Había una vez un mago, llamado Merlyn. Vivía en Lordwant, un lugar especial donde

habitaban hechiceros, criaturas extrañas, brujas y magos.

… cada uno

poseía un

poder especial y ofrecían

objetos mágicos para los

aprendices de mago.

En este país los árboles eran muy particulares …

El conocía todas las leyendas,

religiones, tradiciones y secretos del

lugar.

Los demás magos consultaban con él

cuando algún problema se les

presentaba.

Merlyn era el mago más sabio.

En ese extraño país de los magos las

tradiciones abundaban. Una de ellas, y la más rara era festejar

todos los

Martes 13 el día del dinero

y la felicidad.

Todos estaban listos para empezar, sólo faltaba el hechicero más malo del pueblo.

Lo buscaron por todos lados y no lo pudieron encontrar. Sin esperarlo más los magos presentes juntaron

todas sus fuerzas y sus poderes.

La gente del pueblo señalaba el cielo diciendo:

De repente una nube negra cubrió el lugar. Todos

pensaban que no iba a quedar ninguna moneda.

Cuando el cielo volvió a la normalidad se dieron cuenta de que las monedas estaban allí.

La única que había desaparecido era Josefina, la hija de Merlyn. El mago pensó que se había escondido, para hacerle una broma, pero las horas pasaban y ella no aparecía.

Entonces empezó a buscarla. La buscó por todo el pueblo. Todos los magos y hechiceros

estaban buscándola menos Robin el hechicero más malo.

Merlyn pensó que era por una venganza porque Robin siempre lo había envidiado por su sabiduría, poderes y conocimiento de magia.

LOS DÍAS PASABAN.

Un día caminando por el bosque en busca de

ella se encontró con un anciano que le dijo que Josefina estaba

atrapada por el malvado Robin.

Merlyn estaba muy triste.

El mago salió de su casa preparado para ir en busca de su hija.

Cuando llegó a la cueva vio que ella estaba dormida y atada, vigilada por un dragón.

Él pensó un plan y se dirigió hacia el

animal.

Vio que el dragón sentía sed, se adelantó y llegó al lago antes que la bestia.

Echó su poción allí.

Corrió y se escondió detrás de un árbol. Cuando el animal bebió del lago quedó profundamente

dormido.

Realizó una poción mágica para dormir al dragón.

En ese momento Robin apareció. El mago observó detenidamente lo que realizaba. El

malvado desató suavemente a Josefina liberándola.

Merlyn salió de su escondite y

buscó a su hija. Ellos huyeron.

Cuando llegaron al pueblo, todos

sorprendidos vieron a Josefina

sana y salva.

Merlyn se quedó pensando por qué

el malvado hechicero había tenido esa buena actitud con su hija.

Robin se arrepintió y le pidió a Merlyn que lo entrene para ser un

buen mago. Desde ese día cada misión que se les presenta, Robin y

Merlyn la realizan juntos.