el papel de los cristianos rr

30
? LOS CRISTIANOS EN LA LUCHA POR LA JUSTICIA Y LA IGUALDAD, DESDE LA OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES 2015 WALTER DEL TRÁNSITO RIVAS 21 DE MARZO DE 2015

Upload: oscar-rene-portillo-escobar

Post on 02-Oct-2015

5 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Acerca de Monseñor Romero

TRANSCRIPT

  • ? LOS CRISTIANOS EN LA LUCHA

    POR LA JUSTICIA Y LA

    IGUALDAD, DESDE LA OPCIN

    PREFERENCIAL POR LOS POBRES

    2015

    WALTER DEL TRNSITO RIVAS 21 DE MARZO DE 2015

  • 2

    NDICE

    INTRODUCCIN........3

    CONTEXTUALIZACIN SOCIAL PARA LA ACCIN CRISTIANA..6

    FUNDAMENTACIN, ESTADO Y PAPEL DE LA TEOLOGA DE LA OPRESIN Y LA MUERTE.9

    ELEMENTOS FUNDAMENTALES, QUE DEBE CONSIDERAR LA TEOLOGA DE LA LIBERTAD Y DE LA VIDA, EN LA CONSTRUCCIN DEL REINO DE DIOS.13

    ANLISIS CRTICO Y TAREAS QUE DEBEN, ASUMIR LOS CRISTIANOS EN LA HISTORIZACIN DEL REINO DE DIOS DESDE LA TEOLOGA DE LA VIDA.17

    EL DESARROLLO ECUMNICO, UNA NECESIDAD HISTRICA.27

  • 3

    INTRODUCCIN

    A continuacin se presenta un conjunto de ideas, producto de anlisis y

    reflexiones, sobre el papel que debe, asumir el cristiano en este

    proceso histrico; por el cual ha transitado la sociedad salvadorea

    desde la guerra civil hasta la actual guerra social. Los planteamientos y

    anlisis realizados, son propuestos desde la perspectiva de un laico,

    que ha interactuado, con diversos sectores cristianos de distintos

    signos nominacionales, ideolgicamente diferentes.

    El documento elaborado, responde a una sntesis histrica que

    sistematiza diferentes inquietudes planteadas, por diversos sectores

    de cristianos e iglesias, con quienes me correspondi desarrollar

    conferencias y seminarios sobre la realidad nacional, particularmente

    con las organizaciones que fueron participantes del Comit

    Permanente del Debate Nacional por la paz (C.P.D.N.) durante la

    transicin de la guerra a la paz; con quienes analizamos, discutimos y

    reflexionamos en los ms variados eventos desarrollados durante los

    aos de 1989 al 92. Con ese antecedente histrico, ulteriores

    discusiones y el estudio sistemtico que he realizado sobre el

    pensamiento de Monseor Oscar Arnulfo Romero y sin pretender

    escribir un texto de reflexiones religiosas ni doctrinales, se trata por

    tanto, de proponer un documento no teolgico en sus formalidades, y

    a lo mejor, los especialistas en este campo, plantearan su reflexiones

    desde otra perspectiva y seguramente tendrn razn, el esfuerzo ms

    bien, est encaminado, a formular algunos puntos de vista que abran la

    discusin, el debate serio y responsable que permita clarificar y definir

    el aporte de los cristianos en la lucha por la justicia y la igualdad desde

    la opcin preferencial por los pobres, los marginados/as y los

  • 4

    excluidos/as, tan indispensable de abordar, en este momento de

    desafos histricos para El Salvador.

    Los cristianos son una gran fuerza social y poltica, cuyas acciones

    tienen enormes consecuencias, en la configuracin de la realidad

    salvadorea. Las posturas que adopten, las decisiones que tomen y las

    acciones que emprendan abierta o veladamente, implican grandes

    efectos para el presente y futuro del pas, en la aspiracin de la

    construccin de una sociedad democrtica que promueva la justicia

    social, desde la esencialidad cristiana encarnada en la historia, al

    respecto se constituye en una gua axiolgica y filosfica la perspectiva

    planteada por Monseor Romero que desde su vivencia de cristiano

    asumi con mucha fuerza la denuncia al orden social y econmico

    existente al definirlo como el gran generador de injusticia estructural

    cuando expresaba: yo denuncio, sobre todo, la absolutizacin de la

    riqueza. Este es el gran mal de El Salvador: la riqueza, la propiedad

    privada como un absoluto intocable y ay del que toque ese alambre de

    alta tensin, se quema! () La propiedad privada no es un absoluto,

    tiene una condicin, que nuestra Constitucin poltica de El Salvador lo

    reconoce cuando dice: La propiedad privada en funcin social. Lo que

    se tiene no es solo para uno. Lo que se tiene es como don de Dios para

    que lo administren al servicio del bien comn. No es justo que unos

    pocos tengan todo y lo absoluticen de tal manera que nadie lo puede

    tocar, y la mayora marginada se est muriendo de hambre.1 En

    consecuencia no se puede hablar de una sociedad democrtica ni de

    justicia social mientras no seamos capaces de realizar las

    transformaciones estructurales que requiere el pas y monseor

    1 Homila del 12 de agosto de 1979

  • 5

    Romero nos sigue orientando al respecto cuando afirma: que Ahora

    bien, la absolutizacin de la riqueza y de la propiedad lleva consigo la

    absolutizacin del poder poltico, econmico y social, sin el cual no es

    posible mantener los privilegios, aun a costa de la dignidad humana.

    Todo est en funcin de los intereses de la oligarqua, una oligarqua

    omnipotente, que siente un desprecio absoluto por el pueblo y sus

    derechos2.

    Quiero sealar que esta es la segunda vez que abordo temas

    relacionados con la visin cristiana, ya en 1991 lo hice como un aporte

    a la reflexin del papel del cristiano en la transicin de la guerra a la

    paz en El Salvador, en esta ocasin lo hago como parte de un humilde

    homenaje a MONSEOR OSCAR ARNULFO ROMERO.

    M.Sc. WALTER DEL TRNSITO RIVAS

    2 Entrevista, La Prensa Latina, 15 de febrero de 1980.

  • 6

    CONTEXTUALIZACIN SOCIAL PARA LA ACCIN

    CRISTIANA

    Durante el conflicto armado el agotamiento del aspecto militar, como

    factor determinante en el desenlace y la solucin de la crisis que vivi

    el pas, abri nuevas opciones y posibilidades, donde cada vez ms la

    solucin poltica al conflicto, a travs del dialogo y la negociacin, se

    constituyo en un camino viable ganando mayores espacios, vigencia

    histrica, legitimidad y perspectiva.

    El proceso de negociacin que finaliz con los acuerdos de paz se

    convirti en el mecanismo fundamental, que en el mediano plazo

    desmonto la guerra armada y abri la conquista de espacios polticos,

    sociales, generando as, condiciones para la lucha por la

    democratizacin real de la sociedad especialmente la democracia

    econmica.

    El enfoque, el anlisis y la interpretacin de la negociacin nunca fue

    vista como concesin del gobierno, de la fuerza armada o de los grupos

    oligrquicos, hegemnicos dueos del capital.

    No fue el producto de su buena voluntad, como lo quisieron hacer

    parecer y creer, a travs de la propaganda masiva de sus instrumentos

    de propaganda radio prensa y televisin que siempre han controlado.

    Por el contrario, el contexto real en el que se plante, reflej la

    expresin de una correlacin de fuerzas expresada a travs del

    equilibrio militar concreto y efectivo, donde en el campo de batalla,

    quedo evidente que las fuerzas armadas los cuerpos de seguridad

    represivos como la guardia nacional, la polica de hacienda y la polica

  • 7

    nacional no pudieron ganar la guerra, a pesar de las enormes ventajas

    y la notable diferencia en la abundancia de recursos que siempre

    tuvieron a su favor respecto a las fuerzas insurgentes.

    La negociacin seria, para alcanzar los acuerdos de paz fue el resultado

    de un abanico de condiciones geopolticas y nacionales; que se

    sustentaron sobre la base del empate militar con las fuerzas

    insurgentes y en consecuencia, la dualidad de poderes que se presenta

    a lo largo de la guerra civil, en el pas se expres en el empate militar

    que hizo posible los acuerdos de paz.

    Con los acuerdos de paz alcanzados en la negociacin, en trminos

    generales, la sociedad Salvadorea se encontr en un proceso de

    transicin de la guerra a la paz, donde el desmontaje de la misma y la

    finalizacin del conflicto armado, no significaron de ninguna manera

    que las causas que dieron origen a doce aos de guerra

    desaparecieran. Monseor Romero cuando nos dice que si la raz no se

    toca, que esta frtil, tiene que seguir produciendo malestar una

    injusticia social a base de una aberracin de la propiedad y de una

    absolutizacin de la riqueza, que para colmo se trata de defender con la

    represin. Y ah est la causa de toda injusticia social y represin.3

    las negociaciones y sus resultados plasmados en el acuerdo de paz,

    lograron finalizar el conflicto armado, sin que se resolvieran

    estructuralmente las causas de la conflictividad social, histricamente

    establecidas en la sociedad, como consecuencia de la injusticia social

    instalada tanto, desde la poca colonial como, en la era del Estado

    3 30 de septiembre, de 1979

  • 8

    Nacin oligrquico de El Salvador y que han hecho, de los conflictos

    una constante histrica en el pas.

    La negociacin formal y los acuerdos logrados, fueron una etapa

    importante y decisiva para continuar el camino de esfuerzo y lucha

    por la justicia social y la democracia, la cual, no se alcanz por arte de

    magia, ni por decreto. Sin duda que la negociacin seguramente ampli

    las libertades polticas y la parte electoral de la democracia la mejor,

    pero presentar severos dficits respecto, a la construccin de un

    modelo econmico ms incluyente en cuanto, a la distribucin ms

    equitativa de la riqueza, seguramente es la parte donde la oligarqua y

    los grupos de poder econmico no quisieron ceder ni un pice. Por

    tanto desde la ptica de Monseor Romero no es progreso y de nada

    sirve tener grandes edificios, tener grandes campos de aviacin,

    grandes carreteras si por ellas no ha de pasar ms que una minora

    privilegiada y no el pueblo, con cuya sangre se hacen todas esas cosas.4

    La superacin y erradicacin de las causas histricas, que dieron

    origen a la guerra, a 23 aos de los acuerdos de paz, dependern

    fundamentalmente de la responsabilidad, del compromiso y del papel

    protagnico, que asuma el pueblo, Monseor Romero nos recuerda que

    Un pueblo desorganizado es una masa con la que se puede jugar; pero

    un pueblo que se organiza y defiende sus valores, su justicia, es un

    pueblo que se hace respetar5 en la solucin de los grandes problemas

    que vive la sociedad, que afectan especialmente a los sectores ms

    pobres del pas, los cuales, han terminado pagando en su totalidad la

    4 11 de noviembre de 1979

    5 2 de marzo de 1980

  • 9

    factura de los costos generados por la guerra civil, la actual guerra

    social, el saqueo de los gobiernos de ARENA y el expolio neoliberal.

    Solo el pueblo salva l pueblo, desde la lgica de Monseor Romero

    plantea la absoluta conviccin en la verdadera necesidad de que el

    pueblo salvadoreo se organice, afirma que son las fuerzas sociales

    que van a empujar, que van a presionar, que van a lograr una sociedad

    autntica, con justicia social y libertad.

    A 23 aos de los acuerdos de paz est claro que el fin del conflicto

    armado Se debe estar claro, no significa que la polarizacin y la

    confrontacin de la sociedad quedaron automticamente resueltas.

    Cualquier tipo de pensamiento simplista que esgrima esta clase de

    argumentaciones debe ser combatido enrgicamente porque es falso,

    seguramente tendremos que prepararnos para una agudizacin de la

    lucha de clases a travs de la confrontacin y la polarizacin

    econmica. Poltica y social por muchos aos.

    Est claro que las fuerzas insurgentes llegaron al gobierno a travs de

    elecciones, pero no al poder y la posibilidad de hacer cambios

    estructurales cada vez es menor, el proyecto alternativo, la utopa que

    impulsan las fuerzas sociales y polticas del pas ms progresistas

    parece en la actualidad difusa.

    Si el pueblo quiere mantener la esperanza, debe de cambiar

    radicalmente sus modalidades, los estilos, las formas de organizacin

    y confrontacin, deben de ser modificadas sustancialmente, de tal

    manera, que la organizacin, movilizacin y la lucha popular logren

    sustituir mantener y acrecentar la intermediacin que actualmente

  • 10

    hacen los partidos, para asumir el papel protagnico en la conquista de

    la democracia econmica, social y poltica.

    La finalizacin de la guerra, plante grandes desafos para todas las

    fuerzas democrticas del pas. Los nuevos escenarios de lucha que se

    abrieron, exigieron de una renovada y creativa capacidad para

    organizar y movilizar al ms amplio y plural sujeto social en torno de

    un proyecto de nacin alternativo, tratando de construir consensos y

    entendimientos con los ms variados y diversos sectores que fuera

    posible, sin embargo la ausencia organizada del pueblo ha dejado en

    manos de los poderes facticos ya estos globales, oligrquicos o

    burgueses expresados a travs de partidos polticos como los nicos

    protagonistas en las transformaciones de la realidad salvadorea. Al

    respecto Monseor Romero hace un llamamiento a los cristianos:

    dicindoles no les est prohibido organizarse es un derecho y en

    ciertos momentos, como el de hoy, es tambin un deber. Porque las

    reivindicaciones sociales, polticas tienen que ser no de hombres

    aislados, sino la fuerza de un pueblo que clama unido por sus justos

    derechos.6

    Qu hacer para lograr mejor efectividad en el desafi

    histrico?

    La praxis social y poltica despus de los acuerdos de paz, ha

    demostrado que no siempre es suficiente tener razn. No basta que las

    causas sean justas y le asista el derecho de la verdad histrica.

    6 16 de septiembre de 1979

  • 11

    En esta situacin, se conjuga una nueva gama de factores que, en el

    momento de la confrontacin, la cual probablemente seguir an ms

    agudizada en los prximos veinticinco aos, en los planos econmico,

    poltico, social y cultural, contra las fuerzas autoritarias y que

    seguramente les costar democratizarse, pueden definir el xito o el

    fracaso de los ideales y anhelos que se busca materializar para el

    mejoramiento de las condiciones de vida de las mayoras populares.

    Monseor Romero nos pone en perspectiva de modo enrgico

    dirigiendo su mensaje a los que se inclinan a permanecer pasivos en

    esta coyuntura tan decisiva; a los que se contentan con esperar para

    ver si les toca la oportunidad de beneficiarse (); a los que quieren ser

    solo espectadores, a ver cmo el Gobierno cumple sus promesas; nos

    recuerdo tambin lo que dice Medelln en el documento de Paz,

    nmero dieciocho: Son, tambin, responsables de la injusticia todos

    los que no actan en favor de la justicia con los medios de que

    disponen, y permanecen pasivos por temor a los sacrificios y a los

    riesgos personales que implica toda accin audaz y verdaderamente

    eficaz. La justicia y, consiguientemente, la paz se conquistan por una

    accin dinmica de concientizacin y de organizacin de los sectores

    populares, capaz de urgir a los poderes pblicos, muchas veces

    impotentes en sus proyectos sociales sin el apoyo popular.

    Las fuerzas sociales y polticas, para ser ms efectivas, deben superar

    una serie de rezagos ideolgicos, que han frenado la capacidad de

    acumulacin, crecimiento y desarrollo, debido a los frecuentes errores

    cometidos en la concepcin estratgica y tctica para organizar a las

    mayoras populares. Sin embargo, durante la guerra, ninguna

    equivocacin en el movimiento social, represent un peligro serio que

  • 12

    alterara la correlacin de fuerzas, debido a que la dualidad de poderes

    siempre, estuvo edificada sobre la base, del equilibrio en la

    correlacin y una dualidad de poderes fundamentada en el empate

    militar.

    En la nueva situacin que generaron los acuerdos de paz, no fue nada

    fcil sustituir el equilibrio basado en la correlacin y dualidad de

    poderes fundamentado en la parte militar, por otra que se sustentar

    en la capacidad de actuacin de las fuerzas sociales y polticas

    democrticas; la consecuencia fueron cuatro gobiernos de derecha

    neoliberal pro globalizacin, sin controles y pro oligrquicos. Por tanto,

    si se quiere generar algunos cambios, algunas reformas en los

    gobiernos actuales es indispensable que cada fuerza social y poltica

    debe hacer su mejor esfuerzo organizativo, para acumular y movilizar

    al sector del pueblo que representa, asumiendo con capacidad,

    honestidad y decisin, el papel que le corresponda protagonizar en el

    momento preciso.

    Se debe tener presente, que en los nuevos escenarios cualquier error

    de las fuerzas sociales, por mnimo que sea, tendr un alto costo que

    puede echar a perder el esfuerzo acumulativo. Se debe estar listo y

    preparado, por que de no ser as, se corre el riesgo de llegar tarde a la

    cita, cuando el tren de la historia est demasiado lejos y ya no se puede

    abordar. A 23 aos de los acuerdos de paz, la transicin sigue siendo

    un espacio histrico en disputa, donde, se presenta la disyuntiva de

    luchar por la hegemona de una sociedad democrtica, incluyente y con

    justicia social o permitir que se perpete el proyecto econmico

    privatizador y neoliberal que los grupos dominantes del capital

    oligrquico y las transnacionales tienen en mente.

  • 13

    Las breves reflexiones estructurales y coyunturales planteadas,

    presentan el espacio social, econmico, poltico y cultural en que se

    sabe contextuar el papel de las iglesias y de los cristianos en la lucha

    por la justicia y la igualdad, es en este marco, donde se le debe intentar

    dar repuesta a las siguientes interrogantes:

    Qu debe hacer el cristiano, para luchar y garantizar el proyecto

    justicia y de vida para desarticular el proyecto de la muerte?

    Cul debe ser, el papel concreto del cristiano aqu y ahora?

    Cmo se puede historizar la idea del reino de dios en la historia

    de El salvador desde el pensamiento de Monseor Romero?

    Cul debe ser, el papel que asuman las iglesias identificadas con

    una teologa de la vida y la libertad que buscan la justicia y la

    igualdad desde la opcin preferencial por los pobres?

    FUNDAMENTACIN, ESTADO Y PAPEL DE A TEOLOGA DE

    LA INJUSTICIA, LA DESIGUALDAD, LA OPRESIN Y LA

    MUERTE

    Desde la llegada, conquista y dominacin espaola, la religin cristiana,

    por medio de la iglesia, jug un papel de primer orden, a travs de los

    procesos masivos de evangelizacin forzosa a que fueron sometidos

    los pueblos precolombinos.

    La sumisin al Dios del conquistador, fue el principal sostn ideolgico

    que utilizaron los invasores, para justificar los abominables medios y

    formas de dominacin y explotacin implantados durante la poca

    colonial.

  • 14

    La religin introyect, en la conciencia del indgena, una imagen

    enajenante de adoracin, de obediencia, de respeto y fidelidad a un

    Dios que se personalizaba en el opresor, constituyndose en la

    principal arma pacifica utilizada por el conquistador para avasallar a

    los conquistados.

    Sometiendo, dominando y explotando en el nombre de Dios. En este

    sentido, se puede afirmar categricamente que la religin

    histricamente, ha jugado un papel esencial para la dominacin y el

    sometimiento de las clases desposedas en El Salvador, La religiosidad

    ha sido un instrumento de control social, utilizado por las clases

    dominantes para alienar y adormecer al pueblo, en los ltimos

    quinientos aos. El discurso religioso oficial de los opresores, ha

    magnificado la salvacin espiritual del ser humano, ha sostenido

    categricamente que la vida terrenal es una preparacin espiritual.

    Algo as como un periodo de duras pruebas para ganar la salvacin y

    ascender de despus de la muerte, al cielo, donde se encuentra el reino

    de Dios, para gozar eternamente, por los siglos de los siglos, de todas

    las comodidades que no se tuvieron en la vida terrenal.

    Tales planteamientos ideolgicos, han tratado de justificar una vida

    llena de penurias y de extrema miseria, a la que han sido condenados

    millones de seres humanos que padecen la pobreza extrema en El

    Salvador.

    A falta de alimento material se recomienda el alimento espiritual. Se

    olvidan que la pobreza material es generadora de miseria espiritual

    cuando las personas son degradadas en sus condiciones de

    sobrevivencia.

  • 15

    Los idelogos religiosos de las clases dominantes, han promovido una

    prctica de fe, que destaca el individualismo, el egosmo y la bsqueda

    del beneficio personal. Se ensea a pensar en funcin del yo. Se ensea

    a adorar a un Dios que esta muy lejos, en algn lugar del universo,

    desde donde lleva un control exhaustivo de cada ser humano,

    inventariando las acciones malas y las acciones buenas, que valora

    segn el cdigo moral revelado a travs de la Biblia y manipulado

    segn sus propias conveniencias.

    El Dios del opresor, no se manifiesta ni se descubre en la historia. El

    Dios de la muerte se presenta como un juez que castiga o premia, a

    quienes actan en contra de su voluntad o la cumplen.

    Las clases dominantes, en su teologa de la opresin, se han encargado

    de presentar su moral, su marco tico, sus valores y sus intereses,

    como las normas y los preceptos de la moral cristiana que ha dictado

    Dios.

    Ante la injusticia social se recomienda, como todo un buen cristiano,

    mantenerse al margen de los conflictos sociales que se dan entre los

    seres humanos, los cuales, se presentan como producto de la maldad

    que cada ser humano lleva en su corazn, como consecuencia del

    pecado original. Se sentencia que por alguna razn dios quiere que las

    cosas sean as.

    La teologa de la dominacin, se ha encargado de hacer elaboraciones

    tericas y fijarlas como normas de conductas, de una practica de fe, en

    relacin con la participacin activa en la poltica, donde se sostiene que

    la religin no tiene nada que ver con ella y, si se quiere ganar la vida

    eterna en el paraso, es mejor no participar, porque son actos

  • 16

    desaprobados por Dios, sin embargo se les hacen enrgicos llamados

    para rechazar cualquier proyecto poltico progresista, se les pide a los

    feligreses que voten o apoyen a los partidos o fuerzas polticas

    reaccionarias. Por otra parte, se inculca como principio, la obediencia

    a la autoridad establecida, la legitimacin y la sumisin a los poderes

    que hegemonizan en la sociedad y en algunas sectas cristianas,

    inclusive, se le da una connotacin sagrada a la existencia de las

    fuerzas armadas y del poder que ejerce la oligarqua y los grupos

    econmicos, presentndolos en conformidad y correspondencia con la

    voluntad, la bendicin y la ley de Dios, fundamentando sus

    planteamientos en textos bblicos con un enfoque y explicaciones

    exegticas trasnochadas con todo el arsenal ideolgico reaccionario.

    Los idelogos cristianos de la teologa de la muerte, han sido severos

    crticos de a participacin directa de los cristianos en poltica, Han

    lanzado toda una campaa de injurias para quienes han asumido la

    opcin por los pobres, desde su condicin de cristianos, pero, contrario

    a las predicas desaprobatorias que han sostenido por mucho tiempo,

    en la nueva coyuntura se estn preparando para lanzarse a la lucha

    poltica por el poder. Son evidentes y abundantes los nexos de muchos

    pastores y sacerdotes al servicio del poder poltico y econmico

    dominante.

    Por su parte, al cristiano humilde, sencillo y sumido en la ignorancia, se

    le sigue inculcando una prctica de fe basada en la conformidad y la

    impotencia. Se le ensea que cualquier cosa que le pase es por

    designios del seor, se le ha configurado un pensamiento acrtico,

    segn el cual, si le sucede algo, lo califica como pruebas que el seor le

    ha puesto, en el camino de la salvacin y, si son cosas buenas, cree que

  • 17

    son bendiciones o seales de que est cumpliendo con todos los

    preceptos bblicos y que, est llevando una vida como Dios ordena y

    quiere que sea.

    Las consecuencias sociales de una prctica de fe, tal como la

    promociona y la ensea la teologa de la muerte y de la opresin,

    fortalecen estructuralmente al sistema de explotacin y de injusticia

    vigente en la sociedad salvadorea. Por lo tanto, es necesario

    desenmascarar y denunciar la teologa de la muerte y descubrir las

    races polticas que envuelve, la aparente asepsia poltica de su

    purismo y misticismo religioso de doble moral.

    Probablemente, en un futuro cercano, muchos pastores y sacerdotes

    conservadores, mostraran abiertamente su adhesin poltica, a

    partidos polticos y fuerzas de derecha.

    ELEMENTOS FUNDAMENTALES, QUE DEBE CONSIDERAR

    LA TEOLOGA DE LA LIBERTAD Y DE LA VIDA, EN LA

    CONSTRUCCIN DEL REINO DE DIOS

    La sociedad salvadorea, es profundamente religiosa en sus diferentes

    expresiones y matices de la doctrina cristiana, por razones histricas,

    cuyo origen se sita en la conquista y colonizacin espaola, que a

    fuerza de sangre y vejaciones introdujeron el cristianismo.

    Ya sea que el cristiano realice su prctica de fe congregado en una

    iglesia o no, lo cristiano forma parte de la idiosincrasia del salvadoreo

    y es un rasgo fundamental de la cultura nacional, que configura la

    personalidad del ciudadano. Esto debe ser considerado seriamente

    para hacer viable cualquier proyecto de nacin.

  • 18

    En este contexto, hay que afirmar, de manera categrica, que el

    mensaje religioso y el discurso teolgico se convierten en excelentes

    medios o instrumentos portadores de concepciones y visiones

    econmicas, sociales y polticas, culturales y morales a travs de los

    cuales, se puede ocultar, desinformar y deformar o adaptar la realidad

    a intereses de determinados grupos o clases sociales. Monseor

    romero nos recuerda que un cristiano que defiende posiciones injustas,

    ya no es cristiano7, nos plantea que no podemos callar en un mundo

    tan injusto8 y para seguir defendiendo la justicia social9 es necesario

    tomar consciencia de la realidad histrica.

    Se debe sealar tambin que el mensaje religioso puede ser al mismo

    tiempo un extraordinario medio, para conocer, penetrar, desmitificar

    y desideologizarla realidad en su esencia, constituyndose en un

    mensaje debelador de la verdad histrica. Conocern la verdad y la

    verdad los har libres.

    Es indiscutible, que cualquier mensaje religioso lleva implcita o

    explcitamente una connotacin poltica, que genera efectos de

    movilizacin o desmovilizacin social. Un mensaje de ese tipo puede

    cohesionar y llevar a la accin al pueblo cristiano o, por el contrario,

    transformarse en un inmovilizador social, adormecedor de conciencia

    y, consiguiente, convertirse en el opio del pueblo.

    En una sociedad como la salvadorea, tan polarizada y confrontada, en

    la que se ha librado una lucha frontal por los distintos agentes

    7 16 de septiembre de 1979

    8 8 de julio de 1979

    9 10 de febrero de 1980

  • 19

    protagnicos, en todos los mbitos, se acepte o no, consciente o

    inconscientemente, el terreno religioso, se ha constituido, en un

    enconado campo de batalla, en el que la confrontacin entre

    concepciones religiosas y las diferencias entre las iglesias, han sido

    mucho mas profundas que la lucha por sumar un mayor numero

    de almas, ganadas para la vida eterna. Refleja ms bien las opciones

    y el papel asumido frente a la crisis y el conflicto que vive el pas.

    En la actualidad, es evidente que los sectores religiosos, que directa o

    indirectamente, se constituyeron en sostenes ideolgicos del proyecto

    dominante neoliberal, estn a la ofensiva por lo menos en dos

    direcciones complementarias. Por una parte, alcanzaron un

    crecimiento impresionante de sus iglesias, lograron organizar,

    movilizar y cohesionar a grandes masas de la poblacin que ha pasado,

    de ser una cristiandad pasiva, como parte de los perfiles y rasgos de la

    cultura nacional a un cristiano militante de conviccin, instruidos con

    el arsenal ideolgico ms conservador que se encuentra en los textos

    bblicos, constituyndose en un verdadero gran ejercito de cristianos

    de fcil manipulacin por sus lderes religiosos, quienes son fieles y

    dogmaticos defensores de una concepcin cristiana, que fortalece el

    modelo del capitalismo de globalizacin neoliberal salvadoreo.

    Por otra parte los cristianos conservadores en la actualidad tienen una

    gran influencia en los partidos polticos, son fuertes grupos de poder,

    con gran incidencia conservadora, debido a que constituyen una gran

    fuerza social y este reacomodo en poltica fue replanteado solo

    despus de dos o tres intentos fallidos de formar partidos polticos con

    fuerte orientacin cristiana evanglica en un esfuerzo religioso, con

    orientacin a formar una especie de concertacin o ecumenismo

  • 20

    conservador, donde no solo se pretenda disputar y mantener la

    hegemona en el mbito cristiano, sino tambin tomar por asalto la

    direccin y control del aparato del Estado. Seguramente no tendrn

    xito y en el futuro, fortalecern mejor las opciones y alternativas de

    partidos polticos laicos ya existentes tanto de izquierda como de la

    derecha.

    La interrogante obligada a responder es Cmo lo han logrado? Es

    indiscutible que las sectas religiosas y iglesias conservadoras, cuentan

    con grandes masas de recursos, con financiamiento internacionales

    abundantes, no solo para su reproduccin, sino tambin para su

    expansin y desarrollo. Adems, tienen a su disposicin un poderoso

    aparato de propaganda, que funciona a diferentes niveles: cuenta con

    varias radio emisoras evanglicas y transmiten programas religiosos

    en su mayora de las estaciones de radio comerciales; difunden sus

    programa a travs de la televisin, tanto en los canales comerciales,

    como en el estatal; cuentan con editoriales e imprentas que se

    encargan de la reproduccin y edicin de los panfletos que reparten en

    los parques, en los buses y en la calle, as como, de las revistas y de los

    libros de estudio que utilizan para los procesos de reclutamiento;

    tambin cuentan con libreras. Pero quizs el trabajo ms efectivo, lo

    realizan sus miembros, quienes efectan una labor de hormiga,

    cotidiana y sostenida, llevando incansablemente el mensaje de la

    Buena nueva a toda la poblacin, facilitndole as, su insercin y

    fortalecimiento.

    Pero hay algo ms que la abundancia de recursos y las facilidades que

    les proporciona el sistema. Hay que reconocer que actan

    sistemticamente con una fuerza de conviccin, con tenacidad, con

  • 21

    voluntad, con entrega a su causa y con ciertas capacidades que hacen

    efectiva su misin resultantes de sus muy dogmaticas convicciones.

    A las iglesias denominadas fundamentalistas o sectas, hay que

    reconocerles, que tanto sus idelogos de cpula, sus dirigentes, sus

    cuadros intermedios, asi como sus bases, se han forjado una disciplina

    de trabajo perseverante y metdico, que les permite cumplir los

    objetivos que se proponen. Tambin debe reconocrseles, que sus

    cuadros se han cualificado en su preparacin acadmica cristiana. Son

    muy conocedores y estudiosos de la biblia han que sus enfoques e

    interpretaciones estn armados con el arsenal ideolgico ms

    conservador, la cual manejan con mucha facilidad, usndola como

    soporte ideolgico para justificar cualquier tipo de actuacin. A partir

    de los contenidos bblicos elaboran su marco cognoscitivo, La utilizan

    de contexto axiolgico para justificar sus concepciones y sus acciones

    sobre la realidad social, econmica y poltica.

    La presentan como la nica fuente de inspiracin, para cohesionar y

    movilizar a su base social, saben aplicar mtodos persuasivos, que les

    dan, como resultado mucha eficiencia en la labor organizativa.

    Es de puntualizar que en estas iglesias, mucha de la gente que entra

    cargada de problemas personales y familiares, encuentra una

    respuesta positiva, lo que interpretan como fiel testimonio de la

    presencia y la accin directa de Dios sobre ellos, debido a que

    abandonaron la vida de pecadores y lograron la conversin personal al

    todopoderoso. Y en cierto sentido, a nivel individual, obtienen un tipo

    de transformacin psicolgica, que les resuelve algunos problemas

    temporal o definitivamente, desde la ptica enajenante y sumisa que se

  • 22

    inculca. Sin embargo el mtodo es efectivo y la gente siente un cambio

    en sus vidas a nivel personal y familiar lo integra a una estructura y se

    convierte en un verdadero soldado religioso.

    ANALISIS CRTICO Y TAREAS QUE DEBEN, ASUMIR LOS

    CRISTIANOS EN LA HISTORIZACIN DEL REINO DE DIOS

    DESDE LA TEOLOGA DE LA VIDA

    La teologa de la opresin y de la muerte, debe ser combatida por el

    pueblo de Dios, por los cristianos autnticos. Todos los cristianos

    tienen un desafo y una enorme tarea, en la lucha por instaurar una

    teologa de la libertad y de la vida, que haga posible la historizacin del

    reino de Dios aqu y ahora.

    El ser humano es la criatura predilecta en la creacin de Dios y este,

    desea que sea libre. No le puso cadenas a nadie, cre el mundo para

    que hombres y mujeres vivieran y satisficieran todas sus necesidades,

    compartiendo colectivamente los beneficios de la creacin y de su

    trabajo. Pero, en El Salvador, una pequeo grupo de personas que

    constituyen los sectores econmicamente privilegiados, se ha

    apropiado de la diminuta porcin de la creacin llamada El Salvador y

    de la riqueza social producida con el trabajo de toda la colectividad;

    dndose as, el origen histrico, del pecado estructural, que a diario se

    manifiesta a travs de la opresin y de la injusticia social.

    Los cristianos, desde su condicin y opcin preferencial por los pobres,

    se han revelado y libran la batalla, por transformar el orden social

    existente. El camino hacia la salvacin colectiva y la erradicacin del

    pecado estructural es duro, lleno de pruebas y sacrificios que a diario

    demuestran la fortaleza moral, la autenticidad de los principios y de los

  • 23

    valores cristianos, como testimonio de fe de nuestro pueblo y fuente

    inagotable de liberacin, frente a las fuerzas del mal.

    Pero se debe reconocer, que no se ha optimizado todo el potencial de

    conviccin y de fe, traducido en energa, tenacidad y esfuerzo

    sostenido puesto al servicio de la construccin del reino de dios aqu y

    ahora.

    El esfuerzo y el trabajo de evangelizacin de las iglesias, con opcin

    preferencial por los pobres, ha estado altamente cargado de mucho

    voluntarismo y activismo, con ausencia de marcos referenciales

    objetivos y crticos de la realidad. Por ello en parte, se acta con mucho

    espontanesmo, sin visin clara de las metas, de los objetivos, con

    muchas vacilaciones e indecisiones resultantes de la improvisacin. No

    me cabe duda, que ninguna iglesia, ni sus lderes y feligreses han

    planificado de manera consciente, que su labor al servicio del proyecto

    de dios en la historia, sea reducida y limitada, es precisamente por no

    planificar que se ven en estas circunstancias.

    Se trabaja con indisciplina, conformismo, acomodamiento, con

    bastante apata, con altos niveles de burocratizacin y poca

    comunicacin interna. Se crean intereses y privilegios personales, que

    en algunos casos compiten con los institucionales; hay divisionismo

    expresado en la existencia de sectas, que lesionan gravemente el

    fortalecimiento y el desarrollo de las iglesias.

    La improvisacin, la dispersin y la duplicidad de esfuerzos, generan

    desgastes innecesarios por la realizacin de grandes sacrificios y

    esfuerzos, invirtiendo recursos humanos, fsicos y econmicos, que no

    producen los resultados deseados sino, por el contrario, llevando, en

  • 24

    muchos casos, al borde de la frustracin. Pero con todo lo anterior, los

    cristianos progresistas son la fuerza portadora del cambio debelador

    del plan de dios en la historia de El Salvador.

    Es necesario, que los sectores cristianos comprometidos con el

    proyecto de vida, mejoren sus niveles de eficiencia y la capacidad de

    administrar, los limitados recursos de que disponen, lo cual, exige el

    diseo de una proyeccin estratgica que se traduzca en un plan de

    desarrollo, que no es otra cosa ms, que la utopa reveladora con plazo

    de realizacin, operativizada en programas y en proyectos

    contextualizados en los nuevos escenarios, de la transicin de la guerra

    a la paz, demandaron una readecuacin de las iglesias de cara a

    enfrentar los problemas del siglo XXI y de nuevo se necesita una gran

    reconversin de las prcticas de fe y proyeccin de las iglesias de cara

    a contribuir a solucionar los complejos problemas de la sociedad

    salvadorea.

    Deben tambin, reelaborarse una nueva concepcin estratgica y

    mtodos, para los nuevos procesos de evangelizacin, que de cara al

    futuro inmediato se deben plantear.

    Si la aspiracin de los cristianos con autentica opcin preferencial por

    los pobres, es la materializacin del plan de Dios en la historia

    salvadorea, se debe luchar por historizar el reino. Esto requiere de la

    definicin clara de una estrategia concreta y del planteamiento y la

    solucin acertada de algunos problemas fundamentales, que se

    generan en la dinmica social, en cuanto, a la especificidad del perfil y

    el papel del cristiano.

  • 25

    El cristiano debe tener claridad, de cules son las tareas histricas que

    debe asumir, para la edificacin del reino. En este sentido, la primera

    tarea que debe cumplir con responsabilidad es la de ser realmente

    cristiano autentico, sin dobleces, transparente, no solo de predicas ni

    de discursos, no de frases espectaculares, no de palabras, sino de

    acciones y de ejemplos.

    La mejor predicacin de un cristiano debe estar testificada en su vida

    cotidiana, como el mejor ejemplo de la prctica de su fe.

    Los cristianos comprometidos no solo deben estar dispuestos al

    sacrificio, al martirio y a la entrega por la construccin del reino, como

    proyecto colectivo de salvacin, sino que, tienen que estar concientes

    que la esencialidad cristiana se manifiesta en su dimensin de persona.

    Con frecuencia se encuentran cristianos con serias contradicciones

    entre su opcin colectiva y su ser personal. Por una parte, estn

    dispuestos a entregar hasta sus vidas si fuera necesario pero, por otra

    parte, se reproducen en ellos todos los pecados que se manifiestan en

    la sociedad: la prepotencia, la altanera, el egosmo, el individualismo,

    el arribismo, la intolerancia, su actuar prepotente y verticalista.

    Un nuevo enfoque del perfil del cristiano, no debe descuidar lo

    espiritual inclusive lo trascendental. Es necesario retomar a la persona

    con sus problemas, con sus debilidades, con sus defectos y

    aspiraciones, anhelos, virtudes, pensamientos, porque si bien, el

    pecado estructural determina la forma de vida de la sociedad en su

    conjunto, no hay que subvalorar que, la conversin personal juega un

    papel de primer orden.

  • 26

    Modificar las estructuras sociales, econmicas y polticas, sin lograr la

    conversin espiritual del ser humano, no es el mejor camino para

    lograr la salvacin colectiva. As como, tampoco, se debe pensar, que

    modificando el espritu y el corazn de hombres y mujeres sin

    transformar las estructuras se puede historizar el reino.

    La superioridad moral del cristiano comprometido, no solo debe

    quedar demostrada por su abnegacin y entrega al trabajo colectivo,

    por un mundo mejor, sino que tambin por internalizar y ser portador

    personal de esos valores nuevos y superiores que sern instaurados en

    el reino.

    La efectividad de la labor cristiana exige mucho ms que la disposicin,

    la buena voluntad y los deseos de querer hacer bien las cosas.

    Demanda de una mayor capacidad, la cual se logra a travs de la

    preparacin sistemtica.

    Es indispensable que los cristianos progresistas den ms nfasis en su

    preparacin acadmica y teolgica, en la elaboracin de una lectura

    popular de la Biblia, lo que significa aprender a entenderla,

    descodificarla, desideologizarla y aplicarla como fundamento espiritual

    para la vida en la lucha por la justicia y la igualdad, accesible para el

    entendimiento y enseanza en los ms amplios sectores de cristianos,

    constituyndose en un gran desafo que demanda creatividad y

    educacin permanente de todos aquellos que realizan trabajo pastoral

    y evangelizador en general.

    Organizar y movilizar al pueblo de Dios, es la principal tarea del

    cristiano en la lucha por edificar una sociedad ms humana.

  • 27

    Sin embargo, se debe tener presente que cualquier manipulacin o

    desnaturalizacin poltica de la especificidad cristiana, desgasta a

    cualquier iglesia. Por tanto, se debe rechazar enrgicamente y

    combatir con mucha determinacin a los mercenarios de la fe; es un

    grave error tratar de instrumentalizar a las iglesias en cualquier

    sentido, lo que no niega de ninguna manera la participacin de los

    cristianos en poltica, ni que algunos polticos puedan ser verdaderos

    cristianos y pertenecer a determinadas iglesias y, mas aun, se demanda

    la participacin de las iglesias en poltica, como una necesidad, como

    un hecho histrico y una realidad que nadie puede cuestionar. Pero eso

    debe ser sin desnaturalizar ni violentar el perfil de las iglesias. Las

    iglesias no tienen que ser apndices de partidos polticos ni los

    sacerdotes y pastores cobrar notoriedad poltica por su condicin de

    lder espiritual, este es un balance diferenciado por una lnea muy

    delgada fcilmente violentada, que genera altos costos en la

    credibilidad de las iglesias.

    EL DESARROLLO ECUMNICO, UNA NECESIDAD

    HISTRICA

    Los cristianos constituyen, una gran fuerza social en la nacin, que en

    grandes sectores de la sociedad, se encuentran desmovilizados y

    desorganizados polticamente, por las predicas de la teologa de la

    opresin y de la muerte.

    Los cristianos se encuentran dispersos y divididos, por diferencias o

    contradicciones que en su mayora, son de carcter secundario por su

    contenido y que deberan ser fcilmente superadas, pero en su forma,

  • 28

    se tornan fundamentales y son causa de serios empantanamientos para

    forjar la unidad.

    No se le debe hacer el juego a la teologa de la muerte, que trata de

    fraccionar a los cristianos para neutralizar, fragmentar, dispersar y

    desarticular, los aportes del cristiano en este periodo de la historia.

    Es necesario que los cristianos, hagan grandes esfuerzos para

    fortalecerse, desarrollarse y construir la unidad, como expresin

    colectiva de Dios actuando y forjando la nueva historia nacional con

    una visin de justicia desde la opcin preferencial por los pobres; y

    edificar as, con hechos y acciones una nueva prctica y un concepto

    renovado de fe y convivencia cristiana.

    La nocin y praxis del ecumenismo, debe enfocarse como un espacio

    social de las iglesias para llegar a acuerdos, para los consensos, las

    concertaciones y acciones comunes que como iglesias deben de

    emprender unidas, porque hay convergencias en sus motivaciones,

    ideales, aspiraciones e intereses mutuos.

    Las prcticas ecumnicas, deben dar un salto de calidad fundamental,

    donde se pase de un ecumenismo formal y protocolario, a un esfuerzo

    de unidad mayor de las iglesias y de los cristianos.

    Los esfuerzos realizados en este marco, son importantes pero

    insuficientes, no basta un ecumenismo que se limite a dar conferencias

    de prensa, firmar comunicados y celebraciones conjuntos de cultos; si

    bien, estos hechos por si solos, son significativos e importantes y

    representan cierto grado de desarrollo, el momento histrico exige

    ms particularmente un trabajo de base mayor, que introyecte en el

  • 29

    pensamiento de los cristianos la necesidad de participar, y unidos, si

    aspiramos a historizar el reino de Dios en El Salvador.

    Construir la unidad con los cristianos significa, el respeto a las

    diferencias que cada iglesia o sector de hermanos tiene y del

    fortalecimiento de los puntos de inters comn, no se trata de sumarse

    al esfuerzo de una iglesia en particular y que entorno y en funcin de

    ella circunscribir el trabajo de todos; eso sera un hegemonismo que

    contribuira muy poco a fortalecer el campo cristiano.

    El dialogo franco, honesto, sincero y con amplitud de criterios, es vital

    entre los cristianos para superar las diferencias que frenan y limitan, la

    contribucin en la edificacin de la nueva sociedad.

    Es necesario que todas las iglesias que fortifican el proyecto de vida, se

    pongan en ofensiva en forma organizada y sistemticamente,

    elaborando un plan comn para el periodo de transicin con fines,

    objetivos y metas claramente definidas para la post-guerra y la

    reconstruccin nacional.

    Las iglesias comprometidas con el proyecto de vida, deben de

    reelaborar nuevos enfoques, nuevos conceptos, mtodos, mecanismos,

    procesos y tcnicas de evangelizacin popular, que se identifiquen con

    las necesidades comunes y cotidianas del cristiano de las mayoras

    populares. Los nuevos procesos de evangelizacin deben de constituir

    una verdadera alternativa cristiana para las mayoras populares; la

    cual, exige un trabajo intenso y sostenido con la base; y si es,

    imperativo, andar casa por casa, tocando puerta por puerta, tanto en la

    ciudad como en el campo, se debe hacer. Hay que llevar el mensaje a

    todos los rincones de la nacin, hasta la puerta de la casa de nuestro

  • 30

    pueblo, no les queda otro camino, donde no solo bastarn las buenas

    intenciones, ser eficientes es una necesidad para la viabilidad de

    historizar el pensamiento de SAN ROMERO DE AMRICA

    Esta es una labor que se debi haber comenzado ayer, pero an puede

    empezar ahora, pues maana ser demasiado tarde, si las iglesias

    conservadoras y fundamentalistas se expanden ms y su crecimiento

    alcanza la meta propuesta, establecida por proyecciones

    geoestratgicas imperiales, de un milln de evanglicos conservadores

    para El Salvador resultara difcil resolver algunos de los grandes

    problemas estructurales del pas desde la racionalidad.

    San Salvador, 21 de marzo de 2015