el papel del estado en la industria temprana...

22
El papel del Estado en la industria temprana uruguaya Gabriel Bucheli (Universidad de la República, Uruguay) 1. Introducción. La cuestión de los orígenes del crecimiento industrial latinoamericano sigue siendo un problema de difícil resolución. Asignadas las economías de estos países al papel de proveedoras de materias primas, según la división internacional del trabajo que pautó su ingreso en el juego de relaciones comerciales del mundo capitalista, algunas de ellas no dejaron de evidenciar un proceso relevante de crecimiento de su sector secundario. Fueron múltiples los factores que incidieron en el estímulo a ese crecimiento, aparentemente poco acorde, según las versiones más ortodoxas del pensamiento económico, a las condiciones generales del mercado mundial. Esos factores debieron estar necesariamente asociados a complejas formas de relación entre las fuerzas productivas en los diversos países y los marcos institucionales en que éstas pudieron desarrollarse. En relación al primer aspecto: la relativa abundancia o escasez de mano de obra (el peso de la inmigración y sus posibles correlatos: aporte de capital, calificación técnica, pautas de consumo, urbanización); el excedente de capitales provenientes de otros sectores de la economía (fundamentalmente del sector primario-exportador); y las ventajas de localización y acceso a materias primas baratas, delimitaron en parte las posibilidades de formación de un sector industrial. Estas condiciones, apoyadas en contextos institucionales más o menos favorables (de tipo político, jurídico y cultural) - garantía a la propiedad, movilidad de los factores, eventual protección, estabilidad monetaria, sistemas de innovación, educación, mecanismos de dominación social - darían para cada caso nacional las características de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1. La cuestión de la industria temprana en la historiografía uruguaya. Desde un trabajo de sugerente título, “La industrialización anterior a 1930: Crónica de un debate nunca realizado”, Jacob presentaba en 1988 una recopilación de las principales corrientes interpretativas para el caso uruguayo. A partir de los avances en la investigación realizados en la década siguiente, Bértola (1999) ampliaba esa recopilación En las líneas que siguen, intentaremos reordenar las principales interpretaciones del crecimiento industrial temprano en Uruguay (con referencias regionales), tomando como base la división de aguas que propone el historiador económico brasileño Wilson Suzigan (1986). 1.1.1. La teoría de los choques adversos. Este enfoque se inscribe en la idea de que las crisis económicas internacionales afectan al sector externo de la economía, aumentando los precios relativos de las importaciones y/o dificultándolas, promoviendo así actividades internas sustitutivas de importaciones. De esta manera, fenómenos como la crisis de 1890, o la primera guerra mundial, podían ser un estímulo para el sector secundario aunque, según esta visión, sería el crac del 29 el disparador de su crecimiento, como una suerte de momento fundacional. Estos planteos, con base en las corrientes cepalinas, desarrollistas y dependentistas ganaron terreno en los años 60; “... además de considerar a los años ´30 como el inicio del proceso, daban por cierta la tesis de que el crecimiento industrial y los procesos de diversificación productiva encontraban climas más adecuados para avanzar en contextos caracterizados por las crisis económicas y político-militares de las economías centrales.” (Bértola,

Upload: others

Post on 27-Jan-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

El papel del Estado en la industria temprana urugua ya Gabriel Bucheli (Universidad de la República, Uruguay)

1. Introducción . La cuestión de los orígenes del crecimiento industrial latinoamericano sigue siendo un

problema de difícil resolución. Asignadas las economías de estos países al papel de proveedoras de

materias primas, según la división internacional del trabajo que pautó su ingreso en el juego de

relaciones comerciales del mundo capitalista, algunas de ellas no dejaron de evidenciar un proceso

relevante de crecimiento de su sector secundario. Fueron múltiples los factores que incidieron en el

estímulo a ese crecimiento, aparentemente poco acorde, según las versiones más ortodoxas del

pensamiento económico, a las condiciones generales del mercado mundial. Esos factores debieron

estar necesariamente asociados a complejas formas de relación entre las fuerzas productivas en los

diversos países y los marcos institucionales en que éstas pudieron desarrollarse. En relación al

primer aspecto: la relativa abundancia o escasez de mano de obra (el peso de la inmigración y sus

posibles correlatos: aporte de capital, calificación técnica, pautas de consumo, urbanización); el

excedente de capitales provenientes de otros sectores de la economía (fundamentalmente del sector

primario-exportador); y las ventajas de localización y acceso a materias primas baratas, delimitaron

en parte las posibilidades de formación de un sector industrial. Estas condiciones, apoyadas en

contextos institucionales más o menos favorables (de tipo político, jurídico y cultural) - garantía a la

propiedad, movilidad de los factores, eventual protección, estabilidad monetaria, sistemas de

innovación, educación, mecanismos de dominación social - darían para cada caso nacional las

características de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector.

1.1. La cuestión de la industria temprana en la his toriografía uruguaya.

Desde un trabajo de sugerente título, “La industrialización anterior a 1930: Crónica de un

debate nunca realizado”, Jacob presentaba en 1988 una recopilación de las principales corrientes

interpretativas para el caso uruguayo. A partir de los avances en la investigación realizados en la

década siguiente, Bértola (1999) ampliaba esa recopilación En las líneas que siguen, intentaremos

reordenar las principales interpretaciones del crecimiento industrial temprano en Uruguay (con

referencias regionales), tomando como base la división de aguas que propone el historiador

económico brasileño Wilson Suzigan (1986).

1.1.1. La teoría de los choques adversos.

Este enfoque se inscribe en la idea de que las crisis económicas internacionales afectan

al sector externo de la economía, aumentando los precios relativos de las importaciones y/o

dificultándolas, promoviendo así actividades internas sustitutivas de importaciones. De esta manera,

fenómenos como la crisis de 1890, o la primera guerra mundial, podían ser un estímulo para el sector

secundario aunque, según esta visión, sería el crac del 29 el disparador de su crecimiento, como una

suerte de momento fundacional. Estos planteos, con base en las corrientes cepalinas, desarrollistas y

dependentistas ganaron terreno en los años 60; “... además de considerar a los años ´30 como el

inicio del proceso, daban por cierta la tesis de que el crecimiento industrial y los procesos de

diversificación productiva encontraban climas más adecuados para avanzar en contextos

caracterizados por las crisis económicas y político-militares de las economías centrales.” (Bértola,

Page 2: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

1999, p. 1) Sin embargo, no todos quienes han adherido a esta concepción han obviado la existencia

de una industria anterior a 1930. Es el caso del desarrollista Faroppa (1965) y del Instituto de

Economía (1969), de sesgo dependentista.

1.1.2. La industrialización liderada por la expansi ón de las exportaciones.

Esta teoría contradice la anterior, llegando a plantear que, por ejemplo, la primera guerra mundial

podría haber interrumpido un proceso de desarrollo industrial que venía de antes. Según esta visión sería el

sector exportador el que estimularía el desarrollo industrial al promover: la monetización de la economía y el

crecimiento de la renta interna; el desarrollo ferroviario integrador del mercado interno; el desarrollo del

comercio importador-exportador, que contribuye a la creación de un sistema de distribución de productos

manufacturados; la inmigración, aumentando la oferta de mano de obra; la oferta de divisas para la importación

de insumos y bienes de capital (Suzigan, 1986, p. 22, citando a Warren Dean).

Díaz Alejandro, desde una óptica neoclásica, buscando una explicación para el caso argentino,

refocaliza el sentido de esta teoría:

“Cabe afirmar que el crecimiento anterior a 1930 fue generado por las exportaciones, no

porque éstas y las entradas de capital con ellas asociadas suministraran una demanda global

creciente (en el sentido keynesiano), sino porque – y esto es más importante – las exportaciones y las

entradas de capital originaron una asignación de recursos mucho más eficiente que la que hubiese

podido resultar de políticas autárquicas. En particular, el costo interno de los bienes de capital, que

será astronómico en un régimen autárquico (en 1880, por ejemplo), se redujo a un bajo nivel

mediante las exportaciones de mercancías con el uso generoso de un insumo – tierra – cuyo valor

económico en un régimen autárquico será bastante pequeño.” (Cortés Conde, 1997, p. 202-203)

En tanto para el caso uruguayo, será el “uruguayista” británico Henry Finch (1980) quien

introduzca con vigor esta idea, aduciendo que “el estímulo para la industrialización surgido de las

condiciones de la década del 30 difícilmente hubiese logrado una respuesta favorable sin el período

previo, de “preparación”, desarrollado en los años en que Uruguay puso en práctica políticas

comerciales de cuño generalmente liberal y en que el dinamismo de la economía estuvo motivado

fundamentalmente por los mercados de exportación.”

Complementan esta concepción las interpretaciones basadas en la teoría del crecimiento

económico inducido por productos básicos (Watkins, 1963) y en el abordaje de los efectos de

linkages (encadenamientos) en el crecimiento industrial (Hirschman, 1981). Se intenta describir el

proceso de crecimiento industrial a partir de un producto básico de exportación y en términos de su

encadenamiento hacia delante y hacia atrás, dinamizando así otros sectores de la industria

doméstica. Este es el enfoque dominante en el estudio de Suzigan (1986) sobre la industria brasileña.

En el caso uruguayo, esta aplicación al estudio de “complejos agro-industriales” (cárnico, harinero),

es utilizada en el trabajo de Bértola (1991) para el período 1913-1961.

1.1.3. Industrialización promovida por políticas de gobierno.

Desde este enfoque se ha insistido en que la industrialización fue promovida por una política

deliberada de desarrollo. Lo que está en juego es en qué medida el Estado pudo desempeñar un papel de estímulo

a través, fundamentalmente, de la política arancelaria. En el caso uruguayo se han presentado recientemente

diferencias de énfasis en la influencia de la protección arancelaria sobre la industria. Para Bértola “... nos vemos

Page 3: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

estimulados a seguir probando la hipótesis de que la legislación proteccionista es uno de los elementos en juego

para explicar el crecimiento industrial, pero que hay fuerzas más potentes en acción ...” (Bértola, 1992, p. 12)

Para Millot y Bertino, también bajo el supuesto de que las tarifas eran aumentadas ante las dificultades

financieras del Estado, “cuando se supera la crisis, el crecimiento de la demanda externa y en forma creciente las

actividades que producen para el mercado interno, estimulan la actividad y hay un crecimiento en virtud de la

protección establecida...” (Millot y Bertino, 1996, p. 224)

1.2. Las preguntas relevantes.

En el punto anterior hemos echado una mirada general a las principales interpretaciones.

Y en ellas se presentan algunos temas recurrentes:

1.2.1. La periodización del crecimiento industrial temprano.

Admitida la existencia de una “industria temprana”, esto es, anterior a 1930, es necesario

dilucidar los ritmos de su crecimiento y sus eventuales empujes y frenos.

La pregunta subsiguiente sería si hubo procesos de “industrialización”. Es decir, si la tasa de

crecimiento del producto industrial estuvo por encima de la tasa de crecimiento global del producto,

transformándose en principal dinamizador de la economía. Si esto ocurrió, ¿en qué contextos se

produjo?, ¿en qué ramas de la actividad?, ¿a qué ritmos?

1.2.2. Proteccionismo y crecimiento industrial.

En el Uruguay se aplicaron, en diferentes coyunturas, medidas arancelarias que

debieron afectar de alguna manera a las importaciones. ¿En qué medida éstas respondieron a una

vocación industrialista de parte de los poderes públicos, a una restricción coyuntural por déficit de la

balanza de pagos o a un mero objetivo recaudacionista? Esta cuestión es clave ya que la aplicación

de tarifas con uno u otro objetivo puede tener resultados totalmente opuestos. Quien quiere recaudar

no verá con buenos ojos una caída de las importaciones, que sólo provocaría mayores dificultades

fiscales. Si lo que se busca es aliviar un déficit de la balanza externa, esa medida tendría un objetivo

de ajuste sólo transitorio. Si en cambio lo que se pretende es promover el cambio estructural de la

economía, la tarifa debería cumplir un papel de barrera a las importaciones.

Pero más allá de las intenciones políticas, los mismos resultados obtenidos deberían

variar en función de las relaciones de precios internacionales e internos. En el caso uruguayo, el

sistema de aforos existente desde 1888 (que reemplazó los derechos ad valorem por derechos

específicos, es decir, por kilo, metro, litro, etc.) hacía que fueran los precios del mercado mundial los

que determinaran el nivel real de protección. Como se indica en el trabajo de Rivero (1995), “... si los

precios mundiales subían y los aforos se mantenían constantes, la protección decaía... A la inversa

sucedía si los precios mundiales bajaban”. Como todo hace pensar que la tendencia de los precios

mundiales de las manufacturas era en aquel período a la baja, resulta natural que esta medida

arancelaria exprese la voluntad concreta de los poderes públicos locales por sostener una estructura

fiscal sólida para un Estado que, desde los años 90, ocupaba posiciones cada vez más relevantes en

la organización nacional, y que dependía para ello de su principal fuente de ingresos: la renta

aduanera. Claro que esta política “fiscalista” podía tener resultados “proteccionistas”. El problema

metodológico que existe para nosotros es la dificultad para obtener series de esos precios

internacionales y calcular así el nivel de protección efectiva que la legislación permitió.

Page 4: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

1.2.3. La dinámica de la sustitución de importacion es.

Sobre este punto existe una pregunta clave: ¿el crecimiento industrial se debió a la

sustitución de aquellos productos que, por “choques adversos”, restricciones de balanza de pagos, o

voluntad diversificadora del Estado, dejaban de importarse? ¿O el impulso dado a la industria se

debió fundamentalmente al aumento local de la demanda de bienes manufacturados, reflejando una

dinámica interna que alentó la inversión y el consumo? Estas dos preguntas no se contraponen; sin

duda la respuesta deberá relativizarse para las diferentes ramas, así como para las diversas

coyunturas. Pero existen un conjunto de elementos que debieron dinamizar al sector industrial

uruguayo: el aumento de la población ante el importante flujo migratorio del período; el cambio en la

pauta de consumo, relacionado con lo anterior; el aumento del ingreso (global y per cápita), en virtud

de la inserción internacional virtuosa por la que transitaba el país durante su “modernización”; la

elasticidad ingreso presumiblemente alta en la demanda de algunas de las industrias “nuevas” que se

incorporaban a la actividad doméstica, etc.

2. El crecimiento de la industria temprana en el Ur uguay: una primera mirada global.

2.1. Introducción.

Intentaremos establecer una comparación entre diversas variables que puedan ser de

utilidad para analizar el proceso de crecimiento industrial uruguayo en el período que nos concierne.

Estas variables son las siguientes: a) la serie de PBI, la serie de Producto de la industria

manufacturera y la serie de la industria de la construcción (Bértola 1998); b) una serie del número de

establecimientos industriales tomada de las estimaciones respectivas de Millot y Bertino (1996) y de

Bértola (1991); y c) una serie del número de trabajadores en el sector secundario, según

estimaciones de los mismos autores.

2.2. Evolución del PBI sectorial.

Primeramente, hagamos un breve repaso de las principales conclusiones extraídas de la

estimación del PBI global y sectorial realizada por Bértola. La estimación del PBI global nos muestra

un patrón cíclico de tipo Kuznets (ver Cuadro 1). Para el primer ciclo (1872-1888), se aprecia un

fuerte aumento en la participación relativa del sector industrial (del 35.7% al 48%) , particularmente de

la construcción; en el período siguiente (1888-1912), se produce un retroceso relativo del sector (48%

a 36.4%) que es más agudo en el sector de la construcción que en el de las manufacturas;

finalmente, en el período 1912-1930, su recuperación relativa es notoria (36.4% al 44%),

fundamentalmente, otra vez, en el sector de la construcción.

Se puede constatar asimismo (ver Cuadro 2) que el desempeño del sector

manufacturero siguió muy de cerca el desempeño general de la economía (con tasas anuales de

crecimiento respectivas de 3.8% y 3.6% para 1872-1930). El sector de la construcción, por su parte,

creció siempre a una tasa anual muy superior a la da la industria manufacturera (6.7% y 3.8%

respectivamente).

Cuadro 1. Estructura del PBI por sectores en los añ os de máxima, 1872-1930 (%)

Años (1) Manufacturas

(2) Construcción

(1)+(2) PBI Total

1872 33,6 2,1 35,7 100

Page 5: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

1888 37,1 10,9 48,0 100 1912 30,6 5,8 36,4 100 1930 32,8 11,2 44,0 100

Fuente: Bértola, 1998. Cuadro 2. Tasas anuales de crecimiento del PBI sect orial entre máximas, 1872-1930 (%)

Períodos Manufacturas Construcción PBI Total 1872-1888 3.9 9.7 3.7 1888-1912 3.5 4.4 3.6 1912-1930 4.1 7.1 3.4

1872-1930 3.8 6.7 3.6

Fuente: Bértola, 1998.

Page 6: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

2.3. Evolución del número de establecimientos indus triales.

Es necesario precisar antes algunas de las reservas y dificultades que estas cifras

presentan. Las estadísticas oficiales de la época no discriminaban con la precisión deseable los

establecimientos industriales de los comerciales; tanto las cifras tomadas de los registros de patentes

de giro como las de los censos debieron ser sometidas a estimaciones, sobre las cuales el trabajo de

Millot y Bertino y el de Bértola, parecen presentar criterios disímiles. Cabe considerar además que

contamos con una serie larga exclusivamente para Montevideo.

Cuadro 3. Tasas anuales de crecimiento del N° de establecimientos industriales 1872-1930 (%) - Montevideo

Período % 1872-1889 3.0 1889-1908 1.5 1908-1930 4.6 1908-1930 2.5

Fuente: elaboración propia a partir de Millot-Bertino (1996) y Bértola (1991)

Aunque los sub-períodos que tomamos no coinciden exactamente con los ciclos de la

serie de Producto, las cifras de la evolución del crecimiento del número de establecimientos

industriales acompañan, por lo menos no contradicen, el desempeño del Producto del sector

secundario, así como el del PBI global (ver Cuadros 2 y 3). Asimismo, el ritmo de ese crecimiento de

un período al otro se corresponde en ambos cuadros: caída hacia el segundo período (1888/89-

1908/12), recuperación hacia el tercero (1908/12-1930).

2.4. Evolución del número de obreros en el sector.

Las conclusiones del análisis de la evolución del crecimiento del empleo industrial

resultan aún más relativas, por no contarse con datos anteriores a 1884.

De todos modos, las conclusiones a extraer serían similares (ver Cuadro 4). El ritmo de

ese crecimiento es compatible con el del número de establecimientos, así como con el del Producto

del sector secundario.

Page 7: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

Cuadro 4. Tasas anuales de crecimiento del No. de o breros industriales 1889-1930 -

Montevideo.

Período % 1889-1908 1.8 1908-1930 3.3 1889-1930 2.6

Fuente: elaboración propia a partir de Millot-Bertino (1996) y Bértola (1991)

2.5. Relación entre número de obreros y de establec imientos industriales.

Analicemos a continuación la evolución del número de obreros por

establecimiento, a partir de las dos series manejadas. Para el armado de este

cuadro se suman dos dificultades: la necesidad de combinar datos provenientes

de estimaciones de distintos autores, y la dificultad de periodizar con un criterio

similar al antes utilizado.

Cuadro 5. Número de obreros por establecimiento en el sector secundario - Montevideo.

Año N° empleados N° establecimientos

Cociente

1884 20233 1775 11.4 1889 34357 1795 19.1 1908 48371 2404 20.1 1913 22617 1326 17.1 1922 34456 2507 13.7 1926 41988 4325 9.7 1930 61823 4700 13.2

Fuente: elaboración propia a partir de Millot-Bertino (1996) y Bértola (1991) El Cuadro 5 nos permite observar el siguiente movimiento de la variable

obreros/establecimiento: una tendencia al crecimiento del promedio de obreros por unidad productiva

hacia los primeros años del siglo (1908 podría ser el año bisagra), para decrecer hacia 1926,

retomando un cierto impulso hacia 1930.

2.6. Comparación de las variables manejadas.

Presentamos a continuación un cuadro (No. 6), en el cual se puede observar en forma

comparativa la evolución de las diversas variables manejadas más arriba. Este cuadro parece indicar

que todas las variables acompañan un mismo ritmo de evolución del sector industrial en el período

considerado. En resumidas cuentas, a partir de un período que podríamos llamar “inicial” (1872-

1888), se constata una caída en el crecimiento hacia el segundo período (1888-1912), observándose

para el tercer período una recuperación en el ritmo de crecimiento.

Cuadro 6. Tasas anuales de crecimiento de Producto industrial, Nº establecimientos, Nº obreros y PBI global, 1872-1930, (%).

Período 1 Período 2 Período 3 Toda la serie 1. Producto manuf.

3.9 3.5 4.1 3.8

Page 8: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

2. Producto constr.

9.7 4.4 7.1 6.7

3. N° establec. 3.0 1.5 4.6 2.5 4. N° obreros s/d 1.8 3.3 2.6 5. PBI total 3.7 3.6 3.4 3.6

Fuente: elaboración propia a partir de Cuadros 1 a 5. Notas : Los datos de las filas 3 y 4 corresponden sólo a Montevideo. Período 1: para filas 1, 2 y 5, corresponde a 1872-1888; para fila 3, a 1872-1889. Período 2: para filas 1, 2, y 5 , corresponde a 1888-1912; para filas 3 y 4, a 1889-1908. Período 3: para filas 1, 2, y 5, corresponde a 1912-1930; para filas 3 y 4, a 1908-1930. Toda la serie: para filas 1, 2, 3 y 5 corresponde a 1872-1930; para fila 4, a 1889-1930. 2.7. Hacia una explicación global del desempeño de esas variables:

El nivel de agregación de estas cifras (Cuadro 6) dificulta la obtención de

conclusiones decisivas. Intentaremos, sin embargo, avanzar algunas explicaciones, que por el

momento constituyen hipótesis de trabajo.

Por un lado, la evolución del Nº de establecimientos (fila 3) parece indicar un

grado de concentración empresarial hacia el período 2, así como uno de desconcentración

hacia el 3. Esta dinámica parece reflejar la tendencia siguiente: a mayor crecimiento

manufacturero (fila 1) mayor desconcentración y viceversa. De esta forma, el enlentecimiento

del sector manufacturero parece conducir a tendencias oligopólicas, en tanto la aceleración del

crecimiento abre la puertas a un mayor número de empresarios.

Asimismo, observando la serie de crecimiento del Nº de obreros fabriles (fila 4)

encontramos una relación coherente con lo antedicho: en el período de mayor concentración

empresarial hay un menor crecimiento del empleo industrial y viceversa. Si tomamos la

relación entre crecimiento manufacturero y crecimiento del N° de empleados como un

indicador de la productividad manufacturera, nos encontramos con un crecimiento más

importante de la productividad en el período 2 que en el período 3.

3. Las determinantes del crecimiento industrial temprano en el Uruguay.

3.1. El papel de la industria de la construcción.

En relación al crecimiento del sector de la construcción (Cuadro 6, fila 2)

podemos señalar que muestra un desempeño siempre por encima del de la economía vista

globalmente (fila 6), así como del sector manufacturero (fila 1). Podemos considerar,

entonces, que la construcción debió ser un sector dinamizador a lo largo del período. Se trata

además de un sector con obvias ventajas de localización, en un país que era incluso

exportador de algunos de sus insumos (arena y piedra, a la Argentina).

Page 9: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

En primer término, creemos que es posible asociar el desempeño de este sector

con los estímulos de la expansión de las exportaciones: por un lado, los beneficios del sector

agro-exportador fueron origen tanto de inversión inmobiliaria privada (residencias de las

clases altas, casas de inqulinato para la corriente inmigratoria) como de inversión pública

(obras de infraestructura portuaria, vial y urbana). Este sector habría generado así un

encadenamiento hacia atrás, como demandante de insumos de fabricación local. Como vemos

en el Cuadro 7, la rama Materiales de construcción tuvo una tasa de crecimiento anual del

7.7% en el período 1912-1930, siendo así una de las más dinámicas del sector manufacturero.

También se aprecian elementos de un encadenamiento hacia adelante, si observamos,

también en el Cuadro 7, el crecimiento de la rama “Madera y muebles”: 10% anual para

idéntico período.

Podríamos tejer entonces, con la mayor cautela, una dinámica industrial asociada

al desempeño agro-exportador, con un fuerte estímulo para el sector de la construcción,

demandante a su vez de una serie de bienes manufacturados, o estimulando la demanda de

otros. El “complejo de la construcción”, alimentado a su vez por una población en

crecimiento (variable que también podemos asociar en primer lugar al desempeño agro-

exportador del país), contribuyó a la diversificación económica, generando empleo y nuevos

mecanismos de distribución del ingreso.

Cuadro 7. Tasas anuales de crecimiento de la Industria de la Construcción y ramas manufactureras conexas (%) 1872-1888 1888-1912 1912-1930 1872-1930 Industria de la Construcción

9.7 4.4 7.1 6.7

Materiales de Construcción

11.6 -2.7 19.4 7.7

Maderas y Muebles (desde 1884)

0.0 3.8 21.6 10.0

Fuente: Elaboración propia a partir de Bértola (1998) y Bértola (1999). 3.2. El papel de las diversas ramas manufactureras en el crecimiento industrial.

En esta parte del trabajo combinaremos dos estrategias metodológicas para abordar la

cuestión del crecimiento industrial. Por un lado, las tasas de crecimiento global y por ramas (para el

período 1872-1930 y entre máximas) del Valor Agregado Bruto de la producción manufacturera. Por

otro lado, cotejaremos el peso relativo de cada rama por año, medido por el Valor Agregado Bruto a

pesos corrientes. De esta forma podremos evaluar el crecimiento global del sector manufacturero,

teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento de cada rama, en función de una ponderación de la parte

que cada una de ellas representa en la muestra.

3.2.1. El período 1872-1888.

Page 10: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

En este período, la industria manufacturera creció al 3.9% anual. El cuadro siguiente nos

muestra los diferentes sectores representados en ese período, el nivel de crecimiento de cada una de

ellas y la participación promedial de las mismas en el valor agregado manufacturero total.

Cuadro 8. Tasas anuales de crecimiento del VAB de diversas ramas y participación de cada una en el total, 1872-1888 (%)

Rama Crecimiento anual Participación promedial en el total del sector

Carne 3.6 58 Complejo harinero -1.0 25 Bebida (desde 1874) 15.4 13 Mat. construcción 11.6 3 Imprenta 8.7 2 Mad. y Mueb. (desde 1884) 0.0 1 Total 3.9 100

Fuente: elaboración propia a partir de Bértola (1998) y Bértola (1999). La industria de la Carne es siempre la rama mejor representada a lo largo del período.

Su crecimiento (3.6% anual) sigue muy de cerca el desempeño manufacturero total (3.9%). Sin

embargo, ese crecimiento sostenido y esa alta participación promedial (58%) en el total, se

acompañan de una pérdida relativa de posiciones hacia el final del período. Desde 1885, otras ramas

están creciendo más rápidamente y ocupando un mayor peso en el sector : la industria de la bebida y

la industria de materiales de construcción.

La industria de la Bebida se impone como una rama relevante en el total desde 1875,

alcanzando una participación promedial del 13% en el total manufacturero y ubicándose así como

tercera en importancia.

La industria de Materiales de construcción , por su parte, adquiere un peso porcentual

relevante hacia el final del período, del entorno del 9%, y creciendo en todo el período a una tasa

anual del 11.6%

La rama del complejo Harinero aparece estancada en el período considerado, aunque

con fuertes oscilaciones. No solo su tasa de crecimiento es negativa a lo largo de los 13 años

considerados (-1%), sino que su parte en el total pasa del entorno del 30% al comienzo del período, a

un 20% sobre el final.

Dos ramas menores presentan un peso relativo marginal en el período: Imprenta y

Maderas y muebles , si bien la primera crece a una tasa anual muy por encima de la media del

período: 8.7%

¿Cómo explicar entonces el crecimiento industrial d el período?

Esbozaremos, a modo de hipótesis, algunas explicaciones del crecimiento para alguna

de las ramas.

La industria de la carne.

Esta rama, la más importante, está compuesta por la elaboración de tasajo y extracto de

carne, fundamentalmente para la exportación, además de la procesada para el consumo doméstico.

La estructura de la rama cárnica se desglosa así en términos de mercados de destino:

en promedio para el período 1872-1888, 36% son para exportación y 64% para mercado interno

Page 11: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

(Bértola, 1998, p. 63). En cuanto al crecimiento de cada componente, podemos decir lo siguiente: el

crecimiento del sector manufacturero cárnico-exportador sufre variaciones cíclicas que deben

responder a oscilaciones del mercado externo; en tanto la producción dirigida al consumo interno

muestra un crecimiento regular a lo largo del período acelerándose sobre el final del mismo.

Es de interés resaltar que el sector de consumo interno representa entonces casi dos

tercios de la rama cárnica y crece en el período a una tasa más elevada que el sector cárnico-

exportador. De esta forma, se puede afirmar que el sector cárnico crecía más del lado de la demanda

interna que del de la demanda externa, pudiendo aducirse que en su evolución responde a un

aumento del ingreso doméstico, a lo que hay que agregar que el precio de la carne en el mercado

interno cayó en un 10% en la década del 80.

El complejo harinero.

El complejo harinero se moderniza en este período, incorporándose para la molienda la

máquina a vapor. Se producía tanto para el mercado interno como para el mercado externo, sobre

todo al Brasil. A partir de la producción de harinas, se desarrolló un sector conexo (panadería,

fideería, etc.) dirigido al consumo interno.

Las dificultades observadas en la rama harinera pueden ser explicadas por el desfazaje

entre la oferta y la demanda de trigo. Entre 1874 y 1883, la producción nacional de trigo representaba

un 25% de la capacidad de molienda del país (Jacob, 1981, p. 53). Esta dependencia importadora

trajo aparejado el clásico debate sobre la protección: molineros vs. Asociación Rural. La resolución

del tema contó con la participación del Estado y contempló las dos visiones: en 1881 se decide aforar

el cereal importado “de acuerdo al similar existente en plaza”; en 1883 se concede a los molineros el

sistema de drawback (restitución del impuesto al trigo importado al exportarse las harinas) (Jacob,

1981, p. 54). En síntesis, los molineros pudieron importar trigo y exportar harinas.

El complejo harinero reconoce, precisamente, dos momentos bien diferenciados en la

evolución de su crecimiento: en 1872-1878 su tasa es del -8.5% anual; en tanto que en 1878-1888 es

del 3.8% anual. Como explicación tentativa, podemos argüir que la rama pudo aprovechar la

convergencia de varios argumentos positivos para su desarrollo desde la década del 80: cambio

técnico, protección y aumento de la población y del ingreso per cápita.

La industria de la bebida :

Esta rama se despega desde 1884 con un ritmo que solo será interrumpido por la crisis

del 90. Un análisis específico de esta rama es desarrollado en el último capítulo de este trabajo, en el

cual presentamos elementos que relativizan el peso de la protección en su crecimiento.

Materiales de construcción.

Esta rama evidencia un fuerte crecimiento desde 1884. Su ritmo sigue muy de cerca,

como ya vimos líneas arriba el de la industria de la construcción. Para el período 1881-1888, el sector

de la Construcción creció a una tasa del 25% anual. La rama de Materiales de Construcción lo hizo a

una tasa del 30% anual.

La industria de la Imprenta .

Su desarrollo se corresponde con la aceleración del proceso educativo que persigue el

país en aquel período. En 1876 se implanta la obligatoriedad de la escuela primaria y, si bien no

Page 12: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

podemos otorgar ningún determinismo a este hecho, sí podemos afirmar que desde los 80 la cultura

escrita adquiría en Uruguay un peso cada vez mayor. Como dato complementario cabe recordar que

la tasa de escolarización primaria creció entre 1876 y 1888 a un 8.1% anual (Bértola y Bertoni, 2000)

3.2.2. El período 1888-1912

En este período el sector manufacturero creció a una tasa del 3.5% anual. Podemos

distinguir una fase inicial marcada por la crisis de 1890 (1888-1893) en la cual el crecimiento es del

1.5% anual. En la segunda fase (1893-1912) la tasa es del 4% anual. Este es, como vimos, el período

de menor crecimiento manufacturero de la serie larga 1872-1930.

He aquí las tasas de crecimiento de cada rama representada en el período y el peso

relativo de cada una en el total.

Cuadro 9. Tasas anuales de crecimiento del VAB de diversas ramas y participación de cada una en el total, 1888-1912, (%).

Rama Crecimiento anual Participación promedial en el total del sector

Carne 1.4 42 Complejo harinero 3.8 19 Bebida 4.5 18 Fósforos 7.3 10 Tabaco 5.8 5 Imprenta 7.4 4 Materiales de construcción -2.7 2 Textil 43 1 Papel 14.4 1 Maderas y Muebles 3.8 1 Total 3.5 100 Fuente: Elaboración propia a partir de Bértola (1998) y Bértola (1999). La rama cárnica sigue siendo la más importante del sector manufacturero, a pesar de

que su tasa de crecimiento está por debajo del desempeño del sector. El sector de consumo

doméstico sigue representando 2/3 de la producción cárnica. Creemos que su pérdida de dinamismo

tiene que ver con una caída en la elasticidad ingreso de su demanda interna. Si bien desde 1904 se

ha incorporado el frigorífico al parque industrial uruguayo, su impacto en términos de mercados

externos todavía no se ha manifestado plenamente.

Si comparamos con el período anterior, esta rama ha perdido peso relativo ante el crecimiento de

algunas ramas nuevas (Fósforos, Tabaco ).

Se constata asimismo una recuperación del sector harinero con respecto al período

anterior, creciendo ahora a un tasa levemente por encima de la del sector manufacturero. Su

dinámica puede estar relacionada con la extensión de las tierras de cultivo cerealero, así como a una

mejora en la productividad agrícola. Asimismo, por la legislación aduanera de 1888, se establecía una

escala móvil para la introducción de trigo: “la introducción era libre cuando el precio del mercado

interno fuera de $ 8.00 los 100 quilos, pagando $ 1.25 de impuesto cuando el precio interno bajaba a

$ 4.00.” (Jacob, 1981, p. 63). Esto pudo contribuir a bajar los costos de los molineros.

La bebida sigue siendo un sector dinámico, con una tasa de crecimiento por encima de

la media del sector. Esta rama está representada en la muestra del PBI fundamentalmente por vinos

y cervezas. Como demuestra Bértola (1999), se trata de productos complementarios, uno basado en

Page 13: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

materia prima nacional (la uva) y otro en materia prima importada (cebada); La diferencia fundamental

radica en la distinta sensibilidad que cada rama presenta ante una coyuntura de crisis de origen

externo. En tanto la primera reacciona favorablemente, la segunda sufre un profundo estancamiento.

Las industrias Textil, del Papel, de Fósforos y de Tabaco son de implantación reciente

y por lo tanto muestran tasas de crecimiento muy elevadas. Su crecimiento puede asociare a la

elevada elasticidad ingreso de su demanda.

3.2.3. El período 1912-1930.

El sector manufacturero crece en este período a una tasa anual del 4.1%. Es el período

de mayor crecimiento de toda nuestra serie larga (1872-1930) y en el cual podemos hablar más

claramente de industrialización (el PBI crece a una tasa anual del 3.4%). Es un período en el que se

constata la desaceleración del crecimiento demográfico (2.2% anual), lo que evidencia asimismo que

en términos per cápita este crecimiento es mayor que en los períodos anteriores.

Page 14: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

Cuadro 10. Tasas anuales de crecimiento del VAB de diversas ramas y participación de cada una en el total, 1888-1912, (%).

Rama Crecimiento anual (%) para el período 1912-1930

Participación promedial en el total del sector para el período 1913-1930

Carne 1.1 33 Complejo harinero 2.1 19 Bebida 3.3 14 Materiales de construcción 19.4 10 Fósforos 1.4 8 Tabaco 2.4 5 Imprenta 5.3 4 Textil 4.3 4 Maderas y Muebles 21.6 2 Papel 2.0 1 Total 4.1 100 Se destaca el sostenido retroceso de la rama de la Carne en el producto manufacturero

global. Ocupa ahora un tercio de la actividad manufacturera y su tasa de crecimiento está muy por

debajo de la media del sector. Observemos la situación en términos de mercados de destino: ahora el

mercado externo responde por un 45% de la producción (contra un tercio en los períodos anteriores),

porcentaje que oscila entre 50 y 64% en el contexto bélico mundial. Este crecimiento relativo del

sector cárnico-exportador se relaciona, como decíamos líneas arriba, a la adopción del frigorífico. Sin

embargo, queda en evidencia la insuficiencia dinámica de esta rama.

El complejo harinero mantuvo su peso relativo en el conjunto del sector manufacturero

(aproximadamente un quinto del total) a pesar de que su crecimiento estuvo por debajo de la media

sectorial. Según Bértola (1991, p. 154), “las exportaciones industriales realizaron solamente un

pequeño aporte a ese crecimiento... las exportaciones sufrieron muy fuertes fluctuaciones y el

porcentaje exportado disminuyó fuertemente a medida que aumentó el grado de elaboración de los

productos”.

En otra parte de este trabajo comentamos el crecimiento de las ramas relacionadas con el sector de

la construcción (Materiales de construcción y Maderas y Muebles). Queda en evidencia en este período el papel

dinamizador de este “complejo industrial”.

4. Análisis de la dinámica de crecimiento para una rama industrial específica: el vino, período

1872-1936.

4.1. Introducción:

Las series de producción e importación de vino per cápita nos permitieron la

construcción de la Gráfica 1, que nos muestra claramente la evolución de la sustitución de las

importaciones de dicho producto. Podemos, decir a la luz de esta gráfica, que dicha sustitución se

consolida entre los años 1904 y 1912, período en el cual no sólo la producción de vino comienza a

superar en litros a la importación, sino que en él se afirman las tendencias de ambas curvas:

ascendente para la primera y descendente para la segunda.

Las preguntas que surgen son las siguientes:

¿Cuáles son las razones de esa caída abrupta de las importaciones de vino? ¿Qué

elementos favorecieron el desarrollo de la industria doméstical en esa rama? ¿Existe una relación

Page 15: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

directa entre ambos procesos? Y en ese caso, ¿qué factores fueron claves para ello? ¿el impacto de

las crisis coyunturales que azotaban cíclicamente a nuestra economía dependiente, haciéndonos

perder poder de compra en el mercado mundial?, ¿el resultado de la grave crisis que conoce nuestro

comercio de tránsito desde los años 90?, ¿la vocación proteccionista de nuestros gobernantes de

turno? Estos son algunas de los andariveles por los que transitaremos.

Dos aclaraciones se hacen necesarias.

La primera, que nuestra producción vitivinícola tenía entonces un destino relacionado

exclusivamente con el mercado interno, siendo insignificantes las exportaciones del producto en el

período considerado (en los Anuarios Estadísticos aparecen algunas exportaciones al Brasil,

totalmente marginales), y obviando la existencia de contrabando.

La segunda, que las cifras de importaciones del período no nos hablan en absoluto de

niveles de consumo local de vino; nuestros puertos eran por entonces proveedores de productos para

una vasta región asociada a la cuenca del Plata. Decía Juan Carlos Gómez ya en 1853: “La reducida

población de la República, que no excede de 130.000 habitantes, prueba sobradamente que la

importancia comercial que alcanza entre las naciones no le viene de su consumo… El secreto de

nuestra prosperidad comercial, está en otra parte que en el consumo, y no se precisa muy larga vista

para encontrarlo en el desarrollo del comercio de tránsito.” (Barrán y Nahum, 1971, p. 310) El interés

residiría entonces en conocer la cantidad de ese vino importado que era consumido localmente, para

poder especular con la cantidad “sustituida” por nuestra industria. Lamentablemente, carecemos de

elementos para medir el porcentaje de las importaciones uruguayas que corresponden a ese

“comercio de tránsito”. En el ítem que sigue, trataremos de estimar la cantidad de vino consumido en

nuestro territorio, compuesto por el vino importado que no salió de fronteras más el producido

localmente.

4.2. Estimación del consumo de vino per cápita.

Aún no conociendo las pautas de consumo de dicho producto en nuestra sociedad del

900, no parece razonable una caída de la importación per cápita de 68 litros anuales en 1873 a 51 en

1889 y a 18 en 1900 si no es considerando el peso del comercio de tránsito. Cabe observar que la

naciente industria vitivinícola nacional no alcanzaba a cubrir esa diferencia y que además, el peso

cuantitativo y las características culturales del elemento inmigrante (proveniente en su mayoría de la

Europa mediterránea) en nuestra sociedad podrían hacernos pensar en un aumento relativo en el

consumo de vino. Para aproximarnos a la cifra de consumo local de vino, contamos con la encuesta

de gasto y consumo de la Oficina de Trabajo, de 1912, según la cual en una familia obrera “tipo” se

consumían unos 30 litros de vino anuales per cápita (Calicchio, 1996, p. 16). Dice sin embargo

Calicchio en su trabajo que es “… dudoso el carácter representativo de la muestra”, ya que toma el

consumo de familias de obreros calificados, cuando la ocupación predominante en el censo de 1908

era la de “jornaleros” (Calicchio, 1996, p. 13); es precisamente esta observación la que nos lleva a

considerar que el consumo per cápita “real” pueda ser inferior a los 30 litros indicados,

aproximándose a los 24 litros per cápita que resultan, por ejemplo, de las cifras que obtuvimos para

1911 sumando, a los 10 litros p/c importados los 13 producidos localmente (estamos suponiendo que

nuestra re-exportación de vinos ya casi no tiene incidencia) . Podemos aventurar entonces que sería

Page 16: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

recién desde 1899, año en el que el vino “circulante” (importado más producido) alcanza los 23 litros

per cápita, que la parte principal de las importaciones correspondería a un consumo local.

4.3. Efectos de las crisis coyunturales.

La importación de vino en cifras brutas parece sufrir el impacto de las crisis

internacionales que cíclicamente golpeaban a nuestra economía.

En 1874, el país conoce una profunda crisis financiera, enmarcada en los coletazos de la

que sacudió al mundo en 1873: “la plaza estaba paralizada por falta de circulante” (Millot y Bertino,

1996, p. 433). Se aprecia allí una primera inflexión, tanto en valores brutos como per cápita.

En 1890, año de honda crisis de origen externo, se nota un quiebre clave en la

evolución de nuestras importaciones de vino, aunque ese impacto pueda aparecer

sobredimensionado, ya que en 1889 se observa un “pico” de crecimiento. De todos modos, las

repercusiones de la crisis parecen observarse entre 1891 y 1893 con más claridad. Superada ésta,

hacia 1894, el flujo importador de vino parece recuperarse, pero desde mediados de esa década la

caída producida merece el estudio de otras explicaciones, que tal vez ya estuvieran presentes al

vivirse la crisis del 90, y que analizaremos líneas abajo.

La ausencia de cifras para el año 1913 nos impide extraer conclusiones sobre las

repercusiones de este nueva crisis, pero es notoria la repercusión negativa de la PGM en su

evolución.

La década de postguerra parece reflejar la inestabilidad propia del período, para

encontrarnos, finalmente, ante la crisis del 29, con un profundo derrumbe de la serie de nuestras

importaciones de vino.

En síntesis, podemos decir que las crisis coyunturales de nuestra economía,

condicionadas por contextos internacionales desfavorables, llevaban al país a una merma en sus

importaciones de vino. Sin embargo, este argumento no parece decisivo en el largo plazo, y no

alcanza para explicar la tendencia descendente de toda la serie. Veamos entonces otros factores de

incidencia.

4.4. Crisis del comercio de tránsito.

Decíamos líneas arriba que en los años 90 comienza a constatarse la declinación

definitiva de nuestra serie de importaciones de vino. En ese período, las obras de construcción de

nuevos puertos en los países vecinos, así como el progresivo desarrollo ferroviario de la región,

fueron pautando la sustitución del papel de intermediarios regionales de nuestros puertos. “… las

repúblicas mercantiles han gozado todas de un corto apogeo. Cuando la República Argentina y el

Brasil consolidaron su unidad nacional en torno a Buenos Aires y Río de Janeiro, el hinterland de

Montevideo y hasta el más discreto de Salto, tendieron a desaparecer. Las barreras aduaneras se

alzaron y las rentas de los poderosos estados vecinos se utilizaron para construir puertos artificiales

(Buenos Aires, Santos) que compitieron con el único natural: Montevideo.” (Barrán y Nahum, 1971, p.

311) En el Senado uruguayo se afirmaba en 1891 que “un vapor de ultramar de 1700 toneladas paga

al entrar al puerto de Montevideo $ 377.50 oro y nos dejan …150 toneladas. El mismo vapor paga en

el puerto de Buenos Aires …$ 70 oro oriental y deja en aquel puerto 1.547 toneladas. Resultado: …la

navegación de ultramar ha ido disminuyendo …a punto de estar reducida hoy a poco más de la mitad

Page 17: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

de lo que era en los años 1888 y 1889…” (Barrán y Nahum, 1971, p. 313). Condiciones éstas, sin

duda, muy desfavorables para nuestro principal puerto.

Cabe agregar que las condiciones adversas para nuestro comercio de tránsito, que se

evidencian desde los años 90, ya se presentaban desde 1874, cuando el Gobierno dictara un

reglamento que sometía a severo control las mercaderías que se despachaban desde Salto. “Se

quería dificultar el contrabando. Pero al intentarlo se convertía a nuestra policía aduanera en auxiliar

de la policía brasileña y se asestaba un golpe de maza al comercio de tránsito en dicha Aduana”.

(Acevedo, 1933, T.IV, p. 715).

A partir de 1906 esta crisis se evidencia, al aplicar la Argentina “...una reglamentación

abusiva que establecía que los cargamentos de las mercaderías destinadas a los puertos de los ríos

Paraguay, Paraná y Uruguay, debían hacer una declaración detallada... lo que se procuraba era

centralizar el comercio de tránsito en Buenos Aires.” (Acevedo, 1933, T.VI, p. 300).

Resulta sintomático de la percepción de la crisis de nuestro comercio de tránsito que el

gobierno batllista se propusiera, en 1912, la creación de un puerto en La Coronilla y una red

ferroviaria que lo ligara con el norte del país, en su lucha por recuperar parte de esos mercados

perdidos.

En síntesis, creemos que la mayor parte de los litros que se dejan de importar no se pueden explicar

con la tesis de la sustitución de las importaciones. Queda en evidencia que, por lo menos hasta 1899

la caída de las cantidades importadas corresponde básicamente a la pérdida del mercado regional.

Nada hace pensar que esa merma traiga aparejada una menor importación de vino para el mercado

consumidor uruguayo.

4.5. Legislación proteccionista.

Nuestra historiografía ha hecho por lo general hincapié, para el estudio de la evolución

de la industria en el Uruguay desde 1870, en su carácter fundamentalmente sustitutivo de

importaciones, amparado en una legislación proteccionista propiciada para ello. Sin embargo, la

evolución histórica de nuestro Estado moderno y “modernizador”, y el papel que le asignaron,

fundamentalmente desde 1875, las clases dominantes, acrecentó las necesidades financieras de un

Estado caracterizado como débil desde su compleja implantación en 1828. Pero, dado que la renta

aduanera era (y siguió siendo por bastante tiempo) la principal fuente de recaudación fiscal de los

gobiernos uruguayos, ha resultado muy difícil separar los objetivos meramente fiscalistas en la

aplicación de los derechos aduaneros, de los objetivos orientadores de una política económica

industrialista. El trabajo de Laura Rivero (1995), en el que se pone en tela de juicio el carácter

exclusivamente proteccionista de la legislación aplicada entre 1888 y 1912, nos permite revalorar la

vocación recaudadora del legislador, relativizando así la visión más tradicional sobre el tema.

Realizaremos a continuación un seguimiento de dicha legislación a lo largo del período que

corresponde a nuestra serie, para analizar luego sus efectos sobre la producción y la importación de

vino.

Remontémonos primeramente a la ley del 22 de junio de 1861, bajo la administración de

Bernardo P. Berro. Recordada por nuestra historiografía como modelo de legislación librecambista,

constatamos que en el caso particular de los vinos se establecía allí, en su artículo 8º, un tributo del

Page 18: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

22% para su importación1, “que era el porcentaje más alto (de esta legislación) en vez del 35% que

hasta entonces había regido” (Acevedo, 1933, T.IV, p. 191).

Por su parte, la Ley Adicional de Aduana del 22 de octubre de 1875, considerada por

sus definiciones fundamentales como una ley de corte proteccionista, reduce, con respecto a la ley

anteriormente citada, el derecho a la importación de “vinos en cascos, del contenido de una pipa,

bordalesa o media pipa” al 10% y de “vinos embotellados o en cascos menores...” al 20%.2 Cabe

decir que los primeros, en cascos, predominan largamente sobre los segundos en nuestros rubros de

importaciones.

El 26 de julio de 1880 se aprueba una “ley modificando la Tarifa”. Según ésta “los vinos

de todas clases en cascos y embotellados...” debían pagar un 37% sobre su avaluación3, lo que

significaba una “protección” mayor que cualquier otra conocida hasta entonces.

Esta protección se amplía aún por la ley de Aduanas del 21 de junio de 1882, con un

derecho adicional a la importación de vinos del 3%4.

El 15 de julio de 1886 se deroga la legislación vigente, estableciéndose un derecho del

47%5.

El 4 de enero de 1888 es aprobada una ley sobre derechos de importación que grava la

importación de vinos con un impuesto del 38% (Rivero, 1995, p. 14)6.

El 18 de enero de 1889 se aprueba un derecho específico a la importación de vinos de $ 0.06 el litro7,

que correspondiendo a una avalúo oficial del vino importado de $ 0.12, equivalía a un derecho del

50%. (Rivero, 1995, p. 21)

Según la ley del 4 de octubre de 1890, “pagarán un derecho adicional de cinco por ciento

sobre su evaluación”8.

Esta simple presentación de la legislación sobre derechos de importación no permite

obtener conclusiones contundentes porque, como dijimos en otro capítulo de este trabajo, como los

porcentajes enunciados desde 1888 son expresiones relativas a aforos oficiales que conocieron

variaciones a lo largo del período analizado, “...los precios internacionales de mercados son los

determinantes en última instancia del nivel real de protección conseguida...” (Rivero, 1995, p. 16) y,

dadas las dificultades empíricas para conocer esos valores, no resulta fácil discernir la protección

esperable de esa legislación.

Cotejaremos, de todos modos, los cambios en dicha legislación con la evolución de las

importaciones de vino.

La ley “librecambista” de 1861, como vimos, reduce el derecho a la introducción de vinos

en un 13% con respecto a la legislación hasta entonces vigente; por su parte, la ley “proteccionista”

de 1875 reduce aún más ese derecho (a un 10%, para el grueso de los vinos importados), descenso

1 Colección Legislativa de la ROU, Tomo II, Montevideo, p. 464. 2 Idem, Tomo IV, pp. 304 y 305. 3 Idem, Tomo V-VI, p.290. 4 Idem, Tomo VIII, p. 98. 5 Idem, Tomo X, p.226. 6 Cabe aclarar que ese porcentaje corresponde sólo a vinos “comunes españoles en cascos”, según el texto expreso de la ley, que, de todos modos, es la parte mayoritaria de los vinos importados. 7 Colección Legislativa, Tomo XII, p.33.

Page 19: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

que se ratifica en 1879. Debemos decir entonces con claridad que, hasta 1880, la protección de

nuestra producción vitivinícola caía, a pesar de lo cual las importaciones de vino también caen desde

1874, y la producción local comienza su desarrollo sostenido. Nada más lejos de la realidad, para

este período al menos, que pretender que la existencia de una legislación favorable impulsó, en esta

rama, nuestra industria.

Desde 1880, las barreras aduaneras son levantadas severamente para la importación

del vino. Sin embargo, ésta aumentó sostenidamente en los años 80 (excepto en 1886), lo que

parecería desmentir también el pretendido efecto proteccionista de estas medidas. Cierto es que la

importación de vino cae fuertemente a partir de 1890, pero los indicios antes anotados (crisis del 90,

decadencia del comercio de tránsito) nos resultan explicaciones no menos elocuentes.

Podemos concluir que resulta difícil medir los resultados de la legislación proteccionista.

Obsérvese que las principales leyes analizadas están planteadas en contextos de mayor o menor

crisis (anteriores o posteriores a éstas: 1875, 1888) lo que impide medir sus efectos reales en el

mercado, dadas las particulares contingencias que se plantean en esas coyunturas, alimentando

asimismo las hipótesis de la intencionalidad meramente recaudadora de tal proteccionismo.

En síntesis, creemos que la legislación no parece haber marcado con vigor el derrotero

de nuestra industria vitivinícola.

Bibliografía

Acevedo, Eduardo, 1933, “Anales históricos del Uruguay”, varios tomos, Mdeo., Barreiro. Barrán y Nahum, 1971, “Historia Rural del Uruguay Moderno”, T.II, Mdeo., EBO. Bértola, Luis, 1991, “La industria manufacturera uruguaya, 1913-1961”, Mdeo., CIEDUR/FCCSS. Bértola, Luis, 1992, “El crecimiento industrial del Uruguay en el último tercio del siglo XIX” (informe de avance), Instituto de Economía. Bértola Luis, 1998 “El PBI uruguayo 1870-1936 y otras estimaciones”, Facultad de Ciencias Sociales, Mdeo. Bértola, Luis, 1999, “El crecimiento de la industria temprana en Uruguay”, inédito. Bértola, L. y Bertoni, R., 2000, “Educación y aprendizaje: su contribución a la definición de escenarios de convergencia y divergencia”, Unidad Multidisciplinaria, FCCSS, D.T. N° 46, Mont evideo. Calicchio, Leonardo, 1996, “Salario y costo de vida en el Río de la Plata, 1907-1930”, Unidad Multidisciplinaria, FCCSS, Montevideo. Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay, varios Tomos. Cortés Conde, Roberto, 1997, “La economía argentina en el largo plazo (Siglos XIX y XX)”, Editorial Sudamericana, Universidad de San Andrés, Buenos Aires. Finch, Henry, 1980, “Historia económica del Uruguay contemporáneo”, Mdeo., EBO. Instituto de Economía, 1969, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, “El Proceso económico del Uruguay”, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración U.R. Jacob, Raúl, 1981, “Breve historia de la industria en Uruguay”, Mdeo, FCU. Jacob, Raúl, 1988, “La industrialización anterior a 1930: Crónica de un debate nunca realizado”, en Industria uruguaya: dos perspectivas (Buxedas, M. Y Jacob R.), FCU/CIEDUR, Montevideo. Korol, Juan Carlos y Sábato, Hilda, 1997, “La industrialización trunca: una obsesión argentina”, en Cuadernos del CISH. Lamas y Piotti, 1981, “Historia de la industria en el Uruguay”, Mdeo, CIU. Millot, J. y Bertino, M., 1996, “Historia económica del Uruguay, 1860-1910”, Mdeo., FCU. Millot, Silva y Silva, 1973, “El desarrollo industrial del Uruguay”, Mdeo, U.R. Rivero, Laura, 1995, Algunas consideraciones en torno al alcance de la legislación proteccionista entre 1888 y 1912”, PIHESUC, Mimeo. Suzigan, Wilson, 1986, “Industria Brasileira: origem e desenvolvimento”, Ed. Brasiliense, Sao Paulo.

8 Idem, Tomo XIII, p. 165.

Page 20: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1
Page 21: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

ANEXO

GRAFICA 1

Importación de vino

0

5000000

10000000

15000000

20000000

25000000

30000000

35000000

1872

1876

1880

1884

1888

1892

1896

1900

1904

1908

1912

1916

1920

1924

1928

1932

año

litro

s

GRAFICA 2

Producción nacional de vino

0

5000000

10000000

15000000

20000000

25000000

30000000

35000000

40000000

45000000

50000000

18

74

18

77

18

80

18

83

18

86

18

89

18

92

18

95

18

98

19

01

19

04

19

07

19

10

19

13

19

16

19

19

19

22

19

25

19

28

19

31

años

litro

s

Page 22: El papel del Estado en la industria temprana uruguayacdn.fee.tche.br/jornadas/1/s8a1.pdfcaracterísticas de un mercado interno capaz de promover el crecimiento de dicho sector. 1.1

GR

AF

ICA

3

Imp. y P

rod. vino per cápita

0 10

20

30

40

50

60

70

1872

1876

1880

1884

1888

1892

1896

1900

1904

1908

1912

1916

1920

1924

1928

1932

1936

o

litros

imp

o

pro

duccº