el poder político en colombia de fernando guillen martínez - relatoría

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El Poder Político en Colombia de Fernando Guillen Martínez Relatoría Diana Carolina Benitez Monsalve El texto “El poder político en Colombia” de Fernando Guillen Martínez, el autor en los Capítulos III, IV y V, analiza el significado de la encomienda como estructura de asociación o como marco de participación individual en el origen de la sociedad iberoamericana. Expone el problema de la propiedad para el caso de los otros colonos, mestizos y blancos pobres (llamados vecinos). Explica cómo se crean a través y por medio del tejido social formado por la encomienda, los canales de ascenso social en la medida en que coinciden con los canales de participación política individual. El autor expone como el autoritarismo y paternalismo comienzan a tomar forma en las primeras grandes haciendas en donde se había posesionado muy bien la encomienda, dejando claro que el legado de la encomienda sigue vigente con relaciona a la tenencia de la tierra pero en cuanto a la forma de asociación se transforma de una manera más humana aunque sigue guardando un carácter de institución normativa. El texto se subdivide en tres (3) CAPÍTULOS, cada capítulo se compone de varios acápites así: El CAPÍTULO III “Las asociaciones iniciales y la participación en el poder”, esta compuestos por nueve (9) acápites los cuales tratan sobre: a) El grupo indígena y el individuo, b) La esencia de la encomienda, c) El grupo indígena como productor, d) La evolución de los tributos, e) La encomienda y la ley, f) La encomienda y la tradición Ibérica, g) La escritura funcional de la encomienda, h) Asociación, estratificación y movilidad

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Relatoría descriptiva del libro El Poder Político en Colombia de Fernando Guillen Martinez.

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El Poder Poltico en Colombia de Fernando Guillen Martnez

Relatora Diana Carolina Benitez Monsalve

El texto El poder poltico en Colombia de Fernando Guillen Martnez, el autor en los Captulos III, IV y V, analiza el significado de la encomienda como estructura de asociacin o como marco de participacin individual en el origen de la sociedad iberoamericana. Expone el problema de la propiedad para el caso de los otros colonos, mestizos y blancos pobres (llamados vecinos). Explica cmo se crean a travs y por medio del tejido social formado por la encomienda, los canales de ascenso social en la medida en que coinciden con los canales de participacin poltica individual. El autor expone como el autoritarismo y paternalismo comienzan a tomar forma en las primeras grandes haciendas en donde se haba posesionado muy bien la encomienda, dejando claro que el legado de la encomienda sigue vigente con relaciona a la tenencia de la tierra pero en cuanto a la forma de asociacin se transforma de una manera ms humana aunque sigue guardando un carcter de institucin normativa.

El texto se subdivide en tres (3) CAPTULOS, cada captulo se compone de varios acpites as: El CAPTULO III Las asociaciones iniciales y la participacin en el poder, esta compuestos por nueve (9) acpites los cuales tratan sobre: a) El grupo indgena y el individuo, b) La esencia de la encomienda, c) El grupo indgena como productor, d) La evolucin de los tributos, e) La encomienda y la ley, f) La encomienda y la tradicin Ibrica, g) La escritura funcional de la encomienda, h) Asociacin, estratificacin y movilidad social, i) Autoritarismo, paternalismo, individualismo; el CAPTULO IV La encomienda y el poder poltico, est compuesto a su vez por dos (2) acpites los cuales tratan sobre: a) La sede geogrfica del gobierno, b) El mecanismo de la participacin poltica; y el CAPTULO V Tierra, demografa, prestigio, compuesto por seis (6) acpites, los cuales versan sobre: a) La extincin del indgena y el mestizaje, b) Las tierras del encomendero, c) Individuo, prestigio, participacin, d) Paternalismo, autoritarismo, solidaridad adscrita, e) Latifundismo, iglesia, ciudad, f) Las zonas dependientes.

Tesis central La idea principal del Captulo III se centra en la explicacin de la aparicin de la encomienda como tributo y la sumisin de los grupos indgenas, en donde el cacique jugaba un papel muy importante para los encomenderos, ya que era este el responsable de recolectar los tributos, encontrando en este tributo asiento jurdico en tanto el grupo indgena otorgaba al caique donaciones rituales. Tal como se desprende del siguiente prrafo:

Para la tradicin jurdica espaola, el seoro era ante todo una soberana sobre la tierra. En la alborada del sigo XVI se conmina a los indgenas a aceptar la religin cristiana y la autoridad del monarca espaol, en razn de la conquista de la tierra americana. Se considera que las gentes que viven en las nuevas posesiones son vasallos del Rey ibrico, por que habitan al territorio, no en virtud de su origen tnico. Y como tales vasallos territoriales, los indgenas quedan sujetos a un tributo, a un impuesto personal que expresa la subordinacin poltica, en las mismas condiciones tericas de los habitantes de la pennsula ibrica. La exigencia de este tributo encontr un nuevo y poderoso argumento a su favor, cuando los juristas y funcionarios espaoles observaban la existencia de donaciones rituales al cacique y las interpretaron como tributo, encontrando as enteramente justo que los aborgenes continuaran tributando a su nuevo seor, el Rey de Espaa. (Pg. 50)

Por su parte el CAPITULO IV muestra como los encomenderos van adquiriendo cada vez ms tanto poder econmico, poltico y social, tal y como lo podemos observar del siguiente prrafo:

La primaca social del encomendero coloc fcilmente en sus manos los cabildos de las nuevas ciudades y los oficios concejiles de ellos dependientes. As se ve como en 1650, el capitn Francisco de Colmenares es encomendero de los pueblos de Bosa, Soacha y sus aejos y a la vez alcalde ordinario de Santa Fe adems de lo cual solicita nueve indios para el servicio de mita en una hacienda suya en la tierra de Tena. Los cabildos de las ciudades de las zonas del altiplano estn compuestos casi exclusivamente por encomenderos o por sus subordinados, parientes o allegados y todas las decisiones que afectan la vida pblica quedan en sus manos (pg. 109)

Finalmente el CAPITULO V se plasma el momento en el que la encomienda decae en razn a la diminucin de los indgenas y surgimiento de los llamados vecinos (mestizos), al perder fuerza la encomienda por la disminucin de los tributos, se acaba el control de la poblacin y se da continuidad al control de la tierra.

Mientras el servicio persona de los indios y la recaudacin de los tributos en especie o en dinero, tuvieron un volumen considerable en atencin al nmero de los tributos, los encomenderos y su cauda parecieron tener muy poco inters en la adjudicacin legal de las tierras de los aborgenes y la mayor parte de sus peticiones de tierras se refirieron a los solares urbanos que los cabildos podan adjudicar legalmente o que adjudicaban a veces con violacin de la ley. Pero hacia 1650 la poblacin aborigen haba venido reducindose en tal proporcin, que debe calcularse como imposible el sostenimiento de la poblacin blanca ociosa de la poca con el esfuerzo de los disminuidos tributarios. Se inicia entonces en las regiones clsicas de la encomienda, una presin social que adquiere rasgos polticos y que culmina con la apropiacin legal de los territorios por parte de los encomenderos y de sus secuaces, parientes y allegados (Pg. 115).

Tesis secundarias Continua el autor a lo largo del CAPITULO III refirindose la forma de funcionamiento de la encomienda, refirindose tambin a la mita como forma de explotacin de la mano de obra del indgena, la importancia que tiene el doctrinero para la encomienda como forma de ideologizar espiritualmente a los grupos indgenas. El surgimiento de los mestizos y su ascenso en la escala social.

El rgimen de la encomienda funciona as como una asociacin generadora de poder poltico, cuyos elementos activos son los brazos indios pero cuya direccin y manipulacin se organizan alrededor de los valores paternalistas-individualistas que genera la historia espaola tradicional. Progresivamente los blancos pobres (pequeos funcionarios, mayordomos, poseedores de tierras sin ttulo, doctrineros), los mestizos, los caciques indios y en ltimo trmino los indios mismos (ladinos, fugitivos) van ascendiendo en la escala social merced a su complicidad funcional con el encomendero y a adopcin de las actitudes y valores que surgen de la tendencia a gobernar a otros gratuitamente y a obligar a los gobernados a suministrar los bienes econmicos necesarios para dar soporte a la propia grandeza. Este fenmenos se har ms claro al analizar el rgimen de hacienda que sucede al de la encomienda y la mita (Pg. 82-83).

La idea secundaria del CAPITULO IV se encuentra en la pgina 109 en el siguiente prrafo:

Esta preeminencia del poder social y poltico sobre los factores econmicos que se le subordinan, es el marco en el cual se fragua desde finales del siglo XVII una nueva forma de asociacin de trabajo, poder y prestigio: la hacienda. Cuyos valores, lejos de oponerse a aquellos que fueron propios de la Encomienda, en realidad los fortalece y arraiga, determinando de un modo, an ms categrico, el autoritarismo poltico que llega hasta el siglo XIX y se prolonga hasta nuestros das en formas variadas y difusas.

Al verse acabada la encomienda con surge el control de la tierra, los encomenderos empiezan a buscar la forma legal de la adquisicin de la propiedad, buscando as seguir con la continuidad del poder poltico y social, surge entonces una nueva forma de asociacin y a su vez de explotacin del hombre con el hombre con la hacienda.

Por su parte el Captulo VI denota en toda su extensin el proceso de los encomenderos para adquirir la propiedad de las tierras, muchos de los cuales se hicieron de manera ilegal.

Cuando la poblacin indgena pura decrece grandemente en beneficio de los mestizos, al final del siglo XVII, crecen tambin asombrosamente las tendencias de los espaoles y de los libres en general por obtener ttulos legales sobre las tierras y se ejerce sobre la Corona una presin que lleva al procedimiento cada vez ms generalizado y activo de las composiciones mediante el cual se consegua legitimar las ocupaciones de hecho con un pago casi siempre irrisorio a las arcas reales.

Si bien se afirma que el origen de los Derechos Humanos no tiene un punto de partida especfico dentro de la historia de la humanidad, si se puede afirmar que su consolidacin y evolucin ha sido un proceso de lucha constante de clases, fenmenos tanto sociales, polticos, religiosos como econmicos. Luchas por la igualdad social que han permutado a lo largo de la humanidad y que desdichadamente vemos como hoy en da an no han acabado, vemos como los actores armados irregulares y por su puesto el mismo Estado, estn contribuyendo con sus actos absurdos a la degradacin de la sociedad, un ejemplo de ello son las muertes selectivas, las desapariciones forzosas, las masacres, los desplazamientos forzosos, los secuestros, los despidos laborales y dems estragos sociales, son hechos tan cotidianos que muchos insensatos los consideran normales y hasta justificados.