el lugar del agua

4
El lugar del agua El Río de la Plata como telón de fondo de la identidad uruguaya. FOTO Vota por esta noticia: 1 votos Temas Pablo Conde - Artes Plásticas Uruguay - Propagación

Upload: barokurosawa

Post on 12-Sep-2015

217 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

a

TRANSCRIPT

  • El lugar del agua

    El Ro de la Plata como teln de fondo de la identidad uruguaya.

    FOTO

    Vota por esta noticia:

    1 votos

    Temas

    Pablo Conde -

    Artes Plsticas Uruguay -

    Propagacin

  • Sergio Altesorvie jun 5 2015

    Detrs de "Propagacin", la instalacin realizada en 2014 en el Museo Nacional de Artes

    Visuales por el artista uruguayo Pablo Conde (Montevideo, 1960), se encuentra buena parte

    de las claves de su obra. Cuatro pelotas de ftbol parecan haber originado all ondas

    concntricas en el piso de la sala, las que propagadas transversalmente en todas direcciones

    como una fuerza subterrnea deformaron la superficie plana y resquebrajaron las tablas del

    parquet. El medio por el cual se trasmitieron esas ondas se comport como en estado lquido

    ya que el piso tom la apariencia del agua sacudida por las ondas concntricas que se

    producen, por ejemplo, luego del impacto de una piedra sobre la superficie de un estanque.

    Sin embargo no se perciba all ningn movimiento y todo se encontraba detenido como si en

    algn momento la propagacin ondulatoria se hubiera paralizado en plena accin. La

    instalacin de Conde trasmita un sentimiento ominoso. Haba en ella algo vulnerado que

    permaneca de manera inevitable dentro de nosotros; una amenaza latente que poda estar

    propagndose como una metstasis; algo que literal y metafricamente nos "mova el piso",

    un cambio siniestro que no habamos podido restituir a su estado normal y original; algo que

    haba cambiado la naturaleza armnica, incluso alterado las leyes de la fsica, y que haca que

    nos recorriera un sentimiento de inseguridad que sin embargo reconocamos,

    paradjicamente, como parte de nuestra propia accidentada identidad.

    El artista plantea una extraa catstrofe cuyos rasgos engaosos hablan de nuestra

    imprevisibilidad como uruguayos y como seres humanos. La banalidad y la fragilidad

    provisoria de nuestra vida cotidiana aparece en esas pelotas de ftbol y en ese piso de parquet

    resquebrajado. No era simplemente el mecanismo surrealista de la distorsin fantstica, como

    en los relojes derretidos de Salvador Dal. Haba algo ms, algo que bien poda llevar a

    hacernos muchas preguntas sobre nosotros como individuos y como sociedad.

    PESCANDO EN EL INCONSCIENTE.

    El agua (y por extensin todo lo lquido) es uno de los smbolos cosmognicos por

    antonomasia de la historia de la humanidad. Elemento recurrente en la imaginera de Conde,

    en parte corresponde al ro/mar junto al que vivimos, ese Ro de la Plata ambiguo y turbio.

    Una imagen tan hermosa como siniestra, tan evocadora de vacaciones de la infancia como de

    catstrofes marinas, de la placidez del verano como de cadveres devueltos a la orilla con las

    manos atadas. El Ro de la Plata es, inevitablemente, el teln de fondo permanente de nuestra

    identidad.

    En las versiones del artista el agua siempre es corriente o propagacin de ondas, lquido en

    movimiento. Como tal no es un smbolo ms dentro de su coleccin de smbolos abiertos sino

    que tiene una intimidad central con su forma de trabajo. Conde es un pescador de imgenes

    en la corriente del inconsciente colectivo, y aunque no est fsicamente presente en muchos

    de sus trabajos, el transcurso del agua impregna toda su obra. Para entenderlo hay que tener

    en cuenta la especial amplitud que abarca la imagen del agua, tanto en nuestra relacin

    geogrfica y cultural con ella como en la imaginera del artista.

    Lo particular de esa relacin como uruguayos es vivir junto a un "ro ancho como mar" que

    llamamos Ro de la Plata, en realidad un enorme estuario que se abre al ocano Atlntico y

    que en nuestra vida cotidiana apenas percibimos como un ro. Las denominaciones

    geogrficas impuestas por construcciones culturales se tornan arbitrarias e irrelevantes

  • cuando hablamos de percepciones y de sentimientos. En los hechos, la sensibilidad profunda

    hacia el agua de los uruguayos abarca por igual al ro, al mar y al ocano.

    Segn el Diccionario de smbolos del poeta y crtico cataln Juan Eduardo Cirlot, el ocano

    simboliza el conjunto de todas las posibilidades contenidas en un plano existencial. Por ello

    expresa una situacin ambivalente, tanto destructora como germinal. Morada abisal de los

    monstruos y de lo monstruoso, de sirenas y tritones que aluden a una infraanimalidad, fuente

    catica de donde emerge lo inferior, lo no capacitado para la vida en sus formas superiores, es

    tambin el inconsciente universal de donde surge todo lo viviente. Este simbolismo asimila

    por extensin el agua a la sabidura.

    No se necesita ir demasiado lejos para encontrar ejemplos de lo destructor y de lo germinal en

    nuestra historia y en lo que nos rodea. Refirindose al ocano, Cirlot seala que el carcter

    positivo o negativo de su simbologa depende de su aspecto. En la imagen de Conde, el agua

    es oscura o barrosa como lo suele ser en el Ro de la Plata. Si pensamos que en ella puede

    estar contenida una representacin de nuestra existencia, no es difcil sentir, en su fondo, la

    presencia de fuerzas infrahumanas, de aquello que fue y contina siendo monstruoso,

    llammosle a eso crmenes, impunidad o tritones.

    Debemos tener en cuenta que la generacin de Conde creci en la atmsfera de temor y

    srdida mediocridad que impuso en Uruguay la dictadura cvico militar durante muchos aos.

    Un clima que no culmin con la cada de aquel rgimen, sino que continu en una

    democracia dominada por la doble moral y el ocultamiento de los crmenes del pasado. Por

    eso la obra de Conde no solo ausculta las trazas de un pas que tuvo que callar mucho tiempo,

    sino la de una comunidad que contina callando. En "Historias flotantes" (1999), una

    intervencin que Conde realiz en una fuente del Parque Rod, los rostros de los

    desaparecidos durante la dictadura miraban al espectador a travs del agua barrosa del ro.

    Las imgenes estaban estampadas sobre sus famosas baldosas, las que a su vez flotaban en el

    agua de la fuente.

    GRAN PARADOJA.

    Lo relevante es la presencia de algo oscuro y amenazador que parece venir desde el pasado y

    dirigirse de forma incierta hacia un futuro. Esto es percibido con una densidad que tiene

    mucho de real, no solo porque las imgenes del artista tienen una verosimilitud fotogrfica

  • sino porque, como ya hemos visto, mueven algo profundo dentro de nosotros, algo que nos

    apela. Quizs ese cuestionamiento est relacionado con las prdidas y las concesiones que

    hemos hecho a lo infrahumano, con el terreno tico que hemos cedido a lo monstruoso, a la

    mentira, al olvido y al acostumbramiento; eso que ningn inters poltico, decisin judicial o

    fuerza ocenica puede eliminar, y que el agua del Ro de la Plata continuar trayendo a

    nuestras playas para impedir el olvido.

    Pero el agua es en Conde una gran paradoja. Ya Cirlot escriba que en la cosmogona de los

    pueblos mesopotmicos la inmersin en las aguas tiene el sentido doble de muerte y

    nacimiento: es el retorno a la materia antes de la vida, pero tambin el renacimiento. Para

    Freud (Introduccin al psicoanlisis) el nacimiento es habitualmente expresado en los

    sueos mediante la intervencin del agua. Todo ello hace que ese elemento con el cual el

    artista nos confronta una y otra vez en su obra contenga la esperanza ms vital, la de poder

    llegar al fondo de una verdad monstruosa para purificar, al fin, el futuro.