el legado de la poesía

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EL LEGADO DE LA POESÍA TEMA 1: EL LEGADO, TRANSMISIÓN Y RECEPCIÓN DE LOS TEXTOS CLÁSICOS. Observamos que nuestro mundo una gran herencia del mundo grecorromano en muchos campos, concretamente en nuestras vidas intelectuales y espirituales. Sin esa presencia del mundo grecorromano no seríamos lo que ahora somos. Nuestro mundo sería más fragmentario, menos pensador. Los griegos y a su imagen, los romanos crearon una compleja civilización a lo largo de cientos de años y nunca llegando a perecer. Cuando la civilización occidental empezó a renacer, lo logró en parte gracias al redescubrimiento del mundo grecorromano: las grandes obras de arte, el pensamiento y la literatura tienen como sombra ese mundo años atrás sepultado. Lo que sucedió después de la Edad Oscura fue el redescubrimiento de la civilización clásica, lo cual despertó un poderoso estímulo en Europa. Ese despertar comenzó en el año 1100 hasta que en el 1400 y 1600 hicieron suyas esas ideas a través de la imitación, la adaptación y en parte a la creación de un nuevo arte y pensamiento que fue el fundador de la civilización moderna. Este grandísimo legado del mundo grecorromano, como hemos dicho, es visible en muchos campos, sin embargo, concretamente nos centraremos en el literario, y con ellos nos referimos a las obras escritas en lenguas modernas y sus antepasados más cercanos. Uno de los motivos por los que la literatura griega y latina sobrevivió fue por la pervivencia del latín a lo largo de los años. El griego acabó desapareciendo de Occidente en la Edad

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Page 1: El Legado de La Poesía

EL LEGADO DE LA POESÍA

TEMA 1: EL LEGADO, TRANSMISIÓN Y RECEPCIÓN DE LOS TEXTOS

CLÁSICOS.

Observamos que nuestro mundo una gran herencia del mundo grecorromano en muchos campos,

concretamente en nuestras vidas intelectuales y espirituales. Sin esa presencia del mundo

grecorromano no seríamos lo que ahora somos. Nuestro mundo sería más fragmentario, menos

pensador. Los griegos y a su imagen, los romanos crearon una compleja civilización a lo largo de

cientos de años y nunca llegando a perecer. Cuando la civilización occidental empezó a renacer, lo

logró en parte gracias al redescubrimiento del mundo grecorromano: las grandes obras de arte, el

pensamiento y la literatura tienen como sombra ese mundo años atrás sepultado. Lo que sucedió

después de la Edad Oscura fue el redescubrimiento de la civilización clásica, lo cual despertó un

poderoso estímulo en Europa. Ese despertar comenzó en el año 1100 hasta que en el 1400 y 1600

hicieron suyas esas ideas a través de la imitación, la adaptación y en parte a la creación de un nuevo

arte y pensamiento que fue el fundador de la civilización moderna.

Este grandísimo legado del mundo grecorromano, como hemos dicho, es visible en muchos campos,

sin embargo, concretamente nos centraremos en el literario, y con ellos nos referimos a las obras

escritas en lenguas modernas y sus antepasados más cercanos.

Uno de los motivos por los que la literatura griega y latina sobrevivió fue por la pervivencia del

latín a lo largo de los años. El griego acabó desapareciendo de Occidente en la Edad Oscura y el

latín cosiguió sobrevivir hasta después de mucho a través de distintas maneras; la primera a través

de las lenguas romance y un gran número de dialectos, también sobrevivió de la Iglesia católica,

aunque aquí su pervivencia presentó más problemas con el paso de los años. A pesar de todo la

literatura latina clásica, y en menos medida la griega, sobrevivieron en las bibliotecas y escuelas

eclesiásticas, en donde los monjes copiaron y conservaron muchos manuscritos a la vez que se

enseñaba a los alumnos ciertos autores. Sin embargo, muchos otros autores se perdieron. Era mucho

más probable que sobrevivieran autores cristianos que paganos, o autores ricos en informaciones

que los que hablaban solamente de sus emociones, por eso poseemos tan poco de lírica o

dramáticas, por ejemplo.

Otro gran canal para la supervivencia clásica está en la religión; aunque en principio el cristianismo

en su origen era judío, con el paso del tiempo se fueron incorporando ideas no exclusivamente

hebreas. Un ejemplo es la idea del nacimiento del niño que anunciaría una nueva era de paz, este

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tema aparece en un célebre poema de Virgilio, 40 años antes del nacimiento de Cristo.

Aún más importante que la transmisión fue la pervivencia, a través de la Iglesia, el derecho romano

y el sentido político de Roma. Aún después de la caída del imperio romano, la Iglesia conservó para

sí el uso del derecho romano.

Por último también apreciamos la presencia del mito grecoromano en la Edad Oscura, aunque casi

siempre de una forma extrañamente mutilada y compendiada. Es posible el hombre de esta época

careciera de perspectiva histórica y por lo tanto, confundieran el pasado inmediato con el remoto y

lo histórico con lo fabuloso.

En la Edad Media, sin embargo encontramos un gran progreso sobre todo en el campo de la

educación y uno de los campos fue que se ahondó en el conocimiento de las ideas, las lenguas y las

literaturas de la época clásica. Aparecieron entonces las primeras universidades como París, Oxford,

Salamanca, Viena etc.

Nos encontramos que ya en la Edad Media se empieza a leer un número más elevado de autores, los

manuscritos de los grandes autores clásicos, en la medida en que e les conocía, empezaron a

multiplicarse, las universidades, abadía etc, se agrandaron y las traducciones hecha a lenguas

vulgares mejoraron. Sin embargo, el griego aún seguía siendo un terreno desconocido. Las obras

griegas, como las de Aristóteles, se leían en latín, pero no. Por el contrario el conocimiento del latín

iba mejorando , por lo que el enriquecimiento de lenguas como el francés, español, italiano... fue

posible y el estudio de la poesía latina y el esfuerzo por emular sus bellezas en las lenguas europeas

de entonces fue uno de los factores que contribuyeron a la fundación de muchas literaturas

nacionales modernas.

Mas adelante nos encontramos con el Renacimiento; si hay algo que diferencie esta época de la

Edad Media es su rapidez. Observamos adelantos en muchos ámbitos: en la mecánica, en la

geografía y también en la literatura, la cual experimentó la misma rapidez. Muchos manuscritos

olvidados eran descubiertos en ese momento. El gran descubridor fue Pogio Bracciolini. Todos

estos descubrimiento se desarrollaban paralelamente a los descubrimientos de obras de arte clásicas.

Otro importante redescubrimiento, aunque fue más lento, fue el del griego, el cual llegó a través de

los bizantinos que visitaban Italia. El primero que intentó aprenderlo fue Petrarca aunque no lo

logró debido a su ancianidad. Sin embargo, el griego que enseñaban era distinto al griego antiguo en

su escritura y su pronunciación por lo que cometieron errores que luego llevó un gran trabajo

extirpar. También aumento el conocimiento del área latina. El efecto que todo esto sobre las lenguas

y literaturas modernas fue inmediato y aún no desaparecer. Por fin los hombres comenzaron a

entender verdaderamente a los antiguos. Este redescubrimiento también contribuyó al

perfeccionamiento y amplió los estilos empleados por los poetas, los oradores y los prosistas. Los

Page 3: El Legado de La Poesía

escritores del Renacimiento imitaron afanosamente en las lenguas vulgares todas las fórmulas

recién descubiertas de estructura de oraciones y claúsulas, de versificación, de selección de

imágenes, etc. También se encontraron con un inmenso acervo de materiales nuevos bajo la forma

de historia y la mitología clásica. Es cierto que éstas ya se conocían en la Edad Media, pero no se

las conocía plenamente.

TEMA 2: LA IMITATION EN LA CREACIÓN LITERARIA. LA

IMPORTANCIA DE LA TRADUCCIÓN

La influencia clásica pasa a la literatura de las naciones modernas a través de tres canales

principales: traducción, imitación y emulación.

El canal más natural es el de la traducción, aunque los efectos de la fuerza que por ella penetra son

mucho más variados de lo que se podría suponer.

Hay dos tipos de imitación: una es cuando el autor moderno encuentra en sí mismo fuerzas para

escribir poemas tan buenos como los de Virgilio y sus demás modelosy otras veces, más raras,

intenta escribir en su propia lengua sobre el molde exacto de las obras latinas o griegas que admira.

La tercera etapa es la de la emulación, que impulsa a los escritores modernos a emplear

parcialmente la forma y los materiales clásicos y a añadir mucho de su propio estilo y de sus

propios temas, con el fan de realizar algo tan bueno como las obras de los clásicos y a la vez algo

distinto y bueno. De este modo se consuman obras tan buenas como las tragedias de Sheakspeare o

las “Soledades” de Góngora.

Por otra parte, la traducción es en la literatura un elemento muchísimo más importante de lo que la

mayoría de nosotros cree aunque no suele producir grandes obras.

La primera traducción literaria de una lengua a otra se hizo hacia el año 250 antes de nuestra era,

cuando el poeta Livio Andronico tradujo al latín la “Odisea” de Homero, esta traducción fue un

intento serio de recrear una obra de arte sobre la armazón de una lengua y cultura diferentes.

A este precedente sentado por Livio Andronico debemos gran parte de nuestro moderno sistema de

educación. Los griegos nunca estudiaron más literatura que la propia ya que era tan variada y

original que no les hacía falta otra cosa. Pero la literatura romana y la cultura romana eran rudas y

sin arte: por eso, a partir del siglo III a.C, Roma se hizo discípula de los griegos. La poseía de

Virgilio o las comedias de Plauto, no fueron realizaciones romanas sino una síntesis perfecta del

griego y lo romano, por eso con la desaparición del griego en el imperio romano, éste se volvió más

marchito. Después de la Edad Oscura, gracias a la labor de los monjes, clérigos y letrados que

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comprendían el latín a parte de su propia lengua, la cultura se mantuvo viva. Desde entonces, la

cultura de todas las naciones civilizadas de Europa se ha fundado en gran medida en la enseñanza

de alguna otra lengua en sus escuelas y en un constante flujo de traducciones, imitaciones y

emulaciones en su literatura. La principal justificación del aprendizaje del latín y del griego es que

la cultura cuyas puertas abren a quienes conocen esas lenguas es más noble y rica que ninguna otra

de este mundo. La importancia intelectual de la traducción salta de tal modo a la vista, que se la

suele pasar por alto.

La importancia artística y linguística de la traducción es casi tan grande como la importancia que

tiene en el campo de las ideas. En primer lugar, la prática de la traducción suele enriquecer con

nuevas palabras la lengua del traductor, esto se debe a que muchas veces las traducciones se han de

una lengua poseedora de copioso vocabulario a una lengua menos bien dotada. La lenguas vulgares

estaban escasas de vocabulario y en comparación con el latín y el griego, eran hablas muy pobres,

sin imaginación y sin arte. Algunos quisieron seguir enriqueciéndolas y el medio más seguro era

introducir palabras del latín. Tenemos el ejemplo del francés, el cual tomó palabras del latín y del

griego y se naturalizaron en francés. Estas palabras pueden dividirse en dos clases principales:

sustantivos abstractos, con los adjetivos correspondientes y palabras relacionadas con las técnicas y

artes más elevadas de la civilización. La evolución artística del español siguió cauces análogos a los

del francés. Ya el “Cantar del Mio Cid” ofrece algunos notorios latinismos, sobre todo eclesiásticos,

como laudar (alabar), monumento, filosofía, gramática...

Por otro lado, en el siglo XIII, los poetas del mester de clerecía, apegados a los textos religiosos o

profanos que traducían, latinizaron copiosamente el idioma y muchas de sus innovaciones se

hicieron comunes. En sus poemas encontramos palabras como exilio, leticia, condición, unción...

Después de un siglo de reposo y aclimitación, lo poetas del Prerrenacimiento, sobre todo el

Marqués de Santillana y Juan de Mena, enriquecieron el castellano con nuevas transfusiones del

latín; quisieron remediar en esa forma la escasez de palabras. Encontramos verbos como exhortar,

disolver o adjetivos como obtuso, rubicundo o turbulento.

La lucha entre las formas romanceadas y las formas estrictamente cultas presenta en España

aspectos muy interesantes. Cuando Juan De Valdés dice a los interlocutores de su “Diálogo” que

prefiere decir vanidad y abundar en vez vanedad y abondar, nos habla de una pugna que había en

su época y que continuará durante mucho tiempo.

La última gran etapa de enriquecimiento culto de la lengua está representada sobre todo por dos

grandes poetas: Fernando de Herrera y Luis de Góngora. Herrera se creó una lengua poética

impreganada de latín; introdujo palabras como hórrido, aura, pluvia y preparó el camino a Góngora

el cual ya tenían algunos poco latinismos y grecismos (canoro, frustar...). Los excesos de Góngora

Page 5: El Legado de La Poesía

fueron objeto de reñidas polémicas, pero casi todas sobrevivieron. Los excesos de los poetas cultos

quedaron refrenados por la tendencia casticista, y cayeron pronto en el olvido los cultismos

introducidos por los malos gongorinos.

Por lo tanto, el francés, el español y inglés fueron las lenguas que ganaron más señaladamente en

fuerza y flexibilidad gracias a la naturalización de palabras latinas y griegas a fines de la Edad

Media y principios del Renacimiento. En cambio, el alemán o el polaco y otras lengua del Norte

vivieron sin ser tocadas por el movimiento tan poderoso de Occidente. La mayor diferencia entre las

naciones del Norte y las de Occidente fue que hubo pocos escritores de talento que tendieran un

puente entre sus culturas nacionales y la cultura de Grecia y Roma; y hubo poquísimos traductores.

La traducción tiene otra función valiosa: enriquece el estilo de la lengua del traductor. Esto se debe

a que todo libro ilustre arrastra casi siempre consiguo, cuando se le traduce, muchos esquemas

estilísticos que la lengua del traductor no posee. Por ejemplo, si es una obra poética, puede ocurrir

que su metro no exista en la nueva lengua y en ese caso, habría que inventar un metro que produzca

de modo satisfactorio sus efectos. El verso blanco fue inventado por los poetas italianos del

Renacimiento para expresar el efecto del flujo continuo del hexámetro y el trímetro yámbico

latinos. Copiando sus originales, los diversos traductores introdujeron en la mayor parte de las

lenguas modernas figuras estilísticas grecolatinas como el clímax, la antítesis, el apóstrofe, etc. que

casi no se conocían en ninguna lengua europea antes de que se hicieran conocidos gracias a las

traducciones. Una figura que se hizo especialmente conocida, especialmente en la prosa y en la

poesía latinas, es el tricolón, elaborado por los retóricos griegos tardíos. Consiste en una disposición

de palabras o frases en grupo de tres.

Por otra parte, está claro que el Renacimiento fue la gran época de la traducción. Casi con la misma

rapidez con que se iban descubriendo los autores clásicos ignorados, ellos y sus hermanos mejor

conocidos se iban revelando a los lectores de la Europa occidental gracias a la traducción en lenguas

modernas. Los dos factores principales de este fenómento fueron el conocimiento cada vez mayor

de la Antiguedad clásica y el interés por ella, y la invención de la imprenta, que amplió la

distribución de la cultura haciendo más fácil la educación fuera de las aulas. En cuanto a la calidad

de las traducciones, vemos que difiere según los paises. En orden sería: Francia, España, Inglaterra,

Alemania e Italia. Muchos italianos de talento, en vez de traducir libros latinos a su lengua,

prefirieron escribir obras originales en latín o en italiano, o traducir del griego al latín.

El fundador de la poesía bucólica y pastoril, Teócrito, fue traducido al italiano por Annibale Caro y

además, seis de los “Idilios” aparecieron en 1588 en Inglaterra sin nombre de traductor. Este género

fue imitado ya en su época por Mosco de Siracusa, por ejemplo, también fue imitado en el

Renacimiento por Bocaccio, quien se inspiró en él para crear la novela pastoril. Este género siguió

Page 6: El Legado de La Poesía

teniendo presencia hasta el siglo XVII. Siguiendo con la poesía pastoril, tambien las “Bucólicas” de

Virgilio fueron parafraseadas libremente en español por Juan de Encina, Cristóbal de Mesa las

tradujo en octavas reales junto con las “Geórgicas”. También hay traducciones en francés como la

de Clement Marot, quien tradujo la primera “Bucólica” y le Blanc completó su labor. El gran poeta

Fray Luis de León también hizo traducciones de las “Bucólicas” y de los dos primeros libros de las

“Geórgicas”; también tradujo al español unas veinte “Odas” de Horacio. Siempre ha sido una

práctica común para los poetas jóvenes ejercitar sus dotes en la traducción de estos breves poemas

líricos. Muchísimas traducciones sueltas aparecieron en todos los idiomas occidentales. Sin

embargo estos poemas son muy complejos y están tan cargados de meditación, que las versiones

renacentistas de la colección completa son relativamente pocas. En francés aparecieron en una

traducción completa de las obras de Horacio por Mondot. Hay una traducción literal completa por

Juan Villén de 1599. También la “Epístolas a los Pisones” fue un factor formativo muy importante

en la teoría literaria del Renacimiento y se hicieron de ella muchas traducciones.

De Ovidio observamos que las “Heroidas” se incluye en la “General estoria” de Alfonso X el Sabio.

El obispo Octovien de Saint-Gelais las tradujo, por invitación del rey.

Por otra parte, el oscuro poeta satírico Persio sigue siendo aún en nuestros días una prueba muy

dura para el ingenio y el gusto de un traductor. Las traducciones en el Renacimiento fueron

poquísimas. Hubo dos en francés: la de Abel Foulón en 1544 y Durand en 1575. Vallone sacó una

traducción italiana en 1576.

Vemos, en resumen, que la traducciones puede inyectarse en otros espíritus y puede hacer a algunos

de ellos iguales en grandeza, si es que no mayores.

TEMA 3: LA PERVIVENCIA DE HOMERO

La literatura griega comieza con Homero, es decir: con la “Ilíada” y la “Odisea”. El capítulo de

Homero, una vez iniciado, ya no concluye a lo largo de toda la literatura griega, porque su

influencia en el arte, la literatura, la lengua y filosofía griega son inconmensurable. Homero es el

poeta por antonomasia. Homero llegó a ser el más sabio e inspirado de los poetas, consejero y guía

para todas las cuestiones divinas y humanas.

Homero fue el educador de los griegos, pues les transmitió, envueltas en la más elevada poesía,

enseñanzas variadas y sutiles, como la configuración del firmamento, las genealogías de los héroes,

los significados de determinadas palabras que a simple vista pueden parecer opacas, etc. Fue, en

efecto, fuente de la mñas diversa ciencia, inspiración de innumerables obras de arte y de la

Page 7: El Legado de La Poesía

literatura, motivo de polémicas centradas en cuenstiones éticas y morales...

Lengua homérica y su influencia

La lengua homérica, se adueñó de toda la poesía hexamétrica y se convirtió en patrimonio común

de todos los griegos. Así pues, la elegía será una lengua muy parecida a la homérica, encotrando

homerismos en Alceo y Safo. Con Homero surgió por primera vez una lengua literaria en el sentido

estricto: además de los arcaísmos, eolismos y jonismos de los poemas, no hay que olvidar que el

poeta dispone de licencias métricas para adaptar la palabra al verso. Homero fue, en suma, el poeta

máas admirado de la literatura griega y de la helenística y sus poemas fueron trabajados y

comentados por sucesivas generaciones de eruditos y estudiosos primero en Jonia y Atenas y luego

en Alejandría y Pérgamo hasta Roma.

La Iíada

Como ya sabemos, la “Ilíada” canta la cólera de Aquiles ante el telón de fondo de la guerra de Troya

Es un poema de contenido pesimista que acaba en tragedia. Es un poema guerrero y de fondo

pesimista. En él se nos refiere que nada hay sobre la tierra más miserable que el hombre y que tan

sñolo los dioses desconocen el dolor y las preocupaciones. Aquiles es el héroe que

paradigmáticamente hace frente de la más noble manera a la concepción fatalista de la vida, pues

acepta su inevitable hado en razón de su excelencia en el presente y de su renombre en el futuro.

Vemos que los dioses engañan a los hombres, cómo los dioses se olvidan hasta de quienes son sus

devotos y sus predilectos, cómo la virtud y la piedad de nada sirven en el fatal trance de la muerte.

En la “Ilíada” los dioses son culpables de las faltas de los hombres.

La Odisea

Esta obra, que narra las aventuras de Odiseo a su vuelta a Ítaca, es una obra más moderna que la

“Ilíada”, tiene un escenario mucho más amplio y variado que el que vemos en la “Ilíada”: mares

espaciosos, islas fantásticas, el palacio poderoso, la choza humilde, es una epopeya más familiar

Page 8: El Legado de La Poesía

que heroica. El poema, como se ve por la anterior exposición, consta de tres partes bien distintas:

asunto de la primera es la expedición de TelCmaco en busca de su padre, cuyo relato sigue a la

exposición del estado de cosas en el palacio de Itaca; la segunda parte refiere las aventuras

acaecidas a Uliises desde que salió de Troya hasta que llega a su patria. El poeta toma al héroe en la

Wima estación de las maravillas, la isla de Galipso; después le hace referir a él mismo ante Alcínoo

y su corte todo lo anterior; finalmente, tercera y última parte, seguimos a Ulises en su propio pais,

primero en la cabaña de Eumeo y luego en el palacio hasta que ejecuta la rriathza de los preten-

dientes y es reconocido por su esposa: el segundo episodio del Hades y las escenas en la heredad

constituyen dos apéndices impertinentes. Las partes segunda y tercera son enteramente diferentes

por su escenario y por la índole de la acción; podrían existir independientemente. En la una vemos

cómo el héroe se esfuerza por llegar a su patria; en la otra, cómo lucha para reivindicar su posición

en la propia morada. La segunda empresa se ofrece a su consideración de improviso cuando ha

realizado la primera.

La influencia de Homero en la literatura

Ya en la cultura griega Homero tuvo una grandísima influencia entre los más grandes escritores.

Vemos esto, por ejemplo, en el campo de la filosofía con Platón en cuya obra hay abundantes citas

homéricas. Esto nos hace saber qué tipo de libros manejaba una persona culta en esta época. Las

obras homéricas que Platón consultaba no diferían mucho del número de versos de las nuestras.

Un poco más adelante, vemos que en Alejandría se trabajaron muchísimo las obras de homero.

Estas obras fueron revisadas por determinados eruditos como Eurípides el joven o el poeta Antíma

de Colofón.

En cuanto a descubrimientos de papiros homéricos, dado el intenso uso y estudio que se hizo de este

autor en Egipto, Homero ha sido con mucho el autor más favorecido en cuanto a hallazgos

papirológicos. Desde muy pronta edad se empezaron a conocer estos papiros.

En el siglo V y los siguientes, nos ofrecían docenas de referencias al autor y obra, el arte clásico, de

hecho esta muy inspirado en sus epopeyas, también la retóricas se había apoderado de los temas

homéricos para hacerlos objeto de discusiones y discursos.

En el aspecto de la imitación una nueva polémica viene a estallar en la época alejandrina. Calímaco,

autor de trabajos lexicográficos sobre Homero y catalogador, considera imposible e indeseable, la

redacción de poemas largos imitados de los homéricos. En cambio, Apolonio de rodio, prefiere

seguir el ejemplo de Homero en sus “Argonáuticas”. En cuanto a Teócrito, podemos decir que se

sitúa en una posición intermedia: no siente reparo en emplear abundante material homérico en sus

Page 9: El Legado de La Poesía

poesías no idílicas, pero reconoce que es inútil atreverse a competir en poemas largos con el cantor

de Aquiles. Por lo tanto, entre todas estas tendencias contrapuestas, junto con la inculta y desmedida

pululación de manuscritos ampliados y deformados, había necesidad de una labor de limpieza que

nunca agradeceremos lo suficiente a los eruditos alejandrinos.

Muchos son los eruditos alejandrinos que escribieron sobre homero y dedicaron sus esfuerzos a su

estudio e interpretación, como Apolonio el rodio, quien conocía perfectamente los textos homéricos,

por ejemplo, o Zenódoto de Éfeso.

Homero en Bizancio

Bizanciio desempeñó un papel importantísimo en la transmisión de los textos homéricos. Por una

parte, los manuscritos eran conservados y copiados en las bibliotecas y desde allí también se

realizaban traducciones homéricas a otros idiomas orientales, como el armenio y el árabe.

En el siglo Xi presenciamos la aparición de la notable figura de Psellos, profesor, político y

polígrafo, quien fue uno de los muchos parafraseadores de la “Ilíada”. A su misma época pertenece

la emperatriz Eudocia, que compuso poesía escrita sólo con versos o medios versos de Homero.

Un poco más tarde, en el siglo XII, aparecen varios filólogos de cierta nota. Tzetzes, el cual realizó

un comentario a la “Ilíada” y unas alegorías sobre los poemas homéricos en más de diez mil versos

Homero en la antigua Roma

Homero entra en Roma por medio del tarentino Livio Andronico, que a la caída de su ciudad en

poder de la República, pasó a la urbe como esclavo y pedagogo y concibió allí la idea de traducir

con fines didácticos la “Odisea”, más apreciada que la “Ilíada”. Quedan algunos fragmentos de su

obra escrita en duros saturnios, y de eso se deduce que Andronico sacó la traducción de cualquier

edición política. Tenemos en el siglo I a.C las traducciones iliádicas, hoy perdidas, de Ninio Craso y

Cneo Matio, y luego la admiración e imitación general por parte de Cicerón, Lucrecio u Horacio.

Por último tenemos a Virgilio, ya Propercio le incita a superar a Homero con su “Eneida” y en el

fondo el propio poeta quiso rivalizar con el maestro griego. Sobre la influencia de Homero en la

“Eneida” se ha escrito mucho

Derivaciones populares en el medievo

Los romanos no llegaron a trasmitirnos más que un resumen de hexámetros de la “Ilíada”,

Page 10: El Legado de La Poesía

compuesto en el s.I d.C, denominado “Homerus Latinus o Ilias Latina”, que a partir del siglo Ix,

nadie sabe por qué, era conocido como Pindarus Thebanus y dos novelitas latinas traducidas a partir

de un original griego perdido.

La “Ilias Latina” fue, de una parte, trasladada al castellano por Juan de Mena y además parafraseada

como ha demostrado Alarcos en las estrofas del “Libro de Alexandre”, que narra el sitio de Troya.

El Renacimiento

Algo parecido ocurrió con Dante, que no llegó a conocer a Homero. Cita varias veces un verso de

“Ilíada” que había leído en Aristóteles; ve al antiguo épico salir al encuentro de Virgilio en la región

de ultratumba, si inspira en Cicerón, Horacio, Ovidio y Dictis para el encuentro infernal con Ulisies

y DiomedesM; habla una vez de las Sirenas; pero de ahí no podía pasar el poeta florentino.

Tampoco tuvo la suerte Petrarca de dominar el griego, pero al menos leyó al poeta en traducción.

7 años más tarde Bocaccio con ayuda de sus discípulos se habían unido, combinando sus

respectivos conocimientos de griego y de latín para redactar la primera traducción latina

renacentista de Homero, una paráfrasis en prosa, ruda y literal, de la “Ilíada” entera y casi toda la

“Odisea”.

El 1397 es una fecha muy importante en nuestros estudios, ya que ese día inció sus enseñanzas de

griego en Florencia, invitado por sus amigos italianos, Manuel Crisorolas, que había de ser maestro

de los humanistas y gran promotor del helenismo en Occidente. Todos los emigrantes griegos

tuvieron mucho que ver con el redescubrimiento de Homero en sus labores de adquisición de

manuscritos, edición de autores. En esta época el principal problema que se plantea, dado el

desconocimiento casi general del idioma griego, era el de las traducciones.

En este aspecto desempeña un papel primordial el papa Nicolás V, distinguido erudito que a partir

de su ascensión de su pontificado concibió un ambicioso plan de traducción general de los clásico

griegos al latín. De ahí surgieron varias empresas homéricas. Decembrio, hijo de un antiguo alumno

de Crisoloras, obsequió una traducció latina en prosa de los cantos I-IV y X de la “Iliada” a Juan II

de Castilla, que había mostrado deseos de leerla. Lorenzo Valla tradujo los dieciséis primeros cantos

de la Ilíada en prosa latina. Su labor fue completada por su discípulo Francesco Arretino, que vertió

la misma lengua el resto del poema y la “Odisea”, con lo cual quedaban anuladas las menos que

medianas trasposiciones de Pilato.

Sin embargo, Nicolás V aspiraba a conseguir que Homero fuera traducido en hexámetros latinos y

realizó esfuerzos para tal fin. Sabemos que quiso, sin éxito, que se encargaran Horacio Romano y

Filelfo y también Basisni, imitador del propio Homero.

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Muerto Nicolás V, la empresa fue nuevamente iniciada, por Niccoló della Valle y el insigne

Poliziano, aquel tradujo métricamente nueve cantos, y éste, siguió la labor empezada por

Marsuppini.

El culto a Homero, era general en Oriente y Occidente, no deja de tropezar con obstáculos. Por

ejemplo, en 1492, Savonarola pone en guardia a los cristianos contra Homero, por ser fuente de

pecado y paganía; en 1527, Jerónimo Vida, en su “Arte poética” compara a Virgilio con nuestro

autor para deducir que aquel le supera infinitamente en decoro, gracia y majestad.

El Renacimiento en Francia

Tampoco empieza bien para Homero el gran período del Renacimiento francés, cuando Escalígero,

publica póstumamente, una “Poética” en que el antiguo épico, vuelve a ser comparado

desfavorablemente con Virgilio, e incluso con Museo, el autor de “Hero y Leandro”. Los

argumentos antihoméricos son los de siempre: la “indignidad” de ciertos pasajes, y las clásicas

objeciones a hechos como el de que Príamo tenga que preguntar, tanto tiempo después de empezada

la guerra quienes son los jefes del ejército griego en el escudo de Aquiles. No obstante tenemos, por

ejemplo, a Montaigne quien se maravilla de que Homero resulte perfecto siendo el primero

cronológicamente de los autores conocidos; y bastante más tarde, ya en pleno siglo XVIII, el

respeto y la admiración hacia nuestro épico van a culminar en el arqueólogo y humanista conde de

Caylus. En cuanto a España, Pinciano en su “Filología antigua poética”, prorrumpe en grandes

alabanzas de Homero dentro de los moldes aristotélicos y Quevedo,

Podemos ver, por último, la presencia de Homero en las epopeyas del renacimiento. Por ejemplo, en

las epopeyas novelescas de hazañas caballerescas medievales, Spenser, para rivalizar con Ariosto en

arte y superarlo en seriedad, empezó su poema “La reina de las hadas” de la que sólo quedan seis

libros y un fragmento. Su intención era escribir doce libros, cada uno de los cuales contaría una

historia relacionada con los caballeros de la mesa redonda de Arturo y ejemplificaría sus virtudes

morales. El tono moral yla odisea renacimiento rasgos secundarios están modelados sobre Homero

y Virgilio.

También vemos elementos propios de la divinidad en la “Ilíada”, como por ejemplo esa

predilección que muestra los dioses por algunos personajes, tal y como ocurre en “Jerusalén

liberada” cuando Dios manda un ángel guardian para que interponga un invisilbe escudo entre

Raimundo y la espada de Argantes.

Page 12: El Legado de La Poesía

Así mismo, vemos también en “Paraíso perdido” que la terrible batalla entre los ángeles y los

demosnios estña copiada de la batalla de los dioses de los libros XX yla odisea renacimiento XXI

de la “Ilíada”. El mismo Dios de Milton aparece ejecutando acciones que se asemejan a las de Zeus

y Júpiter.

Asímismo, vemos semejanzas en las aventuras heroicas que son imitación de Homero y Virgilio,

por ejemplo en “Orlando furioso”, el rey Norandino rescata a su esposa de las garra de un ogro

poseedor de rebaños revistiendose de una piel de cabra y arrastrándose a cuatro pies entre los

animales, que casi es la estratagema que imaginó Odiseo en la caverna del Cíclope.

Son muchísimos los elementos clásicos que aparecen en la épica renacentista, así pues, los grandes

y majestuosos concilios de dioses, héroes o demonios, y las enumeraciones de los guerreros se

derivan de Homero y Virgilio. Los símiles homéricos, aparecen una y otra vez en estos poemas,

como cuando Ariosto compara a Rodomonte, con una serpiente que reluce caundo acaba de mudar

de piel.

Varios de estos poemas invocan también a una o más de las Musas griegas. En ciertos pasajes

importantes, los poetas se acuerdan de que las Musas eran diosas paganas y justifican la invocación

cristianizándolas. La epopeyas cristianas se consideran que basándose en el supuesto de que

igualando en todo lo demás a las epopeyas griegas y romanas, tienen que ser superiores a ellas

porque su asunto, gracias a la revelación de Jesucristo, ha sido exaltado a un grado mucho más

sublime.

Unos años más adelante, nos encontramos a otro admirador de Homero: Goethe publico en un

estado de inestabilidad y reacción contra la Revolución francesa y los demnios desorden que se

produjeron en el mundo una historia de amor de ambiente campesino llamada “Hermann y

Dorotea”. El tono es pastoril, el metro es el hexámetro clásico adaptado libremente. Este género

aparecerá más tarde en la literatura inglesa con “La Barraca” o la “Evangelina”. Quizá en este

poema, Goethe trató de fundir a Homero con Hesíodo y el pastoril Teócrito. O quizá tenía la idea de

que, en los pasajes descriptivos más sencillos de la “Ilíada” y la “Odisea”, Homero, como “poeta de

la naturaleza”, no hacía más que pintar con absoluta fidelidad las cosas que los oyentes conocían y

veían cada día. “Hermann y Dorotea” es un idilio épico en que se adapta la manera homérica.

Goethe ya admiraba desde hace tiempo los poemas de Homero pero lo que le impulsó a tratar de

rivalizar con ellos fue la lectura de un libro que sostenía que Homero nunca había existido: “La

introducción a Homero” de Wolf.

En los siglos XVII y XVIII, Homero desagrado a muchos hombres, además de que lo

comprendieron mal. Un paso decisivo a una mejor comprensión de la “Ilíada” y la “Odisea” fue el

que dio Wood con su “Ensayo sobre el genio original de Homero”. Los nobles y las clases

Page 13: El Legado de La Poesía

acomodadas de la era barroca habían sostenido que las epopeyas homéricas no podían ser buena

poesía porque la sociedad homérica era menos refinada y escrupulosa que la de ellos. Esto era un

defecto de perspectiva histórica. Wood, al describir la atmófera que Homero conocía, el género de

vida que pinta Homero, primitiva pero bárbara, contribuyó a enseñar a los amantes de la poesía qué

cosa debían buscar en realidad al leer la “Ilíada”. Wolf, otro de los admiradores, se propuso situar

los poemas homéricos en sus verdadera perspectiva histórica. Llegó a la conclusión que era

imposible que los dos poema hubieran sido un texto único, sino que existieron muchas versiones

distintas de los poemas homéricos, los cuales varían en detalles importantes. La razón de esto según

Wolf era que la escritura era todavía muy desconocida en esta época. Los que habían eran “lais”,

canciones lo suficientemente cortas para memorizarlas y cantarlas después de una fiesta. Quien

reunió las “lais” fue el tirano de Atenas Pisístrato.

TEMA 4: LOS ECOS DE PÍNDARO

Mucho tiempo antes de que empezara el Renacimiento, la poesía lírica existía ya en Europa. Los

poetas provenzales, franceses, españoles, italianos, ingleses y alemanes habían creado esquemas

líricos de gran belleza y complejidad. Cuando se redescubrió a Píndaro y a Horacio y otros poetas,

ese descubrimiento no creó ciertamente la poesía lírica moderna. Los poetas ya eran dueños de

fórmulas como el soneto, la octava real etc. Por lo que no necesitaban en realidad tomar muchos

esquemas de los clásicos. Tomaron más que nada material temático, tomaron ciertas actitudes,

claras y memorables, ante los temas de la poesía lírica, imágenes o giros de pensamiento que daban

mayor viveza. Se enriquecieron tomando el modelo de las odas de Píndaro y de Horacio. En su afán

por rivalizar con los poemas líricos clásicos, hicieron sus poemas más serenos y dignos, menos

coloquiales y cancioneriles, más ceremoniosos y solemnes. Para señalar estas deudas y su

parentesco general con los antriguos, los poetas líricos del Renacimiento copiaron o adaptaron

muchas veces las formas de versificación de Píndaro, Horacio y otros poetas clásicos.

Concrétamente de todo los poetas clásicos que sirvieron como modelo, nos centraremos en Píndaro.

Podemos empezar definiendo la lírica coral. La división entre la lírica coral y monódica es

ciertamente delicada de trazar en algunos momentos, especialmente cuando los fragmentos que

conservamos no presentan características bastante definidas. Desde el mismo Íbico vamos a ver

cómo afloran esas características de lengua, estilo, y contenido que van a configurar a la lírica coral

cuya finalidad será mayormente encomiástica, destinado a la ejecución pública y bajo

Page 14: El Legado de La Poesía

condicionamientos más o menos diversos según la naturaleza del destinatario, que puede ser un

individuo o una comunidad.

El poeta más favorecido por la posteridad en la consevación de su obra es el tebano Píndaro,

conocido fundamentalmente por los “Epinicios” o cantos en honor de los vencedores en los juegos

deportivos. Fue asimismo autor de otras composiciones corales, algunas de ellas conservada sólo

fragmentariamente y otras perdidas, como los partenios o los ditirambos. Sólo nos centraremos en

cuatro libros de cantos corales, escritos para celebrar las victorias de los atletas en los festivales

deportivos nacionales que se celebraban cada año en los grandes santuarios de Grecia. Las dos

dificultades con que chocamos para entender a Píndaro no se deben a nuestra ignorancia ni a la

distancia a que estamos de él. Son dificultades que siempre han existido. La primera dificultad es la

estructura de sus poemas: su metro y su esquema. Su tamaño varía muchísmo: lo mismo escribe

Píndaro una nadería de veinticuatro versos que un coloso de trescientos. Puesto que estos cantos

estaban hechos para la danza, deben estar contruídos a base de unidades rítmicas que se repiten y se

varían. Pero ¿cuáles son esas unidades?. Todas las odas se dividen en secciones, gurpos de versos

que podemos llamar coplas. En algunos poemas las coplas son exactamente iguales. La segunda

dificultad que ofrecen los poemas de Píndaro no se ha resuelto todavía. Consiste en que nadie puede

seguir el hilo de su pensamiento. Los eruditos contemporáneos han elaborado diversas

explicaciones para hacer que el pensamiento de Píndaro parezca continuo. Norwood considera la

idea de que cada poema está dominado por una sola imagen visual (una harpa, una rueda..); otros

han tratado de vincular unas estrofas con otras, encontrando repeticiones de palabras-clave y frases-

clave. Al leer las odas triunfales de Pídaro es casi imposible entenderlas si al mismo tiempo no

hacemos revivir en nuestro interior la emoción tensa y palpitante, creada por la poesía y la música,

por la danza, la gloria del vencedor y el orgullo de la familia.

Sus elementos bibliográficos deben tomarse en consideración con suma prudencia, ya que en su

mayoría son deducciones a partir de interpretaciones discubtible o claramente erróneas de la obra

del poeta. Lo mismo ocurre con la datación de los poemas pindáricos.

Características de la composición pindárica

En primer lugar, hay un eje fundamental que condiciona la selección de motivos del poema: el que

une al vencedor y al propio poeta. Es obvio que una tarea primaria del último es alabar al vencedor.

Por ello, con mayor o menor relieve, encontraremos el elogio de la victoria, a veces con una

descripción de cómo se produjo la misma, el elogio de la persona del triunfador así como tampoco

Page 15: El Legado de La Poesía

falta el elogio de personajes secundarios. También hay referencia al propio poeta, a su sabiduría, a

las características de su labor, y al valor y la función de la poesía. El peso fundamental de la

composición descansa en el mito, cuya aparición no se da fundamentalmente en posición central. En

cada oda puede haber uno o más mitos. La integración poética del mito es básica para la labor del

poeta y su articulación en el conjunto de la oda algo esencial para la misma. También es

fundamental la riqueza del lenguaje poético del autor. Papel esencial le corresponde aquí a la

metáfora y al símil, que con frecuencia abre la composición o se engarza en momentos culminantes

de la misma. De nuevo estamos ante un recurso estilístco que cumple a la par una función estética y

sensitiva.

Lengua y métrica

Dentro de la diversidad dialectal de la lengua poética greiga, Píndaro registra algunas peculiaridades

no exentas de problemas a la hora de dar razón de las mismas. Hoy en día, por ejemplo resulta

demasiado restrictiva la catalogación como dorismos de determinados elementos tradicionales. Un

rasgo común respecto a algunas investigaciones sobre la lengua de Píndaro ha sido la llamada de

atención frente a la tendencia de “uniformizar” el texto con un colorido “épico” o “dórico”

generalizado. La comprensión de las peculiaridades de la obra poética de Píndaro no puede

alcanzarse sin tener en cuenta la métrica. A pesar de nuestra imposibilidad de reconstruir una

partitura musical, sí podemos apreciar por qué Píndaro puede considerarse la culminación del arte

lírico coral. Algunas variaciones métricas del poeta son los colo-coriámbicos, yámbicos y sobre

todo, el ritmo dáctilo-epítrito. Lo más destacado, sin embargo, es la adaptación que el poeta logra de

esos ritmos a composiciones que a veces presentan gran complejidad, suprimiendo la sensación de

adición de kola que dan algunos poemas más antiguos. En resumen, la poesía pindárica representa

la evolución de la poesía griega.

La emulación de Píndaro

A diferencia de Horacio, Píndaro fue desconocido en la Edad Media, su poesía era más brillante,

más extraña y más violenta. Por eso, cuando se le redescubrió, produjo una impresión más honda en

los poetas del Renacimiento. La primera edición de las odas de Píndaro fue impresa en Venecia por

el gran editor Manucio en 1513.

Las primeras imitaciones de Píndaro en las lenguas modernas son las italianas. Probablemente son

los hinnos de Luigi Alamanni. Pero la más ruidosa y atrevida respuesta al reto de estilo y reputación

Page 16: El Legado de La Poesía

de Píndaro vino de Francia e hizo el renombre de Pierre de Ronsard. Formó parte del grupo de

poetas que se rebelaron contra las normas tradicionales de la poesía francesa y proclamaron la

revolución de ideales y técnicas. Se dieron a sí mismos el nombre de Pleiade. La revolución que

predicaron sus miembros no tuvo la violencia ni el buen éxito que ellos esperaban. La tesis de Du

Bellay consistía en que el fracés que escribe en latín demuestra una gran falta de patriotismo. El

francés que escribe en francés sin tratar de igualar a los grandes clásicos está admitiendo una

inferioridad. Por eso la poesía francesa debe “saquear la ciudad romana y el templo délfico”, dar a

la literatura de Francia mayor fuerza, haciendo venir a ella los temas, los mitos, los recursos de

estilo, la belleza de Grecia y Roma, pero todo en francés. Du Bellay tenía razón, enriquecer una

literatura nacional trayendo a ella el vigor de una cultura que madurada por los siglos es una madre

y una maestra, es la mejor manera de hacer una literatura eternamente grande. Ronsard pretendía

haber sido el primer francés que escribió odas y aún el primero que empleó la palabra oda, sin

embargo, la palabra “oda” ya se había empleado en francés y en latín corriente años antes de que

Ronsard empezara a escribir y la verdadera invención de la oda francesa se debe a Marot. Lo que

está absolutamente fuera de duda es que Ronsard fue el fundador de la poesía lírica de tono elevado,

fundada en modelos clásicos, no sólo en Francia sino en toda la Europa moderna. Tenía la intención

de publicar una colección de noventa y cuatro odra, Los cuatro primeros libros de las odas. Lo que

lo motivaba era su afán de rivalizar con Píndaro y Horacio. Ronsard trató de encontrar asuntos más

nobles que los que usaba Píndaro para componer sus odas. Por ejemplo, en el libro I, alaba al rey

Enrique II por haber firmado una paz venturosa con Inglaterra. Pero la mayoría de ellas las escribió

para un amigo o para un protector sin ninguna ocasión particular para celebrar. Sin embargo, ese

sentido de júbilo y de triunfo fresco y reciente que está en las obras de Píndaro está ausente a

menudo en las obras de Ronsard.

En cuanto a la fuerza de imaginación y riqueza de estilo, Ronsard está muy por dejabo de Píndaro.

Sus frases son simples y directas, y a menudo se acercan demasiado a la prosa rimada. Muchas

veces su sentido es oscuro, porque creía que, para ser un poeta igual a Píndaro, tenía que cultivar

una profunda oscuridad. Para ellos acudía a oscuras perífrases o aludía a mitos extraños. Las

oraciones que usaba eran muchísimo más sencillas que las de Píndaro y menos variadas. Los mitos

que aparecen en las odas de Ronsard distan mucho de ser rastreros y convencionales. En la décima

oda del libro I hay una hermosa descripción, del nacimiento de las Musas, pero no tienen la

intensidad de los de Píndaro.

Las odas de Ronsard están divididas en estrofas, antístrofas y épodos. En sí mismo, esto es

inúltilmente aritifical, puesto que no las componía para que fuesen cantadas por un coro y danzadas.

Cada copla es prácticamente uniforme; no hay ninguna que tenga el flujo y reflujo de las de

Page 17: El Legado de La Poesía

Píndaro. Todo esto hace que el estilo de Ronsard sea mucho más limitado y machacón que el de

Píndaro, cuyo pensamiento fluye verso a verso En el 1551, Ronsard renunció al intento de rivalizar

con Píndaro. En realidad no tenía ni el caracter ni el ambiente que le hubiera dado la posibilidad de

ser un segundo Píndaro. A pesar de eso, su intento y la obra de la Pléiade, no fueron inútiles.

Ronsard liberó a la lírica francesa de las intrincadas formas estróficas que trababan el pensamiento

del poeta.

El Ronsard Italiano fue Gabriello Chiabrera. En su juventud, Chiabrera se llenó de entusiasmo por

el estudio y emulación de la literatura clásica gracias a su amistad con Manucio. Sus poemas

pindáricos son en parte creaciones independientes, pero en parte están modelados sobre la obras

poética de Ronsard y de la Pléiade. En sus “canciones heroicas” hay un centenar de odas, doce de

las cuales están divididas como las de Píndaro, en estrofas, antístrofas y épodos. Los versos son de

longitud variable y las rimas están repartidas de manera desigual. De este modo, el efecto general es

bastante parecido al de las odas de Píndaro, excepto que se pierde el ritmo triádico recurrente de la

danza. Chiabrera tenía muchas cosas que celebrar. Escribió varios de sus poemas para celebrar

batallas navales. Sin embargo, ni en estos ni en los muchos poemas que escribió consiguió nada que

se parezca al fuego volcánico de Píndaro. Se puede percibir ya elementos en su poesía barrocos. Las

odas están atestadas de dioses y mitos grecorromanos. La melodía de sus odas es verdaderamente

encantadora, sabe entrelazar con notable destreza rima y ritmo, pero no suenan como las odas

trifunfales de Píndaro.

En Inglaterra, la palabra oda comenzó a emplearse en inglés en la época de Shakespeare. El primer

poema inglés que se llama “Oda” es una invocación a las Musas impresa en la introducción

“Apasionada centuria del amor” de Watson, esta obra dista mucho del esquema pindárico. Los

primeros intentos de imitar a Píndaro en inglés aparecieron dos años más tarde. Se encuentran en

“Pandora”, libro de John Southern. Sin embargo, lo que hace es copiar de manera torpe y

desmañada a Ronsard. Sus odas son simplemente unos poemas compuesto en ritmo regular de

cuattro acentos, con versos acomodados de dos en dos y de cuatro en cuatro, pero que no mantienen

el esquema Pindárico que Ronsard había comprendido e imitado.

El primer poema verdaderamente pindárico que se compuso en Inglaterra es el preludio e himno

“En la mañana de la Navidad de Cristo” de Milton. El himno no está dispuesto en tríadas, como la

mayor parte de las obras de Píndaro. Lo que nos da derecho a llamarlo pindárico es su ritmo de

danza, como su sabia asimetría, la opulencia de las imágenes, la fuerza de sus mitos, etc.

Ben Jonson ensayó también la vena pindárica, con intersantes resultados. Su “Oda a la muerte de

Page 18: El Legado de La Poesía

Sir H.Morison”. Sus versos son de tan variada longitud y se acoplan tan hábilmente al sentido, que

el efecto es más libre y suelto, más pindárico. Esta oda de Jonson es la primera de muchas grandes

odas modernas en que los estilos de los grandes poetas líricos clásico, Píndaro y Horacio, se

interpretan para formar una nueva belleza.

Abraham Cowley afirmaba orgullosamente haber sido el inventor de la oda pindárica inglesa.

Cowley abandonó la forma triádica de Píndaro y la reemplazó con el verso irregular, sin adoptar

siquiera la regularidad estrófica de las odas de Milton y Jonson.

Si alguna innovación trajo Cowley fue su empleo de una forma libre con lo cual había creado el

concepto de una oda pindárica en que el poeta queda vencido por sus emociones, expresado en el

metro irregular.

Oda quiere decir “canción”, por lo que los poetas del Renacimiento y de la época barroca se

esforzaban en realzar la belleza de sus odas haciendo que algún compositor les pusiera un

acompañamiento musical, o reproduciendo ellos mismos con palabras, el movimiento y la harmonía

de la música.

Tenemos, por ejemplo, a Dryden quien escribió su “Banquete de Alejandro”. Fue una obra

celebradísima; Dryden veían en ella el mejor poema de su vida y mucho tiempo después volvería

Haendel a ponerle una espléndida música. Ésta no fue más que una de las muchas odas pindáricas

que se escribieron durante la época barroca. Son pindáricas por la estudiada irregularidad que

refleja su conexión con la música, pero Píndaro había destinado sus poemas a la danza, mientras

que estas odas están escritas para orquesta y cantores que no se mueven de su lugar.

La mayoría de las odas pindáricas compuestas en la época barroca no eran musicales sino

ceremoniales. Con el auxilio de Píndaro, los poetas celebraban los nacimientos, matrimonios y

defunciones de la nobleza y la clase acomodada, advenimientos, cornonaciones etc. Sin embargo la

mayoría de estas obran acabaron en fracaso. Era particularmente dificil ser pindárico en los siglos

XVII y XVIII. Píndaro vivió en una época fecunda de grandes poetas, una época en la que la prosa

aún no estaba por entero desarrollada. La era barroca fue una época de pensamiento ordenado, de

prosa bien medida, y de versos frios y simétricos. Así pues, los poetas que anunciaban que se

sentían pindáricos no se convencían ni siquiera a ellos mismos, no digamos a sus oyentes o a la

posterioridad. Pero incluso en el caso de que los poetas barrocos hubiesen sido capaces de sentir y

expresar aunténtico entusiasmo, los asuntos de sus odas pindáricas raras veces eran a propósito

para engendrarlo. Píndaro gustaba de los grandes juegos, de los hermosos mancebos que luchaban

entre sí, de caballos y carros. Sin embargo, los poetas barrocos componían por obligación poemas

sobre el matrimonio de su Alteza, por ejemplo, cuando no estaba interesado en estos temas.

Las odas pindáricas verdaderamente grandes unen vigorosa y rápida elocuencia con aunténtica y

Page 19: El Legado de La Poesía

profunda emoción. Es una combinación rara. La era barroca, con todo su parloteo acerca de lo

sublime poético y la necesidad de rivalizar con Píndaro, rara vez lo consiguió.

Una o dos generaciones más tarde, con los poetas de la era revolucionaria, comenzó a expresarse

mediante odas un nuevo vigor y fuerza. Sin embargo, todavía pueden rastrearse aún dos tendencias:

Horacio tiene sus seguidores y Píndaro tiene los suyos.

Entre los herederos de Píndaro en esta época se cuentan Goethe, Shelley, Hugo, Wordsworth y

Holderlin. La oda pindárica llegó a tener una forma muy libre. Su ritmo se hizo más vigoroso, pero

también más variado. Seguía siendo una danza, pero los danzantes se monían a través de una serie

de esquemas gobernados sólo por la voluntad o la imaginación del poeta.

El contenido de la oda pindárica ha sido siempre exaltado y apasionado. Durante la era

revolucionaria se hizo más enérgico que durante la época barroca y su emoción, sin perder la

intensidad, se hizo más flexible y variada y por lo mismo más griega. Finalmente con la liberación

del espíritu que trajo consigo el siglo XVIII, el acervo de temas propios de la oda se hizo mucho

más rico. Goethe admiraba a Píndaro por encima de todos los poetas no dramáticos, con excepción

de Homero. Leía y traducía a Píndaro a los veinte y veinticinco años. Comenzó a escribir fogosos

poemas líricos en versos cortos e irregulares, a veces con rimas aquí y allá y a veces sin ningua

rima, caracterizados por la alta energía pindárica. También Schiller dejó vario poemas pindáricos

entre ellos un ditirambo y dos célebres oda, “Los dioses de Grecia” y “A la alegría”; estos poemas

están llenos de amor al mito griego y a la verdad griega, pero son de ritmo monótono.

Víctor Hugo, a lo largo de sus “Odas y baladas” es más a menudo pindárico que horaciano. Vemos

su esfuerzo por superar a Píndaro gritando más, cantando más y danzando más que su predecesor.

Sin embargo, el más grande poema pindárico moderno es la oda de Wordsworth “Presagios de la

inmortalidad, de recuerdos de la primera infancia”. Parece a primera vista estar muy lejos del

mundo pindárico, vemos muy presente el espíritu de Píndaro.

TEÓCRITO Y LA POESÍA PASTORIL

Según los escolios, la poesía bucólica en su origen está relacionada con alguna celebración ritual en

honor de Ártemis, pero vacilan en cuanto al lugar (Laconia o Sicilia) y la época (Guerras Médicas).

En ella se habla de la vida dichosa de los pastores, vaquerizos y cabreros en el campo.También

aparecen ninfas, sátiros, y otra flora y fauna para expresar la hermosa vitalidad de la naturaleza

silvestre. Se cree que el creador de este género fue Teócrito. Los celebrantes habrían sido rústicos.

Es muy probable que Teócrito, atraído por la ambientación realista, haya aprovechadoo en sus

Page 20: El Legado de La Poesía

idilios pastoriles conocimientos adquiridos en la audición de cantinelas y competiciones entre

pastores y campesinos sicilianos, del mismo modo que utilizó lo que sabía de encantamientos

amorosos en su idilio II. Teócrito es uno de los poetas bucólicos griegos. La tradición antigua y

medieval ha conservado también poemas suyos de inspiración diferente y contenido diverso.

A pesar de que el género bucólico, con sus pastores y ninfas que cantan y aman inocentemente en

un suave paisaje campestre, nos parezca ahora tedioso e irreal, no carecen de un cierto valor

intrínseco. Es cierto que no son gran literatura, en el sentido de que la tragedia y la epopeya son

gran literatura, es más bien una literatura de evasión, son sueños irreales y maravillosos. Son libros

hechos para jóvenes.

El género bucólico de Grecia y Roma tuvo muy importantes encarnaciones durante el

Renacimiento, de modo que sólo podemos señalar las obras principales que produjeron. Ya antes del

Renacimiento había aparecido el espíritu pastoril. Por ejemplo, “Jeu de robin et Marion” por el

poeta francés de la Halle, es una historia de pastores. En castellano, los más encantadores ejemplos

de esta forma prerrenacentista son las “serranillas” del Marqués de Santillana, poemilla entre

burlescos y amorosos en el que dialogan una serrana y un caballero. Pero el redescubrimiento e

imitación de los poetas bucólicos latinos y la publicación de las novelas griegas fue lo que

realmente hizo renacr estos dos estilos en la literatura moderna. El “Admeto” de Bocaccio es la más

antigua reaparición en una lengua moderna de ambos ideales. En él se mezclan la poesía pastoril y

una alegoría cuyo estilo elevado resulta molesto. El “Admeto” fijó un esquema que luego siguieron,

con mayor o menor fidelidad, todas las demás obras de esta clase duerante el Renacimiento: la

mezcla de prosa narrativa e interludios en verso. Más rica fue la “Arcadia” de Sannarazo. Está

dividida en doce capítulosde prosa separados por doce “eglogas”escritas en metros líricos. Es una

novela pastoril muy rica, compleja, con reminiscencias de poemas épicos y de novelas clásicas.

Introduce muchos detalles de la vida y del paisaje del campo, tomados de Homero, Teócrito,

Virgilio, Ovidio, etc. La “Arcadia” tuvo en éxito enorme fue traducida al francés y al español y se

hicieron de ella muchísimas imitaciones. Mayor todavía fue la fortuna de la “Diana” de Jorge de

Montemayor. Adaptó de la “Arcadia” la mayor parte de la poesía pastoril y ciertos episodios de su

libro. La principal noverdad de esta obra consiste en ser una historia continua, con una trama central

de interés amoroso y varios relatos secundarios que hacen de ella una ficción infinitamente maś

refinada que ninguna de sus predecesoras.

Hubo otras muchas novelas de vena pastoril, mezcladas a veces con tendencias diversas: la

corriente picaresca y la de los libros de caballerías. La novela de Tacio “Leucipa y Clitofonte” fue

traducida nada menos que por Quevedo, aunque su versión se ha perdido. El genio Lope de Vega

Page 21: El Legado de La Poesía

produjo varios libros de este estilo; así la “Arcadia” y su compañera “Los pastores de Belén”. Pero

su obra maestra en este género fue la “Dorotea”, relato dramatizado de amores y aventuras que se

desarrollan en un plano muy elevado. La tradición pastoril continuó a lo largo de la era de

Revolución y llegó al siglo XIX en el cual Arnold y muchos otros le dieron una nueva vida.

Teócrito

Es poco y de escaso valor lo que se ha conservado sobre la vida de este poeta. Las fuentes se

reducen a las dos escuetas notas biográficas de la Suda y de los Prolegómenos de los escolios. Los

mismos escolios proporcionan otras breves indicaciones en los argumentos de los idilios IV, VII y

XI. Fuera de eso, sólo tenemos un epigrama de cuatro versos.

Su obra poética se puede dividir en tres grupos, atendiendo al género: poemas bucólicos, poemas de

tema mitológico y mimos.

Idilios y poemas bucólicos

Los escenarios son campestres, los protagonistas son pastores, vaqueros o cabreros, hay ganados

que pastan y multitud de términos pastoriles. El tema suele ser erótico y los cánticos y la música

están presentes continuamente. Sin embargo, los hechos son más complejos: por ejemplo, el poema

III reproduce el género como o ronda, que es de origen urbano.

A este grupo pertenecen también poemas que, como el XX, XXI y XXVII, contienen algunos

elementos rurales. En bastantes de ellos se alterna el diálogo o el relato con canciones, elemento que

hace intervenir la música y que quedará para la posteridad como uno de los signos típicos de la

pastoral. Los temas de estas canciones suelen ser eróticos o míticos.

Himnos y épica

A este grupo pertenecen todos los poemas que son de tema mitológico y que pueden ser englobados

en géneros como la épica y el himno. Es el caso de los poemas XIII, XVIII, XXII, XXIV, XXV y

XXVI, así como el poema titulado Berenice.

Algunos de estos textos representan un tipo de poesía con grandes innovaciones respecto a los

modelos antiguos; sus materias míticas son sometidas a un tratamiento antiheroico y humanizador,

que reduce la estatura moral de los héroes hasta aproximarlos al hombre de la época. En el plano

formal, esto se complementa con la parcelación de las antiguas sagas, de modo que aparece ante

nuestros ojos tan sólo algún episodio aislado.

Page 22: El Legado de La Poesía

Mimos

Se trata de idilios de marcado carácter urbano, como por ejemplo el II y el XV. En estos textos

Teócrito practica un género que a lo largo de los siglos III y II adquirió un gran auge, pero con claro

distanciamiento de sus orígenes populares. Se trata de un tipo de mimo que, más estrictamente

dramático en el caso de su contemporáneo Herodas, con frecuencia es contaminado en Teócrito con

elementos épicos y líricos.

Así pues, lo que el corpus bucolicum ha conservado como suyo no llega a los 300 versos, de los

cuales, algunos centenares son apócrifos o pueden serlo. A pesar de que la tradición nos ha traído

escasos versos de él, paradójicamente su obra es muy variada. En los idilios, algunas composiciones

encajan bien con esa tradición literaria siracusana. Así, el II, “la hechicera”, vemos un ama y una

esclava que están haciendo un encantamiento para atraer al amante infiel de aquella. El XV presenta

dos señoras siracusanas que viven en Alejandría, hablan animadamente de sus cosas y se dirigen al

palacio a una fiesta de Adonis: en la segunda parte un cantante inicia la melodía con un tono mucho

más elevado. En el XIV, dos amigos se encuentras después de mucho tiempo, y uno de ellos cuenta

cómo descubrió que su amante lo engañaba; la pieza concluye con un inesperado elogio a Ptolomeo.

Estas tres piezas, que son de indudable calidad literaria, tienen forma dramática. También

encontramos elementos mímicos en los idilios.

Los idilios propiamente bucólicos se encuentran al principio del corpus en todas las ramas de la

transmisión manuscrita. Los poemas IV y V son más realistas que los demás y el I y VII son

composiciones muy cuidadas que sin embargo, se parecen poco entre sí. Es interesante observar que

tanto los mimos como los idilios bucólicos usan el dialecto dórico. Sus pastores no se atienen

todavía a presupuestos establecidos, porque antes de él no había bucólica: fue creación suya. La

música y el amor son los principales temas en la exaltación de la vida bucólica, pero en Teócrito aún

no se han convertido todavía en tópicos.

Ademaś de los mimos y los Idilios, Teócrito posee una gran variedad en su obra, que comprende

poemas de otras clases, como los epilios o los espurios.

Tenemos mucha más claridad al hablar de su estilo: los poetas helenísticos tenían mucha más

variedad de opciones a la hora de componer sus poemas, del mismo modo que mezclaban los

Page 23: El Legado de La Poesía

géneros. Teócrito concretamente, utiliza en sus idilios el hexámetro, con el que ensaya posibilidades

expresivas.

Por otra parte, podemos observar la huella de Teócrito en el renacimiento a través de varios

elementos; el primero está basandose en la idea de que los poemas y los relatos pastoriles no son

completamente artificiales en algunos casos. Muchas veces hay en ellos caracterizaciones del autor

y de sus amigos bajo un transparente disfraz, a alusiones de su vida y amores. Teócrito precisamente

fue el que inició esta costumbre: en su Idilio VII aparece él mismo, con el nombre de Simíquidas.

Virgilio, así pues, también aparece en sus “Bucólicas” como Títiro. Hizo entrar también episodios

importantes de su vida, como la recuperación de propiedades de su padre.

Así vemos, que el amor desdichado de Sannazaro fue lo que inspiró el final de la “Arcadia”; o el

“Amintas” de Tasso en el que él mismo aparece con sus amigos. Garcilaso de la Vega en su primera

égloga habla de su amor a doña Isabel Freyre.

Dos generaciones más tarde encontramos todavía este elemento autobiográfico en Milton y en San

Juán de la Cruz y su “cántico espiritual”

Por otra parte, el elemento personal se traduce a veces, en la poesía bucólica en forma de sátira

contras personas o causas que el autor desaprueba, esto lo hizo Virgilio tomando como modelo a

Teócrito. Sin embargo, en el Renacimiento la crítica estética es menos corriente que la crítica

eclesiástica, así pues, era bastante fácil criticar a la iglesia en la poesía pastoril.

La autobiografía toma un sesgo más noble en la elegía personal en la cual los poetas lloran la

muerte prematura de una persona amada. El origen de este esquema lo volvemos a encontrar en

Teócrito cuando éste llora por Dafnis, que murió de amor. En el Renacimiento este esquema se

expandió por toda la Europa occidental.

Yéndonos unos años más adelante, es importante destacar la figura de Shelley, quien conoció

también a Teócrito y a los otros poetas bucólicos, y tradujoalgunas de sus obras. Antes de que

empezara la historia escrita, los griegos de Asia celebraban cada año un rito religioso en que

lloraban la muerte del otoño; entonaban canciones sobre ese tema y personificaban el otoño como

un amable joven, a veces llamaban Adonis a ese joven. Muchos adoptaron este esqueme ninguno

con mayor elocuencia que Milton en su “Licíadas”. Shelley tomó la hermosa forma antigua para

entonar un treno por su amigo, cambiando el nombre de Adonis por otro más melodioso: Adonais.

Page 24: El Legado de La Poesía

TEMA 6: VIRGILIO Y LA TRADICIÓN CLÁSICA

Homero será el guía y maestro: el joven griego crecerá con la “Ilíada” y la “Odisea”, el romano con

Livio Andrónico, con Enio y luego con Virgilio. Para el romano cuya vida es la Res publica, la

épica se convierte para él, casi más que para el griego, en un fenómeno político y religioso. Esto lo

vemos reflejado en la “Eneida”.

En la antiguedad tardía, Virgilio ocupa el lugar de Homero. Siguiendo la traducción de Livio

Andrónico, la épica romana se coloca desde el comienzo bajo el signo de la apropiación espiritual

(imitatio), esto no tendrá ningún significado negativo. A pesar del homerismo programático, el

punto de partida más obvio para los romanos es sin embargo la épica helenística. La contienda con

Homero se desarrolla esencialmente en tres estadios: el arcaico, el virgiliano, el postvirgiliano.

Después de las empresa de Livio Andrónico y Nevio, Enio lleva a término, con la introducción del

hexámetro, la conexión externa con la épica griega. Se llama a sí mismo el Homero reencarnado, en

realidad ha puesto a disposición de todos los poetas todos los colores de la narración homérica.

Sin embargo, solamente Virgilio consigue transferir en formas romanas la estructura de conjunto, la

arquitectura épica de la “Ilíada”, incluso Virgilio en parte va más allá que Homero cuando le

confiere tensión dramática a la acción, suprime lo que no es esencial para la interpretación del

asunto o le da forma individual, a la manera de Apolonio de Rodas.

Al comienzo de la épica romana se encuentra un testimonio pionero de apropiación espiritual, la

“Odusia” de Livio Andrónico. Los tres mayores poemas épicos romanos del periodo precedente al

nacimiento de Cristo deben todos su origen a la experiencia vivida de la vuelta del orden después de

la superación de grandes luchas. Mientras que los poemas épicos de la edad republicana presentan

cada uno una pluralidad de héroes y acciones, la “Eneida” posee unidad interna: se encuentra en una

cumbre desde el punto de vista histórico y literario.

Lengua y estilo

Ya Livio Andrónico se expresa en la épica de manera más solemne que en los otros géneros

literarios, incluida la tragedia. El privilegio del ornamento arcaizante sigue reconociéndosele al epos

incluso más tarde: Virgilio puede usar formas arcaizante, Horacio ya no.

La lengua de Virgilio, que se mantiene libre de toda unilateralidad, será dereminante para la épica

Page 25: El Legado de La Poesía

romana. En su poema proponía en su poema conjugar varios niveles temático, principalmente la

leyenda de Eneas y la historia reciente de Roma, dos mundo ampliamente separados en el tiempo.

La Eneida

La “Eneida”, según su autor, fue una obra compuesta con mucho esfuerzo; comenzó a escribirse en

el año 29 a.C, se habla de once años dedicados a la elaboraciónde la epopeya. La “Eneida” surge

con la pretensión del engrandecimiento de la patria, queriendo renovar también los antiguos géneros

griegos de la épica y la lírica. Al principio, Virgilio pretendía basar su obra en Octavio, pero a pesar

del cambio operado por el poeta, se refirió a él de manera directa sino a partir de sus antepasados.

Virgilio y la Edad Media

Virgilio junto con Ovidio, son los dos poetas latinos que han ejercido la más profunda influencia

sobre la literatura de la Edad Media. Cada uno de ellos parece haber tenido su período privilegiado

de celebridad. Virgilio no cesó jamás de ser estudiado y admirado desde el siglo I hasta más

adelante, en el siglo XI. Las “Geórgicas”, las “Bucólicas” y la “Eneida” eran lecturas indispensables

para el aprendizaje del latín. Sus obras fueron copiadas y transcritas con predilección. El culto de

Virgilio no disminuyó en las escuelas cuando el mundo se hizo cristiano. Los Padres de la Iglesia

usaron el estilo de los antiguos para expresar la nueva fe. Los poetas intentaron incluso presentas

los Evangelios y celebrar la vida de Cristo construyendo epopeyas a la manera de Virgilio.

Virgilio, durante la Edad Media, fue respetado siempre por la Iglesia; a sus ojos, este pagano no era

como los otros, sino que su arte del bien decir y la delicadeza de sus sentimientos podían contribuir

a la educación de los cristianos. De hecho, numerosos escritores manifestaron su admiración por el

poeta estudiándolo e intentado imitarle, sobre todo a partir de la época carolingia.

Hay algo extraño en el siglo XII, y es que en este mismo siglo, se recoje por todo el mundho

románico anécdotas, posiblemente procedentes de Italia, ofreciendo o pretendiendo revelar un

Virgilio mágico y galante, haciendo magia negra y teniendo bajo sus órdenes a mil diablos,

resaltando la intención de poner en guardia al lector contra la seducción del amor y contra la malicia

de las mujeres que han logrado burlarse tanto de Virgilio como de Aristóteles.

En todo caso, lo evidente es que Virgilio conquistó de época en época admiradorese imitadores

destacando, entre todos, Dante y especialmente Petrarca.

Vemos la influencia de Virgilio en Dante a traves de “La divina comedia”; el tema del poema es una

visita al otro mundo, el mundo de más allá de la muerte. La estructura general que siguió Dante:

Page 26: El Legado de La Poesía

división en infierno, purgatorio y paraíso, es cristiana. El hecho esencial es que su guía en el otro

mundo, a través del infierno y a través del purgatorio, es el poeta romano Virgilio. Antes de que

Virgilio lo abandone, llega hasta ellos otro poeta latino, Estacio, quien lo acompaña al paraíso. Está

claro que Dante quiere con esto hacernos deducir que, así como su poema es un complemento de

“Eneida”, asi la imaginación y el arte que hicieron posible que él viera y describiera el mundo de la

eternidad se deben a la poesía latina y en particular a Virgilio. De no haber sido así, Dante habría

persentado como guía suyo a un místico cristiano. Si Dante eligió a Virgilio como guía es porque a

ellos lo invitaban muchas tradiciones y muchos factores espirituales profundamente reveladores. En

primer lugar, Virgilio era, por encima de todos, el pagano que tendía un puente entre el paganismo y

el cristianismo. Hacía esto en un célebre poema (Bucólica IV), el cual predecía el nacimiento de un

niño maravilloso que señalaría el comienzo de una nueva edad del mundo. Virgilio, con este poema,

adquirió la reputación de haber sido un cristiano antes de Cristo. Más importante es el aspecto

interno de la misión cristiana de Virgilio, aunque es el que menos se suele tomar en consideración.

Su poema no era un simple accidente. Era la expresión de un hecho espiritual muy concreto: la

profunda añoranza de paz, el deseo de ver al mundo gobernado por la bondad de Dios. El carácter

de Virgilio es lo que explica este poder visionario y su inmortalidad como guía de Dante.

El tercer factor que determinó la elección de Dante, es que Virgilio había sido un heraldo del

Imperio romano. Para Dante, los dos hechos más importantes de este mundo eran la Iglesia cristiana

y el Sacro Imperio Romano. La “Eneida” es, fundamentalmente, una proclamación del Imperio

romano. Dante creía que ese Imperio era el mismo que regía la Europa central en sus tiempos.

Dante también amó a Virgilio, porque Virgilio amó a Italia. Hay una soberbia descripción de Italia

en uno de los poemas de Virgilio. Aunque no hay que olvidar que, a pesar de que ni Dante ni

Virgilio fueron romanos por su nacimiento, ambos creyeron que los ideales de Roma tenían que

abarcar y vivificar a toda Italia. Este es uno de los motivos principales de las “Geórgicas”, por

ejemplo. Otro motivo es que para Dante Virgilio es el poeta más grande de todos los tiempos y que

él mismo modeló su propia poesía sobre la de Virgilio.

Dante alaba al Virgilio en su obra por su estilo. Sin embargo, no imitó su estilo verbal. Por ejemplo,

en el canto XIII del infierno, los dos poetas entran en un bosque en el que los árboles sangran, ya

que en ellos viven las almas de los suicidas. Esto es una imitación de la “Eneida”. Pero en ella,

cuando Eneas quiebra la rama, Virgilio describe el efecto de modo pintoresco y refinado, en cambio

Dante lo describe con llaneza y transparencia. La lengua es italiano vulgar, no latín clásico. El estilo

es sencillo y directo, no rico ni complicado. El metro y los consonantes son italianos modernos

desarrollados según las normas de la poesía popular de Provenza.

Page 27: El Legado de La Poesía

A diferencia de Dante, Petrarca estaba menos absorto por los temas de moral y teología. Petrarca

nunco tuvo en mucha consideración a Dante, puede que porque envidiara esa grandeza que nunca

iba a conseguir. Aunque no hay que considerar a Petrarca como prefigura del paganismo positivo.

La parte de la literatura de Petrarca más interesante fue la de sus últimos años, cuando tenía

cincuenta. Petrarca, como Dante, escribió en latín y en italiano. Sus libros en una y otra lengua son

muy importantes. Consagró sus principales esfuerzos a una epopeya latina, el “África” cuyo héreo

era Escipión y cuyo modelo fue la “Eneida” de Virgilio. Pero incurrió en un error que Dante no

había cometido. Creía que mientras más fielmente siguiera los lineamiento formales del poeta

clásico que admiraba, más exactamente correspondería cada episodio, cada imagen y tanto mejor

tendría que ser su poema. Significa esto que el poeta no puede trabajar con libertad plena,

atendiendo sólo a la forma de la obra.

También vemos influencia virgiliana en Bocaccio, amigo y discipulo de Petrarca, con su “Teseida”.

Este poema está escrito no sólo en la forma clásica misma de la “Eneida”, en doce libros, sino que,

para ser más exactos, tiene precisamente el mismo número de versos. Su asunto es clásico, las

guerras de Teseo.

Por otra parte, también es conocedor de Virgilio Chauce, aunque sólo leyó de él la “Eneida”.

Resume el asunto de esta epopeya en la “Casa de la Fama” y parcialmente en la “Leyenda de Dido”

en la que cuenta de nuevo la célebre historia de amor. Pero aquí Chaucer, como poeta amoroso,

presenta a Eneas como hombre voluble y no como mártir del deber.

Virgilio y la bucólica

La bucólica es una de las ramas más fascinantes y misteriosas de la poesía y también una de las más

contradictorias. Se conduce con simplicidad, pero puede tratar los objetos más elevados. A las

poesía bucólica pertenecen determinados tipos de situaciones y de composiciones poéticas que en

su mayor parte se encuentran prefigurados en el poeta Teócrito.

A partir de Virgilio son característicos del género tonos pastel difuminados y una misteriosa

polivalencia. El poeta arranca a la temática tan sencilla aparentemente una riqueza infinita de

facetas.

Al comienzo del periodo augústeo el elemento bucólico es una especie de tendencia del momento.

Los bucólico se une a elementos “geórgicos”, al recuerdo de los orígenes romanos, a la renovación

del mundo rural. Virgiliio da una nueva impronta al género. Reduce los elementos toscamente

realistas. Las diez “Églogas” constituyen también como colección una obra de arte completa en sí

misma. Sin embargo, el ámbito temático se amplía: también la infelicidad del momento histórico

Page 28: El Legado de La Poesía

encuentra entrada en la poesía bucólica. Virgilio se enfrenta seria y críticamente con el dolor que la

política causaba en su tiempo a los hombres.

La lengua de las “Bucólicas”, es el habla popular: por ejemplo cuium pecus (en lugar de cuius).

Virgilio escribe en una legua aparentemente sencilla y cotidiana, cuyo carácter artístico se percibe

sólo en una segunda mirada. A veces el estilo se eleva a altura solemne, como en la cuarta égloga.

En cuanto a las “Geórgicas”,intención es glosar e informar acerca de las labores agrícolas, además

de representar una loa de la vida rural. El poema está dividido en cuatro libros, tiene un carácter

didáctico y consta de 2.188 hexámetros. Está inspirado en Los trabajos y los días de Hesíodo.

Virgilio la dedicó de modo especial a sus benefactores,Augusto y Mecenas (al que se invoca en el

inicio de cada libro). La obra sirve de ilustración de algunas de las labores desarrolladas en el

campo (recolección, siembra...), de explicación del funcionamiento de las estaciones del año y de

las características climáticas.

En las “Geórgicas”, tampoco la naturaleza es considerada en sí misma, sino en su relación con el

hombre y la agricultura como paradigma de cultura está inserta en un contexto más amplio:

realización existencial, responsabilidad del hombre hacia la naturaleza, relación entre la vida y la

muerte.

Vemos la influencia que tuvo en la poesía Virgilio en la época medieval. Así Valafrido Estrabón se

inspira en la “Geórgicas” en el “De cultu hortorum”, aunque encontrará un eco considerable a partir

del Renacimiento, primero en latín: “Rusticus” de Poliziano, “Syphilis” Fracastor. Siguen muy

pronto las lenguas nacionales: Rucellai o Alamanni. En Francia las “Geórgicas” son admirada por

Ronsard y Montaigne. También ejercen un fuerte influjo en Inglaterra en el siglo XVIII.

En cuanto a la poesía de las églogas, Virgilio introduce innovaciones que serán adoptadas por los

demás poetas. Lo original son las cosas que añade a su modelo. Algunos de sus poemas tienen por

escenario la campiña siciliana, otros se sitúan en la Arcadia. Virgilio fue el descubridor de la

Arcadia, la tierra idealizada de la vida campestre, donde la juventud es eterna, el amor lo más dulce

de todas las cosas. Virgilio la eligió porque era un país remoto, desconocido e “intacto”. Esta poesía

cobra vida en el Medievo y en la Edad Moderna a toda una serie de géneros literarios que sólo

pueden ser recordados aquí someramente. En el medioevo conocemos, por ejemplo, una égloga

doble a Carlomagno de Autun, donde celebra la nueva edad de oro. La historia de la fortuna de las

“Églogas” se cruza con la de su interpretación en la medida en que ya la filología antigua les explica

alegóricamente en relación con la biografía del poeta. Conocía esta clave interpretativa Dante en

una égloga latina defiende el empleo de la lengua vulgar en su “Divina Comedia” y Petrarca, en su

Page 29: El Legado de La Poesía

“Carmen bucolicum”. Una mezcla de poesía pastoral, temática venatoria y de alegoría sublime se

encuentra en el “Ameto” de Boccaccio. En la influyente “Arcadia”, compuesta en italiano por

Sannazaro, alternan prosa y verso. El mismo poeta scribe poemas en verso en latín. El más célebre

poeta escribe también originales en latín.

El más célebre poeta moderno de composiciones bucólicas en latín es Mantuanus, que realiza

también crítica social.

En España, Garcilaso de la Vega compone siguiendo las huellas de Virgilio. “Sheperd's Calendar, de

Spenser, está más inspirado por el Renacimiento que por la Antiguedad. Milton representa las dos

caras de su propio carácter en “L'Allegro y Il Penseroso”.

La poesía pastoral que sigue las huellas de la “Arcadia”, da lugar a formas narrativas: Montemayor

en la “Diana” transforma la materia pastoral en un relato erótico continuado.

El melodrama y la órea prefieren con frecuencia un marco pastoral: “Acis y Galatea” de Handel y

“Febo y Pan” de Bach.

TEMA 8: EL LEGADO DE HORACIO

Q. Horacio Flaco nació en Venusia el 8 de diciembre del 65 a.C., Encuentra patrocinadores de la

vida literaria conocidos, entre ellos Asinio

Polión (cf. carm. 2, I) y Marco Valerio Mésala (cf. ars 371). Virgilio y Vario, muy

interesados por su poesía, lo presentan a Mecenas (38 a.C.), que io acoge en su

círculo. Entre su producción literaria están los Epodos y de las Sátiras en donde Horacio muestra

que superó la tradición luciliana y separó claramente los géneros del yambo y de

la sátira, todavía unidos en su predecesor.

En los Epodos se anuncia ya al poeta de las Odas. Temáticamente las Odas están también

emparentadas con las Sátiras y con las Epístolas, con las cuales coinciden, en

parte, cronológicamente.

La multiplicidad de los géneros cultivados por Horacio refleja la complejidad de

su temperamento.1 El modelo de su poesía yámbica es Arquíloco de Paros; esto,

Page 30: El Legado de La Poesía

por otra parte, es más válido para ei metro y la actitud batalladora en general, que

para la temática. Horacio señala como modelos de las Odas a Aiceo y a Safo, aunque no podemos

decir con seguridad cuál son los temas que adoptó. Sabemos que no pudo copiar la emoción de

Safo, ni los cantos de odio feroz de Alceo. ; la relación con el

primero es más fácilmente reconocible para nosotros. Píndaro está presente, por ejemplo, el

Carmen saeculare es de estructura pindárica. Horacio admite lo dificil que es rivalizar con Píndaro.

Considera que la época que estaba viviendo el mundo romano en ese momento con el agotamiento

de generaciones, guerras civiles, no necesitaba excitación, sino calma, moderación y pensamiento,

Lo cierto es que rara vez ha contrastado tanto un poeta con su predecesor. Ese mismo contraste

provocará una bifurcación en la corriente lírica: algunos serán descendientes de Píndaro y otros lo

serán de Horacio. Los pindáricos admiran la pasión, la extravagancia; los horacianos la reflexión y

la moderación. También es marcada La influencia de la poesía alejandrina

sobre las Odas es, de cualquier modo, bastante grande. Por lo que respecta a las Epístolas, ya

Lucilio había compuesto cartas en verso. Con sus Epístolas, sin embargo, Horacio crea un género

literario completamente nuevo. Ello permite tratar desde un punto de vista personal diversos temas

de la

vida cotidiana y del control ético de la existencia. Las sátiras están concebidas, en gran

parte, como conversaciones (sermones); el diálogo puede servir de marco a una disertación o a un

relato. En cuanto a la estructura de cada una de las odas, elpoeta parte a

menudo de una idea concreta, a la que puede volver después de una ampliación

de la temática. A veces, el comienzo alude programáticamente a una poesía griega

famosa. Tales citas no quieren tanto establecer una relación temática con el predecesor, como, más

bien, evocar una disposición de ánimo o un nivel estilístico;

el texto, efectivamente, continúa, por lo demás, en dirección distinta de la de su

modelo. Los vocablos que encontramos en las “Odas” a menudo son considerados poco poéticos,

sin embargo, dado que la mayor

parte de los textos latinos poéticos están en ritmo dactilico, faltan en ellos bastantes vocablos —no

porque sean poco poéticos— sino porque no se adaptan al metro.

Por otra parte, Horacio

Page 31: El Legado de La Poesía

ama sustituir expresiones abstractas por concretas. Así dice stomachus en lugar de

ira, Hadria en lugar de mare. La metonimia le parece más natural que la metáfora, pero también se

muestra magistral con las metáforas.

La pervivencia de Horacio

Horacio encuentra continuación ya en Ovidio. Después de Horacio no existe un

verdadero lírico romano. Estacio crea tipos de composición poética propios y no

puede ser comparado con él. Prudencio se presenta como el Horacio cristiano. En el Medievo,

Horacio es tratado como moralista; el principal interés se encuentra en las Sátiras, así Juan de

Meung en el Roman de la rose cita las Sátiras y las Epístolas horacianas, pero no las Odas. Dante,

sin embargo no muestra tanto interés como Petrarca quien lo cita casi con la misma frecuencia que a

Virgilio entusiasmado por su discreto encanto. Pero Petrarca tenía su propio estilo de poesía lírica, y

aunque incorporó algunos pensamientos y frases de Horacio, no escribió estos según los modelos

horaciano.

En el Renacimiento Horacio continúa siendo autor escolar y se le lee como moralista; lo cita en

latín, por ejemplo, Montaigne, de quien, junto

con Lucrecio, es el poeta predilecto. Aparecen traducciones completas de las Sátiras y de las

Epístolas antes que

de las Odas. Sin embargo en el siglo XVI y en el XVII se traducen muchas odas aisladas.

Lo cierto es que es más dificil seguir la huella de Horacio que la de Píndaro. En Italia las primeras

odas horacianas fueron publicadas por Bernardo Tasso. Tasso llevaría a cabo la misma revolución

que llevó a cabo Ronsard en Francia. Otros muchos le siguieron como Chiabrera. Chiabrera en

Italia, Ronsard en Fracia, intentaron ir más allá del siemple empleo de los temas de Horacio y la

imitación de la estructura y el tono de las odas. Trataron de emular sus metros. Pero era un misión

muy dificil ya que se trataba de sustituir una tradición viva por una muerta. En cambio, la

posibilidad de tomar los esquemas de los poemas de Horacio y otros metros clásicos, y adaptarlos al

acento tónico moderno no era tan imposible. En Francia fue la Pléiade quienes aclimataron la poesía

de Horacio, sobre todo Ronsard. Pero antes de Ronsard estuvo Peletier, quien había traducido el

“Arte poética” en verso francés e imitó odas de Horacio.

Por otra parte, a pesar de que Ronsard se jactó de haber rivalizado con Píndaro y superado a

Horacio, no pudo lograrlo. Había imitado a Horacio desde su juventud, de él y Virgilio tomó los

Page 32: El Legado de La Poesía

temas de sus obras. A partir de 1551, se alejó de Píndaro y se orientó del lado de los poetas

elegíacos, sobre todo de Anacreonte. Pero ¿por qué volvió a Horacio?, seguramente porque era lo

que realmente amaba. Ambos eran paganos. Los dos sentían que la religión no tenía mucha relación

con la moral. En la idea del goce de la vida es donde los dos son más afines.

Por otra parte, en Inglaterra, las odas de Horacio se enseñaban en las escuelas y se las citaba en

latín, antes de que los poetas comenzaran a imitarlo. El primer horaciano de Inglaterra fue Ben

Jonson, quien admiró y copió las epístolas. La obra lírica de Herrick y Jonson están tan empapada

en la poesía de Horacio, que no caba siquiera hablar de imitación.

El poema de Andrew Marvell, “A Cromwell en su regreso de Irlanda” se suele considerar la mejor

oda horaciana de la literatura inglesa.

Su amigo Milton tiene una traducción de un delicioso poema amoroso de Horacio, escrita en forma

métrica semejante, pero ligeramente más rica.

En el Barroco observamos que Horacio era respetado más como crítico que como poeta lírico. Pero

cuando los poetas sentían una emoción tranquila pero profunda que no podía expresarse con la rabia

pindárica, acudían a Horacio. “La oda a la soledad” de Pope o las hermosas odas de Collins,

demuestra cuán natural es esta adaptación. El metro lírico griego conocido ahora como estrofa

sáfica de Horacio, es aquí vehículo de las más terribles imaginaciones del juicio final: tumbas

abiertas, víctimas que gritan de dolor.

En la época de la Revolución, pocos hombres podían admirar el mensaje moral y político de

Horacio. Fue una época de juventud. La tradición horaciana sufrió alteraciones mucho más

profundas que la de Píndaro, pero a pesar de eso algo sobrevivió a ella. Keats es un ejemplo a

destacar; él no escribe odas que se parezcan a las de Horacio, sino a las propias de Keats. La más

grande de sus poesías fue “Oda a un ruiseñor”.

Todavía en Ja época de la Ilustración y de la revolución francesa Horacio

ofrece muchas sentencias: también en la colección particular de citas del presidente Jefferson ( f

1826) está representado múltiples veces. Goethe anciano tiene mucho en común con Horacio, por

ejemplo la búsqueda del equilibrio interior, pero una poética romántica, ajustada ahí Goethe joven,

tiene muy poco que compartir con el romano.

Page 33: El Legado de La Poesía

TEMA 8: OVIDIO, POETA DEL EXILIO Y DE LA

METAMORFOSIS

La elegía: generalidades

Comenzamos con las características formales: el metro está constituido por el dístico elegíaco. En

cuanto al contenido, en las elegías muchas veces se trata de publicidad

interesada —real o ficticia. A diferencia del épico, el elegiaco puede tomar postura personal sobre

su tema; la finalidad puede ser la información o también la incitación a la compasión.

Los primeros elegiacos aparecen en Jonia: Calino (s.

VII

a.C.) llama al combate,

Arquíloco (s. Vil) canta con optimismo la guerra, la paz, el eros, la muerte. Tirteo (mitad del s. Vil)

y Solón (alrededor de 640-560) son los primeros elegiacos de la Grecia continental. Solón

proporciona a 1a elegía una temática amplia y se dirige a todos los atenienses. Las elegías de Solón

se pueden considerar

como publicidad política interesad.

En cuanto a la elegía amorosa romana, conoce figuras y situaciones típicas. No sólo el argumento

erótico, sino también la clase de tratamiento literario, hacen que aparezcan

muchos paralelos con la comedia: por ejemplo el soldado como amante rico, las

enseñanzas de la alcahueta. Todavía es más estrecha la relación con el epigrama. Cada poeta

particular tiene, en lo que atañe a ia conformación artística, sus

predilecciones. Tibulo y Ovidio son dos extremos: el primero aspira, con arreglo al

modelo helenístico, a una composición con más temas, por lo que los diversos puntos de vista pasan

de uno a otro por asociación. Ovidio presenta un tema único y lo

trata con una cierta sistematización.

Ovidio

P. Ovidio Nasón nacido en el año de la muerte

Page 34: El Legado de La Poesía

de Cicerón (43 a.C.). Tras la muerte de su hermano, Ovidio sigue los pasos contrarios a la voluntad

de su padre y renuncia a su carrera senatorial. El joven talento atrae la atención de M. Valerio

Mésala

Corvino. Aparecen uno tras otro cinco libros de elegías amorosas (Amores), que Ovidio reducirá

más adelante a tres. Solamente tenemos esta segunda edición. Ovidio se caracteriza como creador

de un nuevo género literario, la carta de la heroína. Aquí, mujeres del mito revelan a sus amantes

lejanos su estado psicológico

en forma de epístola. Otra transformación de la elegía amorosa puede recogerse en (A Arte de amar

(Ars Amatoria), escrita hacia el comienzo de la época de transición.

Entre el 2 y el 8 d.C., aproximadamente, Ovidio trabaja en dos grandes obras: las Metamorfosis, un

poema épico mitológico en 15 libros sobre leyendas relativas a transformaciones, y los Fastos , una

elaboración poética del calendario de

las fiestas romanas, que fue proyectada en doce libros. Durante el camino del exilio fue compuesto

el primer libro de Tristia , una

colección de elegías y de epístolas elegiacas. En el transcurso del tiempo esta obra

llega a tener cinco libros. Mientras que en Tristia los destinatarios quedan en el

anónimo, en las Epistulae ex Ponto que siguen, esta medida cautelar desaparece.

Fuentes, modelos, géneros

Para los “Amores” es decisiva, en primer lugar, la tradición romana: Galo, Tibulo,

Propercio. Ovidio a lo largo de toda su vida nunca renegó de Cornelio Galo; Tibulo recibe un

homenaje; la referencia a él, a pesar de las grandes diferencias entre los dos poetas, mantiene un

activo intercambio

intelectual a nivel personal con Propercio. Para la didascalia amorosa Ovidio podía basarse en

algunas elegías de Tibulo

y en las máximas de las alcahuetas de la comedia; por debajo de su nivel se mueve

la literatura pornográfica en sentido estricto.

Las “Heroidas” son, según la afirmación del mismo Ovidio, un género literario

nuevo creado por él. En ellas se cruzan bastantes géneros: epístola,

Page 35: El Legado de La Poesía

elegía, monólogo dramático. Como en “Amores” y en “Ars amatoria” aparece también aquí la

educación retórica del autor: las “Heroidas”, ciertamente sin aquella preparación escolar no

habrían sido escritas así. Las Metamorfosis son, por la métrica, un poema épico, pero sin unidad de

lugar, tiempo, personaje y acción. Están presentes Homero, Virgilio y Apolonio de

Rodas, pero la obra recuerda más los catálogos poéticos hesiódicos y helenísticos.

Los materiales míticos derivan en gran parte de fuentes helenísticas. La riqueza psicológica de las

“Metamorfosis” nace de la experiencia de Ovidio

como elegiaco y de su conocimiento de la tragedia greco-romana.

Calimaco y su sucesor romano Propercio son padrinos de los “Fastos”. El materia! relativo a la

Roma antigua se lo ofreció -como antes para las partes correspondientes de las Metamorfosis—

Varrón. Entre las poesías del exilio la influencia calimaquea es particularmente vigorosa en el Ibis,

mientras las epístolas elegiacas de carácter personal se consideran

como creación original. Al mismo tiempo, en cuanto publicística interesada, se re

montan a los comienzos de ia elegía (Solón).

Lengua y estilo

El patrimonio léxico de Ovidio está aparentemente próximo a lo cotidiano, la superficie de su

lengua da impresión de facilidad. Solamente con un examen cuidadoso previo se percibe qué

capacidad de invención se esconde tras semejante «naturalidad».

El tratamiento del hexámetro y del dístico elegiaco es igualmente magistral.

Se subraya la riqueza de dáctilos y el ritmo danzante, cuyo efecto se aumenta mediante

separaciones y antítesis. Desde el punto de vista sintáctico llama la atención la predilección por los

paréntesis, un recurso que rompe el fluir normal de la frase. Por el contrario, ciertos particulares

poco creíbles del mito pueden ser puestos en duda parentéticamente: “si credere dignum est”, aquí

el autor guiña el

ojo al lector libre de prejuicios en señal de acuerdo. También se sirve de la antítesis sirve de

vehículo al paso, típicamente ovidiano, ácipathos a la ironía.

Pervivencia

Durante su vida

Page 36: El Legado de La Poesía

el poeta más leído; su influencia literaria sobre los autores sucesivos —Séneca, Lucano, Estacio,

Juvenal, Apuleyo, Claudiano— es considerable. Dante

lo coloca, como cosa comprensible, junto a los más grandes: Homero, Horacio, Virgilio. Se lee no

sólo por interés estético, sino también científico. La poesía de exilio de Ovidio inspiraba a poetas

con un destino parecido, por

ejemplo la de Ernoldo Nigelo poco después de la muerte de Carlomagno.

Los poemas amorosos son padrinos del desarrollo del amor caballeresco en el

Medievo. Hacia finales del siglo XI

comienza una aetas Ovidiana. HildebertdeLavardin yBaldericodeBourgueil escriben versos a

imitación de Ovidio. Se prefieren «comedias» que

por contenido y métrica enlazan en parte con Ovidio. También la poesía rítmica de

los estudiantes se orienta sobre nuestro poeta. En los siglos XI-XIII

Ovidio es uno de los autores escolares más importantes; se escriben introducciones

didácticas (accesus) también ai Arte de amar, que unas veces es estudiado seriamente

como texto de enseñanza, otras, por el contrario, duramente criticado. Los Remedia amons son

tomados desde el punto

de vista médico más seriamente que nunca -todavía Lutero, como joven monje, los

pondrá a prueba sin éxito.

Tantos lectores apasionados de Ovidio dan prueba de su cristianismo en años

más maduros condenando más tarde al poeta erótico o atribuyendo a sus obras un

sentido moral más profundo. Al comienzo del siglo XIV aparece en Francia el anónimo Ovide

moralisé·, se componen Allegoriae, referentes a Ovidio. Estas obras, para nosotros hoy curiosas,

aportan a su época una teórica justificación de la poesía y el mito y en la praxis pedagógica

levantan un dique contra tendencias enemigas de la cultura. En francés las Metamorfosis aparecen

—si se prescinde de una traducción

inédita en verso (en torno al 1350)— en el año 1484, las obras menores siguen entre el 1500 y el

1509. Para el primer Renacimiento junto a Boccaccio ( f 1375) se recuerda también

como admirador de Ovidio a Petrarca; Chaucer ( f 1400) es —sobre

Page 37: El Legado de La Poesía

todo en sus primeras obras- un Ovidianissimus.

Con el Humanismo también el

género de las epístolas de las heroínas recibe un nuevo impulso.1 Spenser se

apoya en Ovidio, por ejemplo, en las descripciones alegóricas de lugares. Michel de Montaigne

(1533-1592) cita a menudo máximas de

nuestro poeta.

Las Metamorfosis proporcionan al Medievo como a la Edad Moderna un rico

patrimonio de mitos y fecundan literatura, arte figurativo y música en una medida que todavía es

difícil abarcar en conjunto. Precisamente los más grandes —Shakespeare,2 Milton, Goethe,3

Pushkin'1— se sienten espontáneamente atraídos por

Ovidio. En muchos casos el efecto de Ovidio se cruza aquí con el de manuales que

derivan en parte de las Metamorfosis: por ejemplo, Genealogiae deorum gentilium

libri de Boccaccio.

Las Metamorfosis estimulan a numerosos ilustradores de libros, que a su vez inspiran a artistas,

proporcionan, empero, también rico

material para la decoración artística de palacios con pinturas, tapicerías y esculturas. A la presencia

de temas ovidianos en la obra de algunos de los

más grandes pintores -piénsese en Tiziano o en Rubens— aquí sólo puede aludirse. La fortuna

de Ovidio alcanza una cima en el siglo XVIII en Inglaterra: como obra colectiva de

grabadores y poetas —entre ellos el gran Dryden. La fascinación ejercida por Ovidio sobre los

artistas figurativos se mantiene

intacta desde la Dafne de Bernini: especialmente en torno al paso del siglo XIX al

XX se descubren contemporáneamente dos temas ovidianos: eros y metamorfosis.

Ovidio y el amor romántico

El concepto de amor romántico que ha dominado sobre la literatura, la musica o el arte, desde hace

muchos años, es una creación medieval: pero en su desarrollo intervinieron importantes elementos

clásicos. Posteriormente en le Renacimiento, este concepto recibió una honda influencia de la

filosofía platónica; pero en la Edad Media esta influencia se sentía muy débilmente, a través de las

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exageraciones neoplatónicas. El ideal de amor romántico tiene una larga y fecunda historia artística,

con un notable reavivamiento en el siglo XIX. Como ejemplo tenemos la “Reina de las hadas” de

Spenser o “Romeo y Julieta”. Es interesante que este concepto haya muerto primero en Francia, que

fue donde nació. En la sociedad francesa moderna no hay casi huella de él. Lo que sí hay son

muchas inversiones del concepto como “La nausea” de Sartre.

Aunque el ideal del amor romántico se estaba formando independientemente de los clásicos en el

siglo XII, había un gran poeta clásico que le daba autoridad. Este autor era Ovidio.

Ovidio fue el más francés de los autores latino y por eso constituyó la más poderosa influencia

clásica sobre la naciente literatura francesa. No sólo en Francia: Ovidio tipifica también el elemento

juguetón y amoroso de la literatura italiana.

La romans medievales franceses tienen tres temas muy especiales: los combates, el amor y las cosas

maravillosas. A medida que los años pasaban, el tema bélico se hizo cada vez menos preponderante

y se fueron aceptando el del amor y lo maravilloso. Ovidio era el maestro del amor, y el más grande

poeta que ha contado cosas maravillosas, por eso fue la causa principal de que en el siglo XII se

cargara el acento en el poder del amor y lo maravilloso. Un ejemplo de esto es la obra “Heloísa y

Abelardo”, donde varias veces se cita a Ovidio, como cuando Heloísa cita en una cara seis versos

del “Arte de amar”, donde habla del enorme poder del amor multiplicado por el vino. El arcipreste

de Hita fue casi un Ovidio reencarnado en España, conocía bien a éste y parafraseó largo pasajes del

“Arte de amar”. Los relatos por él inmortalizados no tardaron en entrar en la literatura europea. Un

ejemplo es el de “Príamo y Tisbe”, poema francés de unos novecientos versos. Este poema es

versión libre del realto de dos infelices amantes que Ovidio tomó. También es destacable la

moralización a la que se sometió la “Metamorfosis” . Por ejemplo Narciso murió de amor a su

propia imagen reflejada en el agu. Esto, explica el traductor exégeta, es símbolo de la vanidad. En

conclusión, tal vez sólo en la Edad Media pudo haber fundido elemento tan dispares como las

hermosas leyendas de Ovidio y la piadosa moral cristiana.

Muchos grandes autores conocieron y estudiaron con intensidad a Ovidio, entre ellos podemos

destacar a Chaucer, hombre de buena posición y que no parece haber frecuentado aulas

universitarias, él fue el primero poeta inglés que conoció a Europa. Chaucer poseyó un

conocimiento excepcional de algunos autores clásicos, en concreto a Ovidio, a quien mejor conoció.

Aunque Ovidio fue mucho más refinado, hubo sin duda cierta afinidad entre ellos. Chaucer

comenzó a utilizar la “Metamorfosis” de Ovidio tan pronto como empezó a escribir versos. Chaucer

también fue uno de los primero poetas modernos que utilizaron en gran escala las “Heroidas”, como

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podemos ver en “La leyenda de las claras mujeres”. Conoció además los “Fastos”, en que Ovidio

ofrece una explicación histórica del calendario romano, obra que Dante desconocía. Sin embargo,

no se puede asegurar que conociera “Arte de amar” y “Remedios de amor”.

También Sheakspeare fue un gran conocedor de los clásico y de Ovidio, quien fue su autor clásico

favorito. Como otros muchachos ingleses de la época, se ejercitó muy probablemente con algunas

obras de Ovidio en la escuela. Lo leyó también más tarde, tanto en el original latino como con la

traducción de las “Metamorfosis” de Golding y lo imitó en muchas de sus obras. El primer libro que

publicó y, según él afirma, el primero que escribió, fue una mezcla y elaboración de dos mitos

griegos que encontró en las “Metamorfosis” de Ovidio. Su otro poema largo, “El rapto de

Lucrecia”, se funda en parte en el relato de Tito Livio y en parte de los “Fastos” de Ovidio. Varias

citas de Ovidio están esparcidas a lo largo de su obra. También expone en muchos de sus sonetos la

idea de que la naturaleza cambia a cada instante. Su poema más sensual “Venus y Adonis”, le fue

inspirado por ciertos episodios de las “Metamorfosis”.

TEMA 9: EL LEGADO CLÁSICO EN LA LITERATURA

ESPAÑOLA

Literatura griega: influencia

Hay épocas en las que ha sido posible contar con copias de obras en la literatura griegas y otras en

las que no ha sido posible. Fueron los humanistas los primeros en hablar de una edad intermedia

que caracterizaron globalmente por su no comunicación directa con lo que ellos consideraban sus

modelos a imitar, los exemplaria graeca. Desde esa época de los humanistas, ha habido copias de

obras griegas y su difusión se ha venido incrementando tras la imprenta y el progreso de edición

parejo al de educación y cultura.

En las culturas modernas, en efecto, ha vuelto a ser posible manejar los exemplaria graeca y estos

han podido proporcionar modelos griegos. Hay autores que han sabido greigo y que han podido leer

directamente sus modelos, pero han sido los menos y que lo supieran no implica que vayan a ser

ellos los más influidos. La mayoría han sufrido la influencia de los textos, no a partir de los

originales, sino de su traducción.

Por otra parte, hay que distinguir entre las culturas que han mantenido una tradición académica

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seguida y otras en que esta tradición ha sido esporádica y sin repercusión social.

Edad Media

Hay cierto consenso en considerar el siglo XII como cierto renacimiento. En esta época se producen

una serie de transformaciones artísticas y una renovación espiritual. En este contexto florece la

poesía de los trovadores. Así pues, las nuevas condiciones sociales implican sin duda una demanda

de productos literarios narrativos además de líricos y en lengua vulgar. La épica que se había

afianzado a caballo entre los siglos XII y XIII ya no satisface las exigencias de los escritores.

Toda la transimisión y difusión de los temas clásicos se hacer a través del latín directa o

indirectamente. Ni en el campo de la narrativa ni en el de la poesía hay influencias del griego. Ni

Arnau de Villanova, que debió de ser contemporaneo de los poetas del mester de clerecía, parece

que supiera griego, aunque se supuso que lo conociera. A la entrada y aclimatación de los temas

griegos ayudaron algunos poetas latinos y entre ellos, particularmente Ovidio. Más tarde, la

expansión catalanoaraganose por el Mediterraneo había acercado el mundo bizantino, a través de

Italia, hasta la Península ibérica. El aragonés Fernández de Heredia, en la segunda mitad del siglo

XIV, sabía bien griego y había hecho traducir autores de esta lengua, tanto a Plutarco como a otros

ya bizantinos.

Los mitos griegos explicados por los poetas latinos, pues, y el modo poético de los toscanos, estos

son los elementos conformadores de la literatura humanística peninsular prerrenacentista. En

catalán escribió Enrique de Villena “Los doce trabajos de Hércules”, que luego él mismo tradujo al

castellano. También en catalán se produjeron una serie de traducciones importantes, siempre desde

el latín, con contenido griego.

Las traducciones de Séneca, Cicerón o incluso de Aristóteles, son algunas de las incorporaciones al

material filosófico. Junto con Virgilio y Lucano, también Homero es convocado por Santillana, si

bien sólo cita su nombre, sabemos que Santillana había llegado a poseer materialmente algunos

libros de la Ilíada en latín. Trece años más joven que Santillana era Juán de la Mena, quien tradujo

de los extractos latinos de Ausonio una Ilíada en romance que fue por primera vez impresa. El estilo

de su prosa fue juzgado como violento, demasiado atento al orden latino de vocablos.

El renacimiento

Ya en el Renacimiento, el griego está de moda, Hay humanistas que lo conocen bien, por un lado, y

por otro las obras griega se empiezan a traducir y pueden influir directamente. El humanismo se

consolidó con la imprenta y puede considerarse físicamente instaurado en España a partir de la

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construcción de la Universidad de Alcalá, al final del siglo XV. Así pues, la situación ha cambiado,

sin embargo, hay que observar hasta qué punto ha cambiado y si ha influenciado en la creación

literaria en el caso de la narrativa o la poesía. La narrativa de ficción renacentista se basa en la

tradición popular, viva, y en modelos clásicos enriquecedores como Luciano, tanto por algunos

poemas como por el tono. Los modelos griegos han jugado un papel decisivo desde el punto de

vista de la conformación del género como tal, por lo que hace a la novela más cómica.

La poesía es sin duda sensible al un cambio de orientación. El primer espléndido botón de muestra

lo constituyen las “Anotaciones” de Fernando de Herrera a la poesía de Garcilaso. La influencia

principal sigue siendo la latina, aunque eso no quiere decir que algunos no supieran griego, como

parece que fue el caso del propio Herrera. Luís de León también conocía el griego.

La lírica

Los nombres más comunes que aparecen en la literatura española son los de Anacreonte, Arquíloco,

Safo o Píndaro y posteriormente de poetas romanos como Horacio o Catulo.

De estos, el que más influencia ha tenido en la literatura española es Horacio, de hecho fue en

España donde se cultivó de manera intensa en su poesía la manera horaciana. Luego se comenzó a

emular sus odas en el siglo XVI. El elegante Garcilaso de la Vega escribió los primeros poemas

líricos horacianos de la literatura castellana, en uno de ellos empleó por primera vez la estrofa

llamada lira.

Fernando de Herrera recibió material mitológico a través de Horacio puesto que no sabía griego. Sin

embargo, el más grande de los líricos fue Fray Luis de León. Hizo hermosas traducciones de los

poemas de Virgilio. De Horacio tradujo más tarde veinte de sus “Odas”, incorrectamente, pero

siempre con apacible hermosura. También hay presencia de Horacio en el género satírico español.

La mayor parte de los satíricos renacentistas españoles fueron populares, y poco se preocuparon en

general de las formas clásicas. Aunque sus temas y sus actitudes pueden coincidir con temas de

Horacio o Persio. En el barroco, hay ecos de las sátiras horacianas en Quevedo, pero donde mejor se

ve la huella romana es en sus “Sonetos morales”.

Por otra parte, en la poesía pastoril también hay ecos de los clásicos. Vemos que “Leucipe y

Clitofonte” fue traducida por Quevedo y que la trama de este libro fue imitada por Alson núez de

Reinoso en su “Clareo y Florisea”. El genio Lope de Vega produjo varios libros de este estilo: así la

“Arcadia” y su compañera “Los pastores de Belén”. Su obra maestra en este género fue la

“Dorotea”. También Luis de Góngora sorprendió en España con dos obras escritas en este estilo,

que no se parecía ni remotamente al de ninguno de sus contemporaneos españoles, estas obras son

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el “Polifemo” y las “Soledades”. El primero es un verdadero poema bucólico sobre un episodio de

la “Metamorfosis” de Ovidio. El arte con el que Góngora adorna esta fábula impide ver a muchos

críticos que su intención es burlesca. Este tema cómico es típico en Teócrito y Ovidio. Su otro

poema, las “Soledades” es una obra mucho más trabajada y perfecta. Describe la vida feliz e ideal

de los cabreros que habitan en el campo. El poema está incompleto. El poema es paralelo por su

intensidad a las “Geórgicas” de Virgilio. La sintaxis de las “Soledades” es más griega y latina que

española. La poesía de Góngora tiene un tema sencillo, pero complicado en lenguaje.