el impacto de las centrales de riesgo en el crédito de consumo

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El Impacto de las Centrales de Riesgo en el Crédito de Consumo Carolina Mariño Rehbein UNIVERSIDAD DE LOS ANDES Facultad de Administración Bogotá D.C. Abril de 2004

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El Impacto de las Centrales de Riesgo en el Crédito de Consumo

Carolina Mariño Rehbein

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES Facultad de Administración

Bogotá D.C. Abril de 2004

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INDICE

1. INTRODUCCIÓN 1 1.1. Antecedentes 1 1.2. Objetivos y pertinencia 2 1.3. Metodología 3 1.4. Resultados esperados 4 1.5. Lo que viene 5 2. MARCO TEORICO 6 2.1. El problema de selección adversa y riesgo moral 6 2.2. Tipos de información 8 2.3. El rol de las centrales de información 9 2.4. Efectos de los registros de crédito 9 2.5. Estudios realizados 11 2.6. Entorno 12 2.7. La disyuntiva entre públicos y privados 13 2.8. La información como medida de riesgo (riesgo de crédito) 14 3. CENTRALES DE INFORMACION CREDITICIA EN COLOMBIA 16 3.1. Historia de las centrales 16

3.2. Centrales de riesgo 17 3.2.1. Públicas 17 3.2.1.1. CIR-SB 17 3.2.2. Privadas 18 3.2.2.1. CIFIN 18 3.2.2.2. DataCrédito 18 3.3. Marco regulatorio 19 3.4. Fluctuación del crédito de consumo 21 3.5. Estudio ANIF 24 4. EL EFECTO DE LAS CENTRALES DE INFORMACIÓN: CASO DE VARIOS PAÍSES LATINOAMERICANOS 29 4.1. Países estudiados 30 4.1.1. El Salvador 30 4.1.2. Perú 30 4.1.3. Uruguay 31 4.2. Países analizados 31 4.2.1. Ecuador 31 4.2.2. Honduras 33 4.2.3. Venezuela 34 4.2.4. Comparativo 35 5. CONCLUSIONES 37 REFERENCIAS 39 ANEXOS 42

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GRÁFICOS Gráfico 3.1. Colombia: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB 23 Gráfico 3.2. Destino del Crédito 24 Gráfico 3.3. Consultas en Registros de Cámara de Comercio 25 Gráfico 3.4. Información de las Centrales de Riesgo 26 Gráfico 3.5. Peso de la Información a Personas Naturales 26 Gráfico 4.1. Ecuador: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB 32 Gráfico 4.2. Honduras: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB 33 Gráfico 4.3. Venezuela: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB 35 Gráfico 4.4. Comparativo: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB 35 Gráfico A.1. Fijación de la Política de Crédito 44 Gráfico A.2. Consulta de Información 44 Gráfico A.3. Confiabilidad de la Información 45 Gráfico A.4. Cobertura de la Información 45 Gráfico A.5. Utilización de Modelos Estandarizados (S. Financiero) 46 Gráfico A.6. Utilización de Modelos Estandarizados (S. Real) 46

CUADROS Cuadro 3.1. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Colombia 22 Cuadro 4.1. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Ecuador 32 Cuadro 4.2. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Honduras 33 Cuadro 4.3. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Venezuela 34

ANEXOS Anexo 1: Modelo de reporte colombiano 42 Anexo 2: Resultados encuesta ANIF 44

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1. INTRODUCCIÓN En los últimos tiempos el rol de las centrales de información crediticia ha sido un tema de arduos debates, dada su importancia en el funcionamiento de los mercados de crédito para el desarrollo económico. En algunos medios se afirma que su existencia vulnera el derecho al buen nombre y al de la intimidad. Por otra parte, se argumenta que es necesario tener información a la hora de otorgar crédito a los prestatarios, dentro de un conjunto de otros factores que también se deben tener en cuenta (garantías, flujo de caja, capital, etc.). Sin embargo, muchos dicen ser afectados por las supuestas “listas negras” ya que muchas veces se les niega acceso al crédito por su mal historial. En este contexto, preguntarse si las centrales de riesgo realmente movilizan el crédito,

especialmente el de consumo y por esa vía juegan un papel positivo en el desarrollo económico cobra una gran importancia. Este proyecto de grado se propone mostrar la importancia que las centrales de información y riesgo tienen en el acceso a los créditos de consumo y por ende el impacto en el crecimiento de las economías. 1.1. Antecedentes El permitir que todos los otorgantes de crédito (no necesariamente las instituciones financieras) efectivamente faciliten créditos de forma ágil y oportuna a las personas que no conocen es el propósito fundamental de las centrales de información crediticia. Con el fin de reducir los riesgos al otorgar crédito a quienes no conocen, sin estas centrales de riesgo, los prestamistas prestan a quienes conocen o a aquellos que ofrecen mejor garantía. La demostración teórica fue establecida por Joseph Stiglitz, quien ganó el premio Nobel de Economía por su trabajo sobre los disfuncionamientos del mercado de crédito y las asimetrías de información entre agente y principal aplicadas a dichos mercados. Stiglitz & Weiss (1981) concluyeron que las centrales son la respuesta institucional que resuelve el problema de asimetría y permite la expansión del crédito. Teóricamente el tema de centrales de información crediticia está profundamente estructurado y discutido: Pagano & Japelli (1993), Padilla & Pagano (1997), Jappelli & Pagano (1999), Galindo & Miller (2001). Se han realizado diferentes estudios en los últimos años en varios países latinoamericanos acerca de la importancia de las centrales de riesgo en la economía. Muchos de estos han sido impulsados por las mismas centrales, en búsqueda de la aceptación de los legisladores, del

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público, así como de las instituciones proveedoras del crédito. Esto da pie a que muchas veces los estudios sean sesgados, analizando únicamente lo positivo de estas centrales y no lo que puede llegar a ser negativo. Por otro lado, los estudios realizados por instituciones internacionales como el GTZ o el BID (que tiene una visión acerca de las centrales un poco más objetiva), han estudiado los casos de varios países de Latinoamérica como Perú, El Salvador y Uruguay, pero Colombia no ha estado dentro de su espectro. Este proyecto de grado propone una visión imparcial, basada en información sobre Colombia, con lo cual será posible compararla con la de otros países en donde se han realizado estudios con respecto a este tema. 1.2. Objetivos y pertinencia Para poder mostrar la importancia que las centrales de información crediticia tienen en la economía y, especialmente, el efecto de éstas sobre el crédito de consumo es necesario primero hallar su razón de ser y encontrar cuales son los diferentes conceptos, o en su defecto, los diferentes tipos de centrales de riesgo que existen hoy día. Así mismo, resulta importante conocer el rol que juegan, para qué sirven, sus efectos, el entorno en el que se desarrollan y cuales son los principales agentes afectados por las centrales y de qué forma. En el caso colombiano se podrá definir, gracias al análisis de datos proveídos por la Superintendencia Bancaria, la Asobancaria y al estudio realizado por Hugo Oliveros para la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (2003), cual es el efecto real de las centrales de información y riesgo sobre los niveles de crédito de consumo. En este se podrá también determinar qué otras variables inciden en el otorgamiento de crédito según las diferentes entidades financieras estudiadas. Además, se observará la tendencia del crédito de consumo a través de los años buscando encontrar la relación de ésta con los momentos decisivos de la vida de las centrales en Colombia. Ya que por su propia naturaleza el crédito de consumo constituye la actividad crediticia más dependiente de la información proporcionada por las centrales de riesgo. Por otro lado, serán presentados y discutidos otros estudios llevados a cabo en otros países latinoamericanos donde se analiza la importancia del papel que juegan la centrales de información crediticia a la hora de otorgar créditos de consumo por parte de las instituciones financieras. Se pretenderá demostrar la diferencia (en términos del peso del crédito de consumo

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en la economía) entre aquellos países que cuentan con centrales de información crediticia estables y bien organizadas y aquellos que no las tienen (o que están en proceso de desarrollarlas) por medio de la profundización de la cartera de crédito de consumo en el PIB. Con esto en mente, este proyecto de grado le podrá ser útil a diferentes grupos de personas. En primer lugar, las centrales de riesgo mismas; ya que podrán ver el efecto real que tienen sobre el crédito de consumo. Estas también lograrán verse comparativamente frente a los otros países mencionados y podrán adoptar metodologías o pautas que consideren apropiadas para el medio colombiano. En segundo lugar, las instituciones financieras (o entidades que otorgan crédito) ya que se podrán dar cuenta de la importancia de las centrales de riesgo como herramienta decisiva para otorgar créditos. En tercer lugar, a los legisladores, quienes olvidan o a menudo retrasan sus decisiones sobre la materia por falta de entendimiento y recursos. Pero sin duda, el mayor beneficiario de este proyecto de grado será el ciudadano común dado que tendrá la oportunidad de entender qué es en realidad un buró de crédito, con qué tipo de información cuentan las bases de datos de las centrales colombianas y cómo les afecta en realidad en el momento de solicitar un préstamo (es importante mencionar que la imagen de las centrales de riesgo en el público es negativa por la falta de información acerca del rol que juegan en la economía) y su asociación natural con listas negras que solo sirven para cobrar pero no para prestar. 1.3. Metodología Este proyecto de grado estará basado principalmente en la metodología del estudio realizado por el Deutsche Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH titulado “Estudio de Casos de Burós de Crédito Seleccionados en Varios Países Latinoamericanos”. En este se analizan aspectos como la descripción del sector microfinanciero actual, los servicios de información de riesgo crediticio ofrecidos, el ambiente regulatorio y de supervisión existente, las diferentes iniciativas de promoción del uso de servicios de información sobre riesgo crediticio que se han presentado y los impactos que los burós de crédito han tenido sobre las microfinanzas. Esto para cada uno de los países (Perú, El Salvador, Uruguay) involucrados en el estudio. En este proyecto de grado parece interesante revisar el crecimiento económico colombiano de los últimos años y dar así, una breve descripción de lo que se puede encontrar hoy día en términos de utilizaciones de las bases de datos, tipo de información solicitada, etc. Con un poco más de profundidad, se puede describir y explicar los servicios de información de riesgo crediticio que se ofrecen actualmente por las dos centrales privadas que existen en Colombia:

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DataCrédito y CIFIN; y más aun cómo estas trabajan conjuntamente con el sector financiero y el sector real (con aquellas entidades que también otorgan crédito, sin ser necesariamente financieras). Es importante tener en cuenta el ambiente regulatorio sobre el cual se mueve este negocio, ya que de este depende gran parte de la información disponible tanto para las centrales como para sus clientes. En este orden de ideas, se logrará ver qué tipo de iniciativas se han tenido en Colombia a la hora de fomentar el uso de los servicios de información de riesgo crediticio. Teniendo en cuenta todos estos factores más el análisis de las fluctuaciones del crédito de consumo de los últimos 25 años, será posible tener una idea sobre el impacto de las centrales de riesgo en el sector financiero (qué, para efectos de este proyecto de grado, será determinada por medio del crecimiento de la cartera de los créditos de consumo vs. Producto interno bruto). 1.4. Resultados esperados Se espera, básicamente, uno de dos posibles resultados. El primero: encontrar que las centrales de riesgo son agentes catalizadores de los créditos de consumo. Con esto, se entendería que la información proveída por las centrales de información crediticia es una herramienta eficaz que ayuda a la toma de decisiones de una organización que otorga créditos. Conocer la distribución del peso que tienen las diferentes variables y en especial la información de los burós para estas instituciones podría ser un indicador importante. En caso contrario, se podría encontrar que los burós de crédito no ayudan a movilizar los créditos de consumo, y/o que su influencia no es importante. Si esto sucede, sería interesante analizar cuales son los factores que sí afectan este tipo de crédito y su respectiva importancia en la toma de la decisión. En cualquiera de los dos escenarios, el paralelo internacional dará una visión más completa de lo que se vive en Latinoamérica; ya que se podrá tener un panorama de la situación en la que se encuentran países similares al nuestro. Se podrán proponer diferentes metodologías que han sido exitosamente implantadas en otros países; sea esto para convertir a las centrales de riesgo en “movilizadoras” del crédito de consumo o para que la gestión de las mismas se vuelva más aceptada y eficiente.

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1.5. Lo que viene En el siguiente capítulo se desarrollará el marco teórico que soporta la tendencia a romper las asimetrías de información, así como también las diferentes definiciones de centrales de información crediticia según entidades internacionales y nacionales y los diferentes tipos de burós que se pueden encontrar en el mercado. Se analizará, además de su fundamento teórico, su utilidad para la sociedad. En el tercer capitulo se le dará un repaso a la situación actual colombiana en cuanto a bases de datos; sus participantes, el marco regulatorio bajo el cual se mueve y se observará la investigación realizada por ANIF. Se analizarán las tendencias del crédito de consumo (con datos proporcionados por la Superintendencia Bancaria y la Asobancaria) y se buscará relacionar el efecto de las centrales de información crediticia con esta tendencia. Una vez entendido el caso colombiano, en el cuarto capítulo se estudiará el caso de países latinoamericanos como Ecuador, Honduras y Venezuela y los resultados de otros estudios que lograrán ubicar al lector en un contexto internacional y de esta forma establecer puntos de comparación importantes. Buscando establecer un comparativo real, se presentará un cuadro por país relacionando cartera de créditos de consumo sobre PIB, como se hizo en el caso colombiano. Con esa metodología se logrará concluir en el quinto capítulo, no solo la importancia de las centrales de riesgo en la economía (créditos de consumo) sino también el lugar que ocupa Colombia en este tema en el mundo latinoamericano.

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2. MARCO TEORICO

El papel que desempeña la información asimétrica en los mercados de crédito ha sido ampliamente discutida en la teoría económica. Según Miller (2003), Jaffee & Russell (1976) y Stiglitz & Weiss (1981) demostraron la importancia de la información en el mercado del crédito afirmando que, como este mercado incluye transacciones por un periodo de tiempo, la información asimétrica entre prestatarios y prestamistas contiene problemas de selección adversa y riesgo moral. Esto hace, entre otros, que el precio del préstamo o tasa de interés no sea completamente transparente. Por ello, el crédito es limitado y a algunos prestatarios les son denegados los créditos. 2.1. El problema de selección adversa y riesgo moral Dada la naturaleza prospectiva de los contratos de crédito que involucran un compromiso de pagar en el futuro, la identidad e intenciones del comprador o prestatario son un factor critico en la rentabilidad del crédito o préstamo. Generalmente los prestamistas solo tienen información parcial acerca de los prestatarios potenciales y de sus intenciones de crédito lo cual crea un problema de selección adversa en el mercado (Banco Interamericano de Desarrollo, 2001). Según Inés Macho, en su libro Introducción a la Economía de la Información, en muchas ocasiones el problema más grave que aparece en una relación contractual es que las partes contratantes no se conocen a la perfección; cuando este problema se presenta se está frente a una situación de selección adversa. El problema aparece cuando el agente, en este caso el prestatario, tiene más información que el principal o prestamista sobre cualquiera de las variables relevantes para la relación. Este (el prestatario) solo revelará la información que quiera, si ello no va en su contra, ya que quien posee la información puede tener interés en ocultarla en función de la situación. “La existencia de información asimétrica entre los distintos participantes en un mercado puede llevar no solo a modificaciones en el equilibrio de mercado (léase pérdidas de eficiencia), sino también a que en algunos casos no exista equilibrio”1. De tal forma, siempre se les otorga crédito a las mismas personas y no se les da la oportunidad a los demás de acceder a préstamos.

1 Macho, I. (1994). El problema de Selección Adversa. En Introducción a la Economía de la Información (pp. 113-125). Barcelona: Ariel.

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Surge entonces la posibilidad de incurrir en riesgo moral, donde “la posibilidad de que los prestatarios traten de evitar amortizar el préstamo o tomen medidas que incrementen el riesgo del proyecto”2 aumenta. Cuando hay asimetrías de información los contratos no pueden ser óptimos. Padilla y Pagano (1997) establecieron que el riesgo moral en los contratos de crédito puede reducirse al compartir información ya que impone disciplina a los usuarios del crédito. Cuando un principal otorga un préstamo, el agente es conciente que su comportamiento será registrado en el buró, por lo tanto, los prestamistas y los “buenos” prestatarios que pagan sus obligaciones a tiempo, tienen importantes incentivos para sobrepasar el problema de asimetrías de información (Miller, 2003). Promueve entonces la cultura de pago en las sociedades. El problema de selección adversa y riesgo moral surge con independencia de la aversión al riesgo del agente (prestatario); incluso si este es neutral ante el riesgo el problema se plantea en los mismos términos. En el mercado crediticio, entre mayor sea el problema de información asimétrica en el mercado de crédito, mayores serán las limitaciones a la hora de otorgar préstamos (Miller, 2003). Principalmente porque “la asimetría en la información que poseen los prestatarios y los prestamistas acerca de la calidad y el riesgo de amortización de un proyecto (prestatario) puede hacer que los tipos de interés no equilibren el mercado”3. Por esto, según el BID (2001), el resultado es el racionamiento del crédito y el equilibrio a mayor precio y menor disponibilidad de crédito que si dispusiera de información perfecta. Los registros de información, conocidos también como: registros, agencias, burós, centrales de información crediticia, centrales de riesgo o centrales de crédito, “recopilan, distribuyen y con frecuencia analizan información sobre el comportamiento de los prestatarios, a partir de diversas fuentes que incluyen un buen número de prestamistas”4. Son las respuestas institucionales que los prestamistas han desarrollado para minimizar el impacto de la información asimétrica (BID, 2001). Según Miller (2003), estas centrales pueden reducir el impacto de la información asimétrica mediante la disponibilidad de la historia crediticia de los agentes a los principales potenciales. “Los registros de crédito que recopilan datos históricos estandarizados sobre los

2 Banco Interamericano de Desarrollo. (2001). La Información en los mercados financieros: la función de los registros de crédito. En Competitividad: El Motor del Crecimiento, Progreso Económico y Social en América Latina. Washington, USA: BID. p. 89. 3 Ibíd. 4 Ibíd.

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prestatarios crean un nuevo tipo de garantía – basada en la reputación – que puede ayudar a reducir los problemas de selección adversa y riesgo moral”5. Con el ánimo de ofrecer claridad y transparencia a este tema, es de suma importancia definir en el contexto actual qué son las renombradas centrales de riesgo. Para muchos, burós de crédito son simplemente aquellos “terceros especializados en la recolección y administración de la información crediticia”6. Sin embargo, la anterior definición puede resultar un poco ambigua, por lo cual el concepto del International Finance Corporation (IFC)7 resulta más completo. En este, una central de riesgo es una agencia o compañía independiente que compila datos del registro público, información estatutaria, transacciones de crédito e historia de pagos tanto de personas naturales como de personas jurídicas. Es decir, el término se refiere a las bases de datos de información sobre prestatarios en un sistema financiero, donde la materia prima (los datos) gira alrededor de la historia del comportamiento de pago de un agente. La información recolectada se vuelve parte de la reputación colateral del prestatario, donde las morosidades reducen el valor de este colateral otorgando un incentivo adicional para pagar a tiempo. La información de estos registros está disponible para consumidores individuales y/o firmas y así pueden evitar hacer préstamos a personas u individuos de alto riesgo con historial de malos pagos, alta morosidad y/o bancarrota (Millar, 2003); y a su vez estimula el otorgamiento de crédito a personas con buenos antecedentes crediticios. 2.2. Tipos de información (positiva, negativa, básica, etc.) Un principio básico de la psicología es que el comportamiento pasado constituye la mejor forma de predecir el comportamiento futuro explica el poder de la información que posee una central, que provee información detallada en el comportamiento de pago histórico (Miller, 2003). Los datos disponibles en una central pueden ser únicamente negativos (información sobre moras u otras irregularidades). También puede haber información positiva como deudas ordinarias, y demuestran el pago mes a mes que reflejan el comportamiento histórico. Estos registros pueden 5 Banco Interamericano de Desarrollo. (2001). La Información en los mercados financieros: la función de los registros de crédito. En Competitividad: El Motor del Crecimiento, Progreso Económico y Social en América Latina. Washington, USA: BID. p. 90. 6 González, S. (2003). La información histórica crediticia. Recuperado Noviembre 2003, de Página Web Superintendencia Bancaria: http://www.superbancaria.gov.co/comunicadosypublicaciones/publicaciones generales/80%20a%F1os/80web/archivos/ShennyGonzalez.pdf 7 International Finance Corporation. (2002). Credit Bureaus: What is a Credit Bureau? Recuperado Septiembre 2003, de Pagina Web: http://www.ifc.org/sme/smeknowledge/html/credit_bureaus.html

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tener otro tipo de información básica sociodemográfica que incluye datos personales como edad y localización así como también información acerca de sentencias judiciales u otra información proveída por diferentes estancias gubernamentales (Miller, 2003). Cualquiera sea el tipo de información contenida, para garantizar un adecuado funcionamiento es necesario asegurar que la información contenida en ellas sea veraz. “Los registros de crédito solo pueden tener éxito y reducir las asimetrías de información si los datos compartidos son fiables”8. 2.3. El rol de las centrales de información Según el IFC9, el rol de una central de información y riesgo es: (i) facilitar el compartir de la información; (ii) ser el puente entre prestamistas y prestatarios; (iii) proteger a las instituciones financieras de hacer préstamos malos; (iv) proteger a los consumidores mediante el racionamiento del crédito basado en las capacidades de pago; (v) facilitar el acceso a volúmenes grandes de crédito de forma ágil, por medio de evaluaciones de habilidad y diligencia de pago; (vi) reportar la información que afecta positiva o negativamente la capacidad acreedora; y (vii) limitar el nivel de fraude. 2.4. Efectos de los registros de crédito Como mencionado anteriormente, debido a la asimetría de información que existe entre quienes dan préstamos y quienes los reciben, el precio de este (la tasa de interés) “no constituye una forma apropiada de equilibrar la oferta y demanda de recursos financieros”10. Las centrales de riesgo reducen notablemente el costo de los préstamos y se abren nuevas oportunidades crediticias (BID, 2001). El IFC11 sostiene que al mantener un “record” de las finanzas personales de los individuos y los asuntos de negocios financieros de las compañías, estas instituciones proporcionan un servicio valioso al sector financiero y al mercado de crédito en general. Permiten que los prestamistas: (i) conozcan a la gente que está detrás de las pequeñas empresas que buscan préstamos; (ii) conozcan sus historias de crédito; y (iii) descubran señas de

8 Banco Interamericano de Desarrollo. (2001). La Información en los mercados financieros: la función de los registros de crédito. En Competitividad: El Motor del Crecimiento, Progreso Económico y Social en América Latina. Washington, USA: BID. p. 95. 9 International Finance Corporation. (2002). Credit Bureaus: What is a Credit Bureau? Recuperado Septiembre 2003, de Pagina Web: http://www.ifc.org/sme/smeknowledge/html/credit_bureaus.html 10 Op. Cit. p. 90. 11 Op. Cit.

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incompetencia o de falta de honestidad que puedan estar ocultas detrás de las cortinas corporativas (fraude). Stiglitz y Weiss (1981) afirmaron que la estructura del mercado de crédito determina la medida en que los prestamistas y los prestatarios se benefician de una mayor transparencia en la información. El mayor acceso a la información debería aumentar el número de préstamos, aunque no necesariamente reduce el precio de estos. Esto depende de que el mercado de crédito sea competitivo y la información se pueda transmitir. Por otro lado, Pagano y Jappelli (1993) proporcionaron el primer tratamiento riguroso de los mecanismos para compartir información. Analizaron como la información puede afectar el problema de selección adversa y encontraron que la estructura del mercado de crédito determina el efecto de que se comparta información sobre los préstamos. En un mercado competitivo las rentas de información disminuyen y los préstamos aumentan mientras que en un mercado poco competitivo estos beneficios no se producen necesariamente. Según Barron y Staten (2003) la disponibilidad de información es crucial para adopción de decisiones de crédito razonables, disminuye las tasas de incumplimiento e incrementa el acceso al crédito. “Las ventajas de compartir la información se hacen cada vez más evidentes. Las empresas, los particulares y los gobiernos están tomando conciencia de esto…”12. Una buena central de riesgo beneficia al país ya que democratiza el crédito creándole oportunidades de participación a todos; protege los ahorros de las personas dándole herramientas a las instituciones otorgantes de crédito para que tomen decisiones correctas; promueve sanas costumbres de crédito al incentivar la cultura del buen pago y disminuye el riesgo a través de información veraz, exacta y oportuna. Favorece también al ciudadano ya que le proporciona acceso al crédito reduciendo los trámites para la solicitud de créditos y haciendo público el comportamiento de pago histórico de las personas a aquellos interesados en conocerlo. Por otro lado, le suministra al sistema crediticio una herramienta útil para el análisis de riesgo haciendo más eficiente la asignación del crédito a un costo y riesgo moderado. “Una vez que el sistema financiero reconoce el valor de esta información, su difusión puede asegurarse por ejemplo imponiendo condiciones de reciprocidad sobre el uso de datos”13.

12 Banco Interamericano de Desarrollo. (2001). La Información en los mercados financieros: la función de los registros de crédito. En Competitividad: El Motor del Crecimiento, Progreso Económico y Social en América Latina. Washington, USA: BID. p. 93. 13 Ibíd. p. 94.

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“La información contenida en los registros ha demostrado tener mayor poder predictivo que las garantías para indicar qué suscriptores de préstamos son fiables y, en consecuencia, los bancos le asignan incluso mayor valor que a las garantías”14. Los prestamistas mejor informados están en condiciones de proveer mejores servicios financieros. La gestión del riesgo crediticio enmarca el límite de exposición al que se enfrentan las entidades financieras; sin información histórica el acceso al crédito se restringe, las tasas tienden a incrementarse por el desconocimiento del riesgo y se aumentan las exigencias de constitución de garantías para mitigar las eventuales pérdidas con una consecuencia negativa para el crecimiento de la economía (González, 2003). 2.5. Estudios realizados Aunque existe una amplia literatura en economía acerca del papel que juega la información en los mercados de crédito, muy poca atención se ha prestado a los aspectos institucionales del tema. No existe fuente de información comparable acerca del estatus sobre centrales de información crediticia en Latinoamérica o, en su defecto, en el resto del mundo. “Hay pocos estudios empíricos sobre los beneficios de las instituciones dedicadas a compartir información y sobre su efecto en los mercados de crédito”15. Según BID (2003), existen dos explicaciones a este fenómeno: la explicación macro que establece la falta de datos transversales sobre la naturaleza de los diferentes sistemas de declaración de crédito en cada país y la explicación micro que habla de la confidencialidad de la información de los registros de crédito en manos de empresas privadas. Ya que estas no permiten el fácil acceso a los datos para la investigación por temor de perder a sus clientes porque sienten que pierden control sobre sus mejores activos. Sin embargo, en los últimos años se han hecho esfuerzos utilizando información de los propios registros de crédito por diferentes investigadores en diversos estudios. El Banco Mundial, por medio del IFC, ha invertido recursos importantes en estos estudios ya que considera que con la existencia de estos y la consecuente democratización del crédito se pueden también reducir los índices de pobreza. No solo han invertido en el desarrollo de estas investigaciones sino que también participan como socios en diferentes burós en distintos países.

14 Banco Interamericano de Desarrollo. (2001). La Información en los mercados financieros: la función de los registros de crédito. En Competitividad: El Motor del Crecimiento, Progreso Económico y Social en América Latina. Washington, USA: BID. p. 94. 15 Ibíd. p. 90.

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Una de las investigadoras que más ha trabajado el tema, Margaret Miller, desarrolló un estudio exhaustivo con encuestas entre Julio de 1999 y Mayo de 2000 a centrales de riesgo públicas y privadas y a las instituciones financieras que las utilizaban. Aunque el estudio estaba enfocado principalmente en América Latina, se obtuvieron resultados de países de Europa Central, África y Asia. Esta investigación arrojó los primeros resultados con datos empíricos acerca del estado de la industria de la recolección de información y permitió hacer comparaciones entre regiones. Sus conclusiones incluyen cifras respecto a quienes exactamente entregan información a los burós; al desempeño de las entidades financieras (teniendo en cuenta aspectos como tiempo de respuesta y costo) que utilizan este servicio; y a la importancia de las centrales relativo a otras medidas como garantías y flujo de caja. Hoy día está finalizando un estudio similar cuyos resultados serán presentados en la Conferencia Mundial de la Industria prevista para Octubre de 2004, en Beijing. 2.6. Entorno La utilidad de la información crediticia debe ser la columna vertebral que guíe la normatividad sobre esta materia respecto del dato comercial o financiero. Para el establecimiento de registros de crédito, públicos y privados, es necesario adoptar leyes que protejan a los consumidores y a las fuentes. No obstante, dado el poco conocimiento de la materia por parte de los legisladores del mundo, estas han tenido que promover la adherencia a un código de conducta propio de las centrales para poder proteger los derechos e intereses de todos los actores al proporcionar acceso a los expedientes (IFC, 2003). Debe existir un marco jurídico apropiado que facilite compartir la información: las leyes deben ayudar pero deben impedir el uso inadecuado de la información (la no violación de la seguridad de las personas en el registro). Debe existir un marco regulatorio que incluya normas para la prevención de la práctica de competencia desleal para evitar la consulta de información sin la autorización del titular de la misma. Se puede desincentivar el uso compartido de la información y de esta forma se anulan las ventajas. Así mismo el marco jurídico debe contemplar mecanismos que permitan a los consumidores a disputar la información rápidamente, fuera del sistema judicial. Los registros no deben pertenecer a grupos cerrados de prestamistas o asociaciones de bancos ya que esto conduce a una reducción de la información que se comparte (BID, 2001).

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Según González (2003), es importante resaltar la importancia de contar con un marco normativo adecuado que permita establecer reglas claras de referentes a la responsabilidad de los operadores de los bancos de datos, a la recolección de la información y a los deberes y derechos de los usuarios así como de los titulares de la información. La existencia de centrales de información crediticia exige un marco institucional que debe estar compuesto por, entre otros, un marco legal que comprenda no solo el manejo del marco regulatorio para la industria sino el marco de la privacidad, ya que este está íntimamente relacionado con la actividad de compartir información. Así mismo debe incluir las mismas instituciones proveedoras de la información como son los registros públicos y privados de crédito, incluyendo aquellos que son manejados por firmas privadas, cámaras de comercio, asociaciones bancarias o cualquier otra organización. El contexto cultural para la industria, incluyendo el punto de vista de la sociedad respecto a la privacidad y la importancia de una reputación colateral también debe ser tenido en cuenta así como las múltiples utilizaciones de los datos de crédito para la economía (Miller, 2003). Ahora bien, también es indispensable contar con una infraestructura técnica óptima. Ello exige procesar los datos compartidos eficientemente, proveer la red de comunicaciones correcta para su medio, ofrecer un mecanismo de entrega de la información de forma eficaz y segura y la reserva de la información (IFC, 2003). 2.7. La disyuntiva entre públicos y privados Un país puede tener agencias de crédito públicas, privadas o una combinación de las dos. Los registros de crédito operados por el gobierno (en muchos casos por las Superintendencias Bancarias) son considerados públicos; mientras que aquellas manejadas por fuera del gobierno (aun por organizaciones sin ánimo de lucro) son consideradas privadas (Miller, 2003). Existe una gran polémica entre estos dos ya que los privados recopilan información de varias fuentes y no solamente de bancos comerciales. Sin embargo, los registros públicos pueden obligar a los bancos a declarar los datos mientras que las agencias privadas no (BID, 2001). Es también motivo de discusión la función de los organismos públicos quienes como función prima deben supervisar y controlar. Al participar con animo de lucro en esta industria se vería disminuida su capacidad de control ya que no puede ser juez y parte a la vez.

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2.8. La información como medida de riesgo (riesgo de crédito) Existe una relación directa entre la información histórica crediticia y la gestión de riesgo de crédito (González, 2003). Entre los riesgos que se encuentran en la actividad financiera se encuentra el riesgo de crédito16 que es considerado el pilar fundamental de la supervisión bancaria. Este es también considerado uno de los principales requisitos para promover la estabilidad patrimonial de las entidades financieras. “Resulta necesario estructurar un sistema de información confiable y completo que ligado a la gestión y medición de riesgo crediticio, permita mantener adecuadamente evaluado el riesgo de crédito implícito en los activos de crédito. De no contar con información histórica confiable, se afectaría el nivel de provisiones de las entidades, la calificación de los clientes, la adecuada ponderación de los activos y, por lo tanto, la relación de solvencia de las entidades financieras”17; y por lo tanto la consecuencia natural de afectar la economía. Además subraya la importancia de tener bases de datos históricas completas y confiables para el soporte de los modelos de riesgo crediticio así como también que los intermediarios financieros evalúen el riesgo implícito de cada sujeto de crédito; siendo este último posible solo si se cumple la primera condición. Con dicha información el modelo de riesgo de crédito tiene una perspectiva general y confiable de las probabilidades de cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones. Se puede llegar a crear una estimación más adecuada de las pérdidas esperadas derivadas de la actividad crediticia y también predecir con mayor exactitud, cual y cuanto riesgo supone para una institución financiera prestar a una persona, en función de su comportamiento de pago (González, 2003). Al no existir información suficiente, tendremos que valernos de supuestos subjetivos para realizar el análisis de riesgo. Es importante reconocer que, aunque las centrales de información crediticia no son la única respuesta para disminuir el problema de asimetrías de la información y su consecuente dilema de selección adversa y riesgo moral en el mercado de crédito, estas resultan ser una opción viable e interesante para muchos. Si bien se deben cumplir ciertas condiciones trascendentales como el otorgamiento de información positiva y negativa, con datos verídicos, tiempos de 16 Según el Comité de Basilea (2000), riesgo de crédito es la eventualidad que alguien no cumpla con sus obligaciones según los términos establecidos. 17 González, S. (2003). La información histórica crediticia. Recuperado Noviembre 2003, de Página Web Superintendencia Bancaria: http://www.superbancaria.gov.co/comunicadosypublicaciones/publicaciones generales/80%20a%F1os/80web/archivos/ShennyGonzalez.pdf

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respuesta cortos, regulaciones claras y tecnología avanzada, tener centrales de riesgo puede resultar en una ventaja para los establecimientos otorgantes de crédito y por lo tanto para el correcto funcionamiento y crecimiento de la economía.

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3. CENTRALES DE INFORMACION CREDITICIA EN COLOMBIA 3.1. Historia de las centrales Las centrales de riesgo datan desde el Siglo XIX como consecuencia de la revolución industrial y el desarrollo del comercio organizado. En ese entonces, los comerciantes conocían a sus clientes y por ende sabían a quien prestarle; sin embargo cuando las ciudades empezaron a crecer, la población atendida por los establecimientos comerciales que prestaban también creció y se volvió difícil saber a quien prestarle y a quien no porque ya no se conocía a todo el mundo. No obstante, la necesidad de dar y recibir crédito seguía presente. Para solucionar esto, los comerciantes decidieron compartir entre ellos la información de sus clientes y se formaron las cámaras de comercio donde se registraban, entre otros, los clientes que no pagaban a los comerciantes. Entonces todos entregaban la información de sus clientes para tener acceso a la de todos los demás (DataCrédito, 2004). “Se creó así una comunidad que comparte información para el beneficio de todos.1” El que no aportará datos, no tendría acceso a la información de todos. Muchos de estos conceptos siguen vigentes hoy. Al mismo tiempo, venía evolucionando el sistema bancario. Como los bancos no conocían a los clientes, por no tener relación comercial con ellos y buscaban con quien tener relaciones financieras, se convirtieron en “los principales usuarios de los registros de crédito que originalmente habían creado los comerciantes para su propio uso”2. En este capítulo se presenta la situación colombiana respecto a las centrales de información y los resultados obtenidos durante los últimos años en la búsqueda por eliminar las asimetrías de la información. Se verán las diferentes instituciones o compañías que se dedican a prestar el servicio de la información y las diferentes iniciativas que tienen respecto a la temática en cuestión. Más adelante se dará un breve recuento sobre el marco regulatorio que delinea la acción de estas y su evolución durante los últimos años. Se conocerán datos extraídos de la Superintendencia Bancaria y de la Asobancaria, que se pretende sirvan de demostración para aseverar que los burós si han sido catalizadores del crédito de consumo. Finalmente se presentará el estudio realizado en el 2003 por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF (Oliveros, 2003). Gracias a este y a la información suministrada tanto por la Superintendencia Bancaria como por la Asobancaria

1 DataCrédito, Computec. (2004) Como apoyar la reactivación económica y la masificación del crédito. Documento Interno. p. 1. 2 Ibíd.

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acerca de la evolución de los créditos de consumo en el país, se podrá tener una visión más clara sobre el efecto de las centrales de riesgo en el crédito de consumo. 3.2. Centrales de Riesgo 3.2.1. Públicas

3.2.1.1. Central de Riesgos de la Superintendencia Bancaria (CIR-SB)

Según la ex Superintendente Bancario, Patricia Correa, la CIR-SB es una “base de información que consolida los reportes de operaciones activas de crédito (no discrimina pagarés individuales), activos castigados y compra-ventas de cartera de establecimientos de crédito, sector asegurador y fiduciario”3. Su fin es evaluar la evolución del riesgo crediticio y para ello trabaja con 22 indicadores de riesgo (clientes con endeudamiento mayor al 5% del patrimonio técnico de la entidad, entidades de sector público con endeudamiento, clientes castigados en alguna entidad del sistema, entre otros). La CIR-SB sirve como herramienta de supervisión para la Superintendencia Bancaria de dos formas. La primera como herramienta para el análisis de riesgo crediticio mediante sus indicadores que permiten a los supervisores seleccionar las muestras de deudores a ser evaluados en las visitas, según el nivel de los mismos. Además permite el análisis de la evolución de los créditos y de los indicadores de riesgo por entidad, grupo financiero y por deudor, entre otros. La segunda mediante supervisión consolidada, no solo de los accionistas de la entidad, sino de los administradores y miembros de las juntas directivas que son analizados por su nivel de endeudamiento. La información registrada por esta central es de acceso restringido y es insumo fundamental para análisis de riesgo crediticio y supervisión consolidada de la Superintendencia, es decir que no puede ser utilizada por el público ya que se dedica a medir el riesgo sistémico. Dada la naturaleza de control de la Superintendencia Bancaria, no tendría sentido que una rama de ella (CIR-SB) participara en el negocio de la información crediticia, mientras que la controlara (Correa, 2001).

3 Correa, P. (2001). Centrales de Información Crediticia y Oferta de Crédito. Presentación en Seminario CEDE-Portafolio. Bogotá, Colombia.

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3.2.2. Privadas

3.2.2.1. Central de Información Financiera (CIFIN) La CIFIN es la central de información administrada por la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (ASOBANCARIA), sobre personas naturales y jurídicas que tienen o han tenido vínculos con empresas del sector financiero, cooperativo y real. Busca que los afiliados agilicen el proceso de otorgamiento del crédito, mejoren la calidad de su cartera y aumenten la efectividad en recuperación de su cartera. Ofrece productos de validación de números de identificación, información comercial y procesos especiales para sus clientes. Nació en 1978 y en sus comienzos brindaba únicamente información negativa; sin embargo, alrededor de 1985, al entrar la competencia desarrolló los informes con información positiva y negativa. El comportamiento de pago que relaciona es de 12 meses.

3.2.2.2. DataCrédito

DataCrédito nació en 1982; es una unidad de negocio de Computec S.A., una empresa privada de tecnología fundada hace 35 años. Es una de las centrales de riesgo más grandes de Latinoamérica con información crediticia de más de 9.000.000 personas y 350.000 empresas. DataCrédito “recibe, almacena, procesa y suministra la información sobre la forma como las personas y las compañías han cumplido con sus obligaciones con entidades financieras, cooperativas o con almacenes y empresas que venden a crédito, formando así la historia de crédito de las personas”4. Su objetivo es ayudar al desarrollo económico del país proporcionando servicios que faciliten y disminuyan el riesgo crediticio. Esto lo logra por medio del suministro de “información sobre operaciones crediticias a las entidades que quieran evaluar relaciones comerciales con personas naturales o jurídicas”5. Gracias a la información en su base de datos (que consta de información positiva y negativa, cubriendo 24 meses de comportamiento histórico), DataCrédito ofrece herramientas para la toma de decisiones que incluyen doce productos/servicios divididos en tres grupos principales.

1. Productos dirigidos a validación de la identidad y la historia de crédito de los colombianos. 2. Servicios para monitorear la información, una vez se le ha otorgado el crédito.

4 www.datacredito.com.co 5 Ibíd.

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3. Productos derivados de la información a través de modelos estadísticos (predictivos). Según el investigador de la ANIF, Hugo Oliveros, DataCrédito ofrece a sus usuarios productos especializados de administración y recuperación de cartera, predicción de comportamientos crediticios, seguimiento y segmentación de clientes e identificación de nuevas oportunidades de negocio. Un reporte común y corriente colombiano contiene datos de identificación como nombre y cedula; además de los datos de obligaciones vigentes y cerradas, que entre otros incluye: montos, saldos y cupos (modelo de reporte: Anexo 1). 3.3. Marco Regulatorio Hoy en día no existe en Colombia ninguna regulación clara y específica acerca de la forma como han de operar los bancos de datos o centrales de riesgo. Sin embargo, la Corte Constitucional a través de la revisión de acciones de tutela, ha establecido los principios generales para la administración de datos personales (DataCrédito, 2004). “La existencia y funcionamiento de la base de datos encuentra sustento en el derecho constitucional a la información, el cual ha sido especialmente reconocido a las entidades de crédito en razón del interés general que la Constitución le otorga al manejo del ahorro público y al funcionamiento del sistema financiero.”6 “Las instituciones de crédito, precisamente por manejar el ahorro del público, ejercen una actividad de interés general, como expresamente lo señala el artículo 335 de la Constitución. No tendría sentido pretender que prestaran sus servicios, y en particular otorgaran créditos, a personas de las cuales no tienen información. Por el contrario: un manejo prudente exige obtener la información que permita prever qué suerte correrán los dineros dados en préstamos.”7 El derecho a la información (artículo 20 de la Constitución Nacional) establece el derecho de recibir y transmitir información veraz e imparcial. Se entiende por información veraz la información cierta, actualizada, histórica y completa. Por otro lado, el manejo de datos personales en general tiene un marco normativo claro. El articulo 15 de la Constitución Política de Colombia dice que “…conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades

6 www.datacredito.com.co 7 Corte Constitucional, Sala Unificada. (1995). Sentencia SU-082/95.

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públicas y privadas”8. Además, en él se establece el derecho a la intimidad que comprende la facultad de las personas a que no sean revelados sus datos íntimos, es decir los actos de la esfera privada de la persona tales como los que se relacionan con sus relaciones familiares, conyugales, sexuales y afectivas, creencias políticas, religiosas, salud, etc. En el artículo 15 también se establece el derecho al buen nombre. Este se manifiesta en la potestad que tiene cada persona de que lo que se diga sobre él no distorsione la imagen que con sus actos ha creado ante los demás. El derecho al buen nombre se adquiere gracias al adecuado comportamiento del individuo en sus manifestaciones externas con la colectividad. El derecho al habeas data hace parte del artículo 15 también. Este derecho tiene tres facultades que son las de conocer, actualizar y rectificar la información que sobre cada individuo existe en las bases de datos. Finalmente, en el artículo 15 de encuentra el derecho a la autodeterminación informática donde la facultad de la persona a la cual se refieren los datos para autorizar su recolección, uso y circulación fue reconocida por la Corte Constitucional en la sentencia T-082/95 al establecer que “en relación con el derecho a la información y la legitimidad de la conducta de las entidades que solicitan información de sus eventuales clientes, a las centrales de información que para el efecto se han creado, así como la facultad de reportar a quienes incumplan las obligaciones con ellos contraídas tiene como base fundamental y punto de equilibrio, la autorización que el interesado otorgue para disponer de esa información, pues al fin y al cabo, los datos que se van a suministrar conciernen a él, y por lo tanto, le asiste derecho, no solo a autorizar su circulación, sino a rectificarlos o actualizarlos, cuando ello hubiere lugar”9. Según la sentencia SU-082/95, “el conflicto entre el derecho al buen nombre y el derecho a la información, se presenta cuando aquél se vulnera por la divulgación de ésta. Hay que partir de la base de que la información debe corresponder a la verdad, ser veraz, pues no existe derecho a divulgar información que no sea cierta. Además la información para ser veraz debe ser completa. Mientras la información sobre un deudor sea veraz, es decir, verdadera y completa, no se puede afirmar que el suministrarla a quienes tienen un interés legítimo en conocerla, vulnera el buen nombre del deudor. Si realmente éste tiene ese buen nombre, la información no hará sino reafirmarlo; y si no lo tiene, no podrá alegar que se le vulnera”10.

8 Constitución Política de Colombia, articulo 15. (1993). Bogotá: Panamericana Editorial. 9 Corte Constitucional. (1995). Sentencia T-082/95. 10 Corte Constitucional, Sala Unificada. (1995). Sentencia SU-082/95.

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Las bases de datos de información crediticia recolectan, almacenan, procesan y suministran información de índole crediticia y financiera de las personas que hayan sido clientes, no solo de instituciones financieras, sino de cualquier establecimiento otorgante de crédito. Para estos, esta información es una herramienta importante para poder evaluar el riesgo crediticio de dichas personas basados no solo en los comportamientos de pago, sino en sus relaciones de crédito con otros. “La posibilidad que tienen las instituciones dedicadas a la actividad crediticia de contar con más y mejor información sobre sus usuarios y de alimentar la base de datos en beneficio de los demás actores del sistema, repercute notablemente y favorablemente en la disminución de los riesgos propios de la actividad, lo que, a su vez, se traduce en el crecimiento de la oferta de crédito, y en su ofrecimiento a menor costo y sobre bases más objetivas y democráticas.”11 Existe un proyecto de ley que auspiciado por la Superintendencia Bancaria dada la necesidad de regular la materia y establecer el tratamiento que debe darse a los datos personales recolectados en bases de datos públicas o privadas (González, 2003). Aunque no fue posible conseguir el texto de este proyecto de ley; se supo que el fin de este es regular el tema relativo a la información comercial y financiera, incluyendo además aquella derivada de las obligaciones fiscales, parafiscales, de servicios públicos y en general cualquier información que tuviere utilidad pública, señalando reglas precisas que busquen la protección, el buen uso y la destinación de los datos. Dicho proyecto de ley ya fue aprobado por el Senado y por su carácter de ley estatutaria, deberá ser aprobado por la otra cámara en la presente legislatura para poder convertirse en Ley de la Republica. 3.4. Fluctuación del Crédito de Consumo Se entiende como créditos de consumo los créditos otorgados a personas naturales cuyo objeto sea financiar la adquisición de bienes de consumo o el pago de servicios para fines diferentes a los comerciales o a los empresariales, independientemente de su monto12. Es importante anotar que el razonamiento para medir cartera de crédito de consumo sobre PIB viene, no solo del hecho que el consumo es parte sustancial del producto interno bruto de un país (62.6% del PIB para el año 2002), sino que proporciona una medida única y comparable. Buscando

11 www.datacredito.com.co 12 Superintendencia Bancaria. Circular 100; Numeral 3.2.

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encontrar la profundización de esta variable dentro de la economía de los países, se propuso establecer la relación positiva entre centrales de información crediticia y desarrollo económico. Con el fin de demostrar la influencia que las centrales de riesgo tienen sobre el crecimiento de la economía se pretendía elaborar un cuadro mostrando la evolución del numero de créditos de consumo desde 1975 hasta la fecha. Sin embargo, dicha información se encuentra únicamente en los archivos de la Superintendencia Bancaria hasta 1979 y por lo tanto no pudo ser utilizada para medir el crecimiento buscado. Entonces se pretendió, analizar la evolución de los montos de créditos de consumo nuevos otorgados año tras año. Pero en esta ocasión, los datos de la Superintendencia solo llegan hasta 1988 y no existe, según los funcionarios de la institución, ningún otro documento que desagregue los préstamos y descuentos por destino económico desde esa fecha. En vista de lo anterior, se acudió a la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), pretendiendo encontrar los montos de créditos de consumo nuevos desde 1989. Dicha institución entregó información acerca de cartera de consumo bruta desde 1990. Partiendo de esta información, se analiza la misma de la siguiente manera:

Cuadro 3.1. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Colombia

Consumo Bruta (*)

PIB Corriente (**)

Consumo como % del PIB %

Dic-81 14.516 2.157.016 0,006729667 0,67%

Dic-82 14.162 2.739.847 0,005168903 0,52%

Dic-83 18.499 3.363.036 0,005500685 0,55%

Dic-84 26.290 4.243.511 0,006195341 0,62%

Dic-85 37.207 5.520.331 0,006739995 0,67%

Dic-86 57.803 7.620.339 0,007585358 0,76%

Dic-87 107.066 10.037.877 0,0106662 1,07%

Dic-88 143.314 13.413.546 0,010684274 1,07%

Dic-89 407.080 17.302.591 0,023527112 2,35%

Dic-90 957.474 23.125.401 0,041403563 4,14%

Dic-91 1.186.194 29.640.323 0,040019605 4,00%

Dic-92 1.935.403 38.095.344 0,050804188 5,08%

Dic-93 3.239.835 50.243.638 0,064482493 6,45%

Dic-94 5.446.298 67.532.862 0,080646634 8,06%

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Dic-95 6.713.826 84.439.109 0,079510858 7,95%

Dic-96 4.982.353 100.711.389 0,049471595 4,95%

Dic-97 8.649.025 121.707.501 0,071064026 7,11%

Dic-98 9.526.080 140.953.206 0,06758328 6,76%

Dic-99 6.853.486 152.358.877 0,044982518 4,50%

Dic-00 6.665.980 172.996.035 0,038532559 3,85%

Dic-01 7.458.270 187.935.740 0,039685214 3,97%

Dic-02 7.854.827 201.827.217 0,038918572 3,89%

Dic-03 9.586.725 223.191.924 0,042952831 4,30%

En millones de pesos

Fuente:

(*) Datos desde 1981-1988: Archivos de la Superintendencia Bancaria; Dato de 1989: Extrapolación;

Datos desde 1990-2003: ASOBANCARIA

(**) Datos desde 1981-2000: GRECO; Datos desde 2001-2003: DANE

Gráfico 3.1. Colombia: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

Colombia: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

0,00%1,00%2,00%3,00%4,00%5,00%6,00%7,00%8,00%9,00%

1981

1983

1985

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001

2003

Fuente: Cuadro 3.1. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Colombia

Aunque CIFIN inició operaciones en Colombia alrededor de 1978, sus servicios eran únicamente de información negativa (listas negras), por lo tanto su efecto sobre los niveles de crédito no alcanza a ser percibido. Por otro lado, aunque el nacimiento de DataCrédito fue en 1982, solo hasta principios de 1986 logró lanzar sus productos de forma masiva. Fue entonces cuando CIFIN opta por cambiar

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sus “listas negras” a información positiva y negativa, mejorando la calidad de sus productos y manteniéndose al pie de la competencia. El grafico muestra la tendencia de aumento desde 1987, llegando a su pico en 1994 y 1995 con una cartera de consumo sobre PIB de 8.06% y 7.95% respectivamente. En 1996 sufre una caída a 4.95%, pero retoma su curso ascendiente en los años posteriores. La crisis de 1998 se ve fielmente reflejada en el 2000 cuando el índice toca su punto más bajo desde 1989, con un 3.85%. A partir del 2001 se evidencia una mejora y por lo tanto los saldos de la cartera de crédito de consumo sobre PIB han seguido aumentando. 3.5. Estudio ANIF Con el fin de establecer el papel de las centrales de información crediticia en Colombia en el mercado de crédito, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) realizó un estudio, en cabeza del consultor Hugo Oliveros, a través de 650 encuestas enviadas vía Internet a clientes de DataCrédito y CIFIN, además de las listas de correo de ANIF (marco muestral). De las 650 enviadas, se obtuvieron 112 respuestas efectivas que arrojaron los siguientes resultados. A continuación se encuentran algunos resultados significativos (para los demás resultados consultar Anexo 3). El principal destino del crédito es a personas naturales (48 entidades, 43.6%), seguido por las grandes empresas privadas (36 entidades, 32.7%), la pequeña y mediana empresa PYMES (19 entidades, 17.3%), las microempresas (6 entidades, 5.5%) y otros (1 entidad, 0.9%).

Gráfico 3.2. Destino del Crédito

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia.

Destino del crédito

36

61

19

48

0

10

20

30

40

50

60

Gra

ndes

empr

esas

priv

adas

Mic

roem

pres

as

Otro

s

PY

ME

S

Per

sona

sna

tura

les

Entid

ades

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También se consultó entre los encuestados los diferentes tipos de información consultada a la hora de otorgar un crédito a una persona natural.

- Registros Cámara de Comercio: 65 entidades (58.04%) no los consultan mientras que 47 entidades (41.96%) si.

Gráfico 3.3. Consultas en Registros de Cámara de Comercio

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia

- Estados Financieros Certificados: El 66.96% (75 entidades) no los consulta y el 33.04% (37 entidades) si.

- Certificados de Ingresos: 51 entidades (45.54%) no los tienen en cuenta mientras que 61 entidades (54.46%) si lo hacen.

- Certificados de libertad, Escrituras, Tarjetas de Propiedad: El 38.39% (43 entidades) no acude a ellos, sin embargo el 61.61% (69 entidades) si lo hace.

- Información propia: 38 entidades (33.93%) no cuentan o no consultan su propia información y 74 entidades (66.07%) si lo hacen.

- Informes Centrales de Información (CIFIN o DataCrédito): Un 9.82% (11 entidades) de aquellos encuestados no utiliza la información de las centrales mientras que un 90.18% (101 entidades) si.

Consultas en Registros de Cámara de Comercio

47

65

0

20

40

60

80

Si No

Entid

ades

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Gráfico 3.4. Información de las Centrales de Riesgo

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia Se tuvo en cuenta, además, el peso relativo de la información de las centrales de información crediticia en el proceso de otorgar crédito a:

- Personas naturales, donde 2 entidades (2.04%) le otorgan entre 0-20%; 11 entidades (11.22%) le dan entre 20-40%; 20 entidades (20.41%) entre 40-60%; 29 entidades (29.59%) entre 60-80% y 36 entidades (36.73%) entre 80-100%. Por medio de este se puede ver el alto peso relativo con el que cuenta la información de las centrales de información crediticia en el otorgamiento de crédito a personas naturales.

Gráfico 3.5. Peso de la Información a Personas Naturales

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia

- En cuanto a las grandes empresas privadas: el 4.71% (4 entidades) le otorga un peso entre

0-20%; el 25.88% (22 entidades) uno de entre 20-40%; el mismo número le da un peso de entre 40-60%; el 24.71% (21 entidades) le da entre 60-80% y el 18.82% (16 entidades) entre 80-100%.

Información de las Centrales de Riesgo

101

11

0

40

80

120

Si No

Entid

ades

Peso de la información a personas naturales

2

11

20

29

36

0

10

20

30

40

0% - 20% 20% - 40% 40% - 60% 60% - 80% 80% - 100%

Entid

ades

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- Para las PYMES: 2 entidades (2.41%) le otorgan entre un 0-20%; 12 entidades (14.46%) entre un 20-40%; 22 entidades (26.51%) entre un 40-60%; 24 entidades (28.92%) entre un 60-80% y 23 entidades (27.71%) entre un 80-100%.

- En el caso de las microempresas: entre 0-20% se lo dan 4 entidades (4.94%); entre 20-40%, 8 entidades (9.88%); entre 40-60%, 21 entidades (25.93%); entre 60-80%, 21 entidades (25.93%) y entre 80-100%, 27 entidades (33.33%).

Bien se puede concluir, dados los anteriores pesos relativos otorgados a la información proveniente de las centrales de riesgo a la hora de otorgar créditos, que estos son elevados. Se logró obtener el promedio ponderado del peso relativo de la información de las centrales de información crediticia en el proceso de otorgar crédito según el tipo de persona. Esto arrojó los siguientes resultados: para persona natural el peso promedio es igual a 67.6%; para gobierno o sector público, 46.1%; para las grandes empresas privadas, 55.4%; para las PYMES, 63% y para las microempresas, 64.6%. El peso relativo promedio total de la información de las centrales es de 60.2%. Aunque Oliveros afirma que esta respuesta tiende ha haber cambiado últimamente; al comparar las garantías con la información de las centrales de información se encontró que:

- Con los nuevos clientes, las garantías y la información de las centrales es igualmente importante para 54 entidades (49.5%); la información de las centrales es más importante para 44 entidades (40.4%); 8 entidades (7.3%) no usan la información y la información es menos importante para 3 entidades (2.8%).

- Con los clientes antiguos, las granitas son igualmente importante para el 62.2% de las entidades (61); es menos importante para el 15.3% de las instituciones (15); resulta más importante para 14.3% de las entidades (14) y el 8.16% (8 entidades) no la utiliza.

Se puede afirmar entonces, basado en los resultados anteriores, que en el caso de los clientes antiguos la información de las centrales no es lo más importante; mientras que en el caso de los clientes nuevos si juega un papel más significativo. Si bien Colombia está en proceso de contar con una legislación clara que provea un marco legal y regulatorio consistente referente a las centrales de información crediticia, el desarrollo de la industria es indudable. Tanto prestamistas como prestatarios colombianos han comprendido el valor que ofrece la información del comportamiento de pago de los prestatarios y esto se

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demuestra en las cifras estudiadas en este capítulo. La información suministrada por las centrales de riesgo es un instrumento que, en conjunto con otras variables, ayuda a la toma de decisiones de crédito. Aunque no se le puede otorgar todo el reconocimiento a estas centrales por el crecimiento del índice de cartera de consumo como porcentaje del PIB (dada la cantidad de variables, tanto micro como macroeconómicas que pueden estar relacionadas como los ingresos de las personas, las expectativas, las tasas de intereses y la misma oferta del crédito), si se les puede conceder el tener un efecto real al ser una herramienta clave para aquellos que dan crédito.

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4. EL EFECTO DE LAS CENTRALES DE INFORMACIÓN: CASO DE VARIOS PAÍSES LATINOAMERICANOS

Partiendo de la hipótesis que las centrales de información ayudan a desarrollar el crédito de consumo de los países, esta se debe apoyar en la causalidad teórica previamente discutida. Se ha analizado como las centrales de riesgo ayudan a disminuir las asimetrías de información que existen entre prestatarios y prestamistas. Además se establecieron los diferentes tipos de información que estas proveen: sociodemográfica, negativa (listas negras), positiva o una combinación de las anteriores. Teniendo en cuenta que la materia prima de las mismas consiste en obtener los datos que generan los hábitos de pago y el endeudamiento global, entre otros, las centrales de información crediticia han promovido el desarrollo masivo del crédito de consumo. Una vez éstas cuentan con información de alta calidad, el siguiente paso en el desarrollo de esta actividad es el tratamiento estadístico de los datos, bien llamado credit scoring. Son precisamente estos credit scores los que buscan, entre otros, calcular las perdidas esperadas por cliente o por portafolio y que permiten el estudio masivo de clientes potenciales con tiempos de respuesta óptimos para no perder su competitividad. Es así que se puede establecer que el crédito de consumo es un componente imprescindible para el crecimiento sostenible de los países. La sofisticación de los consumidores es también otro factor que se debe tener en cuenta, ya que éste está expuesto a las tendencias del mundo moderno, como se puede apreciar con el auge de la banca virtual (Barber, 2001). A pesar de las recientes crisis económicas experimentadas por los países latinoamericanos, se calcula que el crédito de consumo ha venido en aumento y ha mitigado el efecto de dichas crisis. (Barber, 2001).1 Como consecuencia de esto las centrales de riesgo han tomado conciencia de su rol en la economía. Según Galindo (2003) estos avances pueden estar relacionados, entre otros, con las dificultades que enfrentan muchos países para ejecutar garantías. Según BID (2001) es necesario adoptar en Latinoamérica estándares de contabilidad y auditoria, aunque es claro que adoptarlos puede resultar costoso; es necesario incrementar la transparencia y crear las condiciones de competitividad con el resto del mundo. Aunque se pretendió ofrecer el mismo análisis para los países latinoamericanos estudiados para tener niveles de comparación similares, la dificultad para encontrar información obligo a recurrir a 1 Barber, J. (2002). The Integration of Information and Decisioning Tools. Presentación en Third Consumer Credit Reporting World Conference. Sydney, Australia.

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otras fuentes. De tal forma en este capítulo se revisará el estudio hecho por el GTZ (2002), donde se estudiaron los impactos de los burós de crédito que se han tenido en diferentes países. Más adelante se analizarán, bajo la mismas condiciones que el caso Colombiano, la situación de los países donde se logró obtener alguna información. 4.1. Países Estudiados 4.1.1. El Salvador Actualmente se cuenta con cuatro centrales de riesgo privadas (DICOM EQUIFAX, PROCREDITO, ABANSA, IFORED) y una pública que pertenece a la Superintendencia del Sistema Financiero. La única diferencia importante que existe entre las entidades privadas y la pública es que ésta última solo puede ser utilizada por las instituciones reguladas y la información proveída es mensual, más no histórica. Aunque es aceptada dentro del medio financiero la importancia de la información suministrada por las centrales de riesgo por su contribución a la reducción del riesgo de crédito y el ahorro en los costos operacionales, no todas las entidades otorgantes de crédito las utilizan. Por ello, se impulsa la idea de utilizar la información como un complemento al análisis de crédito realizado por los analistas, señalando que no es propósito de las centrales remplazar sino ayudar a la toma de decisiones (GTZ, 2002). 4.1.2. Perú Al igual que Colombia, Perú cuenta con dos centrales de riesgo privadas (INFOCORP EQUIFAX y CARTICOM) y una pública perteneciente a la Superintendencia de Banca y Seguro. Las centrales privadas fueron creadas en 1997, ya que fue en 1992 cuando la legislación peruana, por medio de la Ley No. 27489, introdujo el concepto de central de riesgo. En esta, se define el concepto de las centrales, las fuentes de información permitidas, y en sí toda la regulación concerniente al tema. La Central de Riesgo de la Superintendencia ofrece los mismos servicios que los burós privados; recibe información de las instituciones reguladas sin costo, mientras que las privadas deben pagar por obtener la información. Gracias a que las tres centrales prestan el mismo servicio, la competencia de precios es fuerte. Por otro lado, algunas instituciones aun sienten miedo a revelar información y proveer a las centrales con ella. Esto ha obstaculizado las ventajas que puede traer el servicio de los burós en este país y las iniciativas actuales se encuentran centradas a romper esta creencia y promover los beneficios que se ofrecen (GTZ, 2002).

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4.1.3. Uruguay Existen tres centrales de información, dos privadas (Clearing de Informes y LIDECO) y una pública que, al igual que los otros países pertenece a la Superintendencia de Instituciones de Intermediación Financiera. La más grande central es Clearing de Informes y aun cuando posee información básicamente negativa, existen registros con información positiva, lo cual lo excluye de ser una ‘lista negra’ simplemente. Las normas bancarias establecen que la información compartida debe ser sobre las operaciones pasivas de los clientes, más no sobre las activas. Aun así, muchos consideran que gracias a los servicios prestados por las centrales entre otros, los niveles de morosidad de la cartera de crédito son bajos comparados con otros países (GTZ, 2002). Esta idea promueve la utilización de los servicios de los burós y el consecuente crecimiento economico. 4.2. Países Analizados Con el fin de tener un punto de comparación real frente al caso de Colombia ya estudiado, se busco encontrar la misma información para la mayor cantidad de países. Se pretendió hallar información para países con centrales de riesgo completas (información positiva y negativa, veraz, ya posicionadas) así como también para países que no tienen centrales de información o están en proceso de construirlas. Se acudió a las páginas web de las diferentes Superintendencias Bancarias latinoamericanas con el fin de encontrar la misma información utilizada para analizar el caso colombiano (saldos de cartera de créditos de consumo). En aquellas en las que la información era nula o incompleta, se prosiguió a enviarles correo electrónico solicitando dichos datos. Sin embargo, no se obtuvo respuesta por parte de ninguna de estas entidades. Se obtuvo cita con la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) en busca de la información necesitada pero en está ofrecieron como ayuda la búsqueda en las páginas web y el envío de correos solicitando la información. Dados los tropiezos en la búsqueda de datos y ante la ausencia de información en la mayoría de los países consultados, este proyecto de grado se centró en analizar los datos hallados en la página web de las Superintendencias Bancarias de Ecuador, Honduras y Venezuela. 4.2.1. Ecuador Ecuador carece de una central de información crediticia completa ya que únicamente existe una administrada por la Superintendencia que, aun cuando tiene información exclusivamente del

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sector financiero, no cuenta con el nivel de actualización y profundidad para dar los efectos requeridos a la economía ecuatoriana. Es por eso que la misma Superintendencia ha provisto un marco regulatorio para proveer al mercado nacional de centrales de riesgo modernas que puedan cumplir cabalmente con su propósito. Han sido invitadas a participar en esta iniciativa las empresas más grandes de la industria mundial como Equifax, Experian y Transunion. Aun cuando se están realizando esfuerzos por construir la central de información lo más pronto posible, es claro ver en el siguiente cuadro los niveles de saldos de cartera de créditos de consumo sobre PIB que tiene Ecuador lo cual demuestra que la iniciativa de la Superintendencia es clara en su objetivo. Necesitan abrir los créditos de consumo para darle impulso a la economía y superar el 1.86% del 2003, una de las cifras más bajas de los países analizados.

Cuadro 4.1. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Ecuador

Consumo Bruta (*) PIB Corriente (**) Consumo como

% del PIB %

Dic-00 n.d. 15.933.666.000 0,00000000 0,00% Dic-01 335.239.475 21.024.085.000 0,01594550 1,59% Dic-02 516.708.972 24.310.944.000 0,02125417 2,13% Dic-03 500.305.927 26.844.408.000 0,01863725 1,86%

En dólares norteamericanos Fuente: (*) Superintendencia de Bancos y Seguros (**) Superintendencia de Bancos y Seguros; http://www.superban.gov.ec/pages/c_indicadores-macrofinancieros.htm

Gráfico 4.1. Ecuador: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

Ecuador: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

1,59%

2,13%

1,86%

0,00%

0,50%

1,00%

1,50%

2,00%

2,50%

2001 2002 2003

Fuente: Cuadro 4.1. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Ecuador

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4.2.2. Honduras La central de riesgo de Honduras fue creada en 1996 y su actividad comercial inicio en 1998. Aunque se pretendió hallar los datos anteriores a esta fecha para analizar el comportamiento del saldo de cartera de crédito de consumo sobre PIB, solo se logró conseguir los datos desde el 2000. Gracias en parte a la solidez de la central de riesgo Dicom (Equifax), además de sus cifras en tendencia creciente Honduras muestra el más alto porcentaje de cartera de consumo al 2003 dentro de los países estudiados en este proyecto de grado. Es importante anotar que dicha central se inicio con información positiva y negativa. Nunca fue una lista negra, lo que muestra que los países que adoptan estas centrales ‘completas’ logran indicadores de crecimiento significativos. Dicha central cuenta con información tanto del sector financiero como del sector real, logrando así disminuir las asimetrías al mostrar el perfil completo de los consumidores.

Cuadro 4.2. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Honduras

Consumo Bruta (*) PIB Corriente (**) Consumo como

% del PIB %

Dic-00 2.547.083,1 89.401.000 0,02849054 2,85%Dic-01 3.821.291,1 99.032.000 0,03858643 3,86%Dic-02 5.390.324,8 108.124.000 0,04985318 4,99%Dic-03 7.633.772,1 120.322.000 0,06344452 6,34%

En miles de lempiras Fuente: (*) Comisión Nacional de Bancos y Seguros; http://www.cnbs.org/web/index.htm (**) Banco Central de Honduras; http://www.bch.hn/frames.htm

Gráfico 4.2. Honduras: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

Honduras: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

2,85%

3,86%

4,99%

6,34%

0,00%

1,00%

2,00%

3,00%

4,00%

5,00%

6,00%

7,00%

2000 2001 2002 2003

Fuente: Cuadro 4.2. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Honduras

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4.2.3. Venezuela Computec S.A. / DataCrédito inició operaciones en Venezuela a finales del 2002. Cuenta con las veinte entidades financieras más importantes del país. Su nivel de penetración ha ido aumentando a pesar del estado tan convulsionado que vive. Durante el 2003, el avance fue muy significativo pero dadas las limitaciones económicas, su impacto no se ha visto reflejado. Es claro que toma varios años para que las centrales se conviertan en una verdadera herramienta de confianza para los otorgantes de crédito. Es importante anotar que este buró cuenta con información positiva y negativa. Dada la ausencia de dichas centrales, las entidades venezolanas desarrollaron grandes capacidades para el estudio de sus propios clientes vía modelos estadísticos. No obstante, queda evidenciado que el hecho de no contar con información de comportamiento de pago (de otros) limita el crecimiento del crédito de consumo. Esto queda claro al verse que este indicador no llega nunca a superar el 1.94%; cifra que dista de los números como los de Colombia.

Cuadro 4.3. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Venezuela

Consumo Bruta (*) PIB Corriente (**) Consumo como

% del PIB %

Dic-00 1.510.065 82.450.674 0,018314768 1,83%Dic-01 1.770.085 91.324.773 0,019382309 1,94%Dic-02 1.705.751 110.782.356 0,015397317 1,54%Dic-03 1.667.242 127.834.278 0,013042214 1,30%

En millones de bolívares Fuente: (*) Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras; http://sudeban.gov.ve (**) Banco Central de Venezuela; http://www.bcv.org.ve/c2/indicadores.asp

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Gráfico 4.3. Venezuela: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

Venezuela: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

1,83% 1,94%

1,54%1,30%

0,00%

0,50%

1,00%

1,50%

2,00%

2,50%

2000 2001 2002 2003

Fuente: Cuadro 4.3. Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB en Venezuela

4.2.4. Comparativo

Gráfico 4.4. Comparativo: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

Comparativo: Cartera de Crédito de Consumo como Porcentaje del PIB

0,00%1,00%2,00%3,00%4,00%5,00%6,00%7,00%

2000 2001 2002 2003

ColombiaEcuadorHondurasVenezuela

Fuente: Cuadros 3.1., 4.1., 4.2. y 4.3.

La muestra, aunque pequeña, permite comprobar de alguna manera, la hipótesis que las centrales de riesgo tienen un efecto real sobre los créditos de consumo. Es indudable que en un país donde hay mayor desarrollo financiero y de crédito, hay mayor profundización del sector financiero y por lo tanto más créditos. Dada la dificultad de encontrar datos en los países

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latinoamericanos en general, aislar el efecto de las centrales de información crediticia es verdaderamente complejo. Por esto, al comparar países de desarrollo económico semejante, se puede pensar que la diferencia en peso de los créditos de consumo sobre PIB puede ser atribuido, entre otros, a diferencias institucionales. Una de estas bien puede ser la existencia o no de centrales de riesgo confiables, eficientes y completas. Colombia está bien ubicada ya que cuenta con un sistema de avanzada, que con indicadores promedio de 5.36% durante los últimos diez años, lo muestran como uno de los grandes en Latinoamérica, que sin duda lo llevará a jalonar el crecimiento económico que ya es evidencia. Será determinante y crucial para el futuro de éstas la forma como los legisladores decidan proteger a ciudadanos y otorgantes, buscando un sano equilibrio que permita que este crecimiento económico no sea efímero.

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5. CONCLUSIONES Las asimetrías de información afectan el mercado de crédito. Existen métodos como la constitución de garantías y el suministro de información creíble, entre otros, para disminuir el problema anteriormente mencionado. Como la información provista por el deudor no puede ser creíble, es necesario que el proveedor de los datos sea un tercero, a quien los bancos le suministran información directamente. Las centrales de información crediticia cumplen este papel. Aunque estas no son la única respuesta para disminuir el problema de asimetrías de la información y su consecuente dilema de selección adversa y riesgo moral en el mercado de crédito, resultan ser una opción viable e interesante para muchos. Es importante señalar que para que estas centrales sean efectivas deben contar con información tanto positiva como negativa. De lo contrario son lo que comúnmente llaman ‘listas negras’, cuyo único propósito es cobrar y no incentivar el crédito. La información debe ser veraz y debe ser entregada de manera oportuna, evitándole costos a las entidades crediticias y respondiendo a las necesidades de los ciudadanos de forma rápida. Para poder proveer un servicio adecuado y romper con las asimetrías de información, las centrales deben desenvolverse dentro de un marco legal claro donde las limitaciones estén claramente delimitadas. Así mismo, debe existir un nivel tecnológico lo suficientemente desarrollado para ofrecer el mejor servicio. Con las condiciones adecuadas, las centrales de información crediticia pueden llegar a ser un activo importante para promover el crédito y de esta manera, desarrollar a las economías. Si bien Colombia está en proceso de contar con una legislación clara que provea un marco legal y regulatorio consistente referente a las centrales de información crediticia, el desarrollo de la industria es indudable. En Colombia se ha comprendido el valor que ofrece la información del comportamiento de pago de los prestamistas y esto se demuestra en las cifras estudiadas en el capítulo tres. “La existencia de las centrales de información crediticia mejora el desempeño del sector financiero y dicha mejoría se manifiesta en mejores condiciones para el crecimiento económico.”1 Es necesario que los ciudadanos revalúen el concepto de estar ‘reportados’, ya que no es sino la información, positiva y negativa, la que esta reflejada en los reportes. Según Oliveros (2003), es relevante afirmar que los colombianos son ‘buenas pagas’, y que por lo tanto la base de datos lo refleja.

1 Oliveros, H. (2003). Centrales de Información Crediticia en Colombia. Presentación en Seminario ANIF. Bogotá, Colombia.

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Aunque no se le puede otorgar todo el reconocimiento a estas centrales por el crecimiento del índice de cartera de consumo como porcentaje del PIB en Colombia (dada la cantidad de variables, tanto macro como microeconómicas, que pueden estar relacionadas), si se les puede conceder el tener un efecto real al ser herramienta para el otorgamiento de créditos. Para la comparación con otros países latinoamericanos, la muestra (aunque pequeña) permite comprobar, en alguna medida, la hipótesis que las centrales de riesgo tienen un efecto real sobre los créditos de consumo. Es indudable que en un país donde hay mayor desarrollo financiero y de crédito, hay mayor profundización del sector financiero y por lo tanto más créditos. Dada la dificultad de encontrar datos en los países latinoamericanos en general, aislar el efecto de las centrales de información crediticia es verdaderamente complejo. Por esto, al comparar países de desarrollo económico semejante, se puede pensar que la diferencia en peso de los créditos de consumo sobre PIB puede ser atribuido, en cierta parte, a diferencias institucionales. Una de estas bien puede ser la existencia o no de centrales de riesgo confiables y eficientes. El lugar que ocupa Colombia es importante ya que con indicadores promedio de 5.36% durante los últimos diez años, lo muestran como uno de los grandes en Latinoamérica, que sin duda lo llevará a jalonar el crecimiento económico que ya se evidencia. Será determinante y crucial para el futuro de éstas la forma como los legisladores decidan proteger a ciudadanos y otorgantes, buscando un sano equilibrio que permita que este crecimiento económico no sea efímero.

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Anexo 2 ENCUESTA ANIF

En el sector financiero, el perfil de los encuestados respecto a la definición de la política de crédito, mostró que 46 entidades (41.4%) hacen parte del grupo que diseña la política; 27 entidades (24.3%) la diseña y la define; el mismo número y porcentaje para quienes la diseñan y la ejecutan y 11 entidades (9.9%) la ejecutan. En el sector real 40.2% de las entidades hacen parte de un grupo que diseña la política; 29.9% la diseña y la define; 22.9% la diseña y la ejecuta y el 6.9% la ejecuta.

Gráfico A.1. Fijación de la Política de Crédito

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia.

48 entidades (42.9%) de los prestamistas consultan a Datacrédito; 21 entidades (18.8%) consultan a Datacrédito y a su propia información; el mismo número acude a CIFIN y a Datacrédito; 13 entidades (11.6%) consultan a CIFIN, Datacrédito y su propia información; 4 entidades (3.6%) acuden únicamente a CIFIN y a CIFIN y su propia información y tan solo 1 entidad (0.9%) consulta su propia información.

Gráfico A.2. Consulta de Información

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia.

Fijación de la política de crédito

46

27 27

11

0

10

20

30

40

50

Hace parte degrupo quien la

diseña

La diseña y ladefine

La diseña y laejecuta

La ejecuta

Entid

ades

Consulta de información

4 4

21

13

48

21

10

10

20

30

40

50

60

CIF

IN

CIF

IN y

Dat

acré

dito

Dat

acré

dito

Info

rmac

ión

prop

ia

Entid

ades

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45

La calificación sobre la información de las centrales de riesgo fue analizada bajo la luz de cuatro aspectos principales: la confiabilidad, la oportunidad, la cobertura y el acceso:

- El 57.3% (59 entidades) de los encuestados afirmaron que la confiabilidad es buena; el 21.4% (22 entidades) considera que es muy buena; el 16.5% (17 entidades) cree que es aceptable y 4.9% (5 entidades) opina que es regular.

Gráfico A.3. Confiabilidad de la Información

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia. - En cuanto a la oportunidad de las centrales de información: 54 entidades (52.4%)

piensan que es buena; 23 de ellas (22.3%) opinan que es muy buena; 18 (17.5%) creen que es aceptable; 7 (6.8%) que es regular y tan solo 1 entidad (0.9%) piensa que es mala.

- La cobertura es calificada como buena por 45 entidades (44.1%); aceptable por 29 entidades (28.4%); muy buena por 18 entidades (17.7%) y regular por 9 entidades (8.8%). De esta información se puede concluir que existe demanda para otro tipo de información por parte de los usuarios. Quisieran más información que la que actualmente proporcionan las dos centrales.

Gráfico A.4. Cobertura de la Información

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia.

Confiabilidad de la información

17

59

22

5

0

10

20

30

40

50

60

70

Aceptable Buena Muy buena Regular

Entid

ades

Cobertura de la información

29

45

1

18

9

0

10

20

30

40

50

Aceptable Buena Mala Muy buena Regular

Entid

ades

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- En cuanto al acceso a la información, 47 entidades (47%) creen que este es muy bueno; 40 entidades (40%) opinan que es bueno; 11 entidades (11%) aceptable y 2 entidades (2%) que es regular.

Al preguntárseles a los encuestados cual, de la información reportada de los clientes por las centrales de información, usa para tomar la decisión de otorgar crédito, los resultados fueron: para score un 49.1%; para hábitos de pago un 98.2%; para endeudamiento global un 90.7%; y ninguna de las anteriores un 1.9%. Se puede apreciar que el mercado colombiano viene adoptando de forma rápida la utilización de scores o modelos estadísticos. En cuanto a la utilización de modelos o parámetros estandarizados, es decir, maneras objetivas para otorgar crédito, la respuesta en el sector financiero fue: si (75%); no (25%). En el sector real los resultados fueron diferentes: si (57%); no (43%). Esto indica que el sector financiero es más propenso a utilizar modelos ya que su nivel de sofisticación es más elevado por su trayectoria de análisis de riesgo.

Utilización de Modelos Estandarizados (S. Financiero y S. Real) Gráfico A.5. Gráfico A.6.

Fuente: Oliveros, H. (2003). Centrales de Información en Colombia. Así mismo, se hizo una comparación entre la información no CIC (central de información crediticia) e información de las centrales.

- En el caso de los nuevos clientes se encontró que ambos tipo de información son igualmente importantes para 68 entidades (62.9%); la información de las centrales es más importante para 30 entidades (27.8%); es menos importante para 3 entidades (2.8%) y no utilizan la información 7 entidades (6.5%).

- Con los clientes antiguos la información es igualmente importante para 63 entidades (64.9%); aquella proveniente de los registros es más importante para 17 entidades (17.5%); es menos importante para 11 entidades (11.3%) y no la usan 6 entidades (6.2%).

Utilización de modelos estandarizados (S. Financiero)

Si, 75%

No, 25%

Utilización de modelos estandarizados (S. Real)

Si , 57%

No, 43%