el pensamiento frente a la cuestion social en chile, cruzat ximena

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EL PENSAMIENTO FRENTE A LA CUESTIÓN SOCIAL EN CHILE * Ximena Cruzat Ana Tironi Introducción A comienzos de siglo en Chile se vivía una fuerte polémica palpable a través de los diarios, revistas y sesiones parlamentarias, acerca del pro- blema de las condiciones de vida y trabajo de los obreros y sobre el futuro social del país. Era la llamada "cuestión social". Detrás de esta polémica existían distintas concepciones sobre la sociedad y los conflic- tos que ésta vivía. El país atravesaba por un momento crucial; la bonanza económica y la industrialización conllevaban un aumento significativo del proletaria- do y con ello salían a la luz todos los viejos y nuevos problemas ligados a los trabajadores. Éstos, hasta entonces excluidos de la vida política, se imponían y exigían de hecho un espacio propio en la sociedad. El estado chileno se mantenía hasta entonces bastante ausente en el terreno social, consecuente con su inspiración liberal. Sostuvo una posi- ción de observador o a lo más de árbitro entre el capital y el trabajo, sin intervenir activamente, cuestión por lo demás tratada con abundan- cia en la historiografía nacional. Las fricciones que tuvieron lugar entre los elementos de la producción eran, por tanto, directas y muchas veces alcanzaron la violencia. Nuestro trabajo abordará las distintas concepciones que subyacen de- trás de la polémica sobre la "cuestión social" a comienzos de siglo. Y a * Publicado en: El pensamiento en Chile 1830-1910, Nuestra América Ediciones, Santiago, Chile, 1987.

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El Pensamiento Frente a la cuestion social en chileXimena Cruzat Ana Tironi

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EL PENSAMIENTO FRENTE A LA CUESTIN SOCIAL EN CHILE* Ximena Cruzat Ana Tironi Introduccin A comienzos de siglo en Chile se viva una fuerte polmica palpable a travs de los diarios, revistas y sesiones parlamentarias, acerca del pro-blema de las condiciones de vida y trabajo de los obreros y sobre el futuro social del pas. Era la llamada "cuestin social". Detrs de esta polmica existan distintas concepciones sobre la sociedad y los conflic-tos que sta viva. El pas atravesaba por un momento crucial; la bonanza econmica y la industrializacin conllevaban un aumento significativo del proletaria-do y con ello salan a la luz todos los viejos y nuevos problemas ligados a los trabajadores. stos, hasta entonces excluidos de la vida poltica, se imponan y exigan de hecho un espacio propio en la sociedad. El estado chileno se mantena hasta entonces bastante ausente en el terreno social, consecuente con su inspiracin liberal. Sostuvo una posi-cin de observador o a lo ms de rbitro entre el capital y el trabajo, sin intervenir activamente, cuestin por lo dems tratada con abundan-cia en la historiografa nacional. Las fricciones que tuvieron lugar entre los elementos de la produccin eran, por tanto, directas y muchas veces alcanzaron la violencia. Nuestro trabajo abordar las distintas concepciones que subyacen de-trs de la polmica sobre la "cuestin social" a comienzos de siglo. Y a * Publicado en:El pensamiento en Chile 1830-1910,Nuestra Amrica Ediciones, Santiago, Chile, 1987. El pensamiento chileno en el siglo XX nuestro juicio el inters que poseen las mencionadas visiones es que van ms all del concepto mismo pues se relacionan con profundas preocu-paciones sobre la suerte del pas, entregando as una mirada sobre las diversas tendencias del pensamiento social de la poca. La "cuestin social": Origen del concepto; autores y tendencias Origen del concepto Es un hecho que el concepto "cuestin social" no naci en Chile. Aunque sea obvio es nuestro punto de partida. Diferentes autores coinciden en que su origen se encuentra entre los intelectuales y reformadores euro-peos, calificados por otros como la manifestacin de la extrema izquier-da europea. Y aquello es perfectamente aceptable si pensamos que el Viejo Mundo tuvo un desarrollo y un proceso de industrializacin ante-rior a Amrica Latina.1 Los primeros textos en que la "cuestin social" viene conceptualizada y ya no slo trabajada como la mera descripcin de una penosa realidad, se conocieron en Chile alrededor de los arios 80. stos fueron escritos en Europa por la dcada del 70 y siguientes hasta la entrada del nuevo siglo. Desde el Viejo Continente se fueron diseminando hasta alcanzar las costas de Amrica. As, su repercusin se manifest a la vez en textos de auto-res argentinos, brasileos, peruanos, cubanos, colombianos y otros intelec-tuales vidos de nuevas ideas para comprender la realidad americana, que daban a conocer su pensamiento en torno a la "cuestin social".2Chile no estuvo ajeno a este proceso. Nuestra situacin permiti que la "cuestin social" fuese emergiendo da a da hasta llegar a un momen-to en que su consistencia remeci muchas mentes. La intelectualidad obrera fue alimentada, en parte, a juicio de Feli Cruza y a juzgar por la folletera y prensa obrera de la poca, por pensadores tales como Bakunin, Proudhon, Ruskin, Tolstoy, Kropotkine, Marx, James, Nordau, Engels, George, Lenin, Dostoyewski, Trotsky, Saint Simon, Iglesias, Malatesta, Costa, Bebel, Ferri, Eliseo Reclus, Juan Grave, Sebastian Faure, Drapper y quizs otros europeos. Estas obras eran vendidas en las libreras de 1 Vase James O. Morris, "La cuestin social", en Hernn Godoy,Estructura social de Chile. Ed. Universitaria, Santiago, 1971. 2 Op. cit. 3 Guillermo Fell Cruz,Chile visto a travs de Agustn Ross. 1891-1924,Imprenta y Encuader-nacin Pino, Santiago, 1950. 12 8 El pensamiento frente a la cuestin social en Chile Antofagasta, Valparaso, Concepcin, Valdivia, Magallanes-y en Santiago en las barriadas de San Pablo, San Diego, Arturo Prat, Bandera, Avenida Matta, Veintiuno d Mayo y Puente. Estas libreras siguiendo a Feli-llenaron sus anaqueles de una literatura muy apropiada para producir un clima revolucionario en esos espritus sin mayor cultivo. Y continua...: "las editoriales espaolas de Sopena, Aguilar, Gili, Surez, Rodrguez, Maucci, Salvat, Espasa lanzaron en Chile un gnero de literatura so-cial explotada en la novela, en el drama, y en el cuento, que dejaba en el fondo de las conciencias un eco de rencor, contra el rico, contra los ban-cos, contra medio capitalista, contra las prerrogativas de la alta aristo-cracia, amparada en la Iglesia, y contra la injusta sujecin a que se encontraban sometidos, humillados y escarnecidos, los elementos del pueblo".4Asimismo, la lectura de autores como Ketteler, Mermillod, Le Play, La Tour du Pin, Taparelli, Paul Leroy Beaulieu, el Conde de Mun, Rodrguez de Cepeda y otros como los documentos pontificios se cons-tituyeron en gua para algunos sectores catlicos a la vez que sensibiliza-ron su pensamiento frente a los problemas sociales. La "cuestin social" iba, pues, tomando cuerpo en las mentes de gen-te ilustrada del origen que fuese. Todo ello por cierto se tradujo en artcu-los y editoriales en la prensa; en folletos y opsculos; en memorias de ttulo; en fin, en variados trabajos que apuntaban a entregar perspecti-vas y soluciones frente a una nueva realidad. Es as, como decamos anteriormente, que el tema de la "cuestin social" ocup su lugar en Chile desde la dcada del 80; sin embargo, en la medida que el proletariado iba adquiriendo un contorno ms defini-do tanto espacial como ideolgico; en la medida que fue posible ubicar sus anhelos y aspiraciones y que comenzaban a desarrollarse iniciati-vas por aminorar la tensin social, la expresin "cuestin social" fue dejando paso a conceptos que definan problemas ms especficos y pun-tuales, al interior del gran bloque que hasta ca. 192 0 englobaba el anta-gonismo entre obreros y clase dirigente. Autores y tendencias Frente a la "cuestin social" hubo quienes pensaron que era un proble-ma importado desde Europa y por tanto no responda a inquietudes criollas reales, por lo que tal como haba llegado, hara su abandono. Sin 4Cfr. op. cit. 12 9 El pensamiento chileno en el siglo XX embargo, hubo quienes entraron a considerarla como una realidad ins-talada en Chile y que mereca atencin. Entre los autores nacionales que trabajaron la "cuestin social" figu-raron intelectuales y hombres de accin. De stos, hemos tomado aqu-llos que se distinguieron por ser puntales y que en algunos casos dejaron seguidores tras de s, al interior de las principales corrientes ideolgicas del momento que expresaron un cuerpo de ideas ms o menos armado frente a la "cuestin social". (En este sentido cabe mencionar que si bien hubo miembros del liberalismo que se asomaron a la "cuestin social", no es menos cierto que no fue un pensamiento del todo estructurado ni menos la expresin de los liberales al respecto.) Sin embargo, queremos aclarar que nuestro ordenamiento no responde exactamente a los gru-pos o corrientes polticas del momento sino ms bien, ste nuestro ordenamiento est estructurado a partir de los autores que trataron el concepto de "cuestin social". En otras palabras, no est tomado ni es-tructurado en este trabajo el pensamiento del partido conservador, libe-ral, radical, demcrata o socialista frente a la "cuestin social".A la inversa, es a partir de lo que pensaron determinados autores frente a la "cues-tin social" que los ubicamos en tres lneas bsicas, a saber: 1) Corriente conservadora-catlica cuyo rol protagnico frente a la "cuestin so-cial" lo tienen con un criterio eticista los individuos, y particular-mente los de la clase dirigente en sus deberes y derechos, 2 ) Corriente radical-reformista y nacionalista, cuyo rol protagnico frente a la cues-tin social lo tiene "el Estado" y 3) Corriente demcrata-socialista, cuyo rol protagnico frente a la "cuestin social" lo tiene "el pueblo". Quere-mos reiterar que las corrientes que hemos descrito, se estructuran a par-tir del concepto que formulan frente a la "cuestin social" y por tanto, ms all de este concepto las mencionadas lneas se desdibujan, reubicndose los autores en corrientes polticas diferentes. Es decir, por ejemplo, si para nosotros estn en una misma lnea un Letelier y un Ni-cols Palacios, no olvidamos que uno es radical y el otro nacionalista. Incluso las tres lneas mencionadas se reagrupan en dos al observar sus respuestas frente a la "cuestin social", como lo mencionramos en la Introduccin. Enrique Concha Subercaseaux La preocupacin por la "cuestin social" desde una perspectiva cristia-na,' al parecer se inici de lleno despus de la publicacin de la Encclica Gonzalo Vial Correa,Historia de Chile 1891-1973,vol. 1, tomo II, 54 1 pp. 130 El pensamiento frente a la cuestin social en Chile de Len XIII, Rerum Novarum el 15 de mayo de 1891, aunque no hay que desconocer la preocupacin de la Iglesia por este tema con anterio-ridad a la mencionada Encclica. En Chile, estas iniciativas surgieron en la Iglesia derivando adems ha-cia el laicado catlico de orientacin conservadora. El Arzobispo Casano-va, en septiembre del 91 comentaba in extenso la mencionada Encclica y con posterioridad public pastorales atingentes al tema junto con em-prender una serie de iniciativas en el campo social. Asimismo, el social-cristianismo contaba en sus filas con sacerdotes que profundizaron en las soluciones catlicas a los mencionados problemas.6Entre los laicos, dicha corriente tambin tuvo sus seguidores y es quizs y a juicio de muchos, Juan Enrique Concha Subercaseaux uno de los ms destacados. Ahora bien, fue al interior de la clase dirigente donde la visin cris-tiana se dio principalmente. Y en virtud que era la clase dominante, su cosmovisin pas a ser parte de la estructura de valores que imperaba en la sociedad: en la base de sta eran ubicados los problemas de la aristocracia. En relacin con la "cuestin social" sus proposiciones reflejaban a cabalidad la mencionada perspectiva intentando soluciones que preten-diendo acotar desde una posicin objetiva el problema, caan en arre-glos parciales que aminoraran el peligro que se cerna sobre ellos. A la inversa de los problemas doctrinarios, que cobraron importancia al interior del grupo dominante, la "cuestin social" abarc un espectro social ms amplio, el cual permite pensarla como un fenmeno realmen-te nacional, que trasciende a las clases. Sin embargo, al parecer el sector dominante como totalidad no alcan-z a captar la magnitud del fenmeno que viva, en su real dimensin; cuestin en la que por lo dems coincide buena parte de nuestra historiografa nacional. Mario Gngora expresa: "Con todo, esta prime-ra oleada del social-cristianismo se plantea sobre todo como un conjunto de obras de beneficencia y de leyes de reformas puntuales; aunque mar-can sus distancias del liberalismo y del socialismo, no plantean un idea-rio positivo de orden social, y en poltica no formulan cuestionamiento alguno del rgimen parlamentario liberal. El grueso del Conservantis-mo no se interes a fondo por la 'cuestin sociar.7 Sin embargo, de en-tre sus filas surgi un hombre quin encamin sus pasos a despertar entre los miembros de su clase la conciencia social de sus deberes. 6Vase Pedro Felipe Iiguez lrarrzaval,Notas sobre el desarrollo del pensamiento social en Chile 1901-1906,Editorial Jurdica, Santiago, 196 8. ' Mario Gngora,Ensayo histrico sobre la nocin de Estado en Chile en los siglos XIX y XX, Ediciones La Ciudad, Santiago, 1981, p. 4 2 . 131 El pensamiento chileno en el siglo XX Concha Subercaseaux estuvo vivamente interesado por el tema des-de una perspectiva terica recordemos su memoria de ttulo y otros trabajos a la vez que trabaj como secretario de la Fundacin Len XIII; dirigi obras de beneficencia y fue catedrtico de la Universidad Catlica, en cuyas aulas expres en forma contundente su pensamiento. Es por ello, por esta doble dimensin que nos presenta este autor, vale decir terica y prctica, que nos ha parecido de inters detenernos en l como un exponente de relevancia al interior de la corriente que se ha denominado conservadora-catlica. Su pensamiento, por cierto, estaba influido por la doctrina pontificia a la vez que revela claramente conocer la obra de pensadores catli-cos europeos. Asimismo sus textos muestran una lectura de autores polticos y tericos liberales y socialistas. Nos parece que en trmi-nos generales, la obra de Concha sigue muy de cerca la doctrina de la Iglesia y particularmente la Encclica Rerum Novarum, y adems, por otra parte incorpora elementos de la realidad como forma de engarzar an ms la aplicacin de dicha doctrina a nuestros problemas. Vayamos al autor. Qu es la "cuestin social" para Concha Subercaseaux? "Existe en el mundo un estado de desconcierto social, que consiste en la constitucin antagnica de los dos elementos sociales de la produc-cin de la riqueza, capitalistas y trabajadores: stos ven en aqullos sus opresores econmicos, y los primeros ven en los segundos a reivindi-cadores injustos de supuestos derechos violados y a desorganizadores del orden natural de la produccin econmica". Y continuaba expre-sando que la prueba de que este desconcierto exista estaba en la serie enorme de huelgas, revueltas, incendios, paros forzados de industrias, intervenciones del poder pblico con la fuerza armada y, an ms, en el auge de las asociaciones obreras llamadas de resistencia y el desarrollo siempre creciente de la representacin obrera parlamentaria, de tenden-cia socialista o por lo menos anticapitalista. Finalmente, para Concha toda esta realidad estaba inmersa en otra, que aunque no era nueva s se haba ido agudizando y aunque no era la causa s contribua a polarizar la situacin, realidad que se refera a las condiciones de vida en que se desarrollaba nuestro pueblo, a saber: alcoholismo, altos ndices de na-talidad y mortalidad, analfabetismo, desorganizacin de la familia, pueblo nmada, orgulloso, poco trabajador, poco religioso, ignorante y supersticioso. Pensamos que en estas lneas se esboza una de las ideas centrales en Concha para acercarse a su definicin de la "cuestin social". Esta ubicacin antagnica de los dos elementos sociales de la produccin, sita por una parte a la "clase rica" y por otra a la "clase po- 132El pensamiento frente a la cuestin social en Chile bre".8 Concha defini a la "clase pobre" y su insercin al interior del problema que nos ocupa tomando en cuenta los siguientes elementos: 1. La pobreza (el pueblo) se encaminaba hacia la formacin de una ver-dadera clase o agrupacin social que, por un lado velaba por sus intereses y por otro se formaba con propsitos de combate o resis-tencia contra la riqueza. Su espritu se vea animado por una rebelda contra el capitalista, por una falta de resignacin, un descontento y falta de armona que se manifiesta en una actitud de lucha. Aqu po-demos advertir el temor de un sector social que perciba la forma-cin, en, el seno de la sociedad que diriga, de una nueva clase que por sus caractersticas podra quebrantar el sistema. 2 . Junto a la formacin de esta nueva clase, Concha adverta que este grupo se vea alimentado intelectualmente, reciba mayor ilus-tracin e influencia de las ideas modernas de la democracia sub-versiva, todo lo que le haca aspirar a ver satisfechas nuevas necesidades y a juicio de nuestro autor, el peligro no estaba en que tuviera mayores aspiraciones sino en que manifestaba y reflejaba un descontento y sentimiento contra las clases superiores. 3. Por ltimo, Concha nos entrega un tercer elemento para completar este perfil que se refiere a que finalmente esta nueva organizacin sumada a una mayor ilustracin haba hecho al pueblo aspirar a la igualdad social y econmica en virtud de que haba visto el proceso que haba desarrollado la igualdad poltica: la democracia. Queda as de manifiesto que para este sector en que Concha se situaba, era impensable una igualdad econmica y social ya que se estaba rom-piendo el orden natural y providencial. Es decir, comprenda el orden social desde una perspectiva tico-cristiana y su discurso fue siempre coherente con este pilar de su pensamiento. Por su parte, nuestro autor defina a la riqueza (clase dirigente) y su posicin frente a la "cuestin social" en los siguientes trminos: La clase dirigente se haba caracterizado por la ignorancia de sus debe-res y obligaciones que como patrones tenan para con sus, dependientes. No haban reparado en que las ideas democrticas modernas respecto En su obra, Juan Enrique Concha Subercaseaux establece ciertas diferencias al interior de la pobreza como asimismo al interior de la riqueza, que para nuestro trabajo no revisten mayor importancia. VerCuestiones obreras,Santiago, Imprenta Barcelona, 1899y Conferen-cias sobre economa social,Santiago, Imprenta Chile, 1918. 133 El pensamiento chileno en el siglo XX de derechos verdaderos o supuestos del proletariado, venan cayendo sin cesar sobre el pueblo, el que las acoga sin reparo y con criterio inci-piente. Ideas subversivas que caan en un terreno irreligioso. Concha sostena que la clase rica denotaba una ignorancia y despreocupacin irresponsable. Sumida en su individualismo egosmo no fue capaz de advertir el dao que ello importaba para la sociedad. Es la posicin de quien se siente parte de una clase cuyo rol legtimo es gobernar la socie-dad. Y el punto est en que no cumpli bien su rol, dejando un territorio propicio para ser ocupado por otros. Para Concha, la suma de estos elementos y los matices con que se dan otorgan un carcter a la "cuestin social". La actitud de ambos polos para enfrentar la situacin: egosmo y envidia, sentimiento en contra de una clase, descontento y falta de resignacin, .rechazo al trato paternal en el pueblo por una parte; falta de caridad, materialismo e individualis-mo en las clases dirigentes por otra le confieren al decir de Conchaun carcter moral a la "cuestin social". Y en tanto que cuestin moral, como la base de la moral es Dios, es una cuestin netamente religiosa. Sin embargo, el origen de esta realidad an no la hemos abordado. Cules seran, a juicio de Concha, las causas de este fenmeno? Para Concha haba por cierto en el fondo de la "cuestin social" uni-versal una serie de causas morales y religiosas que la produjeron; pero la ms tangible, la ms aparente, la ms explotada por los agitadores, haba sido siempre la riqueza, y la abundancia de unos y la escasez en otros. Y en este sentido apuntaba que la causa de la anomala social radica-ba en el desconocimiento de la constitucin natural providencial-9 eco-nmica de la sociedad y la torpe influencia de ciertas ideas contrarias a dicha constitucin. Para Concha la desigualdad econmica era el orden natural providencial de la sociedad y por tanto el desorden pro-vendra de la pretensin de aplicar la igualdad a la economa y socie-dad. Aclaraba que por encima de las formas de gobierno est el orden natural providencial de la riqueza. De este modo no exista contra-posicin alguna entre la igualdad poltica y la desigualdad econmica. Este elemento se ubicara en la base del problema como causa prime-ra. Sin embargo, entraban a jugar un rol importante cuestiones tales como a) "la formacin de una clase social que se asla, que se pertrecha de ideas para resistir a la clase rica..." b) la propaganda de ideas democr-ticas y socialistas que haban modificado profundamente la mentalidad, 9 Queremos hacer hincapi en el concepto de orden "natural" que posee Concha, ya que de alguna manera ello nos habla de su legitimacin en el poder y, por tanto, de la lgica con que ven la "cuestin social". 134El pensamiento frente a la cuestin social en Chile las aspiraciones y los sentimientos de la pobreza y por ltimo c) la in-fluencia que haba ejercido la escuela clsica y la industrializacin misma en el sentido que la relacin patrn-obrero se haba ido transformando: el pueblo planteaba reivindicaciones no ya a un patrn personaliza-do, sino a un sujeto ajeno que estaba al frente de la empresa, lo que constitua una accin reivindicativa contra un grupo, contra una clase. Ello provocaba que una cuestin industrial se transformara en una "cues-tin social", en la que la sociedad toda se vea comprometida a actuar. Y el cmo, Concha nos lo propondr en los "remedios" que sugiere. Las soluciones de Concha Antes que nada nuestro autor reiteraba la ineficacia de la escuela clsica para enfrentar los problemas que aquejaban a nuestra sociedad. Ese or den, esa armona social que nos ofreca la escuela clsica dice Concha no se haba conseguido con la libertad de que haba gozado la humanidad. Las soluciones no deban inspirarse en un inters pri-vado; haba que extirpar la escuela clsica aade, pues todo en ella implicaba una tendencia individualista, no estando subordinada la li-bertad por el freno de la conciencia moral-social del individuo. En otro sentido, la crtica a la escuela liberal apuntaba a la prdida del poder de la clase para irradiar hacia la sociedad toda su esquema de valores, es decir apuntaba a la prdida de hegemona. La fuente de inspiracin para solucionar los problemas sociales esta-ba para Concha en una ciencia prctica que perteneca al grupo de cien-cias morales y sociales que dieran una norma de accin a los individuos y a las sociedades conforme a la dignidad, a la justicia y a la caridad cristianas. Era en el orden social cristiano donde se armonizaban los problemas originados por la Riqueza. Y cmo?: por la obra de las dife-rentes clases sociales y de sus individuos que cumplan con los deberes que su condicin les impone y que respeten los derechos que a unos y otros les corresponden. La riqueza tena deberes que cumplir inspirada en la fe catlica: si quera conservar su influencia legtima sobre el pue-blo nos dice Concha deba acercarse a ste, ilustrarlo, obrar con respeto, justicia y caridad. Como derechos tena los de la autoridad y responsabilidad. La pobreza por su parte, acota Concha, deba obe-diencia en virtud de un hecho natural providencial econmico, acep-tar la condicin en que naci, respeto por el Estado, la riqueza, la sociedad, la familia. Posea el derecho a una organizacin obrera sana, el derecho a ser respetado y a solicitar reformas y una legislacin a su favor. Este 135 El pensamiento chileno en el siglo XX reparto ciertamente ubica como eje central a la clase dirigente, neutrali-zado por aquello de "deberes de todos los individuos de esta socie-dad". Finalmente converga en legitimar su escala valrica. Por otra parte no era el Estado ni las leyes por s solas las que podran solucionar los problemas, aun cuando podan transformarse en instrumentos impor-tantes, dice Concha, descompresores de la tensin, decimos nosotros. Para terminar con este autor, pensamos que son muchas las conclu-siones que se podran desprender de la interpretacin que Concha nos entrega sobre el fenmeno que nos interesa; sin embargo, creemos que son fciles de ubicar dado el ordenamiento que le dimos a su anlisis. Es por esto que, en forma muy global, resumimos en dos coordenadas bsicas su pensamiento doctrinario, a saber, 1. Queda de manifiesto la inser-cin de nuestro autor en una lnea conservadora-catlica; destacndose en su anlisis el rol insoslayable que asigna la formacin catlica de las conciencias como forma concreta de abordar el problema por el cual atraviesa nuestra sociedad. 2 . El papel protagnico que asigna al indivi-duo y en particular a los miembros de la clase dirigente, como se ve a la hora de asignar derechos y deberes para enfrentar con xito los desafos que le presenta la realidad. Ciertamente asigna un rola de preeminencia a la clase dirigente en la medida que est ubicada naturalmente (providencialmente) dir l en una situacin de holgura y comodi-dad; en una situacin de ilustracin y cultura. Desde el punto de vista social, Concha consecuente con su grupo, defiende un sistema que es necesario readecuar por lo imperioso que es su vigencia: critica la escuela liberal clsica como doctrina que lo debili-ta; critica tambin a los obreros que han olvidado sus deberes; critica a la clase dirigente y la llama a reasumir su legtimo rol y propone la le-gislacin obrera. Valentn Letelier y la cuestin social Al comenzar el siglo XX, el radicalismo estaba experimentando un cam-bio importante en sus planteamientos ideolgicos que se expres en las resoluciones de la Convencin de 1906 . El liberalismo e individualismo extremo que caracterizaron al Partido Radical desde su fundacin, fue atenuado y se le asign mayor relevancia al Estado. Junto a ello se mos-tr mayor preocupacin por la situacin de los trabajadores. Las nuevas realidades sociales como, por ejemplo, el aumento del proletariado y la importancia creciente de los sectores medios, junto con la influencia de corrientes europeas ms estatistas, contribuyeron decisivamente a 136El pensamiento frente a la cuestin social en Chile esta transformacin. El principal gestor de estos cambios fue Valentn Letelier. El poltico y educador se enfrent en la Convencin con el ms des-collante representante del individualismo y de la lnea tradicional del radicalismo: Enrique MacIver. Ese mismo ao Letelier escribi su ensa-yo "Los pobres", en el cual influido por su estancia en Alemania, eviden-ciaba su admiracin por el fundador del positivismo Augusto Comte y en materia social se mostraba partidario de un socialismo tem-perado, sin colectivizacin ni lucha de clases. Para Valentn Letelier el surgimiento de la lucha de clases y la fer-mentacin social eran males producidos por el abandono de los po-bres a su propia suerte; "es ya tiempo de reaccionar contra esta poltica egosta que obliga a los pobres a organizarse en las filas hostiles frente al resto de la sociedad. Slo el abandono en que hemos dejado los inte-reses populares puede explicar la singular anomala de que en el seno de nuestras sociedades igualitarias se estn dando la lucha de clases, fata-les para el funcionamiento regular de la verdadera democracia".1 Pero la lucha de clases y la formacin de partidos obreros no se poda, a jui-cio de Letelier, aplacar con la persecucin sino se deba ir a sus causas. "Con la suspensin de sus diarios, con la disolucin de sus corporacio-nes, con la prohibicin de sus reuniones, con el encarcelamiento de sus caudillos, no se ha conseguido ms que enardecer y aumentar los proslitos del pueblo".'1 Como se advierte, Letelier situaba como anomala del sis-tema democrtico que deba funcionar, la fermentacin popular. Y que en este sentido, en tanto anomala, era preciso detenerla. Ambos ele-mentos convergen para expresarnos que Letelier se sita dentro de la defensa del sistema liberal democrtico, mas no de un individualismo acrrimo, el cual haba mostrado ser peligroso desde el momento que haba permitido el "abandono de los pobres". La "cuestin social", era, pues, la situacin provocada por este abandono, consecuencia a su vez de la poltica ya descrita. "En efecto que es lo que necesitan los grandes para explotar a los pequeos, los fuertes a los dbiles, los empresarios a los obreros, los hacendados a los inquilinos, los ricos a los pobres: liber-tad y nada ms que libertad, o sea la garanta de que el Estado no inter-vendr en la lucha por la existencia para alterar el resultado final en favor de los desvalidos"? Desechaba de plano la poltica de laissez- I Valentn Letelier, "Los pobres" en Hernn Godoy,Estructura social de Chile,Editorial Uni-versitaria, Santiago, 1971. 11Ibdem. 12 Ibdem. 137 El pensamiento chileno en el siglo XX faire, "... como doctrina econmica es una antigualla cuya moda ha pasa-do hace aos, y como doctrina poltica es un absurdo, es la negacin del gobierno"?' Lo que Letelier propona para enfrentar la "cuestin social" era la gestin de un Estado activo, fuerte y protector, a diferencia de la co-rriente conservadora-catlica que en estas materias el rol prioritario lo asignaba a la clase dirigente y a diferencia, tambin, de los demcratas y socialistas cuyo eje era el pueblo o la clase trabajadora. Letelier expresa-ba que el elemento clave para superar la situacin era el Estado; los proletarios requeran de la proteccin del Estado para luchar en un pla-no de igualdad con los ms fuertes de la sociedad. Propiciaba, entonces, la legislacin obrera y la intervencin ms directa del Estado entre las relaciones obrero-patrn. Letelier fue uno de esos hombres que intuy que la forma de evitar los conflictos de clases lesivos para el sistema que l defenda, era legislando y apoyando las aspiraciones proletarias que fuesen legtimas "...proveer a las necesidades de los desvalidos es mo-ver las causas del descontento, es acabar con el socialismo revoluciona-rio, es hacer poltica cientficamente conservadora".14Era tal la magnitud de la "cuestin social", que invada mltiples m-bitos. Al interior del radicalismo se vivi un quiebre, protagonizado por Letelier y Maclver. Las posiciones que se enfrentaron en la Conven-cin de 1906 , expresaron una diferencia de perspectivas que seala-ban el cambio que se experimentaba en las mentalidades a comienzos de este siglo. Mientras para Maclver los problemas fundamentales de Chile eran de ndole moral y el radicalismo deba continuar con su ideo-loga liberal sin incorporar normas de regulacin sobre las cuestiones sociales, para l inexistentes; para Letelier era precisamente en stas donde se encontraba la raz de las dificultades de la poca. Finalmente, triunf la posicin de Letelier y la hizo suya el Partido Radical?' El pensamiento de este autor respecto de la "cuestin social", lo hemos insinuado ya, no era socialista. No propugnaba ningn sistema de colec-tivizacin y rechazaba la lucha de clases como una anomala provocada por el rgimen liberal clsico, no como una consecuencia fatal del desa-rrollo social. Rechazaba tambin toda violencia en los cambios sociales y econmicos y defenda, en el plano poltico, el sistema democrtico re-presentativo en s mismo y no slo como un estadio necesario para 1' Ibdem. 14Ibdem. 15 Convencin del Partido Radical de 1906en Enrique Vera Riquelme,Evolucin del radicalis-mo,Santiago, 194 3. 138 El pensamiento frente a la cuestin social en chile alcanzar otro superior. En el fondo era un programa de justicia social, que rechazaba al liberalismo en lo que ste tena de insensible fren-te a la suerte de los proletarios y exiga al Estado intervenir en favor de los desvalidos. Se mantena al interior del sistema, llamando a hacer los cambios necesarios. Alejandro Venegas y Nicols Palacios De otros sectores tambin brotaron voces de alerta respecto de la "cuestin social". A comienzos del siglo XX surgi un grupo de inte-lectuales que por su origen y tipo de educacin no se identificaba con los sectores tradicionales. Vinculados a la docencia, a la medicina y otras profesiones, sus posturas eran abiertamente crticas del sistema poltico y social imperante especialmente eran crticos de la clase en manos de la cual estaba la direccin del pas. Postulaban la necesidad de resca-tar lo autctono y nacional en contraposicin con el gusto por lo extran-jero, "europeo", propio de las clases tradicionales. Por otra parte, sensibilizados frente a la realidad social planteaban la imperiosa ne-cesidad de reformas. Asimismo consideraban anacrnico continuar las disputas doctrinarias de la centuria anterior ante las nuevas urgen-cias sociales. Eran grupos de clase media que por primera vez se plantearon en oposicin a la clase dirigente, diferencindose de sta en muchos pla-nos. Un elemento que estaba en la base de esta oposicin fue el carcter profesional que le otorgaban a su labor intelectual, la autonoma de la misma y la especializacin que adquiri. El intelectual decimonnico tradicional se caracteriz por concentrar en su trabajo el campo poltico y cultura1.16 Las preocupaciones de este grupo no se limitaban al terreno poltico; abarcaban tambin los mbitos sociales y culturales, y por tanto las soluciones propuestas seguan tambin estas lneas. Muchos nacionalistas, como ya mencionramos, estaban vinculados a la educacin como Tancredo Pinochet, Ismael Valds Vergara, Francisco Antonio Encina, Alejandro Venegas (Valds Canje), entre otros. De los nacionalistas hemos escogido a dos de ellos: Venegas y Pala-cios. El primero en virtud de la resonancia nacional que tuvo su voz y en el caso de Palacios, debido a que por una parte tuvo sensibilidad hacia 16Jos Joaqun Brunner y Gonzalo Cataln,Cinco estudios sobre cultura y sociedad,Flacso, Santiago, 1981, pp. 72 -73. 139 El pensamiento chileno en el siglo XX los problemas sociales que aquejaron a Chile por los aos novecientos; y por otra, en razn de la explicacin antropolgica o racial que dio al fenmeno. Alejandro Venegas (Valds Canje) Alejandro Venegas perteneci a la primera generacin de educadores que sali del Instituto Pedaggico de la U. de Chile en el ao 1893. Sus padres fueron comerciantes de Melipilla y se educ en el Instituto Na-cional donde se contact con el pensamiento laico y positivista de la poca. Sus obras fundamentales fueron dos: Cartas al Ecmo. Sr. Don Pedro Montt sobre la crisis moral de Chile y sus relaciones con el problema econmico de la conversin metlica, 1909 ySinceridad: Chile ntimo en 1910, 1910. Para este autor el problema social, como llamaba a la "cuestin so-cial", tena un aspecto moral fundamental. Se refera a la situacin del pas como de "aguda dolencia moral". En su anlisis deja entrever una cierta aoranza de la vida y costumbres del pasado, del Chile ante-rior a la guerra del Pacfico, aoranza que se combinaba con su fe en el progreso de los pueblos, que, a su juicio, se habra estancado en algn momento en nuestro pas. En el plano de la organizacin social esto se expresaba en la separa-cin total de las clases. "La impresin ms viva que recibe el viajero observador al estudiar nuestra organizacin social, es la que le produce el contraste entre la gente adinerada y la clase trabajadora; porque en Chile hay slo dos clases sociales, ricos y pobres, esto es, explotadores y explotados..."17se era, segn nuestro autor, el aspecto econmico del problema social; la existencia de una gran riqueza frente a una gran po-breza. Esta realidad contrastaba para Venegas, con el pasado; y esta aoranza de aquellos tiempos conllevaba implcita una crtica al sis-tema liberal que en la vigencia de la ley de la selva, daba por resultado el alejamiento de las clases en un ambiente odioso y hostil. Su crtica se concentraba en la clase dirigente; en ella se plasmaba la pudricin de nuestra sociedad: "La aristocracia chilena est fundada casi exclusivamente sobre la riqueza: dineros son calidad, y de aqu nacen sus mayores inconvenientes. Se tienen en .estimacin todos los medios para acumular riqueza, casi sin limitacin alguna; y si la sociedad mira 17 Alejandro Venegas (Dr. Valds Canje),Sinceridad: Chile ntimo en 1910,Imprenta Universi-taria, Santiago, 1910, pp. 2 04 -2 05. 14 0 El pensamiento frente a la cuestin social en Chile con desprecio a uno de sus miembros por haber ido a parar a la crcel por una estafa o una prevaricacin, no es por su falta de moralidad si-no por su torpeza. Se estima y considera el talento, la cultura cientfica y literaria, los ttulos universitarios, en cuanto pueden contribuir a allanar el camino que lleva a la adquisicin de bienes de fortuna".18 Esta situacin que se haba ido exacerbando, tornaba amenazante la realidad, cuestin que pasaba inadvertida a los ojos de nuestra clase dirigente, lo que haca an ms complejo el problema. Venegas expresa-ba: "Pero es necesario abrir los ojos para remediar los males que de un momento a otro pueden producir una catstrofe. Si vos pudierais dejar por unos das los palacios y descender a los conventillos de las ciudades, a los ranchos de los inquilinos, a las viviendas de los mineros o a los campamentos de las salitreras vuestro corazn se enternecera y vuestro rostro se enrojecera al ver la vida inhumana que llevan las 3/4partes de vuestros conciudadanos".19Vemos, pues, un llamado a la clase diri-gente dirige cartas al Presidente de la Repblica es decir, una bs-queda de soluciones por la va de plantear los problemas con miras a implementar las reformas y leyes laborales pertinentes. Venegas mani-festaba, por consiguiente una confianza en el gobernante, quien a su juicio deba tomar las medidas del caso para cambiar la situacin. Asi-mismo, revelaba la urgencia de actuar para prevenir la catstrofe, con lo cual se ubicaba ciertamente entre aquellos que teman el desarrollo de un conflicto social y solicitaban de la autoridad una gestin preventiva y de read ecuacin. Para el autor el problema social estaba pronto a convertirse en un incendio que devorara a la sociedad entera. "Y Ay de nosotros, Seor [Monttj el da en que estas tropas de carneros hoy, que tan duramente empleamos en nuestro provecho, se conviertan en leones, comprendien-do que as como tienen derecho al aire que les da su oxgeno para ali-mentar en sus pulmones tambin lo tienen a la tierra que da los productos que alimenta la vida en sus estmagos!"2 Adverta, entonces, de los peligros que importaba mantener por ms tiempo aquella situacin. La causa de los conflictos sociales, apuntaba, haba que buscarla en la situacin postergada de los trabajadores, y por tanto las ideologas revolucionarias que en ellos prendan, que Venegas no comparta, eran el fruto precisamente de sus denigrantes condiciones 18dem,p.2 05. 19 dem,pp.2 19-2 2 0. 2 0 dem,p.2 4 0. 14 1 El pensamiento chileno en el siglo XX de vida. Era, pues, hora de actuar. "Parece, Seor [Montt] que hubiera empeo en producir en nuestra patria los dolorosos trastornos que se han visto en otros pases y que todos los gobiernos discretos tra-tan de evitar. Todos los oligarcas, todos los explotadores tiemblan ante el solo nombre del anarquismo, y sin embargo no slo no se piensa en prevenir, sino que se le busca y se le provoca. El anarquismo es el fruto del hambre, del fro, de la miseria, de la ignorancia y de la abyeccin que ya tiene desesperados a los ms, a causa de la codicia, la rapia y la inhumanidad de los menos..." 2 1 Por tanto, los remedios deban apuntar a las causas, ya menciona-das, del fenmeno. No manifestaba confianza en los partidos polticos los cuales, a su juicio, no se haban preocupado de los problemas del pueblo. Tampoco la accin de la Iglesia Catlica le mereca confianza alguna. Era el Estado quien deba resolver la situacin, estableciendo en primer lugar una calidad digna de vida, ajena a la descomposicin actual rememorando as un pasado aorado. Sobre este terreno la educacin, elemento tomado con fervor por los nacionalistas, podra operar cose-chando maravillosos frutos. Es decir, eran los problemas econmicos la base de los conflictos sociales y hacia stos deban dirigirse las refor-mas: limitacin de las horas de trabajo; regulacin de la jornada laboral de mujeres y nios; justicia en las relaciones patrn-obrero; habitacin para trabajadores, etc. "El ideal del gobernante debe ser conseguir la felicidad de su pueblo y sta no se alcanza sino libertando a todos los ciudadanos de la esclavitud econmica en que le tienen las leyes que hoy rigen a la sociedad, y de la esclavitud moral a que lo tiene condenado la ignorancia".2 2Destacando sus proposiciones esenciales, es necesario repetir que Venegas confiaba, principalmente, en dos elementos para superar los problemas sociales: el Estado, por una parte, el que deba llevar a efecto las reformas econmicas y laborales y por otra, la educacin que ayuda-ra a superar el problema moral. Ahora bien, desde el punto de vista ideolgico vemos en este autor la influencia del positivismo que cree en la accin del Estado junto a una postura ilustrada, en la que el proceso educativo llevara a la felicidad de los hombres. Subyace en Venegas una fuerte y descarnada crtica a la oligarqua y su gestin en el gobierno, propiciando una readecuacin de ste sin op-tar por un rupturismo. 2 1 dem,pp. 2 39-2 4 0. 22.dem,p. 2 4 9. 14 2El pensamiento frente a la cuestin social en Chile Nicols Palacios Nicols Palacios era hijo de un agricultor de Colchagua; desde joven se interes por el estudio social y se recibi de mdico en el ao 1890. Un hecho que lo impact profundamente fue su participacin en la Guerra del Pacfico. Su pensamiento recibi las influencias de Bilbao, Barros Arana, Manuel Antonio Matta, Jos Victorino Lastarria, y otros libe-rales y positivistas de la poca. La lectura de Darwin y de algunos au-tores racistas europeos, termin por configurar su ideario. Su obra fue Raza chilena,compilacin de artculos diversos aparecidos en Valparaso en 1904y una serie de columnas enEl Chileno,en razn de la huelga y masacre de Santa Mara de Iquique, publicados en 1908. Palacios fue un defensor del "pueblo chileno", al que haba conoci-do luchando en la Guerra y trabajando en las salitreras, donde actu como mdico. Este pueblo, "el roto", era el grupo social en que se man-tena ms pura la raza goda, venida de Europa, mezclada con una raza similar por sus valores guerreros y patriarcales: el pueblo araucano. Esta composicin tnica le daba al bajo pueblo grandes condiciones na-turales para la guerra y, para la industria, posea "poder vital de primer orden". En cambio la aristocracia, infiltrada por elementos latinos, era dbil e inferior. Sin referirse explcitamente a la "cuestin social", su concepcin al respecto se puede deducir de toda su defensa del pueblo. Este era el "gran hurfano", "dolorosamente penetrado de su aislamiento, de su abandono, de su orfandad con madrastra (la oligarqua)". Y este pue-blo abandonado deba entonces buscar otra direccin; por eso se asocia, //...por eso roba algunas horas a su descanso para dedicarlas a organi-zarse, a educarse en poltica, a buscar jefes leales y patriotas, a leer, atento, grave, silencioso; por eso concentra sus fuerzas, modera sus pa-siones, economiza sus energas, presiente con su instinto maravilloso...que ha de llegar el da en que pesarn sobre su conciencia grandes responsa-bilidades y se prepara para aceptarlas y merecerlas".2 3 Esta imagen contrasta con el cuadro que el autor hace de la aristocra-cia, cuyas seales de decadencia moral las encuentra en todas las mani-festaciones, desde la prdida del espritu masculino hasta la moda de la lectura de poesas erticas. Esta decadencia se deba al influjo latino y sus valores o antivalores de pacifismo, universalismo, anarquismo y so-cialismo. Estos elementos eran para el autor extraos al alma nacional fundamentalmente: guerrera y patritica. Citado por G. Vial, op. cit.,p. 92 3. 143 El pensamiento chileno en el siglo XX El pueblo haba quedado solo, haba sido abandonado por la clase dirigente y por ello viva un periodo de malestar social. sta era la "cues-tin social": la situacin de abandono y postergacin del pueblo, ante lo cual haba recurrido a otros dirigentes. Los gobernantes, expresaba Palacios, no vean lo que l reconoca, es decir: "que en el pueblo se opera a la fecha con grande energa y. premura un despertar de su con-ciencia poltica y social que es uno de los fenmenos siclogos ms inte-resantes de nuestra poca y que la historia anotar con cuidado porque tendr, de seguro, una importancia grandsima en el desarrollo de los acontecimientos por venir".2 4Esta claridad para percibir los problemas sociales, se dilua, en Pala-cios en el momento de encontrar soluciones. Sin embargo postulaba dos tipos de proposiciones que se insertan en un marco antropolgico y po-sitivista. Por una parte se deba detener la inmigracin de extranjeros al pas; en este sentido deba haber una seleccin para impedir que se per-diera la raza propiamente chilena. Esta raza que an, a juicio de Palacios, senta, cierto desprecio por el comercio y la industria, tpica actitud de un pueblo guerrero, poda adquirir estas habilidades con el tiempo. De sta se derivaba la otra proposicin que posea un carcter moral; fomentar los sentimientos de Patria y Honor que a su vez se constituan en las bases fundamentales sobre las cuales se deba sembrar las semillas de la educacin. Sin embargo, ms al fondo de esta base Palacios situaba lo que denominaba la seleccin [racial]. "La humanidad tuvo segura-mente pueblos felices y esclarecidos gobernantes antes de que se inven-tara la escritura. Demos pues a la seleccin el lugar preferente que le corresponde, y ayudmosla con todos los medios a nuestro alcance, el ms poderoso de los cuales es la instruccin en todas sus formas".2 5 Pro-pona, asimismo, una serie de medidas concretas orientadas ms bien a aliviar las condiciones de trabajo existentes a la sazn en el salitre, don-de era evidente la accin perniciosa para el pueblo por parte de los ex-tranjeros que lo explotaban. Palacios se mantena, a la luz de los elementos que hemos trazado, dentro de una lnea positivista cientfica, que buscaba mediante la ins-truccin y la implementacin de medidas pragmticas superar los pro-blemas sociales, vistos como nacionales. Por otra parte, aade su visin antropolgica como elemento explicativo de la situacin chilena. Las soluciones por l propuestas, se insertan ms bien en una perspectiva Nicols Palacios,Raza chilena, libro escrito por un chileno y para los chilenos,Valparaso, 1904 , p. 2 75. 2 5 dem,p. 74 0. 14 4El pensamiento frente a la cuestin social en Chile socio-cultural y no poltica. Es por ello que su pensamiento presenta ciertas coincidencias con otros autores ya vistos. Por una parte opi-naba que el abandono en que se encontraba el pueblo, era consecuencia de un descuido de la clase dirigente y por tanto subyaca en su pensa-miento una crtica al sistema liberal. De otra parte, el sentimiento nacio-nalista y su fe en la ilustracin de los pueblos, lo acerca a Venegas. Ambos crticos y reformistas pero no rupturistas. Malaquas Concha El 2 0 de noviembre de 1887 se fund el Partido Demcrata, dirigido por Malaquas Concha. (Nacido en Loncomilla el 6de abril de 1859, Concha se recibi de abogado en 1880. Lleg a la Cmara de Diputados en 1900 y muri 2 2arios ms tarde). Esta colectividad, en lneas generales pro-pona, como objetivo central la "emancipacin poltica, social y econmi-ca del pueblo", cuestin que por lo dems venan planteando, desde algn tiempo jvenes de avanzada al interior del Partido Radical. Como ste no respondiera frente a las mencionadas inquietudes, estos jvenes decidieron abandonar el radicalismo para formar el nuevo partido. Se constitua as en el primero que postulaba la preocupacin por la situa-cin de los trabajadores, como una cuestin esencial. En sus filas, ade-ms, se formaron los primeros dirigentes, que a su vez se encargaron de mostrar, frente a la sociedad, los nuevos problemas que aquejaban a los ms desposedos. Los planteamientos del nuevo partido eran de corte democrtico-socialista y con ntido sesgo colectivista. Por otra parte expresaban que los problemas que envolvan a la clase trabajadora no seran resueltos ni por el Estado en su forma actual ni por las clases altas sino por la accin del pueblo mismo. Ello, por cierto, al interior de algunas de las estructuras imperantes pero depuradas de sus vicios. En este sentido acudieron a las armas en bsqueda del poder poltico para lograr a travs del Estado y las leyes, los cambios a los cuales aspiraban. Ma-nifestaban por tanto fe en la lucha poltica y electoral como una he-rramienta vlida para renovar la sociedad. Y es precisamente en este sentido y en esta mirada renovadora, cuestin sobre la que nos deten-dremos ms adelante, donde mostraron al pas su afinidad con el idea-rio socialista. No en vano el propio Malaquas Concha reconoci haber tomado las mejores disposiciones de los postulados socialistas belga y alemn para redactar los principios del Partido Demcrata chileno con- 14 5 El pensamiento chileno en el siglo XX tenidos en el Programa de la democracia." De los trabajos escritos por Con-cha y teniendo en cuenta, adems, su participacin en la Cmara de Diputados, es quizs ste, el Programa de la democracia el texto que ms elementos nos entrega para poder configurar el pensamiento de Concha frente a la "cuestin social". De acuerdo a lo manifestado por este autor, el problema de la "cues-tin social" (aunque no la mencionaba en estos trminos) radicaba en la desigualdad de fortunas y la opresin que de ella naca, vale decir y en palabras de Concha, "a la lucha entre el capital y el trabajo". Estos ele-mentos se constituan a su vez en un obstculo para el afianzamiento de la democracia. Es, a la luz de esta perspectiva, que los demcratas se ubi-can frente y no en el sistema poltico imperante. Concha expresaba que si bien la sociedad moderna reconoca la liber-tad poltica y la igualdad de derechos, elevando a los individuos a la calidad de ciudadanos, les reduca a la miserable condicin de proleta-rios debido a la perniciosa organizacin econmica. Es decir, la organi-zacin de la sociedad estaba planteada en trminos que no permitan el desarrollo de los derechos de todos sus individuos; en otras palabras la sociedad requera, al menos, de un planteamiento distinto, lo que no es exactamente y dista mucho de serlo, una postura reformista aunque desde alguna perspectiva as lo parezca, como ya veremos ms adelante. Si bien para Concha los problemas por los que atravesaba el pueblo se encontraban en la base misma de la organizacin del pas (lase la Independencia), y por tanto ajenos a su responsabilidad en trminos generales, no es menos cierto que el mismo pueblo haba contribuido a su desarrollo pues, "...no ha sabido comprender, mucho menos ejercitar este noble atributo de la soberana que radica en sus manos la genera-cin de todos los poderes pblicos y, por tanto, los medios de alcanzar su bienestar y felicidad"Y Le faltaba, a juicio de Concha, una mayor ilustracin, y desesclavizarse de la fe [religiosa] que lo tena atado. Ha-ba llegado a un nivel de corrupcin tal, que hastiado de las luchas pol-ticas y desesperanzado, se entregaba a la especulacin o simplemente, en un estado de abulia, terminaba por desinteresarse por los problemas nacionales y propios. Con lo cual quedaba de manifiesto la responsabili-dad de un sector de la sociedad que insertaba a la clase trabajadora en una marginalidad, la que a su vez se transformaba en un crculo vi- 2 6 "El programa demcrata",La democracia, Santiago, 14-10-1900.Artculo firmado por Navor Tomso. Al parecer se trata, invirtiendo sus letras, de (Vctor) Soto Romn, hojalatero y afinador de acordeones; uno de los primeros artesanos demcratas en escribir un folleto sobre el descontento popular tituladoLa cuestin social. 2 7 Malaquas Concha, El programa de la democracia,Imprenta Siglo XX, Santiago, 1905. 14 6El pensamiento frente a la cuestin social en Chile cioso del cual era imperioso salir. Y slo por la accin del pueblo ilustra-do y consciente sera posible. De all que el Partido Demcrata y en el caso que nos interesa, Concha redactr de su programa se aboc a plantear ideas y ta-reas concretas, en el marco de una transformacin global del sistema poltico, social y econmico imperante. Las soluciones que aplicaba el gobierno frente al descontento popu-lar, contaban con la completa desaprobacin de Concha. ste, en la C-mara de Diputados en reiteradas ocasiones plante la necesidad de reformar, la urgencia de una legislacin social, en otras palabras propo-na una nueva mirada de los problemas que se presentaban. Asimismo, la aplicacin de la fuerza, por parte del gobierno, la consideraba ilegti-ma. Frente a los sucesos de octubre de 1905, deca "...no es ste el modo de conservar el orden, el respeto a las instituciones y la solidaridad social que debe reinar en todo el pas"." No era se el modo!; ello irrita-ba y podra ocasionar el desborde de las clases trabajadoras. Concha propona la libertad inexistente a la sazn como remedio mejor que la represin. Por otra parte, en reiteradas ocasiones tambin enfrent a la Cmara pidiendo justicia en la dictacin y aplicacin de las leyes, ya que a su juicio stos solo expresaban los intereses de los dueos de la propiedad dentro de la sociedad. No estaban, por tanto, presentes all los intereses que los demcratas defendan. Concha alertaba: cuan-do el pueblo gema, el poder se rodeaba de ms y ms fuerza. Ello, por cierto, no contribua a "la pacificacin social". Y continuaba, que por es-to el Partido Demcrata actuaba al amparo de la ley, como un espacio importante de emplear para alcanzar la mencionada paz y por tratarse de los representantes de los oprimidos, que no aspiraban a la violencia para alcanzar sus objetivos. Sus aspiraciones apuntaban a que el pueblo accediera al poder (Estado), cuestin que importaba diferencias sus-tanciales con las perspectivas ya vistas en la medida que una nueva clase se converta en protagonista. Pero por otra parte distaba de las proposi-ciones de Recabarren, como veremos ms adelante. Si bien las proposiciones preconizadas aspiraban a verse realizadas a travs de una va pacfica, no es menos cierto que importaban una accin y un nivel de cambios que distaban del reformismo. El hecho de que se incluyera de lleno a un nuevo actor social: la clase trabajadora y que sus aspiraciones entraran en un contexto igualitario y de emancipacin los situaba definitivamente fuera y en ocasiones en contra de reglas del 2 8 Cmara de Diputados,Boletn de Sesiones Ordinarias y Extraordinarias de la Cmara de Diputados,Santiago, 1899-1908. 14 7 El pensamiento chileno en el siglo XX juego establecidas durante el parlamentarismo. La huelga, el mitin, la conferencia; la ilustracin y la organizacin eran prcticas reprimibles por el peligro que importaban. En el plano poltico se aspiraba a manejar al Estado como forma de alcanzar la igualdad ya no slo de derechos polticos, sino y de modo ms amplio, la igualdad econmica. En este sentido postulaba la supre-sin de los privilegios y prebendas ya tradicionales que no hacan sino ahondar el abismo entre el capital y el trabajo. Pero la libertad poltica, al decir de Concha, no se entenda sin un bienestar, el cual pasaba a ser indispensable para una efectiva indepen-dencia. Es por ello que expresaba que la democracia chilena deseaba la igualdad por la libertad de acceso al trabajo. Finalmente, planteaba la necesidad de abolir las prerrogativas socia-les fundadas en la nobleza de la sangre, antigedad de la familia y otras. As, la igualdad de los ciudadanos, sin otras distinciones que las debi-das al mrito, talento y servicios al bien pblico, se convertira en la justa medida de la libertad. Concha, por tanto, buscando la igualdad econmica, se situaba frente al sistema utilizando los instrumentos que ste otorgaba, pero para dar a los oprimidos mayores cuotas de poder, incorporndolo como actor social. Luis Emilio Recabarren S. Vinculado a la organizacin obrera estuvo el surgimiento de lderes que abrazaron y propagaron el ideario demcrata y socialista. De ellos vi-mos a Malaquas Concha y ahora nos proponemos estudiar el pensa-miento de Recabarren frente a la "cuestin social". Recabarren inici su trayectoria de luchador, orientando su labor a denunciar abusos y a proponer un nuevo estado de cosas, formando a la clase obrera. Hacia 1900 comenz participando en la prensa; posterior-mente en el norte asumi tambin labores en las mancomunales, en una campaa intensa en defensa de los intereses de los trabajadores. En 1906sali elegido diputado por Antofagasta pero la mayora de la Cmara termin por rechazar su eleccin. Posteriormente viaj a Buenos Aires y Europa, conociendo muy de cerca y recibiendo la influencia del pensa-miento socialista. Hacia el ao 10, con motivo del Centenario de la Re-pblica escribi su trabajo Ricos y pobres en un siglo de vida republicana, en el cual analiza la sociedad chilena de entonces llegando a un balance negativo. 14 8 El pensamiento frente a la cuestin social en chile Pensamos que un asunto central para Recabarren en estos aos fue la "cuestin social". Al respecto nos dice: "La cuestin social existe y toma forma en donde exista una agrupacin de hombres que aspire a la reforma del actual sistema social imperante en el mundo que ocasio-na la desigualdad y la injusticia social 'no es cuestin de estmago... con mejorar esta situacin se alivian las condiciones de vida, pero no se llega a solucionar la situacin de fondo; incluso expresa que las clases dirigen-tes resolvan estos asuntos' a su sabor y dentro del ambiente de ideas que viven".2 9 Queda ya de manifiesto que para Recabarren existen quie-nes apuntan a las soluciones parciales y desde su perspectiva, y por tan-to habra para l, dos maneras, al menos, expresadas en la sociedad para situar el problema, sobre lo que volveremos ms adelante. Con-tina en su texto del peridico La Claridaddiciendo que aunque esto sig-nificara alguna mejora, siempre los hombres se sentiran aprisionados, faltos de completa libertad, porque siempre se veran dentro de un crcu-lo que limitara sus aspiraciones. Es decir, insiste en su idea de un esque-ma valrico asfixiante para el pueblo cuyo trastorno y transformacin se constituan en la "cuestin social" como tal. Y este trastorno lo defina a partir de una situacin de agitacin. "...nace una agitacin de los de abajo que quieren desasirse de las ganas de la miseria, sedientos de justicia y de vida, contra los de arriba que en su egosmo se creen con derecho a encarcelar los goces de los pobres y encerrar sus raciones de vida, privndoles de sus derechos sin que exis-ta necesidad alguna para ello"" "... por esta lucha, digo, es que ha naci-do lo que hoy se llama cuestin social, pero que unos le aprecian de una manera y otros en forma muy diferente".31 Es de notar, ya lo mencion-bamos antes, que Recabarren distingui las posiciones esenciales frente a la "cuestin social"; posiciones divergentes a partir de realidades dife-rentes. Recabarren trazaba un recorrido. A partir de la miseria se iba gestando una efervescencia que desembocaba en el trastorno, el que iba a parar inevitablemente en la ruptura de los esquemas imperantes. Al referirse a la situacin de esclavitud, a la miseria y las mltiples secuelas y vicios que se haban desarrollado en el pueblo, las situaba en los albores de la Repblica (de all que para este autor el pueblo no tena nada que cele- 2 9 La cuestin social,La Claridad del Da,La Unin 2 74 1 y 04 -12de 1904 . Ambos artculos estn firmados por Recabarren. 3 Ibdem. 31Ibdem. 14 9 El pensamiento chileno en el siglo XX brar para el Centenario). En Ricos y pobres32 nos dice que la fecha gloriosa de la emancipacin no haba sonado an para el pueblo. Las clases popu-lares vivan todava esclavas, encadenadas en el orden poltico, con la ca-dena del cohecho, del fraude y la intervencin, que anulaba toda accin, toda expresin popular, y en el orden social, con la cadena de su ignorancia y de sus vicios, que les anulaban para ser consideradas tiles a la sociedad que vivimos. Chile era "una caricatura de libertad poltica" y sus instituciones no merecan respeto pblico, con lo cual Recabarren se radicalizaba an ms que Malaquas Concha al desestimar las instan-cias polticas, ante la carencia de libertad. Por otra parte, a juicio de Recabarren el progreso de este pas era un asunto importante para entender la "cuestin social". En las clases bajas no haba existido progreso alguno. En los sectores privilegiados, el pro-greso econmico se haba dado junto a una decadencia moral, y en este sentido Recabarren es otro autor ms que apunta a la decadencia de la clase dirigente, lo que implicaba de algn modo el fracaso de un tipo de sociedad. Se abran entonces, posibilidades de construir nuevos cami-nos. Finalmente, era al interior de los grupos medios donde, a costa de grandes sacrificios, se haba percibido algn progreso; pero sobre todo estos ltimos eran rescatables por cuanto era en ellos donde se haba palpado con mayor sensibilidad el orden de cosas existentes y de donde salieron los que lucharon por una sociedad mejor que la existente a la sazn. Y en este balance del progreso, Recabarren situaba pues, un elemento importante de la "cuestin social", a saber la desigualdad que contribua a ir cristalizando el proceso de descontento. El protagonista de la "cuestin social" para Recabarren era sin duda el pueblo. Expresa que fue ste quien en los orgenes de la Repblica les dio la libertad a los burgueses, reservndose para s la esclavitud. Y como corolario agrega, que el espritu de mezquindad y la falta de mo-ral, incapacit a la burguesa para estructurar una nacin grande. De all que, si en los primeros pasos se inhabilit al pueblo, dejndolo como esclavo, no deba extraar que en los inicios del siglo XX se prescindiera del mismo. Fue pues esta realidad, la que determin el caminar de un pueblo que para el centenario se mova en la corruptela engendrada por la burguesa. As, las clases inferiores no tuvieron un desarrollo sino al margen de la sociedad. Sin educacin ni moralidad suficientes, sin criterio poltico alguno no supieron comprender el valor de la democracia. Y, al decir de 32L. Emilio Recabarren S., "Ricos y pobres a travs de un siglo de vida republicana", en: Obras selectas,Julio Csar Jobet y otros, Quimant, Santiago, 1971. 150 El pensamiento frente a la cuestin social en Chile Recabarren, lo que hicieron al mantenerse en calidad de esclavos fue fortalecer la perspectiva burguesa que "hizo mirar a los dems hombres como seres inferiores destinados por la naturaleza a su servicio".33 La Repblica naci con ideas d,emocrticas, pero en la prctica supervivi el espritu oligrquico. Y el pueblo viviendo una situacin deplorable, se desarroll sin un espacio dentro de la sociedad; no caba dentro de aque-lla realidad. Es por ello que para Recabarren, las soluciones a la "cues-tin social" tambin como sus orgenes, tendran su punto de partida en el pueblo. Recabarren pensaba que la ruta a seguir deba comenzar, como de hecho ya iba ocurriendo, por las iniciativas que apuntaban bsicamente a la organizacin e ilustracin. Pero todo ello como pasos para avanzar hacia "...la reforma completa de este estado social lleno de injusticias, crmenes...".34 Por ahora, agregaba, se ir avanzando hacia el progreso moral de tal manera que ste eleve el grado de valor y de dignidad de los seres que forman esta comunidad hasta llegar a la perfeccin. Y el cambio no se operara por la accin de la burguesa sino por el proleta-riado "que empuja la accin de la sociedad" y aunque se viva en un estado de esclavitud el pueblo posea "el espritu regenerador de los pueblos".35 En sntesis, el pensamiento de Recabarren acerca de la "cuestin social" reposa sobre ciertas coordenadas bsicas. Su anlisis devela influencias ilustradas y marxistas para la comprensin de la realidad y, en particular, para el fenmeno que nos interesa. Expresa lo irreconcilia-ble que son los proyectos burgus y proletario. Ello implica desconfian-za en un espritu reformador porque sirve, finalmente, para otra clase distinta de la trabajadora. Y ve slo en la accin del proletariado el mo-tor de la sociedad. sta es ya la ruptura total; ya que es el pueblo quien debe gobernar, despojando a la clase dirigente de su sitial y reempla-zndola en ste, valindose de todos los medios que sirvan a este obje-tivo dentro o fuera del sistema. Conclusiones A travs de los autores escogidos hemos querido mostrar diferentes posiciones que analizaron la "cuestin social", sus races y algunas solu-ciones propuestas. 33 Ibdem. Ibdem. 35 Ibdem. 151 El pensamiento chileno en el siglo XX Ahora bien, al interior de quienes pensaron que ella existi en Chile, se advierten tres lneas generales al momento de situarla y buscar sus orgenes. Y estas tres lneas las definimos, en lo esencial, a partir del elemento que fue situado en la base del fenmeno. En primer lugar tenemos la lnea conservadora-catlica representada por Enrique Concha Subercaseaux, la cual sita a los individuos que pertenecen al estamento dirigente como eje pivotal de la "cuestin social". En segundo trmino, ubicamos la l-nea radical y nacionalista, representada por Valentn Letelier, Alejandro Venegas y Nicols Palacios, la cual agrupa al Estado y las leyes sociales en la coordenada central y, por ltimo, la lnea, demcrata-socialista, representada por Malaquas Concha y L. Emilio Recabarren, que ubi-ca al pueblo, al sector marginal de esta sociedad, como el punto central de donde emerge y se proyecta la "cuestin social". Sin embargo, estas lneas se desdibujaban a la hora de plantear soluciones. As, creemos que tanto la lnea conservadora-catlica como la radical y nacionalista estructuran sus proposiciones sobre la base de cambios, reformas y legislacin pero siempre al interior del sistema imperante. Ambas se abocan a soluciones que concluyan con el peligro de la "cues-tin social", sin ruptura y sin cambios radicales. Se constituye as en una misma perspectiva, agrupados por su temor frente a una situacin que puede rebasar los marcos establecidos. Podra extraar a algu-nos que junto a un Concha Subercaseaux figure un Letelier. Pero es que ambos, con todos los matices que hemos anotado, no aspiran a transfor-maciones globales. Por el contrario, la lnea demcrata-socialista propone una emancipa-cin, una agitacin que conduce, en el marco de la crisis de los valores de entonces, a una bsqueda de la igualdad, justicia y libertad en otra sociedad, con una estructura diferente. En otras palabras, la solucin de esta lnea va por la "Revolucin Social", va por la ruptura. Hasta aqu hemos destacado los elementos que distinguen las distintas concepciones; sin embargo, encontramos algunos aspectos que las unen. Por una parte, el sentimiento que la sociedad chilena estaba viviendo una crisis y que sta tena que ver con la incorporacin de nuevos acto-res en nuestra sociedad. Por otra parte, exista cierta unanimidad en la percepcin de que esta sociedad deba acoger las necesidades de los grupos hasta entonces marginales. Tambin tenan en comn la concien-cia de la gravedad de que la sociedad no se adecuara a los nuevos tiempos. La preocupacin por la "cuestin social" importa un hito en la histo-ria de las ideas en Chile; revela un cuestionamiento de carcter bastante 152El pensamiento frente a la cuestin social en Chile global; una reflexin en torno al futuro de nuestra sociedad de enton-ces, que inevitablemente estaba cambiando ms all del deseo de sus actores; una reflexin que surgi directamente de los problemas ms candentes que viva el pas en el mbito de las relaciones sociales y asi-mismo fue una reflexin que estuvo muy ligada a las reestructuraciones sociales y a los peligros que los hombres de ayer vieron venir. 153