Autores: Juan Pablo Ruiz Alessandro Stradella

abía una vez, un Robot que era muy bueno en futbol. Vivía en Florencia, Italia. A él le decían Príncipe del futbol, pero como era un Robot, le comenzaron a decir “El Príncipe Robot”. Este Robot, era el mas popular en Florencia, era bueno con la gente y todos lo conocían. El otro día, el y unos amigos se reunieron en un campo de futbol para jugar. El capitán del equipo “Casa” era el Príncipe Robot, y el del equipo “Visitante” era Matías, un amigo muy competitivo del Príncipe Robot. El partido estaba muy parejo, hasta el comienzo de los minutos 30, ya que el Príncipe Robot metió 3 goles en esos minutos. El partido quedo 7 – 0 a favor del equipo Casa, y el equipo estaba muy feliz.

La mayoría de los amigos de fueron cuando termino el partido, solo quedaron el Príncipe Robot y Matías. Matías se lleno de furia y dijo:

- ME GANASTE EN FUTBOL, TE ODIO. MUERETE.

- Pero, ¿que pasa Matías? – dijo el Príncipe Robot

- TE ODIO. ¡AHORA TE MATARE! – Respondió Matías.

Matías tenía poderes mágicos, ya que su padre era un hechicero. Lanzo un hechizo y convirtió al Príncipe Robot en una estatua. Y Matías le dijo:

- No te mate por lastima. Ahora te quedaras así para siempre. – Y Matías se retiro, dejando al Príncipe Robot solo.

Pasaban los días y el Príncipe Robot todavía estaba en el campo de futbol como una estatua, solo… hasta que llego Medusa, una viajera. Medusa mira la estatua y dice que nunca había visto eso en Atlantis, y le echa un vistazo. Se para en su hombro y le dice:

- ¿Hola?

- ¡Hola! Gracias a Dios hay alguien aquí conmigo. – Respondió el Príncipe Robot.

- Oh hola. Ya se quien eres, ¿no eres ese Robot del que todos hablan? ¿El futbolista? Soy Medusa, por cierto – Dijo Medusa.

- Si, soy yo. Mucho gusto Medusa. – Respondió el Príncipe Robot

- Y, ¿por qué eres una estatua? – Pregunto Medusa

- Es que estaba jugando futbol con un EX amigo, Matías, y como le gane me convirtió en esto… y ahora no puedo volver a ser un Robot. – Respondió.

-

Oh… ¿necesitas alguna ayuda? Mi Rey, Poseidón, tiene también poderes

mágicos, él te podría ayudar. – Dijo Medusa con cara de preocupación

- ¿En serio? ¡Gracias! – Agradeció el Príncipe Robot.

- Si… Pero hay un problema. Que no puedo volver a Atlantis hasta

encontrar los diamantes: Zafiro azul, Gema roja y Cristal blanco. – Dijo

Medusa

- Tengo un amigo llamado Gravity, que colecciona diamantes, él te

los podría dar. Su casa queda en frente de aquí. – Dijo el Príncipe Robot.

- ¡Oh, Gracias! Ya voy para allá. – Dijo Medusa.

Medusa fue en seguida a la casa de Gravity, toco la puerta… Y Gravity abre y le dice:

- ¿Y tú quien eres?

- Hola, soy Medusa, una viajera en busca de diamantes. Tu amigo el Príncipe Robot me dijo que tú coleccionabas diamantes. – Respondió Medusa

- Si, pero no se los doy a cualquiera. – Dijo Gravity

- Veras, los necesito para volver a Atlantis, y dárselos al Rey para tener sus poderes, y los usara para ayudar al Príncipe Robot que Matías lo convirtió en una estatua. – Explico Medusa.

- ¿EN SERIO? NO LO SABIA! Tómalos aquí. Solo para ayudar a mi amigo! – Dijo Gravity

- ¡Gracias! – Agradeció Medusa. Y se retiro, y emprendió su camino para ir a Atlantis.

Al llegar a Atlantis, va al Palacio Real, y le entrega los diamantes a Poseidón.

- Gracias Medusa, ahora si puedo cumplir mi promesa, convertirte en una persona de verdad. – Dijo Poseidón.

- No gracias Rey, ahora quiero que ayudes a un amigo en Florencia. Su nombre es Príncipe Robot, y necesita que lo conviertas en un Robot otra vez. – Dijo Medusa.

- Bueno, si es por ayudarte, lo hare. Vamos – Dijo Poseidón.

Llegaron a Florencia y fueron corriendo al campo de futbol. Poseidón pensó y pensó que hechizo usar, hasta que se acordó del primero que aprendió. Dijo el hechizo, y el Príncipe Robot volvió a ser el de antes.

- Muchas gracias Medusa, muchas gracias Rey Poseidón. – Dijo el Príncipe Robot. - Por nada, eso es lo que hacemos los amigos. – Dijo Medusa. - Si… Muchas gracias. – Dijo el Príncipe Robot.

Medusa se acercó al Príncipe Robot, le dio un abrazo, y un beso en los labios. Se despidió y no se volvieron a ver.

A Matías le quitaron sus poderes, Medusa se mudo a Florencia y el Príncipe Robot se hizo mundialmente famoso. Y, todos vivieron felices jugando futbol