el lienzo de tepetÍcpac: su sentido e …destiempos.com/n18/moran.pdfméxico, distrito federal i...

16
México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18 El mundo indígena desde la perspectiva actual Página51 EL LIENZO DE TEPETÍCPAC: SU SENTIDO E INTERPRETACIÓN HISTÓRICA Julio Cesar Morán Álvarez. Profesor titular de tiempo completo en el área de México Antiguo en la FES Acatlán. Colaborador en los siguientes proyectos de investigación: Seminario de Estudios del Pensamiento Político, Social de México en la Primera Mitad del Siglo XIX (ENEP Acatlán), Seminario de Historiografía Mexicana (Instituto de Investigaciones Históricas), corresponsable del Proyecto del Seminario de México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía (Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras), Macroproyecto de Historiografía Novohispana: Visión multidisciplinaria de fray Bernardino de Sahagún. Participación en decenas de eventos académicos nacionales y extranjeros. Publicación de 15 trabajos como autor, coautor y colaborador, entre los que podemos destacar: El pensamiento de Vasco de Quiroga: Génesis y trascendencia, México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía, La transición del Clásico al Posclásico en el Occidente de México, La Ciencia en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía, El ideario político-constitucional de José María Luis Mora. El concepto de identidad, bajo cualquier circunstancia y sujeto que la detente, siempre dependerá de la memoria. Hombres o pueblos sin memoria no alcanzarían jamás a comprenderse a sí mismos, tanto para diferenciarse del otro, como para auto-reafirmar su propio ser. Los rasgos propios de un ente individual o colectivo, pertenecen al tiempo. Uno llega a ser, en el sentido ontológico hegeliano, en la medida en que adquiere conciencia de su identidad, que dialécticamente significa, al mismo tiempo, diferencia con respecto a los demás. Es decir ontología y gnoseología se hallan íntimamente ligadas dentro del proceso de identidad. La memoria, por lo tanto, en cualquier momento, es la que da siempre los rasgos específicos que permiten llenar de contenido a la identidad.

Upload: vuongdan

Post on 19-Sep-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na51

EL LIENZO DE TEPETÍCPAC: SU SENTIDO E INTERPRETACIÓN HISTÓRICA

Julio Cesar Morán Álvarez. Profesor titular de tiempo completo en el área de México Antiguo en la FES Acatlán. Colaborador en los siguientes proyectos de investigación: Seminario de Estudios del Pensamiento Político, Social de México en la Primera Mitad del Siglo XIX (ENEP Acatlán), Seminario de Historiografía Mexicana (Instituto de Investigaciones Históricas), corresponsable del Proyecto del Seminario de México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía (Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras), Macroproyecto de Historiografía Novohispana: Visión multidisciplinaria de fray Bernardino de Sahagún. Participación en decenas de eventos académicos nacionales y extranjeros. Publicación de 15 trabajos como autor, coautor y colaborador, entre los que podemos destacar: El pensamiento de Vasco de Quiroga: Génesis y trascendencia, México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía, La transición del Clásico al Posclásico en el Occidente de México, La Ciencia en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía, El ideario político-constitucional de José María Luis Mora.

El concepto de identidad, bajo cualquier circunstancia y sujeto que la

detente, siempre dependerá de la memoria. Hombres o pueblos sin

memoria no alcanzarían jamás a comprenderse a sí mismos, tanto para

diferenciarse del otro, como para auto-reafirmar su propio ser. Los rasgos

propios de un ente individual o colectivo, pertenecen al tiempo. Uno llega a

ser, en el sentido ontológico hegeliano, en la medida en que adquiere

conciencia de su identidad, que dialécticamente significa, al mismo

tiempo, diferencia con respecto a los demás. Es decir ontología y

gnoseología se hallan íntimamente ligadas dentro del proceso de identidad.

La memoria, por lo tanto, en cualquier momento, es la que da siempre los

rasgos específicos que permiten llenar de contenido a la identidad.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na52

Existen momentos en la vida de los seres humanos, como en la de

los pueblos, donde la necesidad de la reafirmación y diferenciación se

vuelve más exigente. La adolescencia, la madurez o la vejez, etapas de la

vida que significan cambio y toma de posición en los individuos, no son

otra cosa que momentos de transición. En los pueblos, al iniciar la

construcción consciente de su civilización, en su máximo apogeo o en su

declive y transformación, ante el peligro de perder la identidad, se produce

la urgencia de reafirmarse para no confundirse y, con ello, diferenciarse

del otro.

A raíz de la Conquista de México, algunos de los pueblos

subyugados, empezaron un periodo de decadencia que los llevó a perder

su identidad o, por lo menos, ponerla en peligro, al imponerse la del

invasor. Otros, se resistieron, encontrando cobijo en regiones inhóspitas o

de difícil acceso; los más se fueron adecuando, mientras trataban de

mantener, en una especie de sincretismo cultural, rasgos esenciales de su

identidad, aprovechando la legislación indiana que los separaba,

internamente, en repúblicas o pueblos de indios. En zonas pobres,

aisladas y lejanas del centro de la Nueva España, la identidad indígena,

aunque con algunos problemas, se mantuvo. En cambio en el Altiplano

Central, en regiones con minerales o riquezas naturales, fue siempre más

difícil conservar la unidad de la comunidad y de su cultura.

¿Qué sucede con aquellos pueblos, como el tlaxcalteca (fig.1), que no

es conquistado sino que colabora directamente con los invasores? La

primera respuesta que lógicamente se daría es que el colaboracionismo los

llevó a perder más rápidamente su identidad. Sobre todo al reconocer que

no solamente fueron determinantes en el sitio y conquista de México-

Tenochtitlan, sino que gran parte del expansionismo español al Norte se

realizó a expensas de los contingentes tlaxcaltecas, los que, además,

fueron decisivos en las campañas del Sureste, llegando, incluso, a ser

los artífices del rápido avance español en diversas regiones guatemaltecas

(fig.2).

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na53

Fig.1 Fig. 2

Esta posición ante la conquista nos puede llevar a creer que los

tlaxcaltecas fueron rápidamente asimilados. Los premios, títulos y

mercedes reales que recibieron por parte de la Corona durante el siglo XVI,

parecerían confirmarlo. El Lienzo de Tlaxcala, probablemente el documento

pictográfico tlaxcalteca más importante y más utilizado para explicar su

participación en la Conquista, se convertiría, en este sentido, en la prueba

más fehaciente de este proceso de pérdida de la

antigua y conversión a la nueva identidad. Su técnica

de elaboración, el estilo en las imágenes, el color, su

composición y orden de lectura o interpretación lo

demostrarían. De la misma manera el trazo y el estilo

con amplia influencia europea los vemos en otros

documentos pictográficos tlaxcaltecas como en la

“Genealogía de Cotititzin y Zozahuic” (fig.3), que se

inserta plenamente en la pléyade de documentos novohispanos de

carácter utilitarista, con fines económicos o de disputa del poder sobre un

territorio o pueblo.

El “Lienzo de Tepetícpac”, de origen tlaxcalteca, sale de la órbita de

influencia de los documentos que durante el Virreinato se realizaron y que

hoy pueblan los archivos municipales y estatales, y que abundan en el

Archivo General de la Nación y en el de Indias. Este Lienzo no es un mapa

de deslinde de terrenos, no es el documento probatorio de la disputa

testamentaria ni de la propiedad de las tierras entre dos personas, familias

o pueblos, ni forma parte del grupo de los famosos y cada vez más

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na54

estudiados documentos encajonados en el concepto de “Techialoyan”, ni

pertenecen al de sus primos hermanos, los llamados “Títulos

primordiales”, confeccionados en el siglo XVII por los pueblos de indios, con

el fin de conservar sus tierras y propiedades ante las exigencias de la

Corona española

¿Quién, cuándo, por qué y cuál fue la finalidad de la elaboración del

“Lienzo de Tepetícpac”?

En la actualidad este Lienzo, formado de dos partes, se encuentra en “la

sacristía de la iglesia del pueblo de Tepetícpac, cabecera del antiguo

señorío del mismo nombre, cinco kilómetros al norte de la actual ciudad

de Tlaxcala”. Mide 144 cm. de largo por 118 cm. de ancho, y está

conformado por cuatro “tiras verticales probablemente de ichtli”1

1Es interesante la palabra que Aguilera utiliza para describir el material del lienzo: “probablemente”, tanto en Lienzos de Tepetícpac. Estudio iconográfico e histórico, México, Gobierno del Estado de Tlaxcala, 1998 como en su conferencia de 2002 en el Simposium: "El Cambio Cultural en el México del siglo XVI", Goettweig , 2002, lo que nos indica que la investigadora no estuvo en contacto directo con el documento. Esto se confirma con la referencia que en el libro hace para ver los detalles del Lienzo al remitir a los estudios de Juan Buenaventura Zapata Mendoza, Historia cronológica de la muy noble ciudad de Tlaxcala, 1992.

, hilo de la

penca del maguey, elaborado a mano en un telar de cintura.

Sus características físicas determinan, sin la menor duda, que este

lienzo es producto indígena. El material con que fue realizado, la técnica

de su elaboración física, así como su estilo, lo demuestran

fehacientemente. No encontramos en esta obra pictográfica ninguna

referencia a la autoría individual de la pintura; hecho que no es extraño en

este tipo de documentos indígenas, por lo que no es posible identificar a

sus autores concretos como individuos, con personalidad histórica

probada. Tampoco tenemos referencia alguna de las fuentes históricas de

primera mano de Tlaxcala o del Altiplano Central sobre el Lienzo, (Figs. 5 y

6) por lo que podemos afirmar que no fue ni ha sido utilizado ni

consultado para reconstruir el pasado prehispánico tlaxcalteca.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na55

Fig. 5 Fig. 6

Las referencias de su existencia son escasas y muy modernas. Algunas

noticias se hallan en la obra de Wolfgang Trautmann, Las

transformaciones en el paisaje cultural de Tlaxcala durante la época

colonial2

Sobre cuándo fue elaborado el Lienzo sólo tenemos indicios, que

resultan de algunos de sus elementos iconográficos y de estilo artístico.

Entre éstos señala Carmen Aguilera: la representación de guerreros

mostrando cierto “volumen y naturalismo”, las casas dibujadas de frente,

las murallas con sillares alternados, peces representados con aletas y

sombreados, un árbol con hojas “aciculadas”, corriente de agua sin

“cuentitas” y una estrella – ojo celeste con “picos”, lo que la lleva a afirmar

que el Lienzo es poshispánico, probablemente de 1537. De todas estas

y en el texto de Juan Buenaventura Zapata y Mendoza, Historia

cronológica de la Noble ciudad de Tlaxcala. El único estudio sobre el

documento es el que realizó Carmen Aguilera en su libro Lienzos de

Tepetícpac. Estudio iconográfico e histórico.

2 Wolfgang Trautmann, Las transformaciones en el paisaje cultural de Tlaxcala durante la época colonial, Wiesbaden, Alemania, Franz Steiner Verlag, 1981.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na56

características, las únicas que me permiten avalar esta postura son la

inclusión de adobes o ladrillos para representar las casas y las murallas

con sillares alternados3. Sobre el año de la confección: 1537, es fruto sólo

de la imaginación de Trautmann, recogido por Aguilera. En su conferencia

de 2002, relaciona este año con la llegada de Fray Toribio de Benavente,

como guardián, al convento de Tlaxcala, lo que le permite señalar que se

realizó el Lienzo “posiblemente” a instancias del franciscano llamado por

los indios “Motolinia”4

Ni el año ni la probable influencia de Motolinía o de cualquier otro

fraile son hechos que se puedan probar documentalmente relacionados

con la elaboración del Lienzo. Dos años más tarde, 1539, un fraile

anónimo escribió varias cartas desde Tlaxcala a Fray Antonio de Ciudad

Rodrigo, describiendo las fiestas religiosas celebradas en esa ciudad entre

febrero y junio, cuando Motolinía ya no se encontraba allí, como lo prueba

Edmundo O’Gorman

. No existe ninguna prueba de que este fraile hubiera

incidido en la elaboración del lienzo. No son motivos suficientes ni el

ministerio apostólico de Benavente ni su traslado como guardián del

convento de Tlaxcala, para señalarlo como incitador del documento.

5

3 Pude comparar el diseño de las casas en el Lienzo de Tepetícpac con dos documentos que presenta Delia Annunziata Consentido, la “Genealogía de Cuatzontzin”, Archivo General de Tlaxcala, San Pablo Apetátitlan: Fondo Colonia, Caja 3, ex.1 febrero de 1572 y la “Genealogía de San Gregorio Metepec”, Fiscalía de San Gregorio Metepec, en donde se aprecian también los adobes y ladrillos para la representación de las casas, op. cit., p. 5 y 10. 4 Algunas de las experiencias de Benavente en la “República de Tlaxcala” las podemos encontrar en Fray Toribio Molinia, El Libro Perdido, (Dirección de Edmundo O’Gorman), México, CONACULTA, 1989, capítulos XXIV, XXVII Y XVIII con respecto a la idolatría y XXXV, XXXVIII sobre las fiestas celebradas en Tlaxcala en 1538 en la primera parte; capítulos XXVII hasta el XXXII sobre los niños mártires de Tlaxcala, y en el último describe la provincia, en la tercera parte; capítulo XIII de la cuarta parte sobre la ceremonias para ser elegido “tecuytli” en Tlaxcala. 5 En apéndice al capítulo XXXVIII de Motolinía, El libro perdido, op. cit., p. 174 y ss.

. ¿Por qué no se propone que este fraile anónimo

haya sido el incitador de la elaboración del Lienzo de Tepetícpac? Por lo

menos tiene las mismas características circunstanciales de Benavente

para atribuirle su influencia. Pero, la realidad nos aleja tanto de éste como

del fraile anónimo. La representación, en ambas partes del Lienzo, de

cabezas humanas decapitadas y en las manos de personajes

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na57

teochichimecas (figs. 7 y 8), nunca hubiera sido alentada por frailes, que

buscaban desterrar las prácticas del sacrificio humano entre los naturales

de la Nueva España. Estos mismos elementos son los que descalifican

también la probabilidad de que se hubiera realizado el Lienzo con la

finalidad de buscar justicia dentro de un proceso por disputas de tierras,

ya que seguramente serían los tribunales españoles los que lo hubieran

juzgado.

Fig. 7 Fig. 8

Es imposible con tan pocos elementos, sin fecha alguna del documento

y sin la representación de algún personaje posterior a 1519, poder

identificar la fecha de realización del Lienzo.6

6 Menciona Carmen Aguilera que este documento adquiriría respuestas puntuales si apareciera un mapa que lo acompañaba, en el cual se señalaban los límites del pueblo. ¡Lástima! La autora no señala como supo de la existencia de esta última parte del documento.

Es obvio que las glosas en

náhuatl que acompañan a casi todos los personajes y que aparecen en dos

o tres lugares más, son poscortesianas, pero el que se hayan realizado con

una tinta diferente a la de los dibujos prueba solamente que son

posteriores a la manufactura de las imágenes del documento, pero no

indican nada acerca de la fecha de realización del mismo.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na58

INTERPRETACIÓN HISTÓRICA.

El sentido de la lectura de la primera parte del Lienzo, que yo he llamado

“Tepetícpac histórico” es la primera variación que propongo7

Fig. 9

(Fig. 9): La

lectura debe iniciarse en la columna central (Número 1), de derecha a

izquierda, siguiendo el sentido de la huellas de los pies del camino que

atraviesa todo el documento horizontalmente. Se reinicia en la columna de

las casas en la parte superior del documento (Número 2) y se termina con

la lectura de la columna inferior (Número 3).

El inicio del Lienzo narra la peregrinación de los teochichimecas a partir

de su llegada al territorio que en el futuro recibirá el nombre de Tlaxcala.

Vienen, según algunas fuentes,8

7 Para poder comparar y evaluar esta propuesta es necesario consultar la obra de Carmen Aguilera. Por consideraciones obvias éste no es el momento para presentar, ni aun sintéticamente la propuesta de lectura de este documento realizada por esta especialista en los estudios sobre los códices indígenas. Puede revisarse esta obra en el acervo de la Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia. 8 Muñoz, Camargo, op. cit., Paul Kirchhoff, Lina Odena Güemes y Luis Reyes, Historia Tolteca-Chichimeca, México, INAH, 1976, Códice Aubin. Manuscrito azteca de la Biblioteca Real de Berlín, Anales mexicanos y jeroglíficos desde la salida de las tribus de Aztlán hasta la muerte de Cuauhtémoc, edición facsimilar de la publicada en 1902 por Antonio Peñafiel, México, Editorial Innovación, 1979, p. 11. La Tira de la peregrinación, Códice Boturini, México, Krismar Computación, Versión 2001, lámina 2.

de Chicomoztoc, pasan por el Valle de

México, fundan Poyauhtlan y, expulsados de allí, se dirigen a Tlaxcala.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na59

Región en la que ya estaban asentados los olmecas históricos, los

zacatecas y otros grupos chichimecas que habían llegado tiempo atrás, y

cuyo principal señorío se hallaba situado en sus fronteras: Huexotzinco.

Camaxtle, su dios, como en casi todas las versiones sobre peregrinaciones

de pueblos mesoamericanos, les guiaba hacia las tierras en donde

deberían establecerse para iniciar su desarrollo y poderío. Encontraron, en

efecto, pueblos asentados en la región prometida, quienes intentaron

rechazarlos, pues venían precedidos de la fama de violentos que en el Valle

de México se ganaron con sus acciones bélicas.

La escena número 1, de la columna central estaría representando los

primeros conflictos con zacatecas y olmecas. Inicia con los escudos

emplumados, que se podrían interpretar con el significado de guerra en

contra de estos pueblos, simbolizados con los guerreros, que están frente

a los teochichimecas, diferenciados unos y otros no sólo por sus vestidos,

peinados y armas, sino también por sus características étnicas (Fig. 10).

Es importante señalar que los recién llegados se representan con el arco y

la flecha típica que simbolizan a los chichimecas, tal y como aparece

también en la Historia Tolteca-Chichimeca9. La escena terminaría, según

las fuentes historiográficas con la derrota y expulsión de aquellos pueblos

de la región tlaxcalteca y el asentamiento de los recién llegados10

Fig. 10

.

9 Paul Kirchhoff, et al. Historia Tolteca-Chichimeca, op. cit., 39v. y 21r. 10 Puede consultarse, además de Muñoz Camargo, op. cit., p. 99, a Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, 7 volúmenes, 1983, tomo I, p. 362 y siguientes.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na60

La segunda escena de esta misma columna comprende los

acontecimientos relacionados con la defensa que tienen que realizar contra

los grupos comandados por los huexotzincas.11

Para lograr la victoria contra los teochichimecas, los huexotzincas

pidieron el auxilio de los mexicanos

Para ello se refugian en

Tepetícpac y construyen las murallas alrededor y en la cima de la

montaña. La representación de otra pareja de escudos comprendería el

simbolismo de este último momento bélico representado en el Lienzo.

12

Fig. 11

, quienes llegaron a las inmediaciones

de la región, pero no pasaron adelante ni llegaron a sumarse a la guerra

promovida por éstos. El dibujo del personaje que lucha contra el

teochichimeca, representado con elementos afines —rasgos físicos y

tocado— a los de su contrario, es una de las características para proponer

que ya no se trata de grupos racial y culturalmente diferentes, como sería

el caso de los vencidos zacatecas y olmecas, sino de aquéllos, que en las

fuentes se señalan como los que se adelantaron para poblar estas regiones

(Fig. 11).

11 Esta versión está basada en la obra de Muñoz Camargo, op. cit. 12 Los conflictos con Huexotzinco se sucedieron a través de la historia tlaxcalteca, ya que, como menciona Ricardo Rendón Garcini, op. cit., Tlaxcala sufría periódicamente por los “ataques que recibía de parte de Huexotzinco, su poderoso vecino del Suroeste que conservaba la hegemonía entre los pueblos del valle del Atoyac y que recibía el apoyo de los señoríos de la cuenca de México. Para resistir a este tipo de amenazas externas, así como para tener una mejor organización y control internos, los señoríos de Tlaxcala establecieron una serie de acuerdos para confederarse. Cada uno de ellos se mantenía autónomo para gobernar sus asuntos internos y recabar tributos; pero, para decidir acerca de los problemas de interés común, como las guerras, había un consejo supremo compuesto por los caciques o tecuhtli de los cuatro principales señoríos”.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na61

Las sacerdotisas probablemente participan de la acción “supersticiosa”

que Camaxtle había exigido que se realizara para lograr vencer a sus

intrépidos enemigos (Fig. 12). La representación de los atados y las

ofrendas a este dios ante su teocalli, corresponderían al momento en el

que a través del acontecimiento mágico se lograría la derrota de los

huexotzincas y sus aliados. Por ello, sin participar en la contienda, es que

en la primera glosa del documento se expresa que “Los mexica se afligieron

ante el muro”, a causa de observar la imbatibilidad de los teochichimecas

de Tlaxcala, por lo que se retiran. La parte final de esta primera columna

se podría interpretar como el inicio del asentamiento de los cuatro

principales señoríos de Tlaxcala: Tepetícpac, Ocotelulco, Quiahuiztlan y

Tizatlan, representados con cuatro casas dentro de los límites del cerro.

Fig12

Si seguimos la opinión de García Cook y Merino Carrión13

13 García Cook, Ángel y L. Merino Carrión, "Los orígenes. Arqueología", en Tlaxcala una historia compartida, Gobierno del estado de Tlaxcala y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Tlaxcala, México, 1991, volumen 3.

, de que había

21 señoríos, además de los que acabamos de mencionar, hallamos que el

conjunto de las casas que se presentan en Tepetícpac Histórico, suman 25.

Por lo que estas dos columnas representarían otro momento, el de la

reorganización después de la victoria, y que simbolizarían la constitución

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na62

de los 21 barrios y cuatro cabeceras de lo que posteriormente se llamaría

territorio tlaxcalteca.

La representación del momento fundacional giraría, entonces, alrededor

de Tepetícpac gobernado por Culhuacánez (Fig. 13), y de su hermano

Teyohualminqui, al que cedió el territorio de Ocotelulco. Menciona Muñoz

Camargo, que este último personaje alcanzó tal renombre que oscureció la

fama de su hermano14

Fig. 13

, por tal motivo se le representa sentado en el

Tepotzoicalli. Los señoríos de Quiahuiztlan y Tizatlan, fundados en épocas

posteriores no alcanzarían la mención especial que tienen los dos primeros

en este lienzo.

El énfasis histórico-fundacional del documento se comprueba

finalmente, con los otros 18 personajes representados en la primera parte

del Lienzo, ya que coinciden en algunos de los elementos de sus glifos o en

sus glosas, con las referencias que se han realizado sobre los caudillos

teochichimecas que conducen a su pueblo hasta Tlaxcala, que participan

en los acontecimientos referidos o que gobiernan algunos de los territorios

de la región después de su conquista15

La segunda parte del documento, que yo he bautizado como

“Tepetícpac Radial”, gira alrededor de la figura central,

Temaçatzinmiltecuhtli: “El Venerable Señor Corzo o Venado del monte que

.

14 Muñoz Camargo, llama a este personaje: Teyohualminqui Chichimecatecuhtli, op. cit., p. 113. 15 Muñoz Camargo, op. cit., Kirchhoff, et al., op. cit., Torquemada, Juan, op. cit., tomo I, p. 360 y siguientes.

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na63

posee tierra labrada” (Fig. 14). La desinencia gramatical que claramente se

puede leer: mil de milli: campo cultivado, bienes raíces, nos proporciona

una característica de este personaje, que lo liga a la posesión de la tierra, y

el hecho que se encuentre sentado sobre un icpalli, más la terminación de

su nombre en tecuhtli, lo catalogan como un señor poseedor de tierra, que

tiene poder sobre ella y sobre los 14 personajes que dependen

directamente de él e, indirectamente, sobre los otros 10 que se relacionan

con su casa o estirpe. Esto es el resultado de interpretar las líneas que

unen a los 24 individuos secundarios o radiales con el personaje central.

Si fuera más específico podría señalar que la dependencia de éstos con el

tlatoani estaría jerarquizada según el punto de donde parte cada línea. De

esta manera tendríamos a seis personajes ligados a las actividades

guerreras del Señor Principal, que se hallarían en la cumbre de la

jerarquía. De los dos primeros se desprenden otros personajes que

parecen, a su vez, depender de ellos. El segundo nivel jerárquico podría

interpretarse a partir de las líneas que ligan a los personajes radiales con

los pies y el icpalli del Señor. El tercer nivel, comprendería al resto de los

individuos.

Fig. 14

Relacionados directamente con Temaçatzinmiltecuhtli, se hallan,

frente a él una figura femenina con una cabeza en la mano: Tlazohua-

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na64

tlamani, “Mujer que adivina por agüeros por medio del agua”, la

sacerdotisa del señorío. Atrás de él se halla Citlalintecuhtli (Fig. 15),

caballero también chichimeca, que sería una especie de segundo dentro de

la organización del pueblo.

Fig. 15

Esta lectura de Tepetícpac Radial nos estaría reseñando, en

consecuencia, la relación entre el Señor y sus vasallos, tanto en

organización como en jerarquía social y distribución de la riqueza en su

territorio. El tlatoani, pues, es el señor y dueño, por lo tanto, el

dispensador de bienes y privilegios, de cuya estirpe y méritos dependen los

señores comprendidos en su señorío, los cuales, a su vez, ejercerían

potestad y dominio, en los casos señalados, sobre los personajes

secundarios, ligados a algunos de ellos.

Con esta propuesta general de interpretación, de las dos partes del

Lienzo, ya se puede intentar dar una hipótesis sobre las motivaciones de

su hechura. En primer lugar, es imposible creer que el documento tenga

una intencionalidad utilitarista relacionada con pleitos de tierras o con

cualquier otro asunto judicial relacionado con autoridades virreinales,

como de legados testamentarios y pruebas genealógicas. Por lo que debe de

existir una segunda posibilidad para explicar la elaboración del

documento, cuyo interés se dirigiría no a traspasar los límites del pueblo,

sino a servir los objetivos del mismo, es decir, un documento de uso

interno para sus pobladores. En este sentido el Lienzo vendría a ser una

especie de cédula de identidad o de pertenencia a Tepetícpac, en

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na65

particular, o a Tlaxcala, en general. La identidad a la que hacemos

referencia se ligaría además, a la pertenencia al grupo étnico chichimeca,

que se representa en todo el documento como motivo de orgullo y que

caracteriza a los personajes principales allí representados. La historia,

pues, como concepto e idea en este documento, sería el medio o el

instrumento para alcanzar este grado de conciencia de unidad

comunitaria. En conclusión estaríamos frente a un documento de

identidad fundacional.

BIBLIOGRAFÍA

AGUILERA, Carmen, Lienzos de Tepetícpac. Estudio iconográfico e histórico, México,

Gobierno del Estado de Tlaxcala, 1998.

BENAVENTE, Fray Toribio Molinia, El Libro Perdido, (Dirección de Edmundo O’Gorman),

México, CONACULTA, 1989.

CHAVERO, Alfredo, El lienzo de Tlaxcala, México, Innovación, 1979.

Códice Aubin. Manuscrito azteca de la Biblioteca Real de Berlín, Anales mexicanos y

jeroglíficos desde la salida de las tribus de Aztlán hasta la muerte de Cuauhtémoc,

edición facsimilar de la publicada en 1902 por Antonio Peñafiel, México, Editorial

Innovación, 1979, p. 11.

Códice Borgia, Graz, Austria, ed. Akademische Druck-Und Verlagsanstalt, 1993

(Reproducción facsimilar para la Sociedad Estatal Quinto Centenario y el Fondo de

Cultura Económica).

Códice Vindobonensis, Graz, Austria, ed. Akademische Druck- Und Verlagsanstalt, 1992

(Reproducción facsimilar para la Sociedad Estatal Quinto Centenario y el Fondo de

Cultura Económica).

COSENTINO, Delia Annunziata, Nahua Pictorial Genealogies, “Genealogía de Cotitzin y

Zozahuic”, MNA, en © Delia Annunziata Cosentino 2007.

Diccionario Aulex, español-náhuatl, http://aulex.ohui.net/

Diccionario Freelang

Dictionnaire de la langue nahuatl classique, (sites.estvideo.net/malinal/1.hist/A.html)

DURÁN, Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra

Firme, México, Editorial Porrúa, 1984 (Biblioteca Porrúa, 36)

México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18

El mundo indígena desde la perspectiva actual

Pági

na66

GARCÍA COOK, Ángel y MERINO CARREÓN, L, "Los orígenes. Arquelogía", en Tlaxcala

una historia compartida, Gobierno del estado de Tlaxcala y Consejo Nacional para

la Cultura y las Artes, Tlaxcala, México, 1991, volumen 3.

GIBSON, Charles, Tlaxcala in the Sixteenth Century, New Haven, Yale University Press,

1952.

KIRCHHOFF, Paul, ODENA GÜEMES, Lina y REYES, Luis, Historia Tolteca-Chichimeca,

México, INAH, 1976.

La Tira de la peregrinación, Códice Boturini, México, Krismar Computación, Versión 2001.

MENDIETA, Fray Jerónimo de, Historia eclesiástica indiana, México, Editorial Porrúa,

1993, (Biblioteca Porrúa, 46).

MUÑOZ CAMARGO, Diego, Historia de Tlaxcala, Madrid, edición de Germán Vázquez

Chamorro, Dastin, Historia, s/d.

RENDÓN GARCINI, Ricardo, Breve historia de Tlaxcala, México, FCE, 1996.

SAHAGÚN, FRAY Bernardino de, Historia general de las cosas de la Nueva España, 3

volúmenes, México, CONACULTA, 2002.

SIMÉON, Remi, Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, México, Siglo XXI, 1984.

SOUSTELLE, Jacques, Vida cotidiana de los aztecas, México, FCE, 1980.

SULLIVAN, Thelma D., Documentos tlaxcaltecas del siglo XVI, México, UNAM, 1987.

PURY-TOUMI, Sybille de, (CELIA-CNRS), Diccionario paleográfico español-náhuatl.

PURY-TOUMI, Sybille de, Diccionario Pictográfico Xólotl, Edition du Fichier Theme.

The Codex Nuttall. A picture manuscript from ancient Mexico, New York, edición de Zelia

Nuttal, ed., Dover Publications, Inc., 1975.

THOUVENOT, Marc, Xolotl, Diccionario de elementos constitutivos de los glifos, (CELIA-

CNRS), Editions SUP-INFOR 1996-2004 (“Diccionario Tlachia”)

TORQUEMADA, Fray Juan de, Monarquía indiana de los veinte y un libros rituales y

monarquía indiana, con el origen y guerras de los indios occidentales, de sus

poblazones, descubrimiento, conquista, conversión y otras cosas maravillosas de la

mesma tierra, 7 volúmenes, México, UNAM, 1975.

TRAUTMANN, Wolfgang, Las transformaciones en el paisaje cultural de Tlaxcala durante la

época colonial, Wiesbaden, Alemania, Franz Steiner Verlag, 1981.

ZAPATA Y MENDOZA, Juan Buenaventura, Historia cronológica de la Noble ciudad de

Tlaxcala, ed. de Luis Reyes y Andrea Martínez Baracs, Tlaxcala, Universidad

Autónoma de Tlaxcala, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en

Antropología Social, 1995.