el palacio de las aguas corrientes

Upload: christian-solis

Post on 13-Feb-2018

227 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    1/89

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    2/89

    INDICE

    PRESENTACION 3

    INTRODUCCION 5

    CAPITULO IBuenos Aires a fines del siglo XIX 8

    CAPITULO IILas antiguas obras de higiene y salubridad 17

    Los emprendimientos del Gobierno

    y la propuesta de Bateman 23

    CAPITULO IIIBuscando un lugar para el Gran Depsito 32

    Los distintos anteproyectos 36

    Hacia el proyecto definitivo 40

    CAPITULO IVEl proyecto. Algo ms que un depsito

    de agua potable 46

    CAPITULO VPormenores de la obra 66

    El Palacio de Aguas como patrimonio cultural 74

    CAPITULO VIMuseo Histrico de Aguas Argentinas 78

    Proyecto de Remodelacin

    del Edificio Crdoba 79

    BIBLIOGRAFIA 84Archivos y bibliotecas consultadas 87

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    3/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    PRESENTACION

    El libro sobre el Palacio de las Aguas que en esta oportunidad presentamos tiene como objetivo cen-tral el reconocimiento a los valores del Patrimonio Histrico de los argentinos que este edificio tes-timonia emblemticamente.

    La Empresa Aguas Argentinas S.A. asumi con entera responsabilidad la tarea de custiodar ytutelar estos bienes culturales que le fueran confiados en la concesin que oportunamente se lesadjudicara.

    La preocupacin por dar adecuada valoracin a este Patrimonio Histrico de Aguas Argenti-nas S.A. se manifiesta en la tarea de relevamiento de los diversos inmuebles que la Empresa es-

    t administrando, la clasificacin y sistematizacin informtica de sus Archivos de planos ycartografa, la identificacin de los objetos que configuran el patrimonio de bienes culturales y

    pertenecientes a la arqueologa industrial de la ms que centenaria instalacin de servicios deaguas corrientes.

    Este primer libro sobre el Patrimonio Histrico y Cultural de la Empresa Aguas Argentinas S.A.se ha centrado en el edificio de las calles Riobamba, Viamonte, Ayacucho y Avenida Crdoba, queconjuga -por una parte- una obra significativa y de clara identificacin urbana, y por otra parte,una construccin notablemente vinculada a los mitos de Buenos Aires.

    Las leyendas porteas abrevaron no pocas veces en la notable idiosincracia de este edificio de fan-tstico montaje escenogrfico que guardaba celosamente el secreto de sus inmensos tanques deabastecimiento de agua.

    As se discuta la procedencia de las piezas de cermica, el origen ideolgico del edificio que solaubicrselo como una rplica de algn modelo europeo lejano, y hasta los relatos susurrados de unos

    presuntos ignotos habitantes del Palacio, historias stas que se van develando con los estudiosrealizados por el equipo de investigacin del CONICET.

    Este libro nos permite conocer ms del Palacio de las Aguas Corrientes como sola denomi-narlo la prensa portea, nos habla de su impacto urbano y de los protagonistas de esta hazaa

    3

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    4/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    constructiva, nos refiere en definitiva las ilusiones y esperanzas de una Argentina que aposta-ba al desarrollo y al progreso cimentado en la confluencia dinmica de las acciones del Estadocon la iniciativa privada.

    Una obra que, en definitiva, ayuda a entender las potencialidades de nuevos usos que la Empresava a dar al edificio, reciclando sus centenarios muros, respetando las manifestaciones artsticas queencierra y creando espacios y ambientes adecuados a sus renovadas funciones.

    Aguas Argentinas S.A. acompaa de esta manera la tarea de rescatar el patrimonio cultural y con-tribuye a un mayor conocimiento del mismo.

    I ng. Guy CANAVY Ing. Pat r i ci o C. PERKINS Director General Presidente

    4

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    5/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    INTRODUCCION

    Este libro, el primero de una serie sobre el Patrimonio Histrico Cultural deAguas Argen-tinas S.A., analiza el proceso de realizacin del antiguo Palacio de las Aguas Corrientes declara-do Monumento Histrico Nacional.

    Es, a la vez, una manifestacin de la tarea conjunta que vienen realizando la EmpresaAguas Ar-gentinas S.A. y el Instituto de Investigaciones Geohistricas del CONICETpara la valorizacin del Pa-trimonio Cultural, segn el convenio que se formalizara en agosto de 1995.

    Cabe en la oportunidad sealar la responsable actitud de la Empresa que busca potenciar el pa-trimonio cultural que, de acuerdo a la modalidad de Concesin, se encuentra bajo su tutela. Lapreocupacin por la realizacin de estudios especficos, la sistematizacin de sus archivos, el re-levamiento cuidadoso de los edificios y bienes culturales que ellos atesoran, han sido las lneasque el CONICET y la Empresa han ido formulando en estas etapas del trabajo.

    En este contexto, cabe reflexionar sobre la importancia que se ha dado a esta tarea desde una Em-presa que debe atender a la vez a mltiples requerimientos, subsanar antiguos problemas, y a lavez consolidar un sistema crecientemente eficaz de servicios. Ello habla de una concepcin ca-paz de superar la coyuntura de lo cotidiano y una conciencia sensible a la valorizacin de los tes-timonios del pasado.

    Abordar una historia sobre la realizacin del Palacio de las Aguas Corrientes no es una tarea f-

    cil, toda vez que sobre el mismo pesan no solamente los equvocos de procesos limitadamenteestudiados, cuanto, tambin los trascendidos de mltiples y confusas historias que la tradicinoral y el gracejo periodstico han convertido en presuntas verdades histricas.

    Como en todos los casos, algo de lo que da origen a esos asertos hubo, aunque la fantasa se mez-cla muchas veces con la realidad y tiende a distorsionar en grandilocuencias sonoras los hechosdel pasado. Por ejemplo si bien es cierto que la obra tuvo problemas tecnolgicos en su cimen-tacin, no hay constancia alguna de suicidios aislados o masivos de los presuntos responsablesde tal circunstancia.

    Tampoco parece tener respaldo documental alguno la versin de que el edificio imita o copia ser-vilmente una obra existente en Bruselas, aunque la presencia de la empresa belga en la realiza-cin de la estructura de hierro y cierto carcter pintoresquista de su tratamiento externo pueda

    5

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    6/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    aproximarnos a obras de Amberes, como sealan otros estudiosos. La procedencia de los planosdesde Inglaterra, y sobre todo la existencia de otros proyectos anteriores realizados en el mismoorigen y con distinto carcter hacen dudar de todos modos de esta premisa de filiaciones.

    Estamos sin dudas ante una obra singular. Si bien responde a los mismos principios eclcticosque son capaces de combinar el lenguaje maquinista de la arquitectura de hierro, con el lxicoacademicista neorrenacentista, ello era en definitiva lo que estaba admitiendo la propia Ecoledes Beaux Arts de Pars que rega los cnones del buen gusto arquitectnico a fines de ese pero-do historicista.

    Sin embargo es interesante observar que el diseo definitivo se produce en una oficina tcnicade Ingenieros, recalcando as el carcter esencialmente funcional de la obra, donde la envolven-te muraria de la estructura de los tanques deba dar la pauta de una insercin urbana con una

    impronta propia.

    El edificio se realizaba en un rea abierta en el confn de la parroquia de la Balvanera, jus-tamente donde lindaba con el barrio del Pilar, en una zona elevada y donde su prestanciadeba ayudar a configurar la idea de ciudad. A la vez rescataba la idea del individualis-mo decimonnico, con una definicin escenogrfica que permitiera su rpida identificaciny caracterizacin.

    Era tambin una de aquellas obras que tienden a expresar el papel jerrquico que alcanza la obrapblica, y la gravitacin que deban tener los servicios y el equipamiento en una ciudad que as-

    piraba a modernizarse y abandonar la Gran Aldea que describiera Lpez.

    La transformacin moderna fue casualmente impulsada por los higienistas y, tanto Wilde co-mo Rawson y Coni, dejaron textos liminares de este proceso que el terrible flagelo de la fiebreamarilla de 1871, puso en dramtica evidencia.

    El Palacio de las Aguas es pues, una pieza clave dentro de un complejo engranaje de funcionesy edificios que habremos de analizar en un prximo libro, pero a la vez adquiere carcter emble-mtico al convertirse en el smbolo de todo el conjunto de obras de saneamiento y de infraestruc-tura que lo acompaan.

    Es hoy, en la memoria y la retina de los porteos, uno de los edificios ms valorados, aunque lamayora de ellos no conoce los pormenores de su contenido ni ha podido ver la majestuosidadde sus estructuras y los enormes tanques que alberga. De aqu que podamos medir el xito de supopularidad en la presencia externa, en la creacin de un imaginario slido en la memoria y enla excelente calidad de su construccin que permite una presencia secular sin menguas.

    Buena parte de este xito se debe a sus calidades arquitectnicas. Desde el emplazamientogeneroso en la manzana, con pequeos retiros pero con cuatro entradas jerarquizadas, has-ta su tratamiento volumtrico y cromtico de fuerte impronta. Las piezas cermicas esmal-tadas en Inglaterra y en Argentina, son demostrativas de la calidad asombrosa de los ajus-tes, que hoy podemos verificar en los planos de detalles que se mandaron desde la oficinacentral en Gran Bretaa.

    6

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    7/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    No faltarn los intentos de una integracin a una realidad urbana y paisajstica que seguramen-te los diseadores ingleses conocan de referencias, pero que, en el gesto de formacin de los es-cudos provinciales, presentan como claves de una comunicacin comprensiva capaces de na-

    cionalizar una resultante tan atpica y singular.

    Como buena obra eclctica el Palacio de las Aguas Corrientes no se priva de casi ninguno de losreferentes formales consagrados por el historicismo, mostrando una versatilidad de cdigos ex-presivos que trataba de familiarizarse con la poblacin cosmopolita que, hacia la poca de suconstuccin viva en Buenos Aires; entonces una ciudad con ms europeos que criollos.

    Encajaba as perfectamente en la idea de las elites de la generacin del 80, esencialmente euro-peas y cosmopolitas en sus aspiraciones, con la conviccin de que tomando un poco de cada la-do se era ms autnticamente europeo que si se imitaban los elementos culturales procedentes

    de un nico pas.

    En este sentido este edificio es tambin emblemtico. No es una obra propia de la tradicinfuncional inglesa (aunque fuera concebido por ingenieros de esta procedencia), pues la ima-gen externa es otra. Pero tampoco es un edificio tpicamente francs, adscribible a las norma-tivas acadmicas.

    Es un edificio funcional con tanques de agua, que es considerado un Palacio. Es tambin unPalacio que predominantemente alberga millones de litros de agua.

    Su complejidad y presunta incoherencia fueron planteadas por algunos crticos en la poca de suconstruccin, sin embargo la clara intencionalidad de hito ciudadano, de smbolo empresarial yde escenografa urbana, ha prevalecido en el tiempo y le han dado el respaldo de una identidadespecfica que tiene que ver con los valores de aquella Buenos Aires cosmopolita de fin de siglo.

    Es en este sentido que nos complacemos en entregar al lector nuevos aportes para el conocimien-to del proceso constructivo del edificio con las investigaciones realizadas por el equipo del Ins-tituto de Investigaciones Geohistricas del CONICET y bajo la redaccin que han llevado a cabo laLic. en Historia Elisa Radovanovic y el Arquitecto Jorge Tartarini.

    Arq. Ramn Gut irrez

    Director

    7

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    8/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    CAPITULO I

    Buenos Aires a fines del siglo XIXBuenos Aires fue declarada Capital de la Nacin en 1880. Esta fecha seala la aparicin de

    una imagen dinmica de ciudad que la alejara definitivamente de la quietud de la Gran Aldea.Aquel fue un tiempo de notables cambios en la estructura poltica, econmica, social y culturalde la Argentina.

    El General Julio Argentino Roca elegido ese ao Presidente de la Nacin, con el apoyo de la Ligade Gobernadores, impuso el lema Paz y Administracin. Pero la pacificacin impuesta en un cli-ma de inusitada prosperidad no fue suficiente. Una desmesurada inversin de capitales provocen 1890 una crisis financiera que puso de relieve la necesidad de un cambio en el sistema econ-mico y poltico. Esta crisis precipit la cada del rgimen impulsado por Miguel Jurez Celman, cu-ado y sucesor de Roca, y el surgimiento de nuevos partidos polticos como la Unin Cvica.

    En su reemplazo asumi la Presidencia de la Repblica Carlos Pellegrini, a quien se debi lacreacin del Banco de la Nacin Argentina, hecho que contribuy a recuperar la confianza delos inversores del exterior. En 1892 el nuevo mandatario Luis Senz Pea debi llegar a unacuerdo con los acreedores de la banca internacional, preservando la libertad de comercio yla afluencia de capitales.

    En este perodo de grandes transformaciones, que media entre los aos 1887 y 1894, se inici laconstruccin del Palacio de las Aguas Corrientes y se emprendieron importantes obras pblicas anivel nacional y municipal. Entre ellas, la creacin del Puerto Madero ratific el destino agroex-portador del pas. Las nuevas instalaciones portuarias establecieron un corte significativo entrela ciudad y el Ro de la Plata, alejando a los pobladores de las orillas cercanas al centro porteo.

    El gobierno municipal se reorganiz con amplias facultades. Se trazaron nuevas calles y caminosen las antiguas quintas. La obra emprendida cambi en poco tiempo el perfil de la urbe. La re-modelacin del sector central de Buenos Aires gener un polo de atraccin en torno de las dosplazas principales, que fueron unificadas al demolerse la antigua construccin de la Recova, ves-tigio del pasado colonial. La nueva Plaza de Mayo concentr en su entorno toda la actividad po-

    ltica, econmica y financiera, adquiriendo desde entonces un significado simblico que apunta consolidar el rostro visible del pas.

    8

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    9/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    La ciudad experiment una notoria expansin registrndose un aumento significativo de la po-blacin. En 1887 los datos del Censo proporcionaban un total de 440.000 habitantes, de los cua-les la mitad eran extranjeros. La mayor concentracin demogrfica se hallaba en el populoso ba-

    rrio de Balvanera, donde se decidi emplazar el edificio de las aguas corrientes. Ese ao, el te-rritorio de Buenos Aires se fue ensanchando, permitiendo la incorporacin de los partidos ale-daos de Flores y de Belgrano, y extendiendo su superficie a unas 18.000 Ha.

    Inicialmente, los inmigrantes se concentraron en el centro de la ciudad, con posterioridad se ge-ner un importante movimiento hacia la periferia, lo que origin el surgimiento de nuevos ba-rrios. Las grandes quintas fueron prontamente loteadas, generndose la expansin hacia los su-

    burbios. Este avance urbanizador fue analizado por James Scobie quien verific esta dispersindel centro a los barrios entre los aos 1870 a 1910.

    Motores de esta transformacin fueron los nuevos transportes que aceleraron el traslado de lapoblacin hacia zonas ms distantes. Buenos Aires fue llamada la ciudad de los tranvas por laamplia difusin que tuvo este medio de locomocin. La electrificacin de las vas en 1897 acele-r el proceso de urbanizacin, acentuado por el loteo y venta de terrenos en la periferia. Este he-cho gener un mejoramiento de las condiciones de vida de los inmigrantes, que primero debie-ron hacinarse en los conventillos del centro.

    Otro medio de transporte fue el ferrocarril, establecindose la primera lnea en 1857, y tan s-lo treinta aos despus diversas vas atravesaban la ciudad hacia el Norte, Sud y Oeste. Ade-ms de traer los productos de la campaa a la capital, el tren asegur el traslado de pasaje-

    ros. Las estaciones fueron puntos alrededor de los cuales se formaron y consolidaron diferen-tes barrios porteos.

    9

    Calle Florida. (Archivo del Centro de Documentacin de Arquitectura Latinoamericana, en adelante CEDODAL).

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    10/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Importantes obras de arquitectura transformaron el paisaje ciudadano. La apertura de la Aveni-da de Mayo, inaugurada en 1894, seal un punto de inflexin en el uso del espacio urbano, pro-yectndose luego nuevas avenidas, que facilitaron el trnsito y la higiene de la ciudad. Las obras

    de ampliacin de la Casa de Gobierno, la proyeccin de edificios monumentales como el Palaciodel Congreso, el Teatro Coln, los Tribunales, la Bolsa de Comercio, y el Correo, entre otros, pro-vocaron la transformacin de la imagen chata y aldeana de Buenos Aires en una pequea Pars.

    La imitacin del modelo europeo fue impulsada por la elite dirigente creadora del discursomodernizador de la ciudad. Este proceso se fue acentuando para alcanzar su mximo esplen-dor en el Centenario patrio. Para esta fecha la Buenos Aires cosmopolita rivalizaba con lasms hermosas ciudades europeas. Adolfo Posada encuentra un notable parecido con Pars, yel movimiento de la city le recuerda a Londres. A la cada de la tarde -advierte- Buenos Aires es

    puro y neto Madrid. (1)

    Los visitantes extranjeros dejaron testimonio acerca de su pujante actividad.

    (...) Todo su encanto est en la impresin de grandeza, de fuerza, de actividad de opulencia, que sedesprende de ella... En quince aos el genio moderno ha edificado una esplndida capital donde abundanlas avenidas suntuosas, los monumentos y la edificacin de la ms perfecta arquitectura. Algunas de suscalles -como Cangallo, Florida, Corrientes, Rivadavia, Reconquista- son acabados modelos, por el gusto delas construcciones, la severa armona del conjunto y la coqueta fantasa del detalle, la Avenida de Mayo,con sus palacios, sus edificios, sus bancos, sus diarios, es la alhaja de la ciudad; y tambin su corazn, don-

    de a ciertas horas del da converge todo el Buenos Aires de los negocios, la elegancia y el placer... Durantela noche Buenos Aires resplandece bajo la profusin de su alumbrado elctrico... (2)

    El incremento del movimiento comercial se verificaba en la aparicin de numerosas tiendasque ofrecan productos importados, y que asombraban por sus lujosas instalaciones, ejemplode ello fueron A la Ciudad de Londres, Gath & Chaves, A la Ciudad de Mxico. El consumoera incentivado por los anuncios de peridicos y revistas destinados a una poblacin cada vezms diversificada.

    Uno de los logros ms significativos fue el notable empuje dado a la educacin que se extendaa toda la poblacin, en 1887 se haban construido ms de ochenta establecimientos destinados ala educacin primaria. La cultura era divulgada desde los cenculos de la elite a todas las clasessociales, mientras la cultura popular recreaba nuevos lenguajes, como lo fue en el campo de lamsica el surgimiento del tango. El auge del teatro y de la pera era propiciado por la llegadade clebres personalidades del mundo artstico.

    La ciudad se vio beneficiada por los adelantos de la higiene, con sus calles pavimentadas y aper-tura de plazas y parques. Se crearon el Jardn Zoolgico y el Jardn Botnico, remodelndose elParque 3 de Febrero adonde concurran en carruajes los miembros de la clase aristocrtica. Esde buen tono exhibirse all, tal como es chic pavonearse una o dos horas ms tarde, en el desfile de la Ave-nida de Mayo. (3) Los sectores recreactivos se ampliaron, originndose clubes y asociaciones delas diferentes nacionalidades que arribaban a esta nueva Babel americana.

    10

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    11/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    A principios del siglo XX el Centro brinda una visin optimista de esta Buenos Aires:

    Se estudiaron los niveles de la ciudad y en el suelo tendise una amplia red de cloacas en co-

    nexin con las obras domiciliarias, que lleva a grandes distancias los residuos domsticos y las aguasde lluvia, desapareciendo los pozos y terceros de antao, con todas sus infecciones, molestias y peligros.Las aguas corrientes proveen al consumo de la poblacin en un extenso radio y al regado y limpiezade la ciudad, valindose de maquinarias modernas para la toma y purificacin del agua y con tanquesdistribuidores encerrados en una construccin monumental.

    (...) El alumbrado, la limpieza, la extraccin de residuos, la polica, el servicio de bomberos, laeducacin comn, la vigilancia de los establecimientos pblicos, en suma todo lo necesario para el bie-nestar de una colectividad, ha alcanzado notables progresos, a punto de hacer de Buenos Aires la pri-mera ciudad de Sud Amrica y ponindola en camino de rivalizar algn da con las ms importantesciudades europeas. (4)

    NOTAS

    11

    Plaza de Mayo y Casa de Gobierno. (Archivo CEDODAL).

    1) Adolfo Posada. La Repblica Argentina. Impresionesy comentarios. Buenos Aires, Hyspamrica, 1986, p. 31.

    2) Franois Crastre A travers lArgentine moderne.Hachette et cie., Pars, 1911. Citado en Osvaldo Pellettie-ri y otros. Testimonios culturales argentinos: la dcadadel 10. Buenos Aires, Ed. de Belgrano, 1980, p. 51.

    3) Ibdem, p. 56.

    4) Buenos Aires. Municipalidad. Censo General de po-blacin, edificacin, comercio e industrias de la Ciu-dad de Buenos Aires, levantado en los das 11 y 18 deSeptiembre de 1904. Buenos Aires, 1906, pp. 240-241.

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    12/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    12

    Jardn Zoolgico. (Archivo CEDODAL).

    Avenida de Mayo. (Archivo CEDODAL).

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    13/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    LA ARQUITECTURA DOMESTICA

    El camino recorrido en este ltimo cuarto de siglo se re-fleja netamente partiendo de la modesta casa tpica de la coloniahasta el elevado edificio de renta o la elegante casa particular queha surgido en estas ltimas dcadas, reemplazando la antiguamorada del clsico zagun con su cancela de hierro, tras la cual sevislumbraba el patio, que recuerda la alegre casa de Andaluca.

    En estas casas, cuyo interminable fondo a pesar de estar construi-das en el centro de la ciudad, contenan en su extremo el jardn ohuerta, debajo de cuyo suelo se escavaban los pozos ciegos, des-de que el uso de las obras sanitarias an no se conoca, lo que obli-gaba a ubicar los baos y toilettes en este apartado lugar, dejando

    el aljibe con su brocal de mrmol y su elegante pescante de hierroforjado como adorno del primer patio, a usanza andaluza.

    El agua del aljibe reservbase para el uso de la mesa, reforzndo-se el stock con la que vendan los aguateros ambulantes.

    El bao por consiguiente, era en aquel entonces objeto de lujo.

    Alejandro Christophersen. Las diversas influencias arquitectnicas en la edi-ficacin de Buenos Aires.

    En Revista de Arquitectura, Buenos Aires, N 79, 1927.

    13

    Planta de una casa de patios, en la calle Mxico 524, c. 1870.Un modelo por dems difundido en Buenos Aires, desde la colonia hastabien avanzado el fin de siglo.(Archivo de Planos Domiciliarios - Aguas Argentinas.Dibujo: Arq. Celina Noya)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    14/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    LOS ALJIBES

    14

    Los primeros brocales de Buenos Aires debieron ser lisos ci-lindros de ladrillo, y los soportes de sus garruchas tambin sintti-cos pilares de ladrillo o pies derechos de madera dura que sostenanun travesao horizontal. Luego debi ir el armazn de hierro enforma de dos barras enhiestas, curvadas superiormente en arco ocon un fuerte barrote recto sobremontado por algn rizo o cual-quier otro sencillo motivo. Con el andar del tiempo, los navos tra-jeron grandes bloques de mrmol blanco de Italia, como lastre, ycon ellos el sentido esttico del clasicismo itlico renaci aqu en ro-mnticos conjuntos de delfines, anclas, tritones, mascarones, vene-ras, anillas, sobre aquellos bloques convertidos ahora en poligona-les y panzudos brocales, en patios y jardines. Emergiendo de esosbrocales, y fuertemente anclados en el interior del cilindro de mr-mol, los hierros verticales formaron bandas ornamentadas con en-trelazados y rosetas, y arriba, del sencillo arco se pas paulatina-mente a preciosas composiciones de coronamiento, con veneras demltiples estras, complicados roleos, cabezas mitolgicas y motivosradiales de fundicin, pinculos y cruces.

    El advenimiento del agua corriente dej fuera de uso a los aljibes,pero su intrnseca belleza los salv durante muchos aos de la des-truccin, y as quedaron, transformndose desde entonces en unvistoso adorno en el centro de los patios, rodeado su ancho cuellomarmreo con tiestos floridos, mientras por los hierros reverdecie-ron plantas trepadoras o jazmines del aire, enramados por las si-nuosidades del frreo ornamento.

    Cada vez quedan menos aljibes en este Buenos Aires cosmopolita,cuya verticalidad lo aleja de la ciudad de nuestros mayores.

    Vicente Nadal Mora. La herrera artstica del Buenos Aires antiguo.Buenos Aires, 1957.

    Aljibes de Buenos Aires, en el dibujo del Arq. Nadal Mora.Un registro grfico de notable valor testimonial.

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    15/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    LOS AGUATEROS

    15

    Los primeros aguateros llevaban sus pipones de agua alro, sobre dos grandes ruedas, sentndose ellos sobre el yugo, dedonde, manejaban a los bueyes conductores.

    Ms tarde vinieron los aguateros de carro y pipa ms pequea, ti-rados por caballos habiendo algunos ms elegantes que tenan lapipa pintada. No tenan elstico. La medida de venta era la caneca,especie de barrilito que se tomaban de la parte superior de una ti-ra de cuero. Dos de estas canecas valan medio real sean cincocentavos de los de ahora.

    En la parte delantera del pipn, llevaban una campana con la queanunciaban su presencia en las calles. Tenan tambin el santo de sudevocin, el que tambin iba en la parte delantera.

    Como los dems gremios, tenan su clientela a la que servan delmejor modo posible.

    Manuel Bilbao. Buenos Aires, desde su fundacin hasta nuestrosdas. Buenos Aires, Imprenta de J. Alsina, 1902.

    Aunque el paisaje de la ciudad se modernizara -incorporando por ejemploiluminacin a gas- presencias histricas como la del aguatero, tardaron en desaparecer.

    Del centro, iniciarn un lento peregrinaje a los barrios nacidos a la sombradel tranva y el ferrocarril. (Foto Archivo Grfico del Archivo General de la Nacin,en adelante AGN)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    16/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    CURIOSA HUELGA DE AGUATEROS

    16

    Los aguateros en huelga

    Doscientos aguateros se han reunido en Belgrano paraprotestar por el aumento de las tarifas que le cobran las empresasde las obras de salubridad. Estn de acuerdo en ir a la huelga lamayora de los aguateros. No obstante dos de ellos se resignaron apagar la tarifa. Los aguateros recorren las fuentes de la ciudad pa-ra impedir que nadie cargue. Policas de la comisara quinta arres-taron a trece de ellos que impedan el acceso a la bomba de la pla-za Lavalle (...)

    Esta huelga viene a perjudicar gravemente, a los pobres que ha-bitan los alrededores del municipio. El precio del agua impuestopor los aguateros es como se sabe elevado; pues cobran por loque ellos llaman un viaje; sea dos canecas, cinco centavos loque hace que las clases pobres de la ciudad no dispongan comosera de desear de ese indispensable elemento para salud y la hi-giene de la poblacin.

    La Prensa, 3 de septiembre de 1890.

    Las fuentes y surtidores de agua pblicos no slo eran utilizadospor la poblacin para su consumo diario, sino para aliviar el trabajo de animales

    de carros y tranvas, entonces principales medios de transportepara ir de un lado a otro de la ciudad, y tambin llegar hasta localidadesvecinas. (Foto AGN)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    17/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    CAPITULO II

    Las antiguas obras de higiene y salubridadLa ciudad de Buenos Aires est situada en el margen Oeste del Ro de la Plata, en un sitio en don-

    de la anchura de ste excede de 50 Kilmetros. En este punto el suelo se halla a la altura de unos 18 me-tros sobre el nivel del agua, formando una barranca, cerca de la cual corre el ro (...) edificada enteramen-te sobre depsitos aluviales, y en la margen sud del Ro de la Plata no se encuentra roca alguna en una dis-tancia de 400 kilmetros. En la costa, al nivel del agua, y debajo de la ciudad a una profundidad variable,se halla un depsito de arcilla gris endurecida, llamada tosca, mientras que encima de sta existe una ar-cilla dura rojiza, llamada tierra pampeana que llega casi hasta el nivel del suelo, (...). (1)

    Desde los tiempos de su fundacin la ciudad se provea de agua en el estuario del Plata. La ine-xistencia de un puerto facilit el acceso a la zona riberea, mientras el trazado del clsico dame-ro colonial fue creciendo sin demasiadas transformaciones hasta principios del siglo XIX.

    La poblacin viva en continuo contacto con el ro, en cuyas orillas acostumbraba a baarse. All, so-bre las toscas realizaban sus tareas las lavanderas. El agua turbia del Plata era recogida por los agua-teros, quienes la repartan en carrros, actividad que ha quedado registrada en amenas crnicas. (2)El nico modo de depuracin conocido consista en asentar las basuras que el lquido traa en sus-pensin. Depositado en tinajas de barro se mantena estable y fresco, contribua a su potabilidad unapizca de alumbre. (3) Existan tambin los pozos de balde de 18 a 23 varas de profundidad que ma-naban agua salobre y spera. En el siglo XVIII se introdujo en los patios de las solariegas casas por-teas el aljibe, cuyo recipiente artsticamente decorado recoga el agua de lluvia.

    Durante los tiempos de gobierno de Bernardino Rivadavia, la ciudad comenz a poner su mira-da en Europa previndose una serie de transformaciones que nunca se concretaron. En 1822 laHonorable Junta de Representantes de la Provincia decret negociar un emprstito previendodar aguas corrientes a esta Capital y dotarla de un puerto. (4) Las tentativas a favor de la higieney la salubridad fueron aisladas, a fines de la dcada de 1820 la poblacin reclamaba un suminis-tro de agua pura y limpia que aprovisionara a cien carretillas de aguateros por da. (5)

    Por aquellos das se contrat en Francia a un ingeniero especialista en hidrulica Carlos En-

    rique Pellegrini, el convenio fue luego rescindido como consecuencia de cambios polticos.Pellegrini se estableci en el medio local procurando entre sus planes dotar de agua clarifi-cada a la poblacin. (6)

    17

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    18/89

    En 1851 se efectuaron las primeras instalaciones que surtieron de agua a un molino destinado ala molienda de cereales, cuyas calderas a vapor accionaban la maquinaria del establecimieto. Es-tos antecedentes vinculan el tema del aprovisionamiento del agua con un incipiente desarrollode la industria local. En tanto comenzaron a sentirse las repercusiones de la revolucin indus-trial europea, el avance de la tcnica promovi el desarrollo de nuevos transportes urbanos. En1857 la ciudad se vio surcada por el primer ferrocarril. Surgi entonces la necesidad de estable-cer un servicio precario de agua dulce para sus mquinas. (7) Estas obras deban extenderse a un

    rea especfica que pudiera atender tambin las necesidades del vecindario que todava no al-canzaba a unos 900 habitantes.

    Esta caera destinada a proveer de agua al ferrocarril parta de un punto en el Ro situado enel suburbio ribereo de la Recoleta, emplazado al norte del ejido urbano, dirigindose hasta laEstacin del Parque (donde hoy se levanta el Teatro Coln). De este modo se evitaba que elagua salobre de los pozos destruyera las calderas de las locomotoras. Al mediar la dcada de1850 se sancion la Ley Orgnica de la Municipalidad crendose una Comisin de Obras P-

    blicas encargada de proveer de agua potable a la ciudad, Pellegrini insista en tanto en la ne-cesidad de abastecer de agua clarificada a la poblacin. (8) Juan Coghlan, ingeniero irlandscontratado como tcnico asesor del gobierno provincial y funcionario del Ferrocarril del Oes-te, afirmaba que una ciudad grande y rica como Buenos Aires deba proveerse de agua en ma-yor escala y liberalidad. (9)

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    18

    Lavanderas en plena tarea, sobre la ribera del ro, a poca distancia del centro porteo. (Foto AGN).

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    19/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Otro de los temas que comenz a debatirse en la poca fue la necesidad de coordinar un sistemaque permitiera la salida de las aguas servidas, proponindose varios proyectos que permanecie-ron en el terreno de la iniciativa. Los pobladores arrojaban sus residuos sin ningn tipo de con-

    trol y las nuevas industrias colaboraban en los focos de suciedad y de infeccin arrojando susdesperdicios. A esto se sumaban los desbordes de los terceros, cursos de agua que alojaban suscorrientes en el ro cuando no inundaban las estrechas calles de la ciudad.

    En noviembre de 1867, mientras continuaban las acciones de guerra contra el Paraguay, surgiel detonante que oblig a replantear este tipo de obras: volvi a desarrollarse el clera, no solo en laCapital sino tambin en casi todos los pueblos de la campaa. (10)

    Desde 1862 coexistan en Buenos Aires las autoridades nacionales y provinciales, las culpassobre el avance del flagelo no tardaron en recaer sobre la Municipalidad, cuerpo que qued

    acfalo, crendose una Comisin de Salubridad, que rindi servicios inolvidables, adoptandomedidas higinicas. (11)

    Para mejorar las condiciones sanitarias del municipio se dict una ley y se dieron instruccionesa un ingeniero competente que parti a Inglaterra con los fondos necesarios para comprar y remitirtodas las mquinas y aparatos que se requieren para colocar caeras en doce millas de extensin. (12)Las obras se realizaron con premura inicindose sobre una localidad inmediata a la ribera. (13)

    El 1 de mayo de 1868 el gobernador de la Provincia Adolfo Alsina en su mensaje a la Cmarade Senadores y Representantes sealaba como nica causa del fracaso de todas las tentativas pa-

    ra dotar de aguas corrientes, caos de desage y adoquinado, la falta de decisin de las autori-dades, habindose celebrado un contrato con una fuerte compaa, que se propone realizar aquellasobras sobre condiciones al parecer equitativas entregando en efectivo o bienes races como fianza, cincuen-ta mil patacones. (14)

    El conjunto de mejoras a implementarse en la ciudad fue decretado por una ley dictada el 26 deseptiembre de ese ao. Una Comisin especial de aguas corrientes llam a licitacin recibindo-se una serie de propuestas.

    Por una parte, la Municipalidad suscribi un contrato con Toms Robinson para ejecucin de

    estas obras. Por otra, el Poder Ejecutivo design a Juan Coghlan para que proyectara un planacompaado de planos, presupuestos y especificaciones. Al mismo tiempo Coghlan, ingenie-ro de las obras de aguas filtradas en construccin, integr una comisin de ingenieros, entrelos que se contaban Lacroze, Tassier y un representante de la Municipalidad. La designacindel irlands no se consider pertinente, dado que sera juez y parte a la vez. (15) Mientras sedebata el conjunto de propuestas no hallndose un acuerdo en relacin al precio de las obrasse consideraba que estas mejoras deban poner a Buenos Aires a la altura de los grandes centrosmodernos de civilizacin. (16)

    El proyecto de Coghlan fue presentado a la Comisin de aguas corrientes en julio de 1869. Lasobras deban encararse por medio de emprstitos suscriptos en el exterior, y deban perteneceral Estado, siendo de propiedad y administracin pblica, siguiendo el ejemplo brindado por pa-ses como Inglaterra y Estados Unidos. Si bien los trabajos deban entregarse a una entidad espe-

    19

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    20/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    cial de carcter permanente con atribuciones propias y designada por la Legislatura o el PoderEjecutivo de la Provincia.

    Coghlan se ocup en verificar los estudios estadsticos que determinaban el asentamiento pobla-cional en un vasto sector de la ciudad. (17) El total compuesto por 480 manzanas alojaba a unos100 mil habitantes. La evaluacin fue obtenida casa por casa, atendiendo a describir la distribu-cin de la poblacin que result menos densa en el centro que en los suburbios, situacin que ex-plicaba que las epidemias fueran ms sentidas en la periferia.

    Sin embargo, ya a fines de la dcada de 1860 el crecimiento de la poblacin era continuo, efectode las primeras corrientes inmigratorias. Como demostr el censo de 1869, en Buenos Aires seconcentraban unos 177.787 habitantes. El avance demogrfico haca prever que sin abundante

    provicin de agua, sin cloacas y desages y con focos permanentes de gases malsanos en cada casa y loda-

    zales en cada calle, debe siquiera haber esperanza de que esta ciudad, por mayores esfuerzos que hagan sushabitantes y autoridades, se encuentre en condiciones de salubridad satisfactorias. (18)

    20

    La divisin de distritos propuesta por Coghlan para la capital, de acuerdo a tres sectores de desages naturales, cimentado en su conocimiento prctico de la ciudad.(En: Mejoras de la Ciudad de Buenos Aires, Op. cit., Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    21/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    La Comisin acept la propuesta de Coghlan, considerado un ingeniero competente. Adems delos estudios topogrficos y geolgicos, los varios sistemas empleados para este gnero de obrasy su aplicacin al conocimiento prctico de la ciudad, Coghlan haban evaluado en su proyecto

    los terrenos de la Boca y Barracas. El presupuesto elevado para las obras de desage, cloacas yprovisin de agua de 960 cuadras alcanzaba a unos 3.737,000 pesos fuertes. (19)

    Los desages fueron diseados siguiendo el modelo de los de Londres. Los ms clebres in-genieros ingleses mencionados por Coghlan en su estudio son Bazalgette, Bateman y Rawlin-son. El sistema adoptado consista en reunir en cloacas que recorreran cada calle los desa-ges pluviales, las aguas servidas y las materias fecales, emplendose en parte para el riegode terrenos. La construccin de cloacas interceptoras deba realizarse acorde a los desnivelestopogrficos de la ciudad. Se convino el uso de formas circulares, proponindose para cloa-cas menores formas ovoides.

    La discusin giraba en torno de la colocacin de caeras para agua corriente dentro de las cloa-cas, mtodo que pareca haberse adoptado por primera vez en Buenos Aires por la Municipali-dad recorriendo las calles en direccin este oeste.

    De acuerdo a los planos presentados por Coghlan, Buenos Aires se divida en tres importantessectores de desages naturales, ubicados al sur, centro y oeste, y para la realizacin de estos tra-

    bajos de la ciudad sera dividida en cinco distritos. (20)

    El sistema de provisin de agua se iniciaba en la toma del Bajo de la Recoleta, frente a la quinta

    de Samuel Hale. Dos caos de hierro fundido se internaban 600 metros en el ro transportandoel agua a tres depsitos de decantacin. Tres filtros operaban 5400 metros cbicos por da, volu-men que era accionado por dos bombas y absorbida por los pistones de las mquinas de inyec-cin y enviada a la ciudad. El depsito ubicado en la antigua Plaza Lorea, (hoy extremo Este dela Plaza del Congreso) funcionaba como un control de seguridad. Tena 43 metros de alto y unacapacidad de 2700 metros cbicos, se hallaba sostenido por 7 pilares, el del medio rodeado poruna escalera de caracol.

    Las caeras de hierro fundido se extendan por la ciudad en 12,5 millas de longitud. En surecorrido se instalaron surtidores pblicos. Se estableci una tarifa del 3% del valor del alqui-

    ler de los inmuebles del municipio, sta variaba si se trataba de establecimientos industrialeso comerciales.

    Las obras fueron iniciadas en febrero de 1868 y libradas al servicio pblico el 4 de abril de 1869.El agua distribuida era de calidad excelente, pura y transparente, despus de ser filtrada retenaun lijero tinte de color pajizo caracterstico de las aguas de estos ros. (20) La caera abarcaba 177cuadras, habindose propuesto ampliarla a 353. An quedaban por construir depsitos y filtrosadicionales, un nuevo edificio para mquinas con sus calderas, bombas y caeras.

    A pesar de estos avances todava la provisin de agua corriente estaba expuesta a irregularidades.

    21

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    22/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    22

    El proyecto del Estudio Bateman, Parsons & Batemanpara el Tnel de Toma (Corte y planta).(En Richard C. Parsons, Op. cit., Archivo CEDODAL)

    Las obras de la Torre y el Tnel de Toma en el Ro de la Plata.Una obra mayscula para los rudimentarios medios tcnicos de aquellos aos.(Foto AGN)

    Portada del informe elaborado por el Ing . Coghlan (1869);un estudio medular, utilizado aos ms tarde por el Ing. Bateman para fundamentarbuena parte de sus propuestas (Archivo CEDODAL).

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    23/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Los emprendimientos del gobierno y la propuesta de Bateman

    En septiembre de 1870 se cre la Comisin de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinado,

    cuyo estudio y planos deba someterse a juicio de ingenieros de reconocida reputacin. Coinci-dentemente, arribaba a Buenos Aires el ingeniero John F. La Trobe Bateman convocado por el Go-

    bierno Nacional para proyectar un puerto. A propuesta de M.A. Aguirre, presidente de dicha Co-misin se lo invit a practicar nuevos estudios. Bateman prepar un vasto informe junto con elpresupuesto aproximado de las obras, consultndose adems a corporaciones cientficas y pro-fesionales particulares. (22) La reputacin del ingeniero ingls vena precedida por los grandestrabajos tcnicos realizados en Glasgow y Londres.

    Entretanto el flagelo de la fiebre amarilla azot la ciudad a fines de 1870, a consecuencia del cualmurieron unas 14.000 personas en el lapso de seis meses. (23) Cabe mencionar la accin precur-

    sora de los mdicos higienistas que actuaron en esta poca, Eduardo Wilde, Guillermo Rawson,Pedro Mallo, Emilio Coni, quienes a travs de sus Cursos de Higiene Pblica introdujeron el dis-curso modernizador de la ciudad.

    La propuesta de Bateman fue aceptada con ciertas modificaciones. En 1873 fue designado ingenie-ro Director de las obras. Contratado por siete aos deba encargarse de preparar los estudios, pla-nos, especificaciones y contratos, pagndosele un 7% sobre el costo de las obras. El proyecto apro-

    bado deba proveer de conductos de desage para las aguas pluviales y de cloacas para eliminacinde las materias fecales. Primordialmente, deba abastecer una abundante cantidad de agua potable ydistribuirla con profusin en toda la ciudad, a una poblacin estimada en 200 mil habitantes. (24)

    A pesar del perodo de crisis econmica que se viva en el pas, los trabajos fueron inaugurados el 15de mayo de 1874. Al pie de la barranca de la Recoleta se levant un gran galpn de madera, dondese dispusieron mesas para unos mil invitados. El gobernador de la Provincia Mariano Acosta fue re-cibido por el representante de Bateman, Alfredo Moore, y los seores Downey y Gibson delegadosde los contratistas. Se labr un acta de pergamino que fue colocada en una caja de lata a la que algu-nos de los presentes confiaron tambin algunas monedas de la poca. (25) La lata fue depositada para reci-

    bir la piedra fundamental de la Casa de Bombas ubicada en el Bajo, en terrenos ganados al ro.

    El acta fue suscripta por el Gobernador de la Provincia, los miembros de la Comisin de Salu-

    bridad, Vicente Casares, Rufino de Elizalde, M. Porcel de Peralta, Mariano Moreno y ErnestoAgote. A los que acompaaron Pedro Agote, Antonio Malaver, los ministros del Per y Brasil,el Cnsul de Italia y Matas Erausquin secretario de la Comisin. El gran ausente del festejofue el Gobierno Nacional.

    El mecanismo de la provisin de agua era de gran complejidad. El agua del ro era llevada porun conducto subterrneo que parta de un Tnel de Toma situado en la corriente del Capitn a800 metros de la ribera, frente al pueblo de Belgrano. La torre del Tnel fue una obra de notableingeniera debido a lo difcil de su construccin. El agua era recibida en la planta de purificacindel Establecimiento Recoleta, amplindose el sector proyectado por Coghlan.

    Luego llegaba a tres depsitos de Asiento, revestidos de hormign y ladrillo donde se alojabanlas materias en suspensin, para pasar a los Filtros debajo de los cuales se asentaba en una C-

    23

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    24/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    mara de reserva. De all era distribuida a la ciudad por medio de mquinas impelentes cuya chi-menea era una de las ms grandes de Buenos Aires. (26) De la casa de mquinas, las ms pode-rosas hasta entonces conocidas partan dos caos que por diferentes caminos deban llegar al em-

    plazamiento del futuro Depsito Distribuidor.

    El sistema se completaba con una vasta red de Caos Maestros y Distribuidores que corranpor debajo de las veredas para conectarse finalmente con las caeras domiciliarias. A grandesrasgos los caos maestros fueron distribuidos de Este a Oeste de cuatro en cuatro cuadras, yde Norte a Sur de ocho en ocho. La caera principal del agua corriente se proyect desde elEstablecimiento Recoleta hacia la manzana que albergara el futuro Depsito. Se previ un re-corrido por la calle Larga (hoy Pte. Quintana), Callao, Viamonte y Ayacucho para bifurcarseluego hacia Rivadavia.

    24

    Planta general del Establecimiento Recoleta, segn el esquema presentado por el Ingeniero Parsons en Londres en 1896.(En Richard Clere Parsons, Op. cit., Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    25/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    25

    Al igual que otros edificios y lugares cntricos de la ciudad, el Establecimiento era entonces un smbolo de modernidaddigno de una tarjeta postal. (Archivo CEDODAL)

    Establecimiento Potabilizador de Recoleta. Con algn esfuerzo de imaginacin -y haciendo abstraccin de sus chimeneas- sus formas,a pesar de las modificaciones introducidas por el Arq. Alejandro Bustillo, nos remiten a las del actual Museo Nacional de Bellas Artes, ubicadoen el mismo predio. (Foto AGN)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    26/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Dada la magnitud de la obra, trabajaban unas 7.000 personas de todas las clases sociales, a pesarde lo cual en 1876 slo una pequea parte de la poblacin disfrutaba del servicio del agua quellegaba hasta una serie de surtidores ubicados en distintos puntos de la ciudad, atendidos por

    soldados invlidos. En esos sitios se servan 140 carros de aguateros. El rea beneficiada alcan-zaba a unas 347 cuadras.

    El Depsito de Lorea sigui funcionado, aunque distaba mucho de garantizar condiciones de lim-pieza y el servicio se vea superado por horas de mximo consumo, debido al abuso de los veci-nos. Se establecieron prohibiciones y multas para los que no abonaban las tarifas establecidas.

    Entre los aos 1877 y 1879 las obras de salubridad fueron paralizadas. El contrato Bateman cadu-c y una nueva propuesta de Coghlan volvi a ser rechazada. Los acontecimientos polticos se pre-cipitaron con la designacin de Buenos Aires como Capital de la Repblica. Aunque el destino de

    los trabajos de saneamiento pareci demorarse, sin embargo el 21 de septiembre de 1881 el inge-niero A. Bttner entreg las obras a Carlos Nystrmer, representante de Bateman, quien fue nue-vamente contratado por el trmino de tres aos. Ese ao por decreto del 2 de diciembre se llam alicitacin para continuar las obras de Cloacas colectoras e interceptoras; desages a Quilmes y pro-visin de agua en un radio establecido. En 1883 el servicio de agua abasteca a 7.207 casas.

    El Tanque de Lorea no llenaba las necesidades requeridas por una poblacin en continuo creci-miento. Cabe recordar que en 1887 habitaban en Buenos Aires unas 440,000 personas por lo queel servicio slo abasteca al 10% de la poblacin.

    El higienista Eduardo Wilde observa las ventajas que brindara el Gran Depsito que deba construirse:

    (...) permitir el funcionamiento de las mquinas en contra de una presin constante, en lugar decontra una variable, como sucede en el presente, y por consiguiente trabajarn stas ms eficiente y econ-micamente (...) Tambin ser constante la presin en los caos maestros de servicio, y tanto stos como loscaos y artefactos en el interior de los domicilios estarn menos expuestos a roturas y a escapes, de lo queresultar una importante economa, no solo en los gastos de explotacin, sino en cada casa. (27)

    El momento de iniciar la construccin del Gran Depsito Distribuidor, tantas veces postergadose concretara por fin en 1887, luego de buscar el lugar ms apropiado para la obra.

    26

    Una de las primeras solicitudes de los vecinos-y tambin de las primeras facturas- para la conexin y provisinde agua potable, en 1874. (Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    27/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    NOTAS

    1) Richard Clere Parsons. Las Obras de Salubridad de la

    ciudad de Buenos Aires. Cloacas, Desages y Provisinde agua. Londres, Gilbert - Rivington Limited, 1896. EnSaneamiento. Revista de Obras Sanitarias de la Na-cin, julio-agosto-sept, 1970, N 219, Ao XXXIV, pp.317-318-319.

    2) Enrique Germn Herz. Historia del agua en BuenosAires. Buenos Aires, la. ed., 1979, (Cuadernos de BuenosAires, N 54), pp. 25-34. El autor cita Mis memorias deLucio V. Mansilla y de Jos A. Wilde Buenos Aires des-de 70 aos atrs.

    3) Ibdem, p. 30.4) Aurelio Prado y Rojas. Leyes y decretos promulgadosen la Provincia de Buenos Aires de 1870 a 1876 , TomoII. Buenos Aires, Imprenta del Mercurio, 1877, p. 338.

    5) Alberto de Paula-Ramn Gutirrez. La encrucijadade la arquitectura argentina 1822-1875: Santiago Be-vans. Carlos Enrique Pellegrini. Resitencia, Chaco,Universidad del Nordeste, 1974, p. 67.

    Carlos Pellegrini. Tableau Pittoresque de Buenos Ay-res, 1/3/1829. Esta propuesta aconsejaba elevar elagua ya depuesta a un tanque de 162.000 litros.

    6) Alberto de Paula-Ramn Gutirrez, op. cit., p.67.

    7) Comisin de aguas corrientes, cloacas y adoquinado.Memoria sobre las obras de salubrificacin de la ciu-dad de Buenos Aires desde su iniciacin hasta el ao1875. Buenos Aires, Imprenta del Mercurio, p.7.

    8) Olga Bordi de Ragucci. Las obras de salubridad en eldesarrollo urbano de la ciudad de Buenos Aires. 1870-1900. En Primeras Jornadas de Historia de la ciudadde Buenos Aires, Buenos Aires, Municipalidad, 1985.

    La referencia a Pellegrini puede verse en Alberto dePaula-Ramn Gutierrz, op. cit, p. 76.

    9) A. de Paula-R. Gutirrez, op. cit., p. 76.

    10) Registro Oficial de la Provincia de Buenos Aires.Ao de 1868. Publicacin Oficial. Buenos Aires, Impren-ta Mercurio, 1869, p. 136.

    11) Ibdem, p. 137.

    12) Ibdem, p. 139.

    13) Ibdem, p. 140. La obra fue presupuestada en 6 mi-

    llones de pesos habindose enviado a Inglaterra1.860,489 pesos.

    14) Ibdem, p. 151.

    15) Mejoras en la Ciudad de Buenos Aires. Provisinde aguas, cloacas, desages y adoquinado. Mensaje yproyecto del Poder Ejecutivo, Informe de la ComisinEspecial. Plan, informe y presupuesto al ingenieroCoghlan. Contrato celebredo por la Municipalidad. Pla-nos pertenecientes al plan del ingeniero Coghlan. Publi-cacin Oficial. Buenos Aires, Imprenta Buenos Aires,

    1869, p. 59.Informe del 12/1/1869 de la Comisin de Aguas Co-rrientes a la Corporacin Municipal.

    16) Ibdem, p. 61.El mencionado informe lleva la firma de Miguel J. Az-cunaga, Vicente Letamendi, Luis Tamini, EulogioCuenca y Eduardo Dimet.

    17) Ibdem, p. 8 Como puede verse en el punto III. Es-tadstica de la Ciudad con relacin a las obras, a su ex-tensin y a la fuente de impuesto para las mismas.

    18) Ibdem, p. 10.

    19) Ibdem, p. 23.

    20) Buenos Ayres. Mejoras de la ciudad. Proyecto dedesages y cloacas. Plano demostrativo de la divisinde la ciudad en distritos de desage y de la direccin ydimensiones de las cloacas. John Coghlan. M. Inst. C.E.Buenos Aires, 20 de julio de 1869. Buenos Ayres. Mejo-ras de la Ciudad. Plano demostrativo de la estension dela Caera para la provisin de agua. 1869. John Cogh-

    lan. M. Inst. C.E. Buenos Aires, 20 de julio de 1869. Lit.Pelvilain. En Ibdem.

    Tal como puede apreciarse en los planos presentadospor Coghlan la ciudad de Buenos Aires se divida en 3sectores de desages naturales:1- el del Sud, o del Segundo lindante con el Riachuelo, Case-ros, San Juan, Sols, Salta y Belgrano, Victoria, (hoy HiplitoYrigoyen) a la Aduana. All se encontraban los riachos lla-mados terceros. El Primero (Defensa) y el Segundo (Chile).2- el Central, desages del Tercero que desde Sols a laAduana se diriga a Pasco, Moreno y Riobamba y al

    Norte por Juncal y Arenales.3- el Oeste -San Juan- La Rioja y la antigua calle NuevaGranada.

    27

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    28/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    21) Ibdem, p. 38. Vase el captulo Provisin de aguapara la ciudad.

    22) Mejoras de la Ciudad de Buenos Aires. Informesobre Drenaje, sistema de cloacas para desage y so-bre Provisin de agua de la ciudad de Buenos Airespor Juan Federico Bateman. Miembro de SociedadReal, Ingeniero Civil. 21/9/1871. Buenos Aires, Im-prenta del Siglo, 1871.

    23) Miguel ngel Scenna. Cuando muri Buenos Aires.1871. Buenos Aires, Ed. La Bastilla, 1974. El 27 de di-

    ciembre de 1870 comenz la epidemia. El virus de la fie-bre amarilla probablemente de Brasil, pas a Asuncin,Corrientes y Buenos Aires.

    24) Comisin de aguas corrientes, cloacas y adoquina-do. Memoria sobre las obras de salubrificacin de laciudad de Buenos Aires desde la iniciacin hasta elao 1875, p. 95.

    25) Julio Vela Huergo. Sntesis histrica de la accin hi-ginica y urbana de Obras Sanitarias de la Nacin conespecial referencia a la ciudad de Buenos Aires. PrimerCongreso Argentino de Urbanismo. Realizado en Bue-nos Aires los das 11 a 19 de octubre de 1935, 1938, p. 62.

    26) (...) El proyecto comprenda la casa de bombas elevado-ras, al final del tnel de aduccin, los depsitos de asiento ode decantacin de 85.000 m3, 4 filtros (15.400 m2), 3 reser-vas de agua filtrada (51.200 m3), 3 casas de bombas impelen-tes con capacidad de elevacin de 163.400 m3 trabajandocontinuamente 24 horas, 5 caeras de bomba hasta el grandepsito distribuidor de la calle Crdoba una de las partesque ms demoraron en terminarse y la red de 568,5 Km. decaera de distribucin.En Ibdem, p. 61.

    27) Eduardo Wilde. Obras Completas. Primera Parte,Cientficas. Vol. III. Buenos Aires, UBA, 1914, p. 78.

    28

    Uno de los proyectos del estudio Bateman, Parsons & Bateman para las cloacas colectoras e in-terceptoras. (En Richard C. Parsons, Op. cit., Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    29/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    LA EPIDEMIA DE FIEBRE AMARILLA

    En el perodo lgido de la epidemia, era lgubre y aterran-te el aspecto de la ciudad, y en los barrios donde se haca sentir,caan familias enteras al soplo de aquel veneno exterminador. Losatades se sacaban a las puertas de la calle y se apilaban de tres entres para esperar los carros conductores a los cementerios. Desdelas cuatro de la tarde las casas de familia y de negocio empezabana cerrarse, y los vecinos ya no transitaban por las calles, dndoleas a la poblacin el verdadero aspecto de una ciudad infectada.Sentase el rodar de los carros fnebres y el grito, desapacible y t-trico de los conductores.

    Llegaba la noche, los faroles se encendan mal y una bruma cons-tante los envolva. De trecho en trecho, la luz incierta de una casa,se proyectaba en las aceras, denunciando la existencia de una boti-ca, nicos establecimientos que se mantenan abiertos. Despus, elsilencio conmovedor de las necrpolis, se acentuaba en este recintode la muerte. Los ya escasos moradores despertaban un da y otro,viendo la guadaa de la parca suspendida sobre todas sus cabezas;y esta poblacin se aterraba cada da ms, leyendo en los diarios lalista de los muertos, (...)

    Tanto al Sur como al Norte, rebalsaron los terceros; cuadras enterasde casas llenronse de agua y muchas familias fueron salvadas porlos fondos de su propiedades, no siendo posible pasar a las veredasconvertidas en ros. As es, que tanto para facilitar la salida de lasaguas, como para sanear la ciudad, se proyect y se emprendieronpor el Gobierno de la Provincia, las llamadas Obras de Salubridad.

    Como principio de saneamiento e higiene, se estableci el serviciode aguas filtradas del Ro de la Plata, a fin de clausurar los pozos

    de balde, de cuya agua se serva el pueblo, lo que era nocivo en al-to grado a la salud de las personas, tanto o ms que el agua reco-gida por los aguadores en las orillas del ro, y vendida para los usosdomsticos ms delicados.

    Extrado del Censo de Poblacin de 1887.

    29

    Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires, 1871; pintura de Juan Manuelde Blanes. (Tomado de: AAVV. The Art of Juan Manuel Blanes. Fundacin Bunge y Born -

    Americas Society, Buenos Aires, 1994. Gentileza Galera Zurbarn)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    30/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    BARRIO DE BALVANERA

    El Gran Depsito Distribuidor est ubicado en el lmite nor-te de Balvanera. El nombre del barrio le fue dado por la iglesia, ubi-cada en Bartolom Mitre y Azcunaga, creada bajo la advocacinde Nuestra Seora de Balvanera, y designada Parroquia en 1833.

    En sus inmediaciones se hallaba el mercado del Oeste, que luego

    pas a denominarse 11 de Septiembre. En la dcada de 1880 fuetransformado en Plaza. El sector se fue poblando atrado por las ac-tividades industriales que se desarrollaron en torno a la estacin delFerrocarril Oeste que se ubic frente a la plaza. Se sumaba al mo-vimiento comercial el Mercado de Abasto Proveedor, situado a po-cas cuadras, en la calle Corrientes.

    Toda esta zona del oeste porteo, antiguamente ocupada por quin-tas y huertas se fue loteando con el impulso urbanizador que fueavanzando sobre los suburbios. En la dcada de 1880 fue uno de

    los puntos de ms alta ocupacin poblacional, ocupaba unas 500ha. de superficie, y era cuarto en importancia en la propiedad raz,que se concentraba en manos de argentinos e italianos.

    La avenida Crdoba establece el lmite norte de Balvanera enfren-te de la cual se penetra en el territorio de la Recoleta, barrio poraquel entonces menos habitado, pero que fue tomando gran empu-je con la aparicin de nuevos edificios. En 1874 sobre la vereda im-par de Crdoba al 1900 se construy la Escuela N 1 de Profesoras,

    (hoy Pte. Roque Sanz Pea). La obra del arquitecto Ernesto Bungecon reminiscencias neogticas se enlaza con la composicin eclcti-ca del Gran Depsito del agua.

    En una de las cuadras siguientes se levant en 1879 el nuevo Hos-pital General de Hombres que en 1882 pas a depender del Gobier-no Nacional. Ms conocido como Hospital de Clnicas fue un mode-lo en su gnero, con sus grandes salas en forma de pabellones ais-

    lados por jardines, destinadas al servicio pblico, las que se fueronampliando con un anfiteatro en el momento que se construa elGran Depsito. Hoy el lugar transformado en Plaza, -conserv solola capilla- es sitio de encuentro de la poblacin estudiantil que asis-te a las facultades que se concentran en los alrededores. Este sectordel barrio, a diferencia de la zona comercial, se caracteriz tempra-namente por el desarrollo de actividades educativas y hospitalarias,tendencia que perdura en nuestros das. A mediados de la dcadade 1880 se emprendi la construccin de la Escuela Superior de Me-dicina y un Asilo de Maternidad, posteriormente desaparecido. Eledificio modificado en diversas oportunidades tiene su fachadaprincipal sobre la avenida Crdoba, ubicndose sobre la calle Junnla entrada de la Morgue Judicial. En la actualidad es sede de la Fa-cultad de Ciencias Econmicas.

    En las inmediaciones, sobre la calle Callao, en 1874 se establecie-ron los Jesuitas quienes levantaron all su Iglesia y Colegio. El Cole-gio Lasalle, ubicado en la esquina de Viamonte y Riobamba perte-nece a la congregacin de Hermanos de las Escuelas Cristianas quie-

    nes primero se establecieron en el Colegio de El Salvador en Rio-bamba 525. En 1899 construyeron su propia Escuela en homenajea Juan Bautista de La Salle. La obra se realiz en Riobamba entre

    Tucumn y Viamonte, autores de los planos fueron los arquitectosHortal y Godoy. Entre los aos 1911 y 1929 se extendi sobre lacalle Viamonte.

    Estos monumentales edificios realizados en las ltimas dcadas delsiglo XIX complementan la arquitectura sobresaliente del Gran De-psito Distribuidor, otorgando particulares rasgos al paisaje urbano.

    30

    El barrio del Gran Depsito, visto desde las cubiertas del Colegio Lasalle.(Foto AGN)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    31/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    DEPOSITO DE LOREA

    Muchos creen, estoy seguro, que el agua que se recogapor medio de las bombas que he mencionado y de que se sirve laciudad, iba primero al depsito de la plaza Lorea, que suba por unode los tubos del mismo y bajaba en seguida por el otro; estoy segu-ro de que esta es la creencia general; la creencia es errnea. Unode estos tubos prestaba solamente el servicio de dar salida al aguaen los casos de que el depsito se llenase demasiado, evitndose asel desborde del agua en la Plaza.

    El depsito de la plaza Lorea no se llena sino cuando estn llenos,repletos completamente, todos los tubos de las casas particulares,de los edificios pblicos, toda la caera de distribucin, en fin. Eldepsito de la Plaza Lorea viene a ser en realidad, un verdadero tu-bo de seguridad.

    No sube el agua all, sino cuando la red de la ciudad est repleta yno sirve, ni puede servir para cortar la comunicacin entre el caode inyeccin que parte de las bombas y los caos de la ciudad.

    Se comprende perfectamente bien cmo circula el agua; es inyecta-da por las bombas en los tubos que parten de ellas, l lena todo el sis-tema de conductos de la ciudad y una vez llenos, tiende subir ysube hasta el tanque, como le llaman al aparato de la Plaza Lorea.

    El tanque es un divertculo, dir as, de la red de conductos, un sitiodonde va el agua cuando ya no cabe en dicha red.

    Con una presin de sesenta y cinco libras en las mquinas, el aguallenaba pues, la mitad del tanque, pesar de la que sala; bien po-da abrirse la mayor parte de los picos en las casas, esa presinmantena siempre el nivel la altura mencionada.

    La presin de sesenta y cinco libras era en este caso, segn se diceen mecnica, la presin de equilibrio.

    La capacidad del tanque es de ochocientas cincuenta pipas, seacuatrocientos ochenta y siete metros cbicos prximamente. El ma-yor consumo entonces era de ciento cuarenta y cinco litros, trminomedio, por habitante; no por habitante de la poblacin, sino por ha-bitante de las casas servidas, calculando que cada casa tena diezhabitantes; pero cuando el consumo lleg ser mayor, el tanque yano sirvi sino para mantener una presin mas mnos constante.

    Eduardo Wilde. Obras Completas. Primera Parte, Cientficas. Vol. III.Buenos Aires, UBA, 1914.

    31

    Quien imaginara que este depsito -bastante feo por cierto-

    se ubicaba en pleno centro de la ciudad, a pocas cuadrasde Plaza de Mayo? Lo cierto es que cuando el agua rebalsaba,el barro formado alrededor haca peligrar su estabilidad,generando no poca zozobra en los vecinos ... En este sectorde la actual Plaza de los Dos Congresos, al fondo se observael sector que, una vez demolido, dar paso a la traza de la

    Avenida de Mayo. (Foto AGN)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    32/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    CAPITULO III

    Buscando un lugar para el Gran DepsitoEs probable que el IngenieroJohn Frederick La Trobe Bateman, conspicuo miembro del selec-

    to Instituto de Ingenieros Civiles de Londres, jams imagin en diciembre de 1870 los aos de tra-bajo intenso que tendra por delante, en esa extica y remota capital de Amrica del Sur. Desde elbarco que lo traa a estas tierras el panorama no era muy alentador. Alguna que otra torre de igle-sia, lavanderas en la costa, y el fantasma de la fiebre amarilla acechando a la poblacin de una ciu-dad, ms cercana a la Gran Aldea de raigambre hispana que al sueo europeo finisecular.

    Los sucesivos contratos que celebrar este Ingeniero con el Gobierno para cumplir un captulode este sueo, el referido al principio: el grado de cultura y de progreso de una poblacin se mi-de por la cantidad de agua que consumen sus habitantes; lo resarcirn con creces, por tan peno-sa travesa.

    En el conjunto de obras de salubridad que se realizarn en los prximos veinte aos, el estudioBateman, Parsons & Bateman tendr un papel protagnico, dentro y fuera del pas.

    Tanto su sede central en Londres, del 16 Great George Street Westminster, y la Oficina Tcnica deBuenos Aires a cargo de representantes locales, sern las usinas de ideas desde donde se proyec-tarn redes de infraestructura, edificios, pliegos y presupuestos, y tambin quienes practicarndesde la direccin tcnica de los trabajos, hasta la inspeccin y aprobacin de materiales, utiliza-dos en las redes sanitarias de la Capital.

    Bateman, que haba sido contratado para proyectar, dirigir y vigilar la ejecucin de las obras, co-menz sus trabajos en 1871, dejando al IngenieroAlfred Moore como representante ante las auto-ridades locales. Este fiel colaborador, que lo haba asistido durante ms de treinta aos, serquien entre 1871 y 1875 presente ante la Comisin de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinado -crea-da en 1870- los distintos proyectos del estudio ingls, entre los que se encontraban los primerosdiseos del Depsito de Distribucin de Agua Filtrada o Torre de Agua , elemento indispensable alnuevo sistema de abastecimiento, integrado por un tnel de toma, depsitos de asiento, filtros,casas de bombas y kilmetros de caeras.

    32

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    33/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Los proyectos para el gran depsito, originariamente pensado para una poblacin de 200.000 ha-bitantes, a razn de 181 litros por persona por da, sufrieron un sinnmero de modificaciones ydilaciones, producto tanto del crecimiento que tuvo la ciudad en los aos subsiguientes como de

    la inestabilidad poltica e institucional que viva el pas en aquella poca.

    Los primeros cambios a los planos de Bateman, que haba ideado un Depsito de Agua Filtradacolocado casi a flor de tierra, a ubicar en el paraje ms elevado de la ciudad, fueron introducidospor la propia Comisin. Se le hizo notar que este depsito, al terminarse, no llenara las necesi-dades del crecimiento de la poblacin -en 1872 apenas superior a 200.000 habitantes- por lo queresolvi proyectar un gran tanque en altura. Para emplazar este depsito, la Comisin trat deencontrar un terreno lo ms cerca posible del Establecimiento Recoleta -el antiguo establecimientopotabilizador, ubicado en el predio del actual Museo Nacional de Bellas Artes- y con una cota dealtura no menor a 72 pies sobre el nivel del Ro de la Plata.

    No slo se deban satisfacer estas dos condiciones, sino ubicar la construccin en la parte mscntrica de la ciudad, para mejor lucimiento de sus caractersticas monumentales, y para conse-guir un mayor resarcimiento a la considerable inversin. Esta suerte de recupero de los mon-tos, se pensaba obtener con los diferentes usos que podra albergar la superficie libre techada, deuna cuadra de largo y 12 mts. de altura, ubicada bajo el gran depsito. (1)

    Pero, debido a la ausencia de una ley de expropiacin, a los lmites de alturas y a los elevados pre-cios en el rea central, no pudo obtenerse un terreno que satisfaciera todas estas condiciones. (2)

    La Comisin encontrar la solucin en el propio Gobierno de la Provincia de Buenos Aires -ancon sede en la Capital Federal, antes de la ley de federalizacin- quien haba decidido construirel Hospital General de Hombres (luego de Clnicas) adquiriendo en 1871 dos manzanas cercanasal centro de la ciudad. Una de ellas era la delimitada por las calles Riobamba, Paraguay, Ayacu-cho y Crdoba, donde aos ms tarde se levant la Escuela Normal N 1; y la otra, la compren-dida por las calles Riobamba, Ayacucho, Crdoba y Temple, hoy Viamonte; donde se ubica ac-tualmente el Palacio de Aguas.

    En conocimiento la Comisin de esta compra, decidi solicitar al Gobierno la cesin de la man-zana que por nivel reuna las condiciones fijadas, comprometindose en un plazo breve a entre-

    gar otra ubicada en las inmediaciones.Tal fue el xito de la gestin, que los vocales de la Comisin, a la vuelta de la charla que tuvie-ron con las autoridades del Gobierno en marzo de 1873, mandaron inmediatamente a levantarlos planos del depsito en su manzana actual. (3)

    Sobre este terreno y su entorno, unaMemoria leda en enero de 1896 (dos aos despus de termi-nadas las obras) en el Instituto de Ingenieros Civiles de Londres, por uno de los socios del estu-dio autor del proyecto, el Ingeniero Richard Clere Parsons, recordar:

    El punto elegido se halla en un barrio que se estaba poniendo muy a la moda, y el Gobierno esti-pul que el exterior habra de ser de apariencia vistosa y que estuviera en armona con los edificios, tantopblicos como privados, que se estaban construyendo activamente en las inmediaciones (...) (4)

    33

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    34/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    34

    Portada de la publicacin que resume los trabajos realizadospor el Estudio Bateman, Parsons & Bateman en Buenos Aires,

    presentada por el Ing. Parsons en Londres en 1896.(Archivo CEDODAL)

    Croquis con la ubicacin de los distintos elementos que integrabanlas obras de salubridad. Puede verse la posicin del Gran Depsito o ServiceReservoir en relacin a la torre y tnel de toma en el Ro de la Platay al Establecimiento Purificador de Recoleta.(En Richard C. Parsons, Op. cit., Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    35/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    35

    Planos de los distritos en que el estudio ingls subdividi la capital para la distribucin de los conductos de abastecimiento de agua potable (arriba)y cloacas colectoras (abajo). (En Richard C. Parsons, Op. cit., Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    36/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Los distintos anteproyectos

    Abandonada definitivamente la idea de un depsito a ras del suelo, y adoptada en su lu-

    gar la torre tanque -que se consideraba ms eficiente para llegar a los contados pisos altos de laciudad- en 1873 comienzan a presentarse diversos anteproyectos.

    Continuando la idea de la Comisin, aprobada luego por el Gobierno, Bateman presenta en eseao una propuesta de depsito conformado por grandes cisternas de fierro, descansando so-

    bre arqueras de 12 mts. de altura. (5)

    Al ao siguiente, se aceptar un nuevo proyecto de Bateman, con divisiones interiores al grandepsito.

    Pero los tiempos en aquel pas an inestable, que pugnaba por salir de enfrentamientos histri-cos y alcanzar su definitiva unificacin, eran ms que lentos. Y lo que en un ao se consegua, alsiguiente se perda en marchas y contramarchas. Pinsese solamente que -como sealamos en ca-ptulos anteriores- recin en 1874 se colocar la piedra fundamental del Establecimiento Recole-ta, eslabn clave dentro del sistema de purificacin y abastecimiento de agua potable. (6)

    Pero proyectos no faltaban. En 1875, la Comisin describe el Depsito Distribuidor como unaobra que se ubicar en la manzana canjeada al Gobierno, pero que an se encuentra sin comen-zar por no haberse terminado por completo sus planos y presupuestos, y que:

    ...no tendr igual en el mundo por su magnitud, y cuya capacidad ser suficiente para contener16 millones de galones de agua, igual a 72,7 millones de litros de agua (...) Su parte inferior puede ser uti-lizada con grandes ventajas para la fundacin de un mercado, cuartel, casa de baos o escuela de artes yoficios, pues tendr capacidad bastante para un establecimiento cualquiera de esta naturaleza, pudiendocon su producido atenderse igualmente en parte, los gastos hechos en su construccin. (7)

    Eran evidentes las intenciones del Gobierno y la Comisin respecto del carcter y significado quedeban asumir las obras del depsito.

    Se trataba de una magnfica oportunidad para demostrar la importancia que sus representantes

    otorgaban a las obras de salubridad, a travs de una construccin que permita un lucimiento ne-gado a las obras de infraestructura subterrnea. La poblacin en general, gozaba los beneficiosde estas ltimas, pero su envergadura era algo que no se poda apreciarse visualmente.

    En 1875, el representante local de Bateman, Ing. Moore, ser reemplazado por otro colega ingls, elIng. George Higgin, quien cumplir esta labor durante slo dos aos, hasta 1877. No obstante, comoDirector de las Obras, continuar presentando propuestas para el gran depsito distribuidor.

    En unaMemoria presentada por Higgin en 1875, luego de hablar sobre los beneficios que im-plica contar con dos caos de salida desde el Establecimiento Recoleta hasta el futuro dep-

    sito distribuidor ante la presunta rotura de uno de ellos, se refiere a ste como la gran torrede surtido, y afirma que:

    36

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    37/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    (...) ser la forma de circular, teniendo su base un dimetro de 111 metros. El rea del edificio se-r de 9.720 metros. Est proyectado para contener agua suficiente para el surtido de dos das, o sean16.000.000 de galones. Esta ser contenida en estanques de hierro batido, en tres alturas, estando el fondo

    del ms bajo a 11 metros sobre el nivel del terreno, y la altura total del edificio ser de 26 metros. (8)

    Toda la estructura de los tanques metlicos llenos, tendra un peso de 78.429 toneladas, y serasostenida por una serie de bvedas que arrancaran de los pilares de fbrica de ladrillo. Para laparte libre bajo los tanques, se seguan proponiendo usos como mercados, baos y otros objetos

    pblicos. (9) Adems, se fijaban cuatro entradas principales, ubicadas en cada una de sus esqui-nas. Segn Higgin, las obras del depsito no haban podido iniciarse por no estar concluidos susplanos, los que pronto seran entregados a la Comisin. Como se ve, las formas distaban bastan-te an de su conformacin posterior.

    El presupuesto estimado era entonces de 20 millones de pesos m/c. Monto que en septiembre de1876 Bateman elev a ms de 37 millones, de los cuales casi 21, eran exclusivamente para la obrade hierro. (10)

    Pero intiles eran, por el momento, estos y otros estudios. Ese mismo ao la Comisin de AguasCorrientes, Cloacas y Adoquinado decidi suprimir la construccin del gran depsito.

    En 1877 Higgin recomienda al Presidente de la Comisin, Ingeniero Emilio Bunge, el nombra-miento como encargado de la oficina de Bateman en Buenos Aires, al Ingeniero sueco CarlosNystrmer, refirindose al mismo como:

    (...) persona en quien tengo completa confianza, tanto por sus conocimientos cientficos cuanto porsu honorabilidad. El Sr. Nystrmer ha tenido a su cargo la construccin de los Edificios de Mquinas, yadems ha sido el Ayudante principal de la oficina, est pues perfectamente enterado de todo.

    Es uno de los primeros que vinimos aqu al empezar las obras, hace ya unos 6 aos. (11)

    Los gastos de la Oficina Tcnica local, conformada en su mayora por profesionales y tcnicosextranjeros, eran solventados por el Gobierno, quien adems cubra los viajes anuales a Europade los integrantes para visitar a sus familias. Nystrmer, que ya haba realizado trabajos de in-

    geniera hidrulica junto a Bateman en Inglaterra, dirigir la oficina hasta 1888, cubriendo un pe-rodo de ms de doce aos, en el que, finalmente, tomar forma definitiva el diseo y la ejecu-cin del gran depsito.

    Por ahora, hacia 1878, no existan signos visibles que hicieran suponer una pronta materializa-cin de esta ansiada obra. Entre tanto, adems de atender multiplicidad de trabajos, la OficinaTcnica no perda oportunidad de reiterar sus quejas a la Comisin de Aguas Corrientes, porquelos barrenderos del Municipio arrojaban barro de las calles a los flamantes sumideros, y porque-adems- se burlan de nuestros inspectores y no hacen el menor caso de sus advertencias. (12)

    Un sntoma de la tranquilidad reinante respecto al gran depsito, lo ofrece una nota que el In-tendente Guerrico dirige al Presidente de la Comisin en enero de 1880, reiterando la solici-tud efectuada en julio del ao anterior, para que se construya el cercado de la manzana don-

    37

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    38/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    de se levantar esta obra, porque los vecinos de la zona: ...se apoyan en esto para no hacer elcercado de las suyas. (13)

    En 1879 se haban preparado los planos y presupuestos para la construccin del cerco y ve-redas, llamndose a licitacin en octubre, cuando se recibieron 30 propuestas. Pero recin alao siguiente, y luego de este reclamo, se iniciara la construccin del cercado, con una pa-red hecha a todo costo. (14)

    Haban pasado ms de ocho aos desde la propuesta original, y no se haba avanzado demasia-do. En especial porque la construccin del depsito y el techado de los filtros en Recoleta fueronsuprimidos en el presupuesto aprobado por las Cmaras Legislativas de la Provincia en noviem-

    bre de 1880, y por esta razn se omitieron en el presupuesto de 1881, an cuando en un informeanexo la oficina destacaba su importancia.

    Entre los reclamos de todo tipo que deba atender la Comisin, se encontraba prever que lasfuentes de las Plazas de la Victoria jueguen durante los das del corso, colocar rejillas en las bocasde tormenta para evitar las cadas nocturnas de los transentes, y hasta cuidar -tambin por lasnoches- que desde las casas de inquilinato, conventillos y corralones, no se arrojaran desperdi-cios y materias fecales. Con respecto a esto, el Intendente Alvear, reconocido por sus solucionesdrsticas, iba an ms lejos, y ordenaba a la Comisin que se constituya en prisin a todo indivi-duo que tomen in fraganti, en semejantes prcticas. (15)

    As las cosas, no es de extraar que, en noviembre de 1881, el Zingari Cricket Club, se dirija al

    Presidente de la Comisin, Dr. Wilde, solicitando hacer uso del terreno del futuro depsito paraque sus miembros puedan hacer all sus ejercicios. Para solaz de los vecinos de la zona, y por es-tar el terreno an desocupado, la solicitud fue resuelta favorablemente. (16)

    38

    La ex Escuela N 1 de Profesoras (hoy Pte. Roque Senz Pea) construida en una de las dos manzanas adquiridas por el Gobierno de laProvincia de Buenos Aires. El proyecto del Arquitecto argentino Ernesto Bunge, denota claramente la formacin germana del autor. (Foto AGN)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    39/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    39

    Un sector de la maquinaria a vapor, proyectado para el Establecimiento Potabilizadorde Recoleta. (En Richard C. Parsons, Op. cit., Archivo CEDODAL)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    40/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Hacia el proyecto definitivo

    Omisiones presupuestarias, deportes sajones y barrenderos rebeldes mediante, llegamos

    a 1882 sin noticias concretas sobre las obras del gran depsito. Bateman, con su contrato comodirector general de las obras de salubridad renovado en agosto de 1881, y su estudio en plenaproduccin, continuaba elaborando otros proyectos que por fortuna s se concretaban, como losmagnficos edificios existentes en el Establecimiento de Lquidos Cloacales de Wilde, provinciade Buenos Aires, y las obras de aguas corrientes de los distritos de la Boca y Barracas.

    En 1883, los ingenieros Bateman, Parsons & Bateman enviaron los planos del depsito distribui-dor, con un presupuesto general, no detallado, de 400.000 libras. Pero las premuras no eran si-mtricas: todo qued paralizado, pues no exista an una ley del Gobierno que autorizara estostrabajos, y sta a su vez no se efectivizara hasta tanto -segn el propio Gobierno no se reciban

    los informes y presupuestos definitivos.

    Por la descripcin que se hace del proyecto de la parte metlica en 1883, ste no haba sufridomayores modificaciones en cuanto a su capacidad y distribucin de los pisos de tanques, en tan-to se reiteraba la flexibilidad de usos propuesta para la parte baja, la que podra ser aprovecha-da por el gobierno nacional para instalar un gran cuartel, un mercado o un museo.

    En Agosto de 1883 Bateman somete a aprobacin de la Comisin los planos generales del dep-sito distribuidor, resolvindose que deban ser eliminados los baos de natacin. En febrero delao siguiente, la Comisin recibi los planos generales, sin especificaciones, y con la indicacin

    de Bateman de que slo esperaba su aprobacin definitiva para elaborar presupuestos y planosdetallados. La situacin pareca eternizarse: en tanto los ingenieros esperaban la aprobacin pa-ra hacer los planos de proyecto y detalles finales, el Gobierno no aprobara los planos generaleshasta no tener estos ltimos.

    40

    Planta de uno de los anteproyectos no concretados, del estudio Bateman, Parsons & Batemanpara el Gran Depsito, 1886. (APGH, Aguas Argentinas)

    volver

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    41/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    41

    Corte longitudinal y detalles de cubiertas, de uno de los anteproyectos no concretados, del estudio Bateman, Parsons & Bateman para el Gran Depsito, 1886.(Archivo de Planos del Gabinete Heliogrfico, Aguas Argentinas, en adelante APGH)

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    42/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    En 1884 la descripcin del proyecto presentado por Bateman comprenda, adems de los tres pi-sos de tanks de hierro superpuestos, un patio central de 60 pies de lado, y el exterior de mam-postera decorndose convenientemente los frontis con relacin a lo monumental de la obra. Fijaba un

    presupuesto de $ 2.020.863,60 400.965 libras. Una vez ms, la planta baja libre, se destinaba ala instalacin de Bibliotecas, Museos, Archivos y dems Oficinas Pblicas. (17)

    Recin en mayo de 1884 la Comisin eleva al Ministro del Interior, Bernardo de Irigoyen, el pro-yecto para la construccin del depsito, y en octubre del mismo ao el Poder Ejecutivo autorizaa invertir hasta $ 5.531.579,84 en las obras de salubridad de la Capital, de los cuales casi la mi-tad se destinara -segn el presupuesto de Bateman- al Gran Depsito. Un dato para tener encuenta, que ofrece una idea sobre la envergadura de los montos: un operario de las Obras de Sa-lubridad, ganaba $ 37 de la misma moneda, por mes.

    Estaba todo, o casi todo, preparado entonces para iniciar la construccin de la obra. Con el Inge-niero Nystrmer a cargo de la Oficina Tcnica de Bateman en Buenos Aires, se comenz un pro-ceso de ajuste, revisin y rediseo del proyecto original elaborado en Londres, al que se suma-rn nuevos anteproyectos.

    An en 1885, Nystrmer, respondiendo a ocho preguntas de la Comisin de Obras de Salubri-dad, ante la falta de fondos hablaba sobre la posibilidad de construir solamente la mitad del edi-ficio, y sobre el ahorro que significara la supresin de los baos de natacin. La eliminacin deeste uso, trajo como consecuencia la disminucin del patio central, de 24 mts. a los 17 mts. de la-do actuales, a la vez que increment la capacidad de los tanques, modificando la distribucin ge-

    neral de sus columnas.

    Una prueba de las continuas modificaciones a que fue sometida la idea original, lo brinda el an-teproyecto confeccionado por Bateman en 1886 que, aunque respeta la malla estructural de co-lumnas de hierro de los tanques, y la planta cuadrada en mampostera con refuerzos esquinerosy un patio central; difera en la solucin adoptada para las cubiertas con mansardas curvas y larelacin entre la estructura metlica interior y el permetro murario exterior. (18)

    Este ao, 1886, ser decisivo en la elaboracin del proyecto final. En junio Bateman reclamar ho-norarios por los planos de proyecto entregados hace ms de seis meses, y recibir como contes-

    tacin que la Comisin no los ha elevado al Gobierno por la modificacin de los baos de nata-cin y debido al cambio de revestimiento de los frentes del edificio, para lo que se ha resuelto emplearpiedras y mrmoles del pas como ms econmico, en sustitucin de terra cotta inglesa que fue la idea pri-mitiva. Sobre este ltimo tema, volveremos ms adelante. (19)

    Pero dentro de la confusin, se avanzaba. Resultaba claro que la complejidad de la obra haca ne-cesario no uno sino varios contratos independientes. Y el primero de ellos se realizar para eltraslado de los ladrillos necesarios a la obra, desde el Establecimiento Recoleta hasta la manza-na del Depsito. Empresa nada fcil, si pensamos que los vagones de ferrocarril provenientes dela fbrica que tena la Comisin de Obras de Salubridad en San Isidro transportaban hasta 30.000ladrillos diarios a Recoleta, desde donde seran trasladados a la futura obra por el Contratista Sr.Octavio Moyano, ganador de la licitacin llevada a cabo en setiembre de 1886. (20)

    42

  • 7/23/2019 El Palacio de Las Aguas Corrientes

    43/89

    EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES

    Mucho ms significativo que este primer paso, fue -en octubre del mismo ao- el concurso porla construccin, provisin y montaje de la estructura de hierro del gran depsito, realizado enEuropa, a travs de la legacin argentina en Gran Bretaa, a cargo de Dr. Luis Domnguez, sobre

    el proyecto y las especificaciones elaboradas por el estudio de Bateman en Westminster.

    Fue el propio Bateman quien en diciembre de 1886 present a Domnguez un informe evaluan-do los presupuestos presentados por 21 firmas de Francia, Blgica e Inglaterra, entre los que seencontraba el suyo propio. (21)

    Mientras tanto, aqu en Buenos Aires, los inspectores de la Oficina Tcnica deban atender la co-rrecta seleccin de los ladrillos que se haban comenzado a fabricar para el depsito en la fbri-ca de San Isidro, cuidando su quemado uniforme, y apartando los casi requemados para los ci-mientos. Paralelamente, tambin saldrn de este establecimiento los ladrillos necesarios para la

    planta potabilizadora de Recoleta, para la estacin de bombeo de lquidos cloacales de PuenteChico (Wilde), para el sifn de la primera cloaca mxima en su cruce con el Riachuelo, e inclusopara otras obras del Gobierno ajenas a los trabajos de salubridad.Los mampuestos para el gran depsito comenzaron a fabricarse desde mucho antes de iniciadala obra, prcticamente desde inicios de 1886. Informes del director de la fbrica en aquel momen-to indican la necesidad de fabricar 4 millones de ladrillos plsticos y seis millones de secosdurante dos aos, tiempo estimado que durara la construccin. (22)

    Otra consulta, dirigida por Nystrmer al Municipio, se refera a si existan posibilidades de mo-dificaciones en el trazado de las calles que pudiesen afectar la ubicacin del depsito. Por fortu-

    na, el Arquitecto Director de los Ingenieros Municipales, Juan Buschiazzo, confirm la delinea-cin existente. Estaban dadas las condiciones entonces para dar inicio a las obras. (23)

    Pero antes es necesario hablar sobre las caractersticas de un proyecto que todava merecer ajus-tes, an durante el desarrollo de los trabajos.