El Pan Y El Vino Pastor Hugo García Cuarto Servicio de Santa Cena Guatemala, 4 de noviembre del Año De La Revelación

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Dentro de nosotros hay muchos que han logrado muchas cosas en esta tierra, pero eso no es suficiente, necesitamos la revelación del propósito de Dios para nuestra vida y sabemos que éste es grande. A veces vemos que las cosas se ponen difíciles en la vida, pero son necesarias para poder ser trasladados a dimensiones diferentes y con ello alcancemos el propósito de Dios. Génesis 14:16-17 LBLA Y recobró todos sus bienes, también a su pariente Lot con sus posesiones, y también a las mujeres y a la gente. 17 A su regreso después de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, es decir, el valle del Rey. En este pasaje Abram ha recuperado a su sobrino Lot, y le sale al encuentro el rey de Sodoma, lo que nos dice que el enemigo va a salirnos al encuentro para hacernos caer, pero sabemos que está vencido, y Dios nos dará la oportunidad de vencerlo con lo que ha puesto en nuestro corazón. Génesis 14:18 LBLA Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo. El rey de Salem sacó pan y vino y le ministró santa cena a Abram. Si somos sinceros con el Señor, Él nos bendecirá si le creemos, la revelación caerá sobre nosotros. Melquisedec sacerdote del Dios Altísimo, es Cristo, el único que puede darnos la bendición del amor eterno de Dios el cual puede cambiar nuestro corazón. Génesis 14:19-20 LBLA Y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram el diezmo de todo. Dios bendijo a Abram, y le dijo que sus enemigos estarían en su mano. El enemigo de nuestras almas está vencido. Una de las cosas con las que el enemigo quiere hacernos caer es con problemas económicos, pero si tenemos la revelación del Señor, entonces el Señor nos permitirá gozar de la bendición económica que podamos tener. La revelación de Dios vendrá sobre nosotros para que podamos diezmar, para que no seamos mezquinos. Cuando no le damos al Señor lo que corresponde, la bendición del Señor no viene completa sobre nosotros, no debemos dar solo una parte del diezmo, sino lo que corresponde. Puede suceder que se esté deteniendo la bendición de Dios si no diezmamos y damos. La revelación vendrá a nuestra vida incluso para poder diezmar y ofrendar, darle al Señor lo que corresponde para poder recibir Su bendición. Abram bendijo a sus generaciones al diezmar, rompió las maldiciones de pobreza. Para nosotros, cuando la revelación que trae la santa cena cae sobre nosotros, entonces podemos romper con las cosas que generacionalmente traemos y que nos han servido de adversidad en la vida. El pan y el vino que Melquisedec ministró a Abram también le dio la revelación para poder responder al rey de Sodoma cuando le propuso un trato incorrecto.

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Génesis 14:21-23 LBLA Y el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas y toma para ti los bienes. 22 Y Abram dijo al rey de Sodoma: He jurado al SEÑOR, Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, 23 que no tomaré ni un hilo ni una correa de zapato, ni ninguna cosa tuya, para que no digas: "Yo enriquecí a Abram." El rey de Sodoma, figura del enemigo, quiere las almas, pero Melquisedec había jurado, probablemente en el momento que tomó el pan y el vino, que no tomaría nada del rey de Sodoma, para que no se dijera que este le había dado la bendición. El Señor es quien nos bendice, el Dios vivo y poderoso que primero corrige nuestras vidas para poder bendecirnos y enriquecernos, es quien nos da sin que nos haga daño. El que es prosperado en todo, es aquel que ha entendido la revelación del pan y el vino y la ha recibido para su vida. Incluso en nuestra casa Dios ha de bendecirnos y por ello nosotros podemos bendecir, pues nuestra boca tiene poder, por lo que lo que debemos decir sobre los nuestros, deben ser solo bendiciones. Hebreos 7:9-10 LBLA Y, por decirlo así, por medio de Abraham aun Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos, 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. La santa cena trae bendición sobre bendición, pues hasta las generaciones que aún están en nuestros lomos serán bendecidos. 1 Samuel 16:19-21 LBLA Entonces Saúl envió mensajeros a Isaí y dijo: Envíame a tu hijo David, el que está con el rebaño. 20 Tomó Isaí un asno cargado de pan, un odre de vino y un cabrito, y los envió a Saúl con su hijo David. 21 David fue a Saúl y le servía; y Saúl lo amó grandemente y lo hizo su escudero. Vemos a Isaí, aquí figura del Padre, David como figura del Hijo y a Saúl como figura nuestra, amando al Hijo. Isaí envía pan y vino a Saúl, lo que nos indica que la santa cena restaura nuestra relación con Jesucristo, pues dice que Saúl amó grandemente a David. Si amamos al Señor grandemente, sin límites, el vino, es decir, la sangre de Cristo nos permitirá bendecir a otros. Eclesiastés 9:7-8 LBLA Vete, come tu pan con gozo, y bebe tu vino con corazón alegre, porque Dios ya ha aprobado tus obras. 8 En todo tiempo sean blancas tus ropas, y que no falte ungüento sobre tu cabeza. Al hacer cosas buenas delante del Señor, nuestras obras serán aprobadas y podremos participar de la santa cena con gozo y a su vez la santa cena activa el querer hacer el bien a los demás. Eclesiastés 9:7 BLS ¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! Eclesiastés 9:7 DHH ¡Vamos, pues! Disfruta del pan que comes y goza del vino que bebes, porque a Dios le han agradado tus acciones.

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Dentro de las acciones que debemos hacer que agraden al Señor, debe estar nuestro servicio, pero para poder servir sin que se convierta en una carga, debemos adorar antes al Señor, pues la Palabra dice: “al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás”. El Señor se goza cuando le servimos con amor y sin cargas. La santa cena también nos activa para poder servir al Señor. Eclesiastés 9:9 DHH Goza de la vida con la mujer amada,[d] cada instante de esta vida sin sentido que Dios te ha dado en el mundo. ¡Éso sacarás de trabajar y fatigarte tanto debajo del sol! Dios nos puede dar la revelación para que sepamos vivir con nuestras esposas, pues ellas son bendición. Las mujeres han sido dadas a los varones para que ellos las molden como esposas, y Él mismo dará la revelación para que podamos hacerlo y amarlas como corresponde. No podemos cambiar a las personas, sino que es por medio del Espíritu Santo que pueden haber cambios en aquellos que amamos. Nuestros hijos desean vernos felices con la mujer que Dios nos dio, debemos volver a los días del principio de nuestra relación cuando éramos detallistas. La revelación del pan y el vino puede enseñarnos también, el cómo amar adecuadamente a nuestro cónyuge. 1 Corintios 11:23-24, 27-29 DHH 23 Porque yo recibí del Señor esta enseñanza que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan en sus manos, 24 y después de dar gracias a Dios lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo,[q] entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mí.” 27 Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor.[u] 28 Por tanto, examine cada uno su propia conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. 29 Porque el que come y bebe sin considerar que se trata del cuerpo del Señor, para su propio castigo come y bebe. Dios nos da hoy la oportunidad de que a través de la santa cena, es decir, del pan y el vino podamos obtener la revelación necesaria para llevar adecuadamente nuestro hogar y para que nuestros enemigos sean vencidos, para que las promesas que nos dio hace mucho tiempo, sean despertadas, que sean limpios nuestros recuerdos y nuestros pensamientos. El pan y el vino, también serán útiles para que podamos salir de los desiertos y no muramos en ellos, también revela lo que tenemos dentro, pues Judas al mojar su pan en el plato del Señor, le fue revelada su traición, pero Dios quiere que nos volvamos a Él y nos arrepintamos para que seamos limpios y salvos.