el modelo shac

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El modelo SHAC. Una evaluación crítica. “Estábamos al corriente de lxs activistas, pero no creo que entendiésemos muy bien hasta donde llegarían.” Warren Stevens, tras dar un préstamo de 33 millones de dólares a H.L.S. a pesar de haber asegurado no hacerlo, tras los disturbios en sus oficinas de Little Rock y diferentes actos de vandalismo en su propiedad. “El número de activistas no es muy grande, pero su impacto ha sido increíble...Es necesario que entiendan que esto es una amenaza para todas las industrias. Las tácticas podrían extenderse a cualquier otro sector de la economía.” Brian Cass, director general de H.L.S. “Cuando todxs los bienestaristas y la mayoría de los grupos de derechos de los animales insisten en que trabajan dentro de los límites legales de la sociedad, lxs liberacionistas razonan que el estado es intrínsicamente corrupto y que los criterios jurídicos por sí solos nunca conseguirán la justicia para los animales.” Oficina de Prensa del A.L.F. Durante la última década, Stop Huntingdon Animal Cruelty (S.H.A.C.) (Nota de Trad.:: seguiremos usando sus siglas en inglés, así como las siglas del laboratorio. La traducción sería Paremos la Crueldad Animal en Huntingdon) ha llevado a cabo una campaña internacional de acción directa contra Huntingdon Life Sciences, la mayor empresa de Europa de experimentación animal por contrato. Al centrarse en lxs inversorxs y socixs de negocios de H.L.S., S.H.A.C. ha llevado a H.L.S. varias veces al borde del colapso, necesitando de la asistencia directa del gobierno británico y de una contra-campaña internacional de represión para mantener la empresa a flote. A raíz de esta campaña, se habló de la aplicación del modelo S.H.A.C. en otros ámbitos como la defensa del medio ambiente o la luchas contra la guerra. Pero, ¿cuál es realmente el modelo S.H.A.C.? ¿Cuáles son sus fortalezas y limitaciones? ¿Es, de hecho, un modelo eficaz? Si es así, ¿para qué?. Antes de nada, un glosario de términos. Visto desde fuera, la escena de los derechos animales puede ser confusa, incluso para otrxs radicales. Por un lado, centrarse intensamente en este asunto puede contribuir a una mentalidad parcial, si no directamente miope; por el contrario hay un sinnúmero de activistas por la liberación animal que ven sus esfuerzos como parte de una lucha más amplia contra toda forma de dominación. Para quienes no están familiarizadxs con el trabajo interno de la escena puede confundir las posiciones de facciones opuestas. A riesgo de simplificar en exceso, es posible identificar tres corrientes. Bienestar animal. Es la idea de que los animales deben ser tratados con indulgencia y compasión, sobre todo cuando se usan para el beneficio humano, como en la producción de alimentos. Por ejemplo, algunxs bienestaristas presionan a los gobiernos para conseguir leyes de sacrificio más “humanas”.

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Durante la última década, Stop Huntingdon Animal Cruelty (S.H.A.C.) ha llevado a cabo una campaña internacional de acción directa contra Huntingdon Life Sciences, la mayor empresa de Europa de experimentación animal por contrato. Al centrarse en lxs inversorxs y socixs de negocios de H.L.S., S.H.A.C. ha llevado a H.L.S. varias veces al borde del colapso, necesitando de la asistencia directa del gobierno británico y de una contra-campaña internacional de represión para mantener la empresa a flote.A raíz de esta campaña, se habló de la aplicación del modelo S.H.A.C. en otros ámbitos como la defensa del medio ambiente o la luchas contra la guerra. Pero, ¿cuál es realmente el modelo S.H.A.C.? ¿Cuáles son sus fortalezas y limitaciones? ¿Es, de hecho, un modelo eficaz? Si es así, ¿para qué?

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El modelo SHAC.Una evaluación crítica.“Estábamos al corriente de lxs activistas, pero no creo que entendiésemos muy bien hasta donde llegarían.”

Warren Stevens, tras dar un préstamo de 33 millones de dólares a H.L.S. a pesar de haber asegurado no hacerlo,

tras los disturbios en sus oficinas de Little Rock y diferentes actos de vandalismo en su propiedad.

“El número de activistas no es muy grande, pero su impacto ha sido increíble...Es necesario que entiendan que esto es una amenaza para todas las industrias.Las tácticas podrían extenderse a cualquier otro sector de la economía.”

Brian Cass, director general de H.L.S.

“Cuando todxs los bienestaristas y la mayoría de los grupos de derechos de los animales insisten en que trabajan dentro de los límites legales de la sociedad, lxs liberacionistas razonan que el estado es intrínsicamente corrupto y que los criterios jurídicos por sí solos nunca conseguirán la justicia para los animales.”

Oficina de Prensa del A.L.F.

Durante la última década, Stop Huntingdon Animal Cruelty (S.H.A.C.) (Nota de Trad.:: seguiremos usando sus siglas en inglés, así como las siglas del laboratorio. La traducción sería Paremos la Crueldad Animal en Huntingdon) ha llevado a cabo una campaña internacional de acción directa contra Huntingdon Life Sciences, la mayor empresa de Europa de experimentación animal por contrato. Al centrarse en lxs inversorxs y socixs de negocios de H.L.S., S.H.A.C. ha llevado a H.L.S. varias veces al borde del colapso, necesitando de la asistencia directa del gobierno británico y de una contra-campaña internacional de represión para mantener la empresa a flote.A raíz de esta campaña, se habló de la aplicación del modelo S.H.A.C. en otros ámbitos como la defensa del medio ambiente o la luchas contra la guerra. Pero, ¿cuál es realmente el modelo S.H.A.C.? ¿Cuáles son sus fortalezas y limitaciones? ¿Es, de hecho, un modelo eficaz? Si es así, ¿para qué?.

Antes de nada, un glosario de términos.

Visto desde fuera, la escena de los derechos animales puede ser confusa, incluso para otrxs radicales. Por un lado, centrarse intensamente en este asunto puede contribuir a una mentalidad parcial, si no directamente miope; por el contrario hay un sinnúmero de activistas por la liberación animal que ven sus esfuerzos como parte de una lucha más amplia contra toda forma de dominación. Para quienes no están familiarizadxs con el trabajo interno de la escena puede confundir las posiciones de facciones opuestas. A riesgo de simplificar en exceso, es posible identificar tres corrientes.

Bienestar animal. Es la idea de que los animales deben ser tratados con indulgencia y compasión, sobre todo cuando se usan para el beneficio humano, como en la producción de alimentos. Por ejemplo, algunxs bienestaristas presionan a los gobiernos para conseguir leyes de sacrificio más “humanas”.

Ejemplo: la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (H.S.U.S.)

Derechos animales. Idea que defiende que los animales tienen sus propios intereses y merecen una legislación que les proteja. Lxs que creen en los derechos de los animales suelen mantener una dietavegana y oponerse al uso de animales para el entretenimiento, la experimentación, la comida o la vestimenta. Si bien puede participar en protestas o actos de desobediencia civil, creen en el trabajo dentro del sistema mediante el cabildeo, el marketing, la difusión y el uso de los mass media.

Ejemplo: Personas por el Trato Ético de los Animales (P.E.T.A.) Liberación Animal. Idea que defiende que los animales no deben ser domesticados ni permanecer en cautividad. Dado que esto no es posible dentro de la lógica del actual sistema socio-económico, lxs que luchan por la Liberación Animal a menudo tienden hacia el anarquismo y pueden quebrantar las leyes para rescatar animales o por la conservación del hábitat.

Ejemplo: El Frente de Liberación Animal (A.L.F.) [1]

Muchos grupos centrados en el bienestar animal y los derechos de los animales han criticado a quienes se dedican a la acción directa con el argumento de que dichas acciones perjudican la imagen de lxs defensorxs de los animales y la incorporación de potenciales simpatizantes. También es posible interpretar que esta crítica está motivada por el aliciente económico que supone la construcción de una base de miembros adinerados y el miedo a tratar con la represión del gobierno. Además de denunciar la acción directa, prohibiendo a sus empleadxs a relacionarse con lxs que la apoyan y echando de sus conferencias incluso a lxs más militantes oradorxs, organizaciones como H.S.U.S. han ido tan lejos como pedir al F.B.I. que tome medidas más contundentes contra el trabajo del movimiento por la liberación animal. En 2008, la H.S.U.S. ofreció una ostentosa recompensa de 2500 $ a cualquier persona que proporcionase información que sirviese para aclarar quienes fueron las personas involucradas en un incendio provocado según el F.B.I. por activistas por los derechos de los animales.

La historia de S.H.A.C.: Comienzos de Ultramar.

La campaña S.H.A.C. se originó en Gran Bretaña tras una serie de exitosos cierres de criaderos de animales para el laboratorio donde se dieron tácticas que iban desde piquetes, a asaltos del A.L.F. y enfrentamientos con la policía. Imágenes de vídeo tomadas con cámara oculta en 1997, fueron transmitidas por la televisión británica y mostraban al personal sacudiendo, golpeando y gritando a lxs beagles en un laboratorio de H.L.S. P.E.T.A. paró de organizar protestas contra H.L.S. después de ser amenazada con acciones legales y se formó S.H.A.C. para hacerse cargo de la campaña en Noviembre de 1999.Huntingdon Life Sciences era un objetivo extraordinario, más que cualquier otro criadero de animales individual, la campaña S.H.A.C. supone una escalada en el activismo por los derechos de los animales en Gran Bretaña. La idea era centrarse específicamente en las finanzas de la empresa, utilizando las tácticas que habían cerrado pequeños negocios para acabar con toda una corporación. Lxs activistas se propusieron aislar a H.L.S. acosando a cualquier persona involucrada en cualquier empresa que hiciese negocios con ellxs. El papel de S.H.A.C. como organización era sencillamente distribuir información sobre posibles objetivos e informar sobre las acciones que se producían.En enero de 2000, activistas británicxs publicaron una lista con la mayoría de lxs accionistas de H.L.S., incluyendo a aquellxs que contaban con una participación a través de terceros para permanecer en el anonimato (uno de los cuales fue el Partido Laborista Británico). Después de dos semanas de ruidosas manifestaciones muchxs accionistas vendieron sus participaciones; al final, 32 millones de acciones fueron colocadas en la Bolsa de Londres por un centavo cada una y el valor deH.L.S. se hundió. En el consiguiente caos, el Royal Bank of Scotland canceló un préstamo de 11,6

millones de libras a cambió del pago de una libra con el fin de distanciarse de la empresa y el gobierno británico dispuso al Banco estatal de Inglaterra para que les financiase ya que ningún otro banco quería hacer negocios con ellxs. El precio de las acciones de la empresa que era de alrededor de 300 libras en la década de los 90, se redujo a 1,75 libras en enero de 2001 estabilizándose en 3 peniques a mediados de 2001.El 21 de diciembre de 2000 H.L.S. fue expulsado de la Bolsa de Nueva York; tres mese después también perdió su plaza en la principal tribuna de la Bolsa de Londres. H.L.S. solo se salvó de la quiebra cuando el mayor accionista de los que le quedaban, el banco de inversión estadounidense Stephens, dio a la compañía un préstamos por valor de 15 millones de dólares. Este capítulo de la historia termina con H.L.S. mudando su centro financiero a los Estados Unidos para beneficiarse delas leyes estadounidenses que permiten un mayor anonimato para lxs accionistas.

En los E.U.A.Mientras tanto, en los Estados Unidos, las campañas anti-pieles que habían caracterizado muchas delas organizaciones por los derechos animales de los 90 se habían estancado; las tácticas de desobediencia civil desarrolladas en estas campañas habían alcanzado su punto máximo de efectividad y muchxs activistas tanteaban nuevos objetivos y estrategias. Una parte del movimiento por los derechos de los animales, ejemplificada por grupos como Vegan Outreach y DC Compassion Over Killing[2] se orientaron a la difusión del veganismo. Activistas más militantes buscaron otros puntos de partida. Algunxs, como Kevin Kjonaas, que pasó a convertirse en presidente de S.H.A.C. EE.UU., había estado en Gran Bretaña y fue testigo del mejor momento de la campaña S.H.A.C. británica, al igual que de lxs activistas anti-globalización que visitaron Gran Bretaña en la década de los 90 habían traído cuentos emocionantes sobre las acciones de Reclaim the Streets[1].La campaña S.H.A.C. EE.UU. surgió de las conversaciones entre activistas por los derechos de los animales en diferentes parte del país. Mientras que la campaña Vegan Outreach trató de apelar al mínimo común denominador con el fin de ganarse a lxs consumidorxs, S.H.A.C. atrajo a lxs militantes que querían hacer el uso más eficiente posible de sus esfuerzos individuales. Algunxs argumentaron que era poco probable que todo el mercado de los productos animales se convirtiese al veganismo, especialmente en cuanto a que la gente suele estar a la defensiva en lo referido a su estilo de vida, pero casi todo el mundo estaría de acuerdo en que pegar a cachorrxs es inexcusable.S.H.A.C. EE.UU. empezó en Enero de 2001 justo cuando Stephens Inc. salvaba a H.L.S. de la quiebra. Stephens tenía sus instalaciones en Little Rock, Arkansas por lo que varixs activistas se trasladaron allí para organizarse. En Abril, 14 beagles fueron liberadxs del nuevo laboratorio H.L.S.en New Jersey; a finales de Ocubre, cientos de personas se juntaron en Little Rock para un fin de semana de manifestaciones en la casa de Warren Stephens y las oficinas de Stephens Inc. En la siguiente primavera, Stephens había zanjado su relación con H.L.S., rompiendo un contrato de cinco años después de haber trascurrido uno solo.Sin comparación con cualquiera otra campaña de parecida dimensión y efectividad, S.H.A.C. despegó rápidamente en los EE.UU. Gracias en parte a una magnífica financiación[3], la propaganda era colorida y emocionante y los vídeos promocionales intercalaban desgarradores fragmentos de crueldad hacia los animales con inspiradoras imágenes de protestas con una banda sonora techno que aceleraba el corazón. La campaña ofrecía a lxs participantes una amplia gama de opciones, incluyendo la desobediencia civil, irrupciones en oficinas, destrucción de la propiedad, llamadas telefónicas, bromas y protestas frente a las casas. En contraste con el auge de la chispa-cumbre anti-globalización, los objetivos estaban disponibles en todo el país, solo limitados por la imaginación e investigaciones de lxs activistas. Las metas intermedias de forzar a determinadxs inversorxs y socixs de negocios a cortar con H.L.S. fueron con frecuencia fáciles de llevar a cabo, ofreciendo satisfacción inmediata a lxs participantes.Mientras que un individuo puede sentirse insignificante en una marcha de miles de personas contra la guerra, si él/ella era un/a de la docena de personas en una manifestación frente a una casa que hacía que el/la inversor/a abandonase, podía sentir que había conseguido algo concreto. La campaña

S.H.A.C. ofrece un tipo de conflicto constante de baja intensidad a través del cual las personas pueden radicalizarse y desarrollar un sentir de poder colectivo. Correr en bloques negros con lxs amigxs, escapar de la policía tras las manifestaciones, escuchar inspiradores discursos juntxs, atravesar oficinas gritando con megáfonos, leer online las crónicas de otrxs activistas, la sensación de estar en el lado ganador de una lucha de liberación efectiva, todo esto contribuyó al impulso imparable de la campaña S.H.A.C.

Acción.

“Carr Segurities empezó a comercializar con acciones en bolsa de Huntingdon Life Science. Al día siguiente, el Manhasset Bay Yach Club, al cual pertenecían varixs ejecutivxs de Carr según distintos informes, fue objeto de actos vandálicos por parte de activistas por los derechos de los animales. Lxs extremistas enviaron un comunicado reivindicándolo a la web de S.H.A.C. y tres días después del incidente, Carr puso fin a su relación comercial con H.L.S”.

John Lewis, Director Adjunto de la llamada “Sección de Eco-terrorismo” del F.B.I.

Acción directa contra lxs que hacen negocio con H.L.S. la ha habido de muy diversas formas, llegando a veces a los incendios y la violencia. En febrero de 2001, el director general de H.L.S. Brian Cass fue hospitalizado después de ser atacado con mangos de hacha en su casa. Aquel mes dejulio, lxs Piratas por la Liberación Animal hundieron el yate de un ejecutivo del Bank of New York y el banco rompió rápidamente relaciones con el laboratorio. Un años más tarde se detonaron variasbombas de humo en las oficinas de Marsh Inc. en Seattle, provocando la evacuación del rascacielos y la desvinculación de la compañía con H.L.S. En otoño de 2003, se colocaron artefactos incendiarios en las empresas Chiron y Shaklee por sus contratos con H.L.S.. En 2005 la correduría Canaccord Capital con sede en Vancuover anunció que había dejado a un cliente, Phytopharm PLC,en respuesta a los ataques con bombas incendiarias contra el coche perteneciente a un ejecutivo de Canaccord; Phytopharm había estado haciendo negocios con H.L.S. Todo esto se llevó a cabo en uncontexto de constantes acciones de menor entidad.En diciembre de 2006 se evitó que H.L.S. cotizase en la Bolsa de Nueva York, algo sin precedentes que provocó un anuncio a toda página en el New York Times en el que aparecía un activista enmascarado caricaturizado con lo que parecía una chaqueta de cuero declarando: “puedo controlar Wall Street”.[4] En 2007, ocho empresas cortaron con H.L.S., incluyendo las dos que más invertían,AXA y Wachovia a raíz de protestas frente a casas y de visitas a las casa de lxs ejecutivxs por parte del A.L.F. En 2008, se dejaron varios artefactos incendiarios debajo de los camiones de Staples y varios establecimientos de Staples fueron destrozados. Alrededor de 250 empresas en total han roto con H.L.S. a lo largo de la campaña, incluyendo Citibank, la mayor institución financiera del mundo; HSBC, el mayor banco del mundo; Marsh, la mayor aseguradora del mundo y el Bank of America.

Mantener el impulso.

Es interesante comparar la trayectoria de la campaña S.H.A.C. con el denominado movimiento antiglobalización. Ambos se originaron en Gran Bretaña antes de llegar a Estados Unidos. S.H.A.C.se fundó en Inglaterra el mismo mes que las históricas protestas con la O.M.C. en Seattle, se puso en marcha al final de la oleada antiglobalización y mantuvo el impulso después de que la rama estadounidense del movimiento antiglobalización se desmoronase tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.¿Cómo fue la campaña S.H.A.C. capaz de mantener el impulso mientras que prácticamente todas las demás campañas basadas en la acción directa fracasaron o fueron absorbidas por liberales?. ¿Podemos extraer lecciones sobre cómo sobrellevar las crisis a partir de su ejemplo?.

Lxs activistas de S.H.A.C. diferían de lxs participantes de la mayoría del resto de movimientos sociales en que nunca consideraron que necesitaran tener buena imagen en los medios ni que la prensa negativa sobre ellxs, fuera algo malo. Su objetivo era aterrorizar a las empresas que hacían negocio con H.L.S., no ganar adeptxs para el movimiento por los derechos de los animales. Lo más temible y loco que aparecía en los medio de comunicación hacía más fácil el intimidar a los potenciales inversorxs y socios comerciales. Lxs activistas que se movían en otros círculos temían que el miedo del terrorismo ayudase al gobierno a aislarlxs presentándolxs como peligrosxs extremistas; para S.H.A.C., cuanto más peligrosos y extremistas pareciesen mejor.Todo esto volvió a perseguirlxs al final, cuando lxs organizadorxs más influyentes fueron a juicio y fue fácil para la fiscalía encuadrarlxs como representantes de una organización clandestina claramente terrorista. En este sentido, las mayores fortalezas de la campaña S.H.A.C. -la relación entre una organización pública y secreta, la temible reputación- también resultó ser su talón de Aquiles. La lección parece ser que este método puede ser eficaz a pequeña escala, siempre y cuandolxs organizadorxs no provoquen un enfrentamiento con fuerzas mucho más fuertes que ellxs.Además del asunto de la cobertura mediática, puede ser instructivo echar una vistazo a la manera enque lxs organizadorxs de S.H.A.C. formulaban los problemas. Lxs portavoces nunca se retractaron de insistir en la necesidad de la acción directa por la liberación animal, incluso cuando el resto del país estaba obsesionado con Al Qaeda; la histórica movilización en Little Rock se llevó a cabo tan solo un mes y medio después de los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono. Al margen de lo que pasó en Nueva York o Afganistán, insistieron en que en ese mismo momento había animales sufriendo, lo que podría evitarse si la gente diese una serie de pasos. Si hubiera habido organizadorxs en otros círculos capaces de mantener este tipo de enfoque e impulso, la historia podría haber sido diferente al principio de esta década.Posiblemente, con otras formas de organización menos intensas, S.H.A.C. hubiese incorporado más participantes que realizando campañas más centras en la acción directa. En contraste con las acciones masivas simbólicas del movimiento contra la guerra, la campaña S.H.A.C. era un foco de experimentación, en el que nuevas tácticas se probaban constantemente. Para lxs amantes de la acción directa preocupadxs por sacar el máximo partido a sus esfuerzos (o simplemente aburridxs de ser tratadxs como un número en una multitud) en comparación, debió de ser atractivo.Cualquiera que sea la causa, la campaña S.H.A.C. fue capaz de mantener el impulso hasta que la represión federal finalmente empezó a pasar factura. A diferencia de muchas campañas, que se han desvanecido debido al desgaste o a la captación, hizo falta todo el poder del estado para detener su avance.

Represión.

Todos los logros de la campaña S.H.A.C. tenían un precio. Cuanto más empresas rompían relaciones con H.L.S., más atención atrajeronde los servicios policiales y de los grupos políticos de la extrema derecha. En general, lxs organizadorxs de S.H.A.C. no eran gente fácil de intimidar, sinoque era común para lxs participantes en la campaña, bromear acerca de todas las demandas y medidas cautelares que habían acumulado y lo poco que les importaba si eran demandadxs ya que de todas formas no tenían dinero.Los gobiernos estadounidense y británico ampliaron la represión manteniéndola durante años; colocando a lxs activistas bajo vigilancia, demandándoles, bloqueando sus recaudaciones de fondos,intimidando a organizaciones como P.E.T.A. para que dejasen de tratar con ellxs, aprobando nuevas leyes contra las protestas en barrios residenciales y cerrando sus webs. Esto terminó en los EE.UU. con el juicio denominado S.H.A.C. 7: seis organizadorxs y el propio colectivo SHAC EE.UU. El 26 de mayo de 2004, Lauren Gazzola, Jake Conroy, Josh Harper, Kevin Kjonaas, Stepanian Andrew y Darius Fullmer fueron acusadxs de varios cargos federales por su supuesta participación en la campaña. Los grupos de choque del F.B.I. invadieron sus casas de madrugada amenazandolxs a ellxs y sus animales domésticos con pistolas y esposando a sus familiares. La investigación que condujo a la detención supuestamente, la más grande llevada a cabo en el 2003 por el F.B.I.; los

documentos judiciales confirman que las intervenciones y escuchas telefónicas superaban a las realizadas en la segunda mayor investigación del año en 5 a 1.Lxs demandadxs fueron acusadxs de violar la Animal Enterprise Protection Act, una polémica ley destinada a castigar a cualquiera que perturbe el desarrollo de una empresa que se beneficia de la explotación animal; algunxs también fueron acusadxs de acoso interestatal y otros delitos. Lxs acusadxs nunca fueron inculpadxs de participar personalmente en ningún acto amenazante, el gobierno basó su caso en la idea de que debían ser consideradxs responsables de todas las acciones ilegales promovidas para desarrollar la campaña S.H.A.C., independiente de su participación. Fueron declaradxs culpables el 2 de marzo de 2006 y condenadxs a penas de prisión que van de unoa seis años y al pago de grandes cantidades de dinero a H.L.S.El juicio S.H.A.C. 7 tenía la clara intención de sentar un precedente para señalar a lxs organizadorxsde las campañas que incluyen acciones encubiertas, sus repercusiones afectaron a lugares tan lejanos como Inglaterra. En 2005, el gobierno británico aprobó la “Serious Organized Crime and Police Act” [1](Ley Policial contra la Delincuencia Grave y Organizada) destinada a proteger las organizaciones que experimentan con animales. El 1 de mayo de 2007 tras una serie de redadas que implicaron a 700 policías Inglaterra, Holanda y Béĺgica, 32 personas vinculadas a S.H.A.C. fueron detenidxs, entre ellxs Heather Nicholson y Greg y Natasha Avery, algunxs de lxs fundadorxs de S.H.A.C. en Gran Bretaña. En enero de 2009 siete de ellxs fueron condenadxs a penas de prisión de entre 4 y 11 años.

El futuro de S.H.A.C.

A pesar de todos estos contratiempos, la campaña S.H.A.C. a día de hoy continúa, aunque se enfrenta a serios desafíos en los Estados Unidos. Algunas organizaciones regionales están todavía activas y sigue habiendo acciones autónomas pero no existe un organismo nacional de organización,ni boletín de noticias o una web fiable para dar a conocer los objetivos y los reportes de acción. Por ello, hay menos focalización en la estrategia, menos difusión y comunicación interna y una falta de convocatorias nacionales. La ventaja es que se está haciendo más difícil para las empresas averiguara quién citar o contra quién solicitar medidas preventivas, pero esto es solo un fino rayo de luz.Este descenso se puede atribuir a la represión del gobierno en general y al juicio S.H.A.C. 7 en particular. El miedo a posibles repercusiones legales se ha incrementado al mismo tiempo que organizadorxs importantes han sido apartadxs de la acción. Con las nuevas leyes locales que prohíben las protestas frente a casas y la Animal Enterprise Terrorism Act del 2006 que hace ilegal convertir en objetivos a terceras empresas, muchas tácticas interesantes y poco arriesgadas ya no son factibles. Ahora que las formas de organización más públicas están siendo duramente reprimidas, es posible que la siguiente generación de activistas por la liberación animal se centre más en tácticas clandestinas. Uno de los rasgos más característicos de la campaña S.H.A.C. fue la combinación de un enfoque público y otro clandestino, así que esto no tiene porqué ser buenas noticias para el movimiento.En realidad es bastante sorprendente que S.H.A.C. todavía siga existiendo, hace media década, lxs organizadorxs de S.H.A.C. ya contaban con haber acabado con este asunto. Con Stephens Inc. despojado, (sus préstamos eran lo único que mantenían a H.L.S. en marcha) fue la intervención del gobierno británico otra vez lo único que permitió a H.L.S. renegociarlos, refinanciarlos y continuar. En esencia, S.H.A.C. ganó solo que su victoria fue robada. La misma situación se repitió cuando S.H.A.C. forzó a Marsh Inc. a romper relaciones y H.L.S. se enfrentó a la perspectiva de continuar sin el seguro obligatorio por ley. Una vez más el gobierno británico intervino y H.L.S. recibió una cobertura sin precedentes del Departamento de Comercio e Industria. Sin esta protección desde lo más alto del poder, H.L.S. habría desaparecido hace mucho tiempo. Pero por eso precisamente existen los gobiernos: para proteger a las empresas y preservar el buen funcionamiento de la economía capitalista. Tal vez fue ingenuo creer que los gobiernos de Gran Bretaña y los Estados Unidos permitirían incluso a la campaña más feroz de liberación animal echar a una empresa influyente fuera del negocio.

Unx no puede luchar como si no hubiera mañana indefinidamente, y el repetido retorno de H.L.S. desde la muerte a la larga ha debido de ser desesperante para lxs organizadorxs de S.H.A.C. que echaron el resto una y otra vez en un último esfuerzo. Lxs participantes no están de acuerdo en lo importante que ha sido el factor desgaste, pero sería una tontería descartarlo. La campaña S.H.A.C. ha estado orientada al activismo completo desde el principio, la mentalidad es que, como lxs empleadxs de H.L.S. trabajan a tiempo completo, sus adversarixs deberán trabajar al menos igual deduro. Artículos del boletín, como “Entrenamiento para la rutina del SHACtivista” indican una alta presión que probablemente se correlacionase con una alta tasa de agotamiento. En cualquier caso, tan difícil como puede ser distinguir los efectos del agotamiento de los del miedo, la realidad es quemuchxs activistas han dejado S.H.A.C. sin incorporarse a otras campañas.S.H.A.C. actualmente está activa en Europa continental y América Latina e implacable en Gran Bretaña. La campaña británica S.H.A.C. puede ofrecer un mejor ejemplo de cómo tratar con la represión federal/estatal; desde este punto de vista, parece que lxs activistas británicxs estaban preparadxs previamente para ello, había gente dispuesta a hacerse cargo de la organización y estaban más abiertxs a que nuevas personas se involucrasen. Pero Gran Bretaña está mas densamente poblada que la mayor parte de los Estado Unidos y tiene una historia más rica en organizaciones de derechos animales, por lo que es injusto comparar las dos campañas muy de cerca.¿Tendrá finalmente éxito S.H.A.C. en el cierre de H.L.S.? Aun es posible, aunque parece menos probable que hace unos años. Algunxs todavía piensan que lo más importante es cerrar H.L.S. a toda costa para obtener una victoria histórica que inspirará a activistas y aterrorizará ejecutivxs las próximas décadas. Otrxs piensan que, se cierre o no H.L.S., S.H.A.C. ha cumplido su propósito, lo que demuestra las fortalezas y limitaciones de un nuevo modelo de organización anticapitalista.

Señas de identidad del modelo S.H.A.C.

Cuando la gente piensa en S.H.A.C., se imaginan las protestas frente a las casas de lxs empleadxs e inversorxs; algunxs anarquistas solo no entienden más que esto cuando se refieren al “modelo S.H.A.C.”. Pero las manifestaciones en casas son algo mínimo de la fórmula que ha permitido a S.H.A.C. provocar tales daños a H.L.S.. Para entender lo que hizo esta campaña eficaz, tenemos que mirar todas sus características conjuntamente.· Objetivos secundarios y terciarios:[5] La campaña S.H.A.C. se dedicó a dejar a H.L.S. sin su estructura de apoyo. Así como un organismo vivo depende de todo un ecosistema para los recursos y relaciones que necesita para sobrevivir, una empresa no puede funcionar sin sus socixs e inversorxs. En este sentido, más que cualquier típica campaña de boicot, de destrucción de propiedad o publicitaria, S.H.A.C. se enfrentó a H.L.S. en los términos que más amenazan a una gran empresa. Starbucks podría pagar una y mil veces el coste de las ventanas destrozadas por el bloque negro durante las protestas en Seattle contra la O.M.C., pero si nadie sustituye las ventanas, o las ventanas se hubiesen roto en las casa de lxs inversoxs, para que nadie invirtiese en la empresa, sería otra historia. Lxs organizadorxs de S.H.A.C. hicieron del funcionamiento interno de la economía capitalista algo de lo que aprender, por lo que pudieron golpear de forma más estratégica.Ir a por objetivos secundarios y terciarios que funcionan al no tener estos un interés creado en mantener su actividad con el objetivo primario. Hay otros lugares en los que pueden llevar a cabo su negocio y no tienen ninguna razón para no hacerlo. Esto es un aspecto fundamental del modelo S.H.A.C. Si una empresa está acorralada, van a luchar hasta la muerte, y no importa nada más en el conflicto salvo la pura fuerza de cada parte que uno es capaz de ejercer sobre el otro; esto habitualmente no es una ventaja para lxs activistas ya que las empresas pueden servirse de la policíay el gobierno. Por esta razón, aparte del incidente del mango de hacha, muy pocos esfuerzos en la campaña S.H.A.C. se han dirigido al propio H.L.S. En algún punto entre el objetivo primario y las empresas asociadas que proporcionan su estructura de apoyo, parece haber un punto donde la acción es más efectiva. Puede parecer extraño ir tras objetivos que no tienen una relación primaria con el objetivo principal, pero un sinnúmero de clientes de H.L.S. han roto toda relación después de

que clientes suyos sintiesen vergüenza.

· Complementación entre organización pública y clandestina: La campaña S.H.A.C. ha conseguido, mejor que cualquier otra campaña de acción directa, una simbiosis perfecta entre la organización pública y la acción clandestina. Para ello, la campaña se caracterizó por un uso muy inteligente de la tecnología y las redes modernas. Los sitios web de S.H.A.C. difundieron información sobre los objetivos y proporcionó un foro para los comunicados de acciones que elevaban la moral y las expectativas, lo que permite a cualquiera que simpatizase con los objetivos de la campaña a tomar parte sin llamar la atención sobre sí mismxs.· Diversidad de tácticas: En vez de enfrentar a defensorxs de unas tácticas con otrxs, S.H.A.C. integró todas las tácticas posibles en una campaña, en las que cada propuesta complementaba las demás. Esto significaba que lxs participantes podían elegir entre una casi ilimitada gama de opciones, que abrió la campaña a un amplio abanico de personas y evitó conflictos innecesarios.· Objetivos concretos, motivaciones concretas: El hecho de que hubiera animales específicos sufriendo, cuyas vidas podrían salvarse mediante la acción directa específica, crearon cuestiones concretas y dieron a la campaña un sentido de urgencia que se tradujo en una voluntad de salir de suzona de confort por parte de lxs participantes. Del mismo modo, en cada momento de la campaña S.H.A.C. había objetivos intermedios que podían cumplirse con cierta facilidad, por lo que la monumental tarea de acabar con toda una corporación nunca se sintió insoportable.Esto contrasta notablemente con el impulso que en algunos círculos anarquistas verdes, murió después del cambio de siglo, cuando los objetivos y metas llegaron a ser demasiado amplias y abstractas. Había sido fácil para las personas motivarse en la defensa de determinados árboles y áreas naturales, pero siendo el punto de partida para algunxs participantes “destruir la civilización” y todo menos esto era reformismo, era imposible determinar que constituía una acción significativa.

Ventajas del modelo S.H.A.C.

Cuando el modelo iniciado por S.H.A.C. se aplica correctamente, sus ventajas son evidentes. Se golpea a las empresas donde son más vulnerables: las empresas no hacen lo que hacen por compromisos éticos o con el fin de obtener una determinada imagen pública, pero sí con la única idea de la búsqueda de beneficio, y el modelo S.H.A.C. se centra exclusivamente en la creación de malas prácticas empresariales que no generen beneficios. En términos de construcción y mantenimiento de una campaña de acción directa larga, el modelo S.H.A.C. ofrece orientación y motivación para lxs participantes, proporciona un entramado de hormigón para acciones simbólicas.El modelo S.H.A.C. deja a un lado los conflictos sobre tácticas, ofreciendo la posibilidad de una amplia gama de habilidades y niveles de comodidad a lxs activistas para trabajar juntxs. El uso de una amplia variedad de objetivos daba la oportunidad al activista de elegir la hora, el lugar y el tipo de acción, en lugar de estar reaccionando constantemente a sus enemigxs. Por encima de todo, el modelo S.H.A.C. es eficiente; S.H.A.C. EE.UU. nunca tuvo mas que unxs pocxs cientos de participantes activxs en un momento dado.En contraste con las estrategias de organización más actuales, el modelo S.H.A.C. es un planteamiento ofensivo. Ofrece un medio para atacar y acabar con los proyectos capitalistas establecidos -tomando la iniciativa en lugar de responder simplemente al avance del poder empresarial-. S.H.A.C. no tenía la intención de bloquear la construcción de una nueva instalación para la experimentación con animales o la aprobación de nuevas leyes, sino derrotar y destruir una empresa de experimentación animal que ha existido durante décadas.El modelo S.H.A.C. exige y fomenta una cultura que no sólo celebra la acción directa sino que constantemente se involucra en ella, animando a lxs participantes a que forzasen sus propios límites. Esto contrasta notablemente con ciertos círculos denominados insurreccionalistas en los quelxs anarquistas hablan mucho acerca de disturbios y resistencia sin participar en una confrontación diaria contra los poderes fácticos.. Lxs activistas antiglobalización en Chicago a veces pedían a lxs

organizadorxs de S.H.A.C. que dirigiesen los cánticos en sus manifestaciones ya que tenían reputación de ser muy ruidosxs y enérgicxs.: lxs que se iniciaron en S.H.A.C., si no han abandonadodel todo la organización basada en la acción directa, están preparadxs para ser efectivxs en una amplia gama de contextos.Una fortaleza sutil del enfoque S.H.A.C., es que se basa en las tensiones de clase generalmente escondidas en los Estados Unidos. Activistas de clase media baja y trabajadora, pueden encontrar gratificante hacer frente a ejecutivxs ricxs en su propio terreno. Esto también esponía a lxs activistas la cuestión de las interrelaciones de las clases dominantes. Al visitar las casas de lxs ejecutivxs, unx descubre que todas las farmacéuticas y empresas de inversión están entrelazadas; todos los movimientos de sus respectivas empresas, sentadxs en sus respectivas mesas y viven en idénticas mansiones a las afueras en grandes barrios cerrados.Por último, el modelo S.H.A.C. se aprovechó de las oportunidades que le ofrecían los grandes eventos y reuniones. Las protestas frente a casas fueron habitualmente organizadas después de una conferencia o una feria; la ubicuidad de los posibles objetivos significó que siempre hubiese uno cerca. Durante varios años consecutivos, hubo manifestaciones de S.H.A.C. durante la National Conference on Organized Resistance (Nota de Trad.: feria o reunión anual organizada por estudiantes universitarixs para tratar diversas luchas y temas. Se produjeron de 1998 al 2008 en Washington DC y también a raíz de las protestas contra la biotecnología en Philadelphia y Chicago.) A pesar de algunos conflictos provocados con otrxs organizadorxs, sólo se necesitan un par de docenas de personas para hacer una concentración eficaz frente a una casa, por lo que siempre fue fácil tirar adelante juntxs. S.H.A.C. tendió a crear y extender una subcultura propia, llena de referencias internas y rituales. En las conferencias y movilizaciones importantes lxs activistas compartían información sobre inversorxs, campañas locales y problemas legales. Agradables actuaciones musicales ayudaron a financiar la organización e introdujo sangre nueva en la campaña. Sería difícil imaginar la campaña S.H.A.C. en los EE.UU. sin la escena hardcore de las últimas dos décadas, que siempre ha servido como una base social para el movimiento militante por los derechos de los animales. Es verdad que hay inconvenientes en identificar una campaña con una subcultura juvenil específica, pero es mejor atraer participantes y ganas de al menos una comunidad que de ninguna.

Acusaciones falsas.

Algunxs anarquistas han acusado sin pensar a S.H.A.C. de reformista. Esto es absurdo: el objetivo de S.H.A.C. no es cambiar la forma en la que H.L.S. se gestiona, si no acabar con él. Es más precisodescribir a S.H.A.C. como una campaña abolicionista: no siendo capaz de acabar con la explotaciónanimal de un solo golpe, se busca lograr el paso más ambicioso pero realista de ese fin. De manera similar, algunxs críticxs ridiculizan los esfuerzos por la liberación animal argumentando que son “activismo”, con la implicación de ser algo malo en sí mismo. Aquellxs que adoptan esta posición deberían de ser sincerxs y reconocer que son indiferentes a la dominación de los seres vivos y que no creen importante el intento de poner fin a esto, es decir, difícilmente son anarquistas.

Inconvenientes y limitaciones.

Dejando a un lado las falsas críticas, el modelo S.H.A.C. tiene algunas limitaciones reales, que merecen ser examinadas. En primer lugar, hay ciertas condiciones previas sin las cuales no se producirá un error. Por ejemplo, el modelo S.H.A.C. no puede tener éxito en un escenario donde no se aplica regularmente la acción directa. Todo el pensamiento estratégico del mundo no vale nada si no hay nadie realmente dispuestx a actuar. En el entorno militante de los derechos animales las cuestiones en juego se sienten como lo suficientemente urgentes y concretas como para que lxs participantes esténmotivadxs para asumir riesgos regularmente, sin esta motivación, la campaña S.H.A.C. no habría llegado a despegar. Del mismo modo, el modelo S.H.A.C. es imponente frente a objetivos que no

dependen de otros secundarios o terciarios o tienen un suministro sin fin de ellos para elegir. Más que nada, los objetivos secundarios y terciarios deben tener otros lugares a los que llevar su negocio, el modelo S.H.A.C. cuenta con el resto del mercado capitalista para ofrecer mejores opciones. En este sentido, si bien no es reformista, tampoco proporciona una estrategia para afrontarel propio capitalismo.En segundo lugar, aunque podían ser muy eficaces en términos estrictamente económicos, los objetivos secundarios y terciarios sitúan el punto de conflicto lejos de la causa por las que lxs participantes están luchando. Generalmente, cuanto más abstracto se siente el objetivo de una campaña, peor para la moral. Gran parte de la vitalidad de las luchas ecologistas de los 80 y 90 venían de la inmediata y visceral conexión de lxs defensorxs del bosque con las tierras que ocupaban; cuando el activismo ecologista empezó a trasladarse a un terreno más urbano hace una década, perdió parte de su fuerza. Tal vez sea algo específico de la campaña S.H.A.C. que lxs participantes hayan sido capaces de mantener su indignación y audacia hasta ahora a partir del motivo de su cometido; es arriesgado creer que esto siempre ocurre en otros contextos.Aparte de estos desafíos, el modelo S.H.A.C. puede ser ineficaz precisamente por su eficacia. ¿Es realista intentar doblegar a grandes empresas, o intervendrá siempre el gobierno?. Puede ser que plantear una amenaza a las grandes empresas en términos económicos que son los que estas se toman en serio sea una lucha que S.H.A.C. no pueda ganar. Una vez que el gobierno se involucra enun conflicto, se necesita más que una cerrada red de militantes para ganar; se necesita todo un movimiento social, y la propuesta de S.H.A.C. por sí sola no da lugar a ello. En este sentido, la mayor fortaleza del modelo S.H.A.C. es también su defecto fatal.El tiempo dirá si H.L.S. era demasiado ambicioso como objetivo; aún podría colapsar. Aun así, seríaaconsejable para lxs siguientes que experimenten con el modelo elegir objetivos más asequibles, ya que la campaña S.H.A.C. en sí todavía tiene que alcanzar el éxito. Tal vez un inexplorado término medio entre tratar de cerrar tiendas de pieles y tratar de cerrar el mayor centro de experimentación animal de Europa.Esto no significa que el modelo S.H.A.C. es inútil si no se traduce en el cierre del objetivo. A veces vale la pena luchar en una batalla perdida con el fin de disuadir a un/a oponente de que inicie otra batalla. En otras ocasiones, incluso en la derrota unx puede adquirir valiosxs aliadxs y experiencias. Irónicamente, el modelo S.H.A.C. puede ser más eficaz en la incorporación de gente para la acción directa que en la consecución de su objetivo declarado, precisamente porque, eludiendo el reclutamiento para centrarse en otros objetivos, atraían a participantes serixs y comprometidxs. Pero si lo que se quiere es traer más gente en la organización de la acción directa en lugar de limitarse a cerrar una única empresa, también hay claros inconvenientes en el modelo S.H.A.C., porejemplo, el elevado estrés y la probabilidad de agotamiento. En este sentido, no es necesariamente una ventaja que el modelo S.H.A.C. enseñe a lxs activistas a pensar en los mismos términos que lxs economistas capitalistas; eficiencia, finanzas, cadena de mando en lugar de priorizar las habilidades sociales necesarias para construir a largo plazo las comunidades de resistencia.De la misma manera, el centrarse en objetivos secundarios y terciarios el modelo S.H.A.C. hace hincapié y premia una actitud agresiva que es menos ventajosa para otras situaciones. ¿Cuales son los efectos a largo plazos para lxs organizadorxs que se pasan media década o más gritando con un megáfono a lxs empleadxs en sus casas? ¿Qué tipo de personas se sienten atraídxs por una campañaque fundamentalmente consiste en hacer que otras personas se sientan miserables? No se puede continuar sin decir que algunxs anarquistas han informado de frustrantes interacciones con lxs organizadorxs de S.H.A.C. Analizando el modelo desde una perspectiva anarquista, ¿en qué medida el método S.H.A.C. tiendea consolidar o debilitar jerarquías?. La organización de la seguridad necesaria para la acción directa clandestina puede promover un personalismo que se intensifica a medida que aumenta la represión, lo que impide una campaña que atrajese a nuevxs participantes cuando más se les necesitaba. Las jerarquías informales afectan a organizaciones de todo tipo, en el caso de la campaña S.H.A.C., donde lxs que hacen la investigación a menudo tienen una influencia desproporcionada sobre la dirección de una campaña y terminan tomando decisiones con efectos a largo plazo.

Podría argumentarse que el centrarse en un solo tema y por la orientación natural hacía determinados objetivos de la campaña S.H.A.C. no se abordaban otras formas de autoridad que no fuese la opresión sobre los animales. No es ningún secreto que algunos grupos de organizadorxs de S.H.A.C. se han visto sacudidos por conflictos sobre la dinámica de género[6] y algunx de lxs participantes no siempre han tenido que rendir cuentas por su comportamiento. En una campaña quese centra en la victoria por encima de todo, esto no debería sorprender; si lo más importante es ganar, es fácil posponer la resolución de conflictos internos, sobre todo con el estrés añadido de la represión estatal. Inevitablemente, las personas que han tenido malas experiencias abandonan la campaña, llevándose con ellxs la crítica que otros necesitan escuchar.Estas cuestionables prioridades también se han hecho notar en algunas tácticas de mal gusto. En unaocasión, un objetivo que estaba luchando contra el alcoholismo recibió una lata de cerveza con una nota desagradable. Otra vez se robó la ropa interior de una mujer y se dice que se puso a la venta. Utilizar los fuertes desequilibrios de la sociedad patriarcal para señalar cómplices de la opresión sobre los animales difícilmente servirá de ejemplo de una lucha contra todas las formas de dominación. Hay otras cuestiones éticas acerca de la elección de objetivos secundarios y terciarios. ¿Es aceptableel riesgo de asustar o herir a lxs secretarixs, niñxs y otros grupos no involucrados? ¿Qué diferencia a lxs anarquistas de los gobiernos y otros terroristas si no la negativa a tolerar daños colaterales?Básicamente, el modelo S.H.A.C. es un plan de acción para una campaña de coacción para ser utilizado en casos en los que no exista otro proceso de rendición de cuentas posible. Esto no entra en conflicto con los valores anarquistas; cuando un/a opresor/a se niega a rendir cuentas por sus acciones, es necesario obligarle a detenerse, y esto se extiende a lxs que le ayudan y apoyan. Pero ir a por personas que no están involucradxs en la opresión enturbia las aguas. Cuando un/a organizador/a publica un objetivo, no se sabe que acciones llevarán a cabo otras personas. Quizás elvalor de acabar con la explotación animal es mayor que el riesgo y los costos, pero lxs anarquistas no deberían sentirse muy cómodxs haciendo esos razonamientos.

Otras aplicaciones del modelo S.H.A.C.

Se ha hablado mucho de la aplicación del modelo S.H.A.C. en otros contextos, pero pocos esfuerzoshan producido nada comparable a la campaña S.H.A.C. Esto nos lleva a una reflexión. Vale la pena señalar que algunas de estas promociones exageradas acerca de la posible aplicación del modelo S.H.A.C. han salido directamente de H.L.S. por lo que se deben ser tomados con reservas. H.L.S. no está interesado en la promoción de métodos de acción directa nuevos y eficaces, pero si en la creación de miedo en otros miembros de la clase dominante para que acudiesen en su ayuda, además que incluso si ellxs dicen que las tácticas de S.H.A.C. pueden usarse contra cualquier objetivo, esto no es necesariamente el caso. Lo mismo ocurre con los análisis sensacionalistas comolos de la organización Stratfor, cuyo principal objetivo parece ser aterrorizar al público para hacerle sentir la necesidad de su “inteligencia”.Es posible que el hecho de que la campaña S.H.A.C. se mantenga fuerte mientras que otras formas de organizarse cayeron, haya ejercido una influencia desproporcionada sobre el imaginario de lxs anarquistas, hasta el punto de que muchxs ahora tienden a imitar el modelo S.H.A.C. en su organización, incluso cuando no es, desde un punto de vista estratégico, eficaz. De los fallos se puede aprender más que de los éxitos; desgraciadamente, ya que son más fáciles de olvidar, a menudo se repiten una y otra vez. Por este motivo, toda consideración sobre el modelo S.H.A.C. debe comenzar con el ejemplo de Root Force.Root Force surgió de círculos cercanos a Earth First! hace un par de años con la intención de organizar una campaña del estilo de S.H.A.C. contra la infraestructura del capitalismo global, un objetivo exponencialmente más ambicioso que el cierre de H.L.S. Lxs organizadorxs investigaron a las multinacionales involucradas en proyectos de infraestructuras cruciales tales como carreteras transcontinentales y centrales eléctricas. Se creó una página web para publicar esta información y cualquier acción que se produjese y se hicieron giras explicativas por el país para difundir el

mensaje. Parecía que todo estaba donde tenía que estar (que todas las piezas estaban en su lugar) y sin embargo, no pasó nada.A principios de 2008, Root Force publicó una declaración titulada “Una estrategia revisada” en la que reconocieron que sus esfuerzos no habían creado una campaña efectiva de acción directa y describían las dificultades de tratar de inspirar la acción contra proyectos de infraestructura ubicados tan lejos como para parecer totalmente abstractos.Root Force entendió mal como despegan las campañas de acción directa. Acción e inacción son igualmente contagiosos. Si algunas personas se involucran lo suficiente en una causas para arriesgarsu libertad, otrxs pueden hacer los mismo, pero nadie quiere terminar siendo un/a participante aisladx, una buena estrategia por si sola, no es suficiente para inspirar acciones [7]. La debida publicidad, una acción directa seria en la campaña Root Force hubiera valido cien mítines informativos.La campaña Root Force tenía también otros defectos. Si el objetivo era simplemente dar a lxs manifestantes algo que hacer, la estrategia fue tan buena como cualquier otra; pero si lo que queríanera parar la construcción de las carreteras y centrales eléctricas claves para el la expansión del mercado capitalista tendrían que haber movilizado mucha más fuerza que en la campaña S.H.A.C. Si los objetivos que se recogieron era de vital importancia para los poderes fácticos, se supone que el gobierno habrá movilizados todos sus recursos para defenderlos. Sobreextensión es el principal error de los movimientos de resistencia a pequeña escala: en lugar de fijar objetivos alcanzables e ir creciendo poco a poco en base a unos éxitos modestos, lxs organizadorxs se derrotaron a ellxs mismxs, tratando de pasar directamente al enfrentamiento final con el capitalismo global. Podemos luchar y ganar batallas ambiciosas, pero para ello tenemos que evaluar nuestras capacidades de una manera realista.Otra influencia del enfoque S.H.A.C. se ha caracterizado por un énfasis en las manifestaciones frente a las casa. Por ejemplo, en los últimos años, lxs manifestantes contra el F.M.I. y el Banco Mundial han probado esta técnica contra ejecutivxs de objetivos y patrocinadorxs corporativos. En el año 2006, mientras que Paul Wolfowitz era presidente del Banco Mundial, se realizaron una seriede manifestaciones frente a la casa de su novia; finalmente se mudó. Esto no parece haber afectado al F.M.I. en la misma medida que los levantamientos por todo el mundo relacionados con el movimiento anti-globalización. Sarcasmo aparte, no hay mucho que ganar acosando a gente como Wolfowitz: a diferencia que los objetivos terciarios de SHAC, ellxs no van a irse simplemente con sus negocios a otra parte.Del mismo modo, en la Convención Nacional Republicana del 2004, algunxs organizadorxs pidieron a lxs manifestantes centrarse en hostigar a lxs delegadxs. El riesgo de este enfoque es que se puede enmarcar el conflicto como un ajuste de cuentas personal entre lxs activistas y las autoridades, en lugar de un movimiento social que es capaz de atraer la participación masiva. ComoWolfowitz, lxs delegadxs republicanxs no abandonarían porque algunxs manifestantes les gritasen, y si lo hiciesen, serían reemplazadxs inmediatamente. Una de las propuestas para las protestas contra la Convención Nacional Republicana del 2008 es que se incluyesen como objetivos de lxs activistas empresas que prestaban servicios a la convención. Ir a por empresas que prestaban servicios a la Convención podría haber ayudado a crear un impulso en el periodo previo a la Convención Nacional Republicana, pero es poco probable que pudiera haber logrado privar a una organización tan poderosa como el Partido Republicano de los recursos necesarios. Ocurre lo mismo con las propuestas de ir a por los contratistas de armas de los Estados Unidos; podría dar a lxs manifestantes algo excitante que hacer, pero nadie debería subestimar lo que se necesitaría para que una empresa como Boeing rompa las relaciones con el ejército estadounidense.Algunxs ven en la campaña Rising Tide and Rainforest Action Network (Nota de Trad.: Marea Creciente y Red de Acción de los Bosques Pluviales) contra Bank of America la influencia de la campaña S.H.A.C.; van a por objetivos secundarios pero descienden directamente de las campañas ambientales que les precedieron. A finales del 2008, en un contexto de ampliación de la crisis económica, el Bank of America declaró que estaban tirando su dinero en compañías involucradas enlas destrucción de las cimas de las montañas. Aun con lo falsa que pueda sonar esta declaración,

indica al menos que la campaña forzó al Bank of America a tomar nota. En Indiana han tenido menos éxito lxs ecologistas que trataban de detener la construcción de la autopista I-69 mediante manifestaciones en casas y oficinas y tácticas de ocupaciones de bosques. En “Una Estrategia Revisada”, Root Force citó la I-69 como un proyecto de infraestructura esencial. Será interesante ver como el Estado responde si alguna vez la lucha contra la I-69 se intensifica.Todo esto no quiere decir que el modelo S.H.A.C. no pueda aplicarse con eficacia, simplemente es hacer hincapié en que lxs activistas deben calcular y elaborar una estrategia sobre dónde y cómo tratar de hacerlo. Probablemente hay situaciones en las que el modelo podría lograr mucho más que con S.H.A.C.; pero sin lugar a dudas, hay otros contextos en los que puede ser realmente contraproducente.Repitiendo, la campaña S.H.A.C. en los Estado Unidos ha involucrado en un momento dado solo a unos cientos de participantes; unos pocos miles, posiblemente, podrían asumir un objetivo más grande. Incluso forzar a un gobierno a rescatar una empresa, quiebre o no el objetivo, se podría considerar como una victoria importante. A partir de hoy, queda por ver si las aplicaciones del modelo S.H.A.C. van más allá de la campaña que lo engendró.

[1] A diferencia de H.S.U.S. y P.E.T.A., el A.L.F. no es técnicamente una organización, sino más bien unas siglas usada por células autónomas que no necesariamente tienen relación entre sí.

[2] Según las informaciones, lxs principales organizadorxs de este grupo se han unido desde entonces a H.S.U.S. Este es un ejemplo de los conflictos sutiles y las dinámicas de poder que se reproducen en el movimiento por los derechos animales: lxs organizadorxs de S.H.A.C. se quejan de que H.S.U.S. Absorbe activistas comprometidxs, dándole empleos bien pagados y prohibiéndolescolaborar con activistas más militantes.

[3] A diferencia de muchos movimientos sociales, el movimiento por los derechos de los animales cuenta con el apoyo de donantes ricxs, y suponemos que algunxs de ellxs ha contribuido con S.H.A.C.

[4] Este anuncio es aún más irónico teniendo en cuenta el papel que sigue jugando el matón enmascarado en países como Colombia en la defensa de los intereses de las empresas que comercian en Wall Street.

[5] Objetivo secundario significa ir a por una persona o entidad que hace negocios con el objetivo principal de la campaña. Objetivo terciario significa ir contra una persona o entidad que está conectada a un objetivo secundario.

[6] Si no ha habido conflictos relacionados con la raza y la clase, esto simplemente puede indicar que la organización de S.H.A.C. ha sido mayoritariamente blanca y de clase media. Algunxs han dicho que el movimiento por los derechos de los animales en EE.UU. Atrae a mucha gente de este segmento demográfico ya que se sienten más cómodxs protestando contra la opresión y la explotación de los animales antes que en abordar los desequilibrios de poder en sus relaciones con otrxs seres humanxs.

[7] Compare esto con la crítica de las convocatorias de “acciones autónomas” en las movilizacionesde masa en “Demostranting Resistance” (Nota de Trad.: Demostrando Resistencia), disponible en lasección de nuevas referncias.