el pájaro del alma

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 23 / 10/13 El jaro del alm a w w w.leonismoargent ino.com.ar/Ref Pa j aroAlma .htm 1/2 EL PÁJARO DEL ALMA Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo habita el alma. Nadie la ha visto nunca pero todos saben que existe. Y no solo saben que existe, saben también lo que hay en su interior. Dentro del alma, en su centro, esta, de pie sobre una sola pata, un pájaro: el pájaro del alma. Él siente todo lo que nosotros sentimos. Cuando alguien nos hiere, el pájaro del alma vaga por nuestro cuerpo, por aquí, por allá, en cualquier direcc ión, aquejado de fuertes dolores. Cuando alguien nos quiere, el pájaro del alma salta, dando pequeños y alegres brincos, yendo y viniendo, adelante y atrás. Cuando alguien nos llama por nuestro nombre. El pájaro del alma presta atención a la voz, para averiguar que clase de llamada es esa. Cuando alguien se enoja con nosotros, el pájaro del alma se encierra en sí mismo silencioso y triste. Y cuando alguien nos abraza, el pájaro del alma, que habita hondo, muy hondo, dentro del cuerpo, crece, crece, hasta que llena casi todo nuestro interior. A tal punto le hace bien el abrazo. Hasta ahora no ha nacido hombre sin alma. Porque el alma se introduce en nosotros cuando nacemos , y no nos abandona ni siquiera una v ez mient ras v iv imos . Como el aire que el hombre respira desde su nacimi ento hasta su muerte. Seguramente quieres saber de que esta hecho el pájaro del alma. ¡ Ah! Es muy sencillo: está hecho de cajones y c ajone s pero estos c ajone s no se pued en abrir así nada más. Cada uno está cerrado por una llave muy especial. Y es el pájaro del alma el único que puede abrir sus c ajones. ¿Como? También esto es muy sencillo: con su otra pata. El pájaro del alma está de pie sobre una sola pata; con la otra -doblada bajo el vientre a la hora del descanso- gira la llave, moviendo la manija y todo lo que hay dentro se esparce por el cuerpo. Y como todo lo que sentimos tiene su propio cajón, el pájaro del alma tiene muchísimos cajones: un caj ón par a la alegrí a y un cajón para la trist eza, un c ajón para la env idia y un caj ón par a la esperanza, un cajón para la decepción y un cajón para la desesperación, un cajón para la paciencia y un cajón para la impaciencia. También hay un cajón para el odio y otro para el enojo, y otro para los mimos. Un cajón para la pereza y un cajón para nuestro vacío, y un cajón para los secretos más ocultos (este es un cajón que casi nunca abrimos. Y hay más cajones. También tu puedes añadir todos los que quieras.  A veces el hombre pue de elegir y s eña lar al pájaro ... Qué llav es girar y qué c ajone s abr ir. Y a veces es el pájaro quien decide. Por ejemplo: el hombre quiere callar y ordena al pájaro abrir el cajón del silencio; pero el pájaro, por su cuenta, abre el cajón de la voz, y el hombre habla y habla y habla. Otro ejemplo: el hombre desea esc uchar tranquilamente, pero el pájaro abre, en cambio, el cajón de la impaciencia: y el hombre se impacienta. Y sucede que el hombre sin desearlo siente celos; y sucede que quiere ayudar y es entonces cuando estorba. Porque el pájaro del alma no es siempre un pájaro obediente y a veces causa penas... De todo esto podemos entender que cada hombre es diferente por el pájaro del alma que lleva dentro. Un pájaro abre cada mañana el cajón de la alegría; la alegría se desparrama por el cuerpo y el hombre esta dichoso. Otro pájaro abre, en cambio, el cajón del enojo; el enojo se derrama y se apodera de todo su ser. Y mientras el pájaro no cierra el cajón, el hombre continua enojado. Un pá jaro qu e se siente mal, abre cajones des agradab les ; un p ájaro q ue se siente bien, elige cajones agradables. Y lo que es más importante: hay que escuchar atentamente al pájaro. Porque sucede que el pájaro del alma no s llama, y nosot ros no lo oímos. ¡Que lastima! Él quiere hablarnos de nosotros mismos, quiere platicarnos de los sentimientos que encierra en sus cajones.

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El Pájaro Del Alma

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  • 23/10/13 El pjaro del alma

    www.leonismoargentino.com.ar/RefPajaroAlma.htm 1/2

    EL PJARO DEL ALMA

    Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo habita el alma. Nadie la ha visto nunca pero todos saben queexiste.Y no solo saben que existe, saben tambin lo que hay en su interior.Dentro del alma, en su centro, esta, de pie sobre una sola pata, un pjaro: el pjaro del alma. l sientetodo lo que nosotros sentimos.Cuando alguien nos hiere, el pjaro del alma vaga por nuestro cuerpo, por aqu, por all, en cualquierdireccin, aquejado de fuertes dolores.Cuando alguien nos quiere, el pjaro del alma salta, dando pequeos y alegres brincos, yendo yviniendo, adelante y atrs.Cuando alguien nos llama por nuestro nombre. El pjaro del alma presta atencin a la voz, paraaveriguar que clase de llamada es esa.Cuando alguien se enoja con nosotros, el pjaro del alma se encierra en s mismo silencioso y triste.Y cuando alguien nos abraza, el pjaro del alma, que habita hondo, muy hondo, dentro del cuerpo,crece, crece, hasta que llena casi todo nuestro interior. A tal punto le hace bien el abrazo.Hasta ahora no ha nacido hombre sin alma. Porque el alma se introduce en nosotros cuandonacemos, y no nos abandona ni siquiera una vez mientras vivimos.Como el aire que el hombre respira desde su nacimiento hasta su muerte.Seguramente quieres saber de que esta hecho el pjaro del alma.Ah! Es muy sencillo: est hecho de cajones y cajones pero estos cajones no se pueden abrir as nada ms.Cada uno est cerrado por una llave muy especial.Y es el pjaro del alma el nico que puede abrir sus cajones.Como? Tambin esto es muy sencillo: con su otra pata.El pjaro del alma est de pie sobre una sola pata; con la otra -doblada bajo el vientre a la hora deldescanso- gira la llave, moviendo la manija y todo lo que hay dentro se esparce por el cuerpo.Y como todo lo que sentimos tiene su propio cajn, el pjaro del alma tiene muchsimos cajones: uncajn para la alegra y un cajn para la tristeza, un cajn para la envidia y un cajn para la esperanza,un cajn para la decepcin y un cajn para la desesperacin, un cajn para la paciencia y un cajnpara la impaciencia.Tambin hay un cajn para el odio y otro para el enojo, y otro para los mimos.Un cajn para la pereza y un cajn para nuestro vaco, y un cajn para los secretos ms ocultos (estees un cajn que casi nunca abrimos.Y hay ms cajones.Tambin tu puedes aadir todos los que quieras.A veces el hombre puede elegir y sealar al pjaro... Qu llaves girar y qu cajones abrir. Y a veces es el pjaro quien decide.Por ejemplo: el hombre quiere callar y ordena al pjaro abrir el cajn del silencio; pero el pjaro, por sucuenta, abre el cajn de la voz, y el hombre habla y habla y habla.Otro ejemplo: el hombre desea escuchar tranquilamente, pero el pjaro abre, en cambio, el cajn de laimpaciencia: y el hombre se impacienta. Y sucede que el hombre sin desearlo siente celos; y sucedeque quiere ayudar y es entonces cuando estorba.Porque el pjaro del alma no es siempre un pjaro obediente y a veces causa penas...De todo esto podemos entender que cada hombre es diferente por el pjaro del alma que lleva dentro.Un pjaro abre cada maana el cajn de la alegra; la alegra se desparrama por el cuerpo y el hombreesta dichoso.Otro pjaro abre, en cambio, el cajn del enojo; el enojo se derrama y se apodera de todo su ser. Ymientras el pjaro no cierra el cajn, el hombre continua enojado.Un pjaro que se siente mal, abre cajones desagradables; un pjaro que se siente bien, elige cajonesagradables.Y lo que es ms importante: hay que escuchar atentamente al pjaro.Porque sucede que el pjaro del alma nos llama, y nosotros no lo omos.Que lastima!l quiere hablarnos de nosotros mismos, quiere platicarnos de los sentimientos que encierra en suscajones.

  • 23/10/13 El pjaro del alma

    www.leonismoargentino.com.ar/RefPajaroAlma.htm 2/2

    Hay quien lo escucha a menudo.Hay quien rara vez lo escucha.Y quien lo escucha solo una vez.Por eso es conveniente ya tarde, en la noche, cuando todo esta en silencio, escuchar al pjaro delalma que habita en nuestro interior, hondo, muy hondo, dentro del cuerpo.

    Mijal Snunit