el gran oso pardo que nunca se enfadaba

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El Gran Oso Pardo que nunca se enfadaba El Gran Oso Pardo que nunca se enfasaba Había una vez un Gran Oso Pardo Marrón que vivía en un árbol hueco al borde de un bosque. El Gran Oso Pardo le tenía mucho cariño a su casa, porque era un gran hueco agradable, lo suficiente alto como para salir a la puerta sin tener que agacharse, y con mucho espacio dentro. En el verano, cuando el bosque era verde y fresco, él no usaba mucho su casa. Pero cuando llegaba el invierno y los días se hacían oscuros y fríos, y los bosques estaban blancos por la nieve, entonces al Gran Oso Pardo marrón le gustaba estar dentro de su casa.

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El Gran Oso Pardo que nunca se enfadaba

El Gran Oso Pardo que nunca se enfasabaHaba una vez un Gran Oso Pardo Marrn que viva en un rbol hueco al borde de un bosque. El Gran Oso Pardo le tena mucho cario a su casa, porque era un gran hueco agradable, lo suficiente alto como para salir a la puerta sin tener que agacharse, y con mucho espacio dentro. En el verano, cuando el bosque era verde y fresco, l no usaba mucho su casa. Pero cuando llegaba el invierno y los das se hacan oscuros y fros, y los bosques estaban blancos por la nieve, entonces al Gran Oso Pardo marrn le gustaba estar dentro de su casa. Entonces, para el invierno, l la haba hecho clida y acogedora. En una esquina tena una jarra de miel, que las abejas que trabajaban en las rosas silvestres haban hecho para l. Y en otra esquina tena una suave cama de hojas secas y suave helecho donde se poda enroscar en un da oscuro y tomar una larga, larga siesta. El Gran Oso Pardo Marrn cuidaba muy bien su casa y la mantena muy limpia y ordenada. Cada maana barra y limpiaba el polvo de la jarra de miel y nada estaba nunca fuera de su sitio. Era un viejo oso de buen corazn y nunca se enfadaba, como suelen hacer la mayora de los osos. Y como era tan simptico le gustaba a todo el mundo y venan a menudo a verle.

El Gran Oso Pardo que nunca se enfasabaPero haba una pequea Coneja Blanca que vena ms a menudo que los dems. Ella deca que le gustaba sentarse en la casa del Gran Oso Pardo porque siempre estaba tan limpia y ordenada. La pequea Coneja Blanca tena su propia casa, pero de alguna manera, nunca consegua mantenerla ordenada. Deca que era porque sus hijos eran muy traviesos pero, cualquiera que fuera la razn, su casa estaba siempre en un estado psimo! El Gran Oso Pardo era siempre muy educado con la pequea Coneja Blanca en cualquier momento que viniese a visitarle. Siempre coga su sombrero y chal y le daba su mejor silla cerca del fuego, para que pudiese estar muy cmoda mientras le contaba sus problemas. Entonces la pequea Coneja Blanca le contara como a Gazapito, el ms joven, nunca le importaba ella, y como su hijo mayor, Cola de Algodn, se haba escapado de casa el da anterior y todava no haba vuelto, y muchos otros problemas ms adems. Ella siempre le explicaba como ella intentaba cumplir sus deberes con sus hijos, cuan a menudo haba encerrado a Gazapito en el cuarto oscuro, y cuntas veces haba azotado a Cola de Algodn.

El Gran Oso Pardo que nunca se enfasabaEntonces el Gran Oso Pardo intentaba ensearle cmo l pensaba que se deba criar a los nios traviesos. Y puesto que era un oso con tan buen corazn, y no saba como enfadarse, le dijo que no encerrase al pequeo Gazapito en el cuarto oscuro y que nunca azotase al pobre Cola de Algodn l estaba seguro de que slo si ella era muy amable, los nios seran seguramente buenos. Pequea Coneja Blanca siempre hizo cualquier cosa que l la dijese, pues ella pensaba que el Gran Oso Pardo era muy sabio y lo saba todo. Cada da los conejitos crecan ms traviesos, y aun as ella no perdi fe en lo que el Gran Oso Pardo haba dicho. Incluso llam un da a Cola de Algodn y le dijo que si alguna vez le pasaba algo a ella, l tendra que llevar a todos sus pequeos hermanos y hermanas a la casa del Gran Oso Pardo, porque para ella el oso era tan sabio y tan amable que seguro que cuidara de ellos y lo hara bien.Entonces, no mucho despus de esto, pas que la pequea Coneja Blanca se fue dentro del bosque para encontrar algo de comer para sus hijos. Estuvo fuera durante mucho tiempo, y los bebs lloraron por que ella volviese a casa. Pero la pobre pequea Coneja Blanca no pudo volver a casa: se haba quedado atrapada en una trampa y un nio pequeo lleg para llevrsela como mascota. Entonces por fin, cuando los conejos beb tuvieron tanta hambre que no podan soportarlo ya ms, Cola de Algodn record lo que su madre le haba dicho y reuni a sus pequeos hermanos y hermanas a su alrededor y les dijo:Pequea Coneja Blanca no volver nunca ms con nosotros. Se ha perdido. Y si nos quedamos aqu solos nos moriremos de hambre, por lo que tenemos que hacer lo que nuestra madre dijo. Debemos ir al Gran Oso Pardo y pedirle que cuide de nosotros. l es muy amable y sabio, y lo har bien. Yo le preguntar porque soy el mayor y vosotros debis hacer lo que yo diga.

El oso y la conejaS, todos haremos lo que t digas, respondieron los pequeos conejos. Entonces Cola de Algodn les dijo lo que deban hacer. Ese mismo da se pusieron todos sus mejores ropas y fueron a travs del bosque hasta la casa del Gran Oso Pardo. Cuando haban llagado cerca de la casa, vieron al Gran Oso Pardo de pie en la entrada. l se sorprendi de ver a tantos pequeos conejos viniendo a travs del bosque, pero todava se sorprendi ms al verlos parar delante de su casa.Pequea Coneja Blanca, nuestra madre, est perdida, dijo Cola de Algodn en voz muy alta y __, pues intentaba ser muy educado,y nunca ms volver con nosotros.Nunca ms volver con nosotros! Lloraron todos los pequeos conejos, sujetando sus pauelos sobre sus ojos, como Cola de Algodn les haba dicho que hiciesenOh querido, dijo el Gran Oso Pardo, muy afectadoeso son muy malas noticias!Yo tena cario a tu madre. Ella vena a verme a menudo.y antes de que se marchase, continu Cola de Algodn,nos dijo que si algo le pasase a ella, nosotros tenamos que venir aqu y pedirle que cuidase de nosotros porque usted es muy sabio y muy amable, y nunca se enfada.Es muy sabio y muy amable y nunca se enfada! repitieron todos los pequeos conejos detrs de sus pauelos.

Los conejosBien, bien dijo el Gran Oso Pardo,dejadme ver. Entonces eso es lo que dijo vuestra madre?S, si usted es tan amble, respondi Cola de Algodn educadamente, yS, por favor! hicieron eco todos sus pequeos hermanos y hermanas. Ahora para decir la verdad, el Gran Oso Pardo no deseaba mucho hacerse cargo de todos los pequeos bebs de la Pequea Coneja Blanca porque eran muchos y todos parecan tener mucha hambre. Pero cuando pusieron sus pauelos sobre sus ojos y parecieron tan tristes, l no los pudo dejar marchar porque era un oso con tan buen corazn.Prometeis ser buenos chicos y hacer siempre lo que yo os diga? pregunt.S, por su puesto. respondi Cola de Algodn.S, por su puesto! lloraron todos los pequeos conejos. As, al final el Gran Oso Pardo les dej pasar dentro de su casa y empez a cuidar de ellos, y al principio todo fue bastante bien. El Gran Oso Pardo Marrn simplemente cuid tan bien de todos los pequeos conejos como de su propia casa. Les lavaba la cara a todos cada maana, y les cepillaba su pelaje de la manera correcta. Tambin arreglaba todas sus ropas e incluso consigui libros para ellos y empez a ensearles las letras. Por un tiempo los pequeos conejos fueron muy buenos e hicieron cualquier cosa que l les dijese que hicieran, porque al principio, vers, estaban un poco asustados del Gran Oso Pardo. Pero despus de un tiempo en que vieron que el tena tan buen corazn que realmente no saba como enfadarse, ellos se cansaron de ser buenos.

El oso boxeadorEntonces, una maana, cuando el Gran Oso Pardo Marrn haba salido a pasear, Cola de Algodn tir sus libros y llam a sus pequeos hermanos y hermanas a su alrededor.No vamos a leer ms, dijo.El Gran Oso Pardo se ha ido y no sabr lo que estamos haciendo. Vamos a divertirnos hasta que vuelva! Los pequeos conejos estaban listos para tirar sus libros.Y qu haremos? preguntaron.Commonos su miel! respondi Cola de Algodn. Y as lo hicieron, hasta la ltima gota de miel! Entonces saltaron en su cama y la dejaron toda revuelta, y fueron tan traviesos como lo puede ser un conejo. Cuando el Gran Oso Pardo volvi a casa, se lament mucho de ver lo que haban hecho pero no les regao mucho, porque era un oso con corazn amable y no saba como enfadarse. nicamente, cuando lleg la siguiente maana, se dijo a s mismo:me quedar hoy en casa y mirar lo que hacen estos conejos traviesos. Y mientras que l estuvo mirando a los conejos ellos se portaron bien. Pero despus de un rato, estaba muy cansado y y se tumb para echarse una siesta. Entonces, de la misma manera que lo haba hecho antes, Cola de Algodn reuni a sus hermanos a su alrededor, y les dijo en voz baja:

El oso durmiendoNo nos portemos bien ms. El Gran Oso Pardo no sabe como enfadarse, y nunca nos va a regaar demasiado. Por supuesto, todos los pequeos conejos pensaron que sera muy agradable no ser buenos nunca ms.Y qu haremos ahora? preguntaron.Vamos a molestarle y a ver si le podemos despertar, respondi Cola de Algodn. Y as lo hicieron todos los pequeos conejitos solo pensaron en molestar al Gran Oso Pardo. Saltaron arriba y abajo en su espalda, y algunos de ellos le tiraron de las orejas, y uno de Ellos incluso le hizo cosquillas en la nariz con una paja cada uno de ellos empezaron a ver como de traviesos podan ser. Podeis estar seguros de que el Gran Oso Pardo no tuvo una larga siesta. Pero cuando se despert no les rega en absoluto. En vez de eso, cogi su sombrero y su bastn y despus de que les dijo adis sali de la casa, y aunque los pequeos conejitos lo esperaron durante mucho, mucho tiempo, el Gran Oso Pardo no volvi. Entonces Cola de Algodn y todos los otros peqeos conejitos se arrepintieron mucho de lo que haban hecho, porque todos tenan cario al Gran Oso Pardo marrn. Una vez ms, Cola de Algodn llam a todos los otros a su alrededor.Yo soy el mayor, dijo,Saldr a buscar al Gran Oso Pardo y traerlo de vuelta a casa. Los pequeos conejitos se alegraron mucho de esto.S! lloraron,

El Gran Oso Pardoy qu haremos nosotros?Vosotros debis venir tambin y ayudarme, respondi Cola de Algodn.As todos los pequeos conejitos salieron y buscaron al Gran Oso Pardo. Y donde pensis que lo encontraron? Se haba quedado tambin atrapado en una trampa y no se pudo liberar. Entonces los pequeos conejitos se arrepintieron aun ms, porque recordaron lo bueno que haba sido con ellos. Pero Cola de Algodn habl el primero porque era el mayor.Lo sentimos porque fuimos muy traviesos y te hicimos salir de casa, Gran Oso Pardo, dijo.pero te ayudaremos ahora pues te queremos porque has sido muy bueno con nosotros y no te sabes enfadar.

Por supuesto que te ayudaremos, dijeron todos los pequeos conejitos.Entonces cada uno sujet al que tena delante de l y Cola de Algodn agarr la trampa, y todos juntos tiraron y tiraron. Y eran tantos y tiraron tan fuerte, que al final la trampa se afloj y el Gran Oso Pardo marrn qued libre. Entonces todos volvieron a casa juntos, y cuando llegaron all, quin veran all de pie en la puerta sino a la propia pequea Coneja Blanca! Ella se haba escapado de su pequeo hijo y haba vuelto para cuidar de sus propios bebs otra vez. Y quizs no lo creeris pero el Gran Oso Pardo marrn estuvo muy contento de ello!