntaradóndenosdirigimos.¿Tusórdenes,miseñor?—¡ALondres!Hendonavanzódenuevo,contentísimoconlarespuesta,perotambiénasombrado

conella.Hicierontodoelviajesinaventuraningunadeimportancia.Peroterminóconuna.

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Cerca de las diez de la noche del diecinueve de febrero llegaron al Puente deLondres, enmediodeuna serpenteante, agitadamuchedumbredegenteululandoyvitoreando,cuyosrostros,alegradosporlacerveza,sedestacabanintensamentealaluzdenumerosasantorchas…yeneseinstantelacabezapodridadeunexduqueuotro grande cayó entre ellos, golpeando aHendon en el codo y rebotando entre laprecipitadaconfusióndepies.¡Tanevanescenteseinestablessonlasobrashumanasenestemundo!Elbuenreydifuntollevaapenastressemanasdemuerto,ytresdíasen la tumba,yyacaen losadornosdegenteprincipalquecon tantasolicitudhabíaelegidoparasunoblepuente.Unciudadanotropezóconlacabezaydioconlasuyaenlaespaldadealguienqueteníadelante,elcualsevolvióyderribódeungolpealaprimerapersonaquetuvoamano,yprontoélmismofueabatidoporelamigodeestapersona. Era la mejor hora para una lucha libre, porque las festividades del díasiguiente—DíadelaCoronación—estabanempezandoya; todosestabanllenosdebebidasfuertesydepatriotismo;aloscincominutoslabatallacampalocupabagranespacio de terreno; a los diez o doce cubría más o menos un acre y se habíaconvertido en motín. Para entonces, Hendon y el rey fueron separadosirremediablemente, se perdieron en el tropel y alboroto de las rugientes masashumanas.Asílosdejaremos.

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XXXElprocesodeTom

Mientraselverdaderoreyvagabaporlaregiónpobrementevestido,pobrementealimentado,maltratadoyburladoporvagabundosunrato,yalotroencompañíadeladronesyasesinosenunacárcel,y llamadoidiotae impostorpor todos,elfingidoreyTomCantydisfrutabadeunaexperienciauntantodiferente.

Cuando lo vimos por última vez, la realeza justo empezaba a tener un ladobrillanteparaél.Este ladobrillante fueabrillantándosemásymáscadadía,ymuypoco después era casi todo fulgor y deleite. Perdió sus temores; sus recelos semarchitaronymurieron;susembarazossedisiparon,ycedieronsupuestoaunportetranquilo y confiado. Explotó la mina del «niño de azotes» en utilidades siemprecrecientes.

OrdenabalapresenciademiladyIsabelymiladyJuanaGreycuandoqueríajugaro platicar, y las despedía cuando se fatigaba de ellas, con el aire del que estáfamiliarizado con tales actos. Ya no lo confundía el que estos encumbradospersonajeslebesaranlamanoalpartir.

Llegóadisfrutarelserconducidomajestuosamentealacama,porlanoche,yquele vistieran con intrincada y solemne ceremonia por la mañana. Vino a ser unorgulloso deleite el ir a comer asistido por un brillante séquito de funcionarios deEstadoygentilhombresdearmas,detalmodoquedoblólaguardiadegentilhombresde armas, hasta un centenar. Le gustaba oír las trompetas resonando en los largoscorredores,ylasdistantesvocesdemandando:«Pasoalrey».

Incluso llegó a disfrutar de sentarse con pompa en el trono en consejo,aparentando ser algo más que el portavoz del lord protector. Le gustaba recibir agrandesembajadoresconséquitossuntuosos,yescucharlosafectuososmensajesquetraíandeilustresmonarcasquelellamaban«hermano».¡OhfelizTomCanty,pocohadeOffalCourt!

Disfrutaba sus espléndidos vestidos y encargó más; consideró que suscuatrocientoscriadoseranmuypocosparasuconvenientegrandezaylostriplicó.Laadulacióndeloszalameroscortesanosvinoaserdulcemúsicaparasusoídos.Siguióbondadosoygentil,yfirmeyresueltocampeóndetodoslosoprimidos,declaróunaguerraimplacablealasleyesinjustas;y,sinembargo,enocasiones,alserofendido,sevolvíahaciaunconde,e inclusounduque,y le lanzabaunamiradaquelehacíatemblar.Unavezquesuregia«hermana»,lainflexiblesantaladyMaría,discutióconéllaprudenciadesuconductaalperdonaratantaspersonasquedeotramaneraseríanencarceladas, colgadas o quemadas, y le recordó que las prisiones de su augustodifuntopadrehabían tenidoaveceshastasesentamilconvictosaun tiempo,yque

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durantesuadmirablereinadahabíaentregadosetentaydosmilraterosyladronesalamuertepormediodelverdugo,elniñosellenódegenerosaindignación,yleordenóquefueraasugabineteyrogaraaDiosquelequitaralapiedraqueteníaenelpechoyqueledierauncorazónhumano.

¿NuncasesintióTomCantypreocupadoporelpobreprincipitolegítimo,quelohabíatratadotanbondadosamenteyquesehabíalanzadotancelosamenteavengarlodelinsolentecentineladelapuertadepalacio?Sí.Susprimerosdíasynochesrealesestuvieron bastante salpicados de penosos recuerdos del perdido príncipe y consinceros deseos de su regreso y feliz reintegración de sus derechos y esplendoresnaturales.Peroamedidaquepasóeltiempoyelpríncipenovenía,lamentedeTomestuvomás ymás ocupada con sus nuevas y encantadoras experiencias, y poco apoco el desaparecido monarca casi se esfumó de sus pensamientos; y finalmente,cuandoaratosseinmiscuíaenellos,sehabíaconvertidoyaenespectromalrecibido,porquehacíasentirseaTomculpableyavergonzado.

LapobremadreylashermanasdeTomcorrieronlamismasuerteensumemoria.Alprincipiodesfallecíaporellas, se apenabapor ellasyanhelabaverlas,peromástardelaideadequeundíavinieranconsusandrajosysumugre,traicionándoloconsus besos, derribándolo de su encumbrado lugar y arrastrándolo de nuevo a lapenuria,aladegradaciónyalosarrabales,lehacíaestremecerse.Porfincesarondeperturbarsuspensamientoscasiporcompleto.Yélestuvocontento, inclusoalegre,porquecuandoquieraquesussemblanteslúgubresyacusadoressealzabanfrenteaél,lohacíansentirsemásdespreciablequelosgusanosquesearrastran.

Lamedianochedeldiecinuevedefebrero,TomCantysesumíaenelsueñoenunricolecho,guardadoporsuslealesvasallosyrodeadoporlaspompasdelarealeza;un niño feliz, porque el día siguiente era el señalado para su solemne coronacióncomoreydeInglaterra.Yalamismahora,Eduardo,elverdaderorey,hambrientoysediento,sucioyllenodetierra,rendidoporelviajeycubiertaconharaposyjirones—suparteenlosresultadosdeltumulto—,estabaapretujadoentremultituddegentesque observaban con profundo interés, ciertas presurosas cuadrillas de obreros queentraban y salían de la abadía deWestminster, laboriosas coma hormigas; estabanhaciendolosúltimospreparativosparalarealcoronación.

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XXXILaprocesióndelreconocimiento

CuandoTomCantydespertó a lamañana siguiente el ambientevibraba conunmurmulloatronador,que seextendíaen todasdirecciones.Estoeramúsicaparaél,porquesignificabaqueelmundoingléssalíapujanteadarlealbienvenidaalgrandía.

ProntoTomseencontróasímismoconvertidounavezmásenlafiguraprincipaldeunamaravillosaprocesión flotanteenelTámesis,porqueporantiguacostumbre«laprocesióndelreconocimiento»altravésdeLondresdebíaempezarenlaTorre;yhaciaalláseencaminabaél.

Cuandollegoallí,losmurosdelavenerablefortalezaparecieronabrirsedeprontoenmil lugares, y por cada abertura asomó una roja lengua de fuego y una volutablanca de humo; siguió una explosión ensordecedora, que sofoco los gritos de lamultitud e hizo temblar la tierra. Los fogonazos, el humo y las explosiones serepitierondenuevounayotravezconmaravillosaceleridad,demaneraqueenpocosmomentoslaviejaTorredesaparecióenlaextensaniebladesupropiohumo,menosla punta del elevado pináculo llamado la Torre Blanca; ésta, con sus banderas, seerguíasobreeldensodiquedevapor,comoelpicodeunamontañasedestacasobrelasnubes.

TomCanty,espléndidamenteataviado,montóenuncorceldeguerra,cuyasricasgualdrapas casi alcanzaban el suelo. Su «tío», el lord protector Somerset,análogamente montado, se colocó detrás; la guardia del rey se formó en hilerassencillas a ambos lados, vistiendo sus bruñidas armaduras. Después del protectorseguía una procesión, al parecer interminable, de nobles resplandecientes, asistidosporsusvasallos;traséstos;ellordalcaldeyelcuerpoderegidores,consustogasdeterciopelocarmesíyconsuscadenasdeorocruzandoelpecho;despuésdeéstoslosoficiales ymiembros de todos los gremios de Londres, con lujosa indumentaria yportandolasvistosasbanderasdelasvariascorporaciones.Ademásenlaprocesión,comoguardiadehonorespecialatravésdelaciudad,estabalaAntiguayHonorableCompañíadeArtilleros—organizaciónqueya tenía trescientosañosdeantigüedadenaquel entonces—yelúnicocuerpomilitarde Inglaterraposeedordelprivilegio(que aun posee en nuestros días) de tener independencia de los mandatos delParlamento.Eraunbrillanteespectáculo,yfueacogidoconaclamacionesalolargodel recorrido, a medida que siguió su majestuoso camino por entre la compactamultituddeciudadanos.Diceelcronista:

«El rey, al entrar en la ciudad, fue recibido por el pueblo con plegarias,bienvenidas, gritos y palabras de ternura, y con todas las señales que indican unfervorosoamordelossúbditosasusoberano;yelrey,ofreciendosualegresemblante

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paratodoslosquesehallabanmuydistantes,ylasmástiernaspalabrasparaaquellosqueestabancercadeSuGracia,semostrónomenosagradecidoderecibirlosbuenosdeseosdelpuebloqueestedeofrecérselos.Atodoslosqueledeseabanbien,lesdabalasgracias;alosquedecían:“DiossalveaSuGracia”,lescontestaba“Diosossalvea todos”, y añadía que “Se los agradecía con todo su corazón”. La gente estabamaravillosamentetransportadaconlasamorosasrespuestasyademanesdesurey».

EnlacalleFenchurch,un«niñorubio,suntuosamenteataviado»,estabadepieenunatarimaparadaraSuMajestadlabienvenidaalaciudad.Laúltimaestrofadesusaludodecíalassiguientespalabras:

¡Bienvenido,ohrey!cuantoloscorazonespuedenjuzgar;Bienvenidodenuevo,cuantolalenguapuedeexpresar;Bienvenidoajubilosaslenguasycorazonesquenohandetemblar;Diososguarde,leimploramos,yosdeseamosparasiemprebienestar.

El pueblo prorrumpió en un grito de júbilo repitiendo a una voz lo que habíadichoelniño.TomCantymiróalolejossobreelagitadomardeansiosossemblantesysucorazónseinflamóderegocijó;sintióquelaúnicacosaporlacualvalíalapenavivirenestemundoeraelserrey,eídolodeunanación.Deprontodivisó,alolejos,a un par de sus andrajosos camaradas de Offal Court; uno de ellos, el lord granalmirantedesuantiguafingidacorte,yelotroelprimerlorddelaalcobadelamismapresuntuosa ficción; y su orgullo creciómás que nunca. ¡Oh, si tan sólo pudieranreconocerloahora!¡Quéindeciblegloriaseríasilereconocieranysedierancuentadequeel escarnecido reydementiritasde losarrabales sehabíaconvertidoenun reyverdadero, con ilustres duques y príncipes por humildes sirvientes y con elmundoinglés a sus pies! Pero tenía que negarse a sí mismo y ahogar su deseo, porquesemejante reconocimiento podría costarle más de lo que valía; así que volvió lacabeza y dejó que los dos suciosmuchachos continuaran con sus gritos y alegresadulaciones,sinsospecharaquiéneraqueselasestabanprodigando.Decuandoencuandosealzabaelgritode«¡unadádiva,unadádiva!»,yTomrespondíalanzandoalazarunpuñadoderelucientesmonedasnuevasparaquelamultitudselasdisputara.

El cronista dice: «En el extremo superior de la calle Gracechurch, ante elemblemadelÁguila,laciudadhabíaerigidounmonumentalarco,bajoelcualestabaunatarimaqueseextendíadeunladoalotrodelacalle.Eraunespectáculohistóricoque representaba a los inmediatos progenitores del rey.Allí estaba Isabel deYork,sentada enmedio de una inmensa rosa blanca, cuyos pétalos formaban elaborados

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volantesalrededordeella;asuladoestabaEnriqueVII,saliendodeunaenormerosaroja,dispuestadelamismamanera;lasmanosdelaparejarealestabanentrelazadas,y ostentosamente exhibido el anillo de boda.De las rosas rojas y blancas salía untallo que llegaba hasta una segunda tarima, ocupada porEnriqueVIII, saliendo deuna rosa roja y blanca, con la efigie de la madre del nuevo rey, Juana Seymour,representada a su lado. Salía una rama de aquella pareja, que ascendía hasta unaterceratarima,dondeseveíalaefigiedelmismoEduardoVI,sentadoensutronoconregiamajestad,ytodoelespectáculoestabaenmarcadoconguirnaldasderosasrojasyblancas».

Este primoroso y llamativo espectáculo entusiasmó tanto al regocijado pueblo,que las aclamaciones ahogaron por completo la vocecita del niño cuyamisión eraexplicar lacosaen runas laudatorias.PeroTomCantyno lo lamentó,porqueaquellealalborotoeraparaélmúsicamásdulcequecualquierpoesía,no importadequécalidad fuera. Cundo quiera que Tom volvía su joven y feliz semblante, el puebloreconocíalaexactituddelparecidodesuefigieconélmismo,lacontrapartedecarneyhueso,yestallabannuevostorbellinosdeaplausos.

Lagranprocesiónsiguióadelante,másymás,dejandoatrásarcostriunfales,unotras de otro, y pasando ante una pasmosa sucesión de tablados espectaculares ysimbólicos, cada uno de los cuales tipificaba y exaltaba alguna virtud o talento oméritodelreyecito.«EntodoCheapside,decadacobertizoydecadaventanapendíanbanderasygallardetes,ylosmásricostapetes,pañosybrocadosdeorotapizabanlascalles,muestrasdelagranriquezadelastiendascercanas,yelesplendordeestacalleeraigualadoenotras,yenalgunasinclusosobrepasado».

—¡Ytodosestosprodigiosyestasmaravillassonpararecibirmeamí,amí!—murmurabaTomCanty.

Lasmejillasdelfingidoreyestabanrojasdeexcitación,susojoscentelleaban,sussentidoshormigueabanenundeliriodeplacer.Enaquelpunto, justocuandoalzabasumanopara arrojar otra dádiva generosa, vio una cara pálida, asombrada, que seestiraba hacia adelante en la segunda fila de la muchedumbre, sus intensos ojosclavadosenél.Unaespantosaconsternaciónlotraspasó.¡Reconocióasumadre!Ysusmanosvolaronhaciaarriba,conlaspalmashaciaafuera,acubrirselosojos—eseademáninvoluntarionacidodeunepisodioolvidadoyperpetuadopor lacostumbre—.Uninstantemásyellasehabíadesprendidodelamuchedumbre,pasóporentrelosguardiasyestabaasulado.Abrazólapiernadelniño,lacubriódebesos,gritó:«¡Oh,miniño,vidamía!»,alzandohaciaélun rostro transfiguradodealegríaydeamor.En elmismo instanteunoficial de laguardia real la arrancode allí conunamaldición,ylaenviótambaleándoseallugardedondevino,conunvigorosoimpulsodesufuertebrazo.Laspalabras«¡Noteconozco,mujer!»caíandeloslabiosdeTomCanty cuando este lastimoso incidente ocurrió, pero le hirió hasta el corazón verla

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tratada así, y cuando ella se volvió para mirarle por última vez, mientras lamuchedumbrelaapartabadesuvista,lamujerseveíatanherida,tandescorazonada,quelavergüenzaquelocubrióconsumiósuorgullohastalascenizasymarchitósuusurpadarealeza.Susgrandezasse ledescubrieron;parecíansinvalordesprendersedeélcomoharapospodridos.

La procesión siguió adelante y adelante, entre esplendores en aumento ycrecientes tempestades de bienvenidas, pero para Tom Canty eran como si noexistieran. Él ni veía ni oía. La realeza había perdido su gracia y su dulzura; suspompas se habían convertido en reproche. El remordimiento estaba corroyendo sucorazón.Dijo:—¡PluguieraaDiosqueyoestuvieselibredemicautiverio!

Inconscientemente había vuelto a la fraseología de los primeros días de suobligatoriagrandeza.

La brillante procesión cívica siguió su rodeo, como una radiante serpienteinterminable por las torcidas callejuelas de la curiosa vieja ciudad y por entre lamultitudquelovitoreaba;peroelreyaúncabalgabaconlacabezabajaylamiradaperdidaviendosóloelrostrodesumadre,yesaexpresiónheridaenél.

—¡Una dádiva, una dádiva! —El grito llegaba a un oído distraído—. ¡VivaEduardodeInglaterra!—Parecíaquelatierrasecimbrabaconlaexplosión,peronohabía respuestadel rey.Éste laoíacomoseoyeel ruidodeloleajecuando llegaaloídodesdeunagrandistancia, porque era ahogadopor otro sonidoque estaba aúnmáspróximo, en supropiopecho, en su acusadora conciencia, unavozque seguíarepitiendoaquellasvergonzosaspalabras:«Noteconozco,mujer».

Laspalabrasgolpeabanelalmadelreycomoeldoblardeunacampanafúnebregolpea el alma de un amigo sobreviviente cuando le recuerdan secretas traicioneshechasporsumanoaaquelquesehaido.

Nuevosencantosserevelabanacadavuelta;nuevosprodigios,nuevasmaravillasaparecíanalavista;losencerradosestruendosdelasbateríaseranliberados,nuevosraptosbrotabande lasgargantasde lasexpectantesmultitudes,peroel reynodabaseñales de enterarse, y la voz acusadora que seguía gimiendo en su desconsoladopechoeraelúnicosonidoqueescuchaba.

Prontolaalegríaenlosrastrosdelpopulachocambióunpoco,ymostrabanalgoparecidoalafánoalaansiedad;seobservótambiénundescensoenlaintensidaddelosaplausos.El lordprotectorde inmediato reparóenestascosas, tantocomoparadescubrir lacausa.Apretóelpasohaciael rey, se inclinóen la silla, con lacabezadescubierta,ydijo:

—Señor,malaocasióneséstaparasoñar.Elpuebloobservatuinclinadacabeza,tu nublado semblante y lo toma por mal agüero. Sé prudente; devela el sol de larealezaydejaquebrillesobreesosagorerosvaporesylosdispersé.Levantalacaraysonríealpueblo.

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Diciendoesto, elduqueesparcióunpuñadodemonedasadiestray siniestra,yluegose retiróasusitio.El fingido reyhizomaquinalmente loque lesugerían.Susonrisaeraforzada,peropocosojosestuvieronlobastantecercaofueronlobastanteperspicacesparadescubrirlo.Losmovimientosdesuempenachadacabezaalsaludarasussúbditoseranllenosdegraciaygentileza; lasdádivasquesumanoprodigabaeran regiamente generosas; así se desvaneció la ansiedad del pueblo y lasaclamacionesvolvieronaestallarconlapoderosaintensidaddeantes.

Denuevo,sinembargo,pocoantesdequeacabaralaprocesión,elduquesevioobligadoaadelantarsehaciaelrey,yloreconvino.Susurró:

—¡Oh, venerable soberano! Sacude ese humor fatal; los ojos del mundo estánsobreti.—Yañadióconvivodisgusto—:¡Malditaseaesalocamendiga!fueellalaquehaperturbadoaSuAlteza.

Lasuntuosa figuravolvióhaciaelduquesusojos sinbrilloyexclamóconvozdesmayada:

—¡Eramimadre!—¡Dios mío! —Gimió el protector, conteniendo su caballo para volver a su

puesto—.¡Elagüeroestabapreñadodeprofecía!¡Sehavueltolocodenuevo!

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XXXIIEldíadelacoronación

Retrocedamosunascuantashorasy situémonosen laAbadíadeWestminster, alas cuatro de lamañana de estememorableDía de laCoronación.No estamos sincompañía,porqueaunqueaúnesdenoche,encontramoslasgaleríasiluminadasconantorchas,llenasyadegentesdispuestasapermaneceresperandosieteuochohorashastaquellegueparaellaselmomentodeverloquenoesperanverdosvecesensusvidas: lacoronacióndeunrey.Sí.LondresyWestminsterhanestadoactivosdesdequeretumbaronloscañonazosdeavisoalastresdelamañana,yyamultituddericossintítulo,quehancompradoelprivilegiodebuscarsitioparasentarseenlasgalerías,seagolpaenlasentradasreservadasasuclase.

Las horas pasan lentas, tediosamente. Toda agitación ha cesado por un ratoporquehacemuchoquelasgaleríasestányaatestadas.Ahorapodemossentarnos,ymirar y pensar a nuestro gusto. Aquí, allá y acullá, en la vaga media luz de lacatedral,podemosdivisarpartedemuchasgaleríasybalcones,porqueelrestonosloocultanalavistalascolumnasysalientesarquitectónicosqueseinterponen.Tenemosa la vista todo el gran crucero, vacío, esperando a los privilegiados de Inglaterra.Vemostambiéneláreaampliadelaplataforma,cubiertadericaalfombra,enquesealza el trono.El tronoocupa el centro de la plataforma, y se levanta de ella sobrecuatroescalones.Enel asientodel tronoestáencajadaunapiedraplanay tosca, laPiedradeScone,enquemuchasgeneracionesdereyesescocesessehansentadoparasercoronados,porlocualconeltiempollegóaserlobastantesagradaparaserviralmismo fina losmonarcas ingleses.Tantoel tronocomosuescabel estáncubiertosconbrocadodeoro.

La quietud reina, las antorchas parpadean lánguidamente, el tiempo pasa conpesadez.Masalfinseafirmalaretrasadaluzdeldía,seextinguenlasantorchasyunresplandorsuavebañalosgrandesespacios.Ahorasedistinguentodoslosperfilesdelnobleedificio,perodulcesycomoensueños,porqueelsolestáligeramenteveladoconnubes.

A las siete sobreviene la primera interrupción de la amodorrada monotonía,porque, al dar la hora, la primera dama noble entra al crucero, vestida con tantoesplendorcomoSalomón,yesconducidaa su lugarcorrespondienteporunoficialvestidoderasoyterciopelo,entantoqueotrocomoélrecogelalargacoladelvestidodeladama, lasiguey,cuandoladamasehasentado,se laarreglasobreelregazo.Luegocolocaelescabelconformea losdeseosdeella,despuésde locualponesucorona al alcance de su mano, para cuando llegue la ocasión de la coronaciónsimultáneadelosnobles.

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Ya en esto las damas están fluyendo en reluciente manantial, y los oficialesrevoloteanydestellanpordondequiera,sentándolaseinstalándolascómodamente.Laescenaestáyabastanteanimada.Haymovimientoyvida,ycolorescambiantesportodaspartes.Alcabodeunrato,vuelveareinarlacalma,porquetodaslasdamashanllegadoyestánen sus sitios, comoungran ramilletede flores resplandecientes,decolores abigarrados, y escarchadas de diamantes como una Vía Láctea. Hay aquítodaslasedades:viudasarrugadasycanosas,quepuedenretrocedermásymáseneltiempo y recordar la coronación de Ricardo III, y los turbulentos días de aquellainolvidable época; y hay hermosas damas de mediana edad, y matronas lindas ygraciosas, y doncellas gentiles y bellas, de radiantes ojos y tez fresca, que muyprobablementesepondrántorpementesuenjoyadacoronacuandollegueelmomentosolemne,porqueellanceseránuevoparaellasysuagitaciónseráungraveobstáculo.Sin embargo, esto puede no ocurrir, porque el pelo de todas estas damas estáarregladoconespecialatenciónalacolocaciónrápidayairosadelacoronacuandolleguelaseñal.

Hemosvistoqueesteconjuntodedamasestá sembradodediamantes,yvemostambiénqueconstituyeunmaravillosoespectáculo,pero…ahoraestamosapuntodeasombrarnosdeverdad.Cercadelasnueve,deprontoserasganlasnubesyunasaetadeluzdesolhiendelatibiaatmósferayrecorrelentamentelasfilasdedamas,ycadafilaquetocaseenciendeconundeslumbranteesplendordefuegosmulticolores,yanosotros nos hormiguean hasta las puntas de los dedos con el estremecimientoeléctrico que nos atraviesa por la sorpresa y la belleza del espectáculo. Ahora unenviado especial de algún lejano rincón del Oriente entra con el cuerpo deembajadoresextranjeros;cruzaaquellabarrade luzdesol,ynosotros retenemoselaliento, tansubyuganteesel fulgorque irradiaycentelleaasualrededor,puesestácubiertodepiedraspreciosasdepiesacabeza,yalmásligeromovimientoderramaentornosuyounaradiantedanzadeluces.

Cambiemos el tiempo del verbo por comodidad. El tiempo transcurrió —unahora, dos horas, dos horas y media—, luego el intenso estruendo de la artilleríaanuncióqueelreyysugrancortejoalfinhabíanllegado;porloquelamuchedumbreque esperaba se regocijó. Todos sabían que aún habría de demorar, porque el reydebería ser preparado y ataviado para la solemne ceremonia, pero esta demora sellenaríaagradablementeporlareunióndelosparesdelreinoconsustrajesdegala.Éstosfueronconducidosceremoniosamenteasusasientos,ysuscoronascolocadasalalcancedelamano;entretantoelgentíodelasgaleríasavivabasuinterés,porquelamayor parte veía por vez primera a duques, condes y barones cuyosnombres eranhistóricos desde hacía quinientos años. Cuando finalmente se sentaron todos, elespectáculo desde las galerías y desde cualquier posición ventajosa era completo;magníficoparasercontempladoyrecordado.

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LosjerarcasdelaIglesia,conmantosymitras,ysusasistentes,sealinearonsobrelaplataformay tomaron los lugares a ellos asignados; fueron seguidos; por el lordprotector y otros grandes dignatarios, y éstos, a su vez, por un destacamento de laguardia,vistiendoarmadurasdeacero.

Hubo una pausa de espera; luego, a una señal, estalló un estruendo demúsicatriunfal, y TomCanty, vestido con largomanto de brocado de oro, apareció en lapuertaysubióalaplataforma.Levantosetodalamultitud,yempezólaceremoniadelReconocimiento.

Luegoun espléndidohimnobarrió laAbadía con sus olas de sonido, y de estamanera anunciado y recibido, Tom Canty fue conducido al trono. Hiciéronse lasantiguas ceremonias con impresionante solemnidad, mientras el auditorio lascontemplaba;ymientrasmásseacercabanasufin,TomCantypalidecíamásymás,yunaprofundaangustiaymelancolía,quecrecíaprogresivamente,seposesionódesuánimoydesucorazónllenoderemordimientos.

Por fin llegó el acto final. El arzobispo de Canterbury levantó de su cojín lacoronadeInglaterraylasuspendiósobrelacabezatemblorosadelfingidorey.Enelmismoinstanteunresplandordearcoirisfulguróenelampliocrucero,porque,enunmovimiento simultáneo, cada individuo del gran concurso de nobles levantó lacorona y la suspendió sobre su cabeza y la detuvo en esa postura. Un profundosilencioreinóenlaAbadía.Enesteimpresionantemomentounapasmosaaparicióndeprontosehizopresente,avanzandopor lagrannavecentral.Eraunniño,conlacabezadescubierta,malcalzadoyvestidoconburdasprendasplebeyasquesecaíanajirones.Levantósumano,conunasolemnidadquenoconcordabaconsulastimososucioaspecto,ypronuncióestaadvertencia:

—OsprohíboponerlacoronadeInglaterraenesacabezaperdida.Yosoyelrey.Al instante varias manos indignadas cayeron sobre el niño, pero en el mismo

instanteTomCanty,consusregiasvestiduras,avanzóvivamenteunpasoygritóconsonoravoz:

—¡Soltadleyconteneos!¡Éleselrey!Una especie de pánico asombrado privó en la asamblea; se levantaron

parcialmentedesusasientosysemiraronaturdidosunosaotros,yalasprincipalesfigurasdeaquellaescena,comopersonasquesepreguntaransiestabandespiertasyensujuicioodormidasysoñando.Ellordprotectorestabatanasombradocomolosdemás,peroserepusoprontoyexclamóconautoritariavoz:

—Nohagáis casoaSuMajestad; sudolencia lehavueltoaatacar. ¡Prendedalvagabundo!

Habríasidoobedecido,peroelfingidoreygolpeóelsueloconelpieyexclamo:—¡Osloprevengo!¡Nolotoquéis,eselrey!Lasmanosseapartaron;unaparálisisasaltólasala;nadiesemovió,nadiehabló.

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Nadiesabía,enverdad,cómoactuaroquedecirentanextrañoysorpresivoaprieto.Mientras todos los ánimos intentaban serenarse, el niño avanzó aún más,resueltamente,conarroganteporteyconfiadosemblante;nohabíavaciladodesdeelprincipio,ymientraslosconfundidosánimosluchabanaúninútilmente,élsubióalaplataforma y el fingido rey corrió a su encuentro con el rostro alegre y cayó derodillasanteélydijo:

—¡Oh,mi señor rey!dejadqueelpobreTomCantyseaelprimeroqueos jurefidelidadyosdiga:«Poneoslacoronayrecobradloqueesvuestro».

Lamiradadellordprotectorseclavóseveramenteenelrostrodelreciénllegado,peroinstantáneamentelaseveridadseesfumóydiopasoaunaexpresióndeadmiradasorpresa.Estomismolesocurrióalosdemásgrandesdignatarios.Semiraronunosaotrosyretrocedieronunpaso,porunimpulsogeneraleinconsciente.Laideaencadamenteeralamisma:«¡Quéextrañoparecido!».

Ellordprotectorreflexionóperplejounosbrevesmomentos;luegodijo,congraverespeto:

—Convuestropermiso,señor,deseohacerosciertaspreguntasque…—Yolasresponderé,milord.El duque le hizo muchas preguntas acerca de la corte, del difunto rey, del

príncipe, de las princesas. El niño las respondió acertadamente y sin vacilar.Describiólashabitacionesdegaladelpalacio,losaposentosdeldifuntoreyylosdelPríncipedeGales.

Era extraño, era maravilloso, sí, era inexplicable, así dijeron todos cuantos looyeron. La corriente comenzaba a variar y las esperanzas de TomCanty a crecer,cuandoellordprotectormeneólacabezaydijo:

—Ciertoqueesmaravillosoenextremo,peronoesmásde loquepuedehacernuestroseñorelrey.

EstaobservaciónyestareferenciaasímismocomoreytodavíaentristecieronaTomCanty,ysintióquesederrumbabansusesperanzas.

—Éstasnosonpruebas—añadióelprotector.La corriente variaba ahora muy rápido, en verdad muy rápido, pero en la

dirección contraria, y estaba dejando al pobre Tom Canty varado en el trono, yarrastrandoalotrohaciaelmar.Ellordprotectorconsultóconsigomismo—meneólacabeza—elpensamientoqueseleimponía:«EspeligrosoparaelEstadoyparatodosnosotrosquecontinúeunenigmatanfunestocomaéste;podríadividiralanaciónyminareltrono».Sevolvióydijo:—SirTomás,arrestadaeste…¡No,deteneos!—Surostroseiluminóehizofrentealdesarrapadocandidatoconestapregunta:

—¿Dónde está el Gran Sello? Contestadme esto sinceramente y el enigmaquedará descifrado, porque sólo el que fuera Príncipe deGales puede responderlo.¡Deunacosatantrivialpendenuntronoyunadinastía!

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Fue una idea afortunada, una idea feliz. Que así lo consideraron también losgrandes dignatarios semanifestó en el silencioso aplauso que brotó de sus ojos enformadebrillantesmiradasdeaprobación.Sí,nadiesinoelverdaderopríncipepodríadisipar el persistente misterio del Gran Sello desaparecido —a este infelizimpostorcillo le habían enseñado bien su lección, pero aquí sus enseñanzas debíanfracasar, porque su mismo maestro no podría contestar esa pregunta—; ¡ah, muybien,muybienenverdad:ahoraprontonos libraremosdeesteenojosoypeligrosoasunto!Yasintieronconlacabezademodoimperceptibleysonrieroninternamentecon satisfacción y voltearon a ver a aquelmuchacho atacado por la parálisis de laconfusión culpable. ¡Cómo se sorprendieron entonces de ver que nada semejantesucedió!¡Cómosemaravillaronalescucharlocontestardeinmediato,convozseguraytranquila!

—Notienenadadedifícilestaadivinanza.Luego, sin un «con vuestra venia» a nadie, se volvió y dio esta orden, con el

desembarazo del que está acostumbrado a tales cosas—:Milord St. John, id amigabinete particular en el palacio—pues nadie lo conocemejor que vos—, y,muycerca del piso, a la izquierda, en el rincón más distante de la puerta que da a laantecámara, hallaréis en la pared una cabeza de clavo de bronce. Oprimidlo y seabriráunarmaritode joyas,queni siquieravosconocéis,no,niningúnalmaenelmundosinoyoyellealartesanoqueloideóparamí.LoprimeroqueveréisseráelGranSello.Traedloaquí.

Todos loscircunstantes sepasmaronaloír suspalabras,y semaravillaron,másaún al ver al pordioserillo elegir a aquel par sin vacilación ni aparente temor deequivocarse,yllamarloporsunombre,conelaireplácidoyconvincentedehaberloconocido toda la vida. El par se sorprendió casi obedeciendo. Incluso hizo unmovimientocomoparaalejarse,peroprontorecuperósuserenaactitudyconfesósudisparateconunsonrojo.TomCantysevolvióhaciaélydijoásperamente:

—¿Porquévacilas?¿Nohasoídoelmandatodelrey?¡Ve!EllordSt.Johnhizounaprofundareverencia—ysepudoobservarqueéstafue

cautelosa y evasiva, no dirigida a ninguna de los reyes, sino al territorio neutralequidistantedeambos—ysedespidió.

Ahoraempezóunmovimientodelasbrillantespartículasdeaquelgrupooficial,quefuelento,apenasperceptible,y,sinembargo,tenazypersistente;unmovimientotalcomoelqueseobservaenuncalidoscopioquesehacegirar lentamente,con locual loscomponentesdeunespléndidogruposedisgreganyseunenconotros;unmovimientoque,pocoapoco,enelcasopresente,disolvióelrelucientegentíoquesehallabacercadeTomCanty,y loagrupódenuevoen las inmediacionesdel reciénllegado.TomCantysequedócasisolo.Ahorasiguióunbrevemomentodeprofundosuspensoyespera,duranteelcualinclusolospusilánimesqueaúnpermanecíancerca

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de Tom Canty fueron gradualmente haciendo suficiente acopio de valor paraescurrirse,unoporuno,haciaelladodelamayoría.AsíquealfinTomCanty,consuatavío real y sus joyas, quedó completamente solo y aislado del mundo, figuraconspicuaocupandounelocuentevacío.

AhorasevioregresarallordSt.John.Amedidaqueavanzabaporlanavecentral,elinteréseratanintensoqueelapagadomurmullodelasconversacionesexpiróenlagran asamblea y fue seguida por unprofundo silencio, una calma expectante en lacual laspisadasdel lordvibraronconunsonidosordoydistante.Todos losojosseclavaron en él mientras avanzaba. Llegó a la plataforma, se detuvo un momento,luegoseinclinoanteTomCantyconunaprofundareverencia,ydijo:

—Señor,¡elSellonoestáallí!Noseapartaunaturbadelapresenciadeunapestadoconmásprisaquelapartida

de pálidos y aterrados cortesanos se apartó del lado del andrajoso pequeñopretendientealacorona.Enunmomentosequedócompletamentesolo,sinunamigoopartidario,blancoenelqueseconcentrabaunfuegograneadodemiradasburlonasyairadas.Ellordprotectorgritófurioso:

—Echadalmendigoalacalleyazotadleportodalaciudad;¡elbribónmiserablenoesdignodemayorconsideración!

Losoficialesdelaguardiaseapresuraronaobedecer,peroTomCantylosapartóconunademánydijo:

—¡Atrás!¡Aquelquelotoquearriesgasuvida!Ellordprotectorestabaperplejoengradosumo.DijoalordSt.John:—¿Habéisbuscadobien?Perodenadavalepreguntarlo.Parecesumamenteraro.

Lascosaspequeñas, lasbagatelasescapana lavistadeuno,yunono loconsideramotivode sorpresa; pero ¿cómouna cosa tan abultada comoelSello de Inglaterrapuededesaparecersinquenadiepuedadarconsurastro?Undiscodeoromacizo…

TomCanty,conrelucientesojos,saltóhaciaadelanteygritó—¡Teneos,bastaya!¿Eraredondo?,¿ygrueso?,¿yteníaletrasylemasgrabados?¿Sí?¡Oh!,ahoraséloque es esteGranSellopor el quehahabido tanto apuroy alboroto.Dehabérmelodescrito,lopodríaishabertenidohacetressemanas.Ahorasémuybiendóndeestá;peronofuiyoquienlopusoahíporprimeravez.

—¿Quién,pues,miseñor?preguntóellordprotector.—Esequeestá ahí, el legítimo reyde Inglaterra.Yélmismohabrádedecirles

dónde está; entonces creeréis que lo sabe por su propio conocimiento. Hacedmemoria,reymío,recordad;fueloúltimo,lorealmenteúltimoquehicisteisaqueldíaantesdesalirapresuradamentedepalacio,vestidoconmisandrajosparacastigaralsoldadoquemehabíaofendido.

Sobrevino un silencio, no perturbado por ningún movimiento o cuchicheo, ytodoslosojosseclavaronenelreciénllegado,quecabizbajoyconelceñofruncido;

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buscabaensumemoria,entreunaatestadamultituddeinútilesrecuerdos,porunsolohechopequeñitoyelusivoque,deserhallado,losentaríaenuntrono,ydenoserlo,lodejaríadeunavezpara siemprecomoestaba:unmendigoyunparia.Momentotrasmomentotranscurrióylosmomentosseconvirtieronenminutos,yelniñoseguíaluchandoensilenciosindarindicios.Masalfinexhalóunsuspiro,moviólentamentelacabeza,ydijo,conlabiostemblorososyconafligidavoz:

—Recuerdo la escena, toda, pero en ella no figura el Sello.—Hizo una pausa,levantolavistaydijocongentildignidad—:Miloresycaballeros,siqueréisdespojaravuestro legítimosoberanode loqueessuyopor la faltadeestaevidenciaquenopuedeproporcionar,nooslohabrédeimpedirviéndomeimpotente.Pero…

—¡Oh desatino, oh locura, rey mío! —Gritó Tom Canty, aterrorizado—.¡Esperad!¡Pensad!¡Noosdeisporvencido!¡Lacausanoestáperdida!¡Niloestará!Escuchad lo que diga, seguid cada palabra, voy a recordaros lo que pasó aquellamañana,cadalancetalcomosucedió.Conversamos;oscontédemishermanas,NanyBet¡ah,sí!eso lorecordáis;ydemiviejaabuela,yde losbruscos juegosde losmuchachosdeOffalCourt;sí,tambiénrecordáisestascosasmuybien,seguidmeaún,lo recordaréis todo. Me disteis de comer y de beber, y con principesca cortesíadespedisteisalosservidores,paraquemimalacrianzanomeavergonzaradelantedeellos,oh,sí,todoestolorecordáis.

AmedidaqueTomverificabasusdetallesyelotroniñoasentíaconlacabeza,elgran auditorio y los dignatarios abrían grandes ojos de perplejo asombro; el relatosonabaahistoriaverdadera;noobstante,¿cómohabíasucedidoestaimposibleuniónentre un príncipe y un mendigo? Jamás hubo antes un grupo de personas másperplejo,másinteresadoymásestupefacto.

—De guasa, príncipe, cambiamos vestidos. Luego nos pusimos delante de unespejo,yéramostanparecidosquelosdosdijimosqueparecíaquenohubierahabidocambio ninguno; sí, recordáis eso.Luego notasteis que el soldado había heridomimano;¡mirad!,helaaquí;nisiquierapuedoaúnescribirconella,tantiesosestánlosdedos.Enesto,VuestraAltezadiounsalto,jurandovengarosdelsoldado,ycorristeishacialapuerta;pasasteisjuntoaunamesa;esoquellamáiselSelloestabasobreella;lo tornasteis y mirasteis entorno afanosamente, como buscando sitio dondeesconderlo;vuestramiradaloencontró…

—¡Esoes!,¡bastaya!,¡graciasseandadasalbuenDios!—Exclamóelandrajosopretendiente,ensupremaexcitación—.¡Id,mibuenSt.John,queenunbrazodelaarmaduramilanesaquecuelgadelaparedencontraréiselSello!

—¡Justo, mi rey, justo! —gritó Tom Canty—, ahora el cetro de Inglaterra esvuestro.¡Yhubierasidomejorparaaquelqueoslodisputaseelhabernacidamudo!¡Id,milordSt.John,ponedalasavuestrospies!

Todalaasambleaestabayadepieycasifueradesuscabalesporlainquietud,la

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aprensión,eltemoryladevoradoraexcitación.Enelpisoyenlaplataformaestallóun zumbido ensordecedor de conversaciones frenéticas, y durante algún rato nadiesuponioyónada,ni se interesabapornada sinopor loque suvecino legritabaaloído, o por lo que gritaba al oído de su vecino. El tiempo pasó rápidamente,desatendido e inadvertido, nadie supo cuánto, sin que se percataran de ello.Finalmenteunrepentinosilencioreinóenelrecinto,yenelmismomomentoSt.Johnaparecióenlaplataforma,conelGranSelloenarbolado.Entoncesseelevóestegrito:

—¡Viva el verdadero rey!—Durante cincominutos la atmósfera se estremecióconlosgritosyconelestrépitodelosinstrumentosmusicalesysetomóblancaconuna tormenta de pañuelos ondeantes; y en medio de todo aquello un muchachoandrajoso,lafiguramásconspicuadeInglaterra,permanecíaemocionadoydichosoyorgullosoenelcentrodelaespaciosaplataforma,conlosgrandesvasallosdelreinoarrodilladosasualrededor.

LuegoselevantarontodosyTomCantyexclamó:—Ahora, ¡oh, rey!, recobrad estas regias prendas, y dad al pobreTom, vuestro

criado,susandrajosyjirones.Ellordprotectorhabló:—QueelcanallitaseadesnudadoyencerradoenlaTorre.Peroelnuevorey,elverdaderorey,dijo:—Nolopermitiré.Anoserporélnotendríadenuevomicorona;nadielepondrá

lamanoencima;yencuantoati,mibuentío,milordprotector,esaconductatuyanomuestra agradecimiento hacia este pobre muchacho, porque he oído que te hizoduque(elprotectorseruborizó),yesoquenoeratodavíarey;porconsiguiente,¿dequévaleahoratuencumbradotítulo?Mañanamepedirásamí,pormediacióndeél,la confirmación, de lo contrario, no como duque, sino como simple condepermanecerás.

Ante esta reprimenda, SuGracia el duque de Somerset se retiró un poco de laprimeralíneadurantealgunosinstantes.

ElreysevolvióhaciaTomyledijoamablemente:—Mi pobrecito niño, ¿cómo fue que pudiste recordar dónde escondí el Sello,

cuandonopodíarecordarloyomismo?—¡Ay,reymío!;esofuefácil,puestoqueloheusadovariosdías.—¿Lohasusadoynopodíasexplicardóndeestaba?—Nosabíaqueeraesoloquequerían.Nolodescribieron,Majestad.—¿Entoncesparaquélousaste?Larojasangreempezóasubiralasmejillasde

Tom,quienbajólosojosyguardósilencio.—Habla,buenmuchacho,yno temasnada—dijoel rey—.¿Paraquéusasteel

GranSellodeInglaterra?Tombalbucióunmomento,conpatéticaconfusión,yalfinpudosacarlo:

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—¡Paracascarnueces!¡Pobreniño!Elaluviónderisasqueacogióestocasilolevantóenvilo.Perosien

algún ánimo quedaba la duda de que Tom Canty no fuera el verdadero rey deInglaterra, familiarizadocon losaugustos incidentesde la realeza, esta respuesta ladisipóporcompleto.

EntretantoelsuntuosomantodegalahabíapasadodeloshombrosdeTomalosdelrey,cuyosandrajosquedarondehechoocultosalavistadebajodeél.Luegosereanudó el ceremonial de la coronación; el verdadero rey fue ungido y la coronacolocadasobresucabeza,mientrasloscañonazosretumbabanlanoticiaalaciudad,ytodoLondresparecíabambolearseporlaaclamación.

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XXXIIIEduardocomoRey

MilesHendonyaerabastantepintorescoantesdemeterseenelmotíndelPuentedeLondres,pero loeramuchomáscuandosaliódeél.Teníapocodineroalentrar,peronadaenabsolutoalsalir.Losraterilloslohabíandespojadohastadesuúltimoardite.

Peronoimportaba,contaldequeencontraraasuniño.Siendosoldado,nosedioa la tareademanera improvisada,sinoqueempezóantesquenadapordisponersuplandecampaña.

¿Qué haría el niño instintivamente? ¿Adónde se dirigiría primero? Bueno —argüíaMiles—,iríainstintivamenteasusprimerasguaridas,porquetaleselinstintodelosespíritusperturbados,cuandosevensinhogarydesamparados,lomismoquede losespírituscuerdos.¿Dóndeestabansusprimitivasguaridas?Susandrajosyelvillanoqueparecíaconocerlo,yqueinclusopretendíasersupadre,indicabanquesuhogarestabaenunouotrodelosdistritosmáspobresymásvilesdeLondres.¿Seríadifícilolargalabúsqueda?No,másparecíabreveyfácil.Nosedaríaalacazadelmuchacho; se daría a la caza de una muchedumbre, en el centro de unamuchedumbre,pequeña,ogrande,tardeotempranohallaríaseguramenteasupobreamiguito; y la sarnosa turba se entretendría injuriando y agraviando al niño, que,como de costumbre, se estaría proclamando rey. EntoncesMilesHendon tulliría aalgunasdeestasgentesysellevaríaasuprotegido,yloconfortaríayalegraríaconpalabrascariñosas,ylosdosnovolveríanasepararsenuncamás.

AsíqueMilescomenzósupesquisa.Horatrashoracaminóatravésdecallejonesycallesescuálidasbuscandogruposymuchedumbres,ylashallóinfinitasperosinelmenorrastrodelniño.Estolosorprendiómuchoperonolodesalentó.Asuentenderestonoafectabasuplandecampaña;loúnicomalcalculadoeraquelacampañaibaresultandolarga,siendoasíqueélhabíaesperadoquefuesecorta.Cuandoalfinllególaluzdeldía,habíahechomuchasmillasyexaminadomuchosgrupos,peroelúnicoresultadodeelloeraqueestaba tolerablementecansado,bastantehambrientoyconmuchosueño.Deseabadesayunaralgo,peronohabíamododeconseguirlo.Noseleocurrió mendigar; en cuanto a empeñar su espada, más pronto habría pensado endespojarsedesuhonor;podíaprescindirdealgunasdesusropas,peromásfácilerahallarunclienteparaunaenfermedadquepararopastales.

Almediodía estaba aún deambulando, ahora entre la turba que seguía al regiocortejo, porque arguyó que este regio despliegue atraería poderosamente a supequeñolunático.SiguióalaprocesiónentodossusrodeostortuososporLondresyentodoelcaminohastaWestminstery laAbadía. Ibaa laventuradeacáparaallá,

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entrelasmultitudesqueseapiñabanenlasinmediaciones,durantelargasytediosashoras,chasqueadoyperplejo,hastaquealfin,sealejópensandoytratandodeidearla manera de mejorar su plan de campaña. Luego, cuando volvió en sí de susmeditaciones,descubrióquelaciudadquedabamuyatrásyqueibadeclinandoeldía.Hallábasecercadelrío,yenelcampo;eraunazonadehermosasfincasrústicas,nolaclasededistritoquehabríadedarlabienvenidaaunhombreconindumentariatal.

Nohacíafríoenabsoluto,asíquesetendióenelsuelo,alsocairedeunseto,paradescansarypensar.Elsueñonotardóeninvadirsussentidos;elatronardesmayadoylejanodeloscañonesllegóasusoídos,sedijo:—Estáncoronandoalnuevorey—einmediatamente se quedó dormido. Llevaba más de treinta horas sin dormir nidescansar.Nosedespertóhastacercadelmediodía.

Levantoserenqueando,entumecidoymediomuertodehambre;selavóenelrío,tomóuntentempiédeunoodoscuartillosdeaguayseencaminócontrabajoshaciaWestminster, reprendiéndose a símismo por haber perdido tanto tiempo.Ahora elhambreloayudóaforjarunnuevoplan;trataríadehablarconelviejosirHumphreyMarlowy lepediríaunoscuantosmarcos,y…peroconestobastabaalplanporelmomento;tiempohabríadeampliarlocuandoestaprimeraetapaestuvieracumplida.

Cercadelasonceseacercóalpalacio,yaunqueseviorodeadodeungrupodepersonas lujosamente ataviadas que iban en su misma dirección, no pasódesapercibido,deelloseencargósu traje.Observóatentamente los rostrosdeestaspersonas,esperandohallaralgunocaritativocuyodueñoestuvieradispuestoallevarsunombrealviejoteniente,porqueelintentarintroducirseélmismoenelpalacionohabíaniquepensarlo.

De pronto pasó a su lado el «niño de azotes», dio media vuelta y escrutóatentamentesufigura,diciéndose:

—Si no es ése el mismísimo vagabundo que tanto preocupa a Su Majestad,entoncessoyunasno…aunquemeparecequeyaantes lohesido.Respondea lasseñastotalmente.QueDioshubierahechoadostalesseríaabaratarlosmilagrosporsuinútilrepetición.Sipudieradarconunaexcusaparahablarle…

MilesHendon le ahorró el trabajo, porque luego sevolvió, comogeneralmenteharáunhombrecuandoalguienlemagnetizamirándoloinsistentementedesdeatrás;yalobservarunfuerteinterésenlosojosdelmuchacho,avanzóhaciaélydijo:

—Acabasdesalirdepalacio.¿Vivesenél?—Sí,vuestramerced.—¿ConocesasirHumphreyMarlow?Elniñosesobresaltóydíjose:«¡Cielos!¡Midifuntopadre!».Ycontestóenvozalta:—Muybien,vuestramerced.—¡Bien!¿Estádentro?

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—Sí—dijoelniño—.Yañadióparasí:«Dentrodesutumba».—¿Puedopedirteelfavordequevayasadecirleminombre,yqueleruegome

permitahablarunmomentoconél?—Despacharéelasuntodebuengrado,bien,señor.—Entonces dile que Miles Hendon, hijo de sir Ricardo, está aquí fuera. Te

quedaréobligadoengranmedida,mibuenmuchacho.Elniñoparecíadesencantado.—Elreynolohallamadoasí—sedijo—;peronoimporta,ésteessuhermano

gemelo, y apuesto a que puede dar SuMajestad noticias del otroCaballero de losJironesylosGuiñapos.AsíquedijoaMiles:—Entradallíunmomento,buenseñor,yesperadaqueostraiganoticias.

Hendonseretiróallugarindicado,queeraunhuecoenlapareddepalacio,conunbancodepiedra,queservíaderefugioaloscentinelascuandohacíamaltiempo.Apenassehabíasentado,unosalabarderos,almandodeunoficial,pasaronporallí.El oficial lo vio, detuvo a sus hombres y ordenó a Hendon que lo siguiera. Élobedeció,yalinstanteloarrestaroncomoindividuosospechosoquerondabaporlasinmediacionesdepalacio.Lascosasempezabanaponersefeas.ElpobreMilesibaaexplicarse,peroeloficiallehizocallarásperamenteyordenóasushombresquelodesarmaranyloregistrasen.

—ConcedaelDiosmisericordiosoqueencuentrenalgo—dijoelpobreMiles—.Bastanteheregistradoyo,sinconseguirlo,yesoqueminecesidadesmayorqueladeellos.

Noleencontraronmásqueundocumento.EloficialloabrióyHendonsonrióalreconocerlos«garabatos»desuperdidoamiguitoenaquelnegrodíadeHendonHall.El rostrodel oficial se ensombreció al leer lospárrafos ingleses; yMiles palidecióintensamentealescucharsuspalabras.

—¡Otronuevopretendientea lacorona!—Exclamóeloficial—.Enverdadquehoy crecen como conejos. Prended al tunante,muchachos, y ved de tenerle sujeto,mientrasyollevoadentroestepreciosopapelyselomandoalrey.

Alejose de prisa, dejando al preso en manos de los alabarderos. —Ahora haterminadoalfinmimalasuerte—murmuróHendon—,porqueconseguridadhedependerdelextremodeunacuerdaporesepedacitodepapel.¡Yquéserádemipobremuchacho!,¡ah,sóloelbuenDioslosabe!

Pronto vio que volvía el oficial, con gran prisa; hizo acopio, pues, de valor,proponiéndosehacerfrentealasituacióncomocorrespondíaaunhombre.Eloficialordenóasushombresquesoltaranalpresoyledevolviósuespada;luegoseinclinórespetuosamenteydijo:

—Señor,servíosseguirme.SiguioleHendon,diciéndose:

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—Si nome viera camino de la muerte y del juicio final, y por lo tanto en lanecesidad de ahorrarme los pecados, estrangularía a este bribón por su burlonacortesía.

Atravesaronlosdosunpatiollenodegenteyllegaronalaentradaprincipaldelpalacio, donde el oficial, con otra reverencia, entregó a Hendon en manos de unpalaciego espléndidamente ataviado, quien lo recibió con profundo respeto y locondujo por un gran vestíbulo a cuyos lados se alineabanmagníficos lacayos (quehicieron reverentescortesíasalpasar losdos,peroqueaguantaronconangustia lascarcajadasantenuestromajestuosoespantapájarosapenaséstevolviólaespalda),ylollevó por una amplia escalera entre multitud de gente refinada; y finalmente locondujo aungran aposento, le abriópaso a travésde lanoblezade Inglaterra, allíreunida,luegohizounareverencia,lerecordóquesequitaraelsombrero,ylodejóenmediodelaestancia,blancodetodaslasmiradas,demuchosceñosindignadosydebastantessonrisasdivertidasyburlonas.

MilesHendon estaba completamente aturdido.Allí estaba sentado el joven rey,bajounmajestuosodosel,acincopasosdedistancia,conlacabezainclinadahaciaunlado,hablandoconunaespeciedeavedelparaísohumana,talvezunduque;Hendonsedijoqueyaerabastanteduroversesentenciadoamuerteenplenaflordelavida,sin que se sumara a ello esta singular humillación pública. Deseaba que el rey seapresurase, pues algunas de las vistosas gentes que estaban cerca se tornaban yabastante ofensivas. En aquel momento, el rey levantó ligeramente la cabeza, yHendon pudo ver su cara con claridad. La visión casi le quitó el aliento.Quedosemirandoelhermosoyjovenrostrocomotraspasado,ydeprontoexclamó:

—¡Cátate!¡ElseñordelReinodelosSueñosylasSombrasensutrono!Balbució algunas palabras entrecortadas, aún mirando y maravillándose; luego

volvió los ojos en torno escudriñando la espléndida muchedumbre y él suntuososalón,murmurando:—¡Peroéstossonreales,enverdadquesonreales;ciertamenteestonoesunsueño!—Miróal reydenuevoypensó—:¿Esunsueño…oesélelverdaderosoberanodeInglaterraynoelpobrelocodesamparadoporelquelotomé?¿Quiénmeresuelveesteacertijo?

Centelleóensusojosunaidearepentina,ysedirigióagrandezancadashacialapared,agarróunasilla,regresóconella,laplantóenelsuelo¡ysesentóenella!

Unzumbidode indignaciónestalló;unamanocayóbruscamentesobreélyunavozexclamó:

—¡Arriba;payasodescortés!¿Ossentáisenpresenciadelrey?LaconmociónatrajolaatencióndeSuMajestad,quienextendiólamanoygritó:—¡Nolotoquéis!¡Estáensuderecho!Lamultitudretrocedióestupefacta.Elreyprosiguió:—Sabed todos, damas, lores y caballeros, que éste es mi fiel y bien amado

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servidor,MilesHendon,queinterpusosubuenaespadaysalvóasupríncipedeldañocorporalyposiblementedelamuerte;yporesoescaballeropornombramientodelrey.Sabedtambiénque,porunserviciomásseñalado,enquesalvóasusoberanodelosazotesydelavergüenza,tomándolossobresí,espardeInglaterra,condedeKent,y tendrá el oro y las tierras que convienen a su rango.Más aún: el privilegio queacaba de ejercer es suyo por concesión real, porque hemos ordenado que él y susprincipalesdescendientestenganyconservenelderechodesentarseenpresenciadelamajestad de Inglaterra de hoy en adelante, generación tras generación,mientrassubsistalacorona.Nolomolestéis.

Dospersonasque,porretraso,apenashabíanllegadodelcampoaquellamañana,y que llevaban sólo cinco minutos en la sala, se quedaron escuchando aquellaspalabrasymirandoalrey,ydespuésalespantapájaros,yluegootravezalrey,enunaespeciedetorpeaturdimiento.ÉstoseransirHugoyladyEdita.Peroelnuevocondeno los vio. Estaba aún con la vista fija en el monarca, en forma ofuscada, ydiciéndose:

—¡Cuerpodemí!¡Éstemimendigo!¡Éstemilunático!Ésteesaquelaquienyoibaaenseñarleloqueeragrandeza,enmicasadesetentahabitacionesyveintisietecriados! ¡Éste es el que no había conocido nunca más que andrajos por vestido,puntapiésporconsueloybazofiasporalimento! ¡Ésteeselqueyoadoptéyalquéharíarespetable!¡SiDiosmedieraunsacoparaesconderlacabeza!

Deprontorecordósusmodalesycayóderodillasconlasmanosentrelasdelrey,ylejurófidelidadylerindióhomenajeporsustierrasysustítulos.Luegoselevantóy se retiró respetuosamente a un lado, blanco aún de todos los ojos, y demuchasenvidiastambién.

AhoraelreyreparóensirHugo,ydijo,conairadavozymiradaencendida:—Despojadaeseladróndesufalsoboatoydesusbienesrobados,yencerradlo

conllavehastaqueyolorequiera.SirHugo,sirhastahacíapoco,fueretirado.Sesintióbullicioenelotroextremo

delsalón.Apartáronselosconcurrentes,yTomCanty,extrañamentevestido,perocongran lujo, avanzó, por entre aquellos muros vivientes, precedido de un ujier. Searrodillódelantedelrey,quienledijo:

—Mehancontadoloocurridoenestasúltimassemanasyestoymuycomplacidocontigo.Hasgobernado el reino congentilezay compasiónverdaderamente reales.¿Hashalladodenuevoatumadreyatushermanas?Bien.Secuidarádeellas,ytupadreserácolgado, si tú lodeseasy la ley lopermite.Sabed, todos losqueoísmivoz, que, desde este día, los que estén amparados en el Hospicio de Cristo ycompartenlabondaddelrey,recibiránalimentoparaelalmayelcorazón,lomismoqueparaelcuerpo;yesteniñomoraraallíytendráelprimerpuestoensuhonorablecuerpodegobernadores,deporvida.Yporquehasidorey,convienequeseledeba

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másqueelacatamientocomún;portanto,fijaoseneltrajedegalaquelleva,porqueporélseráconocido,ynadiepodrácopiarla;yadondequieraquevayarecordaráalagente que ha sido rey, y nadie podrá negarle la reverencia quemerece ni dejar desaludarlo.Tienelaproteccióndeltrono,tieneelapoyodelacorona;seráconocidoyllamadoconelhonorabletítulode«ProtegidodelRey»[13].

EldichosoyufanoTomCantyselevantóybesólamanodelrey,yfueretiradodesupresencia.

Noperdióeltiempo;volóhaciasumadre,acontarletodoaellayaNanyaBet,yparaquecompartieranconéleljúbilodelagrannoticia.

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Conclusión:Justiciayretribución

Cuando todos losmisterios se aclararon, salió a relucir, por confesióndeHugoHendon,quesuesposahabíarepudiadoaMilesporordensuyaaqueldíaenHendonHall,ordenapoyadaporlapromesa,perfectamentedignadecrédito,dequesiellanonegabaqueaquéleraMilesHendon,ysemanteníafirmeenesto,lequitaríalavida,alocualrespondióella:«Tomadla»,porquenolaapreciabaynoqueríanegaraMiles;entonceselmaridodijoqueaellaleperdonaríalavida,¡peroharíaasesinaraMiles!Estoeracosadistinta,asíqueladamadiosupalabraylamantuvo.

Hugo no fue perseguido por sus amenazas ni por apropiarse de los estados ytítulosdesuhermano,porquenilaesposanielhermanoquisierontestificarcontraél,y a la primera no se le habría permitido hacerlo, aunque hubiese querido. Hugoabandonóa sumujerypartióparaelContinente,dondemurióalpoco tiempo,yapocoelcondedeKentsecasóconsuviuda.HubograndesfestejosyregocijosenelpueblodeHendoncuandolaparejahizosuprimeravisitaalacasaseñorial.

DelpadredeTomCantynuncasevolvióasabernada.El rey buscó al labriego que había sido marcado y vendido como esclavo, lo

apartódesucaminodeperdiciónalladodelacuadrilladeRufflerylopusoenvíadeganarsecómodamentelavida.

También sacóde la cárcel alviejoabogado, aquienperdonó lamulta.Dispusobuenoshogaresparalashijasdelasdosmujeresanabaptistasaquienesvioquemarenla hoguera, y castigó debidamente al alguacil que descargó sobre las espaldas deMilesHendonlosinmerecidosazotes.

Salvó de las galeras al muchacho que había capturado al halcón perdido, ytambién a la mujer que había robado un retazo de paño a un tejedor; pero llegódemasiadotardeparasalvaralhombrequehabíasidoacusadodemataraunciervoenelbosquereal.

Mostrósufavoraljuezqueseapiadódeélcuandoloacusarondehaberrobadouncerdo,ytuvolaalegríadeverlocrecerenlaestimaciónpúblicayconvertirseenunhombreinsigneyhonorable.

Mientras vivió, al rey le complacía contar la historia de sus aventuras, deprincipioa fin,desde lahoraenqueélcentinela loapartóconunamanotadade lapuerta del palacio hasta la noche final en que se mezcló mañosamente en unacuadrilladepresurososobreros,yasísedeslizóenlaAbadíaytrepóyseocultóenlatumba del Confesor, y luego durmió tanto tiempo al día siguiente, que por pocopierde enteramente la Coronación. Decía que el referir con frecuencia su valiosalección lomantenía firme en su propósito de hacer que sus enseñanzas redituaran

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beneficiosasupueblo,yasí,mientrastuviesevida,continuaríarefiriendolahistoriaparamantenersustristesacontecimientosfrescosenlamemoriaylosmanantialesdelapiedadbienllenosensucorazón.

MilesHendonyTomCantyfueronsiemprefavoritosdelrey,ensubrevereinado,y lo lloraron sinceramente cuando murió. El buen conde de Kent tenía bastantesentidocomúncomoparaabusardesusingularprivilegio,peroloejerciódosveces,después de la ocasión que hemos visto, antes de dejar el mundo: una, cuando elascensoal tronode la reinaMaría,yotra cuandoel ascensode la reina Isabel.Undescendiente suyo lo ejerció cuando ascendió al trono Jaime I. Había transcurridocasiuncuartadesigloantesdequeelhijodeaqueldescendientedesearaejercerelprivilegio,yel«privilegiodelosKent»sehabíaborradodelamemoriadecasitodaslasgentes,demaneraque,cuandoelKentdeentoncescomparecióanteCarlosIysucorteysesentóenpresenciadelsoberano,paraafirmaryperpetuarelderechodesucasa, seprodujo,ciertamente,unverdadero revuelo.Peroelasunto fueaclaradodeinmediatoyconfirmadoelderecho.Elúltimocondedesuestirpecayópeleandoporelreyenlasguerrasdelarepública,yelsingularprivilegioterminoconél.

TomCantyvivióhastaedadmuyavanzada,unapuestoviejo,depeloblanco,degrave y benévolo aspecto. Mientras vivió, se le rindieron honores; también fuereverenciado,porquesusingularysorprendentetrajerecordabaalasgentesque«ensutiempohabíasidorey»;yasí,doquieraquesépresentaba,lagenteseapartabaparaabrirle paso, susurrando unos a otros: «Quitaos el sombrero; es el “Protegido delRey”», y así saludaban, y obtenían a cambio una amable sonrisa, y la valoraban,también,porquelasuyaeraunahonorablehistoria.

Sí;el reyEduardoVIviviópocosaños,pobreniño,pero losviviódignamente.Másdeunavez,cuandoalgúngrandignatario,algúnimportantevasallodelacorona,argumentaba en contra de su lenidad, y alegaba que alguna ley que se proponíaenmendar era lo bastante benigna para su objeto y no ocasionaba sufrimiento uopresióndegranimportanciaanadie,eljovenreyvolvíahaciaéllatristeelocuenciadesusojosespléndidamentecompasivosyrespondía:

—¿Quésabestúdesufrimientoyopresión?Yoymipueblosabemos;perotúno.ElreinadodeEduardoVIfuesingularmentemisericordiosoparaaquellosduros

tiempos.Ahoraquenosdespedimosdeél,tratemosdeconservarestoenlamemoria,ensuhonor[14].

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Notas

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[1]LaindumentariadelosasiladosenelHospitaldeCristosetratabaenrealidaddeuntrajecopiadodelqueusabanlashabitantesdelLondresdeaquellaépoca,cuandounlargogabánazuleralavestimentacorrientedelosaprendicesydedoscriados,yseusabanporlogeneralmediasamarillas.Elgabánseajustabaalcuerpo,peroteníamangas holgadas, y bajo todo ello se llevaba un chaleco sin mangas, de coloramarillo; y la cintura se delineaba con un cinturón de cuero rojo. El chaleco secerrabaconunalzacuello,ylaindumentariasecompletabaconunagorraplana,deltamañodeunplatodepostre.Timbs,CuriosidadesdeLondres.

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[2]Segúnparece,elHospitaldeCristonofuefundadooriginalmentecomoescuela;su finalidad era la de rescatar a los niños de las calles, darles techo, alimentación,vestido,etc.Timbs,CuriosidadesdeLondres.

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[3]LaCondenaDelDuqueDeNorfolk:El rey iba acercándose ya a su fin; y con temor de que Norfolk escapase de susmanos, envió una notificación a la Cámara de los Comunes, en la cual lesmanifestabasudeseodequeseapresuraseeldecreto,alegandoqueNorfolkgozabade ladignidaddeconde-mariscal,y sehacíanecesarionombrar aotroquepudiesedesempeñartalcargoenlaceremoniadelaproclamacióndesuhijocomoPríncipedeGales.Hume,HistoriadeInglaterra,vol.III,p.307.

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[4] No fue sino a fines de este reinado (Enrique VIII), cuando cualquier tipo deensalada,yafuesedezanahorias,nabosuotravariedaddelegumbresdeesegénero,seprodujoenInglaterra.Laspocaslegumbresqueseusaronantesdeaquelperiodoeran importadas de Holanda y Flandes. La reina Catalina, cuando deseaba unaensaladaconaquelloselementos,seveíaobligadaaenviaruncorreoaesoslugaresparapoderobtenerlas.Hume,HistoriadeInglaterra,vol.III,p.314.

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[5]PenaDeMuerteParaNorfolk:LaCámaradelosPares,sininterrogaralprisionero,sinprocesooevidencia,decretolapenademuerteensucontraylapasóalaCámaradelosComunes…Estosservilesrepresentantes del pueblo obedecieron las indicaciones de su rey; y éste, habiendofirmado el asentimiento real del documento presentado a la gran comisión, dioórdenes para que Norfolk fuese ejecutado en la mañana del 29 de enero (el día,siguiente).

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[6]LaCopaDelAmor:Lacopadelamor,ylascuriosasceremoniasqueseobservabanalbeberdeella,sonanteriores a la historia de Inglaterra. Parece que todo ello es importación danesa.Hastadondepuedasaberse,lacopadelamorsiempresehabebidoenlosbanquetesingleses.Latradiciónnosrelatalaceremoniadeestamera:enlostiemposprimitivos,seteníagrancuidadodequelasdosmanosdeambosbebedoresestuviesenocupadas;mientras el suplicantepedía el amory la fidelidad a la amada, ella aprovechaba laoportunidadparaclavarleunpuñal.

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[7]LaSalvaciónMilagrosaDelDuqueDeNorfolk:SiEnriqueVIIIhubiesevividounashorasmás,suordenparalaejecucióndelduquedeNorfolksehubierallevadoacabo.«PeroalllegaralaTorrelanoticiadequeelreyhabíaexpiradoaquellanoche,ellugartenientedifirióelobedecereldecreto;yelconsejonojuzgóconvenientequecomenzaseunnuevoreinadoconlamuertedelmásprominentenobledelreino,quehabíasidocondenadoporunasentenciataninjustaytiránica.»Hume,HistoriadeInglaterra,vol.III,p.307.

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[8]El«NiñoDeAzotes»:Jáime I y Carlos II tuvieron niño de azotes cuando eran pequeños, para quesoportasenloscastigosensulugarcuandonosabíanbienlaslecciones;poresomeheaventuradoaproporcionarunoamipequeñopríncipeparamispropiospropósitos.

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[9] Durante el reinado de Enrique VIII, los envenenadores eran, por ley delparlamento, condenados a ser hervidos hastamorir. Estamedida fue abolida en elreinado siguiente. En Alemania, aún en el siglo XVII este espantoso castigo seaplicaba a los monederos falsos y a todo falsificador. Taylor, el Poeta del Agua,describe una ejecución que presenció en Hamburgo, en 1616. El jurado dio suveredictoencontradeunmonedero falsoysepronuncióporquese le«hirvieseenaceitehastamorir:noqueselelanzasedeunasolavezalaceitehirviendo,sinoquesujetoaunaespeciedepértiga,conunacuerdapasadabajalosbrazos,selehiciesesumergir poco a poco en el aceite; primero los pies, luego las piernas, y así hastaquemar todoelcuerpo,desprendiéndose lacarnede loshuesos».Dr.J.HammondTrumbull,LasLeyesAzules,falsoyverdadero.El Famoso Caso De Las Medias: Una mujer y su hija, de nueve años, fueranahorcadasenHuntingdonporhabervendidosusalmasaldiablo,desencadenandounaespantosatormenta¡alquitarselasmedias!Ibid.,p.20.

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[10]Unreytanjovenyuncampesinotanignorantepodíanequivocarseyestoesunejemplo.Estecampesinosufríaelpesodeunaleyporanticipado;elreymostrabasuindignacióncontraunaleyquetodavíanoexistía:porqueesteodiosoestatutosecreóprecisamente durante el reinado del pequeño rey. Sin embargo, sabemos, por lohumanodesucarácter,quenuncapudosersugeridoporél.

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[11]PenaPorPequeñasRaterías:Cuando Connecticut y New Haven forjaban sus primeros códigos, la ratería quesobrepasaseelvalordedocepeniqueseraconsideradaenInglaterracomouncrimencapital;comohabíasidodesdelaépocadeEnriqueI.Dr.HammondTrumbull,LasLeyesAzules,falsoyverdadero,p.17.EnelantiguoycuriosolibrotituladoElpícaroinglés,seasientacomolímitealrobotrece peniques y medio, siendo el castigo la pena de muerte para cualquiera querobasealgo«convalorsuperioratrecepeniquesymedio».

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[12] En muchos géneros de robos la ley expresamente suprimió la inmunidad delclero:Robaruncaballo,unhalcónounateladelanadeltejedoreramotivoparasercolgado.Tambiénelmatarunvenadoenlosbosquesdelrey,oelexportarovejasdelreino.Ibid.,p.13.WilliamPrynne, un letrado jurista, fue sentenciado (muchodespués del reinadodeEduardoVI)aperderlasdosorejasenelcepo,alaexpulsióndelaBarra,aunamultapor tresmil libras y a prisión perpetua. Tres añosmás tarde incurrió en un nuevodelito al publicar un panfleto contra la jerarquía. De nuevo se le procesó y fuesentenciadoaperder loquequedabade susorejas, apagarunamultadecincomillibras,asermarcadoenambasmejillasconlasletrasS.L.(SediciosoLibelista),yapermanecerencarceladodeporvida.Laseveridaddeestasentenciafueigualadaporelsalvajerigordesuejecución.Ibid.,p.12.

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[13] Hospital De Cristo O Escuela Del Gabán Azul «Más Noble Institución DelMundo»:ElterrenosobreelcualseerigióelPrioratodelosFrailesFranciscanosfueotorgadoporEnriqueVIIIalmunicipiodeLondres (quedestinóesa instituciónahogarparaniñosyniñaspobres).Después,EduardoVIordenólareparaciónadecuadadelviejopriorato, y fundó el noble establecimiento llamado elBlueCoat School, oChristsHospital,paralaeducaciónysustentodehuérfanosehijosdepersonasindigentes…Eduardo no lo dejó (al obispo Ridley) que abandonase su cargo sin antes haberescrito una carta (al alcalde), y luego le ordenó que fuese él mismo quien laentregase,einsistiesesobresuespecialrequerimientoyorden,encuantoaquenoseperdiese el tiempo en señalar lo que fuera conveniente, e informándolo a él de lostrámites.Laobrafuerealizadacongrancelo,tomandoparteenellaelmismoRidley,yel resultado fue la fundacióndelHospital deCristopara laEducacióndeNiñosPobres.(Elmismoreypatrocinóotrasobrasdecaridadenaquellostiempos).«SeñorDios»,solíadecir,«tedoygraciasdetodocorazónporhabermepermitidovivirhastahoy,y,así,haberpodidoterminarestaobraparamayorgloriadetunombre».AquellavidainocenteyejemplarseibaaproximandorápidamenteasufinypocosdíasmástarderindióelespírituasuCreador,rogandoaDiosquedefendiesealreinodelpoderdelPapado.J.HeneageJesse,Londres,suspersonajesylugaresfamosos.EnelGranSalónhayunretratodelreyEduardoVIsentadoensutrono,conmantoescarlata y ornado de armiño, sosteniendo el cetro en su mano izquierda ypresentandoconladerechaelcabildoalalcaldearrodillado.AsuladoseveenpiealCanciller, sosteniendo los sellos, y junto a él están otros dignatarios deEstado. Elobispo Ridley, arrodillado ante el, con las manos levantadas, como suplicando labendición del acontecimiento; mientras los regidores y concejales, junto con elalcalde, permanecen arrodillados a ambos lados, ocupando el segundo término delcuadro;yporúltimo,enprimertérmino,aparecendosfilasdeniños,aunlado,ydeniñas,alotro;bajolamiradadelmaestroylamatrona,dosdeellos,niñoyniña,sehanadelantadodesusfilasrespectivas,y,arrodillados,elevanlasmanosanteelrey.Timbs,CuriosidadesdeLondres,p.98.El Hospital de Cristo, por una vieja costumbre, posee el privilegio de dirigirse alsoberano,cuandollegaalaciudad,paraquecompartalahospitalidaddelCabildodeLondres.Ibid.ElSalóndeBanquetes,consugranantesalaysugaleríadelórgano,ocupa todoelpiso,de187piesdelargo,51piesdeanchoy47piesdealtura:Estáiluminadopor

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nueve grandes ventanas de vidrio emplomado en el lado sur, es decir, haciaWestminster Hall, el recinto más noble de la metrópoli. Aquí los niños, ahora ennúmero aproximado de 800, toman sus alimentos, y aquí también tienen lugar las«colacionespúblicas»,enlascualesseadmitealosvisitantespormediodeboletosemitidos por el tesorero y por los gobernadores delHospital deCristo. Lasmesasestán provistas con queso servido en recipientes demadera, cerveza escanciada enodres de cuero en vasijas también de madera, y abundante pan traído en grandescestos.Elcortejooficialhacesuentrada,elalcaldeopresidente,tomaasientoenlasilla principal, construida con madera de roble, procedente de la Iglesia de SantaCatalina,situadajuntoalaTorre.Secantaunhimnoacompañadoporelórgano;ungrecianomuchachoprincipalleelasoracionesdesdeelpúlpito,impuestoelsilenciopor medio de tres golpes de un mollete. Después de las oraciones, comienza lacomida,ylosvisitantesdesfilanentrelasmesas.Alfinal,losmuchachosretiranlascanastas,losrecipientesdelqueso,losodres,lasvasijasyloscandeleros,ydesfilanenprocesión,haciendoreverenciasmuyformalesalgobernador.EsteespectáculofuepresenciadoporlareinaVictoriayelpríncipeAlbertoen1845.EntrelosmáseminentesniñosdelGabánAzul,secuentanJoshuaBarnes,editordeAnacreonte y Eurípides; Jeremiah Markland, crítico notable, especialmente deliteraturagriega;Camden,elanticuario;elobispoStillingfleet;SamuelRichardson,elnovelista; Thomas Mitchell, el traductor de Aristófanes; Thomas Barres, durantemuchosañoseditordelTimesdeLondres;Coleridge,CharlesLambyLeighHunt.Noseadmiteaningúnniñomenordesieteaños,omayordenueve,yningúnniñopuedepermanecerenelcolegiodespuésdelosquinceaños,exceptoenloscasosdelos«NiñosdelRey»yde losGrecians.Existencercade500gobernadores,acuyacabezaestánelSoberanoyelPríncipedeGales.Paraobtenereltítulodegobernadorserequiereunpagode500libras.Timbs,CuriosidadesdeLondres,p.97.

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[14]NotaGeneral:Uno oye mucho de las «odiosas Leyes Azules de Connecticut» y por lo generalexperimenta un piadoso escalofrío cuando se las menciona. Existen gentes enAmérica—¡yaunenInglaterra!—quepiensanfueronunmonumentodemalignidad,falta de compasión e inhumanidad; sin embargo, en realidad fueron el primer pasoparahacerdesaparecer lasatrocidades judicialesqueelmundocivilizadopresencióhasta entonces. Este humano y bondadoso código de las Leyes Azules, de hacedoscientoscuarentaañoshablaporsímismo,consiglosdeleyessanguinariasantesde su existencia, y casi un siglo y tres cuartos de sangrienta legislación inglesa,despuésdeél.Nuncaexistióunaépocabajo lasLeyesAzulesobajootrasenquemásdecatorcedelitos fuesencastigadoscon lapenademuertedeConnecticut.Peroen Inglaterra,aúnrecuerdanhombressanosdecuerpoymentequeelnúmerodedelitoscastigadoscon la pena demuerte llegaba a doscientos veintitrés.Vale, pues, la pena conocerestoshechosymeditar sobre ellos.Véase:Dr. I.HammondTrumbun,Las LeyesAzules,falsoyverdadero,p.11.

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