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Artigrama, núm. 28, 2013, pp. 171-189. ISSN: 0213-1498 El Palacio de Sástago, centro cultural de la Diputación Provincial de Zaragoza José Ignacio Calvo Ruata* Abstract El Palacio de los condes de Sástago, edificio renacentista de 1570 situado en el centro urbano de Zaragoza y declarado Bien de Interés Cultural, fue adquirido por la Diputación Provincial de Zaragoza en 1981. En 1984, terminadas las primeras fases de restauración, fue abierto al público como centro cultural. Desde entonces ha mantenido una actividad permanente, principalmente dedicada a exposiciones, pero también a conciertos, conferencias, presentaciones, etc. Dentro del primitivo solar del palacio, se ubica el archivo-biblioteca de la Diputación, cons- truido de nueva planta y denominado Biblioteca Ildefonso Manuel Gil. Palabras clave Palacio de los condes de Sástago, Diputación Provincial de Zaragoza, Exposiciones en Zaragoza, Medalla de honor Europa Nostra, Biblioteca Ildefonso Manuel Gil. Abstract The Counts of Sástago Palace, reinassance building located at the Zaragoza downtown and listed as historic monument, was purchased by the Diputación Provincial de Zaragoza in 1981. In 1984, as soon as the first stages of restoration were finished, it was opened to the public as a cultural center. Since then, a permanent activity has been supported, mainly de- voted to exhibitions, but also to concerts, lectures, presentations, etc. Within the primitive plot of the palace, it is placed the archive-library of the Diputación, new construction denominated Biblioteca Ildefonso Manuel Gil. Key words Counts of Sástago Palace, Diputación Provincial de Zaragoza, Exhibitions in Zaragoza, Europa Nostra medal of honour, Ildefonso Manuel Gil Library. * * * * * Tras los azarosos años de la llamada transición democrática, la España de los años ochenta del pasado siglo XX asistió a la consolidación de unas estructuras políticas maduras, lo que tuvo repercusiones de profundo al- cance sociocultural. Entre ellas, una decidida implicación de los poderes públicos en la promoción de la Cultura. En este nuevo marco sociológico * Servicio de Restauración de la Diputación Provincial de Zaragoza. Dirección de correo elec- trónico: [email protected].

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Artigrama, núm. 28, 2013, pp. 171-189. ISSN: 0213-1498

El Palacio de Sástago, centro cultural de la Diputación Provincial de Zaragoza

José Ignacio Calvo Ruata*

Abstract

El Palacio de los condes de Sástago, edificio renacentista de 1570 situado en el centro urbano de Zaragoza y declarado Bien de Interés Cultural, fue adquirido por la Diputación Provincial de Zaragoza en 1981. En 1984, terminadas las primeras fases de restauración, fue abierto al público como centro cultural. Desde entonces ha mantenido una actividad permanente, principalmente dedicada a exposiciones, pero también a conciertos, conferencias, presentaciones, etc. Dentro del primitivo solar del palacio, se ubica el archivo-biblioteca de la Diputación, cons-truido de nueva planta y denominado Biblioteca Ildefonso Manuel Gil.

Palabras clave

Palacio de los condes de Sástago, Diputación Provincial de Zaragoza, Exposiciones en Zaragoza, Medalla de honor Europa Nostra, Biblioteca Ildefonso Manuel Gil.

Abstract

The Counts of Sástago Palace, reinassance building located at the Zaragoza downtown and listed as historic monument, was purchased by the Diputación Provincial de Zaragoza in 1981. In 1984, as soon as the first stages of restoration were finished, it was opened to the public as a cultural center. Since then, a permanent activity has been supported, mainly de-voted to exhibitions, but also to concerts, lectures, presentations, etc. Within the primitive plot of the palace, it is placed the archive-library of the Diputación, new construction denominated Biblioteca Ildefonso Manuel Gil.

Key words

Counts of Sástago Palace, Diputación Provincial de Zaragoza, Exhibitions in Zaragoza, Europa Nostra medal of honour, Ildefonso Manuel Gil Library.

* * * * *

Tras los azarosos años de la llamada transición democrática, la España de los años ochenta del pasado siglo XX asistió a la consolidación de unas estructuras políticas maduras, lo que tuvo repercusiones de profundo al-cance sociocultural. Entre ellas, una decidida implicación de los poderes públicos en la promoción de la Cultura. En este nuevo marco sociológico

* Servicio de Restauración de la Diputación Provincial de Zaragoza. Dirección de correo elec-trónico: [email protected].

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del panorama nacional encaja plenamente la implantación del Palacio de los Condes de Sástago de la Diputación Provincial de Zaragoza como uno de los más importantes espacios para la difusión cultural que han operado en Aragón durante las últimas cuatro décadas.

Notas históricas sobre el edificio

Si hubo una centuria dorada para la arquitectura civil zaragozana, sin duda fue el siglo XVI. El caserío de la ciudad fue objeto de una vigorosa renovación que dio lugar a un peculiar tipismo constructivo renacentista, del que se han ocupado ya numerosos estudios, y que tuvo sus frutos más granados en los encargos patrocinados por las familias principales. Uno de los máximos exponentes, ya tardío, fue la casa que mandó edificar don Artal de Alagón y Martínez de Luna, III conde Sástago, en el Coso zaragozano, donde aún sigue. La obra fue capitulada entre este y el maes-tro de obras morisco Lope Chacho en 1570. En tan solo cuatro años el edificio estaba en gran parte acabado. Sin renunciar a sus peculiaridades, respondía básicamente al modelo arquitectónico que se había consagrado en el siglo: fachada exterior de ladrillo rematada en galería de “arquillos” (en este caso, galería adintelada) bajo potente rafe o alero de madera ornamentada y luna o patio interior con columnatas baja y alta de pleno lenguaje clásico, entre otras características. Pronto sería conocida como Casa del Virrey, en atención al cargo para el que fue nombrado don Artal en 1574.

Durante más de doscientos años el inmueble mantuvo su plena función palacial y acogió relevantes acontecimientos ligados a la familia propietaria.1 Entre otros huéspedes ilustres, recalaron en él Felipe II y Carlos IV. Con Fernando VII fue sede del cuartel general del Ejército de Aragón, bajo el mandato de José Palafox. Las transformaciones decimo-nónicas propiciaron, sin embargo, que acabara siendo compartimentado y alquiladas sus dependencias para distintos usos. El más sobresaliente, la adaptación de la planta noble y planta segunda como espacios del Casino de Zaragoza,2 conspicuo ejemplo de esta clase de entidades recreativas que florecieron en la España del siglo XIX. Periodo especialmente esplendo-roso fueron los años finales de la centuria, cuando el arquitecto y socio del casino Ricardo Magdalena reformó los salones nobles del edificio al

1 Alfaro Lapuerta, E., La Casa de Sástago, Zaragoza, Publicaciones de “La Cadiera”, CVII, 1956.2 Blasco Ijazo, J., “El Casino de Zaragoza tiene una brillante historia”, en ¡Aquí… Zaragoza!,

Zaragoza, 1948-1960, vol. V (1954), pp. 157-174; Blasco Ijazo, J., Historia del Casino de Zaragoza, Zaragoza, Publicaciones de “La Cadiera”, 1972.

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gusto neobarroco (1889). Pocos años después se habilitó una hermosa biblioteca. A partir de 1920 el Banco Español de Crédito se estableció en la planta baja y transformó la histórica luna en un patio de operaciones al uso en la arquitectura bancaria de la época, lo que condujo al completo enmascaramiento de su fisonomía renacentista. Estas y otras actividades comerciales acogió el palacio mientras continuaba siendo propiedad de la casa nobiliaria de Sástago. Momento crítico tuvo lugar en los años setenta al declararse una supuesta amenaza de ruina que hubiera permi-tido su derribo. En 1974 los profesores Guillermo Fatás y Gonzalo Borrás denunciaban las espurias intenciones que acechaban: potentísimos negocios (…) andan empeñados en demostrar la ruina de la noble construcción, unidos en común e inexplicable esfuerzo con algún arquitecto (…) que afirma en documento escrito y ante la opinión pública que dicha fachada [del palacio] es poco menos que un pastiche sin valor.3 Felizmente la secular inercia zaragozana de dar paso a la piqueta quedó truncada, a la par que el inmueble quedó bajo el amparo de la máxima protección legal mediante su declaración como Monumento Nacional (hoy Bien de Interés Cultural):

Se declara monumento histórico artístico de carácter nacional la fachada, el gran salón anterior que corre a lo largo de la misma, la galería interior y la escalera del Palacio de los Condes de Sástago de Zaragoza, según la delimitación que figura en el plano unido al expediente (D. 2826/74 de 20 de julio, BOE 7 de octubre de 1974).

No obstante, el edificio estaba abocado a una degradación imparable si no mediaba una solución radical. Entra entonces en escena la Diputa-ción Provincial de Zaragoza, cuya sede casi colindaba con el noble caserón. En sesión plenaria del 10 de noviembre de 1981 acordó su compra por 160.000.000 de pesetas (equivalente a casi un millón de euros) a la familia Escrivá de Romaní, que mantenía el título condal de Sástago. Simultánea-mente, al finalizar ese mismo año expiraba el contrato de arrendamiento de los espacios ocupados por el Casino de Zaragoza. Se retiró la centenaria sociedad, pero dejaba tras de sí una valiosa colección de obras de arte, muebles, libros y otros enseres que la misma Diputación acordó comprar por 125.000.000 de pesetas (unos 750.000 euros) en sesión del 25 de junio de 1982.4 Comenzaba ahora el gran reto de restaurar el edificio y dotarlo de nuevos usos públicos que fueran acordes a su categoría monumental y a su estratégica ubicación en la ciudad.

3 Fatás, G. y Borrás, G. M., “El penúltimo réquiem”, Aragón (fascículo coleccionable nº 1), s/l, s/a, Zaragoza, SIPA, 1974.

4 Todos los bienes muebles de naturaleza artística se encuentran catalogados en http://web.dpz.es/arscatalogi.es/.

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93.41 m²

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Zaguán.Local. Tienda de cerámica de Muel,antigua pastelería Zorraquino.Local. Antes librería de arte yPatronato Provincial de Turismo.Patio. Para uso de exposiciones yotros eventos.Sala de arcos.Sala 1. Exposiciones.Sala 2. Exposiciones.Sala de música.Sala 3. Exposiciones.Corredor porticado.Jardín.Archivo-biblioteca IdelfonsoManuel Gil.

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La restauración del palacio

Una primera actuación tuvo como objetivo rehabilitar varios espacios interiores de la planta baja que se correspondían con antiguos aposentos del palacio. Se ganaron así las primeras salas que iban a ser empladas para exposiciones y que quedaron inauguradas en octubre de 1984 con una muestra dedicada a la fotografía de Santiago Ramón y Cajal, una de las más brillantes facetas del científico universal al margen de sus labores investigadores.

Pero el reto más importante de cara a recuperar los valores monu-mentales del edificio, centrado en el antiguo patio, no se culminaría hasta el año siguiente.5 Las columnas de la planta baja se hallaban embutidas en muros modernos. Fue preciso liberarlas todas ellas, removerlas de su lugar para reforzar su cimentación e injertarles volúmenes de nueva factura a partir del trabajo de cantería realizado sobre alabastro extraí-do, como el original, de la zona de Fuentes de Ebro. Se reconstruyó la escalera claustral principal, que había perdido su tercer tramo. Las labores de los escayolistas se aplicaron a regenerar los destrozos que se habían producido en frisos y molduras de yeso (aljez, según terminología pretérita). El alero interior de madera requirió, asimismo, una intensa actuación de carpintería para su saneamiento y reposición de piezas de talla. Finalmente, con objeto de proteger el patio de la intemperie y ganarlo como ámbito expositivo, fue cubierto con una claraboya traslú-cida de policarbonato inspirada en la bóveda de la basílica de Vicenza, reformada por Andrea Palladio en el siglo XVI. De cara al planteamiento de muchos de estos trabajos resultó ser de gran utilidad el documento original por el que se contrataron las obras de construcción del palacio entre el conde de Sástago y el maestro de obras Lope Chacho en el año 1570, documento en el que se describían con detalle los términos de la intervención.6

La apertura al público de todo el conjunto de la planta baja del Palacio de Sástago tuvo lugar el día 6 de octubre de 1985, con la inaugu- ración de la exposición La ilusión viaja en tranvía. Centenario de los tran-vías de Zaragoza. Directo testimonio de estos acontecimientos recogió la revista Triángulo en su número 10: celebramos un centenario y abrimos

5 Monserrat, C., Palacio de Sástago. La recuperación de un patio renacentista (folleto), Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1985; Monserrat, C., “Palacio de Sástago. La recuperación de un patio renacentista”, Triángulo, 10, Zaragoza, 1985, pp. 20-27; Samitier, E., “Palacio de Sástago: historia de un rescate”, Semanal Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 2-II-1986), pp. 18-23.

6 Gómez Urdáñez, C., Arquitectura civil en Zaragoza en el siglo XVI, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 1987-1988, vol. I, pp. 221-225 y 254-255, y vol. II, doc. 135, pp. 388-390.

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Fig. 1. Fachada del Palacio de Sástago en el Coso de Zaragoza. Foto archivo del Servicio de Restauración, DPZ.

Fig. 2. Patio renacentista del Palacio de Sástago. Foto Javier Romeo, archivo del Servicio de Restauración, DPZ.

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a los ciudadanos un palacio recién recuperado, eran las palabras que daban comienzo al editorial. En su interior, un artículo dedicado a las obras de restauración se iniciaba con lo que podemos considerar toda una declaración de intenciones sobre los usos que se pretendía hacer del edificio y que el tiempo ha confirmado: desde el 6 de octubre Zaragoza cuenta con un nuevo palacio recuperado. Sástago, situado en pleno centro de la ciudad, ha renacido tras cuatro años de trabajo para convertirse en un centro de cultura e historia.7

Las intervenciones continuaron8 y en enero de 1987 el edificio se hizo acreedor de la Medalla de Honor concedida por la asociación Europa Nostra por la magnífica restauración de un palacio renacentista de finales del siglo XVI y por su adaptación como importante centro cultural. El galardón fue entregado a la Corporación Provincial de manos de la reina doña Sofía.9 Al año siguiente, 1998, concluyó la restauración de la fachada principal del Coso, otra etapa digna de reseña. Se consolidó la sujeción del alero exterior con un zuncho de hormigón y se restauró la materia lígnea; en cuanto al gran paño de ladrillo, se limpió, se repusieron las piezas perdidas aprovechando las antiguas de la obra ya inútiles, y se lustró e impermeabilizó mediante la técnica llamada de “estuco caliente”.10 Con la fachada recuperada, pudo también disponerse la apertura de los dos locales comerciales que a ella daban. En el lado derecho se estableció mediante concesión una librería especializada (1988-1996) que enrique-cía con la exhibición y venta de catálogos y libros de arte el escaparate cultural del palacio. Posteriormente el local pasó a convertirse en espacio de atención al público del Patronato Provincial de Turismo, hasta que en 2003 fue definitivamente cerrado y trasladado este servicio al local del 4º Espacio, en los bajos del edificio Plaza de España 1, integrado en el complejo arquitectónico del Palacio Provincial. En el lado izquierdo de la fachada de Sástago se situaba la antigua pastelería Zorraquino, que mantenía el genuino frontispicio de madera dispuesto en el siglo XIX por

7 Monserrat, C., “Palacio de Sástago…”, op. cit., p. 20.8 Valero Suárez, J. M. y Rentería, I. de (coord.), Recuperación de un patrimonio. Restauracio-

nes en la provincia. Diputación de Zaragoza (catálogo exposición), Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1987, pp. 117-123.

9 Monserrat, C., Palacio de Sástago (folleto), Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1987; González, C., “Medalla de honor de Europa Nostra al Palacio de Sástago”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 29-I-1987), p. 9; “El palacio de Sástago, medalla de honor de «Europa Nostra»”, La solana, 19, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, febrero de 1987, pp. 6-7; (Redacción), “Sástago recibirá su premio de manos de la Reina”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 19-XII-1987), p. 11.

10 Martínez Alfonso, C., “Sástago reestrenará su fachada en primavera”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 24-XI-1987), p. 9; J. D. L., “La fachada del Palacio de Sástago, restaurada”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 7-X-1988), p. 5; Calvo Ruata, J. I., “Con la cara lavada”, Triángulo, 17, Zaragoza, 1988, pp. 29-32.

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encargo de Victorino Zorraquino. Respetando dicho frontispicio, el local fue habilitado en 1992 para la venta de piezas artesanales producidas en el Taller de Cerámica de Muel, dependiente asimismo de la Diputación.11 Hoy continúa con el mismo uso.

Los salones principales y biblioteca ocupados por el Casino de Za-ragoza habían llegado al año 1981 en estado bastante aceptable, salvada la suciedad superficial, de modo que no costó mucho ponerlos a punto. Faltaban, no obstante, numerosas dependencias interiores por seguir recuperando. Un nuevo empuje se produjo entre 1992 y 1995, cuando se acometieron las obras de la segunda planta, la de las antiguas falsas del palacio que en 1905 habían sido reconvertidas bajo la dirección del arquitecto Luis de la Figuera en salones y salas para uso del casino. Los veinte ventanales adornados con vidrieras de los blasones de Aragón que habían sido realizados por encargo del casino hacia 1919 en los talleres Quintana de Zaragoza para el cerramiento de la arquería de la planta noble,12 retirados al liberarse y cubrirse el patio renacentista, fueron re-situados con fin similar un piso más arriba, por encima de la bóveda de policarbonato. Quedaron recuperadas, entre otras estancias, el gran salón de baile de gusto historicista que el casino había habilitado a principios de siglo, dotado de vistas al Coso a través de la galería superior “de arqui-llos”; una suntuosa sala dotada de chimenea y otra sala orientada hacia el jardín, de soleadas ventanas modernistas.13

El último gran proyecto arquitectónico llevado a cabo en el pala-cio tuvo lugar en su parte trasera, orientada al sur, entre los años 2000 y 2003.14 Dentro del conjunto de una fachada muy desnaturalizado, se conservaban en planta baja vestigios ocultos de una columnata renacen-tista que debió de sustentar un porche o solanar ante el huerto o jardín. A partir de estos restos se pudo restituir el porche completo elaborando columnas de cantería de nueva factura. Sólo dos originales han quedado como testigos, semiintregadas al muro. Para una mejor funcionalidad, el porche fue acristalado, configurando un luminoso corredor que da al actual patio de manzana ajardinado. Al final de dicho corredor se hallaba la zona más degradada del conjunto arquitectónico, lugar que

11 (Redacción), “Cerámica de Muel”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 10-X-1992), p. 48.12 Blanco, L. y Clemente, E., Blasones aragoneses en el antiguo palacio de los condes de Sástago de

Zaragoza, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 1998.13 (Redacción), “Concluye otra fase de las obras del palacio de Sástago”, Heraldo de Aragón,

(Zaragoza, 16-VIII-1992), p. 6; García, M., “Un proyecto ‘estrella’ de la DPZ. La Institución Fernando el Católico inicia las obras de su biblioteca”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 30-VIII-1994), p. 25; M. Á. R., “Sástago estrena nuevas salas”, El Periódico, (Zaragoza, 24-V-1995), p. 28.

14 Navarro Trallero, P. J. (coord.), Restauración del patrimonio histórico en la Provincia de Zaragoza (1999-2003), Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 2003, pp. 383-399.

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durante décadas había albergado un popular local de uso recreativo, los billares La Unión. Su estado cochambroso y nulo valor monumental hacía inviable su rehabilitación y permitía disponer de un solar que daba solución a la apremiante necesidad de poner adecuadamente en servicio los fondos bibliográficos y documentales de la Diputación. Se proyectó la construcción de un edificio funcional de nueva planta cuyas obras fueron iniciadas en octubre de 2000.15 Concluidas estas, se abrió al público bajo el nombre Biblioteca Ildefonso Manuel Gil. Consta en el subsuelo de dos plantas que albergan el principal depósito de libros y de documentación administrativa. En planta calle se sitúa el área de recepción de visitantes y la sala de usuarios. En los tres pisos sobre rasante se alojan dependencias administrativas y el depósito del Archivo del Reino de Aragón. El edificio posee más de 3.000 metros lineales de estanterías, con capacidad para más de 100.000 volúmenes.

En la zona sur de la planta noble del palacio quedó recuperada una amplia pieza con arreglo a la disposición original que presentaba en 1919, incluidas dos columnas de fundición, con sus capiteles, de gusto ornamen-tal historicista. Fue bautizada con el nombre Salón Ricardo Magdalena, en recuerdo del famoso arquitecto que a finales del siglo XIX había dirigido la remodelación de los salones más espléndidos del casino.

Los dos principales facultativos responsables de las intervenciones descritas fueron los arquitectos provinciales José María Valero Suárez (periodo 1981-1993) y Pedro Navarro Trallero (periodo 1993-2003).

El Palacio de Sástago, centro cultural

Conforme las distintas partes del edificio iban recuperándose para su uso, sucesivas prestaciones fueron entrando en servicio, dando lugar a una amplia programación cultural, hoy en activo, de la que haremos breve sumario retrospectivo.16

15 García, M., “La Institución Fernando el Católico publicó más de 60 libros en 1996”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 10-I-1997), p. 47; García, M., “Las obras de la biblioteca de la DPZ concluirán en 2001”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 21-X-2000), p. 54; García, M., “Un nuevo archivo-biblioteca para Zaragoza”, Heraldo de Aragón, (Zaragoza, 28-III-2002), p. 32.

16 Para el periodo 1984-1995 toda la actividad cultural quedó compendiada en: Romero, A. (coord.), Un palacio para la cultura, 1984-1995. Palacio de Sástago, Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1995. Por las concomitancias de dicha publicación con el presente artículo, conviene reseñar cuáles fueron sus contenidos básicos de acuerdo con su división en capítulos:

— Primero: historia, recuperación y características del edificio.— Segundo: exposiciones, con una serie de consideraciones previas sobre el ideario, progra-

mación, tipos de exposiciones, modo de producirlas, elaboración de los catálogos, publicidad, diseño gráfico, etc., seguido de la recopilación sistemática, con sus fichas técnicas, de las 123 exposiciones habidas en el periodo. Los objetivos que la programación de exposiciones buscaba alcanzar se

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El monumento

La impresión más obvia e inmediata que transmite el Palacio de Sástago es su carácter monumental, cualidad intrínseca a él y que está legalmente reconocida en su declaración como Bien de Interés Cultural. Es cualidad permanente de la que siempre podrá disfrutar el visitante, primeramente por la aprehensión del edificio en todo su conjunto y, más en particular, por el singular valor de tres ámbitos concretos que son el patio, los salones nobles y la biblioteca. Traspasados los grandes portones que dan acceso desde la calle, impacta la grandeza y elegantes proporciones del patio renacentista, configurado en planta baja por una columnata anillada en su tercio inferior, dotada de fustes estriados y ca-piteles de orden jónico. Sustenta una estructura adintelada sobre la que se levanta la arquería del piso superior, de finas columnas abalaustradas. Las labores de talla en alabastro fueron realizadas por los canteros Juan de Ramudio padre e hijo (1572-1573).17

Como ya se ha indicado, los salones principales de la planta noble con vistas al Coso habían sido suntuosamente remodelados en 1889 según proyecto de Ricardo Magdalena.18 Los muros del salón mayor fueron re-vestidos de tapices fingidos (“tapices de pincel”, pintados al óleo), con te-mas históricos y alegóricos que fueron encargados a los reputados artistas Marcelino Unceta, Dionisio Lasuén, Joaquín Pallarés, Antonio Aramburu y Ángel Gracia Pueyo. En la bóveda, ricamente decorada, se habilitó el es-pacio central para una representación alegórica de la ciudad de Zaragoza

pueden condensar en estas palabras: los criterios básicos para realizar las programaciones (…) han partido del análisis más minucioso y concienzudo de las diferentes manifestaciones artísticas y culturales que se han producido espectacularmente en el seno de una sociedad tan cambiante como la actual, en la que la información sobre cualquier tipo de realización artística mundial encuentra inmediata acogida. Y ello se ha traducido en una honda preocupación e inquietud (…) de la población (…) de sentirse integrada (…) en la dinámica internacional (…) sin perder de vista sus referencias autóctonas [pp. 41-42].

— Tercero: creación videográfica, con comentario previo y recopilación de todas las sesiones que tuvieron lugar entre 1984 y 1991.

— Cuarto: programaciones de conciertos que tuvieron lugar en la Sala de Música (1984-1995).— Quinto: ciclos, conferencias y presentaciones de libros y revista (1989-1995).— Sexto y siguientes: exposiciones de la Diputación Provincial de Zaragoza externas al Palacio

de Sástago (salas del Palacio Provincial, itinerantes y Monasterio de Veruela).Anteriormente se habían publicado dos anuarios más breves: Monserrat, C., Sástago, 1984-

86, Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1986, y Losilla, J., Sástago. 1986-1987, Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1988. Véase también Espacios para exposiciones. Diputaciones Pro-vinciales de Huesca, Teruel y Zaragoza (folleto), Zaragoza, Diputaciones Provinciales de Huesca, Teruel y Zaragoza, 1989, s/p.

17 Gómez Urdáñez, C., Arquitectura civil…, op. cit.18 Sala-Valdés, M. de la, “Breve reseña del Casino de Zaragoza y catálogo descriptivo de las

pinturas que posee dicha sociedad”, pos-scriptum en Herranz y Laín, C., Casino de Zaragoza. Catálogo de las obras de su biblioteca seguido de una reseña histórico-descriptiva de las pinturas que la sociedad posee, Zaragoza, 1890; Hernández Martínez, A., Ricardo Magdalena, arquitecto municipal de Zaragoza (1876-1910), Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 2012, pp. 170-172.

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que realizó el pintor Alejandro Ferrant. En el salón anejo se colocaron retratos de ilustres aragoneses del pasado (Jerónimo Zurita, Bartolomé Leonardo de Argensola, Ramón Pignatelli, Francisco de Goya…).19

El tercer foco de interés monumental es la antigua biblioteca del casino, estancia proyectada por el arquitecto Luis de la Figuera en 1905. Está dotada de una extensa librería mural, acristalada y dividida en dos pisos por un balconcillo corrido. Lo más notable son los trabajos de cerra-jería que lo embellecen, de estilo modernista, realizados por el artesano Pascual González.20

Exposiciones

Sin duda son las exposiciones los eventos temporales del palacio que más entidad y resonancia han adquirido de cara a la ciudadanía. Ha con-tribuido a ello la amplia pluralidad de propuestas que se han dado, a las que han sido sensibles muy diversos públicos, y la apertura continuada a una programación permanente. Su muy elevado número —en marzo de 2014 se cuenta un total de 257 exposiciones— hace imposible un repaso pormenorizado de todas ellas, pero sí puede ensayarse una somera siste-matización de las mismas con arreglo a sus perfiles.

Como ocurre en muchas salas o galerías, la creación artística ha sido materia de interés predominante en Sástago. Empezando por el “arte an-tiguo”, las exhibiciones han versado sobre el escultor renacentista Damián Forment (1996),21 la pintura flamenca en cobre del Barroco (1997), el también pintor barroco Vicente Berdusán (2006), el settecento veneciano (1990), aspectos del dibujo en la Edad Moderna con algunas referencias a Goya (1992, 1996 y 2008), el mismo Goya a través del retrato de El Empecinado (1996), las caricaturas de Honoré Daumier (2008-2009), la pintura de género histórico en su relación con Aragón (1989), el realismo académico de la saga de pintores Madrazo (2011) y los dibujos arqueo-lógicos de Bernardino Montañés (1998-1999).

Al siglo XX pertenecen algunos grandes nombres del arte contem-poráneo internacional que han estado presentes en las salas, desde his-tóricos vanguardistas de distintas tendencias como André Derain (1997), Raoul Hausmann (2008-2009), Jean Dubuffet (2005-2006), Serge Poliakoff

19 Sobre el patrimonio mueble del Casino de Zaragoza véase Sala-Valdés, M. de la, “Breve reseña…”, op. cit., pp. 289-313; Calvo Ruata, J. I., Patrimonio Cultural de la Diputación de Zaragoza. I. Pintura, Escultura, Retablos, Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 1991, pp. 87-130.

20 Biel, P. y Hernández, A., “Pascual González y la renovación de las artes del hierro en Ara-gón”, Seminario de Arte Aragónes, XLVIII, Zaragoza, 1999, pp. 313-364, espec. pp. 340-341.

21 Se indica entre paréntesis el año de exposición.

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(2003), Victor Vasarely (1998) y Corneille Guillaume van Beverloo (2001), hasta artistas de la postmodernidad como el alemán Joseph Beuys (1989-1990), la japonesa Yoko Ono (2000) o los italianos Fabricio Plessi (1988) y Mimmo Paladino (2007-2008). Sin olvidar algunos españoles cuya fama traspasó fronteras: Hermen Anglada Camarasa (2013), Salvador Soria (1994-1995), Jorge Oteiza (2009) y Antonio Saura (1988 y 1991), todos ellos ya fallecidos; o los todavía activos Eduardo Arroyo (1993), Cristóbal Toral (2013), Luis Gordillo (1994) y Ferrán García Sevilla (1995).

Desde un punto de vista más local se ha perseguido la reafirmación de un buen número de artistas de la tierra que han consolidado una carrera de prestigio. Estas exposiciones tuvieron, en general, carácter antológico. A título póstumo figuraron Ramón Acín (1988-1989), Honorio García Condoy (2000), Fermín Aguayo (2005), Santiago Lagunas (2013-2014), Javier Ciria (1994), Manuel Viola (1989), Julián Borreguero (1996) y Án-gel Maturén (2010-2011). El resto han tenido la oportunidad de exponer en vida, aunque algunos hayan luego fallecido: Eduardo Salavera (1987), Ángel Aransay (1987), La Hermandad Pictórica Aragonesa —Ángel y Vicente Pascual Rodrigo— (1987), Alberto Duce (1988), Gonzalo Tena (1989), Víctor Mira (1990), José Baqué Ximénez (1993-1994), Martín Ruizanglada (1995), Joaquina Zamora (1996), Francisco García Torcal (1997), Guillermo Pérez Bailo (1997), Antonio Fortún (1999), Juan José Vera (2001), Francisco Rallo Lahoz (2001-2002), Ricardo Santamaría (2004-2005), Pascual Blanco (2005), Daniel Sahún (2007), Sergio Abraín (2008), Vicente Pascual Rodrigo (2009), José María Martínez Tendero (2010) y Julia Dorado (2011). La lista podría proseguir con otros nom-bres de artistas aragoneses que en el momento de mostrar sus obras más bien se encontraban en estado emergente, aunque eran ya reconocidos por la crítica.

Sin abandonar el terreno netamente artístico de los siglos XX y XXI, ha de hacerse mención de las exposiciones colectivas. Las ha habido de muy diverso signo: surrealistas aragoneses (1999), la transvanguardia italiana (1986), escultores españoles (1988), pintores españoles (Por la Pintura —1991— y Los años pintados —1994—), escultores vascos (1985), escultores aragoneses (1985), realismo mágico en Aragón (1989), arte joven (1987, 1988, 1990, 2006), becarios de la Casa de Velázquez (1987), Grupo Forma (2002), etc. Han tenido asimismo carácter de colectivas las resul-tantes de la selección de obras que desde 1986 se hacía de las presentadas al premio Isabel de Portugal (a partir de 1995 denominado premio Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal), convocado inicialmente por la Insti-tución “Fernando el Católico” pero partir de 1996 directamente por el Área de Cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza. En su primera

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convocatoria se establecieron las secciones de Pintura, Escultura y Dibujo. En la segunda (1987) se añadió la sección de Fotografía y en la undécima (1997) la de Grabado. A partir de 2000 el premio pasó a especializarse de acuerdo con la siguiente alternancia: año 1, Pintura; año 2, Escultura e Instalaciones; año 3, Fotografía, Infografía y Grabado; año 4, de nuevo Pintura, y así hasta la XXVI convocatoria que tuvo lugar en 2012.

Otra forma enriquecedora de acercarse al arte contemporáneo ha sido a través de las colecciones estables, cuya naturaleza es diversa en razón de su carácter público o privado, origen geográfico, personalidad de los promotores, gustos y demás circunstancias. Se han paseado por el Palacio de Sástago, entre otras, las siguientes: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Naturalezas españolas, 1988), colección Maeght de dibujos (1990), colección Arte Contemporáneo (1991), colección Carmen Thyssen-Bornemisza (La pintura española del cambio de siglo, 1998), colección De Pictura (2001), colección de la galería Miguel Marcos (2004), colección Alfonso Artiaco (2005), colección de la galería Pepe Cobo (2007), colec-ción Los Bragales (2010) y colección de Ernesto y Claudio Esposito (China next door, 2012).

Las cinco exposiciones que se han dedicado a las restauraciones del patrimonio histórico-artístico de la Provincia de Zaragoza tienen especial significación para la Diputación por cuanto han sido el escaparate público de las elevadas inversiones que desde principios de la década de 1980 se vienen realizando en este ramo. La primera tuvo por título Recuperación de un patrimonio. Restauraciones en la provincia (1987). Las cuatro siguientes respondieron todas ellas al mismo nombre genérico de Joyas de un patri-monio (1990-1991, 1999, 2003 y 2011). Espíritu similar tuvo Rehabilitación de edificios públicos en la provincia de Zaragoza (1987).

Apartado breve pero bien diferenciado constituye el mundo del gra-bado, a través del cual se han podido contemplar famosas series realizadas por Francisco de Goya (Los Caprichos, 1999-2000), Pablo Picasso (distintas tauromaquias, 2014), Joan Miró (1993 y 2011-2012 —series sobre Ubú Rey—) y Antoni Tapies (1994). Sin olvidar a los grabadores Fernando Bellver (1985), Mariano Rubio (1986) y Natalio Bayo (1989 y 1998).

No solo las artes plásticas han sido objeto de exhibición. Muestras de otros géneros se han llevado a las salas, algunas de las cuales se cuentan entre las que más éxito de público han cosechado, en especial aquellas que, de forma convencional, podemos denominar exposiciones de tipo “documental”. A su vez, dentro de ellas, podemos distinguir dos grupos. El primero ceñido a la visión histórica de un gran acontecimiento, cultura o personaje del pasado; el segundo sobre hechos o actividades de probada resonancia social, generalmente no lejanos en el tiempo. En ocasiones,

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las fronteras entre ambos grupos son un tanto inciertas. Los títulos de las exposiciones son suficientemente elocuentes para definir sus conteni-dos. Destacan en el primer grupo: La cultura islámica en Aragón (1986), Celtíberos (1988), La Masonería española. 1728-1939 (1990), Vikings (1992), El conde de Aranda. 1719-1798 (1998), La Orden del Santo Sepulcro en Espa-ña. 900 aniversario de su fundación (1999), Imagen de la Reina Santa. Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal (1999), instalada de forma excepcional en la iglesia de Santa Isabel, de Zaragoza, Hebraica Aragonalia. El legado judío en Aragón (2002-2003), El municipio en Aragón. 25 siglos de historia. 25 años de ayuntamientos en democracia (2004), Aragón, escenarios de la Justicia (2007), Toros y toreros en Aragón (2008) y Los Sitios de Zaragoza (2009). En el segundo grupo: La ilusión viaja en tranvía. Centenario de los tranvías de Zaragoza (1985), El tango hasta Gardel (1986), El tren en Aragón (1987), De Gutenberg al futuro de la información. Historia del periodismo en Aragón (prensa, radio y televisión) (1990), 50 aniversario de la Institución Fernando el Católico (1993), Cultura y deporte en la Zaragoza de los años veinte. 75 aniversario del Club Natación Helios (2000), Visiones. 150 aniversario de Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) (2002), Paisajes para después de una guerra. El Aragón devastado y la reconstrucción bajo el franquismo (1936-1957) (2006), Aquaria. Agua, territorio y paisaje en Aragón (2006-2007), Los años magníficos, 1932-2007. 75º aniversario del Real Zaragoza (2007), Agua, ingenierías hidráulicas y fotografía en los orígenes de la Confederación hidrográfica del Ebro. Los años deci-sivos (2008), La fiesta de los toros. La colección de Enrique Asín (2009), Tierra y libertad. Cien años de anarquismo en España (2010). Finalidad primordial-mente didáctica han tenido las más recientes muestras conmemorativas de los centenarios del Compromiso de Caspe (2012) y del nacimiento del cronista Jerónimo Zurita (2012-2013).

Uno de los perfiles temáticos por los que el Palacio de Sástago ha apostado de forma decidida lo largo de los años ha sido el de la Fotogra-fía, manifestación cultural valorada desde la doble vertiente de su interés documental y de sus valores plásticos. Se han exhibido obras de pioneros de la Fotografía en el siglo XIX: Joseph Nicèphore Niépce, William Fox Talbot y Édouard Baldus (1996), Henry Peach Robinson (1989), Nadar (1990), fotografía española (1990), fotografía japonesa (2004) y cámaras históricas del museo Nicèphore-Niépce (1989). Se han mostrado antiguos reportajes de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del XX focalizados en determinadas zonas geográficas: la Roma que conoció el pintor Bernardino Montañés (1997), las ciudades españolas y lugares de Aragón que retrató Jean Laurent y Cía. (1992 y 1997), el París del 1900 visto por Eugène Atget (1992), el Madrid de Alfonso —Alfonso Sánchez García— (1986) y la Norteamérica de John Gutmann (1989). Temáticas

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más particulares trataron sobre viejas instantáneas deportivas (1992), el mundo taurino de Manolete según el ojo de Ricardo Rodríguez (2008) y la fábrica de municiones Mercier de Zaragoza durante la Guerra Civil (2010). Otro empeño ha sido revalorizar y catalogar la producción de fotógrafos históricos aragoneses con su consecuente exhibición: Santiago Ramón y Cajal (1984), Jalón Ángel (1986), los Coyne (1988), Miguel y Gabriel Faci (1998), Joaquín Alcón (1991) y José Luis Pomarón (2001). Nombres de talla internacional como Joel-Peter Witkin (1988) o Inge Morath (2001) han sido también objeto de muestra, al igual que varios fotógrafos experimentales españoles, entre otros los aragoneses Rafael Navarro (1986), Enrique Carbó (1987).

La materia expositiva es casi inagotable, como demuestran otros muy diversos asuntos presentados en Sástago: el cine de Luis Buñuel (1994 y 2000), la distribución cinematográfica (2011), la creación au-diovisual (2003), la arquitectura teatral (1985), las bienales de Arquitec-tura y Urbanismo de Zaragoza (1992 y 1994), el Premio García Mercadal de Arquitectura (1997), la arquitectura de Alvar Aalto (1998-1999), el cómic (1986, 1992), el diseño gráfico (1992, 1997, 2003), el figurinis-mo (Áurea Plou, 1994), el arte de los lutieres (1999), el miniaturismo (1997), etc.

El número de visitantes ha sido muy variable en función de lo am-bicioso de los proyectos expositivos y de la resonancia social de lo temas. Una exposición de tipo medio puede rondar los 10.000-15.000 visitantes y partir de unos 25.000 visitantes entramos en exposiciones de mayor cala-do, habiendo algunas superado los 100.000. En cuanto al ente creador de las mismas, buena parte fueron de producción propia, pero también ha habido un número elevado de producciones compartidas o directamente adoptadas de otras entidades.

El carácter efímero que por definición caracteriza a las exposiciones tiene su contrapunto en la edición de los correspondientes catálogos que en la práctica totalidad de las ocasiones se han publicado. En la redacción de los textos, confiados a los comisarios y demás autores, ha primado la metodología científica y el propósito de fijar de modo permanente los conocimientos y la información que generan las investigaciones previas a toda exposición. Los amplios repertorios gráficos que los ilustran, general-mente de buena calidad, son el complemento imprescindible para ese fin.

Otras actividades

La Sala de Música, los salones nobles (el popularmente llamado Salón del trono) y otras salas del palacio han sido escenario de innu-

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merables eventos, no sólo surgidos desde la propia institución, sino también en colaboración con otras entidades o, simplemente, mediante la cesión de espacios a terceros: conciertos, conferencias, presentación de libros y revistas, muestra de audiovisuales, entrevistas, sesiones de debate, sets provisionales de radio, actos protocolarios y otras muchas actividades, sin olvidar lo ya apuntado a propósito de los dos locales del Coso, dan vida al palacio y le otorgan una proyección pública de permanente actualidad.

El archivo-biblioteca de la Diputación Provincial de Zaragoza

Anexo al Palacio de Sástago, como ya se ha explicado, se encuentra la sede de la biblioteca y archivo provinciales, edificio de nueva planta que fue construido en el ámbito de aquel y bautizado con el nombre Bi-blioteca Ildefonso Manuel Gil en homenaje a este literato y erudito (Paniza, Zaragoza, 1912–Zaragoza, 2003) que tras una larga carrera universitaria en Nueva York dedicó sus últimos años profesionales a dirigir la institu-ción “Fernando el Católico”. La función primordialmente cultural para la que sirve esta moderna construcción la hace conceptualmente asimilable al resto del palacio. Los fondos que custodia merecen un comentario particular.

En primer lugar, el Archivo del Reino de Aragón. Para hablar de sus comienzos hay que remontarse a la Edad Media. En el siglo XV quedaba instalado en el Palacio de la Diputación del Reino o Casas del Reino, entre La Seo y la Lonja de Zaragoza. El edificio pereció a consecuencia de los bombardeos del Segundo Sitio de la ciudad (1809), durante la Guerra de la Independencia. Solo una parte de tan importante archivo pudo rescatarse. A partir de 1842 se hizo cargo de lo recuperado la Diputación Provincial de Zaragoza, institución entonces de reciente creación. Duran-te más de un siglo y medio la Diputación ha atendido a la conservación de este acerbo documental, que tiene un significado esencial para la identidad aragonesa. Su acomodo a partir de 2003 en el nuevo edificio ha optimizado las medidas de conservación. De signo muy diferente son las extensas series documentales generadas a lo largo de la historia de la Diputación de Zaragoza. Es lo que se conoce como archivo administrativo, cuya desbordante extensión hizo necesario trasladar gran parte del mismo a un depósito externo, situado junto a la actual Residencia de Estudiantes “Ramón Pignatelli”.22

22 Para una visión global de los fondos documentales véase Ferrer Plou, B. y Sánchez Le-cha, A., Guía del Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 2000.

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En cuanto a los libros, es más apropiado hablar de “bibliotecas” que de “biblioteca”, puesto que el conjunto bibliográfico global reúne:23 la bi-blioteca institucional de la Diputación Provincial de Zaragoza, la biblioteca de la Institución “Fernando el Católico”, la biblioteca del Casino de Zara-goza (adquirida en 1982) y la biblioteca del Casino Mercantil (adquirida en 1985). Como la biblioteca del Casino de Zaragoza (o Casino Principal) ya disponía de una magnífica sala modernista con librerías propias, esta se ha mantenido intacta, sin perjuicio de que su gestión quede englobada en la del conjunto de la Biblioteca Ildefonso Manuel Gil.24

Final

La fisonomía del casco antiguo de Zaragoza, su caserío y trama urba-na, se asienta en una sólida tradición histórica que explica, al igual que en tantas otras ciudades europeas, su carácter variopinto, discontinuo y salpicado de cesuras e hitos singulares que son contrarios a la monó-tona planificación de muchos ensanches modernos. He ahí uno de los grandes atractivos de la ciudad histórica que, a cambio, exige una eficaz gestión de sus valores para su óptimo acomodo a la urbe actual y futura. En este sentido, la reconversión de inmuebles antiguos y obsoletos en infraestructuras culturales de nuevo cuño ha demostrado ser una opción exitosa que ha cobrado gran vigor durante las últimas décadas. El Palacio de Sástago, caso paradigmático, ilustra cómo la reafirmación de un foco singular enclavado en la trama urbana revaloriza ésta y eleva a niveles superiores de calidad la experiencia del vivir cotidiano de los ciudadanos. Enriquecedora simbiosis entre un conjunto arquitectónico preexistente y la demanda de nuevos escenarios para la cultura. La ciudad necesita del monumento y el monumento necesita de la ciudad. Ese es el espíritu que transmite la Carta de Cracovia del año 2000,25 en cuyo punto 11 manifiesta: la conservación del patrimonio cultural debe ser una parte integral de los procesos de planificación y gestión de una comunidad, y puede contribuir al desarrollo sostenible, cualitativo, económico y social de esta comunidad. A la luz de estas palabras cobran pleno sentido todos los esfuerzos que se han realizado para poner al día el viejo palacio de los condes de Sástago.

23 Puede consultarse el catálogo en http://bibliotecadpz.absysnet.com/cgi-bin/abwebdpz. 24 Herranz y Laín, C., Casino de Zaragoza. Catálogo de las obras de su biblioteca seguido de una

reseña histórico-descriptiva de las pinturas que la sociedad posee, Zaragoza, 1890; Moralejo Álvarez, M. R. y Pedraza Prades, M. D., La Biblioteca del Casino de Zaragoza, Zaragoza, Institución “Fernando el Católico”, 1982.

25 Disponible en numerosos portales de Internet.

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Fig. 3. Salones nobles del Palacio de Sástago. Foto Valentín Serrano, archivo del Servicio de Restauración, DPZ.

Fig. 4. Biblioteca que fue del Casino de Zaragoza en el Palacio de Sástago. Foto archivo del Servicio de Restauración, DPZ.

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Fig. 5. Jardín y, al fondo, Biblioteca Ildefonso Manuel Gil en la zona trasera del Palacio de Sástago. Foto archivo del Servicio de Restauración, DPZ.