el último rey - tubrujuladigital.comhan muerto las pasiones que anulaban la verdad de los sucesos;...

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  • ElplansecretodeEspañaparasalvaralreydeFranciadelaguillotina.

    Historiabasadaenhechosreales.

    En noviembre de 1792,Manuel Godoy es nombrado por el rey Carlos IVSecretario de Estado, un joven oficial que en menos de una década seconvertiríaenelhombremáspoderosodelpaís.

    ElreytieneunamisiónimportanteparaelnuevosecretariodeEstado,salvaralreyLuisXVIdeFranciadelaguillotina.EliniciodelprocesocontraLuisXVI,el12dediciembrede1792,nopresagiabanadabueno,suintentofallidodefugalehabíaconvertidoenunenemigodelpueblo.Traslaproclamacióndelarepúblicaenelestadovecino,loúnicoquerestaescumplirlasentenciademuerte.

    GodoycomienzasumisiónnombrandoaunespíallamadoDanielBocanegra,unantiguocompañerodearmasenelqueconfíaplenamente,peroelMarquesdeAranda,queambicionabasupuesto,enviaráasuvezasushombresparaque la misión fracase. Daniel Bocanegra tiene comomisión comprar a losmiembrosdelaConvenciónparaqueliberenaldepuestorey.Conlaayudadeunfrancésenroladoenlaguardiadecorps,llamadoPhilipLapierreviajaránaFrancia de forma clandestina. Mientras tanto, Godoy contactará con elministro de asuntos exteriores francés, Lebrun, ofreciéndole oficialmente laretirada de las tropas española acantonadas en la frontera de los Pirineos acambio de la vida y la libertad del rey francés y de su familia, pero laConvenciónrechazalapropuesta.

    Página2

  • MarioEscobar

    ElúltimoreyePubr1.0

    Titivillus12-06-2020

    Página3

  • Títulooriginal:ElúltimoreyMarioEscobar,2020Editordigital:TitivillusePubbaser2.1

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  • Paratodoslosqueamanlospequeñosrecovecosdelahistoria.

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  • “Lahistorianoseescribeimparcialmentehastapasadosmuchosaños,cuandoyahanmuertolaspasionesqueanulabanlaverdaddelossucesos;esteimportante

    plazo,siaúnnohallegado,vallegando”.

    ManuelGodoy

    “Señores,soyinocentedetodoloquesemeacusa.Deseoquemisangrepuedacimentarlafelicidaddelosfranceses”.

    LuisXVIantesdeserajusticiado

    “LuisdebemorirparaqueFranciaviva”.

    MaximilienRobespierre

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  • Prólogo

    París,10deagostode1972

    AquellosemocionantesdíasdelaRevoluciónmostraronlomejorylopeordeaquellostiempos.Porunlado,laedaddelasabiduríaylasluces,porelotrodelfanatismoylalocura.Unmundonuevoseabríapasocontalfuerzaqueparecíaqueloúnicoquesemantendríaenpietrassuestelaseríalascenizasdel viejo que intentaba sobrevivir a toda costa. La luz y las tinieblas seentremezclabancaprichosamenteaquellacalurosamañanaenParís.Trasunaprimavera convulsa y repleta de terribles presagios, se preveía un otoño dedesesperaciónyterror.

    Los sans-culottes habían sidomanipuladospor losdiscursos encendidosde Danton y Robespierre; pero en aquel momento ni ellos mismos erancapacesdecontrolaraunasmasassedientasdesangreyjusticia.Desdemuytempranoelpueblo fanatizado llegóa lacomunacon la intencióndequeelayuntamiento los apoyara en su asalto al palacio de las Tullerías. Loscomisarios parecían dudar ante el atrevimiento de aquel pueblo febril que,harapientoycargadoconalgunasarmasviejasyoxidadas,pretendíavenceralaguardia suiza, unade lasmejorpreparadasdeFrancia.Loscordeliers, elbandomásexaltadodelosjacobinos,habíanconvencidoalpueblodequelaAsambleaLegislativahabíatraicionadoalpuebloalnoadmitirlapeticióndelosradicalesdeproclamar larepúblicay terminarconel reinadodel infameLuisXVI.

    Doscolumnasdesoldadosavanzabanhaciaelpalacio,demadrugada,conelcieloaúnapagado.Parecíanmásungrupodeborrachosqueregresabandesus juergasnocturnasqueunejército.PorelmargenizquierdodelSena, lossans-culoettesyvariascolumnasdeguardiasnacionalesfederadoscaminabanabuenpasohaciaelpalacio;delotrolado,unasegundafuerzaalmandodeAntoine Joseph Santerre, un cervecero famoso en la capital, pretendíaestrecharelcercosobreelpalacio.

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  • LuisXVIsepresentóantesuguardiapersonalconlosojoshinchados,elsemblanteserioylosojosbrillantesporeltemor.Saludóalaguardiamientrasrecorríasusfilascomosiaúntuvieraalgunaautoridad.Mientrasdefondoseescuchaban losgritosde losparisinos: loshombresymujeresque lehabíanperdidoelmiedoa los fusilesde lossoldadosy lasbayonetasde laguardiasuiza.

    El rey hizo un gesto al oficial al mando y caminó sobre el sueloadoquinadohaciaelinteriordelpalacio.Suszapatosdetacónretumbaronenmediodelsilenciomientraselmurmulloseaproximaba,comoelcantodelassirenasdispuestasaembaucaralosmarinerosmásintrépidos.

    Luis XVI subió las escaleras con premura, su familia le esperaba, noconfiaban en que la guardia pudiera contener a la chusma y ya habíanpreparadosuhuidahaciaeledificiodondesereuníalaAsambleaLegislativa.

    Lossuizos secolocaronensusposiciones.Aunquese sentíanaturdidos,sucomandante,elmarquésdeMandat,noestabaparadirigirlosyaquellonoparecíaunbuenpresagio.

    —Majestad, tiene que huir cuanto antes—comentó el diputado Pierre–LouisRoedereralrey.

    —La guardia no tiene mando. Si me ven marchar, ¿cómo podránmantenerlamoralalta?

    Lareinaseaferrabaalbrazodesuesposo,letemblabalasmanosmientrasapretabalachaquetadeseda,lemirabaconlosojosmuyabiertos,intentandobuscarenlossuyosalgodecalma.

    —Tenemosqueprotegeralosniños.—¡Todavíasigosiendoelrey!—lecontestósuesposoenfurecido.—Tambiénsoispadre—lereclamólareina,mientrassegiraparamirara

    sushijos.—Que os acompañe parte de la guardia —comentó el diputado, que

    parecíatanansiosoporescapardeallícomolareina.LuisXVIseasomóaunadelasventanas.Losrebeldesportabanantorchas

    yllevabanalgunaspiezasdeartillería,porunsegundoselepasóporlacabezacómosedebieronsentirloscésaresantelallegadadelosbárbaros.Sumundose hundía en una bruma tan profunda que, al terminar el día, pudieradesaparecer para siempre. Su familia llevaba más de doscientos añosgobernando una de las naciones más poderosas del mundo, pero eso pocoimporta.Élysoloéleselculpabledetodoloquesucede,subuenavoluntad,suamorporsussúbditos,sedijomientraslamuchedumbreseaproximabaalosjardines.

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  • El rey se alejó de la ventana. Aquel palacio oscuro y frío le deprimía,añorabaVersalles, sus jardines y bosques; se siente comoAdán sacado delParaíso.

    —Querido,nopodemosesperarmás.Luis hizoungesto al capitánque losmiraba a cierta distancia.Todavía

    podía escabullirse, retrasar un pocomás lo inevitable, pensabamientras secolocaba el sombrero y salían al patio trasero del palacio.Una columna desuizos les abrió paso. Al alejarse escucharon los primeros cañonazos; yaamanecía, pero el resplandor del fuego rompía el cielo todavía de un grisplomizo.

    Mientras el rey escapaba, la guardia suiza organizó la defensa, loscapitanes esperaron a que la muchedumbre se aproximara, pero antes dedispararvieronaunhombrepequeñoymalvestidoque seaproximabaconunabanderablanca.

    —Venimosen sondepaz, serámejorqueos rindáis, tenemosavuestrocomandante y os sacaremos del palacio a cañonazos si hace falta —dijoamenazanteunodesuslíderes.

    Losojosdelrevolucionariodestilabanunamezcladeodioydesprecioquehizo estremecer al oficial. Ellos estaban dispuestos amatar por dinero, sinimportarlesdemasiadoquesusvíctimasfueranhombres,mujeresoniños;elfanatismo era capaz de mover, dentro del ser humano, una fuerza que eldineronopodíacomprar.Apesardelaamenaza,eloficialsediolavueltayregresó a su posición. Apenas había llegado, cuando los rebeldes seabalanzaronsobrelarejaalgritode“mueraeltirano”.

    —Señor—dijounsargentoacercándosealoficialalmando.—Notengotiempodecharlasahoramismo.Los sans-culottes ya estaban cerca de la verja y algunos comenzaban a

    encaramarse a ella, pero el oficial todavía no había dado la orden de abrirfuego.

    —¿Quésucede?¡Malditasea!—Nuestrasreservasdemunicionessonescasas.—¿Quédemoniosquieredecirconescasas?—Nopodremosresistirdemasiado.El oficial se sentía sobrepasado. Pétion, el alcalde de París, había sido

    encerradoporlosmiembrosdelaComuna.Roederer,elfiscalgeneral,habíaintentadoconvenceraLuisparaqueseentregaraenmanosdelaAsamblea,yMandat, el comandante de la Guardia Nacional, había caído en unaemboscadayseencontrabaencerradoconelalcalde.

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  • —¡Diosmío!—gritóeljefedelaguardiasuiza,despuésbajósusableyelestallidodemásdetresmillaresdefusilessonócomounestruendo.Despuéselolorapólvoraysangreconvirtióloshermososjardinesenlasantesalasdelinfierno.

    Eloficialestabaapuntodeordenarunanuevadescarga,cuandoobservócómolosasaltanteshablabanalosmiembrosdelaGuardiaNacionalyestoslesabríanlaspuertas.

    —¡Traición! —gritó mientras se marchaba con un reducido grupo demiembrosdelaguardiasuizaparahacersefuertedentrodeledificio.

    Losasaltanteslesgritabanenalemánqueserindieran,perolossuizosselimitaronaresponderconmásplomo.

    Los rebeldes entraron en el vestíbulo, pero los defensores lograronhacerles retroceder, ascendieron un poco más por la escalinata y buscarondónderefugiarse.

    El cruce de disparos duró casi una hora; los suizos lograron que losinsurgentes retrocedieran más allá de las pistas y recuperaron uno de suscañones.Lossoldadospisoteabanelsuelosembradodemuertosyheridos,devezencuandounodeloscuerpossemovíaeintentabahincaruncuchilloenlaspiernasdelossuizos.Parafrenarlos,ungrupodemiembrosdelaguardiaseencargóderemataralosheridos.

    Despuésdeunbuen rato, llegaron refuerzosy los rebeldesatacaroncontantafuriaquelaguardiahuyódenuevohaciaelpalacio.

    Los disparos se escuchaban desde la Casa del Parlamento, Luis y sufamilia se habían sentado junto al graderío reservado a los periodistas,mientraslosparlamentarioslosobservabanasombrados.Losmiembrosdelacámaraparecíancasitanasustadoscomolafamiliareal.Noestabansegurosdequelosrebeldesnointentaranterminartambiénconellos.

    Luis pidió a uno de sus sirvientes una plumay un tintero. Sabía que laresistenciadesuguardiapersonalerapocomásqueunsuicidio.Escribióunanota en la que les pedía que se retiraran y se reunieran con él en elparlamento.

    Mientras llegaba elmensaje del rey, los suizos lograban resistir a duraspenas,yanoteníamuniciónyeranconscientesdequenolograríansoportarunanuevaembestidadelosrebeldes.

    —Señor, ha llegado una carta del rey—anunció un soldado que veníacorriendoporlapartetraseradeledificio.

    Eloficialleyólabrevenotaenlaqueelreylepedíaqueseretirase,peroeraconscientedequesidabalaespaldaalosatacantes,estosnoduraríanen

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  • masacrarlos.—¡Retirada!—bramóeloficialmientras todoscorríanhacia los jardines

    traseros; llegaronhastaelestanquecircularysedividieronenvariosgrupospara poder sobrevivir. Un pequeño número se dirigió hacia la Casa delParlamento mientras el resto resistían. Cuando se quedaron sin balas losrebeldeslosrodearonylosmasacraronallímismo.DespuéssellevaronaunpequeñogrupoparaterminarconellosbajolaestatuadeLuisXIV,frentealayuntamientodelaciudad.

    Mientras,enpalaciolasmujeressehabíanrefugiadoenunahabitación.Lamuchedumbre estaba completamente enfervorecida y sedienta de sangre.Elterribledesenlacelogróevitarsecuandounodelosasaltantesimpidióquelasdañaran. Después fueron escoltadas a prisión sin un rasguño. Peor suertesufrieronmuchosdeloscriadosypersonaldelpalacio.

    CuandoLuisXVIvioentrarenelParlamentoalospocossupervivientesdelaguardia,muchosmalheridosyotroscubiertosdesangre,sintióunfuertedolor que le envolvió el corazón.Los hombres heridos se sentaron en unassillas,mientraselrestopermaneciófirmefrenteaél.

    Elreymiróalosmiembrosdelaasambleaqueobservabanaterrorizadoseldantescoespectáculo.Aquelloshombreshabíanencendidounallamaquelodevorabatodo,pensómientrasseponíaenpie.Yanadapodíapararelterror,losagradosehabíaconvertidoenprofano,lorespetableendespreciableyloverdadero en falso. Lo único que podía hacer, se dijo mientras intentabadetenersugestodeterror,erasalvarasufamilia.Franciaestabaperdida.

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  • 1ªParte:Elhombredelrey

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  • Capítulo1.CárcelparaLuisXVI

    París,14deagostode1792

    La revuelta de la Comuna había logrado que la revolución diera un giroradical.Estuvieronapuntodedisolver laAsambleaypasarpor lasarmasamuchos de los parlamentarios. De hecho muchos de ellos habían huido lanochedel10deagosto temerososdeque tampocose lesrespetase,pero losjacobinos temían no poder controlar a la muchedumbre y dejaron que seformaraunnuevoconsejo conMongeyLebrun-Tondua la cabeza.Amboseran respetados intelectuales y miembros del Parlamento. El día anteriorhabíandictaminado,antelapresióndelaComuna,encerraraLuisXVIyasufamilia en la fortaleza del Temple, aunque la mayoría girondina habíapropuestoelpalaciodeLuxemburgo,muchomáscómodoparalafamiliareal.Todos sabían que los verdaderos dueños de la situación eran los diputadosradicales y los miembros de la Comuna, frente a los que se encontraba,manejandoconastucialoshilos,MaximilienRobespierre.

    Aquella mañana Robespierre se sentía especialmente feliz. Todo habíasalidojustocomoéllohabíaplaneado.Noqueríaquesumanosevieradetrásdelosacontecimientosdeldía10,aunquecasitodoelmundosabíaqueélerael instigador. Ahora era el presidente de la Comuna y había pedido a laAsamblea que se sometiera a la voluntad popular, aceptara unas nuevaseleccionesdecarácteruniversalyseproclamaracomorepública.Algunosdelos parlamentarios se resistían a terminar con el gobierno moderado y lamonarquía,peroelastutopolíticojacobinosabíacómolograrsusobjetivos.

    Lapacienciaeraunadesusvirtudes,aligualquelaincorruptibilidadylaastucia.Habíarechazadounayotravezloscargosqueseleofrecían,másporcálculo político que por modestia. ¿Por qué tener un poco del poder siaspirabaatenerlotodo?Además,nohabíanadamáspeligrosoqueelpueblointuyeraqueélmanejaba loshilos.Creía,comosuadmiradoRousseau,quelos ciudadanos eranbuenos por naturaleza, en especial los deFrancia, peroque la corruptamonarquía los había corrompido enparte y, sobre todo, losmantenía en un estado de ignorancia que por el momento les impedíaautogobernarse.Muchos de sus compañeros creían que el adversario era laaristocracia,elreyylosricosburguesesqueintentabanrevertirlaRevolución,

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  • pero él era consciente que los peores enemigos de Francia eran aquellosmoderadosqueintentabanmantenerelviejoyelnuevoorden.

    Desde hacía algunos meses, pensaba que la solución estaba en elestablecimiento de un tribunal revolucionario que terminase con todos lostraidoresyenemigosdelpueblo.Elprimerodebíasersinduda,elciudadanoCapetoysufamilia.Seríaungolpemagistralterminarconlasesperanzasdelosmonárquicos y, al mismo tiempo,mandar unmensaje de advertencia atodoslostiranosdelmundo.

    Marat se acercócondiscreciónaRobespierrey le llevóaun ladode lainmensasala.

    —Queridocompañero,estamosen lahoramásoscurade laRevolución.Ahora que el tirano se encuentra preso, que sus cómplices escapan pordocenasdeParís,lostibiosplaneandisolverlaComunayterminarconlavozdelpueblo.

    Eljovenpolíticolemiróconsusgrandesojosydespuésfruncióelceño,comosilaspalabrasdelcientíficoypolíticofueranreveladorasparaél.

    —Danton es peligroso, no podemos fiarnos de él. El pueblo le amademasiado,peroavecesnuestrosqueridosciudadanosdesconocenlosturbiosasuntosdemuchosdesuslíderes.

    RobespierreobservólaestrafalariaropadeMarat:elturbantedescolocadode lacabezay lasbotas sinmedias,deslucidasy sucias, acompañabanaunfuerte olor corporal y a unos ojos saltones y locuaces. Cualquiera que lohubiera observado por la calle, hubiera pensado que se trataba de unpescaderoouncarpinterodealgunosde losbarriospobresde laciudad.Encambio,eljovenpolíticoRobespierreparecíareciénsalidodepalacio.Consupeluca,lacasacaazuldebotonesdoradosylacamisablancaimpecables.SuszapatosrelucíantantoqueelrostrodeldesaliñadoMaratbrillabaenellos.

    —Ese cerdo, ese charlatán no durará demasiado, su boca carnosa yfemenina le jugará una mala pasada, es demasiado bocazas como para noanudarsupropiasoga.

    —Nopodemos dormirnos en los laureles,Luis tiene que terminar en elcadalsoloantesposible,losgirondinostienenqueserdeclaradostraidoresylos monárquicos exterminados—dijo impacienteMarat, como si la sangrevertidaunosdíasantesnofuerasuficienteparasuinsaciableapetito.

    —Hayqueactuarconprudencia,ahoramismoconvivendospoderes.EldelaAsambleayeldelaComuna.NosotrossomosfuertesenParís,peronosuficientemente poderosos en las provincias. Si nos precipitamos,conseguiremosquetodosnuestrosenemigosseunancontranosotros.Miralo

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  • que anda diciendo el marqués de Condorcet que todos los enemigos de laRevoluciónsonhijosdeFrancia,loprimeroquedebemoshaceresarrancaraesostraidoressusderechos,después,loseliminaremosunoauno.

    EL gran danés negro que siempre acompañaba a Robespierre apareciódetrásdelacolumnaycomenzóagruñiraMarat.Elhombrediounrespingoyretrocedióunospasos.Elperroleenseñólosdientesycomenzóagruñir.Eljovenrevolucionarioesbozóunasonrisadesatisfacciónydespuésllamóasuperro.

    —¡Monstruo del diablo! —gritó Marat una vez que el perro estuvocontroladoporsuamo.

    —Los animales son nuestros amigos, nosotros partimos de la mismanaturaleza que ellos, pero la civilización nos ha corrompido, debemosacercarnosdenuevoalavidanatural.

    Marat se encogió de hombros y se alejó deRobespierre hablando entredientes.Despuéseljovenpolíticosiguiósucamino.Abandonóeledificioysedirigióasucasa.Noestabademasiadolejos,legustabadarlargospaseosporlaciudadde laque se sentía amoabsoluto.Losciudadanos leparabanparaagradecerlesusserviciosoelogiarle,mientrasélintentabamostrarsuactitudmáshumildeyselimitabaasonreírycontinuarsucamino.

    Alllegarfueradelpalaciosecruzóconunpanaderoqueleofrecióunodesuspequeñosdulcesyledijo:

    —“Liberté,égalité,fraternité”.Robespierre rechazó el pastel, pero agradeció el recordatorio de que él

    habíaacuñadoaquellafraseparaFrancia.DespuéscontinuósucaminohastalacasadeMauriceDuplay,enlarueSaint-Honoré,elcarpinteroquelehabíaalquiladounadelasplantasdeledificio.Amboseranamigos,Mauriceeraaúnmásradicalquesuinquilino.Siemprediscutíandepolíticaenlaebanistería.

    —QueridoDuplay,yaestoydevuelta.—¿YahadejadolaAsamblea?Noestodavíamediodía.—Estamañana salí casi demadrugadahacia laComuna,peroya sabéis

    que siempreme siento cansado, como si el pesodeFrancia estuviera sobremisfrágileshombros.

    A pesar de sus treinta y cuatro años, el político estaba mucho másavejentado.Susojosamarillentosysu tezcetrina,sus innumerables tics, lasúlcerasde laspiernas, lapérdidade sangrepor lanarizy susproblemasdevisiónseacrecentabancadavezmás.

    —Necesitáisunacompañera,alguienquealivieesacarga,yunbuenvinodeBurdeos.Esosdosremediossonmejoresquelospotinguesqueosmandan

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  • losmédicos.—EstoycasadoconFranciayelvinoquemásmedeleitaeslalibertad—

    comentóorgulloso.Despuéssesentóalladodesucaseroyagachólacabeza.Todavía no había confesado a su amigo, que estaba enamorado de su hijaÉléonore,perosusmuchasobligacionesleimpedíanpensarenélmismo.Suhermanay suhermano solíanvisitarlepor las tardes.Losapreciabamucho,perosabíaqueeransupuntodébil.Nadieseatreveríaahacerledaño,perosusenemigossindudaintentaríanarrojartodasuiracontraellos.

    —Estáismuypensativo.—Siento la soledad de mi conciencia. A esos beatos católicos o a los

    calvinistas lesquedaelconsuelode la religión, lamultade la fe,peroa los“hombres nuevos” nos dicta la verdad nuestra conciencia. Ese es mi granobjetivo,queridoamigo, liberar aFranciade las cadenasde la religióny lamonarquía.

    —Un trabajo pesado, sin duda —le contestó el carpintero, mientrasmandabaasusayudantesquelesdejaranasolasunmomento.

    Elhombremiróaun ladoyalotroy,cuandoseencontrarona solas, lepreguntósintapujos:

    —¿QuévaapasarconelciudadanoCapeto?Robespierre no quería escuchar el nombre del rey. Lamentaba que los

    ciudadanosnolehubieranmatadoenelasaltoalasTulleríasoensuintentodehuidadeunosmesesantes,peroelmalditomonarcaparecíainmunealoslazosqueeldestinoleponíaenelcamino.

    —ElciudadanoCapetoestáabuenrecaudoenElTemple.Hedadoordendeque,sisufamiliaoélintentanescapar,nolesdejenconvida.Enunosdíaslevantaremosunapeticióna laAsambleaparaqueseproclamelarepública,se despoje a Luis de todos sus títulos y se le juzgue. Será el primero demuchos, la sangre de los tiranos limpiará las calles de París y regará loscamposdeEuropa,paraquerenazcafuerteyvigorosoelárboldelalibertad.

    Su casero le observó con admiración, siempre quedaba prendido de suspalabras.Aquelhombreteníaeldondeconvertirlamuerteyelterrorenlasmásbellasnotasmusicales,hastaelpuntodequenadiepodíadejardebailarladulcemúsicadelamuerte.Después,llamóasusayudantesyRobespierresubió a sushabitaciones algomás animado, sabíaque loque alimentaba suambicióneraeldeseodeunmundomásjusto,peronoignorabaelpoderqueencerraba el odio y sin duda su corazón desbordaba el néctar de la ira denuevosdiosesrepublicanos.UnanuevaRomaestabaapuntodenacer,élseríasuguíaysuluz.

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  • Capítulo2.UnamisiónparaeljovenGodoy

    Madrid,15denoviembrede1792

    ManueldeGodoycaminóapresuradohaciaelsalónparticulardelreyCarlosIV.DesdehacíatiempoleuníaunagranamistadconelmonarcaysuesposaMaríaLuisa.Enapenasochoañoshabíaconseguidoconvertirseenunodesushombres de confianza. Atrás había quedado la ciudad de Badajoz, tanpequeñayprovincianaqueapenaspodíaconteneraunhombretangrande,sedecía cada vez que la nostalgia le invadía y las intrigas palaciegas lepreocupaban. Su hermano Luis había conseguido que le admitieran en laguardiadecorps.Elamigodelafamilia,elbrigadierMiguelTrejo,lehabíaconseguido una plaza nada más llegar a Madrid, aunque tuvo que esperarcinco largosmesespara incorporarse.En seguida, seacostumbróalbulliciode la urbe, lamásmoderna y avanzada del reino. Lasmajas parecíanmásdescaradasqueensutierranatal,ynoeraextraño,paraalguientanjoven,quese le viera constantemente con amantes y meretrices de medio pelo,intentandomitigar el aburrimientoy la espera.La llegada al cuerpo le dejóunaprofundahuella.Le destinaron a la compañía española, dirigida por uncapitán de caballería que debía serGrande deEspaña.Aquella élitemilitarteníacomomisiónprotegeralrey.Estabaenunodeloscargosmáshumildesyganabacientocincuentareales,loquenolealcanzabaparanada,porloquesu familia desdeExtremadura tenía que completar su asignación, ya que elcuidadodesucaballoyotrosgastosnormalesdeunnoblenopodíancubrirsecontanexiguosueldo.

    Los primerosmeses fueron como un sueño. La camaradería, el respetoque imponía su uniforme, las largas noches de disfrute que pasaba con suscompañeros en los bodegones y tabernas cercanas al palacio. Sus mejoresamigos eran Carlos y Juan Joubert, con los que disfrutaba de las nochesmadrileñas. Algunas tardes daba clase con el padre Enguid para aprenderfrancéseitaliano.MuydevezencuandovisitabaalpadreEscalapararecibiralgunas lecciones sobre las ideas ilustradas y conocer el mundo en el quevivía. Durante casi cuatro años su vida se convirtió en una sucesión derutinas,fiestasyamoríos,sinapenaspreocupacionesycomoúnicohorizonte,ascender en la guardia de corps, recibir algún título del rey y obtener unajubilación lomás pronto posible, después de formar una familia y adquirir

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  • algunas tierrasconlasquemantenerseelrestodesusdías.SusaspiracioneserancomolasdetantoshidalgosquesoñabanconelfastodelosgrandesdeEspaña, pero se conformaban con sentirse por encima de ese gran pueblollanoeignorantequeformabaelgruesosocialdelreino.

    Eldestino,encambio, le teníapreparadounpapelmuchomásbrillante.EnciertomodosesentíacomoeljovenreyDavid,quesalióconlosrebañosde su padre para convertirse en unode los siervosmás importantes del reySaúly,porquéno,talvezalgúndíaenmonarcadealgúnpequeñoterritoriogobernadoporlosBorbones.

    El12deseptiembre,mientrassedirigíacomoescoltadelosinfantesalaGranjadeSegovia,secayódelcaballoylogrósubirágilmentedenuevo,antela expectación de los príncipes deAsturias.Unos díasmas tarde,Carlos lerecibió en su cámara y, desde aquel momento, se convirtió en uno de susescoltas. Poco tiempo después, el príncipe ascendió al trono y su suertecambióparasiempre.

    LareinaMaríaLuisaleteníaespecialcariñoyletratabacomounamadre;muchasnochesleinvitabanasusveladasyparecíandisfrutarconsusideasyreflexiones,pero,sobretodo,conlainformaciónquelesfacilitabadelacalle.Los monarcas nunca habían caminado como un súbdito cualquiera por lasciudades de su reino. Desconocían las cosas más simples, rodeados desdeniñosdepersonasdesualtaalcurnia,sesentíantanalejadosdelpuebloquepretendíangobernarqueManuelGodoyeraunaespeciedeviento frescoenmediodelcargadoambientedelaCorte.

    Elreynosefiabademasiadodesusconsejeros,queanteslohabíansidode su padre Carlos III, con el que tenía una mala relación y sentía que lemiraba con desconfianza, como si creyera que su hijo no sabría emular sugranreinado.Encuantopudo,sedeshizodelcondedeFloridablancaypusoensulugaralcondedeAranda,peroenaquellosañosturbulentosyconfusos,el viejo mundo en el que había sido educado parecía desmoronarse sinremedio.EnFrancia,lasnoticiasquellegabaneranpreocupantes.Primerolarevoluciónyeldesordendelpaís,despuéselsecuestrodesuprimoLuisXVIal que se le había obligado a jurar la constitución y convertirse en unamarionetadelachusmapolíticaquegobernabaFrancia.Perolopeordetodo,loquelequitabaelsueñoalrey,eraeljuicioquesehabíaabiertocontraLuisportraiciónycuyofinal,sinadieloremediaba,eralamuerte.

    ManuelGodoyesperóaqueloscriadosleabrieranlapuerta;lasparedestapizadas de seda, los bellos jarrones de la más fina porcelana china, las

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  • mesas de caoba incrustadas en oro y los relojes, cientos de relojes de lacolecciónpersonaldelrey,lerecibieronconelmismoafectoqueelmonarca.

    CarlosIVeradetratocampechano,bonachónyextremadamentecercano.Encuantolevioentrar,dejóelrelojqueestabaterminandodemontar,pusosuslentessobrelamesaysedirigióaélconlosbrazosabiertos.

    —¡QueridoManuel!Mealegrodequehayaspodidovenirtanaprisaamiencuentro.Vivimos tiempos revueltos,unaedadoscura como lahumanidadnohapasado jamás.Yanadie respetanada, el findelmundodebede estarpróximo.

    —Majestad,siempreesungranplaceryhonorpresentarseantevos.SoislaluzdeEspañayelhombremás…

    —Déjatedeelogiossuperfluos.Andomuypreocupado,perocreoquehedadoconlasolución.Siéntateamilado,porfavor.

    Godoy se sentó al lado del rey; sus ropas ya no eran las de un simplesoldado,usabaelmismosastrequeSuMajestadyCarlosIVlohabíarodeadode tantos honores y títulos que no tenía nada que envidiar a un grande deEspaña.

    —Los nuevos tiempos no pueden conjurarse con viejos remedios. Yasabéis que heredé de mi padre un gran reino, una carga enorme. Losterritorios que gobierno son tan vastos, que nunca podré conocerlos porcompleto. Mi padre era más italiano que español y yo nací en la bellaNápoles.Susideascambiaronestosreinos,perolosmismoshombresqueleayudaron a él a construir un nuevo mundo, ya no son útiles. El conde deFloridablanca siempre conspiró contramí,pensóque sería fácilmanejarme,peroelcondedeAranda,susustituto,nohasidomejorSecretariodeEstado.Parecemás amigode los francesesquede los interesesdeEspaña.Aunquetodoesoyalosabéis,desdehacemesesmerepresentáiscomomisubdelegadoen la Junta deGenerales y soismiembrodelConsejo deEstado.Osquierocerca,muycercadelgobierno—dijoelreyconunamiradadecomplacencia.En aquel hombre veía una franqueza y una llanura que nunca habíaencontradoenelrestodelosmiembrosdelacorte.

    —Todos ellos son honores inmerecidos —dijo Godoy con la cabezagacha, como si los títulos y prebendas reales pesaran casi como la testacoronadadelmonarca.

    —¿Inmerecidos?Másquemerecidos.Soismimanoderecha,unade laspocaspersonasenlasqueconfíoademásdemiamadaMaríaLuisa.¿Acasoesosnobles,esosGrandesdeEspañasemerecen todasu fortunay riqueza?Elloshanheredadotítulosyrentasqueganaronsusantepasados.

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  • —GraciasMajestad.—Sabéisquehacepoco,desdefebrerodeesteaño,tomécomosecretario

    yresponsabledelgobiernoalcondedeAranda.PenséquesuscontactosconFrancia me ayudarían a neutralizar y controlar esa fiebre revolucionaria ycontagiosa que parece haber contaminado almundo, peromás bien ha sidouno de sus difusores. Los nobles, la iglesia y hasta la reina parecendescontentos con esa política de apaciguamiento. Los exiliados se sientenamenazadosporelcondedeAranda.Meprometióquelasaguasregresaríanasucauce,quelarevoluciónterminaríaenlosdiquesdelarazónylacordura,quealigualquelailustraciónhacontribuidoenlamejoradelreino,ciertoairede libertad podría cambiar también estos tiempos revueltos. ¡Mentiras,mentirasymásmentiras!—gritóelreymientrasseponíaenpieyagitabalasmanosconunafuriamuypocohabitual.Solíacontrolarsusemociones,perosin duda en las últimas semanas, su natural templanza parecía haberdesaparecido.

    —Noes fácilmanejar losasuntosdeFrancia; lanaciónparecesacudidaporunatormentaquenocesa…

    —Estimado Manuel, la tormenta se ha convertido en vendaval. Esosmalditos traidores han proclamado la república, despreciando la instituciónproclamada por Dios desde la Antigüedad. Además, están juzgando a miprimo Luis. ¿Quiénes se han creído? ¿Desde cuándo unos plebeyos, unosrufianesseotorganlapotestaddejuzgaraunelegidodeDios?

    —Ciertamente son unos herejes y unos demonios. Ya os comenté queEspañadebíaprepararseparalaguerra.LosfranceseshanocupadoBélgicaylaSuizafrancesa,yanoseconformanconhaberdestruidosunación.

    —Además,elcondedeArandadiolaordendeexpulsaralossacerdotesfrancesesquehuíandelabarbarierevolucionaria.NoshanllegadonoticiasdequelaConvenciónquierejuzgaraLuis.¡Esoesinconcebible!Tenemosquesalvarle,peronosoloaélyasufamilia,debemossacudirnoslascadenasdeesos mequetrefes y revertir la situación. Por eso creemos que necesitamoshombresnuevos,queconunavisióndiferentesepantomarlasriendasdeestecaballodesbocado.MañanadarénoticiadeladestitucióndelcondedeArandayvuestronombramientocomoSecretariodeEstado.

    Manuel Godoy simuló cierta sorpresa. Sabía desde hacía unas horas ladecisióndelrey.LamismaMaríaLuisaselohabíadichoenlosjardinesdepalacio, mientras le sujetaba con sus manos frías, húmedas y huesudas lassuyas. No podía afirmar que aborrecía cualquier contacto con la reina, lasmujeres nunca le dejaban indiferente, pero sabía que la única manera de

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  • tenerla contenta era hacerle creer que la cortejaba, aunque su amor fueimposible.Ciertasmujeresdeedadsecontentabanconsentirsedeseadas,sinatreverse jamás a engañar a sus esposos. La reina, que superaba ya loscuarenta, se encontraba muy avejentada por sus numerosos embarazos ynunca había sidomuy bien parecida, peroGodoy la hacía sentirse joven yatractivadenuevo.

    —Nosoydigno,Majestad.—No puedo poner de nuevo en el trono a un “golilla” ni a un

    “aristócrata”, losdosbandos, ademásde ser extremadamentecorruptos, sondel todo inútiles.Únicamenteconfíoenvos, loqueno logresu juventud, loconseguirásuprudencia,sulealtadysentidocomún.Vuestraprimeramisiónserá salvar a Luis XVI. Para ello podréis emplear todos los medios quedeseéis.Tendréisuncréditoabiertoparanegociar,comprarvoluntadesysacara la familia real de Francia. En París se encuentra José Ocáriz, nuestrorepresentante diplomático, deberéis apremiarle a que tome las medidasnecesarias para solicitar la libertad deLuisXVI.Además intentaremos unamedida de intermediación por medio del primer ministro de InglaterraWilliamPitt.Unodemis espíasmeha informadoqueen laConvención seencuentran varios miembros que, por una cantidad de dinero, usarían suoratoriaafavordesalvarlavidadelrey.InclusoestoydispuestoafirmarunapazduraderaconFranciasinoderramanlasangredemifamilia.

    —Esungranhonor,lucharéporsumajestadLuisXVIybuscarédevolverla gloria a nuestra amada nación—dijo Godoy mientras se inclinaba anteCarlos. El rey le miró complaciente y el recién nombrado Secretario deEstado abandonó la sala entre preocupado y eufórico. Caminó hasta susaposentos y en cuanto entró en su cámara pensó en el hombre que podíaayudarleenaquellapeligrosamisión.Unodesusprimeroscompañerosenlaguardiadecorps,ArturoGalán,seríaperfectoparaviajaraParís,moverseporlosturbiosyemponzoñadossuelosdelacapitaldeFranciayconseguirliberaralreyporlasbuenasoporlasmalas.MandóllamarasuayudanteyleentregóunanotalacradaconsusellodeduquedeAlcudiaySueca.Despuésselimitóa observar por la ventana. Sin duda el hecho de salir clandestinamente delpalacioyencontrarseconsuviejoamigoenunadelastabernasdeMadrideraaliciente suficiente para saborear de nuevo aquella primera juventud queparecíaescaparselentamentedesusmanos.Ahoraquesehabíaconvertidoenelsegundohombremáspoderosodelpaíspodíapermitirsedisfrutarporunosinstantesdesumeteóricacarrera,nuncaunhombre tan jovenhabíadirigidolosdestinosdelimperiomásvastoypoderosodelatierra.

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  • Capítulo3.Elseñorembajador

    París,16denoviembrede1792

    Apenasrecordabalaciudadalaquesehabíatrasladadoen1785.DespuésdeservircomodiplomáticoenTurínyCopenhague,elesplendordeslumbrantedelacapitaldeEuropa,muchomásbellaymoderna,erasindudalaestrellafulgurantedelmundocivilizado:lahermosuradelacatedraldeNôtreDame,las calles laberínticas de la ciudad vieja y las amplias avenidas, pero sobretodoelmajestuosoVersalles.Madridseleantojabaahoracomounapequeñaaldea manchega. Demasiado sucio, ruidoso y vulgar para sus brillanteszapatos de lazos negros. Su esposa,madame Emilia d’Estat, hija del barónd’Estat y coronel de los Dragones, era una flor demasiado delicada paraEspaña.Allí se encontraban lasmejoresmodistas delmundo, los zapaterosmásdistinguidosylossalonesmáscultos.JoséOcáriztemíaqueencualquiermomento le llegara una orden deEspaña que le obligara a regresar y dejaratrásesavidaquenohabíaimaginadoenelmejordesussueños.Aunque,encierto sentido, París ya no era París, ni Francia era Francia. En aquelmomento convulso, ya no existían las grandes fiestas y recepciones; lascelebracionessolemnesylossalonessehabíanconvertidoennidosdeespíasopequeñoscírculosdeconspiradores.Nadiesefiabadenadie.Losgirondinosparecían espantados por el curso de los acontecimientos; los jacobinoscontinuaban conspirando con el pueblo para hacerse con todo el poder; laaristocracia en su mayoría había escapado de Francia o intentaba pasardesapercibida. Nada se encontraba en su lugar y la Revolución, que alprincipioparecíalaesperanzaparaunmundoenfrancadecadencia,sehabíaconvertidoenconfusióny terror.Aunquelopeoreraque lascosas, lejosdetranquilizarse, cada día eranmás preocupantes. Lamayoría de las nacionesvecinashabíadeclaradolaguerraaFranciaoestabaapuntodehacerlo,elreyestabapresoysediscutíacomojuzgarloylaComunasehabíaconvertidoenel verdadero poder del país: detrás de ella se encontraban Robespierre,Danton y Marat, tres ratas salidas de la pequeña burguesía pero con unasansiasterriblesdepoder.

    Joséentróeneledificiodelaembajadaomejordicho,enloquequedabadeél.ApenasquedabantresfuncionariosasuservicioylamisióndiplomáticasehabíadegradadohastaconvertirseensimpleoficinadenegociosdeEspaña

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  • en Francia. No tenía presupuesto suficiente para seguir cumpliendo susprincipalescometidos,queeran:favorecerlosinteresesdesunación,ayudaralos súbditos residentes en la ciudad e inclinar voluntades para que lasautoridades francesas vieran en España un verdadero amigo del país. Laprincipalmisióndelaembajadaeraelespionaje,esahabíasidola intencióndeFelipeIIalcrearlareddeconsuladosysedesdiplomáticasenotrosreinos,aunque siempre se intentaba salvaguardar la imagen ymostrar su caramásrespetuosaconlanaciónquelaacogía.

    Joséentróensudespacho,allíleesperabasutercersecretariodonAlfonsodeAguirreyYoldi,queanteshabíaestadodestinadoenRusia.

    —Señorembajador—dijoelsecretarioalverlellegar.—VamosAlfonso,ahórrateelprotocolo.YanohayembajadaenParís—

    lecontestóalgomolesto.—Puede que no haya embajada, pero sigue habiendo embajador—dijo

    conunasonrisasocarrona,intentandosacardesuscasillasasusuperior.—¿Algunanovedad?—Lodesiempre,buenono.HallegadocartadesdeMadrid.Unjovenla

    trajoestamismamañana.Nomeheatrevidoaabrirla,pareceserqueprovienedelamanodeSuMajestad.

    —¿Elrey?¿Porquénomelohasdichoantes?Josétomóelsobrelacradoyloabriócondelicadeza.SetemíaqueCarlos

    IVleanunciara la inminenciadeunenfrentamientoarmadoylepidieraqueabandonasecuantoanteslacapital.Loqueleextrañabaesqueaquellamisivalahubieraenviadoelpropiomonarca.

    —¿Puedesdejarmesolo?Alfonso salió resoplando del despacho. No soportaba a José Ocáriz,

    parecíacreersesuperiorconsusademanesfrancesesysunobleesposa.EncuantoJoséseencontróasolas,sepusolas lentesy leyónerviosola

    misiva.

    “SeñorDonJoséOcáriz,encargadodenegociosenFrancia.

    Ordenoqueemprenda todas lasaccionesnecesariaspara lapronta liberacióndemi querido primo su majestad Luis XVI y de toda su familia. He dadoinstruccionesamibanqueroenParísparaqueleabrauncréditoilimitado,conelfin de ayudar a esta causa. Además, le informo, pidiéndole que sea lo másdiscretoposible,queelexcelentísimocondedeArandayanoeselSecretariodeEstado, en los próximos días nombraré al duque de Alcudia, como nuevoSecretario.TememosqueestadecisiónpongaenguardiaalaConvención,yaqueeran partidarios del conde de Aranda y su línea pro francesa. Aunque nuestraintención, si lasautoridadesprometenel rescatedemiamadoprimo,es la total

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  • neutralidaddeEspañaytodossusreinos,permitiendoalaRepúblicadeFrancia,queestaserálargayduradera.

    EncuantoelduquedeAlcudiasepongaencontactoconvos,limíteseaobedecerdebidamente a sus planes, para el bien de España y de mi amado primo sumajestadLuisXVI.

    DiosguardeaV.S.muchosaños.

    Madrid,5denoviembrede1792”.

    Josédejólacartasobrelamesayserecostóenlasilla.LamisivanolepedíaelregresoinmediatoaEspaña,peroalmismotiempoleimponíaunamisióncasiimposible.ElreyLuisXVIestabapresoconsufamiliaenelTemple,lamayorpartedelaConvenciónseinclinabaacondenarleamuerte,muypocopodía hacerse por la vía legal. Hacía unos días la inmunidad del monarcahabíasidorevocada,porloqueyanadaimpedíaquelejuzgaranportraición.

    —ElmarquésdelaAlcudia—dijoenvozaltaJosé.LeextrañabaquelaeleccióndeSuMajestadhubiera sidoun antiguomiembrode la guardiadecorps, del que se rumoreaban sus amoríos con la reina María Luisa y suinsaciableambición.AdmirabaalcondedeAranday,aunqueconscientedesus limitaciones, sobre todo debido a su inoperancia y dudas a la hora deactuar,eramuchomásfiablequeaqueljovenpresuntuosoeignorante.¿Cómoiba a convencer a la Convención de que SuMajestad deseaba la paz y almismotiempoanunciarqueelnuevoSecretariodeEstadoeraunamarionetadelrey?

    Josétomólacapaysedirigiódenuevoalasalida.Debíaverdeinmediatoal ministro de Negocios Extranjeros, el señor Le Brun y de maneraextraoficial a otros miembros de la Convención que tenían la influenciasuficienteparamodificarlasdecisionesdelaAsambleaylibraraLuisXVIdeunamuertecasisegura.

    París, a pesar del manto grisáceo con el que le había cubierto laRevolución,continuabasiendograndiosa,enormeycosmopolita.Cientosdemilesdeparisinosvagabanporsuscallesyavenidasdedíaydenoche.Yanoera la misma urbe de los años previos a la Revolución. Era cierto que sehabíanmejoradomuchas callesy el ayuntamientohabíaderribado las casasquesearremolinabanenlospuentes,únicamentequedabanlasdePontSaint-Michelle,aunqueprontoseríanderrumbadasparapermitirelpasodelvientoquerecorríaelSena,conelfindemejorarlasalubridaddelaciudad.

    José llegó a la isla de la Cité y pasó indiferente por delante de lamajestuosaNotre-DameyllegóaLesHalles,unodelosbarrioscomercialesde la ciudad.Lapobreza aúnpodíaversepor las calles; las promesasde la

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  • constitución y los derechos del hombre no habían hecho mella en aquelejércitode famélicos, huérfanosy truhanesque siempreparecían atestar lascalles de París. Las cortesanas desde las casas engalanadas de LaPontchartrainoLaDelarochevendíansusfavoresporaltassumasdedinero,pero lasprostitutasde las callesde lagranurbe, apenasporunasmonedas,erancapacesderendirsusencantosycomplaceralclientemásdepravado.

    Los sans-culottes, con su característica indumentaria, caminabanpor lascallesdeParíscomosifueransusamos.Humillandoalosnoblesoriéndosede cualquiera que pareciera de buena cuna. Por ellos muchos caballerosintentaban viajar en carroza o vestir de manera sencilla. José parecía unfuncionario,consu trajeanodinodepañobarato.Únicamente reservabasusmejorestrajesparaalgunasfiestasprivadas.

    CruzóporelmercadodelTrigoysedirigióalhotelNôtre-Dame,subióala segunda planta y llamó impaciente a la puerta. Le abrió la puerta unhombrealquetodosllamabanelAbateMarchena.Joséeraconscientedequesu compatriota odiaba aCarlos IVy se creía agraviadoporque el condedeAranda le habíanegadounapensiónpara subsistir enEspaña.Marchena sehabíaunidoaungrupodedisidentesespañolesenBayonaydesdeentoncesse dedicaba a conspirar contra la monarquía, pero por una buena suma dedinero,podíaserlemuyútilasucausa.

    —Pase,queridoamigo—leofrecióelabate.Joséselopensóunosinstantesydespuésatravesóelumbral,sabíaqueen

    un momento como aquel era necesario pactar con el diablo para podercumplir con su misión. Sin duda aquel hombre era la personificación desatanás,peroensusmanospodíaestareldestinodelreydeFranciaydetodasufamilia.

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  • Capítulo4.EnviadosaFrancia

    Madrid,16denoviembrede1792

    ManuelGodoy se colocó el fajín y comprobó conhorror quehabía ganadomucho peso. En la corte, la gordura era signo de distinción y en aquellasociedadfamélica,enlaqueconseguirunpedazodepaneracasiunahazaña,el sobrepeso era un privilegio destinado tan solo a losmás ricos. El nuevoSecretariodeEstadosecolocólacapayelsombrerocaladoysecontemplóunos segundos ante el espejo. Sus labios gruesos y nariz fina le daban unatractivo casi irresistible para lasmujeres. Lasmejillas redondas y los ojospicarones le hacían parecer más un cortesano que un soldado. No habíaluchadoenningunabatalla,perocomandabaatodoslosejércitosdelreinoy,por su solavoluntad,podíaconvocar laguerrao firmar lapaz.ElcondedeArandaapenashabíaduradonuevemesesenelcargo.Sehabíaencargadodeinfluiralreyparaqueúnicamentevieralosdefectosdeunapolíticamásbiencomplejadesupredecesor.Perounacosaeradesprestigiarelgobiernodesuopositoryotramuydistintagobernar.

    Manuel era consciente de que todos le odiaban, a los únicos que podíaganarseeraalpueblo,alquehastiadodeunosydeotros,noleimportabalosrumoresde su llegada ilícitaalgobierno.Elúnicoproblemaconsistíaen sudesprecioprofundoalachusma,nolepreocupabasimalvivíanosobrevivían,mientrasnoseinterpusieranensusasuntos.Noseleescapabaqueelejerciciodelpodersiempreeraefímero,comoelenamoramiento.Losgobernanteseranamadosyodiadoscasienunabrirycerrardeojos.

    Cuando salió de sus aposentos uno de los oficiales de la guardia se leacercó.

    —ExcelentísimoSecretario,¿preparounaescolta?Godoyeraconscientedequenopodíallamarlaatención.Estabarodeado

    deespíasdelbandodeFloridablanca,que en aquelmomento se encontrabapreso,ydelcondedeAranda,perotambiénlevigilabanlafamiliafrancesadeCarlosIVylosespíasquelaConvenciónhabíaenviadoaEspaña.

    —No,estavezsaldrésolo.¿Estálistomicaballo?—Sí—contestó el oficial, extrañado de que su superior se atreviera a

    pasear por las peligrosas calles de Madrid. Ladrones, asesinos ysecuestradorescampabanasusanchaspor lacapital,gentedemalvivirque

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  • intentaba medrar en la ciudad y terminaban convirtiéndose en verdaderosmalhechores.

    Manuel subió con agilidad a su cabalgadura y salió por una de lasdiscretaspuertasquedabanalaiglesiadeSantaMaríadelaAlmudena,cuyasobrasdemejoraavanzabanlentamente.Losreyesqueríanconstruiruntemplodigno de la capital, pero la archidiócesis de Toledo se negaba a perder suhistóricodominiodelaiglesiacatólicaenEspaña.

    Loscascosde loscaballosretumbaronsobreeladoquinadoalgomojadodelacalleMayoryelesbozadosedirigióalasproximidadesdelaPuertadelSol.EstabacasisegurodeencontrarasuviejoamigoenunatabernasituadacercadelaPlazaMayor,aunquelavidadisipadadesuviejoamigolepodíahaber llevado a aquellas horas a cualquier prostíbulo barato del centro deMadrid. Descabalgó frente a la taberna del Tío Lucas. Godoy dio unasmonedasparaqueungañánlecuidaraelcaballoycaminóseguroporelsueloempapadodevinoygrasadellocal.Dentrodelrecintoreinabaunapenumbracargada por el humo del tabaco. Nunca había entendido aquel vicioamericano, pero como él teníamuchos, era consciente de que la condiciónhumanaeraantetodocorrupta.Algo,quebienjugado,siemprepodíaponerseen su haber, si era necesario. Las mesas cuadradas, desnudas y astilladas,parecían agradecer el tinte rojo de los vasos de barro y el suave tacto deltocino. Se escuchaba unamúsica desafinada y las prostitutas besaban a susclientescontaldescaro,queaGodoyleparecióqueseencontrabaenelJardíndelasDelicias,delBosco,quetantoadmirabaelrey.

    Enunode los rinconesmás apartados, con el sombrero caladoymediodormidohabíaunhombrevestidocon ropaselegantes,pero tandesgastadasquealgunosmendigosnosehabríanmolestadoenllevarlas.

    —CapitándonArturoGalán,póngasefirme.Elborrachoapenasreaccionóalabroma,selimitóalevantarconligereza

    elsombreroymirarconsusojosvidriososporelalcoholalhombreesbozadoqueteníadelante.

    —Nomereconoces.¡Malditoseas!El hombre se incorporó un poco, aquella voz le era conocida, aunque

    hacíamásdeseisosieteañosquenolaescuchaba.—Soyyo,Manuel,elextremeño…—¡MalditastodaslasputasdeTriana!ElmismomarquésdelaAlcudia.

    ¿QuéhaceunGrandedeEspañaenesteantrodeperdición?Nomedigasquelareinayasehacansadodeti.

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  • Godoyfruncióloslabios,suamigonoteníapelosenlalengua,peroeralamanomásdiestraconlaespada,valientedondeloshayaycapazdetenerlabocacerradacuandoseloproponía.ElSecretariodeEstadosesentóenunode los taburetesdemaderaypidióvino.Despuésdeprobarlo, loescupióalsueloymiródenuevoalosojosdesuviejocamarada.

    —¿Demasiadobastoparaunpaladartanexquisito?Antesnoteníastantosremilgos.Meacuerdocuandolosdosacabábamosdellegaralacapital,túdeBadajozyyodeSevilla,éramoscapacesdebebernos litrosdeestemejunjesintorcerelgesto.

    —Ya ha llovido mucho desde entonces —contestó Godoy entremelancólico y aliviado. Su época de cadete y soldado no había sido fácil.Acostumbradoalosmimosdesumadre,lacapitalselehabíaantojadohostilytraicionera.

    —Pero,avosnolehaidonadamal.Miraos:honores,haciendas,poderymujeres,muchasmujeresimagino.

    Manuelsonrióydiounnuevosorboalvinoqueyanolepareciótanácidoypicado,comosi lavida fueracapazdeacomodar losgustosy templar laspasiones.

    —Dios,eldestinoolacasualidad—contestóManuelGodoyqueparecíadisfrutardeaquellosmomentosdelibertad.Elpodereraelmayortiranodelmundo,teconvertíaenesclavodesuinsaciableapetito.

    —Oelcoñodelareina—contestósocarrónelhombre.—Bueno,nohesalidoenplenanochedelpalacioparahablardelafamilia

    real.Tengounamisiónparati.Porprimeravezelhombrepareciómostraratención.Elvinolealetargaba

    unpoco,peroeracapazdesobreponerseacualquierborracheraenminutos;una cualidad que había aprendido en los últimos años, cuando en variasocasiones le habían estado a punto de asesinar en las esquinas oscuras deMadrid.ArturoGalánhabíasidounodelosmásprometedoresoficialesdelaguardia de corps, el más famoso miembro de la compañía española. Laguardia competía entre sí según las nacionalidades, aunque los másapreciadosporelreyeranlosespañoles.

    —Excelencia, vos me diréis —dijo el hombre sentándose derecho yquitándoseelsombreroquelecubríalamayorpartedelacara.Arturohubierasido uno de los hombresmás bellos de la ciudad si no fuera por una grancicatrizqueibadesdelacejahastaloslabios.Suojoderecho,completamenteciegoyconlapupilablanca,parecíatenerlacapacidaddeescudriñarelalmade su interlocutor. El pelo rubio y rizado, algo largo, estaba sucio y

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  • enmarañado, una barba fina casi pelirroja no lograba disimular sus rasgosaniñados.Decomplexiónmusculosayfisonomíagallarda,habíasidoelmejorguardiadecorpsunosañosantes.Elenfrentamientoconunoficialsuperiorysu degradación le habían llevado de mal en peor hasta convertirse en unasombradeloquefue.

    —Tengo una misión muy importante. Sabéis francés mejor que yo,conocéisParísyFranciacomolapalmadevuestramano.Tenéisamigosenelejércitoyossabéismanejarenlosbajosfondos.NecesitoquesalgáisloantesposibleparaFrancia,conlaayudadeunoodoshombres,paraliberaralrey.

    Arturo frunció el ceño, no terminaba de entender en qué consistía lapeticióndesuviejocamarada.

    —¿Quéreytengoquesalvar?—AlreydeFrancia,LuisXVI,elprimodenuestromonarca.—Paraesonecesitaríaunejército,nounpardehombres—contestóalgo

    confuso.Aquellaeraunamisiónsuicida.—Nosotrosnosencargaremosdecomprarvoluntades,elreyseencuentra

    con su familia en la fortaleza del Temple, en el centro de la ciudad. Silogramos sobornar a sus carceleros, no será muy difícil sacarlo de París;después tendréisquedirigirosa losPaísesBajosReales,desdeallí tomaréisunbarcohastaElFerrolydespuésosescoltaremoshastalaciudaddeMadrid.

    Arturonosalíadesuasombro.Suviejocamaradaqueríaquerescataranalrey de Francia y toda su familia en territorio enemigo, que atravesara lafronteray llegarahastaBélgica,paraembarcarsehaciaEspaña.Aquelloeraunsuicidio.

    —SilograssacaraLuisXVIdeParís,elreyCarlosIVterestituirácomomiembro de su guardia, pero con el cargo de teniente. Además derecompensartecontierras,títulosyunagrancuantíaeconómica.

    Arturoseencogiódehombros.Nohaynadiemásvalientequeunhombredesesperado,sobretodosinotienenadaqueperder.Habíadesperdiciadosuvida, no llegaba a los cuarenta años y parecía un mendigo, vendiendo susarmasalmejorpostorporunamiseria.

    —Acepto,creoquetengoalhombrequepuedeayudarmeenestamisión.LellamamoselFrancés.Esunodelosexiliados,untalNicolásCop,siemprepresumedesusangreazulydequeodiaa los revolucionarios.Lociertoesquenotienedóndecaersemuerto.Fueoficialdelejércitoypodráayudarnosenlamisión,aunquenecesitaremosrecursos,dinero…

    —AlguienosesperaráenOstende,conunbarcopreparadoparallevarosaEspaña.

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  • Manuel Godoy dejó una bolsa de monedas de oro sobre la mesa y elhombre lacogiócon tanta rapidezquenadiede lasmesascercanasacertóaverle.

    —Porfavor,compradunasropasmásdecentes.Estascartasosayudaránacontactar con José Ocáriz, el encargado de negocios español. No debéisinformarledelaverdaderaintencióndelamisión,simplementelediréisquevuestrocometidoes escoltar al reyhastaEspañaunavezque seconsiga suliberación.

    ArturoGalánesbozóunalevesonrisa,porprimeravezenmuchotiempolafortunaparecíaacompañarledenuevo.Despuéspercibióelpesodelabolsademonedasensusbolsillosysesorprendióalsentirsetanligero,comosilafelicidadfueralivianacomounapluma.

    Manuel Godoy se levantó de la mesa, se tapó el rostro y salió de latabernaatodaprisa.Tomósucaballoysedirigióhaciapalacio,otrohombrele siguió a cierta distancia, pero en lugar de dirigirse almismo lugar, giróenfrente de la plaza, después subió hasta la calle de Fuencarral, bajó delcaballoytocóconfuerzaenelportalóndeunacasacontapia,juntoalfamosoRealHospiciodeSanFernando.Uncriadoabriólapuertasinpreguntaryelhombrerecorrióelpequeño jardín,entróenelpalacioyfuedirectamentealdespachodeldueñodelacasa.

    —Excelentísimo…Elhombrehizoungestoyelespíaseaproximóalescritorio.—¿Dóndesedirigíaelguardiadecorps?—Aunatabernacéntrica,hahabladoconunparroquianollamadoArturo

    Galán,unviejoamigodelamilicia.—¿Quélehadicho?—preguntóimpacienteeldueñodelacasa.—LehapedidoquerescateasumajestadLuisXVIdeFrancia.El rostro del anciano salió de las sombras. Las arrugas le surcaban la

    frenteyrecorríansusojossaltones,llegandoporsuspómuloshastalabarbillapuntiaguda.Elnoblellevabamediotorcidaunapelucapasadademodayuntrajedesgastadodeterciopelo.

    —Tendréis que seguir a ese individuo e impedir que logre su objetivo.Podéishacerloquequeráis:denunciarlealasautoridadesfrancesas,matarleoentorpecersumisión.Elextremeñotienequecaerendesgracia.Estamañanahe colocado en su plebeyo cuello el Toisón deOro. Espero en unosmesesponerleuncollardecuerdadeespartoylanzarloalfondodeunacelda—dijoelcondedeArandamientrasapretabaconsumanoderechaelmangodeunbastónconlaformadeunlobo.

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  • El hombre salió de la presencia del conde, había servido durante veinteañosenlaArmadaespañola,habíarecorridotodoelgloboyahoraeraunodelosmásfielescolaboradoresdelantiguoSecretariodeEstado.AntonioBaenasalióalafrescanocheotoñalysedirigióaunodelosburdelesmáscarosdelacapital.Elcondelehabíadadounagrancantidaddedineroparaque,alamayorbrevedadposible,formaraunpequeñogrupodemercenariosquedieracazaaArturoGalán…peroesopodíaesperaralamañanasiguiente,sedijomientrassucaballorecorríalasestrechascallejuelasdelavilla.

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  • Capítulo5.LaConvención

    París,17denoviembrede1792

    Larepúblicaeraelsueñodesuvida.Desdesujuventudhabíaadmiradoalasciudades estado de Grecia, con Atenas a la cabeza, donde los ciudadanoslibres elegían a sus gobernantes y eran dueños de su destino. Adoraba losdiscursos de Cicerón y, sobre todo, parecía emocionarse con los filósofosilustradosquehabían idomásallá en sus ideasyhabíanplanteadocambiossociales profundos, comoVoltaire y el siempre amadoRousseau.Hombresadelantados a su tiempo, pero que en aquella última década del sigloXVIIIpodíancosecharalfinsuéxito.Robespierredioungransuspiro,acaricióasufielperroysecontemplóunavezmásenelespejo.Sucuerpodelgadoestababien formado, aunque su cara salpicada de las cicatrices de la viruela leafeaban un poco. Se dirigió a la salida y con paso firme descendió por lasescalerasdemadera,salióalascallesatestadasdegenteysedirigióhacialaConvención. El poder seguía enmanos de los girondinos, aunque ya no sesentíantanfuertescomoantes:lossucesosdeagostoloshabíancolocadoenuna difícil situación. Habían renunciado a la monarquía, también a lasvotaciones censitarias y habían proclamado la república, pero ahora debíandarunpasomáshaciaelabismoquehabíapreparado:el juicioymuertedeLuis XVI. La ejecución del rey era imprescindible. Aunque le enviaran alexilio,alosmonárquicossiemprelesquedaríalaesperanzadelregresodelosBorbones, por eso, tras la muerte de Luis, toda la familia real debía serexterminada,comosisetratasedelapeordelaspestes.MaríaAntonieta,laesposa del monarca, era uno de los miembros que más detestaba, aquellaaustríaca engreída y vanidosa mostraba, más claramente que su esposo, ladecadenciaalaquehabíallegadolaclasedirigente.

    Las primeras gotas comenzaron a caer cuando se encontraba cerca deledificioprincipal.Lasesiónprometíaseraburrida,peroélseconcentraríaenreunir más apoyos entre algunos miembros de los girondinos y los de lallanura, el grupomenos extremista de los burgueses y nobles, que queríanavanzarenlaRevolución,perosinromperporcompletoconelviejoestado.

    JacquesPierreBrissotsecruzóensucamino,Robespierrealzóunamanoyledetuvo.

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  • —Querido Jacques Pierre, ¿os levantasteis hoy republicano omonárquico?—lepreguntóconlafinaironíaquelecaracterizaba.

    Ellíderdelosgirondinossonrió,eraunodelosdiputadosquemáshabíaviajadoporelmundo.ConocíaelsistemaparlamentarioinglésyhabíavividoenlosEstadosUnidos,estabaconvencidodequeeraposiblecrearunsistemaequilibrado,enelquetodoslosciudadanospudieranprosperarenpaz,perosucálculopolíticosiempreibaunpasopordetrásqueeldesucontrincante.

    —Nilounonilootro,yoúnicamentecreoenelhombre,queridoamigo.EnlosEstadosUnidosdeNorteamérica…

    —Noquerrácompararanuestropaísconesastierrassalvajesrepletasdeindiosyfanáticosreligiosos.¡PortodoslosdiosesdelOlimpo!

    —EnelReinoUnido…—Pasadecampesinos fanáticosapiratas, seamosserios.Estaes lagran

    Francia.Nopodemosadmitircomoválidoslossistemasdetierrasindómitasysincivilizar.

    —Yaconozcoyolosmétodoscivilizadosdesusamigos.Matar,asesinar,amedrentar. Es fácil criticar lo que hacemos los demás y sentarse en lasbancadas azuzando a la chusma —dijo el girondino enfurecido por lasprovocacionesdesucontrincante.

    Robespierresonrió,sabíaqueteníalacualidaddeexasperaralmásmansodeloshombres,aunqueélnoperdíalacomposturajamás.

    —¿Chusma?¿Asíllamaalpueblosoberano?Disfrutardelpoderqueaúndejamos que tengáis. Las cosas deben tener un orden. Primero el rey y sufamilia,despuéslosenemigosdelarevolución.

    Ellíderdelosgirondinosfruncióelceñoysiguiósucamino.Robespierreintentóbuscarentrelasgradasalrepresentantedelosmiembrosdelallanura,pero no lo vio. Entonces escuchó a sus espaldas la voz estridente, con unterribleacentoespañol,deunviejoconocido.

    —Señordiputado,ciudadanoRobespierre.El hombre se giró y vio primero el desfigurado rostro del Abate

    Marchena,unespañolquenodejabademoverseporlasesferasmásradicalesde los miembros de la Montaña. A su lado estaba François Chabot, unexcapuchino que había dejado el púlpito por la tribuna de oradores.Robespierreleaborrecíaporsuoportunismo,perotambiénporsuimpactanteoratoria.Chaboteraelverdaderoresponsabledelainsurreccióndeagosto;suverbofácilhabíamovidoalosdesarrapadoscontralamonarquía.

    —QueridociudadanoRobespierre,creoqueyaconocealseñorMarchena,unavíctimamásdelosterriblesBorbones.

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  • —DoctorestienelaIglesia—comentóparaenfadaralosviejosmiembrosdelainstituciónromana.

    Losdoshombresesbozaronunalevesonrisa,noqueríanenfrentarseaunhombretanpoderoso.

    —ElseñorMarchenadeseahablarconvos.SereunióconelencargadodenegociosdelReinodeEspañay…

    —Noséquépuedohacerporestehombre.Noposeoningúncargo,solosoyunsimplediputado.

    —Tomemos un café y hablemos del tema, seguro que será beneficiosoparatodos—comentóChabot.

    —Yonofumonitomoesemejunjenegro,perolosacompañaré.Lasesióndehoyprometesersoporífera.

    Los tres salieron del hemiciclo y caminaron hasta el café Procope, elcentrodereunióndelclubdeloscordeliers.Sesentaronenunadelasmesasmásdiscretasymientraslosdoshombrestomabanuncafé,élpidióunpocodevinoclarete.

    El AbateMarchena no anduvo con rodeos y, en cuanto el camarero sealejó,comenzóanegociarconRobespierre.

    —EljuiciodeLuisXVIseacerca,muchossonlosenemigosquerodeanalaamadaRepública,unodelosmáspoderososesEspaña.Alparecer,CarlosIV quiere salvar a su primo y al resto de la familia real, para ello estádispuestoafirmarunapazconFrancia,loquenosgarantizaríatenercubiertaslasespaldasycentrarnuestrosesfuerzoscontralosaustríacosyalemanes.

    —Lo siento, no sé que puedohacer yo. Fue el buenodeChabot el quepidióalaAsambleaqueseabrieraunjuiciocontraelciudadanoCapetoyelquedefiendesucondenaamuerte…

    El excapuchino tomó un sorbo del amargo café, después observó a unadamacercana,comosilaconversaciónnofueraconél.

    —ChabotestádispuestoanocondenaramuerteaLuis,siesosalvaalarepública—explicóMarchena.

    —Muygenerosoporsuparte—seburlóRobespierre.—Loúnicoque tenemosquehacerescontrolara lasmasase inhibirnos

    —dijoChabot,comosiderepenteseinteresaraporlaconversación.—Eso ayudaría a consolidar el poder de los girondinos; parecen no

    entenderlo, lo único capaz de asegurar la revolución es radicalizarla, queruedencabezas.

    Losdoshombressemiraronsorprendidos.

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  • —Merefieroa laguillotina,yasabenquees la formamáscivilizadadeterminar con los enemigos del pueblo. Rápido, limpio y casi indoloro. Nosomosbestias,somospersonascivilizadas.

    LaexplicacióndeRobespierreleshorrorizóaúnmás.—El gobierno no tardará en caer en nuestrasmanos, no necesitamos la

    violencia—dijoChabot.—Lodecísvos,quemandasteisalosmiembrosdelaComunaaasaltarel

    palaciodelasTullerías—contestóRobespierre,queenelfondosabíaqueloúnicoquemovíaalantiguocapuchinoeraeldinero.

    —Aquello salvó la Revolución y obligó a la Asamblea a proclamar larepública, esto ayudará aque se consolide.Unavezque seamos fuertes, yanosencargaremosdeEspaña.AllímuchoshermanosyhermanasesperanquelatiraníadelosBorbonestermine—dijoelAbateMarchena.

    Robespierre se quedó en silencio un momento. Era absurdo no ganartiempoconelgobiernodeEspaña,ademássucausanecesitabamuchodinero.

    —Hablaremos con ese encargado de negocios español, quiero que nosinformendequémedidastomaránparagarantizarlaneutralidaddeEspañaycincomillonesdefrancos.

    —Esanoesunaciframuyalta—sequejóChabot,quequeríasacarporsupartealmenosunmillón.

    —Estábien,puesqueseandiezmillones—dijoRobespierre,queparecíadisfrutar con aquella situación. Sería la jugada perfecta: quedarse con eldinerodelamonarquíaespañola,arrebatarelpoderalosgirondinos,retrasarlaguerraenelsurhastaquehubieranvencidoenelnorteyademásmataraLuisXVI.

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  • Capítulo6.ElmensajeroparaLondres

    Londres,18noviembrede1792

    BernardodelCampo,elembajadordeEspañaenLondres,mirólamisivadelnuevo Secretario de Estado del rey y estuvo a punto de arrojarla al fuego.Llevaba casi una década en el cargo, había sido secretario personal deFloridablanca,emisariosecretodeCarlosIIIenRoma,parasolucionarconelpapa el asunto de los jesuitas y director del “gabinete negro”: los serviciossecretosdelEstado.

    —¡Ese mentecato se atreve a darme órdenes, un advenedizo, unprovinciano! —vociferó el embajador antes de tranquilizarse un poco. Suayudantelemirabasorprendido,nuncalehabíavistoeneseestado.

    —Excelencia…—Llevo años fraguando la amistad entre el Reino Unido y España.

    Mejorando día a día las relaciones, advirtiendo a Madrid de que nuestroadversario real es Francia, ya tenga o no tenga rey, pero el mozalbeteextremeñoySuMajestad,loúnicoquepiensanesensalvaraunreyestúpidoeinútil.

    —El rey Luis XVI es fundamental para el equilibrio en Europa —seatrevióadecirelayudante.

    Elmarquésacercósurostroaldelsecretarioyestecomenzóasudar.—Los nuevos dueños de Francia son esos pequeños burgueses, los

    jacobinos;elpaísterminaráestabilizándose;puedequequieranunnuevoreyyeseseránuestromomento,CarlosIVpodríareclamareltrono.¿Imaginaunimperio en el que estuvieran unidas España y Francia? Entonces, ya nosencargaríamosdeestospiratasingleses,peroahoralosnecesitamosdenuestrolado.EselocodeGodoymepidequesupliquealprimerministroWillianPitt,porlaliberacióndeLuisXVI.

    Elsecretarioselimitóaagacharlacabezaynocontinuarconladiscusión,peroelseñorembajadornoestabadispuestoacallarse.

    —Bajo el reinado de Carlos III logramos frenar a la Iglesia, limitar elpoderdelosnobles,hacerqueelpaísavanzara,perosuhijoes…demasiadoblando—dijocomedido,puesnoqueríaqueleacusarandealtatraición.

    Durante su etapa como director del “gabinete negro” había tenido bajovigilancia a la pareja. María Luisa era una mujer ambiciosa y astuta, más

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  • interesada en favorecer sus propios intereses que los de España; Carlos noteníapersonalidadyse limitabaaseguir lasdirectricesdesuamadaesposa.Unosmeses antes habían ordenado la detención de Floridablanca, elmejorministroquehabía tenidoel reinoen losúltimosveinteaños.Ahorahabíanquitado el poder al conde de Aranda, un verdadero patriota, pero menoscapacitado para el gobierno. Lo que no lograba entender es qué hacía unguardiarealacargodelanaciónmáspoderosadelatierra.

    —Quepreparenmicarruaje,voyaveralprimerministro…—¿Sincitaprevia?—preguntóelsecretario.Elmarquéslehincólamiradaysinresponderle,tomóalgunospapelesy

    losguardóenunacarpetadecartón,forradadeseda.Despuésatóunlazodelmismo color y los criados le ayudaron a ponerse el abrigo. El clima deLondressiempreeramalo, lluviosoyhúmedo,esaeraunade lascosasqueechabademenosdeMadrid.Elinviernopodíasermuyfrío,peroelrestodelasestacioneseranmuchomáscálidas.Bajóhastalagranentradaysubióasucarruaje. Estaba un poco anticuado, pero era muy lujoso y no pasabadesapercibidoporlasgrisescallesdelacapital.

    En apenas quinceminutos el carruaje se detuvo enfrente de la sede delgobierno.Llovíaconfuerzasobreelsueloadoquinadodelaciudad;elbarroyla basura acumulada en las calles levantaba un hedor casi insoportable. ElsistemadelimpiezaeramuchomejorqueeldeMadrid,perolosexcrementosdelascabalgadurasyelpococivismodelosciudadanosmanteníanlaciudadmuysucia.

    Elembajadorintentóesquivarlabasurayllegarconsuszapatosintactoshastalaentradadeledificio.LaguardialefranqueóelpasoyelsecretariodelprimerministrolerecibióenunasalaanejaaldespachodePitt.

    —¿Aquédebemoselhonor?—preguntóelsecretario,algosorprendidoalveralembajadordeEspañaallí.ElrepresentantedeCarlosIVpreferíaacudirafiestasoficialesybesamanosantesqueareunionesdetrabajo.Normalmentesecomunicabaconelprimerministroporcarta.

    —Esunasuntourgenteynecesitadelamáximaprioridad.Deseohablarconelprimerministrodeinmediato.

    —Lerecibiráenunosminutos.Elembajadorsesentóenunadelassillasy,conelcuerpomuyerguidoa

    pesar de su edad, esperó impaciente a su interlocutor. Sabía que Pitt seencontraba en una difícil situación.Había sido uno de los gobernantesmásjóvenes del país, había tenido que rehacer una nación rota tras laindependenciadelosEstadosUnidos,perolopeoreraelintentoderebelión

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  • de Irlanda y otras partes del imperio, que se creían suficientemente fuertespararetaraLondres.LaRevoluciónfrancesahabíasidounnuevoquebraderodecabeza.AlprincipioPitt lahabíavistoconnuevosojos,élmismoeraunreformador,perolaradicalizacióndelosrevolucionariosylaproclamacióndela república le había alejado de la nuevaFrancia. Sus opositores le exigíancambios radicales enelParlamentoyen la relacióncon lamonarquía,peroPitt, a pesar de su juventud, pertenecía a la vieja escuela. Partidario de notocarlasviejasestructurasdepoder,elReinoUnidohabíavividocasiunsiglodeguerrascivilesyviolencia,loquehabíavueltoalosinglesesmáscautosala hora de cambiar nada. Los disidentes religiosos habían emigradomasivamenteaAméricauHolanda.EnaquelmomentoelpaísseencontrabaenunatensacalmayenunapazpermanenteconEspaña.Apesardequeestay Francia habían apoyado a los Estados Unidos en su aventuraindependentista.

    —¡Señor embajador! —exclamó el primer ministro mientras salía alumbraldesudespachopararecibirle—.¿Aquédebemoselhonor?

    Elembajadorentróenlahabitaciónantesderesponder,queríaasegurarsedequeestabanasolas.Despuéssesentóenlasilla,lagotaenelpiederechonoledejabapermanecermuchotiempodepie.

    —LascosasnoandanmuybienenFrancia,esossalvajesvana juzgaraLuisXVI.Nosabemoscómopodráafectaralgoasíal restodeEuropa.Losaustríacosyalemanescorrenhaciasupedazodelpastel.Nuestrosdosreinossonlosúnicosquepermanecenexpectantes.

    —ElReinoUnidotienedemasiadosfrentesabiertoscomoparacomenzarunaguerra.Losasuntosdelcontinentenuncanoshanpreocupadodemasiado.Loquemásnosimportaesnuestraisla.

    —Sinduda,primerministro,perolasideasrepublicanassoncontagiosasyrecordaráloquesucedióelsiglopasado…

    —Fueronesosmalditospuritanos,esosinconformistasquevenelpecadoen todas partes, ahora las cosas han cambiado notablemente: la IglesiaanglicanaesfielalaCorona—dijoPittalgomolesto.Selehabíapasadoporlacabezaquealgunosradicalespodíanpedirlaproclamacióndelarepública,perosusvoceseranmuyminoritarias.

    Elprimerministrosepusoenpieymiróhacialaciudad.Llevabamuchotiempo llevando el agobiante peso del poder y nunca se había sentido tancansado.Noseconsiderabaun idealista,pero tampocouncínico.Amaba lalibertadycreíaqueunasociedadmásjustaeraunasociedadmásfeliz,peroloqueestabasucediendoenFranciaerainadmisible.

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  • —Españaquiere salvar aLuisXVI.Ya está condenado.Nohayningúnpartido en Francia que quiera impedir su muerte. También hemos dereconocerlatorpezadelrey,quenohalogradodisimularsuanimadversiónalarevolución—dijoelembajadorespañoldejandolacarpetaenlamesa.

    —¿Quéeseso?—preguntóelprimerministro.—MireyquierequeintercedaantelaConvenciónypidaquerespetenla

    vidadeLuisXVIysufamilia.Tómelocomounactohumanitario,aunquenoapreciealmonarcafrancés.

    Elprimerministroabriólacarpetaylaobservóunossegundos.—¿EstoesloquemeprometeCarlosIV?—Sí—contestóescuetamenteelembajador.—No tenemos representante en París, tras los sucesos de agosto hemos

    roto de forma no oficial nuestras relaciones con Francia. Antes manteníanalgúnpuentedecomunicaciónconlosgirondinos,peroellosyanotienenelpoder, al menos el efectivo. El país está en manos de los jacobinos yRobespierre.Me temoqueno puedohacermás porLuisXVIy su familia.Losinglesesestánindignadospor lasmatanzasdepersonasinocentesenlascárcelesyporeldesordendeFrancia,peroelgobiernodelReinoUnidonosecompromete ni a entrar en una guerra ni a presionar a la Convención. Lolamento.

    El embajador intentó refrenar su euforia. Eso era justamente lo quedeseaba: si Luis XVI caía, España y el resto de las naciones entrarían enguerra contra Francia, los franceses pedirían un nuevo rey y Fernando, elpríncipedeAsturias,estaríalistoparareinarenelpaís.CarlosIVtendríaqueabdicarensuhijoyélseríanombradoSecretariodeEstado.

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  • Capítulo7.UnespañolenParís

    París,19noviembrede1792

    LavidadeJoséMarchenaenlaciudadnoeranadafácil.Eraunapasionadode la libertad, desde que escuchó las primeras palabras de Rousseau o loscomentariossarcásticosdeVoltaire.HabíaleídosuslibrosenlaUniversidadde Salamanca, donde había estudiado leyes. Desde el comienzo de laRevoluciónhabíaseguidoconinteréslosacontecimientos,mientrasvivíaenMadrid.Sehabíaunido,comomuchosjóvenesdesugeneración,apequeñossalones en los que se hablaba de un mundo nuevo, que cambiaría porcompleto la humanidad. Otros brillantes abogados y profesionales como elhijo delmarqués delRealTransporte, JoséManuel deHevia yMirando, elvasco JuanAntonioCarreseo elmallorquín JoanPicornell, tambiénhabíancaído prendidos de las ideas de libertad e igualdad de la Ilustración, perotodos tuvieron que abandonar España perseguidos por un poder secular yseglarqueahogabaelreinoynolepermitíaavanzar.

    El AbateMarchena se aproximó al edificio de la antigua embajada deEspaña y se detuvo unos instantes. Su cuerpo se reflejaba en uno de losescaparatesdeunasombrerería.NadateníaqueverconeljovenidealistaquehabíacorridotraslasmujeresenSalamanca,parecíauncadáver,devoradoporelsigloysusafanes.

    Llamó a la cancela y esperó a que uno de los criados le abriera. Nollevaba noticias frescas, aunque sí algunas promesas. Robespierre parecíaanimadoaintercederporLuisXVI,aunquenosefiabamuchodeél.Ambosseaborrecían,talvezporqueseparecíandemasiado.

    ElAbateMarchenasesentóenunadelassillasdelampliosalónymirólas paredes. Allí había una fortuna, se dijo, como si una vez que Españatuvieraqueabandonarelpaís—eseerasudeseomásíntimo—pudieraasaltarel edificio y hacerse con aquellos tesoros.Al fin y al cabo, era tan españolcomoelquemás.

    —Queridocaballero—dijoelencargadodenegociosdelaembajada.Marchenasepusoenpieehizounalevereferencia.—EstimadoseñordonJoséOcáriz,siempreesunplacervolveraverle.ElAbateobservólasprofundasojerasdelhombre,parecíacomosienlos

    últimosdíasnohubieradescansadodemasiado.

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  • —¿Cómohan ido sus intentos?Puedeque lanuestraparezcaunauniónantinatura—comentóOcárizmientras se sentaba.Sus ropaserandeunodelos modistos más importantes de París, aunque estaban algo anticuadas—,peronosuneunactohumanitario.¿Dequésirvepromulgarlosderechosdelhombresihayalgunosalosquenoselesotorgan?

    —Tienerazón,elpropioRobespierre,haceapenasunosmesesseoponíaala pena demuerte y creía en la monarquía parlamentaria y ahora defiendetodolocontrario.Yasabequeelserhumanoescambiantepornaturaleza.

    —La sabiduría es el don que la edad nos entrega,mientras nos roba lajuventud,aunquemástristeseríaserviejoynecio.

    —Unagranverdad,señorDonJoséOcáriz.ComoleprometíhehabladoconRobespierre,Danton,DesmoulinsyChabot.

    —Ungranplantel.Todosellosambiciososyluchandoporhacerseconelpoder.Ambiciosos,vanidosos,perograndesoradores.

    —Justoloquenecesitamos,aunqueelmejordetodosesChabot.—¿Eseexcapuchino?HadespreciadoaDiosylareligión…—Escierto,peronohaylenguamásafiladaquelasuya,siexceptuamosla

    deDanton,aunquenocreoqueestesedejecomprar,seveyaeneltronodeFrancia—bromeóelAbate.

    —Dentro de poco asistiremos al espectáculo de canibalismo másimportante de la historia. Estos pobres diablos no han entendido que larevoluciónesunmonstruoquedevoraasushijos.

    ElAbatenoestabadeacuerdo,peroseguardósuscomentarios.—¿Porcuántonossaldrá?—Noserébarato,unmillónymediodefrancos.Los ojos de Ocáriz se abrieron como platos. Disponía de un crédito

    ilimitado,peroesasumaeradesorbitada.TalvezesovalíaelreydeFrancia,peroeldinerosaldríadelasarcasespañolas.PensóenlosaprietosquesufríaconsupagaenParísysesintiófurioso,tantodineroarrojadoalasfaucesdeesas bestias, para que no devorasen al maldito Luis XVI. Era verdad quesentía cierta lástima por él y su familia, pero su actitud apocada y pacíficaestabacostandoaEuropaunaguerraymillonesdelibras.

    —Le extenderé un cheque, pero advierta al capuchino que no se haráefectivo hasta que no hable en favor suyo. ¿Cuándo está previsto quecomienceeljuicio?

    —El 10 de diciembre debería empezar, pero al rey le está costandoencontrarabogadosqueseatrevanadefenderle…

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  • Uno de los secretarios del encargado de negocios llamó a la puerta yentró.

    —¿Qué es tan urgente? ¿No sabes que estoy enmedio de una reuniónimportante?

    —Lo lamento,perohan llegadonoticiaspreocupantesde laConvención—dijoelhombre.

    —Hable,nosequedequietocomounpasmarote.—HanencontradoenlashabitacionesdelreyLuisXVI,enelpalaciode

    lasTullerías,unosdocumentoscomprometedores.Alparecerlosguardabaenunarcóndehierro.Lamayoríasoncartasasoberanosextranjerosenlasquefacilita informaciónmilitaropide la intervencióndesus reinoscontraeldeFrancia.Una turba de diputados quiere llevarlo al Parlamento y condenarlehoymismo,sinjuicio.

    —¡Diosmío!—exclamóOcáriz. Se puso en pie y pidió su abrigo y susombrero.

    ElAbatesequedósentado,sinsabercómoreaccionar.—Hombre, venga conmigo, tenemos que encontrar al excapuchino. Si

    intercedehoyporLuisXVI,lepagaréeldoble.Losdoshombresabandonaroneledificioysedirigieronatodaprisaala

    Convención.Cadaminutocontaba;siasesinabanalrey,elAbateperderíaunafortuna,Ocárizsupuestoylaguerraseríaimparable.

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  • Capítulo8.¡Peligro!

    Bilbao,19denoviembrede1792

    Noerabuenaideaviajartancercadelinvierno.Loscaminosseencontrabanmás solitarios, embarrados y peligrosos. Los arrieros siempre formabanconvoyes,peroerandemasiadolentos.Doshombresacaballo,cambiandolascabalgadurasenlaspostasreales,descansandopocomásdeseishoras,podíanrecorrerel trayectoentreMadridyBilbaoenapenastresdías.Llegaronalaciudad de noche, se alojaron en la posada de SanNicolás, una de lasmásconfortablesdelaciudad.ArturoysuacompañanteelFrancés,nopensabanescatimarengastos.

    Los dos hombres dejaron su equipaje en el cuarto y bajaron al salónprincipal para cenar algo. Se habían quitado la ropamojada y salpicada debarroyhabíansacadobrilloalasbotas.Enelcomedorhabíaalgomenosdeuna docena de personas.Un caballero con sus hijas, cuatromarineros y unancianocomerciante.

    ArturoyelFrancéseligieronunamesaapartada,suamigoManuelGodoyhabía sido claro y conciso: debían pasar desapercibidos. Si sus enemigosFloridablancaoArandadescubríansusplanespodríanintentarentorpecersumisión.Todosdeseabanverfracasaralvalidoensuprimeramisiónreal.Porotro lado, no podían contar a nadie que sumisión estaba impulsada por elmismorey.LavíaoficialseejercíadesdelaembajadaenParís,ellosdebíanmoverseentrelassombras.

    Elposadero, unhombregruesoyde aspectobonachón, les comentó losplatosquepodíandegustaraquellanoche.Amboseligieronalgodepescadoychacolí, un vino suave. A la mañana siguiente debían despertarse muytempranoypartirenelAdelantado,unbarcomercante,peroqueenrealidadestaba al servicio del rey y del “gabinete negro”. El capitán Aguirre losllevaríahastaCalaisydesdeallíllegaríanacaballoaParís.Entotalotrostresdíasdeviaje.

    —Hacía tiempo que no cabalgaba —comentó el Francés. Se habíanconocido en la guardia real, aunque su verdadera amistad se había forjadodespués,cuandoamboshabíansidoexpulsadosdelcuerpo.Erandiestrosconlaespadaybuenosenelmanejodelasarmas,porellonohabíantardadoenganarse lavidacomocobradoresdedeudase investigadores.Lamayoríade

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  • lostrabajoseransimplesyfáciles.Maridosdespechados,padresquequeríanromper las piernas a un pretendiente de su hija o socios que buscabanquedarsecontodoelnegocio.

    —Tengo los riñones destrozados—dijoArturo,mientras se apretaba laespalda con lasmanos.Despuésmiró a las dos chicas que cenaban con supadre.Erandosverdaderaspreciosidadesdepelorubioyliso,susojosverdesparecíantansalvajescomolaselvaquehabíacontempladoenuncortoviajeaÁfrica,unañoantes.

    —Puesyoosaseguroquepodríatodavíacabalgarunpocomásestanoche—insinuóelFrancésmirandodereojoalasdoshermanas.

    Losdoshombresrierony,encuantolesllevaronlasviandas,comenzaronacomeratodaprisa.Nosehabíandadocuentadelohambrientosqueestabanhastaquedieronelprimerbocado.

    Elancianocomerciantehabía tomadounpostreymientrassaboreabaunvinodulcemiróconcuriosidadalosdosdesconocidosquehabíanllegadoalaposada.

    —¿Soncastellanos?—preguntóelcomerciante.—Sí,delacapitaldelreino.—¡Madrileños!,yosoydeSantander,comercioconalfombrasdePersia.

    Bueno,no se lodigananadie,peroen realidad las fabricanenLogroño—bromeóelhombre.

    —Esustedunviejozorro—comentóArturo.—¿Adóndesedirigen?—Tomaremosunveleromañana,unviajedenegocios…El hombre puso un gesto de incredulidad, los dos forasteros tenían un

    aspectoinequívocodesoldados.—Mehaparecidoquesededicabanalnegociodelasarmas—confesóel

    comerciante.—No está equivocado, ese es nuestro negocio, vendemos armas en

    Francia—leexplicóArturo.Elcomerciantelosinvitóaunvinodulceydespuésjugaronalosnaipes.

    Cuandoseretirarondelsalón,losúnicosquepermanecíanenlasmesaseranlosmarineros.

    —Graciasporlainvitación—comentóArturomientrasseponíaenpieydesperezaba. Tenía mucho sueño, el viaje le había dejado agotado y paracolmo al día siguiente debía tomar un barco hacia Francia. No le gustabasubirseauncascarónviejo,sobre todoen invierno,cuando losvientoseranmásfuertesyelmarsolíaestarrevuelto.

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  • —Ha sido un placer, caballeros —dijo el hombre levantándose condificultad.

    Mientras subían las desgastadas escaleras de madera, al Francés leentraronganasdeorinar.

    —Tengoquemear—dijoconunfuerteacentogabacho.Arturosedirigióhacialahabitación,abriólapuertaycomenzóaquitarse

    lasbotas.Estabaquitándoselasegunda,cuandolapuertaseabrióderepente.Cuatroshombresseabalanzaronsobreél.Noestabaarmado,perologrógirarsobrelacamaytomarunpuñal.

    Unodelosatacantessacóunarmadefuego,peroelqueparecíaquedabalasórdenesnegóconlacabeza.

    —¿Quieresdespertaratodalaposada?—Creoquesehanequivocadodecuarto—dijoArturomientras tomaba

    uncojínconlamanolibre.Loshombressacaronunasnavajasgrandes,lahabitaciónseencontrabaen

    semipenumbra,perosushojasbrillaroncomoestrellasenlanoche.—Dejadleseco—dijoeljefeadosdesushombres.Ungitanograndeyfuerteselanzósobreélyclavólanavajaenelcojín,

    mientras Arturo aprovechó para hincarle su cuchillo en el costado. Elasaltantecomenzóagritar.

    —¡Malnacido!Arturo volvió a acuchillarle, esta vez en el hombro. El gitano soltó su

    navajaydiounpasoatrás.Elotroatacanteaprovechólaluchaparaintentarpincharle, pero Arturo logró esquivar la navaja. Tropezó con la bota quellevabapuestaysederrumbóal ladodelacama.Eltiposelanzósobreélycomenzóabajarlanavajahaciasuojoizquierdo.Arturointentópararlo,peroera demasiado fuerte. Estaba a punto de hincarle la navaja en la pupila,cuando el Francés abrió la puerta. Sinmediar palabra sacó un cuchillo delfajín y comenzó a atacar a los hombres.Arturo aprovechó la llegada de suamigo para zafarse del tipo, le lanzó a un lado y después le atravesó elcorazón con su arma.El hombre apenas logró dar un leve suspiro antes demorir.

    —¡Salgan!—gritóel jefe,mientrascorríahacia lasescaleras.Enmenosdeunminutosequedaronasolasconelcadáverdelasaltante.

    —Nopuedocreerlo,ledejoasolasunminutoysemeteenunapelea—bromeóelFrancés.

    —Tenemosquedeshacernosdelcuerpo.Nosquedanmuypocashorasdesueño.Nocreoqueesosregresenestanoche.

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  • ElFrancésabriólaventana, tomóelcuerposobresuhombroyloarrojópor ella. El cadáver se quedó en el barro,mientras el aguacero continuabacayendosobrelaciudad.

    Arturo no pareció sorprenderse, simplemente limpió su cuchillo con lascortinasysequitóelrestodelaropa.

    Muy de mañana los dos hombres se dirigieron al puerto. Caminabanprecavidos,porsisusperseguidoresintentabanatacarlesdenuevo.Llegaronhastasubarco,elcielogrisapenassedistinguíadelasturbiasaguas.

    El capitán los recibióen sucamarote.Eraunhombrepelirrojoconcaraaniñada, pero disimulada con una barba espesa. Le faltaba un ojo, queescondíaconunparchedeterciopelorojo,comosucasaca.

    —Estaba impaciente porque llegaran. Se espera una fuerte tormenta,debemospartircuantoantes,sielvendavalnosalcanzaenmarabiertopodríahundirelvelero.

    El barco era viejo, deslucido y con las velas remendadas, pero pasabadesapercibido para los guardas costeros franceses. Solía hacer esa rutahabitualmente, llevando y trayendo a espías, soldados y disidentes. En losúltimosdos años,muchosde losnoblesque sehabían refugiadoenEspañahabían escapado gracias al capitánAguirre. Sabía que nadie le agradeceríajamássulabor,peroeraelpreciodetrabajarenlaclandestinidad.

    Elbarcopartiódeinmediato.SezarandeabacontalfuerzaqueArturonotardó enmarearse. Pasó lamayor parte del día en su camarote, que olía apescadopodridoyvinoagrio.Porlatardesubióacubiertaparatomarunpocodeairefresco.

    —¿Cómoosencontráis?—lepreguntósucompañero.—Comosimehubierabebidodospellejosdevino.—Nunca tuvisteis estómago para la mar. El viaje a África fue terrible,

    creoqueapenascomisteisnada.—Casi nunca pierdo el apetito, ni la guerra, ni la cárcelme ha quitado

    jamáselhambre,peroelmar…Miraron a la costa, el barco navegaba pegado a ella, al menos hasta

    superarlaBretaña,dondeseinternaríaunpocomásenelmar.Enelhorizonteseobservabanunasnubesnegrasqueseaproximabanconrapidezhaciaellos.

    —Elcapitánhadichoquelatormentanosalcanzarádemadrugada,quierepasarlaBretañaantesdequelascosasempeoren.Labuenanoticiaesqueconestevientotanfuerte,llegaremosantesapuerto.

    —Esperollegarvivo—bromeóArturo,querecuperabaalgodecolorenelpálidorostro.

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  • Unmarineroseacercóhastaellos,losinvitóairalcamarotedelcapitánpara cenar. Arturo no tenía hambre, pero tal vez una sopa caliente no lesentaríatanmal,sedijomientrascaminabaagarradoacuerdasybarandillas.Alentrarvieronquejuntoalcapitánestabasentadounhombre.

    —¿Quésorpresa?—comentóelotropasajero.Elcomerciantesepusoenpieylesdiolamano.

    —¿Usted?—preguntóconfusoArturo.—Tengo que ampliar el negocio, voy a exportar alfombras a Francia,

    dicenqueParísesungranmercado—comentósonriente.Supelocanoysucarainofensivaledabanunaspectobonachón.

    Los cuatro hombres se sentaron a la mesa. El asistente del capitán fuesirviendo los platos. Primero una sopa de pollo y después unos filetes decerdo.Arturotomólasopayunpocodevinotinto.

    —¿Es la primera vez que viaja a Francia? —preguntó el capitán alcomerciante.

    —Tanalnortesí.HecruzadolafronteraalgunasvecesperonohepasadodeBayona.Nomiento,hiceunviajeaBurdeos.Hermosaciudad,aunquemehancomentadoqueParíslasuperaconcreces.¿UstedeshanestadoenParísantes?

    —Soy francés —dijo el compañero de Arturo—. Nací en Perpiñán,aunque no estoy seguro de si eso es Francia, no hace tanto tiempo quepertenecíaaEspaña.

    —Escierto—dijoelcomerciante.—YoherecorridocasitodaEuropa.Yasabe,mitrabajo—dijoArturosin

    quererahondareneltema.—Es una desgracia lo que está sucediendo en Francia. El caos se ha

    apoderadodel reino, cadaunohace loquebien leparece.Yano se respetanada—comentóelcapitán.

    —¿EstáencontradelaRevolución?—lepreguntóelcomerciante.—Sinduda.Diosestableciólamonarquíaparaquesemantuvieraelorden

    ylajusticia.Nadiedebequitarasuungido.—Hermosas palabras—contestó el comerciante—.Aunque creo que lo

    quedicenlasSagradasEscriturasesqueDiosponeyquitareyes.—Diosoeldiablo—bromeóArturo,quedespreciaba tanto lareligióny

    en especial a la iglesia, quehubierapreferido aliarse antes conSatanásqueconelCreador.

    —Tanto da.Lo que quiero decir es que la república ha sido siempre laformadegobiernoperfecta.Nocreoenelcaosenelqueestáenvueltoeneste

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  • momentoFrancia,perosíenlarepúblicadefendidaporPlatónyAristóteles.LosreyesenlaAntigüedadfueronunprimusinterpares,perolamonarquíaabsoluta es un error. Si nadie controla al rey, el Estado terminarácorrompiéndose.¿Nocreen?

    Arturo tomó un sorbo de vino. De joven había estudiado un año enSalamanca, también había aprendido francés en Madrid, pero no seconsideraba un pensador. Los libros eran peligrosos en España, máspeligrososquelasarmas.

    —Elreyylareligiónsonlascolumnasdenuestroimperio,cualquierideaque no se ajuste a esta es herejía y traición —comentó algo ofuscado elcapitán.

    Elcomerciante titubeóantesdecontinuarhablando,sabíaque losojosylos oídos de la inquisición se encontraban en todas partes. El reino estabasecuestradoporlareligiónque,unidaaltrono,habíanconvertidoalreinoenloqueera,unestadodecadenteycaduco.

    —Sinduda,capitán.LamonarquíaestáestablecidaporDios,elreyDavidesunclaroejemplo,peroloscontrapoderesgarantizanlalibertad.Noolvideque los monarcas firman un contrato social, un acuerdo no escrito con supueblo.Maquiavelo,ensulibroElpríncipe,analizaelpoderycomentaquelo que mantiene a un príncipe en el poder es la fuerza de su ejército, elcontentamiento del pueblo y el pan para alimentarlo. Cuando faltan dos deestos factores, el príncipe termina perdiéndolo todo. Luis XVI no tieneningunodelospilaresnecesariosparaqueunreinoprospereyseafeliz.

    Elcapitánfruncióelceñoytomóconfuerzalacopadebronce,despuésdiountragoylepidióasuasistentequelarellenasedenuevo.

    —En los últimos años he llevado en este barco a muchos emigradosfranceses. Esa libertad que usted presume en la Revolución no es tal. EnFrancia se persigue a la gente por su cuna. El hecho de ser noble, tenerriquezas o simplemente disentir, es suficiente para que te encarcelen yasesinen.¿Dequésirve la libertadsiúnicamente tienenderechoaellaunospocos? He llevado a chiquillas que habían sido violadas por una horda desalvajes, ancianos que lo habían perdido todo, sus tierras y casas,mientrasque los supuestos revolucionarios quemaban a su antojo todo lo queencontraban a su paso. Muchas provincias se encuentran desoladas y sincultivar.PoresohayhambreenFrancia,noporlaavariciadenoblesyricos.

    Arturomiró al capitán, parecía tan furioso que temió que se abalanzarasobreelcomerciante,peropocoapococomenzóacalmarse.Elvinoestabaejerciendosuefectorelajante.

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  • —Lolamentocapitán,noqueríamolestarle.Únicamentepiensoqueelreyno puede ser un tirano, si se convierte en uno, entonces el pueblo tiene elderecho…

    —Creoquelacenahaterminado—dijoelcapitánponiéndoseenpie.Lostres hombre salieron a la cubierta y sintieron las fuerzas de las olas quesalpicabansuscarasaúntempladasporelcamarotedelcapitán.

    —Ha logrado enojarle —dijo el Francés sonriente. No le gustaban lasconversacionessobretemaspolíticosofilosóficos,loúnicoqueleimportabaeratenerunabuenapaga,unamujeratractivayunlugardondedormir.

    —La única forma de prevenir la revolución es entenderla. Los reyesdéspotassonlosquesindarsecuentallevanasuspueblos