el gris de la crónica. otro modo de relacionarse con la información

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Este trabajo cuenta con citas de una recopilación bibliográfica que consideré necesarias exponer párrafo a párrafo – sustento teórico de las ideas que se elaboran en el T.F.I. –. Los textos los obtuve en el transcurso de cinco años consecutivos de formación periodística, en distintos ámbitos y a través de distintas experiencias.El trabajo puntual comienza a verse con la selección de crónicas periodísticas no tradicionales publicadas por la sección Contratapa del diario Rosario 12, publicaciones claves que muestran la relación entre la crónica periodística como género y la posibilidad de comunicar hechos de cierto tipo. Sin lugar a dudas y con el transcurso de las páginas, se verá que se trabaja con una herramienta clave del periodismo, la entrevista . Con ella se obtuvieron datos relevantes y actuales acerca de la temática que se desarrolla en este trabajo, posibilitó que se describan las rutinas productivas del periodista que trabaja con el género “crónicas” en la sección Contratapa del diario, se permitió conocer qué herramientas se utilizan al momento de contar la historia.El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información es un trabajo que reflexiona sobre las ventajas del género para dar cuenta de los hechos de cierto tipo.

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Dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinemos a considerar equivocado lo que nos causara displacer aceptar como cierto. Sigmund Freud.

El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin. DAVID CAPILLA. [email protected] DICIEMBRE 2011. >> Posttulo en Formacin Universitaria en Periodismo y Comunicacin con articulacin al ttulo de Grado de Lic. en Periodismo.

t.f.i.>> Universidad Nacional de Rosario. >> Facultad de Ciencia Poltica y Relaciones Internacionales.

El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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NDICE Introduccin .. 05 CAPTULO 1 1.1 La actualidad del periodismo . 06 CAPTULO 2 2.1 Hacia una definicin de crnica ................ 12 2.2 A escribir que hay que describir para representar .. 18 2.3 Un poco de historia .. 26 2.4 Crnicas como registro histrico .... 36 2.5 Zona gris entre la literatura y el periodismo 44 CAPTULO 3 3.1 Reflexin sobre las ventajas del gnero para dar cuenta de hechos de cierto tipo .. 52 3.2 Referido a las rutinas productivas .. 54 3.3 A modo de conclusin . 61 Bibliografa 64 Anexo: fecha, ttulo, autor de las crnicas seleccionadas .. 68 Anexos . 69 Entrevistas 135

El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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INTRODUCCIN

Este trabajo cuenta con citas de una recopilacin bibliogrfica que consider necesarias exponer prrafo a prrafo sustento terico de las ideas que se elaboran en el T.F.I. . Los textos los obtuve en el transcurso de cinco aos consecutivos de formacin periodstica, en distintos mbitos y a travs de distintas experiencias. El trabajo puntual comienza a verse con la seleccin de crnicas periodsticas no tradicionales publicadas por la seccin Contratapa del diario Rosario 12, publicaciones claves que muestran la relacin entre la crnica periodstica como gnero y la posibilidad de comunicar hechos de cierto tipo. Sin lugar a dudas y con el transcurso de las pginas, se ver que se trabaja con una herramienta clave del periodismo, la entrevista1. Con ella se obtuvieron datos relevantes y actuales acerca de la temtica que se desarrolla en este trabajo, posibilit que se describan las rutinas productivas del periodista que trabaja con el gnero crnicas en la seccin Contratapa del diario, se permiti conocer qu herramientas se utilizan al momento de contar la historia. El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin es un trabajo que reflexiona sobre las ventajas del gnero para dar cuenta de los hechos de cierto tipo.

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La entrevista como herramienta permite obtener informacin de boca del entrevistado (Halpern, 2008:53).

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CAPITULO 1 1.1 La actualidad del periodismo.

El periodismo es una de las ms altas formas de poesa. 2 Allen Ginsberg .

Los tiempos cambian y generalmente los paradigmas cambian con l. El periodismo no se qued afuera y tambin cambi la forma de informar; los contextos sociales, histricos y econmicos determinados de una sociedad marcan la actualidad de las comunicaciones masivas. El periodista, Ryszard Kapuscinski, tiene una de las visiones ms claras acerca de la actualidad de este medio. Para el autor de grandes libros, como por ejemplo: El Sha o la desmesura del poder, entre otros; en una entrevista con Juan Pablo Toro del ao 20073 que se titula Los periodistas se han vuelto hombres que no piensan afirma que el periodismo (su contenido, su sentido y su misin) est dominado desde hace algn tiempo por gente que no es periodista, sino por tcnicos y hombres del mundo financiero. Ellos tratan la informacin como una mercanca, no les interesa mucho lo que es el objeto del periodismo, la bsqueda de la verdad. Por el contrario, lo que interesa es que la informacin sea atractiva para ser vendida fcilmente. La llegada de los medios digitales, en esta era moderna, influyen absolutamente para este cambio; la produccin de las noticias es distinta los hbitos con respecto a su prctica cambian , de la tica del periodismo no se habla; agrega Kapuscinski a esta idea que ahora se piensa en cmo podemos mandar ms rpido las noticias, como conseguir una transmisin, pero no nos preguntamos qu noticia enviamos4. En relacin con lo anterior, vivimos en un mundo donde existe una gran cantidad de informacin mensajes dando vuelta. Esta cantidad se ha2 3

TIMOSSI, Jorge, 2000, Palabras sin frontera, Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C.L. TORO, Juan Pablo, Julio 2007 Los periodista se han vuelto hombres que no piensan. Entrevista con Ryszard Kapuscinski. Cuadernos de Informacin, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Catlica de Chile, Santiago, N 20. *Imagen: Revista BARCELONA, 8 de octubre de 2010. AO 8 N 197. 4 TORO, Juan Pablo, Julio 2007 Los periodista se han vuelto hombres que no piensan. Entrevista con Ryszard Kapuscinski. Cuadernos de Informacin, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Catlica de Chile, Santiago, N 20.

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transformado en un verdadero problema para las sociedades de la ^information Age^, se genera as una cultura de hiperinformacin que indiscutiblemente genera una hipoinformacin ausencia de informacin socialmente necesaria al existir tantos mensajes. Podemos decir que La sobreabundancia de informacin se ha transformado en un nuevo e importante problema emocional, social y poltico (Ford, 2002:73). Martn Becerra seala en su libro Sociedad de la Informacin: proyecto, convergencia y divergencia que en esta revolucin informacional *+ se incrementa exponencialmente la capacidad de producir, procesar, almacenar y enviar volmenes cada vez mayores de informacin: la digitalizacin de los paquetes info-comunicacioneles permite soar con la perspectiva de eliminar la capacidad de produccin, almacenamiento, emisin y recepcin de informacin como condicionantes de relevancia (Becerra, 2003:21). A modo de relajacin, podramos preguntarnos dnde qued el sentido de aquella Remington. El periodista como integrante de la sociedad no queda excluido de estos parmetros justamente porque los periodistas se han convertido en hombres que no procesan la informacin, que no tienen un razonamiento estable para con ella. Son trabajadores corrientes que mecanizan una forma de trabajar, claro que esto es debido a la velocidad con la cual se trabaja en el medio actual, nos referimos a la rapidez en la entrega de informacin datos + datos + datos + datos . Se rompe con esa misin que tena el periodismo en sus comienzos. Se observa que los conceptos de espacio y tiempo se modifican como una de las consecuencias de la velocidad y la simultaneidad con la que circula informacin; se plantean nuevos problemas epistemolgicos y problemas inditos que nos enfrentan con la complejidad de su resolucin. Se ven importantes cambios en las pautas de conductas y de valores, por lo tanto podemos decir que la diversidad adquiere mltiples manifestaciones. En relacin con lo anterior, Gieber public en 1960 una investigacin titulada How the gatekeepers view local civil liberties new que realiz en un diario de California (Estados Unidos) sobre los criterios y percepciones que eran transmitidos a los redactores, concluy que la principal fuente de determinacin noticiable en un medio de comunicacin era la percepcin que tena el medio sobre un acontecimiento social y no el acontecimiento en s, tamizados por intereses de conocimiento social y la actitud expuesta por el redactor (Arrueta, 2010:25). Es decir, que muchas de las rutinas ejercidas por los periodistas no se entienden como trayectos de apropiacin de acontecimientos noticiables en estado puro, sino como trayectos que posibilitan abordar unos hechos en prdida de otros, pero desde una nocin de trascendencia que materializa el periodista-editor en conjuncin con el campo de intereses de la empresa periodstica. A este fenmeno, la academia norteamericana lo denomin preponderancia de las rutinas burocrticas.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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El ejercicio del periodismo est asociado a rutinas naturalizadas en el marco de una empresa periodstica avalando procesos de deformacin de la realidad en tanto la contextualizacin de lo real estara sujeta, necesariamente, a dos factores de creciente importancia: la competitividad de mercado y las posiciones ideolgicas que atraviesan un medio de comunicacin. Definitivamente el periodismo ha dejado ser una misin para transformarse slo en una carrera ms. Sostiene Ryszard Kapuscinski que se trata de hacer del periodismo una situacin totalmente pasajera o accidental, se quita lo que fue muy importante para esta profesin: hacer del periodismo una manera de vivir, de ver el mundo y de reflexionar sobre l. Ahora la situacin est en manos de gente que no pertenece a nuestra profesin sino al big business, antes el periodismo era una rama totalmente independiente, que viva de sus propios recursos5. Cuando hablamos de que el periodismo cambi lo hacemos pensando en la concepcin de que los tiempos posmodernos encontraron todo aquello que era slido en un estado de desintegracin, Zygmunt Bauman caracteriza fielmente a la fase actual nueva modernidad, posmodernidad, modernizacin de la modernidad, sobremodernidad con la metfora de liquidez o fluidez, ya que la extraordinaria movilidad de los fluidos lquidos se asocia con la idea de levedad, liviandad (Zygmunt, 2002:8). Adems hay que agregar que los lquidos no conservan fcilmente su forma y estn constantemente dispuestos a cambiarla, algo similar se introdujo en el periodismo que lo llev a modificar algunas prcticas. Claro es que esta situacin por la cual atraviesa la profesin es aquella que se relaciona ni ms ni menos con la cultura de lo efmero, donde en cada instante las cosas se vuelven obsoletas o fugaces. Es importante pensar y repensar que all donde los documentos instalan una certeza, el periodismo instala una pregunta. Aquello que era tan importante como: preguntar, indagar, conocer, dudar y confirmar cien veces antes de informar queda desvanecido porque la situacin est preparada para que las noticias obedezcan slo al mandato de responder las cinco preguntas clsicas, en ingls, las cinco W. Hoy, el negocio es la informacin en su pura esencia, por lo tanto las noticias son una mercanca, trabajadas bajo rutinas de produccin rpidas bajndole as calidad a la informacin. Se apag la llama sagrada del periodismo, la duda, por el soplido desprendido de la velocidad con la cual corren los tiempos.

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TORO, Juan Pablo, Julio 2007 Los periodista se han vuelto hombres que no piensan. Entrevista con Ryszard Kapuscinski. Cuadernos de Informacin, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Catlica de Chile, Santiago, N 20.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Los cambios se deben principalmente a que la bsqueda y la difusin de informacin se ha convertido en una accin practicada en cada pas por cientos de personas ajenas a la profesin. Sumado a esto, debemos dar cuenta que las escuelas de periodismo se han expandido por doquier; Ryszard Kapuscinski responde a esta novedad, en un artculo publicado por el Le Monde Diplomatique edicin Mexicana , aseverando que en otros tiempos el periodismo era una misin, no una carrera6. Agrega que hoy no se cuentan los individuos que practican el periodismo sin identificarse con esta profesin, o sin haber decidido dedicarle plenamente su vida y lo mejor de ellos mismos7. Es decir, que se trata de hacer del periodismo una situacin nicamente pasajera, donde el compromiso y la responsabilidad no aparecen en primer lugar, todo lo contrario, la informacin se transforma en mercanca, generando beneficios enormes a aquellos pocos que la monopolizan y que se encargan de difundirla. El polaco Kapuscinski aclara que antao, el valor de la informacin iba asociado a diversos parmetros, en particular al de la verdad. Tambin se conceba como un arma que favoreca la lucha poltica8. Hoy, es claro que el valor del ingreso es proporcional al egreso de noticias. Que la informacin sea tratada de esta manera es sumamente peligroso, por el tratamiento al cual se somete la misma, en otras palabras la informacin ha dejado de verse sometida a los criterios tradicionales de verificacin, se ve estructurada por las leyes del mercado, por lo cual ms informacin circula, ms dinero entra a este sistema. As la informacin es vctima de las leyes del mercado. Se ha sustituido a los antiguos hroes del periodismo por un nmero imponente de trabajadores de los media, prcticamente todos hundidos en el anonimato9, suma a la idea Kapuscinski. Desde hace un tiempo ya se viene teniendo especial cuidado en la edicin fotogrfica, cambios en la forma de redaccin y organizacin de las salas de redaccin, ampliacin de los temas de cobertura. Todo esto se da en un contexto donde el periodista no es neutral, de que no todo puede ser noticia y de que el concepto de la tica se modifica en una carrera incesante por la primicia y mayor venta de ejemplares o nmeros de rating. Asegura Sibila Camps y Luis Pazos en As se hace periodismo. Manual Prctico del periodista grfico que a partir de la dcada del 90, los medios grficos temieron que el desarrollo de los servicios informativos de los canales les provocara una fuga de lectores6

KAPUSCINSKI, Ryszard, 1999 Reflejan los media la realidad del mundo?, Nuevas censuras, sutiles manipulaciones. Le Monde Diplomatique, Edicin mexicana. Julio-Agosto. 7 dem. 8 dem. 9 dem.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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como consecuencia, esto dio origen a los procesos de rediseo en la mayora de los diarios, donde se incorporaron nuevos recursos y tecnologas (Camps/Pazos 2005:21). Estos autores puntualizan que se le va a dar, entonces, ms importancia:

A lo que respecta a lo visual. Va existir un mayor despliegue fotogrfico. Incorporacin de maquinaria adecuada, con mayor velocidad de impresin, para adelantar la salida del diario.

Pareciera ser que los criterios de noticiabilidad en los medios de comunicacin son velocidad y sensacionalismo. En el ao 2000 se public Antologa. Los gneros periodsticos10, un trabajo de seleccin, notas y propuestas realizado por Ana Atorresi, donde pueden observarse las distintas percepciones del periodismo, su prctica y organizacin que avalan un determinado fin: la versin del mundo que intentan representar. La situacin clave es entender el fin con el cual se emiten las noticias. Stella Martini en el ao 2000 asegur que la tarea de construccin de los acontecimientos para la sociabilizacin y la constitucin de la noticia de la opinin pblica implica un alto grado de responsabilidad por la capacidad de alcance y naturalizacin de los discursos massmediticos (Martini, 2000:42). Es muy interesante destacar para entender ms an la actualidad meditica una de las conclusiones que realiza Sergio Quiroga en La produccin de noticias en CTC Canal 2, citado por Cesar Arrueta en el libro Qu realidad construyen los diarios? Una mirada desde el periodismo en contextos de periferia, al hablar de los criterios de noticiabilidad:

1) La escasa preparacin de los periodistas, el desinters del medio por contar con mejores equipos, la falta de tiempo y el tener que producir regularmente informacin sin suficiente tipo de preparacin, afecta a la calidad de los mensajes y, por lo tanto, el servicio de informacin. Frente a la ausencia de acontecimientos suficientes relevantes, se recurre a la pseudonoticia que son creaciones del periodista (ms cuando carecen de formacin profesional) antes que reflejos de la realidad. Se atribuye con ello notable inters humano a hechos intrascendentes, reelaborando o reexaminando una noticia ya difundida. Csar Arrueta. Qu realidad construyen los diarios? Una mirada desde el periodismo en contextos de periferia. 4.1 Rutinas y Prcticas periodsticas. Pg. 78.

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ATORRESI, Ana, 2000, Antologa. Los gneros periodsticos. Buenos Aires, Ediciones Colihue.

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Estamos reconociendo una alteracin de los valores periodsticos y claramente se observa un inters creciente de la prensa grfica por recolectar formatos y modos de organizacin para competir con la imagen televisiva, pese a mantener grandes ventajas. Como resultado, las empresas editoras se ven obligadas a ofrecer un diario que sea ms atractivo desde lo visual, dejando muchas veces de lado la importancia del qu y el cmo se escribe. Segn estas perspectivas los medios de comunicacin son los que crean la realidad social. Los acontecimientos son conocidos gracias a esos medios y se construyen por la actividad discursiva. El proceso de la construccin de la realidad social depende enteramente de la prctica productiva del periodismo (Alsina, 1989:135). En este sentido, muchas veces no se apuesta a contar las noticias de otra manera; es en este contexto donde aparece una prctica periodstica que despierta el inters de los profesionales por comunicar los hechos de determinada manera y que en esta ocasin ser objeto de anlisis, la crnica periodstica no tradicional.

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CAPTULO 2

2.1 Hacia una definicin de crnica.El periodista es, ante todo, sujeto empalabrador de una realidad no nica y unvoca sino polifactica y plurvoca, previamente empalabrada por otros: tales son su responsabilidad, su gozo, su vrtigo y su misin. 11 Albert Chilln .

Los tiempos cambian se explicaba lneas arriba y es acertado decir que cuando el ciudadano llega a las pginas del diario, ya ha sido informado por la televisin, la radio o la internet; entonces qu le queda a la prensa escrita, cul es el desafo para el siglo XXI; aparece la figura del periodista con vocacin de narrador, ese que se atreve a dejar las cifras para explayarse en los relatos, abriendo as nuevos caminos o aristas en la produccin de noticias, en la profesin donde cada palabra es un riesgo. En una definicin tcnica Dante A. J. Peralta y Marta Urtasun, ambos profesores de TEA Buenos Aires, consideran a la crnica periodstica como el gnero que tiene la funcin explcita de informar y que se construye con una estructura textual en la que predomina el tipo narrativo, pero puede convivir con otras estructuras, es decir, no impide que dentro se encuentren secuencias descriptivas, dialogales o argumentativas, esta libertad que ofrece la crnica periodstica la acerca a estar influenciada por la literatura (Peralta/Urtasun,2007:24). No existe definicin ms clara que la ensayada por Juan Villordo12 en Relatora del Taller de Periodismo Narrativo (Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano), donde

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Weblog Ctedra de Redaccin Periodstica 1. Escuela de Comunicacin social/ U.N.R, Unidad 6, TEXTO FUENTE, Literatura y periodismo. Una tradicin de relaciones promiscuas. Albert CHILLN. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr. php (pgina consultada el 14/10/11).12

Juan Villoro naci en la ciudad de Mxico en 1956. Ha sido profesor universitario en la UNAM, y profesor visitante

en las Universidades de Yale, Boston University y Pompeu Fabra de Barcelona. Es columnista de Reforma (Mxico), El Peridico de Catalunya y El Mercurio (Chile). Ha obtenido el Premio Villaurrutia por su libro de cuentos La casa pierde (1999), el Premio Mazatln por su libro de ensayos Efectos personales (2000), el Premio Herralde por su novela El testigo (2004) el Premio IBBY (International Board on Books for the Young) por su novela para nios El profesor Zper y la fabulosa guitarra elctrica (1992), el Premio Internacional Manuel Vzquez Montalbn por su libro de crnicas de futbol Dios es redondo (2006), el Premio Antonin Artaud por su libro de cuentos Los culpables (2007), el Premio Ciudad de Barcelona en Periodismo Escrito por sus reportajes sobre los negativo de Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour hallados en Mxico (2008) y el Premio Rey de Espaa por su reportaje La alfombra roja. El imperio del narcoterrorismo (2010). Ha traducido libros de Graham Greene, Truman Capote, Arthur Schnitzler, Georg Christoph Lichtenberg y Gregor von Rezzori. Sus libros ms recientes son: De eso se trata (ensayos literarios), Llamadas de Amsterdam (novela breve) y El libro salvaje (novela para jvenes). En 2007 se estren Muerte parcial, su primera obra de teatro. Para las ediciones Reino de Redonda, que dirige Javier Maras, prepar una antologa de crnicas de Jorge Ibargengoitia: Revolucin en el jardn. Fuente: http://www.upf.edu/mcl/es/resident/villoro/ (pgina consultada sbado 30 de abril de 2011).El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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caracteriza a la crnica periodstica como el ornitorrinco de la prosa: de la novela extrae la condicin subjetiva, la capacidad de narrar desde el mundo de los personajes y crear una ilusin de vida para situar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos inmodificables; del cuento el sentido dramtico en espacio corto y la sugerencia de que la realidad ocurre para contar un relato deliberado, con un final que lo justifica; de la entrevista, los dilogos; y del teatro moderno, la forma de montarlos; del teatro grecolatino, la polifona de los testigos, los parlamentos entendidos como debate: la voz de proscenio, como la llama Wolfe13, versin narrativa de la opinin pblica cuyo antecedente fue el coro griego; del ensayo, la posibilidad de argumentar y conectar saberes dispersos; de la autobiografa, el tono memorioso y la reelaboracin en primera persona. El catlogo de influencias puede extenderse y precisarse hasta competir con el infinito. Usado en exceso, cualquiera de esos recursos resulta letal. La crnica podra ser un animal cuyo equilibrio biolgico, entonces, depende de no ser como los siete animales distintos que podra ser. As afirmamos que el periodismo cmo actividad multidisciplinar tiene influencias provenientes de distintos mbitos del saber. A modo de sntesis, decimos que con la literatura comparte la lengua, los recursos retricos y la obligacin de adaptarse a las necesidades de los lectores. En un sentido ms literal define Roland Barthes: el escritor es un sacerdote asalariado, es el guardin, mitad respetable, mitad irrisorio, del santuario de la palabra, especie de bien nacional, mercanca sagrada producida, enseada, consumida y exportada en el marco de una economa sublime de los valores. (Barthes, 1967:177). En relacin con lo planteado, uno de los entrevistados para la ocasin es el periodista y docente Gustavo Rosa14 quien afirm que le gusta leerla y producirla porque permite incorporar elementos ms propios de la literatura en combinacin con el periodismo. No se limita slo a los hechos, sino que avanza en las impresiones del cronista. Adems agreg que el correlato de la crnica como gnero y la capacidad de comunicar los hechos se encuentra justamente en la medida en que el cronista traslade al papel aquellas impresiones recogidas en el relevamiento de datos para la reconstruccin de un hecho. Si la crnica es presencial, el cronista relevar impresiones de primera mano a travs de sus sentidos. En una crnica no presencial, que es producto de la investigacin posterior al hecho, el cronista podr introducir en su texto las complejidades de la reconstruccin, exposiciones sobre determinadas tcnicas, inconvenientes en la recopilacin de datos.

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Periodista y escritor estadounidense, padre del llamado Nuevo Periodismo, una revolucionaria tendencia en el campo de la prensa, que naci en los Estados Unidos en los aos sesenta a raz de la publicacin A sangre fra de Truman Capote. En sus inicios fue un colaborador de The Washington Post, Enquirer y New York Herald. 14 Ver Entrevistas. Pg. 136.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Para agregar a lo anteriormente dicho, el periodista y docente Rubn Alejandro Fraga15 sostiene que son trabajos periodsticos con elementos propios de la literatura, o escritos literarios con una funcin informativa. Se trata de un texto que siempre debe estar elaborado con recursos creativos, ya que es el rasgo caracterstico de su esencia como gnero periodstico diferenciado. En palabras de Gonzalo Martn Vivaldi, todo buen cronista debe informar literariamente. Pero tambin es un texto informativo, por lo que debe estar redactado con claridad, sencillez y precisin En este sentido debemos entender que las noticias son narrativas naturales que evocan acciones de personas ocurridas en un tiempo-espacio determinado presentadas segn el autor, en este caso por un periodista, a travs de la bsqueda de informacin y de la postura de sensaciones que hagan referencia a un mundo conocido por todos, que resulte cercano e inmediato. Con esta base de conocimiento los periodistas generan un orden de la informacin que le permite presentarla en una historia. Tomas Eloy Martnez, en el artculo El periodismo vuelve a contar historias16 publicado por el diario La Nacin, se pregunta Con que palabras narrar, por ejemplo, la desesperacin de una madre a la que todos han visto llorar en vivo delante de las cmaras? Cmo seducir a personas, usando un arma tan insuficiente como el lenguaje, a personas que han experimentado con la vista y con el odo todas las complejidades de un hecho real?. La situacin al igual que los novelistas, se soluciona en el momento que aparece la narracin que tiene su raz en conocer , la crnica de los hechos; pero el problema es la aceptacin de la misma por parte de los editores. En este sentido la Licenciada Sonia Tessa17, directora de Rosario/12, sostiene, al pensar que hay menos espacios destinados a la publicacin de crnicas periodsticas no tradicionales en el medio, que se debe a la vorgine de la produccin diaria y la poca conciencia de los dueos de los diarios sobre la necesidad de INVERTIR en buenas plumas y de diferenciarse de los medios grficos. Agrega a la idea que los diarios, en lugar de parecerse cada vez ms a los medios audiovisuales con textos cada vez ms cortos e inconsistentes, deberan apostar a periodistas que cuenten buenas historias.15 16

Ver Entrevistas. Pg. 149. ELOY MARTINEZ, Toms 2001 El periodismo vuelve a contar historias, en suplemento Cultura, La Nacin. Domingo 18 de noviembre. 17 Ver Entrevistas. Pg. 138.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Cabe sumar, que nuestro entrevistado Rubn Fraga explicit en correlacin con lo dicho anteriormente que hoy en da no abundan aquellos periodistas que estn capacitados para redactar crnicas de gran factura, o bien porque en los tiempos que corren, en procura de la inmediatez informativa se sacrifique la calidad literaria hasta el extremo de convertir a la crnica en un gnero en desuso. Debemos sincerarnos y decir que no se trata de narrar por narrar sumado a que no todos los redactores saben narrar, pero existe un punto an ms importante y que es interesante de destacar: no todas las noticias merecen ser narradas, pero corresponde reconocer que existen situaciones que slo se pueden hacer bien con el uso del lenguaje y no con la superposicin de imgenes, o con las tonalidades de la voz. A modo de ejemplo, Toms Eloy Martnez cita en la reciente publicacin mencionada que en el New York Times del 2 de noviembre de 2001: tres de los seis artculos de la primera pgina compartan un rasgo llamativo: cuando daban una noticia, la contaban a travs de la experiencia de un individuo en particular, un personaje paradigmtico que reflejaba, por s slo, todas las facetas de esa noticia, o que era l mismo la noticia18. Con lo cual se explica que esta situacin no genera menos informacin, todo lo contrario, ms an; se establece un dilogo con la inteligencia del lector, ya que se admite de antemano que consumi los otros medios (T.V. Radio Internet). La particularidad de este ejemplo muy descriptivo de la situacin es que desde que se introdujo la narracin como estrategia, el New York Times subi su circulacin. Pero el quid de la cuestin en favor de la crnica periodstica no tradicional surge al pensar que en esta reciente aldea en la cual se convirti el mundo el sujeto ve primero las noticias por televisin, por la radio o por internet antes que leerlas en el diario. Eloy Martnez cree que cuando un diario se vende menos no es porque los otros medios le han ganado de mano, sino porque el modo de como los diarios dan la noticia es menos atractivo; adems agrega una realidad muy acertada y que en muchos puntos se relacionan con el pensamiento del polaco Ryszard Kapuscinski al pensar que casi todos los periodistas estn mejor formados que antes, pero que tienen menos pasin, conocen mejor a los tericos de la comunicacin, pero leen mucho menos a los grandes novelistas de su poca19. Por otro lado, todos sabemos que cuando hay dinero en el medio las cosas cambian, es decir, cuando existen empresas que manejan o invierten sus billetes en el ejercicio de la informacin, la misma toma otro rumbo. Debemos entender que la prensa no est para juzgar

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ELOY MARTINEZ, Toms, 2001 El periodismo vuelve a contar historias, en suplemento Cultura, La Nacin. Domingo 18 de noviembre. 19 dem.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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que est bien o que est mal, para eso est la justicia que este sera otro campo delicado de analizar , la clave es pensar que es un instrumento de informacin, una herramienta para pensar, para crear, para ayudar en un sentido literario al hombre a llevar una vida digna, o quizs menos injusta. Ayudar a generar una riqueza capital cultural20. En esta direccin el periodista Alfredo Montenegro21 agrega que en los medios hegemnicos, los relatos caen bajo el peso de las lneas editoriales que privilegian la primicia, la noticia surgida del copiar-pegar y bajo el condicionamientos de las situacines de produccin que exige el mximo de rendimiento sin profundizar demasiado, adems entiende que se dificulta trabajar crnicas con presencia del redactor en los lugares de los hechos y su posterior dedicacin a la elaboracin del texto, cuando en una seccin no hay suficiente nmeros de periodistas y los intereses empresariales choquen con el tema de la crnica. El novelista espaol Gonzalo Torrente Ballester en sus declaraciones al ganar el premio Planeta (Novela 1988) expuso: Lo nico que le pido a los escritores es que tengan imaginacin y que se dejen de gaitas. El nico material que existe es la realidad, pero hay muchas cosas que son reales y la gente no se da cuenta. Estamos acostumbrados en Espaa a que lo real sea lo social y lo humano, que lo son, efectivamente, pero lo son muchas cosas ms. La relacin del hombre con la realidad se llama experiencia. Y para manejar literalmente la experiencia hacen falta dos cosas: capacidad expresiva conocimiento y manejo medianamente hbil del lenguaje e imaginacin, un arte combinatoria que de la experiencia, saca cosas nuevas, pero que si trabaja en el vaco no saca nada (Timossi, 2000:20). Siguiendo el legado, el periodismo naci para contar historias, esta razn de ser se ha perdido ahora, su fundamento ha quedado olvidado por las actuales y veloces rutinas productivas. No es casual que muchas veces intencionalmente se apele a la redaccin del hecho noticioso en forma de pirmide invertida. Si de ganar espacios se trata pues bienvenido sea. En Cmo redactar noticias de David Dary del ao 1976 ya se planteaba que la forma de pirmide invertida facilitaba la publicacin porque la noticia puede ser cortada al final de cualquier prrafo despus del encabezamiento (Dary, 1976:95) prrafo introductorio , que cuenta con los elementos ms importantes de la noticia, aquellos que responden a las preguntas de Qu? Quin? Cmo? Cundo? Dnde? (Por qu?), todo lo dems se transforma en informacin secundaria o de segundo grado que puede no estar.

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VIZCARRA, Fernando, 2002, Premisas y conceptos bsicos en la sociologa de Pierre Bourdieu, Estudio sobre las culturas contemporneas, Colima, Mxico, diciembre, ao/vol. VIII, N 016. 21 Ver Entrevistas. Pg. 151.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Nuestra entrevistada Sonia Tessa est convencida de que se debe salir a contar historias a travs de la narrativa y el periodismo la tiene al alcance de la mano con la utilizacin de la crnica periodstica no tradicional. La directora del Diario Rosario 12 afirm que el periodismo TIENE LA OBLIGACIN de contar historias, pero en el caso de las crnicas no tradicionales, tienen que nacer de investigaciones. Sobre la cuestin de contar historias, o escribir crnicas no tradicionales, creo que el diario debe venir cada vez mejor escrito, porque es la nica forma de competir con los medios audiovisuales. Contar historias es la nica manera de establecer esa diferencia: historias bien contadas, con narrativa. Concluy en que todos los das el diario debiera traer ese tipo de historias. La investigacin, tal como aparece resaltada en las crnicas, es doble: por un lado prctica *+ y por otro discursiva (la que efectan los periodistas) (Atorresi, 1996:115). Las crnicas periodsticas, en este sentido, sugieren a la verdad, actualidad y racionalidad, por lo tanto muchas de las investigaciones apelaran al terreno de lo discursivo como: recabar testimonios, consultar fuentes, analizar a travs de la observacin, reflexionar, entre otras. En afirmacin con lo anteriormente dicho, otra de las voces, es la de Irene Ocampo22, Coordinadora en RIMA Red Informativa de Mujeres de Argentina, Rosario y periodista independiente, algunas de sus crnicas fueron publicadas en la seccin Contratapa de Rosario 12. La periodista sostiene que hay quienes lo hacen mejor que otros, adems aade: no estoy muy de acuerdo con esa escuela del objetivismo, siempre ests tomando un punto de vista. La neutralidad es muy difcil de lograr. Hay poco lugar para todo lo que tiene que ver con crnicas periodsticas no tradicionales. Por eso es muy interesante este espacio de Contratapa en Rosario 12. Desde la redaccin, te dicen: tens la libertad para escribir. Es seductor porque te exige pensar qu temtica abordar. Para m fue un desafo. El criterio de seleccin en este espacio del diario est relacionado con la calidad del texto, pero tambin con el gusto del editor a cargo. Sonia Tessa agrega a la informacin: en general, tratamos de respetar la premisa de que estn muy bien escritos. Tambin prefiero los textos que tengan algn anclaje en la realidad. Otro criterio es la extensin. Por definicin la Contratapa no puede exceder las 90 lneas de texto, es decir, una carilla y media. Cuando son ms largas y eso tiene que ser excepcional debemos eliminar la carta de lectores o el Otras Voces (suplemento), por una razn muy simple: materialmente, no entran. Los domingos, en cambio, no van esas dos columnas y el texto puede ser ms largo.

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Ver Entrevistas. Pg. 140.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Montenegro relaciona la situacin y encuentra un equilibrio afirmando que la prensa escrita, en su falsa competencia con los medios audiovisuales, suele disponer ms espacio para fotografas o imgenes, por sobre el contenido y extensin de los textos, argumentando que se suele pensar que un texto largo aburre. Claro que no es atractivo cuando no tiene una diagramacin dinmica, una presentacin esttica y slo son prrafos, pero desde las infografas y una redaccin contundente, testimonial y creativa, la crnica es uno de los elementos que puede distinguir a la prensa escrita sobre la televisin y la radio. Con internet y sus ventajas de los enlaces y mltiples relatos, la crnica no debe competir sino apuntar a la produccin de textos profundos y dinmicos.

2.2 A escribir que hay describir para representarHay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena al aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende. 23 Eduardo Galeano .

Afirma Albert Chilln en Literatura y Periodismo. Una Tradicin de Relaciones Promiscuas, que el periodista es, ante todo, sujeto empalabrador de una realidad no nica y unvoca, sino polifactica y plurvoca, previamente empalabrada por otros: tales son su responsabilidad, su gozo, su vrtigo y su misin.24 Segn esta perspectiva se va a conocer el mundo a travs de que lo empalabramos, as el mismo adquiere sentido slo en la medida en que lo traducimos lingsticamente. Entonces a partir de este pensamiento no existe una realidad objetiva sino mltiples realidades particulares, mltiples experiencias, cada una de ellas vividas y hechas en palabras que permiten hacer inteligibles las imgenes recordadas o imaginadas, al igual que generar sensaciones. Cada realidad subjetiva adquiere sentido y son comunicables para los dems en la medida en que son verbalizadas, es decir, puestas en palabras y organizadas en oraciones lingsticas. Estamos afirmando que el LENGUAJE NOMBRA (da significados) Y DA SENTIDO. En este camino Albert Chilln afirma que este lenguaje es lgico y logomtico, abstracto y

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GALEANO, Eduardo, 2000 (1989), El libro de los abrazos, Siglo XXI Editores. Weblog Ctedra de Redaccin Periodstica 1. Escuela de Comunicacin social/ U.N.R, Unidad 6, TEXTO FUENTE, Literatura y periodismo. Una tradicin de relaciones promiscuas. Albert CHILLN. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr. php (pgina consultada el 14/10/11).El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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figurativo, por lo tanto hablamos de que se reivindica el lenguaje como naturaleza audiovisual, as se construye el concepto de imgenes mentales y se da una dimensin imaginativa. La palabra nos permite ser personas, nos HUMANIZA, nos comunica. En Estructuras narrativas del holands Teun Van Dijk se hace referencia a una caracterstica que regularmente aparece en las narraciones y ms en este gnero, la mayora de los narradores no slo reproducen los sucesos, sino que tambin aportan su reaccin mental, su opinin o valoracin25. Tambin agrega una idea que es fundamental y aplicable al periodismo en estado puro, al afirmar que no se narra una historia adecuada sobre el desayuno, el mecanografiado de una carta o el abrir una puerta si con ello no va ligado algo especial. En otras palabras: un texto narrativo debe poseer como referentes como mnimo, un suceso o una accin que cumplan con el criterio del inters26. Lo que estamos tratando de decir es que la fuerza de la imagen es utilizada para lograr un mayor acercamiento emocional al lector. En las crnicas periodsticas no tradicionales se busca referir al mundo sensorial del lector. Es decir, que los recursos literarios se muevan para dar una imagen lo ms cercana posible a la realidad, muchas veces los factores son la combinacin de datos objetivos, con interpretaciones subjetivas para dar paso a la elucidacin y reflexin. Manual del cinismo27, es una intervencin realizada por la periodista y escritora Sonia Catela28 el lunes 26 de octubre de 2009 para el diario Rosario 12, seccin Contratapa. En esta publicacin hace una recoleccin de citas emblemticas, que marcaron a la historia del pas y se finaliza con una pregunta:

Posiblemente el tiempo clave los dientes, despedace y degluta los speechs de los personajes de reparto, los bocadillos de quienes son extras ocasionales de la historia. Pero acaso no es la intencin lo que vale?

La autora en la entrevista expone: sin embargo, en el relato de lo real, de la realidad, esta sociedad ser democrtica, liberal, en vas de desarrollo, globalizada pero muy pocas veces se la conceptualizar como disciplinaria al analizar los acontecimientos. Cuando escribo Manual de cinismo hay una voluntad, probablemente ineficaz, de tomar un trozo de25

Weblog Ctedra de Redaccin Periodstica 1. Escuela de Comunicacin Social / U.N.R. Teun Van Dijk, Unidad 6, TEXTO FUENTE, Estructuras Narrativas. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/04/estructuras_narrativas.php (pgina consultada el 11/08/2011). 26 dem. 27 Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 70. 28 Ver Entrevistas. Pg. 146.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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esa realidad viva, sujetarla al papel con un alfiler, y observarlo en sus palpitaciones para reconocer la pertenencia a una determinada colectividad y en qu consiste sta. Las comparaciones, tambin suelen ser un recurso para insinuar de alguna manera los aspectos que se quieren contar en cada intervencin, a partir de este recurso se invita a pensar en determinados actos y reflexionar sobre los mismos. Por ejemplo, en La patria Bizarra29 publicada el viernes 30 de septiembre de 2010 de Javier Chiabrando30, el mismo afirma que en este caso el tema es cierta tendencia de mucha gente (y medios de comunicacin) de ver de manera negativa lo que es (o considero) positivo.

El Mundo Bizarro era una versin deforme de La Tierra. Las cosas que existan en La Tierra tenan su contracara en el Mundo Bizarro. En el Mundo Bizarro la vegetacin era escasa, los cielos oscuros y las construcciones precarias. Lo que era redondo en la Tierra era cuadrado en el Mundo Bizarro, lo bello era feo, y as todo, excepto quiz las piernas virginales de Luisa que por cuestiones de la pacatera americana lo seguan siendo. Argentina tambin tiene su mundo bizarro: la Patria Bizarra, y est habitada por ms gente de la que uno se imagina. Y mucha de la gente que vive en la Patria Bizarra ni lo sabe. Se especializan sobre todo en ver mal las cosas que estn bien y se los reconoce por sus caras de "yo no fui". As como a los vampiros los espanta el ajo o la cruz (y a m tambin, la cruz), a los que habitan el mundo bizarro suelen espantarlos las ideas y su discusin. Usted se preguntar si actan as por oposicin al gobierno, y yo respondo que no necesariamente. Ser habitante de la Patria Bizarra es una cuestin de fe. Ejemplos reales. Ante la mencin de lo cmodo y rpido que resulta hoy obtener un pasaporte, alguien me contest: "A m lo que me preocupa es saber qu destino se le da a esa base de datos". Sobre las ventajas de la Asignacin Universal por Hijo me dijeron: "deteriora la calidad educativa porque hay chicos que van a la escuela obligados por los padres para cobrar la cuota". Ante lo interesante que resultaba que escolares recibieran una netbooks para no ser analfabetos tecnolgicos: "Y quin domina a un chico en la escuela que se la pasa todo el tiempo en su Facebook?". De la ley de medios, que propone una opcin alternativa al discurso nico, y adems canales gratuitos: "Busca que la gente mire lo que ellos quieren". Sigo: "Nacionalizar los aportes jubilatorios es hacer caja", "el gobierno busca quedarse con Papel Prensa para presionar a los diarios", "el desarrollo de los derechos humanos es manipulacin". "La reforma poltica (pedida a los gritos desde hace aos por todos) es una trampa". Etc.

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 102.

Ver Entrevistas. Pg. 147.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Roberto Ferro en La lectura como re-enunciacin, sostiene que enunciar es poner en acto la estructura fundamental y las competencias lingsticas, en un contexto de situacin y dentro de un determinado universo de sentido que otorga coherencia e inteligibilidad al discurso, adems agrega que la escritura es el soporte semitico de la produccin de sentidos31. Por ejemplo en Veredas32, que es una crnica publicada el domingo 25 de julio de 2010 en Contratapa, escrita por Irene Ocampo, en el primer prrafo se exhibe:

Caminamos por la vereda de la calle en el comienzo del verano. Vos mientras aprovechas a fumar, y yo te escucho contarme cmo le hiciste prometer a tu mam que deje el pucho. Irnico. Nuestro ritmo al caminar no se parece en nada al de la alocada ciudad en pocas de navidades. La luz del sol entrando por entre los techos de los edificios, las copas de los lapachos florecidos a varios metros de nuestras cabezas le da al ambiente un color nico. Hasta dnde podramos seguir caminando? La charla se interrumpe para cruzar la calle.

En entrevista con el autor indagando el por qu de esta composicin, se afirma que: est armado as porque es la nica manera de poder contar lo que la crnica expresa. Lo que ms me interesaba era plasmar un montn de SENSACIONES (percepciones) y esto es lo que ms se nota en el relato. Quera no situarla demasiado, cualquiera que la leyera podra representarse la propia vereda en donde poder ubicar esta historia. Tambin en Helado de despedida33 Contratapa , escrita por Ocampo, en el segundo prrafo aparece una descripcin muy acorde para la cita:

Tenas la mejor voz de la noche. El concurso de karaoke del boliche pintaba de bajn, y apareciste vos, cantando un bolero de esos que te rompen la cabeza, el corazn, todo. Ganaste, obviamente. Te gusta ganar a todo, hasta en el karaoke del boliche. Te segu con la mirada, te di a entender que me gustaba mucho tu voz, tu forma de cantar, y claro algo ms. En la pista nos dimos varios besos y salimos de la mano hacia tu casa? la ma? No importaba demasiado. Lo que ms nos importaba era que la noche terminaba en un par de horas, y luego a laburar.

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FERRO, Roberto, 1989. La lectura es la actualizacin por re-enunciacin de un enunciado escrito, SYC, Noviembre, Buenos Aires, Nmero 1. 32 Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 100. 33 Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 87.

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Es necesario mostrar cmo se presenta la informacin en Crmenes Polticos en Argentina: Juan Camina34, escrita por Sonia Catela en marzo de 2011 para el diario, donde se permiti trabajar de un modo ms literal:

Y es que tiran el cadver amortajado al Paran, "lo van a encontrar? Ni con radar", encienden el motor del patrullero pero no las luces y enfilan hacia Rosario, hacia el rato antes, cuando tenan al tipo maniatado y "sabs qu queremos de vos, Juan? No? Que te arrodilles y chupes nuestros botines", que se humillara porque no haba delacin de nombres a exigirle, ni participacin en conjuras o complots a desarmar, ya que la cosa acababa de ocurrir en Buenos Aires y con autores de otras fuentes, militares, gente del orden, pero el tipo, Juan, con veinte detenciones por desacato y resistencia a la autoridad sobre la espalda, y esa testarudez que lo llevara a cometer otras cien, o doscientas insurrecciones, sin apartarse de las imprentas clandestinas, de las protestas, de las volanteadas, este comunacho "la iba a parar". Negativo, "nos tens podrido", Juan embalado como un tren a contramano, pero al tren se lo desva y descarrilla, "ponelo en la camilla y dale, empez. Hay que doblarle la terquedad", entonces, ya que no la vas a parar, humillate, lgrimas, una defeccin de tus esfnteres, cagate encima, una retractacin, vmito, ped piedad, algo en palabra o gesto, un doblegamiento del cuerpo que compense todo lo que nos jods; el contrato social, Juan, ceder un derecho a cambio de otro, entonces vale la pena aguantar los latigazos de la electricidad? Abreviate y abreviemos, "Aceler, Tixie, metele otra...", pero el hombre los enmudece, les mutila las palabras, "par, che, ste est duro como una estaca", y se les queda el hombre, tomale el pulso, mir si se le para el corazn, no jods, nadie se muere por la picana, y si ste se manda esa joda? y sobre llovido mojado, ahora cay la esposa, esa jodida, la Rosa Trumper se ha plantado afuera, le trae un termo con caf, ropa y una frazada al muerto y se emperra en que le demos las cosas y no se mueve de la Jefatura, sal vos y decile que ya es tarde para esas comisiones, que se retire y vuelva maana, que no estamos a su disposicin, que si no sabe que en Buenos Aires lloran las madres el tendal de sus vctimas, decile que la situacin es crtica, listo, la mina tuvo que dar el brazo a torcer y mandarse a mudar, pero volver, ya conocs la persistencia de los de esta comparsa, y para colmo todos los otros "camaradas" aqu presentes escucharon a quin trabajbamos, saben que lo tenamos al mdico, se nos viene un tole tole, este flojo nos meti el gran embrollo en el traste.

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 113.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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El escrito finaliza, apelando a lo concreto de la realidad:

El 27 de julio el ministro de gobierno de Santa Fe dio un comunicado reconociendo que el Dr. Ingallinela "habra fallecido a consecuencia de un sncope cardaco durante el interrogatorio en que era violentado por empleados de la Seccin Orden Social y Leyes Especiales". Los responsables sufrieron condenas de entre 15 y 20 aos de prisin. El cadver de Ingalinella no pudo ser hallado.

Se narran los aspectos de la realidad para que los sujetos experimenten ms el nivel de la situacin, en modo de descripcin. La narrativizacin de notica significa el remplazo de aquel discurso argumentativo-descriptivo caracterstico de los medios de informacin grficos por un discurso narrativo que utiliza recursos literarios, teatrales o dramticos (Holubica, 2006:57). En cada situacin (noticia) se realiza una construccin de la realidad a travs del lenguaje, en otros trminos podemos decir que se configura una realidad a travs de la utilizacin del lenguaje. Por lo tanto comenzamos a entender a la noticia como una narrativa que remite a acciones de personas y que es presentada por un narrador como suceso verdadero que se desarrolla en un lugar, una parte del mundo que es comn, o cercana, a los lectores y que puede ser interpretada (como consecuencia de la accin de empalabrar) por el lector. Se entiende que por cuestiones pragmticas la noticia va ser el reordenamiento de esa narrativa que se presenta como natural ya que responde a un acto de habla global como, IN-FORMAR, y requiere un ordenamiento estratgico destacando los hechos. Entender este concepto para plantear la noticia y aceptar que el mundo se construye a medida que lo empalabramos, se acepta y se reivindica a la subjetividad como modo de representar hechos ya que al poner en palabras la realidad, los sujetos imaginan . Consideraremos, entonces, crnica periodstica no tradicional al gnero que tiene como funcin comunicativa explcita la de informar y que se construye con una estructura textual en la que predomina el tipo narrativo narrar es representar en el discurso acciones que suceden en el tiempo y en el espacio y que son llevadas a cabo al menos por un agente , la cual es flexible a la introduccin de otros elementos que enriquecen la descripcin. Una de las herramientas que se pueden introducir son los modos de incorporar las voces de otros: a travs de escenas dialogadas o bien a travs de citas que se inscriben en una serie de fenmenos agrupados bajo el nombre de polifona varia voces . Estamos hablando de que las escenas dialogadas van a aparecer en forma de citas o a travs de la representacin

El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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del dilogo realista, generalmente suelen aparecer bajo tres mecanismos: el estilo directo, el estilo indirecto y una variante denominada hbrida. Por ejemplo en Gestos35, una crnica de Natalia Massei publicada el da martes 5 de Octubre de 2010:

La abuela se pasea en crculos con una botella de Seven Up sin abrir en las manos. Ya va mamita, ya va, se dirige varias veces al nene con ternura. Ninguno de los tres se sienta aunque la sala de espera est vaca.

Disculpe seorita, podr tomar algo la criatura?

La secretaria frunce los labios en seal de desconocimiento: Yo creo que s porque no es de sangre. Pero espere que lo llamamos al doctor. La abuela recuerda que, aos atrs, cuando la mam del nene tena apenas un ao de edad, tuvieron que hacerle el mismo estudio. Justo antes, hubo que darle, por indicacin del doctor, una mamadera con leche caliente aunque fuera pleno enero. Para que transpirara. Lo relata dos veces mientras la secretaria llama al mdico. La mamadera, la leche caliente. Era enero. El doctor dice que s, hasta puede desayunar si quiere.

Otro ejemplo, que podra traerse al trabajo es un dilogo que se produce entre los personajes del texto de Vctor Mani, publicado el mircoles 10 de agosto de 2011, Pasillos36:

A nadie extra entonces que una tarde sentados en el fro piso del pozo se refiriera con esta pregunta sobre el abuelo de la vctima quien haba fallecido haca tres meses: "Che Ojo, de tu abuelo no se supo ms nada, eh" -Se muri pelotudo, Que quers que se sepa? - le contest gritando. -Y... la muerte es un misterio - alcanz a completar la frase antes que la O grabada en oro, inicial de Oscarcito para su mam y de Ojo para nosotros, le partiera el labio inferior. En Un intervalo breve37 de Natalia Massei, publicada el da 17 de agosto de 2010, se expone una variante interesante para representar la conversacin, en este caso se muestra la posibilidad de que a travs de distintas citas se reflejen las temticas que son objeto de

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 105. Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 120. 37 Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 123.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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dilogo en un campo especfico en determinado perodo histrico, en este caso el de la educacin: Al rumor del himno, el parloteo de los maestros se acalla. Se ponen de pie, con el pecho abierto hacia el patio, los brazos cados delante del torso y las manos juntas apoyadas justo debajo del abdomen. Unos pocos permanecen sentados. Otros recogen sus carpetas y corren a entonar el homenaje patrio. De la meloda llega un eco que amplifica el silencio. Con los ltimos acordes, las conversaciones se reanudan.

Ya llegaron las netbooks? Pasame el catalogo de Avn, a ver. Vieron las ofertas de la mutual para ir a Tecnpolis? Ciento cincuenta evaluaciones para este fin de semana. Los de quinto no se fueron a Bariloche? Un desastre. Cada vez escriben peor. Son deficiencias que traen de la primaria. Y las maestras cada vez tienen menos nivel! Sabas que la Lorena se recibi? La chica que limpia en lo de tu mam? El ao pasado. Da clases ahora. Pods creer?!

En La crnica periodstica. Lectura crtica y redaccin se plantea claramente que al momento de la redaccin y la seleccin de situaciones dialogales hay una serie de implcitos intencionales (palabras no dichas pero sugeridas con un gesto, silencios, pausas, miradas y otros elementos paralingsticos) que se pierden en la cita (Peralta/Urtasun, 2007:138). En muchas de las crnicas que nos interesan para este trabajo, aparece siempre una descripcin que apoya a la cita, que contextualiza; as permite que el lector cree una imagen, de sentido a lo que est leyendo, y as tratar de reconstruir. Por lo tanto estamos queriendo decir que mucho de lo que hoy leemos como noticias dejan de lado una realidad que pas y que estuvo presente al momento de los hechos: los dilogos, el nerviosismo de la situacin, la representacin del amor o del dolor. En la redaccin tradicional no queda plasmado, ya que slo se remiten a expresar los hechos concisos, y lo dems se transforma en una naturaleza muerta, olvidada. La crnica periodstica no tradicional es un espacio para repensar estas situaciones a travs de la incorporacin de estrategias narrativas.

El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Martn Caparrs define a la crnica como una mulita de nuestro periodismo, un medio extinguido dentro de un medio que est siendo absolutamente dominado por editores que disean medios grficos para lectores que no leen38. De esta manera se limita la estructura grfica al mnimo posible ya que se decide competir con la radio o la televisin parecindose a los otros medios, en lugar de apostar al poder de la escritura. En relacin con lo anterior afirma Elionor Ochs en el texto mbitos Narrativos que no se puede pasar por la vida sin decir a los dems lo que nos ocurre o lo que les ocurre a otros, no contar lo que hemos ledo en un libro o visto en una pelcula. No ser capaces de or, de ver o de leer dramas compuestos por otros. No tener accesos a las conversaciones, a los textos impresos, a los cuadros o a las pelculas que presentan acontecimientos reales o ficticios39. Tambin suma que es imposible imaginar que no se compongan narraciones para el hombre, concluye en qu significara un mundo sin historias, sin mitos, sin dramas y vidas sin reminiscencias, sin revelaciones y sin revisiones interpretativas40. Si no existiran las crnicas todava no nos hubiramos descubierto, o habra partes de nuestra historia inconclusa, en Amrica Latina se necesita fervorosamente testimoniar lo que sucede a nuestro alrededor: nuestras tragedias, nuestro atraso, nuestras exuberancias o nuestras alegras. Nuestra literatura habla y pide.

2.3 Un poco de historiaNos hemos forjado un lenguaje apto para expresar nuestras realidades, y el acontecimiento que nos venga al encuentro hallara en nosotros novelistas de Amrica Latina, los testigos, los cronistas e intrpretes de nuestra gran realidad latinoamericana. 41 Alejo Carpentier .

Esta mezcla entre el discurso periodstico y el literario es relativamente nueva y corresponde de alguna manera a las vanguardias de la Argentina de los aos 20 que se dan en paralelo con los cambios de modernizacin del pas mejoras en las condiciones de la cultura urbana , de esta manera se dan a la luz nuevas formas de percepcin y subjetividad. Debemos hablar del desarrollo de una cultura altamente textual, entre tantas razones por el impulso alfabetizador de la escuela pblica desde fines del siglo XIX.38

EBLOG. Periodismo. Cibercultura. Publicidad. Tecnologa. Medios. Habla Martn Caparros (entrevista) http://www.eblog.com.ar/1368/martin-caparros-parte-1/ (pgina consultada. 14/10/11). 39 Weblog Ctedra de Redaccin Periodstica 1. Escuela de Comunicacin Social / U.N.R. Elionor Ochs, Unidad 6, TEXTO FUENTE, mbitos Narrativos. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/narrativa_elinor_ochs.php (pgina consultada el 3/06/2011). 40 dem. 41 TIMOSSI, Jorge, 2000, Palabras sin frontera, Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C.L.

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A partir de 1920 se dieron una serie de cambios que posibilitaron el surgimiento de programas y prcticas vanguardistas. A travs de las mismas se comenz a organizar simblicamente la percepcin y la representacin de mundo; principalmente aquella interaccin del discurso literario y del discurso periodstico. Quien adquiri mayor prestigio en reconocer mltiples aspectos de la cultura urbana de la poca fue el popular Roberto Arlt, que desde que nace el diario El Mundo, en 1928, public una columna diaria bajo el ttulo Aguafuertes porteas - con el tiempo sufri algunas modificaciones en el nombre, lleg a llamarse Aguafuertes uruguayas, patagnicas, gallegas o africanas; segn sus reportes las mismas eran un registro descarnado e irnico de la cultura de la poca y resultan inclasificables en cualquier gnero convencional. Estas interesantes crnicas surgen de las recorridas por estos submundos que Arlt conoca, registrando los aspectos de la urbe con muchsimo sarcasmo. Componan as un panorama de imgenes que representaban la actualidad. Estos trabajos son denuncias explicitas de las necesidades de los ciudadanos que corresponden a un espacio-tiempo determinado, son intervenciones crticas. Este autor era un intelectual preocupado por el uso del lenguaje popular en la literatura, este lenguaje se considera que es el lenguaje de los pueblos (Elionor Ochs en mbitos Narrativos afirma que la forma ms importante y universal de la narrativa no es el producto de la musa potica, sino de la conversacin corriente), quizs est all el por qu de su xito. En sus trabajos ha utilizado un lenguaje coloquial, el mismo que usan sus lectores (peculiar registraba miradas no tenidas en cuenta por la cultura oficial). En estas crnicas se acepta la subjetividad, pues siempre se relatan desde la primera persona del singular. Sus interpretaciones son sus formas de leer la ciudad desde otros puntos de vista. Roberto Retamoso, docente titular de la Ctedra de Periodismo y Literatura de la Escuela de Comunicacin Social UNR , en su trabajo Vanguardias, periodismo y literatura en la Argentina de 1920 y 193042, plasma que estas crnicas son denuncias de las carencias y necesidades insatisfechas que padecen los habitantes de la ciudad. Retamoso se encarga tambin de destacar un punto esencial al decir que Arlt se constituye en una mirada sesgada, que soslaya los objetos privilegiados por el discurso periodstico convencional los grandes episodios, los personajes importantes para detenerse en aquello que nunca podra ser tema de dicho discurso: lo nfimo de la vida social.

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RETAMOSO, Roberto, Vanguardias, periodismo y literatura en la Argentina de 1920 y 1930, artculo publicado en La trama de la comunicacin, Anuario del Departamento de Ciencias de la Comunicacin, Facultad de Ciencia Poltica y RR.II. Universidad Nacional de Rosario. Vol. 7.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Esta es otra caracterstica fundamental para pensar el concepto de crnica con el cual estamos trabajando, esta particularidad empieza a denotar cierta capacidad de comunicar los hechos. Natalia Massei43 afirma en entrevista, ante la pregunta de cmo lleg a la confeccin de la anteriormente nombrada crnica publicada en la seccin Contratapa de Rosario 12 Gestos , que: el recurso principal es la focalizacin extrema de detalles banales, elementos de cotidianidad que resultan insignificantes si no nos detenemos en ellos, pero que al ponerlos en primer plano configuran un nudo de trascendencias, resonancias ticas, sociales. Ejemplo:

Hay que hacerle un anlisis al nene. Van a ser las once y el doctor todava no lleg. No estaban seguras de la preparacin para el estudio as que lo trajeron sin desayunar, por las dudas. El nene llora. Es chiquito, dos aos quizs. Tiene hambre. Afuera la maana es fresca y soleada, adentro la calefaccin ahoga. El nene se tambalea sobre sus piernas inexpertas por toda la sala de espera, llorisqueando, y aterrizando cada dos o tres pasos en las piernas de su mam o en las de su abuela. Una lo dobla en estatura y es difcil calcularle la edad. Un rostro maduro sobre un cuerpo aniado. La otra es muy alta, alrededor de un metro setenta. Ambas corpulentas y de rasgos duros. La piel curtida y arrugada alrededor de unos ojos oscuros que insinan juventud y fortaleza. La mirada amable. El nene tiene los cachetes hmedos, embadurnados de lgrimas y sudor mezclados con la mugre de sus manos que se lleva constantemente a la cara. Est abrigadsimo: una campera marrn de corderito, cerrada hasta arriba, un jean nevado y unas zapatillas diminutas de lona roja. Para que traspire, dice la abuela. l se deja estar as. Se queja un poco pero sin capricho. Es buenito, explica la madre.

Quien tiene un pensar similar es nuestro Javier Chiabrando (que para este trabajo se utilizaron dos intervenciones de l La patria bizarra, anteriormente nombrada y Me quiero nada, poquito, mucho). Sostiene ante la pregunta de cul es el motor que lo impulsa a escribir sobre determinados temas que: bsicamente hablar de temas que considero de la realidad cotidiana, incluida la poltica. En ese sentido, el origen de mis textos periodsticos es similar a los de cualquier crnica. *+ Luego, todo est en buscar la forma de escribirlo, no tener miedo y no autocensurarse.

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Ver ENTREVISTAS. Pg. 143.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Por ejemplo en Letra Be44 de Bea Surez, publicada el 13 de mayo de 2011, podemos ver rpidamente como se relaciona un hecho conciso con la historia particular de una persona, que es similar a la de muchos otros.

Lo veo triste, pero tan triste, que por momentos no puedo explicarme el sentimiento. Me dice que de seis que quedan deben ganar cinco, se lo ve cansino, preocupado, en un desasosiego de pelcula. Sufre la letra Be con alargada agona, infinita a todo lo que pasa. Ya no: canchero y arrogante, fuerte, plebeyo, de sueo en sueo. Ahora "de seis tienen que ganar cinco" pas a ser la frase que repite como la nena con "eraparauntar". Descendi, cay a la Be, se precipit a un torneo raro e instantneo, donde el xito no ser ser campen sino subir, salir de una estacin salpicada con desgracia y burlada por la otra mitad de Rosario.

Arlt, caracterizado como un receptor atento, trat temas como por ejemplo: los problemas del Delta en Los Problemas del Delta y otras aguafuertes recopiladas por Editorial Embalse, habl de la feminidad en una seleccin del Pgina 12 que se titulo Secretos Femeninos, o de la delincuencia portea, seleccionadas en el Tratado de delincuencia de Editorial La Pgina S.A. En el punto anterior hablamos de que no se puede pasar por la vida sin contar historias, qu le ocurre a los otros, sin ellas el hombre no sera lo que hoy es. En afirmacin con lo anteriormente dicho, a modo de ejemplo, es interesante destacar un proceso hipertextual que se encuentra en el siguiente fragmento extrado del libro Breve historia contempornea de la Argentina escrito por Luis Alberto Romero45 y una crnica de Roberto Arlt, tambin se comprende el paralelismo inseparable entre la historia y el periodismo:

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 116. ROMERO, Luis Alberto, 2001 (1994), Breve historia contempornea de la Argentina, Diseo/CAF, Buenos Aires.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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La incertidumbre era comn a todos los sectores que haban concurrido a derribar al gobierno de Yrigoyen a interrumpir la continuidad institucional. Ciertamente coincidan en este primer objetivo, y se solidarizaban con el gobierno cuando persegua a los dirigentes anarquistas o comunistas perseguidos por la nueva Seccin Especial de la Polica -, y hasta el fusilamiento del anarquista expropiador Severino di Giovanni. Pero en rigor y a diferencia de 1919 -, en 1930 la movilizacin social era escasa, la Depresin paralizaba la contestacin, y las direcciones sindicales, escasamente identificables con la institucin democrtica, haba hecho poco para defenderla. ste no haba sido el objetivo desencadenante de la revolucin, como tampoco lo fue la crisis econmica mundial, ausente del debate y cuyas vastas consecuencias parecan no advertirse todava. Captulo III. La restauracin conservadora 1930-1943. Regeneracin nacional o restauracin constitucional. Breve historia contempornea de la Argentina. Luis Alberto Romero.

De esta manera Romero inicia el relato del periodo que va de 1930 a 1943, este hecho en la historia, la muerte del anarquista, est narrada en una crnica de Roberto Arlt titulada El fusilamiento de Severino Di Giovanni, a travs de un magistral relato que cuenta estos ltimos momentos de la vida del idealista46 tal cual como se le presentaron a sus ojos. Retamoso define a Roberto Arlt como un receptor atento y en esta caracterizacin se encuentra el punto de partida que hace al periodista que estamos buscando, salir a la calle, encontrar la historia que desencadenar algo ms grande, o que es consecuente de, y que absolutamente est ligado a un contexto social-poltico, es decir, es la descripcin misma de la actualidad a travs de una crnica atractiva, que no tiene la rigidez de estar limitada por el uso de determinadas tcnicas. Por ejemplo, una representacin propia de la poca tambin descripta por Roberto Arlt que muestra la desocupacin de la etapa histrica de la cual venamos hablando y que no perdi vigencia como afirmaba Martn Caparrs al hablar de la temporalidad de la crnica tanto sea en su descripcin como en el mismo lenguaje y hasta en la imagen que se desprende , es el aguafuerte titulada La tragedia del hombre que busca empleo47 y es en este paso del tiempo que se ve como una crnica sobrevive al movimiento de los minutos para ser trada constantemente a la actualidad, son crnicas que desprenden un anlisis y que se alejan de las noticias en forma de pldoras que desaparece en horas. Arlt, fue quin supo burlar los esquemas del periodismo clsico, es uno de los mayores escritores argentinos de mayor riqueza de lxico, y una parte muy importante de sus vocablos no proviene de las turbulencias callejeras sino que ha sido asimilada en sus lecturas afirma, en el cuaderno La historia popular48, Eduardo Gonzlez Lanuza haciendo de46 47

Ver ANEXO ARLT. Pg. 131. Ver ANEXO ARLT. Pg. 132. 48 GONZLEZ LANUZA, Eduardo, 1971, La historia popular. Vida y milagros de nuestro pueblo, Roberto Arlt , Centro editor de Amrica Latina.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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esta manera hincapi en su previas lecturas, conocimientos y relacionndolo con esta idea que apareca anteriormente recuperada de Toms Eloy Martnez al pensar que hoy los periodistas leen menos a los grandes novelistas. En un sentido ms romntico, se busca plantear la posibilidad de que exista un periodismo tan interesante como una novela. Tambin debemos entender que los medios que estn acostumbrados a tratar con textos tienen una desconfianza muy grande con la crnica, porque ellas requieren ms tiempo y mayor espacio que una noticia que corresponde a las estructuras clsicas, por ende demanda mayor cantidad de dinero. Villordo compara a la crnica como los cascos azules de la ONU donde aclara que tienen un gran prestigio simblico, pero pocas oportunidades de entrar en accin. Las vanguardias literarias han intentado romper la linealidad a partir de nuevas formas de espacializacin que buscan generar otros efectos de sentido. El cronista sirve a la verdad y puede reconstruirla de manera intensa con tcnicas que involucren la subjetividad de los testigos y que recuerden la estructura de los relatos de ficcin, o sea, que la subjetividad de los espectadores se ver representada como en los textos de ficcin como los personajes de las novelas . Cuando nos referimos a subjetividad pensamos en las emociones, los sentimientos de cada persona que estn involucrados en la crnica. Pero en ningn momento se debe novelizar la realidad, jams. En un sentido crtico lo interesante de estas narrativas surge al pensar que ellas nos estn tratando de develar algo ms grande, comienzan con una idea menor para luego delatar su importancia absoluta surgiendo as lo llamativo de las lecturas, generando una sensacin de que algo se est ocultando en lo cotidiano o que existe otro mensaje dentro de ella y que genera o demanda un receptor/lector activo . Al contar una historia se apela de lo singular e irrepetible, un ejemplo es el caso de Arlt donde muchas de sus crnicas parten de lo ntimo y luego se agregan los datos que refuerzan el texto; con esta idea se pasa de una historia individual al impacto pblico. El periodista se centra ms en los detalles particulares de cada momento, para despus, si se quiere, utilizar algunas cifras. Empieza as a tomar carcter noticioso en este cruzamiento, de esta manera se van creando unidades de realidad que van llevando a la crnica a tener un sentido; as tambin aparecen los hechos histricos que le dan coherencia, se genera un marco que estructura la realidad y le da un contexto nico.

El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Podemos citar algunos ejemplos, Inundaciones de ayer y de hoy? 49 De Pablo Surez, publicada el 3 de noviembre de 2009:

En la dcada del 40 fue necesaria una primera obra de entubamiento, que funcion muy bien, durante veinte aos. En 1960, comenz un ciclo de inundaciones muy importantes que culminara en 1971. Tendra que llegar 1986 para que los gobiernos provinciales asumieran la necesidad de la construccin de la presa retardadora, que si bien ha pasado momentos difciles, ha logrado evitar las inundaciones, por lo menos de las zonas de barrios Belgrano, Empalme y Arroyito. Mencin especial aqu para el NUMAIN, y el movimiento vecinalista de Empalme Graneros que con una larga tradicin logr hacer escuchar la voz de los inundados en cada momento crtico. Algo entre nosotros no va bien. Las ltimas inundaciones importantes que se recuerdan en Rosario, se dieron en 2003/2007 en la zona de Nuevo Alberdi y Cristalera. No se debieron directamente al Luduea, pero tienen que ver con su cuenca, porque los canales Salvat e Ibarlucea tributan a este arroyo. La mancha urbana de Rosario se sigue expandiendo y seguimos sin planificar el crecimiento, ocupando espacios en forma catica, espacios que quizs no tendramos que haber ocupado. La construccin de barrios aguas abajo de la presa retardadora implica que el escenario que se plante en 1960 lo podemos reproducir en este siglo. No podemos dejar que, como en aquellos momentos, la obtencin de renta urbana sea el criterio con el que se organiza el espacio de la cuenca. Esto no hace ms que reforzar las desigualdades. Los indicios no son alentadores, porque parece reproducirse la vieja dinmica de enviar a los pobres a las zonas vulnerables, mientras a unos metros, pero en zona "protegida" se realizan grandes negocios de especulacin inmobiliaria. La culpa, como vemos ser definitivamente de quienes consientan esta situacin.

Si redactar los detalles de cada momento es una caracterstica, veamos esta crnica k de Sebastin Artola, Recuerdos del 2750, publicada el 27 de octubre de 2011:

Perplejos frente al televisor, casi en silencio, de canal en canal. "Y ahora a quin votamos?", fue lo primero que dijo el mayor de mis dos hijos, por entonces de siete aos. Le

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 75. Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 129.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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cont la noticia, se fue en silencio, volvi y me hizo la pregunta. Tenemos dos. Pasan tanto tiempo en reuniones y actividades como en la escuela y con amigos. Los mensajes de textos de los cumpas que estaban censando, preguntando, queriendo dudar, no creer. Las primeras palabras que pude escribir recin cerca del medioda: "Se fue quien devolvi al pueblo y a la militancia la esperanza de que otra Argentina es posible. Que el dolor nos empuje para seguir ms juntos que nunca por este camino. De nosotros depende. Tomemos de su mano la bandera y empumosla bien alta. Hagamos carne en cada uno de nosotros el proyecto nacional. Llenemos la calle para darle a Cristina todas nuestras fuerzas. Para decirle que estamos. Que somos ms que nunca. Y que seguimos junto a ella hasta el final en la construccin de una patria para todos". Haba que salir a la calle. A las 20 al Monumento a la Bandera, donde sino. La impaciencia, la sangre alborotada y el cosquilleo en el estmago. Llam a unos cumpas: --Hagamos una pintada. --Cundo? --Ahora, ya. Las paredes siempre fueron la voz del pueblo, esta vez no poda ser la excepcin. Calles desoladas. Con ferrite negro en un paredn, a la tarde no tan tarde, pintamos: "Fuerza Cristina. Nstor vive en cada uno de nosotros". Desahogo. Un auto que frena, nos sacan fotos, estaban de paseo por la ciudad.

Crtica, anlisis y reflexin sobre el mundial de ftbol por Gary Vila Ortiz en Mirar el mundial polticamente51 6 de junio de 2010 :

Que el mundial de ftbol se est jugando en el pas africano que sufri durante mayor tiempo las atrocidades del colonialismo europeo no deja de ser un hecho significativo que merecera un anlisis realizado por algn experto en temas de sociologa, de poltica exterior, un historiador del calibre de un Hobsbawm. Nosotros no somos nada de eso, tan slo periodistas y adems ese ser tan particular que es el hincha de ftbol, que le interesa ms su equipo que cualquier campeonato por mundial que sea. En este caso, sin embargo, como tenemos un profundo inters por la historia de frica y sus sufrimientos desde aquel momento en que alguien decidi que no haba que esclavizar ms a los indios americanos y por eso haba que traer esclavos africanos, lo que se hizo con particular crueldad y con indudable eficiencia, nos interesa el intento de hacer una lectura poltica del mundial. frica del Sur: ahora el pas

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 92.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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de los bantes, de los zulus, de los hotentotes y de los bosquimanos recibe con los brazos abiertos a esos hombres blancos pertenecientes a pases que, en mayor o en menor medida, se sintieron como sus dioses y los llevaron a la esclavitud. Una leccin de grandeza de un pueblo gobernado por los negros que, si bien se han dejado de lado las leyes espantosas del apartheid, los blancos siguen siendo los dueos de ms del ochenta por ciento de las tierras agrcolas productivas.

El periodismo narrativo le da sentido a la realidad, a una realidad que muchas veces es comn a los ojos de los ciudadanos que es cotidiana , es decir, son momentos que aparecen y hay que desenterrarlos para presentarlos en una hoja a travs de un planteamiento, desarrollo y una resolucin. As aparece una historia, gracias al cronista, que intriga, que conmueve y que da ganas de actuar. La experiencia indica que este tipo de periodismo reconstruye los hechos la realidad con la intensidad de quienes lo vivieron, se mezcla lo colectivo con lo individual y lo privado con lo pblico, cruzndose INFORMACIN con EMOCIN. Al momento de la cobertura se reciben datos fcticos que construyen de alguna manera el hecho noticioso en s, pero para rearmarla, revivirla, se debe hacer a travs del discurso de cada uno de los protagonistas que transcurrieron por esa situacin. De alguna manera el periodismo narrativo genera en el lector una identificacin absoluta con el texto. En otro orden de la informacin, Ana Atorresi, en su libro Los estudios semiticos. El caso de la crnica periodstica52 sostiene que a partir de los aos sesenta comienza a producirse una transformacin profunda en los gneros informativos. La profesora afirma que hablar de transformacin del gnero periodstico informativo implica la consideracin de que este estilo *+ no deja de informar sino que lo hace un modo diferente. Bajo la misma idea reflexiona que la crnica *+ deja de ser un relato lineal porque se oscurecen las relaciones de casualidad entre las acciones, sobre todo a partir del uso (y abuso) de conectores interpretativos (curiosamente, obviamente, naturalmente, nadie pens que, etc.).Tambin se complejizan los segmentos que constituyen escenas narrativizadas porque, a diferencia del gnero informativo tradicional, ya no se limita a incluir el discurso de un informante, sino que recurren a los testigos de opinin (ATORRESI, 1996:201). Debemos agregar que tambin comienza a verse bajo el objetivo aparente del mero enriquecimiento retrico, una multitud de detalles marginales respecto de la trama

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ATORRESI, Ana, 1996, Los estudios semiticos. El caso de la crnica periodstica. Ministerio de Cultura y Educacin de la nacin. CONICET.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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narrativa (descripciones de atmsferas, lugares, personajes, presentacin de ancdotas, etc) se articulan en el interior de las distintas historias. En un sentido ms amplio, por ejemplo, en el periodismo actual aparecen figuras como Josefina Licitra, distinguida con el Premio Nuevo Periodismo CEMEX-FNPI53 con su nota Pollita en Fuga54, crnica publicada en Rolling Stone. Ella utiliza la crnica narrativa para expresar hechos noticiosos, este trabajo en particular da una vuelta de rosca a la visin emitida por los medios en general que se tena acerca de un hecho. Con esta crnica se deja de ver el caso como se vea, ya no es ms una nia delincuente el eje principal de la nota sino que comienza a dejarse entrever a una nia vctima de la pobreza, la desocupacin, el abandono familiar y el desorden de las polticas nacionales al margen del claro entrecruzamiento que existe entre lo pblico y lo privado en las instituciones gubernamentales. Sus publicaciones adems de estar en su blog aparecen en la revista Gato Pardo Mxico -, Soho Colombia , Etiqueta Negra Per . Ella es Argentina. Josefina Licitra aclar en la charla que tuvo en una de las aulas del Instituto ISET 18 20 de Junio, de la ciudad de Rosario el da 15 de Octubre de 2010 donde funciona una escuela de periodismo , que existen pocos espacios para la publicacin, por eso es que ms de una vez se hacen afuera del pas del cual uno es. Otro de sus trabajos, y uno de los ms distinguidos es el que trata sobre Susana Trimarco Historia de una mujer bomba55 , en su momento uno de los personajes ms relevantes de la escena noticiosa local, esta mujer empecinada en buscar a su hija, desaparecida en las redes de la prostitucin, habl con Josefina Licitra y arm una crnica que denota las aguas turbias que un lugar tranquilo mantiene estancadas, San Miguel de Tucumn, la crnica puede desenmascarar la realidad y como lector atrapa tanto por la crudeza de la misma, de esta manera la informacin adquiere otro prestigio. Este trabajo pudo haber sido publicado en alguno de los grandes diarios de tirada nacional para que todos se informasen y apelaran a los registros de este tipo, pero sin embargo fue publicado en la revista Gatopardo, Mxico, en el 2007.

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Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano. www.fnpi.org

Para ver la nota completa: http://www.rollingstone.com.ar/582577 (pgina consultada el 21/10/2011). Revista Rolling Stone, 01/01/03.55

Para ver la nota completa: http://www.taringa.net/posts/arte/8099917/Josefina-Licitra---Historia-de-una-mujerbomba_.html (pgina consultada el 25 de octubre de 2011).El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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2.4 Crnicas como registro histrico.Imaginemos un mundo sin redacciones. Pasar por la vida sin decir a los dems lo que nos ocurre o lo que les ocurre a otros, no contar lo que hemos ledo en un libro o visto en una pelcula. No ser capaces de or, de ver o de leer dramas compuestos por otros. No tener acceso a las conversaciones, a los textos impresos, a los cuadros o a las pelculas que presentan acontecimientos reales o ficticios. Imaginemos que ni siquiera pudiramos componer narraciones interiores para nosotros mismos. No. Un universo as es inimaginable, pues significara un mundo sin historias, sin mitos, sin dramas y vidas sin reminiscencias, sin revelaciones y sin revisiones interpretativas. 56 Elionor Ochs .

Adems de la importancia intrnseca de los acontecimientos y de las decisiones que se toman en el interior de los medios, para que un hecho se convierta en noticia debe ser interesante para el pblico; cierran muchos manuales de periodismo. Es oportuno preguntarse qu tipo de situaciones pueden resultar de inters a la audiencia. Otros sostienen que es noticiable, en primer lugar, los acontecimientos que representan una infraccin, una desviacin, una ruptura del habitual curso de las cosas. Otros autores destacan la condicin de novedosa que debe tener la noticia y por ltimo hay quienes ofrecen una versin ms modesta de la noticiabilidad: son interesantes las noticias que apropsito de un acontecimiento tratan de dar una interpretacin basada en el lado del inters humano, del punto de vista inslito, de las pequeas curiosidades que llaman la atencin (Wolf, 1987:233). Claro es que esta situacin est determinada por el newsmaking o teora de la construccin de la noticia que cmo afirmamos en el primer captulo se enfoca sobre las condiciones normales, rutinarias y cotidianas en la que se desenvuelve la organizacin periodstica. Por otro lado aparecen estas narrativas con sus propios cdigos lingsticos, culturales e ideolgicos, que emplean otras estrategias textuales. Por ejemplo, se desprende de la lectura de la seccin Contratapa publicaciones que no responden a lo tradicional del periodismo. A continuacin se propone un fragmento de la publicacin perteneciente al viernes 23 de octubre de 2009 Clasista y Combativa57 , escrita por Bea Suarez donde se recurre a una cita textual para luego relacionarla, luego del trazado de una lnea, con la situacin de actualidad: "La psicologa individual tiene que ser por lo menos tan antigua como la psicologa de la masa, pues desde el comienzo hubo dos psicologas: la de los individuos de la masa y la del padre, jefe, conductor.

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Weblog Ctedra de Redaccin Periodstica 1. Escuela de Comunicacin Social / U.N.R. Elionor Ochs, Unidad 6, TEXTO FUENTE, mbitos Narrativos. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/narrativa_elinor_ochs.php (pgina consultada el 3/06/2011). 57 Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 73.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Sigmund Freud. La masa y la horda primordial. Psicologa de las masas y anlisis del yo. 1921. El da 24 de junio se publica Moreno y Crdoba58, Tambin escrita por Suarez, esta crnica que est narrada en primera persona parte tambin de un cita textual, para luego comenzar a describir una escena que desde hace aos se decidi naturalizar. Luego de la cita se informa:

Habra que meterse el uno en el otro como los ptalos en torno a los estambres: tanto est lo desmesurado en todas partes, y se amontona y contra nosotros se lanza. Pero, mientras nos apretamos uno contra otro, para no ver cmo se acerca por todas partes, puede surgir de ti, puede surgir de m: pues nuestras almas viven de traicin. Rainer Maria Rilke Albada oriental. Seleccin de poemas.

Hace aos paso diariamente por esa esquina de la ciudad. Me resulta clave por varias razones. Funcion all hasta hace poco un bar, en el otrora centro clandestino de detenciones y torturas durante la ltima dictadura militar, sede de policas de aqul momento (sin redes para sostener patria alguna). Tambin est la Facultad de Derecho que se quem hace unos aos, fue reconstruida, restaurada. Observ el arreglo paso a paso, techos y una cpula color azul Francia consumida en partes por un fuego que ciertas bombas de estruendo dejaron, entre extravos y disgustos. Cada vez que arribo en bicicleta, recargada de humo y urbe, ruidosos colectivos y enormes convenciones de palomas, advierto la presencia de unos bultos tapados prolijamente con nylon negro, papeles intranquilos (por vientos que no atajan los pltanos de plaza San Martn) utensilios varios, botellas y perros. Debajo de todo eso vive una seora cuyo nombre desconozco. Algunos dirn en situacin de calle, yo pensara ms bien a cielo abierto, rodeada de paquetes y provechosas horas cntricas sin altillo.

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 118.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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Esta seora barre la vereda, saca las estrelladas hojas secas, lee con anteojos, se sienta cmodamente a experimentar quien sabe qu diarios, remite a una gran soledad interior que (al menos a mi) me inspira respeto.

Podramos tambin citar a Ivn Fernndez con su intervencin Una noche en un planeta59 en referencia a Planeta X, una casa bailable de msica alternativa que divide a la crnica con pequeos subttulos: Itinerancia, Reiteracin, Vibracin, Oscilacin y Recurrencia. As cada autor va dejando su sello en cada publicacin, encontrando una manera distinta de comunicar las determinadas informaciones. Obsrvese (tercer y cuarto prrafo):

Reiteracin.

En la proyeccin se concatenan cortos de entrevistas. En todos, algunos msicos hablan. En todos, escenas similares recurren: los msicos tocando por la noche, los msicos hablando en alguna postura informal (sentados en el pasto de un parque, en el cordn de una vereda) sin mirar a la cmara, durante el da. Los msicos hablan de sus influencias, de su msica, de lo que hacen y de lo que van hacer, de los discos que salieron y de los que van a salir. Discurren durante el da, en el hablar del poco dormido, y miran al horizonte (como lo hacen los profundos).

Vibracin.

Saliendo de la terraza se entra en un pasillo que lleva a una sala. En el escenario dispara el DJ. La msica se construye sobre la ida y vuelta de sonidos que se columpian. Las franjas de las alturas se reparten el resto de los parmetros del sonido. En la zona de los bajos, hace figura el ritmo, en los de los agudos, el timbre. Las duraciones se organizan retornando y todo est cruzado por las texturas.

La importancia de estas crnicas estn dadas por el legado histrico que van dejando, la crnica convierte al periodismo en algo ms que informacin que morir en las prximas horas. Se justifica que la misma, en la mayora de los casos, puede sobrevivir contra

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Ver Anexo: CRNICAS PERODISTICAS NO TRADICIONES. Pg. N 109.El gris de la crnica. Otro modo de relacionarse con la informacin.|

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el tiempo. Ivana Romero en Crnica: otro modo de dialogar con la informacin, afirma que este gnero hace que un hecho perdure en la memoria de las personas, an cuando sus latencias y consecuencias hayan desaparecido. Esto se log