EL PRINCIPITODe Antoinne de Saint-Exupery

NIÑO, AVIADOR, PRINCIPITO, ROSA, REINA, VANIDOSO, BANQUERO, FAROLERO, GEOGRAFO, PEREZOSO, BEBEDOR, VENDEDOR, GUARDAVIAS, ECO, SERPIENTE, ZORRO, FLOR1, ANCIANO, SERPIERTE, ROSAS

ESCENA I

AVIADOR.- Había una vez un Principito que vivía solo en un planeta, que era, apenas un poco más grande que él, y que necesitaba un amigo……Me hubiese gustado empezar esta historia a la manera de los cuentos de hadas; para los que comprenden bien la vida hubiese tenido un aire más verdadero, pero también me hubiese arriesgado a que otros no me creyesen……como las personas mayores… (se disfraza de AVIADOR-PAPA, en otro lado del escenario un niño pintando)

NIÑO.- Papa, mira lo que he dibujado.

AVIADOR-PAPA.- ¿y eso que es?

NIÑO.- ¡Adivina!

AVIADOR-PAPA.- No se.

NIÑO.- A que te asusta. (al público) ¿Ustedes saben que es esto?

AVIADOR-PAPA.- Porque habría de asustarme un sombrero.

NIÑO.- No es un sombrero. (dibuja en el interior del sombrero un elefante que ha sido tragado por una serpiente boa) Es una serpiente que se está tragando un elefante.

AVIADOR-PAPA.- ¡deja eso, hijo! Por qué no nos dejas en paz con tus dibujitos de boas y te dedicas a estudiar. La pintura no tiene futuro. Vamos que no sirve para nada. Hay otras cosas como la historia, la geografía, la informática, las matemáticas que te vendrían mejor. (El niño deja caer el

1

bloc de dibujos al suelo, y aviador vuelve a ser aviador) Es por eso que abandoné mi carrera de pintor y aprendí a pilotar aviones…….

ESCENA II

Se oye un avión, le empieza a fallar el motor, y se estrella, se ve polvo, y sale el AVIADOR entre el polvo.

AVIADOR.- ¡Maldita sea! Este maldito avión. Menos mal que he podido aterrizar. Ahora que hago. Dios mío, amigo mío, vas a tener muchos problemas, alejado de todo, solo, sin agua. A ver como arreglo el motor.

PRINCIPITO.- ¡Por favor... píntame un cordero!

AVIADOR.- (se asusta) ¿Eh? ¿Qué?

PRINCIPITO.- ¡Píntame un cordero!

AVIADOR.- (en pie de un salto. Se frota los ojos. Mira a su alrededor. Admirado) Pero… ¿qué haces tú por aquí? ¿Pero tu…………? ¿no tienes nada………? ¿pero de donde…..? ¿quién eres?

PRINCIPITO.- (suavemente, dándole importancia) ¡Por favor… píntame un cordero! ¡Píntame un cordero! ¡Píntame un cordero!

AVIADOR.- (un poco malhumorado) No se dibujar. ¿qué haces….

PRINCIPITO.- ¡no importa, píntame un cordero!

AVIADOR.- ¿Pero quién eres tu?

PRINCIPITO.- ¡Píntame un cordero!

AVIADOR.- Pero......Te demostraré que no se dibujar, mira (estupefacto)

PRINCIPITO.- ¡No, no! Yo no quiero una serpiente que se ha comido a un elefante. La serpiente es muy peligrosa y el elefante ocupa mucho sitio. En mi tierra es todo muy pequeño. Necesito un cordero. Píntame un cordero.

2

AVIADOR.- ¿Cómo es posible? Todo el mundo me dice que esto es un sombrero.

PRINCIPITO.- ¡Píntame un cordero!

AVIADOR.- Sabes, la boa se traga a su presa y se queda así hasta que ha hecho la digestión. A veces dura 6 meses.

PRINCIPITO.- ¡Píntame un cordero! ¡Píntame un cordero! ¡Píntame un cordero! ¡Píntame un cordero! ¡Píntame un cordero! ¡Píntame un cordero!

AVIADOR.- Vaaaaaaaale, está bien (Dibuja un cordero) Aquí tienes.

PRINCIPITO.- ¡No! Este está ya muy enfermo. Haz otro.

AVIADOR.- (Vuelve a dibujar) (refunfuñando) ¿Qué tal?

PRINCIPITO.- (sonríe dulcemente, con indulgencia) Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene cuernos…

AVIADOR.- (Mas enfadado) (dibujando) ¿Y este?

PRINCIPITO.- No

AVIADOR.- ¿No me puedes negar que…?

PRINCIPITO.- Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.

AVIADOR.- (Impaciente) (garrapatea rápido un dibujo, se lo enseña) Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro.

PRINCIPITO.- (Se ilumina el rostro) ¡Así es como yo lo quería! ¿Crees que sea necesario mucha hierba para este cordero?

AVIADOR.- ¿Por qué?

PRINCIPITO.- Porque en mi tierra es todo tan pequeño… (Mirando el dibujo) ¡Bueno, no tan pequeño…! Está dormido… (reparando en el avion) ¿Qué cosa es esa?

3

AVIADOR.- Eso no es una cosa. (orgulloso) Eso vuela. Es un avión, mi avión.

PRINCIPITO.- (Gritando) ¡Cómo! ¿Has caído del cielo?

AVIADOR.- (Modestamente) Sí

PRINCIPITO.- ¡Ah, que curioso! (Graciosa carcajada) Entonces ¿tú también vienes del cielo? ¿De qué planeta eres tú?

AVIADOR.- (Irritado y brusco) ¿Tu vienes, pues, de otro planeta?

PRINCIPITO.- (sin responder; moviendo lentamente la cabeza mirando el avión) Aunque encima de eso, no puedes venir de muy lejos… (Ensimismado mirando el avión y luego su cordero)

AVIADOR.- ¿De dónde vienes, muchachito? ¿Dónde está "tu casa"? ¿Dónde quieres llevarte mi cordero?

PRINCIPITO.- (Pausa. medita) Lo bueno de la caja que me has dado es que por la noche le servirá de casa.

AVIADOR.- Sin duda. Y si eres bueno te pintaré también una cuerda y una estaca para atarlo durante el día.

PRINCIPITO.- (Sorprendido) ¿Atarlo? ¡Qué idea más rara!

AVIADOR.- Si no lo atas, se irá quién sabe dónde y se perderá…

PRINCIPITO.- (Riéndose a carcajadas) ¿Y dónde quieres que vaya?

AVIADOR.- No sé, a cualquier parte.

PRINCIPITO.- (gravemente) ¡No importa, es tan pequeña mi tierra! (melancólico) No se puede ir muy lejos.

AVIADOR.- Entonces tu planeta del que dices que vienes ¿no es más grande que una casa?

4

PRINCIPITO.- No. (Melancólico) Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol…

AVIADOR.- Tendremos que esperar…

PRINCIPITO.- ¿Esperar qué?

AVIADOR.- Que el sol se ponga.

PRINCIPITO.- (Riéndose de si mismo) Siempre creo que estoy en mi tierra. Sobre mi pequeño planeta te basta arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseas… ¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!

AVIADOR.- Ah……. Si, que interesante.

PRINCIPITO.- ¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol. (pausa) Un cordero se come también las flores ¿no?

AVIADOR.- Un cordero se come todo lo que encuentra.

PRINCIPITO.- ¿Y también las flores que tienen espinas?

AVIADOR.- Sí; también las flores que tienen espinas.

PRINCIPITO.- Entonces, ¿para qué le sirven las espinas?

AVIADOR.- (Pensando) no lo se. (trabajando sobre el motor) (busca agua y ve que le queda poca)

PRINCIPITO.- ¿Para qué sirven las espinas?

AVIADOR.- (irritado por el trabajo duro) Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.

PRINCIPITO.- ¡Oh! (Silencio, rencor) ¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden.

AVIADOR.- (Pensando en voz alta) Si esto se me resiste un poco más, lo haré saltar de un martillazo.

5

PRINCIPITO.- ¿Tú crees que las flores…?

AVIADOR.- ¡No, no creo nada! Te he respondido cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas más serias.

PRINCIPITO.- (estupefacto) ¡De cosas más serias! (Mirándolo) (irritado) (avergonzado el AVIADOR) (pálido de cólera) "Mi flor está allí, en alguna parte…" Pero ¡Y.... si el cordero se la come! ¡Esto no es importante! (Sollozando)

AVIADOR.- (soltado las herramientas) (Tomándolo y meciéndolo en sus brazos) la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…

PRINCIPITO.- Todavía me acuerdo cuando la vi por primera vez…… (música)

6

ESCENA III

FLOR.- (bostezando) ¡Ah, perdóname… apenas acabo de despertarme… estoy toda despeinada…!

PRINCIPITO.- (Admirado) ¡Qué hermosa eres!

FLOR.- (dulcemente) ¿Verdad? He nacido al mismo tiempo que el sol. Me parece que ya es hora de desayunar; si tuvieras la bondad de pensar un poco en mí... (El principito la riega) ¡Ya pueden venir los tigres, con sus garras!

PRINCIPITO.- No hay tigres en mi planeta y, además, los tigres no comen hierba.

FLOR.- (Dulcemente) Yo no soy una hierba.

PRINCIPITO.- Perdóname...

FLOR.- No temo a los tigres, pero tengo miedo a las corrientes de aire. ¿No tendrás un biombo?

PRINCIPITO.- (Aparte) Miedo a las corrientes de aire......Esta flor es demasiado complicada…

FLOR.- Por la noche me cubrirás con un fanal… hace mucho frío en tu tierra. No se está muy a gusto; allá de donde yo vengo… (se interrumpe poco a poco) (tose de vergüenza) ¿Y el biombo?

PRINCIPITO.- Iba a buscarlo, pero como no dejabas de hablarme…

FLOR.- (Tosiendo) Vale……..

PRINCIPITO.- He decidido que me voy de turismo. Voy a conocer el universo. A conocer otros planetas, otros seres. Te echaré de menos. Nunca había tenido una flor.

FLOR.- Adiós

7

PRINCIPITO.- Adiós.

FLOR.- (Tose) He sido una tonta. Perdóname. Procura ser feliz.

PRINCIPITO.- (Sorprendido) vale. Es que……

FLOR.- Trata de ser feliz. Y suelta de una vez ese fanal; ya no lo quiero.

PRINCIPITO.- Pero el viento...

FLOR.- No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor.

PRINCIPITO.- Y los animales...

FLOR.- Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras. (Mostrándole sus cuatro espinas) Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez. (orgullosa y emocionada)

(El príncipe emigra con una bandada de pájaros)

8

ESCENA IV

REINA.- ¡Ah, aquí tenemos un súbdito!

PRINCIPITO.- ¿Cómo es posible que me reconozca si nunca me ha visto?

REINA.- Aproxímate para que te vea mejor. (El principito busca donde sentarse, se queda de pie pues no hay sitio. Bosteza) La etiqueta no permite bostezar en presencia del reina. Te lo prohíbo.

PRINCIPITO.- No he podido evitarlo, he hecho un viaje muy largo y apenas he dormido...

REINA.- Entonces te ordeno que bosteces. Hace años que no veo bostezar a nadie. Los bostezos son para mí algo curioso. ¡Vamos, bosteza otra vez, te lo ordeno!

PRINCIPITO.- (Enrojeciendo) Me da vergüenza... ya no tengo ganas...

REINA.- (Tartamudeando) ¡Hum, hum! ¡Bueno! Te ordeno tan pronto que bosteces y que no bosteces... Si yo ordenara, yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía.

PRINCIPITO.- ¿Puedo sentarme?

REINA.- Te ordeno sentarte (recogiendo majestuosamente un faldón)

PRINCIPITO.- (Sorprendido) Señora, perdóneme si le pregunto…..

REINA.- (Apresurado) Te ordeno que me preguntes

PRINCIPITO.- Señora… ¿sobre qué ejerce su poder?

REINA.- (Ingenua) Sobre todo.

PRINCIPITO.- ¿Sobre todo?

REINA.- (señalando su planeta, los otros y las estrellas) sobre todo

9

PRINCIPITO.- ¿Sobre todo eso?

REINA- Sobre todo eso. . . .

PRINCIPITO.- ¿Y las estrellas le obedecen?

REINA.- ¡Naturalmente! Y obedecen en seguida, pues yo no tolero la indisciplina.

PRINCIPITO.- Me gustaría ver una puesta de sol... Déme ese gusto... Ordénele al sol que se ponga...

REINA.- Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?

PRINCIPITO.- (Con firmeza) La culpa sería de usted

REINA.- Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.

PRINCIPITO.- ¿Entonces mi puesta de sol?

REINA.- Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero, según me dicta mi ciencia gobernante, esperaré que las condiciones sean favorables.

PRINCIPITO.- ¿Y cuándo será eso?

REINA.- (cosultando un calendario) ¡Ejem, ejem!, ¡ejem, ejem! será hacia... hacia... será hacia las siete cuarenta. Ya verás cómo se me obedece.

PRINCIPITO.- (bosteza) (aburrido) Ya no tengo nada que hacer aquí. Me voy.

REINA.- (Orgulloso) No partas. no te vayas y te hago ministro.

PRINCIPITO.- ¿Ministro de qué?

10

REINA.- ¡De... de justicia!

PRINCIPITO.- ¡Pero si aquí no hay nadie a quien juzgar!

REINA.- Eso no se sabe. Nunca he recorrido todo mi reino.

PRINCIPITO.- ¡Oh! Pero yo ya lo he visto. . . (Echando una ojeada). Allá abajo no hay nadie tampoco.

REINA.- Te juzgarás a ti mismo. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.

PRINCIPITO.- Yo puedo juzgarme a mí mismo en cualquier parte y no tengo necesidad de vivir aquí. Creo que me voy a marchar.

REINA.- No.

PRINCIPITO.- Si Vuestra Majestad deseara ser obedecida puntualmente, podría dar una orden razonable. Podría ordenarme, por ejemplo, partir antes de un minuto. Me parece que las condiciones son favorables... (vacila, pausa)

REINA.- Te ordeno que te marches antes de un minuto.

PRINCIPITO.- Como usted ordene… Adios.

REINA.- (Cuando el principito se marcha) ¡Te nombro mi embajador!

PRINCIPITO.- Las personas mayores son muy extrañas.

11

ESCENA V

(El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:)

VANIDOSO.- (Gritando) ¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme!

PRINCIPITO.- ¡Buenos días! ¡Qué sombrero tan raro tiene!

VANIDOSO.- Es para saludar a los que me aclaman. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí.

PRINCIPITO.- (Sin comprender) ¿Ah, sí?

VANIDOSO- (Aconsejando) Golpea tus manos una contra otra. (aplaude y el vanidoso le saluda)

PRINCIPITO.- (Sin dejar de aplaudir) Esto parece más divertido que la visita al rey. (vanidoso sigue saludando) (cansado por la monotonía)

PRINCIPITO.- ¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga?

VANIDOSO.- (Sin oirle) ¿Tú me admiras mucho, verdad?

PRINCIPITO.- ¿Qué significa admirar?

VANIDOSO.- Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más ïnteligente del planeta.

PRINCIPITO.- ¡Si tú estás solo en tu planeta!

VANIDOSO.- ¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!

PRINCIPITO.- (Encogiéndose de hombros sin comprender) ¡Bueno! Te admiro pero ¿para qué te sirve?

VANIDOSO.- Para demostrar que soy el más guapo, el mejor, el divino, el mas que tiene mas de lo mas de los mases..

PRINCIPITO.- ¿Para que quieres más? No tienes suficiente con..... Decididamente, las personas mayores son muy extrañas.

12

ESCENA VI

BANQUERO.- ¡Buenos días! (Su cigarro se ha apagado) Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días! Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.

PRINCIPITO.- ¿Quinientos millones de qué?

BANQUERO.- ¿Eh? Quinientos millones de... ya no sé... ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete...

PRINCIPITO.- ¿Quinientos millones de qué?

BANQUERO.- (levantando la cabeza) Desde hace cincuenta y cuatro años que habito este planeta, sólo me han molestado tres veces. Y la tercera vez. es ésta! Soy un hombre serio. Decía, pues, quinientos un millones...

PRINCIPITO.- ¿Millones de qué?

BANQUERO.- Millones de esas pequeñas cosas que algunas veces se ven en el cielo.

PRINCIPITO- ¿Moscas?

BANQUERO.- ¡No, cositas que brillan!

PRINCIPITO.- ¿Abejas?

BANQUERO.- No. Unas cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes. ¡Yo soy un hombre serio y no tengo tiempo de desvariar!

PRINCIPITO.- ¡Ah! ¿Estrellas?

BANQUERO.- Eso es. Estrellas.

PRINCIPITO.- ¿Y qué haces tú con quinientos millones de estrellas?

13

BANQUERO.- Quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. Yo soy un hombre serio y exacto.

PRINCIPITO- ¿Y qué haces con esas estrellas?

BANQUERO.- ¿Que qué hago con ellas?

PRINCIPITO.- Sí.

BANQUERO.- Nada. Las poseo.

PRINCIPITO- ¿Que las estrellas son tuyas?

BANQUERO.- Sí.

PRINCIPITO.- Yo he visto una reina que...

BANQUERO.- Los reyes no poseen nada... Reinan. Es muy diferente.

PRINCIPITO.- ¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?

BANQUERO.- Me sirve para ser rico.

PRINCIPITO.- ¿Y de qué te sirve ser rico?

BANQUERO.- Me sirve para comprar más estrellas si alguien las descubre.

PRINCIPITO.- ¿Y cómo es posible poseer estrellas?

BANQUERO.- (Punzante) ¿De quién son las estrellas?

PRINCIPITO.- No sé. . . De nadie.

BANQUERO.- Entonces son mías, puesto que he sido el primero a quien se le ha ocurrido la idea.

PRINCIPITO.- ¿Y eso basta?

BANQUERO.- Naturalmente. Las estrellas son mías, puesto que nadie, antes que yo, ha pensado en poseerlas.

14

PRINCIPITO.- Eso es verdad ¿y qué haces con ellas?

BANQUERO.- Las administro. Las cuento y las recuento una y otra vez. Es algo difícil. ¡Pero yo soy un hombre serio!

PRINCIPITO.- (insatisfecho) Si yo tengo una bufanda, puedo ponérmela al cuello y llevármela. Si soy dueño de una flor, puedo cortarla y llevármela también. ¡Pero tú no puedes llevarte las estrellas!

BANQUERO.- Pero puedo colocarlas en un banco.

PRINCIPITO.- ¿Qué quiere decir eso?

BANQUERO.- Quiere decir que escribo en un papel el número de estrellas que tengo y guardo bajo llave en un cajón ese papel.

PRINCIPITO.- ¿Y eso es todo?

BANQUERO.- ¡Es suficiente!

PRINCIPITO.- Es divertido. Pero no es muy serio. Yo tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas... Las personas mayores, decididamente, son extraordinarias.

15

ESCENA VII

PRINCIPITO.- (viendo al farolero en el 5º planeta) (saludando) ¡Buenos días! ¿Por qué acabas de apagar tu farol?

FAROLERO.- Es la consigna ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- ¿Y qué es la consigna?

FAROLERO.- Apagar mi farol. ¡Buenas noches! (Encendiéndolo)

PRINCIPITO.- ¿Y por qué acabas de volver a encenderlo?

FAROLERO.- Es la consigna.

PRINCIPITO. No lo comprendo

FAROLERO. No hay nada que comprender. La consigna es la consigna. ¡Buenos días! (Apagándolo) (se enjuaga la frente con un pañuelo)Mi trabajo es algo terrible. En otros tiempos era razonable; apagaba el farol por la mañana y lo encendía por la tarde. Tenía el resto del día para reposar y el resto de la noche para dormir.

PRINCIPITO. ¿Y luego cambiaron la consigna?

FAROLERO.- No. El planeta gira cada vez más de prisa de año en año.

PRINCIPITO.- ¿Y entonces?

FAROLERO. Como el planeta da ahora una vuelta completa cada minuto, yo no tengo un segundo de reposo. Enciendo y apago una vez por minuto.

PRINCIPITO.- ¡Eso es raro! ¡Los días sólo duran en tu tierra un minuto!

FAROLERO.- Esto no tiene nada de divertido. Hace ya un mes que tú y yo estamos hablando.

PRINCIPITO.- ¿Un mes?

16

FAROLERO.- Sí, treinta minutos. ¡Treinta días! ¡Buenas noches! (Encendiendo el farol)

PRINCIPITO.- (Lo miró) ¿Sabes? Yo conozco un medio para que descanses cuando quieras...

FAROLERO.- Yo quiero descansar siempre. Se puede ser a la vez fiel y perezoso.

PRINCIPITO.- Tu planeta es tan pequeño que puedes darle la vuelta en tres zancadas. No tienes que hacer más que caminar muy lentamente para quedar siempre al sol. Cuando quieras descansar, caminarás... y el día durará tanto tiempo cuanto quieras.

FAROLERO.- Con eso no adelanto gran cosa, lo que a mí me gusta en la vida es dormir.

PRINCIPITO.- No es una suerte.

FAROLERO.- No, no es una suerte. ¡Buenos días! (Y apagó su farol)

PRINCIPITO.- Es el único que no me parece ridículo, quizás porque se ocupa de otra cosa y no de sí mismo . (Lanzó un suspiro de pena)

17

ESCENA VIII

PRINCIPITO.- Hola

PEREZOSO.- (bosteza) ¿Sí?

PRINCIPITO.- Hola....(no responde) hola.... (no responde) Hola

PEREZOSO.- No me hagas repetir las cosas dos veces.

PRINCIPITO.- ¿Porqué?

PEREZOSO.- Porque pierdo energía. (se cae)

PRINCIPITO.- Para que quieres energía.

PEREZOSO.- Para guardarla.

PRINCIPITO.- Pero ¿para qué?

PEREZOSO.- (bostezando) Para utilizarla cuando me haga falta.

PRINCIPITO.- ¿Cúando te hace falta?

PEREZOSO.- No lo sé. Por ejemplo ahora la estoy desperdiciando. (bosteza)

PRINCIPITO.- ¿Cómo es eso? Me estás conociendo y te parece un desperdicio.

PEREZOSO.- No voy a sacar nada de ti. Y por tanto no me sirves para nada.

PRINCIPITO.- Yo podría ser tu amigo.

PEREZOSO.- (bosteza) Y yo podría no serlo.

PRINCIPITO.- Tener amigos es agradable.

PEREZOSO.- Dormir es agradable. (Bosteza)

18

PRINCIPITO.- ¿Cómo es que no cuidas las plantas de tu planeta? Hay baobabs por todas partes.

PEREZOSO.- A mí los baobabs no me molestan. Que crezcan que yo dormiré.

PRINCIPITO.- Definitivamente a las personas mayores no hay quién los entienda.

ESCENA IX

PRINCIPITO.- ¿Qué haces ahí?

BEBEDOR.- (Lugubre) ¡Bebo!

PRINCIPITO.- ¿Por qué bebes?

BEBEDOR.- Para olvidar.

PRINCIPITO.- (compadeciendo) ¿Para olvidar qué?

BEBEDOR.- Para olvidar que siento vergüenza (bajando la cabeza)

PRINCIPITO.- ¿Vergüenza de qué?

BEBEDOR.- ¡Vergüenza de beber!

PRINCIPITO.- (perplejo) No hay la menor duda de que las personas mayores son muy extrañas.

19

ESCENA X

ANCIANO.- ¡Anda, un explorador! ¿De dónde vienes tú?

PRINCIPITO.- ¿Qué libro es ese tan grande? ¿Qué hace usted aquí?

ANCIANO.- Soy geógrafo.

PRINCIPITO.- ¿Y qué es un geógrafo?

ANCIANO.- Es un sabio que sabe donde están los mares, los ríos, las ciudades, las montañas y los desiertos.

PRINCIPITO.- Eso es muy interesante. ¡Y es un verdadero oficio! Es muy hermoso su planeta. ¿Hay océanos aquí?

ANCIANO.- No puedo saberlo.

PRINCIPITO.- ¡Ah! (El principito se sintió decepcionado). ¿Y montañas?

ANCIANO.- No puedo saberlo.

PRINCIPITO.- ¿Y ciudades, ríos y desiertos?

ANCIANO.- Tampoco puedo saberlo.

PRINCIPITO.- ¡Pero usted es geógrafo!

ANCIANO.- Exactamente, pero no soy explorador, ni tengo exploradores que me informen. El geógrafo no puede estar de acá para allá contando las ciudades, los ríos, las montañas, los océanos y los desiertos; es demasiado importante para deambular por ahí. Se queda en su despacho y allí recibe a los exploradores. Les interroga y toma nota de sus informes. (emocionado) Pero... ¡tú vienes de muy lejos! ¡Tú eres un explorador! Vas a describirme tu planeta. (Y el geógrafo abriendo su regístro afila su lápiz) ¿Y bien?

PRINCIPITO.- ¡Oh! Mi tierra no es interesante, todo es muy pequeño. Tengo tres volcanes, dos en actividad y uno extinguido; pero nunca se sabe...

ANCIANO.- No, nunca se sabe.

20

PRINCIPITO.- Tengo también una flor.

ANCIANO.- De las flores no tomamos nota.

PRINCIPITO.- ¿Por qué? ¡Son lo más bonito!

ANCIANO.- Porque las flores son efímeras.

PRINCIPITO.- ¿Qué significa "efímera"?

ANCIANO.- Las geografías son los libros más preciados e interesantes; nunca pasan de moda. Es muy raro que una montaña cambie de sitio o que un océano quede sin agua.

PRINCIPITO.- ¿Qué significa "efímera"?

ANCIANO.- Los geógrafos escribimos sobre cosas eternas. Lo interesante es la montaña que nunca cambia.

PRINCIPITO.- Pero, ¿qué significa "efímera"?

ANCIANO.- Significa que está amenazado de próxima desaparición.

PRINCIPITO.- ¿Mi flor está amenazada de desaparecer próximamente?

ANCIANO.- Indudablemente.

PRINCIPITO.- Mi flor es efímera y no tiene más que cuatro espinas para defenderse contra el mundo. ¡Y la he dejado allá sola en mi casa!" (Arrepentido) ¿Qué me aconseja usted que visite ahora?

ANCIANO.- La Tierra tiene muy buena reputación.... ¡La Tierra no es un planeta cualquiera! Se cuentan en él ciento once reyes, sin olvidar, naturalmente, los reyes negros, siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos once millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos mil millones de personas mayores.

21

ESCENA XI

PRINCIPITO.- ¡Buenas noches!

SERPIENTE.- ¡Buenas noches!

PRINCIPITO.- Sobre qué planeta he caído?

SERPIENTE.- Sobre la Tierra, en Africa

PRINCIPITO.- ¡Ah! ¿Y no hay nadie sobre la Tierra?

SERPIENTE.- Esto es el desierto. En los desiertos no hay nadie. La Tierra es muy grande

PRINCIPITO.- (se sienta y eleva los ojos al cielo) Mira mi planeta; está precisamente encima de nosotros... Pero... ¡qué lejos está!

SERPIENTE.- Es muy bello ¿Y qué vienes tú a hacer aquí?

PRINCIPITO.- Tengo problemas con una flor.

SERPIENTE.- ¡Ah! (se callan)

PRINCIPITO.- ¿Dónde están los hombres? Se está un poco solo en el desierto...

SERPIENTE.- También se está solo con los hombres

PRINCIPITO.- (Mirando a la serpiente largo rato) Eres un bicho raro, delgado como un dedo...

SERPIENTE.- Pero soy más poderoso que el dedo de un rey

PRINCIPITO.- ¿por qué hablas con enigmas?

SERPIENTE.- Yo los resuelvo todos (Se callan)

PRINCIPITO.- (sonriendo) No me pareces muy poderoso... ni siquiera tienes patas... ni tan siquiera puedes viajar...

22

ESCENA XII

PRINCIPITO.- ¡Buenos días!

FLOR1- ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- (cortésmente) ¿Dónde están los hombres?

FLOR1.- ¿Los hombres? No existen más que seis o siete, me parece. Los he visto hace ya años y nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. Les faltan las raíces. Esto les molesta.

PRINCIPITO.- Adiós

FLOR1.- Adiós

ESCENA XIII

PRINCIPITO.- ¡Buenos días!

ECO.- ¡Buenos días! ¡Buenos días! ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- ¿Quién eres tú?

ECO.- ¿Quién eres tú?... ¿Quién eres tú?... ¿Quién eres tú?...

PRINCIPITO.- Sed mis amigos, estoy solo

ECO.- Estoy solo... estoy solo... estoy solo...

PRINCIPITO.- ¡Qué planeta más raro! Es seco, puntiagudo y salado. Y los hombres carecen de imaginación; no hacen más que repetir lo que se les dice... En mi tierra tenía una flor: hablaba siempre la primera...

23

ESCENA XIV

PRINCIPITO.- ¡Buenos días!

ROSAS.- ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- (Estupefacto) ¡Todas son como mi…..! ¿Quiénes son ustedes?

ROSAS.- Somos rosas

PRINCIPITO.- ¿Todas?

ROSAS.- Claro, somos millones de rosas en el mundo.

PRINCIPITO.- ¡Ah! Si mi rosa viese todo esto, se sentiría mal, tosería muchísimo y simularía morir para escapar al ridículo. Ella me engaño. Me hizo creer que era única.…. Me creía rico con una flor única y resulta que no tengo más que una rosa ordinaria. Eso y mis tres volcanes que apenas me llegan a la rodilla. Realmente no soy un gran príncipe... (llorando)

ZORRO.- (Apareciendo) ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- (Cortes) ¡Buenos días! (se vuelve y no ve nada)

ZORRO.- Estoy aquí.

PRINCIPITO.- ¿Quién eres tú? ¡Qué bonito eres!

ZORRO.- Soy un zorro

PRINCIPITO.- Ven a jugar conmigo, ¡estoy tan triste!

ZORRO.- No puedo jugar contigo, no estoy domesticado.

PRINCIPITO.- ¡Ah, perdón! ¿Qué significa "domesticar"?

ZORRO.- Tú no eres de aquí ¿qué buscas?

PRINCIPITO.- Busco a los hombres ¿Qué significa "domesticar"?

24

ZORRO.- Los hombres tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?

PRINCIPITO.- No. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?

ZORRO.- Es una cosa ya olvidada, significa "crear vínculos... "

PRINCIPTIO.- ¿Crear vínculos?

ZORRO.- Efectivamente, verás. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...

PRINCIPITO.- Comienzo a comprender. (Entusiasta) Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...

ZORRO.- Es posible, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.

PRINICIPITO.- ¡Oh, no es en la Tierra!

ZORRO.- (intrigado) ¿En otro planeta?

PRINCIPITO.- Sí.

ZORRO.- ¿Hay cazadores en ese planeta?

PRINCIPITO.- No.

ZORRO.- ¡Qué interesante! ¿Y gallinas?

PRINCIPITO.- No.

25

ZORRO.- Nada es perfecto. Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música (El zorro se calla y mira un buen rato al principito) Por favor... domestícame

PRINCIPITO.- Bien quisiera pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.

ZORRO.- Sólo se conocen bien las cosas que se domestican. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, Los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!

PRINCIPITO.- ¿Qué debo hacer?

ZORRO.- Debes tener mucha paciencia. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

PRINCIPITO.- Bueno querido Zorro, me tengo que ir.

ZORRO.- ¡Ah!, lloraré.

PRINCIPITO.- Tuya es la culpa, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

ZORRO.- Ciertamente.

PRINCIPITO.- ¡Y vas a llorar!

ZORRO.- ¡Seguro!

PRINCIPITO.- No ganas nada.

ZORRO.- Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.

26

PRINCIPITO.- (a las rosas) No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. (Las rosas se sienten molestas) Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos, salvo dos o tres que se hicieron mariposas, y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin. (vuelve al zorro orgulloso)

PRINCIPITO.- Adiós.

ZORRO.- Adiós. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

PRINCIPITO.- Lo esencial es invisible para los ojos

ZORRO.- Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

PRINCIPITO.- Es el tiempo que yo he perdido con ella...

ZORRO.- Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...

27

ESCENA XV

PRINCIPITO.- Yo soy responsable de mi rosa... (ve al guardavia) ¡Buenos días!

GUARDAVIA.- ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- ¿Qué haces aquí?

GUARDAVIA.- Formo con los viajeros paquetes de mil y despacho los trenes que los llevan, ya a la derecha, ya a la izquierda. (se oye un tren)

PRINCIPITO.- Tienen mucha prisa ¿Qué buscan?

GUARDAVIAS. Ni siquiera el conductor de la locomotora lo sabe. (vuelve a sonar un tren)

PRINCIPITO.- ¿Ya vuelve?.

GUARDAVIAS.- No son los mismos. Es un cambio.

PRINCIPITO.- ¿No se sentían contentos donde estaban?

GUARDAVIAS.- Nunca se siente uno contento donde está . (se oye tren)

PRINCIPITO.- ¿Van persiguiendo a los primeros viajeros?

GUARDAVIAS.- No persiguen absolutamente nada; duermen o bostezan allí dentro. Únicamente los niños aplastan su nariz contra los vidrios.

PRINCIPITO.- Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran...

GUARDAVIAS.- ¡Qué suerte tienen! (se va y ve al vendedor)

28

ESCENA XVI

PRINCIPITO.- ¡Buenos días!

VENDEDOR.- ¡Buenos días!

PRINCIPITO.- ¿Por qué vendes eso?

VENDEDOR.- Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.

PRINCIPITO.- ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?

VENDEDOR.- Lo que cada uno quiere...

29

ESCENA XVII

PRINCIPITO.- Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos caminaría suavemente hacia una fuente...

AVIADOR.- ¡Ah! Son muy bonitos tus cuentos, pero yo no he reparado mi avión, no tengo nada para beber y sería muy feliz si pudiera irme muy tranquilo en busca de una fuente!

PRINCIPITO.- Mi amigo el zorro..., me dijo...

AVIADOR.- No se trata ahora del zorro, muchachito...

PRINCIPITO.- ¿Por qué?

AVIADOR.- Porque nos vamos a morir de sed...

PRINCIPITO.- (sin comprender) Es bueno haber tenido un amigo, aún si vamos a morir. Yo estoy muy contento de haber tenido un amigo zorro.

AVIADOR.- Eres incapaz de medir el peligro Nunca tienes hambre ni sed y un poco de sol te basta...

PRINCIPITO.- El agua puede ser buena también para el corazón... (el principito se sentó cansado)

AVIADOR.- seguramente.

PRINCIPITO.- El desierto es bello .

AVIADOR.- Si es verdad. Puede uno sentarse en una duna, nada se ve, nada se oye y sin embargo, algo resplandece en el silencio... pero tengo sed.

PRINCIPITO.- Lo que más embellece al desierto es el pozo que oculta en algún sitio...

AVIADOR.- (sorprendido y reflexivo) Sí ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que les embellece es invisible.

PRINCIPITO.- Me gusta que estés de acuerdo con mi zorro.

30

AVIADOR.- (Tomando al principito en brazos que estaba cansado) venga vamos…

PRINCIPITO.- Lo más importante es invisible...

AVIADOR.- ¡Vamos!

PRINCIPITO.- Los hombres se meten en los rápidos pero no saben dónde van ni lo que quieren. . . Entonces se agitan y dan vueltas... ¡No vale la pena!... Los hombres de tu tierra cultivan cinco mil rosas en un jardín y no encuentran lo que buscan.

AVIADOR.- No lo encuentran nunca .

PRINCIPITO.- Y sin embargo, lo que buscan podrían encontrarlo en una sola rosa o en un poco de agua...

AVIADOR.- Sin duda. (Bebiendo)

PRINCIPITO.- Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón. (Sentándose junto al AVIADOR) Es necesario que cumplas tu promesa .

AVIADOR.- ¿Qué promesa?

PRINCIPITO.- Ya sabes... el bozal para mi cordero... soy responsable de mi flor.

AVIADOR.- (Sacando unos dibujos y mostrándoselos)

PRINCIPITO.- ¿Sabes? Mañana hace un año de mi caída en la Tierra... (Silencio) Caí muy cerca de aquí… (se sonroja)

AVIADOR.- (Triste) Entonces no te encontré por azar hace ocho días, cuando paseabas por estos lugares, a mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. ¿Es que volvías al punto de tu caída? (El principito enrojece) (vacilante) (El principito se ruboriza y asiente con la cabeza)

PRINCIPITO.- Me alegra que hayas encontrado lo que faltaba a tu máquina. Así podrás volver a tu tierra...

31

AVIADOR.- ¿Cómo lo sabes?

PRINCIPITO.- También yo vuelvo hoy a mi planeta... (melancólico) Es mucho más lejos... y más difícil... Tengo tu cordero y la caja para el cordero. Y tengo tambíén el bozal. (sonreía melancólicamente) (Silencio) Te voy a hacer un regalo.

AVIADOR.- ¿Qué quieres decir?

PRINCIPITO.- La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías; para otros sólo son pequeñas lucecítas. Para los sabios las estrellas son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas se callan. Tú tendrás estrellas como nadie ha tenido...

AVIADOR.- ¿Qué quieres decir?

PRINCIPITO.- Cuando por las noches mires al cielo, al pensar que en una de aquellas estrellas estoy yo riendo, será para ti como si todas las estrellas riesen. ¡Tú sólo tendrás estrellas que saben reír! (Rie) Cuando te hayas consolado estarás contento de haberme conocido. Serás mi amigo y tendrás ganas de reír conmigo. Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. Tú les explicarás: "Las estrellas me hacen reír siempre". Ellos te creerán loco. Y yo te habré jugado una mala pasada... (rie) Será como si en vez de estrellas, te hubiese dado multitud de cascabelitos que saben reír… (rie). (serio) Es allí; déjame ir solo. (sentándose) (con miedo) ¿Sabes?... mi flor... soy responsable... ¡y ella es tan débil y tan inocente! Sólo tiene cuatro espinas para defenderse contra todo el mundo... (se sienta el AVIADOR sin fuerzas) Ahí está... eso es todo...

El principito se va. Relámpago con luz.

32

ESCENA XVIII

Voz en off.

Ahora hace ya seis años de esto. Jamás he contado esta historia y los compañeros que me vuelven a ver se alegran de encontrarme vivo. Estaba triste, pero yo les decía: "Es el cansancio".Al correr del tiempo me he consolado un poco, pero no completamente. Sé que ha vuelto a su planeta, pues al amanecer no encontré su cuerpo, que no era en realidad tan pesado... Y me gusta por la noche escuchar a las estrellas, que suenan como quinientos millones de cascabeles...El desierto es para mí el paisaje más hermoso y el más triste del mundo. Fue aquí donde el principito apareció sobre la Tierra, desapareciendo luego.Examínenlo atentamente para que sepan reconocerlo, si algún día, viajando por Africa cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tan triste!

FIN

33