el himen mexicano a finales del siglo xix - miruna achim

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    El himen rn exrcan o a finales del siglo XIX*

    .Mi.rona Acrum"

    A finales del siglo XIX, entre los esrudios fomentados por la Facultad de Medicina,publica en 1885 un texto de llamativo titulo. Se nata de EI bimen en Mexico, escrito poFrancisco A Flores como proyecto final para su curso de medicina legal en la facultad. Iesrudiante guanajuatense habia llegado a la Ciudad de Mexico en 1877, con un titulo dfarmaceutico obtenido en Leon. En la capital, e l joven, primo directo del poeta Manuel MFlores, se relaciona con 1abohemia y los drculos literarios: conoce a Rosario de LaPella (supuesta inspiraci6n detras del "Nocrurno" y e l suicidio del poeta Manuel Acuna) > aJuan dDios Peza, al periodista Ignacio Ramirez (EI Nigromanu); empieza a escribir sus propioversos y alrerna cr6nicas con Guillermo Prieto en e l peri6dico E l S ig lo XIX; Yse incorporala Sociedad de Nahuatl. AI mismo riempo, sigue desempefiando sus actividades cientfficases miembro de la Asociaci6n Metod6fila Gabino Barreda, donde conoee al doctor positivista Porfirio Parra, disdpulo de Barreda; entre 1886 y 1888 publica los tres volumenes dsu arnbiciosa resis de licenciatura, su opus magnum, la Historia de fa medicina en Mexicodesde el perfodo prehispanico hasta el siglo XIX, el primer estudio comprehensivo de estipo. Desaforrunadamente, su esfuerzo no le trae el merecido diploma porque Flores debftodavia la materia "Raiees griegas". Pero su orgullo se antepone al deseado titulo y Florepracricara medicina sin este por el resto de su vida.'

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    .' CO Ii TE X TOS 2E I h im en e n MOOco es un texto hfbrido, que

    corresponde a los patrones de la literarura cien-rffica de finales del X IX . En la primera parte dellibro, Flores ernplea sus conocimientos hisrori-cos para trazar un panorama abreviado de lavirginidad, matizado por juicios morales y porreflexiones poeticas y Iiterarias. En las siguien-res partes, Flores presenta observacionesmorfologicas y fisiol6gicas sobre el himen, quehan de servir al medico-legisra para dererrninarcasos de violacion 0 estupro, Estas observacio-nes estan acompaiiadas por laminas ilustrativas.A primera vista, el lector conrernporaneo nopuede no experimentar cierta extrafieza, bastaincomodidad, frente a un texto que pacece 00-bordar todos nuestros canones disciplinarios.

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    EL HIMEN MEXICANO A ANALES DEL SIGlO XIX

    I. FRAGMENTOS DE UN DISCURSO AMOROSO

    Ultima flor ... naciste con d d1aAbrisre al cielo la gentil corola,Fuiste el arnor del sol y de Ia brisa...Hoy yaces triste, marchita y sola.La dicha de la vida es una rosaQue se seca tambien y se marchlta;Deshojose 1a Bor . .. quedo d aromaDulce memoria ti L mi amor bendita.Manuel M. Flores. "La ultima 1or"7

    El bimen en Mtxico empieza con "DosPalabras"(en realidad son dos paginas, dirlaArreola) donde Flores presenta sus agradecirnien-cos a sus profesores y acaricia ala idea de dedi-car parte de su vida" al esrudio de los himenes,"materia que 1 0 seduce". Sigue la "Pr ime ra P ar te "donde sienta los fundamentos de su proyecto: laimportancia de lavirginidad para varios pueblos,dentro de un arnplio marco geogcifico e histo-rico; el valor del himen como evidencia fuica dela virginidad; la justificacion de un esrudio so-bre los hfmenes para la medicina legal. Surna-mente anecdorico, Flores esboza una historiade la virginidad y de la prosrirucion a base defuentes griegas, prehispanicas y, sobre todo, apartir de l Tm ta do d e mediana y cirugia k g a J (1846)del doctor Pedro Mata Fontanet (1811-197n,medico-Iegista espafiol, cuyos libros tuvierong r an influencia entre los medicos mexicanos definales del X IX . Flores empieza su recorrido his-rorico con Herodoto, quien conraba como losbabilonios obligaban a cada mujer a ir al templode \ enus para enrregarse a un extranjero. La sboniras, como esde suponer. se qued.aban menosriernpo, mientras que las feas permanedan mas,"pues no podfan satisfacer a la ley tan prontocomo elias hubieran querido" (p.16). AI curn-,plir, cada una regresaba a su casa para vivir elresto de su vida con ejernplar pudor y conrinen-

    cia. Su narrativa 1 0 lleva despues a incursionar enlas costurnbres ex6ticas de pueblos remotas: per-sas, filipinos, arabes, chiprioras, araucanos,tibetanos, nubios, peruanos, canarios de Goa, sa-cerdotes de Cochfn y Calicut, Algunos, como losbabilonios, poco respetuosos de la virginidad desus bijas; otros, feroces defensores de la viIgini-dad, al punto de sururar los labios de Ia mujereshasta que las carnes se adherian de tal suerte queel matrimonio no se pod1a efectuar sin una in-tervenci6n quinirgica,

    A 1 0 largo de sus incursiones hist6ricas sobreculruras tan diferentes, Flores sigue una cons-tante: hay una estrecha relaci6n entre dgrade decivilizaci6n y el respeto por la virginidad de cadapueblo. "Felizrnente", concluye Flores, "esos pue-blos que en tan poco valor la rienen, son losultirnos en ilustracion y que aiin permanece.n enla infancia primitiva. [ ...] Afortunadamenre, amedida que los pueblos son mas civilizados, ledan mas valor, y preciso se hace que alli las Ieyescastiguen el delito" (p. 18). Como es de esperar ,ellugar por excelencia de la civilizaci6n en estadicotomia civilizaci6n1barbarie le pertenece a laEuropa modern a, y Flores cira al doctor Matapara desa:ibir el aprecio de la virginidad entre loseuropeos:

    Para citar algunos ejemplos de los celosos queestan ciertos pueblos de Ia virginidad de susmujeres, no hay que salir de Europa, no ha yque salir de Espana. Por ejemplo, un europeoes, en pumo a la virginidad, e l reverso de larnedalla de un filipino-aracanes, Una pcrsonadecente en Aracln no desflorarta poc nada ene l mundo a una virgen; en Europa, seprodigarodo el oro del mundo pa r a disfrutar estas pri-micias. Ellibertino que recogemuchas de es-cas flores puede hacerse una guirnalda quesera envidiada por los hombres de su condi-cion y gusros. cCuinros esposos, al sospec.har

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    que "entre los azrecas [la virginidad] era conside-rada como una joya de gran valor . .. y nada secelaba tanto como la concinencia de las vfrgenes"Cp.16) . E n cuanro al Mexico de sus p ro pi os e li as ,Flores nos informa, como Mata 10 h ab fa h ec hopara Europa y especfficarnente sobre Espana,que:

    . ,1iit1

    I) Manuel Ocaranza, Una equivo ca ti o n, 1881

    que su consorte no esta ya en posesi6n deesa encarecida prenda, se consideran des-dichados? (p. 18).

    Pero, al rnismo riempo, fie! patriota, miembrode una clase social e intelecrual explfciramen-re conscienre de su tarea de "civilizar" -1 0 queequivalfa, dentro de algunos drculos sociales, ala emulaci6n de las modas francesas en a r e a s tandisrintas como los proyecros de urbanizacion ylos vestidos femeninos-, Flores defiende a M6cicocomo centro de civilizaci6n al describir el respe-to a la virginidad desde tiempos muy remotos.En los escriros del jesuita Francisco Xavier Cla-vijero (seguramemeen su S to ria A ru ic a d el Mesico[1780], rraducida al espafiol y editada en M6cicovarias veces durante elsiglo XIX) , Flores encuenrra

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    No hay que salir de America, digo a mi vez;para ver la vicginidad idolatrada. EnM6cicose le rinde culro y alli escln sus leyes protegien-dola contra rodo atentado; alii esci dmedico-legista volviendo a cerrar la azucena, proximaa abrirse, y descubriendo al insecto quequiso anidarse en su corola. Para e l joven queadora a una mujer, su mas sofiada ilusi6n estaen la virginidad. La ilusi6n m a s hermosa que

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    n) Manuel Ocaranza, EI amor dtl colibri, 1869

    puede formar:se el joven de su adorada, esconsiderarla pura como e I boron de la rosaque no h a tocado aun ni can su trompa elinsecta, ni con las brisas e 1 alba. (p. 19)iQue mas bello que esa blanca flor de lavirginidad aun no acariciada por el cefiroavieso! (p. 18)

    aparecen sus composiciones escritas en variesa lb ume s d e s enor as y sefioritas de la epoca, Poemassobre lirios suceden orros sobre irises, abrojos,Boresmarchitas y violetas, una perfumada ofrendaromanrica donde el "deshojar" versos, como elmismo poeta seducror se refiere al acto de escri-b ir sobr e las p ; i g i n a . s blancas del album, conrieneuna velada arnenaza, una provocacion, 0 un avisoinquietanre. Vearnos sus versos en e I album dela joven Eulalia, parte del poema "EI alma enHor":

    1 lector de nuesrros dias no puede dejar deasombrarse ante d caracter visual y plasticode este texro de medicina legal, ante tantamecifora floral y entomologica.! Podemos en-contrar equivalences a los arrebatos llricos deFrancisco Flores en el acre visual y lirerariode sus conternporaneos. Su primo, el poetaManuel M. Flores. habia publicado, como par-te de su libra Pasionarias, una "Guirnalda", donde

    La s almas en Bar jay! Se deshojanAI soplo abrasador de la pasi6nY elllanto en que los parpados se mojanCae en gOtas de fuego al corazon.

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    Despues del aviso, Flores tiene un consejo parala joven mujer:

    Deja tus bellas ilusiones de oroDormir en el regazo del candor;Un il ia vendra que viertas su tesoroEn un raudal de verdadero arnor( . . . JOye ... no lleves rus preciosos bienesA quernarse en la hoguera del amor,?

    Lagrirnas, flores, amantes y sugestivas com-paraciones entre tesoros materiales y espiri-tuales rarnbien aparecen en las artes visuales dela epoca, Asl, e l pintor Manuel de Ocaranzarnuesrra en su famoso cuadro "Una equivoca-cion" de 1881, una mujer que duenne 0sueiiadesprevenida rnientras un indiscrete colibrf dis-frota del nectar de sus labios enrreabiertos (il.I). El suefio de la vigilia puede llevar a talesequivocaciones, M a s explfcito y programaricoes "El arnor del colibrf" exhibido por primeravei en 1869 (il. II). El cuadro se consrruye abase de ambivalencias y contrastes: una mujervestida de blanco, cefiida por una cinta roja,inrerrumpe su clase de piano 0 su bordado=actividades predilecras de las j6venes nubilesde la clase media alta- y se asoma a la ventanapara leer un mensaje de arnor. Sobre el marco dela ventana se encuentran descartados el bordadoy la aguja y una maceta con una azucena. Lajoven conrernpla el momento preciso en que uncolibri, de afilado pico, se quiere anidar en la co-rola. El rallo sin flor de la otra azucena encie-rra una prernonici6n inminenre. La amenaza secumple en el cuadro que se expuso junto coneste, "La flor rnuerra", rambien conocidocomo "La ilusion perdida" (il. III). Orca jovende blanco, (.:la rnisrna?) conrernpla llorosa y des-consolada una azucena rota pcemaruramentede su tallo.'? EI rnensaje de este par de pinru-

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    CCN'TEl(TOS 2

    cas se sugiere como la eleccion entre dos mera-foras de la desfloraci6n: por un lado, la fragilazucena amenazada por el punzante pice delcolibri; por el otro, el vaporoso encaje con laaguja de cosec. Saber escogec depende de man-rener una clara distincion entre la aguja quellevara al matrimonio y la que lleva a la perdi-cion. Una variacion sugerente de esta elecci6naparece en el cuadro de Aranasio Vargas, "Unaentrevista arnorosa"(il. IV) de 1875, donde el malmanejo de la aguja esta a punto de perder a unajoven doncella.

    La obsesi6n finisecular con la virginidad serepresenta asf a partir de un repertorio de ima-genes compartidas por l a culrura burguesa mexi-cana. Por 1 0 tanto, las consideraciones de Floresen la prirnera pane de su esrudio conformanfragrnentos de discursos historicos y anfsticospor la Patria, cuyo arribo a la civilizaci6n supe-rior depende en gran medida del pacto matri-monial y de la virginidad de la mujer a la hora delmatrimonio." No se trata de una virginidadabstracta ni espirirual; a l contrario, la virgini-dad es tangible, concreta, acechada en todomornento por insectos y pijaros perniciosos,por percances, atentados y peligros. El signaHsico de la virginidad, estarian de acuerdo losconremporaneos de Flores, es el him en. Favo-recer elhirnen como equivalence de lavirginidadnos puede parecer logico 0natural y nuestraspropias convicciones pueden ser un resabio dela culrura burguesa dedmon6nica. A 1 0 largo de [ahis to ria, el himen no ha tenido siempre estaconnocaci6n; dentro de tradicion patristica, SanAmbrosio y San Agustin cuestionaron cualquierverificaci6n flsica de la virginidad (sin necesa-riamente negar de manera absoluta el resultadode tales verificacionesj.P EI medico francesAmbroise Pare, en el siglo XVI tambien rechazolas pruebas Hsicas como mero prejuicio de lascomadronas. Pero, para Flores, el referente m a s

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    aHIMEN MEXICANO A F INALES DEL S IGLO XIX

    condenable de esta actitud relacivista es el na-turalisra Georges-Louis Leclerc, conde deBuffon, retomado por los enciclopedistas fran-ceses, quienes rechazaron en la Encic lopedia laidea de la virginidad como objeto flsico. Escri-bi6 Buff'on:

    Los hombres, celosos de las primicias detodo genero, han dado siempee rmportan-cia a rodo 1 0 que ellos han creldo habergozado los prirneros. Esta especie d e Iocn-ra ha hecho un ser real de la virginidad delas mujeres. La virginidad, que no es sinoun ser moral, una virtud que tan solo con-siste en la pureza del corazon, se h a hechoun objeto ffsico por e l cual se han preocu-pado los hombres, han establecido sobreel opiniones, usos, ceremonias, supersticio-nes y basta juicios y casrigos. (citado porFlores, p. 17).

    Es e sp ed fic amente c on tr a BuHOny contra la " e p o c ade incredulidad" de los enciclopedistas fianceses,que Flores d es plieg a ro da su inconformidad:

    Horroroso desengafto se apodera de l espf-riru al ver semejante escepticismo, y lasdudas vienen ... [.. .J La perdida de I .a virgi-nidad moral no deja rasrros -es como elvuelo del ave 0 el paso de la culebra enci-rna de las rocas. (p. 19)

    No es que Flores rechace de manera absolutael componenre espiritual de la virginidad,sino que, como medico-legisra, insiste en e lcorrelate fisico de la virginidad:

    En ambos delitos -de violaci6n y de estu-pro, la cuesri6n de la virginidad es la sorn-bra que se levanta arerradora delanre delmedico-Iegisra, Y,(que datos sino los que da

    :

    el himen descuellan entre los que puedenbuscar? Y rodo, (a que riende sino a que sconserve la integridad sexual, es decir, principalrnente del himen, en cuya ruptura sha querido siempre personificar la desflo-radon? Desde Moises se fijaba el modo ddescubrirla. Evidenremenre que el legislador siempre se ha ocupado de la virginidadfwca. de aquella que es tangible y en Laquun arentado puede dejar huellas. (19)

    La lectura de huellas materiales lIeva a jui-cios morales y perrnite la aplicaci6n de la ley

    La palabra "himen" es de origen griega,emparenrada con toda una familia de pala-bras: "hymen", 0 membrana, "hymenaios",canto nupcial, "Hyrnenaios", dios griego dematrimonio. Pero, para nuestros propositos,tal vez sea uril repensar e l hirnen desde setimologfa latina, signaculum, que, como 1not6 Giulia Sissa, se puede traducir como selloy como signo al mismo tiernpo. Marca quesella el cuerpo de la virgen, sello que cierrapacto matrimonial, su destruccion es e I signode la perdida de la virginidad. De las circuns-tancias de esta perdida depende el cumpli-miemo 0la violaci6n de l contraro. A la culebradel escepticismo y la duda, Flores contrapone enla segunda pane de su libro, la membrana dehimen, objeto de conocirnienro, y nudo entrevarios registros del saber: el anat6mico, ellegalyel moral.H. FRAGMENTOS DE UN DISCURSO CIENTfFICO

    Las partes que siguen en el libro de Flores, dpretensiones exclusivarnenre cienuficas, parecencontrastar con d tono moral.istay anecd6tico de lprimera parte. Flores pone manos a la obra y nopresenta un estudio de Indole medico-legal, en ltradici6n del conocido medico-legista frances

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    Ill) Manuel Ocaranza, Lc for "'lIerta

    Ambroise Tardieu, As, en la segunda parte deEl himen en Mexico, expone una rigu.rosa cia-sificacion de hlrnenes, a base de sus propios es-rudios y de los de otros invescigadores sobrecuerpos de nifias (a veces sobre cadaveres);"Segun esras observaciones, los himenes se dividenmorfologicarnente en regulares e irregu1ares. Lasformas regulares incluyen e l himen anular, e llabial, semilunar, franjeado y e l en forma de he-rradura. Entre e l sinfln de formas irregularesesran e l himen biperforado, e l en herradura ob-rurado, e l imperforado, trifoliado, multifoliadoy coroliforme. 14A cada descripci6n peneneceuna lamina ilustrativa. Flores pretende anali-zar la frecuencia de cada hirnen en c a d a pais cond proposiro de construir un cuadro estadfsricode frecuencias en el caso de Mexico. (Esto de-

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    terminara e l metodo que deberia ser usado pord medico-legista de cada pais para establecer sibubo 0no violaci6n en un dado caso). En Mexi-co, insiste Flores, "debe darsele un lugar al hi-men en herradura, que ningUn autor menciona,por ser una forma absolurarnente discinta delsemilunar, con el que sin duda se le ha confun-dido, pOI presentar [... J una resistencia que Iees propia, y por observarsele con alguna fie-cuencia en e I pais".

    En la tercera pane de su esrudio, introduceobservaciones sobre los cambios de cada formad e himen segUn la edad de la mujer y un anal i -sis de la resiseencia que cada forma opone a unafuerza ajena que intenta rompedo. Para este a n a -lisis, Francisco Flores cont6 con la ayuda de uningeniero civil, Luis Cones, quien esrablecio

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    rv) Atanasio Vargas, Una entrrsist amorasa, 1875

    una relaci6n entre trabajo rnecanico (necesariopara romper un himen), tiernpo y fuerza: T=P xt. P varia segtin la resistencia de cada ripo dehimen. L a s correlaciones entre la morfologfa yla meclnica Ie son surnamente importances almedico-legista, ellas indican si en un caso dedesfloraci6n hubo un arentado criminal 0 no."A medida que la membrana sea mas resistente",sugiere Flores, "el esfuerzo del violador tieneque ser mas grande, y mas ficil sera encontrarlesiones producidas por la mayor fuerza em-pleada, Una violaci6n de doncella cuyo himensea labial, sin sefiales de violencia, no es proba-ble; [ .. . J la de una cuya forma corresponda al enherradura, ya es verosfrnil, y rrarandose delsemilunar, es muy posible" (p. 34) .15 (Dentrode la jerarqufa establecida por Flores, el himen

    labial es inherentemente mis resisrente que elsemilunar).

    Dejemos allado algunas objeciones posiblesa la s teorfas de Flores: algunos errores intrfnse-cos a las fOrmulas como la imposibilidad de ejer-cer la opinion medica. dado que, en la mayorfa delos casos, no se conoda la f o n : n a inicial del himenantes de la perdida de la virginidad." Lo que esimportante rescatar del estudio de Flores, mas allade la cuestionable ucilidad de sus dasificaciones deh fm en es , s on las caracterist:icas de su me todo, quenos revela el funcionarniento de l discurso medicoa finales del siglo XIX y es un importante testi-monio de l proceso de definir, conformar y le-gitimar un espacio funcional y practice de lamedicina, con sus Ilmites y limiraciones frente aotras disciplinas, particularmente, frenre a la Jey.

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    Primero, noternos el papel de la mirada ensus observaciones. En el siglo XIX, como 10 ha-bia sugerido Porfirio Parra en eI prologo a l otrolibra de Flores, Historia de fa med ic in a en Mex ic o ,s e l levo a cabo la conquista de la mirada sabrelos demas sentidos como fuente generadora delsaber en la medicina. Asf, Parra enumera todauna serie de insrrumenros medicos que se em-piezan a usar en este mornento: "e l laringoscopio,el otoscopic, el endoscopio, los diversosespeculurns: he aqui nuevos medios con los cua-les el clinico ha conseguido hacer visible 10invisible, proximo 10 remota y rnanifiesto 10recondite";'? La mirada que, siguiendo las d e f i -niciones de Foucault podriamos denominarcomo "cllnica" ,es, par 10 tanto, mediada porinstrumentos que prometen ofrecer una reali-dad mas real, mas objetiva, inaccesible a l ojolibre plagado a su VeL por incertidumbres, defec-[OS Y subjetividades. P arado jic amen te , la miradamediada apoya la pretension cientifica del fin decoda mediacion,En el caso de El him en en M b:ictJ, Flores no

    usa m a s que especulums y ganchos para sus esru-dios. Pero, sus observaciones respond.en a l rigorde Lamirada clinica para producir dos tipos deobjeros, dos versiones del mismo saber. Por unlado, ruimeros, por d otro, im;igenes. Las formu-la s Hsicas y las t ab la s e s tad fs ti ca s incluidas porFlores consriruyen una base de datos que mideny organizan una realidad confusa de manera su-puescamente racional y objetiva. Este resulradoes reforz.ado por las ilustraciones que acompaiiancada una de las descripciones de los himenes. Aqui1 0 visto ha sido reducido a 1 0 estrictamente nece-sario: piernas abiertas, vistas frontales del himen,ganchos que permiten ver el objero de esrudio.Tanto la base nurnerica como la base ironogcificarienen el mismo pun to de parrida, la ambici6n dehaber eliminado cualquier huella de subjetividad,de llegar a un resulrado final neurro y desinteresado.

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    C C W ' T E x T o s 2

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    EL HIMEN MEXICANO A FINALES DEL SIGLO XIX

    {Quien sino el podra descubrir las recondi-tas huellas que un veneno sutil deje en el senede los 6rganos? (Quien sino el podra sor-prender este veneno, separarlo del cuerpo quedestruy6 y presentarlo con sus terribles ca-racteres a los ojos de los jueces? (Quien sinoe t para desenmascarar L a irnpostura, confundirL a hipocresia y resti tuir a la inocencia el blan-co ropaje de que la malicia 1 0 quiso despojar?As { es que por diversas razones, constiruyenlos medicos en cada pals una de la s c l a s e sma s il us tra da s, m a s l ab ori os as , m a s u tile s, m a sindispensables. 18

    En la sociedad laica de finales del siglo XIX , lamedicina se consrituye como un nuevosacerdocio ilustrado; el saber medico va m a salla de los sfnromas corporales y sus diagn6sti-cos tienen repercusiones morales y culturales,Confidence, cura, urbanists, legislador, e I me-dico participa en todos los aspectos de la vida .cfvica, construye el cuerpo politico, social ymoral a base de mimeros e imagenes y conservala salud de la naci6n a base de su sutil arte deleer caracreres terribles, lugares, espacios y hue-llas, de discernir entre la ley y el deli to, la im-posrura y la inocencia. Dentro del imaginariocultural de finales del siglo XIX , la medicinaparticipa como uno de tantos modelos -comola pinrura, la literarura, las leyes- que preten-den representar y disciplinar las practicas dela sociedad burguesa. Pero, al mismo riernpo, lamedicina, ciencia ilustrada, neutra Y objetiva,ejerce directamenre sus saberes, al imponer ylegitimar L a normalidad. Detras de los valoresnurnericos del nuevo saber se esconden y se die-tan leyes y valores morales, se negocian practicasculturales dominances y se disipan ansiedades.'?

    Si la medicina es uno de los modelos favori-cos para regir la culrura del siglo X IX , la miradamedica privilegia varios objetos de esrudio para

    representar la sociedad. Tales sujetos funcionancomo vasos comunicames, nudos que dejanentrever los puntos de contacto entrevarias pcicticas sociales (001110 la medicina, e l derecho, leconomfa, la pedagogfa). En sus estudios,Foucault habfa senalado particulannente a los reoslos nifios, los homosexuales, los enfermos men-tales, los masturbadores. A conrinuacion, quisiera destacar d cuerpo de la mujer, 0mejordicho, sus numerosos cuerpos, como sujeto privilegiado para esrudiar un caleidoscopio de discursos decimon6nicos. Cruce entre 1 0 pUblico10 privado, la economfa y la rnoral.Ia ciencia y lley; el cuerpo femenino -los cuerpos femeninos-son producto, por un lado, de la arnbigiiedadel miedo, y por el otro, del impulso de diferen-ciar y de reducir esta misma arnbigiiedadvalores elaros y univocos. Esre impulse

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    (EI autor made, en nota a pie de pagina, queSancho Panza se enfrento a un caso similar en lainsula Barararia.) Esta peligrosa sustirucionsimbOlica entre e l dinero y la virginidad no esunareferencia aislada en e I texto de Flores. La pros-titura y la virgen representan un binomioconstanre no 5 6 1 0 en EL bimen en Mexico, sinorambien en el imaginario cultural decimononico.N < > deja de sorprender la presencia de la prostirutaen un texto sobre himenes; pero, como vere-mos, la casridad de la futura esposa, asf comola integridad del matrimonio burgues son irn-pensables sin la prostituta.EI interes en la prostirucion como fenomeno

    social, econornico, moral y culrural tiene suorigen en los estudios del medico francesAlexandre Jean Baptiste Parent-Duchateler,cuyo libro en dos tomos, Histoire de Lap ro stitu tio n d an s fa ville de Paris conocio tresediciones en veinte afios, 1836, 1837 Y 1857.Un verdadero Lineo de Ia prostirucion, Parent-Ducharelet presenra, en su primer tomo, tiposde prosrirutas segun sus clientes, sus rasgosespiriruales y psicologicos, (Algunos de sus es-rereoripos seran pautas importanres para losnovelistas del XIX.) Un verdadero visionarioen su momento historico, Parenr-Ducharelerconcluye que no hay una correlaci6n entre losr a s g o s flsicos y la rendencia a la prosrinicion, sinoque, m a s bien, la pobreza es e l gran movil de laprofesion, En d segundo torno, d esrudioso reco-pila ensayos de varios colaboradores extranje-ros, que d an tesrimonio de la prostiruci6n envarias partes del mundo: el resto de Europa,Asia, Africa del Norte. Como ha sugerido e Ihistoriador frances Alain Corbin, e l esrudio deParent-Duchatelet tendra un gran impactoepistemol6gico: observar y saber se traducen ensupervisar, conrrolar y regularizar la prosriru-cion. La busqueda y acumulacion de datos sirvepa..rael ejercicio del poder.

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    Ccw'rExros2

    Como las dernas influencias frances as enMexico, los estudios de Parenr-Ducharelet y deotros esrudiosos franceses, seran de gran im-portancia para la medicina mexicana y para laconstruccion de la figura de la prostituta en e limaginario culrural mexicano. Indudablemen-te, la obra maestra sobre la prostiruta en Mexicoes Santa (1901) de Federico Gamboa, dondelas irnagenes de Parent-Ducharelet pasan por e lfiltro del naturalismo frances (representado prin-cipalmente por Emile Zola). Pero, al margen de'Santa y de otras obras literarias y poeticas queversan sobre esta gran figura de la modernidad,tarnbien se publicaron en el Mexico de finalesdel siglo X IX varios escriros dedicados al esru-dio de la prosrirucion como fen6meno social,medico y legal. Sin tomar en cuenta las rmil-tiples referencias a la prostirucion en los li-bros de medicina legal 0 de higiene publica.(incluyendo e l capitulo dedicado a la higienepublica en el libro de Flores, Historia tk famedicina en Mexico), podriamos mencionarpor 1 0 menos tres monografias sobre e l tema;una revision del reglamento de la prostiru-cion, prornovida por fa Gaceta Medica tkMlxico en 1890; una tesis de licenciatura deFrancisco Guernes, Algunas consideracionessabre fa prostitucidn en Mlxico (1888), dondecita profusamenre a Parenr-Duchateler: y unesrudio de casos compilado por CarlosRoumagnac, Crimenes sexua les y pasionales, de1906. Siguiendo a Parenr-Duchatelet, cada unode esros escritos acumul.a una base de datos eimagenes, con el prop6sito final de propanerla regularizacion de la prosrirucion. (Cuales sonalgunas de las imagenes del repertorio visual dela proscituta mexicana?

    Alain Corbin ha descrito las asociacionesde la prostirura en Francia can 1 0 corrupto y1 0 inrnundo, con la degeneracion y e l contagio,con cadaveres de animales, camicerias, canales de

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    .a s entY de'1 un-ar a Iaen elmen-6cicoondeior elprin--n d equedad,talesstu-cial,nul-s Ii -.licaenenarna:tu-d ede

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    y),

    El HIMEN MEXICANO A FINALES DEL SIGLO XIX

    evacuacion, a . g u a s negras. Su cuerpo remite, por10 tanto, a imagenes de patologfa urbana y sutratamiento responde a la actirud de contener10 sucio y limpiar la ciudad decirnononica, (Elmismo Parent-Duchareler, apumaba Corbin,antes de escribir sobre la prosrirucion, habfaescrito tratados mCdiro-higienistas sabre la disec-cion de los caballos en relacion a la salubridadpublica, sabre la evacuacion de agua s i nf ec ta s,sobre permisos de venta de carne de puerco enla ciudad.) Francisco Giiemes, seguidor deParenr-Duchareler en Mexico, emplea precisa-mente estas rn is mas i.magenes para describir laprostirucion en M6cico y para pedir su regula-rizacion (con la oonside.raci6n que en Mexico elestado general de las prostitutas era. mucho masdeplorable e inmundo que en Francia):

    Las prostiruras son can inevirables en unaaglomeraci6n de hombres como los alba-fiales, los muladares y los depositos de in-mundicias: la conducra de la autoridaddebe set la misma respec[Q a una que aotros, su deber es vigilar Y atenuar portodos los medics posibles los inconvenien-res que les son inherenres."

    M a s adelante, Giiemes vudve a insistir sobre 1 a acti-tud que han de adoptar las auroridades dvicas:

    Hay qu e vigilar d negocio/indusrria de la pros-tirucion as i como se v i g i 1 a n otras i nd us tr ia s [ .. .J(Por qu e los industriales de la p r os ti ru ci on , i n-dustria i ns ai ub re e n p rime r grado, q ue p ro pa-ga afecciones contagiosas, alramente nocivas,profundamenre peligrosas, no 5 6 1 0 para la sa -lud indiv idual , sino para la salud de la Nacion,ha n de exa:ptuarse de la v i g i 1 a n c i a de la s leyes,de la regbmentaeion a que e S C ! . sujero el insig-nificance vendedor de comestibles? 23

    La prostituci6n es, como vemos, altamente no-civa y peligrosa para la salud de la naci6n. (Porque, entonees, no se aboga la p ro hib ic io n a bs o- ,lura de la prostirucion y 1 a extirpaci6n del cuerpoputrido de la prostituta del cuerpo saludabledel resto de la Nacion? Y, finalmenre, (a quecuerpo se refiere Giiemes al mencionar la saludde la Nacion?

    Primero, 1 a prostirucion no se prohfbe porquees el sacrificio necesario para el funcionamientodel resto de la sociedad. Escribe Giiemes:

    Debemos conservar la prosriruci6n como unaUlcera que conserva la vida del organismo so-cial y mientras los progresos de la civilizaci6nno hagan posible e l matrimonio, a la mayorparre de los hombres. deci r: c ien veces la pros-rirucion y sus infamias y sus gangrenas, m a sbien que el prolerariado dnicameme feamdoy que arroja a sus hijos al muladar, cien veces lavoluptuosidad comprada, m a s bien que larrai-cion dornesrica y el adulterio vuelto cosrurn-bre, yel matrimonio convertido en tci6co decapitales y prox im o a la p o li gam ia ; c ie n vecesla voluptuosidad cruelmente arrancada y se-parada al arnor, mas bien que la amistad trai-cionada y e l arnor conraminado en e l santuariode la familia, cien veces mejor que toda estasociedad imbuida de un jugo c:anceroso devirrud hipocrita y de Inrimo libertinaje, quela consume lenra, pero seguramenre.P

    Segun esta vision organica del cuerpo nacio-nal, Ia prostiruta funciona como una infec-ci6n conrrolada, el foco enfermo que permitemantener Ia salud del resto del cuetp0 y, sabretodo, aleja peores rniedos y males: la amenazade la degeneracion racial; la reproduccion de lasclases proletarias; el adulrerio, la poligamia;e 1 desgaste econ6mico y espermatico del hom-bre. La monogamia, no se cansan de repetir los

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    conrernporaneos de Guemes, representa una fasesuperior de la civilizacion, reservada casi ex-clusivarnente a las clases dirigentes. Esta fasesuperior, alcanzada dentro del santuario del ma-trimonio burgues, depende precisarnente de laexistencia de la prostituta, que permite alhombre algunos deslices sin mayores conse-cuencias. L a prostituci6n es el precio pagado paraconservar la integridad del himen de la futuraesposa y para cuidar, 1 0 mas posible, el bolsillode su marido.

    Pero, mas alla de las consideraciones teo-ricas de algunos esrudiosos, la prosrirucionno se prohfbe porque no se puede. Citando aParenr-Duchareler, Gliemes sentencia que"la prostituci6n es como un torrenre que nose puede detener pero que hasta cierto punto esposible dirigir". 25 Por consideraciones sanita-rias, econ6micas y morales, vigilar y dirigires, por 1 0 tanto, preferible a la clandestinidado al peligro de una posible confusion de lasprostitutas con mujeres honestas. De esta rna-nera, la prosriruta llega a ser objero predilectode la higiene publica, junto con OtrOS"cuer-pos" potencialmente contagiosos 0 corruptos:hospirales, panteones, mercados, canales dedesague, Asi, a partir de 1862, se empieza lainscripci6n met6dica de las prostitutas y se lesimpone porrar carnet con los siguientes datos:mimero de orden, dase, lugar de nacimiento, fi-liaci6n, fecha de Ia Ultima visita medica, estadode sanidad y retrato.26 AIrnismo riernpo, sedesig-nan lugares especificos donde se puede practi-car la prostirucion, lejos de iglesias y escuelas. Elcraw de la prostituta corresponde a la preocu-paci6n a finales del siglo XlX por representaruna imagen limpia y unfvoca de la vida urbanay de los cuerpos que conforman la ciudad y la

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    Naci6n. Esta nueva representacion se urde, enpane, a partir de la acumulaci6n de datos quepermiten conocer, vigilar y dirigir, a partir dernimeros que miden hfrnenes y prostitutas, conel proposito de d is ti ngu ir , c la s if ica r y eliminartoda posible ambivalencia, de crear nuevos con-sensos politicos y culturales.

    Dentro de este nuevo escenario nacional, dcientifico ocupa un lugar primordial. E n d casod e EL bimen en Mexico, Flores funge como auto-ridad historica y moral, medica y legal, y haceus o de todo recurso retorico y visual disponible,con d prop6sito de intervenir en la construe-cion de la sociedad mexicana. La pretendidadisrancia y neutralidad de su discurso medicole permiten asumir la postura del reformadordesinteresado, aunque apasionado. Pero, pormomentos, su propia pasion 1 0 traiciona: enesos momentos, la distancia entre cientfficoracional y su codiciado objeto de estudio sereduce de manera alarmante. Se trata de lasllneas finales en su libro sobre el himen:

    Termine, por fin, m is penosas y rudas labores,Labrador tenaz y consrante, vine sembrandocon esmero pobrecillas sirnienres, avaro delproducto que elias me pudieron dar.Plantas nacidas al suave y tibio calor del es-rudio, helas venido culcivando con carifio.Obrenida ya la cosecha, terno que en Vel. dehaber recogido maduras y sabrosas mieses,5610 haya alcanzado anernica y enferrnizacizafiarnata,S i s ol o obruve la Ultima, culpa mia no fue ca -recer de esa exuberance savia con cuyo riego seproducen buenos yabundanres fruros, (sip)

    Sin comentarios ...

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    N a r A S'Este texro fue originalmente publicado en el Bolerlndel Institute de Investigaciones Bibliograficas, Torno v.2000. Se reproduce con autorizaci6n de la revista.

    ! "Profesora invesrigadora de la Universidad Aut6nomaMetropolitana planed Cuajimalpa.IAgradezco a Jose Luis Martinez por haber llarnado miatenci6n sobre ate texto y a los participantes delSeminario de Historia de laCiencia (Proyecto CONACYr63699-H) en el Instiruto de Investigaciones Filosoficsspor sus comentarios.2 Los datos de la bi0gr.t6a de Francisco Flores provicnende la "Introduccion" escrita por Victor M. Ruiz NaufalyArturo Galvez Medrano a la Historia tk fa mcdici1Jll enMlxU:o de Francisco Flores, edici6n facsimilar, InscirutoMexicano del Seguro Social, M6cico, 1982, vol. 1, XI-LVIn. Los historiadores discrepan con respecto a losprop6sitos por los cuales fueron escritas las dosprincipales obras de Flores. Asi se ha sugerido rambienque El himen en Maico fue la tesis de Flores, rnientrasque la Historia de la Medicina fue una producci6nindependiente".3Uno de los pocos esrudiosos de este texto, Juan JoseArreola escribe un pequefio ensayo donde, al destacarcon humor el lade mas fantastico y estrafalario delproyecto de Flores, haec dudar al lector conremporaneosi el libro es verdadero 0una creacion de Arreola. EIb im en en M lx U:o p arec e responder al afan confabulatoriod e l propio Arreola. quien deplora la carencia naciona!de himenologos freon: a la abundancia de himen6filosy seiiala que Flores trat6 de remediar el desequilibrio alpeoponer un Instiruto Nacional del Himen en Mexico(conformado por medicos, farmaceuricos, enferrneros ysacerdores enrrenados para revisar anualrnente a todaslas rnujeres, desde recien nacidas hasta enrregarles uncerrificado de purezaen las vfsperas del matrimonio);es imposible saber, sin embargo, si la tal propuestaexisti6 0 si Arreola se aprovecha para ensayar limrorna.Juan Jose Arreola, "E J himen en Mexico", P a l i n d r o 1 1 J l l ,Joaquin Moniz, Mmco, 1971, pp. 47-55. En uno de sus cursos en el College de France, MichdFoucault enfoca la forrnaci6n y la consolidaci6n de lapsiquiatria, a parrir de la definicion de 1 0 anormal, comoparte de policicas de disciplinar y controlar la sociedadfrancesa del siglo X IX y xx. SegUn Foucault, la definici6nde 10 anormal riene sus origenes en los monstruos delsiglo XVII y XVlJl, los incorregibles del XVlll Y lospequ efios masturbadores del X IX . Vease MichelFoucault, Lo s a7UlrT1JIlUS, edici6n establecida bajo ladireccion de F ra nc ois Ew ald y Alessandro Fontana porValerio Marchetti r Anronella Salomoni, rraducci6n deHoracio PODS,FeE, M6cico,2000.) V eas e, entre otros, Julio Guerrero, L a g husis d el c rim ene n M l xU :o , Editorial Porrua, Mexico, 1977 [1901].'Titulo de un !ibro del crirninologo Carlos Roumagnac.,parte de Laserie "Por los mundos del delito" que consisteen Lo s criminales 17I Mexico (Mexico, 1905) y Crimenas0CU4ks y pasionaies, asu vez dividido en C r im en es s ex ua la ;

    Mexico, 1906 Y MauuIores tk Tmlj~ Libru& de Ch.Bouret, Mexico, 1910. Roumagnac, como Flores, eracienrffico de amplias aficiones; entre sus desempefiosexrra-cienrfficos encontramos traducciones del francesde varias novelas de Pierre Loti (pseud6nimo de JulienViaud). A finales del siglo XIX . Loti habfa alcanzadouna gran popularidad por sus novel as de temasorientalistas y de nostalgicas descripciones de harenesrurcos, mujercs desencamadas y formas de vida en vIade desaparici6n. Loti fue elegido a la Academi2 Francesaen un concurso contra Emile Zob..Agradezeo a Laura Chazaro el h a b e t rrafdo a miatcnci6nla obra de Carlos Roumagnac.7 Pasionerias, Imprenta del Comacio, Mexico, 1882,pp. 191-192.IDenno de la lireratura eientifica occidental, laentomologfa ha tenido sus connoraciones paversas ypornograficas. De esta manera, la Iocrura de los librosde Linea, con sus ilusrraciones de Sores e insectos, erarestringida exclusivameme a los hombres.9 "Manuel Ocaranza", Pasionarias, op.cir., pp" 256-25710 El poeta Manuel M. Flores habra cornenrado eIconcenido de esre cuadro en un poema filnebre con laocasi6n de la muerte de Ocaranza: "una virgen que eamor conquistaf r se deja robar por d amarlW b e s o trasbeso en languida pereza..., ibid.IIEsta posiei6n no podria ser m a s c. lar . que en la siguientesentencia de uno de los contempocineos de Flores, JulioGuerrero, que aparece en su libro Lr r ; tnm s tkl crimen enMexico, op.cit, En cuanto a la novia, escribe Guerrero,Us e la quiere con el arnor c a s t e de lo s nifios, con pudor,con miedo, con adoraci6n; para poderle brindar comocaballero anciguo y legendario, un arnor puro, se cornienzapor conservar pureza en el cuerpo y el alma. As! es comolamujer en Mexico, desde nina, y coo su sonrisa de angely sus miradas entornadas, de fuegos inconscie:ntes de unhogar futuro, desernpefia el Doble papel de laciviliz.aci6n"(p. 326). No 0010 se espc=ba la ClSlidad dela novia, sino que esta rnisma pureza lograria milagros ensu prometido, quien acruarfa como un pafccto dODQuijote, C a b e subrayar que, en pane, estas actirudesdeben bastante a los manuales para ;ovenes esposos quellegan de Francia, junto con otras modas francesas.12Segtin sugiere Giulia Sissa en un recienre =sayo, paralos dos padres de la iglesia, el mero acto de comprobarla virginidad implicaba su perdida, por 10 menos laperdida de la inocencia virginal. Giulia Sissa, "The Sealof Virginiry", F ra gmmts fo r a H isto ry .jth e H lD ftA n Body ,Part Three, editado por M ic ha el F eb er, Ramona Nadaffy Nadia Tazi, New York, Zone Books, 1995. Flores estaconscience de este peligro, pero considera la verificaciondemasiado importante para poder prescindir de ella.13 L a autoria de EI himen en Mtxico. parciculannente delas observaciones cientfficas que e s r e contiene en lassegunda r tercera partes, ocasioo6 una conrroversia enel mornenro de su publicacion, En enero de 1886,Adrian de Garay, editor de la gac~ta La Esruela d~

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    Medicina, niega que El bimen enMexico era obra exclusivade Flores, sino que "fue escrita el afio de 1884, con losdatos suminisrrados por los alumnos de Med.icina Legal.bajo la direcci6n de su maestro, el Dr. Andrade. E1 Sr.Flores fue unicamente el que compil6 y orden6 dichosdatos. De esro se deduce," continua Garay, "que laMemoria el 'Hirnen en Mexico' no es propiedad del Sr.Flores, que es quien esra apravechando esos trabajos,sino de los alumnos de Medicina Legal de 1884. [... JPor eso esperamos que el Sr. Flores expliquepublicarnenre". La &uela tk M~dicina, 15 de enero de1886, Torno VII, num.l O, p.I44. E1 mismo Garay nosproporciona otro daro reference a! asunto en el nurnerode la gaceta de 15 de febrero de 1888, donde anunciaque Flores habfa enviado explicaciones, "perc en remitidoran extenso que ruvimos que manifesrarle laimposibilidad de publicarlo". Garay estima que estasexplicaciones llenarfan unos seis meses de la gaceta.Despues de estes intercambios, no renernos masinformaci6n sobre la conrroversia, Seria jusro observar,en defensa de Flores, que este se refiere varias veces a losesrudios de otros investigadores, aunque nunca se refierea El h i11U7 l en Mixico como un proyecto colectivo.IiArreolale celebra en particular d descub i rmiearo de Floresde un nuevo ripo de himen, d IIamado corolifcrme, cuyonombre remite, otra vez, a mecllOrasBorales.P . u 2 . d e s g r a c i ade Flores, esta forma no se vudve a observar d c s p u C s .15 Flores reconoce que puede h ab er e x ce p ci on e s. Par unlado, hay jovenes que, aun embarazadas, conservan e lhimen Inregro, En esre caso, razona Flores, "s i la jovenembarazada tiene un himen labia! 0 anular Iaregro,probablemente s610 hubo atentado; si 1 0 riene enherradura 0 semilunar, pudo verificarse un coirofecundante sin dejar huellas" (p. 33). AImismo riempo,puede haber mujeres que, recnicamenre virgenes, sushimenes presentan alteracianes por causa de lamasrurbaci6n, "el peligroso suplernento de la naruraleza"(p. 20). Por el otro lado, en dcaso opuesm. la ausenciadel himen no indica necesariamente la conducrareprochable de la joven y la sabidurla del medico-legisraes parricularrnenre uti! en tales casos:"Aun en 10 profano puede Tener utilidad la apiicacionde estos principios. E1 joven que se casa, suefia en lanoche de sus bodas con la resisrencia que va a encontrara! satisfacer sus ardientes pasiones. Y cuantos casos hayen que solo la falra de esta condici6n alarma injustamenrea! esposo que desde aquel instante niega las caricias asuconsorre y aun duda d e su virginidad. Y cuanros enque, ya desgraciado d matrimonio, viene d divorcio.Que se consulre a! medico part icular y mucbas luccs lepuede dar esta teorfa, Que se trate de una de la s formasdel himen que presenra p o c a resistencia, d en herradurao el semilunar, por ejemplo ... E1espeso maldice aqudlahora, la joven desposada ve nublarse el cido de susarnores, y solo el medico, previo un examen y reconocidala forma del hirnen, podra, en resis general, disipar larorrnenta. Mas dificil es que rodo esro se verifique si el

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    himen esanular, y aun mas labial. siendo sus resistenciasmayores en igua!dad de circunstancias, salvo diferenci.aen los diametros homologos" (p. 33).16 Tal vez por esta razon, Juan Jose Arreola sugiere lafundaci6n de un Institute Naciona! del Himen.17 Porfirio Parra, "Prologo", en Flores, Historia tk laMedicina en Mixico, op. cit., p.13.18 Ibid. p. 18.I? En esre senrido, entre las anecdotas y moralejas de laprimera parte de EI bimen en Mixieo y eI rigor cient1ficode la segunda, hay una estrecha relacion: los mimeros ylas f6rmulas dan legitimidad a las practicas sexualespropuescas por e l autor como normarivas.20 Para ilustrar algunos de los ripos de mujeres presenresen el imaginario nacional mexicano, enconrramos lasiguiente descripcion de Julio Guerrero:ala senora decente, que es como se designa a la mujermexicana que reline estas condiciones, y que en ellaresume las mas preciadas cualidades de nuestra sociedad,tiene tambien un ripo nacional. De estarura mas bienalta que baja; esbelras de talle y seno turgente, la tez deun palido triguefio que sonrosan con facilidad los ruboresde la modesria; pelo negro 0 castafio oscuro, suave, l a r g oy abundance, pies y manos pequenos, ojos negrosrasgados, y de miradas entornadas, en los que bril lan lasideas mas puras; van y vienen constantemente, con suandar nervioso, por los corredores llenos de macecasypajaros, 0 bajo los portiers de la s piezas, llevando a! ninoasido de su fa!da y difundiendo vida y conrento en lacasa donde reinan sabre sus esposos, hermanos, hijos yservidumbre con el imperio indisputable del amor", La"senora decente" de Guerrero contrasra con "la beataflaca, larga, entabacada ~, con la cortesana clandestina, ycon "las obesas indolenres, sin mas ideas en el cerebra,que un menu futuro 0 el recuerdo de comilironascelebres," con las "histericas, la s nerviosas, las biliosas,las intransigentes, las entrometidas", "Interminable fuca.si me propusiera describir ripe por tipo a codas los quela forman" conduye Guerrero; "pero, entre ellos hay unonacional, y ese es eI noble que he descritn. Asi son lasesposas de nuestras clases direccoras y puede simbolizara la sociedad mexicana, de la misma manera que unaespecie vegetal representa la flora de una cornarca". fAglnesis tkl crimen en Mexiaa, op. cit., pp. 181-182.21 Flores se refiere a Pierre-Francois Muyarr de Vouglans,quien habia publicado un libro sobre derecho criminalen Pads (1768).22 A l g u T I I Z S c o ns id s ra c io n es s ob r e L a p r os ti Ju c iQn e n M l x ic o ,Oficina tipografica de la Secretaria del Fomenco, Mexico,1888. p. 88.n Ibid, p. 107.l