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EL MUNDO QUE NOS RODEA HUMEDALES DE LA COSTA ATLÁNTICA MARROquí _ Juan José Ramos I AbeJ Hernandez Carlos Lozano / Silvia Rubio. A ;\ IODO DE ID) urante los ultimas años había O paulatinamente nuestro lnteres por la cercana COs I:. Illarroq uí, y muy en especial por 1[1 impor- tancia que presen ta para [as aves acuá ti cas. tanto migratorias proce- dentes del cOnlinenlc curo- pea, como nidificantcs, ca- da vez más vu lnerables a n- te la pres ión humana. Así pue s, dur ante la prima vcffl del año 2000 rea lizamos la primera de nuestras visitas al país ala- hui la. en la que recorrimos las lagunus y salinas de mayor interés o rn itológi- co. que encontramos en la rranja coste ra co mp rendi - da entre Tángcr y el Parque Nacio nal de Souss Ma ssa, en Agadi r. (Naturalista s y Blogo s del Colecti vo Ornitológi co Cig üeña Negra-Estación Ornitológica de Tarifa) La CO SIa atlóntica de Marruecos tienc en tomo a 2.000 km. de longilUd desde Tánger has ta Tarrnya, donde limita con el S:íhara. La mayor parte de esta rranja cos- tera está com pu esta por largas playas dc arena blanca y pequcños acantilados, que en ocasiones ven rota su figura por la des- 26 MAKARONESIA -- ." "

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EL MUNDO QUE NOS RODEA

HUMEDALES DE LA COSTA ATLÁNTICA MARROquí

_ Juan José Ramos I AbeJ Hernandez Carlos Lozano / Silvia Rubio.

A ;\ IODO DE I NTItODUCC IÓ~

ID) urante los ultimas años había O ~reci~o paulat inamente nuestro lnteres por la cercana COsI:.

Illarroquí, y muy en especial por 1[1 impor­tancia que presenta para [as aves acuáticas. tanto migratorias proce­dentes del cOnl inenlc curo­pea, como nidificantcs, ca­da vez más vu lnerables an­te la presión humana.

Así pues, durante la prima vcffl del año 2000 rea lizamos la primera de nuestras visitas al país ala­hui la. en la que recorrimos las lagunus y salinas de mayor interés orn itológi­co. que encon tramos en la rranja costera comprendi ­da entre Tángcr y e l Parque Nacional de Souss Massa, en Agadi r.

(Naturalistas y Biólogos del Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra-Estación Ornitológica de Tarifa)

La COSIa atlóntica de Marruecos tienc en tomo a 2.000 km. de longilUd desde Tánger hasta Tarrnya, donde limita con el S:íhara. La mayor parte de esta rranja cos­tera está com puesta por largas playas dc arena blanca y pequcños acantilados, que en ocasiones ven rota su figura por la des-

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El! ¡, lagllllll d~ Sidi Bourh:Jba se cncuenlro la mas Im¡Xlnumc rcprcsctnución de vt'gclaclon medhemlnca de lo eoslo "ldnllca 1II~lToqUI

cmbocaduTIl de ampli os rios. que nacen en las \cnienlcs oeste del Rif y el majestuoso AlIas. Así pues, en las zonas más It:mus aparecen pcquel10s est uarios intcrmarca­les. como el de Moulay - Bousse lham. que prcsenum una gran riqueza ornitológica. La mayoria de estos enclaves se encuen­tran ~ometidos a una fuerte presión huma­na ligada al uso agrieola y pesquero, y. en el peor de los casos estan bajo la especula­ción urbanística con fines turisticos.

En cuanlo a la nora, la zona norte, alta­mente nntropizlIda, esta dominada por cul ­thos de cercal quc dejan pequeñas islas. en donde sc localizan los ese,1SOS espac ios naturales. Es de destaca r en esta zona las representaciones de bosque mediterraneo. siendo el mós interesante el bosque de la

Mamara en las proximidades de Rabat. que es el mayor alcornocal de l país.

M ós al sur la vegctllción va sie n­do menos den sa y aparecen gnmdes extensiones de argán

(Argllllill spino.w) y de especies propias de ambientes sahéli cos. Destaca en la costa la presencia dc importantes fo rm a­ciones boscosas en las prox imidades de Essaouira. en las que comenzamos a ob­servar algunas plamas afines con las de nuestra s islas. lo que indica que nos encontramos en el cnclllve macaroncsico eont incntal. Asi. esta zona es muy rica cn cuanto (l nora se refiere. a excepción de la rranja costera que queda en te El Jadida y Safi, que ha sido transformada en tierras de cultivos de hortalizas. ~

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In la lagURlI de Sidi Bourh.:Jba se CIlCllcntrJ la más Iln))Qnllnt~ rep/1,.'SCtUlIClón de vegetación mcditcmlnca dc lo costQ AII¡\ntl~a 1113rroqui

embocadllTII de amplios rios. que nacen en la~ \cnicnles oeste del Rif y el majestuoso Atlas. Así pues, en las zonas mas ll:mBs aparecen pcquciios eSlLmrios intermarea­les, como el de MOlllay - Bousse lham. que pre~cnlan una gran riqueza orni tológica . La mayoria dc estos enclavcs se encucn­Imn sometidos a una fuerle presión huma ­na ligada al uso agricola y pesquero, y. cn el peor de los casos eSlán bajo la especula­ción urbanística con fines turisticos.

En cuanto a la nora. la zona norte. al ta­mente antropizada, está dOminada por cul­Ih as de cereal que dejan pequeñas islas. en donde se local izan los eSC,lSOS espac ios naturales. Es de destaca r en CSla zona las rcpresenlacioncs de bosque mediterraneo. siendu el más interesante el bosque de la

Mamara en las proximi dad es de Rabat , que es el mayor alcornocal de l pa ís.

Más al sur la vegewción va sie n­do menos densa y aparecen grandes extensiones de argán

(Argania spino.w) y de especies propias de ambientes sahéli cos. Destaca en la costa la presencia de importnntes fo rm a­ciones boscosas en las prox imidades de Essaouira . en las que comenzamos a ob­servar algunas plantas afi nes con las de nuestras isla s. lo que indica que nos encontramos cn el cnclllvc macarones ico contincntal. Asi, csta zon a es muy rica cn cuanto a nora se refiere. a excepción de la franja costera que queda en te El Jad ida y Safi , que ha sido transformada en tierras de cultivos de hortalizas. ~

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las lagullas '1 Sal inas entre Sidi Moussa y Oulidi" sun un irnponanh .. lu ~3r pan. d descanso d" las ""es rnigrlllurias.

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HUMEDALES DE LA COSTA ATLÁNTICA MARROQuí

El \ IAJF

lS:- SIC aniculo sólo pretende ser el

breve n:lnto de una serie de vis!­Hl~ que hemos rea lizado a

\1nrnLccos. con In finalidad de obtener IIIfonnnción sobre la situación de su avi­fauna_ Tra~ anlllizar la información que pUdUllO!l localizar en ese momento, cmrrclllhmo~ nuestro primer viaje desde el rmeno de Algcciras. cruzando el Estrecho dc Gibrahar. Este úhimo es un imponantc cnchnc pum la migración de aves planea­dorn~. en donde nuestro colectivo ha cen­trado su~ cs fucrlOS en el estudio de este Importante fenómeno. En la traves! .. . ade­mils de observar varios grupos de cetáceos. entre lo~ que destacan por su envergadura 11I~ cachalotes (Plryseler macrocepJwlus) y calderones comunes (Globiceplw/(J me/ae­l/al. pudimos detectar la prese ncia de

varias rapaces quc regresaban a tierras europeas después de su invernada en el África ecull torial. Nuestro viaj e estuvo acampanado de mil anos negros (MilI/liS migrcll/s) y águi las ca lzadas (Hieraaet/l.\' pel1/1aflls). También, aunque algo blrdc. nos sobrevoló un numeroso grupo de cigüenas blancas (Cicoll ia cicoll ia).

En poco tiempo arribamos a la costa africana y desembarcamos en el puerto de la cosmopolita ci udad de Tánger. Nos habían recomendado vis it ar su Medina. ya no só lo panl disfru tar del embrujo de sus ca llej uelas si no pllra poder hacer nues tra primera ohservación ornito lógica. el Es­cribano Sahariano (Embe,.i=a ~;t,.iola'a).

Según nos han contado di versos ornit ólo­gos. se tnua dc un reciente co lonizador que ha llegado desde cl sur. ta l vez acompañan-do al avance del desierto. ~

La'll~S pl3Yl15 de art'na Dc()mp~ilHIl el rl'Cumdo haCia cl sur. CUSla de Safio

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EL MUNDO QUE NOS RODEA

Desde el Pucr10 de: Essaouim se puede obsen'M ni halcón de Elconom sobrevolnr la cercana islu de Mogador.

T ras deleitamos con tos fuenes aro­mas del "zoco", decidimos comen­zur nuestro recorrido hacia el sur,

camino de Asilah. A unos escasos 50 km de la ciudad de Tánger se cncuentm el primero de los humedales con interés orn itológico del recorri­do. Se trata de una imponante extensión de pra­dos inundados, frecuentados por zancudas y limicolas. Entre ellas destacan las importantes concentraciones de flamencos (Phoel1icopte11ls mber) provenientes en su mayoría de la colo­nia de cría de Fuente de Piedra en Málaga, y que se desplazan hasta aquí parn al imentarse. En los cultivos de los alrededores aparece vigi­lante la figura del Ratonero Moro (Bu/oo n/Ji­III1S ), que sustituye a nuestros rnloneros comu­nes o "aguili llas" (BI/leo bureo). El menos común Elanio Azul (E/w1l/s caellllells) nos obliga a detenemos en varias ocasioncs pam poder obsclVarlo con detalle.

En muy poco t iempo llegamos a Moulay - Bousselham, una de las loca lida­des más importantes del país para la obser­vación de aves. Jun to a este pueblo de pes­cadores se encuentra la laguna supral itoral de la Merja Zerga, declarada reserva bioló­gica por el gobierno marroquí, y además Humeda l Ramsar de interés internacional. En este lugar recalan mult itud de aves acuáticas durante el periodo migratorio, y es usado como lugar de invernada por un buen número de ellas. Los alrededores de la laguna son el único lugar conoc ido en el Pa leártico donde in verna el casi ex ti nto Zarapito Fino (Nllmeni lls l ellll;rosl /,i!;), que se desplaza desde la lej ana tundra sibe riana. Esta especie ha hecho que el lugar sea mundialmen te conoc ido por los observadores de paj aros, por lo que no es extraño que a lgún lugarei\o se acerque

32 ---------~ MAKARONESIA L' ---------.... M .. IoI'-""'-'O'''''ogm'''' ¡.., OoClenc.l"IaIIJ .""r .......

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l ... , pnJ\1mubdcs de TnUlrl se hun convenido en un lugar de pcrcgrin~­~Mi" pal11 muchos omilólogos que buscan el escaso Ibio Ercmitu.

ce ontinuando nuestro viaje hacia el sur lle­gamos a In Mcrja Sidi

Bourhaba. dcclan.da Reserva Biológica y Humeda l Ramsar. En este lugar es sorprendente ver cómo las fochas comunes (PI/Oca aIra) SOIl sustituidas por la Focha Monilla (FllliclI cr¡s({I­ra), que en esta época se encuen­tra en pleno periodo de reproduc­ción , por lo que las numerosas parejas son seguidas por su joven prole. Son además nume­rosos los patos que crían en el

hnbhlndole de las uves que se esta n vien­do en la zona en estos dias y ofertándote \ ¡,ilur el ¡OIenor de la laguna en ba rca . ror 'iupuesto. es una oferta que no debes rcclmzar aunque requiere de un largo pro­ceso de negociación. al igual que todo lo que pretendas comprar.

Al atardecer es conveniente recorrer los bordes de la laguna. ya que puedes obser­nlr 1:1 escasa Lechuza Mora (Asio cape,,­,IÜ). Aunque nosotros no pudimos hace rlo, no es difícil de ver según nos con taron vurios ornitólogos que visitaron el lugar anteriormente. especia lmente en el lire3 del camping.

lugar, el1lfC Jos que destacan lu Cerceta Pardilla (M(WmarV/7cfla (/I/gustimstr¡s) y el PalO Colorado (Netla nifilw). El lugar es lambién de especial interés para los amantes de la nora mediterránea y la entomología.

Tras alra vesar las ciudades de Rabat y Casablanca continuamos hac ia el sur. En El Jadida, en donde es recomcndllble dar un paseo sin dejar de mirar las altas pal­meras que adornan las avenidas principales de la ci udad, nos sorprenderá ver impor­tantes grupos de garcillas bueycras (Bu-bu!clls ibis) criundo. ~

A unos escasos lO km. al norte en currctcra se encuentran Merja 13argu y Merja Al Halloufa. dos Ingunas excepciona les pllra la observación de ardeidas y limico-13s. Emrc ellas se observan con ciertu facilidad In Garceta Di­morfa (Egretta gll/ari!>') y la Gar­ci lla Cangreje ra (Ardeo/a ra­/loides). Adcmás, en inviemo es rrecucnte ver grupos de porrones y án3des de diversas especies. El Ibis En:mi!1I es una de las a~'es más amen:nad:ls del plancla..

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IL llego seguimos hacia Sidi Abed por la c,m ctcm. vis ilando las sali4 nas y lagunas que aparecen a [o

largo de loda la costa desde Sidi Moussa a Oulidia. y que se intcrcu l:11l entre los cu llí· vos de horta lizas. Aquí nos sentimos atraí­dos por e l melódico canto de los numerosos bulbules naranjeros (PyCIIOI/OI/lS barbaflls), además de por la presencia de mu ltitud de paseriformcs europeos, que supuestamente se encuentran en medio de su largo viaje de vuelta a las áreas de cría del norte.

Grupos de OSlrcros (fllIelllatopllS ostra­leglls), corrclimos comunes (Calidris alpi-110). tridáctilos (e. alba). zarapitines (e. ferrttginea) y archibehcs comunes (Tri1/ga fO/(lIlllS) nos acompañaron durante este largo recorrido j unto 1I lagunas. sa linas y plnyas de la costa media de Marruecos, hasta llegar u las proximidades de Cubo Beddouzza. La costa es ahora más escarpa· da y aparece un pequell0 acantilado donde

nos cruzamos con varias parejas de Ha lcón Bomi (Falco biarmiclIs) que usan e l cerca· no cantil como oteadero. lo que facilita su observación desde la carretera.

Mucho mils al sur, tras recorrer una larga playa, nos cntzamos con la desembocadura del Oued Tensi ft, un ampl io no que nace en el monumental At las y que nos obliga a detenemos, fascinados por su amplitud y belleza. Alcanzamos un momento de relax que se ve roto por e l rápido vuelo de un pequeño pajarillo, de rico y variado colori· do: tras evitar e l contraluz. del atardecer nos sorprende ver nuestro pri mer Colirrojo Diademado (P¡'oellicllrII.\' mou.\'úeri).

El nuevo día nos lleva hasta Essaouira. una de las más bellas ciudades de la costa atlántica, que conserva par1e de su fOr1ifi ca­ción del siglo XV y que presenta un especial encanto par<! el viajero, Sus calles son e l lugar ideal para realizar nuestras compras, por lo

El Parque NU~10"u l de Souss Mnss3.:1I sur de Agadir. es uno de los mejores lugares del pnis p:1r.1 la ob~l.'rvaci6n dI.' BVCS.

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