el gobierno de la excedencia-tds

Upload: juanpejolote

Post on 04-Feb-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    1/151

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    2/151

    Puedes hacer una donacin

    (si ests fuera de Espaa a travs de PayPal ),

    suscribirte a la editorial

    o escribirnos un mail

    Desde sus inicios Traficantes de Sueos ha apostado

    por licencias de publicacin que permiten compartir, como

    las Creative Commons, por eso sus libros se pueden copiar,

    distribuir, comunicar pblicamente y descargar desde su

    web. Entendemos que el conocimiento y las expresionesartsticas se producen a partir de elementos previos y

    contemporneos, gracias a las redes difusas en las que

    participamos. Estn hechas de retazos, de mezclas, de

    experiencias colectivas; cada persona las recompone de

    una forma original, pero no se puede atribuir su propiedad

    total y excluir a otros de su uso o replicacin.

    Sin embargo, cultura libre no es sinnimo de cultu-

    ra gratis. Producir un libro conlleva costes de derechos de

    autor, traduccin, edicin, correccin, maquetacin, diseo

    e impresin. T puedes colaborar haciendo una donacin al

    proyecto editorial; con ello estars contribuyendo a la

    liberacin de contenidos.

    Colaboracon la

    cultura libre

    https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_donations&business=JAG38M7RQET5N&lc=ES&item_name=Proyecto%20editorial&currency_code=EUR&bn=PP%2dDonationsBF%3abtn_donateCC_LG%2egif%3aNonHosted
  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    3/151

    Traficantes de Sueos no es una casa editorial, ni siquiera una editorialindependiente que contempla la publicacin de una coleccin variable detextos crticos. Es, por el contrario, un proyecto, en el sentido estricto deapuesta, que se dirige a cartografiar las lneas constituyentes de otrasformas de vida. La construccin terica y prctica de la caja de herra-mientas que, con palabras propias, puede componer el ciclo de luchas delas prximas dcadas.

    Sin complacencias con la arcaica sacralidad del libro, sin concesionescon el narcisismo literario, sin lealtad alguna a los usurpadores delsaber, TdS adopta sin ambages la libertad de acceso al conocimiento.Queda, por tanto, permitida y abierta la reproduccin total o parcial delos textos publicados, en cualquier formato imaginable, salvo porexplcita voluntad del autor o de la autora y slo en el caso de las edi-ciones con nimo de lucro.

    Omnia sunt communia!

    traficantes de sueos

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    4/151

    mapas 16

    Mapas. Cartas para orientarse en la geografa variable de lanueva composicin del trabajo, de la movilidad entre fronteras,de las transformaciones urbanas. Mutaciones veloces que exi-gen la introduccin de lneas de fuerza a travs de las discusio-nes de mayor potencia en el horizonte global.

    Mapas recoge y traduce algunos ensayos, que con lucidez y unagran fuerza expresiva han sabido reconocer las posibilidades

    polticas contenidas en el relieve sinuoso y controvertido de losnuevos planos de la existencia.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    5/151

    El gobierno dela excedencia

    Postfordismo y control de la multitud

    Alessandro De Giorgi

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    6/151

    L I C E N C I A C R E A T I V E C O M M O N SReconocimiento-No Comercial-Sin obra derivada 2.0 Spain

    Esta licencia permite:- Copiar, distribuir, exhibir e interpretar este texto.

    Siempre que se cumplan las siguientes condiciones:Autora-Atribucin: Deber respetarse la autora del texto y de su traduccin. El nombre del autor/a y

    del traductor/a deber aparecer reflejado en todo caso.No Comercial: No puede usarse este trabajo con fines comerciales.Sin obra derivada: No se puede alterar, transformar, modificar o reconstruir este texto.

    - Se deber establecer claramente los trminos de esta licencia para cualquier uso o distribucin del texto.- Se podr prescindir de cualquiera de estas condiciones si se obtiene el permiso expreso del autor/a.

    Este libro tiene una licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Sin obra derivada 2.0 Spain. Para ver unacopia de esta licencia visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/es/legalcode.es o enve una carta a CreativeCommons, 559 Nathan Abbot Way, Stanford, California 94305, USA.

    2002, Del texto Alessandro De Giorgi

    2006, De la edicin Traficantes de Sueos

    1 edicin: 1000 ejemplares

    Noviembre de 2006Ttulo:

    El gobierno de la excedencia. Postfordismo ycontrol de la multitud

    Traduccin:

    Jos ngel Brandariz Garca yHernn Bouvier

    Maquetacin y diseo de cubierta:Traficantes de Sueos.Edicin:

    Traficantes de SueosC/Embajadores 35,28012 Madrid. Tlf: 915320928e-mail:[email protected]:

    Queimada Grficas.C/ Salitre, 15 28012, Madrid

    Tlf: 915305211ISBN: 84-96453-15-4

    ISBN 13: 978-84-96453-15-4

    Depsito legal: M-46296-2006

    creativecommonsCC

    =

    Edicin original: Il governo dell'eccedenza. Postfordismo e controllo dellamoltitudine, Ombre Corte, Verona, 2002.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    7/151

    traficantes de sueos

    mapas

    El gobierno dela excedencia

    Postfordismo y control de la multitud

    Alessandro De Giorgi

    Introduccin

    Jos ngel Brandariz GarcaPatricia Faraldo Cabana

    TraduccinJos ngel Brandariz Garca

    Hernn Bouvier

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    8/151

    ndice

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa de la pena.Jos ngel Brandariz Garca y Patricia Faraldo Cabana 13

    Prlogo: Ms all de los lmites de la sociedad de control.Toni Negri

    37

    Introduccin. 43

    1. Rgimen disciplinario y proletariado fordista. 53

    Economa poltica del control social 53

    Nacimiento de la sociedad industrial ydisciplinamiento del proletariado 60Pena y subsuncin real del trabajo en el capital 65Encarcelamiento y desocupacin en la poca fordista 70El lmite de la economa poltica de la

    penalidad fordista 80

    2. Excedencia postfordista y trabajo de la multitud. 87

    Postfordismo: el rgimen de la excedencia 87

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    9/151

    La excedencia negativa 91La excedencia positiva 97Multitud 104

    3. Gobierno de la excedencia y control de la multitud. 111

    De la disciplina de la carencia al

    gobierno de la excedencia 111Control como no-saber 119El control de la multitud 122

    El riesgo encarcelado 124La metrpolis punitiva 134La red enmaraada 139Nuevas resistencias 143

    Bibliografa. 151

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    10/151

    13

    sepermitelacop

    ia

    DE GIORGI en el pensamiento criminolgico contemporneo

    ALESSANDRO DE GIORGI (Saarbrcken, 1974) es un joven cri-minlogo italiano, que ha desarrollado su labor acadmicafundamentalmente en las universidades de Bolonia, Padua(Italia), y Keele (Reino Unido). La referencia a su juventud esen este caso pertinente, puesto que, a pesar de tal circuns-tancia, DE GIORGI ha publicado ya dos libros Tolerancia Cero,2

    y el que es objeto de esta introduccin, El gobierno de la exce-

    dencia. Son adems conocidas sus publicaciones en prensa,principalmente en el diario Il Manifesto, y sus colaboracionescon iniciativas comunicativas como Globalproject.3

    Introduccin.Postfordismo y nueva economa

    poltica de la penaJos ngel Brandariz Garca

    Patricia Faraldo Cabana1

    1Jos ngel ([email protected]) y Patricia ([email protected]) son profe-sores de Derecho Penal de la Universidad de A Corua. En la actualidad

    sus trabajos de investigacin se orientan a cuestiones como las nuevasestrategias de control social, el tratamiento penal de los migrantes, la cri-minalizacin de las asociaciones polticas o la apropiacin institucional dela respuesta frente a casos de violencia de gnero. Han colaborado con elObservatori del Sistema Penal y els Drets Humans de la Universitat deBarcelona. Jos ngel ha militado en los centros sociales Mil Las y Atreu,y en el Espazo Autoxestionado da Deriva, de A Corua, en el colectivoPreS.O.S. de Galicia y en la red Alternativas Nmadas.2 Edicin original: Zero Tolleranza. Strategie y pratiche della societ di con-trollo, DeriveApprodi, Roma, 2000 [ed. cast.: Tolerancia Cero. Estrategias yprcticas de control, Virus, Barcelona, 2005].3 www.globalproject.info.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    11/151

    El gobierno de la excedencia14

    sepermitelacopia

    Esta somera enunciacin de una vertiente de la labor investi-

    gadora del autor resulta apropiada para formular la primeracaracterizacin introductoria de El gobierno de la excedencia. Eltexto debe ser visto, ante todo, como un momento de conclu-sin de un recorrido de investigacin previo, el trabajo en elque DE GIORGI logra acrisolar el estudio de diversas lneas ana-lticas que le permiten aproximarse de la manera ms certeraal objetivo pretendido. Y, al margen de las ricas digresiones ylneas de fuga que el autor emprende, este objetivo no es segu-

    ramente otro que el de actualizar una sugerente tradicin deanlisis del fenmeno poltico-criminal, que se suele conocercomo economa poltica de la pena, mediante una lcida lecturade los actuales modos de regulacin productiva, teorizados entorno al concepto depostfordismo.4

    La lectura de una transicin. Una nueva economa polticade la pena a travs del (post-)operaismo y del anlisis dematriz foucaultiana sobre las tecnologas del castigo

    De una revisin atenta del libro emergen con claridad cualesson las fuentes fundamentales del pensamiento de DEGIORGI, las lneas analticas que el autor transita con acierto aefectos de ofrecer una lcida revisin de la economa polti-ca de la pena en tiempos de postfordismo. En este sentido,valdra la pena identificar tres lneas tericas bsicas.

    En primer lugar, una cierta tradicin de la criminologa yde la sociologa jurdica de la pena que puede relacionarseestrechamente con lo que en las ltimas dcadas ha venidosiendo designado como criminologa crtica. En concreto, el

    autor, al margen del pensamiento de algunas de las figurasms seeras de esta orientacin de estudio (BARATTA, CHRISTIE,HULSMAN o BERGALLI), acude a una concreta vertiente de esa

    4 Sobre este concepto, vase BRENNER, R. / GLICK, M., La Escuela de laRegulacin: teora e historia, New Left Review, nm. 21, 2003; GORZ, A.,Miserias del presente, riqueza de lo posible, Paids, Buenos Aires, 1998;

    MARAZZI, C., El sitio de los calcetines. El giro lingstico en la economa y susefectos sobre la poltica, Akal, Madrid, 2003; Capitale & linguaggio,Deriveapprodi, Roma, 2002; RODRGUEZ, E., La transfiguracin de laproduccin, Contrapoder, nm. 4-5, 2001.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    12/151

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 15

    sepermitelacop

    ia

    5 Hay edicin en castellano: RUSCHE, G. / KIRCHHEIMER, O., Pena y estruc-

    tura social, Temis, Bogot, 1984.6 Vase en particular, WACQUANT, L., Las crceles de la miseria, Alianza,Madrid, 2000; Penalizacin de la miseria y proyecto poltico neolibe-ral,Archipilago, nm. 55, 2003.

    lnea analtica: aquella que, conocida propiamente como eco-noma poltica de la pena, arranca del texto clsico de RUSCHE YKIRCHHEIMER, Punishment and Social Structure (1939)5 y queencuentra un singular desarrollo en la obra, sobre todo delos aos setenta, de dos criminlogos transalpinos de nota-

    ble relevancia: MELOSSI y PAVARINI. En la medida en que esalnea de pensamiento parece tender a agotarse en la reflexincriminolgica continental hace un cuarto de siglo, el autoracude entonces a las elaboraciones que han seguido des-

    arrollndola en el mbito anglosajn durante estos ltimoslustros. Y precisamente all es donde DE GIORGI percibe laslimitaciones de la evolucin ms reciente de la economapoltica de la pena. Buena parte de los autores anglosajonesque han transitado esa senda analtica tienden a anclarse engeneral en cuestiones excesivamente especficas (como porejemplo la relacin entre tasa de encarcelamiento y tasa dedesempleo), y de una utilidad muy escasa para entender lasmutaciones en curso de la penalidad. En cierta medida suce-de lo mismo con autores cuyo anlisis de la PolticaCriminal contempornea ha gozado de notable difusin,como es el caso de WACQUANT y su teorizacin de la relacinentre (ocaso del) Estado social y (emergencia del) Estadopenal.6 Unos y otros pierden de vista que la mejor exgesisde las transformaciones del presente slo puede obtenerse a

    partir de una comprensin global de la relevancia y profun-didad de las mutaciones socioeconmicas (y antropolgicas)que estamos viviendo, que no son ya una modificacin inter-na a la racionalidad del continuo keynesianismo-welfare-for-dismo, sino un verdadero cambio de paradigma. Para enten-der esa transformacin DE GIORGI reclama, con acierto, lapresencia de los anlisis sobre el postfordismo.

    En segundo lugar, el autor sabe poner en relacin losplanteamientos de la economa poltica de la pena con otratradicin de pensamiento especialmente til a los efectosque pretende. Se trata del (post-)operaismo italiano, corriente

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    13/151

    analtica que el autor, por motivos de proximidad, conocebien. La rica lnea de estudio (post-)operaista se presentaespecialmente idnea para lograr sugerir esa necesariaactualizacin de la economa poltica de la pena. No en vano,los autores (post-)operaistas fueron de los primeros enentender, ya hace tres dcadas, cual era la orientacin, y laprofundidad, de la transformacin sistmica que vena asustituir al welfarismo fordista. Sus iniciales teorizacionessobre el trnsito del obrero-masa al obrero-social y de la fbrica

    a la metrpoli como espacio de articulacin de la produc-cin, as como las evoluciones ulteriores a partir de estosconceptos, continan siendo las premisas fundamentalespara entender la realidad que se pretende caracterizar. Por siello fuese insuficiente, los estudios de esta orientacin depensamiento han prestado una singular atencin a las muta-ciones de las subjetividades, a su recuperacin en trminosproductivos e, incluso, a las funcionalidades de las polticasde control que se acomodan a tales evoluciones. Por lodems, el (post-)operaismo facilita herramientas analticaspara ir ms all de una mera enunciacin de la materia, per-mitiendo una aproximacin crtica a una economa del con-trol que no puede, ni debe, ser abordada meramente desdeun academicismo mal entendido, falsamente neutral.

    En tercer lugar, DE GIORGI sabe reclamar la presencia deun acervo de pensamiento adicional, que, a pesar de suinnegable relevancia en la materia, seguramente carecetodava de la suficiente atencin a efectos de analizartransformaciones socioeconmicas, mutaciones subjetivasy polticas de control. Es, por lo dems, una opcin que nopuede ser tildada de incoherente, toda vez que las conexio-nes entre esas teorizaciones y los anlisis (post-)operaistas

    parecen evidentes. Se trata de los estudios sobre las tecno-logas del castigo y del control que arrancan de los anlisisde FOUCAULT sobre los diagramas de poder y los dispositi-vos de control (que hallan un momento mayor, como es

    bien conocido, en su Surveiller et Punir, de 1975).7 DE GIORGIrealiza una aproximacin de gran inters a esa tan necesa-ria relectura de los planteamientos foucaultianos en la

    El gobierno de la excedencia16

    sepermitelacopia

    7 Existe edicin en castellano: FOUCAULT, M., Vigilar y castigar, 18 ed.,siglo XXI, Madrid, 1990.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    14/151

    materia.8 Sin embargo, su aportacin va ms all. En efec-to, el autor, conocedor de la tesis de FOUCAULT que dividelos diagramas de poder entre sociedades de soberana (oestrictamente penales) y sociedades disciplinarias,9 sabe veruna cierta obsolescencia en esa tesis, que el propio pensa-dor francs tambin intuy en los aos anteriores a su pre-matura muerte.10 En efecto, DE GIORGI asume que en laactualidad vivimos un cierto agotamiento de la racionali-dad de las sociedades disciplinarias, abriendo un nuevo tiem-

    po que, con DELEUZE,11 puede ser designado como el de lassociedades de control. En este punto, DE GIORGI coincide conlos planteamientos de otros autores, como HARDT, NEGRI,LAZZARATO, PORTILLA o RODRGUEZ12 que han ido desarro-llando las implicaciones de esa mutacin de los diagramasde poder en su devenir hacia una gubernamentalidad pro-piamente biopoltica. En cualquier caso, es altamente proba-

    ble que haya sido DE GIORGI quien en mayor medida halogrado proyectar esa teorizacin sobre los anlisis de laspolticas de control y, en concreto, de las tecnologas delcastigo y de la penalidad.

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 17

    sepermitelacop

    ia

    8Junto a los anlisis que el autor italiano ha realizado sobre el particular(tambin en DE GIORGI, A., Dalla disciplina al rischio: controllo attuaria-

    le e marginalit sociale, DeriveApprodi, nm. 17, 1999; Zero Tolleranza,DeriveApprodi, Roma, 2000), cabe hacer referencia a ANITUA, G. I.,Historias de los pensamientos criminolgicos, Del Puerto, Buenos Aires, 2005;BERNAL SARMIENTO, C. E., Michel Foucault: desenmascarando las tecno-logas del castigo, en RIVERA BEIRAS, I. (COORD.),Mitologas y discursos sobreel castigo, Anthropos, Barcelona, 2004; MELOSSI, D., Stato, controllo sociale,devianza, Bruno Mondadori, Miln, 2002.9 Vase FOUCAULT, M., Historia de la sexualidad. 1. La voluntad de saber, 20

    ed., siglo XXI, Madrid, 1992; La verdad y las formas jurdicas, 4 ed.,Gedisa, Barcelona, 1995; Defender la sociedad, FCE, Buenos Aires, 2000.10 Vase FOUCAULT, M., Saber y verdad, La Piqueta, Madrid, 1991.11 Vase DELEUZE, G., Conversaciones, Pre-Textos, Valencia, 1995.12 Vase HARDT, M. / NEGRI. A., El trabajo de Dionisos, Akal, Madrid,2003; Imperio, Paids, Barcelona, 2002; LAZZARATO, M., Por una polticamenor. Acontecimiento y poltica en las sociedades de control, Traficantes deSueos, Madrid, 2006; PORTILLA CONTRERAS, G., La configuracin del

    homo sacer como expresin de los nuevos modelos del Derecho Penalimperia, Panptico, nm. 6, 2003; RODRGUEZ, E., El gobierno imposible.Trabajo y fronteras en la metrpolis de la abundancia, Traficantes de Sueos,Madrid, 2003.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    15/151

    Sin perjuicio de la lucidez que supone relacionar esas dife-rentes aportaciones analticas para intentar exponer, y some-ter a crtica las evoluciones de una economa poltica de lapena a la altura de los tiempos, la aportacin de DE GIORGIcobra an mayor trascendencia por la orientacin metodol-gica con la que se realiza la aproximacin. Se trata de laasuncin del trabajo, en cierta medida expresada, como unasuerte de work-in-progress. Ese saludable entendimientocomo tesis en permanente construccin se deriva del hecho

    de que, como entiende con acierto, el tiempo que estamosviviendo es el de una transicin, en el que los paradigmassistmicos que vienen a sustituir al continuo keynesianismo-welfare-fordismo no se encuentran plenamente asentados,por mucho que hayan evidenciado sus lneas de tendencia.13

    Estamos en el tiempo de lo post-, de modo que cualquierexplicacin y crtica debe someterse afortunadamente auna permanente evolucin. Precisamente en este punto seencuentra la explicacin de alguna de las ausencias de El

    gobierno de la excedencia, que sern posteriormente aludidas.Al margen de esa remisin ulterior, merece la pena destacaruna consecuencia singularmente relevante de esa transitorie-dad, que se refiere al debate sobre la posible superacin de laprisin como forma arquetpica de la sancin criminal. Comoel propio DE GIORGI asume, a pesar del declive de la lgica

    disciplinaria, y de la correspondiente superacin del para-digma de las instituciones cerradas, la prisin parece lejos deestar superada; antes bien, refuerza su permanente centrali-dad, progresivamente despojada de su pasada funcin rein-tegradora.14 La mejor plasmacin de ello sera la crecientesuperpoblacin penitenciaria, de singular relevancia enEEUU, pero muy presente, en tiempos ms recientes, en terri-

    torios de la UE, como los Pases Bajos o el Estado espaol.

    El gobierno de la excedencia18

    sepermitelacopia

    13 Vase ALLIEZ, E. / GUATTARI, F., Sistemas, estructuras y procesoscapitalsticos en GUATTARI, F., Plan sobre el Planeta, Traficantes deSueos, Madrid, 2004; VIRNO, P., Gramtica de la multitud, Traficantesde Sueos, Madrid, 2003.14

    Vase Bauman, Z., Globalization. The human consequences, Polity,Cambridge, 2000; Garland, D., La cultura del control, Gedisa,Barcelona, 2005; Wacquant, L., Simbiosi mortale. Neoliberalismo e politi-ca penale, Ombre corte, Verona, 2002.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    16/151

    Claves para entender una transicin. La racionalidad de lapena en las sociedades de control

    Como se ha aludido, DE GIORGI no slo logra someter a crti-ca las lgicas securitarias del presente. Ms all, y como sus-trato de ese cuestionamiento, logra sintetizar la explicacindel paso de las sociedades disciplinarias a la sociedades de con-trol, a travs de la atencin al trnsito postfordista y sabeextraer algunos rasgos nucleares que contextualizan la mor-fologa y el sentido de la evolucin en curso.

    Una explicacin singularmente lcida de la evolucinpostdisciplinaria se encuentra ya en su anterior monografa,Tolerancia Cero. En ella, DE GIORGI enmarca con acierto latransicin experimentada por las tecnologas de control,sealando que:

    Asistimos as a una doble deslocalizacin de las funciones decontrol. Por una parte, el control deviene, en un cierto sentido,fin en s mismo, autorreferencial: cuando menos en el sentido deque pierde cualquier caracterizacin disciplinaria, es decir,cesa de ser un instrumento de transformacin de los sujetos.Por otra parte, se produce un traslado del control: ste aban-dona la prisin como lugar especfico, difundindose en elambiente urbano y metropolitano. De este modo, a la prisinle queda slo una funcin de neutralizacin respecto de suje-tos particularmente peligrosos.

    Cada vez es menos posible individualizar y definir un lugary un tiempo de la represin. El control y la vigilancia se extien-den de modo difuso, a lo largo de lneas espacio-temporales queatraviesan los umbrales de las instituciones totales (prisin,manicomio, fbrica). Se despliegan sobre el espacio llano e inde-

    finido de las metrpolis, nuevas ciudades-estado fortificadas,provistas de ejrcitos de seguridad propios.15

    A partir de este contexto de sentido, el autor va desgra-nando a lo largo de las pginas de El Gobierno de la exce-dencia algunas de las caractersticas principales que cabepredicar acerca de la nueva morfologa del control social,y que deja atrs una etapa caracterizada por la hegemona

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 19

    sepermitelacop

    ia

    15 Cfr. DE GIORGI, A., Zero..., pg. 34 (traduccin propia).

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    17/151

    de la orientacin rehabilitadora-normalizadora.16 Sin perjui-cio de las limitaciones que impone la brevedad de estas pgi-nas, cabra hacer referencia a cuestiones como las siguientes,sobre las que el autor transita a lo largo del texto:

    a) La nueva racionalidad de la pena parte de la crisis delmodelo correccional, que se concreta tanto en el descrditode sus fundamentos tericos entre otros, el discurso de lacriminologa etiolgica como en la deslegitimacin de lasfinalidades perseguidas esto es, la reinsercin median-te la remocin de las causas de la delincuencia, y de losinstrumentos a ellos preordenados como los progra-mas especficos e individualizados de tratamiento, oalgunas alternativas a la prisin. Como consecuenciade esta crisis, sobreviene el relanzamiento de las lgicasde la penalidad intimidatorias y, en ltimo caso, segrega-

    doras, neutralizantes. Como el propio DE GIORGI seencarga de sugerir, estamos ante un modelo anterior quequiebra tanto por insuficiencias tericas, esto es, por ladifusin del escepticismo en relacin con la correccin desus postulados, como por disfunciones prcticas, es decir,por su inefectividad, evidenciada en los fracasos de lalucha contra la criminalidad y, sobre todo, en la incapaci-

    dad para adaptarse a las nuevas racionalidades polticas,sociales y productivas. Frente a ello, el control devieneun fin en s mismo, no un medio instrumental paraalcanzar funciones de normalizacin de las subjetivida-des humanas, algo que ya no se est en condiciones, nien disposicin, de conseguir. En este sentido, una claveespecialmente sugerente para una exgesis, expuestapor el propio autor, se deriva de la evolucin de unas

    polticas de gobierno que deben pasar de disciplinar lacarencia, en trminos productivos, de aquellas subjetivi-dades, a limitar externamente (controlar) su excedencia.

    b) El control no se dirige ya de forma prioritaria a indi-viduos concretos, sino que se proyecta intencionada-mente sobre sujetos sociales, sobre grupos considerados

    El gobierno de la excedencia20

    sepermitelacopia

    16 Vase igualmente acerca de estas caractersticas, GARLAND, D., La cul-tura...; DE GIORGI, A., Zero...; PORTILLA, G., La configuracin...; RODRGUEZ,E., El gobierno...

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    18/151

    peligrosos, en la medida en que el propio control adoptaformas de clculo y gestin del riesgo, que impregnantodos sus dispositivos de ejecucin. En definitiva, se tien-de a adoptar una lgica ms de redistribucin que dereduccin del riesgo, que era el objetivo bsico en la etapaanterior, y que hoy se asume como inabordable, aunqueslo sea porque se normaliza la existencia de segmentossociales permanentemente marginalizados, excedentarios,que son cada vez ms objeto de polticas de control exclu-

    yente y cada vez menos de polticas de inclusin. Lamejor expresin de esa lgica de redistribucin de ries-gos en materia de criminalidad y conflictividad socialviene constituida, como plantea el propio DE GIORGI,por el conjunto de estrategias y prcticas de control queen los ltimos tiempos ha sido identificado como pen-samiento actuarial,17 estrechamente vinculado a las lgi-cas de la rational choice presentes en la proyeccin delAnlisis Econmico del Derecho (AED) sobre la proble-mtica del delito y de la pena.18

    c) En ese sentido, se produce una creciente centralidad enlas polticas de control social de la figura del migrante,como sujeto en el que confluyen buena parte de las crisisdel presente la crisis de la sociedad opulenta, la crisis delos referentes identitarios clsicos, la crisis del trabajocomo parmetro fundamental de socializacin-inclusin,la crisis del Estado-nacin, la crisis conexa del conceptode ciudadana.19 Sobre este destinatario de las nuevasracionalidades de la seguridad se proyectan dinmicas

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 21

    sepermitelacop

    ia

    17Sobre el pensamiento actuarial, vanse adems de los trabajos deDE GIORGI, GARLAND, D., La cultura... ; MELOSSI, D., Stato...; YOUNG, J.,

    La sociedad excluyente, Marcial Pons, Madrid, 2003; ZYSMAN QUIRS,D., El castigo penal en Estados Unidos. Teoras, discursos y racio-nalidades punitivas del presente, en RIVERA BEIRAS, I. (COORD.),Mitologas...18 Sobre esto mismo vase GARCA-PABLOS DE MOLINA, A., Criminologa.Una introduccin a sus fundamentos tericos, Tirant lo Blanch, Valencia, 2005;MERCADO PACHECO, P., El anlisis econmico del Derecho, Centro de EstudiosConstitucionales, Madrid, 1994; ZYSMAN QUIRS, D., El castigo....19 Vase MEZZADRA, S., Derecho de fuga. Migraciones, ciudadana y globali-zacin, Traficantes de Sueos, Madrid, 2005.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    19/151

    de control y de penalidad que en buena medida, comosugiere DE GIORGI, pueden apuntar una tendencia deextrapolacin ulterior al conjunto del cuerpo social din-micas de vigilancia intensiva, de paulatino abandono delos marcos garantistas, de administracin de las normasde control, de segregacin o exclusin como funcin de lasancin, pero tambin formas renovadas de disciplinapreordenadas a lgicas productivas.20

    d) Una nota adicional del nuevo modelo es la progresiva

    proyeccin del espacio de control ms all de los muros delas instituciones de encierro, a lo largo y ancho de todos losmbitos sociales, en consonancia con la naturaleza de unosgrupos de riesgo tan difusos como ubicuos. Las estrategiasy prcticas de control siguen en este punto los procesos dedesterritorializacin y reterritorializacin difusa de las arti-culaciones productivas. De este modo, se redisean los

    espacios en los que los individuos actan, ubicando todognero de obstculos de vigilancia y control (de carcterpersonal, material o tcnico, y de funcionamiento constan-te), que tienden a impedir la realizacin de comportamien-tos conflictivos o criminales, sin ninguna pretensin nor-malizadora. Todo ello, como apunta el autor en la ltimaparte de El gobierno de la excedencia, en el marco del redise-o de las cartografas urbanas que se orientan en una lgi-ca de progresiva mercantilizacin de los espacios pblicos.Las teorizaciones, y las prcticas, de laprevencin situacionalse muestran en el presente como la versin paradigmticade esas lgicas de intervencin ambiental orientadas a lareduccin de las oportunidades de delinquir.21

    e) La mencionada difusin temporal y espacial delcontrol induce a distribuir, tambin entre los ciudada-

    nos y las diferentes agregaciones sociales, la responsa-

    El gobierno de la excedencia22

    sepermitelacopia

    20 Vase tambin BIETLOT, M., Du disciplinaire au scuritaire,Multitudes, nm. 11, 2003; MOSCONI, G., Inmigracin, seguridad y cr-cel en Italia (en la perspectiva de la guerra global), en BERGALLI, R. /RIVERA BEIRAS, I.(COORDS.), Poltica criminal de la guerra, Anthropos,Barcelona, 2005.

    21 Vase GARLAND, D., La cultura....; PITCH, T., Prevenzione, controllosociale e libert personale, en RIVERA, I. ET AL., Contornos y pliegues delDerecho. Homenaje a Roberto Bergalli, Anthropos, Barcelona, 2006; YOUNG,

    J., La sociedad...

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    20/151

    bilidad de la garanta de la seguridad y de la propialucha contra la criminalidad, menoscabando el mono-polio estatal en la materia que haba venido caracteri-zando la etapa anterior e intentando dar una respues-ta compartida, socializada a la creciente sensacincolectiva de inseguridad.22 En este punto destaca unadinmica de amplio alcance, que podra ser designadacomo privatizacin de la gestin de la seguridad frente aldelito. Se trata de una mutacin que, frente a lo que ini-

    cialmente podra intuirse, no se despliega en una, sinoen dos grandes lneas de evolucin, diferentes perocomplementarias. La primera es la de la mercantiliza-cin de la gestin de la seguridad, que en la etapa msreciente alcanza a la vertiente exterior mediantelas empresas militares privadas23, pero que goza yade muy notable consolidacin en lo que se refiere a suproyeccin interior, encomendada a la industria dela seguridad privada.24 La segunda lnea de evolucinse refiere a una cierta comunitarizacin de la gestinde la seguridad,25 en la cual los individuos, y las agre-gaciones sociales en las que se integran, son requeridospara que procedan a la propia proteccin de sus espa-cios de realizacin personal, mediante el recurso a

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 23

    sepermitelacop

    ia

    22 Vase BAUMAN, Z., Globalization...; GARLAND, D., Lucha contra el cri-men y modernidad tarda en EE.UU. y Gran Bretaa, Archipilago,nm. 55, 2003.23 Vase BASCETTA, M., Dalla patria allimpresa en AA.VV., Larte dellaguerra, Manifestolibri, Roma, 2005; BULGARELLI, M. / ZONA,U., Mercenari.La guerra in outsourcing, Conflitti Globali, nm. 3, 2006; as como los

    diversos trabajos del texto colectivo AA.VV., Guerre private, Il Ponte,Bolonia, 2004.24 Vase CHRISTIE, N., La industria del control del delito, Del Puerto, BuenosAires, 1993; GARLAND, D., La cultura...; LARRAURI, E., Introduccin aldebate de la privatizacin del sistema penal: la polica privada, EstudiosPenales y Criminolgicos, XIV, 1991; SANZ DELGADO, E., Las prisiones pri-vadas: la participacin privada en la ejecucin penitenciaria, Edisofer,Madrid, 2000.25

    Vase GARLAND, D., La cultura...; PAVARINI, M., Controlling SocialPanic: Questions and Answers about Security in Italy at the End of theMillennium, BERGALLI,R. / SUMNER,C.(EDS.), Social Control and PoliticalOrder, Sage, Londres, 1997.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    21/151

    medios tecnolgicos y humanos, e incluso medianteformas singulares de autogestin (como las dinmicasde Neighbourhood Watch y las partidas ciudadanas devigilancia del barrio).

    Lecciones sobre el tratamiento penal de los migrantes y larenovada excepcionalidad penal en el marco de la guerra

    global permanente

    Como se ha apuntado, El gobierno de la excedencia debe serentendido como un work-in-progress. El hecho de constituir untexto de anlisis que trabaja con una realidad en proceso impo-ne esa consideracin. De este modo, despuntan algunas cues-tiones nucleares en el entendimiento de la nueva cultura del

    control social que apenas son aludidas. Se trata, ms que de ver-daderas ausencias, de lneas para continuar la reflexin y eldebate colectivos sobre las cuestiones de la penalidad, a partirde los mbitos en los que DE GIORGI los ha situado.

    Estas lneas de ulterior anlisis surgen por el hecho de que,como ya se ha dicho, en las teorizaciones de DE GIORGI son tanrelevantes las referencias a las formas contemporneas de con-

    trol social como la constatacin de su carcter tendencial, tran-sitorio, imperfecto. Es necesario asumir que no se prefiguratodava un nuevo paradigma slido, sino una orientacin, unatendencia en proceso transitorio, en la medida en que en lassociedades del presente conviven an dinmicas de carcterdisciplinario con dispositivos propios de las lgicas de controly tal vez incluso, en lo que se refiere a una consolidacin deelementos de emergencia o excepcionalidad permanente,

    medidas de etapas predisciplinarias, soberanas.26 Por lodems, no se establece una fractura en la que los dispositivosde la etapa de control supera y clausura las instituciones dis-ciplinarias, sino que estas en alguna medida se ven reformu-ladas en su funcin y, en parte, las lgicas disciplinarias tien-den a difundirse por todo el espacio social.

    El gobierno de la excedencia24

    sepermitelacopia

    26 Vase BIETLOT, M., Du disciplinaire...; DE GIORGI, A., Zero....; HARDT, M./ NEGRI. A., Imperio...; PORTILLA,G., La configuracin...; RODRGUEZ, E., Elgobierno..., pg. 127.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    22/151

    En ese marco de conciencia de la transitoriedad y de la hibri-dacin de paradigmas se inscriben dos cuestiones especial-mente relevantes, por las que podra transitar la continuidaddel debate sobre las formas y las lgicas contemporneas dela penalidad. La primera de ellas hace referencia a las leccio-nes que cabe derivar de la consolidacin de un tratamientopenal singular de los migrantes, fenmeno de creciente cen-tralidad en los sistemas punitivos europeos. La segundalnea de reflexin se proyecta sobre el hecho de que algunas

    de las racionalidades que el texto aborda y que pueden ser,sin temor a simplismos, caracterizadas como neoliberales(como el pensamiento actuarial, la prevencin situacional ola privatizacin de la gestin de la seguridad), conviven conracionalidades de una orientacin bien diferente, de sesgo(neo-)conservador. Estas lgicas poco o nada tienen que vercon la minimizacin y la gestin eficiente de los riesgos, yaque apuntan a objetivos bien diferentes, como el reforza-miento autoritario de la legitimidad institucional o la modu-lacin y gestin de las ansiedades sociales ante el delito. Dehecho, en la etapa ms reciente, esas racionalidades (neo-)conservadoras parecen haber cobrado preeminencia en eldiseo de las polticas de seguridad, mediante el relanza-miento de una renovada cultura de la excepcionalidad penal enel marco de la guerra global.

    La primera de esas lneas de continuacin del anlisis esla que se sustenta sobre el tratamiento penal de los migran-tes. DE GIORGI se muestra consciente de la trascendencia dela materia y, de hecho, en el presente y en otros trabajos27

    aborda el anlisis de la morfologa de ese segmento singularde las polticas de control, as como la funcionalidad queparece estar llamado a cumplir. Del mismo modo, el autor

    asume que tales prcticas y estrategias pueden estar consti-tuyendo un laboratorio para posteriores orientaciones gene-rales de las lgicas de control.

    En ese punto preciso es en el que es necesario seguir pro-fundizando la reflexin acerca de la funcionalidad de lasestrategias de tratamiento penal de los migrantes. Nada hayde novedoso en afirmar que, en el momento en que, con el

    inicio del declive del fordismo, las migraciones han dejado

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 25

    sepermitelacop

    ia

    27 Vase DE GIORGI, A., Zero...

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    23/151

    de ser consideradas como factores de desarrollo, y han pasa-do a interpretarse ante todo como factores de riesgo,28 laspolticas de gestin de la movilidad transnacional han idocobrando una trascendencia creciente en la accin institucio-nal, estatal y europea. Que tales polticas hayan contribuidoa convertir la migracin irregular en el fenmeno social msletal de la sociedad espaola actual es tambin un dato cono-cido.29 Tampoco hay nada innovador en sealar que esa cen-tralidad ha alcanzado tambin al sistema penal, en el que ha

    ido perfilndose una respuesta sancionadora especfica paralos migrantes, diseada desde un cierto seguidismo de lasnormativas y prcticas administrativas, y que se plasma enun peso demogrfico de los migrantes en la poblacin peni-tenciaria muy superior al que les corresponde entre el con-

    junto de los habitantes de cada territorio concreto.30 En estembito, el migrante ha venido a ocupar el rol protagonistaque previamente corresponda al toxicmano fundamen-talmente heroinmano. No en vano, si la crisis de la heronapuede ser vista como un fenmeno especialmente vinculadoa las difciles expectativas vitales, y a un cierto nihilismo, dela primera generacin autctona que vive la transfor-macin del welfarismo fordista, la progresiva consolidacinde un sistema postfordista de carcter global, sustentado enuna fuerza de trabajo regulada no ya de forma dual, sino cre-

    cientemente precarizada, hace emerger, tambin en estembito, la centralidad del migrante.31 Esa centralidad esfcilmente constatable en el caso espaol. Ms all de los dis-cursos mediticos que se obstinan, de forma obsesiva, enrelacionar migracin con criminalidad, a finales de 2006 nos

    El gobierno de la excedencia26

    sepermitelacopia

    28Vase G

    IL

    ARAJO

    , S., Muros alrededor de el Muro. Prcticas y dis-cursos en torno a la inmigracin en el proceso de construccin de la pol-tica migratoria comunitaria en MARTN PALOMO, M. T.; MIRANDA LPEZ,M. J. Y VEGA SOLS, C. (EDS.), Delitos y fronteras, Complutense, Madrid,2005; MELOSSI, D., Stato...29 Vase, a modo de simple referencia, las luctuosas cifras que se con-tienen en el informe Mediterranean Migration Report 2005, publicadopor el Euro-mediterranean Consortium for Applied Research onInternational Migration (CARIM) del Instituto Universitario deFlorencia, (www.carim.org/Publications/AR2005CARIM.pdf).30 Vase MELOSSI, D., Stato...31 Vase RODRGUEZ, E., El gobierno...

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    24/151

    encontramos con una coyuntura en la que, si bien el 9% delos habitantes del Estado espaol tienen nacionalidadextranjera, su peso en la poblacin penitenciaria se aproximaal 30%, y supera el 40% por lo que se refiere a reclusos pre-ventivos; algunos estudios llegan a afirmar que ms de lamitad del notable crecimiento de la clientela penitenciariaespaola durante el ltimo lustro es debido al encarcela-miento masivo de los migrantes.32

    Sin embargo, quizs lo ms novedoso reside en reparar

    en la efectiva funcionalidad de esas lgicas de gestin de lamovilidad, que no de mera exclusin, algo que el propioDE GIORGI no ha dejado de intuir. En efecto, atendiendo alas consecuencias jurdicas reservadas para los migrantesirregulares (internamiento, expulsin, prisin sin posibili-dad de suspensin o de salida al exterior, que debe con-cluir en una expulsin, etc.), parecera que la segregacin,

    la neutralizacin y exclusin de sectores excedentarios esla verdadera finalidad de la sancin, lo que se correspon-de con el modo actuarial de pensar los dispositivos degobierno de las sociedades de control. No obstante, lamera revisin de las estadsticas de referencia (que mues-tran que las expulsiones efectivamente ejecutadas suelenmantenerse en torno al 25% de las acordadas),33 evidenciaque estamos, en el mejor de los casos, ante una segregacinselectiva, ya que internamiento y expulsin no estn lla-madas a ser aplicadas a todos los sujetos que incurren ensus presupuestos de aplicacin. Las razones de esa falta deejecucin de las expulsiones son diversas: jurdicas (inexis-tencia de acuerdos de repatriacin con diversos pases deorigen), fcticas (desconocimiento de la nacionalidad delmigrante concreto, falta de reconocimiento como naciona-

    les por parte del Estado de origen) o materiales (inexisten-cia de medios suficientes para ejecutar la totalidad de lasexpulsiones). Sin embargo, seguramente hay que contarentre ellas la falta de voluntad poltica de extremar el rigordel sistema de expulsiones, lo cual podra generar el ries-go de bloquear, o reducir drsticamente, unos flujos

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 27

    sepermitelacop

    ia

    32 Vase, entre otras fuentes, el diario El Pas de 11/II/2002 y 6/VI/2006.33 Vase el diario El Pas de 20/VII/2004, 18/XI/2005 y 26/VIII/2006.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    25/151

    migratorios irregulares que cumplen diversas funcioneseconmicas en materia productiva y de consumo ysociales de extraordinaria relevancia.34

    De este modo, cabe asumir que una poltica migratoriaque, ms que poner fin a los flujos irregulares, pretende ges-tionarlos (como se evidencia en la desidia institucional enmateria de lucha contra el trabajo negro), est preordenada afacilitar el empleo masivo de fuerza de trabajo migrante encondiciones de suma flexibilidad y explotacin, de acuerdo

    con las necesidades de un sistema productivo crecientementepostfordista. De este modo, el sistema de control diseadopara los migrantes irregulares, y en concreto medidas comoel internamiento y la expulsin, persiguen tambin funcio-nes (neo-)disciplinarias (aunque en absoluto rehabilitadoras,ya que no se proyectan directamente sobre el sujeto indivi-dual, sino sobre el conjunto del grupo social), orientadas al

    sometimiento a un esquema laboral en el que al migrante sele reservan ocupaciones caracterizadas tanto por su natura-leza imprescindible como por elevadas tasas de precariedady de explotacin. Dicho de otro modo, a los migrantes se lesaplica la vertiente ms severa del nuevo rgimen de workfa-re, en el que se van afirmando segmentaciones del mercadode trabajo en clave tnica.35

    En definitiva, esa afirmacin de lgicas (neo-)disciplinariasen el marco de diagramas de gobierno de sociedades de con-trol, y su posible extensin ms all de los migrantes (lo que

    El gobierno de la excedencia28

    sepermitelacopia

    34 Vase BIETLOT, M., Du disciplinaire...; NOBORDER NETWORK, Politics &the autonomy of migration, en Greenpepper Magazine, num. 2 / 2004;

    RODRGUEZ, E., El gobierno...; El Informe semestral sobre la economaespaola y el contexto internacional 1-2206, elaborado por CaixaCatalunya, pone de manifiesto que, sin el fenmeno migratorio expe-rimentado, la renta per cpita espaola habra decrecido durante elperodo 1995-2005 a un ritmo del 06% anual, tanto o ms que en otrospases europeos: Alemania (15%), Italia (11%), Suecia (07%), Portugal(06%), Grecia (06%) [vase El Pas de 29/VIII/2006].35 Sobre todo ello, vase DAL LAGO, A., Non-persone...; MEZZADRA, S.,

    Derecho... cit.; NOBORDER NETWORK, Border...; RODRGUEZ, E., El gobierno...;SGUIGLIA, N. / TORET, J., Movimiento contra la frontera. Nueva ciuda-dana en AA.VV., Fronteras interiores y exteriores, Revista Contrapoder,Madrid, 2006.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    26/151

    supone seguir pensando la relacin entre precarizacin, pro-ductiva y vital, y tecnologas del castigo) constituye una delas lneas ms sugerentes para continuar la reflexin.

    La segunda de las cuestiones de anlisis previamente enun-ciadas se refiere a la insuficiencia de las racionalidades ms pro-piamente neoliberales para entender el devenir presente de lasestrategias de control social (formal). Esta circunstancia puedecontemplarse desde diversos puntos de vista.

    En primer lugar, cabra referirse al pensamiento deGARLAND,36 quien ha sealado con acierto que en el debatecontemporneo sobre el hecho penal se evidencia la afirma-cin de unas cas del s, pero tambin de unas cas del otro.Las primeras se construyen sobre la imagen del infractorcomo predador peligroso, que acta maximizando sus bene-ficios. Sin embargo, en este tipo de anlisis no interesa enabsoluto el criminal, que se toma como mero dato de parti-

    da. Lo que es objeto de atencin es el anlisis del procesode victimizacin (las caractersticas y el tipo de vida de lavctima potencial, la existencia de bienes apetecibles para elagresor, la existencia o no de barreras de proteccin o laposibilidad de que mediante las polticas criminales inti-midatorias e inocuizadoras se logren reducir los riesgosde victimizacin), en una suerte de concepcin criminol-

    gica neoclsica que es compartida por las lgicas de lapre-vencin situacional, las teoras criminolgicas de la vida cotidia-na, de la oportunidad, de la opcin racional y de las actividadesrutinarias o, en fin, por el pensamiento actuarial.

    Junto a esta orientacin, y de forma no subordinada aella, conviven las denominadas cas del otro, en las que, si

    bien de una forma diferente al tradicional planteamientoetiolgico, se considera que el infractor es un ser distinto,lastrado por dficits hereditarios, psicolgicos, educativoso, incluso, de color de piel, y que debe ser alejado, conte-nido o eliminado; en el mejor de los casos, se considera queese infractor caracterizado por la alteridad es un sujeto delque es necesario aprender a defenderse. Junto a ello, sedifunde una imagen del criminal que refuerza sus elemen-tos de peligrosidad y abyeccin.

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 29

    sepermitelacop

    ia

    36 Vase GARLAND, D., La cultura...; MELOSSI, D., Stato...

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    27/151

    Esta primera consideracin evidencia ya que las racionalida-des que condicionan las actuales estrategias de control no sonslo las neoliberales, que acertadamente analiza DE GIORGI enel texto. En el mismo sentido apunta una segunda reflexin,tambin debida a GARLAND.37 El autor apunta que, junto a esaslgicas neoliberales, plasmadas en el pensamiento actuarial oen la aplicacin del AED a la problemtica del delito y de lapena, se afirma igualmente una racionalidad poltico-crimi-nal de naturaleza (neo-)conservadora. Esta racionalidad, plas-

    mada en lo que podra denominarsepopulismo punitivo, queimplementa una justicia expresiva y convierte al sesgo inca-pacitador en una de sus seas de identidad bsicas, seorienta a la minimizacin de las sensaciones sociales deinseguridad y, fundamentalmente, a la bsqueda de unarenovada legitimacin de la institucin estatal. Medidascomo el mantenimiento de la pena de muerte (en el casoestadounidense), el crecimiento constante de la poblacinpenitenciaria, la construccin de penas de prisin mate-rialmente perpetuas o el etiquetamiento y las vigilanciaspermanentes (postcarcelarias) de determinados infracto-res, seran la mejor plasmacin de esa racionalidad, quepoco tiene que ver con las lgicas neoliberales de econo-mizacin de recursos.

    En el caso espaol, mltiples elementos de las polticaspunitivas del presente evidencian la presencia de tal racio-nalidad neoconservadora. Tal vez la mayor de esas evidenciassea la construccin de un sistema de respuesta al delito quegenera un crecimiento constante (y especialmente gravedesde el ao 2000: 40% en apenas cinco aos y medio) de lapoblacin carcelaria, que ha perdido cualquier correlacincon ndices o tasas de criminalidad. Ms all de la retrica de

    la Constitucin Espaola (art. 25.2) o de la, an vigente, LeyOrgnica General Penitenciaria, propias de una penologawelfarista, los diferentes actores en presencia han acabadopor conformar un populismo punitivo que hace de la infla-cin de las sanciones, y de la ampliacin de la capacidadpenitenciaria, las principales seas de identidad de nuestrarespuesta colectiva ante el delito. El sistema penal espaolentra en el tercer milenio mostrando un grado de severidad

    El gobierno de la excedencia30

    sepermitelacopia

    37 Vase GARLAND, D., La cultura...

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    28/151

    claramente superior al del conjunto de los Estados de surbita cultural, tal vez mostrando de este modo que el aban-dono de las lgicas welfaristas se produce en algunos mbi-tos, y respecto de ciertos sectores, de modo mucho ms ace-lerado que en otros.

    Sin perjuicio de todo ello, lo que hace urgente la continua-cin de la reflexin sobre las estrategias de control ms all delos planteamientos neoliberales es la reciente reafirmacin de lacultura de la excepcionalidad penal, en el marco de la crisis del

    Estado-nacin y de la consolidacin de la guerra global perma-nente como dispositivo hegemnico de gobierno planetario.

    La cultura de la excepcionalidad penal no es nada nuevo enlos ordenamientos jurdicos europeos.38 Ya en los aos seten-ta, ante la emergencia de fenmenos de violencia poltica yterrorismo, se construy un subsistema penal de excepcin queresponda a tal lgica. Las leyes antiterroristas, los delitos de

    opinin, la incomunicacin de los detenidos, las restriccio-nes del derecho de defensa, los cuerpos policiales de lite,los tribunales especiales, las crceles de mxima seguridad olos regmenes penitenciarios tendentes a la despersonaliza-cin han estado y estn todava ah para atestiguarlo.Ese subsistema de excepcin, plano en el que la razn jurdi-ca propia de los modelos de Estado Democrtico de

    Derecho muestra su retirada, en la tensin permanenteque la enfrenta a la razn de Estado, es fcilmente identifica-ble en el caso espaol. Los elementos enunciados puedenencontrarse sin dificultad en las casi 15 leyes formal o mate-rialmente antiterroristas surgidas en el ltimo cuarto desiglo. La etapa ms reciente de esa conformacin de un sub-sistema de excepcin se da con la importante reforma penalde 2003. En ese momento, y en algunos hechos relevantes

    que desde entonces han sucedido, se evidencia que el objeti-vo ahora es construir sanciones de prisin que, ms all desu letra, sean materialmente perpetuas: a) la elevacin a 40aos del mximo de cumplimiento (art. 76 CP); b) la intro-duccin de los perodos de seguridad, las reglas de cum-plimiento efectivo y las crecientes dificultades para acceder

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 31

    sepermitelacop

    ia

    38 Vase ANASTASIA, S., Diritto e diritti, prima e dopo l11.9, en RIVERA,I. ET AL., Contornos...; RIVERA BEIRAS, I., Los posibles escenarios de lapenalidad, Panptico, nm. 5, 2003.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    29/151

    a beneficios penitenciarios, semilibertades o libertades con-dicionales (arts. 36.2, 78, 90 y ss. CP, 72 LOGP), vinculadas ala escenificacin de arrepentimientos, y reforzadas poruna inusitada interpretacin jurisprudencial que permite suaplicacin retroactiva; c) en fin, el sorprendente encabalga-miento de imputaciones, orientado a evitar la excarcelacinde determinados reclusos que estn a punto de cumplir suscondenas. Una vez ms, la cultura de la excepcionalidad mues-tra su desdn por las lgicas rehabilitadoras, acoge las orien-

    taciones segregadoras y permite el deslizamiento de tenden-cias vindicativas. De algn modo, se evidencia que la nuevaexcepcionalidad penal (global) se resiste a asentarse en elcaso espaol porque la vieja excepcionalidad ha permaneci-do durante todas estas dcadas.

    Sin perjuicio de todo ello, y, en concreto, de las particula-ridades del caso espaol, lo cierto es que algunos elementos

    permiten hablar de una nueva excepcionalidad penal. Enefecto, en algunas cuestiones se comprueba la presencia decomponentes de innovacin. Por una parte, en la tendencia ala permanencia y a la generalizacin de los sistemas deexcepcin, ms all de los fenmenos criminales para los quehaban sido diseados.39 Por otra parte, y sobre todo, en laconsolidacin, en el trnsito a su afirmacin global, de unanueva cultura de la excepcionalidad en el marco de la guerrapermanente contra el terrorismo.

    En efecto, una nueva excepcionalidad penal global emergeentre la confusin de las dinmicas militares y policiales de res-

    puesta a la inseguridad,40 la afirmacin de fenmenos como las

    El gobierno de la excedencia32

    sepermitelacopia

    39 Vase FARALDO CABANA, P., Un derecho penal de enemigos para los inte-

    grantes de organizaciones criminales. La Ley Orgnica 7/2003, de 30 dejunio, de medidas de reforma para el cumplimiento ntegro y efectivo de laspenas en FARALDO CABANA,P.(DIR.) / BRANDARIZ GARCA, J. A. / PUENTE ABA,L. M. (COORDS.), Nuevos retos del Derecho Penal en la era de la Globalizacin,Tirant lo Blanch, Valencia, 2004; PAYE, J.-C., La fine dello Stato di Diritto,Manifestolibri, Roma, 2005; RIVERA BEIRAS, I., Los posibles...40 Vase HARDT, M. / NEGRI, A., Multitud. Guerra y Democracia en la eradel Imperio, Debate, Madrid, 2004; DE GIORGI, A., Guerra Imperiale econtrollo metropolitano, en AA.VV., Controimpero. Per un lessico dei

    movimenti globali, Manifestolibri, Roma, 2002; DAL LAGO, A., Polizia glo-bale, Ombre corte, Verona, 2003; PAYE, J.-C., La fine...; VIEJO VIAS, R.,Soberana e gobernanza na era global. Poltica da forma-Estado e modode mando no capitalismo cognitivo, Tempo Exterior, nm. 11, 2005.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    30/151

    detenciones de Guantnamo o la red global de rendiciones (o entre-gas) extraordinarias o la aprobacin de normativas como la USAPatriot Act o las britnicas Anti-terrorism, Crime and SecurityAct (2001) y Prevention of Terrorism Act (2005).41 Se trata, contodo, de una fenomenologa que presenta rasgos de las clsicasrespuestas a los hechos criminales, pero que elude por com-pleto, o en buena parte, las reglas jurdicas que haban venidodisciplinando y limitando las facultades estatales de interven-cin reactiva frente a tales hechos.

    La reflexin contempornea sobre las estrategias de con-trol social formal frente a la inseguridad debe, por lo tanto,tener muy en cuenta esta circunstancia. Seguramente eldebate debe continuar avanzando por esta senda de an-lisis. A modo de conclusin de estas breves lneas, valgahacer referencia a dos interrogantes especficos, que seantojan hoy de la mxima actualidad. En primer lugar,parece necesario preguntarse en qu medida no estamosasistiendo a la elevacin de la guerra (global), y de laspolticas securitarias que la acompaan, al estatuto dedispositivos de ordenacin sistmica de primera magni-tud, de verdaderas matrices de conformacin de las rela-ciones de poder y de las tcnicas de dominacin, en defi-nitiva, de rgimen de biopoder. De este modo, se trata depensar si las polticas blicas y securitarias no se prefigu-ran en la actualidad como primordiales mecanismos regu-ladores de las transformaciones sistmicas en curso, hacia

    Introduccin: Postfordismo y nueva economa poltica de la pena 33

    sepermitelacop

    ia

    41 Vase ABELE, R. P., A Users Guide to the USA Patriot Act and beyond,

    University Press of America, Lanham, 2005; BRANDARIZ, J. A. / UBASART,G., Guantanamo Bay 2006: la fine dello spettacolo anomico?, enGlobalproject (www.globalproject.info/art-7923.html>); CHANG, N., DasEnde der Brgerrechte? Die freiheitsfeindlichen Antiterrorgesetze derUSA nach dem 11. September, Schwarzerfreitag, Berlin, 2004; PAYE, J.-C.,La fine...; Grande-Bretagne: la fin de lHabeas Corpus, 2005 (ejemplarmanuscrito). Vase asimismo Alleged secret detentions and unlawfulinter-state transfers involving Council of Europe member states. Part II(Explanatory memorandum), informe presentado en junio de 2006 por

    el Comit de Asuntos Jurdicos y Derechos Humanos de la asambleaparlamentaria del Consejo de Europa:().

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    31/151

    la conformacin fctica y normativa de un nuevo espaciode soberana global-imperial, en el que la mutacin delorden jurdico aparece como elemento constituyente.42

    En segundo lugar, cabe interrogarse, para la mejor exgesisde las relaciones entre lo poltico y lo jurdico en la conforma-cin de ese nuevo orden soberano imperial, en qu medida noestamos presenciando una cierta recuperacin de la teoriza-cin schmittiana del estado de excepcin.43 Ms all de las evi-dentes diferencias de la situacin contempornea con la tesisdel pensador germano, esta cuestin, de singular inters, no hadejado de resultar polmica en los ltimos tiempos, desde elmomento en que fue suscitada por AGAMBEN.44

    Estas cuestiones, entre otras, resultan fundamentalespara seguir comprendiendo las lgicas de las estrategias decontrol en el tiempo que nos ha tocado vivir. Con todo, ellono impide en absoluto el hecho de que para entender la eco-

    noma poltica de la pena contempornea (en particular, surelacin con el postfordismo), que sirve de sustrato nucleara esas estrategias, resulta imprescindible un texto como El

    gobierno de la excedencia.

    El gobierno de la excedencia34

    sepermitelacopia

    42 Vase AGAMBEN, G., Heimliche Komplizen. ber Sicherheit und

    Terror en Frankfurter Allgemeine Zeitung, 20/IX/2001; HARDT, M./NEGRI, A., Multitud...; DAL LAGO, A., La Guerra-Mondo, en ConflittiGlobali, num. 1, 2005; PAYE, J.-C., La fine...., VIEJO VIAS, R., Del 11-S al 15-F y despus: por una gramtica del movimiento ante la guerra global per-manente, en BRANDARIZ, J. A. / PASTOR, J. (EDS.), Guerra global permanente.nueva cultura de la inseguridad, Los libros de la Catarata, Madrid, 2005.43 Vase SCHMITT,C., Politische Theologie, Duncker & Humblot, Berlin,1990; La Dictadura: desde los comienzos del pensamiento moderno de la sobe-

    rana hasta la lucha de clases proletaria, Alianza, Madrid, 1999.44 Vase AGAMBEN,G., Homo Sacer, Pre-Textos, Valencia, 1998; El esta-do de excepcin, Mientras Tanto, nm. 86, 2003; Estado de excepcin.Homo Sacer, II.1, Pre-textos, Valencia, 2004. Vid. asimismo CICCARELLI, R.,Stato di emergenza globale: quando la guerra diventa pratica di poli-zia, en TAR, M. (ED.), Guerra e Democrazia, Manifestolibri, Roma, 2005;DAL LAGO,A., La Guerra...; VIEJO VIAS, R., Soberana..., p. 145 y ss.Controllo metropolitano, en AA.VV., Controimpero. Per un lessico dei

    movimenti globali, Manifestolibri, Roma, 2002; DAL

    LAGO

    , A., Polizia glo-bale, Ombre corte, Verona, 2003; PAYE, J.-C., La fine...; VIEJO VIAS, R.,Soberana e gobernanza na era global. Poltica da forma-Estado e modode mando no capitalismo cognitivo, Tempo Exterior, nm. 11, 2005.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    32/151

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    33/151

    37

    El razonamiento es absolutamente lineal: se trata de com-prender cmo la razn penal persigue y se transforma de

    acuerdo con las mutaciones del contexto social. Dicindolobrutalmente: se trata de comprender cmo la justicia delEstado se esfuerza en constituir el orden social. Delineandohistricamente la relacin entre rgimen disciplinario capi-talista y proletariado fordista, DE GIORGI empieza, en sultimo libro El gobierno de la excedencia, reconstruyendo eltrasfondo de la mutacin actual. No se trata de una trans-formacin de poco calado: cuando a comienzos de los aos

    setenta nos encontramos ante la superacin de la situacinfordista, la crisis de la penalidad fordista acompa a la dela economa poltica. Se trataba de un salto cualitativo: apartir de los aos setenta, la economa poltica de la pena-lidad fordista se revela completamente inadecuada paradescribir las formas de produccin de subjetividad que sedibujan en el horizonte del control social postfordista. Los

    anlisis de la penalidad fordista descuidaban, de hecho, losprocesos de transformacin del trabajo, limitndose a laobservacin del tratamiento penal del desempleo y del notrabajo. Last but no least, en esta articulacin entra en crisisel planteamiento marxista clsico de la crtica de la penali-dad, tal y como RUSCHE y KIRCHHEIMER lo haban propuestopara la edad moderna. Hoy estamos ms all de este umbral.

    Prlogo.Ms all de los lmites de la sociedad de

    control1

    Toni Negri

    1 Publicado en el diario Il Manifesto de 15/VI/2002. Traduccin dePatricia Faraldo Cabana.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    34/151

    Partiendo del agotamiento del modelo industrial fordista,DE GIORGI se mueve siguiendo las huellas que deben llevar-le a la definicin de un modelo de regulacin postfordista dela penalidad. Su razonamiento define la transicin del for-dismo al postfordismo como el paso de un rgimen produc-tivo caracterizado por la carencia (y por el despliegue de unconjunto de estrategias orientadas a disciplinar la carencia) aun rgimen productivo definido por la excedencia (y por lotanto por la emergencia de estrategias orientadas al control

    de la excedencia). Se trata de un captulo de la crtica no slode la penalidad sino de las transformaciones del trabajo. Y esmuy interesante ver cmo desde el punto de vista de la cr-tica de la penalidad pueden enriquecerse las intuiciones ylos lenguajes que recuerdan la crtica del trabajo: Marx yanos haba enseado a trabajar sobre esta cuestin! De hecho,vivimos en un mundo paradjico. La primera paradoja queencontramos est en el hecho de que el descenso delempleo no equivale en absoluto a la desaparicin del tra-

    bajo. Antes bien, en el postfordismo, el trabajo, entendidocomo complejo de acciones, performances, prestaciones entodo caso productivas, se extiende cada vez ms, hasta abar-car toda la existencia social. En el postfordismo, el primerperfil del trabajo se califica por lo tanto como rgimen de laexcedencia, desarrollado sobre todo el horizonte de la vida.

    As empieza a configurarse la biopoltica.En segundo lugar, se tratar de entender cmo la exce-

    dencia se articula en el cuadro de la transformacin de lacontradiccin social que el paso del fordismo al postfordis-mo determina. La excedencia puede leerse de forma doble:la excedencia negativa se presenta como un complejo desubjetividades que exceden la lgica gubernamental, dado

    que exaspera la contradiccin entre una ciudadana socialtodava fundada sobre el trabajo y una esfera productivaque progresivamente necesita del trabajo vivo cada vez enmenor medida. Por otra parte, la excedencia positiva se defi-ne como conjunto de subjetividades que exceden de la racio-nalidad capitalista, dado que exasperan la contradiccinentre una potencialidad productiva ilimitada y cooperativay un eje de relaciones de produccin que obstruye la auto-noma del mando capitalista, imponindole una valoracinfundada sobre la competencia.

    El gobierno de la excedencia38

    sepermitelacopia

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    35/151

    La separacin entre disciplina y biopoltica queda aqu, porlo tanto, completamente fijada. El problema del gobierno dela penalidad ser entonces el del gobierno de la excedencia.Tres son las modalidades fundamentales segn las cuales sedesarrolla este gobierno. La primera, en el resumen de DEGIORGI, es el riesgo encarcelado. Se refiere a la nuevainvencin de clases peligrosas, al encarcelamiento preventi-vo de todas las personas que suponen un peligro. Las nue-vas estrategias penales se caracterizan, pues, cada vez ms

    como dispositivos de gestin del riesgo y de represin pre-ventiva de las poblaciones que son consideradas portadorasdel mismo. El reclutamiento de la poblacin carcelaria seproduce sobre la base de la identificacin de clases de suje-tos consideradas potencialmente desviadas y peligrosaspara el orden constituido. Una poblacin excedentaria quese pretende almacenar en la crcel, al margen de cualquierfinalidad reeducativa.

    La segunda modalidad de separacin entre disciplina ybiopoltica se revela en la construccin de la metrpolispunitiva. Aqu se desarrolla completamente la toleranciacero. Las calles de la ciudad se convierten en recorridos delcontrol. Se construye una suerte de nuevo panptico y elcontrol del espacio se hace continuo. La ciudad de las clasespeligrosas es recorrida por una serie de instrumentos de con-trol que operan como pura inhibicin de los procesos deinteraccin social: el gobierno renuncia a cualquier funcinpositiva, productiva o transformadora. As llegamos a untercer y definitivo marco de las modalidades de control. DEGIORGI lo denomina la red enmaraada. Se trata de nuevasformas de control a la altura de las transformaciones que hanatravesado la produccin inmaterial. En consecuencia, apa-

    rece de manera progresiva un control preventivo, ya que, adiferencia de la riqueza material, la inmaterial no puede serrecuperada una vez que alguien se ha apropiado de ella yla utiliza. Un control difuso, ya que, a diferencia de losrecursos materiales, los recursos inmateriales no se locali-zan en un espacio determinado, sino que se constituyencomo flujos, redes, ter. Un control actuarial, ya que, a dife-rencia de los sujetos de la produccin material, ubicables ysusceptibles de organizacin disciplinaria dentro del per-metro de un espacio productivo definido, la multitud postfor-dista es una entidad que no se deja reducir a las formas de

    Prlogo: Ms all de los lmites de la sociedad de control 39

    sepermitelacop

    ia

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    36/151

    singularizacin tpicas de la produccin fordista y a las cate-goras conceptuales que sobre ella se sustentan. La producti-vidad fundada sobre el saber de los muchos excede, en defini-tiva, el dominio fundado sobre el no-saber del poder.

    DE GIORGI ya nos haba mostrado, en su anterior libroTolerancia cero. Estrategias y prcticas de la sociedad de con-trol (Virus, Barcelona, 2005), la importancia de la aproxi-macin actuarial en relacin con las nuevas teoras delpoder penal. Aqu, en este nuevo libro, el anlisis se extien-

    de y se enriquece con una fortsima fenomenologa del con-texto social. La conclusin de DE GIORGI, partiendo de esoselementos fuertes de sociologa del derecho penal, es que elcontrol se abre (en la sociedad postfordista de la produc-cin inmaterial) a modalidades cada vez ms intensas depura destruccin. Sabemos que DE GIORGI est ampliandosu punto de vista hasta identificar la guerra como la ltima

    y la ms perfeccionada forma del control. Estamos conven-cidos de que esta va de profundizacin del anlisis es lacorrecta: resta el problema de construir formas de resis-tencia adecuadas. stas ltimas podrn aparecer slo sitenemos presente una ltima observacin de DE GIORGI:La conservacin del orden social parece invocar hoy, demanera insistente, el despliegue de una racionalidad de con-trol capaz de desarticular justamente aquellas formas desocializacin y cooperacin social que en el pasado fuenecesario alimentar en la medida en que constituan el fun-damento de la productividad fordista. Esto se explica envirtud de que hoy aquellas formas de cooperacin escapanconstantemente al control, se sustraen a cualquier cartogra-fa disciplinaria y asumen la fisonoma de eventos de ries-go, que deben ser prevenidos por cualquier medio.

    El gobierno de la excedencia40

    sepermitelacopia

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    37/151

    43

    Pars, 1676.

    A pesar de numerosas prescripciones, el resto de los mendigos

    continu viviendo en plena libertad en toda la ciudad de Parsy en los suburbios; se sumaban de todas las provincias delreino, y de todos los Estados de Europa; crecan en nmero daa da, hasta constituirse en un pueblo independiente que noconoca ni ley, ni religin, ni autoridad, ni polica; la impie-dad, la bajeza, el libertinaje, eran lo nico que reinaba entreellos. El 13 una misa solemne en honor al Espritu Santo fuecantada en la Iglesia Piti y el 14 la reclusin de los pobres

    fue llevada a trmino sin algn problema o disturbio.Aquel da Pars cambi de aspecto, la mayor parte de

    los mendigos se retir a las provincias y los ms sabiosintentaron encontrar sustento por sus propias fuerzas.Tuvo lugar, indudablemente, un acto de proteccin divinasobre esta iniciativa, ya que resultaba inverosmil quealcanzar tan feliz resultado costase tan poco trabajo.1

    Nueva York, 1997.

    Abundan graffitis y otras seales de desorden. Durante losaos setenta y buena parte de los aos ochenta no haba unsolo vagn del metro local que no estuviese completamente

    Introduccin

    1 LHpital Gnral, Opsculo Annimo de 1676, citado por M. Foucault,Storia della follia nell'Et Classica, Rizzoli, Miln, 1998, pgs. 459-460[ed. cast.: Historia de la Locura en la poca clsica, FCE, Madrid, 1979].

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    38/151

    recubierto de aquello que algunos, de modo impropio, definancomo una forma de arte urbano, los graffitis. Las estacionesdel metro se transformaban en improvisados cobijos para lossin techo, y la mendicidad agresiva creca, exacerbando unclima de miedo. Como consecuencia, en cuanto se ponaun pie en Manhattan, se encontraba la bandera no-oficial dela ciudad de Nueva York: la peste del limpia cristales.Bienvenido a Nueva York. Este tipo tena un trapo sucio y tebaaba el parabrisas del automvil con algn lquidomugriento, para despus exigir dinero. Continuando porla 5 Avenida, zona de los negocios de la alta moda y deedificios prestigiosos, en todos lados se encontraban mendi-gos y vendedores ambulantes no autorizados. Regresandouna vez ms al metro, los artistas ambulantes se compor-taban como vndalos y pretendan que los pasajeros lesentregasen su dinero. Mendigos en todos los trenes. Cadaandn tena su ciudad de cartones en la que los sin techo

    haban fijado su residencia. Exista la sensacin de unasociedad permisiva, de una sociedad que autorizaba cosasque no habran sido consentidas aos antes.2

    La primera impresin que se puede tener al leer los textos cita-dos es que poco ha cambiado en los tres siglos que separan elPars del Hpital Gnral y el Nueva York de Zero Tolerance. El

    autor annimo del opsculo del siglo XVII y el ex-jefe de lapolica de Nueva York, principal artfice de la estrategia dela tolerancia cero, parecen inspirarse en la misma filosofa:idntico desprecio por la pobreza extrema que de formadesprejuiciada osa mostrarse contaminando el ambienteurbano; idntico cruce entre motivos morales y alusionesvagamente eugensicas; idntica hostilidad hacia todo aquelloque turba el apacible y ordenado fluir de la vida productiva

    urbana, difundiendo el virus del no-trabajo, del parasitismoeconmico, del nomadismo urbano; idntica, especialmente, laecuacin implcita entre marginalidad social y criminalidad,entre clases pobres y clases peligrosas. Sin embargo, bajo unaptica ms atenta estas asociaciones resultan erradas.

    El gobierno de la excedencia44

    sepermitelacopia

    2 BRATTON, W. J., Crime is Down in New York City: Blame the Policeen DENNIS, N. (ed), Zero Tolerance. Policing a Free Society, Institute ofEconomic Affairs, Londres, 1997, pgs. 33-34.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    39/151

    El opsculo annimo se ubica histricamente en la lnea detransicin entre un rgimen de poder que FOUCAULT definecomo soberano y un modelo de control de tipo disciplina-rio. Frente al espectculo de la mendicidad, la pobreza y ladisolucin moral que presentan los pobres en Europa entre elsiglo XVII y XVIII, las estrategias de poder mutan lentamente,pasando de una funcin negativa, de destruccin y eliminacinfsica de la desviacin, a una funcinpositiva, de recuperacin,disciplinamiento y normalizacin de los otros o distintos. Es

    aqu donde se inicia la era del gran internamiento. Pobres,vagabundos, prostitutas, alcohlicos y delincuentes de todaclase ya no son descuartizados, ni aniquilados simblicamentea travs de la destruccin teatralizada de sus cuerpos. Deforma mucho ms discreta, silenciosa y eficaz pasan a serrecluidos. Se comienza a internarlos porque se cae en la cuentade que constituyen una masa que las incipientes tecnologas dela disciplina pueden forjar, plasmar, transformar en sujetos ti-les, esto es, enfuerza de trabajo. Se pasa del derecho de muer-te al poder sobre la vida, de la neutralizacin violenta de losindividuos infames a la regulacin productiva de las pobla-ciones que habitan el territorio urbano. Aquello que con vigorreligioso el autor annimo del opsculo invoca, y simultnea-mente anuncia, es precisamente el nacimiento de la biopoltica.3

    Articulndose entre disciplina del cuerpo y regulacin delos grupos humanos, la biopoltica organiza un poder eficazsobre la vida ensamblando un complejo de tecnologas degobierno que opone a la disipacin y al desperdicio (de loscuerpos, de los recursos y tambin del poder) una gestinracional de las fuerzas productivas:

    El ajuste entre la acumulacin de los hombres y la delcapital, la articulacin entre el crecimiento de los gruposhumanos, la expansin de las fuerzas productivas y ladistribucin diferencial de la ganancia, fueron en parteposibles gracias al ejercicio del biopoder en sus formas y

    Introduccin 45

    sepermitelacop

    ia

    3Se podra decir que el viejo derecho de hacer morir o dejar vivir hasido sustituido por un poder de hacer vivir o de rechazar por medio de

    la muerte, FOUCAULT, M., La volont di sapere, Feltrinelli, Miln, 1997,pg. 122 [ed. cast.: La voluntad de saber, Siglo XXI, Madrid, 1995].

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    40/151

    procedimientos mltiples. La invasin del cuerpo vivien-te, su valorizacin y la gestin conmutativa de sus fuerzasfueron en ese momento indispensables.4

    Se inaugura de este modo el modelo de control social disci-plinario que caracterizar toda la fase de expansin de lasociedad industrial hasta alcanzar su propio apogeo duran-te el periodo del capitalismo fordista. En efecto, ser princi-

    palmente en el curso de la primera mitad del siglo XX cuan-do el proyecto de una perfecta articulacin entre disciplinade los cuerpos y gobierno de las poblaciones se concretar,materializndose en el rgimen econmico de la fbrica, enel modelo social del welfare state y en el paradigma penal dela crcel correccional.

    La tolerancia cero y las prcticas de discurso que la acom-

    paan se sitan, en cambio, en un contexto radicalmentediferente, marcado por las crisis y por el progresivo aban-dono del gran proyecto disciplinario de la modernidadcapitalista. Aqu las tecnologas del disciplinamiento ya noconstituyen un instrumento eficaz de control y gobierno dela disipacin y al desperdicio de la fuerza de trabajo (qui-zs, precisamente, porque ya no existen ni la disipacin niel desperdicio). Pobres, desocupados, mendigos, nmadasy migrantes representan ciertamente las nuevas clases peli-grosas; esto es, los condenados de la metrpolis, contraquienes se movilizan los dispositivos de control5 y frente aquienes ahora se despliegan mltiples estrategias. Se trataantes que nada de identificarlos y separarlos de las clases tra-

    bajadoras. Tarea en absoluto simple en una metrpolis pro-ductiva en la que la continua precarizacin del trabajo, su

    flexibilizacin creciente, la incertidumbre de conseguirlo y laconstante superposicin entre economa legal y econom-as sumergidas, informales e ilegales, determina una progre-siva sutura entre trabajo y desempleo, entre clases trabaja-doras y clases peligrosas, hasta el punto de transformar enimposible la distincin entre unas y otras. Se trata, por lo

    El gobierno de la excedencia46

    sepermitelacopia

    4 Ibdem, pg. 125.5 PALIDDA, S., Polizia postmoderna. Etnografia del nuovo controlo sociale,Feltrinelli, Miln, 2000.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    41/151

    tanto, de neutralizar la peligrosidad de estos grupos a tra-vs de tcnicas de prevencin del riesgo que cristalizan princi-palmente en formas de vigilancia, segregacin urbana y con-tencin carcelaria.

    Si echamos una mirada a las tecnologas de control queemergen a finales del siglo XX y principios del siglo XXI sepuede hablar ciertamente de un segundo gran internamiento.De un internamiento urbano que tiene la forma del gueto, deun internamiento penal que tiene la forma de la crcel y de uninternamiento global que asume la forma de las innumerableszonas de espera diseminadas dentro del Imperio.6 Pero adiferencia del internamiento del que habla FOUCAULT, la actualreedicin no parece abrigar ninguna utopa de tipo discipli-nario. El nuevo internamiento se configura ms bien comointento de definir un espacio de contencin, de trazar un per-metro material o inmaterial en torno a poblaciones que resul-

    tan excedentes con respecto a un sistema de produccinvigente, tanto a nivel global como a nivel metropolitano.

    Aqu se delinea, por lo tanto, una neta separacin entrebiopoltica y disciplina, donde la primera se expresa, paradji-camente, a travs de la negacin de la segunda: se conserva elandamiaje biopoltico de un poder entendido como regula-cin de las poblaciones productivas, como control de los flu-

    jos de la fuerza de trabajo global en un espacio transformadoen imperial, pero se abandona en parte aquella anatomapoltica del cuerpo de la que hablaba FOUCAULT, aquel hacervivir productivo que integra, a nivel de los individuos enparticular, la regulacin de las poblaciones en su conjunto. Seabandonan en parte aquellas tecnologas de subjetivacin queperseguan el objetivo de transformar a los individuos a travsde un control individualizado. En otros trminos, ya no se trata

    de hacer vivir o rechazar hacia la muerte, sino precisamen-te de hacer vivir a travs del rechazo por medio de la muer-te. Este rechazar por medio de la muerte, impuesto a unaparte de la fuerza de trabajo global parece constituirse hoy

    Introduccin 47

    sepermitelacop

    ia

    6 HARDT, M. / NEGRI, A., Impero. Il nuovo ordine della globalizzazione, Rizzoli,

    Miln, 2002 [ed. cast.: Imperio, Paids, Barcelona, 2002]. Obviamente, esta-mos pensando aqu en los procesos de control desplegados contra losmigrantes. Vase en particular MEZZADRA, S. / PETRILLO, A. (eds.), I confinidella globalizzazione. Lavoro, culture, cittadinanza, Manifestolibri, Roma, 2000.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    42/151

    como el presupuesto para hacer vivir la productividadsocial del capitalismo postfordista. Hablamos aqu de unamuerte que se concreta en la violencia institucional de los dis-positivos de control que sostienen el dominio capitalista, deuna muerte que incide sobre la existencia afectiva, social, eco-nmica de los individuos y que se presenta como limitacinde las expectativas subjetivas, como expropiacin de posibili-dades, como negacin del derecho a circular libremente.7 Msque hablar de la muerte biolgica, hablamos de la muerte como

    experiencia biogrfica de la fuerza de trabajo contemporneaque se materializa en la biografa de los migrantes que mue-ren en los confines de la fortaleza europea, intentando ejerci-tar un derecho de fuga negado; en las biografas de los dosmillones de prisioneros encerrados en los gulags norteameri-canos o en las biografas de aquellos cuyo horizonte de vidatiende a coincidir con el lmite de un gueto.

    FOUCAULT ha reconstruido la genealoga de un poder disci-plinario que se inscribe en la formacin del modo de produc-cin capitalista y que se extiende hasta la poca de la sociedadindustrial capitalista. La disciplina puede ser entendida a par-tir de la constitucin de la produccin industrial, de su naci-miento y de su ocaso. Como reverso, el desarrollo del capita-lismo industrial no puede ser concebido si se prescinde de lasestrategias de produccin de subjetividad y de fuerza de tra-

    bajo que se concretan en las tcnicas disciplinarias. Sinembargo, a lo que nos enfrentamos en la actualidad es, preci-samente, a la superacin del modelo del capitalismo fordistaal que aquellas tecnologas se encontraban vinculadas.8

    El gobierno de la excedencia48

    sepermitelacopia

    7 Sobre el derecho de fuga (entendido incluso como ejercicio de unacrtica prctica de la divisin internacional del trabajo) vaseMEZZADRA, S., Migrazioni en ZANINI, A. / FADINI, U. (eds.), Lessico pos-tfordista. Dizionario di idee della mutazione, Feltrinelli, Miln, 2001, pgs.206-211; Diritto di fuga, Migrazioni, globalizzazione, citadinanza, Ombrecorte, Verona, 2001 [ed. cast.: Derecho de fuga. Migraciones, ciudadana y glo-balizacin, Traficantes de Sueos, Madrid, 2005].8 El enfoque foucaultiano permite leer el desarrollo de la sociedadmoderna y la relacin entre Estado y sociedad, teniendo como techo his-trico el fordismo [...]. Pero precisamente este es el punto crucial. Esta con-

    figuracin se ha visto arrastrada desde hace tiempo a una crisis sin salidaaparente debido a la cada de uno de sus ejes ms importantes, el del valorsocial paradigmtico de la disciplina de fbrica de tipo fordista. FERRARIBRAVO, L., Sovranit en ZANINI, A. / FADINI, U. (eds.), Lessico... pg. 280.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    43/151

    Se perciben signos inequvocos de esta superacin.Disponemos de descripciones, anlisis y definicionesque, fundamentalmente en los ltimos diez aos, se hancondensado en una literatura ya abundante en la actuali-dad.9 El trmino postfordismo (usado tanto en el lengua-

    je sociolgico, poltico, econmico, as como en el lenguajeordinario) nos llama la atencin sobre saltos de paradig-mas y transiciones radicales que redefinen profunda-mente nuestra experiencia de la contemporaneidad.

    Simultneamente, aparecen intentos de reconstruccin de lasmutaciones que intervienen en el plano de la geografa delcontrol social. Trminos como sociedad de control y socie-dad de la vigilancia parecen indicar el eplogo y la supera-cin del rgimen disciplinario. Tal transicin tendra lugar apartir del colapso de la estructura productiva fordista.

    Sin embargo, mientras que el trabajo de FOUCAULT inscri-

    ba el anlisis del control disciplinario directamente en lamaterialidad de las relaciones de produccin capitalistas, enlos procesos de constitucin del proletariado y en las formasde produccin de subjetividad de la fuerza de trabajo indus-trial, los anlisis de las estrategias de control social quehoy circulan, a duras penas alcanzan una perspectiva meto-dolgica anloga, limitndose sustancialmente a una feno-

    menologa superficial. En otros trminos, nos encontramosen condiciones de decir que la disciplina se muestra cada vezms inadecuada con respecto de las nuevas formas de pro-ducir y que es impotente para generar prcticas de controleficaces de las nuevas formas de subjetividad a las que dalugar el trabajo. Sin embargo, no estamos en condicionesde reconducir esa incapacidad e impotencia a los procesos detransformacin existentes en la produccin.

    Llegamos as al objeto de este libro, que consiste en latentativa de disear e identificar algunas hiptesis que col-men estos vacos. El objetivo consiste en describir algunasmutaciones surgidas en las formas del control a partir de laemergencia de una nueva articulacin de las relaciones de

    Introduccin 49

    sepermitelacop

    ia

    9 La transicin del fordismo al postfordismo (y la descripcin quede ellos se han hecho) ser objeto de estudio en una seccin posteriorde este trabajo.

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    44/151

    produccin y en preguntarse en qu sentido las estrategiasde control actual se inscriben en el contexto de produccinpostfordista. Hacerse esta pregunta implica necesariamentehacer converger en el anlisis el control social y la fuerza detrabajo contempornea, hasta el lmite de su fusin.

    Entra en juego aqu, el concepto fundamental de multi-tud. Un trmino que pretende expresar el carcter rizom-tico y mltiple de la fuerza de trabajo postfordista y que nopuede ser capturado mediante el complejo de caracterizacio-nes, distinciones y separaciones que pertenecan al anlisis dela clase obrera fordista. Debe aclararse, sin embargo, que elconcepto de multitud no pretende designar una subjetividadautoconsciente, ni la emergencia o aparicin de un nuevo sujetorevolucionario, ni mucho menos la formacin de una identidadparadigmtica de la fuerza de trabajo contempornea.Nuestro objetivo no consiste en identificar un posible susti-

    tuto funcional de la clase obrera en vas de disolucin. El tr-mino multitud define un proceso de subjetivacin en acto, undevenir mltiple de las nuevas formas de trabajo que esobjeto de tecnologas de control post-disciplinario. Multitudindica entonces, y sobre todo, la imposibilidad de una reduc-tio ad unum de las diversas subjetividades productivas. Eneste sentido, no es parangonable a aquella que permita indi-

    vidualizar en la clase obrera la forma de subjetividad hege-mnica durante la poca del capitalismo fordista.

    A partir del concepto de multitud veremos entonces que loque a primera vista se muestra como una inadecuacin de lastecnologas disciplinarias respecto del horizonte productivo, seconfigura en realidad, desde el punto de vista de la subjetivi-dad del trabajo, como una excedencia de lo que debe ser con-

    trolado (la nueva fuerza de trabajo social) en relacin con losdispositivos de control: una nueva constitucin del trabajo quecontinuamente supera las determinaciones y las formas desubjetivacin impuestas por el dominio. Entonces ser posibledecir que la construccin de un modelo degobierno de la exce-dencia expresada por la multitud productiva postfordista se trans-forma en prioridad para las estrategias de control actuales.Ser necesario, no obstante, articular estas transiciones

    siguiendo un cierto orden, esto es, situarlas en un contexto te-rico ms general. La economa poltica de la penalidad se pre-senta como una buena candidata para abrir camino en este

    El gobierno de la excedencia50

    sepermitelacopia

  • 7/21/2019 El Gobierno de La Excedencia-TdS

    45/151

    anlisis. Se trata de una orientacin de la criminologa crtica,de extraccin principalmente marxista y foucaultiana, que haindagado, sobre todo a partir de la dcada de 1970, en las rela-ciones entre economa y control social, reconstruyendo lascoordenadas de relaciones que parecen vincular determinadasformas de producir con determinadas formas de penar.10

    Como veremos, esta lnea ha concentrado el anlisis en losnexos entre crcel y fbrica, entre encarcelamiento ydesocupacin, investigando la relacin entre dinmicas del

    mercado del trabajo y estrategias represivas dentro de un esce-nario fordista. Los instrumentos crticos producidos por laeconoma poltica de la penalidad tanto a travs de la recons-truccin histrica del nacimiento penitenciario, como a tra-vs del anlisis de la relacin actual entre economa ypena constituyen un legado significativo, que se preten-de rescatar y enriquecer con el propsito de realizar unacrtica renovada del control social postfordista.

    Querra, por lo tanto, partir de la economa poltica dela penalidad identificando en primer lugar sus directricestericas fundamentales para despus analizar la dimen-sin histrica y contempornea. De este modo, saldrn a laluz algunos lmites de este paradigma de anlisis, ligadosen particular a las transformaciones experimentadas en

    estos aos por la produccin social. A estas transformacio-nes ser necesario, entonces, dirigir la atencin, tomandonota de sus tendencias y efectos. Una vez hecho esto,podr iniciarse el anlisis de las formas de control socialde la multitud a travs de las cuales se despliega el rgi-men de gobierno de la excedencia.

    Introduccin 51

    sepermitelacop

    ia

    10 El texto fundamental, que ha dado lugar de forma directa o indirectaal r